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BIOETICA

1. INTRODUCCIÓN
*al dejar progresivamente el modelo tradicional basado en la codificación y consolidarse
desde una perspectiva de derechos humanos.
Pensar la bioética en el marco del derecho familiar nos obliga a repensar el concepto mismo
de familia, entendido desde la diversidad y la inclusión como el conjunto de personas que
comparten lazos de solidaridad y afecto, ya sea en el marco de esquemas tradicionales, de
familias ensambladas o reconstruidas o parentalidades de la diversidad sexo-genérica, por
mencionar algunos ejemplos
Este capítulo está construido a partir de tres ejes de reflexión. El primero se enfoca en
cuestiones conceptuales, a partir de las nociones de bioética y bioderecho, las cuales nos
parecen fundamentales para entender los principios y derechos básicos que están en juego
en el examen de las situaciones concretas. El segundo se refiere a la reproducción
(incluyendo la decisión de no tener descendencia), y analiza diferentes temáticas
apremiantes, tales como el estatuto moral y jurídico del embrión humano en sus etapas
tempranas, el derecho al aborto, las técnicas de reproducción asistida, la maternidad
subrogada y la donación de gametos. El tercero se enfoca en la cuestión del final de la vida;
hace hincapié en la autonomía de las personas.

2. BIOETICA Y DERECHO
Las cuestiones relacionadas con la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, el sexo y la
reproducción siempre han estado en el centro de las preocupaciones humanas
a partir de la década de 1970 surge y se consolida una nueva disciplina que busca
sistematizar y combinar los cuestionamientos éticos y valores humanos con el conocimiento
biológico, acercamiento que recibe el nombre de bioética y cuyo objetivo es alcanzar un
conocimiento integral del ser humano y de su entorno
La bioética es por esencia interdisciplinaria, al nutrirse de las aportaciones de las ciencias
de la vida —la biología, la química, la medicina, la ecología—, y de las humanidades —la
filosofía, la sociología, el derecho, la antropología–
La propuesta bioética que goza de mayor aceptación es sin duda la bioética principialista, la
cual vino, en buena medida, a sustituir la tradición hipocrática, que arrastraba problemas
irresolutos en algunas temáticas vinculadas con la privacidad, la justicia, el concepto de
daño, o la responsabilidad colectiva.
La bioética principialista se basa en cuatro elementos que interactúan entre sí.
- El principio de autonomía. Se inscribe plenamente en la tradición liberal y postula la
facultad y la libertad de todas las personas de autogobernarse, sin injerencia de
terceros. Implica el derecho a tener y vivir conforme con los propios valores y
creencias, y de tomar decisiones trascendentales sobre la vida y salud, sin coacción,
violencia o discriminación
- El principio de no maleficencia. Recupera la idea clásica de que el cuerpo médico
debe evitar causarles daño a las pacientes y los pacientes, concretamente, no matar,
no causar sufrimiento, no incapacitar, no privar del placer, no engañar y no romper
promesas, ya sea de forma intencional o por negligencia
- El principio de justicia. Permite enfatizar la cuestión de la distribución de bienes y
cargas en la sociedad, a partir de la clásica idea de que los casos iguales han de ser
tratados de la misma manera, y los que no lo son, de manera diferente.
La bioética personalista católica surgió en la década de 1980, y fue objeto de un importante
esfuerzo de difusión en la década siguiente, como reacción a los avances del
reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos en el ámbito internacional. Así fue
como Juan Pablo II creó, en 1994, la Pontificia Academia para la Vida, cuyo objetivo es
defender y promover una cultura de la vida mediante el estudio y la difusión de una reflexión
que busque conciliar fe y ciencia. La bioética personalista católica entiende a la persona
como la unidad entre el cuerpo y el espíritu, y confía en la capacidad de los seres humanos
de conocer la dimensión trascendente y metafísica de la existencia, basándose en la
revelación cristiana.12 Asimismo, esta postura bioética tiene como principio nuclear la
sacralidad de la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural,
rechazando tajantemente la elección del aborto y de la eutanasia, pero también algunos
otros procedimientos tales como la fecundación in vitro o la investigación con embriones
humanos.

