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Este libro está dedicado a las personas que viven tormentos día tras día.
Lo cautivante de mis mañanas era imaginar que por una extraña razón existía un
universo paralelo en el que era feliz, que no había sufrimientos en mis mañanas ni
tragos amargos en mis noches, pero no era así en mi situación, simplemente era
afrontarlo y seguir, aunque me encontraba agotada de este plano, mi única esperanza…
Mi único rayo de luz era ese chico alto de ojos azules…Raúl. ¡Y si!, estaba locamente
enamorada por 5 sencillas y poderosas razones. Su lealtad, honestidad, amabilidad,
además es tan Divertido y gentil que podría empezar a creer en la humanidad del
hombre, solo por haber coincidido con él.
Aunque odiaba despertar, él era mi única razón de querer levantarme de esa horrible
cama. Mi hogar no se podría llamar “Dulce Hogar”, es caótico. Me enferma mi madre y
su desagradable novio. Cada que pierde la conciencia mi madre su preciado novio le
roba su patético sueldo de mesera, así que prácticamente le debemos todo a mi abuela,
aunque sus visitas no sean del todo agradables, no nos queda más que soportar sus
críticas e insultos. Es por esa razón que sigo estudiando, no quiero pudrirme en esta
casa. Y bueno, mi padre, no tengo ni idea de su paradero, mi madre siempre evita hablar
del tema. Desafortunadamente así es como vivo, enamorada de mi mejor amigo y
siendo dañada por mi ridícula madre y su novio.
Esta mañana me sentía muy entusiasmada, había escrito un poema para Raúl, hoy era su
cumpleaños, sé que era un detalle sencillo y sin ningún costo, pero sincero y único para
él. Nos quedamos de ver en la parada de autobús como siempre acostumbrábamos, pero
esta vez Decidí llegar 10 minutos antes, estaba temblando, quería declárale mi amor,
esta vez quería armarme de valor y solo hacerlo. En ese momento escucho mi nombre,
¡Era él!, luciendo tan perfecto con su pelo despeinado y sus ojos brillantes, me elevaba
con su dulce voz. Se acercó y me abrazo, ¡Cielos!, podía sentir su corazón palpitar con
precipitación.
—Siento que haya muerto tu personaje favorito
—¿De qué rayos hablas?
— Raúl sonríe— Creí que ayer en la noche terminaríamos de leer juntos la novela,
¿Acaso no lo hiciste?
—¡Ay!, lo siento de verdad, tuve otra discusión con mi madre, no ha hecho los pagos de
la casa, ¿puedes creerlo?, Mi abuela le había prestado dinero y no lo pago, decidió
gastarlo con su novio en alcohol, de verdad no soporto vivir así.
—Toma la mano de flor y la mira— Recuerda que nos iremos a vivir a París, nos
iremos juntos de aquí y seremos unas personas exitosas
—Flor susurra—Es por eso que te amo.
—Perdón, ¿me dijiste algo?
—Se sonroja—No para nada, mira ahí viene el camión, ¡vamos!
Me sentía tan apenada por descubrirme así con él, no era ni el momento ni la situación.
El recorrido a la escuela era mi momento favorito porque Raúl siempre terminaba
tomando una siesta acurrucado en mí, esos momentos eran en los que me sentía
conectado con él, éramos uno mismo.
Y luego la triste realidad. Al llegar a la escuela, era soportar las miradas coquetas y
descaradas de todas esas chicas vacías, sé que es un chico hermoso en todos los
sentidos, pero ninguna de ellas es digna de ser su novia, él requiere de una compañera
divertida, leal, inteligente y hermosa, estas chicas están llenas de aire. No me
preocupaban, ninguna de ellas podía ganar su corazón, porque sé que a él no le interesa
ser cortejado ni ser el centro de atención por personas superficiales. Pero había una
chica que si es de temer… Samanta. Ella es hermosa y brillante, aunque es una fiel
creyente. Raúl y yo creemos que el universo fue creado por algo más grande que los
dioses señalados por la infinidad de religiones que existen en la actualidad. Y para mi
mala suerte Samanta es la jefa de grupo, en cada evento organizado para recaudar
dinero, Llama a Raúl, lo mantiene lo más cerca de ella, mientras que a mí me deja en el
olvido, no me dan ningún cargo, increíble ¿no? No es tan santa como piensan. Después
de la pasarela de tipas sin cerebros por la escuela, llegamos al salón. ¡Y sorpresa! ahí
estaba samanta, acercándose con un obsequio para Raúl. ¡Cielos!, si piensa que con
regalos se ganara su cariño, está muy equivocada.
—¡Hola Raúl!, miré esto y pensé en ti. — Le da el regalo con una sonrisa atrevida.
—Raúl sonríe y abre el regalo— Wow es una lente para mi cámara, muchas gracias,
debió costarte tanto —Se levanta y la abraza
Samanta mira a Flor burlándose
—Raúl se aleja y la mira— Tengo una idea porque no nos acompañas al parque,
pensábamos ir hoy saliendo de la escuela, ¿Te gustaría ir con nosotros?
—¡Claro que sí!, me parece perfecto
Toca el timbre y todos se reincorporan al grupo.
—Flor sorprendida pregunta—. ¿Es enserio que acabas de invitarla? Arruinara nuestra
salida
—Exageras flor, vamos, dale una oportunidad, es agradable, deberías de conocerla te
sorprendería lo lista que es
Flor se levanta dirigiéndose al bote de basura a botar el poema.
Me sentía en la deriva del abismo, lo cautivo. Logro cautivarlo. ¿Y ahora que hare?, no
la soportaba, y dejarlos a solas no era una buena idea. Tenía que declarar mi amor antes
que lo hiciera ella, Pero. ¿cómo?, ¡Lo tengo!, una carta, soy buena expresando mis
emociones en papel y pluma. Se la daré en la hora de receso.
Nunca había transmitido tanto amor, como lo hice en aquellas dos hojas. Cada clase me
parecía interminable. Se notaba mi desesperación, y claro que lo noto Raúl.
—Raúl la mira y toma su mano— ¿Te encuentras bien?
—Flor lo mira— Raúl…Debo confesarte algo, debo hacerlo ahora oh perderé la poca
cordura que me queda
Raúl la mira confundido
—Mira yo estoy ena…
Toca el timbre. y Samanta se acerca a Raúl tomando su brazo
—Vamos Raúl, te tenemos una sorpresa.
—Permíteme Samanta, Flor tiene algo importante que decirme, en un momento te
acompaño
—Nada de un momento, ven, te encantara.
—Flor desanimada lo mira— Ve, hoy es tu día.
—No es mi día si tú te encuentras ahí, dime que sucede.
Un grupo de personas se acercan y toman a Raúl para llevarlo al patio. Flor sale detrás
de ellos.
—Samanta se acerca con un pastel y exclama—Raúl como sabes, eres el chico más
querido en la preparatoria, por eso decidimos hacerte una fiesta en mi casa para
festejarte
—Raúl emocionado responde— Chicos muchas gracias, pero es demasiado…
—Samanta interrumpe— Lo mejor para los triunfadores, ¡ven a partir el pastel!
