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OBSESION PROHIBIDA
CAPÍTULO 1
LAURA
Buenos días.
Hoy es un dia feliz, pero al mismo tiempo triste para algunos, pues hoy es el ultimo primer dia de universidad,
pero para mi es un nuevo comienzo, un nuevo año y aun que sea el último siempre va haber algo que lo haga
valer la pena.
La emoción se siente, me levanté a las 6:00 de la mañana para arreglarme, estoy super feliz que después de tantas
semanas por fin vaya a ver a mis amigas, mis compañeras fieles en todos estos años de sufrimiento y alegría.
Cuando acabo de arreglarme, bajó para desayunar y encuentro a mamá en la cocina preparando el desayuno ya
que ella también tiene que ir a trabajar.
-Buenos días mamá-ni bien me escucha voltea a verme.
-Buenos días muñeca, ¿Como amaneciste?-me pregunta con una sonrisa deslumbrante que me llena cada día.
-Muy emocionada, es mi último primer día ma, aunque debo admitir que tengo miedo.
Ella rodea el mesón para poder llegar hacia mi y coger mis manos.
-Mi niña tu sabes que papá y yo siempre vamos a estar aquí para ayudarte en todo lo que necesites, te amamos-
deja un pequeño beso en mi frente y vuelve a lo que estaba haciendo.
Mi mamá es la mejor, la amo demasiado y aparte de ser mi mamá es mi mejor amiga, con ella puedo contar siempre y puedo contarle
todas mis cosas, buenas y malas y siempre me aconseja para que haga lo mejor y lo correcto.
Igual papá, pero trabaja demasiado así que casi no lo veo, pero cuando lo hago trato de pasar el mejor rato posible contando anécdotas o
saliendo en familia.
Soy su única hija, nací en Ecuador. Papá es Americano y en unos de sus viajes encontró a mamá, se enamoraron y ustedes ya han de
saber que paso. Un año después de que se conocieron se casaron y fueron a vivir al país de mamá Ecuador. Tres años después nací yo y
dos años después de que nací, a mamá y a mi nos salio la residencia para poder venir a vivir en Estados Unidos, especialmente en
California y pues aqui es en donde creci y practicamente soy una Americana en nombre y lo amo, aunque a veces solemos ir a visitar a
la abuela en Ecuador.
Amo mis dos hogares, cada uno tiene lo suyo y eso lo hace especial para mi.
-Papá se fue temprano así que te desea la mejor de la suerte-suelta mientras me pone una taza de café en leche al frente.
-Gracias mamá, es una lastima que trabaje demasiado.-se puede notar la tristeza que me da que papá no me acompañe.
-Y por eso te amamos-me da un pequeño beso en la coronilla, para luego dejar los platos en el fregadero, coger sus cosas y salir.
-Bien mi niña vamos que se hace tarde-dice rodeando el carro para subirse.
Minutos después de que hayamos salido de casa nos encontrábamos al frente de mi universidad.
-Suerte cariño-me dice antes de entrar a la facultad con los nervios a lo alto.
Camino por los pasillos buscando mi clase, aun es temprano, así que no tengo nada que preocuparme, por ahora.
Mientras camino, oigo un pequeño grito y volteo para ver que paso y me encuentro con mi mejor amiga.
Valentina, otra pequeña ecuatoriana que me ayuda y apoya, en todo lo que hago igual que yo a ella.
Valentina y tres amigas más conformamos un grupo, pero Vale y yo nos hicimos amigas desde el primer año de universidad ya que
estudiamos la misma carrera, las otras son demasiado especiales también, pero entre mi pequeña ecuatoriana y yo tenemos más que una
amistad, somos hermanas.
-Me tienes que contar todo lo que hiciste en tu viaje de Disney Vale-le digo mientras caminamos juntas hacia el salón.
-Ok, pero ya te conté la mayoría, conocí a un suco, guapo y mamado.
-Ay mi Vale, tu y tus ocurrencias-le digo mientras paso un brazo por sus hombros.
