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Las Crisis De Flor

Este libro está dedicado a las personas que viven tormentos día tras día.
Lo cautivante de mis mañanas era imaginar que por una extraña razón existía un
universo paralelo en el que era feliz, que no había sufrimientos en mis mañanas ni
tragos amargos en mis noches, pero no era así en mi situación, simplemente era
afrontarlo y seguir, aunque me encontraba agotada de este plano, mi única esperanza…
Mi único rayo de luz era ese chico alto de ojos azules…Raúl. ¡Y si!, estaba locamente
enamorada por 5 sencillas y poderosas razones. Su lealtad, honestidad, amabilidad,
además es tan Divertido y gentil que podría empezar a creer en la humanidad del
hombre, solo por haber coincidido con él.
Aunque odiaba despertar, él era mi única razón de querer levantarme de esa horrible
cama. Mi hogar no se podría llamar “Dulce Hogar”, es caótico. Me enferma mi madre y
su desagradable novio. Cada que pierde la conciencia mi madre su preciado novio le
roba su patético sueldo de mesera, así que prácticamente le debemos todo a mi abuela,
aunque sus visitas no sean del todo agradables, no nos queda más que soportar sus
críticas e insultos. Es por esa razón que sigo estudiando, no quiero pudrirme en esta
casa. Y bueno, mi padre, no tengo ni idea de su paradero, mi madre siempre evita hablar
del tema. Desafortunadamente así es como vivo, enamorada de mi mejor amigo y
siendo dañada por mi ridícula madre y su novio.
Esta mañana me sentía muy entusiasmada, había escrito un poema para Raúl, hoy era su
cumpleaños, sé que era un detalle sencillo y sin ningún costo, pero sincero y único para
él. Nos quedamos de ver en la parada de autobús como siempre acostumbrábamos, pero
esta vez Decidí llegar 10 minutos antes, estaba temblando, quería declárale mi amor,
esta vez quería armarme de valor y solo hacerlo. En ese momento escucho mi nombre,
¡Era él!, luciendo tan perfecto con su pelo despeinado y sus ojos brillantes, me elevaba
con su dulce voz. Se acercó y me abrazo, ¡Cielos!, podía sentir su corazón palpitar con
precipitación.
—Siento que haya muerto tu personaje favorito
—¿De qué rayos hablas?
— Raúl sonríe— Creí que ayer en la noche terminaríamos de leer juntos la novela,
¿Acaso no lo hiciste?
—¡Ay!, lo siento de verdad, tuve otra discusión con mi madre, no ha hecho los pagos de
la casa, ¿puedes creerlo?, Mi abuela le había prestado dinero y no lo pago, decidió
gastarlo con su novio en alcohol, de verdad no soporto vivir así.
—Toma la mano de flor y la mira— Recuerda que nos iremos a vivir a París, nos
iremos juntos de aquí y seremos unas personas exitosas
—Flor susurra—Es por eso que te amo.
—Perdón, ¿me dijiste algo?
—Se sonroja—No para nada, mira ahí viene el camión, ¡vamos!
Me sentía tan apenada por descubrirme así con él, no era ni el momento ni la situación.
El recorrido a la escuela era mi momento favorito porque Raúl siempre terminaba
tomando una siesta acurrucado en mí, esos momentos eran en los que me sentía
conectado con él, éramos uno mismo.
Y luego la triste realidad. Al llegar a la escuela, era soportar las miradas coquetas y
descaradas de todas esas chicas vacías, sé que es un chico hermoso en todos los
sentidos, pero ninguna de ellas es digna de ser su novia, él requiere de una compañera
divertida, leal, inteligente y hermosa, estas chicas están llenas de aire. No me
preocupaban, ninguna de ellas podía ganar su corazón, porque sé que a él no le interesa
ser cortejado ni ser el centro de atención por personas superficiales. Pero había una
chica que si es de temer… Samanta. Ella es hermosa y brillante, aunque es una fiel
creyente. Raúl y yo creemos que el universo fue creado por algo más grande que los
dioses señalados por la infinidad de religiones que existen en la actualidad. Y para mi
mala suerte Samanta es la jefa de grupo, en cada evento organizado para recaudar
dinero, Llama a Raúl, lo mantiene lo más cerca de ella, mientras que a mí me deja en el
olvido, no me dan ningún cargo, increíble ¿no? No es tan santa como piensan. Después
de la pasarela de tipas sin cerebros por la escuela, llegamos al salón. ¡Y sorpresa! ahí
estaba samanta, acercándose con un obsequio para Raúl. ¡Cielos!, si piensa que con
regalos se ganara su cariño, está muy equivocada.
—¡Hola Raúl!, miré esto y pensé en ti. — Le da el regalo con una sonrisa atrevida.
—Raúl sonríe y abre el regalo— Wow es una lente para mi cámara, muchas gracias,
debió costarte tanto —Se levanta y la abraza
Samanta mira a Flor burlándose
—Raúl se aleja y la mira— Tengo una idea porque no nos acompañas al parque,
pensábamos ir hoy saliendo de la escuela, ¿Te gustaría ir con nosotros?
—¡Claro que sí!, me parece perfecto
Toca el timbre y todos se reincorporan al grupo.
—Flor sorprendida pregunta—. ¿Es enserio que acabas de invitarla? Arruinara nuestra
salida
—Exageras flor, vamos, dale una oportunidad, es agradable, deberías de conocerla te
sorprendería lo lista que es
Flor se levanta dirigiéndose al bote de basura a botar el poema.
Me sentía en la deriva del abismo, lo cautivo. Logro cautivarlo. ¿Y ahora que hare?, no
la soportaba, y dejarlos a solas no era una buena idea. Tenía que declarar mi amor antes
que lo hiciera ella, Pero. ¿cómo?, ¡Lo tengo!, una carta, soy buena expresando mis
emociones en papel y pluma. Se la daré en la hora de receso.
Nunca había transmitido tanto amor, como lo hice en aquellas dos hojas. Cada clase me
parecía interminable. Se notaba mi desesperación, y claro que lo noto Raúl.
—Raúl la mira y toma su mano— ¿Te encuentras bien?
—Flor lo mira— Raúl…Debo confesarte algo, debo hacerlo ahora oh perderé la poca
cordura que me queda
Raúl la mira confundido
—Mira yo estoy ena…
Toca el timbre. y Samanta se acerca a Raúl tomando su brazo
—Vamos Raúl, te tenemos una sorpresa.
—Permíteme Samanta, Flor tiene algo importante que decirme, en un momento te
acompaño
—Nada de un momento, ven, te encantara.
—Flor desanimada lo mira— Ve, hoy es tu día.
—No es mi día si tú te encuentras ahí, dime que sucede.
Un grupo de personas se acercan y toman a Raúl para llevarlo al patio. Flor sale detrás
de ellos.
—Samanta se acerca con un pastel y exclama—Raúl como sabes, eres el chico más
querido en la preparatoria, por eso decidimos hacerte una fiesta en mi casa para
festejarte
—Raúl emocionado responde— Chicos muchas gracias, pero es demasiado…
—Samanta interrumpe— Lo mejor para los triunfadores, ¡ven a partir el pastel!
Sí que es buena para arruinar momentos. No me dará tiempo para hablar con él, debo
darle la carta ahora.
—Flor se acerca a Raúl— Oye cumpleañero, falto mi regalo
—Raúl sonríe—No necesitas obsequiarme nada flor, con tu existencia me basta para ser
feliz
—Flor lo mira con amor sacando de su bolsillo la carta— Mira…
—Samanta interrumpe—Raúl allá está el profesor Joaquín, ¿Lo recuerdas?, quiere
felicitarte
—Raúl contento dice—Flor puedes esperar un momento, enseguida regreso.
Raúl se aleja de Samanta y Flor.
—Samanta le arrebata la carta— ¿Qué es esto?, no me digas que es una patética
declaración, deberías ser menos egoísta, mira a Raúl, tiene tanto potencial y belleza, tu
solo eres hija de una alcohólica que vive en pecado con un ladrón. Nunca serás digna
para él.
Toca el timbre y todos se marchan a su salón.
Tiene razón. Yo no soy nada. No tengo ningún valor. Debería de alejarme y dejarlo ser
feliz con alguien de su estatus. No debo llorar, él no puede verme así, mejor llamo a mi
madre para que venga a recogerme. Quisiera no entrar al salón, pero debo. No me
parecerá una novedad si Samanta está sentada a su lado.
Toca la puerta y abre
—¿Profesora me permite pasar?
—Flor es muy tarde, pasa
Se sienta en su pupitre
—Raúl se acerca—¿Oye dónde estabas? Te perdí el rastro
Flor lo ignora
—¿Estas molesta porque te deje?, sabes que admiro bastante al maestro Joaquín
—Flor se levanta exclamando— ¡Maestra! Me siento un tanto mal, ¿podría venir mi
madre a recogerme?
Raúl confundido mira a flor recoger sus materiales
—La maestra le responde intrigada—Claro flor, ve a dirección
Se dirige a dirección a llamar. Se acerca con la secretaria para pedir el teléfono.
Comienza a marcar. Atienden la llamada.
—Hola Madre, necesito que me recojas a la preparatoria, tengo dolor de cabeza Y…
—Madre la interrumpe— ¡Por Dios santo solo para eso llamas!, vete en autobús, no soy
tu chofer
—No puedo salir de la escuela sola, si pudiera hacerlo no estaría pidiéndote esto, ¡por
favor!
Madre Cuelga.
Flor mira a la secretaria sonriendo
—Me esperara afuera.
Me siento tan humillada. No puede ser, escucho a Raúl, ¡oh no!, hay viene.
—Raúl se acerca corriendo—¿Oye que te ocurre?, Desapareces. Me ignoras en media
clase y te marchas sin decir nada
—Flor mira al suelo— No es nada, vuelve a clases, mi madre vendrá por mí, solo es un
dolor de cabeza. No tienes por qué preocuparte
—Raúl la mira preocupado— Si te sientes mal, me quedo contigo.
—Flor exclama—¡No! Hoy es tu fiesta, debes ir a disfrutarla
—Raúl molesto exclama— ¡Basta!, no puedes estar diciéndome que debo de hacer. Te
quiero y quiero estar contigo Flor.
— Flor— también te quiero, Siempre te he querido…
—Raúl la mira conmovido tomando su mano— ¿Esto era lo que querías confesarme?
—Flor lo mira sonriendo con los ojos llorosos— Si…Bueno, era más extenso.
Llegan un auto tocando el claxon
—Madre grita— ¡Niña!, ¿acaso eres sorda?, súbete al auto, por tu culpa no fui al trabajo
—Flor molesta mira a Raúl— Lo siento, debo de irme
—No te preocupes, iré a verte saliendo de la escuela
—¿No saldrás con Samanta?
— Raúl Exclama— ¡Claro que no!, tienes malestares, como podría irme a divertir.
—Madre toca el claxon—¡No tengo tu tiempo, súbete ahora!
Flor se sube al auto.
—Madre arranca el auto—Solo me haces perder mi tiempo, tendrás que pagarme mi día
—Flor responde molesta— Que novedad
No podía creer que me haya correspondido, mi sueño se estaba volviéndose realidad, al
fin podría ser feliz con alguien. El cielo nunca lo había visto tan azul como hoy, podía
sentir el fresco viento acariciar mi alma. El sonido de mi corazón era tan elevado que
podría estallar en un segundo. No escuchaba las maldiciones de mi madre solo su dulce
voz diciéndome “Te quiero”, mi melodía sonaba fuertemente en mí. Llegue
directamente a arreglarme quería lucir lo más hermosa posible. Dieron la 1:20pm y no
veía ninguna señal de Raúl. 2:30pm estaba preocupada, me dije “Tal vez paso a su casa
a cambiarse”. Procedí a llamar a su casa. Recuerdo haber marcado unas 12 veces. Mi
última opción fue dirigirme a su hogar. Tome mi bicicleta, mis manos temblaban, tenía
un mal presentimiento. Al llegar a su hogar percato que el auto de su padre no se
encontraba, me pareció extraño, ya que él va a recoger a Raúl a la escuela. Toque la
puerta, me abrió la nana de Raúl.
—Señorita Flor… Tristemente debo informarle que El señor Estrada y el joven Raúl
tuvieron un grave accidente hoy en la tarde. Ahora mismo su familia se encuentra en el
hospital
Sentí como mi mundo se despedazaba en frente mío y no podía hacer nada para
detenerlo. Tome mi bicicleta, pedalee con toda mi fuerza, ni siquiera sentí cansancio ni
dolor. Llegué al hospital. Me dirigí a recepción.
—Flor agitada exclama— ¡Señorita Me podría brindar información de Raúl Estrada!
—La Recepcionista responde— EL joven está en cirugía, y el padre falleció… Lo
siento.
Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, a lo lejos miré a la familia de Raúl y corrí
a ellos, se encontraban desconsolados y preocupados, había llegado con fracturas y
derrame cerebral. Espere toda la noche hasta saber noticias de él, hasta que un doctor se
acercó a nosotros diciéndonos que Raúl no soporto la cirugía. Se encontraba en coma.
No podía soportar el dolor recorriendo mis huesos, la respiración se me acortaba, mi
Raúl... No era justo, él no merece esto repetía desesperadamente en mi cabeza. No podía
detener el llanto. Esa noche sentada en esa fría silla le rogué al Dios del que tanto me
hablaba que lo salvara, que me devolviera sano a mi Raúl, hice aun lado mi orgullo y
escepticismo por su vida. Nunca había rezado, no tenía ni idea si lo estaba haciendo
correctamente, solo me encontraba desesperada.
Eran las 7am de la mañana siguiente, No había asistido a la escuela, solo quería
quedarme y esperar a que despertara. Siento una voz calidad a mi lado, era la madre de
Raúl con un café caliente en sus manos.
—Hola flor, te traje un café— Le dice desanimada.
—Flor toma el café mirándola— De verdad siento lo de su esposo Señora Estrada
—La señora estrada pone sus manos en sus ojos y comienza a llorar— Era un excelente
padre y esposo… Siempre será el amor de mi vida Flor— La mira con los ojos
hinchados y rojos— Así como lo eres para Raúl.
—Flor la mira nostálgica— No quiero que muera…—Rompe en llanto.
—La abraza consolándola— Tampoco yo Flor… Tampoco yo.

Esa mañana habían cremado al señor Estrada. Me sentía bastante impotente, la partida
de la familia de Raúl me rompía el alma, en esos momentos no tenía la destreza de
poder decir las palabras correctas en esta situación, simplemente mi voz se me fue
arrebatada ese 6 de abril del 2012.
Pase semanas en el hospital visitando a Raúl con la esperanza de que despertara, mire
venir y salir a infinidad de personajes que desconocía su existencia, incluso la propia
Samanta venia cada domingo a rezar por Raúl. Así que se me ocurrió mejorar aquella
carta que le deseaba obsequiar en su cumpleaños. Tal vez si escuchaba mi voz
expresando todo mi amor y apoyo haría que despertara. Me puse manos a la obra esa
noche. ¡Logre terminarla¡, Lágrimas y sudor se encontraban en aquella carta. Aproveche
la oportunidad de que me encontraba en mi hogar para tomar una pequeña siesta. Y
luego sucedió, me despertó el teléfono sonando, conteste.
—Flor soy yo, la madre de Raúl. El tuvo un infarto…
Dejé caer el teléfono. Y corrí a tomar mi bicicleta dirigiéndome al hospital. Rece todo el
camino pidiendo que no me lo arrebatara de mis brazos. Llegue y mire a toda su familia
llorando, me metí a la sala, estaba llenos de aparatos, ¡él dependía de todos esos
aparatos para vivir! Le grite que lo amaba, que no podía abandonarme, unos enfermeros
se acercaron a mi sujetándome de los brazos diciéndome que debía salir y esperar
afuera, comencé a zafarme con la poca fuerza que quedaba en mí, seguí gritándole que
no me dejara. Me desmaye. Mi cuerpo no aguantaba más tristeza, se estaba yendo
enfrente mío y no podía hacer nada. Desperté en una cama del hospital, miré a la
enfermera a mi lado diciéndome suavemente
—Niña siento lo de tu amigo, yo perdí a mi hijo en un accidente hace 10 años, se por el
dolor que estás pasando, El único consuelo que me acompaña es saber que está en un
lugar mejor cuidando de mí y su hermanita
—Flor Pregunta con la voz quebrada— ¿Cómo sabe eso?
—La enfermera la mira sonriendo— Él me lo dijo en un sueño
Da la vuelta dirigiéndose a la puerta. Voltea y agrega— Estarás bien hija, confía
Mi cabeza daba vueltas, en eso veo a la señora Estrada viniendo a mí.
—Se sienta. Toma la mano de flor y pregunta— ¿Cómo te encuentras?
—Estoy bien señora, gracias por estar aquí conmigo, ¿Cómo esta Raúl?
—La mira aliviada— Esta bien, no paso a mayores, ahora se encuentra estable
—Me alegra saberlo… Yo le escribí una carta, he leído que, si escuchan las voces de
sus seres queridos, logran despertar, ¿cree que pueda pasar a verlo a leérsela?
—Conmovida mira a Flor— Claro, me parece buena idea.
