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2019

Psicología Social
y Comunitaria
Unidad 5 y 6

Centro de Estudiantes
de Psicología
Unidad 5: Sec. Material de Estudio
1- Fernandez, A. - El campo grupal. Intro, Cap. 3, 4, 5 y 6. Pág. 1 a 26.
2- Percia - Notas para pensar lo grupal. Pág. 27 a 44.
Haciendo tus copias en la
Unidad 6: fotocopiadora del
1- Quiroga, A. - El concepto de grupo y principios organizadores internos. Pág. 45 a 56. Centro de Estudiantes
2- Pichón Riviere - Historia de la técnica de grupos operativos. Pág. 57 a 66.
3- Pichón Riviere - El concepto de portavoz. Pág. 67 a 72.
4- Pichón Riviere - El proceso grupal. Pág. 73 a 80. Ayudas a mantener
5- Del Cueto - El dispositivo grupal. Pág. 81 a 104.
el precio a
6- Fernandez - El campo grupal. Pág. 105 a 118.
7- Del Cueto - La salud mental comunitaria. Cap. 8. Pág. 119 a 130.

$0,78
8- Albizuri - Contribución del psicodrama a la psicoterapia de grupo. Pág. 131 a 144.
9- Pavlovsky - Dramatización y actuación. Pág. 145 a 148.
10- Pavlovsky - Las escenas temidas de un coordinador de grupos. Pág. 149 a 155.
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Secretaría Material de material.de.estudio_cep
Estudio - CEP
Capítulo 111
los reglamentos de la empresa. Su mejor rendimiento depende más de la interrelación
afectiva entre ellos que de las mejoras en sus condiciones de trabajo.57

Aparece por primera vez el planteo de una moral de grupo: todo el movimiento
LA DEMANDA POR LOS GRUPOS posterior de "Relaciones Humanas" tuvo su punto de partida en esta investigación que
demostraba la relación positiva entre productividad y actitud del grupo respecto a la em M
presa.

Fernandez - El campo Aquí entonces se encuentra una embrionaria idea de grupo asociada a un conjunM
to de, personas en intercambio informar afectivo; comienza a vislumbrarse la noción de
un plus que tendrá el grupo con respecto a la simple sumatoria de sus integrantes; dicho
plus se evidenciará por sus efectos: mayor rendimiento.

grupal Más allá de las múltiples objeciones ideológicas que este tipo de intervención psiM
cosociológica ha merecido, aquello que sus técnicos atribuían a un todavía misterioso
funcionamiento grupal, hoy podría pensarse incorporando conceptos como la noción de
transferencia institucionaF aportado por el Análisis Institucional. Sin duda se generaban,
entre los operarios que realizaron esta experiencia, "intercambios efectivos"; si bien ésM
A. La ilusión de los orígenes tos merecen ser analizados en su especificidad, es importante indicar la probabilidad de
que estos movimientos grupales estuvieran también marcados por la circulación de atraM
vesamientos de transferencia institucional positiva, que la inte!Vención del mismo psico­
La psícosocio!ogía nació en el cruce de numerosas disciplinas ya formadas o en curso sociólogo ponía en juego; quedaban así confundidos, en este caso, /os sistemas de refe­
de formación, tales como la psicología social, el psicoanálisis, la psicopedagogía, la so­ rencia grupal y los sistemas de referencia institucional.
ciología de las organizaciones, etcétera. Puede afanarse que el conjunto de conocimienM
Sí bien es comprensible que estas diferenciaciones fueran invisibles en los mo­
tos cuya preocupación son los grupos humanos tiene uno de sus puntos de origen en la
imperiosa demanda proveniente de la práctica social empresarial, con particular localiza­ mentos fundacionales de este campo de intervención merecen ser señalados en tanto
ción en los Estados Unidos en los años 20.56 con suma frecuencia puede observarse -aun hoy- atribuir capacidades intrínsecas a los
grupos que dejan en invisibilidad atravesamientos e inscripciones mucho más amplios
La introducción de este nuevo dominio del conocimiento había comenzado, sin que e! grupo mismo.
duda, con anterioridad a que tal demanda se hiciera operativo en encargos concretos.
Así los trabajos de Tarde, Me Dugall, Le Bon, e incluso las primeras investigaciones de Pero más allá de estas puntuaciones a posteriori -y posibles en función de desa­
rrollos disciplinarios más actuales-lo cierto es que el tipo de experiencias aquí señaladas
Moreno son anteriores a la Primera Guerra Mundial.
puso a los grupos por primera vez en el campo de mira de investigadores sociales, em­
Más allá de cierto interés histórico, estas "condiciones de origen" de las produc­ presarios y hombres de estado de los principales países centrales.
ciones técnico-investigativas de la microsociología poseen no poca importancia, por
cuanto, de una u otra manera, suelen mantenerse operantes en los corpus teóricos y en
Jos bagajes tecnológicos de diversas corrientes grupalistas. Por otra parte, las críticas a
su origen siguen siendo una de las principales líneas de objeción, no sólo ideológicas,
sino también teórico-epistémicas.
B. La dinámica de grupos
Las primeras inte!Venciones que luego darán lugar a la microsociología o estudio
de los pequeños grupos, fueron las de Elton Mayo (1 924) con sus ya célebres trabajos,
en los talleres Hawthome de la Western Electric Company, cerca de Chicago, donde se
Kurt Lewin, psicológico de la Escuela de Berlfn, emigrado en 1930 a Estados Unidos,
"descubre" que los trabajadores constituyen espontáneamente entre sí grupos informa­
aportó principios de la Gestaltheorie al estudio de la personalidad y posteriormente al es­
les, con vida y organización propias y cuyo código implícito determina !a actitud de los
tudio de los grupos. Esta había demostrado que la percepción y el hábito no se apoyan
mismos hacia el trabajo. Es decir que los individuos que componen un taller no son sim­
en elementos sino en "estructuras". La Teoría de la Gestalt puso en evidencia, experi­
plemente individuos sino que confonnan un grupo, dentro del cual han desarrollado "re­
mentalmente, refutando el asociacionismo, cómo en ciertas condiciones- cabe afirmar
des informales", es decir, vínculos entre ellos, como así también con los superiores y con

57 Anzieu, D. Op. cit.


56l.ourau, R. El análisis institucional, Amorrortu, Buenos Aires, 1975. 58 Lourau, R. Op. cit.

1
que "el todo es más que la suma de las partes''. Según esta corriente la explicación de De modo tal que, para Kurt Lewin, el grupo es una rea/ídad irreductible a /os indi­
Jos fenómenos perceptuales debía intentarse a través de una unidad de análisis -el cam­ viduos que la componen, más allá de las similitudes o diferencias de objetivos o tempe­
po perceptual- de un nivel distinto al de las unidades propuestas hasta entonces: las ramentos que pudieran presentar sus miembros. Es un especifico sistema de interdepen�
sensaciones. Lewin explicará la acción individual a partir de la estructura que se estable­ dencia, tanto entre Jos miembros del grupo como entre los elementos del campo (fina!i w
ce entre el sujeto y su ambiente en un momento determinado. Tal estructura es un cam­ dad, normas, percepción del mundo externo, división de roles, status, etcétera ).Aquí se
po dinámico, es decir un sistema de tuerzas en equilibrio. Cuando el equilibrio se quie­ diferencia de aquellos que plantean el factor constitutivo del grupo, en mera afinidad en­
bra, se crea tensión en el individuo, y su comportamiento tiene por tonalidad su restable­ tre sus integrantes.
cimiento.
El funcionamiento del grupo se explica por el sistema de interdependencia propio
En 1938 utiliza el método experimental (por primera vez en las investigaciones de dicho grupo en determinado momento, sea éste funcionamiento interno {subgrupos,
grupales) para trabajar la noción de campo dinámico, originándose la muy conocida ex­ afinidades o roles) o referido a la acción sobre la realidad exterior. En esto reside la fuer­
periencia con grupos de niños a través de la construcción experimental de tres climas za del grupo o, dicho más exactamente, en esto reside el sistema de fuerzas que lo im­
sociales: autoritario, democrático y ulaissez faire�.59 Habían partido de una hipótesis: la pulsa, es decir, su dinámica.61
frustración ocasiona la agresión; pero al concluir la experiencia pudo observarse que las
reacciones agresivas vallaban según Jos climas grupales, dependiendo esto del estilo de
coordinación. Las relaciones descubiertas en laboratorio sobre grupos "artificiales" pasan a ser
estudiadas luego en agrupamientos de la vida cotidiana: talleres, escuelas, barrios, etc.,
Dado que esta experiencia se realiza a comienzos de la Segunda Guerra Mundial
en la convicción de que el pequeño grupo permite vencer las resistencias al cambio y
alcanza gran celebridad. Da fundamento científico a la valoración del ideal democrático
provoca la evolución de las estructuras del campo social (fábrica, consumidores, opinión
al demostrar que en los grupos conducidos democráticamente la tensión es menor, pues
pública, etcétera). A partir de ese momento trabajará la temática del cambio social y la
la agresividad se descarga en ellos de manera gradual en lugar de acumularse y produ­
resistencia al cambio con la célebre experiencia de modificación de costumbres alimen­
tarlas de 1943. Trabaja sobre la resistencia de las amas de casa norteamericanas duran­
cir apatía o estallidos, como en Jos otros dos grupos. Concluye que el grupo democráti­
co, al alcanzar más fácilmente el equilibrio intemo, es más constructivo en sus activida •
te la Segunda Guerra a incluir achuras en la dieta alimentaria; se hacía necesario modifi­
des.
car estos hábitos en virtud de la falta de carne que e! abastecimiento de las tropas oca­
A partir de allí Lewin comienza a desarrollar sus hipótesis centrales sobre los gru­ sionaba.62
pos: e/ grupo es un todo cuyas propiedades son diferentes a la suma de las parles. Ef
"Descubre" que tomar una decisión en grupo compromete más a la acción que
grupo y su ambiente constituyen un campo social dinámico, cuyos principales elementos
una decisión individual; que es más fácil cambiar las ideas y las normas de un grupo pe­
son los subgrupos, los miembros, Jos canales de comunicación, las barreras. Modifican­
queño que las de los individuos aislados (costumbres alimentarlas, rendimiento en el tra­
do un elemento se puede modificar la estructura.
bajo, alcoholismo, etc.) y que la conformidad con el grupo es un elemento fundamenta!
E! grupo es un campo de fuerza en "equilibrio casi estacionario". Este equilibrio no frente a la resistencia interna para e! cambio. Se plantea la necesidad de reorientar la
es estático, sino dinámico, resultante de un juego de fuerzas antagónicas: por un lado, fuerza resistencias al servicio del cambio. En tal sentido !os dispositivos grupales que di­
las fuerzas que constituyen las partes en un todo; por otro las fuerzas que tienden a de� seña se le presentan eficaces para tal objetivo.
sintegrar al conjunto.
La Teoría del Campo elaborada por K. Lewin ofreció una gran posibilidad de estu­
Como puede observarse es una concepción netamente "gestaltista": el juego de dio de los grupos y dio lugar a vastísimas aplicaciones en sus discípu!os;Q hizo posible
fuerzas expuesto se piensa tan sól_o en relación al todo; lejos de que las partes puedan la consolidación de las "técnicas de laboratorio social" y la "Investigación-Acción", instru­
explicar ese todo, da cuenta de cada una de ellas en sus relaciones con todas las de­ mentos que han excedido en su implementación su lugar originario para aplicarse en
más.00 En consecuencia, uno de los problemas más importantes para Kurt Lewin y sus muy variados campos de las ciencias sociales. Los aportes de la Teoría del Campo han
colaboradores es la investigación de /a unidad del grupo y su pennanencia como totali­ tenido gran influencia en ámbitos muy disímiles; puede observarse incluso, la impronta
dad dinámica (de allí Jos numerosos estudios de esta escuela sobre la cohesión grupal, de algunos de sus postulados -aunque con importantes reformulaciones- en autores ar�
la relación de los miembros entre si, los procesos de interacción, etc.), como así tam­
bién, /as relaciones dinámicas entre los elementos y las configuraciones de conjunto. H a
nacido l a Dinámica d e Grupos.
61Dinámica: en un medio defmido, cierta distribución de fuerzas determina el comportamiento de
un objeto que posee propiedades defmidas.
62Anzieu, D. Op. cit.
59 Anzieu, D. Op. cit. 63 Véase Cartwight. D. y Zander, A Dinámica de grupos. Investigación y teoría, Trillas México,
60 Viet J. Los mitodos estructuralistas en Ciencias Sociales, Amorrortu, Buenos Aires, 1979. 1980.

2
gentinos como Pichon Riviére&-� y Bleger.65 También fueron tomados, en sus inicios, por estructura dinámica total se manifiestan con más claridad y pureza. En vez de una referencia
los psicoanalistas de la escuela kleiniana que abrieron dispositivos grupales en el área al promedio abstracto de tantos casos históricamente dados como sea posible, se da la que
corresponde al contenido concreto de una situación específica".oss
psicoterapéutica.

P. Sbandiw plantea que la concepción lewiniana del grupo como un todo significa
el abandono de la posición que coloca al individuo en primer plano. Señala, sin embargo, Muchas veces, en Psicología Social, la Teoría del Campo de Lewin fue interpreta­
que si bien Lewin acentúa· la interdependencia de, los miembros, mantiene invisibles los da en un sentido "g!oba!ista" o totalista, esto es, como si su aporte alas ciencias huma�
presupuestos sobre los que se funda tal interdependencia; considera, asimismo, que se� nas hubiera consistido en sostener la imposibilidad de dividir por análisis el campo y lue�
rán los aportes psicoanaliticos respecto a los procesos identificatorios, las relaciones go reconstruirlo desde las partes así obtenidas. Ya se ha dicho que aportó la premisa de
emocionales y los procesos inconscientes los que harán posible ahondar en esta cues­ la Gestaltheorie "el todo es más que la suma de las partes" para sus análisis sobre los
tión. grupos, pero la intención de Lewin iba mucho más lejos, en el sentido de especificar la
noción "estructural" mediante un tratamiento matemático. Así, por ejemplo, Alex Bavelas
llevó a cabo esta precisión trasponiendo la ''topología" de Lewin quizá lo·esencia! de su
teoría del campo- a una representación gráfica carente de ambigüedades.

A pesar de sus insuficiencias, la concepción estructural de Lewin siguió firmemen­


C. Criterios epistémicos de Kurt lewin te la tendencia metodológica apenas esbozada por los psicólogos de la Gestalt, que l!e�
vaba desde la simple descripción de las totalidades irreductibles, al análisis explicativo.
Sus aportes constituyen un intento de explicarlas interacciones observables por un siste­
Interesa resaltar de este autor. algunas posiciones epistemológicas desde donde pensa­ ma de leyes, que se intenta reconstruir por modelos matemáticos. Sin bien heredó de los
ba Jo grupal. Si bien es sabido que Kurt Lewin tomó diversas nociones de la Física, es psicólogos de la Gestalt la noción de forma como un todo organizado, no cayó como
importante señalar que no importó de esta disciplina tanto sus leyes como sus principios ellos en el reduccionismo fisicalista del equilibrio estático; sin embargo, mantuvo en co­
metodológicos; puso énfasis en la construcción teórica de conceptos que no derivan de mún con esta escuela el olvido de la perspectiva histórica. En virtud de que el campo
la experiencia. En ()inámica de la personalidad opone al concepto de ley aristotélico el sólo da cuenta de la conducta en un momento dado, se inscribe en una psicología de los
concepto de ley ga!ileano. Para el primero son legales e inteligibles las cosas que ocu­ estados momentáneos.69
rren sin excepción, también pueden incluirse las que ocurren con frecuencia; para esta De tal manera, el dinamismo del campo estructural fue pensado por Lewin en tér­
concepción los hechos individuales, que ocurren una sola vez, son mero azar y quedan minos estrictamente espaciales, dejando de lado la dimensión temporal y con ella la
por fuera de la legalidad.67 En cambio, para Galileo, que el hecho descripto por la ley perspectiva histórica.
ocurra raramente o con frecuencia no compromete la presencia de la ley; el caso puede
suceder una sola vez o varias, lo que interesa es que todo acontecimiento es legal. Resumiendo, la línea que va de Elton Mayo a Kurt Lewin reviste-importancia para
el presente análisis por cuanto Permite demarcar momentos clave para un intento de re­
La ley, para Lewin, es ley estructural ya que establece una relación funcional entre construcción genealógica de las teorizaciones sobre los grupos humanos. Es a partir de
los aspectos de una situación; asimismo el acontecimiento depende de la totalidad de la ellos y sus continuadores que se desarrolla una nueva disciplina, la Microsociologia. Más
situación, En el campo formado por la unidad funcional de persona y ambiente, la situa­ allá de sus derivaciones posteriores, están allí, en germen, muchas de las ideas que
ción es única, cambiante y caracterizada por la totalidad de las interrelaciones que se -aun hoy- es necesario elucidar.
dan en un momento determinado. Por ello, para la Psicología, según Lewin, no tiene
sentido establecer leyes de acuerdo al criterio aristotélico, en tanto éste toma en cuenta Por otra parte, fueron un jalón fundacional en el Dispositivo de Jos grupos, a partir
del cual se instituyeron formas grupales de abordaje en. distintas áreas de la realidad so­
los factores comunes a todas las situaciones o las que aparecen con más frecuencia. Se
cial. Los nuevos técnicos de allí surgidos comienzan a inscribir su práctica social en tal
debe proceder de acuerdo al criterio de la física ga!i!eana, que obligaba a tener en cuen­
ta. ante todo, la totalidad de la siTuación. dispositivo histórico. En el plano teórico aparecieron los primeros esbozos de búsqueda
y jerarquización de legalidades grupales.

Hasta aquí, entonces, para K. Lewin un grupo es un conjunto de personas reuni­


Lo que es ahora importante para la investigación de !a dinámica, no es abstraer un hecho de
das por razones experimentales o de su vida diaria, para realizar algo en común y que
su situación, sino descubrir aquellas situaciones en las que los factores determinativos de la
establecen relaciones entre sí; conformarán de esa manera una totalidad que produce
mayores efectos que los mismos individuos aislados. Es decir que el grupo es irreducti-
64Pichon R.ivi ére, E. Elproceso grupal, Nueva Visión, Buenos Aires, 1975.
65Bleger, J. Temas de Psicología, Nueva Visión, Buenos Aires, 1 9 7 1 .
66 Sbandi,P . Psicología de Grupo. Herder, Barcelona, 1976. 68Lewin, K. Op. cit.
67Lewin, K. Dinámica de la personal idad, Morata, Madrid, 1969. 69 Castorina, J. A. Explicación y modelos en psicología, Nueva Visión, Buenos Aires, 1973.
3
b!e a los individuos que lo componen, en tanto éstos establezcan un sistema de interde­ global y masificadora. Un todo pensado como un gran Único y no como /as diversidades
pendencia; en esto radicará la fuerza o dinámica de un grupo. de Jo Múltiple.73

Así como los pensadores post-estructuraiistas intentan, en los últimos años, pen­
sar otras formas de articulación entre acontecimientos y estructura, de manera tal que el
D. Primer momento epistémico: el todo es más que la suma de las partes
primero no sea meramente un efecto de la segunda, también se inclinan a considerar
otras formas de relación todo-partes. En ese sentido resultan de interés para la reflexión
del tema los aportes de Deleuze y Guattari. 74 Estos autores señalan que esta cuestión ha
La pregunta por el grupo, en tanto ''todo más que la suma de las partes" se ha constitui­
sido tradicionalmente mal planteada tanto por el vitalismo como por el mecanicismo clá­
do en un interrogante clásico en la historia de la llamada Psicología de Jos Grupos. A
sicos, en tanto el todo es considerado como totalidad derivada de partes, o como totali­
partir de la aplicación que K Lewin realiza de esta premisa de la Gestaltheorie a los gru­
zación dialécti � . Es así que dirán:
pos, ha sido divisoria de aguas con respecto al tema. Fuertes a priori conceptuales han
orientado las tomas de posición de totalistas y elementalistas. 70

Este aporte de la Gestalt a las primeras conceptualizaciones sobre los grupos re­ Ya no creemos en esos falsos fragmentos que, como !os pedazos de una estatua antigua, es­
salta la idea de totalidad, afirmando un jalón importante a favor de la búsqueda de la es­ peran ser completados y vueltos a pegar para componer una unidad que además es la unidad
de origen. Ya no creemos en una totalidad original ni en una totalidad de destino. Ya no cree­
pecificidad disciplinaria; crea las bases para que pudieran particularizarse estos conjun­
mos en la grisana de una insulsa dialéctica evolutiva que pretende pacificar los pedazos li­
tos, hasta el momento diluidos entre Individuos y Sociedades. De esta forma, a partir de mando sus bordes. No creemos en totalidades más que "a! lado". Y si encontramos una totali­
estos principios de demarcación se crean las condiciones para la producción de disposi­ dad ta!, al lado de partes, esta totalidad es un todo "de" aquellas partes, pero que no las totali­
tivos técnicos y la organización de los primeros discursos sobre la grupalidad. za, es una unidad "de.. todas aquellas partes, pero que no las unifica, y que se añade a ellas
como una nueva parte compuesta aparte.
Sin embargo, la relación todo-partes es un problema cuya respuesta es siempre
compleja; porque aun aceptando que el todo fuera, en los grupos, más que la suma de
las partes, ¿cómo categorizar tal plus?, ¿qué relación se asigna al todo con respecto a Es interesante la reformulación planteada por estos autores en tanto acentúan el
las partes? carácter que posee lo múltiple: irreductible a la unidad. De tal manera piensan el todo
El tratamiento de la relación todo-partes ha tenido diferentes formas de abordaje. como producido, como una parte al lado de las partes que ni las unifica ni las totaliza
Planteos estrocturalistas posteriores a la Gestalt, indicaron que el problema no pasaría sino que se aplica a ellas organizando relaciones transversales entre elementos que
por comprobar que el todo fuera más que la suma de las partes, o igual, sino si -en ese mantienen toda su diferencia en. sus propias dimensiones.
todo las partes organizan relaciones, y qué tipo de relaciones conforman (ya sea entre La relación todo-partes no reviste una importancia meramente especulativa sino
ellas o entre las partes y el todo). Establecidas las relaciones de las partes entre sí, y que es decisiva tanto en la forma de teorizar lo grupal como en las formas de interven­
con el todo, no seria una refutación al planteo que hubiera situaciones aditivas entre par� ciones interpretantes de los coordinadores. 75
tes71 o momentos de particularización de partes. Al mismo tiempo, para un interés es­
tructuralista, la relación todo-partes se inscribió posteriormente en la necesidad de deli­
mitar una estructura subyacente, de la cual todo movimiento grupal es efectoY De tal En síntesis, el reconocimiento de un todo: el grupo, ha tenido una importancia his­
forma para tal perspectiva el problema de la redefinición de la relación todo-partes queda tórica en la demarcación de los sabores y quehaceres de la grupalidad. Posiblemente ha
cruzado por la relación acontecimiento-estructura: ésta parece operar como un verdade­ sido la forma intuitiva, embrionaria, de demarcación de un campo propio para los fenó­
ro a priori conceptual, en virtud del cual se "resuelve" la tensión a favor del polo estructu­ menos grupales, no reductible a los fenómenos individuales. En ese sentido, también
ra, se subsume el polo acontecimiento y éste pasa a circular como mero efecto de es­ puede pensarse que el campo semántica en una de sus figuraciones: círculo, debe ope­
tructura. rar significancia en el término todo.

En ese sentido, se hace necesario diferenciar la importancia que ha tenido la pun­ El grupo imaginado como un todo más que la suma de las partes, constituye un
tualización del grupo como un todo de algunas de sus consecuencias teórico-técnicas; primer momento epistémico en la institucionalización de saberes y prácticas grupales.
muchas veces, al pensar la relación partes-todo desde criterios homogeneizantes, se su­ Tal vez no fuera exagerado afirmar en ese sentido. que esta premisa ha configurado un
bordinan las particularidades, diferencias, singularidades a una totalidad homogénea, imaginario fundador de este campo disciplinario, es decir, ha operado -como diría Be-

70 Véase capítulo ll.


71Castorina. J.A. Op. cit. 73 Véase "El todo no lo es todo" (capítulo JV).
72 Bohosl avsky, "Grupos: propuestas para una teoría", Rev. Argentina de Psicología, D0 22, Bue­ 74 Deleuze, G. y Guattari, F. El anti-Edipo, Barra!, Barcelona. 1972.
nos Aires, diciembre 1977. 75Se retoma esta cuestión en los capítulos fV y V.

4
noistJ6 un espacio de proposición, no necesariamente demostrable, que ha orientado !a Con respecto a K. Lewin, también desarrollará sus trabajos en un candente mo­
bUsqueda de la especificidad del campo. De allí la importancia de su puntualización para mento político. Como ya se dijo, sus investigaciones dieron fundamento científico a los
una genealogía de lo grupal. ideales democráticos; pero ¿qué idea de democracia está allí en juego? la democracia
entendida como libre discusión; la discusión democrática como resorte de los pequeños
grupos para aliviar tensiones.

Por otra parte, los técnicos capaces de incidir sobre los cambios de hábitos, orien­
E. Análisis de la demanda tación del consumo, es decir, los técnicos de grupo, se volverán cada vez más impres­
cindibles7" en una "cultura" industrial que implementará la sociedad de consumo como
alternativa para salir de una de sus crisis económicas más severas.
¿Cual es la situación político-económica que atraviesa la sociedad norteamefjcana en._el
momento en que Eltcin Mayo realiza su intervención eri la WeStem E_lectric Company?n Desde E. Mayo y K. Lewin se organiza una disciplina: la Dinámica de Grupos;
Ya en una etapa de gran empresa los empresarios comienzan a comprender la necesi ­ desde su inicio acoplará campo de análisis y campo de intervención; las primeras investi­
dad de regularla producción en todos sus aspectos: maquinaria, mano de obra, distribu­ gaciones sobre grupos surgen en respuesta a una demanda económico-politica, dando
lugar al "Dispositivo Grupal". He allí una de las características del dispositivo foucau!tia­
ción. Es la época de la organización científica del trabajo (Taylor). El técnico sobresalien­
no: "formación que en un momento histórico determinado, ha tenido como función princi­
te en ese momento de la sociedad industrial es el ingeniero-organizador con su gran
aporte tecnológico: el trabajo en cadena; este sistema fue suprimiendo cada vez más el pal responder a una urgencia; el dispositivo tiene pues una función estratégica dominan­
trabajo viviente, pero !os inconvenientes e insuficiencias que el taylorismo creyó poder te"_ao
subsanar mediante una racionalización cada vez más avanzada, aparecían ahora como ¿Cual urgencia? Sin duda, mantener y mejorar el nivel de producción de la gran
"disfunciones" ligadas al factor humano. empresa, estimulando las relaciones informales entre los operarios; la futura disciplina
Donde se creía que el organigrama solucionaba todos los problemas, nacerá el in­ de las Relaciones Humanas ha construido aquí uno de sus pilares fundacionales. Pero
también reforzar los ideales democráticos, operar sobre el consumo, etc.; la Dinámica de
terés por el sociograma; de los dos aspectos indisolubles del proceso del trabajo: las re­
Grupos se expandirá rápidamente por diversos campos: empresarial, educacional, de
laciones materiales del individuo con los objetos de la producción y las relaciones socia­
mercado, etcétera. Por tanto, urgencia situada históricamente, en función de imperativos
les de los trabajadores entre ·sí, se había descuidado el segundo.
económicos y políticos del sistema del que forma parte.
Se comenzaba a ver que detrás del efecto humano -la "holgazanería" del obrero,
El momento y el lugar en que surgió la Dinámica de Grupos no fueron accidenta­
les. La sociedad norteamericana de los anos '30 proporcionó el tipo de condiciones ne­
según Taylor- había una respuesta que el operario dirigía a un sistema de relaciones im­
personales frustrantes; esta intuición pasa a considerarse una de las claves para enten­
cesarias para que surgiera este movimiento. Entre ellas merece destacarse la apuesta
der el mal rendimiento.
que los sectores hegemónicos de dicha sociedad habían realizado en favor de la ciencia,
Surge así el encargo a Elton Mayo; demanda social que pone en evidencia un va­ la tecnología y la solución racional de sus problemas como pilares de su progreso. La
cío: la carencia técnico-socia! frente a Jos problemas que, en este caso, las nuevas for­ convicción de que una democracia puede mejorar tanto la naturaleza humana como la
mas de producción generan.78 Los nuevos problemas ya no pueden ser resueltos me­ sociedad a partir de la educación, la religión, la legislación y el trabajo duro. Desde esa
diante las técnicas de racionalización; exigen la intervención de nuevos especialistas, de perspectiva comienza a desarrollarse la inversión económica en la investigación y ésta a
tal modo que al ingeniero-organizador suceden los técnicos en grupos, Jos expertos en considerarse como un motor fundamental de resolución de los problemas de la sociedad;
relaciones humanas, quienes se adelantaron a "elaborarlas frustraciones" que la crisis es decir que se va consolidando la creencia de que el sistemático descubrimiento de los
de los años treinta agravaría para las mayorías de la sociedad norteamericana. hechos facilitaría la solución de "problemas sociales". Así cuando luego de la Segunda
Guerra Mundial comenzó la rápida expansión norteamericana ya estaban preparados
para dar. apoyo financiero a dicha investigación; ésta provino no sólo de instituciones y
76Benoist, J.M. Op. cit. Según este autor Jos imaginarios fundadores tienen el poder de poner des­ fundaciones académicas, sino también de empresas y organizaciones interesadas por
de una disciplina en formación nociones que para el consenso de la época resultan poco acepta­ "mejorar las relaciones humanas" y por el propio gobierno federaL 81 Junto a estos facto­
bles. Son cuerpos de proposiciones fundacionales que se caracterizan por un alto nivel de recu­ res, cabe señalar que parte del mundo académico norteamericano de la época habla ini­
rrcncia y por las polémicas que desatan. ciado su "rebelión empírica en las ciencias sociales"82 que opondría a la especulación
77 El análisis de esta demanda pone de manifiesto el entrecruzamiento de los espacios científico,
ético y político señalados en el capítulo lll. 79Sobre el carácter no natural de las necesidades sociales, véase Castoriadis, C. Op. cit.
7SLourau, R. Op. cit. Se distingue encargo y demanda en el mismo sentido que este autor. Para un 80Foucault, M. El discurso del poder, Folios, México, 1983.
análisis detallado de estos términos, véase Woronowski, M. Píchon Riviére y la crítica de la vida 81 Cartwright, D. y Zander, A Dinámica de grupos. Investigación y teoría, Trillas, México, 1980.
cotídiana, Dto. Publicaciones, Facultad de Psicología, UBA, 1988. 82 Cartwright, D. y Zander, A. Op. cit.

5
sobre la naturaleza de los fenómenos humanos la necesidad de investigar experimental­ Por otra parte se hace necesario superar cierto maniqueísmo derivado muchas
mente los fenómenos sociales cobrando rápido e importante desarrollo una psicología veces de las posturas epistemológicas althuserianas que postularon rupturas un tanto
social de metodología experimentar. ilusorias entre momentos precientíficos o ideológicos Y momentos científicos, a partir de
la constitución del objeto formal abstracto de una disciplina, subestimando la necesidad
Interesa en este punto contrastar la demanda social en la que se inscribió la mi­
de la articulación entre ciencia y práctica social, entre la productividad de los saberes y la
crosociologfa empresarial norteamericana con las condiciones de producción que hicie­
eficacia de los poderes. Así puntúa Foucault la articulación saber-poder, en tanto todo
ron posible la invención y posterior despliegue de los grupos operativos a partir de Pi­
campo disciplinario mantiene con respecto al poder efectos de eficacia y con respecto al
chon Riviére en la Argentina.
saber efectos de productividad.
Desde su mítica intervención en el Hospicio de las Mercedes83 y la Experiencia
Por lo tanto e/ análisis de un campo disciplinaro
i -en este caso los discursos y téc­
Rosario84 que dieron los primeros diseños de trabajo, pueden puntualizarse algunas dife­
nicas grupales- deberá pensarse en tanto conjuntos de conocimiento que produce dicho
rencias. Tal vez la más significativa sea que no surgen desde un requerimiento de los
campo, el. ucidando cómo se articulan -en cada caso- estas producciones de conocimien­
centros de poder institucional, ni los orienta la intención de consolidar hegemonías insti­
to con los)uegos de poder e interrogándose en qué estrategias de saber-poder desarro­
tuidas. Muy por el contrario, sus localizaciones iniciales, como muchos de sus desarro­
llarán sus prácticas sociales /os técnicos de tal campo disciplinario. La conjunción de lo
llos posteriores, se implantaron en los márgenes de las instituciones o en los intersticios
antedicho, crea condiciones para poder delimitar qué zonas cobrarán visibilidad e invisi­
de las hegemonías; en muchos casos fueron animados por marcadas utopías contrains­
bilidad para tal campo disciplinario y cuáles se mantendrán necesariamente invisibles y
titucionales. 6
no enunciables. 8
Si las latencias de una demanda social ponen en evidencia un vacío ¿a que ur­
En este sentido es importante subrayar que la misma relación que define lo visible
gencia del socius los grupos operativos fueron respuesta? Esta demanda por los grupos
de un campo teórico y su práctica, define lo invisible; dicho campo demarca lo visible
en la Argentina (décadas del 60 y 70) se produce en un cuerpo social agitado, momento .
como lo exclu ldo de su visibilidad, es decir que contiene lo visible como su propia dene­
de auge de las luchas populares. Gran parte de la intelectualidad de los '60 se caracteri­
gación, de tal forma que los futuros nuevos objetos, son hoy los objetos prohibidos de la
zó por estar imbuida de fuertes utopías sociales. Muchos de los profesionales del campo
teoría; ésta atraviesa sus no objetos sin verlos, para no mirarlos. 87
"psi" que implementaron estas prácticas fueron críticos de los autoritarismos instituciona­
les: jerarquías médico-hospitalarias, autoritarismo psiquiátrico-manicomial, pirámide A ­ En un sentido genealógico sería útil pensar cuál ha sido la obligatoriedad de ver
P.A., verticalidad e n los espacios educativos, etcétera. -en los primeros dispositivos grupales- al grupo centrado en el grupo, como un todo auto­
rregulado y autónomo, plegado sobre sí mismo, el "grupoMisla", como ha sido denomina­
Junto con otras formas de abordajes grupales, como por ejemplo el psicodrama
do en un trabajo anterior.ss
psicoanalítico, los grupos operativos fueron instrumentos claves para el trabajo en los
espacios públicos. En tal sentido, construyeron un fuerte anclaje emblemático para aque­ Los dispositivos grupales que se produjeron desde Mayo-Lewin, necesariamente,
llos jóvenes profesionales de la salud que luego se denominaron trabajadores de la dada la demanda social a la que respondieron, debieron mantener en la invisibilidad los
salud mental. atravesamientos institucionales, políticos e ideológicos en los que, sin embargo, queda­
ron inscriptos tanto sus discursos de la grupalidad como sus intervenciones técnicas.
Más allá del derrotero posterior de los grupos operativos -su propia institucionali­
zación- interesa subrayar que desde sus consignas de "aprender a pensar'', "romper es­ No debe subestimarse, sin embargo, que tales dispositivos hicieron posible la visi­
tereotipos", "elaborarlas ansiedades frente al cambio" crearon condiciones para que pa­ bilidad de importantes mecanismos de funcionamiento de los grupos: liderazgos, roles,
labras y cuerpos sofocados en las jerarquías instituidas pudieran ponerse en movimien­ dificultades en la toma de decisiones, cambio, resistencia al cambio, juegos tensionales
to, afectarse en otras formas sociales, abrir nuevos sentidos para las prácticas colecti­ dentro del grupo, etcétera. A partir de estas visibilidades posibles, se organizaron sus
vas. enunciables. Junto a estos visibles dejaron como sus invisibles necesarios !os procesos

En realidad, en el surgimiento de toda disciplina hay una urgencia histórica que la


hace posible y "necesidades" sociales que orientan su desarrollo; es decir, que no hay
85 Tal vez el psicoanálisis sea un ejemplo paradigmático de estos impensables; son sumamente su­
excesivo azar en el "sociusH,. Al mismo tiempo, el entramado social en que muchas disci­
gerentes los análisis de la inscripción social de sus prácticas en las estrategias biopolíticas: Fou­
plinas y profesiones inscriben sus prácticas, suele constituirse en un impensable signifi­
cault, M. Historia de la sexualidad, Tomo I, Siglo XXI, México, 1978; Donzel ot La policía de las
cativamente resistente.85
familias, Pre-Textos, Valencia, 1979; Castel, R. Elpsicoanalismo, Siglo XXI, México, 1980.
86Foucault, M. L'archéologie du savoir, Gallimard, Paris, 1969.
87Ducrot y otros. ¿Qué es el estructura!ismo?, Ed. Losada.
83 Zito Lema, J., Conversaciones con Enrique Pichon Riviáe. 88 Femández, A.; Del Cuete A. "El dispositivo grupal", en Lo Grupal 2, Búsqueda, Buenos Aires,
84 Pichon Rivii:re, E. El proceso grupal delpsicoanálisis a lapsicología social l, Nueva Visión, 1985.
Buenos Aires, 1977.

6
inconscientes que atraviesan tales mecanismos como así también la inscripción institu­ Jos que se intentará dar respuesta a múltiples problemas que el avance de la moderni­
cional y sus eficacias en el seno mismo de tales mecanismos grupales. dad despliega.

Esto no significa crítica a supuestos errores, sino puntuación de las nuevas y ne­ El Dispositivo de los Grupos cuenta con varias localizaciones fundacionales, que
cesarias visibilidades en el intento de comprensión de las producciones de posteriores crean las condiciones para la institucionalización de tecnologías grupales en los más va­
enunciados de la grupalidad. Ya que si -como se ha subrayado- lo invisible es aquello riados campos de aplicación. Su rápido desarrollo evidencia que ha sido respuesta a una
excluido de la visibilidad, lo prohibido de ser visto, también es importante puntuar que, urgencia histórica" que la hizo posible y a necesidades del soclus que la desplegaron. A
cuando un campo teórico se rearticula, transforma en nuevas territorialidades, aquellas su vez en el mismo proceso que se instituyeron este tipo de intervenciones se delimita­
zonas que, en la demarcación anterior, ni siquiera habían sido advertidas. De alli la im­ ron sus recortes disciplinarios, se consolidaron sus discursos y se establecieron sus im­
portancia para una genealogía de lo grupal, de puntua\lzar las zonas de visibilidad y pensables.sl
enunciabilidad que una corriente abre, y cuáles quedan por fuera Qe su· óptica, :a la espe-
En cambio, cuando se utiliza la expresión dispositivos grupales se hace referencia
ra de futuros investigadores.
a las diversas modalidades de trabajo con grupos que cobraron cierta presencia propia
Esta forma de análisis mas que buscar acuerdos o desacuerdos con los autores en función de las características teórico-técnicas elegidas, como también de los campos
que se abordan, se propone una actitud de indagación critica para realizar algunas notas de aplicación donde se han difundido. Así, por ejemplo, puede hablarse de dispositivos
en el trazado de una genealogía del campo disciplinario, una mirada histórica que más grupales psicoanalíticos, psicodramáticos, de grupo operativo, gestálticos, etcétera.
que organizar una cronología pueda dar cuenta de las condiciones de constitución de Cada uno de ellos crea condiciones para la producción de determinados efectos de gru­
sus saberes y dominios de objeto; que pueda pensar no meramente e! "desarrollo" con­ po -y no otros-; son en tal sentido virtualidades específicas, artificios locales de los que
ceptual de sus ideas, sino a éstas y las áreas problemáticas que el campo del saber se espera determinados efectos.
inaugura como la compleja articulación de: la urgencia histórica que la hace posible, las
Los dispositivos grupales forman parte del Dispositivo de Jos Grupos, en la medida
necesidades sociales que la despliegan, los a priori conceptuales desde donde ordena
en que históricamente, a partir de las primeras experiencias de K. Lewin y E. Mayo por
sus conocimientos y /os dispositivos tecnológicos que inventa.
un lado, las experiencias de Moreno y el diseño de la clínica psicoanalítica de instancias
por otro, se inaugura una modalidad que abre espacios de un número numerable de per­
sanas para la producción de efectos especificas en diversas formas de intervenciones
institucionales.
F. El nacimiento de lo grupal
Quiere acentuarse de esta manera el carácter virtual de los efectos de grupo, dife­
renciando estas elucidaciones de aquellas animadas por un interés óntico: precisar qué
Antes de avanzar se hace necesario aclarar el sentido en que se utilizan los términos es un grupo. Por el contrario, se sostiene -en un sentido genealógico- que aquello que
Dispositivo de los Grupos y dispositivos grupales.as El primero se refiere a ta aparición las diferentes orientaciones en el campo de lo grupal han abierto como visibilidad con
histórica -a partir de 1930,1940 aproximadamente- de ciertos criterios en virtud de los respecto a qué son los grupos muchas veces han s[do capturadas por los efectos del
cuales comenzó a pensarse en artificios grupales para "resolver" algunos conflictos que dispositivo montado; sin embargo, han generado la ilusión de haber hallado característi­
se generaban en las relaciones sociales. Adquieren visibilidad conflictos humanos en la cas esenciales de los grupos.
producción económica, en la salud, en la educación, en la familia y las instancias organi­ Se trata de problematizar tal esencia!ización por cuanto se afinna que las áreas
zativas de la sociedad pasan a considerar estas cuestiones como parte de los problemas de visibilidad abiertas y sus enunciados son producto de la compleja articulación de la
que deben resolver. demanda social a la que responde, de su posicionamiento en la tensión de lo singular y
Las tecnologías- previamente existentes son consideradas ineficaces; Jos conflic­ lo colectivo, de los dispositivos grupales montados y de sus impensables institucionales.
tos puestos de manifiesto exigen otras formas de intervención y especialistas adecuados Los gropos no son Jo grupal. Ya Bion92 había intuido algo de esto cuando señala�
a tales fines. ba que los requisitos tales como que un conjunto de personas se reúna en un mismo lu­
Desde diferentes puntos de iniciación se inventa una nueva tecnología: el Disposi­ gar y al mismo tiempo son sólo necesarios para hacer posible el estudio de los grupos,
tivo de los Grupos; aparece un nuevo técnico: el coordinador de grupos; se gestiona una
nueva convicción: los abordajes grupales pueden operar como espacios táctico�0 con 90 Fernández, A., Del Cueto, A. "El dispositivo grupal", en Lo Grupal2, Búsqueda, Buenos Aires,
1985. También puede observarse en Lo Grupal4, Búsqueda, Buenos Aires, 1987, que O. Saidón
en "Modernidad inconsciente y Grupos" utiliza este término en sentido similar.
89 En trabajos anteriores, el uso de ambas expresiones se encuentra menos discriminado; para su 91 Como podrá observarse se intenta dar aquí al término Dispositivo de los Grupos un sentido
m�jor precisión han sido de gran utilidad las puntuaciones y criticas del Lic. Roberto Montenegro, foucaultiano. Foucault, M. Historia de la sexualidad, cit.
docente de la cátedra de Teoría y Técnica de grupos. Facultad de Psicología. UBA. 92 Bion, W., Experiencias en grupos, Paidós, Buenos Aires, 1963.

7
así como para que sea posible demostrar una relación de transferencia, es necesario
Capitulo IV
que el analista y el analizante se reúnan. Decía este autor:

HACIA UNA CLINICA GRUPAL


sólo si Jos individuos se acercan suficientemente unos a otros es posible dar una interpreta�
clón sin necesidad de gritar, de la misma manera es necesario que todos los miembros de un
grupo puedan comprobar los elementos en los que se fundamentan las interpretaciones. Por
estas razones el número y e l grado de dispersión del grupo deben ser limitados. El hecho de
que el grupo se constituya en un Jugar detenninado y en un momento detenninado, es impor­
tante por las razones mecánicas seffaladas, pero no tiene mayor significado para la produc­
ción de fenómenos de grupo; la idea de que ello sea significativo surge de la impresión que
establece que una cosa comienza en el momento en que su existencia se hace palpable[...]
!a existencia de la conducta de grupo se hace evidentemente más fácil de demostrar, y aun de
obse!Var, si el grupo se constituye como tal.93

Esta intuición de Bion subraya que, si bien los seres humanos son impensables
por fuera de grupos, los grupos se vuelven visibles a partir del montaje de dispositivos
técnicos tales que permitan demostrar y observar las conductas de grupo. A. Primeros dispositivos grupales terapéuticos
Se presentan hasta aquí dos niveles de existencia de los grupos: el primero fácti­
co, en tanto hechos sociales; el segundo del campo disciplinario, por cuanto al montarse
Se considera que los primeros intentos de abordajes colectivos con fines terapéuticos
fueron las actividades iniciadas por Pratt en 1905, al introducir el sistema de "clases co­
los sucesivos dispositivos grupales del Dispositivo de los Grupos, los grupos paulatina­
mente se vuelven visibles, observables, comprobables, explicables, experimentables,
lectivas" en una sala de pacientes tuberculosos. E! objetivo de esta terapia consistía en
teorizables, es decir, enunciables. En este sentido la microsociología al instituir dispositi­
acelerar la recuperación física de los enfermos, mediante una serie de medidas sugesti­
vos grupales localizó uno de los nacimientos a Jo gropa/. Antes de ella, Jos gropos esta­
vas destinadas a que éstos cumplieran de la mejor manera posible su régimen dentro de
ban ahí, en una inmediatez tal, que no se veían.
un clima de cooperación o, mejor dicho, de emulación. Las clases o sesiones a las que
concurrían más de cincuenta pacientes, constaban de una breve conferencia del tera­
peuta que disertaba sobre la higiene o los problemas del tratamiento de la tuberculosis; a
continuación, los pacientes formulaban las preguntas o discutían el tema can el médico.
En estas reuniones, los enfermas más interesados en las actividades colectivas y las
que mejor cumplían con el régimen, pasaban a ocupar las primeras filas del aula, esta­
bleciéndose un escalafón jerárquico bien definido, conocido y respetada por todos. En
vista de los buenos resultados que daba este método, Pratt escribió un trabajo preliminar
en 1906, que amplió en los años subsiguientes; pronto, otros probaron su técnica con re­
sultados similares. 114

El mérito de Pratt fue utilizar en forma sistemática y deliberada las emociones co­
lectivas con una finalidad terapéutica. Su técnica se apoyaba en dos pilares: activar en
forma controlada la aparición de sentimientos de emulación y solidaridad en el grupo y
asumir, él mismo, el papel de una figura paternal idealizada. El método incentivaba un
fuerte enlace emocional del enfermo con el médico; ilustra gráficamente dicho propósito
su sistema de promociones que premiaba "al buen paciente", permitiéndole que se sen­
tara cada vez más cerca de él en las reuniones.

Considerando la importancia de la idealización del médico, no es de extrañar que


la estructura y función de este tipo de grupo fuera similar a las de ciertos grupos religio­
sos que persiguen fines parecidos.

93 Bion, W. Op. cit. El subrayado es mío. 94Grinberg, L., Langer. M., Ro drigué, E. Psicoterapia de grupo, Paidós, Buenos Aires, 1971.

8
A Jos métodos que han seguido la orientación de Pratt se los ha denominado ge� "por" las emociones del grupo. Todavía no se plantea tratar de comprender su naturale­
néricamente, terapias exhortativas parentales que actúan "por" el grupo.95 Se dice que za ni modificar la estructura que subyace a las mismas; en líneas generales, tienden a
actúan "por'' el grupo, porque incitan y se valen de las emociones colectivas aunque no estimular lo que popularmente se designa como "buenos sentimientos del grupo". Se�
intenten comprenderlas. Se busca la solidaridad del grupo con fines terapéuticos; Pratt, cundariamente, ambas corrientes se bifurcan en lo que respecta al papel del líder; la pri­
Buck y Chape! utilizaron este método como una forma auxiliar de los tratamientos médi� mera busca la identificación de los pacientes por la transferencia masiva hacia un líder
cos de pacientes con trastornos orgánicos crónicos (tuberculosos, diabéticos, etcétera).% de tipo patemal-.deístico: la segunda, por el contrario, tiende a formar "fraternidades",
aboliendo en lo posible todo liderazgo externo o técnico profesional.
En versiones más actuales puede encontrarse este tipo de técnicas auxiliares en
algunas formas de tratamientos de obesos que toman como uno de sus resortes tera­ Estas orientaciones suelen ser terapéuticamente eficaces más allá de que operen
péuticos el "carisma" del médico, generalmente muy reconocido socialmente. dentro de "paradigmas" muy específicos. Tienen el mérito de haber llamado la atención
sobre la importancia de la "socialización" del paciente, ya sea dentro de la institución o
A partir de esta primera corriente, que todavía cuenta con sus adeptos, se produjo
en su readaptación a la sociedad; además tienen la ventaja de poder agrupar a gran nú�
mero de enfermos (las cifras OScilan entre 30 y 100, según los autores), con los consi­
una interesante diferenciación; las terapias que actúan ''por" el grupo, con una estructura
fraternal. En este caso, el dinamismo es análogo: incitar y canalizar emociones colecti­
vas en grupos solidarios; el tipo de relación entre el grupo y el terapeuta es, sin embar�
guientes beneficios cuantitativos.

go, diametralmente opuesto al de la corriente ejemplificada por Pratt. En lugar de ideali� Sin haber teorizado sobre esto, en estado práctico, se encuentra aquí cierta no­
zar el médico esta corriente estimula una fraternidad que bUSCG! el mayor sostén entre ción de "efecto de grupo", en tanto descubrieron que el tratamiento de sus pacientes era
sus miembros, disminuyendo al máximo el liderazgo centrado en el técnico. más eficaz cuando eran agrupados que aisladamente. Queda la pregunta operando,
¿por qué?: ¿qué intercambios allí se producían para generar tales resultados? ¿cuáles
El ejemplo más acabado de esta tendencia terapéutica se encuentra entre los "al�
cohóHcos anónimos" {los AA); esta organización, iniciada en 1935, cobra rápida acepta�
han sido los enlaces subjetivos entre sus integrantes?, ¿qué figuras emblemáticas se or�
ganizan desde y organizan a, tan particular forma de inscripción institucional?
ción en los años siguientes, en EE.UU., difundiéndose luego por muchos países. Los
AA, más que un grupo terapéutico en strictu sensu, forman generalmente una sociedad Si se observa el dispositivo montado a partir de Pratt puede verse, en primer lu­
con contribución económica y participación voluntaria de sus miembros, algo así como gar, que trabajaba con grupos que obviamente no pueden recibir el nombre de restringi­
una asociación de alcoholistas reformados. dos; por lo tanto, es muy improbable que los enlaces de tales agrupamientos humanos
se organizaran desde los mismos parámetros por los que se ha estudiado que se organi­
El efecto terapéutico se basa en la presunción de que el ex a!coholista puede in�
za un pequeño grupo. Sin duda en Jos grupos amplios no pueden encontrarse iguales
fluir más eficazmente a otro alcoho!ista, este último es capaz de establecer lazos más
condiciones que en los restringidos para desencadenar los procesos identificatorios y
plenos con su reformador, al saber que éste ha tenido el mismo problema y -lo que no es
transferenciales. Miradas recíprocas, nombres, cercanías, ubicación en círculo, etc., son
menos importante- frente al hecho de que ha podido superarlo. La dinámica de esta tera�
condiciones propias de los grupos pequeños que hacen posible que tales procesos se
pía es ingeniosamente eficaz pues el ex a!coholista se beneficia a su vez "restaurando"
organicen en forma de redes cruzadas, dando así a los agrupamientos restringidos su
al paciente, y de esta forma se crean condiciones para que pueda conectarse desde
peculiaridad.
"otro lugar" con su propio alcoholismo. Los AA., tal vez el tipo más elaborado dentro de
estas terapias colectivas, se reúnen semanalmente en sesiones similares a las de Pratt, Por tal motivo, se hace necesario pensar Jos grupos numerosos en su especifici�
en el sentido de que discuten temas relacionados con su misión, con la excepción ya se­ dad. Si bien los procesos identificatorios entre los integrantes son mucho más lábiles,
ñalada de que en este tipo de grupo no existe ningún líder que no sea "uno de nosotros". otros son !os caminos por los que producen sus anudamientos--desanudamientos.97

Este tipo de terapia busca, a través de su carácter "fratemista", crear condiciones En el caso de las terapias exhortativas parentales, los enlaces se producen a tra­
para que las personas que concurren a estas instituciones encuentren en ellas -a través vés de fuertes líderes "carismáticos". En estos dispositivos -como en el lewíniano� lide­
de sus grupos- un espacio de soporte solidario de restitución de la dignidad personal, y/o razgo y coordinación no se han descentrado aún. Dadas las características del dispositi­
de la identidad trastocado. Si bien muchas veces se gestan allí verdaderas místicas de lo vo, se superponen "necesariamente, por lo cual se puede afirmar que uno de los principa­
fraterno, es indudable que estas organizaciones proveen redes de sostén perdidas gene­ les recursos de su eficacia terapéutica está centrado en la sugestión; efecto, ella misma,
ralmente en e! espacio familiar, inhal!ables en el ámbito macrosocia!. de los vínculos Jibidinales de cada integrante con el médico líder.

Resumiendo, las primeras formas de psicoterapia colectiva que aquí se describen Si bien no deben subestimarse los aspectos sugestivos en las terapias con estruc­
tienen un tronco común, caracterizado por su "dinámica", que consiste en la actuación tura fraternal, tiene importancia decisiva aquí, la red entre "iguales"; en ellas el grupo y la

95 Grinberg y otros, Op. cit. 97Son referencia obligada en este punto los aportes de Freud en Psicología de las masas y análisis
96 Pratt, 1.1-I. The Principies of class Treatment and their applications to varoius Chronic del yo, Biblioteca Nueva, Madrid, 1967. Asimismo, podrían compararse oon las transferencias al­
Discases, Hosp. Social Service, 1922. Citado por Grinberg y otros, Op. cit. tamente idealizadas, analizadas por Kohut, T. Análisis del self, Amorrortu, Buenos Aires, 1977.
9
institución en la que éste actúa, disparan significaciones imaginarias donde predomina la Al pasar del análisis "individual" al "colectivo", inmediatamente se presenta un pro­
configuración de un espacio microsocial que opera como sostén yoico, soporte solidario, blema, ¿a quién interpretar? En el contrato psicoanalítico esto parece tan obvio que ni si­
espacio restitutivo de la dignidad perdida y/o de la identidad trastocado. Al mismo tiempo quiera se pregunta, pero cuando el terapeuta se vio enfrentado a varios individuos en
pareciera imprescindible para su eficacia el establecimiento de transferencias institucio� tomo a él, la dirección de la interpretación adquirió un status problemático. En la solución
nales, fuertemente positivas. de este dilema ha estribado una de las principales diferencias técnicas -y también teóri­
cas- entre los procedimientos de las diferentes corrientes que aplicaron el psicoanálisis a
Si bien con formas técnicas mucho más actualizadas, se pueden encontrar teso­
los grupos.
nes terapéuticos similares en los grupos de autoayuda de mujeres maltratadas.98
Tanto Slavson como Klapman buscaron la solución de esta dificultad, incluyendo
Quiere señalarse al pasar, la diferencia de las significaciones imaginarias que este
como parte de su dispositivo un artificio consistente en tratar de unificar al grupo de va­
tipo de enlaces colectivos parece disparar en sus integrantes: soporte solidario, sostén
rias maneras de modo que la interpretación dada en su seno valiera para todos -o para
identificatorio, con aquéllas registradas por Anzieu en los grupos amplios, quien acentúa,
la mayoría- de los particiPantes. Así, por ejemplo, se intentaba "para obtener la unifica­
en dichos agrupamientos, la amenaza de pérdida de la identidad personal y transferen­
ción del grupo", integrar al mismo con _pacientes de similares características en cuanto a
cias negativas de tal amplitud e intensidad que se vuelven temibles para los coordinado�
grados de enfermedad, sexo, edad, nivel socioeconómico, etc.; también se realizaba una
res.
estricta selección de los integrantes, excluyendo o¡�quellos que presentaran una enferme­
Si bien los primeros dispositivos grupales terapéuticos que instrumentaron las dad mental aguda que pudiera afectarla marcha de las reuniones; asimismo, solían ini­
"emociones del grupo" como resorte curativo no teorizaron sobre esta situación, desde ciar las reuniones proponiendo un tema; estos recursos, denominados homogeneización,
un nivel empírico comprobaron que el grupo -en este caso amplio- ofrecía cierto resorte selección y preparación del grupo, respectivamente, trataban de lograr su unificación.
de eficacia terapéutica mayor que los tratamientos individuales. Puede observarse que
¿Por qué era para ellos imprescindible la unificación del grupo? Frente a la dis­
se encuentra aquí en estado silvestre cierta noción de efecto de grupo; factores emocio­
yuntiva de a quién interpretar, la solución encontrada en ese primer momento fue agru­
nales movilizados posiblemente a través de transferencias reforzadas hacia el terapeuta.
par a personas con un mismo tipo de problemas; se presuponía que la interpretación
entre los integrantes, hacia !a institución; y un embrionario dispositivo de grupo amplio.
realizada a uno de sus integrantes debería ser válida para la mayoría de los mismos. Por
esta razón se ha denominado a estas primeras formas de aplicación del Psicoanálisis a
los grupos ''terapia interpretativa individual en grupo". 99 Actualmente, este artificio resulta
sumamente rudimentario, pero lo que se quiere resaltar es que al introducir la interpreta­
ción psicoanalítica en los dispositivos grupales, . comenzó a problematízarse la dirección
B. Aplicaciones iniciales del psicoanálisis a los grupos de la interpretación y fue necesario buscar técnicas específicas.

Otro tipo de respuesta técnica al problema de la interpretación fue la ''técnica in­


terpretativa de grupo". Este tipo de terapia toma al grupo como fenómeno central y punto
Se abordarán ahora los aportes psicoanalíticos de orientación anglosajona en el trabajo
de partida de toda interpretación. Es decir, concibe al grupo como una totalidad, conside­
y teorización sobre Jo grupal. Esta corriente tuvo alta incidencia en nuestro medio y fue
rando que la conducta de cada uno de sus miembros siempre se ve influida por su parti­
pionera en la organización de dispositivos grupales con fines psicoterapéuticos, donde
cipación en ese colectivo. Este tipo de enfoque considera que Jo individual debe ser
por primera vez se utilizaron conceptos y formas técnicas del psicoanálisis para la com­
siempre contemplado dentro del marco colectivo donde se manifiesta.
prensión de los grupos humanos. Originariamente pensados con fines psicoterapéuticos,
estos dispositivos se aplicaron luego en la formación de coordinadores de grupo y en las Esta orientación tuvo gran desarrollo en la Argentina; dicen Grinberg, Langer y
intervenciones institucionales (Maxwell Jones y E. Jacques). Rodrigué, verdaderos pioneros de esta forma de trabajo grupal:

Esta corriente, dentro de las terapias colectivas, tuvo una importancia mucho ma�
yor que las anteriores no sólo por su gran difusión sino por las consideraciones teóricow sólo con un planteo que toma al grupo como una gestalt, entramos en el terreno de la micro­
técnicas que la animaron. Inspirada en el psicoanálisis, fueron sus figuras pioneras más socio!ogla. Aqul se considera el campo multipersonal como un fenómeno digno de ser estu­
representativas Slavson, Schilder y Klapman. Más allá de algunas diferencias técnicas diado por si mismo. Es una psicoterapia "del� grupo y no del indMduo "en" el grupo, o de los
pacientes "por" el grupo.'"'
entre ellos esta corriente introdujo la interpretación en la situación colectiva, aplicando al
grupo el "setting" psicoanalítico; a través de estos recursos crea /as condiciones para
descentrar coordinación de liderazgo y para superar el procedimiento sugestivo propio
de las terapias ''por" el grupo.

98Gerlic, Cristina, "Los grupos y la comunidad", Mesa Redonda, Cátedra Teoría y Técnica de 99Grinberg y otros, Op. cít.
Grupos ''A', Facultad de Psicología, UBA, 1986. 1 OOGrin berg y otros, Op. cit.

10
En función de esto denominaron a su técnica "psicoterapia de grupo", diferencián� esto no es la garantía de que esa totalidad: el grupo, haya logrado algún grado de espe�
dala de aquellos que interpretaban al individuo "en" el grupo y de los que actúan "por'' el cificídad o partícularización. Se interpreta al grupo, ¿pero hay allí noción de grupa!idad?
grupo, manejando las emociones colectivas sin interpretarlas. Fundamentan su planteo Se planteó anteriormente que la demarcación de la totalidad suele ser condición neces­
alegando "la aplicación consecuente y total del psicoanálisis, al grupo con su técnica es� aria pero no suficiente para el abordaje de la demarcación del campo grupal. 102
trictamente transferencia!". Advierten la importancia de interpretar a los participantes en
¿Qué se le interpreta al grupo? Más allá de Cierta influencia indirecta de la Diná­
su sesión únicamente en función del aquí y ahora dado que esta forma técnica permite
mica de Grupos en algunos analistas de grupo ingleses y argentinos, se "lee" la transfe­
que las respuestas provocadas integren al grupo. Señalan los inconvenientes que traen
rencia, las ansiedades y las fantasías. Esto es, se traslada al conjunto del corpus psicoa­
las interpretaciones individuales y no transferenciales. Así, por ejemplo, según estos au�
nalítico de esta corriente tal cual, pero en vez de interpretar a las personas singulares, es
tares, la interpretación dirigida a ·un acontecimiento de la historia de uno de los pacientes
el grupo el receptor global de las interpretaciones; la fantasía inconsciente grupal, es
produciría un cambio de clima inmediato, ya que los demás sintiéndose excluidos, se
aquella fantasía individual que ha operado como común denominador de los integrantes.
distancian y entran en rivalidad con la persona a quien se ha interpretado. Plantean que
El grupo más que confinnar una eventual totandad específica, es algo así como un con­
en tal caso se está realizando un análisis individual, perturbado por la presencia de va·
junto de personas portadoras de un sujeto inconsciente en el que se hallan inscriptos, y
rias personas.
en tanto tal acreedor de igual tipo de interpretaciones que las personas que Se encuen­
Polemizan fuertemente con otros terapeutas que interpretan en forma individuali� tran en tratamiento psicoanalítico de contrato dual. Este tipo de orientación fue creando
zada; reforzando sus argumentos dicen: las condiciones de existencia de nociones como fantasía grupal que operaron en analo­
gía con la fantasía inconsciente singular. 1w Sí bien es necesario considerar que los gru­
pos construyen sus propias figuraciones imaginarias, es importante diferenciarlas de SU·
al adoptar un criterio de integración estamos siguiendo una línea actual de interpretación de puestas fantasías grupales de igual categoría inconsciente que las fantasías investiga­
los procesos que acontecen en los diversos terrenos. En biologfa Woltereck define el concep­
das por el psicoanál!sis. Es pertinente subrayar esta demarcación por cuanto la búsque­
to de "organismo" como algo que es mucho mas que !a suma de las partes. '0'
da de ''la fantasía inconsciente grupal" ha sido uno de Jos conceptos facílitadores de /a
ficción del grupo como intencionaHdad.
Difieren con otros psicoanalistas de la misma orientación como Foulkes, para
quien la transferencia abarca una pequeña parte de lo expresado por el grupo. Basándo­
Con respecto a la relación todo-partes, planteas estructuraltstas posteriores pun­
se en las sensaciones contratransferenciales interpretan, en el aquí y ahora del grupo la
tualizaron que no alcanza con afinnar que el todo es más que la suma de las partes, si
fantasía inconsciente en sus múltiples manifestaciones.
no puede anunciarse el sistema de relaciones de las partes entre sí, de las partes con el
todo y del todo y las partes. Este todo-grupo que en un primer momento se constituyó en
principio de demarcación comienzo así a transfonnarse en "obstáculo epistemo!ógico" 104
para pensar lo grupal. El grupo -que en realidad resultó ser un "gran individuo" es siem�
pre posible de ser visualizado como un organismo vivo; analogías como: gran organis M
C. El todo no lo es todo mo, cuerpo que siente, piensa, se angustia, se defiende, transfiere, se resiste, etc., ope�
ran en realidad como cuerpos nacionales o representacionales destinados a suplir va­
cíos teóricos que aún presentaban las teorizaciones. El problema radica en que estos
Las psicoterapias de grupo psicoanaliticas hasta aquí presentadas suelen agruparse en vacíos teóricos se mantuvieron como "necesarios" en tanto se operó un pasaje del cam�
dos tendencias: Psicoanálisis en grupq y Psicoanálisis del grupo. lnter�sa_localizar este po psicoanalítico al campo grupal sín reformular ninguna área del primero.
punto por cuanto debe relacionarse con algunas cuestiOnes planteadas previamente. To­
Más allá de las críticas que desde la actualidad podrían realizarse a esta forma de
mando a los psicoanalistas del grupo, esto es, que analizan al grupo, podría pensarse
trabajo, interesa resaltar -para una genealogía de lo grupal -que esta contente abrió dis-
que ésta sería la corriente que, superando el eventual "individualismo" de la anterior, en
tanto toma a! grupo como un todo, ha rescatado la especificidad de lo grupal.

Pero si se realiza un análisis más detenido se podrá observar que, si bien se in­ 102 Véase capítulo lll.
terpreta al TODO-GRUPO, (en algunos casos se dirá incluso "el grupo-piensa", "siente", 103 Se utiliza aquí el término fantasía, en su sentido fuerte y restringido otorgado por el psicoanáli­
"se angustia", etc.) es decir, se toma a! grupo como destinatario de toda interpretación, sis al témtino. Si bien en la actualidad se prefiere el uso del término fantasía, se mantiene aquí el
primero, dado que ésta fue la denominación utilizada por la corriente anglosajona y por los grupa·
1 O l Grinberg y otros, Op. cit. Obsérvese: a) el uso del referente microsocíológíco como soporte de listas inscriptos en la misma.
esta práctica psicoanalítica; b) la noción de grupo como organismo; e) la insistencia del dilema l04Pichon Rivi ere, E. Del Psicoanálisis a la Psicología social, Nueva Visión, Buenos Aires,
singular-colectivo. 1977.
11
positivos grupales de número restringido confines terapéuticos, es decir, instituyó grupos existencia de una fantasía inconsciente grupal? Sin duda el pensar a los grupos como
en un nuevo campo de aplicación: la clínica psicoanalítica. grandes individuos se transforma en un obstáculo epistemológico para pensarlos en sus
propios sistemas de legalidades, sin embargo es probable que frente a esta pregunta no
Con ligeras variantes, lo fundamental del bagaje tecnológico de ese dispositivo
pueda formularse una única respuesta. Habrá que poner en juego diferentes cuestiones
fue: siete u ocho integrantes se reúnen durante una hora y media, se sientan en forma
problemáticas.
circular con el analista; como no se les da un programa a desarrollar ni indicaciones pre�
cisas, todas las contribuciones surgen espontáneamente de los pacientes; todas las co� Sin duda ésta fue la forma de poner en enunciado cierta constatación que realiza
municaciones del grupo son consideradas como equivalentes a las asociaciones libres todo coordinador de grupos con respecto al plus grupal. Ese algo más que allí se consta­
del paciente en la situación psicoanalítica; el coordinador mantiene una actividad similar ta pero que es dificil poner en palabras, atribuirle causas, establecer leyes. Al producir
a la que asume el psicoanalista en el tratamiento individual (es el objeto figura de la sus discursos sobre la grupalidad, esta corriente quedó restringida por cierta tendencia
transferencia) e interpreta contenidos, procesos, actitudes y relaciones. Todas las comu� del psicoanálisis -en cualquiera de sus escuelas� a la extraterritorialidad108, esto es, a
nicaciones son de importancia central para la curación y la actividad terapéutica del ana� considerar el sistema de legalidad propio para el campo psicoanalítico, como absoluta­
lista, y se consideran como partes de un campo de interacciones (la matriz del grupo). mente válido para interpretar regiones de otras territorialidades disciplinarias; esto impli­
Todos los miembros deben tomar parte activa en el proceso terapéutico total. Todos los ca no considerar otros campos disciPlinarios como tales, sino como meros espacios de
integrantes, incluido el coordinador, se sientan en círculo porque "esto involucra, incons� aplicación del psicoanálisis. Este tipo de extrapolaciones que suelen constituir -aun hoy­
cientemente, la posibilidad de hallarse todos a un mismo nivel".105 fuertes impensables del psicoanálisis, pudieron hacer posible que estos primeros psicoa­
nalistas de grupo consideraran que sólo era cuestión de trasladar el bagaje tecnológico y
Esta corriente al incorporar al nuevo dispositivo las cuestiones básicas de la técni�
sus formas de contrato dual al colectivo, sin necesidad de grandes modificaciones. Esta
ca psicoanalítico clásica abrió virtualidades que permitieran descentrar la coordinación
ha sido una de las maneras por las que el a priori "individualista" creó condiciones para
con respecto a los liderazgos y creó las condiciones para la lectura de los procesos in­
pensar a los grupos con igual sistema de legalidades que lo inconsciente. Tal a priori
conscientes circulantes en los grupos. Entonces, se insfrtuyeron grupos; ahora bien, re�
opera aquí dos movimientos de reducción; uno por el cual, como se ha señalado en pá­
tomando la pregunta de Pontalís106: ¿qué hacen cuando instituyen grupos? Analizan a
ginas anteriores, el grupo es pensado como un gran individuo; otro por el cual se confun�
una gran unidad indivisa, a la cual le dirigen similares interpretaciones que a las perso­
de el "sujeto del inconsciente" con el "moi" y aun con el "individuo", reducción criticada
nas que optan por un psicoanálisis de contrato dual.
enfáticamente por Lacan. 109
Bion 1w ha señalado que, cuando las personas entran en estado regresivo fanta­
Por otra parte, no pueden dejar de mencionarse situaciones internas a la institu­
sean al grupo como una totalidad amenazante de su integridad individual; en realidad, no
ción psicoanalítico, ya que si quienes montaban dispositivos grupales clínicos eran psi­
hay necesidad de entrar en estados muy regresivos para experimentar un fuerte sentí�
coanalistas, por el hecho de serio se encontraban frente a la urgencia de legitimar sus
miento de amenaza, si la intervención interpretante posiciona a tal persona siendo parte,
prácticas frente a sus pares. En tal sentido el camino elegido para hacerlo fue mostrar
estando adentro, de un gran individuo. ¿Cómo no tener en cuenta la productividad de tal
que aquello que realizaban en sus grupos era psicoanálisis y por lo tanto debía presentar
intervención provocando imágenes, violentando sentidos, etcétera?
las menores variaciones posibles con respecto a la forma instituida de contrato dual.
No se toman en este trabajo algunas cuestiones muy polémicas que esta orienta� Esto operó como fuerte obstáculo para pensar cualquier especificidad o diferencia tanto
ción ha despertado en el interior de la comunidad psicoanalítica, tales como el grado de teórica como técnica en los grupos; este peso de la institución psicoanalítico, en su for�
eficacia del psicoanálisis del grupo con respecto al psicoanálisis "individual", o a las críti� ma corporativa, no sólo suele encontrarse en los primeros intentos de articulación del
cas al "kleinismo" de su forma de trabajo; no hay que olvidar que ése era e! psicoanálisis psicoanálisis con el campo grupal, sino que ha recorrido la historia misma de la institu�
de los años 50-60 en la Argentina. Tuvieron sin duda el costo de los pioneros; de tal for­ cionalización del psicoanálisis.110
ma, cuando años después son analizadas sus producciones, generan una sensación
En función de lo antedicho, de aquí en más se hará necesario distinguir los impor�
ambivalente, mezcla de admiración por su iniciativa de abrir caminos nuevos y al mismo
tantes aportes del psicoanálisis -en sus distintas corrientes- a! campo grupal, de un psi­
tiempo una suerte de incomodidad frente a la precariedad inevitable de sus tecnologías.
coana/ismo en los grupos.
En el intento de reconstrucción genealógica es conveniente detenerse en un pun­
Junto a esta forma que adopta el psicoanalismo en el campo grupal: tomar al gru­
to significativo, ¿porqué habrán visto un ''gran individuo"?, ¿por qué habrán pensado la
po como un gran individuo, y su consecuencia teórico-técnica: /a fantasía inconsciente
105En realidad, más que eventuales significaciones imaginarias de igualdad jerárquica, la disposi� grupal, puede mencionarse otra forma de su extraterritorialidad, que suele acompañar a
ción en circulo cobra relevancia en tanto modifica la situación del campo visual con respecto al
psicoanálisis de contrato dual. Es decir, todos, incluido el coordinador, en igual posibilidad visual, 108 Castel, R. Elpsicoanalismo. El orden psicoanalítíco y elpoder, Siglo XXI México, 1980.
por lo tanto implicados en los juegos de mirada. 1 09Lacan, El yo en la teoría de Freudy e1z la técnica psicoanalitica, Paidós, Barcelona, 1984.
106 Pontalis, J.B. Op. cit. 1 10Rosalato, G."El psicoanálisis transgresivo", Rev. Argentina de Psicología, no 29, Buenos Ai­
l07 Bion, W. Op. cit. res, 1981.

12
la primera: /a novela psicoanalítica de los grupos; e! contenido de su narrativa varía se� temo. Su tests de una mentalidad de grupo fue una respuesta reactiva frente a los indivi­
gún la corriente de psicoanálisis en que se produzca, así, podrá pensarse el grupo como duallstas que ostentaban al individuo como prueba corpórea de sus argumentaciones;
una boca, como cuerpo de la madre arcaica, como un espacio edípico, en estados ansio­ una mente de grupo antropomórficamente pensada, debía ser la prueba más contunden­
sos, melancólicos, en transferencia, etc., cuando en realidad los grupos, como las masas te en épocas en que el Hombre se constituía en nuevo mandatario de la modernidad.
y las instituciones no son madre ni padre, ni tienen pulsiones, deseos ni estados psico­
El psicoanálisis del grupo -que junto con la concepción operativa de Pichon Rivié­
patológicos. Por consiguiente, se vuelve imprescindible diferenciar la escucha analítica
re y el Psicodrama Psicoanalítico, formó a la mayoría de los coordinadores de grupo de
los años '60 y '70 en la Argentina- operó persistentemente con el reduccionismo señala­
como instrumento imprescindible en el trabajo con grupos -aun por fuera de la clínicaH de
la "comprensión" de los acontecimientos grupales desde alguna naJTativa psicoanalítico
do; en ese sentido constituye un fiel exponente de la mentalidad de grupo. Son varias las
figuras de este reduccionismo. 1 13 Una de ellas es la tendencia a visualizar un grupo
de los mismos.

A partir de aquí, y volviendo a planteas de páginas anteriores, puede afirmarse como una "persona" de la cual cada integrante representa una función o estructura espe­
que e! pensar la totalidad no garantiza la absoluta demarcación del campo disciplinario; cializada; esto permite al coordinador "entender'' lo que acontece a través de una imagen
habrá que pensar las relaciones de las partes entre sí con el todo. Una vez armada esta integrada, unificadora. Otra figura es la adscripción-de vivenciaS al grupo, corolario bioló­
articulación el todo no tiene por qué contradecirse con momentos particularizados de las gico de su perSonificación, por la cual éste es capaz de vivenciar emociones; esto contri­
partes; asimismo, dentro de este conjunto habrá que pensar cuáles son los organizadoH buye a un estilo técnico bastante frecuente que parte de la suposición de que si "una
res que relacionan al todo y las partes, a las partes en sí. parte del grupo" (algún miembro o miembros) expresa un sentimiento, los que no lo ma­
nifestaron deberán sentirlo de alguna manera. En consecuencia la interpretación hará re­
Tal veZ !o que más interesa subrayares reincidencia que esta forma de pensar la
ferencia a ese sentimiento del grupo. Se encuentran aquí en acto dos nociones: el indivi­
relación todo-partes tiene de manera directa en las modalidades técnicas en grupo; así,
duo-síntoma que representa al grupo persona y el grupo dotado de intencionalidad. Es­
por ejemplo, /a noción de un todo fundante del que derivan o emergen partes, suele
tas nociones harán posible intervenciones interpretativas que pondrán en enunciado
orientar intervenciones globalizantes de la coordinación, enunciadas generalmente en
cuestiones tales como que el grupo transfiere, resiste las interpretaciones, se angustia,
forma impersonal, que subordinan o silencian las particularidades, diferencias, singulari­
se deprime o está maníaco.
dades, a una totalidad homogénea y de hecho, masificadora.
Otra consecuencia típica de la personificación es el tomar la parte por el todo, en
En ese sentido, de considerar al grupo como un todo, habrá que trabajar una ncr
estos casos se supone que "el emergente" mantiene con el grupo la misma relación de
ción de totalidad que no homogeinice partes, donde las singularidades puedan ser signi�
representación que la sustentada por un segmento de conducta respecto de la persona
ficadas en todos sus movimientos de diferencias e identidades. Donde las singularidades
t9tal. La lógica intema de este supuesto es la siguiente: a partir de la premisa "la conduc­
no sean sinónimo de las personas que componen tal colectivo.
ta de un elemento es función del todo", se concluye con rapidez que la conducta del indi­
En el dispositivo que monta el psicoanálisis de grupos puede observarse que, si viduo es la conducta del grupo. Su sostén es la convicción de que cualquier conducta de
bien sostienen la intuición fundante de un plus grupal irreductible, al no poder sostener la un miembro representa o expresa la situación que atraviesa el grupo, es decir que el
tensión todo-partes subsumieron estas últimas en el primero. Esto implicó consecuen­ "problema" de un integrante es representación a escala individual del "problema" grupa!.
cias técnicas presentes aun en la actualidad, y que han dado lugar a muchas críticas ba­
111 Sin duda, una producción discursiva gestual, corporal, etc., de algún integrante de
sadas en el efecto-masa que producen los grupos. Se recicla ahora en el campo psi­
un grupo puede configurarse eventualmente como indicador de una situación grupal,
coanalítico una polémica que se había desatado en la psicología académica entre totalis­
1 pero a condición de que cobre tal significación en una red de enlaces discursivos, ges­
tas y elementa!istas, o como los denomina Asch 12 entre individualistas y mentalistas.
tuales, etc.; es decir a veces y no siempre. En consecuencia, lo que quiere aquí advertir­
Para los primeros el grupo era una combinación construida a partir de elementos indivi­
se es el vicio de cierto reduccionismo por el cual el coordinador está dispuesto a priori a
duales, mientras que el segundo convierte al grupo en un gran individuo, de la misma
registrar todo movimiento de algún integrante del grupo como indicador veraz y cierto de
clase que los individuos humanos y con los mismos mecanismos de funcionamiento in-
un movimiento análogo en el colectivo en cuestión; de tal forma los integrantes, en Sus
intervenciones son contribuyentes anónimos de una "conducta" o "fantasía grupal" indife­
l l lEl problema de estas críticas es que si bien puntualizan correctamente el problema, atribuyen renciado que se expresa a través de ellos.
este rasgo: efecto--masa, a una cualidad índeseable de los grupos; es decir sustancíalizan el rasgo
sin alcanzar a ver que éste es inherente al dispositivo montado y no una característica esencial de
los grupos. No hay que olvidar que con este tipo de críticas se justifica la descalificación de los
abordajes grupales y se sostiene como único espacio válido de cura el dispositivo psicoanalítico de
contrato dual. Pero éste es otro problema, aquel donde la polémica científica se subordina a las lu­
chas por la hegemonía el campo profesional. Véase Femández, A.M. "Legitimar lo grupal", en Lo 1 1 3 Colapinto, "La psicología grupa]: algunas consideraciones críticas", Rev. Argentina de Psico­
grupal 6. Búsqueda, Buenos Aires, 1988. logía, no 8, Buenos Aires, 1971. Nótese la fecha en que este autor realiza estas puntualizaciones
1 1 2 Asch, S. Psicología social, Eudeba, Buenos Aires, 1964. que mantienen en la actualidad absoluta vigencia.

13
Capítulo V
D. Del líder al oráculo

EL SEGUNDO MOMENTO EPISTEMICO


La incorporación del "setting" psicoanalítico en el trabajo con grupos otorgó las condicio­
nes para descentrar al lugar de la coordinación de los liderazgos; es decir, abrió la posi­
bilidad para que sus producciones se asentaran sobre mecanismos diferentes a la su­
gestión. No menos importante es la vía que así se fue abriendo para alejar a los grupos A. Cierta especificidad grupal (La noción de supuestos básicos)
del fantasma de la manipulación.

Nótese que se dice abrir la posibilidad y no suprimir la sugestión y la m�nipl!lación


Bion realizó una primera experiencia con grupos como psiquiatra militar inglés durante !a
Segunda Guerra Mundial. Estaba encargado de un hospital de unos 400 hombres donde
por cuanto ambos, al igual que la neutralidad analítica, siempre caminan por el difícil
114
sendero de la vacilación.
se volvía imposible realizar abordajes psicoterapéuticos individuales y en el que reinaba
De todos modos, las condiciones de neutralidad que la transferencia del "setting"
la indiscipllna y la anarquía. Se le ocurrió ver en ello una situación psicoanalítica en la
analítico al campo grupal produjeron, han sido un jalón significativo que merece subra­
que el "paciente" era una comunidad, considerar la actitud de los soldados como una re­
yarse; la introducción de la escucha analítica, con sus condiciones de neutralidad y absti­ sistencia colectiva, adoptar la actitud de no intetvención del analista ante esta realidad y
nencia, al desmarcar la coordinación de los liderazgos, dejó a ésta en mejores condicio­
limitarse exclusivamente a las relaciones verbales. Su objetivo fue obligar a esta colecti­
nes para la elucidación del acontecer grupal; sin embargo, los psicoanalistas del grupo vidad a tomar conciencia de sus dificultades, a constituir un grupo propiamente dicho y
que hicieron posible este significativo aporte, sesgados en el acto de lectura por el estilo volverse capaz de organizarse a sí misma. Promulga un reglamento: los hombres se reu­
klelníano propio de ese momento institucional del ps'1coanálisis, reciclaron otra forma de nirán en grupos que tienen por objeto una actividad diferente; cada grupo es libre, en
poder de la coordinación; en tanto el coordinador, en el acto interpretante, develaba lo todo momento, de abandonar su actividad y volver al cuartel a condición de comunicarlo
oculto del grupo, se instituía en un nuevo lugar de saber-poder, él era quien sabía lo que al vigilante jefe; la situación del conjunto se examinará todos los días a mediodía. Tras
al grupo le pasaba. Se acercaba así a la constitución de otra fonna de liderazgo; si bien un período de vacilaciones, debido a Jos hábitos reinantes y a la duda sobre la buena fe
ya no lideraba las discusiones o diálogos que se daban en el grupo, era él quien detenta­ del médico, los ensayos se multiplicaron hasta el punto en que un grupo logra especiali ­
ba un supuesto saber del grupo organizando un lugar de coordínación-oráculo. Debe zarse en la organización del diagrama de las actividades que desarollaban todos los
agregarse a lo sefialado que el estilo de interpretaciones transferenciales propias de esta días. Bion, al principio, denunciaba con sus propios actos la ineficacia que los soldados
escuela, sobreinviste al coordinador e instaura recurrentes apropiaciones de sentido. acusaban al Ejército; se negaba a intetvenir en tos problemas suscitados por los robos y
Ambos factores refuerzan las formas de poder de esta manera de posicionarse de la abandono de obligaciones devolviendo esta situación colectiva a la colectividad. Se inició
coordinación. asf la formación en sucesivas etapas, de un "espíritu de cuerpo": protestas colectivas
En síntesis, la unificación de liderazgo y coordinación propia de la microsociología contra los irresponsables, búsqueda de actividades que elevaron el sentimiento de digni­
es superada por el psicoanálisis de! grupo; este aporte psicoanaHtico, al necesitar re­ dad personal y rápida salida de los recuperados. A su vez, comenzó a observarse que
crear las condiciones técnicas de la escucha psicoanalítico incorpora en su trabajo con este espíritu se imponía a los recién llegados y actuaba su evolución personal de mane­
grupos sus condiciones de posibilidad, es decir neutralidad y abstinencia. Hito importan M ra significativa.m
tísimo para una genealogía de lo grupal; pero, en tanto sus lecturas de lo grupal se en­ Después de la guerra, Bion se ocupó de la readaptación de los veteranos y anti­
contraron dentro de una teoría de la representación-expresión y sostenían una noción de guos prisioneros de guerra a la vida civil, con un método de psicoterapia de grupo que se
todo en el que se subsumen las partes, se organizaron las condiciones para re-investir planteaba como objetivo "tratar de comprender las tensiones que se manifiestan en el
en otro lugar de hegemonía a la coordinación; surge así el coordinador-oráculo, quien si curso de las sesiones, entre sus integrantes",
bien devuelve sistemáticamente los liderazgos al grupo, sólo él sabe-comprende a través
de las manifestaciones visibles el sentido oculto del acontecer grupal. Es decir que si Estas primeras experiencias fueron organizando las producciones teóricas de
bien devuelve los liderazgos de opinión y/o de acción, se instituye en otra forma de lide­ Bion sobre lo grupal. Muy sintéticamente, enunció que el comportamiento de un grupo se
razgo: él sabe qué dice un gropo cuando sus integrantes hablan. efectúa a dos niveles, el de la tarea común y el de las emociones comunes; el primer ni­
vel es racional y consciente: todo grupo tiene una tarea que él mismo se da, el éxito de
la misma depende del análisis correcto de la realidad exterior, de la distribución y orde­
nada coordinación de los roles en el interior del grupo, de la regulación de las acciones

l l4Azubel, A. y otros, Lapráctica analítica. Vacilación de la neutralidad. Folios, Buenos Aires,


1984. 1 1 5Bion, W. Op. Cit.

14
por medio de la búsqueda de las causas de éxitos y fracasos y de la articulación relativa­ ansiedades psicóticas, reactivadas por el dilema del individuo dentro del grupo y la re­
mente homogénea de medios y objetivos. gresión que este dilema le impone.

Sin embargo, observaba que cuando se agrupa gente que individualmente puede Los supuestos básicos refieren a un nivel emocional primitivo que coexiste según
comportarse de manera razonable frente a un problema, basta con agruparlos para que Bion con otro nivel de funcionamiento que es del grupo de trabajo; con este término alu­
se vuelvan difícilmente capaces de una conducta raciona! colectiva; frente a esto Bion de a otro tipo de mentalidad y cultura grupal que la que rige en los grupos de supuesto
pensó en la predominancia de los procesos psíquicos "primarios"; llega de esta manera básico, ya que en los grupos de trabajo las actividades se realizan racional y eficiente­
a la conclusión de que la cooperación consciente entre los miembros del grupo, neces­ mente; sus líderes son aquellos integrantes que pueden ofrecer al grupo las propuestas
aria para el éxito de sus actividades, requiere de una circulación emocional y fantasmáti­ más aptas para el desarrollo de sus tareas. Grupo de supuesto básico y grupo de trabajo
ca inconsciente entre ellos; la importancia atribuida a la misma le permitió afirmar que in­ coexisten, determinando un conflicto recurrente en el grupo.
cluso la cooperación puede ser paralizada o estimulada por ella.
En síntesis, la actividad de un grupo de trabajo se ve frecuentemente interferida
Destacó que los individuos reunidos en un grupo se combinan en forma instantá­ por la aparición de factores emocionales; esta aparición puede ser en forma de depen­
nea e involuntaria para actuar según unos estados afectivos que denominó "supuestos dencia, de agresión y huida, o por la fonnación de un apareamiento mesiánico. Asimis­
básicos"; estos estados afectivos son para Bion arcaicos, pregenitales, y se los reen­ mo el supuesto básico predominante orienta las opiniones del grupo en un momento
cuentra en estado puro en la psicosis. Describió tres supuestos básicos a los que el gru­ dado (mentalidad grupal} y da cuenta de la cultura del grupo en esa situación; así por
po sin reconocerlos se somete alternativamente; expresan algo así como fantasías gru­ ejemplo la cultura del grupo de dependencia, basada en el supuesto básico del mismo
pales, de tipo omnipotente y mágico, acerca del modo de obtener sus fines, de satisfacer nombre, se organiza buscando un líder que cumpla la función de proveer las necesida­
sus deseos; caracterizados por lo irracional de su contenido, tienen una fuerza y ''reali­ des del grupo.

A principio de 1948 el comité profesional de la Tavístok C!inic le solicitó que toma­


dad" que se manifiesta en la conducta del grupo; son inconscientes y muchas veces
opuestos a las opiniones conscientes y racionales de los miembros que componen el
ra a su cargo grupos terapéuticos empleando su propia técnica; es muy sugerente la for­
grupo. Todos ellos son producciones grupales que tienden a evitar las frustraciones inhe­
ma en, que el propio Bion relata esta propuesta:
rentes al aprendizaje por experiencia, en tanto esto implica esfuerzo, dolor y contacto
con la realidad. Los denominó supuesto básico de dependencia,
- supuesto básico de ata-
que y fuga y supuesto básico de apareamiento. En realidad no tenía elementos para saber lo que el Comité entendía con esto[se refiere a su
propia técnica}, pero era evidente que para e!!os yo habla trabajado anteriormente con grupos
La narrativa de un grupo bajo el supuesto básico de dependencia sustenta el ar­
terapéuticos. En verdad, sólo habla experimentado tratando de persuadir a grupos de pacien­
gumento por el cual el grupo está reunido para que alguien, de quien éste depende en fes que la tarea del grupo fuera e! estudio de sus tensiones, y supuse que e! comité deseaba
forma absoluta, provea la satisfacción de todas sus necesidades y deseos; implica la que hiciera esto de nuevo. Era desconcertante que el Comité pareciera creer que los pacien­
creencia colectiva de que ese alguien tendrá por función proveer seguridad al grupo; es tes pudiesen ser curados en tales grupos. Ello me hizo pensar desde un principio que su idea
acerca de !o que habla sucedido en aquellos grupos en los que yo era uno de los integrantes,
la creencia de una deidad protectora cuya bondad, potencia y sabiduría no se cuestio­
era muy diferente de !a mía. De hecho, la única cura de que pod!a hablar con certeza estaba
nan.
en relación con un síntoma propio, comparativamente sin importancia: la creencia de que los
E! supuesto básico de ataque y fuga consiste en la convicción grupal de que exis­ grupos debían tomar mis esfuerzos con simpatía. Sin embargo. consentí y, en consecuencia,
después de las fonnalidades debidas me encontré sentado en una sala con ocho o nueve per­
te un enemigo y que es necesario atacarlo o huir de él, en tanto la única actividad defen­
sonas -a veces más, otras menos- algunas veces pacientes. otras no. Con frecuencia, cuando
siva frente a este objeto es su destrucción (ataque) o evitación (huida). !os miembros de! grupo no eran pacientes me encontré perplejo. "7
Por último, cuando opera e! supuesto básico de apareamiento sus integrantes pro­
ducen una creencia colectiva e inconsciente por la cual un hecho futuro o un ser no naci­
do resolverá sus problemas; constituyen una esperanza de tipo mesiánico; lo importante Bion sostenía que cuando un individuo en grupo tiene la creencia de que el grupo
existe como algo diferente a la suma de los individuos, esto es producto de un estado re­
en este estado emocional es !a idea de futuro más que la resolución en el presente.
gresivo de tal integrante; alimenta tales fantasías porque su regresión implica una ame­
Para algunos autores estos aportes de Bion han resultado de gran utilidad para naza de pérdida de su particularidad individual, esto le dificulta ver a! grupo como un
"ordenar" las muchas veces oscuras situaciones emocionales de los grupos, ya que al agregado de individuos. Un agregado de individuos: esto es el grupo para Bion.118
delimitar tres grandes configuraciones emocionales específicas, el coordinador dispone
de un nuevo instrumento para la comprensión de los fenómenos de !os que participa.116 Esta aseveración parecería ser contradictoria con sus nociones de mentalidad
grupal y cultura grupal. Tal enunciación no se le escapará a Ponta\is, quien apoyándose
Se ha considerado a los supuestos básicos como reacciones grupales defensivas a las
en el planteo bioniano sostendrá que el grupo es una ficción, una fantasía. Es realmente

117Bion, W. Op. cit.


