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Nombre: Kenneth Daniel Jimenez Bejarano

Materia: Historia de Colombia del Siglo XIX


Ciencia Política y Relaciones Internacionales

Informe de lectura
Primer texto.
En el texto Fracaso de la Nación de Alfonso Múnera, este señala en su introducción que
hay seis volúmenes sobre las luchas de independencia de los Estados de Venezuela,
Ecuador y la Nueva Granada, escritos por José Manuel Restrepo en donde deja consagrado
algunos mitos fundacionales de la nación, en especial tres de ellos, los cuales afirman:
1) Que la Nueva Granada al momento de la independencia era una unidad política
cuya autoridad central gobernaba el virreinato desde Santa fe.
2) La idea de que la élite criolla dirigente de la Nueva Granada se levantó el 20 de
julio de 1810 en contra del gobierno de España impulsada por los ideales de crear
una nación independiente y que desgraciadamente se introdujo la división entre
federalistas y centralistas lo cual llevo al fracaso de la primera independencia.
3) Que la independencia de la Nueva Granada fue obra exclusiva de los criollos. Los
indios, los negros y las castas se aliaron junto al imperio, pero jugaron un papel
pasivo bajo el mando de la elite dirigente. Prácticamente este mito deja de lado la
participación de las masas populares en el proceso de independencia y en el proceso
de construcción de la nación
Muchos otros autores a lo largo del siglo XX siguieron reproduciendo esos mitos en
múltiples obras, ensayos y artículos que buscaban explicar el proceso de independencia y
de la formación de la nación, pero entorno a la vida de los héroes criollos y sus gloriosas
batallas. Quizás de una manera consciente o quizás inconsciente le dieron el mejor
instrumento ideológico para legitimar el gobierno de la elite. Algo que Alfonso Munera se
propone demostrar con la inexactitud de los mitos señalados por José Manuel Restrepo es
que:
● La construcción de una nación fracasó porque la Nueva Granada como unidad
política nunca existió
● Al estallar la independencia no hubo una elite criolla con un proyecto nacional sino
varias elites regionales con proyectos diferentes. Un poco de esto lo discutimos en
clase, que la falta de un proyecto de nación unificado o consensuado dificulto la
construcción de la nación y además nos hizo vulnerable durante ese tiempo.
● Que las clases subordinadas tuvieron una participación decisiva, con sus propios
proyectos e intereses desde los orígenes de la revolución de independencia.
“Lo que busca Alfonso Munera es demostrar que los mitos fundacionales de Restrepo no
fueron más que eso: mitos colocados en la conciencia de los colombianos” (Munera, 2008)

El segundo texto
En el texto Nación y diferencia en el siglo XIX, se señala que en Colombia el proceso de
constituir la nación fue un proyecto por medio del cual los grupos dominantes intentan
instituirse como tales ya que estábamos en un país donde el capital económico no tenía la
suficiente fuerza como garante de distinción social así que dar forma a un capital simbólico
en torno a lo nacional permitía posicionarse como elite.
La definición de la élite nacional estaba circunscrita y articulada alrededor de diferentes
esferas de referencia identitaria. La élite se inscribía en un proyecto civilizador al cual la
nación se encontraba supeditada. Los grupos dominantes fueron partícipes del
Eurocentrismo y del occidentalismo, estos tenían una conciencia fundada en el rechazo a la
dominación española pero marcada y plausible por su herencia. Esto fue determinante en
el hecho de que las identidades hispanoamericanas no pudieron pensarse por fuera de los
referentes trazados por la mirada europea.
El concepto de civilización estaba enmarcado bajo un carácter europeo de ahí que era visto
como el avance hacia un estado ideal. Esta aceptación de este concepto permitió a los
criollos hispanoamericanos pensarse como parte de un propósito mundial en el que
compartían identidad con el conjunto de letrados y humanistas que abogaban por el avance
de la civilización.
La identidad de la elite letrada quedó ligada a la idea de civilización, que, proyectada hacia
Europa, imponía el deseo mimético de ser europeo. Ese deseo civilizador funcionó, así
como generador de jerarquías internas, permitiendo a la élite marcar y definir distancias
frente a el pueblo. La conciencia criolla fue el primer sustento en la formación de una
identidad de élite nacional. Los criollos eran una comunidad de élite que reclamaba su
dominio y su posición frente a los españoles, por el hecho mismo de ser,
hispanodescendientes, herederos de los primeros conquistadores. Esta tensión determinaría
persistentemente su dominación.
Durante e inmediatamente después de la independencia, la conciencia criolla, se difumino
para dar paso a una americanidad, en la cual los criollos, mestizos e indios conformaban
una comunidad de oprimidos frente a el otro invasor. Esta identidad americana fue
reiterada en la propaganda independentista como sustento y legitimidad de las luchas por la
separación de España, pero la identidad criolla nunca salió del escenario. Después de este
fulgor independentista, esta fue reforzado como marcador de origen diferenciado respecto
al pueblo bajo, los negros y los indios. Los criollos en este proceso de reorganización
después de la independencia persistieron en y abogaron en su idea de una identidad de
gobernanza superioridad frente a los otros grupos sociales de la población debido a origen
civilizatorio de descendencia

Bibliografía
Munera, A. (2008). Fracaso de la Nación . Bogota: El Ancora editores.

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