Una vez más me encuentro en el risco de la montaña, al fin le diría lo que siento. Ah las
horas de darme de alta, me dirigí afuera para tomar el autobús, esta vez, me encontraba
cansada de pedalear. Mientras veía las hojas caer de los arboles vino a mi memoria
aquella vez que casi beso a Raúl, eran un viernes por la tarde. Nos encontramos en el
patio de su casa mirando las nubes desplazándose lentamente, las hojas de los árboles
volaban por toda nuestra aurora. Roce mi mano con la suya y lo mire detenidamente,
admirando su belleza en todo su esplendor, volteo a mí y sonrió. Tuvimos una conexión
y percate que sentía lo mismo que yo, se acercó lentamente a mí, no había visto tanto
brillo en él cómo en esa tarde de otoño. Pero Llego Samanta a interrumpir, ¿irritante
no?, La madre de samanta es la mejor amiga de la madre de Raúl, así que se la pasa
arruinando cada oportunidad que se logra dar con él. Si no fuera por ella, ese habría sido
mi primer beso con el amor de mi vida. Volteo y noto que estoy cerca de mi hogar, pido
la parada, bajo y me percato que no está el auto de mi madre, no pudo haber ido a
trabajar, era su descanso, y con su novio no se encontraba, ya que nos abandonó, ¡ah!,
pero antes de marcharse le robo todos sus ahorros, no solo la dejo en bancarrota si no
también destrozada del corazón, la ironía de la vida. Saco mis llaves para abrir la puerta,
pero se encuentra abierta, lo primero que pasa por mi cabeza es que forzaron la entrada
con el propósito de robar, al entrar observo que todo se encuentra en la normalidad,
comencé a gritar a mi madre, en eso escucho la llave de la regadera, tal vez es mi
abuela. Abro la puerta, pero estaba trabada, golpe para asegurarme quien se encontraba
ahí, pero nadie respondía, comencé a preocuparme, empuje con toda mi fuerza y se
encontraba mi madre con sangrando, se había hecho cortes en las muñecas, grite con
desesperación, la abofeteé fuertemente para que respondiera en sí. Mis manos y mi
camisa estaban llenas de sangre, me levante, me dirigí al teléfono, mis manos estaban
temblando, tome el teléfono y llame a emergencias, no podía creer lo que estaba
viviendo en ese instante. Me dijeron que en seguida llegarían, salí a gritar por ayuda,
por suerte unos vecinos salieron, les dije que mi madre estaba sangrando en el baño,
corrieron a detener el sangrado de sus muñecas, estaba en medio de la sala escuchando
gritos de desesperación, “¿qué hiciste maría?” escuche. De pronto se tornó oscuro el
ambiente, ya no había sonido, mire llegar a la ambulancia, entraron, la tomaron y
subieron a la camilla. ¿Por qué lo hizo? Me pregunte angustiada. En ese momento me
habla un paramédico diciéndome que subiera a la ambulancia. Subí y la miré queriendo
huir de la vida, sus manos frías… sin vida. Al llegar al hospital reaccione, me pregunte,
¿en serio está ocurriendo esto? La introdujeron a emergencias, sus cortadas habían sido
tan profundas, si no hubiera sido por mí, habría muerto al instante. Llegué a tiempo me
dije. Espere 1 hora en la sala, mire llegar a mi abuela, Nunca la había visto tan alterada
y preocupada, bueno, ella era su única hija.
—¿Cómo está tu madre? ¿Ya te dieron noticias?
—Flor responde confundida—No abuela, ningún doctor me ha querido decir algo.
—Abuela agitada se sienta—Hija… Sé que me la paso juzgándolas todo el tiempo, pero
es porque pueden ser mejor, yo siempre le repetía a tu madre lo talentosa que era, aun
con sus vicios nunca se dio por vencida, trabaja sin descansar por brindarte buena
educación, tal vez no es la madre más cariñosa, pero nunca ha descuidado su más
grande prioridad
—Flor responde molesta—Su única prioridad es ganar dinero para su alcoholismo
abuela
—La abuela la mira y responde— Te equivocas cariño, su prioridad siempre has sido tú.
Ha estado con infinidad de hombres sí, pero a ninguno ha amado. Ella aun ama a tu
padre.
—Flor confundida exclama— Pero siempre desvía el tema cuando le pregunto por él.
—Dime, como te sentirías tú si tienes que alejarte del amor de tu vida para garantizar su
felicidad. Se le dificulta hablar de él…
—Flor interrumpe— ¿Qué?, ¿entonces no nos abandonó?, ¡Qué diablos! Porque mentir
sobre algo tan importante, ella sabía muy bien que quería con desesperación saber de mi
padre.
Llega el doctor
—Buenos días, les informo que logramos parar la hemorragia a tiempo, ahora está
estable, la dejaremos descansar por ahora, más tarde podrán pasar a verla, ¿de acuerdo?
—Abuela responde tranquila— Muchas Gracias doctor
El doctor asiente con la cabeza y se retira.
—Flor se levanta— Debo ir a hacer una llamada, ahora vuelvo.
Se dirige a recepción y pide hacer una llamada. Marca a la madre de Raúl. Contestan.
—Buen día señora Estrada, quería saber cómo se encontraba Raúl
—Hasta ahora está estable Flor, creí que vendrás a leerle tu carta, estaba esperándote.
—Lo siento, se me atravesó un asunto familiar, ya todo está bien, no se preocupe. Debo
de colgar, en la tarde iré al hospital. Hasta luego señora estrada.
Cuelga. Y agradece a la recepcionista.
¡Vaya día!, coloque mis manos en mi cabeza, ahora como lograre hablar con mi madre
sobre esta situación. Iré con mi abuela.
—Camina hacia ella— Abuela porque no se va a descansar, yo me quedare aquí.
—No hija, de aquí no me muevo, ¿por qué no vas a la casa a cambiarte de ropa?, date
un baño y come algo. —Saca dinero de su billetera—Toma, come algo en el camino.
Aquí te esperare.
—Toma el dinero— Gracias abuela, ya vuelvo.
Tal vez no tenga la mejor comunicación con mi madre y abuela, pero las amaba, y si les
llegara a pasar algo me destrozaría. Procedí a salir del hospital y tomé el autobús. Pensé
en mi padre de nuevo, puede ser que ella tenga comunicación con él, oh solo lo extraña
y le recuerdo tanto a mi padre que por esa razón es cruel conmigo, sea la razón que sea,
ella me mintió, por que ocultarme algo tan delicado como esto. Cuando la den de alta la
afrontare, debo saber de mi padre, estoy en mi derecho. Pido la parada y bajo. Abro la
puerta, entro al baño a limpiar. Me doy una ducha. Salgo, me cambio, y lavo la ropa.
Tomare la carta de Raúl, antes que suceda otra tragedia, ¡cielos! parece que el universo
no quiere vernos juntos. Tomo mi sudadera, cierro la puerta y me dirijo a la cafetería a
merendar. Mientras veía hacia la ventana, pensé en Raúl y lo mucho que deseaba tenerlo
en frente mío, conversando sobre los malos días, soñando…Amándonos. Por un
momento me percate escuchar su voz llamándome. Después esa llamada se convirtió en
una voz irritable, era Samanta. ¡Genial!, mi día no podía ser más horrible. Como podía
lucir tan radiante después de una partida y la delicada situación en la que encontraba
Raúl.
—Hola Flor, escuche lo que le ocurrió a tu madre, espero que Dios pueda perdonar su
falta, ya que atentar contra su vida es pecado
—Flor se levanta enfadada— Suficiente tengo con lo que está ocurriendo para tener que
tolerar tus ofensas Samanta, será mejor que me dejes, oh lo lamentaras
—Samanta se acerca a ella y responde— ¿Dime que me harás?, ¿Acusarme con tu
abuela?, ¿Oh con tu padre? ¡Cierto!, las abandono como vil basura que son…
—Flor con cólera la interrumpe lanzando un puñetazo en su rostro— No permitiré que
digas nada de mi padre, te lo advertí
—Samanta comienza a sangrar de la nariz, llorando de dolor exclama a Flor— ¡Eres
una maldita loca!, te meteré a la cárcel, ¿si sabes quién es mi padre?
Flor sorprendida por la acción realizada, sale de la cafetería.
No logro procesar lo que acabo de realizar, ¡golpe a Samanta!, ¡Diablos¡, coloque las
manos en mi cabeza mientras caminaba hacia la parada. ¡no!, ¡no!, fue lo mejor que
pude hacer, lo merecía, es una brabucona. Llego a la parda, me siento y comienzo a
llorar, no soportaba más esto, quería desaparecer de la faz de la tierra. ¡Dios Me
encuentro tan cansada!, lo peor de todo es que no tenía con quien poder hablarlo, esta
vez me encontraba en su totalidad sola. Veo llegar el autobús. Me limpio las lágrimas,
Subo y me siento. En estos momentos necesito de mi padre. Me pregunto en donde se
encontrará. Llego al hospital donde se encontraba internada mi madre. Entro y noto que
mi abuela no se encontraba en la sala de espera. Veo venir al doctor.
—Señorita, ¿Es hija de la señora María Hernández?
—Responde temblosa—Si… lo soy, ¿Qué ocurre doctor?
—La mira con tristeza— Señorita, su madre intento desconectarse, de nuevo atento
contra su vida, logramos estabilizarla. Debería de pasar a hablar con ella… Lo siento
—Flor nostálgica se dirige al cuarto a verla—Entra, la observa en una terrible condición
y rompe en llanto— Madre…
— Flor, ven aquí.
—Flor se sienta a su lado y coloca su mano sobre la de ella— No es el momento, pero
mi abuela me conto todo lo de mi…
—Madre la interrumpe— Tu padre, si, lo sé. Platique con tu abuela hace un momento,
ella fue a la casa a buscar algo para ti. Flor…Hija te pido que me perdones por haber
sido tan cruel contigo. No quiero que pienses que la razón de mi intento de suicidio fue
por ex parejas oh por ti. Yo siempre tuve comunicación con tu padre flor, el nunca dejo
de apoyarme para brindarte una educación de calidad, yo aún estoy enamorada de él,
estúpidamente creía que tendríamos ese final feliz, pero no fue así. Nos conocimos a los
18 años en la preparatoria, nuestro noviazgo duro 1 año. Sus padres no me aprobaban,
Tenían esa tonta idea de que la razón por la cual estaba con tu padre era por interés…
Una caza fortunas me llamaban, solo era una pobre vulgar. Él iba a asistir a la mejor
Universidad, ¿y yo?, bueno, terminaría la preparatoria si lograba pagar la colegiatura.
De verdad ame a tu padre, me embarace joven flor, cuando me entere del embarazo
decidí huir—Rompe en llanto. Con la voz quebrada continua— Tenia mi corazón roto y
una vida en mi vientre, No quería darte en adopción, ni abortarte, lo único que me
quedaba de él, eras tú flor. Dejé la preparatoria, conseguí un empleo. Tu abuela siempre
me brindo apoyo, por esa razón no fue tan difícil. Tu padre me busco, pero ya nos
habíamos mudado al otro lado de la cuidad. Me entere al año que se había mudado a NY
a estudiar Licenciatura de negocios internacionales, él siempre me hablaba de crear una
empresa y viajar por todo el mundo. Lo logro. Cuando tenías 6 años de edad él logro
hallarme, me encontraba trabajando en el restaurante—Sonríe con lágrimas en los ojos
— Recuerdo bien ese día, era un sábado en la tarde, escuche abrirse la puerta, se acercó
a la barra preguntando por mí, Cuando escuche su voz, le grite. Sonrió viniendo hacia
mí. Lo abrace tan fuerte que sentía el mundo detenerse. Puso sus manos en mi rostro y
me beso. Me dijo
—Rodrigo— No tienes idea lo mucho que te extrañe, nunca deje de pensar en ti.
—María lo interrumpe— Ya pasaron 6 años Rodrigo…
—Rodrigo exclama— ¡6 años!, ¡10 años!, ¡Toda la vida amor!
—María lo mira y pregunta— ¿Cómo lograste encontrarme?
—Rodrigo sonríe—Tu madre me encontró, al parecer ella es buena amiga de mi nana.
Jefe le grita a María.
—María mira a Rodrigo apenada—Debo seguir trabajando. Ve a mi casa, te tengo una
sorpresa.
Rodrigo asiente con la cabeza y la besa.
—Flor con los ojos llorosos interrumpe— Si se volvieron a encontrar, ¿porque no están
juntos?
—Madre triste responde— Él nunca llego a vernos flor, su madre se enteró que me
había encontrado, y se interpuso. Paso 1 año más y me llego su primera carta explicando
la razón por la cual no fue. Era un hecho que no podíamos estar juntos.
—Flor molesta responde— ¿Por qué no escaparon?, huir con ahorros y mudarse a otra
cuidad, desaparecer…
—Madre responde— Su madre era muy manipuladora flor, cada que tu padre estaba
conmigo ella inventaba enfermedades para tenerlo cerca de ella, es una terrible persona,
pero es su madre. Se sentía contra la espalda y la pared. Lo único que nos quedaba era
escribirnos, en la quinta carta enviada le conté de tu existencia. Obviamente se
encontraba emocionado, comenzó a enviar dinero para tus estudios y necesidades. Yo
quería verlo, necesitaba de su presencia. Las cartas no eran suficientes. Le insistía que
nos viéramos, pero nunca podía corresponder a mi llamado. Y me canse. Comencé a
amargarme, a detestarlo, me odiaba, Verte me recordaba tanto a él, que ni siquiera podía
dirigirte la palabra.
—Flor pregunta— ¿Cuál es la razón por la cual atentaste contra tu vida?
—Madre rompe en llanto— Te amo flor, espero y puedas perdonarme. Perdonar mis
faltas, la escases de amor hacia ti, el abandono y mis fechorías…
—Flor se levanta y la abraza— Yo nunca te diría que no madre. También te amo—
Llorar sin cesar—
—Madre le corresponde y agrega— Tal vez mis razones te parezcan tontas Flor, pero
cuando llegue tu abuela quiero que me prometas que seguirás luchando, que no te
rendirás, ni por mí, ni por tus enemigos, ni por Raúl. Por nadie hija. Eres fuerte. ¡Y
podemos con más! Cuando te enamores lo comprenderás.
—Lo prometo.
—Hija hazme un favor, ayúdame a levantarme, debo ir al baño.
—Flor asiente con la cabeza y le ofrece la mano para levantarse— Con cuidado.
La acompaña al baño. Se dirige a la sala a dar un vistazo. Mira a su abuela sentada y va
hacia ella.
—¿Abuela donde te encontrabas?
—La abuela la mira preocupada— Tu madre me pidió traerte algo, ¿no estabas con ella
conversando?
—Sí, solo que me pidió que la acompañara al baño.
A los minutos Un grupo de enfermos corren al baño
Flor y su abuela camina a ver qué sucede. Llega el doctor, Salen del baño con el cuerpo
sin vida de su madre.
—Flor desconsolada grita— ¿Qué sucede? ¡Madre!... —Llora sin cesar exclamando—
¡Por un demonio Respondan!
Abuela llora y abraza a Flor.
Esa tarde conversando con mi madre en aquella habitación pude sentir por primera y
única vez lo que es el amor de madre e hija. Mientras que mi abuela hablaba con el
doctor, yo estaba en sentada en el frio piso mirando hacia el techo, queriendo
desaparecer una vez más. Me queda mi abuela y un padre que es manipulado
ciegamente por su madre me dije. Deseaba con todo mi ser que Raúl estuviera aquí
conmigo diciéndome que todo “Estará bien”, aunque no fuera así. Mi abuela llega a mi
diciéndome
—Pensaba en cremar a tu madre, dime. ¿Qué piensas?
—Responde cansada— Sinceramente no lo sé abuela.
—La mira nostálgica— Hija, yo sé que…
—Flor se levanta y la interrumpe molesta— ¡Estoy cansada de que todo el mundo diga
“Yo sé”, ¿yo sé qué? No tienen ni una maldita idea por el dolor que estoy pasando,
¡nadie!, creen saberlo todo, ¡Pero no es así! —Rompe en llanto— Basta de sus “Lo
siento”.
Corre desconsoladamente a ver a Raúl.
Mi única esperanza es Raúl, es mi prioridad en estos momentos, no soportaría perderlo
también, ¡No ahora! Y no me importa si creen que soy egoísta, yo solo necesito que
despierte. Corro a la parada, espero el camión, lo veo venir, me subo, me siento.
¡Cielos! exclamo poniendo mis manos en mi rostro. Y si Raúl no despierta y deciden
desconectarlo, no quisiera pensar en ello, pero ahora mismo necesito realidad. Pido
bajar, camino dirigiéndome al hospital. Veo a la madre de Raúl con sus ojos llorosos.
—Buenas noches señora—Rompo en llanto
—Señora estrada se acerca y la abraza—¿Qué ocurre corazón?
—Flor con la voz cortada responde— Mi madre… Se suicidio hoy en la tarde.
Señora estrada acaricia su pelo y la abraza con fuerza— porque no pasas ver a Raúl.
—Flor se seca las lágrimas y va hacia la habitación de Raúl
No tenía saliva, mis ojos ya no podía derramar más lágrimas, no me quedaba nada.
Veo a Raúl conectado de más aparatos, me acerco y acaricio su pelo. Le doy un tierno
beso en la mejilla y me siento aun lado de él, saco la carta de mi bolsillo.
—Hola Raúl, no sabes cuánto extraño escuchar tu dulce voz llamarme —Se detiene y
comienza a llorar—Ya paso un mes desde tu accidente y comienzo a perder la fe. Yo Te
escribí una carta…
Se incorpora adecuadamente en la silla y lee
“Querido Raúl en esta noche te deseo dedicar todo el amor que poseo en estos
renglones. La tarde del 22/Julio/2010 en el patio de la escuela me percate ver un
Ángel, te encontrabas leyendo mi novela favorita, no parecía creíble que mis ojos
estaban presenciando un ser tan radiante. Veía la sublimidad de los dioses en ti mi
Raúl. Desde ese momento mi corazón te perteneció.
Y así fue cada día de la semana, admirando tu genialidad, no podía acercarme
bromeando que el personaje principal iba a morir, no tenía las palabras para llamar tu
atención. Pensé «¿Cómo un chico tan inteligente y hermoso se fijaría en mí?» Te
convertiste en mi primer amor. Y mi gran miedo. Pero la vida dio un giro, tú me vistes,
notaste mi existencia entre 7,625 millones de personas que existen en el mundo, Tú me
vistes a mí. No dejo de agradecer a la vida por ofrecerme la valiosa oportunidad de
coincidir contigo en esta ciudad, en este estado, es este país, en este continente…En el
cosmos.