3. REPRODUCCIÓN Y FAMILIA
La cuestión reproductiva se presenta como un elemento central en la reflexión en torno a la
familia, ya sea en su vertiente positiva o negativa
Desde la bioética y el bioderecho, diferentes problemáticas nos parecen particularmente
relevantes, entre las cuales destacan el estatus moral y jurídico de etapas tempranas de la
vida (cigoto, blastocito, embrión y feto, de acuerdo con la embriología),16 el derecho al
aborto, las tecnologías de la reproducción humana asistida, la gestación subrogada y la
cuestión de la donación de gametos desde la perspectiva de la filiación.
a. El estatus moral de etapas tempranas del embrión humano.
La primera se basa en una bioética de corte confesional y el argumento teológico no es
necesario para sostener la tesis de acuerdo con la cual el embrión es una persona desde el
momento de la concepción. La segunda se apoya en un acercamiento desde la ciencia al
estatus moral del embrión en desarrollo.
Robert George y Christopher Tollefen,18 cuya postura se inscribe en la tradición de la nueva
ley natural. Ellos sostienen que el embrión, desde sus etapas más tempranas, es “un único,
unificado y autointegrado sistema biológico”
Lo anterior significa que al reunirse los gametos femenino y masculino surge un nuevo ser
cuyo material genético es radicalmente diferente al de sus genitores, lo que le permite
desarrollarse desde adentro, de la concepción hasta el nacimiento, y posteriormente en la
niñez, adultez y vejez. Desde esta perspectiva, no existen rupturas entre los diferentes
estadios de su desarrollo, y establecer categorías al respecto es discriminatorio e ilícito.
La persona humana tiene un derecho absoluto a la vida desde la concepción hasta la
muerte natural.
Por ejemplo, desde la genética y la embriología, se cuenta con evidencia de un número alto
de pérdidas de cigotos, ya que se considera que de cada 100 ovocitos fecundados (cigotos)
aproximadamente 40 se pierden antes de la primera menstruación, y 15 en los tres primeros
meses de gestación; es decir, un porcentaje no mayor a 20% de los cigotos llegan a ser
fetos viables que pudieran llegar a nacer. Lo anterior rompe con el esencialismo de la
postura que personaliza el embrión desde el mismo momento de la fecundación

b. El derecho al aborto
Hasta hace poco, el aborto se abordaba en México a partir del derecho penal en las
legislaciones estatales, siendo dicha materia un tema de competencia local; sin
embargo, en los últimos años, la problemática ha conocido un cambio de paradigma,
pasando de un enfoque punitivo a uno basado en los derechos humanos y en el
reconocimiento de la autonomía de las personas en cuestiones relacionadas con su
sexualidad y reproducción.
en Ciudad de México, en el año 2000, de una iniciativa de ley que legalizaba el
aborto en casos en que el feto tuviera alguna malformación congénita o cuando el
embarazo constituyera un riesgo para la salud o vida de la mujer (Ley Robles).
En la misma entidad, en 2007 se logró la despenalización del aborto en las 12
primeras semanas a petición de la mujer, y empezó a ofrecerse el servicio en las
instituciones públicas de salud.
En los demás estados de la república, el aborto se consideraba un delito, situación
agravada por la adopción, en más de la mitad de las constituciones locales, de
cláusulas que protegían la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte
natural. Las causales de exclusión de responsabilidad variaban de una entidad
federativa a la otra, siendo el único en común el aborto no punible en caso de
violación, derecho respaldado por a NOM-046-SSA2-2005. VIOLENCIA FAMILIAR,
SEXUAL Y CONTRA LAS MUJERES. CRITERIOS PARA LA PREVENCION Y
ATENCIÓN
En septiembre de 2019, en Oaxaca se consiguió reformar el Código Penal para
permitir la interrupción del embarazo por cualquier causa durante las 12 primeras
semanas de gestación; sin embargo, no existen, a la fecha, lineamientos que
organicen la prestación del servicio en instituciones públicas de salud.28 En julio de
2021, Hidalgo se convirtió en el tercer estado en legalizar el aborto durante el primer
trimestre de embarazo, al reformar los artículos 154, 155, 156 y 157 del Código
Penal y al adicionar disposiciones en su Ley de Salud
En septiembre de 2021, dos sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación marcaron un parteaguas en materia de interrupción legal de embarazo en
México. La primera resolvió la acción de inconstitucionalidad 148/2017, activada en
contra de diferentes artículos del Código Penal del Estado de Coahuila30 que
castigaban con penas de cárcel a mujeres encontradas culpables de haber abortado
de forma intencional. la Corte se propuso analizar el contenido del derecho de las
mujeres a decidir sobre su cuerpo, el cual, afirmó, resulta de la convergencia de
diferentes derechos constitucionalmente protegidos, entre los que resaltan la
dignidad humana, la autonomía, el libre desarrollo de la personalidad, el derecho a la
vida privada, la igualdad jurídica, el derecho a la salud (psicológica y física) y la
libertad reproductiva

