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UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO

ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

MONOGRAFIAS

TRASTORNOS DE DEPRESIÓN

Estudiante:

María Del Pilar Jara Morales

Docente:

Psic. Maximiliana Celis Victorio

HUÁNUCO, OCTUBRE 2022.


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INTRODUCCIÓN

La depresión ha significado un limitante grave para el desarrollo y

desempeño de distintas actividades, además de ser un padecimiento muchas veces

confundido con negatividad, derrotismo y falta de iniciativa. Sin embargo, sus síntomas

resultan severamente dañinos y perjudiciales para la vida diaria, llevando a quien la

padece a repercusiones funestas. Hoy se puede ver como un mal que aqueja a

muchas más personas, debido a la coyuntura actual. Ante esta situación, se pueden

tomar en cuenta, como ejemplo, un estudio transversal realizado en Estados Unidos

con adultos jóvenes entre 18 y 30 años, se caracteriza por una continua presencia de

cambios físicos, cognitivos y sociales experimentados en un período breve de tiempo y

que pueden convertirse en factores estresores. Por otro lado, la evidencia empírica

muestra que, aunque con frecuencia los primeros episodios de depresión se inician en

la adolescencia media o tardía, pueden comenzar en etapas previas y esto es un factor

de riesgo de cronicidad que puede conducir a un deterioro funcional tanto a corto como

a largo plazo. A pesar de toda esta información y ocurriendo lo mismo en el caso de

los adultos, se sabe que muchos de los jóvenes y las jóvenes que presentan este

problema, no son detectados ni debidamente derivados a los servicios de salud

correspondientes y por lo tanto no reciben el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

Los trastornos depresivos y en general los problemas de salud mental, no solamente

afectan a las personas que los sufren y a su entorno, sino que también tienen un fuerte

impacto social y económico.


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DEPRESIÓN

La depresión es considerada un desconcierto del pensamiento, donde la

persona que la padece deforma la realidad convirtiendo todo en patrones negativos. La

depresión es el estado de tristeza que va acompañada de un sentimiento de

desvalorización de la persona. Por otro lado, la depresión se caracteriza por un estado

de animo negativo que se ve reflejada en el lenguaje verbal y no verbal ya que la

mayoría de sentimientos son de tristeza y estos van acompañados de irritabilidad y

ansiedad. La depresión tiene efecto en apetito, el sueño, impulso sexual y en la

energía. Asimismo, la motivación es traducida como un problema de desinterés

personal, por lo general las personas no socializan y sus pensamientos son

frecuentemente relacionados con el suicidio.

Por otro lado, también se afirma que la depresión es considerada como el

hundimiento vital de las personas, por ello es que siempre será considerada como una

enfermedad psíquica. Toda enfermedad que esté relacionado con la depresión altera

el desarrollo de las personas ya que limita a que estas se incorporen del todo y se

desenvuelvan de forma adecuada en la sociedad, por lo mismo que muchas veces las

personas que la padecen presentan cambios humorísticos fluctuantes. Esta

enfermedad puede ser tratada con medicamentos farmacológicos y tratamiento

psicoterapéutico.

Entonces se puede deducir que, la depresión es una enfermedad que afecta el

aspecto personal, social, académico, familiar y laboral de manera considerable.

CAUSAS

Las causas de la depresión provienes de diversos factores, como los factores

relacionados con la personalidad del paciente. Los cuales consisten en presentar

un carácter con alguna cualidad extrema (inseguridad, dependencia, hipocondría,

perfeccionismo, autoexigencia), los predispone a padecer depresión; también están los

factores ambientales, dentro de los cuales, se incluyen problemas a nivel familiar,

económico y de salud (enfermedades físicas diversas), todo ello predispone a padecer


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este trastorno; finalmente, los factores biológicos, los cuales son riesgos que se

manifiestan, ya sea por una alteración cerebral, por alteraciones en los

neurotransmisores o genéticos.

