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MÓDULO 1. EL ORDENAMIENTO JURÍDICO. EL DERECHO CIVIL. LAS FUENTES DEL DERECHO CIVIL.
1.1.- La norma jurídica:
1.1.1.- Concepto y características
Las normas jurídicas se caracterizan frente a otros tipos de reglas sociales por su conexión con el poder. La
organización social de una sociedad, se organiza buscando centros de poder. Por tanto las normas jurídicas
se pueden concebir como normas de organización del poder y normas de regulación de comportamientos
de los miembros de un grupo social.
“Las normas jurídicas pueden definirse como aquellas reglas de organización y comportamiento social cuya
observancia puede ser impuesta coactivamente por el poder publico”.
1.- Obligatorias: tienen mandatos de comportamientos en positivo (hacer) o en negativo (no hacer).
2.- Coercibilidad: se pueden imponer de forma coactiva.
3.- Formulación: se establecen para la generalidad.
4.- Abstracción: el sujeto destinatario, por eso se escriben de forma indefinida e impersonal.
1.1.2.- Estructura de la norma jurídica; norma y disposición.
Las normas jurídicas, suelen contener la manifestación de la reacción que se producirá si se lleva en contra
el cumplimiento. (los efectos de no cumplir la norma jurídica).
Las normas jurídicas utilizan el silogismo jurídico, el supuesto de hecho, y la consecuencia jurídica. El
supuesto de hecho, es la descripción de unos hechos. La consecuencia jurídica son los efectos del no
cumplimiento de esos hechos.
1.1.3.- Principales clasificaciones de las normas jurídicas.
Por el ámbito territorial ( Generales; a todo el territorio. Particulares; a una parte del territorio): Tipo de
persona (Comunes; cualquier persona. Especiales; Tener una cualidad especial); Situación (Normales;
situación habitual. Excepcionales; situación extraordinaria); Ámbito de libertad del individuo (Principales;
Un determinado comportamiento que no pueden dejar de hacer. Permisivas; Realizar o no los
comportamientos previstos); Ámbito de libertad del individuo respecto a las normas jurídicas
(Imperativas; El supuesto de hecho obliga al cumplimiento. No se puede excluir su aplicación. Dispositivas;
Su aplicación puede ser sustituida por reglamentación diferente).
1.2.- El ordenamiento jurídico
1.2.1.- Concepto y caracteres.
Las normas jurídicas se aplican a un determinado espacio / tiempo y su destino es organizar la vida en
sociedad de los individuos.
“Estos elementos permiten deducir con facilidad un concepto de ordenamiento jurídico como conjunto
organizado y sistemático de normas jurídicas que rigen para una determinada comunidad o sociedad en un
momento determinado”.
Como caracteres del ordenamiento jurídico se puede señalar:
1.- Criterio de pertenencia: permite determinar las normas jurídicas que lo componen. Teoría de las fuentes
del derecho.
2.- Complejidad / Coherencia: la complejidad se demuestra en normas jurídicas elaboradas en diferentes
épocas y de diferentes ámbito de poder. Pese a todo el ordenamiento jurídico debe ser coherente.
3.- Debe ser pleno y completo: Debe aspirar a esto, aunque a veces no lo sea.
4.- Único: en principio ha de ser eso, pese a matices que se pueden dar.
1.2.2.- Principios rectores del ordenamiento jurídico español.
Principios democráticos (el poder emana del pueblo); Principio de legalidad (cumple la ley, puede ser de
diferente intensidad); Principio de seguridad jurídica (normas ciertas y no dudosas); Principios materiales
(libertad, igualdad y dignidad de la persona).
“El derecho civil contiene las normas que determinan los requisitos y atributos propios de la condición de
persona-sujeto de derecho. Así, en el derecho civil se regula el nacimiento (determinante de la adquisición
de la personalidad), la muerte (determinante de la extinción de la personalidad), y la capacidad jurídica y de
obrar”.
En el derecho civil se regulan también todas aquellas relaciones jurídicas privadas a las que pueda tener
acceso cualquier persona. El abanico de estas relaciones jurídicas es muy amplio.
“Forman parte del derecho civil el derecho de la persona, el derecho de cosas, el derecho de obligaciones y
contratos, el derecho de familia y el derecho de sucesiones mortis causa”.
1851 se presenta el Proyecto de código civil, que fue fallido, pero siendo el precedente del de 1889. En la
década de los 80, fue cuando se revitalizo la cuestión del CC incorporando la cuestión foral (leyes propias de
cada región) al proyecto de CC. En 1882, a través de una ley de bases (ley de mínimos) se presentó un
proyecto que fue rechazado, y hasta 1888 con la presentación de una nueva ley de bases a las cortes que
esta vez si fue aprobada, se empezó a realizar el CC de 1889.
2.6.3.- El código civil: estructura, contenido y caracteres.
El CC, contiene 1976 artículos, estructurados en:
-Titulo preliminar: De las normas jurídicas, su aplicación y eficacia (art. 1 a 16)
-4 libros
Libro I: De las personas (art. 17 a 332)
Libro II: De los bienes de la propiedad y sus modificaciones (art. 333 a 608)
Libro III: De los diferentes modos de adquirir la propiedad (art. 609 a 1087)
Libro IV: De las obligaciones y contratos (art. 1088 a 1975)
*Los libros se dividen en títulos y estos en capítulos. Algunos de estos capítulos aparecen divididos en
secciones.
“La sistemática del CC español responde al llamado plan romano-francés, que estructura el derecho civil en
personas, cosas y acciones”.
“En cuanto a su contenido, conforme al afán codificador por ofrecer un cuerpo cierto y accesible de normas
que regulen de forma lo mas completa posible determinadas relaciones o conflictos, el CC abarca aquellas
materias que se consideran propias del derecho civil”.
El CC no contiene todas las materias de derecho civil que existen, fuera de el hay leyes especiales que se
han promulgado para materias concretas y que en 1889, no existía esta problemática.
2.6.4.- Las reformas del código civil.
*Ver Módulo.
2.7.- Los derechos civiles forales o especiales.
Se incorporan al CC gracias a la cuestión foral y permiten la aprobación del CC 1889.
“La cuestión foral, la coexistencia entre los distintos derechos civiles con vigencia en España, el derecho civil
común, y los derechos civiles territoriales ha recibido a lo largo de la historia diferente tratamiento, sobre
todo desde la promulgación del CC”.
2.7.1.- El código civil y los derechos civiles forales o especiales: el sistema de apéndices.
La ley de bases 11 de mayo de 1888, permitió la conservación de los derechos forales, y se debían articular
con el sistema de apéndices. Con el paso de los años, fue un desastre porque no se vieron representados.
2.7.2.- Las compilaciones.
Por una providencia se crea una compilación de derechos civiles territoriales, a la cual cada territorio se va
sumando.
2.7.3.- La CE de 1978: el modelo autonómico del derecho civil.
La gran novedad son las comunidades autónomas, que algunas coinciden en que tienen derecho civil
propio. Se reparten las competencias por el art. 148 y 149 de la CE, determinando cuales son competencias
exclusivas del estado, pese a que ciertas comunidades que tengan derecho civil puedan legislar sobre ellas.
1.- La reserva al estado de la competencia de materia civil.
2.- La atribución a determinadas comunidades autónomas (allí donde exista derecho civil o foral) de la
competencia para la conservación, modificación y desarrollo de este derecho.
3.- La competencia exclusiva del estado sobre determinadas materias.
3.2.- El sistema de fuentes del ordenamiento jurídico español: las fuentes del derecho civil español.
El art. 1.1 CC, dice “las fuentes del ordenamiento jurídico español son la ley, la costumbre y los principios
generales del derecho”.
3.3.- La ley como fuente del derecho
3.3.1.- Concepto
“En un sentido amplio el término ley, podrá atribuirse prácticamente a toda norma jurídica formulada por
escrito por quien tiene capacidad normativa para ello.
Una norma jurídica que presenta unas indudables ventajas, como puede ser su accesibilidad por los sujetos
a quienes se aplica o su apreciable seguridad, pero a la que puede reprochársele su carácter artificioso o su
poca flexibilidad o espontaneidad para adecuarse a unas nuevas circunstancias. Su acepción amplia permite
diferenciarla de otras normas jurídicas como la costumbre los principios generales del derecho, pero no así
de otras normas jurídicas también escritas y creadas por un órgano con capacidad para ello (reglamento)”.
La ley en occidente es la norma parlamentaria, que se plasma para representar la separación de poderes.
3.3.2.- Clases de leyes en el ordenamiento jurídico español
“De acuerdo con lo que acabamos de plantear existirá un único tipo o clase de ley: la parlamentaria. Ahora
bien, pueden diferenciarse tipos o clases de leyes en función de distintos requisitos que establece la CE en
torno a su contenido y aprobación, modificación o derogación”.
-Ley orgánica: se regula en el art. 81 CE, y es necesaria para materias de derechos fundamentales,
libertades publicas, estatutos de autonomía, y régimen electoral, entre varias. Es requerida para su
aprobación la mayoría absoluta de la cámara.
-Ley ordinaria: regulara materias que no regule la ley orgánica, su aprobación será por mayoría simple.
-Normas con rango de ley: el poder ejecutivo (gobierno) asume el papel de legislador, será de forma
extraordinaria.
-Decreto legislativo: el gobierno recibe encargo por las Cortes para legislar una materia concreta de
carácter extraordinario, y debe establecer un plazo del ejercicio.
-A través de una ley de bases se encarga para regular una materia, elaborando un texto articulado.
Los apellidos identifican a todos los individuos de una misma familia, mientras que el nombre efectúa la
plena identificación de cada uno de los sujetos.
3.1.1.- El nombre propio.
La imposición del nombre corresponde a quienes ostenten la patria potestad padres o tutores, o en su
defecto al encargado del registro civil que lo impondrá de oficio en la inscripción del nacimiento.
Hay libertad de elección de nombres, aunque hay limitaciones legales.
1.- No se pueden escoger nombre que puedan perjudicar a la persona, o que puedan provocar confusión.
2.- No se podrá poner el nombre de otro hermano.