1 1 6 Grinberg, L. y otros, Introducción a las ideas de Bion, Nueva Visión, Buenos Aires, 1972. 1 1 8Bion. W. Op. cit.
15
interesante esta aparente contradicción bioniana porque como dirá el autor citado, "na­ ¿En qué radica la importancia de la noción de los supuestos básicos? Para una recons­
die, psicosociólogo o no, puede considerar 'científica' la definición de un grupo como el trucción genealógica marca un avance en los discursos de la grupalidad, en particular
de un agregado de individuos. Es muy cierto que un grupo puede ser objeto de observa­ con respecto a propuestas anteriores que tomaban como discurso teórico el nivel feno­
ción o de análisis".119 La originalidad de Bion para este autor sería entonces la de aferrar­ ménico y también frente a aquellas que trasladaron en bloque "lo psicoanalítico" al gru­
se a los dos extremos de la cadena, ya que si en el campo sociológico el grupo es una po.
realidad específica, cuando funciona como tal en el campo de la psiquis individual -mo­
Sin duda, el planteo de los supuestos básicos como organizadores implica una
dalidad y creencia que toda la psicosociología tiende a fortificar- opera efectivamente
búsqueda de un sistema de legalidades propio, específico del campo grupal; según An­
como fantasía. Subraya este autor que desde Bien pueden distinguirse grupos reales y
zieu, hasta Bion la comprensión psicoanalítica de los grupos consistía en un psicoanáli­
grupos como fantasía.
sis aplicado al grupo ya que, hasta entonces los grupos no se habían considerado aun
Recapitulando, Bien "descubre" que la cooperación consciente entre los miembros dentro de esta disciplina como un posible campo, de descubrimientos. La noción de su­
del grupo, necesaria para e! éxito en sus tareas, requiere de la circulación fantasmática puestos básicos es un primer intento, dentro de !os .aportes psicoanalíticos, de tomar a
inconsciente entre ellos, hasta tal punto que la cooperación puede ser regulada o parali­ los grupos ya no como un campo de aplicación sino como un camp·o de descu_brimiento.
zada por dicha circulación fantasmática inconsciente. Los individuos reunidos en grupo No habría que subestimar que yno de los resortes de esta posibilidad haya sido la falta
se combinan en forma instantánea e involuntaria para actuar de acuerdo a los supuestos de urgencias explicitada por Bien de denominar psicoanalíticos a los tratamientos grupa­
básicos. les por él desarrollados.

Produce aquí un planteo original: /os supuestos básícos, verdaderos organizado­ La relevancia genealógica otorgada a la noción de supuesto básico como organi­
res grupales, es decir, reguladores implícitos de los comportamientos grupales que per­ zador grupal, no debe impedir resaltar las objeciones que ofrece su implementación téc­
miten pensar en la existencia de un sistema de legalidades implícito en el desorden de nica, ya que suele operar restrictivamente en la lectura de Jos acontecimientos grupales,
los hechos empíricos grupales; estos organizadores fantasmáticos regulan el accionar tipificando los mismos según "contenidos" preestablecidos; asimismo, suelen inducir en
de los individuos en el grupo; de todos modos para Bien los tres supuestos básicos _el coordinador un adentro grupal ilusorio, cerrando su lectura hacia el grupo plegado so­
emergen como formaciones secundarias de una escena primitiva más antigua. Los su­ bre sí mismo (grupo isla).
puestos básicos serán nudos fantasmáticos colectivos en el grupo en un momento dado,
De todos modos, términos bionianos tan controvertidos como mentalidad grupal,
así se referirá Anzieu a ellos. 120
cultura grupal, que él mismo no alcanzó a desarrollar suficientemente, no deberían dese­
La teoría de los supuestos básicos puntualizó, por primera vez dentro del campo charse con ligereza; habría que revisarlos, con un criterio de elucidación crítica que per­
psicoanalítico, operadores organizacionales no individuales; aquí tal vez radique su ma­ mita las rectificaciones necesarias, ya que es probable que allí pudiera estar en germen
yor importancia, en tanto, como señala Bauleo, "consiguió producir un instrumento para cierta intuición de que los grupos arman formas propias dibujando los acontecimientos
entender lo que sucede al grupo como grupo".121 En este sentido, pueden considerarse grupales; en ese sentido, estos términos sin duda confusos, podrían pensarse como un
/os supuestos básicos como esquemas subyacentes que organizan -en el sentido que se intento de poner en palabras alguna intuición con respecto a los enlaces de subjetivida­
habla de organizadores en embriología- el comportamiento de un grupo orientando por des, a los anudamientos-desanudamientos de significaciones imaginarias, en tanto parti­
ejemplo la elección sobre tal tipo de lfder. cularidades de lo grupal.

Sin embargo, Pontalis, inscripto ya en una posición en cierta medida estructuralis­ Se quiere subrayar, entonces, que para Bien los grupos, en tanto espacios de pro­
ta dentro del Psicoanálisis, demandará a Bien por la "estructura" que posibilitara los su­ ducción colectiva, constituyen un campo de descubrimiento que necesita, para su eluci­
puestos básicos; dicho de otra manera, si los supuestos básicos son efectos grupales, dación, la creación de instrumentos conceptuales específicos. Si bien capturado en la
falta en Bien, para Ponta!is, el análisis de la estructura que los provoca o determina. narrativa kleiniana -hoy fuertemente revisada a partir de la relectura de Freud impulsada
por Lacan y su escuela y las nuevas teorizaciones a partir de allí producidas por esta co­
rriente- supo puntualizar una serie de acontecimientos específicamente grupales a los
B. El segundo momento epistémico: los organízadores grupales que intentó comprender a través de la producción de conceptos también específicos. Es
decir que, desde un lugar de escucha analítica, no aplicó el corpus psicoanalítico "in
tato", sino que dejó planteada la necesidad de instrumentos conceptuales específicos de
la grupalídad, abriendo así el campo grupal como espacio de producción teórica y no
l 19Pontalis, J.B. Op. Cit. como un mero campo de aplicación del psicoanálisis.
120 Nótese que reaparece el ténnino nudo. Anzieu, D. El grupo y el inconsciente, Op. cit. Este au­
tor retomará la idea de fonnaciones secundarias con respecto a una escena primitiva más antigua.
121 Bauleo, A, "Estado actual del Psicoanálisis individual y grupal", en El inconsciente institu­
cional, Nuevo Mar, México, 1983.

16
Al mismo tiempo, es importante recordar que cuando se invisiblliza la capacidad
del dispositivo elegido para producir efectos grupales se crean muy buenas condiciones
C. El encargo a Bion y su producción teórica
para esenciaHzar sus procesos; de igual forma al negar la importancia de las inscripcio­
nes institucionales en la que se gestionan y despliegan las experiencias y sus teorizacio­
nes, se vuelven posibles generallzaciones que al desmarcarse de sus condiciones de
Es importante detenerse en las condiciones de producción de la noción de supuesto bá­
sico. En primer lugar Bien es psiquiatra de un hospital militar en plena guerra, es coman­ producción se universalizan tal vez desde una premisa no exenta de sustanciafización.
dante y las personas con las que trabaja en sus grupos son soldados u oficiales general­ El análisis crítico emprendido en este trabajo intenta, justamente, abrir problematización
mente de rango inferior. Es un representante de la autoridad tanto militar como psiquiátri­ sobre estas cuestiones.

ca: sin embargo, se ubica frente a ellos en una actitud más cercana a !a postura de un
psicoanalista que a la de un militar superior jerárquico. Nótese que esto sucede en los
¿A qué urgencia social habrá respondido la implementación de dispositivos grupa­
años 40\ cuando aún la cultura "psi" no se había desarrollado lo suficiente como para
les con fines terapéuticos en las Fuerzas Armadas Británicas? La psiquiatría inglesa te­
que las personas pudieran tomar con cierta naturalidad el encontrar a alguien en actitud
nía que encontrar un sistema diferente al alemán que terminara con la desmoralización
de psicoanalista en Jos lugares más inesperados.
de las tropas; un sistema destinado a reabsorber eficazmente las angustias y solidarida­
Estos soldados han obtenido un coordinador de grupos, pero han perdido neces­ des de grupos, para la vida y para la muerte, y que se asentara sobre bases diferentes al
ariamente un jefe militar; han ganado a alguien que al descentrarse de las formas de li­ hechizo, aglutinador típico del ejército nazi; había que restituir, personal y militarmente a
derazgo propias de esta institución, deja sin sostén aquello que ya Freud había descripto los innumerables inadaptados, delincuentes y neuróticos que afluyeron en 1940 a los
en Psicología de /as masas y análisis del yo , como la estructura libidínal uno-a-uno con hospitales británicos. La presión de esta urgencia -según Lacan- dio lugar al "group the­
el jefe que hace posible "la ilusión de la presencia visible o invisible de un jefe que ama rapie".123 Freud ya había subrayado en Psicología de las masas y análisis del yo, que la
122
con igual amor a todos los miembros de la colectividad". Ese jefe, lugar de! ideal del negligencia del factor libidinal, en el Ejército, el maltrato a los combatientes, parecería
yo. se ha propuesto, para sí mismo, un otro lugar. haber constituido una de las principales causas de la neurosis de guerra en la Primera
Guerra Mundial. En consecuencia se volvía necesario encontrar soportes que disminuye­
Freud toma el ejemplo del pánico en un cuerpo de ejército para ejemplificar el pa­
ran las condiciones de posibilidad de emergencia de las mismas.
pel deLjefe. "Sin que el peligro aumente, basta la perdida del jefe -en cualquier sentido­
para que surja el pánico". Ruptura de los lazos efectivos que garantizan la gestión mili­ De tal modo, se inventan los dispositivos mencionados, en el intento de reactivar
tar; angustia colectiva equiparable en Freud a la angustia neurótico, a las pautas de "identificaciones horizontales" (se las denomina así en contraposición a las identificacio­
comportamiento psicótico para Bion nes verticales dirigidas al jefe}, agrupándolos entre sí:

Dependencia, ataque fuga, mesianismo, son sin duda componentes habituales,


tanto en la práctica subjetiva militar como en sus categorías emblemáticas y, por lo tanto,
Sobre esta base -dice Lacan- el psiquiatra psicoanalista se propondrá organizar la situación
con toda seguridad, muy disponibles para organizar las figuraciones propias de !os gru­ de manera tal de forzar al grupo a tomar conciencia de sus dificultades de existencia como
pos coordinados por Bion. Por otra parte el poco tiempo que Bien trabajó con grupos ci­ grupo. Naturalmente no hay órdenes ni sanciones; cada vez que se apela a su intervención,
viles probablemente lo haya privado de la posibilidad de ratificar o rectificar la presencia Bion como Psicoanalista devuelve fa pelota a los interesados. 124
de figuraciones de este tipo en las significaciones imaginarias de colectivos menos parti­
cularizados que los que desplegó en el ámbito militar. (La Asociación Psicoanalítica Bri­
tánica censuró su trabajo con grupos, situación que llevó a Bien a abandonar esta tarea No hay castigo ni tampoco reemplazo del objeto deteriorado, robado o perdido; al
a los pocos meses de haberla comenzado.} grupo le corresponde valorar lo que ha pasado. Fueron doscientos cincuenta psiquiatras
los destinados a esta labor, junto a Bien, pueden mencionarse Rees, Rickman y Foulkes;
Desde una propuesta de elucidación crítica, se vuelve necesario diferenciar la lo­ 125
este último trabajó en hospitales de. la Armada Británica.
calización de un tipo de movimiento muy característico de las actividades grupales que
realiza Bien, de la narrativa utilizada por dicho autor para su explicación; es decir se in­
tenta diferenciarla puesta en visibílídad de determinadas formas grupales de sus mane­ Interesa resaltar varias cuestiones. En primer lugar esta intervención de los psi­
ras de enunciabilidad, rescatando la primera y abriendo a revisión la segunda. De tal coanalistas ingleses fisuró una fuerte antinomia, que aún conserva su vigencia: psiquia­
modo, al subrayar la inscripción institucional -fuerzas armadas, Segunda Guerra, etc.­ tría pública-psicoanálisis privado.
que inscriben y marcan de alguna manera esta producción teórica, se pretende situar,
delimitar, las formas y /os ordenamíentos de Jos enunciados, más que impugnar la focali­ 123 Lacan, J. "La psychiatrie anglaise et la guerra", en Evolution psycbiatrique, 1947. Agradezco
zacíón de los acontecimientos. a Germán García por haberme facilitado esta publicación.
124Lacan, J. Op cit.
127 Freud, s. Psicología de las masasy análisis delyo, Biblioteca Nueva, Tomo !, Madrid, 1967. 125 Foulkes, S.H. Therapeutic Group Analysis, G. Allen & Unwin Ltd., London, 1964.
17
En segundo lugar -y la discusión de Lacan con lo! psiquiatras franceses, luego de
Capítulo VI
presentar la ponencia donde relata la experiencia inglesa 126 es muy elocuente al respec­
to-, muestra cómo una de las vías privilegiadas de pasaje de una psiquiatría organicista
a una psiquiatría social fue a partir de la instrumentación de herramientas conceptuales y
LOS ORGANIZADORES FANTASMATICOS
técnicas provenientes del psicoanálisis.

Y, en tercer lugar, cuando un campo disciplinario se abre a intervenciones para


las que no fue especialmente construido, si bien no tiene por qué rehuirse, debe acen­
tuar aquellos recaudos que le permitan poner en visibilidad las demandas sociales a las
que es incitado a responder. Ya en 1947 el mismo Lacan advierte sobre estas tres cues­
tiones y si bien es enfático a! respecto no oculta su admiración por el trabajo con, grupos
de los psicoanalistas ingleses durante la Segunda Guerra MundiaL

La necesidad masiva de asístencia: de aquí en más será una de las razones habi­
tuales en los países de significativo desarrollo de la cultura "psi", para implementar dis­
positivos grupales con fines psicoterapéutlcos.
A. Hacia la enunciabilidad de los organizadores fantasmáticos

Esta realidad no puede naturalizarse. Muy por el contrario exige su interrogación


¿qué significa la existencia de requerimientos masivos de asistencia psicoterapéutica? Los aportes reseñados en este capftulo corresponden a las teorizaciones del grupo lide­
¿Formulación de qué huecos sociales son efecto? o, dicho de otra manera, ¿a qué vacío rado por Didier Anzieu que incluye figuras muy destacadas tales como Pontalis, Kaés,
social somos respuesta cuando instituimos grupos? Missonard, Bejarano, por citar los más conocidos en la Argentina. Esta corriente "intenta
precisar que, desde el punto de vista psicoanalítico, el grupo puede aspirar a un status
diferente de aquel que tiene en el campo teórico y práctico de la Psicología Social";127
desarrolla gran parte de sus investigaciones a partir de sus experiencias con grupos bre­
ves y llamados de formación; si bien incluyen técnicas psicodramáticas y de relajación
en sus seminarios, se instituye como corriente con un fuerte interés en diferenciarse del
psicodrama moreniano y de la microsociología lewiniana. Esta diferenciación es altamen­
te estratégica para ellos, por cuanto los trabajos derivados de Lewin y Moreno eran "una
de las mayores referencias utilizadas, criticadas e incorporadas o abandonadas por nu­
merosos psicoanalistas que se orientaron antes de 1968, hacia la práctica grupai".12B (A
partir de esto puede entenderse la virulencia de algunos tramos críticos de los trabajos
ya célebres de Ponta!is, publicados en el volumen ,Después de Freud" y a los que se re­
mite con frecuencia en este libro.}1¡$ El interés de este grupo es muy diferente al de la
microsodología; a partir de "La función inconsciente de un grupo", "El grupo como obje­
to", de Pontalis, y "El grupo es un sueño", de Anzieu, constituyen sus propias bases para
una lectura psicoanalítico del grupo, desconociendo aun los trabajos de Foulkes, An­
thony y Bion. Ponen el acento en el grupo como objeto en el sentido psicoanalítico del
término- y como proceso psíquico; el grupo como objeto de investiduras pulsionales, de
representaciones imaginarias y simbólicas, de, proyecciones y de fantasías inconscien­
tes.

127Kaes, R. "Elementos para una historia de las prácticas y de las teorías de grupo en sus relacio­
nes con el Psicoanálisis en Francia", Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Tomo VII, n°
l , Buenos Aires, 1984.
128 Kaes, R. lbidem.
126 Lacan. J. Op. cit. 129 Pontalis, J. B. Op. cit.

18
Pontalis escribe en 1963: velan -según esta corriente- genética y estructuralmente apuntaladas sobre el grupo {so­
bre todo el grupo primario); a su vez consideran que dichas formaciones aseguran el pa­
saje y la reanudación entre el orden endopsíquico ("individual") y el orden del vínculo y
no basta con detectar los procesos inconscientes que operan en un grupo, sea cual fuere la fas creaciones colectivas.
originalidad de la que se es capaz: aunque uno ubique fuera del campo de análisis la imagen
misma del grupo, con las fantasias y valores que ella comporta, de hecho se elude toda cues­ Según estos autores la comprensión psicoanalítico de Jos grupos se reducía hasta
tión sobre la función inconsciente del grupo. entonces a un psicoanálisis aplicado al grupo; es decir, que el grupo constituía solamen­
te un campo de verificación sin haber llegado a ser todavía dentro de este campo disci­
plinario- un campo de·descubrimiento. Consideran haber inaugurado un contexto de des­
A su vez Anzieu, sugiriendo un paralelismo entre el grupo y el sueño postula una
cubrimiento en tanto han desplazado la atención y el interés hacia las formaciones gru·
hipótesis esencial para comprender -según esta corriente� desde el punto de vista psi­
pa!es del psiquismo y por haber formulado la relación entre las formas grupales del psi­
coanalítico, ¡,a dinámica de un grupo y sus miembros. La económica grupal se define por
quismo y el encuadre y el proceso grupal.
las localizaciones y desplazamientos de los valores pulsionales sobre los diferentes ele­
mentos del grupo; la utópica grupal es una proyección de sistemas y de instancias que Es importante advertir que para estos autores -en su punto de partida- e/ grupo es
estructura el aparato psíquico individual. Bejarano teoriza sobre la escucha psicoanalíti­ un contexto de descubrimiento de las formaciones de Jo inconsciente, y no, estrictamen­
co y la transferencia en la dinámica de grupo. Posteriormente Kaes, si bien en la línea te, contexto de descubrimiento de la grupalidad. En ese sentido es que buscarán el en­
trazada por Anzieu, Pontalis y Bejarano, trabaja en la representación del grupo como ob­ cuadre, el dispositivo y la situación adecuados para la emergencia de formaciones psí­
jeto doblemente investido por el psiquismo y por el discurso social. quicas inconscientes que pueden develarse gracias a las propiedades del grupo en tal

1970 fundan el Centro de Estudios


dispositivo. Por lo tanto, en lo que respecta al "grupo" se estudiarán aquellas característi­
A partir de Franceses para la Formación y la
cas del mismo que hagan posibles fa visibilidad de formaciones y procesos inconscien­
Investigación Activa en Psicologia (CEFFRAP); Estudiando las condiciones y los proce�
tes. En consecuencia los dispositivos inventados deberán ser eficaces para tal fin.
sos de trabajo psicoanalítico en los grupos, definiendo el encuadre y los movimientos
psíquicos de elaboración y de construcción de un espacio psicoanalítico grupal. Entre otras teorizaciones merece destacarse el concepto de fonnaciones grupales
del psíquismo, o grupalidad p�íquica, constituida por la estructura de Jos fantasmas, la
Se proponen elaborar aspectos específicos del bagaje tec_nológico para los proce­
organización de las identificaciones y la organización de las instancias del aparato psí­
sos grupales, que permita construir un verdadero status psicoanalítico para el dispositivo
quico; la noción de aparato psíquico grupal, que es una construcción intermediaria y pa­
grupal; de tal forma, se constituyen en sus centros de interés investigativo las dimensio­
radojas que efectúan Jos miembros de un grupo sobre la base de una doble serie de or­
nes de la transferencia, las condiciones y los efectos del trabajo de la interpretación, las
ganizadores: unos, los grupos internos (psíquicos} y otros, regidos por el funcionamiento
funciones y estructuras de las identificaciones, etcétera.
de los modelos socioculturales. Esta noción, desarrollada por Kaés, puntualiza que ha­
Dado que -a diferencia de la microsocio!ogía- consideraron a !os grupos que insti­ brá grupo, y no simple reunión de individuos, cuando a partir de los aparatos psíquicos
tuyeron con un objetivo de trabajo psicoanalítico, [es fue necesario definir la metodología individuales tiende a construirse un aparato psíquico grupal más o menos autónomo;
que pennitiera reconocer los procesos psíquicos en acción en estos grupos, ya fuese su este aparato se organiza sosteniendo la tensión entre una tendencia al isomorfismo y
propuesta manifiesta terapéutica o de formación. Es interesante cómo consideran esta una tendencia al homomorfismo; mientras que el aparato psíquico individual busca su
cuestión, puntualizando "el encuadre psicoanalítico debe favorecer la emergencia, la ela­ apoyo en el cuerpo biológico, el aparato grupal lo hace en el tejido social.
boración y la interpretación de las formaciones y de los procesos psíquicos imbricados
Frente a la aseveración de la microsocio\ogía con respecto a que el grupo es una
en la situación de grupo"; de tal modo que afirman que "/a situación grupal se desarrolla
comunidad, Anzieu se pregunta ¿comunidad de qué? Según este autor el grupo es una
a partir de las características del dispositivo: la enunciación de la regla fundamental, ci­
puesta en común de las imágenes internas y de las angustias de sus participantes; dirá:
miento de todo trabajo psicoanalítico, es el acto que instituye el dispositivo, hablar libre y
abstinencia entre los integrantes del grupo y e! analista de toda otra relación que no sea
!a exigida por la escucha y la palabra psicoanalítica. n130 el grupo es un lugar de fomentación de imágenes; es una amenaza primaria para el individuo.
La situación de! grupo cara a cara (reunión, discreción, trabajo en equipo, vida comunitaria
Resulta claro a partir de estos conceptos que esta corriente no se propone ni una
con compañeros que apenas conoce, en número superior al que normalmente convive a las
experiencia adaptativa a las normas grupales ni un conocimiento objetivo de los fenóme­ relaciones sentimentales, sin una figura dominante por cuyo amor uno pueda sentirse protegi­
nos del grupo, ni la creación permanente del grupo. Tienen un objetivo muy distinto: pro­ do y unido a los demás) es vivida como una amenaza para la unidad personal, como una
porcionar el encuadre, el dispositivo y la situación apta para una experiencia "original", puesta en cuestión del yo.

en la que se busca la emergencia, la liberación y reacomodación de algunas formacio­ El grupo lleva al individuo muy lejos hacia atrás, a!!i donde no se había constituido
nes y procesos psiquicos que gracias a las propiedades del dispositivo diseñado se de� aún como sujeto, donde se sentla desagregado; la imagen común del grupo -que aún no es

130 Kaes, R. Op. cit. El subrayado es m ío.


19
grupo- es la de! cuerpo despedazado: por consiguiente el grupo no tiene existencia como gru­ Pone su atención en la amenaza de pérdida de la identidad personal producida
po si no ha conseguido suprimir esta imagen y superarla.'131
por la situación de grupo; considera que ésta constituye un desafío a la integridad y la
autonomía relativa del yo; el yo de cada participante se encuentra amenazado; tal ame­
naza de ataque a la integridad yoica, moviliza diferentes tipos de angustias arcaicas y
Las metáforas del grupo como organismo viviente han mantenido largamente su
procesos defensivos contra ellas. Otro aspecto que reclama su interés es e! fenómeno
eficacia por cuanto, invocando el "nosotros" dan idea de un cuerpo frente a la imagen
de transferencia escindida, entre el pequefio grupo y el grupo amplio en el dispositivo de
anterior de cuerpo despedazado; sostendrá que la fuerza persuasiva de esta metáfora
formación diseñado para sus investigaciones.
radica en que "Corresponde a la realidad imaginarla del grupo, porque expresa, del mis�
mo modo que los mitos, la transformación de las imágenes que dirigen el juego de fuer­ Sobre el desarrollo de estos ítems, muy sumariamente enunciados aquí, conside­
zas subyacentes". Avanzando en su argumentación sostendrá que "entre el grupo y la ra deben sentarse las bases de una teoría psicoanalítica de /os grupos.
realidad, entre el grupo y el propio grupo, hay algo más que relaciones entre unas fuer­
Continúa sus teorizaciones trazando -junto a los aportes de Kaés, Misenard y Do­
zas reales: hay primitivamente una relación imaginaria". Esta producción de imágenes
rey- las líneas para una Teoría General de Fantasma de los Grupos. Planteará asi que el
explica fenómenos y procesos que hasta ese momento hablan permanecido invisibles o
vínculo primario entre las personas es la circulación fantasmática. Si bien la fantasmati­
atribuidos a otras causas. Puntualiza sagazmente: "el único observable es el grupo, aho­
zación, o la actividad de fomentación fantasmática, es una actividad preconsciente que
ra bien, lo observable queda sin concepto".
articula representaciones de cosa y de palabra y considerando la capacidad de fantasear
A través de sus experiencias con grupos de diagnóstico dirá: "el grupo es experi­ uno de los rasgos más importantes del yo, es absolutamente terminante al afirmar que
mentado por cada uno como un espejo de múltiples facetas devolviéndole una imagen "sólo existen fantasmas individuales, y es un abuso de/ lenguaje el hablar de un fantas­
de sí mismo deformada y repetida hasta el infinito. Se puede admitir, en principio que en m a del grupo o un fantasma común. El fantasma es posiblemente la realidad psíquica in­
toda situación de grupo (grande, pequeño, de trabajo, de diversión, cultural o económico) dividual por excelencia". Observará que un grupo puede paralizar sus acciones si varios
hay una representación imaginaria subyacente, común a la mayoría de los miembros del fantasmas individuales luchan entre si por imponerse, o la unidad aparente de un grupo
grupo, o mejor dicho es en la medida en que existe esta representación imaginaria en la puede forzarse en la coalición defensiva contra tal fantasma individual.
que hay unidad, algo común en el grupo. Estas representaciones pueden ser un obstá­
El "fantasma individual" es una escena imaginaria que se desarrolla entre varios
culo para el funcionamiento de! grupo respecto de los objetivos que le son asignados por
personajes; de ellos Anzieu deriva que el fantasma tiene una organización grupal inter­
la sociedad, por su status, o por las motivaciones de sus miembros y pueden ser la cau�
na; en su conducta, sus síntomas, sus sueños nocturnos, el sujeto trata de realizar una
sa por la que llegue a paralizarse su funcionamiento; pero cuando un grupo funciona efi�
escena, estando presente en la misma generalmente a título de espectador y no de ac­
cazmente es también una representación imaginaria la que le permite encontrar la son�
tor. 132 Las posiciones que hace ocupar a los demás y que él mismo ocupa son permuta­
daridad y la eficacia. Estas imágenes conservadas y superadas (aufheben) constituyen
bles pero su estructura permanece la misma; cada personaje resulta de una o varias
finalmente -para Anzieu- la realidad interna esencial de los grupos humanos: No hay
identificaciones y una o varias figuraciones de procesos psíquicos; el aparato psíquico
grupo sin Jo imaginario.
utiliza las identificaciones del individuo para devolverle, representadas, las instancias
Se propone analizar a la luz de la teoría psicoanalítico los principales procesos psíquicas y pulsiones que obran en él y dramatizar sus relaciones y conflictos.
psíquicos inconscientes que se desarrollan en los grupos humanos; la experiencia sobre
René Kaes ha elaborado partiendo de esto la hipótesis de una homología entre la
la que elabora sus investigaciones se basa, fundamentalmente, en grupos de formación.
organización grupal interna del fantasma y la situación grupal, en la que algunos miem­
¿Cuáles son para Anzieu los procesos claves que puntualiza para el grupo, desde el
bros sirven a otros, unas veces como puntos identificatorios y otras como soportes pro­
punto de vista psicoanalíüco? En primer lugar la ilusión grupal, refiriendo aquel senti­
yectivos para su tópica subjetiva y sus pulsiones. Es esta organización grupal interna del
miento de euforia comparado por los integrantes por pertenecer al grupo; el grupo produ­
fantasma individual, lo que fundamenta la posibilídad del fenómeno de resonancia fan�
ce tal ilusión grupal por un proceso más general y éste es que cumple una función de
tasmática.
realización imaginaria de deseos (analogía grupo-sueño). Retoma conceptos de Ezhriel
subrayando que los participantes se dan como representación colectiva el mayor deno­ La resonancia fantasmática es el reagrupamiento de algunos participantes alrede­
minador común de sus fantasmas individuales; al igual que el sueño, la fomentación fan� dor de uno de ellos, el cual hace ver o da a entender a través de sus actos, su manera
tasmática del grupo, se desarrolla sobre el escenario de la imagen del propio cuerpo de ser o sus palabras, su (o uno de sus) fantasma individual inconsciente. Se subraya el
desrealizada, con un telón de fondo que es el escenario imaginario del grupo. Considera carácter de reagrupamiento, esto quiere decir no tanto acuerdo como interés, convergen­
que la disposición en círculo dispara imágenes relacionadas con el interior del cuerpo de cia, eco, estimulación mutua. En tanto portador de un deseo reprimido, un fantasma sus-
la madre.
132Coincide con la definición de fantasma elaborada por Laplancbe y Pontalis J, B. en su Diccio­
nario de Psicoanálisis (Labor, Barcelona, 1974): "Escenificación imaginaria en la que se halla pre�
sente el sujeto y que representa en forma más o menos deformada por los procesos defensivos, la
1 3 1 Anzieu, D. Elgrupo y el inconsciente, Biblioteca Nueva, Madrid, 1978. realización de un deseo, y en último ténnino, de un deseo inconsciente".

20
cita en aquél ante el que se devela el horror, la fascinación o ta indiferencia según des­ trar el plus grupal en un inconsciente de grupo, o denegar tal plus reduciendo at grupo a
pierte -en ese testigo que se siente invitado a convertirse en actor- una condena violenta, un agregado de individuos donde no habría que buscar ningún plus de sus producciones
un deseo análogo pero hasta ahora latente, o eficaces mecanismos de defensa, en parti­ subjetivas. Dos formas de expresión del a priori individualista: una piensa los problemas
cular de negación. De esta forma esta corriente entiende el discurso del grupo como la subjetivos grupales como dotados de los mecanismos de las producciones inconscientes
puesta en escena y en palabras, del fantasma de aquel que es el "portador''; con respec­ singulares; !a otra no puede pensar otras formas de producciones subjetivas que no
to a él, algunos miembros del grupo se ubican tomando los lugares de cada uno de Jos sean !as inherentes a la singularidad.
protagonistas y ocupando una de las posiciones individuales incluida en el escenario fan­
Esta corriente francesa salva el impasse de la oposición antinómica con la puesta
tasmático del "portador". Por supuesto, los intercambios se desarrollan con aquellos par­
en enunciado de /a grupalidad del fantasma sin guiar, condición de posibilidad de la re­
ticipantes que pueden -por sus propios juegos fantasmáticos- ocupar uno de los lugares
sonancia fantasmática grupal.
que el fantasma comporta. A partir de estas consideraciones es que Missenard conside­
ra que un fantasma individual inconsciente se convierte en "organizador'' del comporta­ ¿En qué radica la posibilidad de resonancia fantasmática? En la grupa!idad del
miento del grupo. fantasma; esto es que, en tanto el fantasma es una escenificación que se desarrolla en­
tre varios personajes, es siempre una imagen colectiva y posee, por tanto, una "estructu­
Anzieu continuará este aporte de Missenard puntualizando que el fantasma indivi­
ración grupal interna"; de allí su carácter organizador en tos grupos. De la misma mane­
dual inconsciente es el primer organizador del grupo, las imagos y los fantasmas origina­
ra, las imagos y los fantasmas universales crean condiciones para constituirse en otros
rios constituyen el segundo y tercer organizadores del grupo. 133
organizadores de las instancias de la vida colectiva. Es claro entonces, el fantasma indi­
Luego de esta clasificación Anzieu reconocerá que todo no se reduce a la psicolo­ vidual es grupal, que es diferente a decir que hay un fantasma de grupo .. Es decir que, !a
gía y que sin duda existen organizadores económicos, sociológicos, históricos, etc., del integración de las personas reales a una situación grupal, dadas las características antes
grupo, conocidos o por investigar, pero aclara que esto no es de su incumbencia. mencionadas, dispara, moviliza, las instancias o formas grupales de su propia subjetivi-
·
dad. Por esto pueden agruparse.

Aquello que resuena y habla o aCtúa desde los participantes de un grupo Son po­
siciones en la escena fantasmática. La singularidad -no lo individual- radica en la forma
de cada quien de posicionarse y resonar desde o hacia dicha escena.

En tal sentido si bien es importante subrayar que los aportes de esta escena per­
B. Problemas de demarcación miten superarla noción de fantasía inconsciente grupa¡ a partir de la noción de grupali­
dad del fantasma, esta misma idea hace necesarias algunas puntuaciones. La utilización
de la palabra "individual" junto a "fantasma" parece vaciarse de sentido. Si el individuo
En primer lugar puede obseJVarse que Anzieu y su escuela retornarán la intención de es et sujeto indiviso de consciencia, el término "individual" deja de ser pertinente al cam­
Bion en la búsqueda de organizadores grupales. ¿Qué organizadores encuentran?, el po psicoanalítico y por ende a los aportes psicoanalíticos al campo grupal.
fantasma individual prevaleciente, imagos y fantasmas originarías. Sus investigaciones Resulta más fructífera la noción "singularidad" que despoja a uno del soporte cor­
precisan algo, sin lugar a dudas muy importante: no hay fantasma grupal, es decir, el poral y vuelve imposibles de sinonimia o superposición yo función y yo imaginario. 131>
plus de los grupos no radicaría en un fantasma colectivo. Se refuta de esta manera la
idea de una mente -ahora inconsciente- grupal, y se afirma la hipótesis de fantasmas "in­ Con respecto a los organizadores, Anzieu reconoce que no todo se reduce a la
dividuales" que entran en resonancia fantasmática; esta noción ya presente en autores psicología; que si bien existen organizadores económicos, sociológicos, históricos, etc.,
ingleses como Ezhriel y Foulkes ahora más elaborada, desalienta la idea de un incons­ de grupo conocidos o por investigar, éstos no son de su incumbencia- ¿Por qué no son
ciente grupa!. de su incumbencia? pues porque ha definido su interés. dentro del campo psicoanalítico
y ha reconocido como su intención formular una teoría psicoanalítico de los grupos; de
Merece subrayarse la importancia -para una genealogía de lo grupal- de esta dife­ todos modos se impone aquí una interrogación:¿es ésta una estricta de limitación de
renciación, en tanto, como pudo observarse134 la polémica señalada por Asch en la Psi­ campo disciplinario, o una limitación de Jos abordajes de objeto discreto? ¿Opera aquí el
cología Socia!, entre "individualistas" y "mentalistas" se traslada al psicoanálisis cuando a priori individuo-sociedad? ¿Los organizadores socioculturales �por ejemplo, el poder, el
éste comienza a implementar dispositivos grupales en la Clínica. De tal forma surge la
presunción, en uno de los polos del debate, de la existencia de un inconsciente grupal, o
135No se analiza aquí el grado de precisión o exactitud del uso del ténnino psicoanalítico "fantas­
fantasías grupales inconscientes. Falsa disyuntiva que oscila entre el intento de encon-
ma" realizado por esta corriente, por considerar tal punto como una polémica más pertinente al deM
133 Esta corriente toma como modelo los tres organizadores psíquicos sucesivos en el niño con­ bate Interno del campo psicoanalítico, que para estos apuntes de una genealogía de lo grupal. Sin
ceptualizados por Spitz. embargo, no puede dejar de señalarse la necesidad de re-pensar la noción de fantasma y la diferen�
134 Véanse capítulos TI y fV. ciaciónje -moi a partir de Jos aportes de J. Lacan y continuadores.

21
dinero y las ideologías, por tomar a Lourau- al quedar silenciados o invisibi!izados sea en centralmente investigar grupos, sino que implementa dispositivos colectivos para investi­
las interpretaciones y/o en la reflexión teórica, qué presencia pueden conservar? En ese gar formaciones inconscientes. Esto no excluye que sus aportes constituyan conceptuali­
sentido las resonancias fantasmáticas, ¿no corren el peligro de pensarse corno "los" di­ zaciones de gran importancia y a esta altura ineludibles para investigadores del campo
namismos grupales, o como el basamento de todo movimiento grupal? grupal. Ineludibles a condición de poder realizar ciertas delimitaciones. 137

Se hace necesario diferenciar que si bien las experiencias grupales, indudable­ Si bien puntualizan que entre el aparato psíquico grupal y e! individual -dotados de
mente, enlazan fantasmas, esto no seria lo mismo que pensar que la experiencia de gru­ las mismas instancias- hay diferencias en sus principios de funcionamiento: aparatos ho­
po es fantasmática.13ij Si se retoma la exigencia planteada por esta corriente con respec­ mólogos pero no isomorfos, restan muchas dudas con respecto a la articulación de los
to al encuadre psicoanalítico para que él favorezca la emergencia, la elaboración y la in­ organizadores grupales que esta perspectiva psicoanalítica ha hecho visibles, y aquellos
terpretación de las formaciones y de los procesos psíquicos implicados en la elaboración que necesariamente quedan en invisibilidad desde tal perspectiva teórica y sus dispositi­
de! grupo {esto es, el reconocimiento por parte de estos autores de que la situación gru­ vos. No se invalida o subestima la importancia de estos aportes que han posibilitado,
pal se desarrolla a partir de las características del dispositivo), sería legítimo interrogar al como ya se dijo, la elucidación de los anudamientos-desanudamientos fantasmáticos en
dispositivo diseñado para el despliegue de sus actividades grupales; en él los integrantes los grupos; el problema es que si no se acota que ésta es una visibilidad abierta por de­
se reúnen en grupo para hablar de la experiencia de grupo: ¿el mismo diseño de la ex­ terminado campo disciplinario, puede deslizarse tal elucidación llegando a considerar
periencia, no será aquello que favorece una conceptualización onírico-fantasmal de los que tales enlaces son los organizadores grupales. Todos ellos o aquellos a los que otros
grupos? organizadores están subordinados en su determinación.

En ese sentido, no se intenta aquí una critica del dispositivo diseñado por esta co­ Es importante puntuar estrictas delimitaciones, tanto epistemológicas como meto­
rriente en sus grupos de formación; muy por el contrario parece reunir las condiciones dológicas ya que de lo contrario se corre el riesgo de incurrir en otra forma de psicoana­
para satisfacer el objetivo que sus diseñadores se han planteado: el grupo como contex­ lismo; para ello es interesante la diferencia realizada por Larriera entre psicologización y
to de descubrimiento de las formaciones de lo inconsciente; sino abrir advertencia frente subjetivación, a partir de su análisis del texto freudiano de Psicología de las masas y
a la posible extensión sustancialista por la cual las propiedades a las cuales este disposi­ análisis del yo. Dice el autor:
tivo abre visibilidad, quedan en su proceso de enunciabilidad connotadas como las pro­
piedades esenciales de los grupos, o aquellos determinantes estructurales de Jos cuales
todo acontecer grupal fuera su expresión, las formas enmascaradas por las que ello ha­ El texto freudiano es particularmente ilustrativo, en su revisión de las concepciones de la psi­
cología social, del abismo que separa a la psicologización de la subjetivación. Y esto es, en
bla.
verdad, psicoanálisis de masas, lo cual de ninguna manera puede ser tomado como una apli­
Se hacen necesarias algunas precisiones. En primer lugar, Anzieu y su escuela cación del psicoanálisis a lo social; Jas masas no tienen ni madre ni padre, ni pulsiones ni de­
seos, asf como no existen los fantasmas colectivos de las multitudes. Cualquier aseveración
diseñan un dispositivo que, como Kaés subraya, organiza las formas de desarrollo de la
en este sentido no hace más que desvirtuar el rigor freudiano al considerar la cuestión, pues
situación grupal, es decir que produce la visibilidad de determinados acontecimientos Freud solamente estableció las condiciones estructurales del sujeto que posibilitan que "haga
grupales y en rigor de verdad- no son pocas ni irrelevantes las áreas de visibilidad que masa". En otras palabras puso el fundamento subjetivo del hecho de masas, su principio ma­
abre. Da forma a la noción de resonancia fantasmática esbozada ya por los autores in­ terial. Masa es lo que el sujeto no puede dejar de hacer por el hecho de ser sujeto: eso es lo
gleses y diferencia la grupalidad del fantasma-virtualidad por la cual la resonancia fan­ que Freud demostró. Operó una desustancialización del hecho de masas al dar sus condicio­
nes de causación, pero de ello no se sigue la posibilidad de reinscribir en este campo al niño,
tasmática es posible- de un eventual fantasma de grupos sentando un jalón muy impor­
sus progenítores o una pulsión cualquiera, pues eso seria volver a sustancializarlo, transfor­
tante en la polémica sobre la pertinencia o no de enunciar fantasmas colectivos. mando el paso dado en una nueva psicología.
tu

Deja en invisibilidad otros organizadores grupales no enunciables desde sus con­


ceptualizaciones psicoanalíticas; y esto no es un error ni un defecto por cuanto la preo­
cupación de esta escuela es formular una teoría psicoanalítica de los grupos y no una En el mismo sentido es que se afirma que el hacer visible la grupaHdad del fantas­
teoría de lo grupal. A diferencia de Bion, quien no encontraba ninguna justificación para ma individual como virtualidad de la resonancia fantasmática en los grupos da cuenta de
nominar psicoanálisis a los procedimientos psicoterapéuticos de grupo que él llevó ade­ las condiciones estructurales del sujeto para que "haga grupo" (o "haga nudo"). En tal ra­
lante, esta corriente afirmará a los grupos como espacios válidos para investigar forma­ zón resulta relevante para una genealogía de Jo grupal diferenciar el aporte que esta es­
ciones inconscientes, y sin duda lo son, a condición de no considerar estas exploracio­ cuela psicoanalítica realiza para la comprensión de las condiciones estructurales del su-
nes como estrictas investigaciones de lo grupal; en ese sentido podría afinnarse que 137 Suelen encontrarse en nuestro medio articulaciones de aportes de Pichon Riviére con la escue­
esta corriente se ha preocupado por diseñar espacios grupales que hagan posible el la de Anzieu que no siempre evidencian la vigilancia epistémica necesaria.
despliegue y la investigación de formaciones inconscientes. Es decir que no se propone l 38Larriera, S. "Aproximaciones a una topología grupuscular psicoanalítica", en Desarrollo en
psicoterapia de grupo ypsicodrama, Gedisa, Barcelona, 1982. También ha trabajado estas dife·
1 36Percia, M. Taller Abierto y Permanente. Cátedra Teoría y Técnica de Grupo. Facultad de Psi­ renciaciones Percia, M., Clases Taller Abierto Permanente, Cátedra Teoría y Técnica de Grupos
cología, UBA, 1987. "A", Facultad de Psicología, UBA, 1987.

22
jeto para que "haga grupo" de una narrativa psicoanalíüca por la cual pueden sustanciali­ Es importante en ese sentido sostener la tensión operante entre amenaza al yo y
zarse, y psicologizarse, o psicoanalitlzarse procesos grupales. soporte identificatorio, es decir, reconocer su coexistencia conflictiva, paradojas, donde
¿Qué significa aquí sustancializar?: transformar ciertos procesos grupales que de­ no es posible reducir un polo de la tensión a la lógica interna del otro polo; cuando se
terminado dispositivo y su marco teórico hacen posibles, en los procesos esenciales o produce la tendencia a inclinarse a uno de los polos suele ser en virtud de que se ha
puesto en juego la antinomia "individuo-sociedad", pero como tal a priori funciona en cali­
fundantes o determinantes de un grupo; al esencializarlos se los ubica como determinan­
tes estructurales de todo otro movimiento grupal con la consiguiente centralización teóri­ dad de impensable ideológico, pasa a funcionar generando el reduccionismo psicológico
en este caso- que sustancializa lo que previamente redujo. De tal forma, se dice: "los
ca y profesional del campo disciplinario que logre tal hegemonía; de esta manera la es­
cucha del coordinador privilegiará necesariamente estos procesos como fundantes; y el grupos son una amenaza a !a identidad", o en su contrario, "los grupos son un sostén
identificatorio y/o solidario", cuando en realidad debería relativizarse la afirmación, di­
pensamiento del teórico puede sesgarse hacia la ilusión de completud por la cual desde
el objeto discreto de su disciplina puede dar cuenta fehacientemente de un campo com-. ciendo que en determinadas condiciones -y habrá que investigar cuáles, cómo, etc.- tal
piejo, discontinuo y paradoja] como el grupal. grupo pone en juego significaciones imaginarias desde las cuales algunos de sus inte­
grantes lo perciben como amenazante o bien como soporte. Cabe aun otra interrogación:
En síntesis, esta corriente que desde un primer momento se propone como uno ¿Qué es lo amenazado en un grupo? Habría que realizar mayores precisiones concep­
de sus objetivos centrales dar un estatuto psicoanalítico al trabajo con grupos aporta in­ tuales que permitan mantener una eficaz distinción entre nociones tales como
teligibilidad con respecto a las condiciones por las cuales el sujeto de su disciplina, el su­ "individuo", "identidad", "yo". Si lo amenazado es el "autonomus ego" {Lacan), no puede
jeto inconsciente, entra en resonancia fantasmática y "hace� grupo. ser de otra manera ya que la presencia del otro desmiente su ficción unitaria. ¿Qué es lo
A partir de allí sería una extensión indebida afirmar que los grupos son fantasmáti­ sostenido en tal espacio colectivo? El otro -en tanto semejante y diferente- está allí para
cos o que la identificación es el motor de los grupos. 139 La resonancia fantasmática, la hacer posible que en e! lazo social el sujeto se re-cree como tal.
identificación, etc., son aquellos motores grupales sobre los que el psicoanálisis por las Con respecto a la sustancialización mencionada, se operan dos reducciones al
características de su objeto de estudio y Jos dispositivos que diseña para revelarlo, se mismo tiempo. Por una parte, sólo se "ve" la lógica de uno de los polos; por otra parte,
encuentra posibilitado de producir visibilidad y enunciabilidad. como desde esta primera operación se demuestra lo que Jos grupos son, se cierra la in­
En la Argentina, esta confusión epistémica suele reforzarse desde las prácticas terrogación acerca de por qué, cómo, cuándo, tal grupo opera como amenaza o bien
grupales mismas, en tanto la mayoría de ellas se despliegan dentro de la clínica pSicoa­ como soporte para sus miembros; además de esta forma ciega también el investigar las
nalítico, de tal suerte que allí sí el eje del trabajo son -necesariamente- los juegos de re­ diferencias de inscripción de las signfficaciones imaginarias que habrá entre Jos diversos
sonancias fantasmáticas y/o los juegos identificatorios; por tal razón es importante insistir integrantes del grupo, ya que será amenaza para unos, soporte para otros, etcétera.
en este tópico; allí, el dispositivo grupal, en tanto espacio táctico, esta diseñado para Pero si, en función de! a priori, se naturaliza esta producción, se cierra la interrogación
abrir visibilidad a tales juegos, ya que es precisamente esto lo que busca analizar. acerca de por qué, cómo, para algunos dispara determinada significación, y no otra. La
premura por encontrar el a priori en la "experiencia" suele volver innecesaria toda investi­
Hasta aquí no parecería haber ningún problema. Este surge cuando se produce
gación, de tal manera que en vez de ser ésta un observable local a interrogar, se trans­
un salto epistémico en el cual se organizan varias operaciones simultáneas: en primer lu­
fonna -en función de la premura mencionada- en una evidencia fáctica que no necesita
gar, permanece en invisibilidad el hecho de que los procesos grupales "observados" son
de ninguna pregunta.
aquellos que el dispositivo diseñado hace posibles de ver. A partir de allí, estos procesos
que visibiliza este dispositivo, pasan a considerarse como los procesos grupales determi­ Así, por ejemplo, cuando esta escuela desarrolla su análisis sobre los grupos am­
nantes de todo acontecer grupal; cuando esta jerarquización toma una forma globa!izan ­ plios, pone el énfasis en los procesos de escisión de la transferencia por los cuales e!
te se crean las condiciones para otorgar a tales procesos las características de sustan­ grupo amplio es un lugar propicio para intensos movimientos de transferencia negativa.
cia, de esencia grupaL Cuando esto afirma pareciera no poder evaluar la incidencia del dispositivo elegido en tal
acontecer. Observan que la transferencia se escinde en negativa para el amplio y positi­
En otros casos, esto posiciona una centralización teórica y al psicologizar o psi­
va para el pequeño grupo. Esto les permite generalizar afanando que los grupos amplios
coanalitizar -en el sentido de extraterritorialidad psicoanalítica- la lectura de lo grupal, se
promueven movimientos transferenciales negativos. Antes que aseverar tal cosa habrá
inclina la tensión de lo singular-colectivo a su forma "individuo" antinómica de su forma
que investigar qué características del dispositivo facmtan tales procesos, Otro factor im­
"sociedad", acentuando la existencia de determinados acontecimientos grupales, y gene­
prescindible en el análisis de la escisión de la transferencia es, por supuesto, la indaga­
rando ilusiona! pero eficazmente la no existencia de otros movimientos. Así, por ejemplo,
ción de las inscripciones institucionales en tales grupos. También habría que preguntar­
cuando esta escuela acentúa el espacio grupal como amenazante de la integridad yoica
se si es posible diseñar dispositivos donde esto no ocurra. Por otra parte, al psicoanaliti­
corre el riesgo de invisibilizar dicho espacio como soporte identificatorio.
zar la lectura, y mantener invisible las formas circulantes de transferencia institucional se
cercena otro importante vector de análisis para investigarlos cómo y cuándo se produce
este tipo de escisión de la transferencia. De tal manera se naturaliza como una caracte­
J39Lemoine, G. y P. Teoría delpsicodrama, Gedisa, Barcelona, 1979. rística de Jos grupos amplios la tendencia a producir situaciones transferenciales y con-

23
tratransferenciales muy conflictivas para los coordinadores, quienes según Anzieu "se cultad de hacer posible o volver imposible los anudamientos-desanudamientos fantas­
asustan de coordinar grupos amplios."140 máticos.

Las investigaciones realizadas en ámbitos muy diferentes a los grupos de forma­ Sería un camino que no lleva a ninguna parte discutir si la condición fantasmática
ción de esta escuela ponen de relieve otras configuraciones emblemáticas que los gru­ es más importante que la institucional, o viceversa; la preocupación por la "determina­
pos amplios producen, facilitando las condiciones para la producción de significaciones ción" de mayor gravitación suele ser una forma de disputa por hegemonías teóricas o
imaginarias que sostienen soportes identificatorios y/o de restitución de identidades gra­ profesionales más que formas de investigar el problema.
vemente amenazados por situaciones traumáticas: trabajos grupales con familiares de
En tal sentido, descentrarse de tal implicación permite encontrar la necesidad de
desaparecidos, con sobrevivientes de campos de desaparecidos, mujeres golpeadas, ex
interrogar puntualmente en cada situación a indagar cómo juegan las diversas variables,
combatientes de Guerra de Malvinas, o situaciones no tan límites pero muy desestructu­
qué factores hacen posible determinadas articulaciones y no otras. En síntesis, cuándo,
rantes puestas de manifiesto en el trabajo con equipos de médicos de servicios donde se
cómo, por qué, en un nudo grupal, algunos de sus hilos constitutivos, en un momento
asiste a recién nacidos de alto riesgo, 141 donde los dispositivos grupales montados más
dado, ha cobrado mayor significación que otros.
que generar fantasías de amenaza yoica, son vívidos como espacios de sostén y restitu­
ción.

Recordemos que Freud había puntualizado que en la vida psíquica del individuo
el otro interviene regularmente como modelo, sostén y adversario. Estos tres tipos de fi­
guraciones están en juego -los tres- en Jos colectivos humanos; cuando una teorización
acentúa alguna de ellas habrá que sostenerla vigilancia epistémica suficiente que permi­ C. Tercer momento epistémico: el agotamiento del objeto discreto
ta analizar cómo juegan aquí los a priori conceptuales del "autonomus ego", cuánto del
dispositivo gestado, de la transferencia institucional o de los objetivos de la actividad rea�
Si bien no se abordará el análisis minucioso que los aportes de René Kaes merecerían,
!izada generan la ilusión de eliminar la tensión amenaza-sostén hacia uno de los polos.
particularmente en relación a su formulación de un aparato psíquico grupal, sí se subra­
Aquí se pone el énfasis en el sesgo "amenaza" porque es más frecuente encontrarlo en
yará que este autor mantiene operante su preocupación por la articulación de lo que él
nuestro medio, pero lo mismo cabría para aquellos dispositivos que sesgan hacia la figu­
llama el "grupo de adentro" y el "grupo de afuera", o sea grupalidad interna y grupo real.
ración "sostén", sin tener en cuenta la figuración "amenaza", produciendo generalmente
Es más, reconoce enfrentarse con la dificultad que significa trabajar desde un solo cam­
procesos ilusorios grupales-institucionales que dificultan a sus integrantes la reinserción
po disciplinado y no por ello dejar de tomar en consideración aquellos organizadores so­
en su comunidad.
cioculturales que Anzieu había anunciado como posiblemente existentes. Puntualiza que
En síntesis, no se puede analizar aquello que se naturaliza; no se puede teorizar el grupo, como objeto representado, es una imagen cuyos referentes son a la vez endop­
aquello que se sustanciaHza. Condición de las operaciones de análisis y teorización es síquicos y externos, es decir, correspondientes a la realidad material y social. Dirá que
mantener interrogación, problematizar, no sólo aquello que se ofrece oscuro, o que pro­ tanto la ilusión objetivista como la subjetivista ocultan el hecho de que la representación
duce dudas, sino también -y fundamentalmente- es necesario interrogar y probJematizar puede ser una codificación simbólica de varios órdenes de realidad dentro de un sistema
lo obvio. Es allí, en las fuertes evidencias, donde se encuentran las fortalezas de las pro� cognoscitivo y social. Sostiene que, tanto la experiencia como el estudio de los grupos
ducciones ideologizadas. oscilan entre una tendencia a volver isomórfica la representación inconsciente del objeto,
Los "descubrimientos" de esta corrientes han permitido encontrar las condiciones el modelo socio-cultural de referencia, la base material de agrupamiento, y el proceso
estructurales del sujeto inconsciente para que haga nudo. Queda, a partir de allí, abierta grupal; y una tendencia a desunirlos, a ocultar su existencia y sus vinculaciones, o a des­
la investigación que permita "descubrir'' en Jos colectivos grupales la articulación de es­ plazar una de estas dimensiones sobre otra. Así, por ejemplo, la reducción realista igno­
tos organizadores subjetivos singulares, con los organizadores institucionales y sociales. ra el hecho de que el proceso grupal es tributario del objeto..grupo representado; inversa�
mente, la reducción psicologista desconoce la existencia en el proceso grupal de la de­
Otro punto de difícil investigación será poder localizar en qué momento unos u terminación por su base material. Estos dos tipos de reducción cumplen una función
otros son vectores prevalecientes en la organización de determinados enlaces grupales. análoga de enmascaramiento de la discontinuidad entre la realidad psíquica y la realidad
Así, por ejemplo, si bien podría afanarse que las condiciones estructurales para que el
social. Se vuelve necesario por lo tanto comprender en primer lugar, la razón de tales re­
sujeto inconsciente haga nudo se presentan como condiciones fundantes de un grupo, ducciones y pensar las formas de articular tanto lo que se confunde como lo que se se�
se ha podido observar que una inscripción institucional conflictiva puede volver imposible
para.142
Regar a esta condición. Ciertas configuraciones emblemático-institucionales tienen la fa-

140 Anzieu, D. Op. cit.


141 "Los grupos y la comunidad", Mesa Redonda, Cátedra Teoría y Técnica de Grupos "A", Facul­
tad de Psicología, UBA, 1986. 142 Kaes, R. El aparato psíquico grupal, Gedisa, Barcelona.

24
Reconoce que trabajar con esta doble pertenencia, ubica en el centro del debate Sin duda, la lógica del objeto discreto ha demostrado ocasionar problemas para
la cuestión de !a articulación intermediaria, con la dificultad agregada aquí de que la lógi­ comprender las transferencias mutuas entre los distintos niveles ya que desde ella no
ca de estos sistemas está por explotarse como también la lógica de sus relaciones. 143 puede pensarse la articulación de las fonnaciones de lo singular y lo colectivo.

Interesa destacar el camino que se abre a partir del propósito de sostener visibili­ En la actualidad se abre la expectativa con respecto a las investigaciones sobre la
dad de otros organizadores, más a!Já de los fanta�mátlcos ya trabajados por esta escue­ lógica de la paradoja y de lo discontinuo; pueden otorgar aportes significativos para com­
la. En ese sentido se vuelven imprescindibles algunas puntuaciones epistemológicas; prender, desde epistemologías transdisciplinarias, tales espacios.
por ejemplo, queda interrogada la validez de la categoría de intermediario para el abor­
Interesa resaltar el esbozo de apertura epistemológica que a partir de estas consi­
daje de la articulación de los distintos organizadores grupales; si bien tal categoría po­
deraciones podría iniciarse, al hacer visible una suerte de agotamiento de las lógicas de
dría admitir la mediación de niveles heterónomos como el psicológico y el social, sin emw
objeto discreto para pensar Jo grupal. De ser así, queda planteado un desafio en la inda­
bargo, no puede dejar de considerarse que frecuentemente y sobre todo en las fases
gación de los nudos teóricos grupales: reflexionar sobre la pertinencia de enfoques epis­
constitutivas de los campos disciplinarios, el _resultado ,del debate evoluciona, general­
temológicos transdisciplinarios.
mente, según Kaes, hacia posiciones reducciorlistas.

Por otra parte, tal articulación no podrá evitar los reduccionismos señalados en
tanto no se abandone la epistemología de las ciencias positivas, en la cual aun hoy se
fundamentan las Ciencias Humanas, ya que dicha epistemología supone un objeto dis­
creto, autónomo, reproducible, no contradictorio y unívoco; implica una lógica de lo Uno,
donde la singularidad del objeto teórico no debe verse afectada, dado su aislamiento me­
todológico por las condiciones de posibles aproximaciones con otros campos disciplina­
rios.144

En �El dispositivo grupal" ya se había señalado que una eventual teoría de los
grupos no había constituido su objeto teórico, indicando que esto pudiera deberse a las
características específicas de los acontecimientos de los cuales debe darse cuenta; se
ha insistido también en la insuficiencia de abordajes realizados desde un solo campo dis­
ciplinario dados los múltiples atravesamientos de los grupos, como así también las du­
das epistémicas que ofrece la posibilidad de postulación de un objeto formal abstracto
grupo. De todos modos las exigencias de buscar, por ejemplo, "el objeto fonnal abstrac­
to" {Aithusser-Herbert)145 de una disciplina, operaron en nuestro medio, en la década del
70, tanto en un sentido positivo como en un sentido negativo. En el primer aspecto ac­
tuaron como denunciantes de la falta de sostén teórico de la mayoría de las técnicas gru­
pales (exaltación de la experiencia, la sensitividad, la creatividad, etc.); en el segundo
aspecto, en e! terreno de las psicologías, quedaron devaluados todos aquellos campos
disciplinarios entre ellos el grupal� que no quedaran claramente incluidos dentro del cam­
po psicoanalítico, en tanto este era el único campo que había constituido su "objeto for­
mal abstracto". Por otra parte, posiblemente, éste haya sido uno de los muchos y com­
plejos vectores que confluyeron en la restricción emblemáticowprofesional de muchos psi­
cólogos argentinos.

l43 Véase capítulo ll.


144 Kaes, R. Op. cit.
145 Para una crítica del objeto formal abstracto vean Thompson, E. P. La miseria de la teoría, Críw
tica, Barcelona, 1981 y Debrassi, J. C. "Algunas consideraciones sobre la violencia simbólica y la
identidad como emblema de poder", en Bauleo, A. (comp.), Grupo operativo y Psicología Social
!mago, Montevideo, 1 n7n
25
26
- .
- - -

MARcELO PEReTA

LUGAR EDITORIAL

27
/
.

Indwe

PRÓLOGO ...................................................................................... 9

INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO GRUPALISTA


EN LA ARGENTINA Y ALGUNOS
DE SUS PROBLEMAS ACTUALES

Condiciones subjetivas de los años sesenta y setenta:


compromiso y responsabilidad social............................ 19
Transformaciones de la subjetividad en los años ochenta
y encrncijadas de lo grnpal ... ......... ........ . .... .. ... .. ... 35
. . . . . . ..

GRUPOS, IDENTIFICACIONES, MIRADA Y AMOR

Procesos identificatorios en la clínica grupal ....................... 53


Apuntas para una escucha analítica en situación
de grnpo 77
................•.•................•........ ..............................

(Variaciones sobre un recurso dramático)


Problemas del diálogo amoroso ..... ........ ....... . . . .. ........... ........ 95
.

(Notas clínicas)

Tapa: Pablo Barragán

Cuarta edición

ISBN: 950-9129-llS·O

© 1997 Lugar Editorial SA


Castro Barros 1754 � (1237) - Buenos Aires
"' / Fax: 921-5174/ 924-1555
Queda hecho el depósito que matea la ley 11.723
Impreso en Argentina - Printed in Argentins


..

28
CONDICIONES SUBJETIVAS DE
LOS AÑOS SESENTA Y SETENTA:
COMPROMISO Y
RESPONSABILIDAD SOCIAL

INTRODUCCIÓN

El pensamiento grupal en la Argentina no tiene una


sola puerta de entrada: hay distintas introducciones posi­
bles, pero no muchas para cada uno. Cada cual se condu­
ce según una precisa (y a veces imprecisa) relación de in­
timidad. No se pretende instruir sobre un determinado
recorrido, ni hacer de este trayecto una única manera de
pensar. Por eso, esta presentación debe leerse como una
biograña de ideas* *.
De ningún modo se aspira a entregar una versión tota­
lizadora de las prácticas grupales en nuestro país sino se-
. . ña1?J:' itin¡¡rario,s y contradicciones �e algunOI! pf!!lJladb)'�(�
de formación psicoanalitica que . pfuvocaron mi interés. .
Es probable que, en algunos, estás notas produzcan
nostalgia y pesar por el recuerdo de un momento histórico
que parecía no presentar la incertidumbre del actual; o
que otros sientan extrañeza frente a referentes desconoci­
dos. Es también, para mí, un llamado a la memoria y al

* Estos artículos fueron publicados en Lo Grupal 7. Ediciones

Búsqueda, Buenos Aires, 1989.


* * Pero una biograña no es una historia unitaria de vida. Se sabe,
uno nunca escribe solo. Cuando se escribe se inscriben en singular re­
laciones plurales. Menciono, con Edgardo Gili el "trabajo" de la escri­
tura, con Luis Herrera las experiencias grupales compartidas, con Ana
Fernández las indagaciones sobre el saber grupal; y dejo aparte a J. C.
De Brasi, para recordar B.lgo que m:e decía: en los tiempoS que vivimos,
pensar bien no es lo que cuenta, pensar �s lo que importa.

29 19
examen crítico de una manera de trabajar en grupos. · ha sólo de cambiar de territorio: pasaron a lo grupal con
Pretendo recuperar de aquellos años la posición de com­ modelos del psicoanálisis y regresaron a su institución
promiso y responsabilidad social del intelectual, y la voca­ explicando que nunca hábían dejado de ser psicoanalistas.
ción de inventar otras formas de intervención en salud. Y, Hacían así un víaje a ninguna parte.
aunque propongo un registro más modesto de esas palabras, La intención de ampliar los marcos de sus acciones clíni­
· cas los llevó a pensar el trabajo en grupos como un psicoa­

!14li§i§ liii.(iooi!Q; Lii riOcióíi"dé aplicaeioii admite; porio me- .


rescato una ética en esos discursos. Pensar es encontrar la .
historia en el presente, y es, también, poner en cuestión los
límites de lo actual para imaginar otro posible. nos, dos sentidos; uno, la idea de poner el saber psicoanalíti­
co sobre otra cosa; otro, mostrar que se trataba de un buen
Voy a diferenciar dos corrientes del grupalismo en psicoanálisis, "aplicado" como se suele decir de un "buen
nuestro país para la construcción hipotética de algunos alumno" atento a los ademanes y deseos de la autoridad.
sentidos que rigieron su desarrollo. A una la llamaré Este intento contribuyó a uno de los equívocos más im­
"tendencia de aplicación", a la otra "tendencia de ruptura portantes que afrontamos los grupálistas: la propuesta de
o desvío". Aunque designaré brevemente a la primera y le un psicoanálisis de grupo. Algunos todavía hoy se esfuer­
daré más sitio a la segunda. zan por demostrar que en la situación de grupo se obser­
va la emergencia de formaciones del inconsciente equiva­
lentes a las que se estudian en la situación analítica. Son
1. TENDENCIA DE APLICACIÓN pensamientos pendientes de legitimación. Pretenden legi- .
�ar su condición de psicoanalistas en los grupos. Se ad-
Era la década del cincuenta en Buenos Aires. Allí se en­ . VIertl:l e11 esta tende11cia una perspectiva que organiz ara···
cíiéntas.. oon
...
t r dit ""' .. .... ··;·· .
·

cuentra un posible punto de comienzo. Los primeros grupa­ ane


m. . . ra de pen sar lo <TMm aJ.:·
.. . .. . . . . ··"'·'·""' ... e en ensa
listas tenían una marca de origen: ser psicoanalistas y per­ · yos regidos por la justificación:·se pierisa según un faro
tenecer -pór lo tanto- al régimen de disciplinamiento ins­ �¡¡_tab_!��ª'Q..<:Q!'l.? �a. El psicoañálisis-sé·-:Pi·eseñtii 'coíño
titucional de la Asociación Psicoanalitica Argentina. unaogma que s61o se interesa por salvar su orden.
A mi criterio; aquellos profesionales que se interesaron
por la acción terapéutica en grupos se esforzaron de en­
2. TENDENCIA DE Rul'TuRA O DESV!O
trada por desplazar sobre la situación plural las referen­
cias y métodos del psicoanálisis hegemónico de la época.
Esta corriente puede describirse, aún reconociendo múlti­ En primer lugar quiero señalar que ésta es una ten­
ples�variantes, como c.le rn:udanza o de aplicación . del. psi­ dencia cultivada en la Argentina y que dio origen a una
coanálisis (sería meJór decir "Ci.erlO psiooáíiál.:lsis'') al gru­
(':,._....
riquísima tradición grupálista. Pero marcar un origen no
Po yai;-]{fgitimización de las acciones en grupo ante la añ­ es lo mismo que ab:usar de la idea mítica de originalidad.
tóridad dé ésá misma iristitúeióii1. · Cféyéfoíi qlié se-trata- No obstante, es válido en este campo subrayar una inven­
· ··· ..
-�·-·-'···· ---- ------- -- . ---.... - · - --· · -�·· · - · · - ··· · •\ tiva y estilo propio de lo grupal en nuestro país.
1 La idea de "psicoanálisis · aplicado a lo grupal" y traslación freu­ Convengamos, entonces, en aclarar: tendencia de rup- 'y
diana al grupo, es un efecto que también menciona Gregorio Barem­ tura o desvío ¿de qué unidad, de cuál camino? Ruptura i
.

blitt. BAREMBIJTT, Gregario. Notas Acerca de un Posible Programa de del encierro unificante dentro de la institución psicoa- !
investigación sobre el Psicoanálisis y lo Grupal en la Argentina 1987.
Lo Grupal 6. Ed. Búsqueda, 1988. Buenos Aires.
nalítica oficial,
; ,.
Intento de inaugurar- lo grupal no subordi- --i
. . ' , · .

20 ' '.-�--
30
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zaría más esa convicción; el éambio soci:�Jl no sólo era :po-


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ciaciót;
· · ·· ·

. rec�ó_Il:
�····· · -- - --
� ----- ---2'- ·

ar esta tendencia la enun


R
li

Pero s1 lo grup es � .a . 'n la formula, desde que profesionales tenían un papel en la construcción de una
e sociedad más justa. Interrogación del lugar social del es;··--¡
de una ru�tura, �ge c n. Pa­
son as con c . �=s de esa enunciació n sus
�� pecialista y responsabilidad del intelectual como crítico es ¡
lugar y cuáles ensam to y que apar ezca
ra actualizar este p ;
��mar tres ordenadores: las la fórmula que resume el clima subjetivo dominante. Por- (
condiciones .d<: trabdJOi V Y ectualidad crítica argentin� que aun cuando sea cierto que este relato cubre la inten:·­
mtel
?
. figuras subJetivas e a e instl- ción de sólo una franja intelectual de aquellos tiempos, su
enta set enta, la vocación pública iento poder expansivo fue tal que alcanzó a pregnar todo el
en los años ses Y.
linam
e y su en'tica al discip .
tucional de esta cornent campo cultural argentino de entonces. Tambalean muchos
psicoanalítico de la época. criterios establecidos como normas; por ejemplo, en el es­
pacio "psi", las ideas de apoliticismo y de neutralidad so­
sesenta­ cial del analista.
Su bjet ivi da d e int ele ctualidad crítica en los El pensamiento de esa intelectualidad era irradiado
a)
setenta tanto'-]Qr- Ias-producciones culturales (corrienteseñ�-­
erar sayísticas-naC1oñaie5;crítica1iisiónca;expansión literaria
. es algo distinto qu�í en;un
S1tuar un pensamiento . .
clínicas e inst tuc10 na les. y artística, el marxismo y las disciplinas sociales; la difu­
fechas, nombres, expe e· � ��a: (
rdenada y en forma cron �­ sión de las prácticas psicoanalíticas, cierta liberación de
No pretendo a s dos de­ las costumbres); como por los acontecimientos sociales e
� os po l'ticos Y sociales en estas
lógica) de los e� � � estan­ históricos que se daban a conocerenefmundo'rFiaercas=--­
da s. La s ole cCl on es su e e quedar bien sobre un
\ para es­
ca c radar a l?S �osos· ero no sirven tro ingresaba en La Habana, adquiere mayor visibilidad
te y ha sta ag <;U? al de el Tercer Mundo, la guerra de Vietnam, la revolución cul­
neos',ni at implicación soci
l
clarecer los procesos hi5tó los dis cur_§!:>.s tural clrina, la insurgencia estudiantil del mayo francés, y
. esa ��6� :lJ"�f: mp
sus protagonistas Inter
·

nd i orta m á:> la renovación que tocaba inclusive las puertas del Vatica­
u
que trazar c;rrsos d� a ': � tp,!lll­
e l l a--s ub i e qu e gnvQlYía Jl.Jª �tt)ll'l� enza no durante el papado de Juan XXIII3).
rec rea r b
. qu� e;. Cl,o de una ala En fin, se pensaba que la Argentina se iba a incorpo­
�.C .Jffi • � -

:V:,
·

·dauéi'ltíca en ¡¡s().�-�()�,
· ·
· · -·

rar a las transformaciones que ya se habían iniciado en


·
···· ·

to histo · d.a
de·sarti-culádá 'del momen com 1
· d del mundo culm- otros lugares. Los deseos no eran moderados y se requería
.
de riq ue za p eJl
Por esa vía . sar muclol s un trabajo formativo en esa dirección. ¿Qué se leía por
enYta se n�sltan Pen
·
ral y político de los ses p al ta-' Se reco- . aquel entonres? Marx, Freud, Reich, Graiñscf;'S'artre:·B"a::··
·

tenden a lS
de los enunc d de esta vo cióCl gru
t �� - -·�- e1
'éheiard;·Marcitse, Lacan, Saussure, Lévi-Strauss, Althns-
o una ca n p(}dló\P.Ql,}
·

noc(lJlnaque .R.. od t¿,c:a y pQrqu_e


· ·u.blicos Prevalecm la 1dea de
.,

t. rabaj<L(lJ+.}OS ·· · . "ba ser profundo y que


__

..�PaC:lQfl.P;-· 3 TERAN, Osear. Filosofía y Cultura Política en la Argentina (1956-

{T�itillbio so¡:ill))eJ:a P2e!P�1� , que


enfati­ 1966) Rev. Espacios 415. Universidad de Buenos Aires, 1986. Y "Mo­

e 1 sen t í do d e1lahl�storia. Hasta


estaba iñséripto en
dernización y Cultura Crítica en la Argentina del 6(}". Rev. Fahrenheit
·

Punto de 450. Publicada por estudiantes de 1a cárrera de Sociología de la Uni­


' Beatriz. "'ntelectuales:
¿Escisión ? Mimesis?". Rev. versidad de Buenos Aires. N" 2. Buenos Aires.

;.'No 25. Diciembre de 1985. Buenos Aires.


o
Vis
31 23
22
ser, Foucault, Deleuze, Guattari. Con todos esos nombres Asociación Psicoana
se puede componer una instantánea fotográfica de la me· lítica Argenb. n
aquella escisión com � (APA); Y si bien
enzó por cuestion
sa de autores extranjeros en úna librería de la calle Co­ institucion ' es estrictamente
. ales Y de enterws _
rrientes. Es cierto que el listado podría ser mayor e in· psiCoanál"1sis 0 la respecto a 1a prac '
ética form . a muy t1ca del

cluir a los autores nacionales, pero nunca menor o menos ,


dispersivo. Para los lectores de los 60-70 no pasaban in­
mas no sólo "locales"
Gilbe n:� �
pronto tomó for­
rmo s, uno de los
advertidas las diferencias entre estos discursos, pero lo
nistas de ese movi
Í
m e to relata asl: protago­
que articulaba esas lecturas era el presupuesto de que el
cional que viví. an·
generando un cum''E· l pn�ri
vw:-r acum.ulado. po� unos pocos
la situación institu
-
campo de las ideas debía servir para transformar las con· deformaciones de la Tde per�l7erswne� _mstztucionales yfue
ulo
diciones de la vida social.
,-- ·;:-
·

que se exigfa a los P::�:a�z�0:nalittcc:. El apoliticismdeo


.
Leé�' no se parecía a un gesto de contemplación de lo poder. Por otro lado e as tendw a preservar ese
escntó ,. t¡lra . bU,�;\<;�. funAAIJ:);(Cll'\�Q�_p!i,!'� l�).�:<:c!ón. Los dis­ de. aquellos días, a Ja':ff::J:{;{eC:,rf:r el fervorpolftico
s
cursos persegÜíáfl la implicaCión iiitelectua1 en el curso de pszcoanalistas no pudimos8-Y a0[ azo, Y del cual los
0
la historia. La historia tenía un curso, como un río que se permanecer marginad e '!Ole gunos no queríamos­
_....-b
-a re-camino; y la dirección de esas lecturas conducía a la cuestiones gremiales y :::istencza empezaron a plantear
•.Jlto �
k pensamiento que impugnaba los lúnites de lo estado la mayoría s a ·las cuales habíamos
posi 1Et-J!:1 kabajo _intelectual, SJl dg�-ª·-�ª-!'na_práctica.
·

va de psicoa li e ajen os· E!'1-


P �zo_ allt la presencia masi-
/:::es :l ��:::_t�f.c�ones¿úblfcas a_sist�n-
__ __

paraJa.construcción.de. un. otro. lug�. - Conservemos por


__
ciales. Hasta':_/:
ahora las palabras "acción" y "prácticas". Me anticipo: lo -sa_lvo raras zszss6 tenza aplzc
grupal se inició, entre los psicoanalistas y las primeras el dwán" excepciones- cU::tro veces por semanaaczón
s. _
y en
camadas de psicólogos universitarios, como una otra
¡.:,.-_
práctica posible en salud mental y de entrada se plan­
No hace falta insistir en
tuvo con la subje
tividad e m
la
. :f adur_a que esa rup
tura
- teó el problema de la acción. época. Sólo resta a actu alidad crítica de la
El espacio cultural y universitario de los sesenta pue­ . !ll'
e gar que el cuestiona
Cammo para autonza miento6 abn"o· e·I ·· \
de caracterizarse por la-pasi(!n y la fuerza de su intención r a los
. ps·Icoanalistas a pen ·
ventar otras Prac
formativa. Golpeado (J+ 196�]por la dictadura de Onganía,
• ticas posibles sar e in-
en el campo de la
salud. ¡
se reestructuró b ajo m'ia fórma de resistencia intelec­
tual que inauguró una particullfr réd(l� �ll_fl':Íl)lÜO ale -·
b) La Vocación Pública: El trabajo instit
témativó á laS iristit'ueiolies ofiCiales: Los docentes perse­ ucional
g:uid.os- y-expü.isadOs del sisteril:i de enseñanza oficial re­ Una de las caracter
compusieron sus prácticas en una especie de red coli­ ísticas de esta tend
de que el discurso d encia es la idea
trainstitucional que se conoció con el nombre dep_1:1pos be ser SJ:gm
e los intelectuales
. po ''pSI, de-
· ":fi •
del cam .
cativo para la socie
dad Y especralm
· ·

de estudio•. los "sectores popu ente para


.
lares" Es Imp ortante detenerse en
·

'"""'"I1ispSicoanalistas no estuvieron al margen de esa ten­ ·

este
dencia. A principios de los años setenta se fractura la
' SlMoES, Gilberto.
La Fractura de la
Rev. Psycbe. N• 3 A�.A: El Grupo
� OctUbre 1 86. B
9 . Documento.
uenos Aires.
• VEZZETr4 Hugo. Situación Actual del Psicoon4lisis. En Cuestio­ s Ver
Cuesti
namos. Ed. Búsqueds. 1987. Buenos Aires. nica, Buenos A/r��':""'
1 Y II (l97l Y 1973, respectivamente) Ed. Gra-

24
32 25
como clones querían designar esta intención. Y la figura que
gesto de ayuda entendida
rasgo: no se tra d. e un una posición respecto del der�­
af mejor la ilustra es la de "trabajadores de la salud men­
de
postur� person Buenos Ai· tal"8. La.ra zón es sencilla: interesaba más una definición
cho soc1al. Hoy na e ':Uagina prestigiarse en
atO. nd e con un "re·
'
es Se lo confu fa��r���i1g�� ��ii:icl6�l1!I�vrin�r\i�á6fiWr�r·J�
�s r�cuperan�o. S �: �t! �� �s de la beneficencia y asís·
de 1as VIeJa ·-·medía por su capacidad de inserción en el medio político y
VlVal al ara con los pobres Y ne·
tencia pública como debe d�� fe �e qué modo el psicoana·
social. Se prefería la visión global de la cultura a las pers­
cesitados'. Y� cuando o de pectivas parcializadas de los técnicos y, si se admitía la
¿f tentaciones filantrópicas
lista debe hberarse .e , se ape1a a fórmulas tales como especialidad de cada saber, se rechazaba cualquier cono­
·

tal
políticas de control soc cimiento que se apartara de su función social. No satis­
que 1a e'tica del analiBsta
del pa·
'
"debe respetar el deseo . facían los discursos que tenían únican1ente como interlo­
cutores a colegas.
»


chos de los sentidos prese
r:le l
Sm dud:;,; deJ O de lad: �u s décadas . Pero uno que no
cien� sin de sea
El trabajo en el espacio público gestó otro estilo. Tanto
as do
tes en los disc;rrsos d� es habla de algo tan evanescente por el cruce con otros saberes, como por la necesidad de
pasa i�a�v�rtl�O e
�� i�
al ar de una cultura segmen
tada. plantearse articulaciones prácticas con otras dimensiones .
,----como ms1dioso. e qu e sitúo a es­ de la experiencia social. El moverse en situaciones no tra- ¡
áeticas "psi" (entre las dicionales arrojó como resultado la detección de cuestio- �
; De entrad:;; estas pr. an en un a rel aci ón de
\ ta te_n��nc1a iales de la ép oca . nes como el trabajo institucional, el equipo de salud o la �
L conti g
grum da
.. �
. p. al
grut�d��!� �li{l�
� ���
y soc
de los. . modos" de intervei1trt9A (J.Uil emas
n el diversidad de las prácticas terapéuticas. No se desarrolla- i'
Lo ·· "· · ·· · día n pro du crr for rán aquí estos puntos, pero me permitiré tres breves co­
.
· d y la educacwn Po
'
·

salu mentarios.
ter:re:nQ. d� la
... . .
· · ·
· -

' d. J íl.lteñ'lativas>. "


rso s er a "el pueblo ' es- El primero es respecto a lo institucional. Aquello que
· discu
··

f>';!lJelJeP,
9-e s, mt Yleriocuror·· ..de est os
rácticas y presionaba pa-
Gregorio Baremblitt, llamó el "Movimiento Instituciona­
na tar io te 10l?,�ba 1 lista"ll, o que Armando Bauleo designó como "Contra-Ins­
te desti � un lugar público y des­
ra qu� los
ra n
actore
un a
� ��ka:r�
Cl
1
�, °
on va en un proyecto de tran
s­ titución"10 tuvo en nuestro país su gesto inaugural por
aquellos tiempos. Lo institucional como "campo de análi­
empen:;r ese 1�­
. . educativas Instalarse en
formacwnes samt�as os . el domi.nio privado, el ejercr­ sis" y de "intervención" recién empezaba a ser esbozado y
gar era problematízar ?� , \�l estudio de casos individua· sus desarrollos fueron hechos después de 1975. Eran bal­
cio liberal de la -pr?fes>o� nc>· al Y el concepto de estado buceos que trazaban primeras relaciones entre psicoaná­
asls ,e
les, el modelo medico lisis e institución. Algunas intersecciones eran casi previ-
benefactor. . terrogaba cualquier práctica. Has-
La esfera pu'bl1ca ' m
,an e t s rofesionales a pensar-
ta la resistencia que te� st s 0 especialistas res·
8 A principios de los años setenta, la Federación Argentina de Psi­

se únicame�te c?mo
ili �
ps o
quiatras, junto con la Asociación de Psicólogos y la Agrupación de Psi­

= l�. vertir el saber especializad


pondía al m1smo 1mpulso 1a comum·dad. Las denomina· .
copedagogos, constituyen la Coordinadora de Trabajadores de la Salud
Mental.
da
en un patrimonio de to .
9 BAREMBU'fT, Gregorlo. lntroducci6n en el Inconsciente Institucio-

nal. Ed. Nuevomar, México 1983. · . .


" BAULEo, Armando. Contrainsiituci6n y Grupos. Ed. Fundamen-
los pobres. La Ciudad
' TENTI Emilio. Con
tra el estado pobre para
es.
tos. España. ··
,; re de 1988. Buenos Air
Futura N 12. Octub
33 27
26
sibles, por ejemplo: psicoanálisis de la institución, o psico­ �o . aParf!C!E!.E!;I!_la fu.:gElP:tina como una
. . . . . , -- . mod
. a (ademán que
.

análisis en. la institución.


q,_. Pero lo común de esta corriente un1ta un modo de vestirse- .
, , forñia de ·a:uwñtansi- iio� sino como-Y�ión
fue la crítica de cual uier de una _!rllfll$ ormaci6rt .im
=J:1
. . .... ... ...... .. . . . . .... ..
. ...____
. . .

..
..

. - .-:: -
_

:No voy a detenerme en los proble:ó:úis'que'se"inauguran -aeueroa de Enrique Pic


·
esta altura, uno se-·
hon RIVIe re Y de José Bleger, y
con la vocación de este grupo para pensar la relación entre simplemente los nombra.
psicoanálisis e institución. El planteo exige una exposición El segundo comentario
corresponde al equipo
mucho más diñcil que ésta. Pero si se levanta un poco la vis­ 0 � �
Aparto este punto como
o d 1<:s e ctos de la en
de salud.
ta se observa una multitud de interrogantes desparramados
en esos años y que aún no hemos tenido tiempo de mirar en
�&:s h�10!!- h:
en las instituciones Esto
desde el inicio de su� prácti
o se encontraron
trada
di spita rias Y comunita
<:l i>0to:l � _bi
detalle. Los analistas entran en relación con las institucio­ rías con una obviedad· na . -
di
nes porque era alli adonde llegaban los pedidos de asistencia _ s_olo. Había que cnidaise -!l:�(:l _E�!l !: abajando
respec a a auton
de la población. Después de todo, como escribió una vez Oc­ láS prácticas sanitarias onnz'iicioii."ae ··
tave Mannoni (y que sirve para ilustrar el razonamiento de
la época): "si los psicoanalistas deben, conw todo el mundo,
Ju � d :.rd
era cómo producir un �
i
p obl que se planteaba
u
d
militar en sus lugares de trabajo, no se ve cónw podrían ha­ :��� :r�:f: �: �
--·-· � : :w ��;.:�� :�::�
ctores divers s
r - o espacros de tralJ
'"'��-"--·-
! . P J ,
aJ o co fect:i
c
EP""'rcer puntO sé' riiñere
-�-��..-�......

cerlo en sus gabinetes con coda uno de sus analizados. Ni --Y,.


sm:�

"aTi a!r-� I:ver·-- � CJon de las
cuál podría ser el rendimiento de este curloso militantisnw.
Pero la cuestión podría plantearse de otro modo en las insti­
prácticas. La entrada
ciones. El cambio de
0 en tr� lug unph.co
a: trausforma­
��: tt pre- ¡
va es muló las
tuciones" 11• sentes en los debates �tí críticas
po�a
Es cierto, la sensibilización respecto a lo público hizo en el circuito privado. No 1 re el �o�o de tr b�jo
s l'Vla a trasposi Ion me �
que muchos se sintieran encerrados en los consultorios canJca ¡
privados. Además es posible que algunos confundieran el
de unos dispositivos idea
larse en el espacio pú
?f � 0� dos
blico g �

realidades. Insta­
discurso polftico de lo público, con la política. Es decir, qrie familia:
tuaciones inéditas · respuestas en si­
' pareJas, gr -pos de pa
se renunciara a los desarrollos singulares de cada saber
en nombre de la transformación social. Pero que en esta
� 1f:� � ¡ b
grupos terapéutico
nósticos, grupos de �e
s e re e�moyn, grupo
dres,
s diag­
Era un campo abierto n e ra aJadores de la
corriente se deslizaran actitudes ideologizadas, no signifi­ salud.
fronteras y di . en el que entraban en crisis
ca necesariamente que esta postura deba extenderse has­ las
·

Jm:puestas. El trabajo en
·

ta cubrir la originalidad del problema que inauguraba: la tuciones los im��!� :: v_entar otras fig;u-as y disposi­
las irtsti­
sf tz�b f
¡
cuestión del psicoanálisis y el espacio público. tivos para la acción.
d(:l la nueva situación ;no elo :preVIo daba cu
Entre la seducción del militantismo y la tradición asis­
, de aJ?, o ur _ uco que enta '
tencialista; entre el heroísmo moral, la dádiva y la ges­
tión de control; es posible encontrar en aquella tendencia
bihtar
la diversificación de

un lugar para los ro
fe�Io�es era la innova
las xpenenmas Y el de
podía posi-
ción,
una nueva significación para el concepto de solidaridad nuevos instrun¡entos. sarrollo de
que no se deja atrapar por la solidez de ninguna ilusión .
unificante. Porque, en definitiva, el trabajo institucional ¡
e) Crítica de la instituc
ionalizació.n del pszc . .
MANNONI, Octave. Un Comienzo Que no Termina. Ed. Paidós.
11
. ' o- an a'l'!8!8
Debe reconocerse que mu
España. 1982.
chos de los autores de
la ten-
28
34 2!)
dencia de ruptura participaron de una estrategia distinta .
en relación con la tradición psicoanalitica argentina de los un improvisado o adven
años sesenta. Todos sus trabajos plantean la puesta en lo grupal e� nu�stro medio
zado. Margmalidad que
edizo de la .

su sali ter
atura". Destaco de
el sendero autori-
cuestión de los�lfm)tes . que inlpi:iriíif el jiénsamienfu dog
d
'b
irrever�nte de las verdad�081 1 ltó :un manejo propio e
,

T
­

lll. ªJii ¡:ado. Son escritos en los que se adviérte un desillio y .•. s consunudas en la
urgenCla de prácticas inno época.
·íln intento inaugurador. adoras e� lo� espacios úhLa-
·

En estas producciones se mezclan dos temas: las relacio­ cos de la salud y la ruptur; p li
nes de poder en la situación clfnica, formativa e institucio­
·.

taba el pensamiento son


� �na lnstltución que lim
do e os actor qu i­
nal; y las relaciones entre psicoanálisis y otras teorías. Uno ron e� el estilo Y la rlqueza � f � e influye­
e us prodl;lCCI
y otro son, en la época de estos trabajos, complementarios.
y Sl uno se atiene
al afecto fa seducci Ones.
ón de las prime­
·

En el caso de los grupalistas la crítica del psicoanálisis ofi­ ras lecturas, se atreve a n
cial se realizó prinlero por la ampliación del campo de pers­ J:Iernán Kesselman, a asiona�os
t
o rar a Armando B
auleo Y
t1va de los grupos Ata por la concepción op
pectiva de la intervención y segundo por el desvío o ruptura era
·

dej�do una hueÚa dir:::��d�a �d del psicodrama ;


con las relaciones de poder. El teatro, el arte, la poesía, el
·

Martínez Bouquet y Fidel ' a uardo Pavlovsky


surrealismo, el juego, las teorías sociales y el entusiasmo por MhClO, En la señal
.

lectura de experiencias izaci


las producciones solidarias en grupo, son algunos títulos de m�c as veces desartic ón y 1�
las zonas que frecuentaban estos autores. Juan Carlos De Brasi C uladas a
Barem?litt Y Fernando rnean�o el campo a
La inauguración de una práctica es, para esta tenden­ Ull:fi�Ja Gregorlo
formativ� en los años de SI se re�erda
cia, una forma de rebeldía y resentimiento ante la religio­ la lab
Oiga Alb1zuri de Garc¡'a e
la ura a Lms Frydlew or
sidad de la Asociación Psicoanalitica Argentina. Aquellos , me1uso Ana n..: sky,
m1em bros de la Asociació �w.ro_ga y algunos
grupalistas escriben a partir de un vacío que deben llenar
·

n
.