En cuanto a las Alteraciones Cerebrales, el sujeto puede presentar alteración en

el funcionamiento en el área frontal y área límbica; los cuales son motivo de la

aparición de un trastorno depresivo. Se manifiestan mediante la imaginación, y

alteraciones en la inteligencia emocional y la memoria. Respecto a las Alteraciones en

Neurotransmisores, las neuronas que se comunican a través de unas moléculas

denominadas neurotransmisores, como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina,

se ven alteradas, por lo que, al no existir una adecuada comunicación surgen

problemas como la falta de motivación y el estado de ánimo variante. Por

último, sobre las Alteraciones Genéticas se cree que los genes predisponen a padecer

una depresión si un familiar ya lo ha padecido anteriormente; sin embargo aún no está

comprobado y se puede tomar como una tendencia o probabilidad.

CONSECUENCIAS

En este contexto, provoca un nivel de angustia entre las personas que la

padecen y logra afectar sus actividades cotidianas, incluso las más simples, de tal

manera que dañan significativamente las relaciones familiares, sociales y el mundo

laboral. Por otro lado, se puede clasificar como leve, moderado y grave;

dependiendo del grado de afectación que produce en la persona, consiguiente a ello,

produce un riesgo extremo hacia el suicidio. Se estima que 800 mil personas se

suicidan anualmente. Los jóvenes de entre 15 y 29 años son los más afectados,

situación que profundiza los efectos sociales y económicos de la enfermedad.


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CUADRO CLÍNICO

De acuerdo con la guía de Práctica Clínica en Salud Mental y Psiquiatría (2008),

la depresión presenta como grupo de signos y síntomas los siguientes:

- Tristeza patológica: Se diferencia de la tristeza cuando alcanza un nivel

tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto a nivel social como familiar

y sexual. Es una sensación profunda y arrasadora. De tal manera que el paciente

siente como si perdiera la motivación por la vida, así como una incapacidad de poder

dar amor o afecto, lo cual conlleva a experimentar sentimientos de culpa.

- Desgano y anhedonia: La persona se muestra apática, con un

desinterés por todo a su alrededor, incluso por la vida. Queda sin motivación alguna.

- Ansiedad: Se manifiesta mediante una extraña desazón. Si en el sujeto

prima la ansiedad, estamos hablando de una depresión ansiosa. Mientras que,

cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; por tanto, se

muestran malhumoradas, irritables, agresivas. predomina la inhibición, se trata de una

depresión inhibida; por tanto, se muestran malhumoradas, irritables, agresivas.

- Insomnio: El sujeto presenta dificultad para conciliar el sueño; sin

embargo, en algunos casos puede presentarse el exceso de horas de sueño

(hipersomnia).

- Alteraciones del pensamiento: El sujeto suele imaginar tener

enfermedades diversas; surgen ideas derrotistas, sentimientos de culpa, obsesiones.

La memoria se debilita, mientras que el pensamiento se torna lento. - Alteraciones

somáticas: Se experimenta sensación de fatiga y cansancio; asimismo, presenta

dolores crónicos o erráticos, además de sudoraciones nocturnas.

- Alteraciones del comportamiento: La persona suele tener

sensaciones de vivir arrinconado y rumiando sus sinsabores. En ocasiones puede

estar quieto, con las manos cruzadas o explotar en violentas crisis de angustia o en

ataques de llanto sin razón alguna.


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- Modificaciones del apetito y del peso: Por lo general estas personas

pierden el apetito, por ende, disminuye su peso.

- Pérdida del placer: En esta área se experimenta la impotencia en el

hombre o la frigidez en la mujer; asimismo, disminuyen las ganas de trabajar,

participar en algún deporte u otras actividades que antes le resultaban atractivas.

- Culpa excesiva: Suele experimentar sensaciones de una culpa

inexistente e inclusive puede provocar delirios.

- Pensamiento suicida: Los pacientes presentan una preocupación

exagerada por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos.

- Disminución de la energía: La sensación de cansancio suele ser

injustificada, estas pueden ser, en su mayoría, por las mañanas o por la tarde.