3.- No se puede poner mas de un nombre compuesto, o de 2 simples.
Los alias o apodos no pueden escribirse como nombres propios en el registro civil.
Se puede cambiar el nombre por 2 vías.
1.- Mediante expediente promovido ante el juez.
a) el nombre se haya impuesto con la infracción de las normas civiles.
b) se trate de traducir un nombre extranjero.
c) el utilizado habitualmente no coincida con el que figura en el registro.
2.- De manera excepcional, mediante solicitud al encargado del registro cuando se trate de traducir
nombres a cualquiera de las lenguas oficiales.
3.- Por ley se establece que cualquier persona puede requerir modificar el sexo en el registro civil y por
tanto se deberá cambiar el nombre para adecuar el sexo al nombre. (si te has cambiado de sexo femenino a
masculina, tu nombre no puede ser femenino, por ejemplo Victoria en sexo masculino).
3.1.2.- Los apellidos.
Los apellidos son una mención de densidad que determinan la pertenencia de la persona a una familia
determinada.
La imposición de los apellidos vendrá determinada por la filiación:
1.- Si hay padre y madre estos se pondrán de acuerdo para el orden de transmisión de los apellidos. Si no
hay acuerdo entre ellos por el bien del menor se impondrá el primer apellido del padre siendo el segundo el
de la madre
2.- Si la filiación solo está determinada respecto a uno de los progenitores llevará sus apellidos en el orden
que él decida.
3.- Si la filiación no está determinada, será el propio encargado del registro civil quien impongan los
apellidos de uso corriente.
El encargado del registro civil puede autorizar el cambio de apellidos en los siguientes casos:
1.- la inversión del orden de apellidos.
2.- la anteposición de la preposición de el primer apellido que fuera usualmente en nombre propio o
empezar el portal así como las conjunciones y o y entre los apellidos.
3.- la acomodación de los apellidos de los hijos mayores de edad o emancipados a cambio de apellidos de
los padres cuando aquellos expresamente lo consientan.
4.- la regularización ortográficas de los apellidos a la lengua española correspondiente y la adecuación
gráfica del español de la fonética de apellidos también extranjeros.
5.- cuando sobre la base de una filiación rectificada con posterioridad el hijo o sus descendientes pretendan
conservar los apellidos que vinieron usando antes de la rectificación.
3.2.- Caracteres y protección civil del nombre.
Como atributo de la personalidad el nombre es:
*Inalienable: no se puede comerciar.
*Imprescriptible: no se adquiere por uso prolongado.
*Irrenunciable por el sujeto.
*Inmutable. Sin prejuicio de los supuestos que si se permita la modificación.
*Con eficacia erga omnes, pudiendo ejercitarse en su defensa alguna de las acciones civiles que el
ordenamiento jurídico reconoce:
-La acción de impugnación, dirigida a proteger el uso exclusivo de un nombre frente a su utilización por
parte de otra persona que no tiene derecho a hacerlo.
-La acción de reclamación, destinada a reclamar la utilización de un nombre legitimo que se le niegue.
También pueden existir acciones mercantiles destinadas a proteger un nombre, por razones empresariales o
comerciales.
4.- Extinción de la personalidad.
4.1.- La muerte física.
“La personalidad civil se extingue con la muerte del individuo artículo 32 del CC”.
Debemos entender la muerte en sentido físico muerte biológica.
La extinción de la personalidad por fallecimiento produce como efectos principales la disolución del
matrimonio y la apertura de la sucesión. Junto a esos efectos, también tiene como efectos el fin de otras
relaciones jurídicas:
1.- Esfera familiar: se extingue la patria potestad y tutela, el régimen económico matrimonial, y pensiones
compensatorias.
2.- Esfera patrimonial: se extinguen las relaciones contractuales personalísimas.
Otros bienes jurídicos como derechos fundamentales (a la imagen, la intimidad o al honor) perduran mas
allá de la muerte, creando así la tutela postmortem.
1.- A los herederos, les corresponde el ejercicio de las acciones de filiación que correspondieran al difunto.
2.- A las personas que éste hubiera designado expresamente o en su defecto a los parientes o al ministerio
fiscal en el caso de acciones de protección del honor la intimidad o la imagen y a las acciones derivadas del
reconocimiento de la propiedad intelectual.
4.2.- Prueba de muerte.
La prueba del fallecimiento de una persona se obtiene mediante la descripción de su muerte en el registro
civil donde deberá constar el lugar del fallecimiento la fecha y a la hora que ha tenido lugar. Además la
dirección de hospitales, clínicas y establecimientos sanitarios comunicará a la oficina del registro civil
competente y al Instituto nacional de estadística cada uno de los fallecimientos que haya tenido lugar en su
centro sanitario.
1.- Quedan obligados a practicar la inscripción los parientes del difunto consanguíneos hasta el cuarto grado
y afines hasta el segundo.
2.- para practicar la inscripción será necesario la certificación médica de fallecimiento. Sin ella no se podrán
inscribir a nadie.
3.- El enterramiento del difunto deberá realizarse una vez transcurridas 24 horas desde su fallecimiento.
4.3.- Premoriencia y conmoriencia.
Cuando varias personas llamadas heredarse entre si mueren en un mismo accidente o siniestro, y no puede
conocerse con exactitud el orden de los fallecimientos, se hace necesario determinar si murieron unas antes
que las otras (premoriencia), o bien se murieron todas ellas de forma simultánea (conmoriencia).
En caso de premoriencia, el que muere después recibirá los bienes del fallecido en primer lugar. Se deberá
probar por lo métodos admitidos.
En caso de conmoriencia, no habrá transmisión de bienes entre los difuntos.
Regirá como la generalidad si no se puede probar la premoriencia.
4.4.- Otras situación de extinción de la personalidad: la declaración de fallecimiento.
Cuando una persona se encuentra desaparecida (ausente), sin que se tengan noticias de ella durante de un
periodo de tiempo prudencial o en circunstancias especialmente confusas (guerras, naufragios, accidentes
aéreos), la relaciones jurídicas que afectan a la ausente quedan temporalmente suspendidas.
Para evitar que esta situación de incertidumbre se prolongue indefinidamente, el ordenamiento jurídico
regula algunas instituciones destinadas a proteger los intereses de terceros afectados por esta desaparición:
-Defensor del desaparecido: para que atienda los asuntos mas urgentes.
-Declaración de ausencia legal: se nombra un representante del ausente.
-Declaración de fallecimiento: mediante resolución judicial, se pasa de calificar a una persona desaparecida
a fallecida.
5.- Los estados civiles.
5.1.- Concepto de estado civil.
“Los denominados estados civiles son situaciones permanentes o al menos estables, en las que pueden
encontrarse las personas que, por su especial relevancia y estabilidad, contribuyen a configurar su
personalidad jurídica y sus derechos y deberes en la sociedad.”
Estos estado son plurales, puesto que hacen referencia a distintos aspectos que se dan simultáneamente en
una persona.
5.2.- Caracteres.
Los estados civiles tienen eficacia erga omnes, deberán ser publicados mediante su inscripción en el registro
civil.
No son disponibles para los particulares, constituyendo cualidades personalísimas, excluidas del comercio,
siendo irrenunciables, instransmisibles e imprescriptibles.
5.3.- Los estados civiles.
-Estados familiares: determinan la pertenencia del sujeto a cierto grupo humano.
*Matrimonio
*Filiación
-Estados que demuestran la pertenencia a una determinada comunidad
*Nacionalidad
*Vecindad civil
-Estados de capacidad de obrar:
*Edad
a) Mayoría de edad: plena capacidad de obrar
b) Minoría de edad: limita la capacidad natural de la persona
c) Emancipación: equipara el menor de edad con el adulto, pero con limitaciones.
*Modificaciones judiciales de la capacidad de las personas o que han sido declaradas en concurso, quiebra
o suspensión de pagos.
5.4.- Acciones de estado.
Para el ejercicio de los derechos y deberes que tiene implícito el estado civil, el ordenamiento jurídico
reconoce a su titular unas acciones (denominadas de Estado) que su objetivo es:
a) Obtener una declaración sobre su existencia (acciones declarativas).
b) Modificar el estado civil por resolución judicial (acciones modificativas).
c) Defender un determinado estado civil frente a las lesiones de terceros, bien reclamando un estado civil
que, aunque le corresponde realmente al sujeto, le es negado por otros (acción de reclamación); bien
impugnando el que ostenta el demandado (acción de impugnación).
Las acciones de estado participan de los caracteres del estado civil y son:
a) Irrenunciables, intransmisible e insusceptibles de transacción.
b) Por norma general, imprescriptibles, sin que se extingan por el paso del tiempo.
c) De carácter personalísimo, por lo que su ejercicio corresponde a su titular y, en ciertas ocasiones, a
parientes, al ministerio fiscal o a quienes ostenten interés legítimo en su declaración.
d) La sentencias que les pongan fin tienen efectos de cosa juzgada desde su inscripción en el registro civil y
presunción de eficacia Erga omnes.
2.- hasta llegar a esa edad, la ley limita la capacidad del menor de edad, que es sometido a la protección de
los poderes públicos y de sus padres o tutores.”
A este régimen general, se completa con 2 excepciones:
1.- Cuando, a pesar de haberse alcanzado la edad fijada para la mayoría, el sujeto no ostenta el grado de
madurez que debería corresponderle se prevé la modificación judicial de su capacidad de obrar.
2.- Cuando, a pesar de no haber alcanzado los 18 años, el sujeto presenta unas condiciones de aptitud
suficientes, el ordenamiento jurídico reconoce bien su emancipación, su suficiente juicio o condiciones de
madurez.
7.2.-Computo de edad.
“Por edad entendemos el tiempo de vida transcurrido desde el nacimiento de una persona hasta un
determinado momento.”
Se establecen las siguientes reglas:
1.- Rige el sistema de cómputo civil, en el que los días cuentan por entero con independencia de la hora
concreta de nacimiento.
2.- Los años se entienden cumplidos al iniciarse el día del nacimiento.
3.- El ordenamiento jurídico solo computan los años cumplidos no los meses ni los días.