-Es la verdad, era tan guapo, lastima que no viviera aquí-hace un puchero con lo último que dice.
Las primeras clases son tranquilas, nada de otro mundo y por ahora han dejado dos deberes para hacer. Cuando suena el timbre del receso
por así decirlo, Vale y yo agarramos nuestras cosas para salir y encontrarnos con las demás.
Ni bien llegamos al patio central, las encontramos cuatro chicas platicando en el medio de la cancha, cada una con su estilo y preciosas
como siempre.
Las cuatro gritan y vienen corriendo hacia nosotras que las recibimos con los brazos abiertos y unas sonrisas de oreja a oreja.
Mis cuatro chicas se separan de nosotras y puedo ver sus cambios de verano.
Empezando por Violet, una pequeña con lentes y pelo negro, que se lo pinto de rubio, luego va Emma, con su hermosa cabellera larga
castaña, sus ojos color verde oscuro casi cafes y sus pecas por la nariz, Olivia, alta, cabellera negra por los hombros y por ultimo mi Vale,
alta, morena, pelo ondulado y negro.
-Que cuentan, algún romance de verano, novios, pareja, chisme nuevo-reclama Valentina, yo en ese aspecto trato de no hablar mucho.
No es que nunca haya tenido una relación, pero la que he tenido ha sido por una razón y para olvidarme de algo que jamás lo pude hacer,
así que no es que sepa mucho de ese tema.
-Conocer chicos es lo nuestro, pero relaciones por ninguna parte-nos comenta Violet, la más lanzada en ese tema y la que más
experiencia tiene en chicos.
Vale sacude la cabeza y yo en mi mente pienso que es una mentirosa, pero si no lo quiere decir la dejo, igual es algo suyo, no puedo
meterme.
-Lamentable, ¿y tu Lau?-también sacudo la cabeza, mientras sonrío y veo hacia delante, pero mi acto es interrumpido por el hombre que
veo al frente mio con un grupo de profesores, platicando como si nada.
Quito mi sonrisa y me pongo seria detallando a quien tengo enfrente, no se con que cara estoy en estos momentos, solo se que pare de
caminar igual que mis amigas.
-LAURA
-O mierda-dice Violet
Es Andreu
ANDREU TORREs
El profesor Torres.
CAPÍTULO 2
LAURA
Han escuchado esa frase que dice que cuando una persona guapa te gusta al fin y al cabo solo te gusta por su físico, pero hay otras
personas que tiene su ni se que, que hasta te obsesionan.
Hace dos años, a la mitad de mi año de universidad lo conocí y dios fue algo… algo que no se como carajos explicar, pero que me
obsesionó al instante.
Su nombre completo es Andreu Rafael Torres Williams, es colombiano, su cumpleaños es el 26 de junio, actualmente tiene 29 años. Es
tan guapo.
No estuvo, ni está casado, pero por lo que dicen al parecer es un hombre muy correcto, le gusta la responsabilidad y es muy caballeroso.
Lo vi y simplemente todo lo que había supuestamente olvidado volvió como un flashback, recordando lo estúpida que fui hace dos años,
pero no puedo olvidarlo, realmente creí que lo había logrado, que el es simplemente pasaría al pasado y no volvería a tocar el tema, sin
embargo el solo hecho de verlo nuevamente, me hizo darme cuenta de lo gran equivocada que estaba.
No se si el sabe de mi existencia, si le he dicho hola cuando pasa a lado mio, pero de ahí una conversación seria jamas. Tampoco ha sido
mi profesor por suerte, eso sería catastrófico para mi.
-Creo-antes de soltar algo mas me aclaré la garganta y continuó-creo que hay que seguir caminando.
Las chicas no insistieron más con el tema y caminamos hasta la cafetería para poder comer algo.
-Lau ¿Vas a comer algo?-me preguntó Valentina y yo con la cabeza dije no.
Cuando las chicas por fin acabaron de comprar , cogimos una mesa para poder sentarnos a comer y también para poder hablar y
chismear.
Si cuando se fue, dijeron que era porque le habían dado otro puesto mejor en otra universidad y de repente de un año a otro él vuelve.
