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Las patologías que los definen (anorexia, bulimia, y trastorno por atracón) implican una visión y una conducta
problemáticas y obsesivas en relación con el peso corporal, la imagen, y la dieta.
Aunque hay estudios que señalan que hasta un 25% de los pacientes con TCA rechazan recibir tratamiento, es
posible evitar que los trastornos se vuelvan crónicos realizando una intervención a tiempo por parte de
profesionales calificados y experimentados.
Aunque la anorexia nerviosa era rara hasta la segunda mitad del siglo XX, ciertamente existió antes de ese
momento. Las primeras descripciones de la anorexia nerviosa en el mundo occidental datan de los siglos XII y
XIII. El caso más famoso, Santa Catalina de Siena, se dejó de comer como parte de una negación espiritual de sí
misma.
En el siglo XVI, las ascetas eran consideradas brujas y las quemaban en la hoguera. Existen varias descripciones
clínicas de la “enfermedad de pérdida” en el siglo XVII a XIX, y a principios del siglo XX, la anorexia se empezó
a considerar como un trastorno endocrino y a tratarse con hormonas pituitarias.
En 1973, Hilde Bruch publicó un libro con una serie de estudios de caso, llamado Trastornos alimenticios:
Obesidad, anorexia nerviosa y la persona dentro. A medida que el trastorno llegó al conocimiento público en la
década de los setenta, los casos reportados aumentaron y se extendieron más allá de la clase alta.
OBJETIVOS:
Enseñar a los adolescentes cuales son los trastornos de la conducta alimenticia que existen, cómo identificarlos y
cómo tratarlos.
DESARROLLO:
La causa exacta del origen de los trastornos alimenticios es desconocida. Sin embargo los expertos e
investigadores coinciden en que estas afecciones provienen de una interacción de factores compleja, incluyendo
factores psicológicos, sociales, conductuales, y biológicos.
Si bien no existe una causa concreta para explicar el origen de los trastornos alimentarios, se considera que
intervienen varios factores en su aparición y desarrollo, veamos cuáles son a continuación:
Biología: Sabemos que aquellas personas con un familiar de primer grado (padre, madre, hermano,
hermana) que padecen algún trastorno alimenticio son más propensas a desarrollarlos. Esto sugiere la
existencia algún tipo de vínculo genético.
Entorno y sociedad: La cultura occidental contemporánea enfatiza la delgadez así como la importancia de
la imagen, lo cual causa un impacto en las personas, y en especial en la adolescencia pues se trata de una
etapa de formación y desarrollo de su persona.
Problemas psicológicos y emocionales: Resulta muy frecuente que problemas de tipo emocional o
psicológico como la depresión o la ansiedad estén relacionados con el desarrollo de trastornos alimenticios.
Actividades: La participación en actividades en que se valora o se potencia la delgadez como pueden ser
el ballet, o deportes como el patinaje o la gimnasia, puede contribuir al desarrollo de este tipo de trastornos
A continuación os presentamos los tipos de trastornos alimenticios más frecuentes que encontramos en consulta, a
menudo en adolescentes, aunque también en personas adultas:
Anorexia; Es un trastorno alimenticio que se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo, así como por
Así pues, las personas que padecen anorexia tienen un deseo de bajar de peso a pesar de estar muy por debajo de
su peso normal u ideal (según su altura, edad, y talla) debido a una alteración en la percepción y autoevaluación de
su estado físico.
A menudo en estos casos la persona desarrolla conductas para restringir los alimentos (anorexia restrictiva), con
frecuencia realizando un exceso de ejercicio físico; o bien provocando el vómito, o mediante el uso de laxantes o
diuréticos, para conseguir bajar de peso (anorexia purgativa).
Se trata de una patología en ocasiones difícil de detectar, ya que mediante las maniobras descritas anteriormente a
menudo se consigue conservar el peso, si bien puede cursar con peso normal, poco peso, o sobrepeso.
Trastorno por atracones: Cuando hablamos de atracones de comida nos referimos a la ingesta descontrolada de
alimentos en un corto periodo de tiempo. El trastorno por atracón se caracteriza por la presencia de atracones
como manifestación principal, aunque a diferencia de la bulimia, en este caso no hay conductas compensatorias.
A menudo vemos este trastorno en personas con sobrepeso u obesidad, que han intentado martilles dietas sin
éxito, y que vinculan la comida a conflictos emocionales. Es frecuente que estas conductas pueden causar
vergüenza por la falta de autocontrol, así como llevar a intentar ocultar el problema.