El sistema de computo es diferente para el derecho civil, si bien es el que se ha visto arriba. Mientras que
para el derecho penal será de computo natural, teniendo en cuenta la hora exacta del nacimiento.
7.3.- La minoría de edad.
“La minoría de edad hace referencia a las primeras etapas de la vida de una persona (desde que nace hasta
que alcanza la mayoría de edad a los 18 años) y se caracteriza por su ineptitud para actuar con plenitud de
conciencia y voluntad en el mundo jurídico.”
Existe una protección por parte de:
-La familia: correspondiéndole la protección, representación de los menores, en todos los modelos
familiares.
-Poderes públicos: la CE otorga a los poderes públicos la función de asegurar la protección integral de los
hijos.
En el ordenamiento jurídico, la actuación de un menor es atribuida a sus representantes legales, los padres
o tutores legales. Pese que hay excepciones para que el menor realice ciertos actos.
-Cualquier menor con suficiente grado de madurez podrá solicitar a los poderes públicos la protección.
-Con carácter general el menor tiene derecho a ser escuchado, sin discriminación de edad, discapacidad, u
otra circunstancia, tanto en el ámbito familiar, como en cualquier procedimiento administrativo o judicial.
En virtud de disposiciones expresas se faculta al menor para realizar determinados actos jurídicos que
afectan a su esfera personal o familiar:
-Actos relativos a los derechos de la personalidad: cuando sea suficientemente maduro.
-Actos relativos a los estados civiles: optar por una vecindad civil, reconocer hijos extramatrimoniales, optar
por la nacionalidad española.
-Actos relativos a su esfera patrimonial: otorgar testamento, aceptar donaciones, adquirir la posesión,
consentir contratos que le obliguen.
7.4.- La mayoría de edad.
La mayoría de edad supone el reconocimiento de la madurez de la persona y su capacidad para gobernarse
por sí mismo. La mayoría de edad se alcanza de manera automática a los 18 años.
En orden civil al alcanzar la mayoría de edad se producen los siguientes efectos:
1.- Se extingue la patria potestad y la tutela.
2.- Se reconocen plena capacidad de obrar al individuo, salvo las excepciones previstas en la ley.
a) Patria potestad prorrogada: cuando los hijos hubieran sido judicialmente incapacitados durante la
minoría de edad y su protección se encomiende a quienes ostentan su patria potestad.
b) Patria potestad rehabilitada: en aquellos casos en los que el hijo mayor de edad soltero que viva en
compañía de sus padres en incapacitado judicialmente.
7.5.- La emancipación.
“La emancipación supone la salida del hijo de la patria potestad y el reconocimiento de su capacidad de
obrar por causas distintas a la mayoría de edad”.
Se podrá dar cuando:
1.- Concesión:
a) De los padres que ejercen la patria potestad. Cuando el hijo tenga 16 años, consienta de la emancipación
y se instrumente una escritura pública o mediante comparecencia ante el juez encargado del registro. 317
b) Juez. A petición del hijo que haya cumplido los 16 años, el juez puede conceder la emancipación si se
producen determinadas circunstancias: segundo matrimonio de alguno de los progenitores, separación de
los padres o grave entorpecimiento del ejercicio de la patria potestad. 320
2.- Vida independiente: el mayor de 16 años que viva de forma independiente con respecto a sus padres se
reputará como emancipado siempre que conste el consentimiento de sus padres. Éste consentimiento es
revocable. 319
La emancipación habilita al menor para regir su persona y vienes como si fuera mayor de edad aunque con
algunas restricciones o límites. 323.
Hasta que no alcance la mayoría de edad, el emancipado no podrá:
-Tomar dinero a préstamo.
-Enajenar o gravar inmuebles o bienes de valor sin el consentimiento de sus padres o tutores.
7.6.- La habilitación de edad.
Cuando el menor sujeto a emancipación no se encuentre sometido anteriormente patria potestad, sino a
tutela, la salida anticipada de la representación legal se denomina habilitación de edad o beneficio de
mayor de edad. 321
8.- Las restricciones a la capacidad: incapacitación judicial y prodigalidad.
8.1.- La incapacitación.
“La incapacitación es un estado civil de la persona que se constituye por sentencia judicial y que tiene como
efecto principal la limitación de su capacidad de obrar y el sometimiento de la persona declarada incapaz y
de sus bienes a la guarda o cuidado de otras personas.” 199, 200 y 201
La incapacitación es la excepción a la regla general de plena capacidad de obrar que sigue a la mayoría de
edad por lo que deberá producirse siempre mediante sentencia judicial fundada en una de las causas
legalmente previstas.
8.2.- Causas de incapacitación.
1.- Que el sujeto padezca enfermedad o deficiencia física o psíquica, en cuyo caso se incluyen las
perturbaciones que afectan a la inteligencia, a la voluntad y el comportamiento, ya sean de origen psíquico
o físico. 200
2.- Que esta sea de carácter persistente, con lo cual se logrará evitar el inicio del procedimiento de
incapacidad por enfermedad de su alteraciones transitorias aún cuando sean graves.
3.- Que impida la persona gobernarse por sí misma, lo que deberá ser objeto de valoración judicial,
atendiendo principalmente a la capacidad de la persona para adoptar de forma responsable decisiones
adecuadas a su esfera personal y patrimonial.
8.3.- Procedimiento de incapacitación.
El proceso de incapacitación puede realizarse por dos vías. 757 LEC
1.- Los familiares legitimados legalmente pueden promover la declaración de incapacidad.
- El Ministerio Fiscal (MF) asumirá la defensa del incapaz.
2.- El MF, deberá dar inicio al procedimiento cuando no se encuentren familiares, cuando aun existiendo no
hubieren solicitado la declaración de incapacidad, o cuando de cualquier manera hubiera tenido
conocimiento de la concurrencia de las causas legales de incapacitación en una persona.
- El MF designara un defensor del incapaz que se llamara defensor judicial.
El juez encargado del procedimiento (1ª instancia del lugar donde resida el incapaz), deberá seguir ciertos
tramites:
- Escuchar a los parientes del presunto incapaz
- Recabar el dictamen de un facultativo
- Examinar personalmente al presunto incapaz
8.4.- Efectos de la incapacitación.
“La sentencia que declare la incapacitación deberá establecer su graduación en función de las actitudes del
incapaz para gobernarse por sí mismo.” 760 LEC.
Con esta finalidad:
- La sentencia relacionada a los actos que el incapaz puede realizar por sí mismo, aquellos en los que debe
ser sustituido por un representante y los que deben ser completados con la prestación del consentimiento
de un tercero.
- La sentencia deberá establecer el tipo de institución tutelar al que queda sometido al incapaz, ya sea
tutela, curatela o o el nombramiento de un defensor judicial.
- La sentencia deberá pronunciarse sobre la necesidad o no de internamiento del incapaz. 763 LEC
Para su plena eficacia, la sentencia de incapacitación debe ser objeto de inscripción en el registro civil, a
efectos de su conocimiento por parte de terceros. La sentencia por la que se declara la incapacidad de una
persona revisable teniendo en cuenta la evolución de la enfermedad o la aparición de nuevas circunstancias
ya que no posee efectos de cosa juzgada.
8.5.-Instituciones tutelares.
En nuestro ordenamiento jurídico, la guarda o protección de las personas y los bienes de los incapacitados
se realiza mediante diferentes instituciones tutelares. 215
8.5.1.- La tutela.
El tutor es el representante legal estable del menor o incapacitado salvo para aquellos actos que pueda
realizar por sí solo, ya sea por disposición expresa de la ley o por la sentencia judicial de incapacitación 267.
El tutor está obligado a velar por el tutelado 269 y ejercerá sus funciones siempre en beneficio de sus
intereses aunque el tutor cuenta con un amplio conjunto de facultades para desempeñar su labor de
representación, determinados actos están supeditados a la existencia de previa autorización judicial. El juez
deberá nombrar al tutor del incapaz entre sus familiares más cercanos, con el orden de preferencia
establecido legalmente.
El desempeño del cargo de tutor es un deber que solo podrá quedar excusado en virtud de alguna de las
causas legalmente previstas. Una vez posesionado judicialmente en el cargo el tutor está obligado a hacer
inventario de los bienes del tutelado en un plazo de 60 días además el juez puede exigir al tutor la
constitución de una fianza que asegure el cumplimiento de sus obligaciones. El tutor tiene derecho a una
remuneración cuyo importe será fijado por el juez siempre y cuando el patrimonio del tutelado lo permita.
Una vez extinguida la tutela por las causas legalmente establecidas, el tutor deberá rendir cuentas de su
administración en el plazo de tres meses ante la autoridad judicial.
8.5.2.- La curatela.
El curador es la persona designada con carácter estable para completar la capacidad del sometido a
curatela, sin sustituirlo ni ser propiamente su representante legal. La función principal del curador en
cualquier caso, consiste en prestar asistencia técnica a determinados actos del declarado incapaz pero sin
sustituir su voluntad. La curatela procede en los siguientes casos:
1.- Los emancipados cuyos padres fallecieron o quedaron impedidos para el ejercicio de la ley asistencia
prevenida por la ley.
2.- Adquisición derivativa o derivada: se trata de la adquisición sobrevenida de la nacionalidad española por
parte de personas que, de esa forma, cambia su nacionalidad originaria.
1.- Desaparición: da lugar a un principio accidental de los intereses del desaparecido mas urgentes y que no
admitan demora.
2.- Ausencia legal: implica una prolongación en el tiempo de la desaparición, lo cual implica tras resolución
judicial del nombramiento de un representante, que se hace cargo de la titularidad del patrimonio.
3.- Declaración de fallecimiento: la declaración oficial mediante sentencia firme de que una persona ha
fallecido.
12.2.- La desaparición.
12.2.1.- Concepto.
La figura de la desaparición acaece cuando una persona se haya ausentado de su domicilio o del lugar de su
última residencia sin haber tenido más noticias de ella.
