Está en la página 1de 10

Borrador – Uso interno

Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)


Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)

2. El papel de la teoría en la investigación e intervención


social

Como fuimos comentando a lo largo de todo el documento, la teoría cumple un rol muy
importante a la hora de investigar e intervenir, y la cuestión de fondo está sostenida en
discusiones epistemológicas de larga data que tratan de explicar que la construcción de
sentidos siempre se hace desde una perspectiva, ideología, teoría en particular1.

Una definición estrecha de teoría, la define como “el conjunto de proposiciones


lógicamente interrelacionadas del cual se derivan (siguen) implicaciones que se usan para
explicar algunos fenómenos.” (Sautu, 2005:48) De alguna forma, la teoría permite ir más
allá de las observaciones dando cuenta de relaciones, desnaturalizando la realidad para
poder problematizarla, y poniendo de manifiesto aquello que no se ve. “En palabras de
Stinchcombe (1968/70:14) ‘[Las teorías] son necesarias para explicar la pauta subyacente
en las observaciones sobre el mundo’” (Marradi et al, 2018:71) o, desde la perspectiva de
Weber, “la principal tarea de la teoría [es] mostrar lo no visto para dar cuenta de lo
observado.” (ibidem, 79).

Respecto de la investigación, la teoría (en sus diversos niveles) es la argamasa que


conecta, entre sí, a las diferentes etapas de la investigación derivando cada una de la
etapa anterior. En este sentido, “toda investigación es una construcción teórica que no se
reduce a lo que normalmente se denomina teoría o marco teórico, sino que toda la
argamasa que sostiene la investigación es teórica” (Sautu, 2005:17)

Cada una de las etapas de la investigación (y también de la intervención) tiene un núcleo


teórico que opera en favor de la validez de los estudios, sostenida en la lógica que -como
pudimos ver en la Figura 1- conecta el marco teórico, la formulación de los objetivos y de
allí el diseño de la investigación con sus métodos.

1 Si bien en esta perspectiva, teoría e ideología no son lo mismo, se utilizan aquí juntas para dar cuenta de
la construcción de sentidos.

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 1


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)

“El sostén de una investigación, el andamiaje sobre el cual se


construye, son las teorías, sus modelos de análisis y conceptos
que estructuran un área de conocimiento aportándole ideas,
planteándole dudas, sugiriendo hipótesis y preguntas que
eventualmente constituirán el objetivo de investigación."
(Wainerman y Sautu, 2011 pag. 180)

Sin embargo, es clave conocer los diferentes niveles de teoría y sus contenidos, porque
según sea el nivel donde estemos ubicados/as, formularemos la construcción necesaria
para la elaboración de los objetivos (Sautu, 2005):

1. Supuestos paradigmáticos.

Proposiciones o conjuntos de proposiciones sobre cómo y por qué


suceden los fenómenos en tiempo y espacio y las conexiones entre
ellos.
2. Teorías generales.

Proposiciones teóricas específicas según clases de sucesos y


procesos (en su formulación contienen la teoría general)
3. Proposiciones teóricas sustantivas.

Referidas a una parte de la realidad social, recortada por abstracción.


Nivel que conforma el andamiaje teórico de una investigación (su
diseño y objetivos).
4. Orientaciones conceptuales generales.

Proposiciones que no especifican su vínculo con la teoría general, pero


en la práctica dan sentido. Podríamos incluir aquí a conceptos
sensibilizadores (usados, especialmente, en metodologías
cualitativas).

En resumidas cuentas, los métodos elegidos para la construcción de la evidencia


empírica en la investigación social y los contenidos que se desarrollen durante la
investigación, dependen del enfoque teórico elegido “porque no hay observación sin
teoría y porque ésta a su vez es reinterpretada y reconstruida a partir de la evidencia
empírica.” (Wainerman y Sautu, 2011:180).