c. La fecundación in vitro
El desarrollo de la técnica de la fecundación in vitro (FIV) ha supuesto una opción
reproductiva para las personas que no han logrado tener descendencia
genéticamente vinculada
La disputa en torno al estatus moral del embrión y la influencia de posturas
dogmáticas43 también han contribuido a obstaculizar el acceso a las FIV, como en el
caso Artavia Murillo Vs. Costa Rica44 resuelto por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en 2012. En éste, el tribunal interamericano debía analizar la
convencionalidad de una decisión de la Corte Suprema de Costa Rica de 2000 que
prohibió dicha técnica en el país, al considerar que vulneraba el derecho a la vida de
los embriones debido a la alta tasa de pérdida embrionaria que conllevaría el
proceso. La Corte Interamericana determinó que el Estado costarricense había
vulnerado los derechos de las parejas con condición de infertilidad, con base en los
argumentos presentados a continuación.
- En primer lugar, reconoció que las personas son titulares de derechos
reproductivos, los cuales se sustentan en el derecho a la vida privada y
familiar
- “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción”
- fue tajante en afirmar que dotar a los embriones de características
metafísicas tiene como consecuencias imponer creencias a personas que no
las comparten
- En un mismo sentido, consideró que no existe, en el derecho internacional,
voluntad explícita de los redactores de asimilar el nasciturus a una persona
titular de derechos, ni tendencia alguna en el derecho comparado en prohibir
las FIV

Así, la Corte concluyó que la protección absoluta de la vida prenatal es incompatible con la
autonomía reproductiva de las personas y con el derecho a la no discriminación, y que se
entiende como gradual e incremental, llevándose a cabo mediante el reconocimiento de los
derechos de la gestante

d. La gestación subrogada
En el ámbito federal, en México no existe regulación alguna sobre las tecnologías de
reproducción asistida (TRA)
la gestación subrogada, entendida como el contrato mediante el cual una mujer
acepta gestar y entregar un bebé a una persona o una pareja que tiene la intención
de fungir como padre o madre
Debido a esta carencia normativa, ha surgido el llamado turismo reproductivo;52
este fenómeno es particularmente importante en los estados de Sinaloa, Tabasco,
Quintana Roo y Ciudad de México,53 en donde la normativa permite la gestación
subrogada, aunque bajo reglas con contenido discriminatorio, puesto que establece
distinciones con base en categorías prohibidas por el marco jurídico constitucional
En México, se ha documentado la presencia de 89 clínicas públicas y privadas con
autorización sanitaria para ofrecer servicios de técnicas de reproducción asistida, de
acuerdo con lo reportado en 2016 por la Comisión Federal para la Protección contra
Riesgos Sanitarios
Respecto al particular tema de la gestación subrogada, dicho procedimiento suele
ser llevado a cabo por clínicas privadas, con erogaciones y acuerdos particulares, no
vigilados. Lo anterior propicia un panorama de inseguridad para las partes que
intervienen,58 ya que la práctica muestra que los contratos de gestaciones entre la
mujer gestante y las personas que intentan reproducirse genéticamente suelen ser
establecidos mediante empresas intermediarias que no siempre brindan los servicios
en observancia a la protección de los derechos humanos implicados.
a última iniciativa legislativa presentada en 2018 ante el Congreso federal expresa
su preocupación por el atraso de México en regular una serie de procedimientos que
atañen directamente cuestiones de salud pública.60 La intención de dicha propuesta
es garantizar el derecho consagrado en el artículo 4° constitucional referente a la
libertad reproductiva y el derecho a fundar una familia, y por otra parte, los derechos
a beneficiarse del progreso científico y el derecho a la seguridad jurídica, del cual en
este momento carecen los profesionales de la salud de estas especialidades
Desde esta perspectiva, se señala que la iniciativa parece ir dirigida y pensada
solamente para quienes buscan contratar los medios de reproducción asistida, sin
considerar los abusos que pudieran sufrir las personas gestantes.
En el caso tabasqueño, es menester señalar que el Código Civil de la entidad ha
dado un giro político interesante en 2016, cuando fueron derogadas diversas
disposiciones en la materia que eran vigentes desde 1997 y se impuso una serie de
disposiciones biojurídicas que terminan limitando la autonomía decisional de las
mujeres sobre su cuerpo, en términos de gestación subrogada. La nueva normativa
civil de 2016 establece que la mujer que esté dispuesta a facilitar su vientre para
gestar el embrión de otras personas sólo podrá hacerlo para parejas de nacionalidad
mexicana, unidas en matrimonio o concubinato de carácter heterosexual,64
condicionando, de esta manera, los cuerpos de las mujeres gestantes, y limitando el
acceso de las personas al procedimiento con base en criterios discriminatorios