“Cuando el desaparecido tuviera pendiente un juicio o negocios que no admitiesen temor alguna sin
perjuicio grave el secretario judicial a instancia de parte interesada o del ministerio fiscal, pueden nombrar
a un defensor campar y representa al desaparecido. No será necesario el nombramiento de un defensor en
aquellos casos en los que el desaparecido haya dejado ya determinada la protección de los intereses a
una persona.”
12.2.2.- El defensor del desaparecido.
“El defensor es una figura transitoria que asume de forma provisional y limitada la representación del
desaparecido.”
El nombramiento se lleva acabo mediante el trámite de un procedimiento de jurisdicción voluntaria. El
cargo de defensor debe recaer en la persona que el juez considere más idónea para desempeñar las
funciones que se le encomendarán. Antes de empezar el ejercicio de su cargo debe practicar judicialmente
un inventario de bienes muebles y descripción de los inmuebles del desaparecido. El defensor limitara su
actuación al amparo y representación del desaparecido.
12.2.3.- Extinción de la situación de defensa de los bienes del desaparecido.
“La situación de desaparición finaliza con la aparición del ausente, con la comprobación de su muerte o,
finalmente con la declaración de ausencia legal o de fallecimiento.”
En ese momento el defensor deberá rendir cuentas por la gestión desempeñada.
12.3.- La ausencia legal o declarada.
12.3.1.- Concepto.
Supone una situación mas compleja y estable que la desaparición.
“La declaración judicial de ausencia legal tiene lugar cuando la desaparición de la persona persiste de un
modo prolongado, con el consiguiente incremento del estado de duda racional sobre su propia existencia, lo
cual exige el establecimiento de un mecanismo de defensa y representación más intenso y duradero.”
12.3.2.- Presupuestos para la declaración de ausencia.
Para que pueda declararse la situación de ausencia legal de un desaparecido, deben concurrir los siguientes
requisitos:
- Desaparición de una persona de su domicilio o de su ultima residencia sin haber tenido mas noticias de
ella.
- Transcurso de cierto lapso de tiempo:
a) Un año desde las ultimas noticias, o a falta de estas, desde su desaparición.
b) Tres años, si el desaparecido hubiera dejado encomendado por apoderamiento la administración de
todos sus bienes.
- Declaración judicial de ausencia: han de solicitarla el cónyuge, parientes consanguíneos hasta 4 grado, o el
MF de oficio o en virtud de denuncia. Tiene transcendencia porque se otorga publicidad al proceso.
La declaración se inscribe en el registro civil, al margen de la inscripción de nacimiento.
12.3.5.- Adquisición de derechos por el declarado ausente: la sucesión a que ha sido llamado el ausente.
Puede ocurrir que una persona declarada ausente sea llamada para una herencia. El problema reside en
que un principio elemental del derecho sucesorio exige que el llamado a una herencia sobrevive al
causante, y puesto que la situación de ausencia declarada implica la imposibilidad de cerciorarse de la
existencia de la ausente está claro que el representante no podrá aprobar aquel extremo y, en consecuencia
no adquirirá nada para su patrimonio. Por este motivo la parte que le hubiera correspondido al ausente
acrecerá a sus coherederos, quienes incrementarán su cuota hereditaria en la proporción que corresponda.
No obstante como todavía seguirá pendiendo la certidumbre sobre la existencia del ausente los
coherederos están obligados a formar un inventario de los bienes que hubieran correspondido, los cuales
reservarán hasta la declaración de fallecimiento.
12.3.6.- La terminación de la situación de ausencia legal.
La situación de ausencia legal finalizará por:
- Cuando el ausente se presente o se tenga noticias de su existencia en paradero conocido.
- Cuando se pruebe la muerte del ausente, en cuyo caso se abrirá la sucesión en beneficio de aquellos que
en el momento del fallecimiento fueran sus sucesores voluntarios o legítimos.
- Cuando se realice la declaración de fallecimiento.
Con el fin de la ausencia cesa automáticamente la representación, por lo que se deberá restituir el
patrimonio del ausente, bien a él mismo, bien a sus herederos cuando la terminación de la ausencia se deba
a la muerte o a la declaración de fallecimiento del ausente.
El representante no está obligado a restituir los productos percibidos, pero si a pesar de conocer la muerte
del ausente no hubiere cesado en su cargo de administración, deberá devolver los frutos percibidos y los
debidos de percibir, a contar desde el día en que la muerte se produjo, deberá devolver los frutos percibidos
y los debidos de percibir, a contar desde el día en que la muerte se produjo. Se trata de una sanción que el
legislador establece al representante de mala fe. 187,2
El ausente reaparecido puede reclamar las herencias causadas a favor suyo mediante el ejercicio de las
acciones de petición de herencia que le corresponda.
En cualquiera de los supuestos de terminación de la ausencia legal representante dativo y el legítimo no
privilegiados tendrán que rendir cuentas de su gestión al frente del patrimonio.
12.4.- La declaración de fallecimiento.
12.4.1.- Concepto.
“La declaración de fallecimiento se tramita mediante un expediente de jurisdicción voluntaria e implica,
siempre y cuando se pruebe suficientemente la concurrencia de los requisitos establecidos en los artículos
193 y 194 CC, la apertura de la sucesión de los bienes del ausente.”
En esta fase el incremento notable de las posibilidades de que la persona ausente haya fallecido bien por el
transcurso de prolongados periodos de tiempo, bien por haberse verificado la desaparición con ocasión de
ciertos sucesos que entrañaban un claro riesgo para la vida.
Para solicitar la declaración de fallecimiento no se requiere desde luego la declaración previa de ausencia
legal el procedimiento puede ser dictado por cualquier parte interesada o por el ministerio fiscal.
Para iniciar este proceso se utilizan las mismas garantías que en la ausencia se publica en el BOE y en el
tablón del ayuntamiento de la localidad en que el ausente hubiera tenido su último domicilio.
Si el secretario judicial una vez evaluadas todas las pruebas dicta decreto de declaración de fallecimiento la
persona desaparecida pasa a considerarse persona fallecida.
12.4.2.- Supuestos de la declaración judicial de fallecimiento.
- Declaración de fallecimiento por desaparición prolongada.
- 10 años desde las últimas noticias habidas o, a falta de estas, desde la desaparición.
- 5 años desde las últimas noticias habidas o, en su defecto, desde la desaparición, si al expirar dicho plazo
hubiere cumplido el ausente 75 años.
Los plazos se computan desde la expiración del año natural en que se tuvieron las últimas noticias o del año
en que tuvo lugar la desaparición.
- Declaración de fallecimiento en los casos de inminente riesgo de muerte
1.- Violencia contra la vida o siniestro: Si la persona desaparece en riesgo de violencia contra la vida, el
plazo será de 1 año desde la fecha de la desaparición.
2.- Desaparición en operaciones de campaña: Cuando se trate de personas que pertenecían a un
contingente armado, el plazo será de 2 años contados desde el tratado de paz o desde la declaración oficial
de fin de guerra
3.- Desaparición en un naufragio o siniestro aéreo:
a) Podrá decretarse la declaración de fallecimiento de los que resulte acreditado que se encontraban a
bordo de una nave cuyo naufragio o desaparición por inmersión en el mar se haya comprobado, o a bordo
de una aeronave cuyo siniestro se haya verificado y haya evidencias racionales de ausencia de
supervivientes. En tal caso se instará por el ministerio fiscal inmediatamente después del siniestro.
b) En caso de accidente aéreo o marítimo, si no se tuviera noticias de las personas que se encontraban a
bordo de la nave o aeronave cuyo siniestro se haya verificado o, en caso de haberse encontrado restos
humanos, en tales supuestos y no hubieren podido ser identificados, podrá instarse en la declaración de
fallecimiento por el ministerio fiscal luego que hayan transcurrido 8 días.
c) En el supuesto de que una nave que se presuma naufragada o desaparecida por inmersión en el mar, por
no llegar a su destino, o si careciendo de punto fijo de arribo, no retornase y haya evidencias racionales de
ausencia de supervivientes, podrá solicitarse la declaración de fallecimiento luego que en cualquiera de los
casos haya transcurrido 1 mes contado desde las últimas noticias recibidas o, por falta de estas, desde la
fecha de salida de la nave del puerto inicial del viaje.
d) Una aeronave que se presuma siniestrada al realizar el viaje sobre mares, zonas desérticas o inhabitadas,
por no llegar a su destino, o si careciendo de punto fijo de arribo, no retornase, y haya evidencias racionales
de ausencia de supervivientes en tal caso, procede la declaración de fallecimiento luego que en cualquiera
de los casos expuestos haya transcurrido 1 mes contando desde las últimas noticias de las personas o de la
aeronave y, en su defecto, desde la fecha de inicio del viaje. Si éste se hiciera por etapas, el plazo indicado
se computará desde el punto de despegue de que se recibieron las últimas noticias.
12.4.3.- Efectos de la declaración de fallecimiento.
“La declaración de fallecimiento provoca, como efecto civil más importante, la apertura de la sucesión
hereditaria del ausente, lo cual conducirá al llamamiento de las personas que habrán de sucederle en
función de la fecha en que se entienda que ha tenido lugar la muerte.”
Se ha de tener en cuenta que el grado de certeza acerca del fallecimiento del desaparecido no es absoluto y
cabe por tanto la posibilidad de que este aparezca por tanto el código civil contempla una serie de cautelas:
- Obliga a los sucesores a formar un inventario detallado de los bienes muebles y una descripción de los
inmuebles.
- Prohíbe a los herederos realizar actos de disposición a título gratuito hasta cinco años después de la
declaración de fallecimiento.
- Los legados no serán entregados hasta el transcurso de cinco años después de la declaración de
fallecimiento.
La declaración de fallecimiento también provoca la disolución del matrimonio por lo que el cónyuge del
desaparecido podrá contraer nuevas nupcias. Finalmente la declaración de fallecimiento pone fin a la
situación de ausencia legal, lo que determina el cese del representante legal.
12.4.4.- Revocación de la declaración de fallecimiento.
“Si se presentare alguna persona que dijese ser el declarado fallecido, el secretario judicial ordenará que sea
identificada por los medios adecuados, convocando comparecencia de todos los que intervinieron en el
expediente de declaración, y dictará decreto dentro de los tres días siguientes por el que se dejará sin efecto
o se ratificará en la resolución de declaración de fallecimiento”.