Me llamaste con tu dulce voz y sentía que mi cuerpo flotaba sin dirección alguna,
volviste a decir mi nombre. Y Reaccione. No podía creerlo. Te quedaste toda la tarde
hablando conmigo, me acompañaste a mi hogar. Desde ese día no lograban
separarnos, nadie, Ni Samanta. Ni mi madre. Ni la vida… Hasta ahora.
Recalcar mi amor hacia ti se convirtió en una misión imposible de finalizar. Ahora
puedo leerlo en su totalidad claridad… estoy totalmente enamorada de ti. Me destroza
verte plasmado es esa cama, me duelen tus cicatrices, tus fracturas, tu dolor. Puedo
sentir por todo lo que estás pasando, y quisiera tener el poder para hacerte despertar,
el poder para aliviar tus penas y tu corazón roto. No puedo dormir, no quiero dormir,
temo recibir la última llamada de tu madre, temo tanto que te marches. Temo tanto
estar sola nuevamente.
Pero tu felicidad, tu estabilidad…Tu salud son ahora mi prioridad. Raúl… si tú ya no
posees más fuerza para continuar esta difícil lucha, lo comprenderé, Dios sabe que sí.
Tan solo quiero que pares de sufrir. Y si eso conlleva que te desconecten, lo acepto.
En este mundo oh en los otros mil que existan en los planos yo seguiré amándote.
Esperare fielmente tu llegada mi Raúl, yo esperare siempre por ti, porque te
pertenezco. Nos pertenecemos.

Te amo.

—Rompe en llanto— Por favor vuelve a mi Raúl… —Lo abraza


El monitor empieza a sonar.
—Flor se altera. Comienza a Exclamar fuera del cuarto—¡Doctor!, ¡alguien! ¡Por favor
necesito ayuda!
Llegan los enfermeros y el doctor.
—El doctor exclama— ¡El desfibrilador!, vamos Raúl, tu puedes amiguito. Revisen el
monitor cardiaco, ¿Cuáles son sus signos vitales?
—Enfermera exclama— Tensión arterial diastólica 90-60
—Doctor con el desfibrilador en la mano lo pega al pecho de Raúl— ¡Descarga!
Enfermera frecuencia cardiaca
—Enfermera exclama— 60 latidos por minutos doctor
Flor se queda perpleja en esta situación. Un enfermero saca a Flor. Y cierra la puerta.
Llega la familia de Raúl preguntando qué había pasado.
—Flor exclama— ¡Se están yendo!, Raúl se está yendo. —Rompe en llanto
desconsolada.
Esperamos alrededor de 10 minutos, y fueron los minutos más largos de mi vida. Mire
al doctor dirigiéndose hacia nosotros.
— Raúl despertó, denle un momento para descansar, más tarde podrán pasar a verlo
No cabíamos de la felicidad que nos invadía. Pero no me convencía del todo la mirada
del doctor hacia la señora Estrada.
—Doctor mira a la señora Estrada— Me permite un minuto señora
—Claro
Se alejan unos metros y comienzan a conversar.
No tenía idea sobre lo que estaban conversando en aquella esquina, pero me
preocupaba. Con esta noticia que recibimos me hizo querer avanzar rápidamente con
Raúl, antes que ocurriera algo más. Al día siguiente en el hospital. A lo lejos veo a mi
abuela venir hacia donde estaba sentada.
—Hola hija, escuche que Raúl ya despertó.
—Flor se levanta y la abraza— Lamento tanto la manera en la que respondí abuela, no
era mi intención desquitar mi dolor contigo.
—Abuela la aleja y le da un beso tierno en la frente— Hija…No te preocupes. Hable a
la funeraria ayer en la noche, nos entregaran el cuerpo de tu madre hoy en la tarde.
—¿De verdad ya no se encuentra en nuestras vidas abuela?
—Abuela asintió con la cabeza— Tampoco puedo procesarlo flor. Ven, vamos a la casa
a preparar las cosas para el funeral.
—Flor se levanta desanimada—Abuela ahora regreso iré a despedirme de la señora
Estrada.
Flor se dirige con la familia estrada
—Siento interrumpir, podría permitirme un minuto señora estrada
—La señora estrada se acerca a flor— Claro, vamos para acá.
Caminan por el pasillo
—Hoy será el funeral de mi madre…Volveré mañana a visitar a Raúl.
—La señora estrada se detiene y agrega— vete tranquila flor, Raúl estará bien,
cualquier noticia que suceda te mantendré informada—La mira y abraza
—Gracias por todo el apoyo emocional que me brinda señora.
Flor sale del hospital junto con su abuela. Se dirige a los arbustos de atrás y toma su
bicicleta.
—Flor con una sonrisa traviesa agrega— Le pedí de favor a la enfermera que me
atendió que escondiera mi bicicleta, no quería perderla.
—Abuela la mira soltando una carcajada— ¡Que buen escondite!
—Flor se detiene mirando al cielo— Abuela, ¿no le importaría si decido irme en
bicicleta a la casa?
—Claro que no, necesitas un momento a solas. Yo te veo allá. Ve con cuidado.
El sol quemaba mi rostro con fuerza, pero necesitaba sentir más que dolor emocional en
mí. Me aventure en aquella bicicleta vieja rumbo a mi hogar. Mi camino se tornaba
confuso, pero aún quedaban fuerzas en mis piernas y manos. Desde lejos mire el árbol
donde grabe el nombre de Raúl y el mío, esa vez apostamos que no podría grabar
nuestros nombres a gran altura, esa apuesta solo hizo que brotara en mí una gigantesca
energía que me impulso a acepar, me sujete bien mis pantalones y amarre con destreza
las agujetas de mis tenis. Comencé a escalar el viejo y enorme árbol. Saqué la navaja y
tallé nuestros nombres “Raúl y flor. Los imparables”, me pareció chusca la frase, en el
momento de bajar, me enredé con mis agujetas y caí, no era tan alarmante la altura, pero
Raúl se notaba sumamente angustiado por mí, Me quedé inmóvil por unos minutos,
quería hacer una broma, pero no soportaba verlo así de preocupado. Lance un grito. No
podía resistir la risa, ver su expresión asustado por mí me hizo amarlo más. Reímos tan
fuerte que toda la cuidad podía escuchar nuestras carcajadas. Él se acercó y Procedió a
levantarme, me llevo a mi hogar, Curo mis raspones. Después Nos quedamos dormidos
en la sala. Cada experiencia que teníamos juntos resultaba tan valiosa para mí. El simple
hecho de verlo estudiar oh morirnos de risa a las 12:00am en la banqueta de mi casa
haciendo chistes incoherentes. Todo recuerdo que provenía en mis memorias en el que
se encontraba él, resultaban maravillosos. Regrese a mi realidad, percate desde lejos que
me aproximaba a mi hogar. Al llegar a la entrada, escuché a la vecina de frente
acercándose hacia mí. Dándome el pésame. Me sentía una desconocida, ignoraba el
hecho de que mi madre ya no se encontraba conmigo. Dejé mi bicicleta, abrí la puerta y
procedí a entrar. Tomé una ducha, me vestí. Me mire al espejo por primera vez y note
tan negro el vestido que estaba portando. Llore por unos segundos, Me detuve y camine
hacia la sala, me senté en el sofá. Se reflejaba mi cuerpo en ese televisor…Te extraño
susurre. En ese instante escucho que Tocan la puerta, me levanto a abrir, era mi abuela.
Me subí al taxi con unos ramos de rosas en mis piernas, nos dirigíamos a sepultar su
cuerpo. El cielo se nublo y podía sentir el asqueroso frio envolviendo mi cuerpo. Al
llegar, presencie ver a 30 personas, ninguna era conocida para mí. Camine hacia su
ataúd. El sacerdote comenzó la pequeña misa. No entendía ninguna palabra que salía de
su boca. Diciendo lo maravillosa que era. Todo era una mentira, ¡Hipócritas!, nadie la
conocía. Volteo a ver a mi abuela y se encontraba desconsolada. Termino con la frase
“Descanse en paz”, ¿Qué diablos significa eso? Finalizaron enterrando su ataúd, todos
se habían marchado. Yo aún me encontraba de pie mirando como la tierra húmeda se
esparcía. Mi abuela se acercó a mí, y me dio un sobre lleno de cartas, las mire por un
buen tiempo.
—Abuela pone su mano en su hombro— Por esa razón no me encontraba en el hospital
con tu madre cuando habías llegado, me pidió buscar las cartas de tu padre para ti. Ella
quería que lo buscaras flor.
Se marcha dejándola sola.
¿Ahora querrá que yo le ruegue a él?, no necesito esto. Me dirigí hacia mi abuela, nos
subimos al auto.
—Abuela, ¿viviré ahora contigo?
—La mira— Viviremos en mi casa, tendremos que vender la casa de tu madre. Con ese
dinero podremos pagar la universidad, estas a meses de graduarte, ¿ya lo habías
olvidado?
—Claro que no abuela, solo que no he tenido cabeza para pensar en ello.
—¿Tienes alguna idea que deseas estudiar?
—Sí, psicología. Existe una universidad privada no muy lejos de aquí que tiene un
excelente plan educativo.
—Abuela la mira emocionada— Realizaras grandes cosas hija, estoy segura de ello.
—Flor se recarga en su hombro— Realizaremos abuela.
Llegamos a la casa, nos bajamos y entramos. Me metí a mi cuarto, tiré las cartas, no
quería saber más noticias. Decidí dormir temprano. A
la mañana siguiente me despertó el ruido de algo siendo martillado, Me incorpore en la
cama. Seguía escuchando fuertemente ese sonido molesto, decidí asomarme a la
ventana, era un vecino con mi abuela, estaban colocando un letrero “Se vende”. Sí que
es rápida. Me dirigí a la ducha, hoy era el día en el que por fin vería a Raúl fuera de
coma, me encontraba emocionada. Me puse una camisa de manga larga y un short de
mezclilla junto con mis viejos tenis. Salgo de la habitación, y escucho a mi abuela
llamarme. Me acerco a la cocina.
—¿Lograste descansar?
—Flor se sienta en el comedor tomando un vaso de jugo— Claro abuela, ¿usted
descanso?
—Abuela toma el satén y sirve tocino en el plato de flor— Logre dormir bastante. Me
hablo la notaria hoy en la mañana, querían vernos para hablar sobre el seguro de vida de
tu madre y las escrituras de la casa.
—Cielos, ¿ah que hora querrán vernos?
—Se tomaron la decencia de venir a visitarnos junto con todo el papeleo. A las 4 pm,
así que espero estés en la casa a esa hora flor, ¿entendido?
—Come unos bocados grandes. Se levanta y la besa en la mejilla— Claro que si abuela,
nos vemos en la tarde.
El hecho de que un Abogado venga hoy a hablar del testamento de mi madre, me dejaba
integrada, cada centavo que tenía en sus manos lo gastaba. ¿Qué tal si nos dejó deudas?,
seria toda una vida trabajando sin parar. Espero que esa no sea la situación. Hoy decidí
tomar el autobús. Camine tranquilamente hacia la parada, espere 5 minutos y mire venir
al autobús, Subí. Me senté. Espero que este despierto Raúl, le esperan varios abrazos de
mi parte. Por fin escuchare su dulce voz. Noto que me aproximo al hospital, bajo, me
encamino a la entrada. Iba tan emocionada al cuarto de Raúl, y vaya sorpresa, estaba
Samanta a su lado riéndose con él.
—Samanta exclama— ¡Hola flor!, estábamos hablando de ti. Te acuerdas esa vez en la
clase de arte cuando todos los frascos de pintura de la repisa te cayeron en el rostro,
¡Cielos fue tan humillante!
—Raúl mira a Flor— Creí que no volvería a verte
—Flor se acerca con los ojos llenos de lágrimas— Sentí que te perdía
Toma su mano y procede a abrazarlo.
—Raúl rompe en llanto— Jamás me iría sin decirte te amo una vez más
—Samanta interrumpe— ¿Raúl no quieres comer algo?
—Flor molesta contesta— Si tiene hambre yo le buscare la comida, nos puedes dejar un
momento a solas
— Por favor déjanos solos
Samanta molesta se levanta y se dirige a la puerta.
—Flor burlonamente agrega— Y cierra la puerta por favor
Samanta azota con fuerza la puerta.
—Flor se sienta a su lado. Toma la mano de Raúl y la acerca a sus mejillas— Te extrañe
—Raúl la mira tiernamente— Te Escuche cuando leíste la carta Flor. ¿De verdad sientes
eso por mí?
—Flor baja la mirada— Si…
—Raúl confundido pregunta— ¿Y porque nunca me lo dijiste?
—Vamos Raúl, mírame y mírate tu…
—Raúl molesto la interrumpe— Te veo Flor, siempre te he visto. En ti hay pureza, eres
una joven maravillosa, tan brillante y graciosa. Sinceramente me intimida tu potencial,
Flor eres una mujer poderosa. No hay nada que yo quisiera cambiar de ti. Cualquier
sujeto seria afortunado de tenerte, pero eso no significa que alguno sea digno de ti.
Flor… Quisiera que apreciaras todo lo que veo en ti
—Flor rompe en llanto— ¡Cielos Raúl! me has hecho llorar
—Raúl sonríe— Espero que sean lágrimas de felicidad
—Flor responde emocionada—¡Claro que sí! —Toma la mano de Raúl y lo mira
Entra a la habitación el Doctor junto con la señora Estrada.
—Doctor se acerca a Raúl—Hola amigo, dime cómo te sientes
—Me encuentro bien, solo que no puedo mover mis piernas. ¿Es normal por la anestesia
cierto?
—Doctor mira a Raúl nostálgico— Quería dejarte descansar ayer, para darte esta noticia
Flor se acerca a Raúl y toma su mano. La señora Estrada se sienta en la silla del rincón
llorando.
—El accidente automovilístico que sufriste fue bastante grave… Tienes pérdida de la
función muscular. La pérdida de la función muscular después de este tipo de eventos
puede ser grave, en algunos casos, es posible que la fuerza muscular no se recupere por
completo, aun después del tratamiento. Ya hablé con tu madre Raúl, iniciaras un
tratamiento dentro de unas semanas para saber cómo respondes. No aseguro que tendrás
resultados inmediatos.
—Doctor se acerca a Raúl y pone su mano en su hombro—Lo siento
—Raúl plasmado por la noticia comienza a llorar sin cesar— ¿Por qué?
—Flor lo abraza consolándolo— Yo estaré aquí para ti, no permitiré que caigas—Pone
sus manos en el rostro de Raúl—Mírame, saldremos de esto.
La señora Estrada se acerca a ellos y los abraza.
Decidí darle espacio a Raúl con su madre, una noticia así no se procesaba fácilmente.
Estaba emocionada que por fin haya despertado, pero ahora como podrá adaptarse.
Camine a la salida del hospital. Me dirigí a la parada de autobús, me encontraba tan
estresada. Mire a lo lejos el transporte. Mes subí. Y procedí a sentarme. Pensé en que si
tal vez va a un especialista pueda darnos esperanzas, estudiar su caso, hacerle estudios,
tal vez si pueda caminar, y no se quede como una probabilidad, ¡Sí! No podemos
quedarnos con los brazos cruzados, debemos buscar opciones, Raúl si podrá caminar.
Me percato que estoy llegando a mi hogar, bajo. Saco las llaves y abro. Olí un rico olor
en la cocina, me dirigí hacia allá y era mi abuela cocinando unos deliciosos chilaquiles.
—Flor se acerca a abrazarla— Hola abuela, luce delicioso.
—Abuela toma unos platos y los coloca en la mesa— Quería animarte, por esa razón
prepare tu comida favorita
—Flor animada se sienta— Gracias abuela, necesitaba de una buena comida. Hoy en la
mañana que fui a visitar a Raúl el doctor nos dio una mala noticia…
—Abuela le sirve a flor y procede a sentarse— ¿Qué sucedió?
—Flor la mira desanimada— Raúl tiene perdida muscular, no puede caminar, tal vez
nunca. Debe de realizar un tratamiento, pero el doctor no garantizo resultados
inmediatos
—Abuela preocupada se levanta y abraza a Flor— Siento lo que le está ocurriendo a tu
amigo hija, pero ahora más que nunca debes de apoyarlo, orientarlo. En estas
circunstancias uno no vuelve a ser el mismo.
—Flor la mira— Eso hare abuela. Gracias por tus palabras—Mira al plato sonriendo—
Y por esta deliciosa comida
—Abuela la mira conmovida— Vamos come, oh se enfriará. En unas horas vendrán el
abogado, tenemos que tener lista la casa.
—Flor confundida pregunta— ¿Por qué lista la casa abuela?
—Hija no tenemos idea alguna de que nos dirá aquel señor, no quiero ser grosera, pero
temo que sean un pilar de deudas de las que quiera platicar
—Flor la mira preocupada— Tienes razón abuela.
Extrañaba tanto su sazón. Tenía 10 años cuando me preparo un platillo. Después de
unos minutos tocaron la puerta, mi abuela procedió a abrir, era el abogado con su
maletín. Me levanté del sofá y le ofrecí asiento, mi abuela se dirigió a la cocina por un
vaso de agua para el caballero.
—El abogado toma asiento—Buena tarde damas, se me asigno para leer el testamento
de la Señora María Hernández...
—Abuela llega con el vaso de agua y se lo da— Señor no quiero ser impaciente, pero
por favor asegúrenos si lo que contiene en su maletín son deudas que dejo María
—Señora no se angustie, por favor tome asiento
Abuela se sienta aun lado de Flor
—Abogado saca algunos documentos de su maletín y procede a explicarles— La señora
Hernández contaba con un fondo de ahorro, ella aportada un 13% de su salario. En
pocas palabras se aportaba mensualmente $750 pesos más la cantidad que el patrón
brindaba sumaba $1,500 en su fondo cada mes. Así que haciendo los cálculos por 13
años laborando. Serian alrededor de 234,000 mil Pesos
Flor y la abuela cruzan las miradas totalmente plasmadas por la notica del abogado
—Abuela se levanta y pregunta impactada—¿Esa es la cantidad real que le nos dejó
María?