Sí que es buena para arruinar momentos. No me dará tiempo para hablar con él, debo
darle la carta ahora.
—Flor se acerca a Raúl— Oye cumpleañero, falto mi regalo
—Raúl sonríe—No necesitas obsequiarme nada flor, con tu existencia me basta para ser
feliz
—Flor lo mira con amor sacando de su bolsillo la carta— Mira…
—Samanta interrumpe—Raúl allá está el profesor Joaquín, ¿Lo recuerdas?, quiere
felicitarte
—Raúl contento dice—Flor puedes esperar un momento, enseguida regreso.
Raúl se aleja de Samanta y Flor.
—Samanta le arrebata la carta— ¿Qué es esto?, no me digas que es una patética
declaración, deberías ser menos egoísta, mira a Raúl, tiene tanto potencial y belleza, tu
solo eres hija de una alcohólica que vive en pecado con un ladrón. Nunca serás digna
para él.
Toca el timbre y todos se marchan a su salón.
Tiene razón. Yo no soy nada. No tengo ningún valor. Debería de alejarme y dejarlo ser
feliz con alguien de su estatus. No debo llorar, él no puede verme así, mejor llamo a mi
madre para que venga a recogerme. Quisiera no entrar al salón, pero debo. No me
parecerá una novedad si Samanta está sentada a su lado.
Toca la puerta y abre
—¿Profesora me permite pasar?
—Flor es muy tarde, pasa
Se sienta en su pupitre
—Raúl se acerca—¿Oye dónde estabas? Te perdí el rastro
Flor lo ignora
—¿Estas molesta porque te deje?, sabes que admiro bastante al maestro Joaquín
—Flor se levanta exclamando— ¡Maestra! Me siento un tanto mal, ¿podría venir mi
madre a recogerme?
Raúl confundido mira a flor recoger sus materiales
—La maestra le responde intrigada—Claro flor, ve a dirección
Se dirige a dirección a llamar. Se acerca con la secretaria para pedir el teléfono.
Comienza a marcar. Atienden la llamada.
—Hola Madre, necesito que me recojas a la preparatoria, tengo dolor de cabeza Y…
—Madre la interrumpe— ¡Por Dios santo solo para eso llamas!, vete en autobús, no soy
tu chofer
—No puedo salir de la escuela sola, si pudiera hacerlo no estaría pidiéndote esto, ¡por
favor!
Madre Cuelga.
Flor mira a la secretaria sonriendo
—Me esperara afuera.
Me siento tan humillada. No puede ser, escucho a Raúl, ¡oh no!, hay viene.
—Raúl se acerca corriendo—¿Oye que te ocurre?, Desapareces. Me ignoras en media
clase y te marchas sin decir nada
—Flor mira al suelo— No es nada, vuelve a clases, mi madre vendrá por mí, solo es un
dolor de cabeza. No tienes por qué preocuparte
—Raúl la mira preocupado— Si te sientes mal, me quedo contigo.
—Flor exclama—¡No! Hoy es tu fiesta, debes ir a disfrutarla
—Raúl molesto exclama— ¡Basta!, no puedes estar diciéndome que debo de hacer. Te
quiero y quiero estar contigo Flor.
— Flor— también te quiero, Siempre te he querido…
—Raúl la mira conmovido tomando su mano— ¿Esto era lo que querías confesarme?
—Flor lo mira sonriendo con los ojos llorosos— Si…Bueno, era más extenso.
Llegan un auto tocando el claxon
—Madre grita— ¡Niña!, ¿acaso eres sorda?, súbete al auto, por tu culpa no fui al trabajo
—Flor molesta mira a Raúl— Lo siento, debo de irme
—No te preocupes, iré a verte saliendo de la escuela
—¿No saldrás con Samanta?
— Raúl Exclama— ¡Claro que no!, tienes malestares, como podría irme a divertir.
—Madre toca el claxon—¡No tengo tu tiempo, súbete ahora!
Flor se sube al auto.
—Madre arranca el auto—Solo me haces perder mi tiempo, tendrás que pagarme mi día
—Flor responde molesta— Que novedad
No podía creer que me haya correspondido, mi sueño se estaba volviéndose realidad, al
fin podría ser feliz con alguien. El cielo nunca lo había visto tan azul como hoy, podía
sentir el fresco viento acariciar mi alma. El sonido de mi corazón era tan elevado que
podría estallar en un segundo. No escuchaba las maldiciones de mi madre solo su dulce
voz diciéndome “Te quiero”, mi melodía sonaba fuertemente en mí. Llegue
directamente a arreglarme quería lucir lo más hermosa posible. Dieron la 1:20pm y no
veía ninguna señal de Raúl. 2:30pm estaba preocupada, me dije “Tal vez paso a su casa
a cambiarse”. Procedí a llamar a su casa. Recuerdo haber marcado unas 12 veces. Mi
última opción fue dirigirme a su hogar. Tome mi bicicleta, mis manos temblaban, tenía
un mal presentimiento. Al llegar a su hogar percato que el auto de su padre no se
encontraba, me pareció extraño, ya que él va a recoger a Raúl a la escuela. Toque la
puerta, me abrió la nana de Raúl.
—Señorita Flor… Tristemente debo informarle que El señor Estrada y el joven Raúl
tuvieron un grave accidente hoy en la tarde. Ahora mismo su familia se encuentra en el
hospital
Sentí como mi mundo se despedazaba en frente mío y no podía hacer nada para
detenerlo. Tome mi bicicleta, pedalee con toda mi fuerza, ni siquiera sentí cansancio ni
dolor. Llegué al hospital. Me dirigí a recepción.
—Flor agitada exclama— ¡Señorita Me podría brindar información de Raúl Estrada!
—La Recepcionista responde— EL joven está en cirugía, y el padre falleció… Lo
siento.
Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, a lo lejos miré a la familia de Raúl y corrí
a ellos, se encontraban desconsolados y preocupados, había llegado con fracturas y
derrame cerebral. Espere toda la noche hasta saber noticias de él, hasta que un doctor se
acercó a nosotros diciéndonos que Raúl no soporto la cirugía. Se encontraba en coma.
No podía soportar el dolor recorriendo mis huesos, la respiración se me acortaba, mi
Raúl... No era justo, él no merece esto repetía desesperadamente en mi cabeza. No podía
detener el llanto. Esa noche sentada en esa fría silla le rogué al Dios del que tanto me
hablaba que lo salvara, que me devolviera sano a mi Raúl, hice aun lado mi orgullo y
escepticismo por su vida. Nunca había rezado, no tenía ni idea si lo estaba haciendo
correctamente, solo me encontraba desesperada.
Eran las 7am de la mañana siguiente, No había asistido a la escuela, solo quería
quedarme y esperar a que despertara. Siento una voz calidad a mi lado, era la madre de
Raúl con un café caliente en sus manos.
—Hola flor, te traje un café— Le dice desanimada.
—Flor toma el café mirándola— De verdad siento lo de su esposo Señora Estrada
—La señora estrada pone sus manos en sus ojos y comienza a llorar— Era un excelente
padre y esposo… Siempre será el amor de mi vida Flor— La mira con los ojos
hinchados y rojos— Así como lo eres para Raúl.