“Si no se presentaré, pero si tuviera noticias de su supuesta existencia en paradero conocido, se notificará
personalmente al presunto afectado en la resolución de declaración de fallecimiento, requiriéndole para que
en plazo de 20 días aporte las pruebas de su identidad. Transcurrido el plazo, el secretario judicial convocará
en la comparecencia referida y dictará la resolución que proceda dentro de los tres días siguientes.”
El declarado fallecido recuperará sus bienes en el estado en que se encuentren y si estos hubieran sido
vendidos, podrá reclamar el precio o los bienes que se hubieran obtenido con su venta. No obstante no
podrá reclamar a sus sucesores rentas, frutos ni productos obtenidos con los bienes que compusieran el
caudal hereditario de su sucesión, sino desde el día de su presencia o de la declaración de no haber muerto.
En el ámbito personal recuperará la patria potestad respecto de sus hijos pero puesto que la disolución del
matrimonio es definitiva no podrá exigir la reanudación del vínculo matrimonial extinguido.
Finalmente la situación de declaración de fallecimiento también se extingue probando la muerte de la
persona. En este caso desaparece la incertidumbre que aún pendía sobre la existencia de la persona
desaparecida y habrá que declarar judicialmente la fecha de fallecimiento.
13.-Derechos de la personalidad.
13.1.- Concepto.
“Los derechos de la personalidad son derechos subjetivos que protegen manifestaciones concretas de la
personalidad.”
13.2.- Derechos fundamentales y derecho de la personalidad.
“Con las expresiones derechos fundamentales o derechos de la personalidad se suele hacer referencia a un
conjunto de derechos inherentes a la propia persona que todo ordenamiento jurídico debe respetar porque
constituyen manifestaciones de la dignidad de la persona y de su propia esfera individual.”
La CE registra lo que la doctrina denomina derechos de ámbito personal y de la esfera privada. La CE ha
recogido estos derechos y los ha positivizado convirtiéndolos en derechos fundamentales.
13.3.- Caracteres de estos derechos.
- Son derechos innatos: su atribución por el ordenamiento jurídico tiene como único presupuesto la
personalidad, adquirida con el nacimiento.
- Son derechos inherentes: al ser humano, por su titular sin posibilidad de transmitirlos o enajenarlos a otra
persona. Son asimismo, irrenunciables e imprescriptibles.
- Son derechos extrapatrimonial: son excluidos del comercio de los hombres.
- Son derechos absolutos: son oponibles erga omnes, frente a todos (privados o públicos). Los derechos de
la personalidad, en tanto que sustentados en la dignidad de la persona y el libre desarrollo de la
personalidad deben ser objeto de respeto general.
13.4.- La tutela de los derechos de la personalidad.
- Tutela constitucional, al poder aplicarse a los derechos de la personalidad las vías de protección de los
derechos fundamentales que la CE reconoce.
- Tutela civil, en cuanto se puede ejercitar la acción de resarcimiento de daños y perjuicios ante el daño,
material o moral, generado.
- Tutela penal, cuando la infracción es tipificada como conducta delictiva.
13.5.- Clasificación instrumental.
- Derechos relativos a la esfera corporal
- Derechos relativos a la esfera espiritual de la persona.
14.- Derechos de la personalidad en la esfera física de la persona.
14.1.- El derecho a la vida.
“El artículo 15 de la CE proclama que todos tienen derecho a la vida y, en relación con el artículo 10.1 de la
CE, prohíbe que en ningún caso pueden ser sometidos a torturas ni a penas o tratos inhumanos o
degradante. En el último inciso, declara la abolición de la pena de muerte salvo lo que puedan disponer las
leyes penales militares para tiempos de guerra. El derecho a la vida se presenta como un bien básico y
esencial, fundamento y asiento de los demás.”
Se excluye la admisibilidad por el momento de la eutanasia entendida como auxilio para que el individuo
que lo desea ponga fin a su vida.
El derecho a la vida opera como causa de justificación de los actos dirigidos a preservarla, actos que pueden
constituir legítima defensa o estado de necesidad.
14.2.- El derecho a la integridad física y moral.
“El artículo 15 CE reconoce el derecho a la integridad física y moral de la persona. La persona, como la vida,
en general carece de poder de disposición sobre su propio cuerpo y sus atributos corporales. Así pues, solo
son limitadas y condicionalmente disponibles según la legislación existente hasta el efecto, y ahora por el
principio de mejora de la salud o de interés general (extracción y trasplante de órganos, técnicas de
reproducción asistida, etc.)”. La integridad corporal recibe la tutela del CP.
14.2.1.- Extracción y trasplante de órganos.
- La obtención de órganos de personas vivas
Siempre será la donación de carácter gratuito, y será con finalidad terapéutica, para su posterior trasplante
a otra persona con problemas graves de salud, los requisitos son:
- El donante debe ser mayor de edad, gozar de plenas facultades y de un estado de salud adecuado.
- Debe tratarse de un órgano o parte de el, cuya obtención sea compatible con la vida, y su función pueda
ser compensada por el organismo de forma segura y adecuada.
Se informara detalladamente al juzgado de 1ª instancia.
Se le leerán toda la información requerida al donante, y este deberá otorgar su conocimiento expreso, a
través de un documento de cesión ante el juez en una comparecencia. Entre la firma de este documento y
la operación deberán pasar 24 horas, por si el donante se arrepentirá, y decide cancelar la donación, en
cualquier momento antes de la operación.
- La extracción de órganos de personas fallecidas: la regla del consentimiento presunto.
El consentimiento presunto, permite que una persona fallecida pueda donar órganos, siempre y cuando se
constate que no se negó nunca.
14.2.2.- Técnicas de reproducción asistida.
La mujer mayor de 18 años, y con plena capacidad de obrar, podrá ser receptora o usuaria de este tipo de
técnicas, mientras haya prestado su consentimiento libre y voluntario. Solo se realizarán cuando haya
posibilidades de un éxito y que no pongan en peligro la salud, física, y psíquica de la mujer o de la
descendencia.
La identidad del donante será anónima, en un contrato gratuito, y formal, confidencial entre el donante y el
centro autorizado. Los donantes deberán tener 18 años como mínimo, buen estado de salud psicofísica y
plena capacidad de obrar.
Los contratos de gestación subrogada o por sustitución, en España están prohibidos siendo nulos de pleno
derecho.
14.2.3.- Utilización de embriones o fetos humanos.
Los embriones o fetos humanos, solo podrán ser donados con fines de investigación biomédica. Nunca se
podrá parar un embarazo para donar el feto.
Se requiere consentimiento informado completo de sus fines, y deberá ser otorgado de forma expresa y por
escrito.
14.3.- Los derechos de libertad ideológica, religiosa y de expresión.
“El artículo 16 CE establece: 1 se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las
comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden
público protegido por la ley. 2 nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3 ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas
de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y
las demás confesiones.”
14.4.- El derecho a la libertad y seguridad personal.
“El artículo 17 CE reconoce estos derechos. El derecho a la libertad y seguridad personal es consistente en la
posibilidad que tiene la persona de determinar libremente su conducta como así como de actuar, también
libremente, de conformidad con dicha determinación. Éste derecho implica la capacidad de adaptar y
ejecutar con libertad las propias decisiones.”
Se requiere una causa precisa para privar de libertad a una persona.
15.- Derecho al honor, intimidad e imagen propia. La protección frente al tratamiento de datos de
carácter personal. La inviolabilidad del domicilio. El secreto de la comunicaciones. Libertad de residencia
y desplazamiento.
15.1.- Regulación.
15.1.1.- Reconocimiento y protección jurisprudencial.
El CC no recoge la protección de los derechos de la personalidad.
- Regulación legal.
“El artículo 18.1 CE garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen,
configurándolos como derechos fundamentales con la consiguiente protección cualificada establecida en el
número dos del artículo 53 CE: el recurso de amparo.
El artículo 20.4 CE configura estos derechos como un límite constitucional a la libertad de expresión
información”.
- LO 1/1982 de 5 mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la
propia imagen.
- LO 2/1984, 26 de marzo, que regula el derecho a la rectificación.
- LO 3/2018, 5 diciembre de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales.
- Protección penal, de calumnias e injurias, de art. 205 a 216 CP.
15.1.2.- Tutela judicial del derecho al honor, intimidad e imagen.
- Tutela civil y penal.
Se puede solicitar la tutela efectiva tanto penalmente como civilmente.
Penalmente incluirá la indemnización de los daños causados.
- Los cauces procesales.
Las demandas de tutela jurisdiccional civil de los derechos fundamentales, salvo las relativas al derecho de
rectificación, se tramitaran por el procedimiento declarativo ordinario.
Asimismo, de acuerdo con la jurisprudencia del TC, es aplicable el recurso de amparo frente a las sentencias
judiciales que no reconozcan estos derechos fundamentales o su lesión.
- Contenido de la tutela.
1.- El restablecimiento del perjudicado en pleno disfrute de sus derechos con la declaración de la
intromisión sufrida, el cese inmediato de la misma y la reposición del estado anterior. Entre las medidas que
pueden adoptarse aunque no suelen ser frecuentes se pueden incluir el secuestro de una publicación o bien
la suspensión de la emisión de determinados programas de radio televisión.
En caso de intromisión en el derecho al honor, el restablecimiento del derecho violado incluirá, sin perjuicio
del derecho de réplica (esto es, de rectificación de los hechos y noticias indebidamente difundidos). Con la
publicación total o parcial de la sentencia condenatoria a costa del condenado con al menos la misma
difusión pública que tuvo la intromisión sufrida.
2.- Prevenir intromisiones inminentes o ulteriores. Se pretende evitar que la vulneración del derecho vuelve
a producirse con esta medida de carácter preventivo.
3.- Indemnización de los daños y prejuicios causados, la indemnización se extenderá al daño moral, que
valorará las circunstancias del caso y la gravedad de la lesión, y tendrá en cuenta la difusión o audiencia del
medio a través del que se haya producido.