-Amiga mía-salgo de mis pensamientos cuando Valentina me llama.
-Perdón, no se que me pasa. ¿Qué pasó?
-Creemos saber qué es lo que te pasa.-me dice Olivia con una sonrisa picara
-Lo que sucede es que ver al ex profesor de historia te afectan las neuronas-responde Emma con la misma sonrisa de Olivia.
-No, no es eso, al menos no creo.
-Es que fue de repente, por que volvió, para que.
-No se amiga mia, pero si sabemos que aun te tiene loca como hace dos años-me dice Valentina y todas asienten con la cabeza.
-Bueno como sea, olvidando el tema que les parece hacer una salida por inicio de año-propone Violet
Todas estamos de acuerdo y de eso hablamos hasta que toca volver a clases y separarnos, para yo ir con Valentina a la siguiente clase.
Caminando por los pasillos Vale me rodea los hombros con su brazo y yo apoyo mi cabeza contra su brazo.
-Tranquila, solo tenemos este año y luego no tendrás que volver a verlo-dice
-Yo lo sé, pero tu sabes cuanto me afectó y cuánto fue mi obsesión con el-digo con preocupación.
-Si, no se me ha olvidado, igual simplemente lo vamos a ver y ni hemos de cruzar palabra, ya deja de lado esos pensamientos, es nuestro
último año y no nos vamos a amargar solo por alguien, ¿si?-pregunta justo cuando entrábamos al salón de clases.
-Lo intentaré, lo prometo.
-Esa es mi amiga-gritá dándome un abrazo.
Nos separamos y cogemos puesto, saco mis cosas, esperando al profe me pongo a revisar unas cosas que tengo pendiente en mi celular.
SANTISIMO JESUCRISTO
Mierda
Volteo a ver a mi amiga y ella tiene la misma expresión de asombro que supongo yo también debo tener.
-Me llamo Andreu Torres y voy a ser su profesor de Historia este año.
Con su traje limpio, su pelo mojado y su olor característico, que me vuelve loca.
CAPÍTULO 3
LAURA
Quiero llorar, estoy sudando frío, temblando y más roja que un tomate.
Mierda.
Esto, justo esto era lo que me temía, sabía que él iba a ser mi perdición, mi maldita perdición.
El simple hecho de tenerlo cerca, me hace sentir cosas que con otras personas jamás he sentido y eso es lo que me da miedo, porque sé
que lo que me pasa no es normal.
Durante toda la clase trato de no alzar la cabeza y mucho menos verlo, eso traería más problemas de los que ya tengo, suficiente con
escucharlo hablar inglés con su típico acento que lo hace notar como laino.
Cuando veo que ya es la hora en la que culmina la clase, el profesor empieza a recoger sus cosas y cuando por fin cruza el umbral de la
puerta para irse, suelto todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones y sin pensarlo dos veces corro al baño
Corro hasta por fin llegar a la puerta del baño, la abro y me voy al lavadero a mojarme la cara, estoy ardiendo.
-Si puedes, como tu lo decias es solo una obsesión, se te va a pasar y vas a ser como si nada.
Asiento, una vez nos separamos, regresamos a la clase para coger nuestras cosas y salir.
Las otras chicas ya se habían ido, ellas tienen una hora menos de clases que nosotras, así que Vale me lleva a casa en su carro.
-Quedaron en que vamos a salir este fin de semana. ¿Te unes?-pregunta Vale tratando de distraerme de lo que acaba de pasar.
-Si solo tengo que pedir permiso, pero de seguro me dejan-afirmó y ella mientras maneja asiente.
-Sabes ya no quiero esto. ¿Sabes que es mejor que tener esa cara?-pregunta y yo vuelvo a verla para negar con mi cabeza.
-Escuchar musica
Valentina y yo tenemos casi los mismos gustos en música así que no me quejaba cuando ella ponía música.
Una vez que dijo eso, cogió su celular, abrió Spotify y puso una de sus canciones más movidas.