—Si
—Flor agrega— Entonces… ¿No dejó deudas?
—El abogado las mira detenidamente— No señorita, su madre jamás pidió préstamos a
bancos. Su historial se encuentra limpio. Sin más apuros, les dejare algunos
documentos. Podrán recoger el dinero en unas semanas al banco con los documentos
que le acabo de brindar
Flor toma los documentos y procede a leerlos.
—El abogado se levanta del sillón— Fue un placer haber conversado con ustedes
—Abuela se levanta — Muchas gracias por habernos explicados todo este proceso a
detalles, Lo acompaño a la puerta.
—El asienta con la cabeza— Gracias señora. Hasta luego Señorita Hernández.
—Flor deja los papales y se levanta— Disculpe. Gracias por venir hasta acá y darnos
esta impactante noticia.
El abogado procede a retirarse.
—Flor coloca sus manos en la cabeza— ¡Increíble! Por esa razón no invertía tanto
dinero en ella y la casa.
—Abuela se sienta— Ahora entiendo porque ese día en el hospital me comento que
todo el dinero que le había prestado me lo devolvería multiplicado.
—Flor la mira nostálgica— Nos dejó un futuro asegurado abuela
Flor se sienta a su lado recargándose en su hombro
Lo que hizo mi madre por nosotras fue el acto más puro que haya visto hacer. Se fue,
sea cual sea la razón por la cual se quitó la vida, ello nos dejó una base para continuar.
¡Dios! Extrañaba tanto su presencia, su voz, las discusiones… A ella.
A los días logramos hallar a un comprador para la casa de mi madre, estar aquí nos
recordaba tristemente a ella, Sangrando en el piso mojado del baño. Jamás logre
recuperarme de ese traumatizante recuerdo.
Rentamos la casa de la abuela. Y logramos comprar una casa cerca de la Universidad,
para mi suerte, también se encontraba cerca de la casa de Raúl.
Siempre he dicho que las experiencias nos hacen las personas que somos en este
momento, pero como podría Raúl ser la persona alegre y radiante que solía ser
anteriormente, había una gran posibilidad que no volviera a caminar. Tan solo tiene 18
años. No se encuentra ni a medio camino y las tragedias lo estabas destruyendo
lentamente. Terapia tras terapia resultaban un fracaso, el brillo que tenia se estaba
apagando, ya no era Raúl. A una semana de la ceremonia de generación, tuve la gran
idea de ir a la plaza a rentar un traje para él, claramente no se encontraba emocionado,
pero quería que se reincorporara en la sociedad, pocas veces quería salir a dar la vuelta,
siempre estábamos en casa, en su habitación. Cada que Salía de su cuarto lo escuchaba
llorar, sus llantos eran desgarradores. Sus pesadillas constantes. Mi Raúl…
Por esa razón procedí a sacarlo de esa oscura habitación.
—Flor mira a Raúl— Necesitabas claramente de mi ayuda, que tal si elegías un terrible
traje, vine a tu rescate—Se detiene y Lo besa en la mejilla—
—Raúl desanimado responde— No necesito un traje Flor, ya te dije que no quiero ir a la
ceremonia.
—No permitiré que te quedes en casa, será nuestra noche, por fin seremos
universitarios. Y después profesionales. ¿Te lo imaginas? El viaje a parís está a nada de
cumplirse.
—Raúl exclama molesto— ¡Flor no seas ridícula!, ¿Cómo diablos iré a parís? — Se
detiene, colocándose enfrente de Flor— ¡Dime! Anda responde. No logro sentir nada de
mi cadera hacia abajo, no puedo subirme a esta maldita silla por mi cuenta—Rompe en
llanto colocando sus manos en sus ojos— Soy un invalido…Un fracaso.
—Flor se acerca Raúl hincándose— Oye, no eres un fracaso, eres un chico bastante
fuerte Y…
—Raúl la interrumpe— ¡Claro que lo soy! Dependo de mi madre, prácticamente de
todos, no quiero que toda mi vida sea así. Tenía sueños, proyectos a realizar. ¿Qué hare
ahora?
—Flor lo mira nostálgica— Yo estaré contigo Raúl, estoy aquí para darle color a tu vida
—Raúl sonríe— Flor no quiero detenerte. Tu carrera de psicología te espera. Yo solo te
atrasare.
—Flor confundida responde— Nunca vuelvas a decirme eso Raúl, yo nunca me iré de
tu lado, te amo.
—Raúl la mira con los ojos llenos de lágrimas— También te amo Flor
Flor se levanta, empuja la silla de Raúl y empiezan a caminar por la plaza.
—Flor señala una pequeña boutique— Ahí es. Lucirás hermoso.
Entran a escoger un traje.
—Flor toma un saco del aparador mostrándoselo a Raúl— Lucirás increíble con el
—Raúl emocionado mira a Flor— Tendrás que ayudarme a probármelo
—Flor sonrojada asiente con la cabeza— Bueno, vamos al probador.
Entran ambos Al probador
—Raúl le señala los pantalones— Que esperas, quítamelos. Te advierto que no uso ropa
interior.
—Flor nerviosa exclama— ¡Que! ¿Cómo puede ser que no uses ropa interior?
—Raúl suelta una carcajada— ¡Es una broma flor!
Flor temblando se hinca y desabrocha su pantalón
—Raúl ríe a carcajadas— No estas desactivando una bomba flor, vamos
—Flor lo mira inocentemente— Jamás he visto un hombre en ropa interior, ¡perdón,
pero estoy nerviosa!
—Raúl la mira tiernamente. Toma sus manos y la acerca a ella— Luces tan hermosa
sonrojada
Flor se acerca a él, besándose por un largo tiempo.
Podía verme desde arriba, mi cuerpo ya no se encontraba conectado con mi alma. Podía
percata nuestros cuerpos flotar en el espacio tiempo. Mi primer beso con Raúl no podía
ser explicado con palabras, solo podía sentirse apasionadamente. Sus labios son dulces y
suaves como un algodón de azúcar. Sus besos tan húmedos y tiernos. ¡Maldición! Este
chico podía destruirme con una palabra y encadenarme con una caricia. Claro que le
pertenecía.
El beso duro 5 largos minutos. Hasta que nos habló una encargada apresurándonos a
salir.
—Flor aleja sus labios de Raúl — Sera mejor que nos marchemos
—Raúl la mira y besa su frente— De acuerdo, vámonos.
Salen del probador apenados.
—Flor desanimada mira a Raúl— No te probaste el traje
—Raúl sonríe— Conozco mi medida de traje flor
—Flor indignada exclama— ¡Querías que te viera desnudo!
—Tal vez… Ven aquí.
Flor se acerca a Raúl
—Raúl la jala de la mano hacia él y la besa— Compremos este traje
Flor emocionada asiente con la cabeza
—Raúl se acerca al mostrador— Quiero comprar este traje señorita— Le da el traje a
Flor
—Recepcionista lo toma pasándolo por la barra— buena tarde, Son $993.13 pesos
Flor saca dinero de su bolsilla y apaga.
—Raúl exclama— ¡Vamos!, no tienes que pagarlo.
—Claro que sí, te dije que te compraría el traje, es un obsequio de graduación.
—Recepcionista le envuelve el traje y se lo da— Gracias por su compra.
—Flor y Raúl contestan— ¡Gracias!
Proceden a salir de la tienda.
—Aprovechando que nos encontramos cerca del parque, porque no vamos, de paso
compramos un helado, ¿te parece? — Propone Raúl.
—Flor feliz contesta— Claro que sí
Se encaminan al parque. Van a la peletería de la esquina, compran dos conos de nieve.
Siguen caminando y llegan a la entrada.
—Raúl observando el parque agrega—Han pasado meses y no podía reconocer el
parque.
—Flor lo lleva a la sombra del árbol y se sienta— Necesitábamos esto Raúl
—Raúl mira al cielo— Quisiera ser un pájaro. Ser libre y volar alto sin miedo a caer.
—Flor se levanta y procede a sentarse en las piernas de Raúl— Yo quisiera ser aire
—Raúl la rodea con sus manos en su cintura— ¿Por qué aire?
—Flor mira las hojas del árbol moviéndose— El aire es cálido, pero también es salvaje.
El aire es tímido acariciando el alma del hombre, pero también es peligroso. El aire es
vida para el árbol. Como los árboles para nosotros. Sin aire no somos nada.
—Raúl mira a flor— Sin ti no soy nada.
Flor mira a Raúl y lo besa.
—Raúl toma la mano de flor y la besa— No quiero lastimarte flor. Que pasara si el
doctor confirma mis temores… Y Nunca logro caminar. Yo no puedo arrastrarte a esto,
no lo mereces.
—Flor lo mira preocupada— Tu no me arrastras Raúl, esta es mi decisión, nadie decidí
por mí, solo yo puedo hacerlo. Y yo elijo permanecer a tu lado hasta que la vida no lo
permita. Entiende que no te dejare.
—Raúl la besa— Te amo tanto
—Flor sonríe— Lo se amor.
Desde ese momento Raúl y yo comenzamos una relación, me sentía tan viva y llena de
color. Tenía aire en mis pulmones, un techo, mi abuela, mi carrera de psicología… Y lo
más importante, a Raúl a mi lado. Esta tarde sería la ceremonia de graduación, llevaba
puesto un bello vestido y abajo se encontraba el gran amor de mi vida esperándome. No
cabía de la felicidad. Baje los escalones con mi toga en mi mano izquierda. Y ahí estaba
luciendo tan perfecto, como suelo él puede hacerlo.
—Raúl entusiasmo con un ramo de rosas exclama— ¡Luces tan hermosa!, cielos soy tan
afortunado de tenerte flor.
—Flor con los ojos llenos de lagrima se acerca a Raúl— Somos afortunados— Se
acerca a besarlo
Abuela y la señora estrada los interrumpe
—Abuela toma su bolso y cámara— Vamos chicos oh llegaremos tarde.
Se dirigen al auto. Suben a Raúl, después suben todos al auto. Se encaminan al gran
salón.
—Flor toma la mano de Raúl— ¿Estas igual de emocionado como yo lo estoy?
—Raúl mira tiernamente a flor— Claro que lo estoy, será nuestra primera meta
cumplida estando juntos.
—Flor acerca su mano y la besa— Y las que nos faltan
Llegan al salón, Abren la cajuela y sacan la silla de ruedas. Bajan cuidadosamente a
Raúl y lo sientan, se dirigen al salón.
—Señora estrada sorprendida exclama— ¡Que hermoso decoraron!, chicos estaremos
por allá de acuerdo. Les estaremos tomando fotos, así que sonrían.
Flor y Raúl asienten con la cabeza
—Flor mira al techo—Esta vez se lucieron
—Raúl observa detenidamente el salón— Es verdad, luce increíble.
Caminan hacia el centro del salón. Y se percatan que estaban esperándolos, comienzan a
gritar el nombre de Raúl.
Samanta golpea levemente el micrófono. Hace el llamado para que enfoquen las luces
hacia donde estaba Raúl
—Samanta exclama— ¡Estábamos esperándote!
Raúl y flor sorprendidos caminan hacia donde se encontraban todos. Un grupo de
jóvenes toma a Raúl para ponerlo enfrente del escenario.
—Samanta emocionada exclama— Raúl, querido amigo y compañero, decidimos
preparar un video de generación, enfocado en ti, todos los eventos que guiaste y las
olimpiadas de matemáticas y de futbol a las que asististe, dejando en alto nuestra
preparatoria como la mejor en la cuidad, tu destreza, inteligencia, apoyo y amor que
ofreciste a la escuela… A nosotros tus compañeros es sin duda el mejor regalo que se
nos pude haber dado. ¡Gracias por todo!
—Samanta procede a poner el video de generación—
—Raúl conmovido rompe en llanto grita— Por favor denme un micrófono
Un amigo le brinda un micrófono
—Chicos la única razón por la cual estoy aquí contigo es por ella— Mir a flor
Flor plasmada mira a todos en aquel salón
—Raúl exclama— ¡Ven aquí cariño!
Todos empiezan a gritar el nombre de flor. Flor temerosa se acerca a Raúl. Él le da el
micrófono
—Flor nostálgica mira a la pantalla— Nos encontramos emocionados por el regreso de
Raúl en esta clausura. Nos encontramos nostálgicos por la despedida y angustiados por
el futuro que nos espera. Este moche se cerrará una puerta detrás de nosotros. Tenemos
18 años, bueno, algunos, como en mi caso…
El público la interrumpe riéndose
—Flor mira a Raúl— Solo es un simple comienzo de una gran aventura. Raúl dice que
está aquí gracias a mí. Pero yo existo gracias a él… Agradezco que haya hecho este
enorme detalle por él. ¡Gracias!
El público aplaude.
—Raúl toma la mano de flor— Te amo
—Flor se acerca y besa su mejilla— También yo
Todos se incorporan. Empieza la ceremonia.
Mi corazón palpitaba tan fuerte cada que Raúl tomaba mis manos. El amor que nos
teníamos no se podía encontrar en ningún lado, era único. Amaba tanto cuando me
acariciaba y besaba. Hasta me parecía divertido verlo sonrojado cada que rozaba sus
manos a mis piernas. Quería ser la única para él. Yo deseaba ser su mujer, su esposa, la
madre de sus hijos…Su todo.
Al Terminar la ceremonia decidimos salir a comer a un restaurante del centro, Reímos,
nos tomamos fotografías y soñamos, por un segundo habíamos olvidados nuestros
pesare y angustias, simplemente estábamos disfrutando ese momento en aquel
restaurante a las 12:00am. Raúl tenía ese brillo nuevamente. Brillábamos todo. Eran la 1
am y habíamos llegado a la casa de Raúl.
La señora estrada Se baja y le habla a Raúl
—Descansen chicas, vamos Ra…
—Raúl interrumpe— Madre quisiera pasar un momento más con flor
Flor sorprendida mira a Raúl
—Señora estrada los mira extrañada— Esta bien, cualquier cosa llamen a la casa, ¿de
acuerdo?
—Raúl asiente con la cabeza— Descansa madre
Señora estrada cierra la puerta del auto. El chofer se encamina a casa de flor.
—¿Te quedaras a dormir en mi casa Raúl?
—Raúl sonríe y susurra— Si logramos dormir
Llegan a la casa. Se baja la abuela. Flor abre la cajuela y saca la silla de ruedas, entre el
chofer y flor sientan a Raúl.
—Chicos yo los dejo, muero de cansancio. —Besa en la mejilla a Flor, después a Raúl.
—Descansa abuela.
—Flor mira a Raúl— Bueno, vamos a la casa.
—Raúl toma su mano— Vamos al patio
—Flor confundida responde— ¿Que intentas?
—Raúl sonríe— Vamos
Se dirigen al patio. Flor a lo lejos mira unas luces. Se encontraba un pequeño kiosco
decorados de luces, al centro estaba una mesa con unas rosas blancas.
—Flor voltea a ver a Raúl con los ojos llenos de lágrimas— Es tan hermoso, por esa
razón no me dejaba ir al patio mi abuela— Suelta una risa inocente
—Ella me ayudo. Quería darte un detalle por nuestra graduación, además porque te
amo.
—Flor se acerca a Raúl y lo besa— Es perfecto.
Se acercan al quiosco. Flor coloca a Raúl enfrente y procede a sentarse.
— Mira lo que hay debajo de las rosas
—Flor quita las rosas, mira unas tarjetas y las lee— Cupón valido para un abrazo, cupón
valido para un helado, cupón valido para un beso, cupón valido para una salida—Flor
comienza a Reír
—Raúl exclama— ¡Sé que es muy ridículo!, pero ahora que iré con un especialista a
Monterrey para mis terapias. Necesitare ver mis promesas como novio en una tarjeta, no
quiero fallarte flor. Tú con estos cupones harás que en cualquier estado de ánimo en el
que me encuentre puedas influir en mí. Hice 5 de cada uno. Ya que serán un mes de
terapias…Sabes que son infierno para mí.
—Si es un infierno para ti, lo será para mí. Ten por seguro que en los malos momentos
como en los buenos yo permaneceré a tu lado amándote y apoyándote.
—Agradezco tanto tu apoyo flor— Se acerca a ella y la mira fijamente— No quiero
perderte, pero si por alguna razón te llego a lastimar. Te dejare ser feliz… Por más dolor
que sienta flor, yo lo hare. Porque te amo, y mi amor por ti es inmenso, tu felicidad
siempre será primero que la mía—Rompe en llanto— Dios extraño tanto nuestra vida,
me duele tanto no ser suficiente para ti.
—Flor pone sus manos en el rostro de Raúl— En cama, silla de ruedas, de pie, tu
seguirás teniendo gran valor para mi amor.
—Raúl besa sus manos— Tengo tanto miedo flor
—También tengo miedo
Lo que restaba del mes de julio Raúl y yo tuvimos grandes momentos. Hasta que se
marchó a monterrey con su madre, no me dejo acompañarlo, debía quedarme por la
universidad, me hizo prometer que me esforzaría mucho en mi desempeño académico.
Y eso estaba haciendo. Lo extrañaba tanto. Pero tenía esperanza de que volvería con
avances. Cada fin de semana marcaba a la casa de sus abuelos para conversar con él por
lo menos unos minutos, había días en los que se escuchaba emocionado y otros en los
sonaba cansado y frustrado. Tenía miedo que se tuviera una crisis, así que procedí en
leerle hasta al amanecer cuentos infantiles que cree para él. Lo mantenía relajado y
distraído.
En la última llamada que tuvimos, me anuncio que se quedaría un mes más, ya que el
doctor les informo que el tratamiento no estaba funcionando para él, Unos amigos de
sus abuelos le recomendaron ir con otro especialista que contaban con un mejor
tratamiento. Se escuchaba tan esperanzado que lo apoye. Lo extrañaba, pero si tenía
buenas reseñas aquel médico, al fin podría tener la oportunidad de lograr caminar.
Aunque no pasaríamos juntos mi cumpleaños no me preocupaba, porque sabía que
estaba teniendo sus luchas, perseverando como siempre lo ha hecho.