—Flor la mira nostálgica— No quiero que muera…—Rompe en llanto.
—La abraza consolándola— Tampoco yo Flor… Tampoco yo.
Esa mañana habían cremado al señor Estrada. Me sentía bastante impotente, la partida
de la familia de Raúl me rompía el alma, en esos momentos no tenía la destreza de
poder decir las palabras correctas en esta situación, simplemente mi voz se me fue
arrebatada ese 6 de abril del 2012.
Pase semanas en el hospital visitando a Raúl con la esperanza de que despertara, mire
venir y salir a infinidad de personajes que desconocía su existencia, incluso la propia
Samanta venia cada domingo a rezar por Raúl. Así que se me ocurrió mejorar aquella
carta que le deseaba obsequiar en su cumpleaños. Tal vez si escuchaba mi voz
expresando todo mi amor y apoyo haría que despertara. Me puse manos a la obra esa
noche. ¡Logre terminarla¡, Lágrimas y sudor se encontraban en aquella carta. Aproveche
la oportunidad de que me encontraba en mi hogar para tomar una pequeña siesta. Y
luego sucedió, me despertó el teléfono sonando, conteste.
—Flor soy yo, la madre de Raúl. El tuvo un infarto…
Dejé caer el teléfono. Y corrí a tomar mi bicicleta dirigiéndome al hospital. Rece todo el
camino pidiendo que no me lo arrebatara de mis brazos. Llegue y mire a toda su familia
llorando, me metí a la sala, estaba llenos de aparatos, ¡él dependía de todos esos
aparatos para vivir! Le grite que lo amaba, que no podía abandonarme, unos enfermeros
se acercaron a mi sujetándome de los brazos diciéndome que debía salir y esperar
afuera, comencé a zafarme con la poca fuerza que quedaba en mí, seguí gritándole que
no me dejara. Me desmaye. Mi cuerpo no aguantaba más tristeza, se estaba yendo
enfrente mío y no podía hacer nada. Desperté en una cama del hospital, miré a la
enfermera a mi lado diciéndome suavemente
—Niña siento lo de tu amigo, yo perdí a mi hijo en un accidente hace 10 años, se por el
dolor que estás pasando, El único consuelo que me acompaña es saber que está en un
lugar mejor cuidando de mí y su hermanita
—Flor Pregunta con la voz quebrada— ¿Cómo sabe eso?
—La enfermera la mira sonriendo— Él me lo dijo en un sueño
Da la vuelta dirigiéndose a la puerta. Voltea y agrega— Estarás bien hija, confía
Mi cabeza daba vueltas, en eso veo a la señora Estrada viniendo a mí.
—Se sienta. Toma la mano de flor y pregunta— ¿Cómo te encuentras?
—Estoy bien señora, gracias por estar aquí conmigo, ¿Cómo esta Raúl?
—La mira aliviada— Esta bien, no paso a mayores, ahora se encuentra estable
—Me alegra saberlo… Yo le escribí una carta, he leído que, si escuchan las voces de
sus seres queridos, logran despertar, ¿cree que pueda pasar a verlo a leérsela?
—Conmovida mira a Flor— Claro, me parece buena idea.
Una vez más me encuentro en el risco de la montaña, al fin le diría lo que siento. Ah las
horas de darme de alta, me dirigí afuera para tomar el autobús, esta vez, me encontraba
cansada de pedalear. Mientras veía las hojas caer de los arboles vino a mi memoria
aquella vez que casi beso a Raúl, eran un viernes por la tarde. Nos encontramos en el
patio de su casa mirando las nubes desplazándose lentamente, las hojas de los árboles
volaban por toda nuestra aurora. Roce mi mano con la suya y lo mire detenidamente,
admirando su belleza en todo su esplendor, volteo a mí y sonrió. Tuvimos una conexión
y percate que sentía lo mismo que yo, se acercó lentamente a mí, no había visto tanto
brillo en él cómo en esa tarde de otoño. Pero Llego Samanta a interrumpir, ¿irritante
no?, La madre de samanta es la mejor amiga de la madre de Raúl, así que se la pasa
arruinando cada oportunidad que se logra dar con él. Si no fuera por ella, ese habría sido
mi primer beso con el amor de mi vida. Volteo y noto que estoy cerca de mi hogar, pido
la parada, bajo y me percato que no está el auto de mi madre, no pudo haber ido a
trabajar, era su descanso, y con su novio no se encontraba, ya que nos abandonó, ¡ah!,
pero antes de marcharse le robo todos sus ahorros, no solo la dejo en bancarrota si no
también destrozada del corazón, la ironía de la vida. Saco mis llaves para abrir la puerta,
pero se encuentra abierta, lo primero que pasa por mi cabeza es que forzaron la entrada
con el propósito de robar, al entrar observo que todo se encuentra en la normalidad,
comencé a gritar a mi madre, en eso escucho la llave de la regadera, tal vez es mi
abuela. Abro la puerta, pero estaba trabada, golpe para asegurarme quien se encontraba
ahí, pero nadie respondía, comencé a preocuparme, empuje con toda mi fuerza y se
encontraba mi madre con sangrando, se había hecho cortes en las muñecas, grite con
desesperación, la abofeteé fuertemente para que respondiera en sí. Mis manos y mi
camisa estaban llenas de sangre, me levante, me dirigí al teléfono, mis manos estaban
temblando, tome el teléfono y llame a emergencias, no podía creer lo que estaba
viviendo en ese instante. Me dijeron que en seguida llegarían, salí a gritar por ayuda,
por suerte unos vecinos salieron, les dije que mi madre estaba sangrando en el baño,
corrieron a detener el sangrado de sus muñecas, estaba en medio de la sala escuchando
gritos de desesperación, “¿qué hiciste maría?” escuche. De pronto se tornó oscuro el
ambiente, ya no había sonido, mire llegar a la ambulancia, entraron, la tomaron y
subieron a la camilla. ¿Por qué lo hizo? Me pregunte angustiada. En ese momento me
habla un paramédico diciéndome que subiera a la ambulancia. Subí y la miré queriendo
huir de la vida, sus manos frías… sin vida. Al llegar al hospital reaccione, me pregunte,
¿en serio está ocurriendo esto? La introdujeron a emergencias, sus cortadas habían sido
tan profundas, si no hubiera sido por mí, habría muerto al instante. Llegué a tiempo me
dije. Espere 1 hora en la sala, mire llegar a mi abuela, Nunca la había visto tan alterada
y preocupada, bueno, ella era su única hija.
—¿Cómo está tu madre? ¿Ya te dieron noticias?
—Flor responde confundida—No abuela, ningún doctor me ha querido decir algo.
—Abuela agitada se sienta—Hija… Sé que me la paso juzgándolas todo el tiempo, pero
es porque pueden ser mejor, yo siempre le repetía a tu madre lo talentosa que era, aun
con sus vicios nunca se dio por vencida, trabaja sin descansar por brindarte buena
educación, tal vez no es la madre más cariñosa, pero nunca ha descuidado su más
grande prioridad
—Flor responde molesta—Su única prioridad es ganar dinero para su alcoholismo
abuela
—La abuela la mira y responde— Te equivocas cariño, su prioridad siempre has sido tú.