La empezamos a cantar en coro, moviéndonos de un lado al otro y asi con unas cuantas canciones más hasta que llegué a mi casa.
-Y yo a ti, cuídate.
-Hola-grite para ver si había alguien en casa, y efectivamente en la cocina se encontraba mi madre.
-Hola princesa,me acerqué a ella y le di un pequeño beso en la mejilla antes de separarme para comer lo que había.
-Mmm, se pudiera decir que bien-respondí con toda sinceridad, como ya había dicho mi mamá es como mi mejor amiga.
-Viste ¿A quién?
-Te acuerdas que te conté de mi pequeña gran obsesión hace dos años.
-Lo mismo pensé, pero no, hoy caminando con las chicas hacia la cafetería lo vi y fue…ni siquiera se que fue mamá.
-Bueno lo mejor es que te mantengas alejada de él, hasta que puedas dejar de lado esos sentimientos-me recomendó, pero en ese
momento recordé algo mas.
-En ese caso, te tocará aprender a dejarlo ir, viendo lo malo que tiene, puedo servir.
Por eso me encantaba charlar con mamá, siempre me daba los mejores consejos y me motivaba a salir adelante sola.
-Tienes razón, tal vez ahora que lo voy a tener cerca, descubra que no es tan perfecto como yo lo veo.
-Si mi amor, ya vas a ver todo lo que sientes ahora se irá en un tiempo, ya lo estabas olvidando y eso no va cambiar solo por que lo
viste-me dio un pequeño beso en la coronilla para luego irse hasta el refrigerador.
Sin embargo, sus palabras causaron una duda en mi, será que ahora teniéndolo cerca podré realmente olvidar esto que siento o se
intensificará más de lo que ya estaba.
Después de haber acabado de lavar, tomé mis cosas y me dirigí a mi dormitorio, deje mi mochila en el suelo, y me acosté en la cama.
Me quedé por un largo tiempo pensando en muchas cosas. Si , entre esas muchas cosas estaba el.
Recordé cuando escuché su voz por primera vez o cuando hicimos contacto visual por unos minutos o el simple hecho de pasar por su
lado y oler su perfume.
Me quedé así por unos minutos más hasta que me levanté para hacer mi tarea.
CAPÍTULO 4
LAURA
La anterior semana el viernes salí con mis amigas, platicamos de muchas cosas, yo creo que lo mejor que me pudo pasar fue tener a todas
mis amigas.
Ahora me encuentro en mi carro manejando hacia la universidad, mientras manejaba escuchaba mis canciones.
Yo amo escuchar mi música, cuando estoy triste siempre pongo mis canciones, me levantan el ánimo, además siempre me imagino
bailando.
Amo bailar, igual que leer, son mis dos hobbies favoritos.
Bajo y lo primero que veo es al profesor Torres bajando de su Range Rover negro.
Carajo.
Llego y veo a Valentina sentada viendo su celular, me acerco hacia el asiento que está vacío a su lado y me siento.
-Hola.
-¿Qué haces?
Me quedé helada.
Mierda.
También me había olvidado que tenemos los lunes con él a primera hora.
-Tu sabes que yo te amo, solo quiero que estés prevenida, para que no te pongas como un cono de transito.
-Imposible.
Estiré la comisura de mis labios imaginando eso, pero después me di cuenta que solo es mi imaginación.
Paré de hablar al momento que escuche su voz y me volví hacia delante para verlo.
Aunque ya lo habia visto bajarse de su auto, no note que estaba con un traje completamente negro.
Se veía hermoso.
Le hice caso, saque mis cuadernos y mientras él hablaba yo trataba de no mirarlo, pero hoy se me hizo difícil, porque se veía
malditamente perfecto en ese traje y sus lentes que le hacen ver mas sexy.
-Muy bien, hemos culminado por hoy, para mañana cargaré una tarea que necesito que hagan, no hay excusas.
Sin más que decir salió por la puerta, y como siempre solté el aire que tenía retenido durante sus clases.
En el tiempo libre, las chicas y yo nos reunimos para comer juntas.