�rupos. O en el caso de de Psicología y Psicoterapia de


con sus experiencias novedosas: grupos de psicoterapia, indagar _en las front
grupos operativos, psícodrama psicoanalítico en grupos,
dizas de los grupos Y el eras escurri­
O'Donnell y Leonardo Salensam¡ento de Lacan, a Pacho
tratamientos familiares, intervenciones institucionales, o e Y .Privándolos
chon Rivíere, Bleger,
acciones comunitarias. Antes que ellos nada que autori­ Ro��� o �0ane La de Pi­
zara sus acciones fuera de la figura de Pichon. En su ori­ mente los doy P?! sentad nger, sinlple-
os.
La acumulaClou de est
gen se trataba de un grupo de jóvenes que hablaban el os aP�!lidos deja afuer
muchos. En desear o de a a otros
psicoanálisis como lengua, aunque como era de rigor en . 1as P
do, sería necesario'gmen. �Ibles exclusiones del lista- .
aquellos tiempos, casi exclusivamente cotejada con el día- cionar
palista" a cada uno de '�to a esta nómina "gru.
·

lecto kleiniano. los


Voy a decir que lo grupal se inaugura en nuestro pros 1971 con. la Asociación ��Cl�:;ntes de la ruptura del
pos Plataforma y Doc Psi analítica Argentina; los gru.
·

sobre un vacío y en contra del dogmatismo. Los grupalis- umen.to ¡' No Pretendo sug
·

dos esos nombres hag diíian e orgullo de lo erir que to


tas argentinos, que valoraban ante todo la experiencia y grupal entr;
nosotros Sí que sus
la intervención clínica, podrían hacer suyas -en una au- ·
·

aq:ue�o que 'los une· ere cias prod pre


tobiograffa imaginada- las palabras con que Roberto Arlt ; una � ma con ,u�;:t. cisamente
ha;¡o Intelectual era Parte dl V1cClon de que el tra�
explicaba su literatura: "Me he hecho solo. Mis valores in- . que lo grupal tenía c�po �e �at�I:a social y de
telectuales son relativos, porque no tuve tiempo para for-· te de un �ues
algo de� � oso. la lllSldia penetr
marme. Tuve siempre que trabajar y en consecuenéia. soy tiq).lamiento · an-
Una d1gres�.�., .'�I l
�canisJl1o}ntraba en la
·

�: .
· -
. ._ ·

misma épo-
30 35
31
��.P�P,QL()iro lado. Se fundaba también en la crítica a . promover justicia o felicida
d entre los homhres
esa misma institucionalización del psicoanálisis. En los . causa perdida? Pero ue ad . es una
años cincuenta Jacques Lacan había tenido el acierto (al · •. !
sería una mala mane de
n ie se apresure a
opta
plantearse 1a cuestión.
r, ésa
menos a los ojos de la intelectualidad crítica) de dirigir un
cuestionamiento vigoroso a las diferentes formas de tera­
pias y curas, sobre todo al psicoanálisis americano, de­
nunciando sus funciones adaptadoras e integradoras a •
través de su giro teórico en el sentido de una psicología ·

del yo. Pero en nuestro país el tiempo histórico fue peno- .


samente amputado durante la mitad de la década del se­
tenta y estas producciones no tuvieron, hasta el momen- ·

to, oportunidad de encontrar muchas mediaciones.


No puedo aquí llevar más lejos esta reflexión. Sólo
quiero retomar el hilo que la orienta. Nos quejamos del
dominio de un pensamiento . no crítico, de los ademanes ··
teóricos que imitan gestos de otros, de las reverberacio- ·

nes de una moda. Y no nos damos cuenta de que son for- •


mas actuales de nuestra subjetividad. En este sentido l a
crítica me parece una de las tareas más difíciles pero más.
importantes: el pensamiento avanza contra el tedio de la'
\ Verdad, si puede desnaturalizar, temporalizar e hlstori­
\i zar. Pero ¿qué es la crítica? En primer lugar es interroga­
.
¡ ción. La tradición grupalísta argentina, lejos de haber si­
l do intelTOgada, apenas ha sido desechada, transformada
¡! en prácticas de segunda. Casi no hace falta insistir en que
·

es necesario recuperar la memoria.


El pensamiento de los sesenta-setenta que denominé
tendencia de ruptura, protagonizó parte de un desvío res-
pecto a la dirección del psicoanálisis oficial en la Argenti­
na. Más allá y más acá de lo grupal, se trataba de psico- ·
analistas, psicólogos, psicodramatistas y psiquiatras dí�
námicos que participaron de la crítica de esa institución y
pensaron los vínculos entre prácticas "psi" y la ideologí
la política, las instituciones del estado y la sociedad. Vo .•

a decir que tenemos ante nosotros un problema: ¿hay ak


guna forma de revivir en nuestra labor actual las intené
ciones de los sesenta-setenta, o tenemos que reconocer q ·
el mundo ha cambiado mucho y que cualquier deseo

32
36 33
TRANSFORMACIONES DE LA
SUBJETIVIDAD EN LOS AÑOS OCHENTA
Y ENCRUCIJADAS DE LO GRUPAL

"Sueño con el intelectual destructor de evidencias


y universalismos, el que señala e indica en las
inercias y en las sujeciones del presente, los pun­
tos débiles, las aperturas, las lineas fuerzas; el que
se desplaza incesantemente y no sabe . a ciencia
cierta dónde estará ni que pasará mañana, pues
tiene centrada toda su_ atención en el presente."

M. FoucAULT

(desvío)
Propongo de entrada hacer un apartado. No quiero sa- '
lirme del camino o que alguien se pierda, imagino un ro- (,
deo a través de la subjetividad de los años ochenta que
nos devuelva a la ruta de los grupos enriquecidos con
otras referencias. Me conduzco según esta idea: lo grupal
tiene que pensar su encrucijada, el punto en el que su sa-
ber es asediado por la densidad de los diferentes discur-
sos que habitan el mundo cultural. Ninguna práctica des­
cansa sobre sí misma. Urge preguntarse con qué red
nuestro pensamiento se protege de caer en el vacío.
En los últimos años, la sensibilidad de la intelectualidad
crítica vivió conmociones. El alcance de esta crisis aún no se
localiza del todo en las prácticas "psi". Pero, para que sus
consecuencias no queden sólo expresadas de manera alusiva
o en sordina, es necesario interrogarse sobre cómo algunas
posiciones que dominan el horizonte de nuestra época inci­
den en la manera de pensar y actuar que tenemos.

(recaudo)
Presiento un lector impaciente por escuchar algo sobre

37 35
prensible inquietud Y vez, tierra firme. Nos conmueve, en suma, mucho más la
grupos Pero distingo entre esa com
p
la mio ía intelectual. Tomo una �reca
ución C?ntra ese. de· lucha del primero con el oleaje en que vive, que la cristali­
fecto del pensamiento, tan pareCido
al �ue tien� la VIsta zada transparencia del presuntuoso que se adjudica un
próx:mos al OJO. Telélgo saber exento de conflicto. "l2.
cuando permite ver sólo los obj �to�
la impresión de que, en esta últi �
�a. ecada, J?redo
mma
po psi un parti cula r pro­
entre los protagonistas del cam (utopta)
tud estrictamente
yecto intelectual marcado por una acti
Pero estas ideas interesan más por lo que posibilitan
profesionalista.
os, a dos �zones; que por lo que anuncian. ¿Qué quiero decir? No se avanza
Puede que esto responda, por lo men
e de una reacción con· mucho si en lugar de un pensamiento fundado en la certi­
por un lado, es posible que s� trat
de los sese nta-setenta dumbre, se adopta el esquema de la incerteza. Casi nadie
traria a la franja del pensamiento
que al insistir en la función s?ci �
del inte lect �al! en algu­ se ubicaría a favor de la intolerancia, el autoritarismo o
de su p� ctica.Pr<!fe­ el dogmatismo. Declararse en contra no es lo que cuenta.
nos casos, disolviera la especifiCidad cier ta �dife­
exp resa Importa, en cambio, la duda sobre nosotros mismos, sobre
sional; pero por otro lado, creo que
rencia hacia problemas que no son
vistos cor:r o prop �
1os e la propia inercia que busca seguridad en la verdad o de­
e de manifi esto la per· trás de algún héroe intelectual.
la actividad. Circunstancia que pon enc an� con
ora ! � l des No es suficiente decir que el pensamiento no puede es­
dida de una intención transformad
o cnt ico de la sOCi eda d. tar obligado a nada, o que interesan hoy las perspectivas
una perspectiva del intelectual com
teóricas y prácticas menos compulsivas, los paradigmas
más laxos o la modestia. Tampoco se trata de una sospe­
(conjetura) cha trágica que siempre nos halle culpables de jactarnos
tra manera de p.en· de poseer la verdad. Es, en cambio, una propuesta de ac­
Ensayar la crítica es interrogar n;r;s
sar Ni murmuración ni
desaprobacron, o censura. Cntica. ción que imagina que siempre es posible pensar y obrar
nfÍ
I exión que desaco�oda. Un cuestion
amiento pu�sto sobre � otro modo. Es un pensamiento de la resistenc�a que as­
ra la paradoJa Y la va-
·

·
pira a fundar otra relación con la ilusión.
uno mismo. El pensamiento, hoy, valo
una idea. Invade a .la
cilación antes que la afirmación de
han qu��do las nrn:o­
conciencia una sensación de que se (n6mades)
n icrones de la his­
nes vinculantes entre el hombre y las C? ?
te�nto. En estos años asistimos a una transformación de la fi.
toria social; entre el sujeto y el acon ex­
Me gustan las palabra s con qu ? Santiago K?�?Ioff gura del héroe. ilustro el problema tal como lo presenta

a sen�ibilidad del Octavio Paz en la literatura. La novela moderna, inaugu­
s, �E normas f!i!·
presa esto mismo: ''Al parecer -dic_e--:,
dos prm cEpw rada por un héroe que sueña ser caballero andante del
presente, ya no reclama rígi
sigo �Esm�s. MeJOr pasado mítico, ui1 mensajero de la verdad superior, de la
trificadas para poder convivir con
lo mequ!voco; con justicia y del amor -Don Quijote- es clausurada por otro
identificados con lo hipotético que con
es que con la evzdencm de tipo de héroe que despierta y se descubre convertido en
la insinuación y el indicio ant
·

intención inamovible, preferimos al aut ?r fran �amente ex­


KovADLOFF, Santiago. Por Un Futuro Imperfecto. Ed. Botella al
a aq el que nzega su fra·
puesto a sus vaivenes y reservas, !f ·"'

er pzsa do, de una buena Mar. Buenos Aires, 1987.


gilidad bajo la pretensión de hab
.

37
36
38
nal�tico, grupo operativo, grupo terapéutico, grupo de re­
un repulsivo insecto: Gregorio Samsa. Entre Cervantes y
Kafka se hacen narrar las transfOrmaciones históricas de
�eXIón, grupo de análisis institucional o taller comunita­
no).
la subjetividad. Tanto Quijote como Samsa son héroes,
Pero dar cuenta de un saber no es atenerse a las fór­
pero la aventura subjetiva elige expresarse por medio de
mulas preestablecidas que disciplinan un pensamiento.
otras referencias.
Por el contrario, es imaginar fundamentos para acciones
Propongo pensar en el agotemiento de una concepción
del saber y del héroe intelectual, que nos replantea nues­ �pale� que participen de opciones que, en salud, se ne­
cesiten mventar. Lo grupal, así entendido, comienza por
tro lugar en la escena clinica. El cuestionamiento alcan­
ser declaradamente utópico, elige situarse más allá del
za, por ejemplo, al lugar del sujeto en el análisis, el del
psicoanalista o el del coordinador en situación de grupo.
h:orizonte de posibilidades al que remiten los grupos cono­
Cidos hasta el momento.
Al desvanecerse el lugar del saber, el poder se vuelve mo·
lesto (y no sólo más modesto). Se ejerce con la interroga­
ción antes que con la afirmación, con la conjetura antes (lecturas)
que con la constatación del modelo. Por eso, por momen­
Quiero llamar la atención sobre una cuestión: leer es
tos, la labor es frustrante. Siempre nos arroja a la pala­
tropezar, trabarse en la palabra de otro y estar uno en pe­
bra. Es como el ensayo que arriesga, que explora y que no
ligro de caer. Leer es aventurarse a dar un paso en falso.
impide el encuentro con lo que no se buscaba13•
Pero no se trata de decir que la interpretación es imposi­
ble. Se reconoce el valor de un acto de lectura de un en­
(umbrales) sayo de significación, cuando éstos no caen en � ilusión de
la certeza. Si una interpretación se confunde con lo cierto
Si el pensamiento grupal quiere contribuir a la pro­
se supondrá un acierto, cuando -en rigor- sólo se trata­
puesta de un espacio alternativo para: el posicionamiento
rá, �n el mejor de los casos, de una dirección de sentido
subjetivo, el análisis de las instituciones y las relaciones
pOSible.
Jorge Ln!-s �orge�, en un ensayo que integra su libro
de poder, tiene que darse tiempo para examinar numero­
sas cuestiones. Elijo tres: la legitimidad de su saber, su .
"Otras Inqm IciOnes y qu� está fechado en 1943, presen­
crítica y la distinción entre lo grupal y los grupos. �
ta una refleXIón sobre los mconveuientes del método bio­
¿Los grupalistas tenemos un saber y un discurso o sim·
plemente un discurso, es decir una manera de hablar, de re­
�áfico._ Su punto de partida es una idea paradojal: una
biografía de Miguel Angel que careciera de alguna men­
latar o de ficcionalizar lo que pasa en situación de grupo?
ción de las obras de Miguel Angel.
El rechazo de los grupos, sin más, es ten inútil como el
Dice en aquel texto Borges: 'Tan compleja es la reali­
dad, tan fragmentaria_ y tan simplificada la historia, que
festejo irreflexivo de lo grupal. Ambas son posiciones que
no practican la crítica. Distinto es intentar hablar de la
un observador ommscr.ente podría redactar un número in­
subjetividad (la nuestra y contra la nuestra) o proponerse
definido, y casi infinito, de biografias de un hombre que
indagar con intención crítica los dispositivos empleados
(llámense grupo-formación, grupo de psicodrama psicoa-
destacan hechos independientes y de las que tendrí mos�
que leer much� an�es de comprender que el protagonista
.
es el mu;mo. S¡mplifiquenws desaforadamente una vida ·
ts
GRONER, Eduardo. Sartre, un idiota sin familia. Revista Sitio 4/5.
Buenos Aires.
imaginemos que la integran trece mil hechos. Una de l �
39 39
38
hipótesis biográfreas registrará la �erie 11, 22, 33. . . ; otra, uador, al rato, exclama "¡Qué silencio!"; alguien responde:
la serie 9, 13, 1 7, 21...; otra, la sene 3, 12, 21, 30, 39. . . No "Esperamos a Carmen" y el resto confirma lo dicho.
es inconcebible una historia de los sueños de un hombre, La pregunta que me hago es ¿por qué esperan a Car­
· otra de ios órganos de su cuerpo; otra, de las falacias co­ men? ¿se trata de un efecto que revela algo de una estruc­
metidas por él; otra, de su comercio con la noche, y con las tura grupal subyacente? Se propone demorar el deseo de
.
auroras". captura de un significado. La lectura se :inicia como apla­
. .
La paradoja le srrve a Borges para cnticar e1erto meto-
. ., -

zamiento de un saber que se deja provocar por lo inespe­


do biográfico. Cuestiona con ello cualquier intención tota­ rado. Se elige leer la rareza y expandir una interrogación
lizante' lectura del todo o descubrimiento de la verdad. que vaya a su encuentro. Se trata de lanzarse a un tra­
Quiero ahora acentuar una idea, esta imposibilidad es la b• jo sin contar, en principio, con otra orientación que las
misma que se trabaja en el pensamiento clínico actual. E!l respuestas que vamos a escuchar. Una intervención es un
nuestra actividad cotidiana encontramos muchos senti­
paso que interesa si posibilita la llegada de algo: "¿Por qué
mientos' vivencias imágenes, palabras y conductas que se

resisten a cualqui r traducción que pretenda anticipar sus
cada uno de ustedes espera a Carmen?" Las respuestas:
Lucía, "Porque me salva. Para ella es fácil empezar a ha­
sentidos. Y aun cuando intentemos cazar esas "mariposas" blar y, entonces, yo encuentro cómo seguir"; Patricio.
con la red de las teorías, las taxidermias sólo conservan
"Porque me parece que tenemos que estar todos para em-
una apariencia de la vida.
. pezar... Aunque no me gustaría que, en el caso de que yo
Lo cuestionado no es la lectura, sino una manera de
no llegue, no empiecen por mí"; Felisa, "Esperar me in­
leer que copia en el pensamiento aquellas figuras que el quieta. Me recuerda a una sala de espera. Esperar me em­
ojo ve impresas en la página escrita. Leer es desVIarse,
bola. . . como cuando mi mamá estaba enferma y esperaba
tanto como escuchar es dejarse conducir por los desvíos
de la palabra. Por eso hay que p:;�veiñ: qu� nuestra C<?n­
en la clínica"; Joaquín, "¡Yo espero! Si fuera por mí. . . es­
pero toda la hora... ".
ciencia vacilante ante la compleJidad, JUstifique el retiro
� �
del sujeto en la ntemplación, o �ue e registro de la in­
(llegada)
finita posibilidad nos excuse en silenClo, o que la ��ta­
ción vertiginosa de los diferentes nos conduz� a la m e­ d!f La primera consecuencia que tiene esta indagación es
rencia. No se impugna la lectura, tampoco la mtervenc1ón,
el extravío de una razón uuificante. La multiplicidad de
éstas quedan afirmadas en el campo de lo diverso Y de lo
sentidos incomoda, inaugura nuevas preguntas y nos si­
plural. túa en la inestabilidad de lo problemático. Hay que eludir
la conciliación apresurada que conduce a la idea de un
(espera) "sentido de grupo". Propongo decir que nos encontramos
ante un complejo entramado que; durante cuatro sesiones,
En un grupo terapéutico fonnado por cinco :integrantes promovió una figura similar de coluienzo.
que tienen entre diecinueve y veinte años de edad -des­ Pero el problema es el siguiente ¿esta particularidad
de la fecha de su inicio, cuatro semanas atrás- se pre­ responde a una necesariedad que debe buscarse en una
senta como una rareza la Iuisma situación de coluienzo: esencia de lo grupal? ¿o se ofrece como una rareza que in­
llegan a horario todos menos Carmen, quien lo hace un· terroga sobre el sentido que para cada cual tiene la espe­
poco después. Hasta su llegada nadie habla. Si el coordi- ra en esa situación grupal?

40 41
40
conmociona al individuo ensimismado y lo arranca de su ais­
Quiero poner la fuerza de la argumentación en la cues­
tión de la singularidad. Para ello diferencio entre un sen­ lamiento, de sus idas y venidas, y lo sitúa fuera de lugar,
.
ofrece la oportunidad para que esa relación de intimidad que
tido de grupo y los sentidos que se juegan en situación de
grupo; entre la búsqueda de una esencia de lo grupal y la une a cada cual con su deseo quede figurada, y no sólo des­
pregunta que se interesa por la relación que une a una figurada por lo que alguien piensa sobre sí mismo. No im­
porta tanto lo que los participantes dicen de su espera, como ·
rareza con la afectación singular. No pretendo decir que
ésta sea la única interrogación autorizada. Ni que el lo que esa espera puede decirle a cada uno.
acento puesto en cómo cada uno se halla afectado sea la Retomo la secuencia del grupo para confrontar esta
nueva panacea de los grupos. Tampoco aspiro a encontrar idea. Ante el mismo suceso "esperando a Carmen" se des­
una zona equidistante entre un enfoque centrado en el pliegua una espera diferente. El sentido interrogado no es
c�mjunto y otro interesado por lo que le pasa a cada parti­
la espera de Carmen, sino lo que a cada uno le llega con
Cipan�. Nada de eso. Presento la preocupación por la sin"
esa espera. El grupo es la producción de un espacio co­
gular1ddad como uno de los problemas de la situación mún en el que se realiza una implicación diferente. Hay
grupal y destaco sus condiciones. convergencia ("todos esperamos a Carmen"), pero la ma­
nera en que cada cual es afectado por esa espera es singu­
A propósito, recuerdo que De Brasi escribe que un gru­
lar. El de�eo puede coincidir sobre una misma figura, pe­
po "puede referirse como un proceso desencadenado por los _ una forma general de articulación.
ro no se aJusta segun
cruces y anudamientos deseantes entre miembros singula­
res". Y explica que dice singulares, y no individuales, por­
que "mientras el individuo marca el acabamiento del self (herencias)
como noción doctrinaria y, por lo tanto, irrealidad con­
La voluntad de síntesis de lo grupal, cuando no con­
creta, una singularidad existe sólo a partir de sas cone­
templa las diferencias o el recorrido de las singularidades
xiones, vecindades y relaciones. No es significable ni pasi­
ble de ser absorbida en el plano categorial. Una singulari­ existentes, se manifiesta como un acto de violencia sobre
el conjunto. Un error frecuente es la imposición de la uni­
dad es real cuando se practica y realiza como tal." 1•
Pongo a este escrito de nuestro lado, porque me sirve dad: la unificación de afectaciones diversas.
para hacer una aclaración: ocuparse de la singularidad es Pero esta idea no es del todo nueva. En los escritos de
distinto a fijarse en la individualidad. La singularidad, Pichon se encuentran muchos términos que tensionan es­
recuerda De Brasi, se practica. Y si la subjetividad es un ta misma discusión: heterogeneidad y homogeneidad· rol
adscripto y rol asumido; vocación del sujeto (verticalidad)
posicionamiento, o (como diría Foucault) una ejercitación
y necesidad del grupo (horizontalidad); grupo interno y
de uno mismo en el pensamiento; la singularidad es la
grupo externo; emergente y portavoz. Son palabras que
huella que queda dibujada en el sendero de lo subjetivo.
Es una posición realizada. .
· tratan de localizar la manifestación de la singularidad y
su relación con la situación plural. Y aunque hay otras
Interrogarse sobre esta dimensión, en situación de grupo,
mucllas que deliberadamente no menciono porque traba­
no busca la detección simplificadora de lo personal, persigue
jan en el sentido de la unificación, pienso ·que uno de los
-en cambio- el tanteo de su afectación. Cuando lo grupal
mayores méritos de Pichon es haber dejado planteado el
·

problema.
14 DE BRASI, Juan Carlos. Desarrollos sobre El Grupo-Forma_ci6n. En
"La Grupal 5". Ed. Búsqueda, 1987, Buenos Aires.
¿Se puede hablar de UÍl.a representación de la unidad?

42 43
41
¿Las pa!-abras singulares representan una palabra, no Voy a insistir sobre la cuestión. Todo grupo está situa­
pronunCiada, del conjunto? ¿Está en crisis la idea de re­ do, determinado como posición por la coordinación, las
presentación de grupo o se trata de una crisis de nuestra consignas y las reglas que encuadran su trabajo, el espa­
concepción de la representación grupal? Las contradiccio" cio institucional en el que se desenvuelve y la coyuntura
nes de la unidad, sus diferencias, pueden muchas veces social en que se inscribe. Por ello el análisis de la relación
apresurar la unificación. Es difícil pensar en términos de de un grupo con el dispositivo de su conformación es im­
la fragmentación y sostener la perspectiva de la unidad. prescindible.
El desafío que tenemos por delante es pensar en una
El dispositivo fija una posición y asigna determinadas
situación grupal que no aplane las diferencias, niegue la
condiciones de producción. Es un ordenamiento "necesa­
s!-ngulari�ad o r:�duz� la c?versidad. El grupo como espa­
CIO de articulaCJon discurslVa en el que cada uno dice lo
rio" en un universo caótico y contingente. Pero ¿por qué
poner comillas a necesario? Para subrayar que la calidad
suyo, pero no en un desierto o en una cámara de eco; tam­
de lo necesario debe entenderse como punto de partida y
poco en un coro regido por la adhesión al director o a una
partitura con la que hay que sintonizar o identificarse. no como proyecto forzoso e inevitable. Situar debe sortear
Unidad que se funda, a su vez, en un lugar distinto: el el riesgo de sitiar. Sin un dispositivo no se funda un gru­
entrecruzamiento de discursividades no sólo grupales, si­ po; pero ese mismo esquema puede cercar sus produccio­
nes cerrándole todas las salidas que conducen a lo impen­
no institucionales, históricas y sociales.
sado. La misma acción que inaugura el espacio de produc­
El pensamiento crítico del campo intelectual de estos
ción colectiva puede rodearla como un vallado y, en ese
últimos años nos invita a pensar de otro modo. Insistir en
caso, las formas instituidas operar como un muro o una
las diferencias nos lleva a inventar otra perspectiva: en
pared, y no como un horizonte siempre abierto.
lugar de preguntarnos a partir de una unidad supuesta­
mente dada, nos preguntamos cuánta diversidad soporta- . Para que un grupo pueda instituir sus acciones como
mos, cuánto caos y cuánta heterogeneidad. . . propias, es necesario un trabajo crítico sobre su dispositi­
vo de producción. Se quiere decir, una crítica que revele
(condicionales) como problema el poder productor de los dispositivos gru­
pales. El encuadre, por tomar un ejemplo, no configura
Nos equivocamos si creemos que lo grupal está dado sólo el nivel de delimitación de las variables que entran
por un principio de esencialidad, pero también erramos en en juego en la situación grupal, sino que produce varia­
el caso de no poder fijar las condiciones que posibilitan su ciones.
trabajo. Ya se criticó una teoría que pensó al grupo cen­
trado en sí mismo, como un todo autorregulado y autóno­
(tentativas)
mo: los grupos islas16•
La "multiplicación dramática", que no tiene que enten­
derse sólo como una técnica, es una de las propuestas que
15 DEL CuEro, Ana María y FERNÁNDEZ, Ana María. El Dispositivo
mejor orientan al trabajo grupal en los últimos años. Hay
Grupal. En lo Grupal 2. Ed. Búsqueda, 1985, Buenos Aires. Y FER­
NÁNDEZ, Ana María. Apuntes para Una Genealogía de lo Grupal. Se­ en está idea "una línea de fuerza" que muestra una de las
minario Interno de la Cátedra de Teoría y Técnica de Grupos. Facul­ maneras en las que el pensamiento crítico de los ochenta
tad de Psicología. Universidad de Buenos Aires. 1988. ancló en lo grupal. Más de dos décadas de trabajo en gru-

44 45

42
pos, en nuestro país, están sintetizadas en esta perspecti­
palabras que otro pronuncia en resonancia con su discur­
vals. so inicial. ¿No se capta por identificación? Sin duda, pero
Con la "multiplicación dramática", se traza hoy un tra­
la captación de lo semejante es sólo un momento en el
yecto diferente de aquel que recorrió lo grupal cuando iba
trazo de otra cosa: la vacilación.
detrás de la unificación. En el actual enfoque se revalori­
Me explico: yo narro algo que creo representa aquello
za otra condición de la subjetividad: la disidencia. Y no se
que me pasa. Cada cual narra aquello que cree que le pa­
quiere imponer una razón unánime allí donde insiste lo
sa cuando le pasa algo que guarda relación con lo que cree
diverso. Pero conviene no tomar el término "multiplica­
que me pasa. Otra cosa se produce: una narración entre­
ción" en el sentido compacto que le otorga la aritmética. mezclada y compuesta de una multitud de creencias. De
Es mejor deslizarse hacia la idea de multiplicidad que no pronto, todos se sorprenden arrojados por delante de sus
define sólo un procedimiento, sino que solicita la capta�
creencias y encuentran otras formas de pensar eso que les
ción de lo uno en lo diferente.
pasa. Vacilan.
Es cierto, la "multiplicación dramática" es una técnica
La multiplicidad, actualizada, reinscribe relaciones que
q�e puede describirse simplifi�damente así: un protago­ al protagonista se le escapan, entonces, atur?ido, duda.
msta presta una escena, es deCJ.r, relata algo que lo invo­ .
La multiplicidad no es una operatona sofisticada en la
lucra y lo ofrece para que sea dramatizado. Luego, cada
que alguna sumatoria se produce. La multiplicidad invita
integrante improvisa otra escena que asocia a la primera
a la soledad y el silencio. Soledad que no es igual al aisla­
por resonancia o consonancia con algo que lo impactó.
miento, sino presencia simultánea con otros que están so"
Pero es más que eso: despliega una concepción del tra­
. los. Silencio que no se define tanto por el callar, como por
bajo en grupos. Permite pensar lo grupal como "obra
el escuchar una llamada.
abierta"17; y al grupo como un espacio en el que multiplici­
dad de sentidos se imbrican en una superposición de vo­
ces y actos, de tonos y modulaciones; en cuyo contrapunto (comunicación)
se construye una unidad de lo múltiple. Por esa razón
Aquello que pensadores contemporáneos llaman "ba­
conforma una experiencia que sirve para pensar cualquier
rreras comunicativas" (Habermas); o que designa la dis­
producción grupal como juego de multiplicidades.
tinción entre "el sujeto de la enunciación y el sujeto del
enunciado" (Lacan); o que se enfatiza como "paradoj a
(vecindades) pragmática, doble vínculo y dependencia situacional del
enunciado" {Bateson, Waztlawick); o que se debate res­
Cada uno se conoce también a través de la información pecto a "la intencionalidad del lenguaje" (Chomsky o los
que el otro le da y por la producción de sí que pasa por las teóricos de los actos del habla, Searle, Ducrot); o que se
expresa en "la teoría de los juegos del lenguaje" (Witt­
16 K
EssELMAN. H.; PAVLOVSKY, E.; FRvnLEWsKY, L. Escenas Temidas del genstein, Lyotard); insiste, desde sus diferencias, como
Coordinador de Grupos. Ed. Búsqueda, 1984. Buenos Aires. Ver tam­
una preocupación de la época: la idea de transparencia
bién, SMOLOVICH, Renée. Apuntes sobre la multiplicación dramática. Lo .

Grupal 2. Ed. Búsqueda. 1985. Buenos Aires. en la comunicación se ha vaciado de contenido.


17 KEssELl\IAN, PAVUJVSKY y F'RYDLEWSKY La Obra Abierta de Umberto La teoría de la comunicación perdió la estridencia ex­
Eco y La Multiplicación Dramática. En lo Grupal 5. Ed. Búsqueda. plicativa que tuvo en los primeros años ·de este siglo. Y si
1987. Bs. As. en el pensamiento actual se critica la concepción del diá-
45
43 47
logo como un recorrido lineal que va de uno hacia otro; dejar de interrogarnos. Pero, no hay que tener prisa por
para el campo grupal esto se traduce como el cuestiona­ · dar con las respuestas, resta todo un año para que finali­
miento de la teoría de la interacción, aun cuando estuvie­ ce esta década.
se -de entrada entre nosotros- mediatizada por las hi­
pótesis psicoanalíticas de la identificación, la transferen­ Buenos Aires, enero de 1989.
cia y la fantasía.
Pero poner en crisis la idea de transparencia de la co­
municación, no equivale a decir que es una valla que ata­
j a o impide el contacto directo con el semejante, ni que es
imposible, o que es una forma vinculante que conduce
irremediablemente al engaño. Advertimos, en cambio, la •.\

superposición de enlaces comunicativos en situación de


grupo. Problematizar la comunicación no es lo mismo que
desestimarla
La perspectiva que propongo entiende que la comuni­
cación es la acción de un desvío, la oportunidad o la excu­
sa para realizar. un salto, una rotación hacia otra cone­
xión de cada uno, con su propio discurso. Para este crite­
rio el otro es necesario.
Y si decimos, por ejemplo, que comunicarse es extra­
viar la propia palabra y recuperarla en la de otro, no lo
hacemos tanto por acentuar la idea de distorsión comuni­
cativa o de deformación del interlocutor, como por funda­
mentar la producción de imágenes a partir de los frag­
mentos comunicativos dispersos y actualizados en el cam­
po grupal. El trabajo de lectura se presenta, entonces, co­
mo la reconstrucción de la singularidad de cada trayecto­
ria, en medio de la simultaneidad de enlaces y desvíos.

(impaciencia)
La fuerza de la crítica que impregna la subjetividad de
los ochenta tiene consecuencias que no sabemos medir to­
davía. Todo el tiempo nos enfrentamos con lo impensado.
Mientras tanto, intentamos hallar en lo grupal otro modo
de trabajar en situación de grupo. Y, aunque no es fácil
precisar nuevos· argumentos para esta labor, ni imaginar
desarrollos para los problemas planteados, no podemos

48 49
44
Ana Quiroga - Enfoques y
perspectivas
EL CONCEPTO DE GRUPO Y LOS PRINCIPIOS
ORGANIZADORES DE LA ESTRUCTURA GRUPAL EN
EL PENSAMIENTO DE ENRIQUE PICHON-RIVIERE *

.!

En junio de este año, una noche -nuestra hora habitual


de diálogo y de trabajo- Pichon y yo nos entusiasm.amos
con un proyecto: escribir un libro que tomando como eje
la temática del grupo, "Jos organizadores grupales", fuera
una exposición sistemática de nuestros actuales desarrollos
en Psicología Social.
. Lo amplio de la temática planteaba en principio un
problema de estructuración interna de la obra y en -conse·
cuencia, lo primero que ·debíamos resolver era un diseño
que le diera coherencia.
Otra noche, mientras estacionaba el auto, surgiÓ en mí
el diseño de ese ordenamiento de temas. Bajé apurada para
escribirlo, con temor de que se me perdiera esa estructura,
cuando se acercó un grupo de gente y me pidió que llevara
al hospital a una mujer que aparentemente sufría un ataque
epiléptico. ·

.
*Artículo publicado en Temas de Psico log(a Social N° 11 1977,
y reproducido en el N° 6 de-la misma revista, 1984.

77
45
Horas más tarde, al comentarle a Pichon mis esfuerzos La definición, como. conceptualización de la esencia
tragicómicos para transformar un Citroen en ambulancia, a remite entonces a los principios organizadores internos con:
la vez que no olvidar el diseño del libro, él se rió y me
. -· ·- --- ' .

figu,ran�es deLprocew que se-ha m-vestigado.


dijo: "en el momento menos esperado te encontraste con la
A la definición, al señalamiento de los organizadores
epilepsia, eso. parece una herencia". (Para quienes no lo
internos, al discernimiento de lo esencial (naturaleza del
saben fue uno de los temas que apasionadamente investigó
fenómeno), se llega desde una tarea previa de elaboración
a Jo largo de su vida).
de la experiencia, de retrabajo del material empírico, proce­
Proyecto y herencia son hoy, para mí, a pocos meses de
so de abstracción en el que, en una labor de síntesis e
integración, se .construye la visión múltiple que emerge en
su muerte dos palabras que se articulan dolorosamente,
pero con un sentido profundo, de tarea, de elaboración de
el concepto. Es este carácter totalizador, esta multilaterali­
esa muerte.
dad del concepto, el que permite hablar de una visión que
El índice que retrabajamos con Enrique es ahora algo
supera aquella meramente experiencia], la que nos aporta
más que un esbozo. Se desarrolla como un libro, según el
sobre los fenómenos una imagen parcializada, fragmentaria.
propósito inicial.
Este artículo sintetiza, para Temas de Psicología Social, La elaboración conceptual de la experiencia supera al
algunos de esos desarrollos. conocimiento empírico en tanto significa un interrogarse
por la esencia -lo que trasciende lo empírico- pero echa
E. Pichon Riviere caracteriza al grupo como "-un con-·· sus raíces en la experiencia, se funda en ella, ya que es sólo
junto restringido de personas que ligadas por constantes de desde los hechos mismos que éstos pueden ser interrogados,
tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación siendo la experiencia concreta el lugar desde donde se
interna se propone, en forma éxp!ídta o implícilia, una construye toda pregunta pertinente.
tarea que constituye su finalidad, interactuando a través de Esta reflexión epistemológica no se incluye al azar en
complejos mecanismos· -�de asunción y adjudicación de mi trabajo. Por el contrario, tiene el sentido de señalar la
roleS71, concepción del conocimiento que fundamenta y encuadra la
¿Qué es una definición sino el intento de concept1J0Jjzar elaboración teórica de Pichon·Riviere, a la vez que el deli­
�a__�§�J:l<:!Íil de un p:r,oC!l§{l, lqu;>Ji¡¿<j¡:lios que rigen su emer­ near el itinerario de un pensamiento, en el que se intentará
gencia y desarrollo? Definir es estabf;(;erTas�detenñinacio­ reconstrnir un camino, que tomando como punto de parti­
nes específicas de un fenóme;¡�-.- �u n�tural�za, de manera da lo fenoménico -Jo que en forma inmediata se da a
tal que el concepto construido refleje el sector de lo real al nuestra experiencia- se llega al enunciado de lo que deno­
que hace referencia. Ese reflejar la realidad concreta signi­ minamos principios organitadores internos, configurantes de
fica dar cuenta de un hecho, _<:1� .tll1 l?!:�?�_so, en una perspec­
..
la estructura grupal.
tiva totalizadora, es decir, en la articulación de elementos Interrogarnos acerca de la esencia de lo grupal no es
internos y relaciones externas. una tarea intrascendente, ya que al preguntamos qué es un
Sólo cumpliendo esta condición el concepto adquiere su grupo, cuál es su estructura, qué es lo que define al gr upo
calidad científica, su carácter de conocimiento objetivo, como tal, cuál es la sustancia de ese proceso interacciona!,
guardando con la realidad a la que reenvía una relación estamos cuestiortándonos acerca de la ··esencia de la situa­
instrumental. ción que constituye el escenario, el horizonte de toda

"''· ' .· . 78
46 79
�'
experiencia humana. En consecuenciª_liLt!lmática <l.E!l grupo TAREA, en la que el S\ljeto .se pro.y.ecta .$obre el mundo
nos reenvúrnecesiüiamente a la problemiitica del sujeto. externo;- sobre su contexto inmediato, con una estrategia,
Para Enrique Pichori-Riviere la psicología, en sentido .una.direccionalidad (proyecto) en un hacer que lo modifica.
estricto, se define como social a partir de la concepción del Este interjuego entre necesidad -Y satisfacción, fundan te
sujeto, que es entendido como emergente, configurado en
__
de toda tarea, de todo aprendizaje, define al sujeto como
. sujeto de la acció)l, como actor, �iJwíncjolo, a partir de sus
una trama compleja, en la que sé entretejen vfnC:wos y
relaciones sociales. Según el planteo pichoniano la subjetivi­ tareas concretas, erí su dimensión histÓ�Íca; en su cotidiani­
.

dad está determinada histórica y socialmente, en tanto el dad, en S\l .. teJ11poralidad.


sujeto se constituye como tal en proceso de interacci(¡n, en El/h�cer, )]a tarea, ocupan un lugar fundante en la
una dialéctica o interjuego entre-csujetos, ·a;;--¡a ·que el concei>aon-pichonilúía del-sujeto, y en consecuencia en la
vínculo, como relación bicorporal y el grupo, como red el8.0oración de un criterio de salud sm�.-Wr..r;\i!!�-Jlg ad_aptª: /
__

vincular, constituyen unidades de análisis. cióp._activa !!, lª�¡¡ljgl;ld: "El sujeto es 'Sllno' eñ la medida {
El S!ljeto apl\.rece entonces jJ'ljo w:¡ __ d()_ble_ 93J::Í,C_t!J!' ---..c-�c.<� l:-:- .
- --
. ·
.. en que aprehende la realidad en una perspectiva integradora
..�,, �.- .-

9_o.ma ..agente, actor del proceso interacciona!, a la vez que y tiene capacidad para transformar esa realidad transfor­
cg_pfigurándose en .ese..proceso, es decir, emergiendo Y--sien­ mándose a la vez él mismo".
do determinado por las relaciones que constituyen sus con­ "El sujeto está 'activamente adaptado' en la medida en
diciones concretas de existencia. Nuestra reflexión -la que ; que mantiene un interjuego dialéctico con el medio, y no
planteamos como Escuela- parte de una definiéión del una relación rígida, pasiva, est<!reotipada . .La salud mental
sujeto como "sujeto. ge la necesidad", pero el eje real de consiste en aprendizaje de la realid8.d, .en una relación
nuestro análisi�- se sitú� -;ñ-IaC�Oi11.iadi�{;Í.9J1_ i_l;l�ema jpher,e.n­ sintetizadora y totalí1.ante, en la resolución de las contradic­
te a ese sujeto como ser vivo, interjuego entre la riegesidad ciones que surgen en la relación stiF;to::mundo'ó." - - - --�

emergente del intercambio materi&l del organismo con: el Desde Pichon-Rivi�re entoi1ces, la Psicología Social no
medi? y la. satisfácción de esa necesidad. Esa con:tr<tsjtc,:�ón es una psicología de los grupos, sino una reflexión acerca
interna vuelca al sujeto sobre el mundo e:x:t_erno _im _pusca de
__ del sujet_o y su comportamiento. P ero la concepción vincu­
la fuente de la gratificación en la relación_ cciii otro _sujeto. lar dé! sujeto, esta jerarquización de su determinación social
.
- La .n,e.cesida d, experimentada como tensión interna, reenvía (-_ implica una perspectiva, delinea un estilo de ª_bardaje de ese
o reabre ese interjuego, en tanto promueve en el sujeto la �uj<O!_o: en _el interior de lped vincular, en la que- eii\érg�y
realización de un conjunto de operaciones materiales y · ·'( ·se configura a partir de esa contradicción interna entre la
simbólicas, a las qúe se denomina conducta. Determina en . j necesidad y la satisfacción. De allí la importancia de lo
él una acción concreta, transformadora, destinada a la satis­
facción de la necesidad. La acción transforma, modifica al
.

i.9
grupal, en tanto �sceri:ar eji;:-iliJ:iroiiñto iíe'fa constitud6n
.

del süfeto:
------·-- -·· --- -.-

contexto, pero también al protagonista de la acción, adquie­


. ·--Esta···concepción vincular del sujeto es elaborada por
re entonces la condición de aprendizaje.
Pichon-RIViere á-partir de su práctica clínica, en la que se le__
Así el sub-jectum, el "sujeto-sujetado" de la necesidad
revela el mundo interno del paciente, la dimensión intrasub, ;
se metamorfosea a partir del pro-jectum. Es decir, la suje­
jetiva, estmcturada _ como un grupo interno, un escenario -
ción a la necesidad, como punto de partida de la acción
interior en el que se reconstruye la trama vincular en la que
destinada a o btef\er la gratificación, es la condición de una

47 81

1 l
ese sujeto está inmerso, trama en la que sus necesidades

dad mental como comportamiento que rompe las expectati­
cumplen su destino de gratificación o frustración.
vas sociales pierde su carácter inicial de lo· siniestro, lo
incomprensible, �lo demoníaco, transformándose en un len­
La determinación recíproca entre interacción gr¡¡pal .Y
acontecer indiVidiiiii, y -¡¡¡·conseéuerite cóncepciÓ!l.de la
guaje complejo pero direccional y decodificable. Es en el
-subjetivida(C��.�-tá presente en el pensamiento de
" contexto grupal y particularmente en el grupal familiar con
Pichon-Riv'iere' no . sólo
-- · eñ la noción de vínculo, o en la de
su historicidad, que esa conducta reviste significatividad, y
mundo interno estructurado como grupo interno, C()Il10
en tanto comprensible resulta modificable.
tfamá.re!ll.ción?lhiternalizada, sino en la postu1!\ción a<;_<ttca
de la ��feiÍÍwdad 'mental como. (!!llet:g�n��·-ª� Ana. ffil'�
vincular, la del grupo familiar, dinámic:oCque en ese momen­
LA INTERACCION: PROCESO MOTIVADO
to aparece génerando patologú�._El que enferma es el porta­
voz más señalado de ese prqs_e.s_;Y, y !1.\l.cOn4w;ta res).lltlJ.do
Hasta aquí hemos intentado mostrar la articulación pro­
de la "intolerancia a un determinado monto de sufrimien­
funda entre la temática del grupo y la problemática del
to", remite, como signo, �a una modalidad de interacci§n
sujeto, indagando el sentido que tiene en el esquema pícho­
grupal, que en ese momento opera como coi!dición de
niano la caracterización de la psicología como social a
producción de ese comportamiento patológico.
Para Enrique Pichon-Riviere, la �!d_ad_�ej:rlteraccton en
. • partir de una concepción de lo subjetivo que jerarquiza los
procesos de determinación social-vincular del sujeto, deter­
la que el sujeto emerge, es el contexto pertinente, 'lo que
minación que se cumple en experiencias concretas de con-
debe ser focalizado como objeto de reflexión para compren­
der a ese sujeto, la articulación de sus determinaciones
tacto, de interacción. . .
Señalamos que esos p�0ces_os...interaccionales, -sustancia
internas y externas. De allí el ab0r gaje grupal-famililll' del
de toda .trama... ..:vinc:ulirr, ·constituyen .el .horizonte.. de la
proceso del enfermarsé, y la i.:ristniin�ri,tai:: ióh (tran�fó� niado­
ra) de la interacción familiar como elemento terapeuttco.
7.Jñcluét;- humana' el ..contexto '"'en que dicha comll!cta revis-
.... �----·-··· -
-
' . '· · . . - '" -· -------·-· · _,_,..

té. signi_:Q.�ati;vidad. Queda en pie sin embargo una pregunta


La conducta es, según D. Lagache, el "conjunto de
fundamental: (¿cuál es la esencia de esa dialéctica entre
operaciones matenales y simbólicas por las que un organis­
sujetos a la 'que llamamos interacción? , y en consecuencia,
mo en situación tiende a realizar sus posibilidades y reducrr
¿cuál es la esencia de toda estructura vincular Y de todo
las tensiones que amenazan su unidad y lo motivan". En
tanto el fundamento de esa conducta está en la contradic­
grupo, como sistema de vínculos? )
Retomando la propuesta inicial de este trabajo, recorra­
ción necesidad/satiSfacción, esa cm¡.tradicción, reenví� al
mos un camino que parte de los datos de la experiencia, lo "'
contexto vincular del sujeto, ya que'•ll vínculo, la expenen­
cia con el objeto es el escenario de la gratificación o de la
observable, lo fenoménico para llegar -con ese fundamen- fr
to- a elaborar algnnas hipótesis acerca de esas leyes ínter­
frustración.'>En consecuencia la conductá es esencialmente -
,-�
nas, o "principios organizadores" del proceso interaccional
relacibnal y solamente puede ser descifrada en la red vincu-
. que constituye el grupo /Es precisamente el conocimiento
lar en la que se configura. El sujeto se comporta en un
de esos "oJ:g!U!iz¡¡,ciqnls.jp.te.m.o s " , lo "egi;JJ,L�te g¡:upal",., '
contexto que es, como decíamos, horizonte de su e:'�rien­
_ lo que permite una futervención psicológica que desarrolle
cia, y sólo en ese contexto esa conducta adqmere stgmfica­
los distintos momentos de la planificación: estrategia, tácti­
ción y coherencia. Desde este encuadre grupal la enferme-
ca, técnica y logística. J

48 CENTRO de ESTUDIANtES
r
¿Qué aparece, a una primera mirada, en una situación
·· ·
que se perciben mutuamente y cuyas acciones están articu-
de interacción? Dos o más sujetos comparten un tiempo y Iadas por leyes de_ causalidad recíproca.;> ··

un espacio, hay entre ellos un juego corporal, de miradas, (.En consecuencia, la unidad interacciona] es un sistema.'>
de gestos. Se perciben recíprocamente y sobre la base de < Puede visualizarse en ella. una organización interna, que
esa percepción recíproca intercambian mensajes, utilizando articula sus partes, una unidad o coherencia interna que
un lenguaje verbal y gestual. Decinios que se establece entre emerge de lo que denominaremos principios organizadores.)
esos sujetos un proceso comunicacional, en tanto intercam­ < Es una organización interna la que estructura las ·distintas
bian signos de un código, por los que describen objetos y unidades interaccioJ<ales en las que participamos cotidiana­
·. expresan emociones. mente; pareja, grupo familiar, grupo de trabajo, equipo
Hablamos hasta aquí de r�Jnrncidad e .intercambio. deportivo, etcétera. >
¿Qué permite inferir su existencia? El hecho de que Ja¡¡. Otra forma de acercamiento a la comprensión de este
actitudes de ambos actores no aparezqar¡_ aisJªd¡¡s,_cles¡¡r.t_i�u: . rasgo esencial de los procesos de interacción (su carácter de
ladas,· sinO qlle por el contrario,<resulte posi]:¡le _establecer unidad estructurada) podría darse a través ¡:le contrastarlas
relaciones causales entre el comportamiento de uno y otro · con aquellas que constituyen su antítesis,(su negación'J Se­
sujéto-
..
) . ___
rían estas formas de lo colectivo en las que los sujetos
participan objetivamente del mismo tiempo y espacio, en
Se d � )
racción n tanto se dé una determinación
los que se desarrollan acciones, pero en la que no se da una
recíproca 'o'lll t erjwf{o que se efectiviza cuando la presencia dialéctica entre sujetos, en tanto éstos no se relacionan
y la respuesta del otro es incluida, antlcipáda en la actitud
entre sí. \Se trata de situaciones en las que pese . a la
de cada sujeto. Inclusión y anticipación qúe se configura
en un interjuego de orienta­
presencia sirnuitánea de varios actores en un mismo ámbito
como expectativa hacia el otro,
espacial no llega a constituirse la unidad interaccional, por
ción mutua. El desarrollo de expectativas recíprocas, el
Ia ausencia de los "principios organizadores de la interac­
intercambio de mensajes permite afirmar que interacción ción". Sartre, en Crítica de la Razón Dialéctica, investiga
iniplíca procesos de comunicación a la vez que fenómenos estas formas de Jo colectivo, a las que denornina_Blí).¡l,IE,
de aprendizaje, en tanto· se da una modificación interna de. caracterizándolas como lo opuesto al grup<Í;)i. Serie es aquella
cada uno de los actores, modificación emergente del reco­ forma de lo colectivo cuya unidad le es exterior, sus "prin­
nocimiento del otro, de. su incorporación, lo que tendrá por
cipios organizadores" son externos, no intrínsecos. En con­
efecto un. ajuste -en mayor o menor grado- del comporta-
secuencia la serie es inestructurada, carece de coherencia
1 --
' miento de ambos a .esa realidad que significa la presencia
interna. Los clientes en el interior de un comercio esperan
\ concreta del Otro.
. , turno para ser atendidos, los espectadores que asisten a la
·-

Cuando se da ese interjuego de expectativas ¡:ec1p�ocas, exhibición de una película o una obra teatral, el pasaje qe
un ómnibus, constituyen una serie/ Los ejemplos menciona-
en el que cada sujeto aparece corno significativo para el otro,
se habla de una acción direccional de un actor hacia el
/
dos hacen referencia a situaciones en las que varias personás
otro. Las manifestaciones de direccionalidad· r�cíproca de comparten un tiempo y un espacio, e incluso desarrollan
orientación y ajuste mutuo nos revelan la presencia de un una actividad similar. \Pero il� ha� re�iprocidad e � sus

interacciona La unidad interaccionai)se caracteriza
f
entonces por ser una t:�ación(jec�Í(l!llpo, es:paci?, suje!�s
_ �
acciones. Lo que hace cada su¡eto mchndo en la sene no
tierie direccionalidad hacia los otros integrantes de la si-

49 85
tuación>Los otros, aun cuando fueran percibidos, no apare­ como tal en la interioridad del sujeto, en tanto portador de
cen como significativos. Esa falta de significatividad resulta­ la gratificación. El interjuego necesidad/satisfacción y sus
ría del hecho de que el otro no aparece comprometido en vicisitudes son la condición de posibilidad de la inscripción
relación a las necesidades o expectativas de cada sujeto. La del objeto en el mundo interno del sujeto, y en consecuen­
finalidad buscada puede ser la misma, pero no aparece cia de la configuración de ese mundo intem o. }
compartida. El logro del objetivo no los remite los unos a < La necesidad es la base, el motor de la relación con el
los otros, no los relaciona activamente. Lo que los reúne es otro, su fundamento.)
·

un elemento externo(�! compartir tiempo, espacio y even· La experiencia de contacto gratificante de un bebé con
tualmente objetivo, no es condición suficiente para el esta­ su madre, inscripta en él como vivencia de satisfacción' , es
blecimiento de una relación vincular.'>) un hecho profundamente estructurante en el desarrollo del
<.Esta parecería requerir un fundamento motivacional. �, psiquismo, y uno de sus efectos más señalados es el desarro­
Ese percibirse recíprocamente, esa direccionalidad, llo de expectativas en. relación al objeto, al producirse la
orientación y determinación mutua que caracteriza a los emergencia de la tensión de necesidad�s en ese interjuego
procesos interaccionales tiene una causalidad inscripta en entre el registro de la tensión de necesidad y experiencia
cada uno de los sujetos comprometidos en dichos procesos. gratificante con el otro, que se establecen los primeros
( De allí que caractericemos a la interacción como un proce· procesos comunicacionales y se cumple un protoapren­
so motivado, afirmando que la causalidad . del proceso, su
· dizajeq Como lo describe Freud en Proyecto de una Psico­
fundamento motivacional, es la necesidad:> _
! logt'a para Neurólogos, el llanto es, en los pnmeros mo·
Como dijéramos, cada sujeto se incluye en una dialécti- !)
mentas .de vida, una conducta refleja que tiene una :finali·
ca, en un interjuego con otros sujetos a partir de la centra-l
dad de descarga, asociada a .la emergencia de la tensión
dicción interna necesidad(satisfacción, contradicción que só- ! displacentera de la necesidad. La experiencia con el objeto,
va a transformar la calidad de la conducta, que no será la
lo puede resolverse en una experiencia, en una relación con f
otro. De allí la afirmación precedente de que el vínculo co·,!l
de una mera descarga, sino que tendrá una finalidad comu·
mo unidad interaccional básica y el grupo como trama vin-!\
cular, constituyen el escenario y el instrumento de resolu.l !
ción de las necesidades. Este hecho tiene una historicidad i
l nicacional. El llanto del bebé adquiere como conducta Y en
el interior del vínculo con la madre, un sentido, una direc­
cionalidad, la gratificación, a la vez que revela una progre­
individual y social. )e ' siva incorporación de significaciones sociales. ',
a
Desde la perspectiva individu l, podemos ver hasta qué Hablábamos del carácter estructurante que tiene para el
punto las primeras éonductas, las primeras experiencias del psiquismo ese interjuego entre la necesidad y la satisfacción
sujeto están determinadas desde la necesidad, constituyén· en una experiencia interaccional, de contacto con el objeto.
dose como modelos primarios de reconócimiento del otro Y Avalaría esta afirmación el hecho de que<el pasaje de la
de conducta direccional. sensación a la represljntación del pecho (como la más rudi·
Desde el primer vínculo, aquel que establece el sujeto mentaría actividad ideatoria) se cumple en el interior de esa
con el cuerpo, con el pecho materno, el otro podrá ser dialéctica entre la necesidad y la satisfacción�Es en ese
reconocido como objeto -en un proceso progresivo- en '
tanto se incluya en el interjuego necesidad/satisfacción.)
El Objeto se carga de significatividad, se constituye

l Freud. Proyecto de una Psicologz'a para Neurólogos.

86 50 87
1

!.1
interjuego fundante del vínculo, que tiene su anclaje toda Podemos caracterizar al iQ!li.e�ivo o_ proY.ecto) a aquello
_ _

representación, toda significación, toda norma.}> que, definido desde la necesidad, significaría su satisfacción;
(j:s desde su condición de sujeto de 1?. nece;idac\ y en el es(Íiq!,!E)lJo de lo. que se carece y _)lacia lo que .se tien_cl_e�La
proceso relacional de satisfacerlas, que el hombre se trans' (tarea:; podría ser entendida como (proc�so, cl..c()�j:9Et()_de
forma en el sujeto de la representación, sujeto de las signifi­ acciones destinadas al]ogro del objetiv�.�-ÚI tMea�� ¡:>lantea
caciones sociales, en síntesis sujeto humano. ) desde la. necesidi!d. Y. es la j;ransfQrrnación de esa ausencia,
;··'Esta insistencia acerca del lugar fundante de la necesi­ esa carencia .�n i\quello. . quJ".J<' !La��sfac.§{í_.!lpl_ l!
. c_ a necesaria­
daa en el proceso interacciona] apunta a determinar cuál es ' mente, transformación de la realidad. externa e intem�
(el lugar de esa necesidad y de las acc io nes destinadas a Nos hemos interrogado por la esencia, por lo estructu­
rotú;facerias (objeto-tarea) en la constitución de la estructu­ rante del proceso interacciona!. Podemos responder a esa
ra vincular y del grupo como sistema interaccioniiC\ pregunta desde la perspectiva de Pichon-Riviere, planteando
El hecho objetivo, presente (¡!esde el com!eñ'zb de la '''
·•·'
que(Wn,o de los principios ,:>rganizag()res del grupo como ,¡
historia, que por sus características corporales al hombre le , estructura, es decir como sistema dotado de coherencia
sea imprescindible relacionarse con otros para satisf.acer sus )
. iiitema es esa consüdáci(m qe necesidades, objetivos, tarea. !

necesidades vitale implica que en esa relación con el otro urg
·Es de ella de donde s e la unidad iñterior del sistema
esas necesidades vitales estén presentes fundando la rela- i¡:¡teracciqna,], en tanto en ella se encuentran. recíprocamente
- ·--· - -..-<:_·
ción, otorgándole sentida.': .. . los integrantes.)'
---El otro o los otros aparecen intrincados en el inte'rjuego
Para Pichon-Riviere(el grupo se define como una estruc­
tura de acción, de operación, De alií que para él todo ·
necesidad/satisfacción, en una red de expectativas, adqui­
riendo entonces relevancia, significatividad, como cooperan­
tes o antagonistaS?
grupo ·sea operativo\ Leemos en El Proceso Grupal:
\1\ "Todo conjUntó .. de 'personas, ligadas por constantes de
( Ese hecho objetivo tiene consecuencias: la acción hacia
el otro, en tanto fundada en la necesidad plantea la idea de
tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación
una relación direccional, que no surge al azar síno con un
interna se propone en forma explícita o implícita una tarea
que constituye su finalidad".
objetivo o tarea, que podrá o no ser explícita.)'
( ·�a acción hacia el otro, como búsqueda de objeto para 1• La formulación difiere parcialmente de la definición con
lograr gratificación o evitar la privación, tiene siempre una la que abriéramos este trabajo, enfatizando aún más de qué
finalidad. Es por esto que Pichon- Riviere sostiene que n o manera la tarea-finalidad subyace a la estrUcturación del
h>1-¿'_ vínculo y en consecuencia grupo sin :tarea, y a qu.,_:i'i conjunto (grupo).
toda relación se establece un sentido de operatividad logra- Esta concepción del grupo como sistema interacciona],
· t
fundado en una constelación de necesidades y objetivos, en
do o no. )
· "El ·fracaso de la operatividad vincular implica perturba· ¡ una tarea y finalidad tiene. ·consecuencias a nivel metodoló­

ciortes en el proceso de aprendizaje y comunicación y nos gico> La técnica, el tipo d'e intervención psicológica en el
remite a una patología del vínculo. _campó''grüp¡jf que plantea Pichon-Ríviere, se sustenta en esa
{
Según lo planteado por E. Pichon·Riviere el grupo, concepción ·de. ,grupp ...como .11!lid¡¡d op"�aqls)nru.( La técnica
apunta a centrar .la interacción _en Ia tarfla, potencializán­
como red vincular, se estructura sobre la ba.Se de una
constelación de necesidades-objetivos-tarea:"'l\ dose así la a,cción grupal, en tanto· se visualicen, aborden y

88 51 89
resuelvan los obstáculos que emergen de la mlU'cha_ l¡acia los su propia necesidad, compartiéndola o desde necesidades
objetivos grupales. '¡ >
complementarias Esto que parece obvio constituye sin em­
El objetivo-tarea-finalidad se perfila entonces c.omo un bargo uno de los fundamentos <fu lo que la Escuela Francesa
principio organizador de esa estructura interacciona! que es de Psicosociología llama "resistencias al plano grupal".
el grupo. t ¿Por qué organizador't>(En la red interacciona! Una de las dificultades más habituales con las que se
cada sujeto ocupa una posición, · íntimamente ligada a su tropieza al plantear la situación grupal como instrumento
función dentro del sistema, posición y función que generará terapéutico. está dada por la resistencia a reconocer la neu­
una "constelación de expectativas" que implican al sujeto y rosis como un proceso común, que genera necesidades co­
a los otros integrantes de la red�,Este proceso se constituye munes./ Por el contrario se valoriza narcisísticamente la
a través de los mecanismos de adjudicación y asunción de enfermedad como un acontecer individual, único en rela­
roles, pero la ubicación de cada sujeto en la trama interac­ ción al cual no se comprende el sentido de la presencia del
ciona! obedece a una racionalidad, una ley interna del otro o los otros. La técnica defensiva a la que apelan en ese
sistema':(Esa ley es el objetivo -tarea que otorga sentido a período resistencial los integrantes de un grupo, es una
la relación recíproca- que requiere esas funciones, que en disociación en la que la contradicción yo-otros (individuo­
principio las origina, da lugar a· ellas. Por eso decimos, grupo) se hace dilemática, generándose en el grupo un clima
siguiendo a Pichon-Riviere, que(los roles en un grupo están de aislamiento narcisiste, a la vez que se desarrolla una
fundamentalmente requeridos desde la tarea (principio orga­ relación voraz con las figuras terapéuticas. El grupo aparece
nizador), sea para realizada, sea para negarla .. El rol del aquí negado como estructura operativa, no se hacen jugar
coordinador (cuando el grupo trabaja con un encuadre las potencia:¡i.dades del mismo. Los roles, al no reconocerse
técnico) está requerido en función de la tarea y a partir de las necesidades y objetiVOS Comunes, �-h_acen S\lplementa­
los obstáculos que surgen para su desarrollo.) rios/0
---· -'1.:
no complem¡¡ntarios, desdibujándose las funciones. en
La emergencia de ciertos roles, como el de enfermo en la re.a. mteraccional, que se empobrece. En esta situación,
-- ______, ________________,_ ··-·· - - - - - - - -�-------·· .

un grupo familiar, chivo emisario en cu alqnier estructura no-rmeden ser instrumentados los mecanismos de identifica­
grupal, etcétera, si bien no parece ten er relación manífiesta ción al servicio de la cura y el esclarecimiento de todos y
con el objetivo-tarea que orga níza al grupo, revela sin em­ cada uno de los integrantes. Se cercenan las posibilidades de
bargo una modalidad de interacción grupal que en última creatividad grupal/ En el ámbito del grupo familiar, cuando
instancia, nos va a remitir a la relación que los miembros de sus vicisitudes reqnieren _intervención psicológica, el meca­
ese grupo guardan con las necesidades-objetivos y tarea que nismo defensivo frente a la tarea básica de reconocimiento
los integra en una estructura. de las propias necesidades y de las necesidades comunes, es
( El análisis de esos roles nos reenvía a la comprensión de frecuentemente la intensificación de aquél que hiciera emer­
las formas de adaptación a la realidad que desarrollan los ger el proceso de enfermedad en un integrante; nos referi­
miembros del grupo.> mos al mecanismo de depositación, que implica también
La realización de la tarea, es decir el conjunto de una disociación yo-otros, a la que se suma una proyección
operaciones destinadas a satisfacer necesidades y alcanzar masiva de los aspectos patológicos o necesitados de ayuda,
objetivos comunes exige en primer término, que los inte­ a la vez que una negación de la propia necesidad de apoyo
grantes del grupo reconozcan esas necesidades y objetivos terapéutico. Sólo revirtiendo esta situación, el grupo fami­
como comune s'(E s decir, que el otro aparezca intrincado en liar, que hasta allí operó como escenario y condición del

90 52 91
l

1
proceso del enfermarse, puede transformarse en su contra­ LA INTERACCION, PROCESO EFICAZ
rio, es decir convertirse en un instrumento invalorable, ya
,
que no solo podrá ser eficaz en el plano terapéutico, sino Se ha jerarquizado hasta aquí el carácter procesual de la
posteriormente, en el terreno de la prevención de nuevos interacción. Esto es ,(ii}if,
racción implica entre otras cosas
trastornos.¡ una secuencia de accicmes recíprocas, un desarrollo tempo­
En los grupos de trabajo iJ ·de aprendizaje suele verse iiil., Dentro del interjuego o dialéctica entre sujetos señala­
más facilitado el reconocimiento de esta interdependencia mos que se. cla _',l!lintercambio de mensajes, un acontece�,
en ese tiempo y espacio compartidos que tiene como eje la
en relación a necesidades y objetivos, ya que la tarea
aparece definida explícitamente como un proceso común, )
comu!liCaCión En el desarrollo y continuidad de ese juego
comunlcaélonal se produce la transformación de esa rela­
realizado a partir de necesidades comunes. Este nivel racio­
ción entre sujetos, la que se constituye como estructura
nal de reconocimiento no impide, sin embargo, que tam­
vincular.
bién en este caso las situaciones grupales aparezcan recorri­
" La constitución del vínculo como estructura de interac­
das por la contradicción entre proyecto y resistencia, vivien­
ción implica un aprendizaje, una modificación estructural,
ciándose al grupo como aquello que es a la vez deseado y
profunda y no ya periférica de los sujetos comprometidos
temido.

( El Punto de partido de la productividad grupal es el •


enella.
.
ella:;/Este
'
Este aprendizaje o modificación estructural significa
un cambio sustancial en el proceso de interacción, una
reconocimiento que sus integrantes hacen .de sus necesida­ transformación cualitativa del mismo, a la vez que es efecto
des como sujetos y como gtupo, como forma primaria de del interjuego entre sujetos.')
resolver la contradicción sujeto-grup o)
Hemos hablado hasta La transformación cualitativa del proceso interacéional
aquí de identificación, de reconocimiento del grupo como está dada por la intemalización del vínculo. Esa relación
instrumento, de definición de necesidades comunes, de obs­ hasta aquí actuada dominantemente en el mundo externo,
táculos emergentes de ese reconocimiento recíproco. preponderantemente unidimensional, (efectivizada en la di­
Esto nos remite a una pregunta: ¿se agota lo esencial de mensión de la intersubjetividad) se inscribe, con otra cali­
la. interacción vincular grupal en ser un proceso motivado, dad, en la interioridad del sujeto, se aloja en su mundo
fundado en necesidades que promueven el reconocimiento interno. Adquiere una dimensión intrasujeto. Y esta inscrip­
del otro? , ¿cómo se orienta hacia el otro y se da un ción se da -para· que se constituya la estructura vincular­
recíproco ajuste d.e expectativas, desarrollándose procesos en el mundo interno de 'cada uno de los protagonistas de la
de comunicación y aprendizaje? Estas preguntas, abren una (
relación, en un proceso de internalización recíproca. El )
reflexión que nos llevará a lo que Pichon-Riviere enuncia proceso ha seguidó un itinerario que va de la necesidad a la
como', otro de los principios organizadores internos de la acción y a la percepción recíproca, que permite hablar de
estructura vincular y grupal, principio íntimamente ligado un primer nivel de interacción. Al persistir el juego comuni­
con el anterior e instancia constitutiva de toda trama vin­ cacional, el interactuar, se instituye el vínculo, al recons­
cular: la mutua representación interna. \ truir cada sujeto, cada actor, en su mundo interno, la trama
(
- . -·'

relacional de la que participa... Cada uno de ·los sujetos


queda habitado por los personajes, por las figuras y las
'

j
relaciones que estructuran esa trama.·�
c:.\r'''LV\:l'P..

92 53 fji.C.O'é.1'1(;�-�CP.. 93
plliH-
se plantea que la interac­ ansiedades y fantasías ligadas a
Dicho de otra manera: cuando. la tarea y a la situación
so motivado, y en consecuencia grupal. A este orden pertenecen los
ción es no sólo un proce fenómenos transferen,
que es también un proceso ciales, particularmente intensificados en
direccional y con sentido, sino .la iniciación del
ncía a este fenómeno de internaliza­ grupo, y la configuración de "tramas
eficaz, hacemos refere argumentales" o mitos
intera cción- en el que se configura el grupales, que marcan modaiidades de
ción -efecto de la la interacción y de la
sujeto , como reconstrucción fanta­ internalización recíproca, que al crista
mundo interno de. cada lizarse, pueden gene;
lar en la que cada sujeto emerge y en rar serios disturbios en la comunkac
seada de la red vincu ión y el aprendizaj.e,
adicc ión intern a entre la necesidad y. grupal, congelándose o empooreciéndose
la que resuelve la contr la dialéctica entre
mundo interno y mundo externo' en
la satisfacción. cada uno de los inte­
interacción, de esa grantes. Al inscribirse en cada sujeto-actor
Es a partir de esa eficacia de la la trama interac­
r estruc turalm ente al sujeto (ya que ciona] en la que se encuentra articulado
capacidad de transforma con otros sujetos,
ión de la trama vincular se podemos decir que se interpenetrar1, sintet
como dijimos por la internalizac izándose en un
o intern o de ese sujeto), mism o proce so, aquel los fenómenos que
configura y se modifica el mund configuran como
inter accio na! com o dialé ctica principios organizadores, la estructura grupa
que caracterizamos al proceso l.
En otras palabras, el vínculo, relaCión
entre sujetos. interpersonal ele­
pción intrasu- mental, y el grupo como trama vincu
En esa internalización recíproca, o inscri lar, se constituyen
Picho n-Riv iere deno­ desde las necesidades de los sujetos y a
jeto de la trama interacciona] a la que partir de su mutua
const ituye ei vínculo representación interna.
mina mutua representación interna, se
const ituye , a partir Al insistir Pichon-Riviere en señalar a la
como tal, de la misma manera que se mutua represen­
tram a o red vincul.ar tación interna o incorporación por cada
del mismo principio organizador, esa· uno de los actores
de la trama vincular de la estructura de
más compleja que es el grupo. relación que !os
o de cada uno articula, como instancia constitutiva del
En la interioridad, en. el escenario intern yínculo, está indi­
na! se inscri be, adqui­ cando a la vez que no necesariamente todo
de los integrantes de la red interaccio nexo o relación
que articu la un com­ interpersonal significa vínculo. Parecería
. riendo entonces vigencia, la situación que intenta resca­
ivos que defin en un tar la especificidad de una relación a la
plejo de actores, necesidades y objet
·
que entiende como
"una estructura dialéctica, en. la que se da
proyecto, y en consecuencia,_ una tarea. un reconocimien­
a representación to de sí y del otro, en un proceso en
La ·inscripción, efectivizada en la mutu espiral". En el
en cada uno de los vínculo cada sujeto reconoce al ótro como
int�rna, de la situación interacciona! diferenciado de
relacional, estruc­ sí, a la vez que relacionado con él. Ambo
sujetos coherentiza internamente la trama s se reconocen
esa inscripció� fun­ como diferenciados y articulados en un
turándola. Se hace posible, a partir de interjuego progresi·
juego de fantasías y vo de comunicación y aprendizaje, cump
dante de lo grupal; la emergencia de un liéndose una reali­
o grupal a través mentación recíproca entre esos procesos,
expectativas que se patentizan en el camp ya que es la co­
ión de roles. En municación la que permite el reconocimi
de los mecanismos de adjudicación y asunc ento del otro, su
de roles es facti­ incorporación, pero el aprendizaje lograd
estos procesos de adjudicación y asunción o a partir del ínter-_
nalidad" ligada a. cambio. entre emisor y receptor, permite
ble visualizar el interjuego entre una "racio un ajuste cada vez
los integrantes del mayor del juego comunicacional. Esta realim
los objetivos explícitos, concientes de entación recí­
grupo, y una "irrac ionali dad" que emerg e a partir de las proca, que remite a una fluida dialéctica
entre grupo ínter-

94 95
54
no y mundo externo, es el signo del crecimiento de los 1'­
·
Por esa pertenencia "cuenta con ellos", y puede planificar la
sujetos en ese escenario vincular. > tarea grupal incluyéndolos<La pertenencia permite estable­
l(
E proceso de interiorización recíproca como instancia cer la id_entidag del grupo y ��sí!tl:M(;ti(Ja propia identidad
constit\ltiva del grupÜ',fue estudiado en primer término por coino :;i;t.é!R�tiie de-_ese. grupo. _¡¡;¡ sujeto .que se ve .a sí
/Sartre:\ El en "Crítica de la Razón Dialéctica" desarrolla la mismo como -miembro de un grupo, como perteneciente,
. hlpótesls de que el grupo se constituye como tal cuando 1 adquiere unl!. identidad, unpefe_r_eljyi?,_básica, queie permi-
cada uno de los integrantes sintetiza, totaliza en su interi�- ) te ubicarse situacionalmente y elaborar estrategias para el
ridad la estructura de relaciones en la que esta, comprometi­ .
cambio L11- pertenencia óptima, lo mismo que los. otros
. .

do. Llama a esta interiorización configuradora de Jo grupal, ; vectores del abordaje, no es lo dado ... sino Jo adquirido,
totalización o síntesis policéntrica. En tanto cada uno de ·
los integrantes actúa como agente sintetizador-totalizador,·
lo logrado por el grupo como tal"-),
("E! grupo, por la 'Í;lertenenci� la cooperación y funda­
integra dentro de sí al grupo:(Esa síntesis o esa totalización mentalmente por Ia(pertinenciai- en la que· juegan la comuni­
"en curso" es que el grupo tiene como centro a cada uno cación, el aprendizaje y la teJé, llega a una totalización en
de sus miembros. Podemos decir que a partir de ia mutua ·
un sentido de hacerse en su marcha, en su tarea, en su
representación intel:na, se configura un "_!��, del -grupo,. trabajarse como grupo". '!
que no es sólo su ámbito espacial, sino la estructura repre­ <'Tenemos que tener Em cuenta el papel fundamental que
sentacional que se apoyo en todos y cada uno . de los en el establecimiento de las relaciones constitutivas del
miembros del mismo. Estos quedarían ligados entre sí grupo juega la dialéctica interna/ Por eso hemos subrayado
-como plantea R. Laing-- por relaciones de "ce-inheren­ en esta definición que<un grupo es un conjunto de personas
cia") En el apartado "La familia como fantasía'' dice si­ articuladas por su mutua representación interna. Represen­
guién' do a Sartre: "lo que une a la familia es la intern�li �a­ tación que sigue las · características del modelo dramá-
-
ción recíproca por parte de sus miembros (cuya condic!On t'lCO... " ) .,

de tales depende precisamente, de esa interiorización) de .

<'f.'La tarea, sentido del grupo y mutua representación


sus respectivas internalizaciones. La unidad de la familia se interna hecha en relación a la tarea constituyen al grupo
encuentra en el interior de cada síntesis, y cada síntesis está como grupo�, La tarea es la marcha del grupo hacia su
vinculada, por interioridad recíprocá con la internalización objetivo, es un hacerse y un hacer dialéctico hacia una
por cada miernbro de la interiorización de cada miem­ finalidad, es una praXis y una trayectoria".
bro .
. ,l'.
Estas reflexiones intentan ser sólo una aproximación a
-- <_ Es . en este prOceso de mutua representación interna, la comprensión de los principios organizadores de la estruc­
·
intern31ización recíproca o totalizacióri, que emerge el "no- tura grupal. Una profundización de estos principios, particu­
sotros", la vivencia de la unidad vincular 9 grupal. . larmente el de ia(mutua representación intem�¡ exige un
Esta vivencia se transforma en pertenencia, a la que E. <exhaustivo análisis de la dialéctica intel(la y del interjuego
Pichon:Riviere caracteriza como " ... el sentimiento de inte­ entre grupo interno y mundo externo/ En esa dirección
grar un grupo, el identificarse coñ"\08' aconteciíñieñtos y apunta nuestra actual línea de trabajo.
vicisitudes de ese grupo. Por la pertenencia los .integrantes
de un grupo se visualizan como tales, sienten a los demás
miembros incluidos en su mundo interno, los internalizan/ _
;,'

55
96 97
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B!BLIOGRAFIA

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de tarea en PsiqU

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Neurosis y Ps¡cosJS. Psico análisis a la PsJ· !.
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rio que sigue en. su desarrollo, nos encontramos con un
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t· (Inédito). ¡
, una nueva : Tamo autor que accede a la temática de la intersubjetividf:¡d a
cología Social neurólogos" O.C.,

r
una tea .
ecto d e
S. Freud, "Proy d, 1968.
partir de su interrogarse por la intrasubjetividad. Es la
1
Ill, Ed B'blio teca Nueva Madn pregunta por el sujeto· y su acontecer, particularmente por
ta de Occidente .
·

R. Parsons, "El sistem �


a s ¡,
.
Cia
;
Revis
Nueva , Madrid . ese tipo de experiencia que se denomina psicosis lo que lo
SocJ ·al Ed Biblioteca
field, Pszcologw de
Kretch y Crutch
t � Presse Universitaire llevará a interrogarse por la interacción, el vínculo, ei gru­
concep du ole,
M. Roch ebtav e -Spengle , Le
A. po, su estructura y su eficacia determinante. Desde su
Fian ce, París. .
. ¡ec , t'!Ca, Ed: Losada descubrimiento de que la enfermedad mental, esa modali­
J. P. Sartre , Crítica . .
.
de la Razón Dw
• 0, Harova, Madnd . . dad peculiar de significarse a sí y al mundo, de interpretar
anal!SlS de grup

de PsJCologia
Clases de la Prim
R Megniez, El .
era Escuela Privada la experiencia, es un emergente, es decir, tiene sus condicio­
� a p, de Quiro ga,
nes de producción en ciertas formas de interacción fami·
Social ?s
E e la familia, Paid ;
cues tionamiento d " B l tin
Groupe . u l e liar,la problemática del sujeto y la temática del grupo
ULa psl. CO . 1og¡e.
R. Lain g, l nahte.
. Conduit' Perso quedarán definitivamente articuladas en su pensamiento en
��: :
h ' 1950.
ersité de Paris,
D. y hologie, Univ tanto se reenvían recíprocamente.
En la relación terapéutica, y a partir del análisis del
proceso transferencial Enrique Pichon-Riviere accede a un

* Conferencia dictada en el Centro de Investigación y Asesoramien�


to en Psicología, en 19 84.

56 99

98
HISTORIA D E LA TÉCNICA D E LOS GRUPOS ti pos : a )centrados en el i ndividuo, b) centrados en el
OPERATIVOS grupo como un conjunto total y e) los grupos centrados
Clase d ictada en Buenos Aires por el Dr. Enrique Pichon Riviere el 13 de en la tarea, aclarando q u e no es lo mismo tarea q u e
mayo de 1970. Publicada en la Revista : El portavoz Añoi, n ° 1 , Junio de grupo tota l .
1982.

N uestra preocu pación e s a b orda r a través del grupo,


Hoy trata remos de terminar con la exposición de los centrado en la tarea, los problemas d e l a tarea, del
aspectos teóricos de los grupos operativos. Los grupos a prendi zaje y los problemas personales relacionados con
operativos se defi nen como grupos centrados en la l a tarea , con el aprend izaje. Lo que trata mos de rea lizar
tarea. Ahora ¿por qué, esta i nsistencia? Por el hecho d e aquí es un aprendizaje que tiene carácter gru pa l . El
q u e los grupos en general s e clasifican seg ú n l a técnica grupo se propone u n a tarea y la tarea es el aprendizaje,
de abordaje del m ismo. Observa mos q u e hay técnicas o el retra bajo, en este caso de las clases escuchadas. Es
grupales centradas en el individ u o : son a lg u nos de los decir, q u e l u ego en grupo de retarea se retra baja o se
lla mados " g ru pos psicoa nalíticos o d e terapia", en los q u e rea prende o se aprende fi nalmente, como totalidad,
la tarea está centrada sobre a q u é l q u e para nosotros se estos contenidos. Esto se realiza en grupo con las
llama portavoz. N uestra posición a nte esta técnica es de i m plicancias personales q u e van i ncluyéndose en el
crítica en tanto en tendemos q u e desde esa perspectiva proceso. reitera mos q u e hay una diferenciación clara
la situación grupal no es comprendida en su tota lidad, e ntre los grupos centrados en el i n d ividuo, centrados en
sino que l a p u ntería de la i nterpretación va dirigida a la tarea.
aquél q u e e n u ncia u n problema, q u e genera l mente es
considerado perso nal, no i ncluyendo en la problemática El eje d e la tarea hace de esta técnica u n i nstru mento
el resto. útil para cualquier clase de trabajo. Aquí la tarea es m uy
proba blemente pla nteada ya d u ra nte la clase y absorbida
El otro tipo de técnica es la del " g ru p o por ustedes y retra bajada d u ra n te e l grupo. Así se
centrado e n el grupo", en el a nálisis de l a cumple con todas las reg las del aprendizaje en su
propia d i n á m ica . Técnica q u e está inspirada totalidad : u n a prend izaje global, total y
las ideas d e Kurt Lewi n , e n la que se fu ndamentalmente de ca rácter soci a l .
.,...,, n c
idera a l grupo como u n a tota l id a d . N o
i ncluyen sin embargo el factor ú lti mo q u e hemos Lo q u e acabo d e decir sobre la diversidad de técnicas
señalado nosotros, la relación sujeto-grupo, vertica lidad­ g rupales señala el ca rácter d iferencial del grupo
horizontalidad, o riginando así los " g ru pos centrados en la operativo por el hecho d e que no está centrado
tarea" . en el g ru po en su totalidad, sino en la relación
q u e los integrantes mantienen con la tarea. Es
Para nosotros la tarea es lo esencial del p roceso gru pal, decir, el vínculo fundamental, esta blecido o a
por lo tanto e n esta ca racterización tenemos los tres 57

11
establecer, es la relación entre u n grupo y sus miem bros real idad hacer consciente lo inconsciente, o sea
con u na tarea determinada; d ejando u n poco de lado los hace r explícito lo i m p l ícito. Desde u n p unto de vista
problemas personales del grupo centrado en el i ndividuo técnico se pa rte se pa rte genera l mente de lo expl ícito
y los problemas totales, q u e están i ncluidos ta mbién para descubrir lo i m pl ícito y así en u n conti n u o
como suma de pa rtes, de individuos que e n u ncian movi m i ento espiralado.
aspectos personales de forma global. Entonces lo
esencial es esta d iferenciación : lo q u e es tarea , lo q u e es Así es como defi n imos la tarea : consiste en el abordaje
grupo, lo q u e es individuo. del o

de conocimiento, q u e tiene u n nivel expl ícito o
ifiesto de a bordaje. Pero e n este plano
El nom bre d e grupo operativo proviene d e a l l í, e n cito de la ejecución d e l a ta rea o
realidad e s u n a denom i nación q u e h e puesto a estos �r::>·�:;, nniento del tem a , surgen ciertos tipos de
tipos de grupos, porque nacieron en u n a m biente d e ltades, d e l a g u nas, d e cortes en la red
tarea concreta . e com u nicación montos de exigencias que
a pa recen como signos em ergentes d e obstáculos
Alrededor de 1945, circunsta ncias particulares crearon la epistemológicos. Lo esencial es esto : q u e en lo explícito
necesidad d e tra nsforma r a los pacientes de mi servicio de la ejecución de la tarea o del trata miento del tema se
en operadores, por ha ber q u edado cesante todo el dan cierto tipo de d ificultades, (las dificultades típicas o
personal de enfermería. Es decir, q u e a nte una situación lagu nas, o cortes e n la red de com u n i cación) y grados d e
concreta h u bo que cubri r en pocos días el hecho de no exigencia q u e a pa recen como signos, como emergente
tener e nfermeros, el carecer de toda ayuda institucion a l . de lo q u e nosotrosl lama mos obstáculo epistemológico
( * ) . Esto es, sería un obstáculo en la visión de u n
La formación d e enfermeros fue e l problema conocimiento cua l q u iera .
fundamental, y en pocos días, una se mana, pude obtener
la conti n uación de la tarea en mi Servicio -que era u n a Este obstáculo o d ificultad de abo rdaje den u ncia
Sala d e Adolescentes- , e n base a l a formación d e una actitud de resistencia al cambio y nos estamos
i ndividuos a través de la tarea determinada, para obtener acercando al centro de la cuestión : el obstáculo
técnicos para el cuidado d i urno y nocturno de esa epistemológico centra las resistencias a l ca m bio y
com u nidad de jóvenes q u e h a b ía n q u edado n uestra tarea es j usta mente promover u n cambio (en u n
desamparados por una orden superior. sentido grupal) operativo ( ca m bio d e u n a situación a
otra ) , e n q u e lo expl ícito q u e tomamos como man ifiesto
¿ E n q u é consiste n uestra técnica? S e p uede decir q u e en se interpreta hasta q u e a p a rezca algo n uevo, u n n u evo
dos aspectos fundamentales: el aspecto manifiesto, descubrim iento o u n nuevo aspecto d e l a enfermedad.
explícito y el aspecto i m plícito, o latente. En ese
sentido nos acerca mos a l a técnica analítica q u e es e n Hablo d e enferm edad recorda ndo l a p ri mera experiencia
58
!S
hecha en el Hospicio, en l a que se repetía en cierta miedos, el miedo a la pérdida estaba rel aciona con la
manera el propósito y la técnica psicoa nalítica. Es decir, a pérd ida d e instrumentos q u e ya utilizaban como
través d e lo expl ícito se descubría lo i m p l ícito q u e enfermedad para lograr u na ada ptación particu lar a l
emergía y q u e s e volvía en u n a espiral constante. m u n d o . Es decir q u e en esas condiciones s e sentían más
seg u ros, por haber a prendido el "oficio" de enfermo, que
Este obstáculo o dificultad de abordaje den u ncia u n a no q uerían ca mbiar por otra situación, q u e les creaba
actitud de resistencia a l ca mbio, s i consideramos q u e l a u n a a nsiedad m uy grande y que frenaba el ca mbio.
enfermedad mental o dificultades sociales de cua l q u ier
tipo van acompañadas d e una resistencia a l ca mbio. Pero Entonces, primero fue el a n á l isis sistemático del miedo a
en este caso estába mos trabajando con pacientes la pérdida, q u e consiste en sentimi entos o temores de
psicóticos; el enfrentamiento del obstáculo, para curar, perder por el ca mbio l a situación previa mente lograda,
era la d i rección d e n uestra tarea . como si la situación previ a mente lograda de enfermedad
estuviera sign ificando u na seguridad para el sujeto.
En el paciente no existe m uchas veces la voluntad de
curarse, sino que se da l a resistencia a l ca mbio, por u n Por otro lado, el miedo al ataque, q u e rea l mente es lo
estado particular creado por él : u na vez q u e está e n u n a q u e u n o más observaba d i recta mente, sign ifica q u e por
situación psicótica, trata d e n o ca mbiar d e esa situación el hecho de ha ber ca m biado, el sentimiento de pérdida
por una actitud constante de resistencia al ca mbio, y crea u n a n ueva situación en el paciente (me refiero a q u í
sobre esta q u e vamos a tra bajar permanentemente . . a l paciente porque este a ná l isis e s producto d e u n
trata m i ento sobre pacientes, q u e l uego s e apl ica a
Analiza ndo el por q u é de la resistencia a l ca mbio para cualquier vector del conoci miento), una n ueva ansiedad,
cada uno, p u d i mos ver e n rea lidad q u e existían dos u n motivo de la resistencia al ca mbio, que era el miedo al
m i edos básicos d e e n toda patología y frente a toda tarea ataque. Y el miedo a l ataque consiste y proviene del
a i n iciar. Son los dos miedos básicos con los que m iedo a encontra rte sin instrumentos en la n u eva
tra baja mos permanentemente : el MIEDO A LA P É RDIDA situación, con l a consiguiente vulnerabilidad.
y el M I E DO AL ATAQU E. los pacientes vivían el miedo a la Es decir, q u e a u mentaba el miedo del paciente por haber
pérdida d e lo ya adqu irido, de las defensas neuróticas perd ido sus defensas neuróticas, o q u e constituye u n a
esta blecidas. Es decir, q u e el fondo h a bía un no querer resistencia a l ca m bio. Aq uel paciente q u e a pela a todas
curarse y era el enemigo fu ndamental de la tera p i a . las resistencias, a sus técnicas neuróticas, q u e surgen de
N uestra operación era entonces trabajar sobre e l miedo a una situación de resistencia al ca mbio por sentir miedo
la pérdida en caso d e ca mbio, porque esta ban p uestos e n ante la fa lta d e i nstru mentación que lo p roteja después
u n a situación de ca mbio. Ahora bien, del ca mbio o a l i niciarse el ca mbio.
teníamos que estudiar porq u e el ca mbio tenía
esta significació n . Es decir, que de los dos Entonces, el miedo a la pérdida es el sentimie nto de

59
lb
perder lo q u e ya se posee y el miedo a l ataque es el concreta ye que corrige s u a nterior visión del medio.
sentimiento de e n contrarse i ndefenso a nte un medio
n u evo, sin instrumentación capaz d e protegerlo. Así El proceso d e esclarecimiento en un grupo tiende a
podemos pasar, diga mos, por todos los cuadros de las hacerse d ialéctico, es decir, a romper las situaciones
neurosis o psicosis, entendiéndolos en términos de los dilemáticas, las que ca racterizamos como situaciones q u e
dos miedos, que son los dos miedos básicos, y cuya i m piden el ca mbio, porque l o s problemas s e plantean d e
comprensión va a orientar casi toda n uestra ta rea . forma d i lemática, las q u e caracterizamos como
situaciones q u e i m piden e l ca m bio, porque los problemas
La tarea consiste e n resolver las situaciones se pla ntean d e formadilemática, como opción e ntre el
estereoti padas y d i lemáticas que s u rgen de la "sí" y el " no", donde no hay posibilidades de sol ució n .
i ntensificación d e estas ansiedades en l a situación de Son opuestas a las situaciones con solución, q u e son las
a p rendizaje, ya no sólo en e l trata miento de psicóticos, situaciones d ia lécticas, donde a través del p roceso de
sino en la situación de aprendizaje q u e para nosotros interj uego se maneja el problema hasta resolverlo en
tiene u n a gran a nalogía con la a nterior, ya q u e forma de una sol ución, q u e es una síntesis q u e se
entendemos la dificultad a curarse o la resistencia a tra n sforma a su vez en p u nto de partida de u n a n u eva
curarse, como perturbaciones del a p rend izaje. Es decir, situación dialéctica . El conflicto resuelto a ntes a través
nos enfrentamos a algo nuevo q u e hay q u e a prender, lo de u n a síntesis, esa síntesis vuelve otra vez a funcionar
q u e i m p l ica q u e hay q u e abandonar lo otro para poder como tesis, que generara una operación, porque allí
aprender. Ese dilema que tiene que resolverse : resolver mismo se esta blecen n u evas situaciones d e
estas situaciones q u e están fijas, estereoti padas, etc. y contradicción.
q u e llama mos dilemáticas, no dialécticas, q u e surgen por
la i ntensificación de las ansiedades ante la situación q u e Quiero decir q u e e n líneas generales n uestra tarea es
s e da e n el aprendizaje. resolver situaciones de esta ncamiento, ya sea
esta ncamiento en la enfermedad, en el aprendizaje , en
Cuando se está aprendiendo forzosa mente a u nq u e no del cualquier aspecto de la vida y hacer a esa situación
todo conscientemente, estamos a bandona ndo otras dialéctica. Tesis, a ntítesis y síntesis pueden l levar
maneras de ver el m u ndo o la real idad, o cua l q u ier cosa j u stam ente a la situación de movimiento d entro del
q u e sea vivida como pérdida y eso da la d i rección de grupo, con posi bilidad d e aprender sin temor de perder.
n uestro tra bajo. Entonces hacemos del grupo operativo Es decir que el perder q u eda desplazado ante l a
un grupo tera péutico como puede serlo cualq u i er otra posi bilidad de u n aprender operativo. E l grupo va en cada
técnica, por el hecho de q u e permite aprender. caso con esa técnica desde lo explícito a lo i m plícito,
Abandonando las técnicas defensivas a nteriores, las para, a través de ese proceso a parecer un nuevo
defensa psicóticas por ejem plo, el sujeto puede a prender expl ícito, o explicitar lo q u e estaba latente y q u e
n u evos aspectos de la rea lidad, q u e son la rea lidad resultaba perturbador y conflictu a l . Por eso podemos

60
i"l-
representar m uy bien con u n cono invertido la operación método para movilizar los n úcleos estereotipados, fijos o
correctora : q u e dificultan el aprendizaje, surgen de la observación de
q u e en a l g ú n momento del desarrollo encontra mos una
El Cono Invertido serie de dificultades ( q u e estudia la teoría del
aprendizaje) que se manifiestan e n la vida com ú n ,
cotidiana y q u e necesitan ser permanentemente re-vistos

4) Comuntc-<i'ción
como técnicas q u e h a n sido absorbidas en u n momento
dado pero a nte n u evas exigencias ya no resultan a
adecuadas n i operativas.

