Está en la página 1de 39

CONO DE TRANSITO

OBSESION PROHIBIDA
CAPÍTULO 1
LAURA

Buenos días.
Hoy es un dia feliz, pero al mismo tiempo triste para algunos, pues hoy es el ultimo primer dia de universidad,
pero para mi es un nuevo comienzo, un nuevo año y aun que sea el último siempre va haber algo que lo haga
valer la pena.
La emoción se siente, me levanté a las 6:00 de la mañana para arreglarme, estoy super feliz que después de tantas
semanas por fin vaya a ver a mis amigas, mis compañeras fieles en todos estos años de sufrimiento y alegría.
Cuando acabo de arreglarme, bajó para desayunar y encuentro a mamá en la cocina preparando el desayuno ya
que ella también tiene que ir a trabajar.
-Buenos días mamá-ni bien me escucha voltea a verme.
-Buenos días muñeca, ¿Como amaneciste?-me pregunta con una sonrisa deslumbrante que me llena cada día.
-Muy emocionada, es mi último primer día ma, aunque debo admitir que tengo miedo.
Ella rodea el mesón para poder llegar hacia mi y coger mis manos.
-Mi niña tu sabes que papá y yo siempre vamos a estar aquí para ayudarte en todo lo que necesites, te amamos-
deja un pequeño beso en mi frente y vuelve a lo que estaba haciendo.
Mi mamá es la mejor, la amo demasiado y aparte de ser mi mamá es mi mejor amiga, con ella puedo contar siempre y puedo contarle
todas mis cosas, buenas y malas y siempre me aconseja para que haga lo mejor y lo correcto.

Igual papá, pero trabaja demasiado así que casi no lo veo, pero cuando lo hago trato de pasar el mejor rato posible contando anécdotas o
saliendo en familia.

Soy su única hija, nací en Ecuador. Papá es Americano y en unos de sus viajes encontró a mamá, se enamoraron y ustedes ya han de
saber que paso. Un año después de que se conocieron se casaron y fueron a vivir al país de mamá Ecuador. Tres años después nací yo y
dos años después de que nací, a mamá y a mi nos salio la residencia para poder venir a vivir en Estados Unidos, especialmente en
California y pues aqui es en donde creci y practicamente soy una Americana en nombre y lo amo, aunque a veces solemos ir a visitar a
la abuela en Ecuador.

Amo mis dos hogares, cada uno tiene lo suyo y eso lo hace especial para mi.

-Papá se fue temprano así que te desea la mejor de la suerte-suelta mientras me pone una taza de café en leche al frente.

-Gracias mamá, es una lastima que trabaje demasiado.-se puede notar la tristeza que me da que papá no me acompañe.

-Si mi amor, pero lo necesitamos, para poder darte lo que te mereces.

-Yo solo los necesito ustedes.

-Y por eso te amamos-me da un pequeño beso en la coronilla, para luego dejar los platos en el fregadero, coger sus cosas y salir.

-Bien mi niña vamos que se hace tarde-dice rodeando el carro para subirse.
Minutos después de que hayamos salido de casa nos encontrábamos al frente de mi universidad.

-Gracias mamá, deseame suerte, te amo.

Me despido con un beso en la mejilla antes de salir del auto.

-Suerte cariño-me dice antes de entrar a la facultad con los nervios a lo alto.

Camino por los pasillos buscando mi clase, aun es temprano, así que no tengo nada que preocuparme, por ahora.

Mientras camino, oigo un pequeño grito y volteo para ver que paso y me encuentro con mi mejor amiga.

Valentina, otra pequeña ecuatoriana que me ayuda y apoya, en todo lo que hago igual que yo a ella.

Corro abrazarla y cuando llego se abalanza hacia mi.

-Marica te extrañe demasiado-me dice mientras me sigue abrazando.

-Yo igual, no sabes cuanto.

Valentina y tres amigas más conformamos un grupo, pero Vale y yo nos hicimos amigas desde el primer año de universidad ya que
estudiamos la misma carrera, las otras son demasiado especiales también, pero entre mi pequeña ecuatoriana y yo tenemos más que una
amistad, somos hermanas.

-Me tienes que contar todo lo que hiciste en tu viaje de Disney Vale-le digo mientras caminamos juntas hacia el salón.
-Ok, pero ya te conté la mayoría, conocí a un suco, guapo y mamado.

Me río con lo último que dice, definitivamente es una loca enamoradiza.

-Ay mi Vale, tu y tus ocurrencias-le digo mientras paso un brazo por sus hombros.

-Es la verdad, era tan guapo, lastima que no viviera aquí-hace un puchero con lo último que dice.

Entramos al salón y cogemos el puesto una a lado de la otra.

Las primeras clases son tranquilas, nada de otro mundo y por ahora han dejado dos deberes para hacer. Cuando suena el timbre del receso
por así decirlo, Vale y yo agarramos nuestras cosas para salir y encontrarnos con las demás.

Ni bien llegamos al patio central, las encontramos cuatro chicas platicando en el medio de la cancha, cada una con su estilo y preciosas
como siempre.

Las cuatro gritan y vienen corriendo hacia nosotras que las recibimos con los brazos abiertos y unas sonrisas de oreja a oreja.

-Chicas nos vamos a caer-gritó con la euforia del momento.

-Perdón-Violet es la primera que se aleja.