Violet como siempre nos contaba de su vida amorosa con el mismo hombre que rechaza, sin embargo jamás me canso de sus historias de
amor y quejas hacia los hombres con los que se mete.
-Bueno cambiando el tema, hay que organizar una fiesta si no estoy mal.
-Aaah, la verdad es que no se que hacer, si me gustaria pasarla con ustedes, pero no se que hacer.
-Pues estabamos pensando ir a una disco, cumples 21 mi amor, ademas ya vas a ser legal-dijo Valentina.
Me quedé pensando, no era mala idea, jamás fui a una discoteca, ya era hora.
-Ok me gusta, solo déjenme avisar a mamá y a papá, aunque de seguro si me dejan.
-Eso me gusta, nos vamos a volver locas, va ser inolvidable, tenlo por seguro-comentó Violet con una sonrisa.
Faltando unos minutos para que se acabe el descanso, me levanto para ir a la cafetería a comprar agua.
-Ok.
Caminé hacia la cafetería y cuando llegué, me puse en la fila para poder comprar, solo habían dos personas antes que yo.
Cuando llegó mi turno pedí el agua, fueron a buscar mientras yo sacaba las monedas para poder pagar, pero tratando de sacar se me
cayeron algunas monedas al piso.
-Genial.
Me agache para recoger las monedas que se me habían caído, pero siento una presencia al frente mio, alzó la cara para ver quien es y o
JESÚS.
M-I-E-R-D-A
Me quedé estática, solo vi como me ayudaba a recoger las monedas que se me habían caído.
Estire mi mano para coger lo que me estaba dando y trate de que no se notara que mi cuerpo estaba tembloroso.
-Si…gracias nuevamente.
Llegué y lo primero que vi frente al espejo fueron mis mejillas más rojas de lo normal, y mi respiración estaba muy acelerada, como si
hubiera corrido un maratón.
Una vez que me haya calmado, me arregle un poco y salí hacia clases.
CAPITULO 5
LAURA
No me gusta derecho, desde hace dos años me di cuenta de eso, pero aparecio una persona que me motivo a seguir, sin embargo se
volvio a ir y por fin iba tomar la decision de salir de esto, pero despues estuvieron mis padres.
No podia decirles que ya no me gustaba esta carrera y mandar todo lo que hecho a la basura.
Descubri que me gusta la escritura igual que la literatura, asi que si me gusta la filosofía.
Ahora estoy en media clase de calculo, que aburrida estoy, pero no se me olvida que despues de esto me toca historia.
Desventaja: No me gusta.
-Bien chicos hasta ahi la clase de hoy, para mañana necesito que estos ejercicios esten acabados.
Sin más que decir la profesora salió por el umbral de la puerta dando por acabada su clase.
Por fin.
-Buenas tardes.
Ya no sé si es amor o obsesión, pero el simple olor de su colonia masculina, me vuelve completamente loca y me pone a sus pies.
El profesor seguía explicando el tema, la verdad es que si le prestaba atención, pero debo admitir que también me distrae, pero lo que
más me molesta es que pregunten cosas.
Especialmente Mara.
Si, no somos nada, pero simplemente no me gusta, es notorio que a Mara también le gusta el profesor, siempre hace preguntas de lo más
obvio, solo para que Andreu le preste atención.
No le podía negar que Andreu es atractivo, sin embargo en mi mente sigo creyendo que él es solo mío, aunque ni siquiera me tope.
Sin embargo cambió su vista de ella hacia mí y rápidamente giré mi cabeza hacia otro lado.
Los dos serios, viéndonos fijamente, fue como si el mundo desapareciera y solo eramos él y yo en ese instante.
-Clase, he decidido que para mañana ustedes serán quien dará la clase del tema que les dejare aqui escrito, investiguen lo mas que
puedan y mañana ustedes serán el profesor, será nuestra primera nota, así que esfuércense.
Carajo, ahora si cague, si de por si no puedo ni verlo, peor voy a poder hablar frente a clases teniendo que explicarle a él el tema.
