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M4L3
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1. Caso de análisis
María Sol en unos días se vuelve a su pueblo a pasar las fiestas con su familia ¡hace mucho que
no los ve! Está muy contenta con lo logrado en su primer año de la universidad. Si bien durante el
primer semestre tuvo algunos problemas, en el segundo semestre pudo acomodarse y logró
aprobar todas las materias. Además, pudo rendir las dos materias que tenía pendientes del primer
cuatrimestre, por ende, comenzará el segundo año sin materias adeudadas. Ha llegado el
momento de desconectarse del estudio y de aprovechar su tiempo libre para visitar familiares y
amigos. Es importante recargar energías para enfrentar de la mejor manera el nuevo año que se
avecina, con nuevas necesidades y demandas a tener en cuenta.
Si bien el primer año le fue bien, es importante que María Sol sea consciente de la necesidad de
empezar a gestionar un recorrido de aprendizaje que complemente lo aprendido en la
universidad, es decir un PLE (personal learning environment, o entornos personales de
aprendizaje en castellano), una estrategia, un recorrido de autoformación, una forma concreta de
entender cómo se aprende, en qué contexto, donde aprendo, qué cosas hago y con quien. Adell
Segura y Castañeda Quintero la definen como “conjunto de herramientas, fuentes de información,
conexiones y actividades que cada persona utiliza de forma asidua para aprender” (Adell Segura
y Castañeda Quintero, 2010, p. 7).
María Sol debe tener en cuenta que la formación universitaria es un elemento muy importante en
un PLE, pero no es el único. Una PLE es un enfoque de aprendizaje, no es una aplicación ni
plataforma, sino que es una manera de entender cómo se aprende. No se limita al ámbito formal
o no formal, sino que los integra. El alumno fija sus propios objetivos y elabora una estrategia
para llevarlo a cabo. Es una manera de aprender, gracias al desarrollo del ciberespacio, al
contacto con propuestas de capacitación virtuales y con personas para desarrollar dichos
aprendizajes. La interacción y las comunidades de aprendizaje se convierte así en un elemento
clave alrededor de la temática.
Como se puede observar, para llevar a cabo una PLE, María Sol deberá contar con herramientas
informáticas que permitan el acceso y actividad con otras personas, ya que, como dice Adell
Segura y Castañeda Quintero, cualquier PLE está conformada por los siguientes 3 tipos de
elementos: dónde acceder a la información, dónde modificar información y dónde relacionarse
con otros.
1. Dónde acceder a la información. Hay sitios donde se puede acceder a información, por
ejemplo, blogs, wikis, repositorios y bases de datos de audios y videos (YouTube, Vimeo),
multimedia (Slideshare, National Geographic, BBC), sitios de noticias, portales de
información específica, etc.
2. Dónde modificar la información. Sitios que permiten la creación y edición de información:
wikis, GDocs, mapas mentales, edición de audio, de vídeo, creación de presentaciones,
cronogramas y en general cualquier tipo de artefacto informacional.
3. Donde relacionarse con otros. La herramienta por excelencia son las redes sociales. Se
conforma una red de personas con las que mantenemos contacto, que nos comunicamos
mediante objetos mediadores tecnológicos. También nos podemos comunicar mediante
foros o espacios donde intercambiar información y comunicarnos directamente.
Para poder desarrollar su PLE, María Sol deberá desarrollar las siguientes cuatro capacidades
digitales básicas: poseer estrategias para acceder a información válida, poseer nuevos vestidos
de razonamiento y conocimientos, transformarse de visitantes a residentes digitales, y desarrollar
la capacidad metacognitiva.
1. Poseer estrategias para acceder a información válida. Este punto es clave para los
aprendices del siglo 21. En un mundo donde la información es abundante, cambiante y
atomizada, es necesario saber buscar información adecuada, pertinente y relevante.
2. Poseer nuevos estilos de razonamiento y de conocimiento. Además de acceder a
información, es clave contar con un proceso de razonamiento correcto, que permita
transformar esa información, muchas veces atomizada, en conocimiento coherente.
3. Transformarse de visitantes a residentes digitales. No alcanza solamente con entrar a
internet, tomar lo que se necesita y marcharse sin dejar huella ni interactuar. Al contrario, se
debe tener una postura más proactiva (propia de los residentes) que desarrollan parte de su
actividad diaria en la red, tienen una identidad, generan y mantienen una serie de
herramientas, recursos y redes idóneos.