Mis cuatro chicas se separan de nosotras y puedo ver sus cambios de verano.

Empezando por Violet, una pequeña con lentes y pelo negro, que se lo pinto de rubio, luego va Emma, con su hermosa cabellera larga
castaña, sus ojos color verde oscuro casi cafes y sus pecas por la nariz, Olivia, alta, cabellera negra por los hombros y por ultimo mi Vale,
alta, morena, pelo ondulado y negro.

Mis cuatro compañeras fieles y conmigo cinco


-Que bellas que están-les digo a toditas, mientras caminamos hacia la cafetería

-Ustedes también-nos dice Emma

-Que cuentan, algún romance de verano, novios, pareja, chisme nuevo-reclama Valentina, yo en ese aspecto trato de no hablar mucho.

No es que nunca haya tenido una relación, pero la que he tenido ha sido por una razón y para olvidarme de algo que jamás lo pude hacer,
así que no es que sepa mucho de ese tema.

-Conocer chicos es lo nuestro, pero relaciones por ninguna parte-nos comenta Violet, la más lanzada en ese tema y la que más
experiencia tiene en chicos.

-Y tu Vale ¿algún chico?-pregunta Violet.

Vale sacude la cabeza y yo en mi mente pienso que es una mentirosa, pero si no lo quiere decir la dejo, igual es algo suyo, no puedo
meterme.

-Lamentable, ¿y tu Lau?-también sacudo la cabeza, mientras sonrío y veo hacia delante, pero mi acto es interrumpido por el hombre que
veo al frente mio con un grupo de profesores, platicando como si nada.

Quito mi sonrisa y me pongo seria detallando a quien tengo enfrente, no se con que cara estoy en estos momentos, solo se que pare de
caminar igual que mis amigas.

-Lau-me llama Olivia

-LAURA

No respondo, o más bien no puedo


Cuando todas notan que no respondo, giran la cabeza hacia la dirección a la que estoy mirando y cambian su expresión de preocupación
a una de sorpresa, no estoy segura.

-O mierda-dice Violet

-Parece que este año volvió-suelta Emma.

Es Andreu

ANDREU TORREs

O mejor conocido como

El profesor Torres.
CAPÍTULO 2
LAURA

Han escuchado esa frase que dice que cuando una persona guapa te gusta al fin y al cabo solo te gusta por su físico, pero hay otras
personas que tiene su ni se que, que hasta te obsesionan.

Bueno eso es para mi el profesor Torres

El es mi más grande obsesión.

Hace dos años, a la mitad de mi año de universidad lo conocí y dios fue algo… algo que no se como carajos explicar, pero que me
obsesionó al instante.

Tanto así que lo investigue a fondo.

Su nombre completo es Andreu Rafael Torres Williams, es colombiano, su cumpleaños es el 26 de junio, actualmente tiene 29 años. Es
tan guapo.

No estuvo, ni está casado, pero por lo que dicen al parecer es un hombre muy correcto, le gusta la responsabilidad y es muy caballeroso.

Da historia o bueno daba, no lo sé.


El anterior año escolar se fue, durante ese año me propuse a olvidarme de él y darme cuenta que es una maldita obsesión enfermiza que
al tiempo me pasara y creí haberlo logrado hasta el día de hoy.

Lo vi y simplemente todo lo que había supuestamente olvidado volvió como un flashback, recordando lo estúpida que fui hace dos años,
pero no puedo olvidarlo, realmente creí que lo había logrado, que el es simplemente pasaría al pasado y no volvería a tocar el tema, sin
embargo el solo hecho de verlo nuevamente, me hizo darme cuenta de lo gran equivocada que estaba.

No se si el sabe de mi existencia, si le he dicho hola cuando pasa a lado mio, pero de ahí una conversación seria jamas. Tampoco ha sido
mi profesor por suerte, eso sería catastrófico para mi.

-Creo-antes de soltar algo mas me aclaré la garganta y continuó-creo que hay que seguir caminando.

Las chicas no insistieron más con el tema y caminamos hasta la cafetería para poder comer algo.

-Lau ¿Vas a comer algo?-me preguntó Valentina y yo con la cabeza dije no.

La verdad, ver a Andreu nuevamente me quitó las ganas de hacer todo.

Cuando las chicas por fin acabaron de comprar , cogimos una mesa para poder sentarnos a comer y también para poder hablar y
chismear.

Yo seguía perdida en mis pensamientos, pensando en por que de repente volvió.

Que le hizo cambiar de opinión.

Si cuando se fue, dijeron que era porque le habían dado otro puesto mejor en otra universidad y de repente de un año a otro él vuelve.
-Amiga mía-salgo de mis pensamientos cuando Valentina me llama.
-Perdón, no se que me pasa. ¿Qué pasó?
-Creemos saber qué es lo que te pasa.-me dice Olivia con una sonrisa picara
-Lo que sucede es que ver al ex profesor de historia te afectan las neuronas-responde Emma con la misma sonrisa de Olivia.
-No, no es eso, al menos no creo.
-Es que fue de repente, por que volvió, para que.
-No se amiga mia, pero si sabemos que aun te tiene loca como hace dos años-me dice Valentina y todas asienten con la cabeza.
-Bueno como sea, olvidando el tema que les parece hacer una salida por inicio de año-propone Violet
Todas estamos de acuerdo y de eso hablamos hasta que toca volver a clases y separarnos, para yo ir con Valentina a la siguiente clase.
Caminando por los pasillos Vale me rodea los hombros con su brazo y yo apoyo mi cabeza contra su brazo.
-Tranquila, solo tenemos este año y luego no tendrás que volver a verlo-dice
-Yo lo sé, pero tu sabes cuanto me afectó y cuánto fue mi obsesión con el-digo con preocupación.
-Si, no se me ha olvidado, igual simplemente lo vamos a ver y ni hemos de cruzar palabra, ya deja de lado esos pensamientos, es nuestro
último año y no nos vamos a amargar solo por alguien, ¿si?-pregunta justo cuando entrábamos al salón de clases.
-Lo intentaré, lo prometo.
-Esa es mi amiga-gritá dándome un abrazo.