Mi abuela en la mañana siguiente me preparo un pastel, me sentí muy amada por tal
detalle.
—Abuela con el pastel en las manos exclama— ¡Feliz cumpleaños hija!, sopla las velas
Flor conmovida toma el pastel soplando las velas
—Abuela exclama— ¡No olvides pedir un deseo!
Mi único deseo era ver feliz a Raúl.
—Abuela saca una caja pequeña y se la da— Lo necesitaras ahora que entraste a la
universidad
—Flor animada abre la caja— Abuela no debiste. —Saca unas llaves— ¡Es un auto!
—Abuela emocionada le señala a afuera— Ve a dar una vuelta
Flor entusiasmada sale al estacionamiento
—Quita la alarma y abre el auto— ¡Es increíble!
—Abuela sale de la casa y se acerca a flor— Raúl me dijo que te encantaría
—Flor confundida pregunta— ¿Acaso él lo compro?
—Sí, él lo mando de monterrey para acá
—¡Cielos!, debió de haber invertido tanto. Nunca deja de sorprenderme
—Bueno, ya en la noche hablaras con él. Apresúrate a desayunar que se te hará tarde.
Flor cierra la puerta del auto y entra a la casa. Se sienta en el comedor y procede a
desayunar. Sube a lavar sus dientes y a tomar su mochila, baja los escalones.
—Flor se dirige hacia su abuela a despedirse— Te veo en la tarde abuela. Pasare por un
café con unos amigos.
—Abuela asiente con la cabeza— Diviértete, pero no vayas a tardar mucho.
—Claro abuela
Flor sale de su hogar, abre la puerta del auto, se sube y coloca las llaves. Enciende la
radio y procede a conducir.
Nunca me sentí una niña, sabía que era una joven madura a pesar de mi edad. Pero
ahora ya era una adulta, me sentí un tanto importante. Al conducir por la carretera me
recordó aquella vez que el padre de Raúl nos llevó al zoológico por primera vez.
Salimos llorando de aquel sintió. Lucíamos tan emocionados en el auto, pero al
momento de estar ahí y ver todos esos seres vivos indefensos encerrados, nos dimos
cuenta que no los zoológicos no deberían de existir, teníamos 16 años, pero nuestro
corazón era de unos pequeños de 7 años. Jamás en la vida volvimos a pisar ese sitio.
Había infinidad de momentos que tenía con Raúl que me hacían amarlo tanto.
A lo lejos del estacionamiento de la universidad me percaté ver a mis amigos
esperándome, nunca creí tener amigos, pero ahora los tenia, Alejandra y Alexander son
unas personas increíbles, deseo tanto presentárselas a Raúl.
—Flor se estaciona, toma su mochila y sale del auto— ¡Hola chicos!
—Alexander se acerca a Flor y la abraza— ¡Flor Muchas felicidades!
—Alejandra saca un libro de su mochila y procede a dárselo a Flor— Solo Es un
pequeño detalle, ahora que eres mayor al fin podrás leer mi novela favorita de Sade
—Flor con una gran sonrisa abraza a Alejandra— ¡Eres increíble ale!, muchas gracias.
—Alexander mira el auto y comenta— Que buen regalo te dio tu abuela
—Es un obsequio de Raúl
—Alejandra mira a flor preguntado— ¿Creí que regresaría dentro de un mes?
—Sí, solo que el mando el carro desde monterrey
—Alexander bromea— Habría sido genial si hubiera estado dentro del auto
—Flor desanimada camina hacia el salón— Lo se…
—Alejandra abraza a flor— Vamos flor, anímate, veras que ese mes pasara rápido
—Eso espero.
Caminan hacia el salón. Entran y proceden a sentar a sus pupitres.
—Alexander se acerca al pupitre de flor— Mi regalo es una salida al auto cinema del
centro, solo tú y yo. —Saca unos boletos y los pone encima de su cuaderno.
—Flor intrigada pregunta— ¿Alejandra no querrá ir con nosotros?
—No, ella tendrá plan ese día, solo seremos nosotros. La pasaremos bien, pondrán tu
película favorita
—Flor confundida asiente con la cabeza— De acuerdo
—Alexander emocionado agrega— Sera el sábado en la noche
Toca el timbre y todos se reincorporan en el grupo
Me sentía extraña. En estos meses que llevaba conociendo a Alexander jamás se había
comportado así conmigo, ¿Acaso era una cita?, no, no. Él sabe que estoy con Raúl, sabe
que lo amo apasionadamente. Tal vez estoy confundiendo las cosas. Mejor no me hago
ideas absurdas, Alexander es mi amigo. En todas las clases que fueron pasando note que
Alexander volteaba varias veces a verme, me comencé a sentir incómoda, ¿acaso estaba
mal arreglada? Tal vez olía mal, bueno, si oliera mal, Alejandra me lo habría dicho.
Demonios me tenía preocupada esta situación, ¿pero bueno que situación?, solo son dos
amigos saliendo un sábado por la noche. Creo que debería de hablar de esto con Raúl.
¡Que tonta soy! como le diré que saldré con un chico. Pensándolo bien no es solo un
chico, es mi amigo, ya le había hablado de ellos, no creo que lo vea extraño, mejor
omito esa parte, oh no, ¡cielos¡, no quiero crear secretos entre nosotros. Siento que estoy
malinterpretando y exagerando las cosas.
Terminaron las clases y me dirigí a la cafetería con Alejandra y Alexander.
—Alejandra mira a Flor preocupada— ¿Qué te ocurre flor?, has estado callada todo el
camino. Platícanos
—Flor mira a Alexander— No es nada, solo tengo un poco de sueño
Alexander abre la puerta de la cafetería invitándolas a pasar. Flor se acerca al mostrado
y ordena 3 capuchinos. Alexander se acerca A flor rozando su cuerpo con el de ella y
paga.
—Flor queda inmóvil por unos segundos. Saca unas monedas y le da propina al cajero
— Gracias
Alexander toma dos capuchinos y se acerca a Alejandra. Flor toma el suyo y se dirige a
ellos lentamente
—Alejandra exclama— ¡Flor vamos a la plaza!
—Flor tras encontrarse unos segundos desorientada contesta— Claro
Se encaminan al auto de flor, suben al auto. Conduce, y en minutos llegan al
estacionamiento. Salen del auto y se encaminan a la plaza.
—Alexander mira cariñosamente a Flor Tomando suavemente su brazo— Vamos
—Alejandra exclama— ¡Caminen más rápido chicos!
Se adentran a la plaza. Alejandra toma a Flor y la lleva a una boutique de lencería
—Flor sonrojada exclama— ¡Por qué estamos aquí!
—Alejandra se acerca a Flor— Vamos flor es completamente normal, me imagino que
Raúl ya te ha visto desnuda.
Flor se aleja apenada
—Alejandra impactada le pregunta— ¿Aun no hacen el amor? ¡Que tiernos! Dime, ¿no
te gustaría hacerlo?
—Flor sonrojada contesta— Por supuesto que deseo que él sea el primero, pero no se ha
dado el momento, no me gustaría apresurar algo así. Además, no necesito usar estos
trajes para que Raúl me desee—Sale molesta de la boutique
—Alejandra apenada sale detrás de ella— Espera flor, no quería incomodarte, creí que
ya habían estado juntos, perdón por mis comentarios tan inapropiadas. Prometo no
volver a tocar el tema.
—No te preocupes Alejandra, es solo que no acostumbro hablar de temas personales,
solo ha sido así con Raúl. Tú y Alexander son personas nuevas para mí, nunca había
tenido tantos amigos—La mira nostálgica
—Alejandra abraza a Flor— No te decepcionare flor, eres una persona tan inocente y
brillante, como no quererte
—Flor sonríe— Basta, oh me harás llorar
Alexander llega a ellas
—Las estaba buscado por todas partes, creí que me habían abandonado
—Alejandra toma suavemente del cuello de Alexander y las acerca a ellas— Como
podrías creer eso
Comienzan a reír, y se encaminan a una librería. Cada uno se aleja a buscar alguna
novela. Flor se dirige a la zona de poemas. Toma un libro delgado. Roza su mano con la
de Alexander
—Perdón, no te mire. Si quieres tómalo
—Alexander se acerca a ella—Solo quería llamar tu atención, tómalo—Le brinda el
libro y se aleja de ella
Me tenía preocupada el comportamiento de Alexander, luciendo misterioso. ¿Qué
diablos quería comprobar? Mejor hablare con Alejandra, ella conoce perfectamente a
Alexander. La invitare a dormir hoy a mi casa.
—Flor busca a Alejandra en la librería, La mira en la sección de novelas y se acerca a
ella— Ale, me preguntaba si te gustaría quedarte conmigo a dormir
—Claro, ¿cuándo?
—Esta noche
—Si claro, les mandare mensaje a mis padres
Flor emocionada se dirige a caja a pagar unos libros.
Como buenos lectores salimos de la librería con varios libros, lo que nos unía tanto a
nosotros tres era la lectura, nos encontrábamos obsesionados con la lectura, era un vicio.
Dejamos a Alexander a su casa y después nos dirigimos a la mía, los padres de
Alejandra le coincidieron el permiso, estábamos cantando a todo pulmón nuestra
canción favorita en la radio “Time after time” de Cyndi Lauper, nos encantaba sus
canciones. En solo minutos nos encontrábamos en la entrada de mi hogar, me estacione,
tomamos nuestras mochilas y bolsas. Saqué las llaves y abrí la puerta.
Un grupo de personas comenzaron a exclamar “Felicidades Flor”. Su abuela sale
emocionada
—Quería traer a nuestros viejos amigos y vecinos a celebrarte
—Flor conmovida suelta sus bolsas y se acerca a la abuela— ¡Cielos significa tanto para
mi este detalle!, te amo abuela
—Vamos, aquí hay un buffet de platillos deliciosos—Abuela mira a Alejandra— Pasa
hija, siéntete en tu casa
—Alejandra deja su mochila y bolsas en la sala. Se dirige al comedor con flor— Es
adorable tu abuela
—Lo es. De verdad me ha estado apoyando demasiado después de la partida de mi
madre
—Alejandra nostálgica pone la mano en su hombro— Eres muy fuerte flor
—Llega la abuela y les brinda unos platos— Vamos, coman algo oh se enfriará
Proceden a comer, disfrutar el convivio con chistes e historias. Dan las 7 de la noche y
poco a poco los invitados proceden a retirarse sin antes felicitar una vez más a Flor.
Flor junto con Alejandra ayudan a la abuela a levantar los platos, limpian la cocina y
sala. Al terminar Alejandra y flor se despiden de la abuela y proceden a subirse a la
habitación.
—Alejandra agotada se acuesta en la cama— Cielos, sí que fue un día ocupado—
Alejandra mira a Flor y le pregunta— ¿Te divertiste?
—Flor exclama emocionada— ¡Por supuesto que sí!, Jamás había recibido una fiesta de
tantos invitados. En mis cumpleaños anteriores solo se encontraba mi abuela, madre y
su pareja nueva de cada año. Eran pastelitos pequeños y comidas sencillas. Y por
supuesto me encontraba agradecida, eran los únicos momentos en los que mi madre
notaba mi existencia y mi abuela me daba amor.
—Alejandra se levanta y se acerca a Flor— Ahora me tienes a mi
Flor abraza a Alejandra. Al instante suena el teléfono de la sala. Flor baja deprisa a
contestar. Alza el teléfono
—¡Hola¡, ¿eres tu Raúl?
—Claro que soy yo. Feliz cumpleaños amor. Perdón por marcar tan tarde, supongo que
son las 10 de la noche allá, espero no haberte despertado
—No, claro que no interrumpes. Me encontraba en mi habitación con Alejandra, la
invite a dormir conmigo.
—Suena increíble. Espero y te hayas divertido, ¿Si recibiste mi regalo?
—¡Sí!, Es hermoso. Pero no debiste, Solo me bastaba tenerte conmigo.
—Lo mereces, además con la universidad y tus prácticas podrás desplazarte
cómodamente, no quiero que te encuentres tan tarde tomando transportes públicos.
Lo sé, también anhelo estar contigo en estos momentos. Festejándote, besándote,
presenciando tu ser.
—¡Cielos te extraño tanto!
—Veras que el tiempo volara rápidamente
—Deseo que así sea, Pero dime, como vas con tus terapias, ¿estas avanzando?
—Están bien, El sábado en la mañana iré, quieren ver si logro ponerme de pie
sujetándome de las barras.
—¡Increíble!, podrás lograrlo, tenlo por seguro.
—Gracias por apoyarme tanto, de verdad no sé qué sería de mi sin ti.
—Seriamos la nada cariño…
—Te amo
—También te amo Raúl
—Cariño, debo dejarte. Hablamos mañana, ¿de acuerdo? Cuídate, te amo
—De acuerdo, descansa. Te amo
Flor cuelga el teléfono, sube a la habitación. Toma su pijama y entra al baño a darse una
ducha. Sale, y se acuesta.
—Flor mira a Alejandra— Coloque tu pijama en el baño si desea ducharte
—Alejandra se levanta— Claro que lo hare—Alejandra mira confundida a Flor—
¿Estas bien?
—Flor mira al techo—Si, solo estoy cansada
—De acuerdo, me apresurare. Para dormirnos
Me encontraba impaciente por saber lo que ocurría con Raúl después. Claro que me
importaba que el volviera a caminar, pero si no lo lograba, si ya no se encontraba
ninguna solución…El estaría derrotado, no me importaban los obstáculos ni los malos
días, nada de eso me preocupaba. Solo me interesaba su bienestar, que no se destrozara
en el intento. Sé que está en todo su derecho en romper y gritar, pero no dejaría que se
rindiera, que apagara por completo esa luz que está en él. Solo el tiempo podía decirnos
que pasaría, solo el destino podía brindarnos el camino, solo la vida podía pararnos.
—Alejandra sale del baño— Flor, te note extraña esta mañana con Alexander. ¿Paso
algo entre ustedes?
—Flor mira a Alejandra— Bueno. Necesitaba hablar contigo a solas sobre Alexander
—Alejandra preocupada se acerca a Flor— ¿Te dijo oh hizo algo?
—No para nada, es solo que me invito al auto cinema el sábado en la noche, ¡A solas! Y
tuvimos varios roces, cosa que nunca había pasado entre nosotros. Mira, yo no lo
conozco tanto como tú, Eres su Hermana. Me podrías decir algo concreto acerca de el
—Alejandra preocupada mira a Flor— Flor, mi hermano es un mujeriego, es el típico
chico atractivo y fuerte que lo que quiere lo obtiene y después bota. Cuando comencé a
platicar contigo, a las semanas me comento lo hermosa que eres, pero le advertí que no
quería que te cortejarla, porque estas en una relación, además de que tú no eres ese tipo
de chica que el frecuenta. Eres inocente, inteligente y sencilla. No dejaría que se
interpusiera en nuestra amistad por su ego de macho. Cuando el empezó a tratarte, noto
que todo lo que le había comentado de ti era cierto, por esa razón deje que surgieran las
salidas y reuniones entre los tres. Ya que se notaba tranquilo contigo, Alexander cambio
mucho gracias a tu influencia, lo percataba emocionada cada que te veía. Deberías de
dejar las cosas en claro personalmente. Acepta la salida Flor.
—Flor impactada por tal confesión comenta— Demonios, le gusto a Alexander Beltrán
— Coloca sus manos en la cabeza— Increíble, ¿por qué no me lo dijiste?
—No quería alarmante flor. No pensé que llegara tan lejos, creí que solo era atracción,
que desvanecería a los días.
—Flor exclama— ¡Pues no resulto así!, Perdón, pero no veré a Alexander.
—Alejandra se levanta— Flor por favor. No lo dejaras plantado, solo enfréntalo.
Aunque lo evites el seguirá buscándote. Si te estoy confesando esto antes de su salida es
porque quiero prepararte.
—Flor molesta mira a Alejandra — ¿En serio?, ¿prepararme? ¿Qué diablos significa
eso? ¡Cielos Alejandra! No necesito esto. No quiero que se dañe nuestra amistad ni
mucho menos lastimar a tu hermano, pero Raúl lo es todo para mí y si se entera de esto,
lo malinterpretara, no quiero secretos entre nosotros, pero tampoco deseo perderlo.
Se dirige a la cama. Se acuesta y exclama
—¡Buenas noches Alejandra!
Alejandra se queda de pie por unos minutos. Después apaga la luz y termina
acostándose a un lado de flor.
A la mañana siguiente, me percate que Alejandra no se encontraba acostada a mi lado,
sinceramente no me preocupo. Me levante al baño. Tome una ducha, me cambie y baje
a la sala.
Escuche risas en la cocina, me dirigí hacia allá y mire a mi abuela con Alejandra
sentadas tomando una taza de café.
—Buen día flor, ¿quieres desayunar?
—Flor asiente con la cabeza y procede a sentarse— Buen día abuela, si por favor.
—Alejandra se levanta y le da una taza de café a Flor— ¿Quieres azúcar y crema?
—Solo crema por favor
Alejandra le brinda la crema a Flor. Después su abuela se acerca con un plato servido de
hot cackes
—Gracias abuela
—Alejandra mira a la abuela— Bueno, será mejor que me retire. —Se acerca a Flor—
Flor yo…
—Flor la interrumpe— ¡Hasta luego Alejandra!
—Abuela confundida agrega— ¿No quieres llevarte unos panqueques Alejandra?
—Así estoy bien señora, gracias por el desayuno y la comida de ayer en la noche
Abuela acompaña a Alejandra a la puerta. Regresa a la cocina y mira a Flor confundida
—¿Qué fue eso?
—Nada abuela, no te preocupes
—No soy tonta Flor, cuéntame.
Flor continúa desayunando e ignorando a su abuela
—Bueno, si no me contaras. Puedes explicarme ¿Por qué razón encontré las cartas de tu
padre en la basura?
—Flor hace a un lado el plato y se levanta— No quiero hablar de eso abuela
—Abuela toma del brazo a Flor— Ya es momento que leas esas cartas Flor
—Flor molesta pregunta— ¿Por qué tanta insistencia?, si sabes algo dímelo ahora.
