Está en la página 1de 3

TUMORES INTRACRANEANOS

El tumor cerebral o intracraneal se define habitualmente como todo proceso expansivo neoformativo, que
tiene origen en alguna de las estructuras que contiene la cavidad craneal.

Se trata de una masa anormal de nueva aparición que crece y que tiene origen en alguna de las estructuras
contenidas en la cavidad craneal.

Podemos deducir que el tumor puede causarle daño al cerebro de 2 maneras: invadiendo tejidos vecinos
(tumores malignos) o presionando otras áreas del cerebro debido a su propio crecimiento.

Clasificación:

Los tumores pueden ser benignos o malignos, dependiendo de la rapidez de su crecimiento y de si logran
resecarse o curarse mediante tratamiento neuroquirúrgico. Sin embargo, la distinción entre
manifestaciones benignas y malignas no es tan clara, por ej. Algunas lesiones benignas pueden infiltrar
regiones enteras con comportamiento maligno.

Un tumor maligno, también llamado cáncer cerebral crece rápido y a menudo invade las áreas sanas del
cerebro. Los tumores benignos no contienen células cancerosas, al observarlos al microscopio se ven
normales y habitualmente tienen un crecimiento lento.

Los tumores cerebrales pueden ser de 2 tipos: primarios o metastásicos, los primarios se originan en el
cerebro y los metastásicos aparecen cuando las células cancerosas de otra parte del cuerpo se diseminan al
cerebro. Por esta razón, los tumores cerebrales metastásicos son casi siempre malignos, mientras que los
tumores primarios pueden ser benignos o malignos.

Se clasifican de acuerdo con: la ubicación del tumor, el tipo de tejido afectado, si el tumor es benigno o
maligno y otros factores. Si se determina que un tumor es maligno, las células se examinan en el
microscopio para determinar su grado de malignidad. Según este análisis, se clasifican desde menos
maligno hasta más maligno.

Algunos factores que determinan el grado del tumor son: la velocidad de crecimiento de las células, la
cantidad de sangre suministrada a las células, la presencia de células muertas en el centro del tumor
(necrosis), si hay células confinadas en un área especifica y el grado de similitud entre las células cancerosas
y las normales.

Se desconoce la causa de los tumores cerebrales 1°, los factores ambientales y genéticos podrían ser la
causa de algunos. La exposición previa a la radiación terapéutica durante la infancia parece ser un agente
causante en algunos pocos pacientes.

Clínica:

Los síntomas aparecen cuando el tejido cerebral ha sido destruido o cuando aumenta la presión en el
cerebro, esto puede suceder tanto en tumores benignos como malignos. Los síntomas generales comienzan
por: alteración de algunas funciones mentales (sobre todo enlentecimiento y apatía), cefalea, vómitos,
nauseas, inestabilidad, crisis epilépticas generalizadas y edema de papila (hinchazón del nervio ocular, a
causa de la presión en el cerebro); la mayoría de los síntomas están causados por la presencia de
hipertensión intracraneal.
Existen síntomas más graves producidos por el propio crecimiento del tumor y dependen de la localización
topográfica de la lesión. Los más comunes son: paresias (parálisis transitorias e incompletas), crisis motoras
parciales, afasias (problemas para utilizar el lenguaje), apraxias (problemas para realizar ciertas secuencias
de movimientos, por ej. Abrocharse un botón), agnosias (la persona puede percibir los objetos, pero no
asociarlos con el papel que habitualmente desempeñan) y alteraciones campimétricas (de la visión).

Existen otros síntomas localizados en zonas alejadas del cerebro, llamados síntomas de falsa localización,
estos se deben a la misma hipertensión intracraneal o al desarrollo de un síndrome de herniamiento
cerebral (desplazamiento del tronco encefálico a causa de la presión).

Los tumores cerebrales causan síntomas variados. En general se distinguen las manifestaciones derivadas
de la hipertensión intracraneal, de los síntomas secundarios a la expansión tumoral; estos últimos son
denominados signos focales, y dependen de la estructura anatómica afectada.

Dentro de los síntomas de hipertensión intracraneal encontramos: cefalea, vómitos, edema de papila y
alteraciones visuales, trastornos del comportamiento (irritabilidad, labilidad emocional, fallas en el
discernimiento, alteraciones de la memoria, falta de iniciativa, indiferencia a las costumbres sociales).

Los síntomas focales son manifestaciones que orientan la localización de la lesión.

Diagnostico:

Se realiza mediante exámenes imagenológicos como la TAC (tomografía axial computarizada) o la RM


(resonancia magnética), las cuales permiten conocer la localización y el tamaño del tumor, además sugiere
la naturaleza del mismo; pero es la biopsia la que indica el tipo exacto del tumor.

Tratamiento:

Se usan diversos tratamientos para tratar los tumores cerebrales. El tipo de tratamiento recomendado
depende del tamaño y el tipo de tumor, la velocidad de crecimiento y el estado general de la salud del
paciente.

Las opciones incluyen: cirugía, radioterapia y quimioterapia, agentes biológicos dirigidos, o una
combinación de estos. En las últimas dos décadas, los investigadores han desarrollado nuevas técnicas para
administrar radiación al tumor, mientras se protegen los tejidos sanos cercanos (braquiterapia, radioterapia
de intensidad modulada/ IMRT, radiocirugía). La radioterapia de todo el cerebro es una opción para
tumores múltiples. Frecuentemente, se requiere una TAC y/o una RM para planificar el tratamiento.

La cirugía, también denominada resección quirúrgica, esta indicada a menudo para tumores cerebrales 1°.
En el procedimiento el cirujano quita todo el tumor, o parte de él sin dañar los tejidos circundantes. La
cirugía también se puede hacer para reducir la presión dentro del cráneo y aliviar los síntomas (tratamiento
paliativo), en casos en los que no se puede sacar el tumor.

La quimioterapia o medicamentos anti-cáncer podrían también recomendarse. El uso de estos


medicamentos o sustancias químicas hacen más lento, o matan las células de reproducción rápida; se
pueden usar antes, durante y después de la cirugía para destruir las células tumorales y evitar que vuelvan.
La quimioterapia se puede tomar como pastilla o por inyección, a menudo se usa una combinación. Los
medicamentos llamados radio-sensibilizadores, se cree que hacen la radioterapia más eficaz.

Efectos secundarios de los tratamientos:


A muchas personas se les cae el cabello, pero normalmente vuelve a crecer después de terminar la terapia.

El segundo efecto secundario más común es la irritación de la piel, con sequedad, enrojecimiento, picazón
o sensibilidad en la piel de las orejas y el cuero cabelludo.

La fatiga es otro posible efecto secundario de la radioterapia, la mejor forma de tratarla es: descansar
suficiente, comer saludable y contar con el apoyo de amigos y familiares.

Otros posibles efectos son: problemas de la audición, nauseas, vómitos, pérdida de apetito, problemas de
la memoria o el habla, dolor de cabeza y reaparición del tumor.

La radiación a veces mata células sanas del cerebro (necrosis). En niños podría lesionar la glándula pituitaria
y otras partes del cerebro, esto podría causar problemas del aprendizaje o un crecimiento y desarrollo
lentos; además la radiación durante la infancia aumenta el peligro de sufrir tumores más adelante.

El seguimiento regular es extremadamente importante después del tratamiento de un tumor cerebral.


Además de los exámenes físicos y neurológicos regulares, tal vez los pacientes tengan que hacerse
exámenes periódicos. Es posible que su médico le recomiende: atención en su casa, terapia ocupacional o
vocacional, control del dolor, fisioterapia y participación en grupos de apoyo.

También podría gustarte