4.- La apropiación por el perjudicado del lucro obtenido con la intromisión legítima en sus derechos.
Si son varios los responsables de la intromisión ilegitima su responsabilidad es solidaria.
- Legitimación.
Cualquier persona que se encuentre afectado por la intromisión ilegítima está legitimado, como es lógico,
para interponer las acciones protectoras de sus derechos.
El TC, admite que la personalidad del sujeto se extiende mas allá de la muerte, y por tanto también ha de
ser protegido constitucionalmente.
- Plazo de ejercicio de las acciones protectoras.
“Las acciones civiles de reparaciones e indemnización frente a los atentados a los derechos del honor,
intimidad y propia imagen caducan a los 4 años desde que el legitimado pudo ejercitarlas.”
15.1.3.- La relación entre los derechos al honor, intimidad y propia imagen.
“El TC tiene declarado que los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen, consagrados en el
artículo 18.1 CE, a pesar de su estrecha relación en tanto que derechos de la personalidad derivados de la
dignidad humana y dirigidas a la protección del patrimonio moral de las personas tienen, no obstante, un
contenido propio y específico.”
15.1.4.- Honor, intimidad y propia imagen: concepto y contenido.
- Honor.
En nuestro ordenamiento carecemos de una definición del honor, por lo que constituye un concepto
determinado desde una perspectiva jurídica.
El contenido del derecho fundamental al honor es sin duda, dependiente de las normas, valores e ideas
sociales vigentes en cada momento, y, además, es un derecho respecto al cual las circunstancias concretas
en que se producen los hechos y las ideas dominantes que la sociedad tiene sobre la valoración de aquel
son especialmente significativas para determinar si se ha producido o no lesión.
El TC en un primer momento se fundamentó en la tradicional distinción entre honor en sentido subjetivo o
honor en sentido objetivo.
El honor queda integrado por 2 aspectos:
- Inmanencia: la estima que cada uno tiene de sí mismo. (sentido subjetivo)
- Trascendencia o exterioridad: el reconocimiento de los demás de nuestra dignidad. (sentido objetivo)
En la actualidad el TC, ha abandonado la vertiente subjetiva, para centrase solo en la objetiva.
El ámbito del honor, no es solo interno, personal y familiar, sino también, y fundamentalmente externo,
social y profesional.
La intromisión ilegítima en el derecho al honor debe apoyarse en la divulgación de expresiones insultantes,
difamatorias y vejatorias, con independencia de la intención del atacante, pudiendo firmarse al respeto que,
tras haber causado un ataque al derecho al honor, carece de trascendencia la intención del autor.
El derecho al honor comprende en su ámbito de acción la actividad y el prestigio profesional de una
persona cuando la difusión de hechos relativos al desarrollo y ejercicio de su actividad profesional exceden
de la crítica libre a la labor profesional, y siempre que por su naturaleza, características y formas en que se
hace la divulgación la hagan desmerecer en la consideración ajena de su dignidad como persona.
Las personas jurídicas también son titulares del derecho al honor.
El TC considerará que el significado del derecho al honor incluye dentro de su ámbito de protección a las
personas jurídicas de derecho privado con el objetivo de asegurar el desarrollo libre de su actividad. No
ocurre lo mismo con las instituciones públicas. El TC reconoce la protección del honor de colectivos sin
personalidad con el solo hecho de que haya un nexo de unión entre sus intereses.
- Intimidad personal y familiar.
El derecho a la intimidad consiste en el reconocimiento al individuo de una esfera de vida personal exclusiva
y excluyente que se haya protegido frente a las posibles injerencias de terceros y en la que puede
desarrollarse con libertad. El derecho en la intimidad permite excluir del conocimiento ajeno todo cuanto
hace referencia a la propia persona, así como atribuye a su titular el control de los datos e información
relativos a su persona.
La intimidad está protegida incluso frente a la verdad. Siempre que se trate de la vida privada, sobre la que
el público no tenga un interés legítimo en conocer, la divulgación de hechos ciertos es ilícita.
El contenido de la intimidad personal es amplio y variado, hace referencia a datos biológicos, espirituales, o
caracterológicos que componen el ser de una persona.
- La intimidad familiar.
El derecho a la intimidad personal y familiar se extiende, no solo a los aspectos de la vida propia y personal,
sino también a determinados aspectos de la vida de otras personas con las que se guarda una especial y
estrecha vinculación como es la familiar.
- Propia imagen.
El derecho a la propia imagen ha sido definido por nuestro TS como la facultad exclusiva del interesado a
difundir o publicar su propia imagen y, por ende, su derecho a evitar su reproducción, en tanto en cuanto se
trata de un derecho de la personalidad.
El derecho a la imagen comprende un aspecto positivo, el derecho a reproducir y publicar la propia imagen,
y un aspecto negativo, impedir a terceros no autorizados su obtención, reproducción y publicación.
15.1.5.- Ámbito de protección.
El legislador somete a la protección ofrecida por el texto legal, de un lado, a lo que establezcan las leyes y
usos sociales y de otro al propio concepto que cada persona, según sus actos, mantenga al respecto y
determine sus pautas de comportamiento.
La ley, constituye el principal criterio delimitador.
Los usos sociales, comprende la:
- posición, actuación y talante del ofendido.
- su proyección publica.
- el contexto en que se produjo la intromisión, presuntamente ilegitima.
Los propios actos del presunto ofendido, no cabe la protección cuando la propia persona ha cometido actos
que han ido contra su propio deshonor.
El TC viene a señalar que, cuando la propia persona, con su conducta, genera en los terceros la confianza
razonable en una determinada configuración personal de su esfera íntima no puede después sorprendernos
exigiendo un respeto como si aquella esfera fuese distinta. Se trata, pues, de la coherencia con la doctrina
de los propios actos y del principio general de la buena fe.
15.1.6.- Honor, intimidad, propia imagen, libertad de expresión y derecho a dar y recibir información.
- Primera fase: prevalencia del derecho al honor, intimidad y propia imagen.
- Segunda fase: ponderación de los bienes en pugna.
- Tercera fase: posición preferente de las libertades de expresión e información.
En cualquier caso, el TC no otorga a las libertades de expresión de información de un valor preferente de
manera absoluta. La posición preferente solo puede predicarse respecto de las tres citadas libertades
cuando estas contribuyen a formar la opinión pública libre, algo que tendrá lugar cuando concurran
determinadas circunstancias.
Hay que distinguir entre el derecho de libertad de expresión y el derecho a la información.
Libertad de expresión: expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la
palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
No se le puede exigir la prueba de veracidad, ni la de su averiguación.
Derecho a la información: comunicar y recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión
cuyo objeto sean los hechos noticiables.
- El derecho a la libertad de expresión y sus limites.
La libertad de expresión tiene por objeto pensamientos, ideas, opiniones y juicios de valor.
Solo la relevancia comunitaria puede justificar la exigencia de que se asuman aquellas perturbaciones o
molestias ocasionadas por la difusión de una determinada noticia.
La libertad de expresión no puede justificar la atribución a una persona, con identificación plena, de hechos
que lo hagan desmerecer del aprecio y respeto publico, y reprobables, a todas luces, sean cuales, fueren los
usos sociales del momento.
- Libertad de información y sus limites.
Tanto el TS como el TC ha manifestado reiteradamente que: el derecho a la libertad de información
prevalece sobre los derechos al honor y a la intimidad cuando la información transmitía sea verdad y esté
referido a asuntos públicos que son de interés general por las materias a qué se refiere y por las personas
que en ellos intervienen.
- Veracidad.
Cabe decir que ha de tratarse de una información, en su conjunto, obtenida con rectitud y difundida, aún
cuando su verdad objetiva sea controvertible.
- Interés general y relevancia publica.
El segundo requisito hace referencia al interés y relevancia de la información divulgada, en tanto que la
libertad de información se refiere a la difusión de aquellos hechos que merecen ser considerados como
noticiable, porque hay un interés general en el conocimiento de los datos o antecedentes sobre los que
versa.
- Adecuación o moderación de las expresiones.
No se pueden utilizar expresiones faltantes o insulto para referirse a información.
15.1.7.- Conductas constitutivas de intromisiones ilegitimas.
Se determina cuando se produce una vulneración del derecho al honor, intimidad personal y familiar y a la
propia imagen.
- Supuestos.
Utilización de aparatos de escucha como dispositivos ópticos, o de cualquier otro medio para el
conocimiento de la vida íntima de las personas o de manifiesto acciones o cartas privadas no destinadas a
quien haga uso de tales medios como así su grabación, registro o reproducción.
La divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que afecten a su reputación y
buen nombre, así la revelación o publicación del contenido de cartas, memorias u otros escritos personales
de carácter íntimo.
Para que se produzca la intromisión es necesaria la divulgación de ciertos hechos que se pongan en
conocimiento público y a los cuales se les de publicidad.
La revelación de datos privados de una persona o familia conocidos por medio de la actividad profesional u
oficial de quien los revela. La captación, reproducción o publicación por fotografía, filme o cualquier otro
procedimientos de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida privada o fuera de ellos,
salvo los casos previstos en el artículo 8.2. Se distinguen tres momentos: captación, reproducción y
publicación. Para cada uno de ellos se debe prestar el consentimiento excluyente de la intromisión ilegítima.
La utilización del nombre, la voz o la imagen de una persona para fines publicitarios, comerciales o de
naturaleza análoga.
15.1.8.- Alguna casuística.
- Difusión análisis clínicos. STS de 13 marzo 1989.
- STS de 2 diciembre 1993.
- STS de 27 marzo 1998.
15.1.9.- Causas que eliminan la ilicitud.
Hay algunas causas que eliminan la ilicitud de la intromisión en estos derechos, son las siguientes.
- Causas de justificación.
No serán intromisiones ilegales, cuando las causas de esa intromisión sean apoyadas por la ley (escuchas
telefónicas con orden judicial de un investigado, etc..).
Se trata de colectivos de sujetos agrupados para la defensa de intereses profesionales, creados a iniciativa
del poder público y a los cuales se le atribuyen ciertas funciones públicas. Podemos decir que ocupan una
posición híbrida entre las organizaciones de derecho público en sentido estricto y las asociaciones privadas.