Ha estado con infinidad de hombres sí, pero a ninguno ha amado. Ella aun ama a tu
padre.
—Flor confundida exclama— Pero siempre desvía el tema cuando le pregunto por él.
—Dime, como te sentirías tú si tienes que alejarte del amor de tu vida para garantizar su
felicidad. Se le dificulta hablar de él…
—Flor interrumpe— ¿Qué?, ¿entonces no nos abandonó?, ¡Qué diablos! Porque mentir
sobre algo tan importante, ella sabía muy bien que quería con desesperación saber de mi
padre.
Llega el doctor
—Buenos días, les informo que logramos parar la hemorragia a tiempo, ahora está
estable, la dejaremos descansar por ahora, más tarde podrán pasar a verla, ¿de acuerdo?
—Abuela responde tranquila— Muchas Gracias doctor
El doctor asiente con la cabeza y se retira.
—Flor se levanta— Debo ir a hacer una llamada, ahora vuelvo.
Se dirige a recepción y pide hacer una llamada. Marca a la madre de Raúl. Contestan.
—Buen día señora Estrada, quería saber cómo se encontraba Raúl
—Hasta ahora está estable Flor, creí que vendrás a leerle tu carta, estaba esperándote.
—Lo siento, se me atravesó un asunto familiar, ya todo está bien, no se preocupe. Debo
de colgar, en la tarde iré al hospital. Hasta luego señora estrada.
Cuelga. Y agradece a la recepcionista.
¡Vaya día!, coloque mis manos en mi cabeza, ahora como lograre hablar con mi madre
sobre esta situación. Iré con mi abuela.
—Camina hacia ella— Abuela porque no se va a descansar, yo me quedare aquí.
—No hija, de aquí no me muevo, ¿por qué no vas a la casa a cambiarte de ropa?, date
un baño y come algo. —Saca dinero de su billetera—Toma, come algo en el camino.
Aquí te esperare.
—Toma el dinero— Gracias abuela, ya vuelvo.
Tal vez no tenga la mejor comunicación con mi madre y abuela, pero las amaba, y si les
llegara a pasar algo me destrozaría. Procedí a salir del hospital y tomé el autobús. Pensé
en mi padre de nuevo, puede ser que ella tenga comunicación con él, oh solo lo extraña
y le recuerdo tanto a mi padre que por esa razón es cruel conmigo, sea la razón que sea,
ella me mintió, por que ocultarme algo tan delicado como esto. Cuando la den de alta la
afrontare, debo saber de mi padre, estoy en mi derecho. Pido la parada y bajo. Abro la
puerta, entro al baño a limpiar. Me doy una ducha. Salgo, me cambio, y lavo la ropa.
Tomare la carta de Raúl, antes que suceda otra tragedia, ¡cielos! parece que el universo
no quiere vernos juntos. Tomo mi sudadera, cierro la puerta y me dirijo a la cafetería a
merendar. Mientras veía hacia la ventana, pensé en Raúl y lo mucho que deseaba tenerlo
en frente mío, conversando sobre los malos días, soñando…Amándonos. Por un
momento me percate escuchar su voz llamándome. Después esa llamada se convirtió en
una voz irritable, era Samanta. ¡Genial!, mi día no podía ser más horrible. Como podía
lucir tan radiante después de una partida y la delicada situación en la que encontraba
Raúl.
—Hola Flor, escuche lo que le ocurrió a tu madre, espero que Dios pueda perdonar su
falta, ya que atentar contra su vida es pecado
—Flor se levanta enfadada— Suficiente tengo con lo que está ocurriendo para tener que
tolerar tus ofensas Samanta, será mejor que me dejes, oh lo lamentaras
—Samanta se acerca a ella y responde— ¿Dime que me harás?, ¿Acusarme con tu
abuela?, ¿Oh con tu padre? ¡Cierto!, las abandono como vil basura que son…
—Flor con cólera la interrumpe lanzando un puñetazo en su rostro— No permitiré que
digas nada de mi padre, te lo advertí
—Samanta comienza a sangrar de la nariz, llorando de dolor exclama a Flor— ¡Eres
una maldita loca!, te meteré a la cárcel, ¿si sabes quién es mi padre?
Flor sorprendida por la acción realizada, sale de la cafetería.
No logro procesar lo que acabo de realizar, ¡golpe a Samanta!, ¡Diablos¡, coloque las
manos en mi cabeza mientras caminaba hacia la parada. ¡no!, ¡no!, fue lo mejor que
pude hacer, lo merecía, es una brabucona. Llego a la parda, me siento y comienzo a
llorar, no soportaba más esto, quería desaparecer de la faz de la tierra. ¡Dios Me
encuentro tan cansada!, lo peor de todo es que no tenía con quien poder hablarlo, esta
vez me encontraba en su totalidad sola. Veo llegar el autobús. Me limpio las lágrimas,
Subo y me siento. En estos momentos necesito de mi padre. Me pregunto en donde se
encontrará. Llego al hospital donde se encontraba internada mi madre. Entro y noto que
mi abuela no se encontraba en la sala de espera. Veo venir al doctor.
—Señorita, ¿Es hija de la señora María Hernández?
—Responde temblosa—Si… lo soy, ¿Qué ocurre doctor?
—La mira con tristeza— Señorita, su madre intento desconectarse, de nuevo atento
contra su vida, logramos estabilizarla. Debería de pasar a hablar con ella… Lo siento
—Flor nostálgica se dirige al cuarto a verla—Entra, la observa en una terrible condición
y rompe en llanto— Madre…
— Flor, ven aquí.
—Flor se sienta a su lado y coloca su mano sobre la de ella— No es el momento, pero
mi abuela me conto todo lo de mi…
—Madre la interrumpe— Tu padre, si, lo sé. Platique con tu abuela hace un momento,
ella fue a la casa a buscar algo para ti. Flor…Hija te pido que me perdones por haber
sido tan cruel contigo. No quiero que pienses que la razón de mi intento de suicidio fue
por ex parejas oh por ti. Yo siempre tuve comunicación con tu padre flor, el nunca dejo
de apoyarme para brindarte una educación de calidad, yo aún estoy enamorada de él,
estúpidamente creía que tendríamos ese final feliz, pero no fue así. Nos conocimos a los
18 años en la preparatoria, nuestro noviazgo duro 1 año. Sus padres no me aprobaban,
Tenían esa tonta idea de que la razón por la cual estaba con tu padre era por interés…
Una caza fortunas me llamaban, solo era una pobre vulgar. Él iba a asistir a la mejor
Universidad, ¿y yo?, bueno, terminaría la preparatoria si lograba pagar la colegiatura.
