Ingeniería Comercial. Mención administración. Profesor Juan Blaimont Ulloa. Gestión de personas III. La estrategia se refiere al plan de acción diseñado para alcanzar la meta específica con un enfoque sistemático a largo plazo, que implica la toma de decisiones y la asignación de los recursos para lograr la ventaja competitiva en el entorno empresarial. A su vez, implica identificar y aprovechar las oportunidades, evaluar riesgos y desafíos y establecer el camino hacia el éxito de la compañía, considerando a su vez que va en conjunto a la gestión de los recursos humanos con los objetivos que la empresa tenga en cuenta con distintos enfoques y modelos de la gestión de RRHH. Destaca la importancia de la planificación y el desarrollo propio de cada uno de los empleados que se envuelvan en el área donde se implementa la estrategia. Para poder lograr la ventaja competitiva que todas las empresas desean obtener, según Porter, la estrategia a llevar a cabo se divide en tres categorías principales. La primera corresponde al liderazgo en costos, la cual consiste en ofrecer productos o servicios a un precio más bajo que el que ofrecen los competidores, manteniendo la calidad de este, lográndose a través de la eficiencia en la producción y la optimización de los costos. La segunda categoría menciona en la diferenciación e innovación presente del producto, en la cual sea distinguida tanto de la oferta presente del mercado como también los consumidores, invirtiendo en investigación, marketing y branding estratégico. En tercer lugar, se menciona la segmentación de mercado, en donde se enfoca en un mercado específico con tal de atender las necesidades actuales que se tengan de la manera más efectiva y así adaptar la estrategia para la satisfacción de la demanda. Por otro lado, según Miles y Snow, existen cuatro tipos de estrategias que las organizaciones pueden adoptar. La primera corresponde a la defensiva, en donde se mantiene una posición estable del mercado, enfocada en la mejora de la eficiencia en gestión de operaciones, con tal de proteger la cuota de mercado (porcentaje del mercado que una empresa ocupa en comparación de la competencia) y así evitar los riesgos. En general es una estrategia conservadora y reactiva a los cambios del entorno. La segunda menciona que las organizaciones se caracterizan por su innovación y la búsqueda constante de nuevas oportunidades de mercado, aceptando la alta adversidad al riesgo y las ganas de ser los líderes de la industria a la cual pertenecen. En tercer lugar, hay un tipo de estrategia que combina las dos mencionadas previamente de una manera analizadora, que también busca mantener una posición estable en el mercado principal a la vez que están en búsqueda de nuevas oportunidades, observando de cerca a la competencia. Por último, existe un enfoque que no tiene una estrategia clara y sólo se dedican a adaptarse a los cambios del entorno que se presenten, generando que tengan dificultades de supervivencia a largo plazo. Antes de llevar a cabo una estrategia, tenemos que idear un plan que establezca los objetivos, acciones y recursos para que esta sea efectiva. Sin embargo, esta se puede ver dificultada por diversos factores, por ejemplo, la resistencia al cambio por parte de los empleados de la compañía, los cuales pueden deberse al temor sobre la inseguridad laboral, falta de comprensión de los beneficios que trae a la empresa y a ellos, como también puede ser el caso de que no quieren eliminar la cultura organizacional que tienen instaurada en su mente, como también la sensación de inseguridad respecto a cómo los cambios afectarán los roles y responsabilidades. Por otra parte, y siguiendo la línea de los recursos humanos, la implementación de nuevas estrategias requiere de habilidades y competencias específicas que algunos empleados pueden no poseer, por esto, la empresa debe encargarse de la capacitación de ellos, lo que, a su vez, puede afectar los costos de la empresa, o por el contrario, la contratación de nuevos talentos, aunque esta puede ser difícil ante la competitividad del mercado. También la falta de comunicación y de liderazgo efectivo puede dificultar la implementación de la estrategia, ya que es fundamental que los líderes que estén en la empresa comuniquen de forma clara y objetiva las funciones que sean necesarias para poder implementar el cambio, como también el poder motivar a los empleados con tal de que no tengan la incertidumbre presente respecto a sus puestos de trabajo, sin dejar de lado que la gerencia de la empresa debe ser quien brinde el mayor apoyo posible para la implementación de esto, y si existe un fallo en ella, el plan no podrá ser exitoso. De esto, se puede rescatar que, para la implementación efectiva de una estrategia en los recursos humanos de la empresa, presenta fortalezas como el compromiso que existe por parte de la gerencia, ya que, si este es sólido, puede ser mucho más exitosa y provoca que la cultura organizacional a su vez sea de estructura sólida y se encuentre alineada con la estrategia. Otra es que, si la organización cuenta con empleados talentosos y