Una vez acabé con eso, me metí a bañar, para luego ponerme mi pijama.
-Hola princesa-me saluda con una pequeña sonrisa que disimula el cansancio que tiene.
-¿Cómo estás?
-¿Y tú?
-Todo bien papi, la verdad es que como son las primeras semanas recién estamos empezando-respondo.
-Me alegro-me dice y luego bosteza, se le nota lo cansado que está, es un hombre muy trabajador, y aunque obvio tiene sus ventajas,
también como cualquier cosa tiene sus desventajas.
-Tienes razón.
-¿Te vas a quedar aquí?-pregunta.
-No solo preparare algo y luego subire a mi cuarto, mamá debe estar ya durmiendo.
-Igual tu princesa.
Luego de que mi papá se vaya, yo me dirigí a la cocina para preparar algo de cenar y luego subir a mi habitación para poder ver una
película o mi celular o mejor leer algo.
Me quedé como una hora leyendo mientras comía, pero ya estaba bostezando, así que ya era hora de acostarme.
Me entregó unas carpetas, pero a mi se me hizo raro, nunca me había dicho a mi y ahora por que será.
-Con gusto, solo no entiendo por qué.
Sin más que decir se dio media vuelta y se marchó. Yo me quedé un rato ahí parada pensando en que era lo que yo sabía.
Toqué la puerta y me respondió una voz que como la puerta estaba cerrada, no pude diferenciar de quién era.
-Buenos días, vine a dejar unas cosas que el director me pidió, permiso-pedí caminando hacia una mesa.
Deje las carpetas en la mesa y cuando quise enderezarme para salir de ahí de una vez por todas, sentí algo o mejor dicho alguien tras mío.
-Señorita Anderson, no sabe cuanto estaba esperando este momento-mi cuerpo no reaccione.
Sentí que el aire me faltaba y mi pecho subía rapidísimo, no podía controlar estas ganas de salir corriendo y llorar de la desesperación.
-Ya lo sé todo.
Sonó mi alarma en ese momento, yo abrí mis ojos y me quedé acostada un rato pensando a qué se refería eso que me había dicho Andreu
en el sueño.
CAPÍTULO 6
LAURA
En todas las clases me pase pensando en eso. En este momento estoy sentada en una mesa de la cafetería con mis amigas y mientras ellas
hablan de la vida, yo ando perdida tratando de saber a qué se refería el sueño que tuve anoche.
-Entonces, eso estaba pensando-dijo una de mis amigas, pero para ser sinceras yo no sabía de lo que estaban hablando.
-Eh lo siento, no les escuche, me pueden repetir lo que estaban diciendo-dije, pero todas me vieron con cara de enojadas.
-Perdón, estaba pensando en otra cosa-dije tratando de que quiten esas caras
Yo me enrojeci, por que me habían descubierto, pero que podía hacer si el solo pasaba en mi cabeza.
-Perdón enserio, es que ayer soñé algo muy extraño, ignorenme-respondí apenada.
-Bueno, estábamos haciendo el plan para tu cumple que es este sábado, y pues estábamos diciendo que todas en la tarde del sábado
vayamos a la casa de alguna de nosotras, para ir directo a la disco.
La verdad había hablado con mis padres sobre mi cumpleaños y me dijeron que puedo ir, pero con cuidado, además en la mañana
querían festejarme ellos y yo acepté encantada.
-Si, me gusta, mis padres me dieron permiso, y creo que lo que proponen es lo más fácil para todas, pero quien da casa.
-Ay vamos, tu casa la conocemos todas, y es la más cerca del bar al que vamos.
-Ok-respondió rendida.
Pasamos el rato hablando de algunas cosas, de cómo se van a vestir y lo buena que va ser esa noche, y no es que yo no esté feliz,
claro que lo estoy, es mi cumpleaños, pero aún tenía un montón de cosas en mi cabeza.
-Bueno se les ama mis amores, pero Lau y yo tenemos clases con el marido de esa-habló Valentina señalándome con la cabeza, yo
sonreí apenada por lo que dijo, y por un momento me ilusioné con lo que dijo.