De verdad ame a tu padre, me embarace joven flor, cuando me entere del embarazo
decidí huir—Rompe en llanto. Con la voz quebrada continua— Tenia mi corazón roto y
una vida en mi vientre, No quería darte en adopción, ni abortarte, lo único que me
quedaba de él, eras tú flor. Dejé la preparatoria, conseguí un empleo. Tu abuela siempre
me brindo apoyo, por esa razón no fue tan difícil. Tu padre me busco, pero ya nos
habíamos mudado al otro lado de la cuidad. Me entere al año que se había mudado a NY
a estudiar Licenciatura de negocios internacionales, él siempre me hablaba de crear una
empresa y viajar por todo el mundo. Lo logro. Cuando tenías 6 años de edad él logro
hallarme, me encontraba trabajando en el restaurante—Sonríe con lágrimas en los ojos
— Recuerdo bien ese día, era un sábado en la tarde, escuche abrirse la puerta, se acercó
a la barra preguntando por mí, Cuando escuche su voz, le grite. Sonrió viniendo hacia
mí. Lo abrace tan fuerte que sentía el mundo detenerse. Puso sus manos en mi rostro y
me beso. Me dijo
—Rodrigo— No tienes idea lo mucho que te extrañe, nunca deje de pensar en ti.
—María lo interrumpe— Ya pasaron 6 años Rodrigo…
—Rodrigo exclama— ¡6 años!, ¡10 años!, ¡Toda la vida amor!
—María lo mira y pregunta— ¿Cómo lograste encontrarme?
—Rodrigo sonríe—Tu madre me encontró, al parecer ella es buena amiga de mi nana.
Jefe le grita a María.
—María mira a Rodrigo apenada—Debo seguir trabajando. Ve a mi casa, te tengo una
sorpresa.
Rodrigo asiente con la cabeza y la besa.
—Flor con los ojos llorosos interrumpe— Si se volvieron a encontrar, ¿porque no están
juntos?
—Madre triste responde— Él nunca llego a vernos flor, su madre se enteró que me
había encontrado, y se interpuso. Paso 1 año más y me llego su primera carta explicando
la razón por la cual no fue. Era un hecho que no podíamos estar juntos.
—Flor molesta responde— ¿Por qué no escaparon?, huir con ahorros y mudarse a otra
cuidad, desaparecer…
—Madre responde— Su madre era muy manipuladora flor, cada que tu padre estaba
conmigo ella inventaba enfermedades para tenerlo cerca de ella, es una terrible persona,
pero es su madre. Se sentía contra la espalda y la pared. Lo único que nos quedaba era
escribirnos, en la quinta carta enviada le conté de tu existencia. Obviamente se
encontraba emocionado, comenzó a enviar dinero para tus estudios y necesidades. Yo
quería verlo, necesitaba de su presencia. Las cartas no eran suficientes. Le insistía que
nos viéramos, pero nunca podía corresponder a mi llamado. Y me canse. Comencé a
amargarme, a detestarlo, me odiaba, Verte me recordaba tanto a él, que ni siquiera podía
dirigirte la palabra.
—Flor pregunta— ¿Cuál es la razón por la cual atentaste contra tu vida?
—Madre rompe en llanto— Te amo flor, espero y puedas perdonarme. Perdonar mis
faltas, la escases de amor hacia ti, el abandono y mis fechorías…
—Flor se levanta y la abraza— Yo nunca te diría que no madre. También te amo—
Llorar sin cesar—
—Madre le corresponde y agrega— Tal vez mis razones te parezcan tontas Flor, pero
cuando llegue tu abuela quiero que me prometas que seguirás luchando, que no te
rendirás, ni por mí, ni por tus enemigos, ni por Raúl. Por nadie hija. Eres fuerte. ¡Y
podemos con más! Cuando te enamores lo comprenderás.
—Lo prometo.
—Hija hazme un favor, ayúdame a levantarme, debo ir al baño.
—Flor asiente con la cabeza y le ofrece la mano para levantarse— Con cuidado.
La acompaña al baño. Se dirige a la sala a dar un vistazo. Mira a su abuela sentada y va
hacia ella.
—¿Abuela donde te encontrabas?
—La abuela la mira preocupada— Tu madre me pidió traerte algo, ¿no estabas con ella
conversando?
—Sí, solo que me pidió que la acompañara al baño.
A los minutos Un grupo de enfermos corren al baño
Flor y su abuela camina a ver qué sucede. Llega el doctor, Salen del baño con el cuerpo
sin vida de su madre.
—Flor desconsolada grita— ¿Qué sucede? ¡Madre!... —Llora sin cesar exclamando—
¡Por un demonio Respondan!
Abuela llora y abraza a Flor.
Esa tarde conversando con mi madre en aquella habitación pude sentir por primera y
única vez lo que es el amor de madre e hija. Mientras que mi abuela hablaba con el
doctor, yo estaba en sentada en el frio piso mirando hacia el techo, queriendo
desaparecer una vez más. Me queda mi abuela y un padre que es manipulado
ciegamente por su madre me dije. Deseaba con todo mi ser que Raúl estuviera aquí
conmigo diciéndome que todo “Estará bien”, aunque no fuera así. Mi abuela llega a mi
diciéndome
—Pensaba en cremar a tu madre, dime. ¿Qué piensas?
—Responde cansada— Sinceramente no lo sé abuela.
—La mira nostálgica— Hija, yo sé que…
—Flor se levanta y la interrumpe molesta— ¡Estoy cansada de que todo el mundo diga
“Yo sé”, ¿yo sé qué? No tienen ni una maldita idea por el dolor que estoy pasando,
¡nadie!, creen saberlo todo, ¡Pero no es así! —Rompe en llanto— Basta de sus “Lo
siento”.
Corre desconsoladamente a ver a Raúl.
Mi única esperanza es Raúl, es mi prioridad en estos momentos, no soportaría perderlo
también, ¡No ahora! Y no me importa si creen que soy egoísta, yo solo necesito que
despierte. Corro a la parada, espero el camión, lo veo venir, me subo, me siento.
¡Cielos! exclamo poniendo mis manos en mi rostro. Y si Raúl no despierta y deciden
desconectarlo, no quisiera pensar en ello, pero ahora mismo necesito realidad. Pido
bajar, camino dirigiéndome al hospital. Veo a la madre de Raúl con sus ojos llorosos.
—Buenas noches señora—Rompo en llanto
—Señora estrada se acerca y la abraza—¿Qué ocurre corazón?
—Flor con la voz cortada responde— Mi madre… Se suicidio hoy en la tarde.
Señora estrada acaricia su pelo y la abraza con fuerza— porque no pasas ver a Raúl.
—Flor se seca las lágrimas y va hacia la habitación de Raúl
No tenía saliva, mis ojos ya no podía derramar más lágrimas, no me quedaba nada.
Veo a Raúl conectado de más aparatos, me acerco y acaricio su pelo. Le doy un tierno
beso en la mejilla y me siento aun lado de él, saco la carta de mi bolsillo.
—Hola Raúl, no sabes cuánto extraño escuchar tu dulce voz llamarme —Se detiene y
comienza a llorar—Ya paso un mes desde tu accidente y comienzo a perder la fe. Yo Te
escribí una carta…
Se incorpora adecuadamente en la silla y lee
“Querido Raúl en esta noche te deseo dedicar todo el amor que poseo en estos
renglones. La tarde del 22/Julio/2010 en el patio de la escuela me percate ver un
Ángel, te encontrabas leyendo mi novela favorita, no parecía creíble que mis ojos
estaban presenciando un ser tan radiante. Veía la sublimidad de los dioses en ti mi
Raúl. Desde ese momento mi corazón te perteneció.