Nos separamos y cogemos puesto, saco mis cosas, esperando al profe me pongo a revisar unas cosas que tengo pendiente en mi celular.

-Buenos días estudiantes.

Al instante que escuchó la voz me paralizo y dejo de hacer lo que hacía.

SANTISIMO JESUCRISTO

Mierda

Mil veces mierda

Volteo a ver a mi amiga y ella tiene la misma expresión de asombro que supongo yo también debo tener.

-Me llamo Andreu Torres y voy a ser su profesor de Historia este año.

Vuelvo a mi puesto , alzó la cara y lo veo.

Con su traje limpio, su pelo mojado y su olor característico, que me vuelve loca.
CAPÍTULO 3
LAURA

Tragame tierra y nunca en la vida me escupas.

Es que yo siempre tengo que ser la desgraciada.

Quiero llorar, estoy sudando frío, temblando y más roja que un tomate.

Mierda.

Esto, justo esto era lo que me temía, sabía que él iba a ser mi perdición, mi maldita perdición.

El simple hecho de tenerlo cerca, me hace sentir cosas que con otras personas jamás he sentido y eso es lo que me da miedo, porque sé
que lo que me pasa no es normal.

Durante toda la clase trato de no alzar la cabeza y mucho menos verlo, eso traería más problemas de los que ya tengo, suficiente con
escucharlo hablar inglés con su típico acento que lo hace notar como laino.

Cuando veo que ya es la hora en la que culmina la clase, el profesor empieza a recoger sus cosas y cuando por fin cruza el umbral de la
puerta para irse, suelto todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones y sin pensarlo dos veces corro al baño
Corro hasta por fin llegar a la puerta del baño, la abro y me voy al lavadero a mojarme la cara, estoy ardiendo.

-Se nota que te afecto-comenta Valentina a lado mio.

-No puedo Vale, no puedo-se me cristalizan los ojos por la desesperación.

Vale viene hacia mi y me abraza.

-Si puedes, como tu lo decias es solo una obsesión, se te va a pasar y vas a ser como si nada.

Asiento, una vez nos separamos, regresamos a la clase para coger nuestras cosas y salir.

Las otras chicas ya se habían ido, ellas tienen una hora menos de clases que nosotras, así que Vale me lleva a casa en su carro.

Yo también tenía carro, pero por primer día decidí no traerlo.

Mi respiración volvió a la normalidad una vez salimos de la facultad.

-Quedaron en que vamos a salir este fin de semana. ¿Te unes?-pregunta Vale tratando de distraerme de lo que acaba de pasar.

-Si solo tengo que pedir permiso, pero de seguro me dejan-afirmó y ella mientras maneja asiente.

-Sabes ya no quiero esto. ¿Sabes que es mejor que tener esa cara?-pregunta y yo vuelvo a verla para negar con mi cabeza.

Ella alza la comisura de sus labios y voltea a verme para decirme:

-Escuchar musica
Valentina y yo tenemos casi los mismos gustos en música así que no me quejaba cuando ella ponía música.

Una vez que dijo eso, cogió su celular, abrió Spotify y puso una de sus canciones más movidas.

La empezamos a cantar en coro, moviéndonos de un lado al otro y asi con unas cuantas canciones más hasta que llegué a mi casa.

-Gracias mi amor-le agradeci

La besé en la mejilla y le di un pequeño abrazo de despedida.

-Te veo mañana, te amo-me dice

-Y yo a ti, cuídate.

Sin más me bajo del coche para entrar a mi casa.

-Hola-grite para ver si había alguien en casa, y efectivamente en la cocina se encontraba mi madre.

-Hola princesa,me acerqué a ella y le di un pequeño beso en la mejilla antes de separarme para comer lo que había.

-¿Qué tal tu día?-pregunta

-Mmm, se pudiera decir que bien-respondí con toda sinceridad, como ya había dicho mi mamá es como mi mejor amiga.

-¿Qué pasó?-pregunta con preocupación en su tono de voz.

-Nada malo, solo… lo vi.


Mamá me quedó mirando confundida.

-Viste ¿A quién?

-Te acuerdas que te conté de mi pequeña gran obsesión hace dos años.

Se quedó pensando un momento, para luego abrir sus ojos y mirarme.

-Pero, no que se fue.

-Lo mismo pensé, pero no, hoy caminando con las chicas hacia la cafetería lo vi y fue…ni siquiera se que fue mamá.

Me senté a lado una vez lista mi comida.

-Y ¿qué vas hacer?-pregunto acariciando mi cabello mientras yo comía.

-No se, tratar de ignoralo, quizás con el tiempo me pase.