Asimismo, el Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo de la

Depresión en el Adulto (2014), aporta síntomas tales como: irritabilidad (enfadarse

fácilmente), ansiedad, ganas de llorar sin un motivo aparente, pérdida de

energía o cansancio, problemas de sueño, cambios en el apetito, dificultad para

concentrarse o problemas de memoria, sentimientos de inutilidad o culpa,

pensamientos negativos y excesivas críticas hacia uno mismo y síntomas físicos

asociados al dolor en diferentes partes del cuerpo.

De todo lo antes mencionado, se puede decir que tanto la guía Clínica en

Salud Mental y Psiquiatría (2008), como la Guía sobre el Manejo de Depresión

en Adultos (2014); nos dan a conocer signos y síntomas parecidos que

experimentan las personas que presentan este trastorno. En donde prevalece la

tristeza excesiva, ansiedad, pérdida de interés por la vida, sensaciones de

inutilidad, pensamientos suicidas y falta de energía. Los cuales resultan muy

perjudiciales en la persona para desenvolverse normalmente en su vida diaria;

afectando diferentes áreas de su vida.

TIPOS

De acuerdo a lo señalado por el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH,


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2016), los dos tipos de depresión más frecuentes son la depresión mayor (o grave);

que es cuando los síntomas de la depresión se presentan casi la mayor parte del

tiempo, durante un promedio de dos semanas. Interfiriendo en la capacidad de trabajo,

sueño, estudio, alimentación y disfrute de la vida. Es probable que la persona presente

solo un episodio de depresión mayor a lo largo de su vida, pero es más frecuente

experimentar

9 más de uno. Y el trastorno depresivo persistente (distimia); consiste en

que la persona experimenta los síntomas de depresión, los cuales duran, por lo

menos, dos años. En este caso, la persona puede tener episodios de depresión mayor

con períodos de síntomas menos graves.

De igual manera, existen otras formas de depresión que son ligeramente

diferentes o que suelen presentarse en determinadas situaciones, según el

Instituto Nacional de la Salud Mental (2016), estas son: depresión perinatal; el

cual puede presentarse y afectar a la mujer durante el embarazo o después del parto

(depresión posparto); el trastorno afectivo estacional, el cual es un tipo de depresión

que se pone en manifiesto en determinadas estaciones, generalmente empieza a

finales de otoño o a principios del invierno; y la depresión psicótica, que sucede

cuando la persona presenta depresión grave con alguna psicosis como, por ejemplo,

tener delirios que se relacionan con falsas creencias o alucinaciones como ver o

escuchar cosas inquietantes, que no pueden ser percibidas por otra persona.

Por otro lado, la National Institutes of Health (2001), describe los tipos de la

siguiente manera: depresión grave (en ocasiones conocida como depresión unipolar

o clínica), donde la persona presenta algunos o todos los síntomas de la depresión por

al menos 2 semanas, pueden durar varios meses o incluso más. Los episodios

pueden manifestarse una o varias veces. También está la distimia (o depresión

menor), cuyos síntomas se dan más levemente, con una duración de al menos 2

años. La persona diagnosticada con este tipo generalmente se muestra con falta de

ánimo, sin júbilo ni energía. Puede sufrir episodios de depresión grave. Y, por último,
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maníaco-depresiva (o trastorno bipolar), caracterizado por episodios de manía que

alternan con episodios 10 de depresión. Cuando se presenta la manía, las personas

pueden mostrar hiperactividad, euforia e irritabilidad. En algunas personas, los

episodios depresivos se alternan con una forma más leve de manía (hipomanía).

TEORIAS

TEORÍAS CONDUCTUALES: Las teorías conductuales sugieren que la

depresión es básicamente un acontecimiento aprendido, relacionado con

interrelaciones negativos entre la persona y su entorno. Aquellas interrelaciones con el

entorno pueden interferir y ser interferido por las cogniciones, afectos y conductas, y

las relaciones entre estos elementos se entienden como equitativas (Vázquez et al.,

2000). Es así que en la actualidad existen varios modelos conductuales de la

depresión y dado al amplio número de enfoques conductuales se expondrá los que

tienen mayor relevancia empírica.