—Abuela la suelta— Flor es tu padre…
—Flor la interrumpe— Un padre que no lucho por nosotras abuela, dejo a mi madre
caer en la depresión y alcoholismo. Nos dejó, yo necesitaba de él y no se encontraba
aquí. No quiero verlo, ¡Por favor entiende!
Flor enfurecida toma las llaves del auto, sale de su casa y procede a arrancarlo yéndose
de ahí.
¿Por qué insistía tanto en que me comunicara con él? Era seguro que él tenía una
familia, una mujer e hija que su madre aprobó, ¡cielos él ya tiene su vida hecha!, yo
también deseo hacer la mía, Y enfocándome en el pasado no lograría hacerla. Siento que
no podrá alcanzarme la vida para estar lista. Necesitaba un consejo sabio. Desahogar
toda mi frustración y coraje. Decidí dirigirme hacia la playa. Rumbo en la carretera,
logré presenciar el sol radiante tocando mis ojos, me deslumbraba tanto que creí haber
perdido la vista. A lo lejos veía el mar, el sonido de las olas violentas golpeando las
duras rocas, el sentir de la brisa fresca en mí. Me estacione cerca, me quite los zapatos y
calcetines, baje y camine hacia él. Las gaviotas aleteaban cerca de mí, la arena era
caliente y mi tristeza embriagaba el ambiente. Caminé hacia el majestuoso mar y me
adentré sin miedo a morir. Me percate ver la ola venir hacia mí y deje que me
consumiera. Solo era yo y el mar, nadie más que el mar y yo. Los secretos se revelaban
ante mi presencia en aquel tímido reflejo del cielo en la cristalina agua.
Al salir, me recosté por un momento en la arena, al mirar el cielo azul me hizo recordar
aquel día en el que Raúl y yo comenzamos nuestra vida juntos, las nubes se desplazaban
lentamente y las hojas del árbol hacían ruido, podía escuchar las aves cantar y el viento
llamar nuestros nombres. Su dulce mirada se había clavado en mí, nuestros labios
rozaron unas mil veces y nuestras almas se entrelazaron mil veces más, la naturaleza se
había convertido testigo de nuestro dolor, nuestro amor…Nuestros sueños.
Me decidí regresar a mi hogar. Me encontraba tranquila. Camine hacia mi auto, me
coloque los zapatos y me prologue a conducir, sin ningún pensamiento en mi cabeza.
Tras 30 largos minutos conduciendo ya me encontraba estacionándome. Baje del auto,
saque las llaves y abrí la puerta, me asegure si mi abuela se encontraba en la casa, pero
no había señales de ella. Subí a mi habitación, me di un baño rápido. Me aliste para la
salida con Alexander. A la hora escucho que alguien había entrado a la casa. Baje, era
mi abuela, no me miro. Así que procedí a esperar a Alexander en la sala. Después de
dejar unas cosas en la cocina se acercó mi abuela a mí.
—¿Ya estas más tranquila?
—Sí, lo estoy
—No volveré a entrometerme en tus asuntos, solo no quiero que por no escucharte
explotes y hagas una locura
—Abuela no atentaría contra mi vida si a eso te refieres
—No quiero que termines destruyéndote por un hombre. Sé que amas a Raúl. Yo lo
aprecio, es un chico amable y bueno, pero los momentos por los que está pasando son
completamente difíciles. Una relación con él en esta delicada situación es totalmente
diferente a un noviazgo entre dos jóvenes sanos, debes estar 100% disponible para él,
cuidarlo, soportar sus malas rachas y momentos de crisis. Flor tú tienes tus sueños…Tu
carrera. Creí que, si te comunicabas con tu padre, podría aconsejarte respecto a esto, ser
una base para ti en estos momentos que tanto necesitas. Quiero que sepas que yo estoy
para ti, pero también lo está él.
—Flor mirando el piso responde— Abuela no espero que lo comprendas. Te preocupo
lo sé, pero Raúl jamás me atrasaría, tanto como me importa su bienestar a él le importa
el mío. Estoy enamorada abuela
—Abuela se acerca a Flor y la abraza— Lo se hija, lo se
Tocan la puerta. Flor limpia sus lágrimas, se levanta y abre. Era Alexander. Luciendo
una chaqueta negra, camisa blanca, pantalón negro de mezclilla y converse. Llevaba
unas rosas rojas en su mano.
—¡Hola Flor! —Se acerca besando su mejilla— Traje estas rosas para ti
—Flor toma las rosas y lo invita a pasar— Gracias
—Abuela se acerca a Alexander y lo abraza— ¿Cómo te encuentras hijo?
—Estoy muy bien, gracias por preguntar señora Hernández
—Flor interrumpe— De acuerdo, nosotros nos iremos
—Claro, se van con cuidado, conduce despacio Flor.
Ambos se dirigen al auto. Suben. Y Flor comienza a conducir.
—Alexander mira a Flor— Hoy luces más hermosas de lo normal
—Alexander sabes que no me gustan esos comentarios, tengo novio y esto no es una
cita, de acuerdo
—Sé muy bien que no es una cita, solo es un comentario, disculpa
—Está bien, solo no los hagas esta noche, más bien nunca
—¿Cómo estuvo la pijamada con Alejandra?, no quiso hablar conmigo en todo el día
—Tuvimos una pequeña discusión
—Alexander nervioso pregunta— ¿Puedo saber por qué fue?
—Flor seria contesta— Ya me conto todo Alexander
—Explica ¿Qué es todo?
—Flor molesta exclama— ¡No te hagas el gracioso Alexander!, me platico de los planes
que tenías conmigo, en serio no puedo creer que resultaras tan poco hombre
—¿Qué planes Flor?
Flor ignora la pregunta de Alexander
—De acuerdo, no buscaba ser tu amigo. Desde el primer día de clases llamantes mi
atención, cuando note que comenzaste a hablar con mi hermana lo mire una gran
ventaja para cortejarte. Alejandra me freno diciendo que no eras ese tipo de chica,
además me recalco muy bien el hecho de que tienes novio. No hice caso de eso, solo
quería acostarme contigo, mientras hacía planes para conquistarte me seguía acostando
con otras chicas. Quiero que te enteres por mí que yo nunca me había impresionado por
alguien Flor, nunca nadie me había cautivado como tú lo hiciste. No tengo ningún plan
de sabotear tu relación con Raúl oh intentar seducirte para acostarme contigo. Nada de
eso, es solo que ya no puedo ocultar todo lo que siento por ti, compre unos boletos para
pasar una noche de auto cinema contigo… no había invertido dinero en alguien. Ahora
estoy aquí siendo sincero por primera vez contigo… conmigo mismo. Espero y me
perdones y puedas aceptar esta vez mi amistad sincera
Flor pasa por la caseta, entrega los boletos, busca un espacio libre y se estaciona. Apaga
el auto y mira a Alexander
—No sé si creerte Alexander
—Mírame—Toma la mano de flor— Es verdad lo que te digo. No quiero que por mis
estupideces dejes de hablar con mi hermana, ella no tiene la culpa de tener un hermano
tan egoísta como yo. Ella de verdad te aprecia, si ya no quieres que me acerque a ti lo
entenderé Flor, pero no termines la amistad con mi hermana
—Flor aleja su mano de la de Alexander— Tienes razón, tu hermana no merece tener un
hermano tan egoísta como tú— Mira hacia la pantalla sin decir una palabra más.
Esa hora y media en el auto con Alexander fue sin duda alguna la salida más incómoda
que haya tenido. Al terminar la función, procedí a salir, no dije ninguna palabra en todo
el camino. Lo deje hasta su casa. Y seguí conduciendo hasta llegar a mi hogar. Solo
quería dormir. Me encontraba muy cansada. Me estacione. Baje y camine a la puerta,
abrí y subí a mi habitación. Me acosté sin ponerme pijama. Cerré mis ojos y procedí a
soñar.
Desperté y miré el reloj de mi buro, ¡Eran las 12:30 de la tarde! Como pude haber
dormido tanto. Decidí darme una ducha para refrescar mis ideas. Me cambie. Al
momento de bajar las escaleras escuche unas risas en la sala. Mire a la señora Estrada
con mi abuela, estaba sorprendida, ¡Al fin había llegado Raúl!
—Señora Estrada se levanta del sillón y se acerca a Flor a abrazarla— Creí que jamás
bajarías
—Lo siento me encontraba muy cansada
—Tranquila, porque no vas al patio trasero, hay una sorpresa esperándote
Flor emocionada se dirige corriendo hacia allá. Raúl se encontraba en el centro del
quiosco. Camina hacia él
—¡Hola!
—Raúl entusiasmado se acerca a ella— Hola amor
—Flor se hinca y besa a Raúl— Extrañaba tanto tus besos
—Raúl pone sus manos en el rostro de Flor— Luces igual de preciosa como la última
vez que te vi
—Flor sonríe— ¿Cómo estuvo tu viaje?
—Raúl baja la mirada— Estuvo bien. Pero dime ¿cómo te la pasaste en tu cumpleaños?
—Fue un día increíble, me divertí bastante
—Me alegra. Que te parece si vamos a dar una vuelta.
—Por supuesto, deja ir por las llaves del auto
—No, quisiera recorrer la colonia
—Entiendo, entonces vamos—Toma el mango de empuje y proceden a dar la vuelta
—Raúl mira a Flor—¿Y cuándo me presentaras a tus amigos?
—Flor desanimada contesta— Tuve un malentendido con ellos
—¿Qué ocurrió?
—Malentendidos, mañana en clases los veré, así que procederemos a arreglarlo
—Sabes que puedes platicarme todo lo que te moleste oh te confunda Flor
—Flor se detiene y abraza a Raúl— Lo sé, gracias, ¡Por tanto!
—Raúl la besa— Estoy un poco cansado, porque no regresamos
—Claro
Caminan unas cuantas cuadras y Flor percata ver a los lejos a Alejandra y Alexander
dirigiéndose a ellos
—Flor confundida pregunta— ¿Qué hacen aquí?
Alejandra con una caja de pizza en sus manos se acerca a ellos. Alexander mira a Raúl y
Flor
—Quería disculparme nuevamente Flor —Señala a Alejandra—Además trajimos pizza
—Alejandra exclama— ¡Tengo una bolsa de malvaviscos y galletas en mi mochila!
Flor sonríe. Y voltea a ver a Raúl
—Raúl la mira y asiente con la cabeza— ¿Y que esperamos?, esos malvaviscos no se
asaran solos
Todos ríen y entran a la casa
Las intenciones de Alexander y que Alejandra me lo ocultara me había molestado tanto,
pero sus disculpas y detalles me hicieron superarlo. Regocije tanto la tarde con ellos.
Deleitando de pizza y malvaviscos asados, contamos historias de terror y reímos con los
chistes de mi abuela. Estos eran los momentos que valían la pena recordar. Cada que me
enfrentaba con obstáculos, sacaba mis recuerdos del baúl y los recopilaba como una
película en mi cabeza, me daban fuerza. Ahora tenía uno más con dos personas nuevas
en mi vida. Nadie podía detener la risa en aquella fogata. Las estrellas nos sonreían
desde el cielo. Eran las 10 de la noche y los hermanos Beltrán recibieron la llamada de
sus padres, procedieron a retirarse. Minutos después la señora estrada y Raúl optaron a
macharse, se despidieron de nosotras. Apagamos la fogata y decidimos subir a
descansar, había sido un día productivo para todos.
A la mañana del lunes, me aliste como siempre para asistir a la universidad. Baje a
desayunar con mi abuela, me deseo un buen día. Tomé mi mochila y subí al auto.
Deseaba que las clases transcurrieran rápidamente para acudir a cumplimentar a Raúl.
Al llegar a la universidad me percate ver a mis amigos esperando por mí en el
estacionamiento. Procedí a saludarlos entusiasmada, entramos al salón. Las clases
habían sido educativas y agradables. Me despedí de ellos. Y me dirigí a casa de Raúl.
Me estacioné enfrente, Salí del auto. Presidí a la puerta, y mi sorpresa fue notar que la
puerta se encontraba abierta, fue extraño. Emprendí a gritar el nombre de Raúl. Me
encontraba Alarmada tras haber hallado la silla de ruedas arrumbada. Continúe gritando
su nombre cada vez más alto. Se encontraba en el frio piso de la sala. Corrí hacia él
—Lo sujete del brazo para levantarlo— ¿Cariño que ocurrió?
—Raúl empuja a Flor exclamando— ¡No me toques!, déjame en paz, deseo estar solo
—Flor extrañada toma su brazo nuevamente— Vamos Raúl, te subiré a la silla
—Raúl jalonea con Flor— ¿Acaso Eres tonta?, ¡déjame en paz!
Flor se levanta. Va por la silla de ruedas
—Vamos Raúl, quiero subirte a la silla
—Raúl rompe en llanto— No puedo… No logro caminar Flor.
Me llevo 10 largos minutos lograr calmar a Raúl, lo ayude a subir a su silla. Pero no
lograba que me hablara.
—Raúl nostálgico mira a Flor— Perdóname flor, no quise gritarte. Solo estaba en la
sala leyendo un libro, mi madre y nana salieron de compras, dijeron que volverían
enseguida. Quise ir a verte, pero no alcanzaba la puerta, al momento de querer alzarme,
caí. Me arrastré hacia la sala para tomar el teléfono y llamar a tu casa, pero me rendí.
Me encontraba tan frustrado. —Raúl rompe en llanto— El sábado que fui a mi terapia…
El doctor nos informó que era un hecho que nunca volvería a caminar. Todas mis
esperanzas se habían desvanecido
—Podremos salir adelante, sé que es horrible, pero no es fin de nuestra historia, de tu
historia. Aun tienes mucho por realizar. Aún quedan Nuestros sueños Raúl
—No tengo idea de cómo seguir hacia adelante. Lo único que me motivaba a creer que
podría recuperar mi vida eran los especialistas. Me esforzaba tanto por sentir algo.
Mi miedo se había hecho realidad. No podía permitir que Raúl dejara de luchar. A los
días después de aquella crisis, hice que me acompañara a todas las salidas con Alejandra
y Alexander para mantenerlo ocupado. Comencé a sacar los cupones que me había
obsequiado el día de nuestra ceremonia para que volviera a mí. Como me había
mencionado mi abuela esa noche, comenzaron a salir los malos momentos en nuestra
relación. Cada aniversario cumplido era un tormento para ambos. Las crisis de Raúl se
volvían frecuentas. Sentía tanta impotencia en mí.
Quería organizar un detalle enorme para él, así que Durante esos meses me había puesto
manos a la obra con el jardín, Orquídeas y rosas blancas alrededor del quiosco, luces
colocadas en la cerca, una piscina con iluminación. Me esmere tanto para pasar una
cena increíble con las personas que amo. Les iba a dar la sorpresa a Raúl y a mis amigos
en noche buena. Cocinamos pavo relleno, puré de papa y pastel.
Esa noche estaba luciendo un vestido rojo de terciopelo, medias blancas y una boina
blanca, Me coloque un perfume de frutas y brillo sabor cereza en mis labios. Estaba tan
entusiasmada que me viera Raúl. Hace 3 días me corrió de su casa, ese encontraba tan
frustrado y molesto con todos. No quería abandonarlo, pero no tuve opción, me quede
tranquila ya que su madre entro a la habitación y se quedó con él. Hable con mi abuela
ese día, me aconsejo que le diera su espacio y eso hice, llame cada día a su hogar para
saber como se encontraba, todo estaba estable, pero Raúl no quería hablar con nadie.
Esta noche al fin lo vería. Escuche el timbre y baje corriendo a abrir. Era Alejandra y
Alexander, traían consigo un recipiente con lasaña.
—Flor los abraza e invita a pasar— ¡Me alegra que hayan llegado temprano!
—¿Qué clase de amiga seria si no te ayudo en poner la mesa?
—Flor sonríe—Vamos a la cocina, mi abuela dejo todo listo para poner la mesa
—Alexander pregunta— ¿En dónde se encuentra tu abuela?
—Acompaño a la señora estrada al aeropuerto, recogerán unos familiares de monterrey
—Alejandra extrañada pregunta— ¿Y Raúl esta con ellas?
—Raúl aún no se encontraba listo, necesita tiempo
Alejandra y Alexander cruzan las miradas preocupados
—Bueno, pongamos la mesa—Se dirige al comedor
—Flor exclama—¡Alexander la haremos en el jardín no en el comedor! De hecho, les
tengo una sorpresa
Presidimos hacia el jardín. Alexander y Alejandra se encontraron maravillados a tal
reluciente vista
—Alejandra toma el brazo de Flor— Hiciste un bello trabajo, ¡es hermoso!
—Alexander la mira tiernamente— Tan hermoso como tu Flor
Flor sonríe y procede a abrazarlos
—Flor exclama— Bueno chicos apresurémonos a colocar la mesar
Entraron por platos y cubiertos, decoraron elegantemente la mesa. En menos de 30
minutos tocan a la puerta, Flor se dirige a abrir. Era la abuela junto con la familia
estrada. Le dio la bienvenida a cada uno y los invito a pasar al jardín.
—Flor extrañada pregunta a la señora estrada— ¿Y Raúl donde esta?
—Señora estrada nostálgica mira a Flor— Él no desea venir flor. Nosotros solo
estaremos unos minutos con ustedes y regresaremos enseguida a casa, nana lo está
cuidando ahora
—Flor toma su abrigo y llaves— Ahora regreso
No podía creer que no vendría a pasar noche buena con nosotros. Me subí al auto y me
dirigí al hogar de Raúl preocupada. Estacione el auto, camine hacia la puerta. Toque
unas tres veces. Salió a atenderme la nana de Raúl. Entre y subí a su habitación. Abrí la
puerta y se encontraba cerca de su balcón viendo hacia la noche estrellada, totalmente
solo en la oscuridad
—Perdón por no pasar esta fecha contigo
—Flor se acerca a él— Lo único que te pedí que no hicieras, lo único Raúl, lo estabas
haciendo
—Flor no mereces esto, es mejor alejarte de mí, solo te lastimo
—Flor con los ojos llenos de lagrima exclama— ¡No permitiré que termines con lo
nuestro por las dificultades que se nos están presentando! Si ya no provoco en ti
emociones, si ya no me deseas, si tú ya no me amas…Entenderé que quieras terminar.