-Bueno lo mejor es que te mantengas alejada de él, hasta que puedas dejar de lado esos sentimientos-me recomendó, pero en ese
momento recordé algo mas.

-Imposible mamá, ahora es mi profesor de historia-confesé.

Se quedó callada por unos segundos para luego chasquear su lengua.

-En ese caso, te tocará aprender a dejarlo ir, viendo lo malo que tiene, puedo servir.
Por eso me encantaba charlar con mamá, siempre me daba los mejores consejos y me motivaba a salir adelante sola.

-Tienes razón, tal vez ahora que lo voy a tener cerca, descubra que no es tan perfecto como yo lo veo.

-Si mi amor, ya vas a ver todo lo que sientes ahora se irá en un tiempo, ya lo estabas olvidando y eso no va cambiar solo por que lo
viste-me dio un pequeño beso en la coronilla para luego irse hasta el refrigerador.

Sin embargo, sus palabras causaron una duda en mi, será que ahora teniéndolo cerca podré realmente olvidar esto que siento o se
intensificará más de lo que ya estaba.

-Gracias mamá, estaba delicioso-agradeci

Después de haber acabado de lavar, tomé mis cosas y me dirigí a mi dormitorio, deje mi mochila en el suelo, y me acosté en la cama.

Puse un brazo bajo mi cabeza y miré hacia el techo.

Me quedé por un largo tiempo pensando en muchas cosas. Si , entre esas muchas cosas estaba el.

Recordé cuando escuché su voz por primera vez o cuando hicimos contacto visual por unos minutos o el simple hecho de pasar por su
lado y oler su perfume.

Cerré mis ojos y al recordar todo eso me salió una sonrisa.

Me quedé así por unos minutos más hasta que me levanté para hacer mi tarea.
CAPÍTULO 4
LAURA

Es mi segunda semana en la universidad, nada nuevo, clases, presentaciones y tareas, lo de siempre.

La anterior semana el viernes salí con mis amigas, platicamos de muchas cosas, yo creo que lo mejor que me pudo pasar fue tener a todas
mis amigas.

Siempre me acompañan en mis locuras y yo las acompaño a ellas.

Ahora me encuentro en mi carro manejando hacia la universidad, mientras manejaba escuchaba mis canciones.

Yo amo escuchar mi música, cuando estoy triste siempre pongo mis canciones, me levantan el ánimo, además siempre me imagino
bailando.

Amo bailar, igual que leer, son mis dos hobbies favoritos.

Luego de unas 10 canciones, por fin aparco mi carro en el estacionamiento de la facultad.

Bajo y lo primero que veo es al profesor Torres bajando de su Range Rover negro.

Carajo.

Me había olvidado que él estaba aquí, y que ahora es mi profesor.


Bueno, como he hecho la anterior semana trataré de evitarlo.

Ignoró su presencia y como si nada camino hacia mis clases.

Llego y veo a Valentina sentada viendo su celular, me acerco hacia el asiento que está vacío a su lado y me siento.

-Hola corazón-saludo una vez que me senté.

Ella giró su cabeza cuando me escuchó y me dedicó una bella sonrisa.

-Hola.

-¿Qué haces?

-Pasando los minutos antes de que el profesor Colombiano llegue.

Me quedé helada.

Mierda.

También me había olvidado que tenemos los lunes con él a primera hora.

-Tu si que me quieres ver sufrir.

Se rió de mí porque puse una cara de horror.

-Tu sabes que yo te amo, solo quiero que estés prevenida, para que no te pongas como un cono de transito.
-Imposible.

Volvió a soltar una risa y me dio un beso en la cabeza.

-Imagínate que él al igual que tu este perdidamente loco por ti.

Estiré la comisura de mis labios imaginando eso, pero después me di cuenta que solo es mi imaginación.

Él jamás se fijaría en mí.

-Si, pero eso solo va a pasar en mis sueños.

-Buenos días, saquen sus cuadernos por favor.

Paré de hablar al momento que escuche su voz y me volví hacia delante para verlo.

Aunque ya lo habia visto bajarse de su auto, no note que estaba con un traje completamente negro.

Se veía hermoso.

Le hice caso, saque mis cuadernos y mientras él hablaba yo trataba de no mirarlo, pero hoy se me hizo difícil, porque se veía
malditamente perfecto en ese traje y sus lentes que le hacen ver mas sexy.

-Muy bien, hemos culminado por hoy, para mañana cargaré una tarea que necesito que hagan, no hay excusas.

Sin más que decir salió por la puerta, y como siempre solté el aire que tenía retenido durante sus clases.
En el tiempo libre, las chicas y yo nos reunimos para comer juntas.

-Entonces eso me respondió, es un maldito, pero el mismo se pierde de mi.

Violet como siempre nos contaba de su vida amorosa con el mismo hombre que rechaza, sin embargo jamás me canso de sus historias de
amor y quejas hacia los hombres con los que se mete.

-Bueno cambiando el tema, hay que organizar una fiesta si no estoy mal.

Todas asintieron, pero yo no sabia a que se refieren.

-¿Me perdí de algo?

-Ash, pues en una semana es tu cumpleaños, que vamos hacer-dijo Mia

Claro mi cumpleaños, últimamente me estaba olvidando de todo.

-Aaah, la verdad es que no se que hacer, si me gustaria pasarla con ustedes, pero no se que hacer.

