Escucha el viento, habla. Escucha el silencio, habla.
Escucha a tu corazón, sabe. -PROVERBIO DE LOS INDIOS AMERICANOS
Desde que los humanos aparecieron por primera vez en la
Tierra, hemos encontrado formas de movernos con seguridad por el mundo. Desde los antiguos referentes para la navegación como la Estrella del Norte y la piedra solar vikinga hasta los radares del siglo XX que utilizan los ecos de las ondas de radio, el sonido y la luz, trazamos un mapa de lo que no se ve y navegamos con seguridad. Usando el proceso de neurocepción, el segundo principio organizador de la teoría polivagal, el sistema nervioso autónomo escucha atentamente, buscando señales de seguridad y observando las señales de peligro para ayudar a orientarse y actuar. TRABAJA POR DEBAJO DE LA CONCIENCIA
A través de la neurocepción, el sistema nervioso autónomo
se está escuchando por dentro de lo que está pasando en sus órganos internos, por fuera, escaneando el ambiente; y entre, sintiendo la conexión con otro sistema nervioso. Las señales de peligro de vida llevan a un cambio de estado hacia el vago-dorsal de inmovilización o colapso. Con las señales de peligro se entra en el estado de lucha ó huida. Las señales de seguridad activan la rama ventro-vagal, así como el sistema de conexión social. Por ejemplo, una punzada de hambre, el tamaño y la temperatura de una habitación, la sensación de una silla, una cara con una sonrisa o un ceño fruncido son sólo algunas de las experiencias que son tomadas por el proceso de neurocepción y conllevan una respuesta autónoma.
La neurocepción es un camino pasivo que siempre se mueve
en el trasfondo y que mueve a sus clientes de arriba abajo, y viceversa, de la jerarquía autonóma. Esta trabaja por debajo de la conciencia, y evalúa las solicitudes del momento presente que exigen iniciar algunas acciones mientras se inhiben otras. Una neurocepción de seguridad y calma, conecta y relaja la necesidad de protección. Al regular primero las vías pasivas de la neurocepción, se crea una plataforma de seguridad que proporciona apoyo para enlazar las vías voluntarias involucradas en los procesos de cambio (Porges & Carter, 2017). La neurocepción es una experiencia profundamente subcortical que se desarrolla por debajo del reino del pensamiento consciente y por fuera de la conciencia (Porges, 2017a). Este sistema de vigilancia interna toma un flujo constante de información y le responde haciendo ajustes autónomos que lo mueven ya sea hacia la conexión o hacia la protección. Siempre trabajando al servicio de la supervivencia, la neurocepción activa "el [comportamiento] más adaptativo, según lo interpreta el sistema nervioso" (Porges, 2017a, p. 176). Mucho antes de que la información llegue al cerebro para formar un pensamiento, la biología ha tomado medidas. Aunque a menudo no seamos conscientes de las señales de seguridad o peligro, estas se pueden notar en la respuesta autónoma. Las reacciones se sienten en el interior (por ejemplo: calor en el corazón, facilidad para respirar, dolor de estómago o sequedad de garganta) y a veces se ven en el exterior (por ejemplo, al sonreir ó ruborizarse, o con una postura relajada o rígida).
