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DEPRESIÓN

La tristeza, ansiedad y depresión son “reacciones emocionales adaptativas ante diferentes tipos de


situaciones o representaciones de las mismas que son valoradas por el individuo como peligrosas
o amenazantes en el caso de la ansiedad, o como daño o pérdida en el caso de la tristeza o la
depresión” (Camuñas, Mavrou y Miguel-Tobal, 2019). No obstante, cuando aumenta la frecuencia,
intensidad o duración de estas respuestas emocionales, se da lugar a un trastorno emocional
llamado depresión.

¿CÓMO DEFINIMOS A LA DEPRESIÓN?


La depresión es un trastorno mental caracterizado por la presencia de tristeza, pérdida de
interés o placer, sentimientos de culpabilidad, falta de autoestima, trastornos del sueño o
apetito, sensación de cansancio y falta de concentración (OMS, 2018) Según registros, es un
padecimiento que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
Cuando se trata de una depresión leve, se puede tratar sin medicamentos. No obstante, cuando
empieza a convertirse en recurrente, volviéndose moderada o grave, requiere tanto de la ayuda de
un profesional como de un tratamiento farmacológico. Si no es tratada a tiempo, puede llegar a
convertirse en un trastorno crónico que dificulta significativamente el desempeño de la persona en
sus diferentes ámbitos. Incluso, puede conducir al suicidio.

SÍNTOMAS
La depresión presenta una serie de síntomas que dificultan el mantenimiento normal de una rutina
diaria. Autores como Korman y Sarudiansky (2011) mencionan los siguientes como los más
comunes, su frecuencia e intensidad varía de acuerdo a la persona, y no siempre se padecen todos
ellos:
 Pérdida o aumento de apetito y peso
 Trastornos del sueño, especialmente insomnio.
 Fatiga, disminución de energía para realizar las actividades
 Estado de ánimo de constante tristeza, irritabilidad, malhumor o sensación de vacío casi todo el
tiempo
 Falta de motivación pérdida de interés o placer al realizar las actividades cotidianas que antes se
disfrutaban
 Dificultad para sentir cariño por los seres queridos
 Sentimientos de culpa o sensación de sentirse inútil
 Baja autoestima
 Dificultad para realizar las actividades diarias por falta de concentración
 Pensamientos relacionados a la muerte o incluso ideas suicidas

TIPOS DE DEPRESIÓN
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ª edición; DSM-5;
Asociación Americana de Psiquiatría) presenta la siguiente clasificación de los trastornos
depresivos, atendiendo al tiempo de duración de estos, la temporalidad y etiología:
 Trastorno Depresivo especificado y no especificado
 Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo
 De depresión mayor (incluye el episodio depresivo mayor)
 Distimia/Trastorno depresivo persistente
 Trastorno disfórico premenstrual
 Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento
 Derivado de otra afección médica
El DSM-5 incluye, en relación con la cuarta edición, el trastorno disruptivo por desregulación
anímica y añade el trastorno disfórico premenstrual. Este primero trata de evitar el sobrediagnóstico
y tratamiento de trastorno bipolar en pacientes menores de 18 años. En cuanto al segundo, se
constituye como un tipo de depresión tras la ovulación con alto impacto en la funcionalidad del
paciente. Sumado a esto, se añade un nuevo especificador de síntomas ansiosos específicos (que
enfatice la importancia de atender a aquellos que aparezcan en cuadros depresivos) y el criterio de
exclusión de duelo es eliminado.

BASES NEUROBIOLÓGICAS DE LA DEPRESIÓN


Desde la década de 1960, se postuló que la depresión tiene una base bioquímica en la que existe
un déficit funcional de aminas biógenas (como la serotonina, noradrenalina y dopamina) (Carvajal,
2005).  Adicionalmente, Guadarrama, Escobar y Zhang (2006) indican que el estrés
produce cambios fisiológicos y hormonales asociados al eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y esto
reactiva un estado depresivo. Según Álvarez (2016), dicha hipoactividad aminérgica produce
ciertas disfunciones como:
 Baja tolerancia al estrés
 Disminución del umbral al dolor
 Alteración de los ciclos circadianos en los que la actividad de su principal metabolito, la melatonina,
es esencial.
 La hipofunción noradrenérgica que causará la disfunción cognitiva.
 La dopamina que está relacionada con la dificultad o imposibilidad de sentir placer.