-Pues estabamos pensando ir a una disco, cumples 21 mi amor, ademas ya vas a ser legal-dijo Valentina.

Me quedé pensando, no era mala idea, jamás fui a una discoteca, ya era hora.

-Ok me gusta, solo déjenme avisar a mamá y a papá, aunque de seguro si me dejan.

-Eso me gusta, nos vamos a volver locas, va ser inolvidable, tenlo por seguro-comentó Violet con una sonrisa.
Faltando unos minutos para que se acabe el descanso, me levanto para ir a la cafetería a comprar agua.

-Ya vuelvo voy a la cafetería-comentó.

-Quieres que te acompañe-me pregunta Vale.

-No tranquila, yo voy.

-Ok.

Caminé hacia la cafetería y cuando llegué, me puse en la fila para poder comprar, solo habían dos personas antes que yo.

Cuando llegó mi turno pedí el agua, fueron a buscar mientras yo sacaba las monedas para poder pagar, pero tratando de sacar se me
cayeron algunas monedas al piso.

-Genial.

Me agache para recoger las monedas que se me habían caído, pero siento una presencia al frente mio, alzó la cara para ver quien es y o
JESÚS.

Traje negro, zapatos lustrado, pelo mojado y colonia de hombre.

M-I-E-R-D-A

Me quedé estática, solo vi como me ayudaba a recoger las monedas que se me habían caído.

-Toma-me extendió su mano para darme las monedas.


Mis manos estaban temblando igual que todo mi cuerpo, me estaba quedando sin aire y no sabía si mis mejillas estaban rojas, pero lo
más seguro es que si.

Estire mi mano para coger lo que me estaba dando y trate de que no se notara que mi cuerpo estaba tembloroso.

-Gracias-dije y noté mi voz más débil de lo normal.

-No hay de que, para la proxima mas cuidado.

-Si…gracias nuevamente.

Cogí el agua, pagué y me fui casi corriendo al baño.

Llegué y lo primero que vi frente al espejo fueron mis mejillas más rojas de lo normal, y mi respiración estaba muy acelerada, como si
hubiera corrido un maratón.

Me lave la cara y trate de controlar mi respiración.

Una vez que me haya calmado, me arregle un poco y salí hacia clases.
CAPITULO 5
LAURA

Tengo que confesar algo.

No me gusta derecho, desde hace dos años me di cuenta de eso, pero aparecio una persona que me motivo a seguir, sin embargo se
volvio a ir y por fin iba tomar la decision de salir de esto, pero despues estuvieron mis padres.

No podia decirles que ya no me gustaba esta carrera y mandar todo lo que hecho a la basura.

Descubri que me gusta la escritura igual que la literatura, asi que si me gusta la filosofía.

Como sea, tal vez al final si me termine gustando el derecho.

Ahora estoy en media clase de calculo, que aburrida estoy, pero no se me olvida que despues de esto me toca historia.

Ventaja: Ver Andreu

Desventaja: No me gusta.

Pero admitamoslo, gana la ventaja.

-Bien chicos hasta ahi la clase de hoy, para mañana necesito que estos ejercicios esten acabados.
Sin más que decir la profesora salió por el umbral de la puerta dando por acabada su clase.

Por fin.

No guarde nada solo espere mientras conversa con Vale.

Hasta que llego, el profesor que me volvía loca.

-Buenas tardes.

Ya no sé si es amor o obsesión, pero el simple olor de su colonia masculina, me vuelve completamente loca y me pone a sus pies.

El profesor seguía explicando el tema, la verdad es que si le prestaba atención, pero debo admitir que también me distrae, pero lo que
más me molesta es que pregunten cosas.

Especialmente Mara.

Si, no somos nada, pero simplemente no me gusta, es notorio que a Mara también le gusta el profesor, siempre hace preguntas de lo más
obvio, solo para que Andreu le preste atención.

No le podía negar que Andreu es atractivo, sin embargo en mi mente sigo creyendo que él es solo mío, aunque ni siquiera me tope.

-Muchísimas gracias profe, ya lo entendí, es usted muy caballeroso.

Aaah madita perra.

Caballerosa te voy a ser yo maldita.


Andreu solo le dedicó una pequeña sonrisa y se pudo notar la incomodidad en su expresión.

Sin embargo cambió su vista de ella hacia mí y rápidamente giré mi cabeza hacia otro lado.

-¿Alguna pregunta señorita Anderson?

Levanté mi cara para verlo y nuestras miradas se conectaron al instante.

Los dos serios, viéndonos fijamente, fue como si el mundo desapareciera y solo eramos él y yo en ese instante.

Carraspeó antes de responder.

-No, puede continuar-volví a bajar la cabeza una vez le había respondido.

-Muy bien, entonces…

Siguió dando su clase, mientras yo trataba de que mi respiración volviera a la normalidad.

-Clase, he decidido que para mañana ustedes serán quien dará la clase del tema que les dejare aqui escrito, investiguen lo mas que
puedan y mañana ustedes serán el profesor, será nuestra primera nota, así que esfuércense.

Carajo, ahora si cague, si de por si no puedo ni verlo, peor voy a poder hablar frente a clases teniendo que explicarle a él el tema.

Mierda, es que la vida si me ama.


Pase toda la tarde investigando sobre el tema que mañana tenía que presentar, también preparándome mentalemte que voy hablar
enfrente de él.