Me levanté y fui con Vale hasta las clases, y me acordé que hoy teníamos que exponer frente a toda la clase y eso incluía a Andreu.
-Buen dia-entro a los segundos Andreu con su traje azul impecable, sus lentes que le daban ese toque sexi que me mataba, su pelo
peinado que parecía mojado y oliendo a perfume de hombre, cosa que me hacía adorarlo mas.
-Hoy todos, o la mayoría tendrá que dar la clase del tema que investigó, la dinámica será que yo voy a escoger quien va a pasar, los que no
pasen hoy para la próxima que tengamos otro trabajo los que falten expondrán.
Todos asentimos, y yo estaba rezando por dentro para que no me escogiera a mi.
-Bien pues si a todos les parece, que tal si empezamos-paso viendo y escogió a un chico que si mal no recuerdo su nombre era Jake y así
prosiguió.
No presté mucha atención para ser sinceros, pero cuando dijo mi nombre, mis nervios que tenía se elevaron más que nunca.
Sentí como mi corazón bombeaba más rápido de lo normal, comencé a sudar frío, mi cuerpo temblaba por completo, quería llorar, quería
salir corriendo de ahí, no podía, simplemente no podía hacerlo.
Cuando me para enfrente de toda la clase, pude sentir esa mirada penetrante del profesor Andreu, me quería morir.
Me quedé parada por un buen momento ahí, tenía que hablar, pero no podía.
Levante mi mirada hasta encontrarme con la suya, me lo quedé mirando y suplicando en silencio que se arrepienta. Mientras lo miraba
fijamente, pude sentir como mis ojos se encharcaron por las lágrimas, no pude más y salí corriendo de ahí.
Pude ver por el espejo del baño lo ridicula que me veía y llore.
Solté sollozo tras sollozo, esperando que la tierra me tragara, pero eso jamás pasó, me había humillado de la peor manera.
Después de unos minutos largos de haber llorado me lave la cara esperando que el rojizo de mi cara desapareciera, me lave y seque con
una toalla. Me quedé viendo por unos segundos mi reflejo en el espejo, pero ese acto fue interrumpido por el toque de la puerta.
Arregle mi ropa con las manos tratando que se alice y que no tuviera ninguna arruga.
Poco a poco giré la manija de la puerta, hasta que estuvo girada por completo, abrí lentamente la puerta de madera, hasta que la tuve de
frente.
-Laura, tú y yo necesitamos hablar-dijo una vez que conectó su mirada con la mía.
Yo lo quedé viendo con asombro por que me había llamado por mi nombre, además, ¿de que tenemos que hablar?.
Puede que sea por lo que acaba de pasar, pero presentía que no era por eso.
CAPÍTULO 7
LAURA
No sabia que responder, sentía como mi cara se incendiaba, el lugar me asfixiaba y que él me estuviera viendo y que estemos solos
empeoro la situación.
-No puedo hacer esto Andreu, no ahorita-le dije con mis ojos llenos de lágrimas, trate de rodearlo para salir de su oficina, pero él me
cogió del brazo.
-Tu no puedes hacer esto, pero yo si, tengo que confesar lo que me atormenta todos lo dias-me acerco más a él hasta que estuvimos
pegados y nada solo el viento se interponía entre los dos.
-Laura, tu a mi me tienes loco, desde la primera vez que te vi, me obsesione contigo, tanto como lo hiciste tu y no lo niegues, porque
sabes que es verdad.
Tenía mi cabeza agachada y él con sus dos manos cogió mi cara y me hizo mirarlo a los ojos.
Quería hacerlo, me moria por decir eso, pero siempre trate de alejarme, incluso me metí con alguien mas pensando que así lo olvidaría,
pero resultó inutil, pero todo eso lo hice por que sabia que aun que me correspondiera, esto es más que prohibido.
-Claro que te deseo-pude ver como se le iluminaba la cara y estiró la comisura de su labio cuando dije eso-te deseo tanto Andreu, pero
esto no es correcto-su bella y perfecta sonrisa desapareció al instante que solté eso.