Los invitamos ahora a volver a pensar en el gráfico del proceso de investigación que
compartimos, en el que se evidencia la articulación compleja y permanente entre el campo

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 2


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)
y la teoría: la última le da sentido al primero, y el primero la interpela, la pone en discusión,
la mejora, la evalúa… y ¡hasta la transforma! En palabras de Sautu (2005:51) “el marco
teórico gobierna el diseño y desde allí a toda la investigación”.

Para reflexionar:

¿Es posible reconocer un problema de investigación sin


un punto teórico de partida? ¿Es posible separar los
métodos de recabado de información en el campo de los
objetivos de investigación? ¿Podemos construir objetivos
sin teorías? ¿Podemos pensar en una investigación sin
marco teórico o conceptual?

Responder estas preguntas nos acerca también a la cuestión de la teoría en el proceso


específico de la intervención, proceso que –como vimos– demanda también una
construcción de un problema, de objetivos, de métodos de construcción de evidencia
empírica, y de proyecciones de cambio en función de un marco teórico de sentido
(planificación).

Pero: ¿Por qué la teoría es importante también en la intervención?

Porque la intervención tampoco se realiza en el vacío: forma parte de un entramado de


sentidos previos, en la que el profesional (¡nosotros/as!) interpreta datos, diagnósticos y
posibilidades futuras a la luz de un marco teórico/conceptual determinado, desde la
concepción misma del problema a resolver. Además, como veremos en el último apartado,
el propio proceso de intervención y sus etapas (como es el diagnóstico de partida) cambia
permanentemente el marco en el que el investigador/interventor actúa, generando también
implicaciones de diverso orden.

Respecto de cómo la teoría actúa también en nuestras prácticas de intervención, podemos


tomar un pasaje de Marradi et al, 2018 que nos recuerda los aportes de Weber sobre las
implicaciones de la teoría: “la realidad es siempre abordada desde lo teórico, y lo teórico
implica valores, presupuestos, visiones y convicciones previas. (…) Con la incorporación
de la decisión valorativa [es decir, la incorporación de las ideas de valor del investigador
dentro de la teoría], Weber inserta la política en el campo de la teoría.” (Pág. 79)

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 3


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)
En otras palabras, teorizar tiene una significación política. Y la teoría que acompaña
una intervención es también de orden político, ya que proporciona la mirada necesaria
para identificar el problema y proponer los objetivos que transformarán una realidad
específica. Pensado así, la incorporación de teoría en nuestras futuras propuestas de
intervención (que pueden presentarse a modo de marcos conceptuales y/o
sensibilizadores) no sólo dotará de sentido a nuestro proyecto, sino que hablará de
nosotros/as mismos/as: en una intervención, lo teórico es político.

Para tener en cuenta:

¿Qué NO es un marco teórico?


(En base a Sautu, 2005:51-52).

- El estado del arte (es decir, la situación actual de conocimiento sobre un tema).
- Las fórmulas que expresan las relaciones entre variables.
- Las justificaciones del tratamiento del problema.
- La historia del fenómeno que se aborda.
- Las teorías generales de la sociedad y el cambio social (sólo es marco referencial del
marco teórico)
- Las reflexiones personales sobre la sociedad, la humanidad, el mundo, etc.

Las implicaciones de la intervención: diagnosticar ya es intervenir

Mencionamos ya que la intervención es un proceso que se desarrolla en el marco de


contextos complejos mediados por la propia relación con otros sujetos y, como tal, también
genera implicaciones de diverso nivel. En este sentido, un antecedente de lo que nos
proponemos desarrollar aquí respecto de las implicaciones éticas de la intervención,
refieren a la cuestión del lugar del investigador/actor en la construcción de la ciencia.

Luis Carrizo explica este debate a partir del pensamiento de Feyerabend quien indicaba
que:

“La ciencia dejó de ser un instrumento humano variable para explorar y


cambiar el mundo y se transformó en un sólido bloque de ‘conocimiento’,
impermeable a los sueños, deseos y expectativas humanas. Al mismo

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 4


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)
tiempo los científicos se hicieron más y más distantes, ‘serios’, ansiosos de
especial reconocimiento, e incapaces y carentes de la voluntad de
expresarse de un modo que todos pudieran entender y del que todos
pudieran gozar. (Feyerabend, 1993:185)”.