Con la técnica grupal, sucede, que contri buyen a la tarea


2) cooperaetón todos los q u e están co mprometidos en el grupo, cada
� saboteo)
uno por su experiencia persona l , por su fo rma de ser y
por l a i n terrelación q u e juega entre ellos; se va a lograr
en un momento dado el pasaje de u na situación
3) Pertinenc:l:a
esta ncada o d i lemática, a una situación de movimiento o
dialéctica . El progreso es entonces posible y e plantean
n u evos problemas, n u evos aspectos, que hacen que el
sujeto p u ed a a prender con mayor l i bertad por la ruptura
del estereotipo, pueda entonces esta r en u n conti nuo
progreso.
Lo expl ícito sería lo que vemos lo manifiesto; entonces,
to mando de esta p u nta podemos ver p rogresiva mente en
En este esq uema lo q u e apa rece pri mero es lo expl ícito,
forma dialéctica a través de u n a d i rección en espira l y
lo i m p l ícito en ca m bio, es lo que correspon dería a la zona
poco a poco, llegar a l fondo de esta situación a la q u e
del inconsciente. Pero es partiendo de lo expl ícito y por
a punta mos. Con esta espiral dialéctica podemos dar e n
u na espira l constante q u e se puede llegar alo i m p l ícito,
este n úcleo central donde está localizado e l miedo a l
analizando cuáles elementos j uegan y cómo se pueden
ca mbio como resistencia.
ro mper la estructura rígida d e la situación para poder
llegar a la situación d e prog reso y a un n uevo
En térm i nos d e u n a terapia i ndivi d u a l la denomina mos
pla nea m iento.
como " reacción tera péutica negativa" o resistencia del
paciente, y ta mbién en términos de terapia consideramos
Entonces diga mos q u e es en general, el primer esq uema
la solución de esa resistencia al ca mbio como la ruptura
del grupo. Podemos decir que la tarea e n u nciada es
d e la resistencia a mejorar, lo q u e produce u n ca m bio e n
la u n idad de trabajo, que hace posible el
s u conducta, en s u adaptación . Y este trata miento o
61

esclareci miento de lo s u byacente. La u n idad de trabajo e condiciones de ayudar, con u n a formación basada e n
ta mbién triangular, es decir q u e genera l m ente esta lo técnicas operativas. Es decir, q u e gracias a esa medida
i m p l ícito. La i nterpretación rom pe la dificultad de abordar un poco absurd a en ese momento, nació esta técnica, el
e l objeto; a esa interpretación sigue otra y otra hasta grupo operativo como una técnica socia l , donde se
llegar al p u nto de u rgencia, en el q u e hay u n a veci ndad hacia posible el trata m iento de los enfermos mentales
entre lo expl ícito y lo q u e se mantiene todavía i m plícito. por s u s "colegas", pero con m uy poco a prendizaje de
Se hace una i nterpretación sobre u n momento de esa técnica de enfermería y con tra bajo de grupo.
situación y la aparición de un n u evo aspecto dentro del
cono, nos da un criterio acerca de la operatividad de la To m a mos como p u nto d e partida s u visión como
misma . O sea ., la u n idad básica d e tra bajo es la enfermos : pri mero hacía grupos con ellos y a través de
percepción y exploración de lo q u e el paciente dice. Eso esos grupos a p rendía n lo q u e era el insig ht, lo que era
se aborda con una i nterpretación que tiende a poner de a l ienación, y todo eso, con algu nos conceptos d e
manifiesto o explicitar aspectos i m p l ícitos de la enfermería . Para otras personas s e com pleto en muy
situació n . poco tiempo la formación d e los que pod ría lla mar los
mejores enfermeros que he visto e n mi vida p rofesio n a l .
L a i nterpretación hace s u rg i r u n n u evo p l a n o q u e
llamamos nuevo emergente y q u e a s u vez e s enfocado Esta formación s e fundaba en l a comprensión d e l uno por
d e alguna m a nera por l a espiral constante con la cual el otro y el aprend izaje ra pidísimo de algunas técnicas d e
progresivamente vamos a dar aspectos esenciales del enfermería . Así, eso dio nacim iento a l g ru po operativo,
ca mbio. Porq ue el propósito del grupo operativo es lograr técnica q u e como decíamos, diferenciamos de las otras
un ca m bio el n ivel del ca mbio va a depender d e los por estar centrada en la tarea, y l a tarea era en ese caso
individ uos que están en trata m i ento o en a prendizaje. el cuidado de s u s com pa ñ e ros de i nternación. Al poco
tie m po entonces u n a semana o un poco más, dentro del
El grupo operativo es u n i versal por el hecho de q u e s u Servicio se ha bía extendido una actitud social de unos a
técnica hace posible el a bordaje de c ua l q u ier situación, otros, se organizaban sa lidas, altas(especie de prueba),
ya sea d e aprendizaje, de curación, d e todos los aspectos la i n cl u sión dentro del trata miento de los grupos
tera péuticos q u e puedan darse en co munidades, o con fa m i l i a res, que completaron n uestra concepción social de
i ndividuos i ntern ados por ejemplo. la enfermedad mental, ya q u e a través d e los grupos
fa m i l i a res d etectá bamos los factores que determ inaban
En realidad, el primer esq uema de u n a situación grupal l a enfermedad, q u e determ inaban el diagnóstico, el
viene d e una situación grupal d e enfermos, a l ienados, pronóstico y el trata miento. La profilaxis podía ser dada
i nternados que quedaron absolutamente en estad o de en otros miem bros de la fa m i l i a .
aba ndono, y a l l í es donde pude observa r q u e los
pacientes en menos de u n a semana esta ban en A través d e todas esas operaciones s e p u d o establecer
62
1�
u n instrumento con u na plan ificación para tratar Creada l a situación vivida ya como esta ncamie nto o no,
pacientes colectiva mente, q u e i ncluye u n a serie de el tera peuta d e esos grupos (grupos de enfermos) o el
momentos de la operación : una estrategia una coord i n ador de grupos d e a prendizaje, señala, interpreta
táctica, una técnica y u n a logística. las dificultades q u e se están presenta ndo y el
esclareci miento en l a d ificultad de cua l q u ier ca mpo del
Esta blecer u n a estrategia con el grupo es establecer la aprendizaje, de la tera pia, de la tarea laboral, en grupos
forma de e nfoca r la situación, lo q u e los entrenadores d e de tra bajo, tiene una situación general, es decir u n a
fútbol l l a m a n " l a técnica d e l pizarró n " . Desgraciadamente form u l a ción genera l .
no siempre se i ncluye en la plan ificación del juego, en el
diseño de la operación a los j u gadores, q u ienes son los U n a vez q u e u n a interpretación e n esos caos, cae sobre
que deben llevar a cabo l a acción concreta . Nosotros el ca m po, se da el nuevo emergente, lo q u e surge
i ncluíamos en el desarrollo de la estrategia grupal a los como respuesta . Es la situación n u eva q u e se estructura
pacientes. En las sesiones de grupo eran los mismos como consecuencia de la i nterpretación del coord i nador,
e nfermos los que trabaja ban con q u ienes les cuida b a n . si ésta h a sido operativa, q u iere decir q u e ha dado en lo
q u e denominamos p u nto de u rgenci a . Es decir, que en un
Retomando l o a nterior y entrando y a en la teoría de l a grupo h a y un momento e n que ya sea por aspectos de
u n idad de trabajo, la dividi mos en tres vectores : 1) esta nca m ie nto, aspectos negativos frente a la tarea, se
Existente, 2) Interpretación y 3 ) N uevo E mergente. El prod uce u n corte q u e es señalado j u sto en su punto por
existente o situación dada con el grupo a través de uno el coord i nador. Lo más proba ble es q u e se modifique la
o varios portavoces, que vend ría a ser el emergente en situación, así como lo veíamos e n los pacientes
ese momento. De lo q u e aparecía e n todo, a través de psicóticos. Allí veía mos como el seña l a m iento de ciertas
todos y por sumación de todos, llegar a constituir actitudes frente a ellos, frente a los otros, frente a su
entonces, una forma d e ser, una fo rma d e pensar, u n a fa m i l i a , modifica ban la situación y además lo hacían
forma d e considerar los problemas. El existente u n iversa l . Es decir q u e mostraba q u e en todos existía u n
entonces, es el primer elemento. aspecto o dificultad d e resistencia a l ca mbio, q u e era lo
fu n d a m enta l .
La interpretación o señalamiento del coordinador
propone u n a n ueva perspectiva a l a situación, es decir, Dada esa dificultad a nte el cambio, q u e llama la atención
q u e escuchando a los pacientes la opinión sobre sí y cuando por ejemplo un paciente hace todo lo posible por
sobre los demás y la opinión sobre s u manera d e ser de no cura rse, ( q u e en el lenguaje psicoa nalítico llama mos
ser considerado y tratado, y las visitas q u e reci bía n , todo u n a resistencia, o si es más aguda, u n a " reacción
era u n contexto q u e incl uía diga mos, lo q u e llama mos el tera péutica negativa " ) , nos damos cuenta q u e cuando la
existente de u na situaci ó n . Todo eso se d a ba por medio operació n ha sido bien vista he interpretada por el
d e po rtavoces que esta ban i ncluidos en los grupos. coordin ador, es porque ha dado j u sto en lo q u e

63
llamamos punto de urgencia. Es decir q u e l a estructura psicótica en el enfermo mental, aparecen situaciones de
q u e se está ma nejando no tiene l a s mismas correlaciones debil idad porq u e el aspecto o la estructura psicótica de
entre ellos; hay aspectos diferenciales, pero lo un s ujeto esta ba operando como defensa contra otras
importante es la veci ndad entre lo explícito y lo i m p l ícito. situaciones de peligro vividas por é l . Entonces emerge u n
Lo i m p l ícito se hace explícito cuando el señalamiento o la n u evo miedo q u e e s e l miedo a l ataque por ha ber
i nterp retación ha tocad o la fuente de la resistenci a . Es perd ido lo anterior, porque no está instrumentado para
decir q u e el d a r el p u nto de u rgencia en u na terapia ya u n a defensa lógica, operativa, frente a l ata q u e .
sea individ u a l o grupal, de aprend izaje o cualquiera,
reduce la dificultad y es lo q u e lo hace rea l mente H a y entonces, u n interjuego permane nte entre e l miedo
operativo, porque dentro de esa dificultad esta i ncl uida a l a pérdida d e lo ya conocido y el miedo a l ataque de lo
siempre la tarea. que puede ven i r. El i nterj uego d e estas dos situaciones
rige todo, son los u n iversales esenciales de l a tarea en
El gru p o centrado en la tarea es aquel q u e a p u nta a grupo operativo, de l a situación psicótica o cualquier tipo
puntos de u rgencia q u e van a ser operativos d e acuerdo de enfermedad . Pod ría mos defi n i r a n uestra tarea en
a u n a confi g u ración especial del grupo y en los pacientes general, como u na l ucha desesperada entre aquel q u e
pasaban lo mismo. Cua ndo lo q u e s u byace, es decir, lo q u iere s e r como e s y n o q uiere ca mbiar.
i m plícito, (lo i nconsciente en términos generales) y lo
expl ícito, toman contacto a través del a bordaje del p u nto No q u iere ca mbiar, ¿por qué?, por el temor q u e l e crea el
de urgencia -donde está la d ificulta d - se prod uce u n ca m b i o, debido a l hecho por el que no está
ca mbio general e n l a estructu ra del grupo, q u e se instrumentado para e nfrentar u n cambio, entonces q u ed a
resuelve operativamente esa misma dificulta d . Cuando lo frenado a la situación a nterior. Al toca r ese p u nto l a
i m p l ícito y lo expl ícito toman contacto e ntre ellos, interpretación operativa, s e facil ita entonces el d renaje
decimos (en el leng uaje vulgar de n uestra tarea) que se de los elementos no explicitados q u e config u ra n el
produce el "click" es justamente cuando se produce la obstáculo que h a bl á ba m os hoy : el obstáculo
coincidencia e ntre una situación y otra . La coincidencia epistemológico como una d ificultad de abordar un
del "click" condiciona i n m ediatamente un escla reci m iento conocimiento n uevo o asimilarl o . Lo que constituye
de la dificultad y u na actitud que sería preferible n uestra tarea es "abla ndar" la situación de ca mbio a
denom inarl a una capacidad d e ca m bio o una atenuación través d e i nterpretación; q u é es el señalam iento o la
considerable del miedo al ataque que vi ene después del i nterpretación en el sentido verdadero d e la pala bra : es
ca mbio. tra n s m iti r lo q u e el coord i nador está percibiendo q u e
existe d u ra nte todo el grupo e n este caso, y q u e n o se
Ha bíamos visto ya que los dos miedos básicos q u e explicita, y el q u e da la solución o la d i rección, es algu ien
trabajan siem pre, son e l m i edo a l a pérdida y e l miedo a l que a p a rece como portavoz del grupo, indicando
ataque. Entonces, perdida a l g u n a posi bilidad d e defensa soluciones de tra bajo y d i recciones d e soluciones de

64
determi nadas tareas. significa estructura ndo.

El n u evo e mergente q u e a parece, es el resultado de la La defi nición que p u d i mos darle a l proceso era
operación sobre el existente por medio de la "estructurando", estructura, por el movi m i ento a l q u e
interpretación, q u e hace s u rgir u n n u evo emergente. estaba sometido.
Esta es la situación n u eva q u e se estructura como
consecuencia de u n a i ntervención del coordinador, del Defini mos a l grupo como Gestalt, como generalmente se
señalamiento o la i nterpretación, si ésta ha sido dice. Por ejemplo los psicólogos sociales q u e tra bajan
operativa cuando haya una conciencia entre lo señalado centrados en el grupo, lo definen como u n a Gesta lt con
por el coord i nador y lo existente en el g rupo. sentido fijo y no diná mico. Si decimos q u e es u n a
"Gesta ltu ng" tra n sformamos ese proceso en u n
La veci ndad entre lo explícito y lo i m p l ícito, enunciado en estructurando. E s decir q u e e l proceso s e va rea lizando
términos freudia nos es: " h a cer consciente lo paulatina mente y una d i rección determinada; entonces
inconsciente", en ese momento d i ríamos q u e se ha Gesta ltu ng resultó ser el térm ino más apropiado para
acertado el p u nto de u rgenci a . La i nterpretación dada significar q u e se trataba d e u n proceso móvil, en circuito
sobre el p u nto d e urgencia h a a bierto la posi bilidad del a bierto y no en circuito cerrado como puede serlo la
ca m bio, y el movimiento que em pieza a efectuarse Gesta lt.
dentro del grupo. Por eso esa ruptura del obstáculo
ep istemológico que es el obstáculo ligado a la conciencia El proceso i m p l ícito cuyo signo es el emergente se
de un sujeto determ i n ado, de la apertura a los n u evos manifi esta por i ntermedio de uno o varios po rtavoces ;
emergentes, a la i n iciación de u n proceso de ca mbio. elportavoz e s e l i ntegrante q u e desempeña
como vehículo de esa cualidad n u eva que es el
Entonces el emergente aparece como el signo de un emergente. Es decir, el portavoz es el que es capaz de
p roceso i m p l ícito es decir, el signo d e u n proceso q u e ya sentir u n a situación en a l que su grupo está partici pando
esta ba s u byacente y que h a bía q u e hacer expl ícito. Hacer y puede expresarla porq u e está más cerca de s u mente
expl ícito lo i m p l ícito se da en ese "estructura ndo" q u e q u e la d e los otros.
tiene e l sentido de u n circuito siem pre abierto. La palabra
"Gestaltu n g " significa eso . Al comienzo de n uestra tarea Todos los ca racteres n uevos van apareciendo de esa
aparecía siem pre la palab ra "Gestalt" en términos de estructura, de ese bloq ue q u e llamamos grupo operativo,
estructura o fu nció n . Pero a l descubrir el carácter q u e es operativo por la operación rea lizada y q u e es útil
espiralado del proceso, q u e era u n proceso conti n uo, en cualqu iera de las situaciones , ya sea en la terapia en
teníamos que d a rle u n a sign ificación particular. Incluso el aprend izaje o en cualquier actividad labora l , etc.
los mismos psicólogos de l a Gestalt entre ellos Kurt
Lewi n , empezaron a tomar el término Gestalt, y q u e Bueno por a hora queda mos a q u í en el concepto de n uevo

65
e mergente y lo único q u e nos q uedaría por explicar es el
concepto d e verticalidad y horizontalidad.

El portavoz es el portavoz de lo vertica l , pero es portavoz


d e los otros horizontales y así se opera rea l mente. Se
siente l a actividad grupal cuando uno capta lo genera l ,
q u e está dado en todo el grupo; pero h a y a lg u ie n q u e
p o r su actividad personal, por s u manera de ser, e s capaz
de tomar lo q u e está pasando y explicitarlo.

66
denuncia que algo anda mal.
El Concepto de Po rtavoz.

A veces, no hay u n solo portavoz sino varios, cuyas palabras y acciones


proporcionan elementos para descifrar, para armar un rompecabezas en ese
Enrique Pichón Riviere. Clase dictada el) 1 970. momento del acontecer grupal subyacente y que no tiene posibilidades de
emerger de otra manera.

Habíamos quedado en l a clase anterior e n la definición de algunos conceptos Este es un concepto muy importante, porque es el aspecto de la situación grupal
básicos de la teoría de los grupos operativos. Nos detuvimos en la definición de que no emerge por sí solo sino a través de u n proceso concreto que les da las
lo que denominamos unidad de trabajo con sus componentes: el Existente, la posibilidades de emerger y así nos encontramos con un hecho nuevo. Por
I nterpretación y el Nuevo Emergente. ejemplo, en el caso de l a enfermedad, es u n hecho concreto que nos remite
como signo a un proceso implícito como hemos dicho, las relaciones familiares.
Mencionamos también el concepto de Portavoz, al que definimos como aquel las características alienantes de la interacción y el monto de angustia que existe
integrante que se desempeña como Vehículo de esa cualidad nueva que es el e n el grupo.
Emergente. Es decir, que a l a unidad de trabajo compuesta por esos elementos
se le suman entonces los conceptos de Emergente y Portavoz, que Así emerge l a enfermedad por intermedio del portavoz señalado, el enfecmo
complementan la unidad, que trabajan en el mismo contexto. denuncia que algo anda mal, es decir, es el portavoz de la enfermedad de u n
grupo. E l enfermo, el alienado, su enfermedad, su conducta desviada. es 1;;
El portavoz es aquel que en el grupo en un determinado momento dice algo, resultante de la interacción familiar, de las formas alienizantes de relacionarse
enuncia algo y ese algo es signo de un p roceso grupal que hasta ese momento entre sí de los i ntegrantes de ese grupo.
ha permanecido latente o implícito, como escondido dentro de la totalidad del
grupo. Como signo, lo que denuncia e l p ortavoz debe ser decodificado, es decir, La acción del portavoz es una acción compleja en la cual no deja de colaborar
hay que quitarle su aspecto implícito. con los integrantes del grupo, operando como denunciador en la enfermedad
grupal.
De esa manera es decodificado por el grupo, particularmente por el coordinador
que señala la significación de ese aspecto. E l portavoz no tiene conciencia de ¿Qué sucede con los grupos operativos de aprendizaje? Lo mismo que en los
enunciar algo de la significación grupal que tiene en ese momento, sino que grupos familiares, sólo que aquí no se trata de l a enfermedad sino de una
enuncia o hace algo que vive como propio. modalidad cualquiera de enfrentar la tarea. Frente a esta tarea o trente al grupo
como totalidad los integrantes experimentan ciertos signos de iantasías
Hemos sostenido siempre y quizá ese ha sido el mayor aporte a la teoría de los inconscientes que en ese momento son compartidas.
grupos familiares, que el sujeto que enferma es el portavoz de la ansiedad, de
las dificultades de su grupo familiar. El portavoz es aquel miembro que por su historia personal, por sus
características puede expresar algo que permite descifrar el proceso latente.
¿En qué sentido?. El enfermo, el alienado es él, pero su enfermedad, su
conducta desviada, es la resultante de la i nteracción familiar, de la forma Entonces, el concepto de p ortavoz es fundamental porque permite descubrir
alienante de relacionarse entre los i ntegrantes de ese grupo, por eso emerge la quien es el denunciador de los aspectos latentes; usamos una palabra común
enfermedad de uno de ellos como conducta desviada. diciendo que el p o rtavoz en ese momento, es una especie de "alcahueteO
personal, es el que denuncia el tipo de enfermedad.
Esa enfermedad es un hecho concreto que nos remite como signo a un proceso
implícito, las relaciones familiares, las características alienantes de la interacción Es decir, que su verticalidad, y con el término verticalidad designamos su
de ese grupo, el monto de angustias que existe en ese grupo. Así emerge la historia, sus experiencias, circunstancias personales-, se articula con la
ansiedad por intermedio del portavoz, el que poro el sólo hecho de enfermar horizontalidad grupal, lo que en ese momento constituye el común denominador
67
de la situación, lo compartido consciente o inconscientemente por todos. Es Alumno: Dr., nos puede dar un ejemplo . . .
decir, que empiezan a darse dos aspectos fundamentales y que deben
esclarecerse por e l señalamiento y la interpretación. P rofesor: U n grupo que está realizando u n a tarea determinada, u n a tarea e n que
s i bien hay elementos de verticalidad, y que quiere decir que son elementos
La verticalidad es l a posición o actitud de un miembro del grupo que trata el importantes que dan en la dirección de u na verticalidad constante, y si eso no
acontecer grupal de una manera vertical. La verticalidad está constituida por coincide con una horizontalidad no tenemos tarea.
aquello que le permite captar la situación patológica y la pone en evidencia,
verticalidad en el sentido direccional y en el sentido d i recto. La verticalidad y la horizontalidad en el sentido real de la palabra sería el dato
dado en términos de verticales, Personales, mientras que la horizontalidad se da
Alumna: ( P ide al profesor que aclare los términos verticalidad y horizontalidad). no en términos personales d i rectos sino discordantes (lo horizontal en lo grupal),
lo coincidente en los integrantes del grupo. Por ejemplo, la verticalidad se daría
P rofesor: E n el momento en que verticalidad y horizontalidad se juntan, en ese por el aspecto direccional dentro de la propia tarea grupal, sería un pasaje
momento determinado, se constituye la Operación del grupo; se juntan los dos ajustado en el fut bol ; supongamos que la pelota es tirada en la dirección justa y
vectores que constituyen lo esencial del grupo operativo: l a operación grupal . . . . se puede retomar para u n ajuste, para una nueva marcha del juego; la
horizontalidad sería cuando este ajuste mutuo se da y entonces tenemos una
operación, donde la suma de la velocidad de lo vertical se entrecruza con lo
Alumno: ¿ Y qué es l o que constituye la horizontalidad?
horizontal y forman una tarea conjunta que puede llegar a ser operativa si el
ajuste es perfecto en tiempo y espacio.
Profesor: La horizontalidad constituye la manera de expresarse el grupo, como
un todo perteneciendo a la totalidad del grupo, l a horizontalidad es eso. E n
Alumno: lo vertical, ¿sería los aportes individuales y lo horizontal sería el
realidad, verticalidad y horizontalidad son unidades de trabajo. S e llama en
encadenamiento de los aportes individuales?.
general unidades de trabajo cuando operan de una manera complementaria,
cuando verticalidad y horizontalidad coinciden e n un momento dado por la
sumación de los elementos que constituyen l a unidad, es todo un conjunto P rofesor: Más o menos, como un resultado. Siempre pensando en que esto es
operativo. como operación, pero el ajuste de las dos dimensiones es u n momento dado, un
momento especial donde la acción se cumple. Es u n concepto bastante
abstracto pero una vez logrado da lugar a la comprensión de los fenómenos
Alumna. Por separado entonces, ¿qué es verticalidad y qué es horizontalidad?
grupales.

P rofesor: Lo verbal es dado en el grupo como una actitud vertical en el sentido


Alumna: ¿Por qué el portavoz es testigo d e una situación patológica?
real de la palabra, donde el conocimiento o el aporte es dado de una forma
vertical (personal).
Profesor: E l p ortavoz no es testigo, el portavoz es el emisario de una situación
dada, portavoz del mensaje consciente o inconsciente para lograr una situación
Alumna. ¿La verticalidad y l a horizontalidad en la enseñanza; qué relación tiene
penetrante . . . .
eso con lo que estamos hablando ahora, cuál es la relación de las dos
conjunciones?
Alumno: D r . , el portavoz deviene d e una trayectoria vertical, dentro d e l grupo e n
u n momento determinado, corta e l plano horizontal d e la tarea grupal y aparece
Profesor: La relación de las dos conjunciones es la función de coincidencia, que
como portavoz. No sé si me explico. Un integrante del grupo viene con una
cuando opera o se da, forma un contexto total que incluye la operación que se
trayectoria vertical y como portavoz corta el plano horizontal de la tarea del
realiza en el grupo, esto cuando lo vertical y lo horizontal son coinc'identes.
grupo. ¿Sería el mecanismo que se da para que un miembro se erija en
Cuando no se da, la operación no se realiza en una forma, digamos operativa,
portavoz?
eficaz.

68 Profesor: Un miembro se erige en portavoz sin factores operativos pero


fundamentalmente, porque es portavoz de la estrategia digamos del equipo, un
equipo de fut bol, con estrategia, tiene varios portavoces, que son aquellos que P rofesor: Más importante sería si usted l a señalará.
llegan a una situación determinada, que l a explicitan en la maniobra que
realizan: aquel que se encarga de realizar l a producción exacta, el rol, es
Alumno: A mí me parece que en este momento usted está jugando el papel
portavoz de un juego muy complejo dentro del equipo, que lo hace depositario
vertical y todos nosotros que somos un conjunto, el papel horizontal y en ei
de la producción posible.
momento en que todos nosotros llegamos a comprender lo que usted nos quiere
decir, entramos en el momento óptimo de trabajo. Mientras tanto eso no sea
Alumno: El portavoz cortando el plano de la horizontalidad del grupo . . . . claro, surgen los portavoces digamos, que quieren clarificar o comprender mal
las cosas; acá me dicen que pueden ser p ortavoces de la dificultad ...
P rofesor: S i e l portavoz corta la horizontalidad del grupo, está realizando una
tarea de sabotaje para su grupo o de defensa para el enemigo, porque corta la Otro Alumno: La reelaboración se realiza en el grupo operativo.
estrategia que estaba e n funcionamiento, no permite que se ejecute la tarea,
sino está cortando una actitud posible que el hace imposible p o r su actuación.
P rofesor: Es importante todo lo que están diciendo, porque esto es trabaJo
Es u n saboteador en cierto sentido, se dan los saboteadores como l o es aquel
también, es decir, estamos en trance de realizar una operación. Ahora, srernpre
que tiene la posibilidad de realizar una tarea ¡¡ la impide por sí mismo.
con el ejemplo del fut bol, cuál es la manera de operar con horizontalidad y
verticalidad para lograr el máximo de operatividad que es el gol. Cuando
Otro Alumno: Creo que él no se refería a cortar, en el sentido de sabotear, él coinciden exactamente los vectores verticales y horizontales para una tarea
preguntó lo siguiente: Si el portavoz actúa en una d irección vertical en un determinada, es decir, que están todos en una misma d i rección o en el mismo
momento dado del grupo, y cuando esa posición se encuentra con la training de realizar una operación positiva para su equipo. Aquí es cuando se da
horizontalidad del grupo, eso es l o que usted llama unidad de trabajo. realmente la operatividad de un grupo operativo, cuando l a verticalidad y la
horizontalidad juegan de tal manera que son coincidentes los momentos de
P rofesor: Al contrario, es un nuevo obstáculo. trabajo, los momentos de ataque, defensa, en un partido de fut bol.

Alumno: El portavoz plantea un nuevo emergente, entonces el grupo se pone a Alumno: Doctor, a ver sí yo interpreto, l a verticalidad se da en todos los
trabajar hasta llegar a la horizontalidad sobre ese emergente, es así pero i ntegrantes del grupo, en mayor o menor medida, pero sucede que la
conjunto. horizontalidad es común para todos los integrantes, pero llega un momento que
la verticalidad de cada uno de los integrantes ha llegado a ese punto común de
P rofesor: Sí, siempre conjunto. horizontalidad. Ese es el momento de operatividad en donde surge el portavoz y
pone de manifiesto esa conjunción, la verticalidad de cada uno con la
horizontalidad común al grupo.
Alumna: El portavoz viene a ser un emergente de l a horizontalidad y la
verticalidad, ¿entonces, cuando se produce esa conjunción aparece el portavoz
del grupo? Profesor: El momento es suma de horizontalidad y verticalidad para realizar una
tarea determinada.

P rofesor: Este es un problema muy importante . . . .


Alumno: Yo a lo que me refiero es a lo siguiente, que la verticalidad y la
horizontalidad se puede dar en mayor o menor medida en todos los individuos
Alumno: ¿ N o podría, dada l a situación que s e ha creado, sacar d e esta situación
de un grupo, mientras que l a horizontalidad es común a todo el grupo, entonces
particular, qué es la verticalidad, qué es la horizontalidad y quiénes son los
en el momento en que produce la conjunción, de todas las verticalidades de
portavoces, aquí concretamente?. Es decir, yo pienso e n este momento dado
cada individuo y la horizontalidad común del grupo s u rge el portavoz para poner
una situación de verticalidad y horizontalidad, entonces seria preciso para
de manifiesto esa verticalidad, o sea. . . . (hablan varios a l a vez).
nosotros determinar ¿quién es el que asume la posición vertical quiénes son los
que asumimos la posición horizontal?.
Alumno: En el equipo de fut bol el portavoz no puede ser el Director Técnico que
69
se reúne para conversar, es decir, que plantea el nuevo problema. E l DT plantea portavoz puede ser decodificado p o r e l grupo y particularmente p o r e l
el nuevo emergente que él tiene con sus jugadores, tiene los elementos nada coordinador, e l portavoz no tiene conciencia e n e l momento d e enunciar algo, de
más, después tienen que desarrollar una tarea de 900, puede venir la la significación grupal que tiene ese algo, sino que enuncia o hace algo que vive
horizontalidad o no, porque se puede haber perdido, porque h ub o un jugador como propio.
que fue a menos, porque había otro que estaba lesionado y no tuvo la
colaboración adecuada. Repito: E n la teoría de los grupos familiares, e l su¡eto que enferma es el
portavoz de las ansiedades, de las dificultades del grupo familiar, ¿en qué
Profesor: Esos son los momentos esenciales de la estrategia. . . . . sentido?, él es el enfermo, el alienado, pero su enfermedad, su conducta
desviada es la resultante de la interacción familiar.
Alumno: Claro, eso . . . pero s i suponemos q u e todos fueron al frente, que si había
alguno que estaba lesionado físicamente por alguna razón, y por alguna razón Es decir, en una familia que enferma, si b ien e l que enferma puede ser portavoz,
tuvo compañeros que colaboraron con él y dentro de todo, su tarea resultó es producto de las dificultades totales del grupo que interacciona de una manera
efectiva, se llegó al resultado de haber ganado el partido y se dio la particular.
horizontalidad . . . . (hablan varios a la vez).
Surge la enfermedad en uno de ellos como conducta desviada, esa enfermedad
Profesor: La verticalidad y la horizontalidad son procesos que no están de es un hecho concreto que nos remite como signo de un p roceso implícito, las
entrada completamente configurados, sino que se van configurando poco a relaciones familiares, las características alienantes de la formación de ese grupo,
poco, es como cuando se está preparando una situación de gol. Uno de los e l modo, la angustia que existe en ese caso. Así emerge la enfermedad por
signos más característicos de esa situación es cuando jugadores de un equipo intermedio del portavoz, l a emergencia d e esa enfermedad se debe a que el
determinado realizan pases perfectos a los jugadores del otro equipo, es como portavoz se hace cargo de la situación y enferma.
un acto de sabotaje, no es consciente, pero lo va acercando al gol y la situación
es sentida. Por e l sólo hecho de enfermarse denuncia que algo anda mal. A veces no hay
un solo portavoz sino vé.rios, cuyas palabras y reacciones son elementos para
Es decir, que es una situación dinámica muy difícil de referir, en términos descifrar e l rompecabezas de ese acontecer grupal subyacente y que tiende a
concretos es un acto completamente dinámico de separación, con determinadas emerger.
estrategias, o sea, no tiene una táctica y menos una logística, los jugadores de
fut bol no participan en las situaciones logísticas que es la preparación del gol. ¿Qué sucede en e l gru�o operativo? Lo mismo que en los grupos familiares, sólo
que aquí no se trata dela enfermedad sino de una modalidad cualquiera de la
Todo esto sirve de modelo para comprender todo el proceso grupal, todo tipo de enfermedad, la tarea, e l aprendizaje, etc. Frente a esta tarea, frente al grupo
tarea. Son los vectores de aprendizaje, cuando en un aprendizaje se logra lo como totalidad, los integrantes experimentan siempre un tipo de fantasía .
vertical y lo horizontal estamos muy cerca del éxito en e l aprendizaje de una inconsciente que e n ese momento es compartida. E l portavoz es aquel miembro
determinada cosa. que por su Historia Personal, por sus características, puede enunciar algo c¡ue
permite descifrar el acontecer ¡;jrupal latente.
P rofesor (respondiendo a una pregunta). El aprendizaje es grupal porque está
logrado por el intercambio de elementos existentes. En el problema del Es decir, su Verticalidad (con eso designamos su historia, su experiencia, sus
aprendizaje lo importante es eso, poder lograr los propósitos del grupo, enseñar circunstancias personales) se articula con la horizontalidad grupal, que en ese
algo, cómo enseñar, todo enseñar es un aprender, cómo aprender para momento constituye el común denominador. El resultado de esta interacción se
enseñar . . . articula con sus modelos internos, podemos decir que hay un Reencuentro
Inconsciente que lo sensibiliza particularmente ante la situación y lo empuja a
Habíamos llegado a l asunto del portavoz q u e e s aquel q u e e n u n grupo, e n un denunciarla de alguna manera.
determinado momento dice algo, enuncia algo, y ese algo es e l signo de un
proceso grupal, es como u n descubrimiento. Como signo, l o que enuncia e l El portavoz denuncia una problemática, pero puede denunciarla porque es en
70
cierta medida y en ese momento quién vive, siente en mayor o menor grado, con Todo lo que sucede en un grupo y su manera de manejarse puede ser
mayor intensidad esta problemática que los otros integrantes del grupo. De allí representado por e l esquema del cono invertido. Este cono invertido iiene va ;;n;•,
que se lo tome como manifestación no sólo de un acontecer individual sino de un historia, señala una situación espiralada q u e va a dar en un punto determ,nado
acontecer grupal. Lo Vertical viene a ser lo personal; lo Horizontal es lo grupal, lo en e l que se plantea la resistencia al cambio.
compartido. Lo vertical es lo personal, l o histórico que se actualiza, l o horizontal
es lo presente, lo grupal. El trabajo grupal configura la espiral que se va internando poco a poco utilizando
los vectores de interpretación para poder llegar al núcleo donde reside la
Entramos en el esquema del cono, que es en realidad el esquema de toda tarea. resistencia al cambio. Todo aprendizaje produce una vivencia de miedo a la
La constatación sistemática de estos fenómenos grupales, de ciertas pérdida y de miedo al ataque que son los p u ntos importantes de solución en el
direcciones, de ciertas modalidades de interacción que se dan e n u n grupo p roceso de aprendizaje.
operativo, nos ha permitido construir una escala de evaluación sobre la base de
la observación de los modelos de conducta grupales. Esta escala es nuestro Hay pues un miedo a la pérdida de lo ya logrado y el temor a perder las
punto de referencia para i nterpretar fenómenos grupales. defensas (miedo al ataque). Ambos constituyen los miedos que obstaculizan
todo aprendizaje.

Esquema del Cono Invertido y los Universales Básicos. Vectores.

Afiliación. Consideramos aquí aquellos fenómenos con una pertenencia no


lograda, y volvemos al fut boL afiliados son los hinchas pero que no ¡uegan.

La Pertenencia consiste e n e l sentimiento de pertenecer a un grupo determinado


donde se ve una afiliación más intensa, hay una mayor identificación con los
1) Pel'1;1enenoia procesos grupales, y en lo referente a su tarea, su trabajo se realiza con una
(y "' !l. 11""' 1 Q.-.) intensidad mayor, determinada por ese sentimiento, hay un clima de segundad
que favorece la tarea.

El otro vector está dado por la Cooperación . La cooperación es el elemento que


existe en toda tarea grupal y que se expresa por la manera como los mierr¡bros
de u n grupo, después de su pertenencia, adquieran p o r la cooperación l a misma
2) COO!I>ef'&Oi!ón
Cll "' " ro<>leol dirección para su tarea. Son co-operadores de ese grupo y co-operan en una
misma dirección. Un grupo cualquiera que trabaja con cooperación integra las
distintas operaciones.

Otro vector a considerar es la Pertinencia, se trata de un elemento poco utrlizado


en la evaluación de cualquier tarea. Ser pertinente en una tarea determinada es
sentirse, ubicarse direccionalmente sobre la tarea. Hay un criterio de utilidad. de
Centralidad sobre e l trabajo a realizar colectivamente, es decir, la mayor
pertenencia y cooperación tiene valor si hay pertinencia.

Ahora vamos a ver una serie de vectores q u e sumados, son índices operativos
para cualquier tipo de trabajo. Sobre estos vectores se van a analizar algunos
aspectos de las dificultades que tienden a pertenecer, a cooperar y tener una
71
pertinencia adecuada. telé positiva.

En el otro lado del cono, en el esquema, tenemos la Comunicación, e l Para terminar, la teJé negativa es aquella que se puede detectar a través de tests
Aprendizaje y e l otro vector llamado TeJé. también creados por Moreno, que dan la posibilidad de un trabajo, de u n grupo
de trabajo; por medio de tests sociométricos se mide este grado tan importante,
En e l vector de la Comunicación consideramos lo que es e l proceso de l a que puede ser muy negativo o muy positivo, es decir, que la telé negativa es la
comunicación, s e trata d e la emisión d e una serie d e señales, d e u n intercambio medida de las dificultades que cada uno tiene de trabajar con e l otro, del rechazo
entre un emisor y un receptor, con un proceso de codificación y de y la positiva es la posibilidad que tiene de trabajar con el otro, de aceptación del
decodiíicación. El resultado es la información; en este proceso consideramos la otro, allí realmente se da l a medida de lo que llamamos telé, que constituye un
influencia del factor Ruido o factor 3 (el tercero) que interrumpe la signo de trabajo.
comunicación.

Tomemos e l ejemplo más común, e l teléfono. Dos personas hablan, hay un


emisor, u n receptor, un canal-, se oye un ruido cualquiera que puede dar l a idea
de que alguien está escuchando, inmediatamente se intensifica la codificación,
se habla un lenguaje secreto por temor a la presencia del tercero.

En ese momento nos encontramos con ese factor perturbador de la


comunicación y que puede operar en cualquier sistema. El conjunto de
comunicación se perturba en alguno de los vectores haciendo del proceso de
comunicación un proceso complejo y muchas veces difícil de manejar por la
intervención de ese factor perturbador.

Lo mismo sucede con el Aprendizaje, hay ruidos que son obstáculos, interfieren
el proceso y este se estanca por intromisión de aspectos colaterales.
Entendemos por Aprendizaje la posibilidad de abordar un objeto, apoderarse
instrumentalmente de un conocimiento para poder operar con él, lograr una
incorporación. Esto implica u n cambio con su secuela de resistencia.

E! factor Telé, enunciado así por J.L. Moreno, psicosociólogo norteamericano y


rumano, residente e n E E U U . Según Moreno la telé consiste en la capacidad o
disposición que cada uno de nosotros tiene para trabajar con otros, teJé positivo
y negativo, que van a dar factores afectivos y el clima efectivo.

El poder decir: "yo quiero trabajar con fulanoOy "no puedo trabajar con el otroll
es decir, que alguien le obstaculiza la tarea; por un proceso de reconocimiento,
de reencuentro con personas que son representantes inconscientes, emerge
este factor que puede favorecer la tarea, o por e l contrario, ser un obstáculo.

Por supuesto, que a mayor telé positiva e l proceso de aprendizaje y e l clima total
del grupo adquiere una estructura especial, una disposición a la tarea. El campo
de trabajo en esa dirección es tanto más favorable cuanto más se manifiesta l a 72
ESTRUCTURA DE UNA ESCUELA DESTINADA
Pichon Riviere - A LA FORMACióN DE PSICóLOGOS SOCIALES '

El proceso grupal

Propósitos y metodología

Toda psicología social, definida como ciencia que estudia los víncu­
los interpersonales y otras formas de interacción, si no supera esta
simple tarea, haciéndola direccional y significativa, tenderá a es·
tancarse y perder su sentido.
[ a psicología social se particulariza fundamentalmente por ser
operativa e instrumental, con las características de una interciencia
cuyo campo es abordado por una multiplicidad interdisciplinaria
(epistemol�a convergente) , de la cual d�riva la multiplicidad de
·

las técnica�
Como ciencia del hambre en el campo de la praxis, no puede
evitar esa exigencia sin caer en una situación formal y estereo-
tipa� . .
LJ.a psicología social es la ciencia de J.¡g;� interacciones orien- ¡/
tada h':�i� YP:.-�9!1!!\bíq sofi.�,I:Ji1jí[jfl�.'!:�§1: De no ser así nci fiene
sentido· y todos sus esfuerzos concluirán en un sentimiento de
!mpotentización ·como resultante de las contradicciones acerca de ·

su aspecto operacional. Es una artesanía en el más amplio sentido


de la palabra, que tanto fornta lós"'éleiriefiros dércamliio como
pfe¡n!ra�etcaiñpo en el que sé va a ·actúa�:- De a!li van a surgir
-

dcis - arrecCiories: una llamada psicología social académica, que


preocupada sólo por las problemáticas de las téóiñCaSodelos tipos

* Trabajo presentado al Congreso Internacional de Psiquiatría Social, Lon­

drés, agosto de 1969 y publicado en la Revista Argentina de Psicología,


Año I, n� 2, '1969.

73
149
posibles de cambio, se siente paralizada frente a su responsabilidad
perturbaciones son a nuestro juicio el origen de toda conducta
de realizar una síntesis de teoría y práctica.
desviada.
La otra, l�pr_a,xis, de donde surge el carácter instrumental y
operacional en su- sentido más real, se resuelve no en un círculo La didáctica que postulamos, fundada en el conce_pto de ínter­
cerrado, sino en una continua realimentación de la teoría, a través ciencia, emerge del ámbito de Ia<psicología vincular· ,y podemos
de su confrontaciónenTa-prádicay Vlceveisá. (tesis:antítesis-sín­ caracterizarla como interdisciplinaria y grupal, acumulativa, de
tesis). La_�¡¡,periencia de la práctica conceptualizada por úna crítica núcleo básico, instrumental y operacional.
·y una autocrítica realimenta y corrige la teoría meclianté _mecanis­ La didáctica inü;rdisciplinafia se apoya en la preexistencia,
mos-C!e rectificaCión y ratificaCión, logrando una objetividad cre­ en cada uno de nosotros, de un esquema referencial (conjunto de
ciente. Se configura así una marcha en espiral,Ta:qué--progresiva: experiencias, conocimientos y afectos con los que un individuo
mente va a capacitar el terreno de la mente para construir una piensa y actúa) que adquiere unidad por medio del trabajo grupal,
estrategia y una logística, que a través de la tácj:íc¡t y de la .técnica__ promoviendo simultáneamente en ese grupo o comunidad un es­
instrumental dé carácter operativo a plarufícaciones de distinto quema referencial y operativo sustentado en el común denomina­
. el dor de los esquemas previos.
·

tipo para que el logro del ..cambio aspirado, ..que consiste en


desarrollo pleno de la existencia humana a través de -la---modifica­ Una de las clásicas definiciones de la didáctica es la de desa­

ción del hombre y la naturaleza, pueda rea112,;ar_se. a psicología rrollar aptitudes, modificar actitudes y comunicar conocimientos.
social que postulamos apunta a, una visión integraC!ora dei":fíoiñ· Estas funciones son cumplidas por la didáctica interdisciplinaria
�tia
bre e� sítuádón,;, objéío . ae umi'den ií_n,ica:p .inter�ienocia" "'Jlp\; que educa, instruye y transmite conocimientos, pero con una téc­
. . Tal
--

caao en una determinada drclÍhsfáricia histórica y social.¡ nica que redunda en una economía del trabajo de aprendizaje, ya
. .. .
visión se alcanza por una'.epistemologí� convergente,¡ en ¡;;'que que al ser acumulativa la progresión del desarrollo es geométrica.
todas las ciencias del hombre funcionan como una uriidad opera­ CA1 _
hablar del al:lorci*·--Íll_ter�i�9iPlinario . d�. una si_tuación
cional enriqueciendo tanto el objeto del conocimiento como las
__

social entendemos que esta metodología comprende el estudio en


técnicas destinadas a su abordaje.
detalle, en profundidad y en el_ ámbito total, de todas las partes
Como unidad operacional, las ciencias del hombre así reuni­ de unrl"'oblema]Alli se da la sfu.:�sis__clialéctic_a, entreJexto y �on­
das. aportan elementos para la construcción de un instrumento text'hl§_urge de dicha definición la necesidad de trabajar en grupos
qu a am qu m conceptual; referencial y
ú;:��� --�� �-� _:n �_Jl.é.R91 § � � fo!lllados por integrantes de diversas especialidades que concier­
operahvo, onentaa6ñacül el aprendiZaJe a través de la tare Este ;J nen al problema indagado. Se cumple así una de las leyes básicas
conjunto estructural y genético nos permite la comprensión hori­ de la técnica de grupos operativos ("a mayor heterogeneidad de
±ontal, (la totalidad comunitaria) y vertical (el individuo inserto
los miembros- y mayor homogeneidad en la tarea, mayor produc­
en ella) de una sociedad en permanente situación de cambio y de
tividad"). Llamamos a nuestra didáctica de núcleo básico, porque
los problemas _de adaptación. del individílo .a.su me_\lio� como�ifis:'
truriieiüo es Jo que .pennite planificar un .mll!leio ��Jl\s r�l'l.\illl!l�. está mspirada en las conclusioñeS de ias- kvesiigaciories en el
campo de la educación de los adultos que sostienen que la trans­
..

con la naturaleza y sus contenidos enJas qu� _el ��j�SQ..§�.:moclifica..


misión- de los conceptos universales que rigen cada disciplina
__

a sí !llismo y modific�. �lJ,ll)l)ldq _e!L.'!!l.,SQ!l$Jante .interjuego--dia·


espeCífica hace posible una mayor velocidad, profundidad y ope­
.

léctico. - '

ratividad del conocimiento. El núcleo básico está constituido por


- - ·-- - ···

·
Como escuela destinada a la formación de operadores en el _

campo de la salud mental incluimos en dicho ámbito no sólo el �os universales y el aprendíZait'va-de 10 general a lo partícula!]
análisis del proceso del enfe!lllarse y las tareas correctoras, sino ��- in�tru�eñtaiyoper;a;n�i: porque ei esquema conceptual,
también todos los 1_r_���jos. ele pr_ev_ención, insisti_engg_Qa.t:*J!laJ:· referencial y operativo, ECRO, así constituido, es aplicable en cual­
mente sobre los vectores de aprendizaje s comunicación, cuyas quier sector de tarea e investigación 1
!SG 74
32 151
blicitaria, etcétera. Bajo esta tarea ex.P..l� 1' 1'-
t3 _ s�!¡l'_ace otra im-
estructura como un· q ··
· - ·
Según esta didáctica, el ªprendizaje ,se
· · ¡
plícita' . ue apunta a a r':pt���� �-,_tr_ayé§ .del _ _ esclarécini
-----·

iento
..
----

dose los motl1&!o!t s . de--_�Jas . pa··u. -·tas. _ estereo ' ___.· d._as que dificult n _er aprend
. .. t_Ipa .... .

ulán
proceso continuo, con oscilaciones, artic; iza e
! y Ja
.., .., . . . '

.
del enseñar y el aprender que se dan en
el alum no y en el docente comunicación, sígníficand� un' obstácÜlo irente a toda situación
como un todo estructural y dinámico . de progreso 0 cambio.
ordial de tarea e in­ .
Hemos adoptado como instrumento prim ÍLa ;�ea cOJ:siste entonces en la elaboración de. dos anste­
ntán os en el hecho de
don dacfui basicas, m¡edo a la pérdida 1·(ansiedad . �epresJva) de las
dagación el grupo operativo, fundame
su interés en los últimos estructuras existentes ··y·_ miedo al a aque ( ansiedad parano¡·d e)
que las ciencias sociales han centrado
a cara, que, en su carácter
años en los grupos restringidos o cara e_IJ_ la nueva situación, proveniendo esta última de nuevas es­
.
én de la estructura social,
de unidad básica de interacción y sost tructuras en las que el sujeto se siente mseguro por carencia
ca de trabajo e investigación. de instrumentación. Estas dos ansiedades' co�xJste�tes y coope·
se convierten también en unidad bási
- El acontecer del grupo centra así
la investigación del psi­ rantes, configuran la situación básica d
que debe ser superada, en el grupo ope a ' en 1ll1 a�ontecer
: ��� s tencw al cambio
l de la interacción, de
cólogo social en el fenómeno universa
y del otro en un diálogo grupal en el que se cum len 1os
: ��:
,

entos dl�l�ctJcos de
donde surge el reconocimiento de sí :�:
trayectoria en espiral. tesis, antítesis y síntesis, a. r .un pr s !iCI · 0esel........ arec1m1ento que
e intercambio permanente que sigue una · � L a .\ · 'd
í,cltQ_,J �
· · aba¡o
..., ·
nizan en unidades con . d·e· · ·¡·a· exp
va · 1'ICJ·t·o a 1o Inlpl · que p�r:
Los agrup>Jnientos sociales se orga · y productiVidad, ..surilien­ mite realizar dicho esclarechnieiíio ·:: : �
nie� a a por el exJs­
el objeto de aac¡uirir mayor seguridad tente (material aportado por ¡ upo a trave� de un miembro
la red de comunicacio­
do en su seno la posibilidad de estudiar cÚalquiera que cumple en ese ':no�e
:
.

nes, es decir, los vínculos interhu man que hacen posible la


os ldunctón de portavoz) ,
. la interpretación realizada por el �rdmad01. o copensor del
convivencia y la tarea en común grup�. � . e1 nuevo emergente, conducta nacida . de a orga_ ru
. .
zacwn
O cualqui�rª,_ sea _ \!.ual . 1
L� .<lS!fuctura y fun�óp._�e un gruP
,

de dtstmtos elementos' acontecimiento smtetrco y creador que , ;


as por el ll!terj\le_gg ge___me­
--�

fuerE(su campo de ·acCión, están dad


__
.
de rgle s,. ;gs(_os _r�pr�sen­ aparece como respuesta a esa interpretación Tod a mterpreta­
canism_os_ de . asunción y adjudicació!l
·
_
, en este tipo de g os como en la tarea terapéutica; !lene
c10n,
ntes ¡¡)� p(l�i�i<:í!l. _d_\l_)os . . é \l a ;t!? :
tan modelos de conductas correspondie . . r d - n --hip0·tests . . el!L
--------arácté
elc .
b.orada . acerca de ¡ a · fantas· ;,a
· s, y están ligados . a las ·
individuos eri esa red de interaccione
· ·

gt1Jp3L No apunta a la exact tud 0 · m�¡or dtcho �o se evalua


i
. .. . . . . .. ..

. ciiros miéníbrc?s. A�[gi;yi)o .


-- .

expectativas propias y a laS de los con un criterio tradicional de verdad' smo en termmos _ de ope­
a los· "deiééhos, deberes e
El rol y su nivel, el status, se ligan ratividad, en la med'1da que permite o favorece la ruptura del
.
esión de esta unidad grupal.
ideologías que contribuyen a la coh estereotipo.
entre sí por constantes
-Todo conjunitfd.e personas, ligadas '""
' El coordinador cumple o en e1 grupo un rol prescripto: el
su mutua represéniación
de tiempo y espacio y articuladas por de eyudar a los miemb S a nsar; abordando el obstáculo
lícitamente una tarea, ·que
interna, se plantea explicita e hnp epJstemológíco configura p r ansied / des básicayüpera en
r entonces que estriíctíira,
constituye su finalidad. Podemos deci el campo de las dífícultad s - ¡"'a t�rea y �a red de comunicado-
� ��
con un número detepninado
función, cohesión y finalidad, junto nes . Su instrumento es n
n grupal que tiene su' mo-
de futegrimtes, configuran la situació �� � e s 1 : ;:: terpretaci ; �� �:���: �� ;��Y���:���� ¡:::
id
delo natural en el grupo Jamilia.J;,_, : u�
� se ador por lo general no partid-
!

on
La técnica de grupos creada por noso
tros, llamada de f!!U· pante , cuya }��� � ió co��is� r n recoger todo el material . ; �:
pos operativos, se catacterizá
'por esíarce!ltia<i'Jl. �m�� - ex­ .
pres.ado verbal y preverbalmente en e1 . grupo, con el gb.¡etCJ. de
. ---- · ··

eCaprendizaje,. la c¡¡rª¡:!ón
plícita en una tarea que puede ser. realimentar al coordinador, en un rea¡uste de las _té�nicas de
péuticos) , el diagnóstico
(en este sentido abarca a los grupos tera conducci�!l·
laboral, la creación pu-
de las dificultades de una •¡rganización 75 153
152 33
La constatación sistemática y reiterada de ciertos fenóme­ pos_.ijiya.c.,o, negatiya . .para ..trabajflL con un ¡nienilmJ _gel grupo.
nos atupales, que se presentan en cada sesión, nos ha pepnitid? Esto configura el clima; ·que puede ser tradúcid6 ·cari�ú trañs­
__

construir una escala de evaluación básica, a través de la clasl­ ferencía positiva o negativa del . grupo con el__ coord_ln�_cj0r . y_
ficacíón de modelos · de conducta grupái.; Esta escala es nuestro los miembros
. ... entre . .sí. . .Señalamos . como situación central del
punto de refe!eñCla"para la co�stl"�;cí�n de interpret�cíones. El iírupo operativo la actitud ante el cambio que se modifica en
,primer yector de _dicha categonzaclO.lL1n_chtye los fenomen()s de
__
términos de incremento o resolución de las ansiedades depre­
·qfiliaci6n o identifica.ci6n con los �rocesos p11P�Ie_s, per? \!!'_)o§ siva o paranoide, de pérdida y ataque, coexistentes y cooperantes
que el sujeto guarqa una deterromad_a distancm, ?'?- .ms\. urrse en tiempo y espacio. Esto implica para el operador que cuando
_
totalmente en el gr1.1po. Este primer momento de . af!liacíón,. pro- detecta en la situación grupal uno de esos dos miedos como lo ..
J?io de _la ���t:;ri� de _!:;�o g!l!��· -'�� convierte más llt..t<ie-7n ­ manifiesto, su interpretación Incluirá al otro cómo lo subyacente.'...
peniiñéñcia, .1.1na lii<iYOt rgtegrae1on - al gtUE9-;--.Jfl�llneo��rm:te
_ .· Nuestra Insistencia acerca del carácter central de la situa-:­
elaborar a los miembro� wtegia�_1fna )t!ci!C�dlJ1il. teq_n;�lb_ ción de estereotipo o resistencia al cambio se liga, dentro del
y una Íogísii9q:(J:;!��IÚ'nencia es -la que hac� p��ible la p�ani: . esquema conceptual, referencial y operativo según el que pen­
ficación. I,,tL�QQJ!fi!ISi<irz . con!'iste en hL contr1buc1on,
ciosa,. _a la Wea.Jlt\lp_aJ.- Se . establece so?;e la base _.de roles �
aun sil�n­
.d¡f , t samos y actuamos, a la postulación sostenida por mí en el año
1945 en una síntesis de una teoría general de las neurosis y
renciados] Es a través de la _ coope
terdiscipllnari o�_deL
rac10n _ �omo _ s;" hace 1;"ai11'
gt11po opgra\ivo ! e� _1!1J<e;:_
--­

\;
psicosis, acerca de la existencia de un núcleo depresivo pato­
genético que se da en Intensidades diferentes en el Individuo
fiesta el caráct�t.in.
9 _ye�t,ca�4ac1. Y
juego de lo que más adelante.�c!eflnlrem_os C_ü111 normal, neurótico o psicótico. Ese núcleo depresivo está vincu­
c tegona, que
horizontálidad. • Hemos llamado t;¿ ertinenc�a) a otra � , lado a la situación de nacimiento y desarrollo, y es responsable
npt Y �n el
consiste en el centrarse del grupo en la tarea presc ? enc1a se
de la pauta estereotipada de conducta como resultante de una
per:u:
esclarecimiento de la misma. La calidad de esta d la �
situación de estancamiento en el . proceso de aprendizaje de la
creat!Vlda 1
evalúa de acuerdo con el monto de la pretarea, la
Y realldad y de deterioro de la comunicación, viciando el abordaje
un proy ecto. l
productividad del gr11po y sus aperturas hacía del objeto de conoclnllento y situación de tarea.
-La comunicación> que se da entre l?_s_rrt!e�]J_r()s, quinta �
tegoria·ae iil@ra escafa ;·:pü�¡I e�s�r _
::?�!Ti
de gestos . Dentro--de este vector tomamos en cuent�,
al o preve rbal, a tra
no solo
;

es j
¡
El fundamento teórico acerca de la operatividad del grupo
que sigue la técnica descripta está dado por nuestra teoría
- ... /�-·--única,
de la enfermedad . '
_
... apoyándose en Jos conceptos de situa-
aje sino tambi én el cómo y el qUlen de ese 'cióri�depresiva básica, de posición 'esquízoparanoide -punto
el coi-itenido del mens
mensaje; a esto llamamos metacomunicación. Cuando ambo
mentas entran en contradicción se configura un malen
s �le­
tendidO
f
!'
de partida de la discrlnllnación y el pensamiento- de la este­
reotipia de las técnicas d,W yo, en Ja teoría del vínculo y la
dentro del grupo. j noción de gt11po interno.tNuestro esquema conceptual, referen­
'
cial y operativo está coriStituido, sobre todo en su aspecto ge­
El sexto vector nos refiere a un feg�J:I}�l3.�. E��i¡;_�,_�l _de _

nético, histórico y estructural, por las ideas de Freud y Melanie


apren"áizá¡e.-5eiógta:-pof sumác 1óncf(-;:íi_if<:1011H\�ÍS11,��-!-R� Inte­
Klein, mientras que en el aspecto social nos apoyamos en K. Lewln,
grantes del grup_o�;__"1.Jli1P!i�_it����: eif:�tifi..Jl18Il1rJ;to_ í!�ª())a.l<:YAe . cuyo método es doblemente experimental: a) es un esfuerzo para
la dialéctica J:J.e ..transfQ!1)1_a¡;wJI . .i:l.e .. cantidad _!ln , cªliclacl· Se ..mo­
. .

hacer práctica la experimentación sociológica, y b) tiende a una


duce un cambio cua!ltatÍvo-en el- grupo, que -se traduce en tér­ forma nueva 4y experimentación: "La Investigación activa" (ac­
minos de resolución de · ansiedades, adaptac ·
ién act�va_ _� la rea­
· tion research)_J
. proy�9tos, �¡céte;a.
lidad, creatividad,
La adaptación . activa a la realidad y el aprendizaje están
o
¡:Incluimos como. categoría 1-!oJVers¡U_ _ de__!�-situ�ció_l1 'ª�' �!�R _ _ Indisolublemente ligados. El sujeto sano, en la medida en que
el f�"Ctor telé, definido por el profes or Moren ó··c in
i) o_ 4tspos tclon
aprehende el ·objeto y lo transforma, es decir, que hace ese
1 54 76
155
( aprendizaje operativ� se modifica también a sí mismo entrando tareas fundamentales del grupo operativo y de toda - investigación
en un interjuego dialéctico con el mundo en el que la síntesis social.
que resuelve una situación dialéctica se transforma en el punto En esta trayectoria el grupo debe configurar un esquema
inicial o tesis de una antinomia que deberá ser resuelta en este conceptual, referencial y operativo de carácter dialéctico donde
continuo proceso en espiral. En tanto se cumple este itinerario las contradicciones referidas al campo de trabaJo _ deben ser re·
-objetivo y del gmpo-, la red de comunicaciones es constante­ sueltas en la misma tarea grupal.
mente reajustada y sólo así es posible reelaborar un pensamiento ...,.E.. l ECRO es el punto focal del aprendizaje general, permi­
. capaz del diálogo y d& enfrentar el cambio. tiéndonos integrar a través del grupo las experiencias que per·
Otrós fenómenos que se dan en el acontecer grupal con mitirán la instrtm1entación, ya que siguiendo lo señalado por
una reiteración tal que nos permite considerarlos <.emergentes Freud y reformulado por K. Lewin( toda indagación coincide
universales ; son: el secreto grupal, ligado a lo que llamamos con una operación> La praxis en la que teoría y práctica se
también misterio familiar, perturbador de la comunicación, pues integran en una fuerza operativa, instrumento de transforma­
este acontecimiento secreto, sea cual fuere su significado real, ción del hombre y del medio, está en la base del método .
se carga con sentimientos y fantasías de culpabilidad. El desarrollo de un esquema referencial, conceptual y ope·
rativo común a los miembros del grupo permite el incremento
\ �
Son .emergentes universale las fantasías de( enfermarse, de de ]a comunicación intragrupal ya que, d.Lg�)lerd_()_ C:<)E._l_a teoría
tratamiento y de curación, así como la situación triangular que de la información, lo que permite que el receptor comprendá
dentro de nuestro esquema referencial, conceptual y operativo éí� J;íensaj�--;;�ltido por el transmisor, a través de operaciones
sostiene la teoría del vínculo. Entendemos éste como una situa-. · de codificación y decodificación, es una semejanza de esquemas
ción bicorporal y tripersonal, ya que como mecanismo de in­ referenciales. En \e[tJL)lroceso de. ...comunicación y aprendizaje
. ..
.

teracción debe ser captado como una Gestalt que incluye un observamos que el grupo sig11e up itinerario que va del len­
tercero, el que en la teoría de la comunicación funciona como gu'¡jí<f--cofilún al lenguaje cientffico.�. Este paso es de vital impor­
ruido y en el aprendizaje como obstáculo · epistemológico.

i
tancia ya que es inútil elaborar un pensamiento científico si
Los sentimientos de inseguridad e incertidumbre ligados a no se parte de la comprensión y análisis de las fuentes vulgares
las ansiedades básicas, particularmente a las situaciones de pér­ del esquema referencial. )

;·�·�
dida, constituyen elementos de la vida grupal.( En todo grupo Hemos mencionado el carácter interdisciplinario de los gru·
emergen ideologías que determinan .!1LJlQarición de enfrenta­ pos. Esto nos permite reiterar uno de los principios básicos de
-�..
-

mientos entre subgrupos> Llamamo(fdeo!Oii(!V; \signiendo a Schil­


.�.;·
la técnica operativa: a una mayor heterogeneidad de ]os miem­
.
der, a los sistemas de ideas y connofaCIOÍlés· que los hombres bros, heterogeneidad adquirida a través de la diferenciación de
disponen para orientar su acción. Pensamientos más o menos roles en la que cada miembro aporta al grupo todo el bagaje

1
conscientes con gran carga emocional que sin embargo son con� de sus experiencias y conocimientos, y una homogeneidad en la
siderados por sus portadores como resultado del raciocinio./Su tarea lograda por sumación de la información, la que adquiere

¡
análisis constituye uno de los pasos de la tarea grupal. Esto 'iios· el ritmo de una progresión geométrica, enriqueciendo como par­
cimduce al análisis semántico o de su formulación y al · análisis cialidad a cada uno de los integrantes y como totalidad al grupo,
sistémico que aborda la est111ctura interna de la ideología y su se logra una productividad mayor.
.
ambigüedad que se manifiesta en forma de contradicción. Es
por eso que el análisis sistemático de las contradicciones, ex­
·.-·. •..

Según enunciamos al comienzo de este trabajo, los meca·
· nismos de asunción y adjudicación de r_cles desempeñan en el

(
presado a través de individuos y subgrupos _ que tienden a llevar
a la tarea grupal a una estéril<'gi!flJ!ºiQn_ cwen:¡�¡jca ,que funciona
·� j
acontecer grupal un papel fundamental.\Jil�E!L-��-c_ty,ra
sobre la base de un interjuego- de roles . De éstos nos interesa ,.,
j
como defensa ante la situación de cambio/constituye una de ]as @�ijte-·!fJ;�; :í!!iO:if-Ia-importancla--·que. . adquieren
·'·'--�-\·.
destacar--prlnclp� . .
--�,.-.; ____,,. .•.· ... . . .
77
156 157
en la vida del grupo. Son: -�� rol. .de por(avoz, e) de _chivo-Bmisario �·'.estos tres roles . e!__¡i.!L§.abotea@r.._que._es_,_habitualmente,...el li-
y el de líder. . Estos roles no son estereotipados sino_ . funcionales
í
;:.ie(��de :la r,sistencia _ \'l_ S'\!?b- .io.
y ---·
.

, , -· ·· ······
.

.
· lo que
. -- -
_ arwdad debe regir
_ ��
tjltivo� Con el concepto de portavoz, abordamos ,
.
• '"'J}.f'p;r_ili(>iP!?_ _d_e__c_�mplemen : el mter¡uego
se puede considerar uno de los pilares de nuestra teoría.' Portavoz · de roles en e[ grupo; este> ·penmte- -que--sean--funcwnales y opera­
de un grupo es el miembro que en \In momento de�úñcia' el tiviíS.-cua)ido it]larece lii'Suplementariedad, invade al grupo una
acontecer grupal, las fantasía� que lo rr;�;;,;�;;, l�s- ;,;ied,;d�s y "siwációñ de c_Dmpetencia que esteriliza la. tarefj .
necesidades de la totalidad del grupo. Pero el portavoz no habla r:� ���ión de grupo se desarrolla en tres momentos tempo­
- - -

rales: Yifiertufa� desarrollo ·y---cierre. --Los · emergentes de apertura


· ·

sólo por sí sino por todos, en él se có!i)ugan--lo que liamamos


verticalidad y horizontalidad grupal, e!lléiiCI¡endo pór_ y�ifícalJsJad áe1Jeii-,¡e¡:· cuidaaosanieri!e registrados por el observador y el
lo referido a la historia personal del sujeto,. y ,Por :horizontalidad
.
coordinador, ya que todo ese material va a. ser retrabajado du­
el proceso actual que se cumple en el aquí..y -ahora.-en.Ja_tota­ rante ]a sesión y es dable observm· cómo reaparece ya modificado,
lidad de los miembros. El · portavoz puede desempeñar su rol en en el momento del cierre.
Virtud de que Se da -en eJ'iJffiiC:arfiCW�cion-entresu tantasiá--in­ ' - 'fin términos de trabajo grupal podemos distinguir tres ins­
COnsciente -fantasía que sigue. un modelo. ptlm>iríC,:.:::: ;¡··e¡ ácon­ .
tancias; ·¡a�iiretaieii, en !á. qué se '¡iorieri en júego las técnicas
tecer del grupo en que . se)!1Se_tta. Ese en�aje p <m11ite Ja emer­
__

gencia del material que debe ser interjlretado. La interpretación


deferisiv?s"'a'él"gfhpo movilizadas por la resistencia al cambio
y destinadas a postergar la elaboración de las ansiedades que
tomará esos dos elementos: . el vertical_y eL_horizo!lÜ<L Debe ejem­ funcionan como obstáculo epistemológico.__]¿Jarea consiste pre­
plificar, a través del problema enunciado por el portavoz en cisamente en este abordaje donde el objeto deconocimiento se
su verticalidad, la situación de todos los miembros del grupo hace penetrable a través de una elaboración que implica la rup­
en el aquí y el ahora y en relación con la tarea. tura de la pauta estereotipada que funciona como estancamiento
Las necesidades, las ansiedades y las fantasías enunciadas ; del aprendizaje y deterioro de la comunicación. El proyecto sur­
por el portavoz y su manera de fórmularlas hacen referencia a ' ge cuando se ha logrado una pertenencia dé los miembros;
su historia personal, en tanto que el hecho de que las formule en \se concreta entonces una planificación.
un momento dado del acontecer grupal señala el carácter ho­ El grupo se plantea objetivos que van más allá del aquí
rizontal del emergente. y_ ahóra;corisirúyendo una estiategia uéStináda a · alcanzar _ dicho
Un miembro de un grupo, siguiendo el _proceso natural de objetivo.
. Pero dentro de ese aquí y ahora podemos interpretar
adjudicación y asunción de roles, se hace depositario de ]os, as­ qúe éste proyecto, como todo mecanismo de creación, está des­
pectos negativos o atemorizantes del mismo o .. de la tai:ea en tinado a superar la situación de muerte o de pérdida que vi­
un acuerdo tácito en el que se compromete , t�nto él
o:;os miembros . A,pa:ecen entonces los mecanismos d.�. _s_�grega­
·;;ümdlos vencían los miembros cuando a través de la realización de la
tarea advierten la posibilidad de la separación o finalización del
CIOn configurándose otra de las situáciories signÜicativas: la de grupo.
chivo elllis�:i_<): Otro miembro en cambi(), �iem¡ire ¡;c;¡·;¡:"mismo Enunciados ya los universales que rigen la vida del grupo
proceso, puede..,hacerse.. g�pqs_it¡gJg_�_e__�s_pegt9_s positivas· Cfer-¡jru­
·
operativo, señalamos que la interpretación del coordinador debe
po y obtiene un liderazgo que se centrará eñuña.ovai'ias-ae orientarse generalmente sobre estas situaciones universales en
las categorías ya enunciad&s (p�;¡�neñéi-;;;: ·cooperacíóñ, etc.) . sín una formulación que incluye siempre lo vertical del portavoz y
embargo�--�l11�os . rol,e�LeLgg_líde,Ly_.::!J_gJy eiñisiírio; estánmlilña- ·
lo horizontal del grupo.
·
mente ligados,� ;¡� , gue !'1 n
. :�l_c!Lsh\YQ_§w;ge"céimo··preservación Para terminar queremos señalar que esta técnica de grupo
del liderazgo a través de .un .,proceso de .disociii13fQñ. o splltflng
... . .
operativo fue creada por nosotros en el año 1946 cuando, estando
necesario al grupo en su .tar.ea .. de discri!lcli1J.a ión. · J.l:�eg1irnos a c"'rgo del Servicio de Adolescentes del Hospital Neuropsiquiá-

158 78
7
tdco de Hombres de la Ciuda d de Buenos Aires
, se hizo necesa­
no formar e n un grupo de pacientes un equip
? o de enfermeros
para el ServJC!o. .
Las técnk s operati a se utilizan en
� ; � la actualidad no sólo
en Ia fo mac10n de pstco!ogos, sino tamb
; . ién en la creación
.
pubh Itana _ instit
, el trabaJO "El 'mal del Biglo'. ¿Pero lo hay? ¿Dónde se autoriz;
� ucional, la formación de líderes el
1 SIS, en
tal opinión? ¿En qué tango se, dice eso? Mientras no
estud10 de la dtrección e interpretación
todas 1 as SituaciOnes en que el
· ·
teatral ' En s'nte · '
lo diga un. tango, única fidedignidad nuestra, lo único
grupo cara a cara pueda con- seguro por ser la sola cosa qu� no consultamos
vertme en una unidad operativa de a EttPopa . . . "
tarea.

Macedonio Fernández

De la historia primitiva o prehistoria de la familia Discépolo


nos enteramos a través de los escritos de Armando. El estudio
paralelo de la obra de ambos hermanos resulta de gran interés:
Armando es el cronista del grupo primario a través de su hacer
teatral y su trascendencia social es menor. Enrique Santos, en
tanto, se convierte en el cronista de las vicisitudes e ideologías
.
del grupo comunitario al que se ha incorporado; y es por su
inmersión total en esta comunidad que puede captar lo que su­
cede en el presente y elaborar fantasías sobre el futuro, es decir,
hacer predicciones acerca del destino del país, Mientras Arman­
do asume el rol de portavoz del grupo familiar, Enrique Santos se
convierte en el portavoz de la comunidad, a l a cual se ha asi­
milado considerándose como un auténtico representante del país
por su intensa identificación con las características del argenti­
no. Por esta vía, su obra se hará trascendente y lo convertirá
en el cronista de su época, Discépolo elabora un sistema de
codificación de carácter nacional: el tango, y llega por éste
a una identificación con el líder mesiánico (Perón) , Armando,
en tanto, se identifica con el padre real, lo que lo capacitará
para narrar las vicisitudes de quienes, por la articulación de una
motivación interna de ascenso social con la fantasía de "hacer
la América" (fantasía ·estimulada por la propaganda proveniente
de países como el nuestro, interesados en el ingreso de mano
de obra calificada) , se decidieron por la emigración, J'.sta era

* 1965. Algunos fragmentos de este trabajo fuE.ron publicados por la revista


Extra, en el año 1965!

160 79
161
80
Pero los psicoanalistas eliminan ' estos· peligrosos
en�tnc-iadores (W. Reich e s un bu,en eiemplo) y s e agluti­ El DISPOSITIVO GRUPAl
nan perennemente en grupos sometidos ( grupos objetos )
dependientes d e uórdenes exteriores" según la concepción
de Guattari.
Creo que cada vez que el Psicoanálisis enuncia un
más allá de . : . transforma el en�tnciado en acto político
(el aeting-out es el antic'uerpp del grupo sometido ) .
El poder teme los grupos sujetos y facilita los gru­
pos objeto.
Las dictaduras reprimen enunciadores y enunciados.
Las democ,racias disocian la información de ciertos
enunciados (los defan afuera sin tocarlos). ANA MARÍA DEL CUETO
Los enunciados nunca mueren. Son retomados por ANA MARÍA FERNÁNDEZ
generaciones· posteriores.
El futuro de la validez del Psicoanálisis tal vez esté
allí� que los psicoanalistas arriesguen sus p equeñas p er­
tenencias que les ofrecen sus grupos objetos y enuncien
lo imposible a riesgo de enfrentarse con la muerte o el Este trabajo surgió en momentos en que nos
absurdo. reintegramos a la actividad docente en la :kf
ni­
De todos modos hay una ética de la enunciación . .. versidad de Buenos Aires luego de una pro­
longada ausencia de ,casi diez años. Lo hici­
mos desde la cátedra de Psicología Social de
la carrera de Psicología. N os encontramos
Bs. As., marzo 1985 asombradas ante la situación, no desconocida,
de que aquellos textos que habíamos utilizado
en otros tiempos en la enseñanza de lo grupal,
no correspondían estrictamente a nuestra ma­
nera actual de entender los grupos.

Se nos :presentó ;LSÍ la necesidad de trasmitir


nuestra experiencia en esta temática, a tTa­
vés de un texto que· diera cuenta de nuestro
pensamiento, así también CO!mo de nuestra his­
toria, en ·un intento de reformular aquellas
.cuestiones del acontecer grupal.

Quisiéramos agradecer aquí el espacio brin­


dado por el Dr. Eduardo Pavlovsky en los
seminarios de Psicodrama Psicoanalítico, co­
mo así también a nuestros compañeros del
"grupo de los sábados": Juan Carlos De Brasi,
Gregorio Kaminsky, Silvia Rabich y Alejan­
dro Scherzer, con quienes hemos discutido lar­
gamente muchos de los puntos del presente
trabajo.

12 81
13
A. Introducción Por otro ladQ,_�reg,!!!Q§...._q�gl._.P..!'QR.io objeto real· a
�studiar, "el grupo", ofrece una serie de dificultades en
Es indudable que las teorizaciones sobre "Lo Grupal" tanto focalicemos su abor�e desde los criterios episte­
s.e e�cuentran en déficit con respecto al nivel de forma
­ mológicos con los que tradicionalmente nos hemos mane­
lizaciones a }canzado por otras disciplinas "Psi". Asimis­ jado en nuestro medio. Una eventual "Teoría en los Gru­
mo pa�eceria ser que uno de los mayores méritos de pos" no ha podido constituir su objeto teórico. No ha
los
p:ofesion�les que trabajan con grupos ha sido la creati podido, ni podrá, dadas las características específicas
­
vidad de Innumer�b�es y n.9vedosos recursos técnicos. de los "acontecimientos" de los que deberá dar c-penta.
!?_�:a�!� _!os ultimo�- ap...Q_s_en_Ia-.Argen_tina, hubo �a...JJYfLl..Q.s..,...gro.,p_o_s. c_Qn§.íituy..eJ!""-ª-.Di.Y.eLdiL.la_
__
un ___

�amiento :� éi �r �baJo de elabo 6n teóri ca teoría, más que un "objeto teórico" un Cam12o de pro­
� de lo gru ­
pal,
� com� as1 -camm. .�unactlsminución de los proieSi blemáticas. donde se producen múltiples atravesamien­

nale� dedi?ados a esta act1ViQ� especiaiiñente en tos imposibles de abordar desde una sola disciplina. En 1
el área
_n�- alaria, aunque también en el ámfiifo(lef�reJ.Cio los grupos reales se producen permanentemente ...eféctos
· -·· 1� profes o ·
�!:1vado de -·- � � J:><:>�... -�.!:!.P�q_,-�2Jla8ido ajena de atra vesamiento de inscripciones deseantes, institucio­
��,��� estaa·-?- ae �!lsa� ra caracterización de--"'lsribversi­ nales, históricas, sociales, políticas, etc. Por lo tanto
vas , que táles _ acbvüi a --·-··-···· . . pensamos que podremos avanzar en su teorización si
----·---.- -"",.a
ootu�·�-·-··
----..es
.-.. ····------�eron por parte . de__. _la_s
..········ .·-··--. �-----­
.· -

n:;:;:¡.--··::�--·� �

au�,;Orluades de la·-· dictadura. _ _ enfocamos ésta desde una transversalidad (2), lq c:u.al im­
....

.
.
. ·

-· · .-...-
.... ........

o podemos QE�,!L plica renunc!�r a d�r cuenta de los -ªcontecimientos _gru­


.. ............-..... . . ..... .. . . -
. ..... · ..

·-
" r k]> regunta : ¿qué fantasmas le­
vantaron los g_rupos"""-p_ar�ener �t�1�caciónr "Qales desde un solo cuerpo teórico : el . psicoanalis!§.LJ-ª
- -�­
A su vez, esa pléya -de
·- de nuevas técnicas que surgie­ �ociología, la teoría de la comunicación2 etcéter-ª. Plan­
--

r?n en los '70, al ser "supr ·


imidas" no pudieron perfec­ teamos más bien, abordar este campo de problemáticas
';)

cionarse o abandonarse en en el seno mis.mo de su com:plejidad y atravesamiento.


-
su· espontáneo devenir con lo
9ue _que�ó cortado un interesante proceso técnico:teórico­ Si indagamos en la etim.Q.logía.,.de la palabra grupo,
Institucional que ahora, en mejores condicion . . ¡1'
es debe­ ¡ el término es de origen reciente. Proviene del i�Ji.�no.
�?s recuperar, revisar, re-pensar (1) *. Es en 1
Groppo o Gr�tppo cuyo sentido fue; e!!.jii.L...P.rim.�.r ffiQ:....
est�. orien­
Cion que pr�sentamos algunas de nuestras refle
__

xiones. ñieñto'%üio " y sóio""-más tarcre-·-:vaa hacer alr��J§n ª·-


�hora b1en, lo planteado en . estas primeras .
......

líneas se . con}uiito:reunil)ñ.--·-Los ITngüistas IO Cferivaii' del .. antiguo


re�eriere a una �º!untura inmediata, pero
. ..
... .....

mas general, quisieramos §.eñalar dos aspe


...
en un sentido pro.verizal grOpfiiüdo, y suponen que es un derivado del
ctos que nos germano occidental Kruppo-Masa redondeada, originán­
parecen rel�vantes; esto obviamente, sin dose éste último significado en la idea de "círculo".
excluir muchos
otros que sin d uda, confluyen en esta cuest
. ión. Es decir que la etimología de la palabra proporcio­
Po: una parte , las psicoterapias_grupales se reall:
.zaron Siempre desde un lugar de marginali na dos "líneas de fuerzas" al decir de··-Anzieu, porliii ·

·
dad y sanción raao-''niülo'''>·y-por otrü''Círcülil':··----- ----·--·----·-�--·�·-
r�spe�to de las Instituciones Psicoanalítica
s. Esta mar­ ---···neriva·�su existencía... ·en:---ef"Ienguaje cotidiano de un
g¡nahd�d le ha marcado al movimiento
grupalista en la término técnico empleado en las artes para designar a
Argentina muchos de sus mejores logr
os' pero tan1bién ·un conjunto de individuos esculpidos o pintados que con­
parte de sus limitaciones.
forman un tema. Los artistas franceses, entre ellos

ver p gs
: �� ���
as l adas ;se refieren a la "Bibliografía citada";
·Massard, lo importaron hacia la mitad del siglo XVII ;
aparece as.í en Francia, el término groupe, pero recién
y
82
14 15
hacia mediados del siglo XVIII designará una reunión de
personas. ·cion de la llamada "diná!TiiC.� de l�s gru""Qos", que ha
El término círculo derivaría de una tradición celta concebido los . acontecimientos gruJ?al�s como �ep.()m pos
;

los Caballero� de la Mesa Redonda, q
: en sí mismos, aislándolos de inscripciones mas q,m"Q..¡as.
de los Templarios retoma en su acep
ue con la Orden
ción la idea de igual­ En. este sentido, consideramos que el_ llarn_:.do _con- '\
dad : todos deben estar a la mis elJ.!-lg?r, de�

ma distancia del cen­ texto, sea institucional y/o social, _es úexto
tro (3).
,

grupo. E s decir, no hay una reahda_d e..,3..tei �a gJla...Urfl .


¡.
, }Esta :r:�fe_!"�c_i�,-�_t�!!!Qló.giGª- ·§§_ J!ªK9-. :gQ�otros algo duce mayores o menores �fectos d§. !�!?-i!!!�l!CI?- ·�Qbr�J?s J
mas que un� :renusion_ar. h ··
. a is_tQ:riª�·--º'�--.Mll _v:ociili.lQ:-sr-
J
. ___

acontecimientos
. .
. __

..grupales, sino que son .arte . del nronlo


1
___
.e. l:'___
rescatamos esta imagen de nudo
eloc���--�-ª!.a el
!_�-��g !�Q
. ...

es porque nos resulta


�:pjstel_!!Q).QgicQ gue pensamos
...

tex 0 grupa ,

ende, fundante de cada grupo, más que escenografia. dra­


.

en sus iversas modahzaciones; s�n, por .


__
\'
·••.

Podria p..er.mitir_J,til.Jt-.TI!!l�.!L�!L.la_te.oriza
.
__
__

ción. deJ.o:=grU..P.ai.· .. ma grupal.


Estamos _aqu(�ll._P.r�§.§pgj_ª-·mmlüé;n
.. .

...nudos teóri-
-�d�QQ_s campos _g_§ IJ.!:9hle.:mátiG�§,deJJJ�� __ ..
Nos parece altamente ilustrativo al respecto, el
t�Q.!.!�ª:r_g_rt.&L_c.,e.ntx:o.-mismo _de su.c
___
.. .. J�§.ªi-iQª=� ....
desarrollo de Pavlovsky (5) referid? al pro�undo entra­
omplejid.a,g_� --�4!1.Jtip!es mado de lo fantasmático social y lo Imaginario grupal en
�!los de dtf�_rentes_�pl�J:�§.. Q int.g_n�idade
"nudo " ; P.��-� al!_flg.!l:Q1J�Q
___ ___
s, forman un los años recientes de la dictadur�, c?-ando en los grupos
tos ios"'(iue"''constituyeñSU comenzaron a aparecer personaJes Investidos . de sospe­
"Realidad''. ··
·
...... ............
..... ___ " .. ·�-

-�n esta idea lo efectivamente ·· · . __ chas terroríficas.


registrable, no son
los hilos sino el nudo; por lo tan
__

to: si bien en su consti­ Por supuesto, usamos aquí el tér:-nino texto, en un


tución están presentes hilos desean .sentido mucho más abarcativo que lo diSC.U.l:_SJ��Q . . A su vez
tes, económicos, socio­
históricos, políticos, etc., no nos creemos que la disj;inción clásica ?e tex�o�context� _gqg_­
orientamos a encontrar
el Objeto teórico de los grupos, da enmarcada en la vieja antinomia !ndividuo Soc�ed�
sino más bien hacia los
nudos problemifofí�a scop donde lo de ·-'-�ª-f!!�.!§.��--·�e !l_!!_ grU:QQ,._ Influye sobre, lo de.
ica7iiíf:Tñte.atravesaaos por ___ __

_
las múltiples inscrip ·c ioni87jUe "adentro". Dentro de este enmarque de la cuesti�n, po­
1os constituyeñ-:-- ·---.- . �
.....

--En·-··e1-·mismo sentido, ·-·se-·vtieTv dríarnos diferenciar las corrientes grupahs�as, segt�n de


e necesario. desdibu-
jar la vieja antinomia Individuo-S éstas, mayor o menor importancia a la Influencia de
. te quisiéramos ocie dad; por otra par­
eludir eclecticismos o pach..,work afuera sobre el adentro.
pensamos más bien que teóricos,
deberemos recurrir a las dife­ Por el contra�io, si pensamos a� grupo .como un lJUdo í.�
rentes disciplinas presentes en
tal. atravesamiento, ope­ se desdibujan adentro-af uera, arriba-apaJo, y, empe
- .r: .{ \
rando con ellas como, al decir
de herramientas'> ( 4) .
de F'oucault, con una_ '""cafa mos a pensar en términos de complez� en��amado . e
múltiples inscr�pc�ones. A�ora todo esta aln , es decir
/(\.· \-l
; v
\Jlt\

[¡.�) Así :
.

pensar�os �?- lo?_ gr1J:pos co m , o �snf!:c�o_s . t49�ig os todas las inscr�pc�ones estan pre�entes en cada aconte .
donde se iliP,rotlüe .
i"Ta ción de efec tos singulares e inédito� cimiento grupal. �sto. sin duda. Im"Qhca ace�tar _gue_ e!! j
Intentaremos desarro1Iar
. un grupo se están produciendo muchos _mas_ a�on _ t�cl­
nuestr�nsamiento con
respecto ,a los gru os en
un doble movimiento : mientos de los que podemos dar cu�!l�a. En este s��tldo,
·analogías como las arriba mencionadas, han faciht�do
la lectura de la grupalidad creando muchas _veces la Ilu-
sión de aprehender la totalidad de ese concreto �ue . pre­
tendemos abarcar. E n nuestro criterio, estas Ilusiones
16 83
17
no han podido escapar a un cierto reduccionismo, del que
intentamos desprendernos.
� corriente del Análisis Institucional es quien en
los últimos años ha marcado con más fuerza _la ins­
c;�,_Q�Jos gt"...J!l2QS en las instituciones ; sin embar­
go, pensamos que tal corriente subestima la especificidad
propiamente dicha de los acontecimientos grupales. Estos
no son meros espejos -de la institución en la que _s� inscri:
pen, sino -que producen formas propias.