Una vez acabé con eso, me metí a bañar, para luego ponerme mi pijama.

Bajo al salón y encuentro a mi padre, desde ayer en la noche que lo vi.

-Hola pa-me acerco para darle un beso en la mejilla.

-Hola princesa-me saluda con una pequeña sonrisa que disimula el cansancio que tiene.

-¿Cómo estás?

-Bien en lo que cabe mi amor.

-¿Y tú?

-¿Cómo van las clases?

-Todo bien papi, la verdad es que como son las primeras semanas recién estamos empezando-respondo.

-Me alegro-me dice y luego bosteza, se le nota lo cansado que está, es un hombre muy trabajador, y aunque obvio tiene sus ventajas,
también como cualquier cosa tiene sus desventajas.

-Creo que deberias ir a dormir, ya es muy tarde-sugiero

-Tienes razón.
-¿Te vas a quedar aquí?-pregunta.

-No solo preparare algo y luego subire a mi cuarto, mamá debe estar ya durmiendo.

-Ok-me da un beso en la frente antes de alejarse.

-Descansa-le grito antes que se vaya completamente

-Igual tu princesa.

Luego de que mi papá se vaya, yo me dirigí a la cocina para preparar algo de cenar y luego subir a mi habitación para poder ver una
película o mi celular o mejor leer algo.

Sí definitivamente lo de leer me gustaba más.

Me quedé como una hora leyendo mientras comía, pero ya estaba bostezando, así que ya era hora de acostarme.

Ni bien pegue la cabeza en la almohada caí rendida en el sueño.

-Señorita Anderson-llamó el director de repente y yo volví a verlo.

-Si director, en que le puedo ayudar-respondí amablemente.

-Necesito que vaya a dejar esto en el ala de profesores

Me entregó unas carpetas, pero a mi se me hizo raro, nunca me había dicho a mi y ahora por que será.
-Con gusto, solo no entiendo por qué.

-Usted sabe el por que, solo haga caso.

Sin más que decir se dio media vuelta y se marchó. Yo me quedé un rato ahí parada pensando en que era lo que yo sabía.

Unos segundos después reaccioné y me dirigí al aula de profesores.

Toqué la puerta y me respondió una voz que como la puerta estaba cerrada, no pude diferenciar de quién era.

Distraídamente abrí la puerta, entré y cerré la puerta tras de mí .

-Buenos días, vine a dejar unas cosas que el director me pidió, permiso-pedí caminando hacia una mesa.

-No se preocupe, siga-respondió una voz que conocía a la perfección.

´´Señor Jesús amparame´´

Me tensé de inmediato y me quedé ahí parada.

Deje las carpetas en la mesa y cuando quise enderezarme para salir de ahí de una vez por todas, sentí algo o mejor dicho alguien tras mío.

-Señorita Anderson, no sabe cuanto estaba esperando este momento-mi cuerpo no reaccione.

Andreu Torres, el profesor Torres estaba detrás mío hablándome a la oreja.

-Profesor qu… qué está haciendo-tartamudee de lo nerviosa que estaba.


-Lo que siempre ha querido usted-respondió aun cerca de mi oreja.

Sentí que el aire me faltaba y mi pecho subía rapidísimo, no podía controlar estas ganas de salir corriendo y llorar de la desesperación.

-Ya lo sé todo.

Dijo sin más, pero yo no entendí a qué se refería.

-¿De qué habla?-pregunte, pero poco a poco Andreu iba desapareciendo.

Sonó mi alarma en ese momento, yo abrí mis ojos y me quedé acostada un rato pensando a qué se refería eso que me había dicho Andreu
en el sueño.
CAPÍTULO 6
LAURA

Seguía aturdida por lo del sueño, no sabía a lo que se refería.

¿Qué sabía Andreu?

En todas las clases me pase pensando en eso. En este momento estoy sentada en una mesa de la cafetería con mis amigas y mientras ellas
hablan de la vida, yo ando perdida tratando de saber a qué se refería el sueño que tuve anoche.

-Entonces, eso estaba pensando-dijo una de mis amigas, pero para ser sinceras yo no sabía de lo que estaban hablando.

-¿Qué te parece Lau?-preguntaron.

-Eh lo siento, no les escuche, me pueden repetir lo que estaban diciendo-dije, pero todas me vieron con cara de enojadas.

-Perdón, estaba pensando en otra cosa-dije tratando de que quiten esas caras

-O en otra persona-dijo Mia.

Yo me enrojeci, por que me habían descubierto, pero que podía hacer si el solo pasaba en mi cabeza.
-Perdón enserio, es que ayer soñé algo muy extraño, ignorenme-respondí apenada.

-Bueno, estábamos haciendo el plan para tu cumple que es este sábado, y pues estábamos diciendo que todas en la tarde del sábado
vayamos a la casa de alguna de nosotras, para ir directo a la disco.

La verdad había hablado con mis padres sobre mi cumpleaños y me dijeron que puedo ir, pero con cuidado, además en la mañana
querían festejarme ellos y yo acepté encantada.

-Si, me gusta, mis padres me dieron permiso, y creo que lo que proponen es lo más fácil para todas, pero quien da casa.

-Violet-respondió Emma al instante y Violet se le quedó viendo extrañada.

-¿Por qué yo?-preguntó Violet.

-Ay vamos, tu casa la conocemos todas, y es la más cerca del bar al que vamos.