Esta mirada, en principio, deshumaniza el lugar del investigador y también del investigado,
en nombre de una asepsia y objetividad que –como adelantamos– es imposible. Como
reacción a esta perspectiva que vacía de sentidos la participación real del investigador en
el campo y coloca el foco en un positivismo impracticable, se presenta la propuesta de una
“objetividad dinámica” por la cual se ponen en valor las relaciones entre humanos y
naturaleza, observadores participantes activos en la construcción de los objetivos
científicos así como en la comprensión de la construcción.

Desde esta perspectiva, siguiendo a Carrizo, podemos decir que investigar ya es


intervenir y amerita una nueva concepción del sujeto y de realidad; así como una
producción de conocimiento más federalizada e integrada.

Considerando los antecedentes mencionados, la propuesta del autor respecto de la


intervención social consiste en suspender la pretensión de neutralidad (al considerar que lo
teórico es político); y reintegrar la subjetividad del investigador/observador de aquello que
se quiere conocer, poniendo en diálogo lo objetivo con lo subjetivo de forma sostenida.

Para Carrizo hay tres tipos de problemas de la investigación en ciencias sociales que
se presentan articulados y que, incluso, pueden responder a líneas paradigmáticas
contrapuestas:

1. El problema de comprender las actividades de los otros, su intencionalidad, el


marco de referencia de sus acciones. Una forma de ver este problema, se
evidencia en el antagonismo entre comprensión y explicación; resoluble desde una
relación dialógica en la que no hay una sin la otra, especialmente en ciencias
antroposociales. Carrizo citando a Morin indica “’Digamos más ampliamente: todo
lo que depende de la comprensión también puede depender legítimamente de la
explicación, a condición de que ésta no ahogue a la comprensión. Pues, mientras
que la explicación introduce en todos los fenómenos las determinaciones, reglas,
mecanismos, estructuras de organización, la comprensión nos restituye los seres,
los individuos, los sujetos vivientes.’ (Morin, 1988:165).”

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 5


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)
2. Otro tipo de problemas que se presentan, son los resultantes de la doble
hermenéutica de las ciencias sociales, por la cual investigador/investigado
(ambos) pueden actuar cambiando la realidad del otro, achicando la distancia entre
conocimiento científico y conocimiento vulgar y permitiendo que el conocimiento
salga del dominio privado hacia otros protagonistas. Este acercamiento, le da
herramientas al conocimiento científico para repensar presunciones objetivas y
acercarse a la realidad.

3. El último tipo de problemas a los que refiere Carrizo son los vinculados a la auto-
observación del observador. El límite por el cual “no vemos que no vemos” pone
un coto a la construcción del conocimiento, cuyo inicio de solución puede ser el
desdoblamiento del observador (por ejemplo quien programa el diagnóstico de una
intervención posible) en i) el sujeto que observa y ii) el objeto observado (por sí
mismo) a partir de tener un mayor conocimiento de las propias ideologías y así
llegar a la comprensión del otro. Aquí, el operador del conocimiento se transforma,
al mismo tiempo, en objeto del conocimiento.

Para este autor los tres campos problemáticos desarrollados dan cuenta de que lo que
está en juego es una concepción de la realidad y de la ciencia, y quien hace el ejercicio de
elucidar (“pensar lo que se hace y saber lo que se piensa” al estilo Castoriadis) es llevado
adelante por el actor técnico (en este caso, ¡nosotros/as!).

Como corolario de estas reflexiones compartimos un pasaje de Edgar Morin, útil también
para contextos de intervención social, según el cual reconocerse como sujeto en el
proceso de investigación, lejos de “ensuciar” la mirada pura de la realidad, integra a la
subjetividad en favor de la realidad.

“Hay que distinguir la realidad de la subjetividad de la ilusión del


subjetivismo (...) el desarrollo de la lucha contra el subjetivismo exige
el reconocimiento del sujeto y la integración crítica de la subjetividad
en la búsqueda de la objetividad”.