\ 2) Y aquí vamos al otro polo del doble movimiento que


enunciábamos más arriba, que es la necesidad de no
>. desdibujar la qrupalidad, o sea lo específico del acontece1,
grupal !6 ).

B. El dispositivo grupal

Para el abordaje del dispositivo grupal hemos dise-


ñado un cuadro (ver. pág. 19).
Dados un tiempo. un espacio, un número de perso-

l.
• nas y algún objetivo común, se crean las condiciones de
posibilidad para que un agrupamiento se constituyá en
un grupo. Tiempo, espacio, nlJ.-mero de personas y obje-
tivo. conforman un dispositivo. �sto es, una virtualidad,
P,ero específica y propia de ese grupo � no de o���·
Si bien consideramos elementos manifiestos y ele­
_mentos latentes en el -acontecer grupal, esto no es algo
fijo, cualquiera de los elementos del dispositivo puede
'
disparar efectos, puede operar desde la latencia en un
momento diao.
Por ejemplo, cuando en marzo de 1984 se realizó
una primera reunión de cátedra de Psicología Social1, las
personas convocadas para esa primera reunión eran seis .
Sólo el titular conocía a todos, del resto, sólo dos o tres

1 Carrera de Psicología. Universidad Nacional de Bueillos


Air�s.
84
lR
19
corno los estudios sobre influencia de los diferentes lide­
se conocían entre sí. Al promediar la reunión, nos dimos
razgos, sobre dificultades en la toma de decisiones el
cuenta que nos habíamos ubicado a lo largo de la mesa,
tres y tres. Pero no de cualquier manera ; a un lado se
cambio Y_ la resistencia al cambio, el abordaje de los ue­ J
gos tens1?na��s dentro de un grupo, etc., pensamos que
habían sentado los tres futuros integ-rantes que habían
una teor1zac1on deberá ya saldar cuentas respecto del
permanecido en el país y al otro los tres que recién vol­
tema de la dinámica de los grupos ( 8) .
vían del exilio.
Podríamos plantear que nuestras mayores_. djf�ren ­
Había, sin duda, operad9- allí un efecto de latencia,
c� a.s _ C?.�� X�§P��iQ J;l esta._eorrieñte _s_e fQJ!_ªHiªn ��D-����áii.�.�
anterior, no sólo a la constitución del grupo como tal, ---�'�
.

. -- - �.
.
..
. __ . .

sino anterior a la constitución misma de un plano dis­


.

cursivo. (�) Conforma un abordaje de los acontecimientos


grupales, centrado en lo n1anifiesto�
Se habrá observado que en la enumeración de los
elementos que formarán esa virtualidad que es el dis­ Se consider3:'ii:-i;-;j�s --a�-�ht'��Ú�lientos como fenó­
positivo g-.cupal, �emos�_ r§.§l?IQl��ª-ª-º�wgL iJ-:aiic_iQn�ü- térmi­ menos en sí mismos _Q?.�.��!.�P��
} �J 9:ªJ
no tareaz. J!Or objetjvo común.
_
.

Manejan un .J2.ª!�Í �JJls..:r_ criterio_..c.on_:respecto a las


�· �· -------· · - ---------
- . esta corriente las· - ten-
. ..

tensione
.

�to.,_ más que responder a juegos semánticos QP,.e.:- . s �---KruP�


ales · para ·

-;------· ..

siones grupales disminuyen en tanto un grupo


.... ..... .. ....... �

dece a varias cuestiones. __!P_P: :Q!im.§.r._lulrªr, coiJJ&!.s!!E.:�� ___

con De Brasi (7), cuando plan��-ª-·.9.P:'ª--·ª·jgho tériJ:J:.i:tt Q P��-=­


p�eda realizar una discusión democrática de las
rmsmas. Así, las tensiones de un grupo de obre­
. ."

de·-·nevar acomusfOñescu�úido nos referimos a· grupos


· . o <iue _soii" 'To-s·· ·-mrsm
.

te-r•apeutico·s·�--·-rraao--<iue·--·:p-eiisarilo s_ ros en una empresa, ·disminuirán en tanto pue­


..

s
.
. .

. .
. ..
. ..

aconteéirriíentos los que se -··éan a producir en los grupos, dan discutir hbrernente sus conflictos. . . Por
sean éstos terapéuticos, de aprendizaje, recreativos, em­ otra parte, se juega aquí una concepción de la
presariales, etc. preferimos !:Üi. . ti..�.?-I un término. . más ... .�
.
democracia como libre discusión.
___.... _ ............... ..... . -
.
- ·-- -- -- -�-- ----- - · · ·· ·· .
.
.. .... ... . . ........ .

abarcativo.
.. . . .

Tienden a una ·explicación de lo grupal desde r.ao-


---p���·�.¡;;, parte, no podemos dejar de· ·· señal�r nuestra delos fisicalis
. --· ��-·-�-·�·· tas.
-·-�-·-

-�--· ·- · ,�- ··'·•-


.. .
· �....... ___

impresión con re�n.§�t.o� áLf.e.rmmo�];a;i::ea ; _: P,or.:.:cüáñtii��P§iE_


�mus-�·q--ue··--sue1e -_P!9fh��-!J:§fL.Y.ILJl�$li4ªmi�nto de .sentid.Q
.

��
este. sentido pensamos que una eventual recu-
.

1 hacra--iaeofogías---productivistas en su empleo.
.
.

..

e
--�--�--
·-'"-···-�-· . .
.. �-·"-�"' ··'-�--� .
.

�Ji}i �l9f ��� �wá�s���r �ifet�i�O�


g
d r f-
efe al�saturación ideológica presentes en sus plantees 2.
d !

l. El proceso g¡¡·upal
En este sentido nos resulta interesante Lapassade
cuando plantea : "desembarazada de sus modelo'S·m·--··--a:··-····:::. ec--··---- n1 ·--
En este rubro deberíamos incluir lo que clásicamen­ . 1 . , . --·-·" , ------- ·-----------------·---··-----------·--
c1s tas a . dInamic
.. .... ..... "______________

a d e, g_:runQ:§: �<?P. d uce, en �Ig<;>r,.


____ _

-;::r�··z-,2 . . a una
te se ha denominado Diná:rp.,kª--..9-e_G:rupos. Cx?.�:!Q.g� . 9.º'�
·

--,-· ----�-- ----��-�---- ¡····--- �----


u/la echca de los gruP os
·
..... _ ..... . . ...._ .__ . .. ...... ____________ ___ . .

El empleo del termino d1alec-


. ..
.
. .. . ----- - · · .......

este término ��-----�I!�JJJ�nt:rª-··histó:dcarn.ente ad.hexi..d9 ª J� .


.

- . .. ___ __ .. .....
. _ ___ •
.
.. .. .. . .. .. .
.... - ··��.-.,� -- ,.�
.
....._ . ,_... .. .......__�--

ffiicrósoCJ:üf()gía -gener�tr;n�_:nt.e.�---.-�m:p_:r�ªªri.-ª-1==---- ª'!?.?:�!�J.�ª-­


. .
.
.

ná, auñquetarribien···con--�Gi.er_tQ...desar.I:.ollo_ .en._F:r.ª_:q_(3!.ª�. -


, ��-� �a corriente que inaugura Pichón Riviere en nuestro :
.
. -
:, ��l'h, SI b1�n toma n:uchos aportes lewinianos, no se emparenta con
:----s-r- bien no-podemos ignorar los aportes pioneros ' IC a. teon
� en los _Items a) y e), aunque podríamos plantear que
'
de esta e�cuela al funcionamiento de los grupos, tales mantiene ciertos resabio s del punto b) .

85
20 21
1 tica se justifica si por él se entiende designar una lógica
del inacabamiento, de la acción siempre recomenzada.
El grupo, la organización será una- totalización en curso
que nunca. es totalidad actualizada . . . La dialéctica será
para nosotros, por tanto, simplemente, el movimiento
-lB: prod�c�ión de formaciones imaginarias irupales . pro-
pi as y un1cas de cada grupo.
- - - -

En este sentido pensa mos g,ue un grupo se estructura ��


.como tal, más que por su tarea, cuando va consolidand
o .!!.
un conglomerado de repre�entaciones imaginarias comu­
-siempre
- inacabado de los grupos·(�). -nes (red de identificaciones cruzadas, ilusión y mito
s '
En nuestra reflexión sobre lo grupal abordaremos grupales, la instit�wión como disparador de lo imaginario
entonces el proce_so grup�l }?restando atenciÓn a la cons-­ grupal).
- - . . o--

tante dialéctica gue embarca. el]. J2ermanentes juego�_ ca� Es por esto que pensamos gue la tarea es convocante
leidoscópicos a: de un grupo , más que estructurante del mismo.
-

Í Serialidad�Grupo ·

1 Repetición-Reproducción� Transformación-Creatividad ® Repetición-reproducción �


� creatividad-transformación

@ Serialidad � grupos
En esa vida efímera de los grupos, ¿pode�os hablar
Aquí intentaremos focalizar el proceso f!J'Upal ·más de grupos creativos y de grupos repetitivos? Tal vez sí.
que como ilfr¿gos ten�ionales de tuerzas. como una dia­
Pero lo que nos interesa resaltar es que _todo gru,po alber­
pa en su, seno aspectos repetitivos y aspectos_ tr.rJ'!JSfor­
léctica de una totalización en P'roceso_ (10), en el intento
madores en una dialéctica permanentr:¿� Ahora bien, que
de desembarazarnos de los modelos mecanicistas que tra­
dicionalmente han operado en esta temática. A:_ nartir haya grupos que tiendan más fácilmente a desarrollar un
polo que el� otro obedece a un sinnúmero de factores.·
de allí, nos formularemos una nreg:unta: ¿Cómo es· que
�e· un conjunto de .l!.e_:n?Qllfl.J�, se estructura un grupo? Pesde ya que deterilJ.inadas coordinaciones favorec_mi su
tende�ci� �n uno u otro sentido. Esto, obviamente:;�- !
O, dicho de otra manera, ¿�ómo pasamQ.§. de la di_sp_el�sió_n_
� la cohesión? ¡ De la serialidad,.._al..._gr_Jl-P-0? Para SaJ:"tre
ha�lar3;. �nd1solublemente ligado a los objetivos explícitos \"
e Imphcitos que la institución -real o i maginaria-
el grU"QO se constituye contra la serie. La vida de los
_
.que se inscriben tenga planteados, como asimism
en
grupos está hecha de una permanente tensión entre o a las
ilusione s y mitos grupales en que se estructura el grupo
estos dos polos extremos. Por lo tanto, será esta tensión
l
la que constituya el motor de la dialéctica de los grupos. la red de identificaciones que ligue a sus miembros com�
1,- Por cuanto si bien un grupo se constit1.1�ye contra la se­
1
, también los -aspectos transferenciales que con la ·�oordi- ¡
rialidad, siempre tiende a volver a ella. No olvidemos
nación y la institución es tablezca. . 11 1!
{ que los grupos siempre'
tienen vida. efímera. Así, con-
tienen la posibilidad de dis.olución en la organización y
A_ su .Y��' P.Odemo� en�;rt:.t�rar ___g:rupo§__fl!!e c<;>pt_�ngan �
en su seno la contradi. ccion de desarrollar contenidos
J
la virtualidad de estructuración en la dispersión. �uevos, pero dentro de formas organizativas -tradicio-
En su tensión contra 1� serie un grupo deberá jura­ nales (11). ·

mentarse, dice Sartre. f\.guí tal _y�qdr íamos hacer re­


__ _ Des?e ya ,el tema de la repetición-transformación
ferencia a los términos encuadre. contrato. etG.�-J�QID_ü un __ nos remite a un aspecto muy silenciado en las teorizacio­
aspecto de= esa jurament�cjQ_n, o�wejor. cgmo su forma_ ll_es sobre gru:n_os, como es el problema del poder en los
explícita o visible. En sus formas implícitas incluiríamos grupos, las relaciones de saber-poder en su seno, por

22 86
23
ejemplo, el ejerciCIO de la violencia simbólica (12), la G) El concepto de rol
circulación de micropoderes en los grupos, etcétera.
El concepto de rol tiene una larga tradición en los
En este aspecto, se hace necesario, a nuestro crite­
rio, re-pensar la problemática de la tTansgresión. Tra­ aportes de la antropología, la sociología y la psicología
dicionalmente, en psicoanálit?is,_ tendemos a considerar social funcionalista. Uno de los autores más importantes
como transgresivo al modo de relacionarse de aquellos que utiliza dicho conéepto es, sin duda, George Mead. A
sujetos donde lo que se transgrede es la prohibición del través del concepto de rol, aborda, en su libro "Espíritu,
incesto o sus equivalentes simból�cos._
·
Persona y Sociedad", el estudio de las relaciones ínter­
personales, los vínculos sociales, etcétera.
Pero, desde la sanciQ!!_Qe lQ tran�gresivo, muchas
__

yeces suele omitirse que esto constituye una poderosa En la tradición dramática, el rol es un modo de iden­
fuerza· cuestionadora de lo instituído, siempre operante- tificarse imaginariar.aente con un personaje ; así, un rol
en los grupos, como también en los individuos (13). en una ·obra teatral existe independientemente del actor
particular- que lo encarne.
En la línea de lo que estamos exponiendo, nos parece
de ut1rrcracr�er aporte. ae Gllat1arfc1iáricto"demarca gnipos­ En ese sentido, un rol social también tiene una exis­
o!JiéfOY7f1 pDS:su:¡;eto ( 14). En ese sentido en los�­
wu
tencia i�Qepend!entemente de quien lo desempeñe dado
pos-o bj eto _todo ���� será_ visto como un transgre§Q_r_, que, podríamos decir que, en la sociedad los roles pre­
cor.ao un eventual peligro a ex"Qp.Jsar; se formarán así_ existen a los individuos, bajo formas de conducta a asu­
los heterodoxos y los ortodoxos, las sectas. las· ru:gturas mir en función de la situación que ocupen, o sea de la
r POSlClOll.
__ _

de escuelas, etcétera.
Etimológicamente, el término "rol" proviene del fran­
Por el contrario, grupo-sujeto será aquel con capa­ cés "role", �que tiene, a su vez, un origen latino : "ro­
�idad de enunciar a�go; esto se hace posible desde el tulus". Estos términos se refieren a un papel, "rollo",
soporte_ de la transversalidad, en tanto dimensión per­ en donde se anotaban determinadas cosas; ya en la época
_n'lapente de la institución, en la que tal-.&r..!!P_O se.Jns�iibe. del med�oevo. se anotaban en este "rollo", por ejemplo,
4si, tod�osibilidad de intervención creadora dependerá el intercambio de mercancías o . el embarque de éstas.
qe la capacida·Ci-�<le-poner=aT·ifé8Cübiertüal$ü}.eto� de la También "rollo" era el papel o el parlamento que los
ipstitución _(el. -��!p.cgnci�nte i.�stitucion�l"}. Es_ :Q!:���Q
_
actores debían recitar. Es recién hacia el siglo XVIII que
r_e�arcar gue las d�§ . clas�ª--,.§e $rupos e§tán en �esUza- _
�1 termino rol empieza a ser empleado en su sentido fi:­
miento Qerpetuo, un grupo7"sujeto está siempre amena- - _gurado, como función social o profesión.
�ado a la �uj eción4 !!__U grupo sometido en alguno_S ca�QS -----
-
_

puede asumir un rol de alto nivel transformador. La teoría del rol, desde la óptica de la socioloP"ía
funcionalista, se ha desarrollado en función del concep to
de posición: una posición define un mínimo de compor­
U. El interjuego de ro·les tamien�o obligatorio para el individuo, aunque no puede
garantizar que éste desempeñará tal comportamiento a
la perfección. Desde esta concepción se denominará rol
. . � n una brevísima síntesis diremos que, para Pichón al desempeño real de una persona en una situación dada:
R1v1ere, el grupo s:e estnwtura sobre la base del interjuego es decir que rol es la manera en que una persona desem­
de mecanismos de asunción y adjudicación de Roles (15). peña los requerimientos de su posición. A su vez, rol

24 87 25
es el aspecto dinámico del estatus. Con este término se �ferida a la historia individual de ese individuo. tanto
alude a una especie de marca de identificación social que como a su íorma_ de inserción en el o-ru o. La tarea que
c oloca a los individuos en relación con otros individuo·s. Ic o grupo reahce, constituye su finalidad y va a esta
r
El cómo una persona se comporte, dependerá en gran �!undamentalmenté:

' '
medida, del status en que se halle, vale decir de la- po­
sición particular que ocupe en su medio social.
a) En lo explícito: en el objetivo que dicho grupo
Para Pichón Riviere, rol "es un modelo organizado se dé (recreativo, terapéutico de aprendizaje,
de conducta relativo a una cierta posición_ del individ�to etcétera) .
en una red de interacción ligado a expectativas propias :
b) En lo implícito: en la elaboración de dos ansie­
y de los otros''.
dades básicas: el miedo a la pérdida (ansiedad
Se distinguirán roles formales o prescriptos, corno de:presiva), y el J?iedo al ataque (ansiedad para­
aquellos -que están determinados por la osicion ue ocu­ nolde). Estas dos ansiedades configuran la si­
pa un suJeto en una eterminada organización o in_sti­ tuación básica de 1·e�� tencia al cambio.
tución; así, el rol social-reñiite, como decíamos anterior­
mente, a un lugar o status. Y roles informales, cuando
los sujet��-j,!legan un J!.�.elt situacionalment� dado, . :n El papel _del coordinador para Pichón Riviere
el aquí y ahora, dependiendo estos de la red de Interaccion �s1�_t� �n escTarecer,através·· áe señalamientos e inter�
grupal. pr��!.�P:���- 1�-��-�E �E!.?-��.-�� te!:f<21i_� ª-� q
Micultan el aprendizaJe y la comunicación.
� _ q_ ucta que
- �·--�q1!
Como decíamos anteriormente, para Pichón Riviere, Es decir
qu: toda interpretaéiün crebetavorecer el nivel de opera­
·

la estructura y función de un grupo estarán dados por ·


_
tividad de un grupo. Para ello deberá incluir siempre la
el interjuego de los mecanismos de adjudicación y asun­ lectura de los niveles horizontal y vertical del acontecer
ción de roles; estos representan modelos de conducta co­ grupal, que permitirán la ruptura del estereotipo.
rrespondientes a la posición (relativa) de los individuos
en esa red de interacciones, y están ligados a las _espec­ SoJ3re la ba�e de estos lineamientos, Pichón elabora
,
la tecn1ca de grupos operativos, para su lectura del acon-
tativas propias y a las de los otros miembros del grupo.·
De esta manera, el rol, y su nivel, el status, se ligan a 'feCei- grupal. �-A==

los derechos, deberes, a ideologías que contribuyen a ·la En el �nterjue�o de :r:oles · propiamente dicho, que
cohesión de la unidad 3. -como hab1amos dicho-· tiene para Pichón un earácter
€structurante en el grupo, destaca especialmente tres roles

i., -
·

que podríamos 12resentar como prototípicos :


® Apo1·tes de Pichón Riviere

el portavoz
Estos mecanismos hacen referencia a la posición en - el chivo emisario
que cada uno de los intei:t.ª-ntes de· un· gru:Qo se ubica - el líder·
en esta red de interacciones; dicha nt�tª-t.4J.nt!:m�-
��

3 Agradecemos a la Lic. Lidia Knetcher los dartos aportados


Estos ro�es no son fi�os o estereotipados sino funcio­
para la elaboración de este :punto. nales Y rotativos; es decir que en cada situación grupal
88
26 27
un individuo tomará tal o cual rol de acuerdo a su situa­ Agrega, ader.aás, el rol de saboteador, que será aquel
'ción ind5_y!gu�_Lx_��.J�--�-!.!��.i.�!!-- g.en�r§!.§� en el aquí y integrante que en determinado momento asume el lide­
ahora g-rupal. raigüáe-Ta-resistencia al cambio.
Por portavoz, entiende "el miembro gue en un mornen­
to denuncia el acontecer grupal, las fantasías que lo mue­ @ Reformulaciones
ven, las ansiedades y necesidades de la totalidad del gru­
EQ.''; por lo tanto, no habla gor. �L.§.QlQ)....§ino nor todos. Se Son estos, algunos de los conceptos de un pensador
articula en él una fantasía :fnconciente individual entre­ tan vasto como E. Pichón Riviere. Sin embargo, creemos
crüZada�--�él-aéontecei:'grupaC-··vuelve ·a hacer referen- necesario re-pensar sus aportes (16), para que sus ideas
cia a los registros horizontal y vertical de toda situación no se estereotipen en la repetición, para mantener viva la
grupal en donde confluirán la historia personal del in­ dialéctica creadora en la que él mismo estuvo siempre in­
dividuo (vertical) y el proceso actual en el que el grupo serto, y poder avanzar así, más allá de sus propios con­
está inserto (horizonta.l)4. Toda interpretación deberá ceptos.
devela�...!§:-�!!��!�!?--.Q��-!.9.ª-�-�j_os miembros del gruno, en P.... su vez, coincidimos con De Brasi, en su caracteriza­
relacü?n con la tarea_,__g_�mpl:!Jicando el problema enuncia­ ción de este autor cuando pone el acento de su figura más
do por el porta voz. como "desviante institucional" que corno grupólogo.
Así como nos parece insoslayable el análisis del in­
Por chivo em-isario, entiende la depositación en un
miembro del grupo de aspectos negativos o atemorizantes
terjuego de roles en una lectura de lo grupal, pensamos
éste más como un efecto de la latencia grupal, que como
del mismo·-�-ae-ra·-tarea;-aparj�Ie�J_g !!:!.��-ª.!!�§::�.9s cte se­
una causa estructurante del gi·upo. Nos resulta más pre­
__

gregación f���i.��i!icho integ-:f_ante.


.ciso abordar la� estructuración del grupo desde!apro:
Por líder entiende la depositación? en un miembro del ducción de sus formas...propias,..------- esto es� las formaciones
grupo, de los aspectos positivos; destaca distintos tiRos imaginarias grÜpales.
de liderazgos: laizze-faire, . autocrático, democrático, etcé­ Por otra parte, el análisis de la verticalidad y la \\
tera. horizontalidad grupal no da cuent� de la vastedad de los
acontecimientos grupales. Asimismo, podríamos pensar
Ambos roles, el de líder y el de chivo emisario, están .que el mantenernos en estos dos registros nos sitúa nue­
íntimamente r�lacionados1_]!2 gue uno surge como preser­
vamente en la antinomia Individuo-Sociedad.
vación del otroL�!!. virt!!P. del denominado nroceso de diso­
En este sentido, nos resulta fructífero el aporte con-
ciación que todo -�o im�lementa_&.n su tarea de discri­
·

ceptual de la noción de Transversalldad, � cuantQ,�.ll


minación.
tanto delimitamos los grupos como camno de problemá­
ticas, estos e�tán permanentement� atravesados por múl­
tiples_ i:p.scripc�op.es: desea:Q,tes, .Jnst!tucionales, ideológi- �V
4 Los té:roninos horizontal y vertical también ·son usados
por la corriente de Análisis Institucional, pero en un sentido di:fe­ cas, socio-históricas% políticas, etc. Así. la noción de trans­
rente. Por "·vertical" .aluden al organigrama jerárquico de la ins­ versalidad nos es una herramienta válida en el intento de
tirtución, es decir, aquello que da cuenta de la pirámide formal desdibujar los grupos-islas, como así también en el intento
de jerarquías dentro de la misma; ,con .:'horizontal" aluden a la
red de relaciones informales entre los integrantes de la institu­ de desdibujar la tradicional antinomia Indi viduo-Sociedad
ción. (R. Lourau, El Análisis btstitucional, E d. Amorro:rtu, Bue­ (de la cual no está afuera la _concepción f�ncioualista de
nos Aires, 197;5) . los roles).

28 89
29
Al pensar lO$ grupos desde esta perspectiva, esto es, Estas representaciones imaginarias son el "algo común"
en el caleidoscopio de sus múltiples inscripciones, se crean en el grupo. Y no l a tarea. Esta opera como convocante
las condiciones de posibilidad de inscribirlos en un campo del grupo pero no como fundante. Para que un grupo de
de análisis más amplio. personas pueda pasar de la serialidad al grupo, se deberá
¿Por qué esta noción nos parece una herramienta útil ir consolidando un conglomerado de "representaciones"
para desdibujar el grupo-isla! ;por cuanto necesariamente imaginarias. Estas, tanto podrán propiciar la tarea, como
nos remite al anclaje institp.cional de los grupos. propiciar la solidaridad y la _gJj._�ciª-._.gr.!!J?a l" como los
¿;por qué :puede ser una útil herramienta en el intento conflictos, la ineficacia, etc. .No hay grupo sin formacio­
de desdibujar la antinomia Individuo-Sociedad? Por cuan­ nes imaginarias estrictamente grupales. ·

to implica un significante social operando, no como efecto Son procesos imaginarios que pueden ser leídos en el
de influencia sobre el individuo, sino como fundante del transeurso del devenir grupal y que hablan de su cunúr:r-::-­
sujeto. Dirán _Deleuze y Guattari: "Todo fantasma es de 'macion, posibilidades de desarrollo, de transformac1on,
grupo", también "el fantasma mismo está transversaliza­ Inscripcion e historia de dicho grupo .
do" (17). :Elsto es que, no sólo operan en él las inscripcio­ Dentro de las formaciones grupales incluímos :
nes edípicas , sino que habrá una inscripción social e his­ - La r ed de identificaciones cruzadas (y la red
tórica fundante aun de la dimensión inconciente. transferencia!).

,¡.·
Hablábamos en la Introducción de un doble movL - Las ilusiones grupales.
miento en nuestro enfoque de lo grupal.. En este sentido� - Los mitos del grupo.
nos parece importante destacar que si bien el grupo es - La institución (como d isparador del imaginario
•... efecto del atravesamiento mencionado, esto no debe lle­ grupal).
- vamos a borra·r:-· u omitir la especificidad de las formas Estas formaciones grupales, en permanente atrave­
prop_ifl8...fL1!-_f}_='i!:.!!:_..f1T.!!:P..f?._.2..Q!!:§_�j_tu_y_� en tanto espacio. táctico
__
samiento darán a cada grupo su _perfil, su identidad, único
de producción de efectos sinuula·res e inéditos. y exclusivo de este grupo.
Por lo tantQ,.J�n tq_g�l��!!.�.ª-Sle la BI!!P.�!idad, pensa­ w
mos que �L-ª!!��!��--_gel.i�}�r.j_ue�_o de roles mantiene un
__
@ Red de identificaciones cruzadas.
nivel de eficacia valedero, en tanto abra _su lectura - con Red t1·ans!erencial ·

las reformulac1onesseftaiadiS.- Los coordinadores que trabajamos con grupos, sean


estos de aprendizaje, terapéuticos, recreativos, etc. parti­
111. Las formaciones imaginarias grupales mos por lo general de una pregunta : ¿Qué es lo gue hace
que ciertos grupos se constituyan como tal y permanezcan ,,
Con este término aludimos a los procesos imaginarios en el tiempo .:y otros no, sean creativos o rígidos, inde-/·

�- ��
que un grupo produce. Así es como decimos que un grupo J2endientemente de la tarea propuesta? Sabemos por otro
�s más que la. suma de los indi1)iduos que lo componen. lado, desde la experienchi cl!p.ic�, en los grupos que este (! . !
Consecuentemente, pensamos gue los procesos imaginarios hecho del?Elnde entre otros factores . de la constitución \/1PA G
dentro de un grupo no constituyen la suma de los imagi­ rante las rimeras
·

de l u en llamar ; · 1,
narios individuales.· Por el contrario un grupo produce mat riz del gruiJO"J. i8) � DefÍniiDOS�el término matriZ, e ¡
formas imag_inarias proP,ias. En todft�.-situació!}.. grupal diCionario nos dice : Víscera hueca en forma de redoma ;
(sea el grupo grande o pequeño, de formación, recreativo, !!J.Olde en que se funden objetos de m-ªtl!.�" gJLe- -h�.r
de trabajo, terapéutico, etc.) hay una _rei_>!:�sent�cjón ima- idénticos: las letras d�_,l:rpJ;;!rimil::'=-llQ.ÍQll!i&., �!!j;��-:�J\�At�n�:nª.
ginaria subyacen�e�q!!!.fu!.ltl�_El��-gxía_�de -�u��bros. frincinaL Generadora ..
__

90
30' 31
De aquí en más, cómo opera, se desarrolla, detiene
J;arecería que esta matriz p-rupal de la q�e hablamos o no el desarrollo de la dialéctica grupal.
puede aparecer sólo si ha existido entre los ;rneiD:brº� d§! Vayamos a un gráfico.
o-ru o una em atia ue una a los distintos _ _ miembrQJL�J1tre Si esto es un grupo :
sí. a sea en pare] as o de a tres, con ciertos mi�m ros
ia"Pers. ona se va a sentir más cómoda gue so:r;.otros, t�ndrá
intereses· en cor.aun _
, o historia _ o perseguiran lQS_.lJJJsrnos
objetivos . .'!-� veces los individuos son <;_oncien�es de esto_.
A veces lo ignoran por c.ompleto. V� a sentu:_:r�en�zos_ ..,
x aceptaciones. Algunos racional��QtrQs_�J!Q�
En un grupo los miembros junto con el coordinador
se reúnen en un cierto lugar, se sientan de una cierta
manera, pertenecen a una institución real o imaginaria.
La 1nirada recíproca actúa desde y sobre ello�� Además
el coordinador o la institución donde se realice la tarea

.
e� investido por los_ integr'ªQt§s a -partir d?_�iªr.ta.§_P9-Utas,
dé ciertos :Q_,oderes l eales o_ ilusoriQ_§,__:_§�_es"Qera._�il�_jL_q�le
reaiTCetales o cuales acciones --q-ue �T-§ill efó ..Qg��lli--ªpode-
Ya desde la primera reunión se empieza a conformar
esta matriz de identificaciones de la que hablabamos. Su­
rarse de lQ gue e§Q"�rª'-JL� . ��_)e ___ Q_�_g!._qg� pt1eda.. incorp<?�
__
pongamos que ya esté constituído el grupo y su matriz.
conocimi:�nto, cura, sapiencia, poder. Un dibujo posible sería :
-

De esta manera el grupo todo se cons�ÜJ!Y1L_��--�¡


Jugar- de la demanda _g_�_�gx_lJJ29 .:r�ªU�ª--soJ::>J:e si, in­
cluido el coordinador.
Sin tratar de agotar la descripción de tales aconteci­
mientos grupales, podemos afirmar que esta matriz gru-=... Matriz de
Matriz básica:
pal de la que hablabamos tiene que ver con la .]Osible que tiene qu e
identificaciones.
organización libidinal g,pe. este .. g-rupo se ha dado. . Esta ver con la
Circuito del

.
conjunto de
orga1rlzaci6ñ=l1bidinál est:i"' basada en los.=]azos lU>idLnQsos. 1permanencia.
rei. objetales.
qu�_Jos indjvtQ,yoª-_
. tienen entre _sL -----�.911 . el _coQrctinador
Estos lazos libi ITIOSOS he e:U que ver con la red r;j� idf!J:l&::
tijicaciones que se va, estableciendo en el tra11scurso del
�rupo, que está tq+i�*l_rri!3ilte, :n�lª�rjoJJ;;;td:;t -en realidad
"'es lo que la constituye- . a lo que se ha dado en llamar
Es decir que encontraríamos una Matriz básica gye_, \ �m�

_-./¡·,�.
;¡atriz grupal. Es decir que esta mat1�iz sería en realidad tiene gue ver con la permanencia; son los integrant�S.JIY.-� :.:>�'

.
' ?Jtna matriz de identificaciones __ lormad� _ J!.<!r�,.�í2QP..!!��-��� punca faltan, comprometidos con los demás, _gue §e �preocu-
4ittentificaciones secundarias. Ya sabemos, por otro lado,
la importancia de este mecanismo en la constitución del ,
sujeto (19).
pan y ocupan de saber lo cotidiano de los otros trrtªK!:�LIJ:-
'tes. _son cálidos, afectivos, etc. Y l. a m,atr�·z de identifica. -
.eiones que � un circuito del coni!wto_de
.
ohié....
·, .


,

Hasta aquí la matriz grupal y el porqué de su cons­ . .. relaciones


. .
tales. ya que lo que .cae introyecta no· es u11: _objeto sino un \';)boJ
titución. �ireuito de XJ{!J¡.aipJlrfJJ!s ·" .
. objeto. que �se ha �n-
_tj,e obieto. El
. . · . .. "
91 33
32
corporadá. desaparece �omo tal, queda la relación. No se Si lo pensamos desde la persona que transfiere este
identifican personas sino aspectos J!UlJ:tll;;tles <l�. lM .��ub� __
tipo de situaciones infantiles, podemos afirmar que cua:r:- ,� _

jetividades de los· integian�J?.! do una persona ingresa a un grupo trae consigo _ �t�a· ser�e j
Esta red de . identificaciones es una red móvil y · es, de deseos algunos cóncientes. otros no, que transfiere so- ¡
a su vez, una matriz de iden tjficaciones y ·una matriz bre ciertas figuras dentro del grupo. Suele suceder, siem- 1

identificatoria ; es decir es lo que identifica a este grupo pre pensando desde el sujeto que transfiere, que ciertos ¡
de otro grupo ; es lo que lo diferencia 4_� los de!!!_ª-§ gru- __ lugares devengan c�ertos p oderes y que sea sobre ellos
pg.§,. . es lo qu� habla _ de la subj��ivid?-c:l grupa.,l. Lo que
__ _
donde se polarice el mayor caudal trans erencial.
queremos significar es que :esta matriz identificatoria es ¿ s o que quiere decir? Que muchas veces se trans­
lo que particulariza a un grupo �de otro _!rr!IP.c>,. habla efe fiere sobre la coordinación de los grupos (sean éstos de
la especificidad misma de tal grupo y no de otro. Pode­ áprendizaje, terapéuticos, recreativos, forrnativos) y tam_
mos pensar esta matriz como un caleidoscopio siempre en bíén sobre las instituciones (reales o imaginarias]_ en

.
movimiento, como un diamante con múltiples facetas pero donde estos grupos operan la repetición de ciertos _ deseo_�
siempre igual a sí mismo. que se actualizan en el transcurso de _la:_ .�§:.��!L· Po:: .ej �:t?�
Hablar de la 1�ed de identificaciones cruzadas en _lgs_ plo : cuando un individuo, al participar el.i un eJercicio
grupos _significa hablar de aquel!o quE? d� cuenta de la
permanencia, de la m9vil1da(f<fe=ras�i�iídec-eS,�=!{e ��l¿JJ.ü:s
r odramático, se identifica con familiares significativos
·
e su historia. Podemos suponer que, además del pro­
gru}2gs;!,)nde:pend_!enteme�t�.. de lª-�tª.!:�-ª--�L9.�e.-��t�n -�ºnvü_ ceso de identificación que se ha revivido en la situación de
fJ1 cado�. Es decir, que los roces.os idenJ¿ificatorios qJJ&_B-Ji.
producen en lo ru os van a uncio.na1· como motor
vida d@._/9fí.:l12Zsmo8! Definimos una vez mas e concepto de
e a
crear un personaje, hay otro proceso junto con este, que
aparece estrechamente unido, y que se refiere a. . la reac-ll
l;1falización de todo.s aquellos circuitor'i de relaciones o b�ti­
_

!J identifica.!á_óo!L como el proceso psicológico _me_g�aiJ.te el tales que es,ta persona a 1zi1Jido a lo largó de su i!J:i(J;nc�a:
::f c_ual un sqjeto asimila un as�, un::t n:t.o.J;alied _d, un _atri­
.
bg:to de otro y se transforma ��2.Q.!:iL§l_mq<!�!go Cl.�_ �§�. Por
__
Por esto decimos gue l.as identificaci_ones son el. motor
de un' grupo, mientras que la transferencia le _da el c a�p o

'
otro lado, �iempre que hablamos de id�ntificación_ �n j9_� _ propicio p ara que dichas identificaciones se produzcan.
:- .
grupos estamos hablando de idel!tificaciones . secundarias.
�ste conce_nto de r(úl de {den:ti[icac_{ort_f?§ está -unid(i'-
tanto en la clínica como en la teoría, al concepto de trans­
·· De la misma manera que se va construyendo una red
de id€á1hficaciones, se construye entretejidas con ést� u,na
red translferencial. Cuando habla�os d� transferencia en
ferencia. Así como las identificaciones --son--el -motor de--la· los grupos, h_aciéndolo desde el lugar de los sujetos que
\;j_da de_lQ§_grupos, las transferencias son las que p.J!.§{QfJ.f._0_
tan que dichas identificac,iones se den, brindando el campo
propicio _l!,G:_r� g1k_e_ �f?;,,-'J:f¿pJci �n.
__
· ---��- - � - · . -- �
·
· - · - -
transfieren, podemos observar que hay ciertos e;?Pblemas
�deológ�cos de poder que los sujetos proyectan en las ins­
btuciones y en los grupos a los que pertenecen, que mu­
Por otro lado, la trsu:H?ferencia es definida en psico­ chas veces están actuando diríamos gue casi independien­
análisis como un proceso mediante ·el cual los. d�seosiii� temente de los mismos grupos e instituciones. Afirmaría­
concientes de un sujeto se actualizan sobre--ciertos' obje- ' mos aún más, que a veces también las instituciones y los
tos en relación a ellos. Si bien esté-� mecaiisi ni'o.· -sé . iii:tiie grupos "usufructuan" de estos emblemas pro_xectadq�_ :ROr
-yisible y se teoriza a partír del psicoanálisis podemos en el su · eto ara garantizar su ermanencia sin cambios
rigor hablar de · él cuando hablamos de las . formaciones dentro de un dispositivo ideológico institucional o eter­
estnctamente grupales, y_a gue está siempre presente en minado .
toda relación humana. Por ejemplo:
34 92
35
La escuela como segundo hogar.
La maestra como segunda madre. c?n ,técnicas dramáticas. resalta que la función del coor­
El hospital como lugar de cura. dinador es desbaratar el encuentro de miradas (en el
?entido metafórico) en toda reunión ·grupal. La mirada
Por ejemplo, debemos suponer que un grupo de �e los coordinadores refracta las miradas de los inte­
médicos de un hospital carente de los recursos mínimos �rantes del grupo en su punto de cruce, no actúa como
para llevar adelante su tarea, necesita para garantizar un espejo, no refleja nada. No existen de esta manera
su funcionamiento, apelar a la proyección de ciertos idea­ .las formaciones estrictamente grupales, ni tam oco el
les que corresponden con . ciertos emblemas ideológicos �upo. So o son una suma de individualidades reuni­
eon respecto a ser médicos, a trabajar e:h determinado das (21) .
lug�r asistencial, a la cura, etc. Estas circunstancias no Por el contrario nosotros
son ajenas a la red identificatoria, aunque muy por el nadores entran uiéranlo o no entro e circui o libi- >(
contrario orientan permanentemente los fenómenos iden­
·

tificatorios y transferenciales. Por todo esto, podemos


!ll�al del grupo. Más aún pensamos que el grupo se Ina­
afirmar gue si hacemos un recorte, el lugar puntual de �uza, se recrea y se torna más productivo cuanto más
JUeguen dentro de él los distintos vértices de la red
las identificaciones tiene más que ver con el grupo todo de identificaciones y de la transferencia, formas estricta­
y que el lugar de las transferencias tiene más que ver
VJ.ente grupales que le dan movilidad y perfil propio al
con la coordinación y con la InstituciÓn. -Esto no quiere grupo.
decir de ninguna manera, gue no se den entre los inte­ Esto no implica desde nuestra concepción proponer­
grantes del grupo en relaciones transferenciales, ni que se como objeto de amor y de admiración o coñiüma:
la coordinación y la institución estén exentas del lugar �e/padre o protector o nutriz, ni tampoco colocarse�'eñ.
de las identificaciones. Afirmamos una vez más que esta �n lugar de liderazgo. Sn1o simplemente tener presente
red de identificaciones y esta red transferencia! se hallan �?� la . coordinación �o . está exenta del lugar de las iden.=
totalmente entretejidas entre sí. t..Ifi;aciones como asimismo los integrantes del grupo no
La mi'rada recíproca actúa e incentiva las identi i­
estan fuera de ser objeto de transferencia.
eaciones . os rarse, mirarse, ser visto, ser mirado. Mos­
Cuando planteamos que !a transferencia es un mo- t
trar lo que uno es. Mostrar lo que uno cree que es. Ex­
vimiento que opera fundamentalmente desde los inte- )
, puesto a la mirada del otro: veo y soy n1irado, me veo grantes al coordinador, y que los procesos identificatorios \
c�rculan ·preponderantemente· entre los integrantes, alu- (
ver, veo que otros , me miran. Existe una diferencia entre
la visión . y la mirada. Ya desde sus inicios, podríamos
chmos a que estas serán sus cristalizaciones más paten- r
decir evolutivamente, el aparato perceptivo del niño está tes. En rigor, para que la red de identificaciones se pro- )
m�s desarrollado que su aparato psíquico. Ve antes que
·mira. · 9-uzca, es necesario que, en su base, esté organizándose )
una r�d �ransferencial: e� el sentido de que_ se (!�s_pare >
El papel de la mirada en relación con el otro y con­ -
la posibilidad de repetir circuitos de relaciones arcaicas. )
:f?igo mismo, ha sido preocunación desde €pocas reniotas
dentro de campos disímiles (las artes ' la filosofía ' la .,En un J?rit;Ier mo�e�to cada miembro de un grupo
:t:ecien constituido se dirige a los coordinadores no al
·

I e
l•t. ratura, la psicología, etc.) . También ha tenido un
grupo, no reconoce a los otro�?. Esto puede variar de
g�sarrollo peculiar dentro del psicoanálisis en épocas re­
·

·Cientes en función de retomar estos dos aspectos del acto grupo en grupo, pero podemos afirmar -que por lo ge­
neral la primera reunión de un grupo, nos habla en un
de ver (veo y me veo) ( 20 ) .
comienzo de su serialidad.
Cierto sector de la escuela francesa que trabaie_
Cuando en los primeros encuentros el coordinad.Qr
36 93
37
queda deliberadamente afuera es porque está tratando de Podríamos - distinguir diferentes tipos de identifica­
favorecer las Identificaciones dentro del mismo - gt"Qpo� eiones : narcisista, de repetición, actual, terapéutica, al
Existe un ejercicio psicodramático que se realiza por síntoma, pero pensamos que cualquier tipo de clasifica­
regla general en la primera reunión de un grupo y ape­ eión de los procesos identificatorios en los grupos sólo
nas iniciado el mismo (es decir en los primeros momen­ sirve a los fines didácticos ya que sería lo mismo que
tos de la reunión) denominado Círculo del Miedo en intentar tabular los sueños, es tal la profusión y dife-
donde se les pide a los integrantes que formen un · círcu­ rencia de dichos procesos. .
lo, luego elijan a t!-n cm:llpañero y colocándose frente Como dijimos anteriormente lE red transterencr¿al
al mismo digan: Tengo miedo a . . . . . y te lo digo a es la clave o la base de las identificnc?·one.c; . En psico­
vos por . . . Lo deben hacer todos los integrantes, pero análisis se define la transferencia como al proceso me­
el coordinador no se incluye en el ejercicio. Mediante diante el cual los deseos inconcientes se actualizan sobre
este ejercicio se explicitan todos los miedos que los su­ ciertos objetos, en la relación obtenida con ellos, par­
jetos sienten al ingresar por primera vez a un grupo ; ·
ticularmente en la relación analítica. En otras pala­
que en general se refieren al miedo al ridículo, al des­ bras es la repetición de prototipos infantiles vivida con
conocimiento de la situación, a la dificultad de enfrentar un marcado sentimiento de actualidad. En el proceso
. una situación . nueva, etc. Mediante dicha exp1icitación psicoterapéutico, la transferencia es la repetición d� si- _
se forma un clima de situación común a todos. En la tuaciones infantiles en el aguí y ahora con el analista.
segunda parte del ejercicio (Te lo digo a vos por . . . ) se De la resolución de la transferencia va a depender la
pr.? �uce una elección de ciertos miembros del grupo, por problemáhca de la cura. F'reud d1shngue dos tipos . �e
afinidades o por rechazos. Esto posibilita que comiencen transferencia : Negativa, que tien� que ver con )a �:!!r i­
a establecerse los primeros lazos identificatorios de los d.ón de sentimientos - hos-tiles y Positiva, que tiene ql1e
que hablábamos. . Por ejemplo, en una primera reunión ver con la aparición de sentimientos amorosos _ (22 ) .
de un grupo de aprendizaje dicen: Creemos útil recordar que esto califica la naturaleza de
los afectos transmitidos y no la repercusión favorable o


- Para ver si me pasa
- porque sos cálida desfavorable sobre la cura. Las transferencias en l()s gru- '
- porque nos conocemos de antes pos están dirigidas hacia :
- porque me parece que podés entenderme - el coordinador

\
- porque me inspirás confianza los compañeros
- porque parecés más asustado que yo - ambos
- porque tenés una cara simpática - -iililstitución.
- porque recién bailabas muy bien ¿Podemos en rigor hablar de transferencia en los
- porque estás asustada. grupos ? Pensamos que sí ya gue si bien este meca:p.i_�mo
Estas personas no se conocen previamente sin em­ se hace �'visible" a partir del psicoanálisis.. está siemnre
bargo, han elegido a otros compañeros y se producen los operando en todo vínculo humano,.
primeros acercamientos, proyectan sobre ellos sus fan_ Por eJemplo, en una sesión de grupo una joven pa­
-

tasías e introyectan las propias fantasías de los com­ ciente de 23 años estando uri.a persona del equipo tera­
pañeros. No podemos dejar de señalar la inmediatez con péutico mirando una joya que otro paciente varón arte­
que este mecanismo psíquico se pone en funcionamiento ; sano había confeccionado, y estando ella hablando de
como as1, �ambién su invariabilidad siempre se da, sólo algo no demasiado trascendente en ese momento, al ad­
es necesario que un conjunto de personas se agrupen. vertir dicha situación, estalló en sollozos y le reclamó al
94
38 39
terapeuta su atención diciendo : "Igual que mi papá siem­ 5 . Otro miembro varón, que ha faltado varias sesio­
pre atendiendo a mi hermano". nes y además llega tarde . al que denominaremos
En caso de existir varios coordinadores existe una G, está atravesando un momento resistencia!
mayor pluralidad transferencia! sobre dicha coordina­ bastante agudo, toda vía no se ha integrado al
ción. Reiteramos nuevamente que tanto la red transferen­ grupo ni mantiene lazos libidinosos fuertes con
cia! como la red de identificaciones son procesos que �e ninguno de los coordinadores.
producen concomitantemente y que . la red de identifica­ 6 . Otro paciente varón, que denominaremos H, es
ciones estaría más puntualmente desarrollada entre los su segunda sesión de grupo, fuertemente identi­
miembros del grupo en tanto que la red transferencial ficado con A (nosotros somos parecidos, tengo
tiene su punto de apoyo fundamentalmente en la coor­ buena onda con vos, etc. ) y con un fuerte lazo
dinación. transferencia! con la coordinación.
Vamos a intentar dar un ejemplo conj unto de ar.abas 7 . Otra paciente mujer, que falta mucho, pero avisa
redes. por teléfono cada vez que no viene, a la que de­
Un grupo de 8 miembro s en su sesión (22) de gru­ nominaremos J, cuando viene se identifica con
po terapéutico , que se reúne una vez por semana con dos todo el grupo (igual que yo, igual que yo ) y
coordinadores, durante 2 horas de duración, tiene : parte hasta dentro de una o dos sesiones. Su trans­
l . Una pareja, hombre-mujer, identificada entre sí. ferencia la podríamos titular de tibia.
Se sientan siempre juntos, se celan mutuamente, Denominaremos con la letra C a la coordinación.
son amistosos, alegres, algo maníacos, tienen ca ­ La red transferencia! estará marcada con una lí­
racterísticas de líderes. La transferencia del nea de puntos . . .
hombre se dirige fundamentalmente a un coor­ La red de identificaciones con raya
dinador y la de la mujer hacia el -otro. Al pri­ Obsérvese en el gráfico de la p. 42 cómo la red trans­
mero denominaremos A y la segunda B. - ferencia! está acumulada mayormente en la coordinación
2 . Otra mujer, a la que denominaremos D que mira
y la red de identificaciones en la figura de los líderes.
fundamentalmente las parejas tanto la terapéu­ Esto da como resultado lo que denominamos matriz iden­
tica como a la pareja antes citada. Está en tijicatoria de un grupo. Usando una metáfora gráfica
transferencia positiva con uno de los coordina­ podemos afirmar que es el dibujo que diferencia a un
dores. grupo de otro grupo, lo que lo especifica en su particu­
3 . Otra mujer, a la que denominaremos E, que tie­ laridad. Cabe por · otro lado agregar . que hemos dejado
ne un acercamiento erótico inconciente con A, de iado todas las transferencias e identificaciones que
·

identificada con aspectos de B y en transferencia seguramente estarán operando en el caso de este grupo
positiva con la coordinación. sobre la institución psicoanalítica, que seguramente agre­
Estos miembros conformarían la matriz básica. gan al dibujo otros vectores y lo atraviesan de múltiples
4 . Otro varón, al que denominaremos F, más j oven maneras.
que el resto del grupo, se identifica sobre todo con Partimos de un círculo, masa redondeada, donde to-
la pareja A-B pero fundamentalmente su lazo más dos los participantes se enfrentan corporalmente Y a
fuerte es la transferencia realizada sobre la coor_ través de la mirada y el devenir del análisis de las redes
dinación. La mirada de este mielfl.bro sobre la transferenciales e identificatorias nos devela un nudo.
coordinación es insistente, ocupa un lugar cen­ cuyos múltiples hilos son en este caso las transacciones
tral en el transcurso de la sesión y se sienta siem­ y 1 o las identificaciones que en este momento grupal se
pre frente a la coordinación.
95
40
MATRIZ BASICA
3 . Grupos inmóviles : ¿ •Qué determina el grado de
A inmovilidad en los grupos ?
4 . ¿ Qu é determina el grado de movilidado de plas­
ticidad de dicha matriz de identificaciones y
transferencias ?
5 . ¿ Qu é determina el grado de rigidización de la
matriz de identificaciones ?
e e e Todo esto se encuentra mtütiplemente atravesa­
do por las otras formaciones imaginarias grU­
8
pales. Res�r,ltante de tal atravesamiento, será la
promoción de la .creatividad y1 o repetición en los
G
grupos.
F
G
@ La iltr,sión grupal
Comencemos por definir la palabra ilusión. El dic­
e cionario dice : "Concepto o representación sin verdadera

1
realidad, sugerido por la imaginación o causado por en­
gaño de los sentidos. Quimera, sueño, ficción, desvarío,
delirio, esperanza, visión, espejismo".
Para Freud., una ilusión no es lo mismo que '!l'J?t error'
ni es necesa-riamente un error. Es una creenc�a eng_en-_-:
drada por el impulso a la satístacción de un deseo pres­
cindiendo de su relación con la realidad. El poder de una
ilusión, el secreto de st;t fuerza, no radic�ría �nto en la
fuerza colectiva real, como en la fuerza Ilusoria de _ t�l�s_
deseos. Freud habla de la ilusión religiosa, la ilusión ar­
e H tística i la científica. Más allá de sus diferencias, lo que
están dando. Es interesante señalar nuevamente todas ellas tendrían en C()lTI.Ú�, es $1Ue_ se hr:cen I!.�es:en.te,P..,
estas
dos líneas . de fuerzas (nudo�círculo ) que la etimol en todo tránsito de la impotencia a la omn�potencm. Una
ogía
de sus características más genuinas es tener su punto de
·

de la palabra conlleva, que reiteradamente aparec


e cuan­
do nos dirigimos a un grupo como unidad de anális :partida en los deseos humanos de los cuales derivan.
is.
Todo lo expuesto nos abre algunos interrogantes : Así, en el caso de la ilusión religiosa3 _ Freud señal�
con su origen el prec�dente infantil del temor .al _JJadr_e_
1 . ¿ Cu�l es el grado de "libertad" de un integrante _
y la necesidad de su protección amorosa frente a los 1!§­
que Ingrese a un grupo preformado ?- ( de qué
te­ ligros desconocidos. es decir el deseo de ser amparado
mas puede hablar, de cuáles no, si entra en com­
por un padre omnipotente. Este deseo dará lugar a 1�
- petencia adversa con el o los líderes del grupo si
construcción de representaciones religiosas que desempe­
lo que ese integrante aporta es aceptado o rech
a­ ñan, en el enfogue freudiano, las funciones paternas para
zado, etcétera) .
�1 individuo y_ la comunidad.
2 . Grupos creativos : ¿ Qu é determina el grado de . .
Siguiendo con la ilusión religiosa, _plantea as1m1smo
creatividad de un grup o ? _
-que las representaciones religiosas no encierran sólo reah-
42 96
43
. Genético : � situación de grupo provoca una regre­
,
reminiscencias histó­ sion de la posicion edi Ica al estadio . oral. Pero esto
zac:lones de dese os sino importantes
_

inici ales d� la_so.nstitución� no_ ag;ota o que sucede en un grupo y Anzieu apela a
ricas, alud iend o a las etapas
l de la nece sidaci del hombre W1nn1cot con el concepto de objeto transaccional y dice
..de la organización socia
la prep oteil.cia abru mad ora de la natu­ 9-ue en la ilu�ión grupal los participantes se dan un ob­
e defen erse e
ción frente a ellª. J eto transaccional común que es a la vez realidad exterior
raleza y a su sensación de - desprotec
n osa,. Y sustituto, o meior "simulacro Cle s eno". Recordemos
En cuanto a la función social d� la ilusió religi
ámbi to mora l, "como guar diana de los que para Anzieu el grupo es una boca (24) .
ésta corre spond e al
ial�s
1_p�r_3: la _:rep�es�ón i_n_st�ntiva Es _ así como pierüe, sin quererlo, la especificidad 1
mora les esenc
preceptos de lo grupal, en tanto un acontecimiento grupal es leído J - ��
_

creación de
que dará lugar a · ra. c ohesión social y a la
la cultura ( 23 ) .
desde parámetros váhdos para las estructuras Inconcien- f:W"
tes individuales..
::¡:
Anzieu
De este concepto freudiano de ilusió n parte
llama la "ilusi ón grupa l". Para En este sentido coincidimos con Bauleo (2·5) cuando
para abordar lo que él
n grupa l es �tn estado psíq�d co parti cu­ le pregunta a Anzieu : "¡, Y el grupo ?", dando cuenta -del
este autor la Ilusió
va tanto e?� los grupo s natur ales como borramiento de la grupalidad en el que transita dicho au­
lar que se obser
en frases tor. �es � a que disentimos con Anzieu en su análjsis.
lerapéutwo s o de formación y que se expre sa .. grupai rescatamos el haber señalado la exis-
s un Tnt�n qr?!- de la_ Ilusion
ta es como: ccEsta mos �en. junto s'', usomo
· --

tencia de este acontecimiento gr.una1.


=

po", . etcétera.
Agrega por su parte que todo intento de ex:Rlic
ª'cJólJ.. � ¿ ué entendemos nosotros por ilusión grupal ?

t\
ilusió n, debe hacer se desde �uatr o _ES aq��ello que un grupo d-ado cree que es, cree qu,e
psicoanalítica de la
a, dinám ica, econó mica y genét ica. puede real�zar, todo grupo necesita creer que es lo que_ \
-perspectivas : tópic desea ser, para poder lograr sus o b 'etivos sólo desde una )
de
Desde el punto de ·vista dinám;ic o_. toda situación_ :1 usion o en ra a �erza ne_c�s�ria para lograrlo��r�
d e er d ida del o. Exist e
grupo entraña una amenaza ·�!lfrentar sus adversidades, sostener sus creenc.i as, etGé.:
1ento . ;La Ilusió n grupa l trata ría de_
riesgo e espe azam
e

ando : t�­ t�ra..! A su vez esta ilusión creará las condiciones �ara
:ereservar esta unidad yoica . amenazada, afirn1

1:·,.
narci­ -!kgar a un "nosotros", d esarrollar una pertenencia or:-
- ;;.,_ . --- -
dos somo s idénticos. Instaura de esta manera un �anizar un código común.
llama do "es- '
s�smo grup�f que dota a los gruyos de __lo Dicha ilusión es lo que los integrantes del grupo ·

_píritu de cuerpo ". peran q�te este nt o realice así todo el con ·unto d
ptos
Económico : Para esta explicación apela a conce
·

fanta sma de des ­ vi a del g'rupo aparece co·mo modelado con caiáC.Mr eB=
_kleinianos . Todo grupo despi erta el
no. :!:ructurante por una ilusión g_rupal que habla de sus
trucción · mutua -de los niños·-heces en el vientre mater .deseos . No debe concebirse sólo como una temática un
s e elabo ran diver sas defen sas indiv idual es con­
Por esto .argu�ent?, como aquello que se dice, sino que comp� rta
senta
tra la angustia paranoide. La ilusió n grupal repre un dinamismo propio en virtud del cual dichas estructu­
una defensa colectiva frente a dicha angus tia.
ras intentan expresarse.
ona­
Tópica : La ilusió n grupal de:rp.uestr� el f_!Jn�i �xiste una estrecha relación entre las i1 usiones gru­
_en los m:-upo s, del yo ideal. Provi ene ae Ia sus­
,miento, pales y los mitos de un grupo. - A su vez estas· aos for­
o ideal comú n.
titución del Yo ideal de cad a uno or un Y ;maciones en Su conjU:UtO integran lo gu� denominamos
o, lo ha
acan, uniendo el Yo ideal al estadio del espej
\
·

1JrOvela UJ;VfJ-a�,. que da cuenta de la modalidad típica de


grupal
situado en el registro de lo imaginario . La ilusión las escenificaciones fantasmáticas que ese grupo ha cons­
que toma en grupo . al estadi o det _
es la forma particular · truido a lo largo de su historia.
espejo.
97 45
44
@ Mito grupal

Como ya afirmamos, los grupos no están dados, pro­


vienen de la serialidad y corren siempre el riesgo de caer
en ella. Es un todo por hacerse, una totalización en pro­
.� Se pasa de la serialidad al grupo, . de _ :yna, ��ióp
primera de individuos a una constitución y organización

Una ulterior cuestión con res


pecto. a �:: Ilusion
.
eno
f
a l!­
-
grupal, cuando produce sus formaciones imaginarias orttr
a 1 os pales. Estas determinarán los movimientos- grupalri.�
leo, en . 1 � t itado homologa la Ilusion ca­ presándose en los diferentes acontecimientos del gru.w. .
menos I eo���� � o . "solamente la ideología
de imaginario de _aparenci
cub re los
a! Y de La constitución de tales formaciones va dotando al grupo
er
q todo 'd.e cierta atmósfera de convivencia, de pacto, de secreto,
" �� �
que
�:�i' �: !�� st y de latente ue cre em os

\
de depositación de inquietudes, aparece el "nosotros", cier­
grupo pose e .
No uis iéramos entrar aquí en
, .
la polemlca que la te, - to código común, cierta identidad grupal (27) . Así se irá

Je
las ideologías ha suscita do.
í n s � Á�[��:��� constituyendo la historia de ese ru o. E�!§.to_:rifL_y�­
a es ar re ac1ona a con : :a el momento hfstórico olítico
mática
ertinente una puntua
_
cion , al resp ec t o. uanJ °
r
··
1 ue hace osible la a arición de un ru o de determina-
� efine la ideología como a qu�llo
que
os i �=��¿� Zo
i s �:�� �
te das características objetivos ; (fei morge:nto institucio-
real, está otorgando a _los f. en?men
r

na preciso en ue ese gru o se ha formadg, sea esta ins­


res propios de lo ima gin ario ( 26 ) ·
, titución real o imaginaria ; . y el tiem o de or anización
. os decir entonces que, tan
to las Ide ol?gias . co- del grupo como tal con su historia particular entremez-:._
.

Podem Imagina-
1 es, t•Ienen componentes .CI�do y entrecruzado por las historias individuales (le _ los
roo. las ilusiones grupa o hacer ;J� . ya1entes
�- .
e n miembros que lo co�I!011e11�
ero creemos que asimilar
fi�: !ió grup�l e idetología, no:> r
8 In
n
��%! 1� � ����� :�
' d 1 ;!1
6
8 _D entro de esta fantasmática grupa�� se .con�t.lt"l!YJª_lL
lo� mitos grupales ; siempre la historia mítica es histori�
tas producciones grupa1es. ��
� f.
.- ­

cos ,_ per o os � r�ce q de mítica de un origen.


tendrá compon ent es ideo lóg� �
a cier ra e . an � ISIS d e es Los mitos que un grupo construye acerca de su ori ­
cir ilusión gru pal ideo logi
de la Ilusion grupal .
==
gen, del por qué de su existencia, pero vividos por sus
pecificidad, de la particularidad
iones q11e un g_rupo pro­ integrantes como la historia real ; junto con la ilusión
Es indudable que en las ilus t grupal formarán lo que hemos dado- en llamar la novela, .··
ideo!óg!cas que,
duc e, circulan producciones
e1 grupo mismo or en P�� f:��if �
a grupal haciendo obviamente referenciaar=-término novela

son ás amprI s � m��e
_,

orico social. Pe ro esta�­ familiar acuñado por Freud. Podríamos decir que entre
n to hi st
en e erm1na .
ciÓnamiento en un _el mito y la ilusión hay una permanente relación recí­
ducciones ide�l?gicas Q,pues�as e efun " g ue infiUY.en a
: � s proca, por cuanto sin ánimo de recursos retóricos, diría­

,,
t i dea
· K!_upo no s?n solo un conJU
un grupo sino que son
cue;p ism � o del �o circu� mos que u� mito es siempre ilusorio y que toda ilusió:Q

en la transversahdaa Institu
_ ciona l

._,�vez ---
-'-ll
no so..]l.
a l e; y
so
..S.Ó
JQ
­
grupal tiene sti anclaj e en la historia mítica del grupo. .
De todos modos, podríamos decir que el mito está
\\
stali!an �n practicas gr
"ideas" sino _gue cri
ciales específicas.
�?r: to�o esto �:x:::::� � q u res tri ng i- inscripto necesariamente 'en el orifl_en novelailo d.e� Jzru
_=·=-.12.º X
ríamos nue stro anahSIS Sl nos
q . s en una equi-
·i · "
.mientras que la ilusión -aunque se nutre de este or�gl?� · · ·

re Ideologia e 1 usio n .
_.

novelado- tiene sie1npre un r!fterente prospec�f,_vp.


·valencia término a término ent
98
47
46
Tanto los mitos como las ilusiones grupales no son había suficientes almohadones empezó a teme
r quedarse
�!�� � �: ���E��&�;�
� !fr�:j� de���dd�d e sin un almohadón para sentarse ; por otro lado
se le hacía
r u ll necesario dejar de usar alguno para comp
artirlo con
1 samos que--estas formaciones _ _ s_q!!��g_:g§t!t�:t;}�-ª:�L.ii_� Jo ___ _ otros miembros. No podía ya usar para
sentarse tres
l grupal _ e imprimen neces::trial!!_�!!��!l:__ �E?.JJ2.���_Jft p:ro<}UG_:- almohadones como había venido haciendo hasta
el mo-
� iiviaaa o impr <Jductiy�da���--.taL gr��? 12��!��l�r�- 1nent o. Debi do a esto - llegaba muy temprano
para no
-� - -- --- -Asf-como-fanÜVela familia!� a!!al��IS 4_e por me�:o ,
.� - .

q:reda: exclu ido, o no venía. Esto fue incorpora


do a la
( podrá dar lugar a ot!a J1QVel�, Y. �o a la reconstruccion h1stor1a del grupo y cada vez que apar ece
un nuev o in­
/ objetÍva de la historia de un IndiVIdUO, pensamos que 1� terrogante ya no se hace mención a la histo
ria individual
/ le-ctura desde la coordinación o desde un observador e_x,­ que l e dio origen. El grupo todo aparece ahora
preocu­
) terno al grupo, que explicita tal mito de un grunºJ.._�od�ª' P3:do por la �antidad de almohadones disponible
s y co­
"¡ dar lugar a la _ emergen_ci?- _ de otro mit_o, tal vez mas efi:­ mienzan ,a Circular en el relato historia)
.Í ea�ara - el actual o futuro momento d�l grl!P9·
conocidas de
:n;iembros anteriores que ya no están, co�o también el
,. -- -El mito no es necesariamente .!!n._�sn_!!�m� _s!el _�?-___P. o _ tiempo de ca �� uno dentro del grupo, quién
. antecedió o
O sea . un problema, po:r lo tanto no es Im:pre�Cindll:�l�-­ precedio, a quien, etc. Es decir que ante cada
nuevo in­
SU "inter.QE.et�ción ". :Esu;. se hará tal _vez necesaria cuan- tegrante que llega se desencadena el mito del
origen gru­
:,
do las -produccio nes míticas obstaculicen de u?a u o�!_ª--- __ pal en un relato que pese a sus múltiples
variaciones es
manera el devenir grupJ!.L_ ;: siempre fiel a sí mismo.
Por lo tanto definimos los mitos _grupales como aqu,�- . Siempre fiel a sí mismo, pero en la repetición
ha
as producciones imaginarias que . conzorman �h_m_t¡. n.2- perd ido autorías individuales, colectivizándo

11l-l
se. -
.nário grupal, dando cuenta de la '!�E!?r�--fi:..��- ?!!J!__f!_'Y!__ � a:'!!-
___ __ Así, �ntonces, <?Omo un colectivo creado 12Q_r:_
gJ___ df?J1:::_
tasmáUco de un grupo; apoyiidiiS f}n_tC!:_!f:_'t_!!__ �· f!!"· :C!_. '!f?.O:� Y
__ �re c�z�mt�nto fantasmático sopo
rtado p
or el fuego de
__

- .- .
entrecruzadas a su vez c_o n la jlu�f:.§.n [J.'J':I!-1!/!· :}· t
J;dent tcactones de las ersonas en él invo lucradas. De
- - Los mitos son siempre relatos ; se refieren a la �a- esta manera se organiza un campo
imag
rración de un origen ; 1a eficacia simbólica del mito lo _ 1:e�orta o d�l lenaua ·e constituirá el inari

o en e l cual
.opera siempre en virtud de su l"epetición (28) . 11utt1,a la tdenttdad qrwiJ..a.(__
códig_g gj¡�_ -Rf?T�
� 1
__

. •

Decíamos que la constitución _de esta e�tructura Ima­


ginaria va dotando al grupo de cierta atffi:osf�:a de c?n­ @ [A institución c omo disparador
vivencia, de pacto, de secreto, de deposlta�Ion d � _In­ d(3l i�[Lt"nario gry¿J?al -- ·

quietudes, aparece el "nosotros", los . une cierto codi_go �emos planteado reiteradamente que los grupos no
común. Las historias individuales se Incorporan al m1to son wla�. Con este planteo nos diferenciamos de
grupal y se "socializan" en el �e}ato. Por otra parte, el .
llas corrie�te� q_ue cIrcu aque­
nscriben la reflexión sobre lo gru­
. relato del origen circula repetitivamente, :pero al repe­ _
pal � la d1nannca Interna de los movimie
tirse nunca se repiten igual ; cada vez que �1rcula �o hace considerando al grupo como un fenómen
ntos grupales,
... con alguna modificación, aunque permaneciendo siempre o en sí mismo .
_Pensamos, �ás bien , que ,en tanto todo grup
fiel ·a sí mismo. o funcio­
�a �nm�rso en Inscripciones- institucion
ales, sean éstas
Quisiéramos dar un ejemplo de esto últim? :. :n uri I�stituciones reales o imaginarias, la
dimensión institu­
grupo terapéutico de diez miembros que en el Inicio del _cional constitu e al decir d e La
assa - e lo- . im . em<ido
tratamiento eran seis, uno de los integrantes, cuando em­ el neqativq? lo inv.is ible:L_s�¿ ccinc
o1tcie �� genera por lo
pezaron a integrarse los otros miembros, a pesar de que tanto, efectos desd e la Iaten�i� gru
pal � .
48 99
49
Pero debemos aclarar que _d icha inscripción la p�n� el gru po y la ins�it uci ón
_
samos desde un doble movimiento : el grup? se tnscrrtbe Un grupo pue de tender
*.
_aceptar trans· redtr o tras orm ar las reglas esti uladaas
.

en un sistema ins·titucional dado, de la mtSma manera en ontrato. Que un grupo opte,


q�te la ins·titución sólo vive en los grupos human_(}B _ qu� conc1e_nt.!L=O incon­
�ientemente por alguna de "est
la constituven. El coordinador, junto con las normas fo_r­ as opciones d.§J2enderá d�
la red identificatoria-transfe
males explicitadas para la organi�ación �el ��up_o, seran ren�ial que con el coo rdina
dor Y _ la institución se ha _ �
los elementos que indicarán el sistema Instit-UCional en . esta blec ido. ----·

G I{aminsky ( 31 ) plantea que


el que un grupo se inscrib,e. ; _, . ..
positivo por el cua l una rel �1 contrato es el dis­
Veamos un poco esto. ¿ Como opera efectos la tnstz­ ación pri vad a se tamiza �con
. _

las convenGione.s_1¿úblicas
tución en un grupo? EJ _coordinaqpr,wli S?!- (.qr7na de co-. ..
aqu �lla soc ied ad que asp ira y___yi�g_y�_r§�Dice.tamb1én q.üe
(n·dinación -aue no es sólo es.:t!l2Jl�n�q al s�no gue_gebe a regularse a sí misma por
, me dio de contratos sup one
ser acorde a los obJetiVOS implícitos Y . �X hclto d la asu nci ón práctica del libe
­
rali smo . La socied ad libe ral
l a instituc1on como el ru o en cuestlon-, m , o -
senal contractual pob lad o
repres enta un inmenso ar
­
m orma es ex ICl a as ara SU ClO aY?-_!_ l]:tO: \1- _ ___ _
b�rna do por la ley de la ofe
de partes intervinientes y go­
gar,_ hora� _9-uraci ón, recuencia, etc. ) son los 1n�1c�dc:res rta y la demanda. Hace pro
_ . PIO el planteo de Castel (32 ) ­
del sistema institucional en que ese _gr��?����---!._ �§�E��-· lación analítica opera en esa
quien sostiene que la re­
íi!_ªtituyeJ1..,_I?o:r _lQ__ tant���_Io q��- corres�e _ � _:gQ·-�º!1.".��-:­ ilusión donde se encubren
_ __
las red es institucionales que
ponde en ese grupo,: la for mu lan .
Pero la estructura contractu
al no es un marco, como
·

odr íam os ensar sin o una ma


a) triz rod ucto:ra-ae€fectos­
1/...<!:�!3:-�r;�?-!!:.��� :Qsicoanalític os : "El afecto
mismo -- se- contractualiza. "
E stas tienen u-na operatividad evidente por cuanto P ensa mo s que est e planteO
pue de ser extensivo a los
permiten a un grupo organizarse, pero no es a este nivel _ ?Tupo� . En virtud del contrato se P.ro duc e
Ilu sor io por el cua l se imagin un Len_ó.n.1.e.ru:L.
de eficacia al que nos referimos aquí. lpn este p �n�o �?� 4ª __ rr_l!_§.�
i
._

estamos refiriendo a las normas en_ _tant? su expl'Lct�!!_��� 'J!


�roducen permanentemente efE?CtQ§_I_�hcltos _ . de sd g_��1
� -::-.
-� Las per son as son libr es y
tualmente ;
se asocian contrac­
tencia tanto de inscripcione_§_ _ id_�gJ§_�_2�.§0�.-JE��feJ:"�I1Cl�lel'�
.
�=;.;::.:;.;;;.;
I:·denti ficatorias
.@ E l contrato es sól o un ma rco
de normas -para po-
,.;;;.o;
;;.;;.;; ;;.
�� ' trasgresoras,
-::-�
- -------:;--: -
etcétera_. der funcionar ;
Así por ejemplo, las regla� �e reun1on, e1 t·Ip� d� coor q� : €j
- -
• '

Se ignora su carácter de ma
q --�

dinación, el alcance de los ob.J e!r�os van a cons�Itu1�. en triz productora de


. _
efectos inconcientes en el gru
tre otras cosas, referentes 1deologicos que consohdar_an �o s po.
emblemas grupales (propios de ese g:rupo) g�e .§_1;_j;ne:n,
tienen una inscripción en lo dicho, en lo maJ?-If��to_, . al
__
$ Por _ejemplo, en nuestro
? que pa�ar tan to l s tratam me dio es consenso que hay
? ientos com o los gru pos de
.
_ ¿ formac1on por que SI no se altera o pervie
__

operar muy fuertemente desde la latencia multiplican su�_ rte el acto ana-
efectqs. * Aquellos gru os, ya
sea n _ de estu dio, tera
vos, etc., que �se rea p péutico s, recreati­
liZan en el marco
b) f!.],Jtg,rJ-&.
t:f;C!J contrato es efectua do, _
de la actividad priv
ada, el
. d1reetamen te, 1por el coo
grupo. En este ·cas rdin ado r de dicho
o, la coor din ació
Estas normas suelen especificarse en un con�rato. ?r ?-TI �d � � í:E n actú a en un doble sentido :
Este condensa en él, las . _fQ.rmas que un grupo adopta R1nst1tucwn
�spe c icamente c<>mo coo rdi nac ión
y por otro como
Imponiendo nor mas
rvad�, ya que en gen que tras-c iend en la acti
para su funcionamiento. · Se estipula generalmente entre com par tido s por qui
eral están imb uida vidad pri­
s de ciertos usos soci
enes rea liza n dich a ales
activi da d.
100
50
51
f lítico o el acto d e aprendizaj e, naturalizando así relacio­
Que el coordi nador esté descentrado, ¿ lo corre
s nes de índole económica (fetichis mo) . un lugar de poder ?
de
Por ·otra parte, se nos ocurre pensar que los trata-
¿ Que un grup o funcione por auto gestión elimina de
mientos psicoterap éuticos que se han realizado en fami­
su seno la problemática del poder ?
liares de desaparecidos, por ejemplo, abren una serie de
interrogantes a nuestras verdades establecidas en lo que
respecta al encuadre o contrato de trabaj o en psicotera­ d) Intercambio simbólico
� �-
pias t2-nto individuale s como $Tupales, sean psicoanalíti-
· Las _ci::s,es soc!ales se han definido clásica mente por
1 cas o no. Así, por ej emplo, el pago de honorario s, el lu­
la filiación política-ideoló­ �a apropiacion desigual de los bienes n1ateriales, pero de
gar de la sesión, el ignorar ­

� etc., siempre postulados incuestiona- bemos plante�r que se hace necesa rio, para salvar cierto
gica del analista, .
sesgo_ economicista, que no sólo se definen __n_or esto sino
blemente e�m o condición de . pos�bilidad del análisis, que­ ... P�! _�a a�rop
dan a partir de esta experiencia enmarcados dentro de m.ll}_b_�e:n iación desigual . de los hfenes--sfmbÓ:
hcos (culturalesl_ (39 ) . Decimos que eñ fo·8�gru-f>O_s _ --se
un profurrdo signo de interrogación. ___

prod:uc�n, e11t!e _ �tras cosas, intercambios simbólicos · es


a_ trave s_ de un anális1L���CQ!P-O s� J2r_odu�ei1 di�hos' J.TI.:
e) [d:.fl.9r¿r:ji!!J4PJP� __

tercambiOS g_u� _:QOdrí� :Qrodu_cirse una - ape-rturaen . la


_

La forma de coordinación de un g::r.g:2Q..J!et_gri1linª ª-9 <!�1nP:�e_nsión de !as !elaciones de poder�-en tós�gruiJós.


e)e'!c;c�o -�e _ �a _v�-��encf;a .��mbólica, etc. F}sto, ..Q�b:Pi,am.e11�del

depen-derá tanto del estilo personal del coordinador_c.o�-­ te�-


ino de la actividad que ese grupo tenga Qlle._de.s_arr_ollar, !?..?..!!:_U!!._ n_!!!_�"!: l
!!: !!nc�o teor'WO, sínton�"a de]g �_$'C.irkdido e
a n emen��----v��P§�:�:-�O.§·�:����fj��!J}a . - p r:_o__
___ _

�ori'lo de los objetivos hnplícitos y explícitos de la in�ti.:_


·· · · �'
qr¿¿_� . .�!� rw
_ __ __ _
__ . _ _ _

tución. Así, no tendrá la misma coordinación un grupo


de aprendizaj e, un grupo psicoterapéutico, un grupo po- C. Consid eracio nes fi nales . Grupo -Instit ución
lítico, un grupo recreativo, etc.
En la forma de coordinacióp. QE?_ ll:��l1Pº"_J!º"<Jgm.Qª
_
_
. . �a . sido n��stro___m:-opóstt._q_j;Q.scrt1.?1r_JQ_ g:r11Pal en lo �
:Qlant�r dos ni vetes d�-- ��i����l� : � nst�tu cional s�n perd:r lo específi�o de _ lª-2":rii:PaHdad. . · J
l . f!Jficacia explícita : esto es, que la forma de co­ 0ostene:r:, asimi. smo, dicha
. grupalidad sin hacer de los J
ordinación sea adecuada o no para llevar a cabo g;up ?s I�las . . En este sentido, creem os que la corriente
el objeti..YQ propuesto. I�stituc_Ion�hst�" m u e s t r a corre ctamente el atrav
esa--
2. Eficacia impl'ícita : esto es, que la forma de co­ - W.Iento Inst:tucional . -�n _ �l_ - )l_e ·J(>�,_Z�!l.I�!<!§ ª�=-"Inscribe
_ _ � n, .
oi.. dinación adoptada disnare efectos en el jma- :u.�ro subes tima el �na�1s1s _qe_ la vidª ,;g§. lo_�-=cg!:!!R9.ª- ��n:_
. _
l
ginario grupal de :
·
_el seno de las Inst�� uc.�o��_s_. _ Por nuestl_'"a :_ parte preferi­
a ) fenómenos de transferenc ia con la coordina- �os resca�ar_ "?TI�.. 1'Utlect�ca en donde el !JIJ:lpO es habla
-n .,..
ción ;
b) efectos en mitos e ilusiones del grupo ;
e ) efectos de emblemas i deológic;os.
��iqº¡e � �� ���H��!�� ;�
t
.Imagina:IaS ) , l. que Institución podr á se:r n aquel

lá·--que"}io�
o U
�iir:s v_;: �
sea hah�tada po� grupos antagónico s, perri
Algunos interrogantes que se nos plantean en este ianeiltem
e-:ñle ··
en conflicto, nacie ndo a su ez a redes solidarias,
punto : _v _ en · per­
mal!-ente lucha J20r conquistar posiciones -liegem
Por ej emplo, ¿ cuál es la relación entre el lugar de =ófiicas­
�a::land? ent::� los _ .caminos de la buroc:ratizacióri,
la verdad y el lugar del coordinador ? repe�
ticion, disolu c1on� crea�ión y nacimiento . q�J2��ti,!i_ev2_
I·'-
52 101
53
En nuestro intento de repensar Jo grupal n os resu'b. Bibliografía citada
tan Sfem re de gran utilidad los a ortes del análisis ins­
. itucional. Pero esta corriente cuando efectúa su análi­
sis critico "de los grupos se encuentra polemizando con
-una de sus vertientes : aquella que se ha desarrollado
dentro de la microsociología empresarial (particularmen­
te en Estádos Unidos y F'rancia ) . Por otra parte, nos

¡
parece evidente en ellos la influencia en este tema de
los ya clásicos trabaj os de Pontalis .
.Parecerían estos autores desconocer la corriente gru-
_palista latinoamericana y su producción teórica eu u n a_
. rzealidad institucional y sociopolítica muy diferente a � 1. Vezzetti H;;go, Situación actual del psicoan
to de V sta , ano


álisis. Rev. "Pun­
_
,�uropea y norteamericana.
_
VI, N<?
19, Buenos Aires, diciembre 1 983.
2. �
·

Guatt� ri,
Creemos que aguí también debemos operar con un , éli� La transversalidad, en "Psicoanálisis y trans­
versahdad , Siglo XXI, Bueno s Aires,
1976.
doble movimiento, aquel que permita inc.or.p_ar_ar__los _apor- .3. Anzieu D., L_a dinámica de los grupos
pequeños. Ed. Kapelusz.
tes innovadores de tal�s latitudes, pero a su vez repen­
Ed La Piqueta'
4. F ouc�ult, M1chael, La microfísica
del poder
sándolos desde y para -nuestra realidad. De lo contr�ri9,
· ·
Madr1d, 1976. ·

r estaríamos abordando el campo de problemáticas er.Llª­ :5. Pavlo�sky, E duard o, Lo famtasmátic


o social y lo imaginario
ilusión de la ne:utra!!_·_<!ª-ª- -º�- lo��onceptos._ �;�P�9 ;n "Lo grupal"; pág. 41, Ed. Búsqu eda, Bueno s Ai-

u. F��ández, AI:a Ma ía, C�ases teóric


.En ,W. historia del movimiento grupalista argenti nQ2
8
por ej emplo desde Pichón Riviere -con su "mítica'' inter­ ;.- as. Carrera de Psicología
ca e ra de Psicologia Social, U.N.B .A., '
vención en el Hospicio de las Mercedes- en adelante, el
19.84.
� ur
- ·7. De Brasi, Juan . Carlos, Grupos de formación. Clase dada en
desarrollo de lo gru al estuvo, generalmente, ins<;rint.o el .c s o de Psicodrama Psico anaHt
ico. Coord. Dr. E:. iPav
en la aposi,ción +eóri co -institucjonaCal orden pswuiáiai:_ _

lovsky, Buen os Aires , 1984.
_

e o, como asimismo en un intento asistencial d · · · la '8. aidón, Osvaldo, Propuestas para un an


álisis institucional de
os grupos, en "Lo grupal", E d. Búsqu
mayoría d e as veces oblación eda, Buenos Aires, 1 9 83 .
.9. Lap �ssade, George, Grup os,
organizaciones e instituciones Ed
Ge dISa, .B arce1ona, 19·77. · ·

10. Sartre J. P., Crític a de la razón dialéc


es europeos ep. su desprotección sanitaria y educacional. ! tica. Ed Losad a, Bue-

!_
·
nos Aues, 19·6 3.
En lo que a ellos respecta, sus producciones teóri­ 11. a�!eo, Arman ?' Psicología social y
� grup os, en "Gontrainsti­
cas, de innegable valor, fueron en su gran mayoría pro­ Cion Y grupos . Ed. Fundamentos
' 1 977 .
ducidas en el clima antiinstitucional del mayo francés 12. �
De B rasI, J �n earios, Algunas consid
.
� eraciones sobre la vio
·

� �dentü}ad como emblema de poder, e


_
l nc�a s�m b o �e� Y
y sus posteriores estribaciones. , rupo
n
la
operativo y psiColog a social", Ar.ma �
En nuestro caso, en los últimos años las institucio­ ! ndo B auleo' com-


:l:"I a d or. E d. Imago, Montevide o, 1 979.
nes hospitalarias educacionales excluyeron las activida­ 13. Said n, <? svald o, . O grupo opera tivo· de
Pichón Riviere en "Gru
des grupales por el alto nivel de sospecha que levantaban.
Hoy, si bien es imprescindible para lo grupal la lectura
p �s, eoria Y técnica", de G. Barem
RIO de J aneiro, .
'
blit y otros. E d Ibrappsi-
1983. ·
'
;�.
__ _

�e lo institucional, somos coneientes de que ésta d�Q�!:ª_xea­


14 u-rupo o bJ e to Y grupo sujet o en
Guattari, F e'l"IX, rt�. •
·


Y tra�s� rsalid ad ", Siglo XXI,
·
"Psic oanáli-
:
i�lh
lizarse en el camino de la reconstrucción de las institu­ ,
Buenos Air�s, 197.3.
15· on RIV1ere, Enriq ' D_ el psicoanálisis
ciones sobre las que pensan1os y en las gue-trabai�im.Qs�_ c . Tomos I Y II, Editor:U� a la psico logía so­
ial Gelerna, Bueno s Aires, 1 971.
102
54
55
16. .Saidón, Osvaldo, O grupo operrativo d� Pichón Riviere, e n "G�­ ACERCA DE LOS G R U POS H U MANOS
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Río de Ja.neiro, 198'3. ,
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18. Moreno, J. C., Psieodra;�¡¡� E d. Hormé, Buenos Aires, 1978.
1'9.Del :Gueto Ana María, La identificación. Ficha de circula­
ción inter�a, ,carrera de P•sicología - cátedra de Psicología so-
cial, U.N.B.A., 1984. ,
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(189·5) ,
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1909) , ALEJANDRO SCHERZER
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"Obras 1Goinpletás", Biblioteca Nueva, III Tomos, Madnd. Esta comunicación parte de una revisión crítica ( au- :
2:3. Freud S. El Moisés y la religión 1nonoteísta, Psico log·ía de las tocrítica, comentarios y reflexiones de otros colegas ) ·1 al
'
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Nueva, ITI Tomos, Madrid.
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24. Anzieu, D., El gru.po y el incmwiente. Ed. Biblioteca Nueva,
Madrid, 1978.
2·5. Bauleo, Armando, Notas para la conceptuaUzación sobre gru.­ La importancia que éste tuvo para mí fue que pre­
pos, en "Contrainstitución y grupos", Ed. Fundan�ntos, Ma­ tendía mostrar ( me ) un momento de cambio, de pasaj e
drid, 1977. de un tipo d e teorización a otro. Fue como el testimonio
26. de Ipola, Emilio, Ideo logía y distn�rso populista. E.d . Folios, de una evolución que pasaba por una determinada prác­
M&xico, 1HS3. tica clínica ( con grupos de diversas tareas, institucio­
Bauleo, Armando, Psicología social y gr.upo, en "Contrainsti­
27.
tueión y gr.uipos " , E d. Fund�.mootos, Madrid, 1<9 77. nalizados o no ) , por una relación con la teoría y con
Levy Str-a·us s, C ., Antropología est,ructu,ral. E'd. Eudeba,
una forma de producir verdad.
28. Bue­
nos Aires, 1971. El citado trabajo resultó ser, sobre todo, un esque­
.29. .Bauleo, Armando, Sujeto-institución : una r elación imposible,. ma-señal para un ordenamiento que guiara la reflexión
en "Lo grupal", Eid. Búsqueda, Buenos Aires, 19'83. (le los distintos criterios para ubicar los diferentes "to­
ao. · Hauleó, Armando, Psico logía so cial y grupos1 en "Contrainstitu­ pos" (lugares ) grupales. Pudo connotar una yuxtaposi­
ción y grupos", E d. Fundamentos,
·

1977. ción entre un afán por comprender con el �fán por cla­
31. Karrninsky Greo-orio, D el contra to social al contrato p·sicoanalí­ sificar.
tico, en " La p �opuesta grupal", Ed. Folios, México, 1983. En el intento de sistematizar y delimitar hechos y
32. Castel, R . , E l psicoanalismo, e l orden psicoanalítico y el poder.
S iglo XXI, México, 1980. nociones en este caótico y ab i g arra d o campo teórico­
B ourdieu, !Pierre, Capital Symb o lique et classes sociales. "Re­
práctico, impulsando y absorbiendo un proceso de refor­
313. mulación d e todo aquello que heredamos o fuimos esbo­
veu l'Arc" N9 París,
72, 19'7 8.
zando con dificultades, postergué definir los términos y

1 E,stán presentes aquí Armando Bauleo, Marta de Brasi,


Juan C. de Brasi, Gregario Baremblitt, Ana Fennánde� Gregario
Kaminsky, etcétera.
2 Publicado en "L.a propuesta grupal" .
103
56 57
104
Capítulo VH
Cada escena, lo mismo que su secuencia, más allá de sus componentes expresi·
vos, comunicativos, es generadora de· múltiples sentidos. Por otra parte es imposible leer
dicho sentido exclusivamente desde la coordinación; !os comentarios grupales posterio ·
res, en su dimensión de lo dicho y lo no dicho, hacen posible acceder a algunas de las
EL NUDO GRUPAL
líneas de sentido operantes. Nunca, por Jo tanto, se está en presencia de un sólo sentido
que pueda funcionar como cierre, dando cuenta de lo multiplicado. Aparecen múltiples
sentidos y aun así, se "sabe" que lo acontecido en una situación grupal es mucho mas

Fernandez - El campo que aquello de lo que se puede dar cuenta; al igual que e l ombligo del sueño freudiano
en un grupo siempre hay un plus del acontecer, que escapa a su inteligibilidad, rarezag,
sinsentidos que sorprenden, interrogan y desdicen las racionalidades construidas.
Insisten algunos interrogantes, así por ejemplo, ¿son los organizadores fantasmá·
grupal. címientos grupales? Si se intenta desmarcar la forma de indagación de una lógica de
ticos quienes tienen la capacidad de determinar ("organizar'') el conjunto de los aconte­

objeto discreto, se tiende a pensar en el atravesamiento de diferentes organizadores; el


criterio de operar con una sola línea de organizadores, o jerarquizarlos en fonna es1able.
se vuelve restrictivo para pensar lo grupaL Esto, sin duda, no debe excluir que en deter­
A. Lo grupal como campo de problemáticas minados momentos grupales se vuelven más significativos unos organizadores que
otros; por otra parte, el resaltar la singularidad del acontecimiento no implica pensar ést?.

de lo grupal hacia lógicas pluratistas que legitiman epistemol6gicamente atravesamien�


por fuera de las legalidades. Más bien se plantea la necesidad de abrir ef pensamiento
La cuestión de !os organizadores grupales ha remitido a un tópico altamente complejo;
asL por ejemplo, se vio en e! capítulo anterior cómo los dispositivos grupales psicoanali­ tos disciplinarios. 148
ticos abrieron visibilidad con respecto a los organizadores fantasmáticos de los grupos;
pero !a dificultad se presenta cuando surge la necesidad de poner en juego organizado­ Puede observarse que en cualquier grupo humano se producen movimieníos muy
res socio-culturales, tratando de articularlos con !os anteriores; si bien la categoría de diversos: resonancias fantasmáticas, procesos identificatorios y transferenciales, inten­
intermediario puede ofrecer algún instrumento de indagación, pareciera ser que la cues­ sos sentimientos de amor-odio en todos sus matices, juegos de roles {chivos emisarios,
tión de !os organizadores grupales se encuentra mucho más "anudada". líderes, etc-); se construyen producciones lingüísticas que disparan mú!tip!es inscripcio­
nes de sentido; se generan apropiaciones de sentido en diferentes grados de víolend<�
Muchos de los esbozos conceptuales que se ofrecen en este punto con respecto simbólica; se instituyen mitos, ilusiones y utopías; sus reglas de funcionamiento organi­
a los anudamientos�desanudamientos grupales han sido generados a partir del trabajo
nal y dan foi1Tla a sus contratos; se ponen en acción juegos de poder, jerarquías y apro­
zan redes de significaciones imaginarias que inscriben a! grupo en su posición institucio­
en psicodrama psicoanalítico; particularmente ha resultado muy productiva !a investiga�
ción146 y aplicación clínica y docente de la técnica de multiplicación dramática.147 Mon­
ganizaciona!? ¿ Cualquier organizador que tomáramos como fundante no pondría la in­
piaciones materiales. ¿Puede pensarse que todo esto es producto de una sola fínea or­
tada como la boratorio, dicha técnica a través d e la multiplicación de escenas ha hecho
visible que tanto en cada una de las escenas de una multiplicación, como en su secuen­ :i
dagación en el camino de la extensión indebida, es decir de la extraterrito alidad?
cia, operan simultáneamente inscripciones muy diversas de referentes deseantes, grupa­
les, institucionales y sociopolíticos; lo mismo sucede en los momentos discursivos del

haga "nudo", y si no se confunde el sujeto con el "autonomus ego", ¿qué otros organiza­
trabajo (tomando, claro está, tanto la dimensión de lo dicho como de lo no dicho del dis­ Si los organizadores fantasmáticos son aquellos que hacen posible que el sujeto

dores hacen posible que los integrantes hagan "nudo" ? ¿ Cómo operan fas variables
curso). Tales inscripciones se producen simultáneamente, no son homologables, pero
tienen en común que todas escapan al registro consciente de los integrantes.
instítucionales para transformarse en organizadores grupales?
146 Grupo Convergencia, "Juego de roles y registro íílmico. Un instrumento interactivo para la En e! intento de salvar el riesgo del reduccionismo es que se enunciaba lineas
fUnnación de psicólogos y psiquiatras", Congreso de Medios no Convencíonales de Enseñanza, arriba que las producciones grupales se realizan a través de la imbricación caleidoscóoi··
Buenos Aires. 1983.