- Disminución del Refuerzo Positivo

Lewinsohn (1974), citado en Vázquez et al. (2000), formula que la

depresión puede ser el producto de la disminución del refuerzo positivo

contingentes a los comportamientos del sujeto. El total de refuerzo positivo que

consigue un individuo es función de: 1) la suma de hechos que son

fundamentalmente reforzadores del sujeto; 2) la suma de hechos potencialmente

reforzadores que tienen lugar; y 3) el grupo de habilidades que tiene una persona

para así provocar refuerzo para sus conductas que provienen del entorno.

Posteriormente Lewinsonhn et al. (1997), en Vázquez et al. (2000), reformula la

teoría de la disminución del refuerzo positivo donde se incluye el suceso de la serie

de conexiones causales, que empieza cuando surge una experiencia

potencialmente evocadora de la depresión, donde llega a interrumpir los patrones

de conducta automáticos que tiene el individuo y todo ello produce una disminución
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del refuerzo positivo o un número elevado de experiencias aversivas.

- Entrenamiento en autocontrol

Rehm (1977) citado en Vázquez et al. (2000), planteo un modelo de autocontrol

para la depresión en el que intento incluir los aspectos conductuales y cognitivos del

trastorno. Gracias a ello se entiende que la depresión es el resultado negativo en la

relación entre recompensas y castigos. La teoría del autocontrol se centra en la

contribución del sujeto a esta relación negativa a través de las respuestas

conductuales y cognitivas.

- Modelo de Nezu

Nezu (1987), citado en Vázquez et al. (2000), señalo que la depresión podría

ser el resultado de carencias en algunos de los cinco componentes de estrategia de

la solución de problemas: 1) orientación hacia el problema; 2) definición y

formulación del problema; 3) generación de soluciones alternativas; 4) toma de

decisiones; 5) puesta en práctica de la solución y verificación; ya que cuando los

pacientes tengan un déficit en las habilidades de solución de problemas tendrán

un mayor riesgo de sufrir y desarrollar un episodio depresivo.

- Modelo Cognitivo-conductual

Brewin (1996), citado en Carrasco (2017) refiere que en este modelo la

depresión es proporcionada a grupos difíciles de pensamientos negativos acerca de sí

mismo o el mundo externo que son actividades de una variedad de situaciones,

en el caso de las depresiones se formula que estas representaciones consisten en el

total de experiencias aversivas, hechas por pensamientos inconscientes complejas

diseñados para obtener significados comunes de experiencias repetidas.

Young (1990), citado en Carrasco (2017) refiere que el nivel más estables y

duraderos. Los esquemas tempranos mala adaptativos son activados en ambientes


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específicos y pueden llevar a distorsiones cognitivas, reacciones emocionales

intensas, y comportamiento problemático y depresión.

TEORIAS COGNITIVAS

Las teorías cognitivas plantean que la percepción errónea que se tiene de uno

mismo, de los demás y de las situaciones puede generar un trastorno depresivo. En

este sentido, se considera que la interpretación que el sujeto hace sobre un suceso es

más importante que el suceso en sí. Además, la tendencia a la valoración negativa que

realiza la persona depresiva afecta su rango de procesos cognitivos y, de hecho,

esto de relaciona de una forma recíproca con las respuestas afectivas y

motivacionales (Vázquez et al., 2000). Es así que, la reformulación atribucional del

modelo de indefensión aprendida y la teoría cognitiva de Beck son las que tienen

mayor valoración empírica.

- Teoría de la indefensión aprendida y su reformulación

Seligman (1975), citado en Vázquez et al. (2000), planteó la hipótesis de que la

depresión se genera cuando la persona no puede discriminar la relación entre su

comportamiento y las consecuencias del mismo, como resultado se produciría la

indefensión aprendida, el cual “se refiere al estado de pasividad, así como a otras

actitudes que se generan en el sujeto cuando se ha expuesto a un proceso en el que

no existe contingencia entre la conducta y las consecuencias de la misma”. (p.246)

Más adelante, Abramson et al. (1978), reformularon esta teoría e hicieron

hincapié en el tipo de atribución que la persona realiza sobre la causalidad de su

indefensión; en este sentido, plantearon que las atribuciones varían en relación a

dimensiones que determinan el impacto sobre la autoestima, generalidad y

cronicidad de la depresión e indefensión, estas dimensiones son: interna/externa,

estable/inestable y global/específica (Vázquez et al., 2000).