-Accedí a venir, porque pensé que usted me iba a regañar por lo que pasó en su clase, pero no se me pasó por la mente que usted me iba
a confesar algo que estaba esperando por meses.
Olía delicioso que cada segundo que estaba junto a él su olor se desprendía cada vez más y mis fosas nasales lo aceptaban gustosas.
-Usted cree que no se que es prohibido, mierda, claro que lo se, no estaria arriesgando mi trabajo por alguien, pero resulta que ese
alguien me tiene demente y aun que estado aguantando y creyendo que simplemente es un simple gusto, aqui estoy confesandole algo
que nos perjudicaria a los dos y sabe por que lo hago.
-Por qué me importa, porque ninguna otra mujer me ha hecho sentir como usted lo hace con una simple mirada.
Ahora si quería llorar, pero esta vez no por desesperación ni por miedo, si no por que jamas en la vida me espere que me hablaran así y
mucho menos el hombre que me tiene obsesionada de los pies a la cabeza.
-Por favor Laura, aceptame, aun que sea prohibido, corramos el riesgo juntos-dijo el
-Laura, se mi novia.
Me quedé viéndolo fijamente, no pude reaccionar, no sabía si había escuchado bien o mi mente me estaba jugando una buena.
Segundos después reaccione y supe que era verdad ya que él no dijo nada esperando una respuesta.
Sabía que lo que me estaba pidiendo era prohibido y que si algún día nos descubrieran todo se iría al carajo, pero lo que quería, o al
menos eso pensaba.
Aunque mi mente me decía que lo rechazara, porque algo iba a salir mal, mi corazón decía lo contrario.
-Si-solté bajito, pero sabia que habia podido escuchar cuando note que tenia una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.
-Si quiero ser su novia profesor Torres-no hubo respuesta por parte de el, por que ya había pegado sus labios con los míos,
Me agarro de la cintura para poder acercarme más a él, y yo profundice el beso abrazándolo con mis brazos por el cuello.
Duramos un largo rato así hasta que nos quedamos sin aire y no nos tocó más que separarnos.
Sentí como nuestra respiración era un vaivén, sin embargo el esbozo una perfecta sonrisa que yo seguí y mientras los dos sonreímos
pegamos nuestras frentes.
CAPITULO 8
LAURA
-No, no, no, esto no esta bien- me aleje de el dandole la espalda sintiendome culpable.
Tenia miedo, pero creo que el miedo que tenia no era por si nos descrubrieran, creo que mas es por lo que siento, por que jamas pense
que pasaria esto, vivia en una fantasia que creia que algun dia se iba acabar, pero despues de esto yo creo que es imposible.
-Laura, mirame y dime si realemente no quieres esto-senti su cercania detras de mi y a los segundos senti sus dos manos agarrar mis
hombros.
-Andreu yo…yo me tengo que ir-sin mas agarre mis cosas para salir, sin embargo no pude por que el me habia cogido del brazo.
-No, no puedo dejarte ir, eres mi obsesión y necesito calamar las ganas que te tengo desde hace mas de un año.
-No podemos hacer esto, entiendalo, corremos el riesgo que nos descubran.
-Sabes, tengo el presentimiento de que tu miedo no sea por que nos descubran, hay algo mas, pero si realmente no quieres, por mi
señorita Anderson puede retirarse-se le noto el enojo, bueno no sabia si estaba enojado, sin embargo me solto y yo como una cobarde
sali de ahi.
-Tengo que hablar con Valentina-camine por los pasillos, ya era hora de descando asi que la encontre comiendo en la cafeteria con las
demas.
-Hola chicas-todas giraron al momentoque me escucharon y me saludaron con una hermosa sonrisa.
-Vale podemos hablar-su pequeña sonrisa que se habia formado se le desvanecio de su cara, por que ya sabia que algo habia pasado.
-¿Qué paso?
le conte todo lo que habia pasado en la oficina de Andreu, y ella se quedo sorprendida, a mi se me quisieron salir las lagrimas.