Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Carta Magna o Gran Carta (en latín, Magna Charta libertatum: Carta Magna de
las libertades) fue la influencia primitiva más significativa en ese extenso proceso
histórico, que condujo a las leyes constitucionales actuales. En realidad, Juan sin
Tierra se vio forzado a aceptar y firmar el documento, ante los graves problemas
sociales y de política exterior que padecía el reino, por los miembros de la nobleza
anglosajona, que reclamaban los mismos derechos que los aristócratas
normandos (favorecidos por los Plantagenet, que también lo eran). La Carta fue
elaborada tras tensas y complicadas reuniones y, después de muchas luchas
entre los nobles, sería finalmente sancionada por el Rey en Londres el 15 de junio
de 1215.
Los 63 artículos del texto aseguraban los derechos feudales frente al poder del rey
y protegían otros: el derecho de la Iglesia a quedar fuera de la intervención del
Gobierno, los de todos los ciudadanos libres a poseer y heredar bienes, el de las
viudas con propiedades a decidir no volver a casarse, etc. Asimismo, establecían
garantías de igualdad ante la ley y contenían disposiciones que prohibían el
soborno y la mala conducta de los funcionarios. Por todo ello, la Carta Magna está
considerada un precedente de las constituciones modernas que limitan el poder
del rey o presidente a través de un consejo, senado, parlamento o asamblea y uno
de los documentos legales más importantes en el desarrollo de la democracia.
Dichos documentos aparecen por primera vez en las colonias inglesas de América
del Norte y después en los Estados Unidos de Norteamérica constituidos por
dichas colonias tras la independencia de Inglaterra. Con posterioridad, Francia se
incorpora al sistema de la Constitución escrita con la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano de 1789 y con la Constitución de 1791. De Francia, la
Constitución escrita se extenderá a todo el continente europeo a lo largo del siglo
XIX. Tras su independencia de España y Portugal, también en las colonias
hispanoamericanas se asumirá la idea de la Constitución escrita en dichos
territorios convertidos, desde entonces, en Estados independientes. De esta
manera, el nacimiento de las constituciones escritas se da en un lugar muy
localizado del contexto mundial y en los dos siglos siguientes se producirá un
proceso de expansión extraordinario, que hará de la Constitución escrita la forma
general de organización del poder en, prácticamente, todo el mundo. Se inaugura,
por consiguiente, la época del Estado constitucional. Por supuesto que la
diversidad de cada país se refleja en su propio texto fundamental; pero como ideal
al que se aspira y como término del que se hace uso, la Constitución se ha
convertido en un término universal.
REFERENCIAS