La depresión es producto de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.


Es importante entender que la depresión es un trastorno que requiere de nuestra atención debido a
que la persona que lo padece muchas veces no logra vislumbrar una solución o dar el primer y más
importante paso, pedir ayuda. Es un trastorno mental causado por varios factores sociales,
psicológicos, emocionales e incluso por una alteración a nivel cerebral (hipofunción serotoninérgica
y catecolaminérgica). Como consecuencia, se altera el estado anímico y mental de la persona
(Álvarez, 2016).
Por lo tanto, no basta con decirle a una persona que padece de depresión que “se ponga feliz” o
que “deje de sufrir” sin más. El problema va mucho más allá de su capacidad para controlar la
situación. Para concluir, es necesario romper estigmas sobre las enfermedades mentales y hablar
abiertamente de estos temas.
BASE BIOQUÍMICA Y NEUROANATOMÍA DE LA DEPRESIÓN

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) la depresión es un trastorno


mental frecuente, tanto que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Este
trastorno afecta el estado de ánimo, los pensamientos y también afecta a nivel
cerebral. Pudiendo variar según la intensidad de los síntomas, los cuales se clasifican
como: leves, moderados y graves.
Además, son muchos los causantes que influyen en su aparición. Entre estos factores,
encontramos:
 Psicológicos: (traumatismo psicológico, ansiedad, estrés, etc.)
 Sociales: (desempleo, luto, crisis, etc.).
 Genéticos: localizados en los cromosomas X, 4, 5, 11, 18 y 21. De acuerdo con algunos estudios,
se encontró que existe un polimorfismo funcional en la región promotora del gen que transporta la
serotonina (5-HTT).
 Químicos: es decir, las alteraciones de los neurotransmisores.

Nos centraremos en la base neuroquímica de la depresión. Con especial énfasis en tres


neurotransmisores: serotonina, noradrenalina y la dopamina.

¿CÓMO TRABAJA UN NEUROTRANSMISOR?


La información en el cerebro se trasmite por medio de las neuronas a través de impulsos
eléctricos. El espacio que hay entre dos neuronas se llama espacio sináptico y, es justo en este
espacio, donde los neurotransmisores se movilizan. Aquí, el impulso eléctrico libera pequeñas
moléculas (neurotransmisores) que atraviesan dicho espacio y logran alcanzar la membrana de
la siguiente neurona, donde se unen a sus receptores específicos. Posteriormente, estas moléculas
son recaptadas por las neuronas para evitar una sobreestimulación.

DEPRESIÓN Y SU BASE NEUROQUÍMICA: SEROTONINA, NORADRENALINA Y LA


DOPAMINA
LA SEROTONINA tiene un importante desempeño en la regulación del deseo sexual, el apetito,
apreciación del dolor, en el ciclo sueño- vigilia, modulación de la ansiedad y agresividad. Asimismo,
es esencial en la producción de la melatonina, relacionada con el estado de ánimo, ciclo de sueño-
vigilia y la emoción. Es una sustancia sintetizada en las neuronas del Sistema Nervioso Central
(SNC).
En la depresión, la síntesis y disponibilidad de la serotonina está disminuida en los circuitos
neuronales. La serotonina se produce a nivel encefálico en los núcleos dorsal y mediano del rafe y
a partir de ahí, surgen vías serotoninérgicas que se dirigen a las siguientes áreas con sus
respectivas consecuencias:
 Corteza orbitofrontal: involucrada en el proceso cognitivo de la toma de decisiones. La inhibición
de la serotonina produce síntomas depresivos y de indecisión.
 Córtex cingulado anterior: involucrado en la motivación, en la expresión de las emociones y en la
memoria. También, puede dar paso a síntomas de desmotivación y pensamientos suicidas.
 Hipotálamo: regulador de las funciones del sistema neurovegetativo como el hambre y los estados
de ánimo. Puede producir síntomas de pérdida del apetito y desinterés en actividades que antes
disfrutaba la persona.
 Formación reticular: mantiene en equilibrio sueño-vigilia, por lo que en una persona puede
generar insomnio.
 Cuerpo estriado: interviene en la modulación del movimiento, por tanto, en la persona con
depresión puede generarse cansancio físico y alentamiento psicomotor o agitación.
 Médula espinal: es la vía de conducción de los impulsos motores sensitivos, la asta dorsal se
encarga de la sensación dolorosa. En consecuencia, la disminución de la serotonina produce el
decrecimiento del umbral de la percepción.
 Amígdala: encargada de regular las emociones, pudiendo producir sensación de tristeza e ideas
suicidas.