Y así fue cada día de la semana, admirando tu genialidad, no podía acercarme
bromeando que el personaje principal iba a morir, no tenía las palabras para llamar tu
atención. Pensé «¿Cómo un chico tan inteligente y hermoso se fijaría en mí?» Te
convertiste en mi primer amor. Y mi gran miedo. Pero la vida dio un giro, tú me vistes,
notaste mi existencia entre 7,625 millones de personas que existen en el mundo, Tú me
vistes a mí. No dejo de agradecer a la vida por ofrecerme la valiosa oportunidad de
coincidir contigo en esta ciudad, en este estado, es este país, en este continente…En el
cosmos.
Me llamaste con tu dulce voz y sentía que mi cuerpo flotaba sin dirección alguna,
volviste a decir mi nombre. Y Reaccione. No podía creerlo. Te quedaste toda la tarde
hablando conmigo, me acompañaste a mi hogar. Desde ese día no lograban
separarnos, nadie, Ni Samanta. Ni mi madre. Ni la vida… Hasta ahora.
Recalcar mi amor hacia ti se convirtió en una misión imposible de finalizar. Ahora
puedo leerlo en su totalidad claridad… estoy totalmente enamorada de ti. Me destroza
verte plasmado es esa cama, me duelen tus cicatrices, tus fracturas, tu dolor. Puedo
sentir por todo lo que estás pasando, y quisiera tener el poder para hacerte despertar,
el poder para aliviar tus penas y tu corazón roto. No puedo dormir, no quiero dormir,
temo recibir la última llamada de tu madre, temo tanto que te marches. Temo tanto
estar sola nuevamente.
Pero tu felicidad, tu estabilidad…Tu salud son ahora mi prioridad. Raúl… si tú ya no
posees más fuerza para continuar esta difícil lucha, lo comprenderé, Dios sabe que sí.
Tan solo quiero que pares de sufrir. Y si eso conlleva que te desconecten, lo acepto.
En este mundo oh en los otros mil que existan en los planos yo seguiré amándote.
Esperare fielmente tu llegada mi Raúl, yo esperare siempre por ti, porque te
pertenezco. Nos pertenecemos.
Te amo.
Llore tanto. Paso 1 mes desde aquella amarga despedida. Mi brillo desapareció junto
con Raúl. No hablaba como anteriormente solía hacer, no comía ni bebía como debía.
Solo me enfoque completamente en mis estudios, deje de salir con Alejandra y
Alexander, no acompañaba a mi abuela a las cenas ni desayunos. Vivía en una
monotonía. Mis lágrimas no cesaban en las noches y mi repugno hacia la existencia de
mi ser era enorme. Nunca pensé en el suicidio, pero no tenía las esperanzas de disfrutar
de la vida. Soledad, agonía, cólera, asco, todo esto se encontraba dentro de mí y no
pensaba sacarlo, no deseaba nada emocional ni material. Solo desaparecer.
Una noche que me encontraba leyendo, escuche que golpeaban mi ventana, confundida
deje el libro en la cama y me dirigí a la ventana, era Alexander lazando pequeñas
piedras, procedí a abrir la ventana.
—¿Estás loco acaso?, son las 11 de la noche
—Quería saber de ti, no contestas nuestros mensajes y llamadas. Estamos preocupados
por ti
—Bueno, me estás viendo, ¡Estoy bien!, por favor puedes márchate
—No me iré hasta que hables conmigo
—No—Cierra la ventana
Alexander grita su nombre mientras que arroja piedras hacia la ventana.
Flor molesta abre la ventana— ¡Demonios Alexander!, espera un minuto, ya bajo
Se coloca unos tenis y sudadera, baja y toma las llaves procediendo a salir
—Si tenías tantas ganas de verme, debiste de invitarme una nieve en la tarde. No sé qué
pretender hacer a estas horas conmigo Flor, no soy un chico fácil
—Que gracioso Alexander, dime sobre lo que quieres hablar
—¿Ni un abrazo me darás?
—No estoy para tus juegos—Da la vuelta y camina hacia la puerta
—Alexander va tras ella tomando su mano— ¿A dónde vas?, aun no termino de hablar
—Solo estás jugando y no estoy para procesar tus chistes
—Vamos Flor, siempre te han gustado mis chistes
—Pero no hoy a las 11 de la noche
—Acompáñame, quiero enseñarte algo
Flor se dirige al auto
—Alexander confundido pregunta— ¿Qué haces?
—Subirme al auto, no sé qué tan lejos me llevaras
—Vamos Flor, tienes piernas, no esta tan lejos
Espero y no me lleve a una cena romántica, comí bastante hoy. Bueno si es un postre si
lo aceptare, depende, si son galletas no.
—Oye, ¿Que tanto piensas?
—Quiero saber a dónde vamos
—Ten paciencia. Pero ten por hecho que lo disfrutaras
Alexander toma la mano de Flor y la lleva a un jardín privado cerca de la colonia
—Señala hacia la reja del jardín— Aquí es
—Alexander es privado, está cerrado con candando
—Conozco un atajo para entrar—Camina hacia donde están un arbusto, lo mueve y
señala un hoyo
—¿Nos arrastraremos por ahí para pasar?
—Si
—De acuerdo—Se tira al suelo e incorpora su cuerpo arrastrándolo por el hoyo, hasta
que logra cruzar al jardín, se levanta y voltea asombrada por la belleza del lugar—
Cielos, es hermoso
—Alexander cruza hacia donde esta Flor. Sacude su ropa de la tierra y toma su mano—
Desde que tengo 10 años he venido a este sitio, me enamore de él, además de que es
perfecto para usar mi telescopio—La lleva al centro del jardín. Desde su escondite saca
su telescopio y lo prepara
—Es increíble, no tenía idea de que te gustara todo esto
—No me conoces del todo
—Ahora sé que no. ¿Desde cuando tienes tu telescopio? ¿Y como es que pudiste
meterlo?
—Mi abuelo y yo siempre veníamos a ver las estrellas aquí por las noches. Antes de que
muriera me obsequio el telescopio, lo he cuidado bien desde ese entonces, tenía 8 años.
Y el jardín era público. Pero una señora adinerada lo compro y lo hizo privado solo para
ella. Me hice amigo del señor que lo arregla, el me ayudo a hacer el hoyo y a hacer un
escondite para mi telescopio, es un gran señor.
—Lo siento mucho
—Tranquila, mi abuelo me dijo una vez que todos nuestros seres queridos que se
marchaban, se encontraban arriba en el cielo brillando para nosotros por las noches, y
sabes, aun creo en eso
—Flor emotiva se acerca a Alexander y lo abraza—Es muy hermoso
—Tu eres hermosa
Permanecieron mirándose por varios minutos, hasta que Alexander agrega
—Ya está listo
—Flor se aleja y pregunta— ¿Y que es lo que veremos hoy?
