Está en la página 1de 1

La publicidad aprende la lección

Lindbergh enseño de la manera difícil y dio una lección al ramo de publicidad lo que fue
en el mercado de valores por los años veinte lo fue en el negocio de la publicidad en la
década de 1960 o década go- go como se llamo

Mientras duraron los años 60 “TODO SE VALE” fue toda una orgia de marketing

En las fiestas era muy común “el juego todos a la alberca” y al fracaso se le daba poca
importancia se veía el dinero y a las personas destacadas. las empresas pensaban que
cualquier programa de marketing tendría éxito

Empero, los restos todavía los lleva la corriente a la playa: el Corfam de Dupont, la
cerveza de Gablinger, el Convair 880, la pasta dental Vote y el limpiador Handy Andy. El
mundo jamás será el mismo otra vez, ni tampoco el negocio de la publicidad.

Un presidente de una gran compañía de productos de consumo dijo: “Cuente con los
dedos de su mano la cantidad de nuevas marcas nacionales que se han lanzado con
éxito al mercado en los últimos dos años y no llegará ni al dedo meñique”

No es que las compañías lo hayan intentado. De hecho, cada supermercado está repleto
de estantes con marcas “medianamente exitosas”. Los fabricantes de esos productos de
imitación (o de segunda) se aferran a la esperanza de poder hacer una importante
campaña publicitaria que haga que sea parte del circulo ganador, pero Mientras eso
ocurra, se mantendrán ahí con cupones, acuerdos y exhibidores en los puntos de venta,
pero es difícil de conseguir ganancias y esa “importante” campaña publicitaria, aunque
ocurriera, tal vez no haga brillar a la marca y sea un rotundo fracaso

No es extraño que los gerentes se muestren desconfiados cuando se trata el tema de la


publicidad. En vez de buscar nuevos métodos para sacar el potencial de la publicidad,
solo inventan esquemas para reducir los costos de sus actividades y atestiguan el
surgimiento de agencias de publicidad con un solo cliente (house agency), servicios de
venta en los medios (media buying service) y comercio de trueque (barter deal), lo cual
es suficiente para hacer que un publicista se dedique al tranquilo negocio de los
helados.

El caos en el mercado es un reflejo de que la publicidad no funciona como antes. No


obstante, las viejas formas de hacer las cosas no se pierden fácilmente.

dicen los defensores del statu quo- “No hay razón por la cual la publicidad no pueda
hacer su labor siempre que el producto sea bueno, el plan resulte convincente y los
anuncios comerciales sean creativos.” Sin embargo, dichos defensores se olvidan de
una razón que es evidente y rotunda: el mercado mismo. El volumen actual de ruido en
el mercado es sumamente elevado.

Los mensajes preparados según los métodos tradicionales no tienen esperanza de ser
exitosos en una sociedad sobre comunicada como la actual. Para entender cómo
llegamos a donde nos encontramos hoy, convendría revisar rápidamente la historia de la
comunicación reciente.

También podría gustarte