2.- Personas jurídicas de derecho privado e interés publico o general.
Son de derecho privado de interés público las fundaciones y las asociaciones en sentido estricto. Las
asociaciones en sentido estricto son un colectivo de personas que colabora para perseguir un fin común
para la consecución del cual crean la correspondiente organización. Las fundaciones son organizaciones
creadas de forma unilateral mediante la dotación de recursos económicos afectos a la realización de un fin
de interés general.
Se trata de organizaciones de derecho privado porque surgen por iniciativa de los particulares, su
reglamentación es fijada por los particulares dentro de los límites impuestos por el ordenamiento, su
personalidad jurídica implica que actúan en el tráfico como particulares, no revestidos de potestad de
imperio. Por otro lado, responden a un interés público o general en cuanto que estas personas jurídicas no
tienen como finalidad obtener ganancias para su posterior repartición.
3.- Personas jurídicas de derecho privado e interés particular.
Las asociaciones de interés particular o asociaciones en sentido amplio son las personas de derecho privado
e interés particular.
Debemos entender la locución interés particular como sinónimo de interés lucrativo, y por eso estas
asociaciones se corresponden con la categoría de las llamadas sociedades.
16.2.- Régimen jurídico general de las personas jurídicas.
16.2.1.- Adquisición de la personalidad.
- Sistemas de atribución de personalidad.
Se pueden distinguir 2 grandes sistemas de atribución o adquisición de la personalidad jurídica.
1.- Atribución singular: especifica o por concesión de la personalidad jurídica. Con este sistema, el
ordenamiento faculta a la autoridad pública (administrativa o judicial) para conceder otorgar la
personalidad jurídica caso por caso. La actividad de concesión puede ser discrecional o bien estar reglada.
2.- Atribución general de la personalidad jurídica: el derecho señala los requisitos necesarios para que una
organización acceda al status de persona jurídica, de tal suerte que reunidos esos requisitos la organización
adquiere la personalidad con carácter automático.
a) Atribución de la personalidad por mera constitución: este sistema es propio de los ordenamientos que no
exige ningún requisito adicional respecto de los normalmente exigidos para entender que existe la propia
organización.
b) Sistemas que imponen requisitos adicionales y específicos para adquirir la personalidad. Forma,
inscripción en un registro, deposito de documentación en una oficina publica administrativa, etc…
16.2.4.- Vecindad.
El CC no tiene en cuenta la cuestión de la vecindad civil de las personas jurídicas solo Navarra tiene normas
sobre esta materia.
16.2.5.- Capacidad.
- Consideraciones generales.
Las personas jurídicas, al igual que las personas físicas, gozan de una capacidad que les permite ser titulares
de derechos, deberes y relaciones jurídicas. Esta capacidad civil será regulada, según el tipo de persona
jurídica de que se trate, por la ley creadora o reconocedora de la corporación, por los estatutos de la
asociación y por la reglas de la institución de la fundación.
Las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todas clases, contraer obligaciones y ejercitar
acciones civiles o criminales conforme a las leyes y reglas de su constitución. Ahora bien, la capacidad de las
personas jurídicas cuenta con límites, pues no pueden llevar a cabo ciertos actos que por su propia
naturaleza están reservados a las personas físicas.
- Capacidad y fines de la persona jurídica.
De acuerdo con lo establecido en la legislación mercantil, los terceros de buena fe no pueden verse
perjudicados, provocándose entonces la vinculación de la sociedad con el tercero, independientemente de
las responsabilidades en que haya podido incurrir el representante que se extralimitó de la persona jurídica.
- Supuestos específicos de capacidad.
- Derechos fundamentales: el derecho al honor de las personas jurídicas.
En cualquier caso, todo depende del concepto de derecho al honor del que se parte, pues potenciando la
concepción objetiva de honor (estima ajena) incluyendo la estima profesional en él, cabe convenir en la
protección de los entes personificados.
- Actos patrimoniales: las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todo tipo. Asimismo como
pueden llevar a cabo actos que son fuente de obligaciones (como contratar). No obstante el legislador prevé
algunas excepciones como constituir usufructo a favor de la persona jurídica por tiempo superior a 30 años.
- Actos ilícitos: como la personalidad jurídica es una técnica de imputación, nada impide que el
ordenamiento impute las consecuencias de los hechos ilícitos a las organizaciones. Ahora bien dado que la
persona jurídica no puede provocar un daño por sí misma, hay que dilucidar los requisitos que permiten
imputar a la persona jurídica el proceder ilegal o desleal de sus representantes:
a) La administración responde por daños causados por sus funcionarios y asimilados.
b) Cuando se trata de personas jurídicas privadas, los daños provocados por quienes actúen por la
organización, siempre que sean debidos a actos o decisiones razonablemente referibles al objeto, fin y
actividad de la organización, deben ser resarcidos por la persona jurídica sin prejuicio de la responsabilidad
del causante directo del daño.
Desde un punto de vista penal, se puede imputar a una persona jurídica siempre que se constate la
comisión de un delito que haya tenido que cometerse por quien ostente cargos o funciones aun cuando la
concreta persona física responsable no haya sido individualizada o no haya sido posible dirigir el
procedimiento contra ella.
16.2.6.- Organización y representación de las personas jurídicas.
Este mecanismo es el que suele conocerse con el nombre de representación orgánica, en tanto que esas
personas actúan como si fueran órganos de la entidad personificada.
La voluntad es emitida por personas físicas, pero sus decisiones y actos jurídicos son considerados como
propios de las personas.
16.2.7.- La autonomía patrimonial de las personas jurídicas.
Las personas jurídicas ostentan la titularidad de un patrimonio que sirve para el cumplimiento de sus
propios fines. Ese patrimonio es diferente de los patrimonios de los miembros de la organización y soporte
de sus propias deudas y responsabilidades (patrimonio autónomo).
16.2.8.- Extinción.
El artículo 39 del CC enumera las causas generales de extinción de las personas jurídicas: la expiración del
plazo, la realización del fin y la imposibilidad de su cumplimiento.
1.- Haber alcanzado el fin asignado a la organización.
2.- La imposibilidad de alcanzar el fin.
3.- La desaparición del sustrato social que merece la personificación constituye igualmente causa de
extinción.
4.- El cumplimiento del plazo para el que la organización fue constituida.
La existencia de una causa de extinción abre un periodo liquidativo durante el que perdura la personalidad
jurídica y cuya finalidad es la de extinguir de manera definitiva las relaciones jurídicas, básicamente
patrimoniales. El remanente de patrimonio que quede se le dará destino que se eligió en el acto
constitutivo.
16.2.9.- Hermetismo y abuso de la personalidad jurídica.
Para evitar estos excesos se ha desarrollado la técnica conocida con el nombre de abuso de la personalidad
jurídica o levantamiento del velo de la personalidad, en virtud de la cual el juez está autorizado a penetrar
en el esquema Formal de la persona jurídica para desvelar lo que se esconde en su trasfondo, aplicando, así
las normas que se querían eludir.
16.3.- Las asociaciones.
16.3.1.- Concepto y elementos.
La asociación es aquella organización no lucrativa mediante la cual una pluralidad de personas se unen para
la consecución de un fin común. Cuando esta organización reúne los requisitos señalados en la legislación
vigente, el derecho la considera persona jurídica independiente de sus miembros. Los elementos del
concepto de asociación son:
- La existencia de una pluralidad de 2 o mas personas naturales, pero también jurídicas (como las
federaciones), miembros de la asociación.
- Un fin común.
- La existencia de una organización puesta al servicio de la consecución de ese fin.
Sé consideran ilícitas las asociaciones que persigan fines tipificados como delitos, y aquellas que vayan
contra la ley, la moral o al orden público. Quedan prohibidas expresamente las asociaciones secretas y las
de carácter paramilitar.
La CE da ciertos limites a la organización a la hora de su libertad organizativa, como una composición
democrática para partidos políticos, sindicatos, colegios profesionales. Y prohíbe asociaciones ilícitas y
paramilitares.
16.3.2.- Legislación sobre asociaciones.
Las asociaciones sin fin lucrativo han sido vistas tradicionalmente con desconfianza por el legislador del
Estado liberal desconfianza que ha tenido su reflejo en la legislación positiva aplicable en cada momento a
estas personas jurídicas.
En la actualidad el régimen jurídico de las asociaciones se encuentra regulado con carácter general en la
reciente aprobada ley 1/2002 de 22 de marzo. También según el tipo de asociación se aplica la normativa
especial a los partidos políticos, sindicatos, asociaciones religiosas, asociaciones de consumidores,
asociaciones deportivas, o las asociaciones de padres de alumnos. También regirá la legislación foral sobre
estos temas.
16.3.3.- El derecho de asociación del art. 22 CE.
El derecho de asociación se consagra en el art. 22, como un derecho fundamental, y la libre constitución de
asociaciones para cualquier fin y con cualquier estructura (salvo las asociaciones ilícitas, o contrarias a la ley,
moral o el orden publico, que entonces serian ilegales), generando así la libre organización y actuación de
las asociaciones. Permitiendo así, el reconocimiento de este derecho de los españoles y extranjeros, y la
eliminación de los controles administrativos que la restringían. Se han de inscribir en un registro, a efectos
de publicidad.
16.3.4.- Clases de asociaciones.
- Asociaciones de relevancia constitucional: organizaciones básicas imprescindibles para el funcionamiento
del Estado social de derecho. Respecto a ella se restringe su libertad organizativa, que tienen que ser
necesariamente democrática, y la libertad de elección de fines, que habrán de ser los propios del desarrollo
de sus funciones constitucionales.
Pertenecen a esta categoría los partidos políticos, los sindicatos y asociaciones empresariales, las
asociaciones y comunidades religiosas, o las asociaciones profesionales de jueces, Magistrados y fiscales.