NORADRENALINA (NA)
Este neurotransmisor se origina en el Locus Coeruleus (LC), es decir, el núcleo del encéfalo en el
tallo cerebral. Las neuronas del LC envían sus axones a las estructuras límbicas, principalmente a:
la corteza orbitofrontal, el cortex cingulado anterior, hipotálamo, médula espinal, corteza, amígdala,
cerebelo y corteza prefrontal dorsolateral. Estas neuronas aumentan significativamente la vigilia y,
en niveles superiores, alteran el organismo, por ejemplo, en la presencia de estrés (positivo) como
respuesta adaptativa de supervivencia.
Por otro lado, niveles bajos o desequilibrio de este neurotransmisor puede ser causante de
trastornos como psicosis depresiva unipolar o bipolar. Por esta razón, existen algunos
antidepresivos específicos que están dirigidos a equilibrar los niveles de noradrenalina.

DOPAMINA
La dopamina es un neurotransmisor inhibidor en las vías mesocortical y mesolímbica, participa en
los estados de alerta. Este neurotransmisor está asociado con los mecanismos de recompensa del
cerebro. Por ejemplo, podemos encontrar grandes cantidades de dopamina en los lóbulos frontales
en los casos de esquizofrenia. Por otro lado, niveles bajos de dopamina en las áreas motoras del
cerebro se relacionan con la enfermedad de Parkinson.

LA IMPORTANCIA DE ESTOS NEUROTRANSMISORES


Estas tres sustancias son muy importantes y necesarias para el funcionamiento neuronal del
cerebro. Tanto que, desde hace más de 50 años, existe la famosa “hipótesis de las monoaminas
en la depresión”. Esta hipótesis tiene la finalidad de poder explicar los efectos del desequilibrio de
estos neurotransmisores (serotonina, noradrenalina, dopamina, opioides, GABA, glutámato,
neuroquinas) y otros en ciertas partes del cerebro. Adicionalmente, explica algunos beneficios de
los antidepresivos.
De acuerdo con estudios, se plantea la hipótesis de que niveles anormales de neurotransmisores
monoaminérgicos como la serotonina, noradrenalina y dopamina, son importantes en la
fisiopatología de la depresión.
NEUROANATOMÍA DE LA DEPRESIÓN
Por otro lado, una propuesta neuroanatómica comprende de algunas estructuras cerebrales que
pueden influir en la presencia de la depresión. Entre estas estructuras encontramos: la corteza
prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el tálamo, los ganglios basales y sus conexiones.
Asimismo, también se encuentran otros circuitos neuroanatómicos:
 Circuito límbico-talámico- cortical
 Circuito límbico-estriado-pálido-talámico-cortical
En resumen, según este modelo, la depresión podría ser producto de la anormalidad o disfunción
en diferentes partes de tales circuitos cerebrales. Es decir, estas alteraciones podrían ser el inicio
del trastorno o bien provocar que una persona sea vulnerable biológicamente a padecerlo.

CONCLUSIÓN:
Actualmente, los aportes de técnicas de neuroimagen están intentando validar la presencia de
factores neuroquímicos y neuroanatómicos para explicar la presencia de depresión en algunos
pacientes. No obstante, es importante mencionar que en la depresión influyen tanto factores
externos como internos. Finalmente, es fundamental comprender que ante la primera manifestación
de síntomas depresivos es necesario acudir a un profesional de la salud mental que valore el
tratamiento pertinente.

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