-Ok-respondió rendida.

Pasamos el rato hablando de algunas cosas, de cómo se van a vestir y lo buena que va ser esa noche, y no es que yo no esté feliz,
claro que lo estoy, es mi cumpleaños, pero aún tenía un montón de cosas en mi cabeza.

-Bueno se les ama mis amores, pero Lau y yo tenemos clases con el marido de esa-habló Valentina señalándome con la cabeza, yo
sonreí apenada por lo que dijo, y por un momento me ilusioné con lo que dijo.

Me levanté y fui con Vale hasta las clases, y me acordé que hoy teníamos que exponer frente a toda la clase y eso incluía a Andreu.

-Buen dia-entro a los segundos Andreu con su traje azul impecable, sus lentes que le daban ese toque sexi que me mataba, su pelo
peinado que parecía mojado y oliendo a perfume de hombre, cosa que me hacía adorarlo mas.
-Hoy todos, o la mayoría tendrá que dar la clase del tema que investigó, la dinámica será que yo voy a escoger quien va a pasar, los que no
pasen hoy para la próxima que tengamos otro trabajo los que falten expondrán.

Todos asentimos, y yo estaba rezando por dentro para que no me escogiera a mi.

-Bien pues si a todos les parece, que tal si empezamos-paso viendo y escogió a un chico que si mal no recuerdo su nombre era Jake y así
prosiguió.

No presté mucha atención para ser sinceros, pero cuando dijo mi nombre, mis nervios que tenía se elevaron más que nunca.

-Me escucho señorita Anderson, pase adelante-carraspeó nerviosa antes de levantarme.

Sentí como mi corazón bombeaba más rápido de lo normal, comencé a sudar frío, mi cuerpo temblaba por completo, quería llorar, quería
salir corriendo de ahí, no podía, simplemente no podía hacerlo.

Cuando me para enfrente de toda la clase, pude sentir esa mirada penetrante del profesor Andreu, me quería morir.

Me quedé parada por un buen momento ahí, tenía que hablar, pero no podía.

-Bien, puede empezar, la estamos esperando.

Levante mi mirada hasta encontrarme con la suya, me lo quedé mirando y suplicando en silencio que se arrepienta. Mientras lo miraba
fijamente, pude sentir como mis ojos se encharcaron por las lágrimas, no pude más y salí corriendo de ahí.

Corrí por los pasillos hasta llegar al baño.

Pude ver por el espejo del baño lo ridicula que me veía y llore.
Solté sollozo tras sollozo, esperando que la tierra me tragara, pero eso jamás pasó, me había humillado de la peor manera.

Después de unos minutos largos de haber llorado me lave la cara esperando que el rojizo de mi cara desapareciera, me lave y seque con
una toalla. Me quedé viendo por unos segundos mi reflejo en el espejo, pero ese acto fue interrumpido por el toque de la puerta.

-Señorita Anderson, salga por favor, necesitamos hablar

Era Andreu, él quería hablar conmigo, pero la pregunta es ¿Por qué?

Los nervios que habían disminuido volvieron a estar arriba.

Arregle mi ropa con las manos tratando que se alice y que no tuviera ninguna arruga.

Una vez decidida de que estaba bien, me dirigí a la puerta.

Poco a poco giré la manija de la puerta, hasta que estuvo girada por completo, abrí lentamente la puerta de madera, hasta que la tuve de
frente.

-Laura, tú y yo necesitamos hablar-dijo una vez que conectó su mirada con la mía.

Yo lo quedé viendo con asombro por que me había llamado por mi nombre, además, ¿de que tenemos que hablar?.

Puede que sea por lo que acaba de pasar, pero presentía que no era por eso.
CAPÍTULO 7
LAURA

Lo sigue detrás de él, hasta llegar a su oficina.


Una vez que entramos me dejo pasar primero, para luego pasar el y cerrar la puerta, pude escuchar como
ponía seguro en la puerta y eso hizo que mis nervios crecieran.
-Entonces de que…
No pude terminar de hablar porque él rápidamente se acercó a mí, cogió mi cara entre sus manos y jamás
pensé que pasaría, al menos no de esta manera, pero.
Me beso
Yo me quedé sorprendida y aunque quería seguir lo alejé de mí con un pequeño empujón.
-Que…qué le pasa, soy su alumna usted no..
-Dejemos la actuación de un lado señorita Anderson-me dijo mientras se acercaba cada vez más a mi.
-Se que te gusto, lo se todo-al momento que dijo eso yo me paralice.
Era lo mismo que había soñado, solo que con diferente situación.
Cerré los ojos tratando de asimilar lo que estaba pasando.

No sabia que responder, sentía como mi cara se incendiaba, el lugar me asfixiaba y que él me estuviera viendo y que estemos solos
empeoro la situación.

Otra vez sentía la necesidad de salir corriendo y llorar de la desesperación.

-No puedo hacer esto Andreu, no ahorita-le dije con mis ojos llenos de lágrimas, trate de rodearlo para salir de su oficina, pero él me
cogió del brazo.

-Tu no puedes hacer esto, pero yo si, tengo que confesar lo que me atormenta todos lo dias-me acerco más a él hasta que estuvimos
pegados y nada solo el viento se interponía entre los dos.