habilidosos, cuidarán lo más posible a esos empleados y se facilitará el plan ideado. Dentro de sus oportunidades, se encuentra el desarrollo de las habilidades que los empleados posean, ya que, al existir una capacitación, pueden llegar a contribuir de manera benéfica a la organización, como también la atracción de nuevos talentos con tal de cumplir los objetivos. Una oportunidad también es la mejora de la comunicación y del liderazgo con tal de poder sacar adelante los grupos de trabajo, y así reafirmar el compromiso de los trabajadores con la empresa. En contraste también debemos contemplar el lado negativo con tal de poder realizar las mejoras correspondientes. Dentro de las debilidades se puede observar la resistencia al cambio, ya que esta dificulta la implementación exitosa de la estrategia en los recursos humanos y hace que los avances que tenga la empresa se tarden o no puedan pasar a una siguiente fase. También, si los empleados carecen de habilidades, talentos, o competencias necesarias, y estos no comprenden como el trabajo que realizan contribuye a los objetivos, se generaría un retraso respecto a las necesidades de la gerencia, haciendo que el plan inicial sea retrasado. En las amenazas que presenta, se tiene la conciencia que es difícil atraer y retener a los talentos, por lo que, contratar y/o despedir al personal que no cumple las expectativas genera obstáculos en la estrategia, y además, la gestión de costos aumentaría, y se dispondría a la especulación económica-global existente. Ahora, si bien el enfoque estratégico y la implementación de recursos humanos están bien definidos en el contexto, es importante considerar que presenta desafíos notables, como la resistencia al cambio por parte de los empleados. Se sabe que cada vez más profesionales universitarios llegan a las empresas con ideas frescas e innovadoras, sin embargo, la mayoría de las personas que trabajan en esas empresas son aquellos que llevan bastante tiempo y ya tienen una cultura y costumbres arraigadas en su sistema, lo que genera la necesidad de las empresas en tener que invertir en la capacitación y el desarrollo del personal o provocar la rotación o despido de aquellos que no encajen en las necesidades de la empresa, lo que provocaría que, las personas de mayor edad se encuentren desempleadas y les cueste mucho encontrar trabajo en el área que se desarrollaban previamente. La diferencia generacional es una fuente importante de tensiones y obstáculos en el proceso de cambio. Si bien es valioso contar con profesionales jóvenes, no se debe subestimar la importancia de la experiencia y el conocimiento acumulado de aquellos empleaos que tienen mayor antigüedad en la empresa, ya que básicamente ellos saben cómo se maneja el puesto. Además, la inversión en la capacitación y desarrollo del personal implica generar mayores gastos en la empresa que quizás no eran considerados en un principio, sujeto también a la voluntad y empeño que los trabajadores hagan, lo que tampoco afirma que sea efectivo poder realizarlo y no se transforme a una pérdida de dinero. Es por esto que debe acompañarse de una gestión de cambio que involucre a todos los niveles de la organización, contemplando también que la resistencia al cambio no necesariamente viene por parte de los empleados más antiguos, sino que puede venir de cualquier edad y nivel de la compañía. Se debe implementar la gestión de cambio para luego poder implementar la estrategia, que implica adicionalmente mantener una comunicación constante y hacer que los trabajadores se involucren más en el proceso de toma de decisiones y la flexibilidad que se les puede dar. Como se mencionó, el invertir en capacitación y desarrollo del personal genera gastos significativos, y no tiene la certeza de ser efectiva si es que no hay compromiso. Por este motivo las empresas deben evaluar el retorno de la inversión que generan, con datos previos como con proyecciones a futuro. El contratar nuevas personas ya capacitadas también implica desafíos debido a que existe demasiada competencia y, a fin de cuentas, las empresas se pelean a esas personas y la que ofrezca mayor remuneración y beneficios será la escogida para la gran mayoría de las personas. Generalmente, hay que partir por si los objetivos establecidos son claros, alcanzables y si están alineados con la visión y la misión de la empresa, además de saber si se cuenta con las personas, y si esta tiene la suficiente flexibilidad y adaptabilidad al entorno, con tal de saber si es capaz de hacerle frente a los cambios y desafíos que puedan surgir a futuro, aprovechar las fortalezas y oportunidades que se presenten, y gestionar las debilidades y amenazas para poder enfrentarlas, ya que es parte del proceso que se encuentra en constante evolución. El enfrentarse a los cambios es difícil, pero el ser humano es un ser adaptable en todo sentido. En un principio nos aferramos a nuestra zona de confort sea por miedo a lo nuevo, como miedo a perder los beneficios que tenemos actualmente, sin embargo, todos los cambios que puedan surgir son para mejor; para nuestra estabilidad y nuestra propia realización.