La ética en la intervención

Así como los diferentes campos de las ciencias sostienen preguntas, métodos y formas de
hacer legitimados, también hay un habitus que es constitutivo y nos ubica como
participantes del juego, capacitados (es decir, con poder) para la construcción del

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 6


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)
conocimiento social; a la vez que nos coacciona internamente. “Actúa en nosotros y por
nosotros, podríamos decir: juega el juego por nosotros.” (Heler, 2005:118)

Sin embargo, el mismo autor sostiene que somos más que habitus y casi tenemos la
obligación de ser más que eso: debemos abogar por transformar la dominación de lo
heterónomo (que nos coacciona por circunstancias donde los otros también juegan un
papel importante) en autónomo.

¿Pero cómo ganar esa autonomía en procesos de construcción social de


conocimiento y de sentido?

El autor sostiene que:

“La conquista de la autonomía implica la cooperación (operar "co-", en


conjunto, en colaboración). En vez de ordenar las interacciones por libre
consentimiento (aunque sea aparente), de coordinar la acción (co-
ordenarla), requiere el actuar, el hacer, el operar en conjunto, el
contribuir juntos a la producción.” (Heler, 2005:119).

Es a través de la dimensión ética de la intervención que tenemos el potencial de conquistar


la producción (colectiva, cooperativa, que brinda la potencia de la acción) frente a la
dominación. Según Heler (2005) como salir de la heteronomía nunca es total ni para
siempre, lo que nos queda hacer como investigadores o interventores es poner en práctica
la reflexión crítica.

Vale la pena leer:


Heler (2005) Ciencia Incierta. La producción Social del
Conocimiento. Disponible en http://bit.ly/2C2YhWu
Indicación de lectura:
- Capítulo 1: ¿Ciencia y ética?
- Capítulo 2: La garantía de verdad
- Capítulo 5: Un lugar para la ética
Páginas (según documento en línea): 1-25

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 7


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)

Ese tipo de reflexión es más que intercambiar pensamientos: es incorporarlos, hacer algo
con ellos, al punto tal de que “dejen huellas en el cuerpo” en un proceso de dilucidación
continua en el cual (como dijimos) “pensamos lo que hacemos y sabemos lo que
pensamos”. Para el autor, es ese tipo de práctica de reflexión profunda que nos da el
espacio para actuar y no ser actuado, para cooperar con otros y en el que hacer y pensar
trabajen juntos y complementariamente.

Dijimos que toda intervención tiene una dimensión de lo político y que es la teoría la
que construye ese puente, modelando también los ámbitos de acción. Heler (2005)
nos recuerda además que esa práctica de reflexión impacta en todas las dimensiones de
la práctica y, por ello, la reflexión sobre la dimensión ética “es al mismo tiempo política,
cognitiva, técnica, epistemológica...”. En este sentido, jugar el juego de “neutralidad” lo
único que hace es disimular la dominación. Como dice el autor:

“Entonces, en cada momento de la producción de conocimiento científico,


en cada toma de decisión, la deliberación tendrá que consistir en una
reflexión que, junto con las otras dimensiones, considera también la
dimensión ética, que atienda por lo tanto a cuestiones referidas a una
convivencia que siendo en principio heterónoma obliga a conquistar
autonomía.” (ibídem:121)

El diagnóstico como intervención

La propuesta de este taller de trabajo final de intervención considera nuestra participación


como profesionales enmarcada en todas estas discusiones que, a pesar de que parecen
lejanas o demasiado profundas, configuran en la práctica nuestro trabajo en los proyectos
que estaremos construyendo. En esa construcción se pondrá en juego tanto la teoría que
gobierna los objetivos y diseño de la intervención, como nuestra subjetividad que se
integrará explícitamente al proceso.