SEGURIDAD CONTRA EL PELIGRO
La neurocepción se sintoniza a través de la experiencia
personal al tomar las señales, de maneras particular, como seguras, peligrosas ó como una amenaza para la vida. Basándose en las interacciones con las personas y lugares, la neurocepción crea patrones habituales ya sean de conexión o protección. Con el tiempo, su radar interno está calibrado para responder de formas particulares. Cuando este se ha conformado en un entorno seguro y de apoyo, el sistema lee con precisión las señales e inhibe los sistemas de defensa en entornos seguros o los activa cuando hay riesgo (Porges, 2004). Si se conforma dentro de un entorno impredecible y lleno de eventos inesperados, un entorno en el que se siente inseguro o invisible, la neurocepción está sesgada hacia la protección, lo que lleva a un desajuste entre el estado autónomo y, según sea el caso, la seguridad o el riesgo reales (Porges, 2015a). Este desajuste activa estrategias que impiden percibir con precisión la seguridad e inhibir las respuestas de defensa, o identificar el peligro e iniciar respuestas de protección. Estos patrones autónomos tempranos viven a través de tendencias neuroceptivas que crean los perfiles autónomos de las personas. Una neurocepción de seguridad es incompatible con una neurocepción de peligro o amenaza para la vida, haciendo de esto una experiencia de: ó esto ó lo otro (Porges, 2015a). A través de la neurocepción, tu sistema nervioso autónomo está abierto a la conexión y a la posibilidad de cambio o bloqueado en una respuesta de protección y atrapado en una historia de supervivencia. Los patrones de conexión surgen de señales de seguridad que regulan tus sistemas de defensa y activan el sistema de conexión social (Porges 2015a). Las investigaciones han demostrado que los efectos en la salud de los afectos positivos, incluyendo una mayor longevidad y una mejor función inmunológica, son más que la ausencia de afectos negativos (Segerstrom & Sephton, 2010). Un sentido de seguridad en el cuerpo, encarnado, requiere tanto la reducción o resolución de las señales de peligro como la experiencia de las señales de seguridad (Porges y Lewis, 2009). Una sin la otra puede no ser suficiente para pasar de un estado de protección a la preparación para la conexión. El sistema nervioso necesita notar activamente la aparición de las señales de seguridad asi como la experiencia real de estas mismas (Porges, 2015a). El mensaje esperanzador de la Teoría Polivagal es que los patrones autónomos y los perfiles autónomos pueden ser reformados. Mientras que las primeras experiencias dan forma al sistema, las experiencias actuales pueden reducir o incluso resolver las señales de peligro. Las señales de seguridad, que a menudo se pasan por alto en medio de los señales de peligro, pueden reconocerse y con el tiempo se vuelven más abundantes. Una de las formas para remodelar el sistema nervioso es llevar primero la percepción a la neurocepción y luego añadir el contexto a través de la lente del discernimiento. Traer la atención al momento presente invita a considerar los orígenes de las señales de peligro. ¿Ha llegado una señal del pasado al momento presente? Si bien era una respuesta de supervivencia necesaria cuando se activó por primera vez, ¿se necesita ahora? La neurocepción lanza una cascada de eventos en el cuerpo que al final se convierten en una historia. Al entrar en un estado autónomo, la información sobre ese estado viaja por el camino autónomo hacia el cerebro. Allí, se crea una historia para dar sentido a la experiencia. El estado fisiológico crea una historia psicológica. Con la ayuda de la metáfora de un río, imagina el flujo de la experiencia. En el origen del río está la neurocepción y en el final del río se encuentra la historia. Y en medio están la percepción, el estado autónomo, los sentimientos y los comportamientos (Figura 2.1).
neurocepción-percepción- estado aut- sentimientos-comportamiento- historia
FIGURA 2.1. De la neurocepción a la historia
Estamos acostumbrados a entrar en el río ya entrados en aguas
abajo con sentimientos, comportamientos o historia. Pero la neurocepción ocurre en el punto más lejano, río arriba. Tienes que volver al punto de partida, dejando atrás la historia, el comportamiento y los sentimientos para identificar el estado y llevar la percepción a la neurocepción. Cuando viajas de vuelta río arriba para tomar consideración de la neurocepción es que te haces consciente de cómo tu sistema de vigilancia interna comienza la secuencia de eventos que eventualmente lleva a la manera en la que estás sintiendo, actuando y pensando. Las actitudes, acciones y la forma en que ves el mundo son el resultado de que el sistema nervioso autónomo se mueve entre estados de conexión y protección. Las historias que en las que vives todos los días tienen su origen en el sistema nervioso autónomo con una neurocepción de seguridad, peligro o amenaza a la vida y por eso están lejos, en realidad del cerebro pensante.
Al comprender el proceso de la neurocepción, puede
comenzar a honrar las formas en que el sistema nervioso autónomo escucha y actúa al servicio de su seguridad y supervivencia. Sabiendo que la neurocepción da forma a la primera parte de tu historia, puedes empezar a escuchar de nuevas maneras y aprender a editar tus propias historias.