"A puntes sobre multiplicación dramática", en Lo gmpa1 2, Búsqueda, Buenos Aires; 1985, Pa­
147 Para amparar nocíones de !a técnica de Multiplicación Dramática, véanse Smolovich, R.

vlovsky, E., nLa obra abierta de Umberto Eco y la multiplicación dramática", en Lo Grupal 5, 148 Es elocuente al respecto el enfoque epistémico-metodológico adoptado por algunas de la�,
investigaciones en ''Historia de las Mentalidades". Véase: Vcyne, P. Hacer la Historia, f-<Wl. Bar­
psicoterapia de grupos", en Lo grupal 3, Btisqueda, Buenos Aires, 1 986.
Bú:>queda. Buenos A ires, 1987. Albizuri de Garcia, Oiga. "Contribuciones del psicodrama a !a
celona, 1985.

105
ca de sus organizadores; a partir de allí es que se orienta la indagación hacia la necesi­ campo grupal desde una sola disciplina, poni�ndo las diferentes ciencias en interrela­
dad de abordajes transdisciplinarios para !a teorización de lo grupa!. ción, no cuestionan a las ciencias positivas en la territoriaHzación de sus saberes.
Un criterio transdisciplinan·o supone replantear varias cuestiones. En primer lugar, Los criterios transdiscip!inarios se sustentan, justamente, a partir de una elucida­
un trabajo de elucídación crítica sobre Jos cuerpos teóricos involucrados, que desdibuje ción crítica de este tipo de localizaciones, buscando nuevas formas de articular Jo uno y
una iniención legltimante de lo que ya se sabe para poder desplegar la 'I nterrogación de !o múltiple. En su propuesta de contactos locales y no globales !oca!lzan un "thema" en
hasta dónde sería posible pensar de otro modo. Implica asimismo el abandono de cuer­ su singularidad problemática y éste es atravesado por diferentes saberes disciplinarios;
pos nacionales hegemónicos de disciplinas "reinas" a cuyos postulados, códigos y orden sin embargo no pretenden unificarlos en una unidad globalizante. Por lo tanto, más que
de determinaciones se subordinan disciplinas sale/izadas; sobre estos presupuestos se una búsqueda de universales, indaga matrices generativas, problemas en relación a los
crean las condiciones para la articulación de contactos locales y no globales entre dife­ cuales los atravesamientos disciplinarios puedan dar cuenta de las múltiples implicancias
rentes territorios disciplinarios, como así también que aquellos saberes que las discipli­ del tema en cuestión. Esto hace posible elucidar tanto las convergencias como las diver­
nas hegemónicas habían satelizado, recobren su potencialidad de articulaciones mu!tiva­ gencias disciplinarias en relación al mismo.
lentes con otros saberes afines.
Este movimiento que propone el atravesamiento de diferentes áreas de saberes, a
De esta forma los cuerpos teóricos funcionan como "cajas de herramíentas"149 es partir de "themas" a elucidar, sostiene varias y complejas implicancias, En primer lugar,
decir, aportan instrumentos y no sistemas conceptuales; instrumentos teóricos que inclu­ cuando cierta región de una disciplina se transversa!íza con otros saberes, pone en crisis
yen en su reflexión una dimensión histórica de las situaciones que analizan; herramienta muchas de sus zonas de máxima evidencia. En segundo lugar, exige !a constitución de
que junto a otras herramientas se produce para ser probada en el criterio de su universo, redes de epistemología crítica abocadas a la elaboración de aquellos criterios epistémi­
en conexiones múltiples, locales y plurales con otros quehaceres teóricos. Se hace clara cos que en su rigurosidad hagan posible evitar cualquier tipo de patch-works teóricos. En
entonces la diferencia con producciones teóricas que se transforman en concepciones tercer lugar, y ya en el plano de las prácticas, vuelve necesaria otra forma de constitu­
del mundo, que se autolegitiman en el interior de su universo teórico institucional y que ción de Jos equipos de trabajo; si no hay disciplinas "reinas" tampoco habrá profesiones
por lo mismo exigen que toda conexión con ellas implique instancias de subordinación a hegemónicas, Este pluralismo no es sencillo de lograr.
la globa!!dad de su cuerpo teórico.
Por lo antedicho, junto a esta fonna de utllización de las producciones teóricas
En función de lo aquí esbozado es que se ha propuesto pensar Jos grupos, más
como cajas de herramientas, un enfoque transdiscip!inario presupone un desdisciplinar
como campos de problemáticas que como campos intermediarios entre lo individual y Jo
/as disciplínas de objeto discreto y seguramente en el plano del actuar, cierto desdibuja­ social152 o como eventuales objetos teóricos; en ese sentido es que se !os enuncia co­
miento de los perfiles de profesíonalización, por lo menos en aquellos más rigidízados.
mo "nudos teóricos", aludiendo al des-discipHnamiento disciplinario que se vuelve nece­
Aquí es pertinente distinguirlos criterios epistemológicos transdísciplinaríos de la sario instrumentar para su conceptualización. De tal manera, una eventual teoría de los
"epistemología convergente" de Pichon Riviére. Ambos intentan dar respuesta a proble­ grupos tendrá que bascular permanentemente, en un doble movimiento, investigando en
mátícas que resistan ser reducidas a un solo campo disciplinario, pero los caminos ele­ la especificidad de Jo que en un grupo acontece y trabajando -al mismo tiempo- el en­
gidos son diferentes. La "epistemología convergente" aspira a que en tal convergencia tramado de tal especificidad en inscripciones más abarcativas.
todas las Ciencias del Hombre funcionen como una unidad operacional y aporten ele­
En cada acontecimiento grupal operan todas las inscripciones transversalmente;
mentos para la construcción de los esquemas referenciales del campo grupal.150 Una
obviamente, no todas se vuelven evidentes pero siempre están ahí, altamente eficaces,
epistemología que haga posible una "Teoría del Hombre Entero (entero incluso en su
altamente productivas. La noción de atravesamiento se ofrece como una herramienta
escisión constituyente)".151
válida en e! desdibujamiento de los grupos islas, como también para repensar lo singular
Como puede observarse esta opción epistémica se sustenta en una noción de y lo colectivo por fuera de l a tradicional antinomia individuo-sociedad. Al pensar los gru­
Hombre muy característica de los paradigmas humanísticos vigentes en los años 60; en pos en el atravesamiento de sus múltiples inscripciones se crean !as condiciones de po­
la ilusión de lo Uno, donde en su convergencia las diferentes disciplinas pudieran con­ sibilidad e incluirlos en campos de análisis más abarcativos. Este criterio permite trabajar
formar un discurso totaHzador. Donde si bien evitan el reduccionismo de dar cuenta del el desdibujamiento del grupo-isla ya que necesariamente remite al anclaje institucional
de los grupos. A! mismo tiempo, contribuye a desmarcar la antinomia individuo-sociedad
en tanto implica significantes sociales operando, no como efecto de influencia sobre el
individuo, sino como fundantes del sujeto.

I SOPichon Riviérc, E., "Estructura de una escuela destinada ata formación de psicólogos sociales"
149Foucauit, M. La microfisica del Poder, La Piqueta, Madrid. 1 982.

1 5 1 f3oholavsky, R. "Grupos: propuestas para una Teoría", Rev. Argentina de Psicología, n° 22,
(! 969), en El Proceso Grupa!, Nueva Visión, Buenos Aires, 1978.

13uenus Aires, l 977. 152 Véase capítulo Il.


106
B. Un número numerable de personas (cuerpos discernibles) rios154 poniendo de manifiesto la relación entre resonancia fantasmática e identificación
¿Con qué, con quién, cómo, se produce un enlace identificatorio? En primer lugar, la
pregunta no es con quién, sino con qué, el quién, personaje sostenido por algtin inte­
Como es sabido la ldentificacipn en su doble dimensión constitutiva es -a la vez� base grante del grupo abre el con qué, ¿con qué singularidad de algún rasgo de ese persona"
llbidinal del lazo colectivo comO de la fundación del sujeto. Esta profundidad del pensa­ je se juega un enlace identificatorio?, con aquel rasgo que resuena por similar u opuesto.
miento freudiano ha permitido elucidar las condiciones estructurales por las que el sujeto complementario, suplementario; con aquella posición en la escena fantasmática motivo
hace masa; aquello que no puede dejar de hacer por el hecho de ser sujeto.153 Esta es de sus repeticiones. Resonancia fantasmática, condición estructural para que el sujeto
la base estructural de los más diversos lazos sociales; pero los agrupamientos que aquí haga nudo. Fantasma: escena donde repite una posición insistente. Repetición recreada
interesan tienen la particularidad de producirse entre un número pumerable de personas. en el espacio grupa!. Repetición que en el mismo acto de repetir difiere en las sutilezas
Esto, sin duda, establece una de las especificidades de lo grupal; los enlaces identifica­ de los engarces de fantasma y cotidíaneidad. Repetición que aspira, al desplegarse
torios presentes en todo fenómeno colectivo, adquieren características propias, cuando, dramáticamente, a explorar otras posiciones de su teatro interior.
¿Qué acontece cuando un número numerable de personas hace nudo? Se produ­
a diferencia de una reunión de individuos ínnum�rab!es,
·
tales agrupamientos se consti-
tuyen en un número numerable de personas.
Puede considerarse que dicha red constituye una primera formación grupal. Pero aqui
cen redes de procesos identíficatorios y transferenciales propios y únicos de ese grupo.

no se agota la productividad de ese pequeño colectivo. El grupo, en tanto espacio táctí­


El caracter numerable del grupo introduce tecu!iañdades de los procesos identifi­
catorios, en tanto los cuerpos de los otros se hacen discernibles. Afgo hace nudo. La

generación de multiplicidades imaginadas e imaginarias, invenciones simbólicas y fan-­


distribución circular del dispositivo opera efectos más a!!á de lo espacial, haciendo posi­ co, genera efectos singulares e inéditos, despliega la producción de sus formacio11es. !a

tasmáticas, como así también sus niveles de materia!idad. 1 55 En síntesis, un grupo in­
ble una particular organización de los intercambios entre los integrantes; todos están
expuestos a la visión de los otros y pueden, a su vez, ver a todos y a cada otro: esta si­
tuación particular genera condiciones de "mirada"; mirada que se desliza entre las ten­ venta sus formaciones, es decir inventa las formas o figuras de sus significaciones ima­
siones del reconocimiento o el desconocimiento, de la amenaza o el sostén; juegos de ginarias. Estas sostienen la tensión de inventarse en su singularidad y en su atravesa­
mirada que desencadenarán resonancias fantasmátlcas y harán posibles, o no, procesos miento socio�histórico-institucional. Es en este cruce donde despliega sus acortecimien­
ident!ficatorios y transferenciales; juegos de mirada que afectan y desafectan los cuerpos tos, actos, relatos, intervenciones, producciones materiales, actings, afectaciones, etcé­
en sus juegos productivos de deseo y poder. tera.
Esta característica de Jos procesos identificatorios de un número numerable 'de Cada grupo construye sus ilusiones mitos y utopías; construcciones que se reali­
personas donde los cuerpos se hacen discernibles, afectados unos y otros a juegos de zan en un doble movimiento; aquel por el que se despliegan los atravesamientos sncio­
mirada, establece las condiciones para la organización de redes identificatorias y transfe­ hístóricoMinstitucionales y aquel de su singularidad como pequeño colectivo; tales cons­
renciales. Tal peculiaridad identificatoria en red hace del pequeño grupo un nudo. Nudo trucciones son únicas e irrepetibles de cada grupo y, a! mismo tiempo, sólo son pos1bles
que se constituye e n las alternancias de enlaces y desenlaces de subjetividades. Se en su inscripción histórico-institucionaL Son aquellas significaciones imaginarias que un
propician, de tal modo, singulares anudamientos y desanudamlentos que orientan al pe­ pequeño colectivo produce como sostén de sus prácticas. Si debiera hablarse de un "al­
queño colectivo por los avatares de sus producciones, institucionalizaciones y diso!ucioM go común'' que !os grupos producen éste son las formaciones grupales; cada grupo con­
nes. figura sus propios diagramas identlficatorios, pero también sus mitos, ilusiones y utopías
diversos; estas significaciones imaginarias que los grupos producen, tienen como condi­
Vale la pena detenerse para puntualizar una cuestión que el trabajo con escenas
ción necesaria -pero no suficiente- la llamada "resonancia fantasmática" y los procesos
marca en visibilidad. El despliegue de una escena cotidiana en un grupo que utiliza re­
ídentificatorios.
cursos psicodramáticos en el marco de la cllnica, permite explorar los juegos identificato-
Los mitos grupales suelen ser elaboraciones noveladas de su origen, del porqué
de su existencia, pero vividos por sus integrantes como su momento fundacional real;
junto con sus utopias harán posible /a novela grupal, propia de ese grupo. Entre las pro­

153 Preud, J. Psicologla de las masas y Análisis del yo, Biblioteca Nueva, Madrid, 1967. Esta
ducciones grupales míticas y utópicas, hay una relación recíproca ya que la novel;� del
origen suele organizarse en función de los proyectos e ilusiones al mismo tiempo fas
puntuación rreudiana ha permitido diferenciar tales condiciones estructurales de una narrativa psi­ utopías que .en un grupo se produzcan; generalmente se apoyan en su versión de por
coana!ilic.a o psicológica generalmente de estilo fami liarista, que intenta explicar los procesos de

l54Percia, M. Clínica Grupal e Identificación. Facultad de Psi col ogía , Dto. de Publicaciones,
masas, la vida en la.<> instituciones, los acontecimientos grupales, etc.,desde una particular versión

un bagaje terminológico que explica o comprende brisas, tragedias y tormentas del cotidiano insti­
de f<.:dipo ampliado(!) por la cual aquella noción estructural del psicoanálisis pasa a fonnar parte de

tucional: el jefe es un padre autoritario, la institución una madre devoradora, en un baile de analo­ l 55Dc Brasi, J. C., "Desarrollos Sobre el Grupo-Formación". en Lo Grupo/ 5. Utisqueda. B;Jcnos
Buenos Aires. 1987.

gías y cxtraterritorialidades s i n fin. Aires, 1987.

107
qué, cómo o para qué ha nacido. De todos modos, vale hacer una cierta distinción: los gráfica de historia de las mentalidades.158 Esta corriente utiliza esta noción sin definirla,
mitos suelen referir a la historia, las utopías a los proyectos, a lo prospectivo. aludiendo a la mentalidad de una época, le sprit du temps, etcétera, Es Castoriadis -
Estas producciones colectivas son componentes siempre presentes en los grupos, investigador en Teoría política- quien se ocupa de definir con mayor precisión esta no­
orientan muchos de sus movimientos, son absolutamente singulares de cada grupo y ción; se pregunta, ¿qué mantiene unida a una sociedad? ¿qué !leva a su transforma­
suelen ser de gran incidencia en las formas o estilos de trabajo de un grupo. ción?

Podría decirse entonces que los mitos grupales son aquellas siQnificaciones ima­ Con e! término imaginaria social alude al conjunto de significaciones por las cua­
ginarias que un grupo construye, a! dar cuenta de su origen novelado, imbricados con !as les un colectivo, una sociedad, un grupo, se instituye como tal; para e!!o no sólo debe
utopías de! grupo y apoyados en la historia real de tal conjunto de personas. inventar sus formas de relación social y sus modos de contrato, sino también sus figura­
ciones subjetivas. Constituye sus universos de significaciones imaginarias que operan

permitido y lo prohibido, !o valorado y Jo devaluado, Jo bueno y Jo malo, lo bello y lo feo;


El componente histórico opera aquí en diferentes niveles; ya sea una dimensión como Jos organizadores de sentido de cada época del social-histórico, estableciendo lo
temporal significada por el tiempo de organización del grupo como tal con su historia par­
ticular, entrecruzado por las; historias propias de los integrantes que lo componen; el dan los atributos que delimitan lo instituido como legítimo o ilegítimo, acuerdan consen­
momento institucional preciso en que ese grupo se ha formado, en función del cual los sos y sancionan disensos.
impensables institucionales inscriben sus marcas en el grupo; el momento socio­
histórico-político genera! en e! que desplegará o inhibirá sus prácticas.156 En tal sentido distingue lo imaginario radical de lo imaginario efectivo (o lo imagi­
nado].159 160 E! primero es aquella instancia por la cual el social-histórico inventa, ima­

tos y utopías de un grupo, operan como cristalizaciones o puntos de condensación en la


En síntesis, las significaciones imaginarias grupales, por ejemplo las ilusiones, miH gina nuevos conjuntos de significaciones; constituye, por lo tanto, una potencialidad insti­
tuyente, transformadora, productora de utopías. Lo imaginario efectivo, por el contrario,
producción de múltiples sentidos, constituyendo el camino obligado por donde los flujos tiende a la reproducción-consolidación de lo instituido; cuenta para ello con mitos, ritua­
productivos del grupo transitan la construcción de su historia. les y emblemas de gran eficacia simbólica y en e! disciplinamiento de imágenes, anhelos
Asi como resaltar las Singularidades de las formaciones grupales no exime de e intereses de los integrantes de una sociedad.
pensar sus inscripciones socioHhistórico-institucionales, e! pensar ilusiones, mitos y uto­ Afirma este autor que las significaciones imaginarias sociales hacen a las cosas
pías como el algo común -el plus grupal- no exime de analizar las diversas formas de ser tales cosas, las coloCa siendo aquello que son. De tal forma lo imaginario se vuelve
afectación de cada integrante particular en tales invenciones colectivas. "más real que lo real". Es la institución de la sociedad la que determina aquello que es
Nada de lo común es homogéneo. El algo en común no significa subjetividades real y aquello que no lo es, aquello que tiene sentido y aquello que carece de sentido;
homogeneizadas. Al mismo tiempo, resaltar la singularidad no implica invisibilizar las toda sociedad es una construcción, una creación de un mundo, de su propio mundo.
producciones colectivas. Distingue en el social-histórico un orden de determinaciones y un orden de signifiH
Esla es sin duda una fuerte encrucijada teórica (véase capítulo !!), pero también caciones. Es en este último donde sitúa su noción de imaginario social; según este autor
técnica. Intervenciones de gran efecto masa o "simultáneas de ajedrez"157 suelen ser ambos órdenes son imprescindibles para pensar lo social y no pueden subordinarse o
las salldas fa!!idas de muchos coordinadores. El desafío insiste: sostener la tensión sin­ reemplazarse uno por otro.
gular-colectivo. Si se intenta pensar esta noción en el campo grupa!, podría afirmarse que las ilu­
siones, mitos y utopías que un grupo produce forman una suerte de imaginario grupal en
tanto inventan un conjunto de significaciones, propias y singulares de ese grupo, pero
Se hace necesario -en la medida de lo posible- precísar el sentido del término
tributarias -a su vez- de !as significaciones imaginarias institucionales que atraviesan el
imaginario cuando es empleado en expresiones tales como significaciones imaginarias, nudo grupal como también de las significaciones imaginarias de la sociedad donde se
imaginario social, imaginario institucional, imaginario grupal, etcétera. En primer lugar es despliegan sus dispositivos.
necesario distinguir taxativamente esta acepción de! significado que tiene corrientemente
en psicoanálisis: imagen de, especular. Aquí su uti!ización es tributaria de la acepción Se vuelve así pertinente re-pensar la dimensión ilusiona! de los grupos. Lo ilusorio
que este término toma en las ciencias sociales, particularmente en !a corriente historio- ya no será únicamente mera ficción a desHi!usionar, sino que también será la dimensión
desde donde se producen las significaciones imaginarias que organizanHdesorganizan tal

! 56 Bau!eo, A, 'Notas para una conceptualización sobre grupo", en Contrainstitución y grupos,


colectivo. Habrá que distinguir, por lo tanto, aquellos movimientos transgresivos -

157 S.; alude aquí a ciertas prácticas grupales psicoterapéuticas donde la coordinación parece ejer­
Fundamentos, Madrid, 1 977.
!58 Vovelle, M. Jdeologies et mentalités, Flv1/fondations Maspero, Paris, 1 982.

160 Castoriadis, C. Domairles de L'Homme. Les Carrefours du Iabyrinthe, Du Seuil, Paris, J 986.
.:erse desde un partido de simultáneas, interpretando rápidamente a sucesivos integrantes del gru­ !59 Castoriadis, C. La instilución Imaginaria de la Sociedad, Tusquets, Barcelona, 1983 .
po.
108
equivalentes simbólicos de la transgresión de la prohibición del incesto- de los flujos así: "La Institución de la Muerte, recreada, reinventada en la gran imaginaría grupal, p8·
transfonnadores que instituyen nuevas significaciones grupales. deciendo y recreando los terrores infinitos". E n tal sentido ¿puede hablarse de cómo o
cuándo lo social "influye" sobre lo que acontece en un grupo? ¿Puede considerarse la
La elucidación de la institución de ilusiones, mitos y utopías de un grupo, hace po­

tuye sólo como el contexto exterior que influye sobre el grupo, orientando algunos de sus
relación grupo-sociedad meramente en términos de influencia? ¿La sodedad se consti­
dón y apropiación de las mismas y otra mas. La distinción entre una dimensión imagina­
sible tanto el análisis de tales construcciones, como también de los procesos de circula­

movimientos? Sí se toma una frase de este autor como disparador: "El grupo es hablado
ria especular y otra social, permite -a su vez- no restringir lo imaginario a la indagación
por e l argumento del drama social", podrá observarse cómo la división entre texto y con­
tual para precisar si lo imaginario especular y lo imaginario social actúan a través de me­
de los juegos especulares de un grupo. Sin embargo queda aun cierta oscuridad concep­
texto se vuelve cada vez más difícil de delimitar.164
canismos similares y efectos análogos o -por el contrarío- será necesario indagar sus Se piensa, en este sentido, que el /famadQ_ contexto es, en rigor, texto del grupo.
especificidades y diferencias. es decir que no hay una realidad externa que produce mayores o menores efectos d e
influencia sobre l o s acontecimientos grupales, sino que tal realidad e s parte de! propio
texto grupa!, en sus diversas moda!izaciones; es por ende fundante de cada grupo: más
que escenografía, drama grupal.
C. La relación textoRcontexto g ru pal161 Antes de avanzar en el desarrollo de este pensamiento, es necesario operar algu­
nas acotaciones respecto al término "texto", sobre todo si se pretende incorporarlo a una
temática como la grupal, en principio, bastante alejada de !a Lingü ística, disdplina dR:sde
¿Cómo puede ser pensada la articulación entre todo aque!!o que sucede en un grupo y donde ordinariamente este termino es demarcado. La palabra con-texto alude a aquello
el acontecer social en que tales actividades se desarrollan? Tradicionalmente, esta rela­ que va con el texto, que lo rodea; ahora bien, ¿qué seria el texto grupal?, ya que no
ción suele expresarse también en términos antinómicos, tales · como el "adentro" y el
texto puede suceder algo similar a lo que han planteado Ducrot y Todorov 1 65 parn e!
puede obviarse que el término texto remite a un orden de lenguaje. Así, con el término
"afuera" grupal; se propone, entonces, la interrogaclón de !as supuestas barreras aden­
tro-afuera grupaL término lenguaje.: en ese sentido no debe resultar para nada ajena la advertencia de
Algunos autores resultan significativos al respecto, tales como Anzieu 162 y Pa­ estos autores, quienes plantean que cuando se toma el término lenguaje en su sentido

del sistema de signos verbales, e! término se vuelve tan vasto e indetenninado que pue­
vlovsky.163 Plantea el primero cómo en un seminario de dinámica de grupos realizado más amplio, es decir, como un sistema de signos, abandonando así el ámbito específico

de ser el referente de todas las ciencias humanas, ya que -quién puede dudarlo- tocio es
en 1968 en París mientras transcurrían los acontecimientos del llamado "Mayo Francés",

signo en el comportamiento humano, desde las estructuras y !as instituciones hasta las
se reproducía en el propio proceso grupal, !a evolución de lo "inconsciente social" de los
franceses de ese período; asf observa este autor la dinámica de un grupo reproduciendo
la dinámica sociaL formas artísticas.

Por su parte, Pav!ovsky dice: De todos modos, pareciera inevitable la influencia que en estos momentos tiene11
los conceptos producidos por la Lingüística en diferentes campos de las ciencias huma­
nas. Para evitar equívocos, se al tratará de delimitar lo más posible e! sentido del térrn.ino
el grupo es hablado por el argumento del drama inconsciente soda! en su trama argumenta!. texto utilizarlo en el campo de lo grupal. En primer lugar el uso aqui dado no se circuns­
Cada integrante actúa a un personaje principal de esa trama. Lo habla su inconsciente indivi­
cribe a su sentido verbal-escrito. ¿Qué son esos textos, esas "escrituras", en un grupo?
dual, pero al servicio de una trama argumental que alude o sugiere una fantasmática socia!.
Se hace referencia a /as formas prop;as que el grupo construye desmarcando el término
texto de su connotación estrictamente lingüística y rescatando -en forma subrayada- su
sentido más amplio, aquel que lo refiere a su productividad. Al rescatar la dirne11sión
Reflexionando sobre las particularidades de su práctica como psicoterapeuta d e
productiva de! texto se quiere resaltar, en Jo que en un grupo acontece. las formas pro­
grupo durante los últimos años d e represión politica e n la Argentina, constata cómo apa­

del término texto su significancia verbal-escrita se recupera, para su utilización en e!


pias que un grupo produce (en ese sentido, sus escrituras). Como ya se dijo, al eliminar
recen en los grupos nuevos personajes investidos de sospechas terroríficas que dan

campo grupa!, el sentido que le otorga J . Kristeva cuando define al texto por su producti­
cuenta del profundo entramado de la fanstamática individual y lo imaginario socia!. Dice

vidad.

Argentina de Psicologfa y Psicoterapia de Grupo, n° 2, Tomo IX, Buen os Aires, 1986.


1 6 1 Una primera versión de este apartado fue desarrollada en "Los grupos y su contexto", Rev.

164Del mismo modo fue p l anteada la dificultad de sostener la relación individuo-sociedad en for­
acontecimientos de mayo de 1 968", en El grupo y el inconsciente, op. Cit.
J62Anzicu, D. "El proyección del inconsciente social: observaciones psi coanalíticas sobre los
ma antinómica. Véase cap ítul o II, "Lo singular y lo colectivo".
163Pavlosky, E. "Lo fantasmático social y lo imaginario grupal'', en Lo grupal !, Búsqueda, Bue­ 165Ducrot, D. y Todorov, T. Diccionario enciclopédico de la ciencias del lcngut�jc, Sigln XXl.
nos Aires. 1983. Buenos Aires, 1 976.

109
Se afirma así que más al!á de sus dimensiones expresiva y comunicativa, el texto rrol!aría en un Ateneo de un Servicio Hospitalario. Se sientan en el piso, y ante unos ca­
grupal tiene un poder generador de sentidos. !m plica, por tanto, un juego infinito, donde bles que están sueltos en el piso (posiblemente para la conexión de los micrófonos), la
el sentido que en algún momento de lectura se le otorga, no agota su productividad. coordinadora recomienda cuidado a uno de los participantes, tratando de evitar que se
Como el texto del sueño, como Jos textos escritos, los textos del grupo son inagotables. sentara encima de los cables. Uno de Jos integrantes dice "¡la picana!", comentario que
Més que un sentido oculto, sustancial, que la interpretación debe develar, el texto mismo es acompañado por risitas nerviosas de todo el grupo.
es un permanente generador de sentidos , 1 66 que en virtud de sus atravesamientos, se
Se realiza !a dramatización del Ateneo del Servicio Hospitalario; luego la coordi­
inscribe en múltiples significaciones. Así, no sólo l o dicho y l o no dicho -orden del len­
nadora pregunta si alguien tiene alguna otra escena para dramatizar. Una participante
guaje, plano discursivo- sino también los movimientos corporales, los movimientos espa­
señala que se había quedado impresionada por el chiste de la picana. Se le solicita en�
ciales, los silencios, los pactos, etc., van confonnando el complejo entramado de las con­
tonces, que dramatice la escena correspondiente a lo que está expresando. 169 La es­
figuraciones o formas de un grupo, que en un juego inagotable son, a su vez, generado­
cena que se dramatiza consiste en un hombre que está siendo torturado por un represor,
res de otros múltiples sentidos. Sentidos diversos que, por otra parte, operarán particula­
en la escena participa un tercer personaje que incentiva al torturador a continuar con su
rizadamente en y desde los diferentes integrantes "abrochando" en forma singular en
tarea.
cada uno de ellos.
El torturado no grita ni habla durante la escena. Una vez finalizada la escena, la
Lo que acaba de expresarse tal vez pueda resultar más claro si se piensa, por
coordinadora muy cordialmente le dice a este participante: "Ouerés decir algo?" .. _
ejemplo, en una multiplicación dramática, donde desde el lugar de la coordinación, más
que develar el sentido oculto, más que comprender aquello que la escena representa, Se evidencian aqui dos momentos de esta situación grupal: por una parte, un ca­
comunica o expresa, puede verse cómo la misma escena es generadora de un juego de ble, seguramente utilizado eri la realidad para conectar los micrófonos, atraviesa la es­
combinaciones de las distintas figuraciones que sus significaciones imaginarias inventan. cena dramatizada del Ateneo, es ahora una picana, se vuelve texto grupal y genera sen­
La secuencia de escenas se ubica más a!!á de un nivel expresivo comunicaciona!; pro� tidos; por otra, la coordinadora que dice a la persona real que ha hecho de torturado, una
duce. genera, dispara, inventa, diversos sentidos. vez terminada la dramatización "¿Querés decir algo'?"; ante las miradas que se cruzan
significativamente entre los presentes, ella explica al grupo que, como el participante ni
Así, la intervención interpretante, lejos de constituir una unidad cerrada, lejos de !a
siquiera había podido gritar pensó que podría haberse quedado muy "cargado".
intención de encontrar el sentido, puntúa; esto es, marca algún punto de la red de sus
producciones simbólico-imaginarias; momento de una secuencia, finalización y principio En la dimensión de la escena "real" encontramos una coordinadora muy avezada
plurivalente donde las unidades generadores de sentido se hacen, se envuelven y se que conoce todo !o que puede "cargar" a un participante realizar un personaje de tales
deshacen continuamente.167 La intervención interpretante puntúa algún sentido, señala características, y en actitud de contención !e ofrece un espacio de expresión-descarga.
un sinsentido, resalta una paradoja. En ese movimiento, no descubre sino que crea las En otra dimensión de la escena, se ha creado un personaje terrorífico, aquel más temido
condiciones de posibilidad para que otros sentidos puedan ser enunciados. de las sesiones de tortura. El que aparece después, protector, paternal y que cariñosa­
mente le pide que hable. Este personaje transvistió a la coordinadora. Superposición de
Estas consideraciones intentan desdibujar e! adentro y el afuera grupal en tanto
textos generadores de múltiples sentidos.
entidades sustancia!izadas y pensadas en pares de opuestos; es refutando este criterio
antmómico que se afirma que el contexto es texto grupal y que el texto, a su vez, es ge­ Obsérvese que esta otra escena no está debajo, ni oculta. Todo acontece ahí, tex­
nerador de múltiples sentidos. De todos modos, es importante distinguir en este punto to grupal productor de múltiples sentidos. Es en ese sentido que líneas arriba se señala­
dos niveles de análisis: la problematización teórica de las formas antinómicas de pensar ba que pensar las relaciones entre el grupo y su contexto como relaciones de influencia
el adentro y el afuera grupal, respecto de las vivencias de !os integrantes de un grupo o constituiría un abordaje un tanto linea! del problema. Si pueden pensarse los grupos en
sus expresiones referidas a ellas.168 Al mismo tiempo, cuando el coordinador naturaliza tanto espacios de enlaces y desenlaces de subjetividades, se insiste en el uso metafóri­
las referencias de los integrantes de un grupo, refuerza la forma antinómica señalada, co de una de sus insistencias etimológicas: nudos; de tal forma !os grupos pueden ofre­
creando condiciones para !a estructuración de un grupo-isla. cerse a la indagación en tanto anudamientos-desanuda mientas de subjetividades.

Reforzando la idea de desdibujamiento de! adentro y del afuera, en relación a la Así, a! desdibujar e! adentro-afuera, el arriba-abajo, los nudos grupales pueden
gestión de los textos grupales, se pone un ejemplo a consideración: en un taller de so­ ser pensados como complejos entramados de múltiples inscripciones. Nudo. Múltiples
cíodrama realizado en un congreso, ya en 1 985, se hablaba de las características que hilos de diferentes colores e intensidades lo constituyen: deseantes, históricos, institu­
había adquirido la práctica hospitalaria durante los años de dictadura. Se propone dra­ cionales, económicos, sociales, ideológicos, etcétera. Pero en realidad, lo efectivamente
matizar; pasa un grupo de personas para realizar !a primera dramatización, que se desa- registrab!e nd son los hilos que lo constituyen sino el nudo. Complejo entramado de múl­
tiples inscripciones: todo está ahí latiendo; todas las inscripciones están presentes en
166 Safio, il. "El saber del texto", Rev, Punto de Vista, n° 26, Buenos Aires, 1986.
- - ---------

l67Sarlo, B. Op. 169Esta consigna es parte de la técnica de trabajo. En una secuencia de dramalizaciones, ante
J @ Bauleo, A. Comunicación personal< cualquier verbalización se solicita que ésta se ponga en escena.
110
cada uno de los acontecimientos grupales; variarán sí sus combinatorias en cada mo­ A partir de la figura del grupo como nudo, se pretende problematizar -en la lectura
mento grupal como también su nivel de relevancia en tal momento; pensar la cuestión de de los procesos colectivos- el adentro y el afuera, el arriba y el abajo grupal: sus r11últi
esta manera implica, obviamente, aceptar que en un grupo se están generando muchí­ pies hilos se entrecruzan y lo que resalta no son ya los hitos fundantes sino el nudo que
simas más producciones que aquellas que pueden leerse o anunciarse. han formado: ¿cómo de11mitar ahora arriba-abajo y adentro-afuera? Todo ahí, latiendo­
insistiendo en los pliegues de la superficie del nudo grupa!. Interesa problematizar un
esquema que re-instala la duplicidad del modelo arquitectónico superficie-cimientos: todo

verdad de lo expresado. La insistencia de lo discontinuo, es lo que permite detectar los


está en la superticie y no existe un "hinterland" de! discurso donde hay que buscar la

puntos de condensación, los pliegues, los intersticios de la misma superficie, mc'is que
D. La latencia grupal búsqueda de las profundidades hacer visible lo que sólo es invisible por estar demasiado
en la superficie de las cosas. Interrogar criticamente una ideología romántica de lo pro­
fundo, como unicidad oculta de las significaciones.171
Lo que no existe insista.

Insiste para existir.


Los discursos en grupo -más que otorgar alguna certeza por la cual en las profun­

simulacros de superficie- ponen en juego l a imposibilidad de decidir si hay un secreio de


didades debe encontrarse un sentido oculto, uno solo, y sabiamen1e escondido entre
Robinson de M. Toumier

verdad entre simulacros manifiestos.


Todo está ahí, latiendo. Con esta frase se propone provocar una primera interrogación El acontecimiento ya no corno expresión o representación de una estructur<J sub­
que pellllita repuntar teóricamente el sentido de un término tan controvertido como la­ yacente, deseante, económica, social, institucional, sino como producción de múltiples
tencia grupal . Es frecuente, en nuestro medio, pensar lo latente -por una particular meta­ sentidos y algunos sinsentidos: anudando y desanudando inscripciones desean les, eco­
forízación espada!- como lo que está debajo, en las profundidades, por lo tanto oculto, y nómicas, sociales, institucionales.
Ya no un análisis que marche de los hechos manifiestos hacia su núcleo interior y
de tan oculto verdadero . . . Al mismo tiempo, suele considerarse la latencia como efecto
de estructura. Desde tal perspectiva la función de l a intervención interpretante es llevar a
oculto, sino más bien la elección de un recorrido que puntúa insistencias-latencias, todo
la superficie -ilusiona!- las verdades que emergen de las profundidades. Como puede
ahí, en esa superticie de discursos; múltiples flujos constituyen el acontecimiento. múlti­
observarse se construye una particular correspondencia entre !o oculto y l o verdadero.
ples inscripciones forman el nudo grupal; múltiples sentidos, pero también los juegos de!
Se intenta reflexionar esta cuestión desde otro lugar. Pensar lo latente como l o sinsentido, la rareza y la paradoja.
que late -ahi- todo el tiempo, insistiendo en la escena grupal; una latencia en los plie­
¿Por qué pensar lo manifiesto y lo latente como opuestos? ¿tributos de una onto­
gues de la superficie más que en las profundidades. Pero para ello se hace necesario re­
logía platónico que ya encuentra su revisión?; puede resultar de utilidad para pensar es­
significar los términos profundidad y superfide. "Lo más profundo es !a piel", decía Paul
ta cuestión el desafío lanzado por Nietzsche-Foucault-Deleuze: la inversión del platonis­
Va!ery. Afirma De!euze que este re-descubrimiento de la superficie y esta critica de l a
mo; esto significa problematizar gran parte de los a priori desde donde se piensa la vida.
profundidad forman parte d e una constante d e l a literatura moderna. Cita a Michel Tour­
se valoran los actos, se organizan los saberes.
nier, en Vendredi ou fes fimbes de Pacifique:
Crisis de la teoría de la representación-expresión; milo de la caverna reproducido
sin descanso, por el cual un mundo sensible -mera apariencia- es representación o ex­
extraña decisión esta que valoriza ciegamente las profundidades a expensas de la superficie presión defonnada de esencias verdaderas; mundo de imágenes que son copias o simu­
y que quiere que superfjcia! signifique no vasta dimensión sino poca profundidad, mientras
lacros de la Idea. Revisar un contenido manifiesto del eterno retorno que desde e! plato­
que profundo signifique, por el contrario gran profundidad y no pequeña superficie.
nismo significa organizador del Caos; etemo retomo de! devenir loco, destinado a copiar
lo eterno.172
También se acerca a Lewis Carroll en Sylvia y Bruno, donde !a bolsa de Fortunato Se intenta pensar los acontecimientos sin renunciar al análisis de las legalidades
está presentada como anillo de Moebius, es,.a hecha de pañuelos, cosidos "in the wrong grupales. La búsqueda por la estructura grupal de la cual los dinamismos y procesos
way" de manera tal que su superficie externa es prolongación de la interna; envuelve el
mundo entero y hace que lo que está adentro esté afuera, y !o de afuera, adentro.170
sentido muy amplia puede decirse que evidencia similares preocupaciones cpi stém icas qlJC las

Moebius tiene en Psicoanálisis, a partir de Lacan, precisas referencias. Es empleada para dar cuen­ 1 7 1 Terán, 0., en M. Foucault, El discurso delpoder, Folios, Buenos Aires, 1983.
l70Delcw:c, G. La lógica del sentido, Barra!, Barcelona, 1970. Obviamente la figura anillo de aquí presentadas.

ta de la noción de sujeto "desmarcada" de la noción de individualidad. Tomando esta noción en un 1 72 Del cuze, G. Op. cit

111
grupales serían efecto, ha sido una forma -estructuralista- de pensar su Jega!idad. 1 7 3 Lo hasta aquí planteado !leva a revisar ciertos aspectos de una teoría de !a lectura que,
Esta lectura abrió visibilidad con respecto a los sujetamientos que hacen posibles la re­ aunque fuera una forma implícita, opera muchas veces en el trabajo interpretativo de los
producción, la repeticíón; pero siempre se han encontrado con grandes dificultades para coordinadores de grupo. Aquello que circula en el plano discursivo, gestual psicodramá­
pensar !a diferencia, la invención, lo discontinuo, la singularidad del acontecimiento. tico, los sí!enclos, !a organización de los espacios y tiempos grupales, etc., suele ser in­
terpretado desde una particular teoría de la lectura por la cual los acontecimientos grupa­
Resulta sumamente ilustrativo en este punto el pensamiento de M. Foucau!t:
les serían expres;ón de un sentido oculto, profundo, que la interpretación debe develar y
en ese acto llevarlo a la superficie. Está en juego ahí una teoría de la representación, al
Toda una generación ha estado durante mucho tiempo en un callejón sin salida pues tras los decir de Castoriadis, de gran rémora de la caverna platónica.177
trabajos de los etnólogos, se estableció esta dicotomia entre las estructuras por una parte -lo
y el
tra y no puede entrar en la mecánica analítica, al menos en !a forma que e! método analítico
El acontecimiento no representa ni expresa; está todo ahí, en tal inmediatez que
que es pensable- acontecimiento lugar de lo irracional, de lo impensable, de lo que no en­
suele volverse invisible. Si se acepta que el nudo grupal está atravesado por múltiples
ha adoptado en el interior de! estructuralismo. sentidos y más de un sinsentído, siempre excederán aquellos que desde la implicación
Sin duda, el estructuralismo ha sido el esfuerzo más sistemático para evacuar el con­
intepretante se pueden puntuar; el coordinador sólo podrá puntuar algún sentido, interro­
cepto de acontecim ifnto de las ciencias, incluso de !a historia. Es importante no hacer con el gar una rareza, resaltar una paradoja, indicar alguna insistencia y ya no será quien des­
acontecimiento lo qtáe se ha hecho con la estructura. No se trata de colocar todo en un mismo cubra la verdad de lo que en el grupo acontece.
plano, que seria el rJe! acontecimiento, sino de considerar detenidamente que existe toda una
estratificación de tipOs de acontecimientos diferentes, que no tienen ni la misma importancia Al resituar la función interpretante desde el lugar develador de verdades profun­
ni la misma capacidad de producir efectos. das hacia la puntuación interrogante, la otra escena no es una escena escondida; ha

y los y en
El problema consiste, al mismo tiempo, en distinguir los acontecimientos, en diferen­
estado ahí todo el tiempo, late, insiste, y aun así muchas veces su presencia permanece
ciar las redes niveles a que pertenecen reconstruir !os hilos que !os atan y que los denegada. Esto sin duda redefine un cierto lugar de "poder" del coordinador.
hacen enfrentarse unos a otros".174
Como pudo verse en el capítulo IV, cuando los psicoanalistas incorporan a su tra­
bajo con grupos reglas -técnicas y conceptos teóricos del dispositivo psicoanalítico, ade­
más de abrir el campo de la clínica grupal produjeron un importante descentramiento.
Entonces, todo está -ahí- latiendo. Sin embargo, no todo acontecer cobra igual
Crearon las condiciones para hacer posible la separación de! lugar de la coordinación de
grado de visibilidad, ni toma forma de enunciado; tampoco sus insistencias son registra­
los liderazgos superando gran parte de los efectos de sugestión y del tipo de violencia
das por todos Jos integrantes de la misma manera. ¿De qué depende que en el flujo de
simbólica que ella implica. Los requisitos para tal descentramiento fueron presentados
sucesos, advenga un acontecimiento? Si acontecimiento es producción de sentido, de­
por Bauleo en 1973 cuando a las ya establecidas condiciones de neutralidad que e! dis�
penderá de las figuras que el caleidoscopio identificatorio-transferencial invente· de las
positivo analítico había aportado acentúa la exigencia hacia e! coordinador en la devolu­
implicaciones en que se afecte la coordinación, del momento en que se encu�ntre la
ción de los liderazgos, de la no apropiación de !as producciones grupales por parte de
producción de ilusiones, mitos y utopías grupales; del contrato en tanto organizador insti­
éste y la elaboración desde el momento niismo de la formación del grupo, de su pérdida.
tucional explícito e implícito; de sus atravesamientos socio-hístóricos.175 Estas impli­
Advierte asimismo que expresiones tales como �mi grupo" por parte de un coordinador,
cancias organizan aquel universo de significaciones que será disruptivamente atravesa­
más que alusiones identificatorias expresaban un deseo inscripto en criterios ideologiza­
do por la producción de la singularidad de sentido.
dos de propiedad. 178
En �íntesis, no se trata de orientar la reflexión hacia un indeterminismo, o hacia el
Estas sucesivas puntua!izaciones redefinieron el lugar de la coordinación con res­
mero azar: contingente del acontecer grupal, sino de poder pensar tos juegos de múlti­
pecto al coordinador-líder de la microsociología. De todas formas quedó abierto otro pro­
ples marcas; no referir a /o incausado, sino a la coexistencia de cuasi-causas.176
blema: al organizar la lectura de Jos acontecimientos grupales desde una teoría de la
representación-expresión, crearon las condiciones para reinvestir en figura de poder al
coordinador; desde tal perspectiva éste queda posicionado en un lugar de �saber !o que
al grupo !e pasa"; tal coordinador ya no es un líder, pero queda investido en un coordina­
E. Lugar del coordinador
dor oráculo; sólo él puede leer el sentido de los efectos de estructura.

Actualmente, otro descentramiento se vuelve posible en tanto la función interpre­


tante se propone puntuar insistencias, interrogar rarezas, resaltar sinsentidos, enunciar

173Boholavsky, R. üp. cit.


1 74 Foucau! l, M. La microfisica delpoder, La Piqueta, Barcelona, 1980. 177 Castor iadis C. La institución imaginaria de la sociedad, Tusquels, Barcelona, 1983.
175 Fsta enumeración no pretende ser excluyente de otras implicaciones. 178 Bau i eo, A. '�otas para la conceptualización sobre grupo", en Contrainstitución y grupos,
,

176 Deleuze, G. Op. Cit. Fundamentos, Madrid, 1 977.


112
paradojas. etcétera. Ellos laten-insisten en los textos grupales; el coordinador desde su Es innegable que las instituciones cubren diversas necesidades de una soc1edad
implicación -y no fuera- sólo registra algunos. Por ende, función interpretante realizada sin entrar aquí en la complejidad de lo arbitrario �no natural- de !as necesidades sociales

Tiende a normativizar el tipo de enunciados que es pertinente en cada una de ellas auto­
desde un lugar de ignorancia. De tal modo, otro requisito se agregará a los ya enunciaM puede decirse que !a dimensión institucional no se agota en sus aspectos funcionales.
dos: la renuncia al saber de la certeza.
rizando algunos y excluyendo otros;1 82 por fuerte que sea su inercia burocráticn. r.o es
Múltiples sentidos y algún sinsentido que circulan entrecruzados en el acontecer
una cosa, sus límites son siempre provisionales y siempre es posible desplazarlos en los
grupal; !a intervención interpretante al puntuar algunos de ellos intenta evitar el cierre­
juegos instituyentes. En ese sentido una institución es una red simbófíca socialmente
obturación que toda evidencia de verdad produce. De esta forma !a coordinación hace
sancionada en la que se articula junto a su componente funcional un componente imagi­
posible aperturas a nuevas producciones de sentido. Los integrantes compaginan así
nario.183
distintas formas de textos grupales y producen sus juegos identificatorios y sus significa­
clones imaginarias. E! coordinador no es e! poseedor de una verdad oculta, sino alguien Desde esta noción de institución,184 puede pensarse a los grupos desplegándose
interrogador de lo obvio, provocador�disparador y no propietario de las producciones co­ en lo imaginario institucional donde inscriben sus prácticas; !o imaginario institucional
lectivas; alguien que más que ordenar el caos del eterno retomo179 busca aquelfa posi­ tanto puede promover como dificultar las actividades de grupo. En ese sentido es que se
ción que facilite la capacídad imaginante singular-colectiva. considera restrictivo leer todos los procesos que en un grupo acontecen sólo desde ios
llamados dinamismos propios de un grupo o desde el producto de las resonancias fan­
tasmáticas de las singularidades que componen tal colectivo.

Cuando en 1 984, al retomar la docencia universitaria, se propuso como una <le las
primeras consignas para los trabajos prácticos de una cátedra que se estaba organizan­
F. La dimensión i n stitucio n a l de l o s grupos180 do, que los alumnos se sentaran en círculo y se presentaran, esta mínima consigna de
comienzo de una actividad grupal, produjo diferentes efectos de confusión y pánico_ que
configuraron una verdadera situación colectiva.
Sin duda las reflexiones señaladas en el punto C de este capítulo, con respecto a las Durante !a dictadura el anonimato y la serialidad eran la forma de conservar ia vi­
relaciones entre las significaciones imaginarias grupales y lo imaginario social están refe­ da en las aulas universitarias; e! peligro real había pasado, sin embargo en lo imaginario
ridas a situaciones po!iticas !imite, que constituyeron verdaderos traumas sociales. Po­ institucional operaba manteniendo determinadas significaciones imaginarias que impe­
dría abrirse una pregunta: ¿tan particular relación de texto y contexto es privativa de si­ d!an cualquier agrupamiento, identificación individual·, etcétera.
tuaciones sociales límite o, por el contrario, es una constante de! funcionamiento de los
grupos? Lo que se interroga es si tal ligadura del grupo con !os acontecimientos de la Aquí tal vez fuera pertinente otra reflexión. El ejemplo que antecede tiene la im­
realidad "exterior", se produce sólo cuando lo social adquiere un significativo nivel de pronta de !o social siniestro; sin embargo pueden encontrarse algunas cuestiones rela­
turbulencia, o si hace a una constante de su funcionamiento. Más bien podría pensarse cionadas a lo que en él se relata en otras situaciones más cotidianas. Cuando se imple­
que este entramado es constitutivo de lo grupa!. mentan dispositivos grupales en instituciones escolares primarias -y más frecuentemente
secundarias- al dar la consigna de agruparse en círculo suelen aparecer chistes. risas,
Si bien esta opinión debera fortalecerse con futuras indagaciones, aun cuando se miradas cómplices entre los alumnos, etc.; éstos suelen explicitar en tales casos el ries­
la mantenga como hipótesis, deberá reconocerse que ésta no es una manera habitual de go que e! dispositivo montado le ofrece en tanto quedan todos bajo una mirada de con­
pensar la relación de !os grupos con su contexto; más bien opera con mucha frecuencia trol por parte del docente. Esta significación imaginaria de "panóptico grupal", si bien es­
como un impensable de lo grupal. Tal vez, especularmente capturados en /os grupos perable en instituciones disciplinarias, no deja de tomar por sorpresa a coordinadores de
plegados sobre si mismos sólo se hizo visible su presencia en las formas límites de lo formación grupalista clínica. Se encuentran allí contrastadas dos dimensiones diferentes
socia!. del referente institucional. En el grupallsmo el propósito de la organización circular del
Lo social siniestro no sólo comenzó a refutar con insistencia el artificio de !os gru­ espacio se sostiene en la intención de favorecer determinado tipo de en!aces-deseniaces

Véase A. Femández-A. del Cuelo, "El dispositivo grupal", en Lo Grupa! 2, Búsqueda, Buenos
pos-islas; también mostró 1a necesidad de reflexionar -más allá de situaciones coyuntu­
rales- sobre las formas permanentes de relación entre lo grupal y lo social. Una de ellas

1 82Altamirano, C. "Ideología y sensibilidad postmodernas; sobre la condición postmodcrna de J.


es, sin duda, !a dimensión institucional. 1 8 1 Aires, 1985.

!79Dclcuze, G . Op. cil. F. Lyotard", Rev. Punto de Vista, 25, Buenos. Aires., 1985.
J 80Una primera versión de este punto y el siguiente pueden encontrarse en Lo Grupal 7, Búsque­
1 84Para ampliar las distintas nociones de Institución, véase R. Montcncgro, Contextos
183Castoriadis, C. Op. cit.
de referen­
l R1 Fue en este sentido que ya en ''El dispositivo grupal" se afinnaba que los grupos no son islas cia y sentidos del término lnstitucíón, Fae. de Psicología, Departamento de Puhl icacionc:>, lJBi\,
da, Buenos Aires, en prensa.

por cuanto están siempre inscriptos en instituciones y operan en ellos múltiples atravesamientos. Buenos Aires, 1988.

113
de !as subjetividades que se supone ha de propiciarse al estar todos a la vista de todos. donde el ejercicio del poder es condición de posibilidad de un saber y donde el ejercicio
Sin ernbafgo, para los alumnos�integrantes de la institución escolar- esto se inscribe en del saber se convierte en instrumento de poder; en tal sentido es un lugar de encuentro
un eventual propósito de vigilancia y controL entre estratos y estrategias�, donde archivos de saber y diagramas de poder se mezclan
o interpretan sin confundirse.185
Se abre aquí una pregunta obligada. ¿Esta figura del "panóptico grupal" será ex­
clusiva de significaciones imaginarias de grupos inscriptos en instituciones disciplinarias? La inscripción institucional de los grupos constituye, al decir de Lapassade, su im­
¿Se formará también en los dispositivos clínicos? De ser así, ¿qué impensables de pensado, el negativo, lo invisible, su inconsciente.
nuestras prácticas la vuelven invisibles para el coordinador? ¿Qué violencia intangible
Quiere resaltarse que las producciones de un grupo nunca dependerán exciusi­
silencia su enunciabilidad en los integrantes del grupo? vamente de la particular combinatoria de identificaciones, transferencias, resonancias
Lo imaginario institucional puede promover o incentivar fa producción grupa!; así, fantasmáticas, etc., entre sus integrantes. Tampoco será mero reflejo o escenario donde
por ejemplo, un grupo de transferencia positiva con la institución en la que inscribe sus lo imaginario institucional podrá desplegarse. En cada grupo, !a combinatoria de sus dife­
prácticas puede operar movimientos grupales que favorezcan o incentiven la productivi­ rentes inscripciones producirá un nudo propio singular irreductible.
dad de! mismo. En sentido contrario, puede observarse que hay grupos que alcanzan
De esta forma, se pretende inscribir lo grupal en l o institucional, sin perder lo es­
sus momentos de mayor despliegue productivo desde utopías grupales fuertemente con­ pecífico de la grupalidad. Es necesario sostener tal especificidad sin hacer de los grupos
traínstitucionales. Muchos son los ejemplos al respecto en las instituciones manlcomiales
islas y, al mismo tiempo, tomar como vector de análisis la dimensión institucionaL Se
donde equipos profesionales "de avanzada" intentan transformar la situación de alguna piensa más bien en un movimiento tal, donde grupo e institución se significan y resignifi­
sala. Sólo desde una utopía de transformación de la institución, esos pequeños colecti� can mutua y permanentemente. Porque si bien no hay grupos sin institución, ¿qué insti­
vos -habitualmente aislados- pueden enfrentar los paradigmas organicistas y las políticas tucJón podrá ser aquella que no sea habitada por grupos por momentos aliados o anta­
sanitarias de la psiquiatría clásica. Sólo desde un proyecto severamente contrainstitucio�
gónicos, en conflicto, o naciendo a su vez a redes solidarias; vacilando entre los caminos
na! con respecto al manicomio pueden sostenerse prácticas rodeadas de tanta adversi­ de la burocratización, repetición, disolución, invención y nacimiento de lo nuevo? En sín­
dad. tesis, un grupo se inscribe en un sistema institucional dado, de la misma manera que la
institución sólo vive en tos grupos humanos que la constituyen.

Líneas arriba se ha señalado que la dimensión institucional trasciende los edifi­


cios. En tanto red simbólica que articula componentes funcionales e imaginarios, su pre­
sencia en los grupos puede tener diferentes grados de visibilidad o invisibilidad. Así, por
ejemplo, podría suponerse que en aquellos grupos psicoterapéuticos o de formación que
no inscriben su práctica en instituciones públicas, la dimensión institucional en ef grupo G. Algunos impensables
no ofrece demasiada relevancia. Sin embargo, en el circuito profesional privado ésta se
constituye a partir del sistema de reglas que e! coordinador instituye conformando un
sistema simbólico. Coordinación y sistema de reglas operan como disparador de lo ima­ ¿Cómo opera efectos la institución en un grupo? Es importante señalar que las normas
ginario y crean algunas de las condiciones necesarias para que ese grupo comience a de fut1tionamiento, fa coordinación y el contrato son los indicadores del sistema simbóli­
diseñar sus propias formaciones grupales. co-inatuciona! en el que un grupo se inscribe, Este sistema: normas de funcionamiento,
Por otra parte la membresía de! coordinador a determinadas instituciones teórico­ formé$ de coordinación y contrato, opera en un sentído explícito-funciona!; sin embargo,
profesionales es una dimensión institucional en el grupo "privado" que no debe subesti­ su notrnatividad también operará eficacia como dispensador de significaciones imagina­
marse, E! coordinadores investido como el "representante" de ellas en el grupo. De tal rias grupales.
forma el sistema de avales o descalificaciones a la coordinación suele operar como me­
diación de avales o descalificaciones a dichas instituciones. En este sentido, la coordina­
ción soporta también allí no sólo los movimientos transferenciales clásicamente estudia­
dos por e! pslcoaná!isis, sino también toda suerte de transferencias institucionales. Normás de funcionamiento

Las instituciones forman parte de las redes del poder social. En circuitos macro o Las nonnas de funcionamiento, si bien tienen una operatividad evidente en tanto
micro, !a institución constituye un factor de integración donde las relaciones de fuerza se permiten a un grupo organizarse, no es éste e! nivel de eficacia que se desea aquí sub-
articulan en formas: formas de visibilidad como aparatos institucionales y formas de

185 Morey, M. Pról ogo a G. De!euze, Foucault, Paídós, Buenos Aires, 1 987.
enunciabilidad, como sus reglas. En tanto figura intersticia!, la institución será un lugar

114
El tema de la coordinación rebasa ampliamente el nivel explícito funcioflal, ope­
rando desde múltiples eficacias simbólico-imaginarias. Este punto invita a re-pensar dos
rayar, sino que se está haciendo referencia a los efectos implícitos que taten�insisten,
produciendo significaciones imaginarias donde se atraviesan diversas inscripciones
(identificatorias, transferencia!es, transgresivas, ideológicas, juegos de poder, etcétera). problemas:

En un montaje psicodramático con fines pedagógicos un grupo de alumnos elige


dramatizar una primera reunión de "un grupo de obesos anónimos". Cada uno se pre­
• la relación entre las formas de coordinación y sus posibles lugares de poder:
senta, dice porqué está allí, qué expectativas trae a esa actividad, etcétera. Al cerrar la
reunión quien ha tomado el papel de coordinadora da alguna idea de cómo van a traba­ • !a caracterización de los movimientos transferencia!es en los grupos.
jar, explicita las normas de funcionamiento: frecuencia de reunión semanal, duración de
la reunión. lugar de la institución donde se realizarán las reuniones, etc.; solicita puntua­
lidad, recomienda pasar a pagar !os aranceles por secretaría, se despide "hasta el mar­ Con respecto a! primer punto debe señalarse que los posibles lugares de poder
tes que viene" y levanta la reunión. Quien coordina la dramatización solicita un soli1oquio que la coordinación ocupe varían según !a forma de coordinación adoptada. Es impor­

único lugar de poder dentro de un grupo ni el más significativo. Es sólo uno posible. í 86
a los participantes, quienes en su mayoría comentan aquello que esta última interven­ tante aclarar que la mención de este posible lugar de poder no supone que éste sea el
ción de la coordinadora del grupo de obesos ha disparado. Algunos explicitan impresio­
nes de protección, otros de molestia frente a la mención de aranceles, ilusión de estar en En el punto E, "Lugar del coordinador", se ha señalado !a importancia del deseen
un buen lugar, sensaciones muy variadas de desconfianza, de encierro, de contención, tramiento producido por el aporte de los dispositivos psicoanaliticos en el trabajo con
etcétera . Cuando ta dramatización finaliza y se abre la ronda de comentarios al respecto
grupos. Estos, al permitir la diferenciación de la coordinación de los juegos de lideraz:gos
de Jos alumnos que habian estado observando el ejercicio psicodramático, sus interven­ crearon las condiciones para superar gran parte de los efectos de sugestión y el tipo de
dones también se orientan mayormente en esa dirección. Algunos de los alumnos que violencia simbólica que caracteriza a sus mecanismos de inducción. Se puntualiza poste­
se habían mantenido como observadores de la escena se sorprenden al registrarse a sí

ración por parte del coordinador de la renuncia al grupo desde el comienzo mismo de la
rionnente que !a devolución de los liderazgos al grupo debe ir acompañada de la elabo­
mismos implicados en la dramatización como si hubieran participado de la misma. Tam­
bién los asombra que una misma intervención de la coordinadora hubiera generado, tan­ actividad.

Estas sucesivas demarcaciones hicieron posible delimitar un lugar de la coordina­


to en los que dramatizaron como en los que observaron, impresiones tan dispares. Co­
mo puede observarse, quien tomaba el papel de coordinadora del grupo de obesos al
explicitar las normas de funcionamiento crea las condiciones operativas mínimas qué ción ya definitivamente diferenciado del perfil de coordinación que durante años había
instituido la microsociología.

De aquel coordinador-líder a un coordinador-oráculo: sólo él sabe lo que el grupo


disponen la posibilidad de organizar el funcionamiento futuro del grupo de obesos. Este
es sin duda un nivel de eficacia de esta normativa. Junto a estas nonnas se disparan
otros efectos que en el ejercicio relatado toman fonna explícita dado el soliloquio solici­ dice cuando sus integrantes hablan.
tado, pero que habitualmente pueden circular en forma implícita produciendo significa­

tualidad demarcando otro espacio para el lugar de la coordinación y la función interpre­


Asimismo se toma en consideración otro descubrimiento que se opera en la ac­
ciones imaginarias donde se atraviesan diversas inscripciones.

Quiere resaltarse la coexistencia de posicionamientos singulares de los distintos tante. Forma de interpretación que puntúa insistencias, interroga rarezas, resalta sinsen·

cierre de sentidos que las evidencias de verdad producen de manera ta! de situar la
integrantes. Que algunas impresiones pudieran cobrar cierto grado de generalidad o tidos y paradojas. Lugar de coordinación que renuncia a un saber de certezas, evita el
consenso en hipotéticas futuras reuniones no suprime !as particularidades. Tampoco es
condición para la construcción de significaciones imaginarias que !as posiciones con coordinación en aquerra posición que facilite la capacidad imaginante singular-colectiva.
respecto a ella por parte de los integrantes sean homogéneas. De los múltiples sentidos
Frente a esta manera alternativa que la coordinación adquiere es importante pun­
que los textos grupales disparan, los movimientos grupales suelen cristalizar algunos
tualizar algunas cuestiones, En primer lugar, no habrá de confundirse esta renuncia ar
dando origen a los mitos, ilusiones y utopías de ese pequeño colectivo. Aun así esto no
saber de la certeza con vacilaciones o ambigüedades en las intervenciones de la coordi­
significa que se homogeinicen los posicionamientos; sólo sugiere que se han puesto en
nación. Renuncia a una forma de certeza y no abandono de la intervención interpretante.
juego dentro de! grupo actos de nominación, procesos de producción y apropiación de
En segundo lugar -y en función de lo anterior- tal renuncia no exime a quien se posiclone
sentido, narrativas, metaforizaciones, etcétera. Es decir que tal colectivo ha creado las
como coordinador de una fonnación específica en los conocimientos teóricos y técnicos
condiciones para los pliegues y despliegues de sus acciones, sus relatos y sus afecta­
ciones; sus invenciones y sus políticas, sus consensos y sus disensos. que !o legitimen para su función.187 Está en juego aquí otra manera de intervenir, otra

1 86Para un análisis de las relaciones de poder en los grupos véase De Brasi, J. J\ prcciaci cmcs so­
bre la vivencia simból ica, l a identidad y el podcrtt, en Lo Grupa/3, Búsqueda, Buenos Aires 1 986
1 87Femández, A.M. «¿Legitimar Jo grupal? Contrato púbtíco y contrato privado", en Lo Grupal 6
La coordinación

Búsqueda, Buenos Aires, 1988.

115
noción de interpretación. Es desde este replanteo que se diseña una coordinación juga­ les, fermento transformador y no mera transgresión a los equivalentes simbólicos de !a
da desde otro lugar. Para ello se hace necesario una observación permanente, por parte prohibición de! incesto. 1 9 1 En síntesis, se exilia la política de los grupos -su política­
del coordinador, de su lugar y una rigurosa formación especializada en grupos. famifíarizando, edípizando sus rebeliones y sus sumisiones.

¿Por qué esta insistencia en no fijar sentidos desde la coordinación? La renuncia La propia existencia grupal implica para subsistir reglas y obligaciones, !leva en si
al saber de la certeza se funda, sin embargo, en una certidumbre. Aquella que otorga a la violencia que !os dispos!Uvos de las Relaciones Humanas han enmascarado, o que
las gestiones de los colectivos humanos la capacidad de imaginar y transitar sus propios ciertas narrativas psicoanaliticas han reducido a espejismos edípicos. La emergencia de
senderos, Senderos a inventar en los cursos y recursos de su dimensión ilusiona!: re­ la irreductible violencia, cuando se vuelve visible a sus integrantes, define la dimensión
pliegues en sus ficciones y despliegues de sus acciones, a partir de sus utopías.188 Do­ política del grupo, es decir, la dimensión de sentido con respecto al poder, cuyo ejercldo
ble e incesante movimiento que novelará sus relatos, caracterizará sus prácticas y los puede llevarse a cabo a través de diversas figuraciones y modalidades: la propiedad de
implicará en la Historia. los bienes -sean materiales o simbólicos�, la economía de los intercambios, la localíza­
ción de las instancias normativas ideales, los valores congnoscitivos, etc.192 El sentido
Con respecto a la caracterización de los movimientos transferencia/es en los gru­
se aliena en estas configuraciones ya que l� pol itíca es -entre otras cosas- la incesante
pos es obvio que la coordinación produce efectos de eficacia induciendo y ofreciéndose
reapropiación tanto del sentido como de los puntos en los que se articula la alienación
para la producción de amplios y variados movimientos transferencia!es. 189 Pero es im­

grupos -sus propios juegos de poder- familiarizando, edlp'¡zando sus rebeliones y sumi­
del sentido para cada cuaL De alguna manera, cuando se invisib!!iza la po!itica de los
portante detenerse un momento en este punto porque no sólo se mueven aquí -como se
apuntaba lineas arriba- movimientos transferenciales, en el sentido psicoanalítico que
siones, tras un aparente tecnicismo aséptico se ejerce una violencia: fa apropiación de
habitualmente se da a este término. En realidad en la figura del coordinador no sólo se
sentido, que politiza, despolitizando su lectura.
transfieren imagos familiares, sino también transferencias institucionales; así muchas
veces éste es vivido como el "representante" de la institución donde el grupo inscribe su
práctica. Y lo que es más, estas transferencias institucionales no necesariamente actua­
lizan famifiarismos edípicos sino que transfieren dimensiones actuales de! conflicto so�
ciai. Este criterio amplio de transferencia suele quedar en invisibilidad en la lectura de los El contrato o la edad del capitán
acontecimientos grupales; cuando así sucede se produce un particular reduccionismo;
este "familiarismo transferencia/" suele convertirse en uno de los principales instrumen­
tos tecnológicos de los grupos-islas. Se instrumenta allí una noción de fantasma "privati­ -En un barco hay 26 ovejas y 1 0 cabras. ¿Cuál es l a edad del capitán?" En una
zado", es decir vaciado de sus posibles afectaciones institucionales, sociales y políti­ investigación realizada con alumnos que oscilan entre 6 y 12 años en escuelas primarias
cas.190 De tal forma, se crean las condiciones para descontextuar al grupo; para que francesas 193 de 97 alumnos, 67 respondieron la posible edad del capitán realizando
esto sea posible ha sido necesario denegar los dimensiones institucionales y socio­ operaciones con los números del enunciado. Frente a esta respuesta "absurda" a un
políticas, es decir, lo público. Pero, si el contexto es texto grupa!, en realidad, de�textúan, problema absurdo los investigadores construyeron luego una lista de problemas del
es decir vacían, exilian, desterritorializan del propio grupo la dimensión socio-institucional mismo tipo agregándoles una pregunta: ¿Qué piensas tú del problema?" De 1 7 1 alum­
que late en él -pese a todo- permanentemente. nos encuestados, 1 2 1 respondieron, sin expresar duda sobre las características del pro­
blema planteado por el docente. Algunos reconocen que el problema es un poco tonto o
Qué dimensión es así exiliada, desterritoriatizada, denegada" Se deniega lo que raro, pero no dudan . en la validez del mismb y rápidamente entregan su respuesta.
i!usoriamente se ha puesto en un "afuera" grupal, invisibitizando o interpretando fami­
liaristicamente problemáticas tan especificas como por ejemplo !os juegos de poder den­ ¿Qué sostiene este absurdo?
tro del grupo y/o en relación a la institución, la problemática de! dinero, Jos conflictos sur­ El tipo de problema planteado pone dos lógicas en confncto: !a lógica del pensa­
gidos en función de los niveles de apropiación de los bienes simbólicos y materiales que miento operatorio de !os niños, y la lógica del contrato didáal.ico. Una profana, lógica na­
un grupo produce, los aspectos transformadores de los movimientos instituyentes grupa- tural, la otra sagrada, ritual, que está inserta en la trama dcil contrato. Sagrada en tanto
organizada en el ritual escolar, profana en tanto abandonada: en la puerta de la clase.
l880bsérvese que se ponen en juego aquí dos instancias de la dimensión ilusiona!, aquella que Como puede observarse se necesita una intervención disruptiva -el problema "ab­
promueve sus aspectos más ficciona!es y aquella productora de utopías. Es importante hace esta surdo"- para que las dimensiones del contrato didáctico cobren visibilidad. De lo contra-
distinción dada !a fuerza que ha tenido en nuestro medio la tendencia a reducir Jo ilusiona\ !os en­
gaños de !a imaginación.

nalítico", Revista Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Tomo XI, no 3�4, Buenos
l89Albizuri de García, Olga "La transferencia en grupos psicoterapéuticos de Psicodrama psicoa­ l 9 l Saidon, O. "Grupos, teoría y técnica", en G. Baremblit (comp.), lbrappsi, Rio de Janeiro, 1983.
l92Kaes, R. El aparato psíquico grupal, Gedisa, Barcelona, 1977.

t90Deleuze, G. y Guattari, F. El Anti-Edipo, Barra!, Barcelona, 1 972.


Aires, 1988 l93Chevallard, L Remarques sur la nolion de Contrat Didactique, IREM, D'A ix, Marsei!le. Facul­
tad de Ciencias Sociales, de Luminy. (Agradezco a J.A. Castorina haber facílilado este materia!.)
116
rio, está ahí operando como un verdadero organizador institucional, -pero también- sub­
jetivo de !as prácticas de alumnos y docentes en la escuela.
El contrato didáctico rige la interacción didáctica entre e! maestro y e! alumno a
propósito en un saber; los contratantes despliegan sus prácticas en una institución inven­
tada a tal efecto. El contrato organiza para los contratantes -dice Cheva!!ard- una We!­
tanschaaung particular, una visión del mundo: didáctica, excluyente y en varias maneras
extraña a la visión del mundo donde evolucionan los individuos ordinariamente; se ins­
taura allí una cierta concepción de las cosas del mundo pedagógico que no son las mis­
mas fuera de ese mundo. En tal sentido, para comprender el problema de la edad del
capitán es necesario pensario a partir del sistema generador de sentido que constituye ef
contrato didáctico.

Sorprendente investigación. En nuestro campo también el contrato grupal al expli­


citar las normas de funcionamiento establece un acuerdo entre las partes, un código y
sus rituales. Esta es su dimensión explícita funcional; a partir de e!!a se disparan diver­
sas significaciones imaginarias (ver ejemplo de dramatización de obesos anónimos).
Nunca está todo dicho en un contrato. Sus dimensiones no dichas, implícitas, operan sus
efectos en latencia, A partir de aUi puede inferirse que en el contrato grupa! -podría ha­
cerse esto extensivo a los contratos "psi"- se instala también una cierta concepción de
las cosas que no son !as mismas fuera de ese mundo, es decir se produce un sistema
de significaciones que construye �y da sentido- a! contrato grupa¡,
Es importante no apurar maniqueísmos y saltar a imaginar posibilidades de agru*
pamientos por fuera de contratos. Así como sin contrato didáctico no hay enseñanza ni
aprendizaje posibles, no pueden pensarse dispositivos grupales por fuera de contratos.
Estos nonnativizan enunciados y prácticas como también sus lógicas* estableciendo qué
es pertinente, en determinada inscripción institucional y qué no lo es. Por lo tanto, a! de­
marcarlo. hacen posible el campo de intervención.

De todas formas ¿cuál será la edad del capitán en nuestros contratos "psr ?

ADDENDA

E L CAMPO GRUPAL: CURA E IMAGINARIO SOCIAL194

1 94Poncncia presentada en e! V Congreso Metropolitano de Psicología Buenos Aires, 1989.

117
118
VIII . LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA.
UNIDAD DE ANÁLISIS,
INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN

�l

No cederé�en el combate mentaL


,.;
Del Cueto - La salud mental comunitaria

WILLIAM BtAKE, Milton. Un poema

Los grupos y el psicodrama se instituyen en la unidad de análisis e


investigación que habilita la posibilidad de intervenir en los colec­
Vivir, pensar, desear

tivos. Cuando salimos de la privacidad del uno a uno, nos encon­


tramos con grupos diversos y múltiples que pueblan el quehacer
institucional y comunitario. La grupalidad permite y facilita, aun­
que no per se, el intercambio con otros iguales y diferentes en el
círculo grupaL Incluye y produce rupturas en el orden instituido
al estilo de los caballeros de la mesa redonda, de donde surge el
vocablo grupo; todos y todas están a la misma dista.IJ.cia del centro.
Distribuye el poder entre los miembros, lo contiene y pone el
cuerpo en escena. No queda exento de sus juegos verticales, trans­
versales y circulares. Ya no miro la espalda de mi compañero o
compañera; miro sus rostros, sus manos, sus expresiones.
Abordaré de forma breve el pensamiento de Foucault sobre la
epistemología de las ciencias. El desarrollo del concepto de episteme
crea una nueva epistemología de las ciencias. Hablar de episteme es
hablar del análisis de las regularidades discursivas que son posibles y
aparecen en una época entre las ciencias. Es aquello que se piensa sin
que se piense cómo y por qué es pensado. Por lo tanto, opera de ma­
nera inconsciente; es lo u impensado" desde lo cual se piensa. Existe
entonces en las ideas una identidad histórica que deviene de esas re­
gularidades discursivas más allá de su campo específico de verdad.
Aquí, en esta episteme o campo epistemológico, es donde los cono­
cimientos "hunden su positividad y manifiestan así una historia

119

119
120 LA SALUD MENTAL CO MUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSI CO DRAMA
121

que no es la de su perfección creciente, sino la de sus condiciones de En los dos primeros momentos, lo grupal aparece como asimi­
posibilidad . . " . .1 Es el orden a partir del cual pensamos y que tiene lable al grupo. La preocupación teórica está centrada en identificar
modos de ser diversos, e incluso opuestos, según la época. al grupo, recortarlo, explicarlo en su especificidad y esencialidad.
El análisis de la arqueología de las ciencias humanas no está En la última, en cambio, hay una oposición a esta intención. El
basado sobre la historia de las ideas o sus modelos científicos, sino grupo no es centro de interés, sino que lo es la red de entrecruza­
que es, sobre todo, un estudio que busca qué cosa ha hecho posible mientas, de implicaciones. Es aquí donde surge otra concepción de
conocimientos y teorías, y sobre cuáles bases se ha constituido y so­ lo grupal.
bre cuáles a priori históricos han salido a la luz ciertas ideas, se han Estos conceptos de grupo como nudos, espa�ios, procesos, re­
desarrollado ciertas ciencias y se han creado ciertas filosofías. El nuncian a la aprehensión de la totalidad del grupo; aceptan, en
objetivo que se propone Foucault es aquel de descubrir qué siste­ cambio, que en cada acontecimiento grupal hiy inscripciones múl­
mas epistémicos se ucontradistinguen" en el pensamiento occiden­ tiples, acontecimientos que se cruzan y de los cuales no es posible
tal. Según él, existe una discontinuidad entre las épocas históricas dar cuenta en forma total. Postulan un inacabamiento del grupo y
occidentales, e individualiza las tres principales: Edad Clásica, Re­ del conocimiento acerca de él.
nacimiento y Modemidad. Me inclino a pensar lo grupal como un campo de problemáti­
Las distintas formas de conceptualizar lo grupal construyen cas atravesado por múltiples inscripciones: deseantes, históricas,
modelos teóricos diferentes y una práctica y un modo de. coordina­ institucionales, políticas, económicas, etc. Lo grupal en un doble
ción peculiar. Si realizamos una epistemología del pensamiento so­ movimiento teórico: el trabajo sobre sus especificidades y su arti­

1
bre lo grupal, podemos dividirla en tres momentos epistémicos. culación con las múltiples inscripciones que lo atraviesan. Desde
Una forma considera al grupo como un todo, que es más que esta postura teórica, la preocupación pasa del grupo como objeto a
la suma de las partes. A esa corriente pertenecen la teoría de Lewin lo grupal como campo y a la grupalidad como especificidad del
y las teorías psicosociológicas de los roles, del liderazgo, de la co­ acontecer grupal.
municación, de la cohesión, etcétera. ¿Por qué pensar los grupos como unidad de análisis y modo

1
La segunda intenta conceptualizar la estructura, las invarian­ posible de intervención en lo colectivo?
tes del grupo, las organizaciones grupales, los organizadores que Los grupos habilitan lo heterogéneo y la singularidad por el
determinan los movimientos grupales. A esa corriente pertenecen lado del propio grupo y, por otro, de la persona singular. No olvi­
distintas teorías del psicoanálisis de grupos. demos que lo homogéneo anula la posibilidad de pensar y está del
La tercera renuncia a tomar al grupo como objeto discreto y los lado del poder dominante. Cuando hablamos de matriz grupal, ro­
conceptos de totalidad cerrada y estructura, mientras que acepta les, ilusiones, mitos, hablamos de procesos móviles que tienen una
los de multiplicidad, totalidad inacabada, complejidad, disipación, estructura frágil o densa de acuerdo a la conformación grupal de
bifurcación, caos, flujos, etc. Intenta producir redes transdisciplina­ ese grupo singular pasible de estallar, en cuanto se cuelan los pro­
rias. Se asocia a los nuevos paradigmas de la ciencia aún en pro­ cesos disipativos que u organizan" el caos y pulverizan las forma­
ceso de formulación. ciones grupales. El círculo dialógico del grupo habilita el
despliegue de las singularidades de cada quien, la mayoría de las

1 Michel Foucault, "Prefacio", en Las palabras y las cosas, Buenos Aires, Siglo
veces teñidas por una cierta ilusión de homogeneidad. En general
XXI, 1968, p. 7. podemos referir esto a una producción de subjetividad u social-his-

120
122 LA SALUDMrnNTAL CO�AruA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA 123

tórico-política" que forma parte del sujeto singular, serializada, en recortes singulares. De mutas y grupalidades. Convoca parcialida­
el sentido de expresión masificada de ideas, pensamientos y deseos des. La unicidad lo rigidiza y lo burocratiza, convirtiéndolo en ob­
aceptados y producidos por esa comunidad determinada. Muchas jeto. Unicidad de la teoría, unicidad de la mirada. En un mundo
veces confundimos esta serialización con filo común". Para ser es­ poblado de afectos, de multiplicidades, todo está ahí. Solo un re­
trictos, estamos en presencia de filo común serializado". El pasaje corte del acontecer le da un sentido. El espacio, los lugares, los so­
hacia ulo común" de ese grupo singular nos hace transitar necesa­ nidos, los gestos infinitos atrapados en un instante, los movimientos
riamente un vaivén desde el sujeto singular con ideas, deseos, pro­ involuntarios. Multiplicidad de escenas que radiografían al grupo
yectos, etc., hacia la construcción de "1o común singular" colectivo. y hablan de lo que acontece. En el trabajo con l�s grupos en todo
Estamos en el reino de las parciales moleculares. momento convocamos escenas. En las escenas, el movimiento de
No puedo pensar el psicodrama sin los grupos ni los grupos los cuerpos nos habla de las personas que .uj6:egan" la escena, los
sin el psicodrama. Aun no aplicando la técnica psicodramática, en gestos, mi posición y la del otro frente a mí.
el acontecer grupal se despliegan múltiples escenas que tienen que
ver con sonoridades, movimientos, tiempos, silencios, cuerpos en­ Si la puesta en escena de un drama fuera "solo eso", la puesta en
frentados, encontrados, que producen un fi entre". Esta concepción escena de un conflicto libre de afectos, no habría diferencia entre
del espacio fientre" es advertida y puesta en escena en el registro de teatro y psicodrama. Podríamos homologar el juego de roles en
emociones imperceptibles, que una mirada ingenua deja pasar. El psicodrama a los roles que un actor tiene que jugar en su puesta
psicoanálisis asociado en su mejor borde está siempre presente. en escena de una obra teatral. Pero en psicodrama, el que juega
Con algo de dogm.a, de sistema de creencias y de acto de fe, desde pone en escena su propio drama, su vida, es él y es el otro (él)
su nacimiento se ha establecido en la intersección entre lo público que se juega a sí mismo en el como si de una escena dramática.
y lo privado, trazando una nueva línea. Se constituye en uno entre Plagada de afectos, la escena es así, diferente y cualitativamente
otros órdenes. Produce así una nueva subjetividad. Como no po­ distinta a la puesta en escena. Tiene de similar el juego a ser el
dría ser de otra forma, escuelas y saberes se disputan poderes y otro (que en uno soy yo y en el otro, el personaje de la obra que
controles. Más que pensar en los límites del psicoanálisis, debería­ encarno). También encarno una multiplicidad de personajes,
mos pensar en todo lo que nos habilita en tanto teoría viva e insti­ pero el texto (escena, discurso, imagen) soy yo mismo, no es ex­
tuyente. Nos lega un andamiaje teórico y clínico que, buscando la terno a mí como el texto de la obra de teatro.2
verdad, a veces se rigidiza y se repite y a veces es trabajo sobre el
abismo, sobre un pliegue que busca otro pliegue. Pasión por los de­ Multiplicidad de sentidos de la escena que se abre en el aquí y
talles, las parcialidades, lo banal, lo insignificante; atiende los equí­ ahora grupal y nos habla de lo que acontece comunicando conte­
vocos, los olvidos, lo extraño, los recuerdos nimios, los sueños. En nidos y expresiones serializados, masificados, singular y múltiple
la actualidad, otras teorías y concepciones nos acompañan. No ol­ al mismo tiempo, abiertos y cerrados, con diversos grados de
videmos que nuestro objetivo no es otro que hacer que el sujeto compromiso afectivo, que pueden ser interpretados de mil modos
(sujeto persona, sujeto grupo, sujeto institución, sujeto comunidad) distintos, que convergen y divergen. Los colores. Las mímicas.
descubra una verdad sobre sí mismo y sobre su deseo.
El mundo del grupo y del psicodrama es un mundo de en­ 2 Ana María del Cueto, Grupos, instituciones y comunidades, Buenos Aires,
cuentros y desencuentros, de serialidades. De masificaciones y de Lugar, 2013, cap. 3: "Formación de coordinadores grupales".