-Laura, tu a mi me tienes loco, desde la primera vez que te vi, me obsesione contigo, tanto como lo hiciste tu y no lo niegues, porque
sabes que es verdad.

Tenía mi cabeza agachada y él con sus dos manos cogió mi cara y me hizo mirarlo a los ojos.

-Por favor, di que me deseas tanto como yo a ti-pidió, casi rogando

Quería hacerlo, me moria por decir eso, pero siempre trate de alejarme, incluso me metí con alguien mas pensando que así lo olvidaría,
pero resultó inutil, pero todo eso lo hice por que sabia que aun que me correspondiera, esto es más que prohibido.

-Claro que te deseo-pude ver como se le iluminaba la cara y estiró la comisura de su labio cuando dije eso-te deseo tanto Andreu, pero
esto no es correcto-su bella y perfecta sonrisa desapareció al instante que solté eso.
-Accedí a venir, porque pensé que usted me iba a regañar por lo que pasó en su clase, pero no se me pasó por la mente que usted me iba
a confesar algo que estaba esperando por meses.

-No estaba preparada.

Olía delicioso que cada segundo que estaba junto a él su olor se desprendía cada vez más y mis fosas nasales lo aceptaban gustosas.

-Usted cree que no se que es prohibido, mierda, claro que lo se, no estaria arriesgando mi trabajo por alguien, pero resulta que ese
alguien me tiene demente y aun que estado aguantando y creyendo que simplemente es un simple gusto, aqui estoy confesandole algo
que nos perjudicaria a los dos y sabe por que lo hago.

Negué con la cabeza lentamente

-Por qué me importa, porque ninguna otra mujer me ha hecho sentir como usted lo hace con una simple mirada.

Ahora si quería llorar, pero esta vez no por desesperación ni por miedo, si no por que jamas en la vida me espere que me hablaran así y
mucho menos el hombre que me tiene obsesionada de los pies a la cabeza.

-Por favor Laura, aceptame, aun que sea prohibido, corramos el riesgo juntos-dijo el

-Laura, se mi novia.

Me quedé viéndolo fijamente, no pude reaccionar, no sabía si había escuchado bien o mi mente me estaba jugando una buena.

Segundos después reaccione y supe que era verdad ya que él no dijo nada esperando una respuesta.
Sabía que lo que me estaba pidiendo era prohibido y que si algún día nos descubrieran todo se iría al carajo, pero lo que quería, o al
menos eso pensaba.

No podía rechazar esto.

Aunque mi mente me decía que lo rechazara, porque algo iba a salir mal, mi corazón decía lo contrario.

-Si-solté bajito, pero sabia que habia podido escuchar cuando note que tenia una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.

-Si quiero ser su novia profesor Torres-no hubo respuesta por parte de el, por que ya había pegado sus labios con los míos,

Me agarro de la cintura para poder acercarme más a él, y yo profundice el beso abrazándolo con mis brazos por el cuello.

Duramos un largo rato así hasta que nos quedamos sin aire y no nos tocó más que separarnos.

Sentí como nuestra respiración era un vaivén, sin embargo el esbozo una perfecta sonrisa que yo seguí y mientras los dos sonreímos
pegamos nuestras frentes.
CAPITULO 8
LAURA

-No, no, no, esto no esta bien- me aleje de el dandole la espalda sintiendome culpable.

Tenia miedo, pero creo que el miedo que tenia no era por si nos descrubrieran, creo que mas es por lo que siento, por que jamas pense
que pasaria esto, vivia en una fantasia que creia que algun dia se iba acabar, pero despues de esto yo creo que es imposible.

-Mirame-me exigio sin embargo yo no le hice caso.

-Laura, mirame y dime si realemente no quieres esto-senti su cercania detras de mi y a los segundos senti sus dos manos agarrar mis
hombros.

Gire lentamente, pero mis ojos estaban con lagrimas.

-Claro que quiero, sin embargo, no se si es lo correcto y lo que deberiamos hacer.

solto un bajo gruñido despues de eso y se dio la vuelta.

-Andreu yo…yo me tengo que ir-sin mas agarre mis cosas para salir, sin embargo no pude por que el me habia cogido del brazo.

-Profesor suelteme-le pedi

-No, no puedo dejarte ir, eres mi obsesión y necesito calamar las ganas que te tengo desde hace mas de un año.
-No podemos hacer esto, entiendalo, corremos el riesgo que nos descubran.

-Sabes, tengo el presentimiento de que tu miedo no sea por que nos descubran, hay algo mas, pero si realmente no quieres, por mi
señorita Anderson puede retirarse-se le noto el enojo, bueno no sabia si estaba enojado, sin embargo me solto y yo como una cobarde
sali de ahi.

-Tengo que hablar con Valentina-camine por los pasillos, ya era hora de descando asi que la encontre comiendo en la cafeteria con las
demas.

-Hola chicas-todas giraron al momentoque me escucharon y me saludaron con una hermosa sonrisa.

-Vale podemos hablar-su pequeña sonrisa que se habia formado se le desvanecio de su cara, por que ya sabia que algo habia pasado.

-Si claro, nos vemos luego-nos espedimos y salimos de la cafeteria.

-¿Qué paso?

-Mi fantasia se cumplio, pero yo la mande a la mierda.

-De que hablas.

le conte todo lo que habia pasado en la oficina de Andreu, y ella se quedo sorprendida, a mi se me quisieron salir las lagrimas.

También podría gustarte