e. Donación de gametos (óvulos y espermatozoides): implicaciones en materia


de filiación
En México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha resuelto en diversas
ocasiones que la autonomía de la voluntad —en este caso, la autonomía
reproductiva— responde a un derecho humano superior, vinculado con el libre
desarrollo de la personalidad.71 En particular, ha identificado un concepto novedoso
en la justicia mexicana, el de voluntad procreacional.
La pareja que solicite acceder a estas tecnologías posee y expresa una voluntad de
constituirse en familia, creando vínculos filiales, en tanto que la mujer que presta su
vientre, por este hecho, demuestra que no tiene la voluntad de ser madre o asumir
una maternidad, sino de contribuir a que otras personas lo sean, facilitando su
vientre y su capacidad para gestar.
el concepto de voluntad procreacional alude a la intención o no de asumir
consecuencias jurídicas cuando el material genético es utilizado.

¿cómo establecer la filiación? Esta pregunta puede resolverse con base en dos
posibles teorías de análisis: la teoría de la intención y la teoría de la filiación
genética.
De acuerdo con la teoría de la intención —centrada en los intereses de los adultos—
el elemento fundamental que permite derivar consecuencias jurídicas en materia de
filiación radica en la voluntad o intención de procrear o no.
la voluntad procreativa es la determinante para la atribución o no de la filiación
En México, al menos cinco entidades federativas se han adherido a esta teoría. En
Coahuila, Ciudad de México, San Luis Potosí y Sinaloa existen disposiciones
normativas que establecen que la donación de células germinales no genera
parentesco entre el donante y el ser humano resultante de la utilización de dicha
donación, aunque cabe señalar que no hablan específicamente del embrión, sino de
las células germinales.
Lo mismo sucede en Sonora, donde la legislación civil incorpora el concepto de
parentesco voluntario, estableciendo que, en los casos de reproducción asistida, a
quienes utilicen gametos de terceros se les considerará como padres y madres
biológicos del nacido.
Por otra parte, para la teoría de la filiación genética —centrada en el infante— la
intención y en específico la voluntad procreacional del proveedor como del receptor
son irrelevantes. Bajo esta teoría, el elemento determinante no se vincula con la
voluntad sino con el engarzamiento biológico. Así, el determinante genético se
convierte en el determinante jurídico para efectos de la filiación

4. FINAL DE LA VIDA
Como sucede con el inicio de la vida, la posición predominante en la normativa mexicana
respecto a la muerte sigue siendo la sacralización de la vida humana, con forcejeos cada
vez más acalorados entre sectores confesionales que buscan frenar procedimientos como
el suicidio médicamente asistido o la eutanasia. Algunas legislaciones locales son más
específicas, prohibiendo expresamente, en sus leyes de salud, el recurso a la eutanasia y el
suicidio asistido,
“no existe invento de la humanidad más revolucionario, ni arma conceptual más poderosa
contra las diversas formas de fundamentalismo, opresión y violencia, que los derechos
humanos
Recordar que las personas con padecimientos o enfermedades terminales tienen el
derecho a decidir sobre su calidad de vida y su bienestar, siempre que no se transgreda la
esfera individual de derechos de otra persona.
Para Ronald Dworkin,79 la eutanasia es un medio legítimo y el Estado debería garantizar
los intereses de las personas enfermas, que algunas veces podrán manifestar su voluntad
de morir dignamente pero que, otras tantas, por motivos ajenos o propios del padecimiento,
no se encuentran en condiciones de expresarlo, dado su deterioro físico
En México, la Ley General de Salud, en el artículo 166 bis 3, número VIII, establece el
derecho a “renunciar, abandonar o negarse en cualquier momento a recibir o continuar el
tratamiento que considere extraordinario”
Dicha herramienta nos permite anticipar y expresar nuestras voluntades de manera libre e
informada si en un futuro no estuviéramos conscientes, respecto a cualquier medida
extraordinaria para mantenernos con vida (ventilador de asistencia respiratoria), así como
rechazar o aceptar tratamientos ordinarios e incluso atención paliativa

5. CONVENIOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE BIOÉTICA Y


DERECHOS HUMANOS
Los principios de la bioética han permeado en el ámbito jurídico mediante la adopción de
instrumentos normativos internacionales, entre los que destaca la Declaración Universal
sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO
El constante avance de las biotecnologías, que impactan en la esfera de reproducción
humana y apoyo de soporte tecnológico para extender la vida, nos obliga a entender la
bioética y el bioderecho como una tarea inconclusa, que necesita de una deliberación
constante para valorar lo legítimo y lo ilegítimo. Aunque México ha firmado estos
documentos internacionales, no tienen un criterio inculante, dado que su participación es
como miembro observado.

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