121
124 LA SALUQ MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA 125

Los sonidos. Las palabras. Las miradas. Los gestos. La conexión Los grupos y el psicodrama revelan los procesos de produc­
con otras voces, otros sonidos, otras mímicas. Conexiones verba­ ción subjetiva en una dimensión bio 1 micro 1 social.
les. Conexiones inconscientes. Conexiones conscientes. Pienso así al psicodrama como un procedimiento técnico y
El grupo nos atraviesa y nos conmueve, ya que vemos peligrar como un método de investigación <;ualitativa que devela y revel�
nuestra práctica preservada del uno a uno. En el espacio del grupo los· procesos de producción de subjetividad, con una perentoriedad
y en las escenas que allí devienen, dramatizadas o en acto, en ese llamativa si la comparamos con otras modalidades de coordina­
espacio dialógico del u entre", en círculo, que no solo legaliza sino ción. Y el grupo se constituye en la unidad de análisis y el modo
que evita forcluir3 el cuerpo tanto con sus expresiones del afecto posible de intervención en los colectivos.
. �
como con sus valores ético/políticos, lo verdadero, lo auténtico, es­ En la observación de las múltiples escenas cotidianas, cada una
tas formas no discursivas permiten transformar las palabras y las de ellas se constituye en una forma particu�r y singular relacio­
proposiciones de la lengua en una enunciación plena. nada con otras formas/escenas posibles, lo que implica una organi­
Los grupos y el psicodrama ponen en escena, en el espacio dia­ zación y un orden/ desorden. Todo esto constituye una verdadera
lógico del grupo dispuesto para dramatizar, la potencia de ser de etnografía de lo cotidiano, a partir de la observación de las escenas
un recuerdo, de una idea, de una ilusión, de una fantasía. Llevar al que aparecen espontáneamente en todo devenir, ya sea en los gru­
límite de lo posible esa potencia es la función y el sentido de la pos, las instituciones o las comunidades. Nos asomamos a un aná­
coordinación. Toda escena dramatizada o que aparece en el aconte­ lisis de las escenas que surgen en estos campos complejos, que
cer del grupo tiene una intensidad que le es propia, auténtica, poca, conforman un ensayo radiográfico de lo que acontece. Se puede o
mucha o moderada. La aplicación del psicodrama intenta ponerla no aplicar la técnica, de acuerdo a la intervención que se esté reali­
en escena en el aquí y ahora grupal, en un lugar del "como si", que en zando. Si se la aplica, se congela la imagen a través de una escena
términos de potencia es sí. Es así como pone en escena en el círculo y se desarrolla el acto a través de la dramatización.

grupal su texto, entendiendo por texto el habla, la lengua y sus dis­ El acontecer de un grupo, de una institución, de una comuni­
cursos, los afectos, las expresiones corporales, lo social, lo político, dad, es construido selectivamente y no solo es producto de nues­
lo presignificante. El acto/escena/potencia, comprendido como un tros pensamientos. Son hechos, acontecimientos, que emergen aquí
texto que se entiende en el espacio dialógico del grupo diferencián­ y allá privilegiando lo que insiste, repite, provoca, se refugia,
dose en un tiempo personal, grupal, social. dando cuenta de lo acontecido. Los lugares, los espacios, las expre­
El movimiento entre/ de los cuerpos, los enunciados combi­ siones verbales y gestuales esconden sueños, recuerdos, decepcio­
nando palabras especialmente encadenadas, plenas de entonacio­ nes; nacen con distinta cualidad y los habitamos de distintas
nes, contenidos y expresividad, dan las condiciones de posibilidad formas y maneras, plenas de contenido y expresiones. En realidad,
para el análisis de la dimensión bio 1 micro 1 social, de las formas y están construidos como los sueños. Las sensaciones que nos provo­
contenidos que regulan nuestra vida social. can pasan más por un conocimiento sensible de rechazos y acepta­
ciones que por la lógica de nuestra conciencia. Nos inspiran
3 Concepto elaborado por Jacques Lacan para designar un mecanismo específico imágenes, ideas y afectos no siempre conscientes.
de la psicosis por el cual se produce el rechazo de un significante fundamental, Se concentra en el espacio grupal la tarea de unir y consentir
expulsado afuera del universo simbólico del sujeto. Cuando se produce este
·amuchamos, dejar que ulos muchos" y "las muchas" intercambien,
rechazo, el significante está forcluido. No está integrado en el inconsciente, como
en la represión, y retoma en forma alucinatoria en lo real del sujeto. transitando el camino del conocimiento compartido. Ese espacio,

122
126 LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA 127

ese lugar, está hecho de parcialidades, deseos, palabras, encuen­ es un dispositivo analizador construido por los intervinientes que
tros, recuerdos, ofuscaciones. Ese territorio compartido es un frag­ permite el análisis del sujeto comunidad, de la institución, y que ten­
mento de una historia inaugural plena de mitos e ilusiones. Los drá un encuadre determinado por la coordinación de acuerdo a1 pro­
itinerarios que han quedado trazados en su acontecer, en su hábi­ yecto de intervención. Espacio, tiempo, coordinación adecuada que
tat, en su energía, en las miradas cotidianas, han dejado huellas se ajusten a los objetivos generales y específicos de la intervención.
1
personales, grupales, concentrándose en tiempos y espacios com­
partidos por todos. Reales o imaginarios. Por los que están y tam­
1 En general, los analizadores construidos en cualquier inter­
vención son:
bién por los que no están. Y surge algo así como un resplandor que -el encuadre,
señala tiempos, espacios, contenidos y expresiones; que permite -el tipo de coordinación u organización del proyecto de inter-
habitar el sujeto grupo, el sujeto comunidad, el sujeto institucional. vención, f
Desde esta concepción, el psicodrama se constituye, como mé­ - el contrato que se realice que incluya explícitamente cual-/,_
, .

todo y como técnica, en la vía regia de observación de lo grupal, lo quier forma de intercambio.
institucional y lo comunitario, ya que posibilita dar cuenta de fenó­
menos- y campos teóricos complejQs. En la planificación de inter­ En cada caso, según los objetivos del grupo, la coordinación organi­
venciones en distintas áreas de trabajo, permite la articulación de zará su estrategia de intervención, las normas de funcionamiento y
diferentes discursos teóricos con los procedimientos técnicos ade­ el encuadre del trabajo; en síntesis, su dispositivo de intervención.
cuados. Se planificará y diseñará un dispositivo especial para cada Este dispositivo será un dispositivo analizador de lo que acontece en
comunidad en que se desee intervenir y un dispositivo grupal par­ el propio grupo, en la institución en donde este grupo habita y del
ticular que garantice las condiciones de posibilidad de la interven­ momento social e histórico que lo atraviesa. La coordinación nunca
ción. El grupo como unidad de análisis e investigación en una está por fuera del grupo, lo incluya en su trabajo o lo obvie; su acción
comunidad determinada es en realidad un dispositivo analizador, en y su saber siempre están implicados. Su rol no es el situarse adelante
el sentido de aquello que analiza. Es un dispositivo de análisis que o al costado del grupo para decir una Hverdad" acerca de lo que
simula la comunidad real y efectúa de manera implícita el análisis acontece, sino que más bien consiste en descentrarse de esa forma de
de esta. El grupo reunido es lo que permite el análisis. poder que engloba el saber, la verdad, la conciencia y el discurso.
Este concepto está tomado de Pavlov, quien denomina analiza­ Dejar de ser instrumento y objeto de esa forma de dominación.
dor al aparato que proporciona informaciones analíticas sobre el Intentaré producir un diagrama del lugar que ocupa la coordi­
mundo exterior percibido (visual, auditivo y táctil) ocupando un lu­ nación frente al grupo dejando de lado sus funciones formales, que
gar dentro del sistema orgánico en permanente búsqueda de equili­ desarrollaré en el anexo. La enumeración no implica ninguna ver­
brio. El dispositivo analizador es un dispositivo experimental ticalidad ni causalidad entre sus elementos.
construido entre el investigador 1 coordinador 1 equipo interventor y -Estar disponible para escuchar, pensar y dejar ser, permitirse
el sujeto institución y 1 o el sujeto comunidad. Se diferencia de los ser atravesado por el acontecer.
analizadores naturales --como el ojo, el oído y la piel- porque se lo -Leer las líneas que componen los agenciamientos presentes.
crea artificialmente con un fin determinado. Siempre produce la des­ -Propiciar el pasaje del caos a un cierto ordenamiento y del or-
composición de la realidad en elementos sin que sea necesaria la :in­ denamiento a un cierto caos.
tervención de un pensamiento consciente. En este sentido, el grupo -Incluir lo corporal en el espacio circular.

123
128 LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA 129

- Lograr que exista un antes y un después del encuentro, que Cartografía grupal
aparezca lo inédito, la creación.
-Liberarse de las coordenadas que rigidizan y burocratizan.
Bloques de espacio y tiempo
-Intentar deshacer las representaciones serializadas para que Imágenes movimiento
surja lo inédito. Establecer relaciones de contenido y expresiones Variación continua
que eviten los caminos recorridos. Composiciones y descomposiciones
-Promover la aparición de imágenes sin semejanza. Acotar las Segmentariedades
repeticiones. Impulsar los vaivenes. Parcialidades
-Deshacer la imagen conocida, repetida, semejante para pro­ Líneas y planos

ducir una presencia inédita. Intensidades /


Multiplicidades
-Dar lugar a que los procesos disipativos permitan líneas de
Flujos
fuga, rompiendo las repeticiones y las burocratizaciones.
Afectaciones 1 afectos
-Implicarse e intervenir creando un espacio 1 espacio corporal/
Territorialidades 1 desterritorialidades
espacio grupal que permita sostener la emergencia de lo pulsionaL
Transversalidad
-El coordinador con su implicación y sus intervenciones actúa
como tercero que habilita el juego y otros mundos posibles, otras Devenires
historias, otro futuro. Es una presencia para que las pulsiones de Grupo Serie Masa Muta Grupo Serie Masa Muta
vida fluyan desplegándose en el mundo del grupo.
luego de opuestos /Vaivenes
Instituido-Instituyente 1 Creación-Repetición 1
Circuito de relaciones "entren Grupo objeto 1 Grupo sujeto

Disposiciones grupales
Compuesto por semióticas significantes: el habla y el lenguaje
Procesos disipativos
y
Red de identificaciones/red transferencia!
presignificantes: el deseo y las expresiones del afecto.
Las ilusiones grupales (lo que el grupo desea llegar a ser)
Enunciación no encerrada en la palabra
Los mitos grupales (origen novelado del grupo)
Abierto
Todo esto constituye la novela grupal.
Móvil
Produce
Repite o reproduce
Estas disposiciones grupales tienen que ver con la potencia de ser
Recrea
que en todo grupo habita. Son u cualidades inherentes al objeto". Lo
Rememora
más frecuente es considerar las disposiciones como un predicado
Historiza
(o supuesto predicado de realidades). Semejante predicado se atri­
Agenciamientos ónticos (relativos al ente)
Agenciamientos ontológicos (relativos al ser) buye a una realidad, en el sentido de que se presume que dicha
realidad podrá oportunamente manifestarse. Todo grupo tiene

124
LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA 131
130

como posibilidad el desarrollo de su potencia. Que pueda o no de­ nitaria sqbre grupos de riesgo. Puede ser pensado como un gru 0
sarrollarla depende de factores complejos y múltiples que atravie­ de reflexión sobre temas diversos. Es interesante señalar que a :
san a todos los integrantes� no solo los que participan en caso de ser � � � �
falta e ómo nombrarl � surg en primer lugar la idea de grupo
.
una comunidad. Muchas veces la transversalidad se manifiesta im­ terapeutico� sm que se p1ense s1 esto es posible de realizar con ve­
pidiendo e inhibiendo la manifestación de su potencia. Estas varia­ cinos del mismo barrio. Nos amparamos en esta denominación
ciones de potencias son grados de potencia que marcan un umbral para no entrar en un proyecto de intervención comunitaria que nos
de intensidad determinado de acuerdo al modo de regulación de haga salir de nuestro consultorio. Pero independientemente del
las relaciones. Varían su fuerza de existir y su potencia de actuar. cómo lo nominemos� es un grupo c�<=:'? cte
S.i enten mos por clínica�
Cuerpo-Escenas-Grupo-Encuentros-Afecciones. siguiendo los desárrollos-de-:Femando Ulloa� 1;; de la salud mental.
Inconsciente. Transferencia. Pulsiones. Repetición y afectos. ?C::J?resenta lél salud mental como una producéión cultural� no sol�
fl

Recordemos que el afecto es el representante psíquico de la d#erente c3. toda enfermedad� sino como un recurso curativo" que
pulsión� y esta la fuerza motriz de todo acto de deseo. op��� los procesos terapéuticos puestos en curso� diferenciando
El grupo no es un espejo institucional y 1 o social. No refleja los así una clíiUcadt:ida saiud mental de una clínica de las enfermeda­
entomos externos. Es él mismo un acontecimiento. Todo está allí. des�-cu-afesqu.iera sea--su natitáileza.
Presente/ Ausente. En el ejemplo antes mencionado� la idea misma de tercera edad
Los procesos disipativos actúan en todo grupo creando movi­ se constituye en una idea que conforma un territorio cerrado. Es
mientos� rupturas y caos. Son procesos ligados estrechamente a los una idea clasificatoria. Es una línea dura de segmentariedad molar�
regímenes de afectación que se instauran entre los miembros del con reglas y funciones preestablecidas que son dictadas por el lu­
grupo. Crea así nuevos territorios existenciales_. nuevas cartogra­ gar que cada sociedad le da a sus uviejos" y la idea que ellos y ellas
ñas� nuevos agenciamientos de deseo. Aparecen nuevas compo­ tienen de sí mismos. Solo poniendo en cuestión tales ideas es que
nentes de expresión y de contenido heterogéneo. se podrá permitir en lo singular alguna modificación a escala mo­
Un corte� un gesto� una fragmentación permiten originar varia­ lecular. En la medida en que promueve encuentros� tiende a crear
ciones en la subjetividad de una persona� de un grupo. Así se piensa focos mutantes de subjetivación colectiva. Del espacio privado del
el análisis como invención continua que evita la masificación del ca­ síntoma somático y la medicación al encuentro con otras y otros.
mino ya recorrido� creando otra cartograña� marcando otros rumbos. ¿Qué posibilidades habrá de crear nuevos universos que constitu­
Estos universos parciales múltiples no conservan un sentimiento de yan diferentes intercambios? Según el grado de apertura (coefi­
unicidad sino que� por el contrario� posibilitan la apertura de líneas� ciente de transversalidad) que tenga este subconjunto grupo con el
recorridos� caminos. resto de la institución y con la comunidad a la que pertenece� se
Consideremos un grupo conformado por personas que atra­ conformará o no en un nuevo universo colectivo de enunciación.
viesan la tercera edad desde el punto de vista evolutivo� que son En este sentido y en una primera aproximación� podría pensar que�
vecinos de un barrio cercano al centro de salud y que vienen reu­ al denominarlo grupo terapéutico sin que cumpla las funciones de
niéndose hace cuatro años. Este grupo es pensado por sus coordi­ tal� en realidad lo colocamos en un momento de grupo objeto. El
nadoras como terapéutico� ya que trabajan desde un enfoque grupo objeto es aquel que recibe su ley del exterior y que tiene una
clínico� pero en realidad su conformación y sus vaivenes nos llevan máxima jerarquización piramidal� con roles cosificados. Traslada el
a considerarlo como un grupo más cercano a la intervención comu- organigrama institucional dentro del grupo. Es hablado por la ins-

125
LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAlVIA 133
132

ca un grupo es uno o 1� otro. Es­ El mundo del grupo es un mundo de encuentros y desencuen­
titución y por la comunidad. Nun _:
tán en permanente movimiento

de lo instituido a lo stituyent
. tros, de serialidades, de masificaciones y de recortes singulares. Sin
ción ? ¿Los casi cuat ro anos embargo, un grupo puede ceder la cuestión del encuentro y del co­
¿Qué lugar ocupará la coordina
e su inici o es lo que tiñe al grupo de esta apa­ nocimiento por la obediencia acomodando su pensamiento y sus
transcurridos desd
rente burocratización? ¿Qué func
ión cumple en el nivel institucio­ �
acc ones en relación a la ley: ley de las teorías, leyes jurídicas, leyes
doras aparece el encuadre, la sociales. No hay así composiciones y descomposiciones de encuen­
nal? En el relato de las coordina
tros que den conocimiento del azar de los encuentros. No encontra­
nominación, la estaticidad pero . . .
qué historias personales tie- mos líneas. Encontramos estructuras preconcél!lidas que dicen el
Quiénes son .. . cómo se visten .. .
... se ríen . .. aman . .. con quién vi- cómo, el dónde y el por qué. Encontramos a�uello que buscamos.
nen .. . todavía siguen medicados
da por los datos formales deja de A veces esto nos tranquiliza; también nos ah6ga en repeticiones. El
ven .. . La coordinación preocupa
o . . . los olores .. . los colores .. . caos a veces es solo confusión y angustia. No toda confusión es
lado en el escrito el pulso del grup
de los miembros con ellas . . . quién creación. Pero hay un cierto caos, una cierta búsqueda de recorri­
cómo es el régimen de afectación
n ganas de ir . . . si en todo este dos, de puntos notables para encontrar el rumbo que luego son
con quién . . . su implicación .. . si tiene
están presentes los afectos, as � abandonados para encontrar otros, que tiene que ver con experi­
tiempo algún viejo se murió . . . No
idad. Es interesante que, presio­ mentaciones, con búsquedas, con caminos singulares del grupo, de
intensidades, los ritmos, su intim
coordinación se pierda el upo, � la persona, de su coordinador. Y entonces buscamos qué es esto
nada por los aspectos formales, la
un analizador (e el se � �� do de para mí, para nosotros, para él. . .
su riqueza. Pensaba si esto no será ¿
tenemos de que los vieJOS e­ � La transversalidad de un grupo refiere al deseo, a cuanto de
aquello que analiza) de la idea que
o" al lado de otra I e
_ � �� ue d1c � s
_ __ �)et() --tiene un grupo, a cuál es el grado o porcentaje de perpetua­
ben lograr un bue n envejecimient
io tiempo de enve JecliD lent o, SI ción de poder instituido dentro de la institución que se manifiesta
que cada cultura produce su prop
u

do". Ambas frase s apar ecen en en el grupo.


bien cada uno envejece como ha vivi
ción. Los cuerpos en el encuentro. Lo que nos desvía de nosotros
el texto propuesto desde la coordina
o viejos dejamos de pensar en mismos y nos permite reconocer al otro, sentimos afectados, atra­
Pensando en los viejos solo com

llena de multipl cidades. Y� vesados. El pensamiento y la acción están así al servicio de la po­
que una vida puede considerarse _
lo, alguien a quien le gusta di- tencia creadora.
viejo es además un vecino, un abue
y leer y, y, Y· Pensemos en un hospital general o un centro de salud comuni­
bujar y coser, y soñar que puede, . �

de pensamiento es que nos tario que desarrolle un programa materno infantil que, entre sus di­
Otra cuestión en la misma línea
aspectos formales tan lejano � �1 versas acciones, provea de leche durante el primer año de vida y en
hace pensar a un grupo desde
adre, la tarea, el contrato. Rigi­ la franja etaria de 2 a 3 años. En general, este tipo de programas se
acontecer. Nos quedamos en el encu
o, y también a nosotros mismos. limita a entregar la leche y, en algunos casos, además realizan con­
dizamos así dentro nuestro al grup
al de la temática planteada por el troles de vacunación y peso. En general se trata de barriadas deno­
Si no existe un efecto¡ texto grup
que nos impregna, que an�ene � minadas u vulnerables", que se acercan a proveerse de leche y
grupo en relación a su ciclo vital
impide afectarnos, rmplicar­ rodean al centro de salud. Si el equipo interdisciplinario decide rea­
al grupo lo más lejos posible, que nos
. Silenciamos lo que no se puede lizar una intervención comunitaria, la posibilidad que se le presenta
nos en la intimidad de su acontecer
. es convocar a todas estas madres y padres que se acercan al centro
nombrar, aquello que no puedo decir

126
134 LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA
135
o. Fijan un día,
de salud a buscar la leche a un espacio de encuentr múltiples: develamiento de las condiciones de vida,
exploración de
una hora, un objetivo. Quién va a coordinar y cómo. Como las ma­ diferentes riesgos, demostración de acciones, invest
igación, capa­
dres y padres vienen en general con sus chicos y chicas, deberán citación, elaboración de situaciones de crisis, explo
ración de los
� :
prever un espacio para estos encuentros qu lo incluya. La bús­ procesos de producción subjetiva de esa comunidad.
queda de espacios institucionales y 1 o comumtanos no es algo sen­ La utilización del psicodrama en la intervención,
tanto en el
cillo. Existen espacios subutilizados, cerrados u ocupados por una juego espontáneo de los niños y adolescentes como en la
capacita­
0 dos personas. En los barrios, la mayoría de las
veces nos encontra­ ción de adultos, nos permite organizar un espacio lúdico
pleno de
mos· con centros comunitarios o sociedades de fomento que están sentidos y exploraciones. Los talleres de teatro cwganiz
ados a tra­
cerrados la mayor parte del día y que no se avienen a los encuentros vés de dramatizaciones de la vida cotidiana can niños, adole
scen-

grupales. Todo está bajo llave, controlado y, sobre todo, deshabi­ tes y jóvenes permiten no solo develar las sftuaciones de
riesgo,
_
tado. Esto es un analizador de cuáles son los lugares que la propia sino también elaborar y explorar entre todos los recursos
existen­
comunidad y las instituciones le dedican a la construcción de un tes. Son dramatizaciones terapéuticas en sí mismas, en donde
sur­
"
nosotros. Pero una vez que hemos sorteado pedidos, papeles, buro­ gen las temáticas que más los preocupan (violencia , droga,
cracias, y hemos encontrado el espacio y personas profesionales delincuencia, seguridad). En un primer momento son catárticas y

dispuestas, comenzaremos una de las experien ias más ri a del � � a veces se toman elaborativas, dando lugar a otras dramatizacio­
trabajo profesional, que es el encuentro con otros Iguales y distintos nes. Otras veces se repiten casi hasta el infinito, con un tema central
en el círculo del grupo, espacio dialógico de enunciados y cuerpos. que no se agota y diagnostica la fuerza de la repetición, hasta dar
y antes de repartir la leche, mientras los niños y las niñas juegan, se lugar a otra dramatización cualitativamente distinta y a otra temá­
detectan riesgos posibles: no escuchan bien, necesitan anteojos, al­ tica. El psicodrama así aplicado permite el develamiento y la elabo­

guno es muy violento, otro


callado y solitario. Y
comie �
an a surgir ración de estas situaciones repetidas. Los datos que se obtienen son
temas que preocupan a esas madres y a esos padres: pnmero, en re­ netamente cualitativos y retoman al grupo verbalmente o a través
lación a la crianza y a los hijos; luego, a la cotidianidad, la alimenta­ de un juego, una dramatización u otra intervención. La coordina­
ción, la violencia de género, la sexualidad. Y comienzan los cambios, ción restituye la información que se va obteniendo, generando así
los avances y retrocesos. múltiples intervenciones. El juego individual y compartido y la im­
De un lugar instituido, burocrático, asistencial de entrega de plantación del dale que4 permiten jugar, imaginar que soy, cómo
leche, podemos pasar a un espacio instituyente de prevención a ­ � soy, jugar a ser diferente, a ser otro, imaginar quiénes somos y ser.

pliada. Solo necesitamos un aula, unas sillas y, sobre todo, a posi­ Con algo de copia, rememoración y creación, aparecen sus histo­
bilidad de sentamos y escuchar, intervenir, preguntar. De la Idea de rias de vida repetidas una y otra vez. Estas historias no son pasado.
beneficiario del plan materno infantil a la idea de ciudadano con Han ocurrido en otro tiempo. No han entrado en la historia. Ponen
derechos. en escena en el espacio grupal esa realidad que a veces es presente
Pensemos en un barrio de los llamados nvulnerables" o nde
riesgo". Se planificarán los dispositivos grupales de acuerdo al tipo 4 Expresión infantil que alude a cómo en los juegos los niños y las niñas jue­

de intervención y a los objetivos específicos de cada grupo. Se or­


gan a ser otros: dale que somos princesas, dale que somos piratas, dale que es­

� �
ganizarán sus condiciones de posibilidad: espacio, tiem o, oordi­
tamos en la playa y encontrarnos ... De esta forma, desarrollan la capacidad
creativa y dejan de ser ellos para ser otros admirados, otros negados, otros ma­
nación adecuada. Las finalidades de los grupos comumtanos son lignos, etcétera.

127
136 LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSIC
ODRAMA
137
y a veces es pasado pero siempre presente. En esos momentos, el Es imprescindible el trabajo
que se realiza sob
. re e1 propio ·

tiempo del grupo es tiempo bloque, congelado en otros años, con equipo que efectúa la intervenció
. n, que permite la elab ·

otras sensaciones. Está presente en el hoy como si fuera actual. a Y .


las Situaciones atravesadas en su
accionar' su capac·ItaCi
oraCion de �

. · on
� , y con el
veces es actual. Y ese instante pasado 1 presente está convocado en obJeto de allanar los obstáculos epis
temológicos que imp
el espacio grupal. Atravesar el pasado, convocarlo, y hacer re­ �
lizaCio ·
· n de Ciertas inte iden 1a rea _
rvenciones. Se debe centrar
la atenc·Ion en tres

cuerdo de él, memoria pasada, es un largo camino psíquico y per­ aspectos: el propio grupo, la inst
itución en su conjunto y
sonal que madura y hace crecer. Es necesario crear un espacio 1 campo. En gener l las cuestiones la tarea de
�: que más habitualmente
espacio corporal/ espacio grupal que permita sostener la emergen­ tean son la confus1on y la falta de � se plan­
límites entre el Pquipo y 1
cia de lo pulsional. Y es en ese espacio en donde las semióticas pre­
. • •
nidad mterven1da, la necesida · �l a comu-
d de distinguir las de man

significantes, el deseo y las expresiones corporales, el lenguaje y las .


ev�1uarlas, la u:nagen generalmen das y
te idealizad{\ del trabajo com
palabras movilizan un mundo de afectos que de otra forma perma­ tano y la negativa común de las uni-
instituciones, el traslado de
mandas hacia el propio grupo de las de­
necerían velados o, por qué no, forcluidos. Con su implicación y trabajo, el trabajar en la emergen
cia
sus intervenciones, el coordinador actúa como tercero que habilita �
de la acci n y la poca posibilidad
de planificar, etc. Por supuesto
el juego y otros mundos posibles, otras historias, otro futuro. Es cada equipo aparecen cuestiones , en
específicas.
una presencia para que las pulsiones de vida fluyan desplegándose La forma de aplicación de la técn
ica psicodramática no varía en
en el mundo del grupo e incorporerry hagan historia, recuerdo pa­ un grupo de formació
n, en docencia, en un grupo tera
péutico. Un
sado de lo que en un sentido aún no ha ocurrido. coordinador suficientemente entr
enado la aplicará sin dificultad,
Encontramos presentes los tres registros: el simbólico, el ima­ con todos los recaudos que las técn
icas de movilización presentan,
ginario y el real, además de registros incorporales de materias ex­ Yf:l _9�=-�-�;no
_
�o-_son
?<?.-!:! ªP!i��das_ ��-� :profesionales idóneos
disparan pro­
presivas heterogéneas. Sin que implique dejar de lado la palabra, �esos dificiles
dificiles de p�ever y contener. De
todas forinas, existe una di-
habilita los movimientos de los cuerpos, las expresiones del afecto ferencia puntual que tiene que ver
con el trabajo que se realiza sobre
y la emergencia de sus deseos. La enunciación no queda encerrada las escenas dramáticas que aparecen
, que siempre está centrado en
en la lengua, al incluirse en las escenas dramatizadas, o natural­ lp_·�
-���!�!() �.!. �
() l? �titucional. Nunca en aspectos pers
onales
mente expuestas, la dimensión corporal, la afectiva, la social, la ._ypnvados. La tarea _ está .
centrada en lo público. Se deja de
lado aun
ética y la política. No importa la línea dura de entrada, molar; im­ CU?J?9-o �parezca lo íntimo, lo priv
porta la búsqueda de las múltiples salidas singulares, los mapas decir ausencia del mundo de los
Y
ado, lo personal. esto no quiere
afectos.
que vayamos realizando, evitando los invariantes que nos mues­ Toda dramatización o escena es
la puesta en escena de un
tran la línea de entrada y la ruta de salida. drama, pasado o presente, pero
siempre ficticio. Son ficticios el
En los casos de los grupos de adultos en general, se aplica la téc­ amor, la vida, la muerte, la agresión
; estamos en el reino del como si
nica dramática en los grupos de capacitación, ya sean comunitarios los objetos reales están proscritos.
--con líderes barriales y 1 o representantes de organizaciones inter­ ción. Cada vez que proponemos
El espacio y el tiempo son una fic �
una dramatización, nos situamos
medias o vecinos interesados- o de capacitación institucional diri­ en el reino de lo imaginario, aunq
ue estemos atravesados por los
gidos a equipos o agentes institucionales de los hospitales, las tres registros: lo real, lo simbólico y
lo imaginario. Toda escena (dra­
escuelas, la municipalidad, etc. También se la utiliza en los grupos matización, ejercicio, juego pautado)
convoca a otra escena. Una es­
de reflexión de padres y madres sobre diversas temáticas. cena que no es ni más ni menos que
una forma mediante la cual un

128
138 LA SALUD MENTAL COMUNITARIA LOS GRUPOS Y EL PSICODRAMA
139

grupo, una persona ponen a circular una producción: grupal, indi­ tos, la .expresión de los afectos, u el alma y el cuerpo", expresan la
vidual, institucional, comunitaria. La circulación y la restitución de singularidad de una posición activa frente a otros, que se plasma en
este material al grupo que lo produjo es tarea de la coordinación. la multiplicidad de escenas desplegadas en el seno del grupo. Junto
En el trabajo con la comunidad habrá que tener en cuenta al­ a los elementos reproducibles y repetibles, tanto prelingüísticos/
gunas especificidades de estos grupos: preverbales como lingüísticos, aparece la singularidad de los actos
-Los integrantes son en general vecinos, tienen relaciones co­ creativos, verdaderos focos de afirmación existencial". Se pone así
u

tidianas y, en el caso de los grupos institucionales, comparten un en acción una subjetividad que trata de escapar a sus determinacio­
mismo trabajo, por lo que las cuestiones personales deben sosla­ nes, buscando al sujeto singular que pueda COJIStruir un nosotros,
yarse y se debe tener en cuenta solo las que atiendan a las tareas y que permita y nos permita pensar, vivir y s9ñar de otra manera.
las problemáticas comunes. Se trabaja sobre los lugares, no sobre !

personas concretas.
-Las relaciones de poder entre los integrantes, desde las ma­
nifiestas hasta las que se generan en el propio grupo.
-La utilización que hace el grupo del material de los miem­
bros que aparece.
-Las relaciones interinstitucionales.

Las transformaciones del pensar y del sentir proceden de las mu­


taciones en la subjetividad que se produzcan en esos espacios del
pensar, que pueden provocar rupturas activas en las significacio­
nes estructuradas. Se trata de recrear y de crear nuevos universos
hasta el momento ajenos, provocando encuentros, siendo afecta­
dos por lo que acontece, construyendo intercambios múltiples.
Las modalidades de expresión presignificantes, el deseo y las ex­
presiones corporales, junto con el lenguaje, las palabras y sus pre­
posiciones, autorizan el trabajo sobre una subjetividad plagada de
afectos parciales. Siguiendo a Guattari, la enunciación y la subjeti­
vación son composiciones siempre parciales (no totalizantes, no
universales) de una multiplicidad de elementos lingüísticos y no­
lingüísticos, éticos y políticos. La enunciación es una u composición
de módulos de serniotización de funcionamiento heterogéneo".5
Los significados y los significantes, la sonoridad de las pala­
bras, la entonación, el gesto, la mímica del cuerpo, los movimien-

5 Félix Guattari, Caosmosis, Buenos Aires, Manantial, 1996, p. 21.

129
130
CONTRIBtlCIONg:S . D E L PSICODflAMA
A lA P S I COTERAPIA DE G R U P O S

OLCA ALBl7.tiR! DE GAR.C!,�.

19

131
132
h) lAI ll'nrin rlr• Jps rnles : pnr11 ].,.lureno. el r.ll e� el n ico d e ' rol�:s más a m pl i o, En ¡.;u d cfín i c i ón snciálriea, ve a In s oci ed :H 1 h u m H -
·

crea t.i vos y


con,iuni.o de posicion.eli ima¡,rinnria:< l\ li u mí da.s p o r el !n- ti vos. to.tal como R-1 varrla.dero paden le·.
Roles no r�J? eti-_
nR
d í \'lduo d_:¡ran te su i n fnncia , en la rel ació n con los'ci o:má.s.
De l as experiencias i n fan tife¡:;, <tUrgen al¡tunos aon- El c on cepto · de encuentro e.stii. en el centro d <: l n
Es en to n'c �s de rni'L i mag-I n a rl a r se co nc:r eta en la scdón. iHcto.9 .para d esempeñ a r un rOl en el futuro. Pór e)em- psi coteraP ia de gru po, comunicación mutua que no s e
·

en ln in b.racc i6 n , · , plo : l a inteáelad6J1 tenid11 con la marlré en el .ámbito agot:.a e n lb in tel e.ctu il sino q u e abarca l a totalidad d e
Tam)Jié.n para el autor de esta , leo:r!n, e"s el ro. . !':!:1 del juego . . Si el -A"ol de é.al:.a ha. sido indifer¡mte o represor su ser. ' E l encuentro viYe e n ·el "aquí y ano-�". V a má:>
t¡ue emel'ge de los rol es y po a la jn Vcrsa . Lo;; .Jii-ímeros <: inhilildor d e ls. cren.tivi.dad, puede pro\·ocar al· adulto allá d e la emp o tía y • de la transierÍ!nda:. Forman un
role!! s on "los psl cos.orn íi tic.os : h•l'gin·idor, durmÍElnt�, . cle� una inhibición en su c;reativi d ad ·y é.n su r-ol de -padre., "nosotros11•
fecador, etc. Son· lo s qu e se d esarJ:"ol l a n 11 partir de tas
·
en· rél ac:i ó n con el 'ju ego y cr eatividad de su;: hijos. · El'
·
Relata que el. primer intento de psicote.rapla de gru�
Mt'esidades )'. fumionc¡:¡ bfu;icas. y de .la,<: _pri;:nerns re� a- ::ol j u g-a do por s u m adra actüa como inhiblil or de' su :pro-
po e s en Viena en 1911, doñdri fu eron todos sus mie:m-
�· i•.

dones Con la mtdrc. ·Ru. Jocus nascencli · e:< I!quella �om' -pio rol paterno. El ejemplo anterior n o R sh·Ye para. di- bros terapi!ut.as. Lu!?.go sali ero n a. las calles e hici eron
ierE:nd ar teTe de transferencia. El faclo r. hle se desa- psic oteni.pi as gru.Pn.1es familiar"es "in sít.u".
co11 ]& gent�
de! cuerpo comprometida en la fu�ci6f!, pero no e:l.!mo
zona ��slad8. . ?'*. e.j eniplo, J ro! deJ i r¡_!fer íOOr ·: ] a b?ca rrol}a en el n¡ño· cuan cJ o ;)'a r oe?e d is tin guir c¡:rca�Jejos, q U e !:!Ufría.
.
. . ;

madl·7·_ Este : es ·relaciona d o tlllr e! l:�cho �de. que ;1 ,rol · a distancia


--�--�--�-----
- -· _;-�e!...Jl UJ.a:..,.�
. -r.at.o-:-9-i·�e."-t·g:Q,..e�-r.l-O,..:.-
..el p..ez.ón-de.:..,.la.-rea-Hd a'-cl-fa.·n·!Js..s·�a,.,.éua-nGs-y!Z>e,a,�d�a'Í'N1Hí:l.·I'":'"u-na-t-ela:ción ·-''-'-i,-¡c:-:.,-;;-:
. 1\iás al!ó. d e l t.aJenlo teápéUticO,;r:.:Moi-·en·o :rescata - el
·

..� i:nma.ncnt.es- a.I���Jb���:�e�oma el hecho


c.on el otro/: ���_Odh�drilo c.offieiotrq; dife-
d el n.! n� Y, d e
·

ren cia:p d o o.bjet.os · res.lea y obJet.os imagiilarips; pers onas .


. l2. m adre forma todav!a u n. a mntpz d e /1,1-erz:.a
:d en tl_d ad m d 1 [erenc:utda, La rila dre con �\? con:d u e t0.1_ -y a . P e·nni!:.e ."pettibir al otro cdmo�es y percibir!!? !1 s"f mismo ,,,
Ya\or d'e
. $;
de que VJ I'lmos en grupo d.esdt!0 �Fl;l n=:;:mos l' n ue:�tro!i
pro�lemas :p.rovi en ell -.d e. es7 mun

en n�1a.ci6n. a él y l o q u e los vincula. Es u11 · ve rd adero ·


.
mduc1endo la !!Onduc.ta de:l ri.!ñrr, ést.e ·.\'a a�f d escu brt en- b. �:J

_!l]_0rldad :Qerfect:.e.:=con su m adré pefO �'EMtum.t'T'O 110-tú". T odos ·a.yu_dll:n en un "gTup_�m:..._�!'\Q...,�;s;1An :.fl._\.!§�1�
sm c o n ij.! en c ia _de d iferen cia. parte patológics.. del te\8, es :qn vlnculo,yo.�yo (.c;on .obje- \-es las rela.c:iones hostl!es. ·Realizó &"l:upos de p¡eso:;
_ _ ���--��_ ':_n_!-_.�� n_:plem
. Lll transferencia. JUL..J: l!.m.bJ.O.,_es_js
· -

(1931) , d t: niñ os {1931 ) , "de enfermos mentales . ( 1 9 32 ) ,


.
·to s intei'1J.OS, co;n el dra-ms: intern o ) . no •sa percibe al
wtro como es, no a e:3t.á. c,on éL El padre dal ' ejem}11o,. " !leg-an d o e.n 1933 a la sociometria Y en J 936 al J)!lko·
Aqyl podemos e.nconlr�r -una similitud con v.a ns·
· pu ;/o.- d �.: ! a teoría freu di ana, que ,afirma q<>e e l yo se ya
partir de Jas prl m elt\J;" meset� de "·dda, Ele su mad:re en aqu ell as escenas in fantiles más drama.
e
ca nfigur,;U n do a
b:s e:q::�ri �nd n :r en �;{i.:c. períorln que \le.,'S.l_l fl
·�x��taba" con
_P\i:D1J:T.:u.; ·que con aru hi j o s en el momen�o actual. Afírrna que trabajar en grupo .sin -u-Qa, ·±:undame.n t.<J.-
repreñ�n tndón de Sí n'!ti{tífto.- En esi.a etapa dón sociomátric.a. s.ntropológk� y microsociológka, sólo.
e) La. p�ú;oterapia. grupa) J : M o ren o ¡¡::\ d.efine a...si : .eon l a in terpolaci ón del análisis i.11diviclpai,- e.,; -impo.��b!�.-.
,t�"!\er. UJ.!,.n
neceS-it.a:j:de .al"g'l,l ian psr11. soO.re\·h·irÍ· re/acirhr a.110.cWica,
· · ·

" . . . La psico terapi a de grupo e-s· u n m étodo para tra�r · La n:g! a fu n d ain en t.a.l es 1:� inten:c¡;.ión libre y e s -
,.;:., -,� , .& ignora a l otro. ER u n s primitiva po sic ió·n d e omnipo- •
de apunbl.lamiento. Ef niño, &Tacia¡;; a esa relación. Yive
on nea , y el obj e ti ;:- o 1 favorecer l.a integr:ación -del in-
concieniementé., ¡:n el marco .d e una ci �nda empiric.a, . p t.á
U!.nda. las re1a.cíones · int.erpersonales Y. lns p:robl emas di\iduo y el grupo. ConSideta la trajisferent:l a como
.
'""'tr· .>;.,,
l." ; ·. . .
axp1'eslón d e la d i soci 2.ci ón Y desequilibrio del ¡p:upo. Loo;
psíqui�
m o ren 1 ano , aparecen los
·

.. :� .:.· . ·
• . • . de loS i'ndividuoS de un gn.¡po . • . ". ·

En su concePción, todos en .el &TllJXl. son- a� �� tele-relacions.les" son los qoe po�i bll its.n -lu i.r.rea.
En eL · s eg un do umnrso
soc i ales y psicodl'smáticoll, dé: los qu.e ya nos hem os e ·
:·�"*�.'" roles
o<: upado.
S e detiene 11io:reno en el ro l del pslcoiem-p e:ut.a :l e
¡-·�. ·�· ter.aj}éuticos y todo grupo .Jo puede sér con resp ecto a otro
·
.
: :�. ·.·: es-ta t.eoría se toman lós ro \ e¡; como eje del .: g;ntpó . Esta t;"létód
o p i
a.<� ro.
a l o
g;':l
r l a o a upa
[l"UJ>O y psicodr'imat�rgo, d a n d o un!l serie d e norm as eti-
a medida q u e e! .niiió cn>ct> y l'iC d ifere!l ei a, va c.as- r cientiiic.o-téenlcas. Da cuenili1 ya antónces; d e. re-
. En I!!Ej r. gr
cJ 6n d e sus mlem rns1 b para 9S me.s

trata s olamen te a Jos individuos sinn e. todo el grup'o Y g!as Y n ormas de un


Y, l f que :pt!nstgue. N
· ·�
.. rou:: o
_
p J�ndo ampliar su 'abani c o de role!'. A l gUnos r oles

¡:���í��i���
ud upo omo
a los indh•iduoB que e�>Eán en re l aci ón COJl él.
__igualé:s, la. s elección de pacíenles,· ·
!S.
gr
qu�dariin inhibidos; nece:>.it.ando posteri o rmen te ser res- c
cuidado de! i nd i vi d uo "J' de! grup0;� ]¡("
: ¡;;
c:¡�do s {funci ón del

!l'nl\ ra \11: d��-cmpeiia


ps icoclram .!l ) ;
"· un 1' nd1·,.1· aun,· n·,,"
c.:.un nclo ']la's "',nno e ."
·
< s po<, 1'b•'l•' dad
r di fc.nmlcl' roles. Tendrá: un· aba · ,
·
, ;r
"; oreno,
· J. L,, n<:P :era.pw
p· , • '· un1pv \1 pq¡c11
"""
d� Gulturu :ECl)oómic.a, Mfxi<:o, lli!Xi, · pág-, 79.
• d
ramo:,· F,_o�uu
"� todo s científic8.mente comproba dos,· ·Ta.:
la d!'!moeraCia en el grupo . .

R5 86 133
ciK propi a : sus iantasias y aluci naci ones. Gas ó eil ellas ·
t
gian parte de su as}JOH:laJH!idad, au ,fuerza Y su produc-
plato d.e:sp!ie[Ue. del confliclo; del dl'am n que ocupa ;;1
protago n ista en el espacio dramático. En la esc�nil., el
J(.esc';ta, nu\.s al\:1 de la comunicac¡on
Lac�o co1-poral, motor y táctil,
verbal, el con-�

individuo pued e representar sus confliclos ·pasadOs y _pre- t1vldad . Le l1an despojado de su rtq ueza ; �ll ha vuelto
sen tes, y f..arpblén volcar sus temores, es-pectativas, p.ro- pobre, débil y eni!:}nno . . · " 4•
Enumera !os mélodos. a utilizar entre lo¡¡ que ae •
.
de.stac/tn :
cJtj<b ):a s r en la esc�n� el
,iincu !o c'on estos persohajes, a .lo s
n!lacionc� l: .a.
E! psi odram posibilit ? , a esplegJ!.
0
con e1 presente Y pasarlo.
c o y. dudes .sob¡,:e.ek o; explorañño . �us
ayuda. en Jo..s in::;tituciOl)� que :R;lbergan á fes ;pa�
. -�.-a) )\ofétodo
. a.sociadón, idonde .la gente- �e t futur
qúe el prot.agomsta,
de
·
a.rtiíici�l iMlu So puede enca�nar ' ( iíwerslón de roles) · �� reor-
( ejempJQ.: :A[rupación d e :Prostitutás Vienesas, . rentes tkn icn: paTa .de::;arrollar s.l mAximg
con dlfe-
c!cmtes,, 0 .en cafés. sin· un a:parato El m é.t aPo general del p:;tcodramn. cUenta

1 cimi
provoca . un esc)are�
ento que ali via Y' l ! e;·a a :recobrar lo ·p-er;d¡do. . l.nteg;-a.
r la .explora� denam iento interior, mAs integraP,o,
1 1914. AlcoMlicos Auónimos, EE .U.U.• 1994),
·. ción y l a _cz:eativldarl, po¡;íbi!nando un¡¡.. ¡;:atarsis de ·in le� Cu"Rndo

b) M�todo de a.!'.esoramieD.to.
c atar�ls de -
grac.16n. se produce. este hecho, S!:l · logr; una. _
on me�tan�e el
e)' Método de conferencias (pedagógico ) . . com}:llem'ento. La IX!�ibilida d d e integrar Jo _d !�Octa do,
ción ciue · según Moreno, .es una :purlileaci
t;es momentos .que poseen. cada uno, una . im:Port.ancia
. Se distin!l'uen en el d�arroHo de la acclón. dramiitica

·::angular. La .prtmera fa.se, 1larnada c.l1l.d.eo. m lf.'ll(o, El:': (jon- .

e) Mél:odo psicoanalítico. que en gn:¡pos, dice, a:pe-. d� ,f:' prepara el clim a del grupo. Se elige un t em a y un . . Ef terc�r mome'nto r. .i.ase es el campartfr; es donde
d) 1-.fétodo de clases {pe.dagQgico) . recobrar- fu ena y um4ad.

; :-n.if.�onjsta Y .se inten_ta adent;:ar al mismo en el m,a- .


* *.Ji: � ie'amen�e. R'!l-stJ. .�e· mo mento
;ror �-·•,·al d e e.sponta.neldad
:p.
el que. se e..�puso �� ."�r::;.:. ·,¡.�?-6" il\l 1nttrmd'!-d ·íue!ii
nas se distin·gue de l\lS interacciOna] es. el irupo articipa ' �� t
-:f) Métpdoa vistl�les. J�Hcu\as, etc. ).. pos1ble. Mnreno destaca la �l ��-
i.) 1:!étpdo d e discusión ·libre.
_ d� esta f�e desde. su � orfa ; gon.ista ( Carlos. Aí e:O.e¡raz.z:•.- nos recuerda. que � �oí.a�o-
:
nista" es· una. palaOra qua p¡-aviane
Imporl!ln.:la d·e la· ;s�?nta.

.s. En esta etapa, el ·gru·


f!ei grleg-q·.y· Slgnifica
.
. n ; ldad·creatit'ldad, ha.cllmdo h�ncap\� en que �ole libe"
.,�..·)
:Métodos soc'iométricos : agrupación soclométrlca
sújeto ,logrará ·el estado nec:esar-io para participar eficai· y vivencias, ;todo
ra�dose de ataduras de la reahdarj'. ·dcsa.prC1idJ.cndo1', el
e1 q e agoÍtiz a 'oii""in atiam ent.e)
0 evuelve r:om:p�rte Sua ·sentirole'ntoess ena,
para mejor ayuda...
. '.i)
�;�� �� .historias dí�icas � todos _opinan .:sO- m e.nte, de manera. esp�ntá ea, n la d�mati2-fl:eión. Po- f % las so n
_ :¡..
o
n ; o qu e l es f�l e su !!edie�d.o .durante la · � . ��: n.a ­
dra entra:r a�! en el como sl_, dramatléo, . abierto. a lo qu e. en e1 ¡os produjo. Las c?lll:Pañe;9� del gr�>po, ��e
que �·a.J.a SUH'l;nendo ha n estado en el lugar del" púbhco, �e g-!ln 1�· -¡;a��o1�g¡.a
. i
Mé1odo . de la bibliotera:piA; los pacíeJ.?.�S Jee.n _ en la. �cena ; afect�5, íl·SOC\B.C.!O·n �!l�.
c as
·

moreniann, .al volcar sus comeD;tar1bs, a_u


s -§.SOCllíclpnes,
k) Método magnetofónico : sesiones grabadas, Lue- d o �n. esta fase B!> .IIJ UY Jmport..'l.nt.,e �l rol d:J dn·ecto:r
libros seleccionados y los dl.scuten. r�cuer-dos, nuevos parsona) es que, al �om1enzo, no .recor�
.
. tienen. la doble función de arp.phar. �1 :panorama · -logrado
para p¡·e�:r¡¡.r ,Y gmar s.l p.ro� · con le.s escenas del protagonis� y no dejarlo solo, a�om­
.
tagonlsta. h.aCJa. la escena, dependera, en gran parte, el de f.-OD· ·
,go los pacientes se escuchan a sí 111ismos y r�e-- dramatice: de. su h<�¡b11ldnd
·
. ... ñíi do' que Se sienta en· · desigu a)dád
1 ) . }rfétodo d e ' la música y la d aJ;t�a : ] o!'l · pacienWj desarroll ? creatl\•o del drama. El . pTo�gon�s-ta pod á
xionan en grupo. Ea ndolo evitan
r
di dones . . Se !Ogra así gña (:A�rais grulJa
l q�e. co_;ni��
c.oU el NotagoD.lsta y · cohtinüa con lo
re.almen,te ;an eda rse en 1�. dram.atlzadof.l con a.s-�los qu¡;¡::uen ..en.�P!I
SU,i'Os disoclados :r desconfcldos, y no mt-ra..�;nent e .repe.tiT'
bacen eu p:ropia rnúsíc.a y/o eacuchándala.,·:aa.o,..
u.tiliza.n<d u- ;.. �:
d em ás 'y1 todos j untcis, dq.r.ant.e. Jos comenta
rios.
t�n. · . .-:
m) �étodoa ocu-pacionales y laborlerapfa. . • ._ f n x ,r
s e plo ar.
E! segunde momento o fase es la t•epJ•ssent-n.ciáH ·p?" OM :.,.... · "en
Las di versa �éc.nics.s dramát{cas . .que se
. · • fu eron Pen·•d .,., as por il
O, o:rno podemo¡:¡ apreciar, todas estás �éc:ilic.a.s que .se :Pla'1ne?l.
' rante Ja represen
te d� ' ha, · "'1·anta.
_ 1 1� .e.sca,�a. .r · 't'wa. '?quf
.1 •
r: obrl}n i mpo¡·- . rehció.n co:p su teo'ria de /a. e'!Jolufiún riel 1HñoJ P"4a. una .. --:·
8 ...
w;.clon ."l'o'rano

h�n d�rrollaQ o independientemente .a :posterior1 con tanr.la !os .} 0 a.u.:dl&res,


·

P:�ve�os esquemas referenciales,· ya fueron penaadoo y �..0:!1..: ·los p�onajes 'Para Jqs q� e �� protegonlsta lo�
que ¡;erán Jos enea�,gados de en M a<;. una ..eta.Jla · ':'
d e Has cqp.1ple u na funcióh que corresponde
¡!XJ;>�rl�entados por Moreno . . . Es pa-ra -p e!lfflÓ. personaJes reales o fantasc:ados. aspectos del pa-
.j.nll·
de!8desa:rrollo -ps(quico. El ruredor do
· '
e nsar . . .
. . 1..
t l}fét o do psicod1·a71�á.tico : El método .dei psicodra.,ma c1ente simbolos d e su mundo
t rumen ta e n c a d 1:1 a i tuac16n ·u aquellas
· ;que
·
· r>�.,
.
. :
,17""
.
''t:oma l a representación dr-amática, J.a. .esce'!UI., co:rp.o núcleo Dice Mon:no : " . . . El p¡ciente en el curso d e ,scu
del abordaje Y ]a .ex ploración del ser h umano y sus '\'ÍllYU· e�fehned�d ha ded icn.do un.n gl'an parte dr: energí&. pro�
·

l os . · La a cción , unida a la palabra , brin dan un más com· P1:1 o las Jm!igenes que llevan en su in�(!rillr unn. e;.;isl.en·

BE
134
ad('cuacla� y c ón aspon rl i e:nle� t�! momento., ele! d�:alrlfl. .L'..
,;-X·JSle.n
: o l !'<l.�· ¡ee · e1 1·unH1 :¡:!ca¡;¡ crm111t!:>
J
por llfa�
-' · •
· · •
�1ft.:'
;:egún el tipo de. vincu ! acl ón que en él se exprese.
· ·J-l ·lcax.
rnnn · ,\' co n posl er!On d IH¡ ¡J ·P.1 · En J·en !'!C1 � e1 ' L1·a ba,¡ando
· "
1 , 1.0me le;·."'

. ·' e afeeli\'nmr.nte co11 la e!'\r."na.
• ·1t1' en•io, '.• ·1 11
.' !•" P". • JTI10"'
• •' 'etnp
� "ep
' ...

1.·n psicodruma cren.Livam¡;nle. surgen m ú l ti ple;; {'"ecursOs ·


· r n
c e t i d í\' cln .
1':1 ... " ,.
·

Macel o Y Pa.Ylovsky hacen un pormenorizadu distiil-


·
el hi, corresp o-n de ln técn ica del dobla. A !� s eg-un da del
' ...
" ·de '¡nd'Jferel1"!, ' ¡¡ del ,·,, c"n
•e'! n

' )• "'O ent're


reeo n oc'·n11' ento · del' yu, · ." o . , ' .-:.. .,. ��-r-
' Ja t'ecn •' ea d e1 ,,-,1 ' ! igados..al marco ndcmmcílil teórico · él�! psicod ¡·arnatísta. -
' " . uno y . ot:ro térmi n o 6. El p:rota.o=o;iisla
.,.-upo.
·
c.era etapa de.l re;conoeimiento del -yo, la · técnica de l a
· pu.ede

qu� cons!sla en quu el prot..agonisla r lo:; yo-auxiliares ·


Clásicamente, las más uti!iza.dH.t ¡:¡on : el soUloquio, �er un i ndividuo, una pareja o .un <rr "
Directo�·: El psicol:erapcu'ta d e l Jrru-po . "es también
rlig11.n .en vo1r a\!.,'1 "como si hablara co n s i go mismo" ·a lis
Mediante la técnjca de d.obla, 1:1n ' yo-n uxí! iar d esem - el director psicodramático, Tiene entónr:.es ·una doble
·

¡; en Umien,to:¡ y.· JH!J!?amlen lo.�, el - -do b le y l a


i!n·e?-#ón r!.c rolrs,

.de
t .. .coJ:n- _ ro¡cs. otrt�.R ... fun Ció'n, ·según loS mO. -m �ntos de la ·S.e5i.9n." Aunque es-
. .�>,:,.oni.sta. l'. erba.l,.:¡• -'\:"'est ·
iiit�efsió�
v 1 on,
,
.�.

dementa aque.11o que desde dl cho desempei'ia en_t�e.'Qdt! Y rol unitario, s� d.istlnguen técní'c<%m�11te los momentos

Pel;a el rol de ,;,rota ·
dzy te:>)Flmt:!la,s
. , .unl.mfo!n.. e. c.ecmcas com o c.oncrc�rznt irjterpo\adóu .
Si ente qu.e el pro tagon ista x¡o pu ede· expresar .c om pleta- · -d� acuel-do al crit.e rio d c . cada Psl c otlra·ni atis ta . en los que' coordina' la esc e:na d ram átíCa y cuaildo el gr-u-
(o 'rol . imprevl��o"), reportaje, se util�Jin· 'un
·
m'erite pOr ser esto desconocido - u ocultado,. pln:: ,jnhib!cio�
nes . Se coloca a l lado y en iélénti � a postura. g u e e l . pro�
J?O e'stá en tarea :V�rbaL 'AQ:u{ se pOn� de mariifi es-to l a
·part l fl e scen a _pskodram áti.ca, c.inc e \ em entp
. M ore no_. .tornan do del mod el o te atral s u s el?men t.Os,
li
orientación d e i::.ildi terapeUta. N osotrOs· habl :im aS · d e
t3fronistn, haciendo sus rriovimi�IJf;.a, .."funclo il.
di n
.._ : O · in�trumentos : escanario Jjrótagopish dü:ec.to.t-;-}�o- .una
t
!\ i g- ue s
la mad re y- e1 hmo·· ' e · , n o· , · ll'.en·'·e ,·n "" u
coilcepción 'dramática ·de la psicote;ra.p.ia_en"'--la---q-u-e---··-·· ·
·- ,, 'en 1 a ..,-w
nlind·o ·}:.OT(l'O...,
" .
. . ¡�
,� H- pt.npi! ' n .... .
.. · c-e
.
el cooro•n•o'or,
�! 'Pensam i en to en escenas, una a.ctitud .'interp!-etath·a y
Jce ..t\tP�e,<¿ se dr•matJ'c
�.--,--;-:-_ La que la madre hace ·as' ¡.n:.J. . el n:no, u11a pfl.rle In-
- . '·rnal•'•a·'o
au a p b o . · ·

. Escc.Mn:o : Para· este autor, el eiÍpaci o dramático úna manerF-


xl\¡ r:y ú \ ié
conct· en te ·'... e su p ro p·l O .v o . . . " ·· . _
�ande se desarrol 1f'� )<!
de ser en e! • ·
escen ¡¡. es e1 · escen�rio, �¡ espa.c_io
·
.. · ln'Upó, a.cord e . a su referenu
· :.:te-óriCo. ' El direc:tor de psieqdrs.ma, está. aten to a toda
Yital que brind:¡. l p ;posibilidad· de ne�Os �· t;onecc.iones : ·ft�vnna.ción o dato q u e dé .el :pro"4-goni s4 :Pal-a Jnduirla
Pa,ra que · el yo-auxiliar -pued¡¡.: dc::prtpeñ?r adecua-
da mente el :rol 'd'e doble :psicorlramHic.n debe ser -cnpaz
·
·
taneidád (a través' del Caldeatniento) .-:ü.Oa: ·:v'ei comen,.
entre ·Jo imaginario , _ lo aimbóllco v lo r�t�.L..J!mplfa_l_as-&IJ.--1-a-eshena-g:u-í·i-y·.·B:juda--=-r.u-egar--a.,Ja .esaeni: 'con e-spon: ···
osi'bilJtllfdes:rrer .st. rea_l e.n .un coino si simb_ó!,í'Co. En
. de colocarse en eSe tugn¡·:- sentir··. IR .sit'úasión . del paciente

este con tin en te �.e de.spli.ega la · próducdón Y en� él 'se :pue�


"--�'.!coJno-si!l;_ftle._ra-su...doble-r<:a:J.
zada la esceria, e_¡ dlúcfor se retira· tlet ·espacfó dra.mático
,.
En. la tei:!nica. d.el eSpejo, el :prot.a goni:üa 11ale de la
escena y Q.Ue un yoM � uxlM den r:�pnsenta'r hechos simples de Jn vida c-o.tidiana., su e- y sólo .intervien,e .si es ;necesario · inC! ulr' -'al ¡runa ·Úcn ka
llar lta(:Jf de et; • se busca con esta técnica- qu.e. e! pacJ ente
e.S :¡:ftiblico ·de ]a · re:pfesentac.ión
ijos, "d-?lirio�; a.ludnD.ciones. . ·
nas a l protagonisl:.a o yo-a u:dlia.res.
(inversión de roles, doble; soliloqUio, etc:) da·nd(1. con'sig-·
Moreno i deó y construy6 esc.enRri as mut �fisticados,
·.
·
. � -:fancíe reco_ll � ó su imagen- en el'
se r;;:cOnozCa<biÍ. dicba repre·sents.c:i ón, · as i Como en su in-
eS.�jJ) • .,J.:,s te.rapé,u tic o En el momento de los coment.a:rios,,;po,stel'Í lr a i a
escena, aporta. como un miembrO más del grupo o ca,l!ll
· con distintos niveles, de l os cuales hay. vados 'moéle}os,

porte.miéntos J' aspectos que le son "'r}e_sc:on o ci d o.s" Y que! y diferentes- niveleS . . Adualmente, · una tarima. o un ee- r se repliega (depende d B.· las di_slintas· e;;cueías).
· : '-' de e.sh tec'{liG� está e'n que :reconozc'iwf�hT)1p pt·opio¡; cmn- todos con una i-p:ndp:me:ptaci¡)n d'el por¡qu.é de .suS fonna.s
- .
importan para· el esdareci nü ento del c'ol'lflicto.
·

71acio designéui.o c�m pl e, en la maroria de los caso¡¡, ]a. -El yo-a:u..xi!f.a.r� Tiene, como sn' uoml�re lo indic.á, ia
En el .momento en el que e! nii\o reconoce el lú, si r'ri� función- de escenario. :función de a u xiliar al _protagonista, dramatizando . roles
e pon e1:se en el luga'r del otro. la. Prola.gonista.; Es quien, en pilicoi:b::ama., protag:on.i1:;a oue éste le indique y que JlCCesita pa.ra re<i:1izi.l.r la. esc�:r.n.
L'

::· ... ter:nica de l a · ·inwn-s iOn d.e .·rotes o cambio" de papeles. su propio di-ama. Se :rE:�m�senta a s{ mism o y aus per- · También r'edbe condgn�· d e l director.· Désde: l as "Vi\' en-
Con
· bólic.amt:nte pued-
� , , . ..

R e ¡¡onajes son parte de €!. Palabra y aCci ón se integra .


de! mu n do del paciente. Esta es la técnicll bti�ica ri el ampl i and o las yfa.s de abOrdaje. La expresión libre Y ] a
. se investiga en l a eser.na e! ''sentir'" ele e:soS person J s a n cias· de los roles desempeñados, que lo vinc.ula'ñ af pro-
t.ag-onist..a., tiene un.a :visión y obtiene un:..' c.Om:pnm:dón'
P.spolJt.ane.idad eStim uladas desde el caldeamiento Y -las
���: psic:odrama.
d-c 11-foreno, aludiendo a.! er�cuenfro : " . . . Y �:: u a� do. ,e<;. tés diverSas téCnicas qu;e pueden Utilizarse,. tiendEn s ·�11:r�n�
incluso forma paile de una famosa frase dt:l drama fqu� en ·C!¡ caso de los yo�- auxiliares profesio-
·
na.Jes se asientan, a ¡a ye..z, en sus eonocim\enlL':s:.-¡jsico!ó-
conmígo, yo ,te. sacaré los ojos de sus cuenc:<_s Y los o11- tizar que se drama ti ce y no que se ac tú e . E/ t.s-rml!I.
p O
drE- en el J ugi_f de l os míos y. tú me arrancádS los m íps
g-icos. En nuestra forrnn. de trabajo, Jo8 yo-au:x.ilia·res:.-son
· · '
_ "actua ción " en este caso es sinónimo de c onfusi ón -del
'!c-Ónio si" ·psicoclramátlr.o t'Oll el sl real ·(pr:ocesó ¡pri- 6 11tH:da, F. y PayJo,•s.ky, E., "Dram.a.tix.a.ci6n y al:tua�ófl: ·
do� tlnni<ws de opue..üo ·sJ_gnUicnrln", en Clh!ica. ¡¡n.pcl-1 J,
.1' lcfi pondnis en el lugar de los tuyos, para m i rar te c ol"l .
tu:s. ojn!J. y que tú m� rni res con los mfos .. . . " milrio), o de lo rontrario, IH'LlHl l' lo que �e Ralle s-in com- i
n>U; B¿squ�.-dc, HuMos Al:re;, p<lg. !11 .
, :",
.
f.! J . n2
1,���·;;;¡t[
135
· ·c.·
!o!i m i smúll. cum palJr:.fO!; de ¡;¡·upú y, e ven tu al m en t e, unó Psicodrai'na psícoanalitic.o 'al "investi [n.nrlo- sUs �Cultos
<:\ i ncl i \'id uo, el grupo , lo .so�i . ;
de tos ¡;:olera.peut.as,. si se ti-abaja en ccr.lera):lia, Pansa� vinculas complejos y d w\ ectlcos.
mr¡¡¡ que sl bien ·\os pacicn h:!> no Lienen una ia:nnad ón
.
Aplicaciones grupales: aquellas ve:tJ ent�s
psJcociramática1 vKn. entrel!ánrl a:;.c en td curso dCl la mis�
Y�rnos ahMa co mo se integ-ran
de la.s qu e ha !n ba. . m á:s arrib a. ¿Có .
· ��
.A.dcmñs c uenta n con el enorme valor ..de · Jeren dai y modo de trnbajo. Confluyen en él \'S.rias ver- trabaje Jirtip a l que ptovjene d e t<Q�.. �m:pleJ a.
.Lo
Quisi era referirme · hora a l o i,¡wc !':!> m i ma.rco re·
a b mo co� e en
� �l. zar
Ul):�q� ?�
co rr¡p artir la exPeriencia g-rupa! Que, como bfen sabemos, ti en es : el psicoan:\!is'ia, el }?Si cod ma Y la psicob:rapil!- i nt
m a terapia.
- entamos. cuestion.arños coti9ianam
t �o-
·grup!J:k Una co �c c}lCi ón del.honil:lre, de l a sal ud y la . ·en- t
ep.�

s am ien o v
e:r:te nu:s
.h<'.C.? de cada miembro un· ag-e:hte tcrapéutko.
rft"
tecn i c a.S , tratamOs' de lop;;ar un 8..9-Clodar un­
El· pil.blico : Es e! grupo terapeuticc. · E:n los psico­
e! que se �ue .a com�
El contezlo social e¡¡ iOf!uencia en y esta in fl u ido ' ! Jdual y _lo SOC!S.l, .el �n­
f�imedad, una concepc ión social.
dado en"U·n cuerpo teórico desde
dra�<; pUb l i cas, la rela ción que se ea"f<o.blece es diferente,
l
por la \ida d e los grUpos, . Parte de la tarea a · real izar do fntr.:rno y el eÁ-te.rn o, ·l a teoría y tec::uca p�lcoa..na f.tlta
prender cómo SI! arti.c¡.l!a lo indfy
pues además de ser numéric:amen t..e 'mayor, no:tiene ·1a.
,

contin u d ad y lazos a fecth•o ::; y de histo ri a que un grupo. y el rnélodo pslcodram át\ce; Cómo � r m.�gr�
n
es a ·aliz.n r !ns r.;laclones de los ii:�dividups que campo-

t..ere.péutlco . (M.9reno ñubló· de coinco nc�enta, concepto nen u.n _ gru po y del grupo coJV.o unldad con e! mundo nuestro trabajo, aquellos rni�leos n;oreruanO:pás1)co rama Y
i de ':ll
t
a de! -
general del u:ir:oanálisi?· . La �écme
na

El ser h uma.n'o • es gregario, Siem]lte, desde !!U n a�i� h. tdc.nk-:. . �t\!l pslcoatüí.hsl:l .a phcada a los gr.U_P� S: · · , A
exterior.
que existe de inconcientc. a \ n cond en te
con el qu!i designa a la formac i ón, comunic..ac ión �pecia\

_que comparten un. vfnculo cerc;¡. no,:durs;nte largo tiempo ) . m i ento, f0!11la. parle de grupo�;
entre
s imp)�: \ · �'i p�r10::e ·1mposi"ble 11ero, · a .poc?'·q ;: u en �\A���
.Person-as
t.o.n:�i� �� �A
miento comienza una lucha po1· la. discrLmma.cma, la. ,m- gamos a.-:péi't.,:Lt"!� y' ��!imen�:�o, fujmo_s.
d u· n ac.i- · u
.
';i
di vl duaéJ6n y, dia.lé.c!:icamente, una. h.¡.cha por pertenecer d iie"rentes po��biUdades mt:.egratn as.
� �
desde 1a. .escena, a pol:i.-o.nd o opiniones. · expres a nd o itl�l�
Él··público, erÍ ambo;; caso�, resuena co n lo que recibe� ..<1;
grupos,_ s er a c eptado,_ vinc.u!a.rse · Durante toda Ja ;-lda
. ·· · · .
· t6's. a'S'Óéiando con su propia histo.rhi:. Co ti en e la escena. a ;l
, ns.c1ó en Fran�¡.a e.n 19
. os ; �ta. . e l n
n El psicodramn·: psJcoanaHt�co, .como .n
· Es ÍJ:p.J)re.scindlble para la r ea lizac ión del psicodrama. individ-Ual y la necesidad de un.a. id éntid.ad grupal, ls. mismo Moreno, Anzieu y·1 otroa
nos mo\'emos entre estos ·do¡¡ .polos, r¡uestr� identidad

-por qu e: aon pa�.e de! m ism o, com'p\etan


de s u exper:enCJa data
d� 1950) . Los psi
lo -{iUe sucede en n"ecesidÍd d e amor, de pe.rtenencin.. ·
· (Anzieu b.abla de· que el comienzo
Es l ógi co entonces, que :poda nl Os entend er qu"e, ade� · 11!;n
�s q':e se ;nte
re.s-:r�n
ld�.'u�b!\���
· l ist a s franc e5
· · · · 'Ji
c o a
1!;( p ú b ti co puede s e r de pocas persona� (fa;nilias, más d e ras grupos :primarios' que \'an cqnstit'uyendo nues.- en el Psic.odrama,
Ja ea·ce':na . na

con grupo,!? :psic.óticos, �iñ�s y � dolesc_


- n, su vez..,, hp.¡¡:o.s
· estaba a

'�pll.:rej� . grupos terapéuticOs, op e raH vbs , de entrenamien­ t.ro g-rupo interno, existen una· Ererie de gru po s .;ocia!es
en.tes. -A;;.,}W.·!té." P.:w
t ...�. .. •
to, de' formaci ó n ) o de mucha¡; (psicodr.ama. público o
u·byo.:�
n lo lar-¡ro de la histoi-la con l os que· el. ho m L re u: tablec.e
,
! izaron la dram?,tiz..acwn, mclu1da en ·1{1.
�i��l$-.m � , .x�);
l"az:os : grupos Políticos, re li gios os, ele. Se va n d �sarro ·
dual (LelJ"o bi .cf,.
� -pS�cnan:a: . :·
del ps:icoanB.!isi3' indivi
Moreno di:;tin¡tl..l e tres procedimientos seg-ím el o je­ !land a aus ideas y "tom.a partido" con reapecto al Ac.on- bel-go) ..
grandes grupos ) .
e� y. ��laq.ory:dorea_:1�
Otros, intentaron adaptar !a �cnu;
·

to de es tud io �� gue _,e aborde cuandó se d.ta mati:z.a ; psi� : tecer socl:o.J, aún cu an d o su ac it ud sen.. pasi\'ll. e jru'iife� ·.A t ca .a. lo dram.itl co y wu:pa.! (AnZl
b 1
rp. ,
i
t
l)l. des�
illme.nt n Fr ancia, L e o m e rep.fes rli� �
� JJ .
del llamado· ps it:: ocl"r a!Jla fr�udJan.o {de
u ,
codro..n¡.a, tra.ta.mianto de ]os conllictoi; individuales. Bo- · renle, .lo d e �erm in a, tie�e una, jde?logía, ct
aunqu.e: e e los .,

socia l as. Role pl.u.ying : cua n do €:1 psíC:odrama


do�ra-ma. : · d on de el objeto d� estudio s on los grl.l:pos conozca.
niB.no) junto a o.tros :t:u·ofes¡o,na\es rle su
n.ero ·.:
l.ns l
t -,:6(��
CI la.:· ue'�
·para l a formac i ón .Y entrenamient
1· Nosotros pensam os que un cdte¡·jo de sa l ud qun tome. � :� �
o clG roles p¡-ufeslonales �11 fWP·
. es 1.\tiliado
. la escena d :ram!tic.¡¡.. ;os
Gaud é, entre otroS ) , represente_n una .c.orrl �
.
po :Puede olvida�·sa De que '-' . 'rloe·.-i n� .
aste es un ser soc i al y que; para h ac er un diagnóstico, .
.
y
al hifmbre en su totalidad, ;rec.onoc 1dn la. c = : . . · _..
· ,

haber dad o asi; u na idea general del pSicod ra­ plira en ten der su c.on!lictiyn }; poder realmente a yudarl o D icen los �mOJQe :
y b�cnltas. ue
cen ¡.r r el drama
l. a. ' r LJU e apa r. ezca
· :. ta l r*d '\tti··l:.Utütii·'
pe m itir ��;d: ':t?-5.)!� ·.
Creo
rn a a ú n cuando muchos temas que d an sin ra tar pe;ro, , 1 o' .m
• "
¡niñc.antes. El ·ps_··co¡.¡;r.ams;mo· '""'
la b úsqu eda de J.ln cie.r:o sent
.a desa rrolla r
t . s e en plfmitut1, "e! ciudadano" dt>bc estar H mp . . . ls-1Uhf}

Se puelje investig11r el ·inconcientr:, e s ill cam i n o


adcn tr-ar<>a .en todos ellos, sobrep2.sa
el objetivo de este presente cunndo pens.amo.s. en é!.
:pr-etación c¡u� propor¡;cione ei .s,entld o
te fundamentaL por ei\o, se debe aVlt&r ·
� � .
cap itul o. Las inter esados en profupdl za r en los c.ouoci­ nific..en .
y.;l�
...

·¡¡ •
mJentos del psicodrama de lrioreno, pueden le.er su ex.· elegido, s i emp re )' cuando rescatemos ¡¡u co nocim iento
tensa bibHogra fi.a, e. sí como Ju de otros a u tares ame rica- pa¡·a !nt.errrar!o al in d ivi d u o . como sér sociaL No :perder
" ·
9�•
sentJuo ' •

nos y europeos. CYei blb!io¡;- rafla, p á g. 195).


... . 1
·
de \'ist..a- esto, i mp l icn .moverse de u nn esfera a la oera ;
" , . . No se trata de �!1 - s . ., 1
de!:!c�bri� ; ;��i. .. : < '
presen t.uia. la \'erdad del sujeta,. :uno,.n'J�

95
136
96 · ··.'.1.
>
. ..
ficn.nte que, gJ't\cin¡: n lo::; so po¡·t ; que el grllpo ofrec e, �anldi ��� formad os en psícndramn psicoanaiiÜco COll
c�qillh:..
el e xi l o, !n. enorme deucln externa. que nos somete. a -loa
m presión, ·e! mledo, los ¡¡iJenci amienlos, .lus ..desapár�
conYi�rte í:!ll una m:i qn i nn de rep eti ción . . . " 1. Ma·rtlnez J3ouquet, M necio 1' Pa.v!ovsky. Act.u a!mente eH
centros de poder eu ropeo s Y no rtenm e ricanos) son :nueS�
S!! i !

Otra !ínen e$Lii ¡·cpt·esentndR pm· el GEFRAP, fun�


Csr)os 111eneg-azzo y 'Mc}nic.� Zuretti pro enen de ]a líhe;
­ diferentes in !:..egruciones teóriCo�te.Cnicua. ror otr; lad¿

ne.!l y trat.a mientoS familiares- e indh·ídual es, El aisla� ·


.tl"a ánoa . dü trabajo, tanto en grupos como en institucio 1i
R: Kaes, A. 11 issen R rd , G. Te::: t�_male<Monod� S �s inYes� more nis.n a . Y cont n ti an en el!:J . Da!miro B'USto�· Tn1
dado en-19627 a l que pertenec en enb-e otros D Anzleu
i
tiga.ci on es S!! centran en In dinámi Ca de la J)ersona.Hdnrl
mi ento - entre n oso tros sería un error d esd e el punto .. de grand a aspecl:.os psicoane.líticos �- }Jslcodrnma c�mple �
y los g-rupos . Dan �1 psit:odra ma, a. la esc en a ; el xa'l01:
,,ista deni;[Iico porQue no podrlamo"s ref:catar lo Q-ue .cada su for¡;n��:ci&n' en �E.UU. con Monno, Jo �ismo oue
de ¡ma com¡micadón sim ból icR. Dü:e Anzíeu:
11 : :En pa.fs }Ji imrestigad o nl respecto ; y, desde el punto d..e Yiata Padovsh.-.r, G ! assenTJ an y Zuretti.
·

político· re gi o nal , .. pol'que debilitaríamos las· ppsibílidac}es


• •
ps ico d ram i ana!Wco fa\'orece In 'eXpresló11 d e los cOn· . .A.ctual-';l��te se l1a desarroll ad o taJ\to el quehacer
flirtos por i n term e cl í o de imágenes· simbt'ÍTicn� . . , '! �. Ca� docente y clinico, q u e se hace
d ei-o in-t-ercambio (que JH1 sifin i q u e . El somet riti ento ..a.l
de ccineientiz,Sción<..que· nuestra tarea conll€sa. :Verdá­ plsocadramabJc?" a mvel
tmpo_slhl ': segmr dan-do nombre� (Qll�, por otra uarte ·
_
ii i .
s ería te�-��so), Este "privilr.. g'i?" qued a flsí res E rvarlo pa:
rucle-riz.a cu atro aspectos important-es d el J)sicodrJina : dogm.at smo de ¡.ma escu el a a l<t v e a 'usanza n eoColonia­
i , ij
1
drarnatización de los Conflicto�, . con unicaci ón '.simbólic-1:¡.¡ · !iSta} estimtJlan do las in\:esti gaciones l ocale s y las ¡que "\'"leJO�. Lo
e.fect.o catártico y nr\h..lialez.a l_úcFcn...
.. .
puedo af rm ar- es que de e ntre los
i
an l a. A
en comun . ·
·
de .esl."' linea l1 an por de· nosotros

rnorenial)a, que r-esul ta poco sólida s i In


. con la teoría psicoanal:ti"C.a¡ .. -tiene., sin �in�
bargo, alf01:toS s.s-pe�tos que no SOI_l; .e.iclurentes, sino
eom:pararnot=

que se compl emen tan y, en alguno!o: casos, son parda!F


dll;d � de c:onceptos ps-icoana!íticoS no reconocid os v re�
�autb.ados eon otros ]llbres o trabajados desde ·otros
llO
com o sucede con los conceptos de :reg-re�ión y
.a:r;gu�?:;;,
foac.Jon, U re¡,r:r�sión e.n psicodrs.ma no ae .obtien<:' a
t;a\'és .de l: - tt<LnSieTencia (en -el esquema ·.moreirif. :no )
, de la s�en a dram�tica que "Prese.lltiz.a el
P2..Sado. 'Iele y transferencia en· Moreno son c.ónceptos
Slno a trny�;-s e
� rederos del de . tran:;ferenci:!. freud i ano . ·· Rspont.anei�
, esenc .!!lroente., e:stá rela.don do con el conce-pto d2
�' l
_,
hb1do en Freud
� � 0:�?
N_o U:m.ai:-é' aquí l os aspectos ciiv.:e:r:ge &3}"-·.p.ii s
�ca son mt:� ble.s en la cllniM. Si:no.s ·fiJ:a:.nro's ie.U.":Já
scena dramanca, ésta desde lG mor-eniancr.-7truldra·Hl�nci.
liUv al or d e l a siguiente manera : la r!::pres�I_Jtación d!-a+

fH 98
137
rnúlie� e.� liber doru1 es unñ sc¡,;undn \'ez., es In forma
� · Los grupo:; tcro.péuticos y de forma
aqq UJ o.ren el pasado y el fu t u•o, en el. presente. ...EJ·,
ción de psico­
les cte .e �presi ón del hombre: verbal, . i.Iestua!, pre--\'el'ba\
I.JUS
Y ps i
c.omp �J.rlir, 1A cre.u th·ido.d y el aCto espon­ J?.!Otl. Tonp>mos e\ 1J111po imaginario, transitamos:: el'
son grupos de tra nsici ón en nuestra Concf!p....
las tres áreas : mente, cuerpo y mundo exte l"ior· (J osé
como t r i vincular, en forma unif i cada, no d is o t i a ñ.d o d;:_amati st.¡B.!i,
�lCI.f13 o �1 . i
�aneo, poslbJJII:a:n nu e\'Oi .roles .r r escatan ene.i:¡rías perdi­ . camino ·psicoann.lit!co y además lo social, au influen�ia
e n tr ,_

das Esto lle\'ará. a una ca turs i¡; de in tegración y a. una eh el grupo y dc1 g;rup() .�P. el. ¡:n acr grupo. se qu'e yara
B!eger concept-u aliz.ó sobre esta!! áre11s) s,
.
Yo encuentro que ha..y< una serli! de convei-genci a �
o
con Moreno. Por eJemplo:
'

opino que no hay


·til.to.r::>is del :pUbHcO. . · · algunns ¡;oncepciones de;ntro del psicollnálisis, estos · -es
o u.n olistácJJlo en la labor analltica. Yo
e� , J}e:ro m á¡:¡ . :Profu nd.a.m en tc, .m lÍl:i tlaram ent e que en la
El _o bje tiv es que el jndí\"iduo sea en escena lo que
:
a) va1or 'de 'js: ' representacióri, como ya Qjjimo::;,
v1da real ; que. se encu en tru con partes de su yo· y "perso­ co-q10 ·l l ?eradora ; segunda; \'et. de un Su c e,so, donde s e
tentpi n posiblu que deje d e 1ª-do l a trealidad drcundaD.te .
d � �a qua i1 grupo es _ parte, so�re odo c ?.!!-n i:lo ac�ntece
y . ¡ VI.Vlt' corno hemqs \•lvJdos nosotros en la u�ttm � de.cada,
encuentran aspectos nue\'OS y se cr ean conducta."> nucya�
(Mo:eno ) , .Es s! rnlhtr. s. exp lorar pira reco rda r M
P_u�r: ;;.o qu � l o importante. e s poder entra r Y .sah r d e las
_
es�:n� . dl:arhútica . para nosotros es leida desde
nas reales e il usorias".
··!;-a.t
el j)� � coan�l!SlS. La valoriz.amo.s .corno una Yía de abor­ ! q1st�tas a.reas, poder conectarlas y .no quedar .atrapado
segUir repitiendo esttmlmenle, al conocer a través tl� l a
. a Jo inconciente, una yín de exp)uracián :r elabo­
nm � :u� d e el Las : _Alguno�. P,t;�sará.n ,qu� �s�
:c.o e3
J o_ disociado, dando. ]u IJar p. mutacion es
eace-na , 1o q ue del il:!conc!ente "!l.flora ·n ella. Se inte.gi:a
en.
pslco.anahs¡::;. 1: o OJ!lnO .qu e sJ, que es
daJ�.

toma de c0nci en cia. Ep p¡¡icodr::.m.a psicoanalítico ha�


a a
b as d s e n
p.!¡lCO.ftl}?-�si� ,:�pli�
e grup , pues. a través eh· !ns jdentificac.iones prcyectl·
la
cado a. los rcrupos pues tie.ne. en· C.l.!enta la.s l¡:y� - q_ás1cas
.
.ra.c¡on tanto del -protagonis.ta como de sus compañeTos ,
� blamos d e aso ci ar libremer.t :;.:iJ.-(��cena..s: , catecti�ar la
.

mi�tna y .le\·antar �arrera::.'·�·:'<r�i ..>a� que posibiHtA.TI ha-



;msta smo tam b1 er. .;:····.:;ug.�s.E=!sten p. La d rama tización y
\?-S e J��royectJ y�s,lr .·?lo el q u e indaga e� el pl'ot.B.g!r< d e! �",¡::;J�o .�ro. !Io in�erpala.ndo �l. . rg�delo.. .ciási�
;de1
;� md l v1.d�a.l sin las mcxhfl t.?-CH>nell).,nec�nas,

nte, 1�-::iii!Ji!ita. J o creativo l'n , P!..�."),n,Ñtp .
en ei os :escenas . resonante:: 'iiue se incluyen en la tera:¡;ilB.· . nz de lo r:petiti vo. . ·�·· . ,
teraP.;�ta.; ha_da. el g-rupo y �lh:
mconcie
1 rescal:á�.��3.p..s f, el VJL!ór d� lOs grupos, Se
�loa folaboran en ella ,:;.;no YO·aU:dliares, enco ntra n e e Jo

Moreno) . � l� transfe.re::cl.� _h�u• el


_ d o c r · conc1ent tiene en cuenta
.9f?, .
y
-
h) V
.

grup a). _ " c n l iirt lr �agrupo. �


un� de s_us ul.tegrantes, tamb1en hac.J� , el
o
r-es�st.enc1a en la . rea 1•erba\ y �ra�ntica, m�luso :cua.n•
a l or del " e n cu en tr o d el p {
En,pslc�fer�pl.a p�lcoanaHtica. de g¡;u po , no s.ól o el grupo
.luga_r;:'!.s�bólJ7o d n d e se revela Jo i maginario, a través e; 1ma gmsn o, :;us miembro:;;: no sólo se: 'identl!ican entn:: d.o .el texp.a es ubluad .con ese ·fm, P?r .m� .1mpacl:.a.n�
lf.: es
. ce� a eS la.
"representi:z:aciór." del p a sado, .pn � �
SI, Hay .un encuentro, un com p artir ·.d e prirsonas· reáles
o
.�e 1A1 .�cen�s a � tuales o rnan!f est.as , pudiendo e..-q�lcmir a �Jvel socull que sea, . · E>;lste la ? bs ¡� e nct a :y 1a.s�

en uñ mlSino contexto s oc ial y tiempo hisfkico,
i .

J ela!Rlrar Sltuacion e s con:fijctivas del mundo ext..erno en..
l :_Y es grupales de e�cuadre, ; e stlt�c 1on y . s ecre�. �
A estos dos niveles deseo referinne.' Ell :u en tro :pa¡·a
<t� . t� ata .. de . hacer concteute lo JI�c
�on_t�ndo' su c.on ex ó-n con el mun do interno de! � Jos

1\!oreno , es un vi ncu l o yo-ttl, libre de tr ns rencia ( S

! zar m deJ-a,r de: la (lo e.n nuestra ¡:onccpm6o .de aalua�en-:
onclen. e , sm de&v��O.n:;,,
'
hemos que transféren'cla ha:¡• s i em pre en ¡n ay'or 0 n:a11 or · tal Y tarea terapéutica, la relación dialéctica -del Jlm:p.Ure
lnd� Vld u o� , en suce.;;n�,.cts acciones dramáticas con escenas a f,
·
U cs. es, básicatp.e'!l�e ·la :prese-ntiza.ción ); co.rporiiación que,' niettlda}. Lo que p
anttgUas e inconcientes. Sinteti:zando la esce�a dramfi.·
' odriarTios ,1·1len der corno Cel'Cnllo a con el ' contOf:llO ao�l. a.¡. , ed
'"

a :r.a_l7e.s de la representación tienen Jos vfnculos mtra.�


·
· :
1
. ·.
P.Sli:J.U_I�os en Eil;l mutua y dinB.míca reest.ructurs.ciÓn On men O:> e n 1 os que se llevan a cabo ' des id en ti fi a .
este concepto dentro d e · nuestro tJ"Jibajo grUpal, sori 'mo- e . .
rscurso
· ' ·: ·
P 1enso que nos qu s.m.os con · "d. ..
,i t Sl
donde ltr!i dn cu lo� ¡¡on expl ora do!\ ·y esctk'rec.ido
. .
·
� ���:t;¿ �
a�o" n � ao:ne emos · a ser tn;.ta.dos c.qmo
.A la. im:portancia de !� acción .integramo:> Jo \'i.¡��.' del ¡:;rupa, por alguna necesidad dkl preces{• te¡·apéutico
los \'Jf!CUlos intei])ersrmales

freu d�an o : u . . . Sólo la. dignidad de) trabajfl


Dtce Raul Sclllrrel;!:a, en cq.s ol?Jehvos -para

�ar Y la p_alabra. ·Quede claro que la :palabra n o . pierde . na ;cis is tas , por ejem plo) . , Tan¡bién cuando el
lm:portancia, no es palttbra ·nrsus a�dón (drama) sino. contexto s vc.la \ , a tra\·és de al_¡rtin acontecinüento, es
' (alianzas

lt:ma grupal. En L-end emo� que el contexto sol"i.'\l �rá .siem- . ond J c� ó � d e h_berta.d de._pen�anaento
de 81;11�rnos e� la defensa d e la democraci!l:
CJ.Ue en Ja integración 4e lo vtorba l y l o dramát ico ogra· ,�u·�',�,,�,¡:•(��IT:��; ··
.
.. -.·
;
! _oanáhsus espureo, de colonu.ados . . '
i
p.r� prc�e nte r se tra.ba�a a dos pi v eles : a n i vel ¡je la
para pri víl eJJia r la acci ó n,· !a acción no se.dea· psa:o!og1a soc r a l y a · nH·c! de su .:; resonancia· s int-;o n
, · po dern os ¡:leen· que el mote d � espúreo
rn?s. l¡¡. am:pliac:ión del di s curs o. El d iscu rso verbal :no.se.

��;:!��\�;:��i�
.
ml�ll!D�tu.
dentes . .
·e& paic.oanáltsis clis"ico . , . Son
por otroa a.utores, parn refenrae a .
man una un 1 d¡:¡.d comp l eJ a q ue es m á s que la suma de'.l�
ullflca tam�oco en pri �i l egio de !á palabra. Ambos :io�­

partes, crea una nuel i estruc.tura que rescata los can�·· Pi�o que esta posición
' t.ada cuando la ejemplifique con
'•,•
�00
138
-·<.�·
n Del o Jn:: lentpt>u !ns con el vrupo ·�- cada uno
. ·
·¡�TUpa les. Cu a·ndo \'eÚnos c.q.mo intenw;_mos desc.ubri;J;" En euanlo �-. ¡; trRnafC'rcncia en· p:;¡icodramn, afi:r.m a
que R l .no estar la dem:mrla d e amor en Un solo terapeuta
c•;¡mo en el "a.q u f y ahora" wupal.·-"Aqui ;.· · ahoht" frrU·· rló se yuedR ni f1·�slnn· ni m..unejttr l n ' transferencia,
c¡uP. d e trnnSferenc.iul ¡ haJ' en !os y!ncu\os extragrupales
A elll<'l forma dt• entenrlrr la tr<�nsrerencia ell ln.�
dQ Sl!fl miem brnfi.

\',entaj ¡:¡._ en el .psl cud ram eR que cl jUetro interrumpe l a


¡;
paL here-defa d e ! a filosofla del momento d e- 1\.fartín Bu- a -J!'rupo.:;, ¡;. e l e .agrega un grado mil:: de complejíd¡¡d c.uan-
br:r, a cuña d o por Moreno y defil1ith·nmente 'incluido en Ca den a de reiJe.ticiones por l a re,·elacíón de. un tl etnllt!
·
I ) L;:¡ drcci ón cll'! prolagdnista r el tema a dram11•
d o ' i n corpnramo!:: ro ql.le �ucede _ transfe¡·encia!mente col! :
la psi coier'apiR ps!coanalítica g1.·upal donde se integra:n iirhoradn. Si UnO ln t..erpret-.1;, rompe l a cadena .vh·a d e .
lo hori;z:ontal grup_al, Jo. Yertical incHvidua} (Pichón Ri- aRE!c i aciones lll; Ha�;· on n u estrO Trtedio segUicloie� de Tos
2)- Ln elccciOn r¡ue hnce el protag-onh:ta de la escena
tizar.
dare) y Jo t.ransyehaJ social � G.�'�tari, D ede_i.Js_e). , ·
·
Le_m o i nn (por j emvio, Lee:nardo Satne) .
e ) " Co n respecto a l¡¡ tramife'rencia, para 11Ior.eno, En n1í formn de trnbnjo, tomo lo tranl:iferenu-íal, pues a dramatizar }' el{' ]o;; ro-�uxi!iflre:;. {eompflfleros, en mi

:pu'e�tn en la peraonR del tnnipcutá y el m'a11ejo técnico


-
Obdam<!Tll.e qu¡;:_ si quisit?ramo:-· trab;dar en cada
es ]o patOlógico del f¡rclor iele, es 'estar conectado· consigo sí bieli como dice L-i!moirlt', ·¡a .demanda de amor ·n o está modelo 'de 'trnbajo):

momento inte:nt.anrlo conocer le totalidad de lo que acon-


mismo, :no con el olró. 1
Para el psiconniili:lis, la tra·nsferenc-ia e:> de- cante: n o as et mi�mo� d a h�¡y�r ll l_lll' fenómerio di fÚe'rite: el de
nidos inconci enle�, que son vinculari!S . ( s e hn.nsfie¡:-¡;n . _ l ��.. tz:a!l�ter�n��aa _m �.J �¡pJ_e.:; Y lateral�s .en el ._g_ru-po, Al- . t�c� tr_qm¡ferenp.i_4lfl)�nte.'en el.:grupo;_m.úlliples-:-:-ill-m-u-l,��­
\"Íllculos en ai lu aci'ón , !'faDtasma") . En l a ·.medida que ' vuno1; ehgen no �:sp
. -la-t;ra-ns-fet·enc1a�tht1'éz:ca, s e .logra Un \•mculo ·· mas ! opto -por t-rabaJar desde .ell a s en. algunos C<'\S{is, pero tal'n- ría m os cnredado!i en un P. mara f1a. .
�'ULy.,...tr-a.ba;J-_fl.�-esri-�-e-Ha-s:-'i'-o--!:áne·anrente, no¡.¡ perderíamos inemi¡:: i}J!emr·nt.e. ·•-rueda -
_ -

maduro . me.ll('" .�¡úf.islsta, se reconoce más nl al-ro . Has!:a · bién co� .ellaa ·cada nz que · nien:;e q·ue i1 '!.�nin.' clar.idad o$ólo podén�s conocer una pRr!,e de Jo.. �J-1f: ::e 'estú
--:--·-

G�-
·
." .��J�f'i�:-�.La
acj�i. ! a e dir'erenci� 'esbl, en . qu� et, Psic?- · nece�a.tJa (por ejempl o : a\_ianza\ r ;: .;'lplementaridades dan·� o -en un momento cm un a red tran�.:��¡ gnCix\.
neralmrmte, esos rlntos nos arudan en l'l . tlf�i, ¡p-u:!:Ja)
. .
con e'lla y deSde' f Ba. ;$3_ el cami.J?P _ .de acr:�s .
·anahl:ts s e ya1;;-:i� Ju transferencm, la :pnv1leg�a, -t:rablf.Ja na n::1s1st.as) . • • �.