Pero no permitiré que me alejes por creer que podría encontrar a alguien mejor en la
vuelta de la esquina, porque así no funciona el amor, no puedes solo terminarlo como si
no valiera, como si no importara.
—Raúl voltea a ver a Flor— Entiende que no puedo darte la vida que mereces flor, no
puedo escalar una montaña, no puedo hacer caminatas, no puedo hacer nada de lo que
planeábamos realizar
—Flor se arrodilla. Pone sus manos en el rostro de Raúl— Con solo tomar mi mano me
lo brindas todo Raúl. Te amo. Por favor vuelve a mi
—Raúl la besa— También te amo
Esa noche fue completamente mío. Aquellos besos se volvieron fuego y nuestra
respiración se elevó. Raúl logro llegar al centro de mi universo Acariciando mi cuerpo
con su amor. Nuestros cuerpos desnudos y cálidos se entrelazararon continuamente.
Florecíamos, vivíamos, volábamos…
—Raúl besa la frente de Flor— Te amo
—Flor sonríe— ¿Tienes hambre?
—Raúl suelta una carcajada exclamando— ¡No sabes cuanta!
La abraza y comienza a besarla
Eran las 12:00am cuando nos dirigíamos a mi casa. Era obvio que todos notarían
nuestra felicidad. Me encontraba tan emocionada de poder pasar esta gran noche con el
amor de mi vida. Entre al estacionamiento, baje, abrí la cajuela y saque la silla de
ruedas. Abrí la puerta de su lado, lo ayudé a colocarse en su silla, nos encaminamos a la
puerta. Entramos y todos se encontraban en la sala
—Abuela se acerca a ellos— ¡Me alegra que vinieras Raúl!
—Raúl contento exclama— ¡Gracias a usted por recibirme!
La señora estrada los invita al jardín. Se encaminan hacia allá, Raúl plasmado ante la
renovación del jardín exclama
—¡Cielos luces increíble!, es hermoso amor
Alexander llega con unos platos de comida y los coloca en la mesa
—¡Buen provecho chicos!
—Flor toma la mano de Alexander sonriendo— ¡Muchas gracias Alexander!
Alexander sonrojado asiente con la cabeza y se marcha
—¿De verdad hiciste todo esto por mí?, como podría agradecer todo lo que haces por
mí, te esfuerzas tanto en la relación y yo solo me quejo
—Raúl yo entiendo, sabes que siempre te comprenderé y te brindare mi apoyo, porque
te amo
—Raúl toma la mano de flor— Para toda la vida amor
Nuestros buenos momentos estaban llegando. No podíamos vivir separados. Le conté a
la tarde siguiente a Alejandra sobre aquella noche. Se encontraba tan emocionada como
lo estaba yo. Así que planeo hacer una fiesta en año nuevo en su casa, sus padres se
habían ido de viaje después de noche buena a Guadalajara. Así que aprovecharía la
ocasión.
Alexander y Alejandra compraron bebidas, comida e invitaron aproximadamente 12
personas. Pero antes de la fiesta, habíamos ido a cenar a la casa de Raúl con su familia.
Convivimos por un momento, y procedimos a mi hogar, había preparado una mochila
con ropa, ya que Alejandra quería arreglarme. Conduje emocionada a la fiesta junto con
Raúl. Al llegar a la casa note que no había espacio en el que pudiera estacionarme, por
mi suerte Alexander estaba caminando por la banqueta con unos amigos, toque el
claxon, se acercó y me señalo su cochera, quito el bote de basura que estaba en el paso y
la abrió. Me estacione. Y enseguida vino hacia nosotros, me ayudo a bajar a Raúl del
auto. Nos invitó a pasar. En cuanto Alejandra me vio cruzar la puerta me jalo del brazo
dirigiéndome hacia su habitación.
—Dime que ropas trajiste contigo
Flor saco de su mochila camisas y pantalones
—Alejandra al ver la ropa de Flor exclamo— ¡Flor tienes un bello cuerpo!, porque
ocultarlo con ropa holgada y fea como esta
—Flor suspirando toma asiento en la cama— Alejandra soy insegura, además no tiene
nada de malo querer sentirse cómoda
—Flor no deberías, eres una chica preciosa. El vestido de terciopelo que te ayude a
escoger para la cena de navidad te lucia increíble, ¿oh me dirás que no te gusto?
—Claro que me gusto
—Resaltaban tus curvas. Mira lo que tengo en mi armario—Camina hacia el sacando
una bolsa negra, se la da a Flor— Es un regalo atrasado de Navidad, espero te guste
—Flor emocionada toma la bolsa, saca un Vestido corto con estampado floral rojo. Flor
se levanta y abraza a Alejandra— ¡Me encanto!
—Te verás increíble, además te maquillare. ¡Lucirás más hermosa!
Flor va al baño a cambiarse. Sale y se sienta en el tocador de Alejandra. Procede a
maquillarla.
—Acabe, ¿Te gusta?
—Creo que Raúl no podrá reconocerme
—Se sorprenderá. Ya bajemos
—Flor asiente con la cabeza— Estoy nerviosa
—Tranquila, bajaré primero, buscare a Raúl para que sea el primero en verte, ¿Te
parece buena idea?
—Si
—En 5 minutos bajas
—De acuerdo
Cielos, como pude dejar que Alejandra me vistiera. Aunque debo de admitir que su
estilo es bastante llamativo. Sera mejor que baje ya. Me arme de valor, baja los
escalones y en mi espera estaba Alexander con unos amigos. Espero y no me vea pensé.
Era totalmente inevitable, un amigo suyo me vio, señalo con su mirada hacia mí. Al
bajar el último escalón él se acercó, estaba sorprendido por mi nuevo aspecto. Me
encontraba nerviosa, pero al tener a Alexander cerca de mí se desvanecieron mis
preocupaciones.
—Alexander toma la mano de Flor y la besa— Estoy a tu merced
—Flor sonríe— No debí permitir que tu hermana me vistiera, me siento patética
—Luces tan hermosa con un ángel
Flor sonrojada aleja su mano de la de Alexander. Al voltear al lado derecho percato ver
a Raúl
—Flor se acerca a Raúl— ¿Cómo luzco?
— Luces bella como de costumbre
—¿Quieres ir al patio trasero?, allá no hace tanto ruido
—Claro
Se Precedieron hacia el patio. Flor se sentó a un lado de Raúl
—Te noto muy serio, ¿Ocurre algo?
—Raúl sonríe— No ocurre nada, solo me encuentro cansado
—Si quieres nos retiramos, no hay problema
—No, yo llamare a mi madre, tu diviértete
—Claro que no me quedare aquí sin ti—Se levanta
Al momento de darse la vuelta, llegan todos hacia ellos con luces de bengala
—Alejandra exclama— Vamos chicos, son las 11:58pm— Les reparte algunas luces a
ambos
—Alexander se acerca a ellos para encender sus luces— 11:59 chicos, ¡A contar!
Todos emocionados hacen cuenta regresiva…10,9,8,7,6,5,4,3,2,1 Exclamaron todos
“Feliz año nuevo”
Flor ríe con Alexander y procede a abrazarlo. Después se acerca a Raúl.
—¡Feliz año nuevo amor! —La besa
—¡Feliz año!, vámonos a casa
Raúl asiente con la cabeza
—Me despediré de los chicos
Se acerca a Alejandra y Alexander para despedirse, y procede a salir del hogar junto con
Raúl. Abre la cochera y ayuda a subirlo al auto después sube ella y comienza a conducir
a casa de Raúl.
—¿Te divertiste?
—Sí, Alexander me presento algunos de sus amigos. Me recomendaron asistir en su
universidad
—¿Cuál es?
—Columbia. Les comenté que deseo estudiar Economía-Ciencias Políticas. Y me
dijeron que mi mejor opción es estudiar ahí
—¿Y deseas asistir ahí?
—Bueno mis opciones eran estudiar en el extranjero, te comenté que mis padres querían
que me fuera a vivir con mi abuela en New York, la tradición de la familia de mi madre
es que todos estudiemos en Columbia
—Sí, lo sé. Pero creí que no querías. Que estudiarías aquí
—Nunca fue una opción estudiar aquí Flor. Era en Columbia oh en TEC de Monterrey.
Tu sabes cómo son mis padres
—Bueno, quiero decir que a pesar de no estar enterada en tus planes. Yo te apoyare,
esperare por ti
—Aun no tomo la decisión Flor, me será difícil
—¿Difícil?, tienes la oportunidad de estudiar en cualquier universidad del mundo.
Cuentas con demasiado dinero para pagar por mil enfermeras, ¡Raúl puedes lograrlo! Es
solo que te decidas ahora
—Tu no estas prostrada en esta silla
Quedaron en silencio por el resto del camino. Llego al hogar de Raúl
—Mi intención no era hacer ver tu situación como una minoría, lamento si me
comentario fue inapropiado
—Exagere, tienes razón en todo, es momento de hacer mi vida, debo adaptarme a esto
—Flor toma la mano de Raúl— Estaré para ti
—Te lo agradezco
Flor baja del auto, saca la silla de la cajuela, lo ayuda a incorporarse y lo lleva a su
hogar.
Estaría nuevamente lejos de Raúl, esa noticia me tenía nostálgica, pero como el mismo
dijo debe de hacer su vida, tomar las grandes oportunidades que le brindan sus abuelos.
Triunfará y ahí estaré yo para aplaudir sus logros. Anhelo tanto verlo crecer. Crecer
juntos.
Llegué a mi hogar, me estacioné y entre. Subí a mi habitación, me coloqué mi pijama y
procedí a soñar. Al día siguiente me departo mi abuela
—¡Hija despierta!
—Abuela por favor son las 8:00am, llegue muy tarde a la casa, déjame dormir
—La nana de Raúl me acaba de marcar notificando…
—Flor la interrumpe molesta— Que bien abuela, por favor quiero dormir
—Se irán, Raúl se ira a NY con sus abuelos
—Flor se levanta rápidamente de la cama—¿Cómo que se ira?, ¿Aún están en la casa?
—Lo dudo, cuando me marco se encontraban subiendo el equipaje al taxi
Flor apresurada toma un par de zapatos y corre al auto. Condujo apresurada y en un par
de minutos llego al hogar de Raúl, bajo y camino hacia la puerta, toco y abrió la nana
—Lo siento Flor, Raúl y la señora Estrada se fueron hace un momento—Saca una carta
y se la brinda—Me dejo esto para ti
Flor toma la carta y camina hacia el auto
—Ama de casa exclama—¡No estarán en el aeropuerto Flor!, ellos se dirigen a la
Frontera
—Entonces iré hacia allá—Sube al auto y conduce
Se aleja de mí una vez más y no tiene la decencia de decírmelo en mi cara, solo me deja
una carta, si cree que esto terminara con una simple hoja está equivocado. Marque unas
15 veces al celular de la señora Estrada, pero no fueron correspondidas, no tenía idea
hacia donde buscar estando allá. Después de tanto insistir contestaron mi llamada
—¿Hola? ¿Señora Estrada es usted?, puede comunicarme con Raúl por favor
—Soy yo Flor
—¿Raúl qué diablos te ocurre?, ¿Por qué no me comentaste en la noche que te irías a
NY?
—No quería que fuera una despedida emotiva
—¿Y solo así? ¡Demonios Raúl soy tu novia! ¿Acaso eso no es suficiente para tomarme
en cuenta? Y no me molesta el hecho de que te marches, me molesta que no me tomes
en cuenta, que te vayas sin avisar, sin despedirte
—Lo siento, por favor lee la carta. Adiós— Cuelga
—¿Hola?, ¿Raúl?
Golpee mi volante desesperada, ¡Cielos! Me decidí en volver a mi casa. En 30 minutos
me encontraba estacionando el auto, tome la carta y baje. Mi abuela se hallaba
esperando por mi fuera de la casa, desanimada negué con la cabeza, entre y subí a mi
habitación. Nunca creí que Raúl pondría tantos obstáculos para que nuestra relación
terminara. Tome la acción de leer la carta

Querida Flor sé que me he comportado como un redomado y completo idiota desde mi


llegada de Monterrey, en esta carta deseo brindarte mis sinceras disculpas, no quería
provocar más daño en tu persona, eres una mujer excepcional, jamás lograre brindarte
lo que mereces, solo carezco Flor y no es justo para ti, así que esta es la mejor decisión
que he tomado desde que te conocí, será mejor que hagas tu historia sin mí y que tome
iniciativa en la mía, me iré a estudiar a Columbia. Quiero que mires estas
oportunidades que nos dio la vida como una valiosa coyuntura, seremos personas
grandes, siempre tendremos aquella ambición y perseverancia que nos unió tanto. De
verdad lamento la situación que nos complicó todo lo que queríamos construir, lo
intente, pero no puedo estar contigo sí sé que estoy dañándote con mi constante
distancia, no me encontraba contigo, solo era el recuerdo de mi.
Nos ha pisoteado la vida, pero continuamos de pie. Quiero recuperar la persona de
la cual te enamoraste desde un inicio, necesito mi comodidad, mi fe en mí. Necesito
estar un tiempo lejos del hogar donde pase la mayor parte de mi vida, y no solo me
refiero a mi vecindario, también hablo de ti, eres mi hogar Flor, mi base, mi inicio, mi
enfoque…Por completo eres mi vida.
La primera vez que me alejé de ti, leí un libro de poemas del Señor Mario Benedetti.
Me cautivo tanto, porque me recordaba a nosotros.
“Te espero cuando la noche se haga día, suspiros de esperanzas ya perdidas. No creo
que vengas, lo sé, sé que no vendrás. Sé que la distancia te hiere, sé que las noches son
más frías, Sé que ya no estás. Creo saber todo de ti. Sé que el día de pronto se te hace
noche: sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás. Te espero cuando miremos al cielo de noche: tu allá, yo aquí,
añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida, Quizás por el resto de
nuestras vidas. Es triste hablar así. Cuando el día se me hace de noche, Y la Luna
oculta ese sol tan radiante. Me siento sólo, lo sé, nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo, y que no estoy allí. Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así. Mi
aire se acaba como agua en el desierto. Mi vida se acorta pues no te llevo dentro. Mi
esperanza de vivir eres tú, y no estoy allí. ¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás, ¿Por
qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti? Porque el mundo que llevo aquí no me
permite estar allí. Porque todas las noches me torturo pensando en ti. ¿Por qué no solo
me olvido de ti? ¿Por qué no vivo solo así? ¿Por qué no solo…”
Fue como una revelación, al leer el poema comprendí por lo que estabas pasando, lo
que deseabas de mí, lo pedias a gritos, que volviera a ti. Pero no podía Flor. Esta será
la primera y última carta que recibirás de mí, no pido que me esperes, no deseo que lo
comprendas. No contestare tus llamadas y mucho menos tus cartas. No regresare hasta
estar completamente preparado. Flor lo único que pido de ti es que me prometas que
cumplirás todas las metas que me platicaste, que tendrás una familia, que te casaras y
serás feliz por ti, no por mí, ni por tu abuela, solo para ti, es lo único que deseo Flor.
No me esperes a tu puerta porque no llegare. Se feliz. El tiempo es lo único seguro en
esta vida, no lo desperdicies en mi espera.

Llore tanto. Paso 1 mes desde aquella amarga despedida. Mi brillo desapareció junto
con Raúl. No hablaba como anteriormente solía hacer, no comía ni bebía como debía.
Solo me enfoque completamente en mis estudios, deje de salir con Alejandra y
Alexander, no acompañaba a mi abuela a las cenas ni desayunos. Vivía en una
monotonía. Mis lágrimas no cesaban en las noches y mi repugno hacia la existencia de
mi ser era enorme. Nunca pensé en el suicidio, pero no tenía las esperanzas de disfrutar
de la vida. Soledad, agonía, cólera, asco, todo esto se encontraba dentro de mí y no
pensaba sacarlo, no deseaba nada emocional ni material. Solo desaparecer.
Una noche que me encontraba leyendo, escuche que golpeaban mi ventana, confundida
deje el libro en la cama y me dirigí a la ventana, era Alexander lazando pequeñas
piedras, procedí a abrir la ventana.
—¿Estás loco acaso?, son las 11 de la noche
—Quería saber de ti, no contestas nuestros mensajes y llamadas. Estamos preocupados
por ti
—Bueno, me estás viendo, ¡Estoy bien!, por favor puedes márchate
—No me iré hasta que hables conmigo
—No—Cierra la ventana
Alexander grita su nombre mientras que arroja piedras hacia la ventana.
Flor molesta abre la ventana— ¡Demonios Alexander!, espera un minuto, ya bajo
Se coloca unos tenis y sudadera, baja y toma las llaves procediendo a salir
—Si tenías tantas ganas de verme, debiste de invitarme una nieve en la tarde. No sé qué
pretender hacer a estas horas conmigo Flor, no soy un chico fácil
—Que gracioso Alexander, dime sobre lo que quieres hablar
—¿Ni un abrazo me darás?
—No estoy para tus juegos—Da la vuelta y camina hacia la puerta
—Alexander va tras ella tomando su mano— ¿A dónde vas?, aun no termino de hablar
—Solo estás jugando y no estoy para procesar tus chistes
—Vamos Flor, siempre te han gustado mis chistes
—Pero no hoy a las 11 de la noche
—Acompáñame, quiero enseñarte algo
Flor se dirige al auto
—Alexander confundido pregunta— ¿Qué haces?
—Subirme al auto, no sé qué tan lejos me llevaras
—Vamos Flor, tienes piernas, no esta tan lejos
Espero y no me lleve a una cena romántica, comí bastante hoy. Bueno si es un postre si
lo aceptare, depende, si son galletas no.
