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“Tras las Huellas del Derecho Indiano y la Visión de

Domingo de Soto en la Magistratura Judicial”

Alumna: Melina Pilar Moreno García

DNI: 41916096

Julio 2023.

Materia: Cultura Jurídica Argentina,


Formación y Crisis

Comisión: 5501

Catedra: Abásolo
El presente informe tiene como objetivo comprender los orígenes del
derecho indiano, explorar sus aspectos más destacados e indagar en el
criterio de Domingo de Soto respecto a la situación de las fuentes del
derecho. También se examina el papel del juez en el sistema legal indiano
y se analiza la extensión y alcance de la magistratura judicial en esa época.

En primer lugar, iniciaré mi análisis examinando el Capítulo I del "Manual


de Historia del Derecho Indiano" del académico chileno, Antonio Dougnac
Rodríguez. Además, también abordaré el trabajo titulado "Leyes justas y
ajustadas en el Derecho Indiano: algunas claves para comprender unos
enunciados normativos integrados a una cultura jurídica diferente,"
elaborado por el profesor Ezequiel Abasolo

El descubrimiento de América ocurrió tras la propuesta de Cristóbal Colón


y la autorización de la expedición por los Reyes Católicos de Castilla, con el
objetivo de obtener productos de primera mano y superar a los
importadores italianos. Mediante la firma de un contrato llamado
"Capitulación", se estipuló que Colón sería virrey de las tierras descubiertas.
Sin embargo, una vez descubierta América, los reyes incumplieron
parcialmente con la capitulación, desencadenando disputas legales entre
Colón y la Corona.
Al llegar a las tierras que en ese momento se denominaban "Las Indias", se
aplicó el Derecho Indiano, un conjunto de normas legales impuestas en las
colonias americanas por la Corona de Castilla desde el siglo XVI hasta el
XVIII (1492 a 1810). Este derecho trascendía la mera normatividad y
expresaba una cultura jurídica compleja compuesta por conocimientos,
valores, principios e ideologías compartidos en esa época y lugar. Se
conformaba principalmente por el derecho castellano (de España) y nuevas
normas creadas específicamente para abordar asuntos sin equivalentes en
Europa. Se buscó adaptar el derecho a las realidades y particularidades de
América, prevaleciendo la idea de extender la cultura jurídica del ius
commune (derecho romano y canónico) bajo la lógica del casuismo.
En los siglos XVI y XVII, la legislación hispanoamericana estuvo influenciada
por el ius commune, un orden normativo común europeo que enfatizaba la
justicia intrínseca y la adecuación a un poderoso orden normativo superior,
como la ley de Dios. Las leyes indianas no se aplicaban con un criterio
imperativo, sino que su cumplimiento se basaba en persuasión y convicción,
buscando la justicia intrínseca y el acercamiento a un orden normativo
superior.
Ante el crecimiento legislativo y la inseguridad jurídica, se llevó a cabo un
proceso de recopilación de las leyes indias, reuniéndolas, seleccionándolas
y ordenándolas en una compilación que se convirtió en la base del derecho
indiano. Surgió un debate sobre cómo abordar el derecho en América,
donde los teólogos proponían un "Derecho Nuevo" basado en la naturaleza
común de los conquistadores y los conquistados, mientras que los juristas
abogaban por aprovechar lo útil del derecho castellano y adaptarlo a las
realidades locales, siendo esta última la solución que prevaleció.
El Derecho Indiano requería la intervención de operadores jurídicos que se
apoyaban en diversas fuentes, como opiniones de doctores, costumbres,
ejemplares, criterios teológicos y morales, según las orientaciones del ius
commune.
Destacaba entre sus aspectos significativos la pluralidad normativa, dado
que se componía de una combinación de diversas fuentes, tanto civiles
como canónicas. También se caracterizaba por su flexibilidad y
adaptabilidad a circunstancias cambiantes, sin estructurarse de manera
rígida y predefinida, permitiendo una normativa plural y flexible.
La primacía de la prudencia era otro aspecto relevante, ya que los
gobernantes debían legislar con prudencia, consultando a expertos y
representantes del pueblo antes de dictar leyes. La fuerza normativa de las
leyes dependía de su justicia intrínseca y adecuación a un orden normativo
superior, así como de su utilidad para la sociedad y las necesidades del
tiempo.
En su conjunto, el Derecho Indiano constituía un sistema legal complejo y
adaptativo que buscaba regular las realidades de las colonias americanas,
proteger a los indígenas y evangelizarlos. Se basaba en la legislación
específica para las Indias, el derecho castellano y el derecho indígena,
considerando también la importancia de la costumbre, la jurisprudencia y
la literatura jurídica en su creación y desarrollo. Este sistema reflejaba una
cultura jurídica propia de la época y lugar en que se aplicaba,
diferenciándose de las leyes modernas más abstractas y uniformes, y
adaptándose a las particularidades de las diversas sociedades americanas.

En segundo lugar analizaré el texto “Ministro de la ley o justicia viviente.


Imágenes del juez en la obra de Domingo de Soto” del autor Ezequiel
Abásolo.
El ensayo indaga sobre el tipo de magistrado judicial que Domingo de Soto
tenía en mente al escribir su obra "De Iustitia et iure". Se plantea la tensión
entre dos posturas que implican diferencias radicales en el papel del juez:
una que lo ve como un mero ministro de la ley y otra que lo consagra como
una figura que encarna la Justicia, a la que Soto se refiere como "justicia
viva".

En relación con la situación de las fuentes del derecho, se observa que Soto
no se adhiere plenamente a la primacía de la ley, como podría hacerlo un
juez moderno. En cambio, su enfoque se inclina hacia el casuismo y la
aplicación del derecho natural y las costumbres. Soto considera que las
leyes deben reflejar lo que es justo naturalmente y deben adaptarse a las
circunstancias particulares de cada caso.

En el derecho indiano, ser juez implicaba tener amplias facultades decisorias


y ser un intérprete de un derecho que no se reducía al texto legal, sino que
incluía la "scientiam universalem iuris" (el conocimiento universal del
derecho). El arbitrio judicial jugaba un papel crucial en el gobierno de la
justicia, permitiendo al juez adaptar el proceso y el derecho a las
circunstancias del caso.
Soto se basa en el ius commune y recurre a las opiniones de los autores
legistas, mostrando su conexión con la cultura jurídica de su tiempo.
Aunque no es abogado, su adhesión a los paradigmas del ius commune lo
lleva a referirse al derecho romano y a las exposiciones de los
comentaristas.

En conclusión, Domingo de Soto no se limita a una visión estricta de juez


como mero aplicador de la ley, sino que incorpora elementos del casuismo,
el derecho natural y la tradición jurídica para definir el papel del magistrado
judicial en su tiempo. Su obra refleja una complejidad que no puede ser
reducida a una única postura respecto al papel del juez en la administración
de justicia.

BIBLIOGRAFIA:

I) “Manual de Historia del Derecho Indiano"(1998) Serie Juridica, Antonio


Dougnac Rodríguez.

II) “Ministro de la ley o justicia viviente. Imágenes del juez en la obra de


Domingo de Soto” (2007) Revista de la Historia del derecho, Ezequiel
Abásolo.

III) “Leyes justas y ajustadas en el Derecho Indiano: algunas claves para


comprender unos enunciados normativos integrados a una cultura jurídica
diferente" (2021) Universidad Nacional del Nordeste, Pontificia Universidad
Católica Argentina, Ezequiel Abásolo.

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