- Teoría cognitiva de Beck


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Según la teoría cognitiva de Beck et al. (1979), citado por Vázquez et al.

(2000), la depresión es el resultado de la interpretación errónea que el sujeto hace

sobre las situaciones o acontecimientos que debe afrontar; este planteamiento se basa

en 3 conceptos básicos que son la cognición, el contenido cognitivo y los esquemas.

Sobre la cognición, es el contenido, la estructura y el proceso del

pensamiento, de las representaciones mentales y de la percepción; en cuanto al

contenido cognitivo, está relacionado al significado de los pensamientos e

imágenes que el sujeto hace sobre un hecho y, por último, los esquemas, el cual está

referido a las creencias centrales que se integran en principios directrices y que

intervienen en el procesamiento de información. Pese a que no se tiene bien definido

el origen de estos esquemas erróneos, se deduce que estos pueden surgir como parte

del aprendizaje ante situaciones y acontecimientos anteriores, donde la identificación

con personas significativas y las experiencias tempranas juegan un rol muy importante;

en este sentido, los esquemas depresivos se relacionan con situaciones como la

pérdida o la desaprobación de los padres (Vázquez et al., 2000).

Por otro lado, esta teoría explica la depresión bajo 4 elementos cognitivos clave:

1) la triada cognitiva, conformada por la visión negativa que la persona tiene de sí

misma, del mundo y de su futuro; en otros términos, el contenido cognitivo de la

persona (en relación a esos 3 aspectos) es disfuncional y negativo. 2) los

pensamientos automáticos negativos, son aquellas cogniciones que producen una

activación emocional propia del sujeto depresivo, estos pensamientos son

repetitivos, incontrolables e involuntarios; si bien todos tienen pensamientos negativos

en ocasiones, en personas depresivas estos no solo son irrelevantes, sino que

prevalecen en su conocimiento consciente. 3) los errores en la percepción y en el

procesamiento de información (distorsiones cognitivas), las distorsiones que se

producen en los sujetos deprimidos son: la inferencia arbitraria, la abstracción

selectiva, la sobre generalización, la maximización y minimización, la

personalización y el pensamiento absolutista dicotómico; y 4) la disfunción en los


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esquemas, se refiere a que los errores del procesamiento de información son el

reflejo de los esquemas cognitivos disfuncionales (creencias centrales), estos

esquemas son estructuras cognitivas que organizan la información y subyacen a la

vulnerabilidad depresiva (Vázquez et al., 2000).

REFERNCIAS:

1. Aguirre, A. (2008). Antropología de la depression. Revista Mal-estar E

Subjetividade. 8(3), 563-601. https://www.redalyc.org/pdf/271/27180302.pdf

2. Asociación Americana de Psiquiatría (2013). Guía de consulta de los criterios

diagnósticos del DSM 5, (5ta Ed). (Burg Translations, Trad.). Arlington,

VA. https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-

guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf

3. Carranza, R. (2012). Depresión y características demográficas asociados en

estudiantes y líderes universitarios de lima metropolitana. Apuntes

universitarios. Revista de investigación (2), 79-90.

https://www.redalyc.org/pdf/4676/467646125005.pdf

4. Carrasco, A. (2017). Modelos psicoterapéuticos para la depresión: hacia un

enfoque integrado. Revista Interamericana de Psicologia, 51(2), 181-189.

https://www.redalyc.org/pdf/284/28454546004.pdf

5. Gasto, C. y Navarro, V. (2007). La Depresión. Guía Interactiva para Pacientes

con Enfermedades de Larga Duración Fundación BBVA. Hospital Clínic

de Barcelona. https://consaludmental.org/publicaciones/DvdDepresion.pdf
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