—Son las 11:55 de la noche. El 01 de marzo por la madrugada la luna estará pasando
muy cerca de la estrella Spica de la constelación de Virgo, apreciaremos una belleza en
unos minutos. ¿Lista?
—Flor emocionada exclama—¡Por Supuesto! —Flor se acerca a Alexander—Oye, solo
quería disculparme si he sido grosera contigo, te juzgue mal. Bueno al principio no tenía
idea de ti, pero cuando hablé con Alejandra tuve esa espina de que eras el típico chico
guapo, musculoso y superficial que solo quería obtener sexo. Y eres más que eso. Eres
inteligente, protector, creativo, dinámico, sociable y agradable, todo el que te conoce
termina enamorado de ti
—Alexander sonríe— Gracias Flor, eres la primera chica que me dice algo más que
“una cara bonita”. Agradezco tus palabras, y no tienes que disculparte, yo comprendo
las razones por las cuales era así tu comportamiento. Y lamento lo de Raúl, aquí estoy
para ti, solo no vuelvas a distanciarte
—No lo volveré a hacer
—Alexander mira su reloj— 12:05am. —Mira por el ocular—Ven, luce increíble
—Flor coloca su ojo en el ocular por varios minutos— Tienes razón, es hermoso—Se
aleja y voltea a ver a Alexander—Jamás había percato tus ojos, son verdes
—Alexander sonríe, se acerca al rostro de Flor y besa su mejilla—No podría besarte si
tú no sientes lo mismo que yo, no quiero presionarte a sentir algo por mí. Necesito que
te conozcas tu misma y puedas procesar el amor que le tienes a Raúl para poder
conocerme lo suficiente a mí. Para lograr ser alguien en tu vida—Toma su mano y la
besa
—Eres maravilloso
—Solo digo lo que mereces Flor, no deseo aprovecharme tras tu ruptura, ni de este
mágico momento para besarte, quiero que sea especial para ambos, y de verdad quiero
besarte. Y sonara patético, pero me basta con solo tomar tu mano para sentirte, puedo
esperar, puedo esperarte
Flor conmovida abraza a Alexander.
Me sentí tan apreciada esa madrugada, lo poco que conocía de Alexander era nada a lo
que descubrí del ahora. Pasamos una madrugada increíble. Salimos de ahí alrededor de
las 3:12am, tomados de la mano caminamos hacia mi hogar.
—Nuevamente gracias por hacer esto por mi
—No debes de agradecer Flor, como te lo mencione hace un momento, me importas, de
verdad me importas, espero que ahora podamos vernos con frecuencia
—Claro, le llamare en la tarde a Alejandra, ella es una muy buena amiga
—Perfecto. Me tengo que ir—Se acerca a Flor y besa su mejilla
—Descansa Alexander
Di la vuelta y me encamine a la puerta, lo que estaba sintiendo en este momento no se
comparaba con absolutamente nada, era nuevo y magnifico, era solo nuestro.
Entre a mi hogar, tomé un vaso de agua y subí a mi habitación a descasar, esperaba con
ansias volver a verlo de nuevo, necesitaba esto. Escuche unas risas en la sala, me fije en
mi reloj eran las 11:30am, ¡Cielos, sí que dormí hoy! Me metí al baño a darme una
ducha, Salí y procedí a vestirme, al bajar miré a Alejandra conversando con mi abuela.
—Hey, hasta que bajas
—Hola, perdón, ayer yo….
—Alejandra la interrumpe— Vine hasta aquí para llevarte a la playa
—Mejor vemos hacemos una tarde películas
—Abuela se levanta y va hacia Flor— ¡Claro que no!, debes salir y disfrutar tu
juventud, ve con ella
—Abuela no, no podría dejarte sola
—Ay hija, yo iré a visitar a mis amigas, aunque no lo creas tu abuela también se
divierte, ve, yo sé que estás en buenas manos
—Lo ves Flor, vamos, ve por tu traje de baño
—Preferiría omitir eso, nunca he usado un traje de baño
—Sabía que dirías eso, por esa razón traje conmigo unos pares aquí en mi bolsa, para
que utilices uno
—De acuerdo, pero comemos algo en el camino que tengo demasiada hambre
—Como usted diga señorita—Alejandra se despide de la abuela y jala a Flor hacia la
puerta
—Espera, iré por mi bolsa
—No te preocupes, aquí la tengo conmigo
—Hasta luego abuela
—Diviértanse chicas
Sale del hogar y se suben al Auto de Flor con varias bolsas
—¿Solo iremos nosotras?
—No, allá nos verán los demás
—Flor nerviosa pregunta—¿Quiénes son los demás?
—Los chicos que estaban en la fiesta de Año nuevo, obviamente Alexander también
estará ahí
Flor enciende el auto y se dirige hacia la playa. Con música de fondo y poco tráfico,
llegan en menos de 35 minutos, se estacionan.
—Alejandra baja. Grita al grupo de chicos que se encontraba enfrente de ellas—
¡Chicos vengan a ayudar!
Cielos no podía creer lo que mis ojos veían, era Alexander sin camisa, luciendo
increíblemente perfecto, se dirigía caminando hacia mí con su hermosa sonrisa, su pelo
negro y mojado, sentía que me desmayaba.
Alexander va hacia Flor y la abraza— Sabia que vendrías, la pasaremos muy bien
—Claro, luces—Flor nerviosa agacha la mirada y mira su abdomen
—Alexander toma la mano de Flor y la acerca a él— No te pongas nerviosa Flor
—Luces bien, es lo que quería decir
—Alejandra se acerca a ellos con unas bolsas— Bueno tortolos, ayuden a bajar todo
esto, vamos a acampar
—Flor extrañada pregunta— ¿Cómo que acampar?
—Sí, igual podemos quedarnos a dormir en casa de nuestra abuela. Esta aun lado del
Hotel de la esquina, no muchos querrán dormir aquí, es incómodo con la arena
—Pero mi abuela…
—Alejandra Interrumpe—Yo le pedí permiso, no te preocupes, igual puedes marcarle
—Alexander tomas las bolsas y va hacia la fogata
Me alegraba ver una vez más a mis amigos, pero especialmente a Alexander, aquella
madrugada fue única, lo conocí desde una perspectiva desconocida que poseía, pero
ahora que lo sé es inquietante, sigue actuando como “todo un galán”, además de que
tiene fama e historia qué no podre ignorar. Pero ¿Por qué pienso en esto? No es que
ahora tendremos un noviazgo. Hice aun lados mis ideas absurdas y comencé a ayudarles
a bajar todo del auto, al acomodar todo, decidimos adentrarnos en las olas
—¿Estas feliz? —Pregunta Alexander tomando la mano de Flor
—Estoy embriagada de felicidad
Realmente me encontraba en paz. Todo surgía naturalmente en este día y lo ame. Los
ame. Me ame.
Al estar media hora en el agua nos entró un hambre espantosa. Salimos de ahí y nos
preparamos unos sándwiches
En una tarde que me decidí por limpiar mi habitación, encontré las cartas de mi padre.
Me dije “¿Qué puedo perder?”, y leí la última carta que recibió mi madre de él.