. . o al i n o
. � , n _ Béjaraho (del gru .Qo CEFRAP_d.e_'_u.:y.k!J-di.stin ¡;:t:� e-_--en...e- ..tf nel:al-;o.-el-aná}l&-is--rle-la t�.scenR-dYai'ñ?.tíá:- en--pe¡.-::
-
clente,d iln._f.¡:Lcon_j.a_resistenciarkrs-{l;ettos-:f.a.J.J.rqos-:-:l 9_�-l a-p-:-.yccFlas�ñCulAci""óñe$U ' oQjetos transferei1Cialas eÍl l Os . � tieular {con lo:;; dntp¡:¡ que arA eR menctonara d:r '.'leccwn
s. algo -de tema, etcéter a ¡ .
Lns pr-o)'<'tciones trans r�:rellLial�s, en l_u qu·� lP. ener-
�us :t:.:los s.ue-iios (vía _ :regi a ) : . 11�or¡mo:J . �·e -�9ID?,. grupos¡ transferencia centra l : eJ ·: c0ordiñador loS OtroS
a elintinar. u n obstfiCUlo ; .en . PfiillO�Jiálisis, CCin l� .di§o-.;1,4:�1 g-rupo .cnmo utlidnd, i!l mundo exterior. C incido co�
luciónt<de la tran.sferenci!i, SF. termina el .tratamH!nlo.·:�él y trabajo con las tranSferencias ·

gia )lulsiomd toma al objeto como pg.nt.a-)lR . q u.>:. posibilita
a ) rfe l s ter.ap,?-u-t.a :: entre �í, .Bl ·re:torno da Jo repdTni.dc, es uno .�le; lo¡; aspecto<; fun-
. o
·¿_C�fi Jios mapejamos !==Dn :a tr�nsf;o�en:i� }n ps lr. �-- � .�1
damentale¡; de nuestro trabn.i o · e n los g-rupos. no el único,
. .eco. de lo que : a con�
.
- : m � .tl�icoanalítlco? En este
.
punto·�m� · Qi;fet e hCI�S: ,_�n e
.
\: tec.e en el grupo pro.d uce e11 el vlncul o ' transf.erencial
los. �-% mt?s autot�· en cuap�� �- �;m o l ogra r la ,ln - entre- Jos coierapeut.as· y \'ic�Yeiisa, Jo q u e ellos pueBen de har momentos d e . ;alia_nz.R yolca donde en términos mo-
, , . ¡ ·terminar que ·suctda en el grUpo a partir de dichas- trans·
.,
-
.
gractan psJcodn.lllll-ps¡coanáhsts.
l. renianos la :rela{'ÍÓn es más "telética" q u e tra.n¡.¡fer.encüd,
donde la tare;; terapeut.ica to-ina' otros caminos· técnicos,
l'!:fll:!xiyas_. el e intercambia con !os rAru:>. r.:!C "en·c tú;ni:ro ".
Pa�l Lemo[ne, ?iferencin JJS!c.?� r� m� de ps¡ coanah- • f�rencias. De l a fo� en que éstos lle\·en .a cabo su ira._
. ·sis. Af:rma 1� nece_s11:\�� de �e�n:nhf1caY" a am?�s: .bajo en el grupo, roi-e;s, alianzas inconc.Jen tes, d e lo que
O:pma que en -ps1coanáhsls s.e da el ana!tsJs de 1� suced e cuando uno· u -otro dirlgén la dramatización;-oue"
.
t!Cli, con la pm.;i bi l id a d · a e investigar ·-los -datos.-:·�qu� ·e! .
Co11tamos también al trabajar con la escelm: . dram2.-
t:ans�erencia y la _f'!;ust .dó�.· J?ice que ¡:.J acto ana �1- dando U!}O de eJlqs· cOmo oQservador, q y o �a uxilia't-. . - ..
bcd tiene eom o ongen .Jo. s u gesti ón Y.. ] a ?-ansferencta
ry- c'uerpo nos brinda en t:l· espa:ciu clramúflc.o. .·r.:,l•el-adú.:.�·:l . .¡¡
es J.!nR sug.estión que se ejdrce: desde Jtl demanda de amor. ¡08 dem ás
b ) De cada uno de Jos rntewantel¡- con cada úno de.
de lo inc.ancíentc. E.-:tos pucclen ser c-ontradictor.lbs·-�-c-�·n �--;;
los que brlncl a l a pa.lnbra, filtrfni dose, de esta
·
DeSaparecer d e la ,;5ta del ·paciente frustra. y da ·lugar
a lo ana·l-oral. La irustn.clón es fundament.nl. Sitún en · e l 0on · el grupo eomo unidad . terio.l reprimido.
di psic.oOrama .a ja acc.ión en el Jugar d<>l ·B.cto analitico. Esto nos c>:Jnect..-:¡ ·con o[
rO h:-ma . qu_e·.-ia.;;: .
.te:rpretación en ps icod ram a psiCo-a:n:a Hti co:: · ·
d) Con el terapeuta o los terapeutas. .

.Lemoine dice que "!os que l1ac-l!n '"""''"'"''''


Acclón ( dr-ama) en In r¡ue surg-E>·w efectos que no hablan e) Con el e..'\.ogrupo.

hay· si griiflcantes q_ue n o estab«n :prr::?�ntell }(-. prim era JQ Lemoim, iP-aul, Con!erMcia dnda en Buenos· Aires el 10 · -dr-amntiz.ar e inb:rp¡·e t.ar- perjud d J· cc
;',�":· :z��¡�
aparecido l'a :primen vez, en el ju�;¡ro de Jo que suc�ió,

1'<!7:. Ha�· un prerlominio de la función escóp\ca. , de septiembre d� 1981. los que nctua!itan e! relato jur;:and(l � ; ,

103 i04 139


(J\lC P.lac �c:ry l:.litroprm su!:! a soci a c i o n e i T.a·fubién la i nnsf r ncia c.s trabajada en fo rm di­ ¡¡ !o s hah1.gns a la� hcrirlru1 que se pued n cau;;ar al
en el a.nah�Ifl. 81 s e mLerprr.:ta l a escena dtamatizada e�> uri pu n to há::�ico
como e
que c m\e ga al
apan;:z c� el . libre� eer a
. miSmo, o
est a i n vestigar en la for-
rompe l a _ c R. � n a
ferenle, según lo o n moment.o del proceso

br.e �s to lí lttmc: ya nos


'"
n no, es im u lars
·
e
viva de A!lociaciones dramáticas. (So� terapéutico. Puede explicitar�e t e o f!-0. mación proiE.�sional. ·
w Y Pa\•lqvsky, y pol t cq,
. d versus el sometimiento, e�terno o
ai'ioa. Mar.tine;z,� Cambia
a l s
y pAciente, co
-
alertaron e hac la e e sc na básica de la transfer-enCia
Ya no so n ·
La c r ea ti v ida
interno al grup9
d e int rPretar. a post ri ri de Ja -es� ¡; naj ee . i t rp.o y sus fantas­
111"oc.. an o
cu d l)a:r.naron·"j ¡lterpret.s.ción .r.e- !fl"!.lpos de poder cientHi f o ii e
dundn.nte" .nl �echo e e o
dos person<�.s reales, �t:rapeu�
e.sclarecedor y ha m s, son varias pe1·s.ona!l con sus grupo::� iha.rr n r o.s.
o jm2.¡rlnarios de su
rnun(jo n e ·n los- per�
�busc r en a ¿¡ , su _vu\er ¡como erap u ) , he.l'ederos
spec:tus s u cryo !c'os. u. 1 •
t e ta d�

__d::J?-do· ab1erta un a vín d ra máti \'-a.



cer;t a., c .al do esta a
u ,

esp!\ io transkional del El dif !c.i equilibrio �¡entre


! h tenido efecto un a i i ai a p •

cJerra esa vía) u.


se in t.er:p ta ae. o c o-cu ura
. ' . ·: grUpo ni éu t c o. Se
e! conte):to· � i lt l
· y
Si re entrelazados que comparlen el c l
? rl!
t:_tliC n t gp. a de las
CjeJ;c a .]o¡p-ar
De MU erdo con
.
que dice Lemoj n e en principio ·
te p i
o n:p rtid s. En
·
,.a formando ·U"!} co-inc.onc.ie.nte. !a
ta1·ea ¡malilica q.ue el caor�llla?or
qu ed d¡sbc!adn.
hace &lios, m e dedico a la :J:orn:?-d�n de P,s,i p·
lo pa · o
gru l , fornw.ctones comunes, proyocadas p r vivencia.s n n dos e
�o se t.:a.ta �e h
d :rama. Y p ::� co n ál ts s smo una so la : .
i- y !o- Y . dramatistas psícoaMiít\cos d� grupo�; t� �u} o con P:9-
p i ensó que c a a s a o r sc
el � � c.i t �n i J�na entre lo ! c
c.?analfti a, i eg:t"an , !&� n g! as
ac.e r ''las 'dos c os "� psi �
as c
ps
im_agt- Desde:
·
Jn s a !u �1
!o
s n al
¡ a J i d ma ps co ra n.ar1o real, coex1s�en s¡mbólu�o, lo· imag!nano a
! pd s ��­
c.oo_rdm a con crJtedo analít¡co y co cepcton
nt lo del juego- .dejo dramá- lo re�L ·.La dema.n.da de' amor es frustr�� a d� t a fe ia es cte pr�,,·�mentes. de dlstlntas �sp�cJa­
hco Y lo ,v rbal , donde Ja interrupción de
?
n e as, SI .
tal si J<l d ramlitJ'Ui i n
e a ci Jas so da ohes r ae n lidnqes y con !]iferentes carr.�ras.; :P�l�Ó!ogos, !IJ.e�lCOS,
.
a
aso d acio es del il.n.::l: lisís.
verbales pa¡·a d ram tiza r n grupo transfiere y
ai
a es c ó •es dre.mática. Todo sujeto en u es sis a t e
en t s �Ocil!-leH , p�.tcopedago% os, plnc_ologos_ soc1�les,

!a dral]la�b.aci�n 1 e l momen to son pertine


d 11E�.�!l.�­
,.., '·· · Q u i i �ra referil1Tle brevem n Ee a la identida-d
defensiva y--frena las la vez, objeto de transferencia .
p'ei-o t ta qcupacíon·ares; técnicos en oJ !!O��.!?ral;

d as c:�mn a oc1 c:l n s ·dramatJca


úa pi s s

form"ac.ión y investl'gn.cJOn sobre. su ld ntl éi ad:


ntes, son
leí- s e del lisis que hac
aJ\o;: en de .su �;�t}sferencl!l ?� �o� &"í:�pos- .�e
tl r ma psícaana)íti�a.
una aeri� de. vnrirtbles
a o e
sional es un u d e
� s que amplían el pro- .coOr d na or d e grupo
i d s de ico a ps la e profe- .
c:so. El placer aparecerá cuand-o ].a. escen a
c.on:strucc.ión de eSa i nt d ad desde · ci6n. 'Las d if ten d s son riqu{�ima� si
sea primor- · �'" :1n�ros nos. en,contrs.mos con .Jos �ejes fundamen�les deJ_"dtcha .io�ma�
d 1 s.lmen te o;:d é l ugar a :
p unta de . .... tintas ñ.re!I-S .a.pré cl n a 'trabajar n - eq ipo y
' qu11
esti -siempr�
·
.:lueg-ap · en la de i e a "'Bl'·ovlenen �e'fi.Is_­

Presen�e· .eq1;if_ c.H:rla m di da , a] ocupa n s y n g ti vas con y l os :propJos· apah�tas,


a) J..aJr tiií0tciOn .ua.rc.isista {aunque el ista d e i u las f g r�s de identi!i�ción P;JSiti �
prota.go-- .
a._ n e e u a comp-It;·

n ista. ) . . . .;t .
trabajan eTI in5titU�ómis.
• J a 'Inisntn:;, . -t:an · d,e;;�"!,���a.o
e vas e a los maestroo . ment.arse, s�bre· todo

_b } Una"" cata rsis sin conr:renti:z.ac.ión,


r o del
herederos de las imago s patarnas. Las ;presione�
mundo cien�lfico, :P\0\'en·ie:nf:e.s de la :- l lf c c n. que se
de! val o riza n
Re
c\lai'tdó
el trabaje en s ·
en ! a tiltinta década. El apr_endiz.aj e d•!l _pslc�drama. J' la
presna. o exhibi doni.st a. hace. d e la. m . tegra 16 teanaas Y practica eleg;da. La. } ! -propta ·g u o Pe
er m ente
m a 14!-.¿;: a i a ió
son los otrP�
. �.=t',[. lu ha
·

e) Al goce· n· In v"ez que g u:p - de


·• ..::, c n �ares. g-¡·upa.\ dos ejes. rp·
sobre todo a "'f)arti la :formación H.
son "l s herederos de que en . fonnadón és su
)a Q.¡�t.a un1, �omo p rten ncia y nt i ón
c por quienes o F:Feud", r o
. . , ;�� obj'eto de e.Studíp,
�� Ja lnvcrsa , cua!ldo se d -amatt.za, .
.
. c rtos
ie cir�ulos, r de d co enc para
. e e • . •

temo , h a alcanzado lH\ f!.po ge , Y.o


consecu n 1 de un l976 el &.�vem­
en psJcod,�t?il
la
wterpre�t:1P:;n e ca fenómeno de .enrs.recJmfenta de. Jdeas Qui.ero destacar que, e de d s hasta
re.ahz..a dentro de la escen , -a .trav�� e .
CútttO una ns ecl!e c i a más de n:-pres l óri y
se a y \'a1ores, del r o Jo veo ¡:\<Jl go b e rpi o derpocd.tico, en di�i;mbi'e de 1�8�,
los. YO-al:l.::ahar s. desde el rol que :rniento
comO .::pe!pQ..
no an Lí ticas u.
juegÚen
ulorcso r c ea tiv . . iJn r�u�.,
co n la la censura
rul u lugar dificil a la

De esa forma rabaj en grU.pos c!inicos
"el t o y._de fo rrnacwn, ha sido :P.ar..a
.!caJJ. é nB.�
Ha m os una· slte��
n.�J e� de la escena.
Desde lo :at e.grupa.l el rrrupo despi e. t.& !!ll l í ra-
se rompe
· vlds, y Ja d gn i q ac de las ·per-spnfts,
no la a n vez d r o
dn: m.¿ t ico, coma dos. moOeútóá!
v: va de asodacia:nes dramB..tlcas.
� 1�
"L""'�,if,f����;�;
la entre 1? Ve:t"bal Y lo
ce i r r e e ¡ ¡;rar de . ! ucl"Ía por i
en l a
peuta una serie d e "fant�sma..s" no
J3 Albizu:ri de. Gan:ia, 01¡:-n,
que aon
01 0t. . 0 el otro, l a armom, a
c.onmo,•id,1�
u a ;;o.l!!- metodología. ;;:sto:
po
� : momentos se eQifi.c.a:ii·� práctica de la i Ú rap a inQivJduaL Su gru�
analílíca
. !
Ye- con v a d a
.d e.diced o al VII Congreso
c:OQrdln.adcr rj e grupo"¡¡", ert. T�IIHl.S d-e
nas
las esce-
i y a gru p al . El lll\!'CiRiSm0 de!
depende de! camino qu e tome interno se oc constantemente con
a dJ.l. en .!! U te.oru
1
:Buenos .A.lrM, ¡!ISl, Edlclone:s !\. Y el!
d . Y su
:..erapeut.a, s eg-ún la leclura qur. vaya
h ac e d n o, �
" ifUll s ! tuio s
c r quehacer
re extrailrdinariG

grD!�p, vol. 2, London, 19B2,


· del
t..é:cnica, , : ., 1 cao rd n adgr esta en juega én f rma
i o 'mñ..s e x-p ues ta tanto
\-1 .Albb:uri · de Gn.rcls, Oiga,
eodrnmn p�iecnnalíUtn'', libro VIl�

106
V
U
iu.6pa,
Wlnnlcolt, D., "L� li!JJn de la el'"ll.a tlvldAd",
Ed, Ckdlsa., Baree!uo.ij, lll79, pá¡;:. 93.

140
�n Rutidad
no de. �3ieolopí� )' PsicoLerapi& di!
. _
'JiE,:�:¡;1;�=�:��¡���
1D7 108
lralun¡Jo . que lm; ¡irupnll ,IIÍl[uic·rnn rxi;;li"mlo, ]1ef:1' :1 l n 1 ·;:>.;¡ cun.les,:in e�·tt.nbletnentc, b'o\p¡¡¡t rán n las pu e-rtas ·- � e- f!lcto-.co1; Gran Bretnñn, la n ecesid ad de trabajar· ·incl�-
prohibir.ión de rcu11ión que :;(• nhalíi! sobre .In f'\OCieñ<�rl su 11 :,;. hi:lente, d es pe rtan do a sus ia n lasm as. yendO los acontedmieJilos. y su r,epercu.sión en nueStra
Lada, Y _ I n üleologít; de la dic1ndura ai:e1·q¡ de lo� p::dco- Ffmtasías y d.eseos tambi én est im presentes en el tnrei cotidiana. Con tl objeto de investigar e-l rol a el
lenpeulns. y las pskoterapias, sohre toáo c u anr1 o é.st.fl.R c.oonl:inador ; - su d esUn o y de.terminacíón en la d lnárpic.s. terw¡;eut.a en esta sitúación espedal, se !l en. ron a uba
eran g¡·upal!!s.. Pienso que e<" u na de la:; aCtidd_Rc1e¡:¡ f1,1n- grup�l. 'depenrlerin d e J R . -posi \:)i li da d e i nterés que".él
dnmenlales qu_e mantu \' o "enlexa" 'n m uch n gen le. ten"ga: en a naliza do s, en h.acer:l os . cond entes. Ea la ac·
divUaos trabajos JlRicodramátic.Os, pre<llindo$e .at�rycf�n

e:>;:pre¡¡ado I\J1terlormelltc, se d esp1:en i) e mi titud de búsqued a constante, de comprensi6n· d.e sí mismo,


a lolJ diferentes roles jut¡ados p<:íl' lo;; integrantes _en . n.� e.�-
D e lo tra�. reuniones : rol temero<�o, et>céptico. omniPotente,
adhesión al toncej:lto de procedimlenLo psicoaJúllltico co-, la qú.e gara.ntiz!L el d esempeiio del coordinador en el
mo un método de ¡jensarhiento apticab\e a di \1 ersns. priic- · grupo Y dr!l grUpo -mismo. Un conr9inador que fnteir'-
cu lpb¡¡Q, · etcétera.
En un grupo se " construr ó" un persol�aje- lffi¡;¡.g_iila-
· . .

ticas cll;!ntro de la psicolo!ria y de la ed u cación, consistente preta la. .transferenci.s. de s\ts pacientes ·�ró ignorn ]'a
en rlescub1·ir Jos eft?c-tos del inconciente en una: es(tira de- suya :r tl escono::e .. cómo el ic.outecer grupal" resuena en
rio al cunl se d enom inó "ei Cooi-dinador ide«l", que .l:-eunla
;;u modo iriterho y qué ima�o.s p�rsonal.es se cón-mue-.;-E.n
las s:iguients caraclerísticas:
a) Bi_en informodl) : teóric?. Y técnicamep�e. Y con
·!.f:cl'111ino.da. ·

u: . Todb__c._o.m
,
ds. eircuns lancia, eoofdin!\ ·,g\!,ner,alm�nte:· ''TI _t! pó qe .
·
··
gtupu, 1ie-
--i--D- -Ge-A-n.z-i-a-u:...1-Rst}eGto
fe.'lt�'lción de l os efectos. Óel inconcienle e� trotnble :¡Sor rel ación estereotipa a :y pter e e
.a- ani:-
1ruñ1b0/?'J�J - actual.
' ·--..--------
i:i:.s:pectO-ALs.c.on.ter pr
b) ReaHs:ta : concienl.: rle las piopia!' Umi·�·::i �n <:ii
r del rol -pro:esio�al.
el método gene.tal· del psicoanñ.lisís . . . '' -Lóg-ic¡;�.mente, en
;;.,.da c_o..mlJO d � ap lica ci(i.n, �e rea!h.arán la;; trnnSpos\ c.i o- Es natijral que al&U Í1os l edore;; est.ép p�r: �ando . �u e
g-andci así- su aporte a ·li:!.s transieren:�i::'-'i.;,gru%1Ps. ·
"--- .. .
'
n,e:; Y a decua.c:wnes necesar;'a's'. �\ &'!'�po, una var. cons- e l paícotera.peu!:a �e a n alrz. y eontro!a su tral:��o cUmco, .· e) Aiectn-·am ente. eqm!l�ra d o ; s enSJbl e , con un a ¡;po-
.
.
, a .

. _______ ;É! - ;!_o _ r:9.!I!.� ta11 d ej a de· sef-_t_S2J11Q áíce Pj.crón R!,·Hd�. precisamente - _p_ara ejer.Cer su .rol con' idoneidad . . Partí- sición ctara· frente a la. s�t�ación q.ue atravesaba el ps-!s.
': t.ru 1 eii'd.o e. • Sartre. un'a sCri e. _o ''iu>:na. · de: 'J)er_son-,:;.� ·;:-:·}'¡'_a culanne:trte_,..c:-d·ero-que;no-:es-s-u:f:ie-ien
. l U
·he-e�-) O-;flU.e-:r.es"'-------:tl·)".Lf�aba4-an d o-con._atJ:O_s__en_e.Qll.h).2;�o d o · ª-�9'
;>:�grado una"' mutua representación· i:n.ternn, una. ,.itrt.e:r!T�· peeta al ro] . d e .coordinador de gTUJ>Os1 .d ebido . li· :qu e él estar · solo fri:nte a una. tarea sumam�ñte di fíCllcfe. en-
·
-ó'ttú

lizadÓri' d e.l (iru-po y ae1 ot:ro·; sE. h�n -proctudd ó ' d�t�i·ri�)
·

� n ecesita. de la situació:\" gTUlJS.l pare yj\·e.ndar Sus'•reso� fr'e.nt.ar indhidual y 'aisladamente. .


nados .;re'rló ?nos prgpios �e la ' rli�'RmiC.� M un •gr�,Po, ·mmdk "en el gTUpo" r "-con ?l:gi'uiXJu: siendo s. la yez

que Un proíeslOna\ de la salud mental qu e aprende ti.c-
" chirnén tos'' d e situ aci on es directamente vividas poi pe.r,
. e) Con capacidad de d iscernir miiaR,_ _rumo)'e.'l r
· qu_e ��s.r:�.n desde las :pnmeras , ='>'l'<enellls , tenol'Í�Jcas,
!i? d �\·ora.eióp, e_n W.� :qu�! tr.�T!.s:Iier�l} . � as !��- nic.as y teorías �obre - grup�s,. un. -integ-ran� .de gr.a:go da.mnlficadas que' vinÍeron a pedii ·aru d·n. ·:Psic9ló-
tas! ns :n��-�.rc�ncas, con miedo a l �J?.erdJda e la ül e nt1il- que ana-l�za sus l!l odos pl'\rticulaJ:es d e rel ac10na.r�e , _ ue _ sona:s
p n:n 1�1y�s,
· �
cación mdJvlduaJ {eL Sartre.) hastil ' l* 1Jose Sl011 d e un e!er- r esonan cias afe<:tivas en el trabaJo con grupos, sus ese&-
gica.
·
·
qué
q
f) C ··b ¡·a
. �
to <>r a- ad o d e con f'l an za y con t'mene¡¡¡- ' -( no esta' t'\Co ) , , oond e' nas tem1·a es y a esea·a· as,·
· on 'PO:.l 1 1 a d d B u
sa'·er ·
el "
nor
t a 1 a d i i6n de trabajar con: da.mniiieados di-
l' ,.. 3.,.a
,.. • qné con
.. . los movimientos transferenda\es alternan entr e lR :inte- Para ejemplificar . l o expu esto, Yo}' , a tomar, un ..a.S_- i�
gn.ción Y la desintegra!!Um;-'Las trS.nsfEl"E1)cins se ·vuel-
re_s
ec. s
rec 05 ; l a .r: err :a-. ,0 con la commüdacl r:n 'general ' ¿n
nn m ás discriminadas, JJUdifndo reconocerse en ellas \o;;
:pe.c to d e1 traba j o realizado en los gT'Jpos d e fo:rro.e.ci6n y,l'·lml' te.
. .

esa terrible 51 · uac¡on . ,
A p::r�ir de este ":perso� a-J ¡: mo� eto' constru¡�� _g�u_- _
n la. Ma l vinas (pianS.o.
tomar este. ejemplo y nt• s\guno más. h.abitual, es u iia i-Ua-
co mo o d etiv de :.{¡"Ue
gú.El ra. Jas .
t-l' O de l a t:ram!erencia jf.ru:pal. Es aqu!' donde se puede
entrecrozamieiltos d e las ·tiá:nsferimclns il}di\'iclua\e.s dt!n-
p�lment.e, mt.e11tand? P�n.er..e an el rol .del q� , _nf!ces ��
o?::¡e.r'\:ar, sieJ:d ? mas extenr. la llislor a d�:l ¡Il'upo y ]a¡: La
n e ra· de cola.bor.a:r :para qu e el ''olvit�o'' no se apodere 9e

.
.arud� �cad � �no -pnnlegla't!a, en la. c�nstruc.�o:: ??1 pel.·
-

todo aqu al!o c¡ue :h ero o_s vindo l as Jam11us arg-ent_inas a.\
,:t � nosotr as ) . silu.aci6n qu � cs'l:.amos Y�\�endo en �\ p B.��·
� l tu (lclOne!'l Vl\:1das e11 com un , e\ partlc-U}II¡- r¡;-.fioJo . qu
el r-ol del corlsU\L.<tnt.e:)_, los alumnos exp)/Jf' Rban s�s prp
, rasgo!> que sen.!:.1� ne�e.•n t os de:srl �
!u. t¡·nnsfenmcJa del cc¡o rdlna.dor tiene en el grupo, fl.Sl
sonaJe 1deal, u.quellps
-v e r marc har a nuestros adolescentes a la guerra, -ef .d es-
:
como las identific."'ci.ones de los miembros entre sí y con p !as d,ifículr:ades, algu��s ?� las cue.le.<: .httbnm 'sur¡:;Hl�- co11
ced ió y sucede nos -produce cot i di a.nsm en l:.-e, está pree-ente
g-arranUento que esa situac'íón, así como -todo Jo que su-
el coord inado r. antenoridad a este e-JerclClo.
Al d ecil· "tr-ansferen-cia del coo1'din�dor", m e estoy H 1Jn alumn o qpe se desenrpeiia exdruor p�icóte¡'ateeútn
re fi_n' e ncl o a \Jls múltiples e."-Cen'!l-s a hr.:; q<¡e éste -.� e eñ�_ En los gr u-pos de formación tle pskod ram a tis!;.as: :y
en fa t9.r ea profesi o na l .
fr:!p[n¡ -le.s dife1·entes. · escenas que re-,'i\•e- ':n 3\l��t¡:: �J.lo.j o ·, .., coórdinadores de ¡¡:-rupo suYgió. apena:::; corn entiLdo el CO'll-
en un serVicio hogpitalarlo iue qui e n
en In n etesi rtad de tomar co nci-endt\

109 110 141


:.. m!BJ.t:i�tn"es, de ,mQq,o .de 110 asumü· �n' rie�gos� 1:or .m�- ellos -nl que ll�inirr-rfio��ñfej���
.... ...
�19;1� ��etlza-' ·rnsOrc--padrp que, de esta mlp�unJ._que_da_bn separada, c�m-
4i<h¡.1�!::D,i, ªJ1.�JJ.;Jt�r.�ª-.� S�JJ !�}-�B%lg,n�-�, -��m_�nejt�les . . :� do" con un compañero',:..Lucas:g?ar�í¡¡,!g���B-;JjutFPJ�V.ias pliondO así �o11 un deseo ed!,ptc� lnc�� �!l �nte, . .
..U· dJ·ama.ttzar una escena pos1óTe 'cob. ifñ c'Ofn"'tia� ·m.anifestaeio-nas. .que."".se ..'�n.nah:z;¡¡,}:¡PJ.:. .\1�. J;raves de e1: Lo
-ex �imultá neamen te estu sttuacw n ·trafn . apare]ada
tiente ín\'álido, representado por un compañero, el alum- mandaba al frente cOn, nna. actitua .de ,sumo intercs, h: . lp� y temor a la 1·�t.al1ación · castrn.toria, por lo que se
• •

no .......al · que lla: Ca.rlos- toma el tal de psico- Instaba a dramatizar los.c:onf).ictoa que ten�a con su J.a­ t �fnpreni:te el aiiv\"r; expe.rimentndo por el �rupo· n! qU.f:­
·trinpeutll y se mvearemos 11pal'a:�izado" el paciente. cu�ndo milia. El grupo, pese: a Ia.S intel-pretncionea Q\)e yo t�ada �Al' el vínculo -eutre. 'ellos 'libro d�:: e!:ltos vmcu\os. . trf<.ns-
este· le presenta, en form·n agpesi"pUr v a y d.espóti.ca,. acerca al ri!s-pecfo, pareciñ. aceptar o bien, aceptaba �sa. s.itu .­ ieridos. : ·
del :fUturo de �'innUido" que le e_speril.. Carlos· se en- ción··. Ei1 una sesión en que se l'epitió esta dinam;ca, ena
CL\entra confuso, se ;;iente. forzado responder, impoten- la -l:!.ual Lucas ya. ·había pautnAa uita esceu� p�ra _dra�a.­ . ferencias laterales que he. d'eLauyó Esta.
·
dramat ización contrib · 1 as trans·
a mod'Jflcar
a. l do, d�ndo a su
te, anguStiado, En u,n soiiloquio (técnica psicodramáti- tizar, ·Jled[ D aniel que tori¡.ara, en la dramatl!!.�l?n, vez al anállsls de otras ahanzn., mco nctenteslug-ar, � � ,.
ca). dice.: ". , . Yo no pu-e(jo . . . �Qué me pasa? ¡, Por qué
n.
el Jugar de l.iucas y éste, nif ; . d.<>n

s. er :l·as Tlue. ;m -
no lo . puedo tt-atar Como los 'demá.s'!, . . Me siento de
.a
que se ubicara como publ1ca A travéssedellas,análisi s de !as tra�� f
su propio co¡lflicto esce jcado ·(espejo). Mi i n�eu­ ir co. n ocié!ldo fantasí as o io-rmac¡ones �.m�g:narta.s
ma\ , - ¿Qué le digo? . . . " . .aua cióilD era poder e"-plorar la mutua·tia.nsferencia de Lucaa mconc1en.,..�.,., ·o·m·;,nrtidas y las fantasías mdl'tldual.es
.Surgen escenas en las que . kl y e\ frrupo vuelcan
, escenas prc,pias de la histori<�: de cada u,no. · nyiel,aniel, Y. la del grppo cori respecto. a este ;iincu1o. Da-. rl 1 •ntegrB.n'tes eñ las d:!;tmtas etapas de1 ¿esarr�llo
· ·· ... .r: ' 1 • •
.
s
. a�rociaciones
ejemplo : "Una niña y ln hija de IS: empleada domés- él lleg-aba delrQltrq.debnjO en el Lucaa, dramatizó upa eacena _en la que . d: ;� �rupo. 'Estn t<tra cUenta pon dffic�ltades .obv1as
Be:a. de la casa., quien -le preguntn por e¡ u! y tenía una discqsió� cop. a.u es:po�a. r ?.¡;d :del · campo en et: que se h-!l.ba)a. En
pot e lasencomplep ..,¿ se refiere�.S. ras dificultarles de
n·_te el cual no pudo proseguir en el roi Oe Lucas, ·aprehensión-de1'1.'¡·:M·,.
a ella
l� festejan. . los cumpleaños" o "Un ado\escenle -que se dCome.n.zó ·nunca a deprimirse . .Le pedi que hiciera un .soiiloqmo, e.s: t'd'
1 A
' �.:.�
u1 .,,.� o • 'o! .. • • •
·

1!Stá·' :'istiendo para ir a bullar es obserín�,do por u1i. -pr!rrio. sa:w·il.


iiS: "

. .;>:mena zrup:�.!, lB: ap\ic.aci6n de1 pstco­
•:<J.e su misma edad que liene secuelu de polio �n las dos l Pe..s d e ese rol y comenzó a a.sociar ·cop sus.c.osas propina. d.ra.ina � nn· ' de gnln \'alor te-rapéutico,o �md ·a ·�e.a
amos a �a etapn de los comentarlos, momento en · ue se Jleve.n elem.e�t�¡ a cabO dra111atizacioi1es grupales 1V1·
A;iernas". ·
4 Y
E�tas otras escenas que asociaron los compañeros., nidas el cual elrgrupo comparte lis vi\·encias )' ¡•esonancins t�· "duales. ·Aún cuando r;to se dramati�e, e._l hela_choí_ad7c1\lta ·.tener
.ron a Carlos ay entander
�nriqueciendo aclarando la escena profesional, ayud·.s.- vi ada micn du ahnte !a. drnn¡atl:z. o.ción . �l -ftl'U"J)O se vei� a.h· una concepción dramática de la l1J31COter!ip . d.e lael
·y Lucas descubrían su alianza Íll:
·

aquello que le impedia llevar · a ni2l


éonci ente. Daniel "em:pujaba" n Luca.s y lo acompañaba ·
as Da desu.:rroUo .del drama. interno umco. .
·en "e� �spa.c¡osJerencia
cabo su :propia propuesta de tomar conciencia de las sesión (úp i co, no Por ser-facti ble de b\a.n smo
limitado11es (� entender parte, Clarb). Se conecta:r�t; deen intentar su actitud de proc.u.far atraer ln. atención del p-upo, de .interpretB,clóo.). ·
en
_ei!cen.as :profes10n.ale� .c01¡ �:�ceno.:. personales: se b,·abaJo sidn.d de-·· protección, que se ocup� ran de él; lo.apoyaba en su 1J.�ce­ Hay .un es'pacio ' ii'Jlpal �n·. q�e sé re� �esentan Y
sobre la.culpa.,, la a¡p-esión, lo .omni-potenda y la castra� tras él se "escondía"Cumplía as( un ro\ n1n. t
:JeLJ"l:�t ñe su compañero y de . la
erpo· ; rolen­ corpori:z.an. Jos dram.as del espacio mt:rapslqtHco, _en �ue.
c.:!Ón. También sob1!e !os scntip.1ien"tos e ideaS' del grupa Uusión de que eran iguales lbs '
1- incu�os con Ia.s ima.gos e?cuentra� ·uD es_paclo s_nn­
ncerca O e es� situaci_ón ,limite social. .' Lucas aprovechaba este apo­ ! bólico ·y' �ni que; 8l1 e.;¡trecha l�terrelac!Ón1 e:n�_te u:n e�­
.r.o' que ¡e afr;¡cin Dat) ie.l sin sentirse cul?!Lb!e. pol" s,� esti!o pa.Cio vinau1e:r· in.t.e.rperaon.al.
·

El coordma.dor 1den\ que se había conl!trui.do fue mon


puesto en escena varfas ve.f:e.S, encarnado por algur:os · demost
· �nte¡;ran opo!i·t.adm-· sentia un halago nnrc�s¡;;ta pcl' el mteres Esta sesión de grupo c.orr.es.ponrle a� :n�s d � a�nl
· .

tr juntas -pl.ilii.tapoc.so.s días del comu!.p.z.o del JUl!!lO ll:.-�'{1


tes de\ grupo, que pudieron "dialoga r" c011 este rado p�r su compañero, · -pero íll mismo tiem:po de 1985, .�. . /}, � .
descub 1�¡ a u n a so
tdea\ d�\ yo -p1·ofes.¡cnal reconociendo, como lo habia he- se comp'!emento.ban para poner en juego sus vinculas rda ir�itnció n po.l' el Hrobo". U:p. o o
Y con o re
c�o en otras
desarrollo deloportut. idades, Jos fantasmas que "inhiben el' in\agos. patetnas al set\'icio de lo. �ransf�rencia.: Luc.as En Bqenos Aires, una . :_·?.�·,.· ;_

través.
rol profesio nal. El grupo es un
espacio
tel'apéutico precisamen,te po¡· el i�terjuego que en ese con sU! ·"11adra vnlie1;t.e" q_u e shmwre ":;acaba n a .El jtiic-ío ta.P, deseado ,
�.
: on su "mamó protectora" qUe yi\-üJ. n. (le él, Dau�el tices causarán a muchos conl1J s ¡on 1
ls.. c .r '' c:¡
€:i.
!!Sfm. ci,o lnt.e�medio h�cen \os "fn:nta_sm.as.". va!e c as_c
. l·oy c1t.ar un ejemplo dt! este mterJuego dado prm- que lo� dos compniíc-1·os co¡·puritnl.H\11 ; la pareJa lllJ?� en parte unido la�;"�:,
a.
. . poi· E! g1•upo, ·mienb-ns t:.o.nto, com!Htrtin una �fpt��i:a. uiria tl l i-��:�0:-��,��.';:.�
t:II.Jal m ent.e c.nt:1·e dos miembro:; de un g-rupo : Uno d e.
a posLb)e
m adre., h i jo-pad ra ern. más it:.tiJOr�ute que l .a. . pa�-eJ a s.t�ber roás, recordar, pone_r�1rorn��r
e.. a n

112
. ] �S
142 114
Simultáneamen te, dos grand es manifestaciones ,��pula- '
.
eHUch:mdo y pr eb: u n i.a :
.
����-- ri!e�-��-1�;---;sla!Jñ Al rcn!!z.ar::: t' cadll escena aso mt> rün dato.� uue fut:-
res res c:a t.n n 1� �a her!'!n c i� El �rrupo est:i consti tuido por
. . ¿ QI!J � n n1 a 1 ; a J a J\1an:!HJ d !' la:; Organiz.aclone.s
tres" hoinbres y cu a tro mujeres. Al comienzo del año, en de li•irecnos J J -.. . ·• nm . C'H !.'l m ome n l o di:' lus
.

n u cxo�> Y se r cco [ieron en los comentarios pC>::: t eriore::: .


TomH" dit.;-. "vo" { ; .., _¡·o "'
�:ncr-o, dos pá.c,ientes term-inaron su te rap ia grupál: 'in-
d ¡·amaLirJLdoric!'., !.''.:i dwles,
también) y ·agregH : " . . . Ho}· C.''t'h ,:,... � - .:··: �=:!::'Ji i!.e¡:.�
·-

orient?.dos :· y 0 n�nía bien. y me puse mal . . , " Le..o:; :pre� En Jn escE'.na dt• A ifredu. apanote en un
30 y 45 años. TodO;; son profesionales. �; frm-"'' qur la mneda la cnn.¡p¡f¡•c d.rF}J;·c¡· cJ!idi,, co�
¡
· J!"Ury:to qué escenas :-urge-n en ese mome'nto. ( Co n si d ero que
gresando dos pieientes tioeyas ep. marz,o. Tienen entn �olilú':juio,
n
ComíellUI. la sesión. Jo1·ge anu n ci o. . que dará la últi- ::e h!i d e1;:pl �g-a d o �m a ban l c.o ·de ¡x¡slbiliclades , jugano0
ma l1'.l:1 teria. de su carrera con la cua l s e rec i be , que no · los i n legran t.es d i\' !!.rs o¡:: .rol es · grup·a]es. Los ho mbres ap a- M611icu, r eco n oce su dcsuo:d.c sabt:r, su
mo a ,._u ].Jrt d r c q ue murió de · un ínfnrto.
1/ll

recen con · u n a gran czr¡ta rle an gu sti a y como figulas Yolnd a se:r n i ñ a }' �e a ngustia.
deseo d e

hará u·na vez re cibi do, no sabe si quedarse o irse d el .pttís , S u frien t-e s 0 c.a re n d a d <�;;. La ¡:. mtdere.s h ac en re !t-:ei'lcia A li.d-a.: en YO�, fa
pue-de e.studia.i- porque piensa .obslisl\'amente e n l o qus

hay poco -tra bajo Y a.ho:ra . , con todas las ·hi s toria� 'que a otros ho'm br eF (hijo del suefio de i\lónica. di! la" ma !istra , que Jo" rela en ].a fila ·y les dk.e : "il.-a;r
la !L<i:.ena infH n ti1, aparee(> u n a
.
se cuen tan· . . . Los :ru mOre� . . . Tiene miedo d e irse Y rle: A i i'ci:i ) . a il j)l :! n d er a n o mo,·e:rse_!" Mlrdo q la iÚmo1diido..d o.dr:¡ui-
· e l m a rido

de qu ed ars e No puede dis!rutnr- d e·! hecho d e que ter-


'
Cuando T 0 m-';; :'· j¡1 1 f.erden · t'a [ora ( "'Hoy
. n dr_irn '-/liC olnn eslétt rl! m � ¡: ¡ m iclll.o.
mlJJa su carrera. Los demás lo es cuc ha n y a·e van <>1 toment.ar.io so bre el rnr.ddo'¡ .
<' con_
ridn .
e ���Oj: c�m o;.,.e:hH:o s Jesonenta.d o� , ) mgnso lJIIP b a:so-
en- ' · • • . una . me
( R!.":t:ord<r.r

trist�ie n d o . 8¡; habl!!; -lo_l.a._sliu.acit'm -eco:n Co r m w . hac e un s oli loq u io m u r .� en! i d o. �- dice ;
·---�-��
,
'·¡ Q u é gn n at: d e tener g;mas !" Asocia. "',;¡1 su frí¡:ridez.
ómicll-Y . -JJO-- ·
C!<-Cio'"'"iit:l rH :n a�JC-fl �-9s
grupales e mdn· ¡ d ua l e s que se d a r l'J l este m o m ento
n 9 s puede a� · udar a exp l or a r n e xo _,
. .
'
pron to Al fred o,
Htica., . comentario<: -.:;_.if l ps' dinn os d_e la nlnn -nnn . • : D e
ace anos su proresl\'in, co�
. · .¡•·':!,!�!1!\;,: .. ' f( .
'.:;o·•e¡, ,e.J(.!:I'CC • 1_ 1Jac e tres d í " en _el JorgE: En !n esr.ena,
. - - c: :l:tr; placer. o.l s � r
. ÜcO y •,a ,
� ·
. apanc· ·.¡(.
.
·o e1
pro{dlpo tlet dr.pn:'., ,·--·,.u e.3 o no lo tenía
· ·A l¡r�av,
. r�cuerd '!-. qui. !?�}:-U1' ..
cemen tcr¡ o, H . ac1a mueho que • . .�, '·b�. ¡u e e 1 am\'ers.erlo
.

1
. .j •
·

l e ve· asUstado y en .Un rno-


· m i t;nn 'con. . un', dis¿¡Jj: :_;¡-.,:·.'.eso.éo
,

s·a
.,...,.· esi v o acelerado C(lm
d e l a mu erte f] e su. p_ad re . ______
¡:n 8u forma d e hab!a1;.
. . >'r:io�oua
. . _ ___..�
' ---- - ·--·-J!J ÓT!Jca, d i ce q u e le: gustarla . d ram <� t har eJ sueño
conticnte. .
men.to lo di ce� La oínteSüi de. su dí5EUrso aerí& l.a siguieu-:: ______.:. .:..:.__
es m uy
'
.. · �--te::-.t;a-rrec·eaf�-d-�dere:Plegarse -porqu.e e(:Crésgnste-
_ --
-
.
� ¡ ----.--
-- 2----Tomri·., : Xf]í;,�?.b-o
una "i.m- ¡·rl.ad.o
· '1":: ! a e�cena, asodó con ot:-a
es c en¡; m'á.� l.!n-ti¡tU.lL ·donde 1'<' EU po r
porqu.r lo encu-entra .jvgando oeni/n/rs
(Hn,· ·d.)(romc1tfr
. :l�bil id 3d"· ha.cif! lo grupaf h�r en elle. ) '
que tu v o , que no surgen o!.ras e.scen a..s.
de. las. �oj.er·. �' AlEl-jandra.¡ que �'s-tuvo fu e � del p;ín :lu:
g-rande, mucbá,s cosas qu e hacer enfrentar decidir Una
� . p<Jdrr: co ·o sus

rante- la dkl:,áPun, comienza. a decir que irse llb e!! fádl, · ':Alicia, r ec o rd ó una esce na i nfa-ntil. Eslnba forman�
.p e.r.Q

A. /.<;jr nulrn. : Al re.aliur ¡:u paseo, de:>cubr6 que di$-


·':J�
· .. m i e nt_ru :: se boñn.

ni lne de las pblJ�cione,'>, _a:UnqU� e! ?.ll·


{J·uta r: J11edia..� d E·¡ mismo : que sus.planrs "son .r.wu ¡¡j¡.
l PfJ.-ia
fuerzó sea gra'p_d e. ie dice a Jorge:_:� :pi ense bien en o
ni lrBe d e do fila <;n la escue!;., -alg-uno.<: c-ompañeros m U·\' orden a d os ·

e n trecol'{.a.d.o.s.
l
a'' qu e "]e".. ·'¡Jreocu:pa
· red
'

·Ca.nnen n b ti!':Je ¡ra nas · de


otro·s d esorde-nadM

]...j� conlP. .,
·
"'.:,
que- parece u n ·on.e)o canstt o. A 1frel10 r&upr0 ?. qu e su
dos pera
· - y _a' Alf
que va a hacer, · 1 as t,
veru draTÍ1aU7.ar
hoy, a un qu e

pc.dre n.u.n.ca. esta.ba. cansado, y d i ce : " . . . Le tocó vivir .ante l:;¡:. emociones )' rccu¡m:Jos surgida� fnnt.e ..R c.adR
.... larios que ¡,,· ,,· ,,on
·'' lo que ·', omporl;. e"on
'

"Dig-o eslo para colaborn coñ el" 'bu en ' climl!.''.


'
dice que ¡e gustari<'. ien.e1· g-znas . . . HacE'. un c.hist:.e:

otra época , . ". 'J'omás está mu y s!lendoso, asr como 1\fó- e¡;c:e n a , giró sobr e lo anteríormente subrayadO. Los rc-
ltica )' .C?-rmen. Alici a esti diciéndole <tl go nl oido a 'J'o-
·
Jorg!. n!euerda un a -=scen a en la e scuel a secundad a : c u erd os i n d i d d u al es Y d e momento� d e hi Jli.storfa tfel
El pyo fesor dába uria dase. sobn · d ep resi ón Y ro ·puSo , a
é-f-c:orno ejemplb de d epresi\'0. Sintió rriuchn hwnillación. ¡·e n exi nn a r y comp¡·ender -a lgu n O!; .aspec.b:¡s rle su his-
g-rupo -�e suci=:di.eron en un.a. rica· _prodUctión.
colü.aba, en voz baj a, que. su lTUl.·r"ido estaba mur bien.
más: Los ob·o�se. molest.aTi. Ella dice entonces fJlle le P u d-i eron

C�mienz.an, � com p--arar con lox hombres de! !fl'lipo y npa� .Trmiris a:¡-ods e.:m u n s es-cens de Ylace tres o t:ua.tro loria reladun:<dP.�; con el ero t ismo y la \'italidad . . La
recen corno desalentados, mien tras "o tros" :1n ¡0 E'..:itán.. y

Pregunto a. ],·fónica y Carme n qufr pie.n,s.:;.n, qué - sien-


H !i os. í'enla contentq po r la éalle c,qando de pronto -,io tl·e:�/ h-hlad :; la prohibición. La caslración la mu ertE

len . nómica arlufll { t P. m bl é n H" d i c e que en el juicio 50-A�.;h�tnfJ ::


c-o mo castigo, q u�:: surgian antl!. la · si l" u ación polí-�ic.g-,;_e.c_.Q7_
:M:Onic.a dice qu'e el tema le int.r::rcsa pero que
tómo un hombre trran d e l e _ pé·ga be a u n n e n e : "¡El pibe
no enlendiR n a d a !"

son te.� U !ros. Son la3 ''1-IacJ¡·es rl� ln Plaza'.' ) .


hre.:: q1:e ju-z.gnn n hombre!\. LaR rn u j e:re!:\ i\ on· vki:ifhil·i:-, ·

qt¡e la dejó muy m a!. Son? q u e . se ol\.'idnb.:J. d e.


E)Ja· quería cont.a:r .algo J¡oy. Tuyo uri s1.1Elio co11 su hijo Al.ejo_¡id.1·a , did que se ,·e pa::.eando por Buenos

La.� r::;cena!'i q u e nfloraron son factible.� de.


Martín 1�nn
let!r y escribir,. que de pront.o ern. nn;llfábelo.
Airas, el sábado ¡His.ado. h a c.ie n d o planes mental�

!ura sil u ::� c i on al rlgl co nte.:tto soda,! actulll


meilta
; ;;bco3!'cii;<'iS\•"l<S
116 143
144
]:;;:jo ;;e dcvtl6 a trav-!:s d'J ia:; �C!!T¡ft:O Y sus com.cm.t3.¡:iqs
(aú,r.�o*, iq-antWc.ada.ne,<l ':i usad:i.:;ione s ) , :1-JJ:tiQe.. ?-Pare- ·
D.r a m a tiz.ad6n y actua c J O n : >cmanz.lc<.i 'f un.a tcr�pia de �rupu !.lL': orknt;¡ción psicoil.
n;�\ilic.::

c:-:;1 hs es c!"!l <!..S :i.tl mund::: in±ernu con que res u enW.I!lfdii
pr�vin. t_)"..p\idt::wión tld cqf!LC.¡\0
; dt d6bt� (l<;cuc.nc\;¡ s.:::m::waL
uno E:ll e-?ta situ.s.eión. L::�::; ·vü1tilllos ccm· persi:mafe.s -:in­ f;n },;¡ .primera ��ión.
d o � ·térmi n o s · cl e · opues.to s i g n i H codd
.
lf rno.s qi...b SOn �·'re\'i.i'id9S'' eil. el "aqtti Y -'3.h0ra"· [l'Upal­ psi��cicn, � d pacH:.ntc
su�¡e r� dr:.tm ;¡ l lz:ur una esc:c.n-:� con
_
sodal. _A nivel gru pal 1 !iri: \¡ae;e. tefer�iu:.ia a los nuev9s . Y por EuU<!-lU� PAVLO,�:>�Y suele .n:p.:.t lr.>l.;' a m

·
' enudo e.n su Yid;¡ mutri·

. <! los q u e s e fuc.-on (toilr.s mujeres) : U nmb'i\;a.lend:i


muy

· '{ F!nRL Mucc¡c


s u · muju q�c.

· 'i:.J.:: qle!'lt.aD.. frente' al curil.)·!ie <: b:sa c.ort -p_ioyeetoS y :Pla­ harle _d_u ramwtc. JI ppcic.nlc
roocisL . .. .

Ln yo au:-tll n r es ad te_nr,H.l a po_r


.i.s. mujer ha cmpaado n reproc
nes, y ' nl qued ars e eu uf, hig-a!' conoci dc• Y c?:.;.tin'ente. �u poca d c:d ic...ació !f l!.l. hagp,r;
Lu gar qU� ];; u ede " voh erse" im!lo\'iÜz.P.do�·, repr esOr, C�J?.- ,cu m p11 r d. .:o\ ?e. -�pasa. A\.
_nuc:slt"O pacicnlc. p_ar;¡ que ,pue:du
ye¡·tirlos e-n· "f!'igúlus". Los hombreS sO::J. los· mis:rños, no
hay · n uevos n.l .::-e::::ie.ntas altas.
_ ;entc-m fcsto-;
1

e U;ri¡,¡¡ do y o..nt e :\os r>':: prochcs de·


- =me �1� e.J=p;n::kntc=-se.\d�1btert �
�u ·mu¡�r sólo :nma u_s�n.t �;sc
. Pued:eit i-?:c¿nc-ce'=:' ::!.��1Ji. d.ete::."!!liuad.!: intt-J··tt.ú . tle ·¡¡U
�he
.
·
en un r
su

rontlnú-a rcprochfu1d.o\>; S� COr\ciUct;¡.. !!He.!\l\'?-5 g¡ra


�ar'

1·o1 so�in..l actual, sin Tl1d1tCt.:ioj�ism.os aliéñ.antes, sin df:S­


yo- �
il..
�<.:.Ón dtl .ctJ.lll'lC. slo decir pnl:rbr.�. u_
bn.tsca:::c:n :e: ,1
&dor de éL · Dt pronto, d p:adcnle. se 1.:: '1-?-..,nl�
mujer":

¡crn.ando fucrtt;roénls- por íoS hombros � ��


pl<.ó.a.t..:: a.l .couociroie..-::.to dC ,S.specto!l de lo inco.ñclente.,

mu l o \ ...._ J.-a c:sc�nn e.� de_ l;J\


a partir d�!
.

ri�l di_n i� que c:r...úa.:.n


¡t

cin.rn d e.sd¡: ·13: coordinac.ión pues, s\ no se :puede caer 'en. gri:l.a.: "¡0 d>!:jis d<: .Mb\ar o le
En es('(:: 1'?-baja inh::nlarcmm e:sc\arccc.r, yo om:.ti.Llf
c.a � sas-qcre �on so�io-pol!tkas. Eito h'ay que tene+1o bien mD.,u:.�.
o:: n m:
Un· ser1o �riest:ll ;.":El de in le.hta.r exPlicar dos térn'til)O'i ·que ULI lan¡o imlisc.riruinudu y cun.fusu.mo.:rilc.. �on rc!>:ll.smci y viok nci!.l; qut;- el di;.::c\o> s_uspi.!f!d.e. -��
,

.
b.s difr:.rcns:fus . Lt:órico-pr�c.lir:.Ds

rlOr c.a���Jes inc6m:ientes indh'iduales. N�s rd�:rimus u Jrumuti:!.:.ldóri y L=l yo aut.lliar t:.amcnu que' sin t ió m¡cdo Y.��olo � (�5\CO
�r:�:�.LLU.Cl��­
. lo socia.:politico o.:n CU;.lntJO
mu,;
-=. He-:'.fñ.i:entarl.o ·al ·d.ar estOs i:res eienip\os i1ustrar e.n :�Í:tuudó11. Término�· qu¡,: no ob:ttanto.: cx.prcsar cfH1a:_p{9'!: t.linmc· d padcn!c k u prc:IÓ d c,ucrpo con sus: br:::z.Cf. N� Hllcpt:m:
utílizucla::i p:dcatcr:1piu..

parte. l.o:"e.xp u esto s;:.bre· 1:t i"nte:¡rradón ··ae1 psico d ram a, el traimcn lt:. opue:stos,... suckp. -c.mplcar��:· en muchu:> cx:.:uloncs éon l:lnuli:z:u..r cita tl rumu tinción P?•:;,l.lc nu�st;�; .uü_:.:.o�s _cn _' .:.Slc e�
psic.D<:< ná.tisis ' J' lt:. · in;f\ uendn deJ con"te:\.-to soc.io-poll.tico. i_dtntico signjfic:¡do. en espJ..S_ c�r::: lln!i:at;-17'� s: �ugmo
inve.:rlir !o� rolc.s' purA comprcnd<:r me1ar !<1
qln::..m.\ca mtcrpcr-
e:$ otra. Dig?.¡nos, cmpl!:ro, qu:::
Eile.¡ri en el . _primer E.jemp\ 0, 'Un tr.t.timento de un dos �c.,;lo n es
la rn,�jc¡- 'J d . d� rec.lo-r d rol
tn,bajo_·sobÍ-1!. tt:a):-sfe.repda. dcl }:.t;��uta. :¡iln e.l se¡run7 de. diferencia cmrt ;;1.ntb11,; " s.cn:al: el pilci(:rl\c.'!UU.mió ¡:;l rol.9-:!
dd pack.o¡c. en la _misma _.cs¡;:.e_n:!.. Pe.:o 'l�"'l.m):¡,�;:d.;�ma�!ZU \.o s_�ccd;�o�
.Parn cHo rccurrire:mm a. algunos pasnjes de

,do, un r ecori:e .de- una )·eládán tl"3.nsfei-mci2.i. · entre · d o:; y fur..:ra:"i. ;:;�:;;¡;üi\i'l:>�d<l.S par u · pncje:.IU� tr'-.!t:J do J:;an pSicJ?clCJm.:l.
. _ p�icod:-amlili=s, que rc.gi!itr;rn un año
l\tl .�
_

indiYiclun.l :¡ n.�n de. unn ve::z¡ ·pa r :S.<:m:Jna, ¿Qué fue o l!. ut il.SU:;pe
n\i8.nbro:-;. de un grupo. En ut 'tercero , el relato m.�ty si-n.­
n
' .
·
l C!t;'H\ .

teti:ad.c de una sesión d onde e.l teml}. so'do-polltíc.o e:¡. rn&­


que. a bi ó drrcc\Or
Lli
s.:::s:: ion¡:¡ �c. un;,� har:t y m..cdi:;s. ele d u rndón {ucran· CQ9r·
l

nifiesto, �e.ña.lant:lo .·�n.". forma ñe :aes3.rro!lar \a s::.si6J;J., 1


-
ro\

t.!i..npd';ls po r. un
dir�cto r 'f u na yo a.ux..tlinr:
Nuestra l la

el� la que aparece-u- lo� niveles :;rupa\-individ.ual )• svc.iai,


- ·

1'
.: nuestro inlci-fs na c.S d de cl cscrib ir !.::. téc.�jca
.ni \:. c:!ccción l..! el \rJI:lmiento, 1 sino d!scuti.:r i0s.:f11'1¡·_¿rlk1t;; �rüi­
y SUS TIL !..X..OS.
En t:Slc caso.
:d:spt�:o · c.o n estuS !l lJ u.n tf,� 'naber cOntribuido � señG.- .
lal' los aportes Q.U>! e.l psicotlram.11. ha be.cha a la :psicot&.:
.cm' cor.rCspondicnltl il dos.' mocño::t\lbs ·diitn::nt�s d�"su' éYohidón.
r:a-pia g-¡·upa), al mostrar el valor 4e. la escena dn má..tic.a Digúmpi- tainbidn que. se lr>Hl:ib-a de un paciC�h'.:. con neurosis
como \'lia de ab9rdaje a lo iÚonciehte.. · · \mpu!siy;¡ sr:ive:, que h:.lbíu OJ.bondonudo dos !;al.:HnicnlOS ps\co­

El psicodrama dé :W:o:rano tleTi e 'un EmOl·m e cante.nl­


-

\CrJpé'uti.:os ·:�.nlcriorcs, un ;m-msis inclivitJu;¡l d<; C"UatrO' S.C.'>ione.s


do humanist..!l, sus h1quict1Jdet sod3.\e:� son evidentes y .al
•'7r..> b:ajo �publi.:-JJ o .:n -cw..JcrnO; ·� p,.i.:atcr:..,f¡i:�'·, Vol. IV
i n tegrar al psi co,lir-ams. �n -nuestra forma da trab:..� jc, no ¡...p L E¡..i . Gcr¡\tor, 1'3a9. ·

\ Vd!b::'!.roa¡ d �:ii:.-:::.<!=.-7.:.
.
s:Jlo ?e utiliza s u t..ecnic'¡;_ sinu se reScat..;:., P.n 1lfirie., :m .
.
-

�spirit1;. impub..�·"' con ?;rlln ,,,nl.:n..:i11 h_;¡.;b cl �ctiu\:-out r qu.: nu c�cin ct\
indivitiu�l - �n p:u::i.:�tc."1
. � c !'.<:Uroli..:

�U11tlkiun.:� 1.k r\.":!:! �r "Ut\ �:�wm.i.:r.\o p(uh:IIJ;i.uUu•


o


�-
14
.
& . , . E�l c p r?c.,cso si'm_bólic.o,�f!.ado por M. Milner tipo de proc:�so c.orrc:�panil�.: :1 ·¡atlo c\ prím r cido
Pu-r nDsolros se p rtidu jo· un cambio �ignHi:�_tiyo: En· . �tu

�J o n 51 m�::_,; pr�ucc m e_Uta��mcntc UfiJL.d;.tq!JC:ILID.q�


..cc:u_a·, <:��? �de �:
d.e: dmmati:r.uc:ionf.:l.. Ud p!"Íc.Ó�:l\:t. , l<!w:sü:t \ar_c:l consis\c e.n
rl!pn:.sr.:nu n:ión si h:Ubo .d,¡;;.m a t i z.ución y un¡¡ motlll lcac¡6n bas1t:·•
� · . �
}Ogrilr ,que �te pro=1J simbólico, <t lrnvés Uc c:�nlinu:1s drnmll·

en el coñe.:Pto tb la r_cl:�ciñn !:-;u:tpcr:.onul.
,t �esa pnm�no lr;l\;¡
¡
ción <1 fin· dc qw:: , c-on ¡ ayUda de J:t.S Í::¡rgas o� c,;dtu'cián_ D.SÍ li:r.ncioñ=!, yoya ecdltmdo·lu gar ll o\tp Lip,o d<! rclaai6n simb9Jic;¡
producir un11. th:sc¡¡rga de C1.CJ\U·
� jf ·
Señalarnos en \u nrimtra dramnüución que cj ro\ oi.m.bólim
� .

que no:t durin J n posibilidad tle s u "posible t:vuluti6n f;¡vimJ\,l\c.


� .: ':Ji · . ; La _i clcruifi�:JCÍÓn p roycc.tiva llene c:ar;ic.LÚ ffiasívo Y �l p�r;j enlc:.
§ :Jc�.�:mul;�cl ns,:sc cstablczc:'l ul!a identid�d de.:ptrccp
(:fO nu;dlir�.r) t:r.:t el cÍobtc de!" objc¡o _(mujer) y qu� . cs:.
c:i6n " _(F rc.u cl ) ,
, tícndC. .a . c:spnci;¡fi:z.ur rcln�
bc.c�a
susd!abu uno. dcst:.:�rg;¡ motrb: inmc:d\ala sob�e. d ob¡c\O (r� \ ) .'
a
·,_,_.,.. .¡t"S.; u ·p.roycC\:�. sobe<: la pnn�ai\a continen\e .de.\ yo I!UX.Jl!ilr:. (rol o dones U!
Recordemos .

ob j eto io.lt.rno pc�sc.i::u\o"rio con su carga. d� afec\o ; tk.bido 0 una i .I.!.(O'f����v.�·-n?��!ya _ i..Y.9
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:-inl�mo.persacutorto. De manera, pues, qlll:. el �� -;�mhofico


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··"'"·ª correspond iente (cspasá o mad:re C:lStr:adora) Y dc.sc.arg . en� .
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En l ·¡n.ycsilgadó n . y 111 pn � n ' y;¡ d.�: .at,::c:\0
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¡ d<!"\ objeto primari�. Diiimos que, en es:e , c¡¡�o _�� _oc/uaba :_ � , tfl
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. · · .7"''"" '.�'"""' · · npeslrns ·_espe.:u\nciancs tconc.a� scgu,¡mos en cm: caso ¡ os co ,�
nosicdnd r e ació n en\ re nuc.slnÍ c:Hni¡:;a sC cnCtJ.I!nlrll inyc:sddo con c:�rl!a
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un n.ño después de ln que comentamos. :En ella ef'pacicnte. ,
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� que lley¡¡ha c.wnpl:da un año de. !rnu.micmo psieodrru:mi.tico,
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,· nu·, , �r l;ll ;.oalabr-as·�.d,¡;;:,S�
. de: rc:luc¡on , . entre nucstrq pro l;¡gorusla Y st.: mu¡a
¡odas los. ic odi m s m o sesión, sino lrut:Jr de cs.\�b\cQ::c lo _n ¿
" "¿' a
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r--
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· · ·•"
en rt;l.:J.ción a !u primera 1:e:>i6n. que coru<:ntumos 'j S"u Uif::rentc
!a d.(
) · La cscuchn modi(ic.a. -Su l!ci.itud·:-a�¡:¿51:¡;;J[:-if�P;��1
al hermano, 'f' l u go l e �rud<!ce: su consejo ·
. ( yo ,¡u:t t Jar ' " ' ··1

rdución den\ro Ud pracc:iO· s imhólico. <!·


:tgrL'""iiYO) . ·
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· c::E�ru:nctn 6�en:,tva.. '- -
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e� u.:: la poslt : ton uc: rcstv!l mtC!a. mldo..ln.!.rrnu. !!! p�icoJi-t!'ma
�ci:;c
. sistcmitico dd o roc�:ro sccund>!í!O •
Í t
· e introy,:cccíoncs. La d.ind.mic<:t dt!�e:rte lnt.:;rjucgo
tormindo!os 1'rcpr�:sc:n!ab!cs ", en el ju-.:go de .sus

·Y�:l::t:camp,cn·
pcoy.�:cdont:s
.Nue.srra. cx;�ricnda dlnic:1·psic�d r.2..m� tic:ll p nrecc co n[i c­
••

muto� .Ja,s · neu rosis" i.mpu!slvns o pS!COO!_l-l!E.S: �!i¡o rnn .c�;E.nd.o


�ló� 'pl.!ui:!Lin a··dc .su · mundo !n!L:rna lr.!Sp.Ut:SLO �a...!:.t"rc
...(:ntra.n· c:n· mamemos th.:prcsivo! y ,cunn. o e! rol Sicnbóhco_c:s _
_ pn:.s.::n-
_
� _
, 'vhddo ·como · Un ob\l:LO tor�, _dU'crcnte cJd �u¡et� f�.r quien s.e
¡�cton,
·:
. �comi�..:l-ScOtlt=-i't:�·u.;;.nsub:ltd:::r-J.- -· --· -
;������-
i �""�-�������;�; ��
1
cb;boracián de _

función útil h.nscn !le?:�r


RodríKut! c¡u<!. !.:�

a) .•EJ �¡ �imbálfco evoca o sugiere d oO:. :1 ·re: reprcsentnclCn simbólica.


E1 psicodr:�mn, tnn rc.Jistld; a.
L:r yo uu�Gnr evoca su m�.
Hcorc:s¿ntn su m ujer, · no es su mujer• .
¡c!o. v�ce�,.p crm.itc:· inYestiga.r cliñica..mcnt.: mucho:�
Conceptos t.:órico�
·(�cu�ncia rc:>u!t:Hl. CÜ(itiles d<!: .....rrwOor:zr, En u:oc·s.:n·
b ) Et rol na esti lnv.c,stido .co�r, ·!a· cargfl
que can
tido , ·se agrcgn .a· su función ternpéuticu
prunwvot -de ale:c.to del abp::lo•·pnm:l'no, instrumento de inv�tfg¡¡ci6o aún no suficic:nt
!a de S..:r un pod�roso
ti�
e) Rcpr.::sc:nt:lcián simbólica�
.:mcntl'; dt.iarro-
..: llado entre. !o:� p;;ica:�n:l!iStilS. ...

d) No hilY clcscurg:�, mOtriz: ¡nrm::diOJln• .


,¡;;.
f!j·
·
e) !ckntidod de. c;cns<�mícnto (se p��ns;¡ en @1
Dramal i'z:'a'rii.in ,¡@¡
f) Dismit\-Úye: J:¡ ide:ntificadóo. proyectivn
t!l obje�o prim:."�C'ÍO) .

ríng-au�'Cfe
{lirlffapt!!lUC·. ac·
®
' Moren'(�· ¡¡¡� • • •

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El rol simbólico '
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. ob¡c�o ¡otal.
'g) ti<:.ne: c:�.ractcrísliCitS de

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h) Se rcviv�:n a.ns:iediid�f_ie:pr¡:;si-as.
i) Ril!c d procesa sccund::�rio .
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'
j) Hay draroa{iz:ación ni.!ida sill actuadonc:s-

,l
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k) �spoa�ab \lid::� d por d' rol simbólico


, �grestYUS. .
·

{fa alUJltar) •
·

Ciio.i�ótc d · ¡ira·tagonistJ. c.omic� .a re.spe:ta< · · �i!;i.c;¡­


me:nte: -a ·iaS yo , au::iluli es ca las dr;uas.uzac.\oaes:. · 0\.UIUrlUye
el ll.c.úni-Ou.c ag�i.vo y po<kmas dcctr qu_c ts: .:;meo� cuando
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la dramatlz:lciór. rinde su (lla)'O;: beneficio terapéutu:o (reprc·


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�imbólíca) , .P'::ro �rc::mos que tod:l la _;¡.s:iJ:pt:nl cPna
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97

14
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148

Clínica y Análisis Grupal � 1 976 � No l © lmago Clínit:a hiwanalítica
Vol. l ( l ) Pags. 001 -009 lSSN 0 2 1 0-0657
Las escenas temidas de un coordinador de grupos
Eduardo Pavlovsky, Luis Frydlewsky y Hemán Kesselman 1
Nuestras experiencias de autogesti6n relatadas procedentemente 2 nos llevaron a pensar que, de
la forma en que veníamos explorando y trabajando los autores de este libro, podíamos realizar esa
misma exploración dirigiendo una experiencia con coordinadores de grupo que estuviesen
interesados en profundizar esta línea de investigación. A tal efecto, propusimos dirigir un seminario
de- investigación de escenas temidas para veinticuatro coordinadores de grupo. donde cada
participante pudiera, trabajando en conjunto y en pequeños grupos, estudiar sus escenas temidas y
las de sus compañeros de seminario y concebimos un método de LTabajo para entrenar a cada
coordinador en sus posibilidades de entrada y salida de situac.iones regresivas que lo comprometen
habitualmente en el desempeño de su tarea.

14
Nos ofrecimos a estudiar sus miedos habituales en su desempeño como coordinador, sus
mecanismos defensivos con los que lucha contra estos temores, la toma de conciencia de las
relaciones entre éstos y sus miedos personales, históricos, con los que él puede asociar sus miedos
profesionales; la forma en que es capaz de trabajar dramáticamente estos miedos, con la ayuda de
otros que están en su misma búsqueda, cuyas intervenciones le dan un repertorio alternativo más
rico y amplificado para operar nuevamente con esos miedos en su vida cotidiana profesionaL Es
decir, nosotros centrarnos toda la actividad exploratoria sobre la persona del Coordinador. Y
decimos esto, porque es, según nuestra opinión, el camino más original que transita este libro,
dentro de las bibliografías especializadas en coordinación grupal , donde el acento está puesto sobre
los coordinados (cómo son, cómo interactúan, cómo se relacionan con el coordinador) o sobre la
situación grupal (cómo se desarrolla la sesión, qué técnicas deben emplearse, durante cuánto
tiempo, etc.) 3.
Cada corriente de la Psicología Social psicoanalítica o no) tiene su método, el cual es ejercido
por el coordinador, set:,rún su teoría y técnica, para provocar la entrada en regresíón de los
integrantes de un grupo con el objeto de movilizar estereotipos de conducta y también tiene sus
recursos para provocar la salida de la regresión o progresión de dichos integrantes. Estos métodos
varían según la escuela de que se trate. Las escuelas psicoanalíticas inglesa y americana, por lo ya
visto, y que mayor int1uencia han tenido en nuestro país, operan en forma diferente.
1 © Por los autores. Artículo inédito.
2 Nos
XXI).
referimos a la «Introducción>> del libro de próxima publicación: <<Manual para coordinadores de grupo» (Siglo
3 Según nuestra proposición, el coordinador debe entrenarse para aprender a entrar y salir grupalmente de sus
«escenas temidas» a! tiempo que desea ayndar a sus coordinados a entrar y salir de sus respectivas <<e.�cenas temidas»
gmpalmente.
2 Eduardo Pavlovsky, Luis Frydlewsky y Hcmán Kcsselman

La escuela psícoterapéutica analítica inglesa (Bion) propuso formar al coordinador entrenándolo


en la.s habllidades que puede desarrol lar al observar el efeclo regresivo colectivo que el «aquí y
ahora» de la dinámica siruacional produce en cada paciente (coordinado) y propone que el
coordinador aprenda a construir y formular interpretaciones verbales sobre las ansiedades básicas y
las fonnas de relación entre sí y con el coordinador, como un instrumento para sacar a todos y, por
lo tanto, a cada uno de los participantes, de la regresión a la que había ingresado de conjunto. El
conjunto de participantes es tratado como las partes de una guestalt que configura una especie de
gran bebé en relación con un adulto con el que crece, que es el terapeuta o coordinador.
La escuela de Psicología Dinámica americana (Laboratorio Social, técnicas de acción, Slavson,
etc.) trata de gestar «climas» entre sus pmticipantes, conducidos por coordinadores que realizan un
tratamiento de cada ca<;o individual «en público». Propone que el coordinador s e prepare en la
capacidad de conducir al grupo de tal manera que el conjunto de los integrantes tienda a sumirse
junto con uno de ellos (el que «plantea el problema personal») utili7.ando juegos dramáticos,
consignas lúdicas e interpretaciones dirigidas «a la persona» para acompañarlos así en l a salida de
la regresión.
Nosotros en cambio queremos proponer la formación del coordinador de grupos entrenándolo
en la toma de conciencia que éste puede adquirir, asociando las escena..;; conflictivas de su historia
profesional con las escenas conflictivas de su historia personal y que suponemos que forman el
substráete bloqueante de su capacidad técnica (personal) para coordinar grupos. Los ubicamos en
compañía de otros coordinadores apasionados en esta misma búsqueda y tratamos de producir en
cada uno una regresión «Ín situ» que puede llegar a superarse, según nuestra idea, a través del
conocimiento profundo (enriquecido) de dicha situación para que, cuando vuelva a encontrarse con
ella nuevamente, una vez terminado el seminario, pueda contar con un repertorio de conductas


alternativas para operar eficazmente corno coordinador grupal, configurando una verdadera espiral
dialéctica del aprendizaje en su vida de coordinador de grupos que se concibe por el
eslabonamiento de unidadeS de trabajo a las que llamamos escenas (temidas, consonantes,
resonantes y resultantes). Cada eslabón (escena) representa una hipótesis fundamental de partida
para nuestro método de trabajo y por eso las describimos cronológicamente a continuación.

Hipótesis Fundamentales: El sentido de las escenas

a) Las escenas temidas:


Hemos dicho ya que un coordinador de grupos si se encuentra en un grupo de colegas que se
dispongan para ello, cuenta con un marco de adecuada seguridad psicológica como para revisar
«Como en casa» los momentos difíciles más habituales por los que debe pasar durante su ejercicio
en el desempeño profesional del roL Es posible entonces, con este marco adecuado, ponerse a
charlar, a «Sacar los propios trapitos al sol» y a confesar temores y dificultades habituales cuya
dimensión compartan algunos y que en cambio hagan reír a otros para quienes dicho temor no es
importante, ni habitual y si Jo es, es fácilmente controlable.
Cualquiera de los que está leyendo estas líneas, si es coordinador de grupos o piensa serlo, se le
ocurrírán ya.. seguramente, momentos embarazosos o «terribles» por los que suele pasar o· teme que
le vayan a pasar. Hasta es posible pensar en esos problemas que uno suele enfrentar, pero que nos
dejan con «la espina» de si no podríamos haberlos enfrentado con otro estilo o inclusive ciertas
Las escenas temidas de un coordinador de gropos 3
situaciones donde como coordinador puede «engranarse», como se dice habitualmente, con ciettos
temas del grupo o con ciertos pacientes que plantean mensajes que por alguna razón nos <�mueven
el piSO».
Estos momentos, imágenes conf-lictivas de nuestra vida profesional pueden fonnar un repertorio
de momentos o imágenes capaces de ser especiali;r..adas y representadas dramáticamente en forma
de escenas.
Esas escenas a las que llamamos «escenas temidas» del coordinador de grupos pueden quedar
como secretos o misterios de cada coordinador; ser objeto de confesión amistosa y de broma.;;
graciosas sobre la psicopatología de ía vida cotidiana de los coordinadores de grupo o, por el
contrario, convertirse en objeto de profundi;r..acíón y en una verdadera oportunidad de cambio y
aprendi7..aje para cada coordlnador. En este último sentido, si esta escena temida es representada
dramáticamente bajo la guía del propio interesado en estudiarse a sí mismo, llegamos al momento
objetivado en otros de su propia dificultad. Si allí nos detenemos, el camino es abierto por.una
pregunta que se viene sola: esta escena temida para este coordinador, ¿qué está encubriendo de él
mismo?; es decir) ¿de qué escena latente de l a vida personal del coordinador es representante y a la
vez encubridora, esta escena temida de su quehacer profesional?
b) Las escenas consonantes:
La escena temida es utili?.ada como «VÍa regia» para llegar al inconsciente del coordinador de
grupo.


Si se invita al coordinador en cuestión a asociar idea_.:;, realizar soliloquios asociativos y, en una
palabra, a aislarse momentáneamente en compañía de los otros, pero en un ejercicio de
introspección regresiva, de viaje hacia su propia historia, en un retroceso en una regresión «guiada>>
por el conductor del ejercicio sobre sus propios momentos vitales que «hagan eco» con el afecto de
la temática planteada en la escena temida, es posible rastrear alguna o algunas escenas
(usualmente escenas de su vida familiar) que por vibrar tan parecido con la «escena temida» la
llamamos escenas consonantes (o escena..o; familiares consonantes).
Estas escenas pueden también, como las temidas, ser representadas dramáticamente con la
participación del protagonista y con nuestra conducción.
Y nos preguntamos entonces ahora, ¿qué conviene hacer desde esta escena?, ¿cómo seguírla
trabajando para que adquiera más profundidad didáctica?; es decir, ¿cómo tratar esta regresión que
hemos intentado producir en el protagonista, para que le permita a éste salir provechosamente, o
sea, aprendiendo, de esta regresión?
e) Las escenas resonantes:
Nuestra formación como psicoanalista.<; «individuales» nos enseñó cómo hacer para encontrar
más profundidad :frente a estos momentos. Aprendimos a centrar cada vez más el foco de nuestra
lente de inspección de conductas a través de la interpretación transferencia!, la cual deja un poco
borrosas las imágenes multipersonales para descubrir las relaciones prehistóricas o más antiguas
(cuerpo-útero, boca-pecho) que subyacen a cada Vínculo mu1tipersonal. Profundizar es, para esta
técn ica analítica, ir despejando recuerdos, imágenes, escenas que encubren las imágenes
fundamentales (más prim itivas) de nuestra conducta (escenas o recuerdos encubridores).
4 Eduardo Pavlovsky, Luls Frydlewsky y Hemán Kc.'>selman

Sin embargo, en nuestra formación como psicoanalistas de t,rrupo, la influencia de las técnicas
psicodramáticas y de acción, nos enseñaron el beneficio de la apropiación de cada escena personal
por el conjunto de un gmpo, para acceder también, por ese camino, a la profundidad del sujeto.
Por ello concebimos .la posibilidad de transfonnar esta escena consonante en un medio de
trabajo para cada integrante del f::,:.rt1pO, bajo la conducción y las sugerencias del director de la">
dramatizaciones (uno de nosotros). Le pedimos entonces al protagonista que le «preste» la escena a
los demás, para que «circule» 4 libremente por el grupo. Tomamos cada «trOZO>> de la escena para
sacarle algo así como una fotografía amplificada, de tal manera que en lugar de reducirse a )as
relaciones prehistóricas esta escena comienza a multiplicarse, a enriquecerse con la mirada, el oído,
las actitudes y las palabras de los otros. Como en esos salones de parque de diversiones, llenos de
espejos que nos devuelven nuestra imagen exagerada, caricaturesca en distintos puntos de nuestro
esquema corporal, causándonos miedo a veces, risas otra<; veces, pero donde cuesta reconocer la
imagen que nos devuelve todos los días el espejo plano y que, sin embargo, nos representa.
La escena consonante, así represen tada y trabajada, con la rnultireso-nancia del conjunto
permite llegar a una guestalt básica, pluridimensional y totalizante que se contrapone a la visión
monocular y pardalizadora del protagonista en los momentos en que éste se encuentra
examinándola aisladamente. Rompe de esta manera su bloqueo narcisístico, su propia y repetida
«novela» y le obliga a elaborar el duelo por la pérdjda de este estado que Je es antiguo y
permanente, proveyéndolo de nueva<; perspectivas con las que se diríge nuevamente a examinar sus
«escenas temidas».
Las escenas así tratadas dejan de ser solamente encubridoras, para transformarse en
«descubridores» y para fonnar como en un rompecabezas que se vuelve a armar en conjunto con la
resonancia en los otros, esta nueva escena mutativa: la escena resonante.


Pongamos un ejemplo a esta altura, para graficar mejor las ideas que venimos exponiendo:
Horacio, el director de] trabajo (uno de los autores de este Jibro), reúne a un grupo de
coordinadores de grupo (Alberto, Pedro, Lucía, Rosa, José, Carlos, Betty y María) para trabajar sus
escena<; temidas. Alberto se propone corno protagonista para «prestar» al conjunto una de las
escenas temidas que recuerda desde su papel de coordinador de uno de sus grupos terapéuticos.
Esta escena es representada por Alberto y el resto de sus compañeros, en un juego de roles, para
lo cual ha reconstruido un momento habitual que le preocupó en su vida profesional. Durante el
mismo, explica la situación a representar. Pedro y María, miembros silenciosos, contemplan cómo
discuten Lucía y José, que no están de acuerdo con la actitud «individualista y egoísta» de Betty,
Rosa y Carlos, que quíeren «acapararse» a Alberto, el coordinador del grupo. Esa situación es un
momento vivido por Alberto en la realidad de su vida profesional. Es una de sus «escenas
temidas». Los «actore..r;;» así dispuestos, adoptan una posición que recuerda un momento de la
sesión de uno de los grupos terapéutícos coordinados por Alberto.
En determinado momento de Ia representación, Alberto interpreta la discusión como una forma
que el conjunto realiza para evitar entrar en tarea correctora. De pronto, airadamente Betty
(respondiendo a una consigna que le fue suministrada previamente), encara djrectamente a AJberto
y lo hace responsable de esta situación y comienza a disparar sobre él un andanada de reproches
(«la culpa es de usted por hacernos llegar a esta situación, por Uegar t.arde a las sesiones en

4 Véase Gennie y Paú! Lemoine: «Una teoría del psicodrama)>. Granica. Buenos Aires, 1 974.
Las escenas le midas de un coordinador de gmpos 5
numerosas ocasiones, por no saber distribuir equitativamente las Jn terpretaciones, por no haber
sabido seleccionar adecuadamente las personas que componen el grupo, etcétera»).
Alberto comienza a enrojecer, transpira frío y, conteniéndose lo más que puede, balbucea una
in terpretación que no detiene para nada las andanadas que sobre él descarga Betty.
En· ese momento se d a vuelta e intenumpiendo la dramati zación se dirige al director de la
misma, Horacio, y le dice: Bueno. Esto es muy temido para mí. Podría seguir u n poco más, pero se
repetiría esta sensación. Es su escena temida y su forma habitual de reaccionar frente a la misma.
Horacio, el director, le pide entonces que desde su rol, en ese momento, realice un soliloquio
sobre el asunto.
Alberto se toma la" manos, entrecierra los ojos y comienza a «pensar en voz alta»: «¡En que lío
Lo que ella me hace y me dice, me mueve tanto el piso, me da taquicardia, "me engrana". Pjerdo el
me he metldo! Cómo voy a salir de ésto. Creo que ella tiene mucha raz.ón , pero no sé cómo seguir.
control sobre mí mismo y siento que lo pierdo sobre el grupo también. Sólo atino a hacer alguna
interpretación que me suena a auto-justificación de esos reproches o sino voy a quedarme callado y
no contestan). Es su escena temida y su forma habitual de defenderse contra la ansiedad que ésta le
provoca.
A partir de este soliloquio se discute de conjunto el título de esta escena temida hasta que
Alberto propone uno que le parece el más representativo: «Los reproches me vuelven loco».
Horacio se acerca a Alberto y le pide entonces que se disponga a �<viajar hacia su historia» con
los ojos cerrados para no recibir !os estímulos visuales de los otros, a quienes se les pide silencio.
También le sugiere que busque y rebusque en el «arcén de sus recuerdos» al.bruna escena que le


<<SUene» similar a la que se representó.
Alberto va pensando en silencio ha'ita que comlenza a hablar, describiendo, a pedido de
Horacio, la escena que le ha aparecido. <<Estamos sentados a la mesa con mis padres y mis
hermanos. Yo llegué último y me senté a comer. Estaba apurado para ir a la cancha. Mientras el
resto comenzaba a desdoblar las servilletas yo tomo un trozo del pastel de papas y lo pongo en mi
plato. Mi hermano chilla diciéndome que soy un avivado. Yo me río. De pronto mamá y papá se
ponen a discutir acaloradamente por mi culpa. Papá se va de la mesa. El resto se queda callado.
Mamá me mira con los ojos cargados de reproche. Gotea. Me dispara primero algunos «balazos de
agua y sal» y me dice: ¿te das cuenta de lo que hiciste? Todavía que llegas tarde como siempre. ¿Te
das cuenta lo que hiciste?
Yo me voy achicando en la silla, intento decir: «¿pero la mesa no es para servirse la comida y
comer? Yo creía que... Y luego se.b'lÍl amos todos comiendo en silencio, menos mamá y papá, que
ya no se hablaban y tampoco comían con nosotros».
Horado le pide a esta altura a Alberto que abra los ojos del to�o. Ya está planteada la escena
consonante (escena famil iar consonante).
Horacio le propone a Alberto que distribuya entre sus siete compañeros los roles protagonistas
para representar esta escena familiar consonante.
Algunos hacen de padres, otros de hermanos, Alberto se representa a sí rnísmo, otros observan o
se prestan como yo-auxiliares, mientras Horado anuncia el comienzo de la representación de la
escena.
El tema comienza a circular entre los participantes y comienza a resonar en sus interiores, se
multiplica hasta el infinito como un gran amplificador de sonidos y de imágenes. Como el
6 Eduardo Pavlovsky, Luis Frydlcwsky y Hemán Kesselman

fotógrafo de B !ow-up, H'oracio va acelerando la multipllcación y el agrandamiento de cada tro:t..o de


la escena familiar, con inversiones de roles, soliloquios, duplicación de imágenes, espejos, etc.
La madre, hada protectora y bruja temida, adquiere múltiples significados, en lugar de reducirse
a dos imágenes: la buena y la mala. Múltiples hadas y mú1típles bmjas aparecen en la imagen
materna, nutritiva y reprochante. Diversas formas de ausencia multíphcan l a imagen del padre que
se va, de los hermanos, y entonces aparecen también múltiples comportamientos posibles para
Alberto: una para cada imagen diferente. Es decir, se va incorporando .
e�,: .AllleJ19 ftn repertorio.
enriquecido de respuestas posible frente a la situación inicial hasta llegar a un clímax de
resonancias que completan una gran escena (integración en una sola guestalt, como diríamos en
música de variaciones sinfónicas sobre el mismo tema: el reproche), que contiene l a totalización de
los miedos posibles y de las defensas posibles contra estos miedos, en este tema que lo enloquece
en su vida profesional: el reproche. Es la escena resonante.
Esta total ización, al ser in tematizada por Alberto, le permite emerger de la regresión en J a que
lo había sumido su visión parcializadora y aislada.

d) La vuelta a la escena temida: la escena resultante


Ahora Alberto, nuestro coordinador en cuestión, va a volver a tratar su escena temida. Va a
volver a vivirla y representarla con sus compañeros. Pero la escena ya no consuena en su interior de
la mísma manera. Su bloqueo narcisístico, la novela familiar que subyacía a su escena temida se ha
transformado. La ha reescrito con sus compañeros y ha quedado sobreimpresa para transformar
seguramente su óptica de l a antigua escena temida que tiene para éJ, desde ahora, una valoración
distinta, mucho más rica que la que tenía antes de ser tratada de esta forma.


Está lísto, además, para consonar y resonar con las escenas temidas del resto de sus compañeros,
que comienzan a desfilar durante las hora.;; del seminario. Su novela profesional (equivalente de su
novela familiar) ha comenzado a modificarse.

Resumen
Los autores plantean un método de formación para coordinadores de grupo. Este método centra
sus operaciones sobre la persona misma del coordinador, invitándolo a trabajar en compañía de
otros coordinadores que tienen sus mismos objetivos, en un seminario investigativo sobre el tema:
escenas temidas.
El entrenamiento propone técnicas para la toma de conciencia de las situaciones conflictivas que
cada uno debe sobreJlevar en la práctica cotidiana y a estas situaciones las denominan: escenas
temidas.
Estas escenas temidas de su quehacer profesional son encubridoras de escenas conflictivas que
Je hacen eco, y que corresponden a su historia personal, a las que denominan escenas consonantes o
escenas familiares consonantes.
El trabajo psicodrarnático y con técnicas de laboratorio al que se someten estas escenas, las
transforman en escenas resonantes. El conflicto de cada participante es protagonista y resuena en
cada compañero de trabajo. Cada participante puede volver a su escena temida desde este
tratamiento de la misma, abierto a un nuevo repertorio de conductas y defensas alternativas hacia el
mismo miedo, configurando una escena final: Ja escena resultante, que surge como resultado del
tratamíento grupal de las escenas temidas consonante y resonante.
Las esc�na'l temidas de un coordinador de grupos 7
El tratam iento ha consistido en una multiplicación activa del miedo ínjcial, en lugar de reducirlo
a. una fórmu la ioterpretaüva.
Este es el camino propuesto para cumplir con la hipótesis fundamental del trabajo: el
coordinador debe entrenarse para aprender a entrar y salir !:,1fllpalmente de sus "<<escena"> temidas», al
tiempo que desea ayudar a sus coordinadores a entrar y salir grupalmente de sus respectivas
«escenas temidas».
Summary
The authors plan a formation method for group coordinaters. This method locales Its operations
about the person of the coordinater hi mself, inviting him to work in the company of others. That
are going to be coordi nare, with the same objectives, i n an investigating seminar about the
following topic: dreaded scenes.
These dreaded scenes that appear in their professional deal ings are covered by conflictive
scenes that are reflected., are corresponded to their personal history, as an echo, they are called
consonous scenes or consonous familiar scenes.
The psychodramatic work to which these scenes are subjected with laboratory techniques
transform them into resonant scenes. The conflict-of each member is depicted and reiterated in each
member of the group. Each member of the group can return to his dreaded scene frorn this sarne
treatment, open to a new repertory of behaviour and altemative defence, to the same fear with a
final result; this resul t scene, whích comes as a result of the group treatment of dreaded scenes
consonous and resonant


The treatment has consisted on an active multiphcation of the inicial fear instead of reducing i t
to an interpretative formula.
This i s the proposed way to carry out the fundamental hypothesis of the work: the coordinater
to help the ones that have been coordinated to get in and out of a group of their respective dreaded
must get train to leam how to get in and out of the dreaded scenes, at the same time that he wishes
scenes.

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