—Oye, ¿Que tanto piensas?
—Quiero saber a dónde vamos
—Ten paciencia. Pero ten por hecho que lo disfrutaras
Alexander toma la mano de Flor y la lleva a un jardín privado cerca de la colonia
—Señala hacia la reja del jardín— Aquí es
—Alexander es privado, está cerrado con candando
—Conozco un atajo para entrar—Camina hacia donde están un arbusto, lo mueve y
señala un hoyo
—¿Nos arrastraremos por ahí para pasar?
—Si
—De acuerdo—Se tira al suelo e incorpora su cuerpo arrastrándolo por el hoyo, hasta
que logra cruzar al jardín, se levanta y voltea asombrada por la belleza del lugar—
Cielos, es hermoso
—Alexander cruza hacia donde esta Flor. Sacude su ropa de la tierra y toma su mano—
Desde que tengo 10 años he venido a este sitio, me enamore de él, además de que es
perfecto para usar mi telescopio—La lleva al centro del jardín. Desde su escondite saca
su telescopio y lo prepara
—Es increíble, no tenía idea de que te gustara todo esto
—No me conoces del todo
—Ahora sé que no. ¿Desde cuando tienes tu telescopio? ¿Y como es que pudiste
meterlo?
—Mi abuelo y yo siempre veníamos a ver las estrellas aquí por las noches. Antes de que
muriera me obsequio el telescopio, lo he cuidado bien desde ese entonces, tenía 8 años.
Y el jardín era público. Pero una señora adinerada lo compro y lo hizo privado solo para
ella. Me hice amigo del señor que lo arregla, el me ayudo a hacer el hoyo y a hacer un
escondite para mi telescopio, es un gran señor.
—Lo siento mucho
—Tranquila, mi abuelo me dijo una vez que todos nuestros seres queridos que se
marchaban, se encontraban arriba en el cielo brillando para nosotros por las noches, y
sabes, aun creo en eso
—Flor emotiva se acerca a Alexander y lo abraza—Es muy hermoso
—Tu eres hermosa
Permanecieron mirándose por varios minutos, hasta que Alexander agrega
—Ya está listo
—Flor se aleja y pregunta— ¿Y que es lo que veremos hoy?
—Son las 11:55 de la noche. El 01 de marzo por la madrugada la luna estará pasando
muy cerca de la estrella Spica de la constelación de Virgo, apreciaremos una belleza en
unos minutos. ¿Lista?
—Flor emocionada exclama—¡Por Supuesto! —Flor se acerca a Alexander—Oye, solo
quería disculparme si he sido grosera contigo, te juzgue mal. Bueno al principio no tenía
idea de ti, pero cuando hablé con Alejandra tuve esa espina de que eras el típico chico
guapo, musculoso y superficial que solo quería obtener sexo. Y eres más que eso. Eres
inteligente, protector, creativo, dinámico, sociable y agradable, todo el que te conoce
termina enamorado de ti
—Alexander sonríe— Gracias Flor, eres la primera chica que me dice algo más que
“una cara bonita”. Agradezco tus palabras, y no tienes que disculparte, yo comprendo
las razones por las cuales era así tu comportamiento. Y lamento lo de Raúl, aquí estoy
para ti, solo no vuelvas a distanciarte
—No lo volveré a hacer
—Alexander mira su reloj— 12:05am. —Mira por el ocular—Ven, luce increíble
—Flor coloca su ojo en el ocular por varios minutos— Tienes razón, es hermoso—Se
aleja y voltea a ver a Alexander—Jamás había percato tus ojos, son verdes
—Alexander sonríe, se acerca al rostro de Flor y besa su mejilla—No podría besarte si
tú no sientes lo mismo que yo, no quiero presionarte a sentir algo por mí. Necesito que
te conozcas tu misma y puedas procesar el amor que le tienes a Raúl para poder
conocerme lo suficiente a mí. Para lograr ser alguien en tu vida—Toma su mano y la
besa
—Eres maravilloso
—Solo digo lo que mereces Flor, no deseo aprovecharme tras tu ruptura, ni de este
mágico momento para besarte, quiero que sea especial para ambos, y de verdad quiero
besarte. Y sonara patético, pero me basta con solo tomar tu mano para sentirte, puedo
esperar, puedo esperarte
Flor conmovida abraza a Alexander.
Me sentí tan apreciada esa madrugada, lo poco que conocía de Alexander era nada a lo
que descubrí del ahora. Pasamos una madrugada increíble. Salimos de ahí alrededor de
las 3:12am, tomados de la mano caminamos hacia mi hogar.
—Nuevamente gracias por hacer esto por mi
—No debes de agradecer Flor, como te lo mencione hace un momento, me importas, de
verdad me importas, espero que ahora podamos vernos con frecuencia
—Claro, le llamare en la tarde a Alejandra, ella es una muy buena amiga
—Perfecto. Me tengo que ir—Se acerca a Flor y besa su mejilla
—Descansa Alexander
Di la vuelta y me encamine a la puerta, lo que estaba sintiendo en este momento no se
comparaba con absolutamente nada, era nuevo y magnifico, era solo nuestro.
Entre a mi hogar, tomé un vaso de agua y subí a mi habitación a descasar, esperaba con
ansias volver a verlo de nuevo, necesitaba esto. Escuche unas risas en la sala, me fije en
mi reloj eran las 11:30am, ¡Cielos, sí que dormí hoy! Me metí al baño a darme una
ducha, Salí y procedí a vestirme, al bajar miré a Alejandra conversando con mi abuela.
—Hey, hasta que bajas
—Hola, perdón, ayer yo….
—Alejandra la interrumpe— Vine hasta aquí para llevarte a la playa
—Mejor vemos hacemos una tarde películas
—Abuela se levanta y va hacia Flor— ¡Claro que no!, debes salir y disfrutar tu
juventud, ve con ella
—Abuela no, no podría dejarte sola
—Ay hija, yo iré a visitar a mis amigas, aunque no lo creas tu abuela también se
divierte, ve, yo sé que estás en buenas manos
—Lo ves Flor, vamos, ve por tu traje de baño
—Preferiría omitir eso, nunca he usado un traje de baño
—Sabía que dirías eso, por esa razón traje conmigo unos pares aquí en mi bolsa, para
que utilices uno
—De acuerdo, pero comemos algo en el camino que tengo demasiada hambre
—Como usted diga señorita—Alejandra se despide de la abuela y jala a Flor hacia la
puerta
—Espera, iré por mi bolsa
—No te preocupes, aquí la tengo conmigo
—Hasta luego abuela
—Diviértanse chicas
Sale del hogar y se suben al Auto de Flor con varias bolsas
—¿Solo iremos nosotras?
—No, allá nos verán los demás
—Flor nerviosa pregunta—¿Quiénes son los demás?
—Los chicos que estaban en la fiesta de Año nuevo, obviamente Alexander también
estará ahí
Flor enciende el auto y se dirige hacia la playa. Con música de fondo y poco tráfico,
llegan en menos de 35 minutos, se estacionan.
—Alejandra baja. Grita al grupo de chicos que se encontraba enfrente de ellas—
¡Chicos vengan a ayudar!
Cielos no podía creer lo que mis ojos veían, era Alexander sin camisa, luciendo
increíblemente perfecto, se dirigía caminando hacia mí con su hermosa sonrisa, su pelo
negro y mojado, sentía que me desmayaba.
Alexander va hacia Flor y la abraza— Sabia que vendrías, la pasaremos muy bien
—Claro, luces—Flor nerviosa agacha la mirada y mira su abdomen
—Alexander toma la mano de Flor y la acerca a él— No te pongas nerviosa Flor
—Luces bien, es lo que quería decir
—Alejandra se acerca a ellos con unas bolsas— Bueno tortolos, ayuden a bajar todo
esto, vamos a acampar
—Flor extrañada pregunta— ¿Cómo que acampar?
—Sí, igual podemos quedarnos a dormir en casa de nuestra abuela. Esta aun lado del
Hotel de la esquina, no muchos querrán dormir aquí, es incómodo con la arena
—Pero mi abuela…
—Alejandra Interrumpe—Yo le pedí permiso, no te preocupes, igual puedes marcarle
—Alexander tomas las bolsas y va hacia la fogata
Me alegraba ver una vez más a mis amigos, pero especialmente a Alexander, aquella
madrugada fue única, lo conocí desde una perspectiva desconocida que poseía, pero
ahora que lo sé es inquietante, sigue actuando como “todo un galán”, además de que
tiene fama e historia qué no podre ignorar. Pero ¿Por qué pienso en esto? No es que
ahora tendremos un noviazgo. Hice aun lados mis ideas absurdas y comencé a ayudarles
a bajar todo del auto, al acomodar todo, decidimos adentrarnos en las olas
—¿Estas feliz? —Pregunta Alexander tomando la mano de Flor
—Estoy embriagada de felicidad
Realmente me encontraba en paz. Todo surgía naturalmente en este día y lo ame. Los
ame. Me ame.
Al estar media hora en el agua nos entró un hambre espantosa. Salimos de ahí y nos
preparamos unos sándwiches
En una tarde que me decidí por limpiar mi habitación, encontré las cartas de mi padre.
Me dije “¿Qué puedo perder?”, y leí la última carta que recibió mi madre de él.
Hoy sábado 13 de mayo del 2012
María…Mi maría, anhelaba tanto haber sido el hombre que necesitabas en tus
momentos más complicados, pero nunca logré ser el hombre que merecías, fui un
cobarde por haberte dejado ir, por no haber luchado por nuestro amor, por
abandonarte, por no ser un padre para Flor. Este ha sido el mayor error que he
cometido, no puedo imaginar su aversión hacia mí, soy un desdeñan.
Tal vez el tiempo que deseo brindarles no baste para remediar los años perdidos, así
que se los brindo todo. Solías escribirme que poseía ya de una familia, pero no es así,
no podría estar con otra mujer que no eres tú, María siempre has sido tú. Tengo 35
años y no tengo nada, no poseo una familia ni herederos que brindarles mis riquezas,
mis historias, mis sueños. Siempre he pensado en ti, en nuestras aventuras marcadas en
nuestras almas. El propósito de esta carta no es solo de mi arrepentimiento, te tengo
una noticia, no quería preocuparte en las cartas que nos escribimos meses atrás por
miedo a tu reacción al enterarte de esta noticia, quiero ser yo quien te la brinde, Tengo
leucemia, me lo diagnosticaron hace 2 meses. Ahora mismo estoy en tratamiento…
Estoy cansado María, hay ocasiones en las que no me encuentro con fuerza para
continuar, pero mi sueño es estar con mi verdadera familia. Espero tu respuesta.

Siempre tuyo Rodrigo.

Mi corazón se rompió en mil pedazos. Saque todas las cartas del sobre, buscando su
número telefónico, Hasta que encontré en una carta el número de su nana, baje
corriendo los escalones hacia el teléfono de la sala, marque los dígitos y rece porque me
contestaran
—¿Hola?
—Si hola, ¿Quién es?
—Soy hija de María, me puede decir ¿cómo puedo comunicarme directamente con
Rodrigo?
—Eres su hija, ¿cierto?
—Si lo soy
—¡Dios Santo!, al fin se algo de ti. Mira, tu padre vive en NY, puedo hablar a la casa de
ellos y darle tu recado al señor Rodrigo, no puedo brindarte a ti el número, ya que todo
es bajo perfil por su madre, tu abuela. Yo te regresare la llamada, ¿de acuerdo?
—Sí, me parece perfecto
Espere 2 largos días aquella llamada, hasta que una tarde recibí la grandiosa noticia de
que mi padre vendría a mí. Me encontré nostálgica, entusiasmada y avergonzada por
dejar ir tanto tiempo, no tenía idea alguna de cómo se encontraba mi padre. Tenía miedo
de que se encontrara en sus últimos días, pero si fuera así disfrutaría cada segundo con
él. Desde esa noticia me volví a comunicar con mis amigos y con mi abuela, quería
saber de mi padre con desesperación.
El 21/abril/2012 tocaron a mi puerta. Me encontraba sola en la sala, solo caminen unos
pasos y la abrí. Era un señor bien vestido con el rostro nostálgico
—Hola Flor, soy Rodrigo Palacios. Tu padre
—Flor con los ojos llenos de lágrimas se acerca a abrazarlo— Perdón por tardar tanto
—Rodrigo la abraza con fuerza—Esta bien cielo, yo lo comprendo
—Flor se aleja—Por favor pasa, ¡Eres bienvenido!
—Rodrigo pasa y procede a sentarse en el sofá— Es una linda casa
—Flor se sienta a su lado— Si, lo es. ¿Quieres una taza de café? Oh ¿Una botella de
agua?
—Gracias, estoy bien así. ¿Tu madre se encuentra trabajando?
—Flor baja la mirada— Ven, te llevare con ella
Proceden a salir del hogar, se dirigen al auto. Ambos se suben y se encaminan al
cementerio. Flor no dijo ninguna palabra en el trayecto, hasta que llegaron.
—Rodrigo confundido pregunta—¿En dónde nos encontramos?
—Bajemos
Bajan del auto, Flor camina hacia una lápida blanca
—Mi madre falleció
—Rodrigo rompe en llanto— ¡No puede ser! ¿Qué fue lo que ocurrió?
—Ella se suicidio
Flor se acerca a él y lo abraza
—¿Fue por mi culpa cierto?, ¿por mi carta?
—No quiso comentarme la razón. Cuando llegué a la casa la encontré sangrando,
sobrevivió. Ya que se encontraba estable hablo conmigo, me platico todo. Le pregunte
la razón por la cual quería arrebatarse la vida, pero me dijo que no lo entendería. En el
funeral mi abuela me dio un sobre con todas las cartas que le enviaste. No quería saber
de ti, no me encontraba lista para leerlas, hasta ahora
—Rodrigo se inca hacia la lápida—Todo esto fue mi culpa. —Coloca su mano en la
lápida— Perdóname, en la vida, la enfermada oh la muerte yo seguiré amándote…
Siempre—Llora sin cesar
El inmenso amor que sostenían mis padres era el más puro que pude presenciar, jamás
lograron concebir el sueño de permanecer juntos, podían conllevar la distancia, pero no
procesar la enfermedad, ella no podía vivir sin él, no podía verlo partir. Por esa razón
acabo con su vida. Tenía miedo que mi padre también optara por esa decisión.
Contemple su dolor por largas horas, veía arder su esencia en el mundo de los muertos y
sus socorros ayuntaron los cuervos, él no se encontraba con nosotros, murió en el
trascurso del tiempo en el que nos encontrábamos ahí.
Sujete el brazo de mi padre para que lograra levantarse. Nos dirigimos al auto. Subimos.
Conduje al parque. Se encontraba ido, no decía ninguna palabra, no respondía a mí. Al
llegar, bajo y camino a una banca, corrí tras él.
—Debí de haber tomado la iniciativa hace años, pero el “Hubiera” no existe—Coloca
sus manos en su rostro
—Flor se sienta a su lado tomando su mano— Yo creía que no le importaba, pero estaba
totalmente equivocada. Nos dejó una cantidad razonable para continuar con nuestras
vidas, era dura, pero me amaba…Así como te amaba a ti
—Perdóname Flor, por favor—La mira desconsolado
—Flor lo abraza—Perdóname tu a mi Padre
Permanecimos abrazados sintiendo el calor de la nostalgia por un interminable tiempo,
se encontraba la incertidumbre y el miedo de nuestra expresión. El resplandor de los
años se reflejaba en nuestras frentes, las decisiones que trascurrían en la nada eran tan
vividas que la conjetura de nuestra fe se intensifico en segundos, poseíamos de la
facilidad de obtenerlo todo, la pérdida y el deshonor no acertaba en nuestro semblante.
Cuando se encontró más tranquilo, optamos por regresar a la casa. Caminamos al auto,
entramos y conduje tranquilamente. Al llegar percate ver a mi abuela en la puerta, le
llame
—¡Abuela!
—Deja las bolsas en el suelo y se acerca al auto— Hija, ¿Dónde estabas?
—Señala hacia Rodrigo— Con mi padre
—¡Dios Santo estas aquí!, pero bajen del auto, les preparare la cena
Proceden a bajar y ayudan a la abuela con las bolsas, entras y dejan todo en la cocina.

Abuela abraza a Rodrigo—¡No has cambiado nada!


—Rodrigo sonríe— Y usted es igual de encantadora
—Siempre tan amable—Abuela mira a Flor— Bueno chicos, ustedes tienen mucho que
hablar porque no van a la sala
—Vamos Padre
—En un momento les llevare un vaso de agua
—No es necesario Señora Hernández
—No es molestia Rodrigo, vayan a la sala
Flor y Rodrigo caminan hacia la sala y toman asiento.
—¿Cómo vas con tu tratamiento?
—Va bien, asisto a un prestigioso hospital donde me están bridando buenos
tratamientos
—Me alegra saber eso
—Dime, ¿Cómo vas con los estudios?
—Excelente, estudio Psicología
—Es muy buena carrera
—Rodrigo nervioso mira sus manos—Hija…Pensaba, bueno quería proponerte si
querías venir conmigo a NY, como eres mi hija tienes la nacionalidad, además sería una
provechosa oportunidad tener visa y pasaporte, lo digo por tus planes a futuro. Solo
serían 2 meses. Quisiera solo 2 meses de tu tiempo si así tú lo deseas y claro si tu abuela
me lo permite
—Flor entusiasmada responde— ¡Por supuesto que acepto!, ¿Cuándo nos iríamos?
—En cuanto arregle tus documentos, le hablare a mi abogado para que tramite el
proceso ahora mismo, ¿me disculpas?
—Claro, adelante
Se levanta y procede a salir del hogar a realizar la llamada
No deseaba saber qué ocurriría mañana oh dos días después, lo único seguro era lo que
estaba viviendo en este momento. Tenía conmigo a mi abuela y mi padre. Ellos son mi
única familia. Y si era necesario desaparecer 2 meses en un país desconocido con mi
padre lo haría.

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