Hoy sábado 13 de mayo del 2012
María…Mi maría, anhelaba tanto haber sido el hombre que necesitabas en tus
momentos más complicados, pero nunca logré ser el hombre que merecías, fui un
cobarde por haberte dejado ir, por no haber luchado por nuestro amor, por
abandonarte, por no ser un padre para Flor. Este ha sido el mayor error que he
cometido, no puedo imaginar su aversión hacia mí, soy un desdeñan.
Tal vez el tiempo que deseo brindarles no baste para remediar los años perdidos, así
que se los brindo todo. Solías escribirme que poseía ya de una familia, pero no es así,
no podría estar con otra mujer que no eres tú, María siempre has sido tú. Tengo 35
años y no tengo nada, no poseo una familia ni herederos que brindarles mis riquezas,
mis historias, mis sueños. Siempre he pensado en ti, en nuestras aventuras marcadas en
nuestras almas. El propósito de esta carta no es solo de mi arrepentimiento, te tengo
una noticia, no quería preocuparte en las cartas que nos escribimos meses atrás por
miedo a tu reacción al enterarte de esta noticia, quiero ser yo quien te la brinde, Tengo
leucemia, me lo diagnosticaron hace 2 meses. Ahora mismo estoy en tratamiento…
Estoy cansado María, hay ocasiones en las que no me encuentro con fuerza para
continuar, pero mi sueño es estar con mi verdadera familia. Espero tu respuesta.
Mi corazón se rompió en mil pedazos. Saque todas las cartas del sobre, buscando su
número telefónico, Hasta que encontré en una carta el número de su nana, baje
corriendo los escalones hacia el teléfono de la sala, marque los dígitos y rece porque me
contestaran
—¿Hola?
—Si hola, ¿Quién es?
—Soy hija de María, me puede decir ¿cómo puedo comunicarme directamente con
Rodrigo?
—Eres su hija, ¿cierto?
—Si lo soy
—¡Dios Santo!, al fin se algo de ti. Mira, tu padre vive en NY, puedo hablar a la casa de
ellos y darle tu recado al señor Rodrigo, no puedo brindarte a ti el número, ya que todo
es bajo perfil por su madre, tu abuela. Yo te regresare la llamada, ¿de acuerdo?
—Sí, me parece perfecto
Espere 2 largos días aquella llamada, hasta que una tarde recibí la grandiosa noticia de
que mi padre vendría a mí. Me encontré nostálgica, entusiasmada y avergonzada por
dejar ir tanto tiempo, no tenía idea alguna de cómo se encontraba mi padre. Tenía miedo
de que se encontrara en sus últimos días, pero si fuera así disfrutaría cada segundo con
él. Desde esa noticia me volví a comunicar con mis amigos y con mi abuela, quería
saber de mi padre con desesperación.
El 21/abril/2012 tocaron a mi puerta. Me encontraba sola en la sala, solo caminen unos
pasos y la abrí. Era un señor bien vestido con el rostro nostálgico
—Hola Flor, soy Rodrigo Palacios. Tu padre
—Flor con los ojos llenos de lágrimas se acerca a abrazarlo— Perdón por tardar tanto
—Rodrigo la abraza con fuerza—Esta bien cielo, yo lo comprendo
—Flor se aleja—Por favor pasa, ¡Eres bienvenido!
—Rodrigo pasa y procede a sentarse en el sofá— Es una linda casa
—Flor se sienta a su lado— Si, lo es. ¿Quieres una taza de café? Oh ¿Una botella de
agua?
—Gracias, estoy bien así. ¿Tu madre se encuentra trabajando?
—Flor baja la mirada— Ven, te llevare con ella
Proceden a salir del hogar, se dirigen al auto. Ambos se suben y se encaminan al
cementerio. Flor no dijo ninguna palabra en el trayecto, hasta que llegaron.
—Rodrigo confundido pregunta—¿En dónde nos encontramos?
—Bajemos
Bajan del auto, Flor camina hacia una lápida blanca
—Mi madre falleció
—Rodrigo rompe en llanto— ¡No puede ser! ¿Qué fue lo que ocurrió?
—Ella se suicidio
Flor se acerca a él y lo abraza
—¿Fue por mi culpa cierto?, ¿por mi carta?
—No quiso comentarme la razón. Cuando llegué a la casa la encontré sangrando,
sobrevivió. Ya que se encontraba estable hablo conmigo, me platico todo. Le pregunte
la razón por la cual quería arrebatarse la vida, pero me dijo que no lo entendería. En el
funeral mi abuela me dio un sobre con todas las cartas que le enviaste. No quería saber
de ti, no me encontraba lista para leerlas, hasta ahora
—Rodrigo se inca hacia la lápida—Todo esto fue mi culpa. —Coloca su mano en la
lápida— Perdóname, en la vida, la enfermada oh la muerte yo seguiré amándote…
Siempre—Llora sin cesar
El inmenso amor que sostenían mis padres era el más puro que pude presenciar, jamás
lograron concebir el sueño de permanecer juntos, podían conllevar la distancia, pero no
procesar la enfermedad, ella no podía vivir sin él, no podía verlo partir. Por esa razón
acabo con su vida. Tenía miedo que mi padre también optara por esa decisión.
Contemple su dolor por largas horas, veía arder su esencia en el mundo de los muertos y
sus socorros ayuntaron los cuervos, él no se encontraba con nosotros, murió en el
trascurso del tiempo en el que nos encontrábamos ahí.
Sujete el brazo de mi padre para que lograra levantarse. Nos dirigimos al auto. Subimos.
Conduje al parque. Se encontraba ido, no decía ninguna palabra, no respondía a mí. Al
llegar, bajo y camino a una banca, corrí tras él.
—Debí de haber tomado la iniciativa hace años, pero el “Hubiera” no existe—Coloca
sus manos en su rostro
—Flor se sienta a su lado tomando su mano— Yo creía que no le importaba, pero estaba
totalmente equivocada. Nos dejó una cantidad razonable para continuar con nuestras
vidas, era dura, pero me amaba…Así como te amaba a ti
—Perdóname Flor, por favor—La mira desconsolado
—Flor lo abraza—Perdóname tu a mi Padre
Permanecimos abrazados sintiendo el calor de la nostalgia por un interminable tiempo,
se encontraba la incertidumbre y el miedo de nuestra expresión. El resplandor de los
años se reflejaba en nuestras frentes, las decisiones que trascurrían en la nada eran tan
vividas que la conjetura de nuestra fe se intensifico en segundos, poseíamos de la
facilidad de obtenerlo todo, la pérdida y el deshonor no acertaba en nuestro semblante.
Cuando se encontró más tranquilo, optamos por regresar a la casa. Caminamos al auto,
entramos y conduje tranquilamente. Al llegar percate ver a mi abuela en la puerta, le
llame
—¡Abuela!
—Deja las bolsas en el suelo y se acerca al auto— Hija, ¿Dónde estabas?
—Señala hacia Rodrigo— Con mi padre
—¡Dios Santo estas aquí!, pero bajen del auto, les preparare la cena
Proceden a bajar y ayudan a la abuela con las bolsas, entras y dejan todo en la cocina.