Como veremos, el proyecto de intervención –como todo proyecto- contiene


diferentes secciones que deberán desarrollar el tema general a abordar, la
institución a intervenir, el problema de intervención, el diagnóstico que presenta las
causas y consecuencias del problema desde su concepción teórico-conceptual, la
justificación de la intervención y el desarrollo exhaustivo de la propuesta que se
propone resolver la situación problemática inicial (intervención en sí misma).

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 8


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)
Sin embargo, el hecho de que la intervención sea una acción planificada en función de un
problema, no implica que nuestra subjetividad y su relación con la de los otros no se ponga
en juego en las etapas previas, mucho más a la luz de la dimensión ética que
mencionamos en el apartado anterior.

A modo de ejemplo, si entendemos una intervención como un proceso de alta


incertidumbre que se disminuye conociendo el problema lo más profundamente posible y
planificando las acciones de forma ordenada, el diagnóstico toma importancia y abre el
inicio del trabajo intersubjetivo. Es decir, nuestro trabajo con los sujetos involucrados en las
instituciones y procesos que relevamos para la definición y recorte del problema, que cabe
recordar siempre está inserto en procesos histórico sociales más generales.

En muchos casos, el trabajo de diagnóstico del problema de intervención implica el primer


acercamiento en el que será imprescindible explicitar nuestro lugar en esas relaciones, la
asimetría (si existe), los conceptos teóricos que le dan sentido a nuestras lecturas y la
construcción –muchas veces colectiva- de un punto de partida. En este sentido, el
diagnóstico ya es una intervención en sí misma: nos pone en situación de elucidación y
también advierte a los sujetos involucrados sobre los intereses en juego.

Así, uno de los desafíos del inicio de nuestros proyectos será encontrar el lugar justo
(teórico y subjetivo) en el cual nos ubicamos como profesionales/interventores y qué
realidad construimos a partir de las metodologías y métodos elaborados para el recabado
(e interpretación ¡nunca pura!) de los datos que nos darán elementos para advertir el
problema, ponerle nombre y apellido, y proponer un instrumento, acción, mecanismo para
su transformación o mejora.

La próxima unidad nos permitirá conocer los diferentes abordajes metodológicos y las
distintas ofertas de métodos (cuantitativos y cualitativos) posibles. Técnicas como la
observación, las entrevistas, encuestas, tratamiento de documentos y otras cuestiones en
torno al proceso de análisis de los datos e información recabados, serán de vital
importancia para la consistencia y solidez de nuestros proyectos de intervención.

Conocer estos instrumentos y su alcance será muy importante para el acercamiento al


campo de una forma profesional y consistente. Sin embargo, nunca debemos olvidarnos
de la discusión que nos atraviesa y que pudimos –aunque someramente- mencionar en
este último apartado: debemos usarlos con rigurosidad pero sin perder de vista la tarea de
pensar lo que se hace y saber lo que se piensa por medio de la reflexión crítica.

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 9


Borrador – Uso interno
Documentos de apoyo virtual (Taller de trabajo final – 2020)
Original de Maestría en Economía Social, Comunitaria y Solidaria - Autora: Verónica Xhardez)

Bibliografía utilizada

Carrizo, L. S.f. Sobre la ética en la intervención en Ciencias Sociales: Brechas, suturas y


desafíos para el desarrollo local. Uruguay: Centro Latinoamericano de Economía Humana.

Heler, M. (2005) Ciencia incierta: la producción social de la ciencia. Buenos Aires: Editorial
Biblos.

Marradi, A; Archenti, N. y Piovani J.I. (2018) Manual de metodología de las ciencias


sociales. Buenos Aires: Siglo veintiuno editores.

Palma, H. y Pardo, R. (2012) Epistemología de la Ciencias Sociales. Perspectivas y


Problemas de las representaciones científicas de lo social. Buenos Aires: Editorial Biblos.

Sautu, R. (2005) Todo es teoría. Objetivos y métodos de investigación. Buenos Aires:


Ediciones Lumiere S.A.

Wainerman, C. y Sautu R. (2011) La trastienda de la investigación. Buenos Aires:


Ediciones Lumiere S.A.

TTF- 2020 Material de Apoyo Pág. 10

También podría gustarte