4. Desarrollar la capacidad metacognitiva: cada uno es responsable de su PLE, lo cual
implica ser capaces de autoevaluarse y usar esos insumos para modificar (o no) su
recorrido.
El docente, por su parte, también debe reconfigurar su rol para ser un guía activo en este proceso
de aprendizaje. En palabras de Jonathan Bergmann “Dar la vuelta a la clase tiene que ver más
con un problema de mentalidad: la idea es redirigir la atención, quitársela al profesor y ponerla en
el alumno y su aprendizaje” (Bergmann y Sams, 2014, p. 23).
Es importante que María Sol sepa ser exitosa bajo este modelo, el cual demanda autogestión,
trabajo colaborativo, responsabilidad, aprendizaje activo y el uso de competencias digitales
propias de la cibercultura y la sociedad 3.0, por ejemplo, búsqueda, selección y uso de la
información, ética y seguridad en las redes, elaboración de contenido original y resolución de
problemas, entre otros.
Para que el aula invertida ayude a los estudiantes en su formación académica, es clave que se
convierta en una verdadera comunidad de aprendizaje para que el alumnado resuelva una
multiplicidad de desafíos mediante el uso de los aportes teóricos de la materia. Es decir, debería
convertirse en lo que Bedoya González define como comunidad de práctica, en la cual los
alumnos puedan interactuar “virtual o personalmente para la búsqueda y la construcción de
conocimiento” (Bedoya González, 2018, p. 123).
Bedoya González plantea que las comunidades de prácticas tienen tres tipologías: 1) comunidad
centrada en la realización de una tarea, proyecto o producto; 2) comunidad centrada en la mejora
de una práctica concreta académica; y 3) comunidad centrada en la producción de conocimiento
válido:
Con la modalidad de aula invertida se busca justamente favorecer procesos de interacción áulicos
entre el docente, los alumnos y el conocimiento mediante el trabajo en equipo y dinámicas
innovadoras, tratando de convertir el aula en una comunidad de práctica emocionalmente
positiva, y centrada en la producción de aprendizajes mutuos.
Desde la universidad Siglo 21 se apoya la idea de transformar el aula, desdibujar sus
tradicionales límites físicos, intentar convertir el aula en una comunidad de práctica, donde se
pueda crear negociaciones de significados entre docente y alumnos, que posibiliten
construcciones mutuas de conocimiento, potenciado con la incorporación de recursos digitales.
Se espera así crear un espacio áulico que articule lo presencial y lo virtual, y favorezca procesos
constructivos significativos, que motiven a los alumnos, lleno de emociones positivas para el
aprendizaje, que permita prueba y error, sin miedos ni reproches.
Desde la perspectiva maker, el foco está puesto en la actividad del alumno. Si los alumnos llevan
a cabo aprendizajes basados en proyectos motivadores, que conecten con su realidad,
demandarán de ellos un fuerte compromiso intelectual, con lo cual podrán asociar (de manera no
arbitraria) los nuevos conocimientos con sus esquemas cognitivos previos. Así, se favorece el
aprendizaje significativo; es decir, estará en condiciones de realizar distintas actividades con ese
conocimiento, actuar flexiblemente con él y, por lo tanto, solucionar problemas reales.
Si bien a María Sol le fue bien en su primer año universitario, deberá desplegar nuevas
competencias para asegurar un desempeño exitoso en el segundo año que tiene por delante.
Para lograrlo, debe ir más allá de los aprendizajes memorísticos, de las estrategias de estudio
simples; y fomentar aprendizajes significativos y estrategias complejas de estudio, que mejoren
su capacidad de comprensión y un uso activo del conocimiento. De esta manera, será capaz de
autogestionar su aprendizaje, lo cual es clave en propuestas como la Universidad Siglo 21,
fundamentadas en la cultura maker.
Referencias
Adell Segura, J. y Castañeda Quintero, L. (2010) “Los Entornos Personales de
pdf.
http://www.scielo.org.co/pdf/ikala/v23n1/0123-3432-ikala-23-01-00121.pdf
Brocca, D., Mauri, I. y Sajoza Juric, V. (2015). Las TIC en el desarrollo de una educación
Cultura Maker. El valor que tiene compartir lo que sabes hacer. Ciencia UANL.
https://cienciauanl.uanl.mx/?p=11477.
content/uploads/2016/03/1_a_Ensenanza_en_aulas_heterogeneas.pdf.