Es importante tomar consciencia que los trastornos de la alimentación deben tratarse tan pronto como sean
descubiertos, pues todos ellos pueden derivar en otras comorbilidades, cronificarse, e incluso tener desenlaces
fatales.
Si padeces trastornos alimentarios o alguien a tu alrededor los está sufriendo, no dejes pasar el tiempo y acude a
un profesional cualificado cuanto antes para recibir la ayuda que necesitas.
Son muchos los padres que se preguntan cómo detectar los trastornos de la alimentación en sus hijos o hijas
durante la adolescencia.
Resulta frecuente que los jóvenes durante la adolescencia puedan esconder los síntomas de estos trastornos
durante largo tiempo, lo cual puede traer consecuencias graves, por lo que conviene estar atento al
comportamiento y hábitos de los hijos, así como conocer bien los diferentes tipos de trastornos de la alimentación
y sus síntomas, los cuales hemos descrito anteriormente.
Conviene recordar que los trastornos de la conducta alimentaria representan la tercera enfermedad crónica más
común entre la población adolescente después de la obesidad y el asma.
Los planes para el tratamiento de los trastornos alimenticios se realizan de manera individualizada, adaptándose a
las necesidades de cada persona en concreto. El tratamiento puede incluir:
Psicoterapia:
El tratamiento psicológico es la parte más importante en el tratamiento de este tipo de trastornos. Se trata de
visitar a un psicólogo de forma regular para acompañar y facilitar el proceso de recuperación mediante la
normalización de los patrones de alimentación, la implementación de hábitos saludables, así como el fomento del
autocontrol y de la capacidad de resolver problemas y lidiar con el propio estado anímico.
El tratamiento puede comprender diferentes tipos de terapia como la terapia conductivo-conductual, que se
centra en los comportamientos, pensamientos y sentimientos al respecto del trastorno; el EMDR mediante el cual
podemos reprocesar los eventos relacionados con estos trastornos para disolver la carga emocional negativa, o
el neurofeedback, que permite afianzar los nuevos comportamientos mediante el entrenamiento cerebral.
Además de esto debemos recordar que la participación y el acompañamiento de la familia o del entorno cercano
resultan esenciales para conseguir una recuperación total, por lo que la terapia familiar puede resultar muy útil,
en espacial para padres adolescentes. También es necesario mencionar la terapia conductivo-conductual en
grupo, en que la interacción con otras personas que sufren este tipo de trastornos puede ser especialmente
beneficiosa.
Educación nutricional:
Los profesionales de la salud especializados en dieta y nutrición son imprescindibles para ayudar a comprender
los trastornos de la alimentación así como para diseñar un plan para reconducir y afianzar unos hábitos
alimenticios saludables.
Así pues un dietista o un especialista en PNI (psiconeuroinmunología) ayudarán a reconducir la relación con los
alimentos y la conducta para alcanzar un peso saludable, comprender como la alimentación afecta al cuerpo y la
mente, planificar las comidas adecuadamente y establecer patrones regulares de alimentación saludable.
Medicamentos y hospitalización:
En ocasiones se recurre a los medicamentos para tratar algunos casos de trastornos alimentarios. Es importante
entender que los medicamentos no pueden curar estos trastornos, sino que sirven de apoyo en algunos casos,
cuando se combinan con la terapia psicológica.
En casos de graves de problemas de salud a nivel físico o psicológico puede llegar a ser necesaria la
hospitalización. Los problemas de salud graves relacionados con la anorexia pueden representar una urgencia
médica y requerir hospitalización para su estabilización.
Si tú o alguien de tu entorno cercano padece un trastorno de la conducta alimentaria, no dejes pasar más tiempo y
acude a buscar ayuda a un profesional.
El neurofeedback es una técnica no invasiva y sin efectos secundarios que se basa en el entrenamiento cerebral
para regular su actividad eléctrica, optimizándola, y con ello mejorando la conducta y la sensación de bienestar de
CONCLUSIONES:
Se realizó la capacitación para adolescentes y padres de familia que acudieron el día propuesto, explicando los
principales tipos de trastornos de la conducta alimenticia, cómo identificar y qué opciones hay en el manejo.
RECOMENDACIONES:
Continuar realizando charlas y capacitaciones como estas pero ahora destinadas a los padres y al personal de salud para
que ya sea en las casas de los adolescentes o en la consulta se obtenga un diagnostico precoz de estos trastornos para
poder actuar más eficientemente.