- Asociaciones de configuración legal: agrupaciones que desempeñan funciones públicas de carácter
administrativo, razón por la cual cabe restringir su libertad de asociación imponiendo, por ejemplo, la
filiación obligatoria (por ejemplo, en los colegios profesionales), determinando la vigencia del principio
democrático en su organización y funcionamiento (las asociaciones de consumidores y usuarios) o exigiendo
determinados requisitos configuradores (cómo acceder a un registro determinado, estructurarse de una
forma determinada, superar una serie de etapas de su constitución, etc.).
- Las asociaciones normales: en este tipo de asociaciones impera la libertad de asociación en todos sus
extremos. Su régimen jurídico queda establecido, de forma general en la ley de asociaciones del 2002.
16.3.5.- Asociaciones y sociedades.
El CC utiliza el termino asociación con 2 significados.
a) Para referirse a las asociaciones de interés publico.
b) Para referirse a las asociaciones de interés particular y lucrativo, también llamadas sociedades.
Por esta razón hablar en sentido amplio de asociaciones incluye todas la tipología de asociaciones (interés
particular o publico), o asociaciones en sentido estricto (interés publico e interés no lucrativo).
16.3.6.- Régimen jurídico.
a) Constitución de la asociación.
La constitución de una asociación precisa el acuerdo de voluntades de tres o más personas (físicas o
jurídicas) que se comprometan a poner en común medios de actividades tendentes a conseguir un fin lícito
y determinado. Este acuerdo se deberá formalizar mediante la denominada acta fundacional, la cual con un
contenido mínimo permitirá que la asociación adquiera personalidad jurídica y plena capacidad de obrar, sin
prejuicio de su inscripción obligatoria en el registro correspondiente. Las reglas básicas deben quedar
plasmadas en unos estatutos. El acuerdo también exige el consentimiento de los asociados fundadores
sobre los fines asociativos y las actividades a desarrollar para conseguirlo, así como las reglas básicas de
organización y funcionamiento de la asociación. Los estatutos tienen que contener los siguientes extremos:
- Denominación de la asociación
- El domicilio de la asociación, así como el ámbito territorial donde esta desarrolla sus actividades.
- La duración prevista para la asociación, o su constitución con carácter indefinido.
- Los fines y actividades de la asociación.
- Los procedimientos de admisión, sanción, baja y pérdida de la cualidad de socio.
- Los derechos y deberes de los socios.
- Los criterios que garanticen el funcionamiento democrático de la asociación.
- Los órganos de gobierno y de representación.
- El régimen de administración, contabilidad y documentación.
- El patrimonio inicial y los recursos económicos disponibles, así como el destino del patrimonio asociativo
en caso de disolución de la asociación.
b)Registro de asociaciones.
- Registro Nacional de asociaciones, donde quedaran inscritas las asociaciones estatales o de ámbito
supraautonómico y las extranjeras.
- Registro autonómico, que inscribirán aquellas asociaciones que trabajen en su ámbito territorial.
Descripción de la asociación deberá ser solicitada por sus proveedores en un plazo de tres meses desde su
constitución, y para ello tendrán que personarse con los documentos acreditativos del acta fundacional y de
sus estatutos.
c) Atribución de personalidad jurídica.
La personalidad jurídica se adquirirá por las asociaciones por su mera constitución con lo que la descripción
en el registro surtirá efectos solos de publicidad.
d) Composición y órganos: toda asociación estará integrada por:
- Los asociados: las personas que integran el colectivo humano en que consiste la asociación. Su régimen de
alta o baja debe estar integrado en los estatutos, y tienen derechos y deberes.
- La asamblea general: todos los socios forman parte de ella, es el órgano supremo de gobierno de la
asociación que adopta sus acuerdos por el principio mayoritario o de democracia interna.
- Junta directiva: que ejerce funciones de gestión, y representación de los intereses de la asociación, de
acuerdo con las directivas de la asamblea general.
e) Adopción de acuerdos:
Se adoptaran conforme a lo establecido por los estatutos, y conforme a la aplicación del principio
mayoritario o de democracia interna en sus reuniones.
f) Régimen económico:
Las asociaciones funcionarán en el plano económico presididas por la ausencia de fines lucrativos, por lo
que deberán destinar los beneficios obtenidos por sus actividades al cumplimiento de sus fines estatutarios,
sin que quepa en ningún caso su reparto entre los asociados.
g) Disolución y liquidación:
Las asociaciones podrán disolverse por alguna de las causas expresamente previstas en sus estatutos o por
voluntad de sus asociados expresada en la Asamblea General. También por sentencia firme. Una vez
disuelta se deberá proceder a liquidar su patrimonio.
16.3.7.- Las asociaciones de utilidad publica.
Las asociaciones cuyos fines estatutarios tienden a promover el interés general podrán ser declaradas de
utilidad pública siempre y cuando cumplan el resto de requisitos establecidos por la ley. La declaración de
utilidad pública implica la atribución de un estatus privilegiado que permite gozar de excepciones o
beneficios fiscales, subvenciones. A cambio de utilizar la mención de utilidad pública en todos sus
documentos deberán rendir cuentas anuales ante la autoridad.
16.4.- Las fundaciones.
16.4.1.- Concepto y régimen legal.
La fundación es una persona jurídica consistente en un patrimonio destinado establemente a un interés
general. Se diferencia de la asociación en que no existe un colectivo de personas, sino un conjunto de
elementos patrimoniales (universitas rerum), unificados por razón de su destino a un objetivo.
El régimen jurídico se encuentra en:
- Art. 34 CE, no siendo consagrado como derecho fundamental, si no como un derecho de los ciudadanos,
con reserva de Ley. Prohibiendo así las que no persigan el interés general, o utilicen medios ilícitos.
- CC dota de carta de naturaleza en sus art. 37 y 38, convirtiéndolas en personas jurídicas.
- Ley 50/2002 de 26 diciembre, de fundaciones.
- Normativa autonómica.
c) Intervención administrativa:
Las fundaciones son objeto de intervención pública por parte de las administraciones, dado que deberá
informar favorablemente sobre si los fines fundacionales son de interés general y sobre la suficiencia de la
dotación.
d) Organos:
- El patronato: es el órgano de gobierno de la fundación, que tiene las facultades de administración y
representación de la misma. El patronato se compone de un mínimo de tres miembros, denominados
patronos, uno de los cuales asume el cargo de presidente. Pueden ser patronos las personas físicas y las
jurídicas. El cargo de patrono debe aceptarse formalmente y constar en el registro de fundaciones.
El cargo de patronos es gratuito pero tienen derecho a las indemnizaciones pertinentes.
- El protectorado: la administración pública asume importantes funciones en materia de fundaciones
mediante el ejercicio del protectorado.
Corresponde este a las administraciones autonómicas para las fundaciones que desempeñan
principalmente sus actividades en sus respectivos territorios y a la administración general del Estado para
las fundaciones de ámbito nacional sus funciones primordiales son de asesoramiento, fomento y control de
las fundaciones.
e) Funcionamiento y actividades.
- Actos patrimoniales: el patrimonio fundacional puede estar compuesto por todo tipo de bienes y
derechos, cuya titularidad corresponde precisamente a la fundación, habiendo de inventariarse y constar en
el registro de fundaciones y en los restantes registros. Las decisiones sobre la gestión, administración y
disposición del patrimonio de la fundación competen al patronato, pero para determinados actos de
especial trascendencia exige la autorización o simple puesta en conocimiento del protectorado.
- Actos empresariales: Se permite el desempeño de actividades económicas cuyo objeto este relacionado
con los fines fundacionales.
Las fundaciones pueden ser titulares indirectas de actividades empresariales, mediante participaciones
sociales en sociedades de limitación de responsabilidad.
- Aplicación de ingresos: los rendimientos netos de las fundaciones, deducidos los impuestos, deben tener
3 asignaciones, satisfacer los fines fundacionales (un 70%), sufragar gastos de administración e incrementar,
su patrimonio.
f) Responsabilidad.
De las deudas de la fundación responde exclusivamente el patrimonio fundacional, sin que los patronos
deban responder personalmente, salvo en el caso previsto en el artículo 13 de la LF para cuando no se inste
tempestivamente la inscripción de la fundación en el pertinente registro.
g) Modificación, fusión y extinción.
- Modificación: se permite la modificación de los estatutos, tanto por razones de conveniencia como por
razones de necesidad. El protectorado puede asumir la iniciativa de reforma si el patronato permanece
inane En todo caso se requiere la autorización del protectorado, otorgamiento de escritura de modificación
e inscripción en el registro de fundaciones.
- Fusión: si no lo han prohibido los respectivos fundadores y resulta conveniente, los patronatos de varias
fundaciones pueden acordar la fusión de las mismas, pudiéndose oponer el protectorado por razones de
legalidad y acuerdo motivado.
- Extinción: son causas de extinción.
* De pleno derecho, la expiración del plazo
* Por acuerdo del patronato ratificado por el protectorado o, en defecto de cualquiera de ellos, por
resolución judicial motivada: el cumplimiento íntegro de los fines fundacionales, la caducidad del fin o la
imposibilidad de alcanzarlo (salvo que provoque modificación o fusión), o la concurrencia de cualquier otra
causa prevista en los estatutos.
* Como consecuencia de la fusión de fundaciones.
- Periodicidad: lo cual implica que los frutos son producciones periódicas, no ocasionales, aunque no se
exige que sean obtenidos a intervalos regulares y continuos.
- Conservación: de la sustancia de la cosa matriz que ha de mantener su valor y no verse disminuida.
- Observancia: del destino económico de la cosa libremente decidido por el propietario.
- Separabilidad, respecto a la cosa madre.
5.2.- Clases de frutos.
- Frutos naturales: las producciones espontaneas de la tierra, crías, y demás productos de los animales.
- Frutos industriales: los que producen los predios a beneficio del cultivo o trabajo.
- Frutos civiles: las rentas, o rendimientos económicos que percibe el propietario de un bien al otorgar el
derecho de goce a otras personas. (alquiler).
5.3..- Adquisición de los frutos.
Los frutos naturales e industriales se entienden percibidos desde que se alzan o separan. Mientras no llegue
ese momento serán frutos pendientes, y como vimos se considerarán inmuebles por incorporación. Así que
siguen el destino de la cosa principal.
Puede existir comercio con el futuro de esos frutos. (venta de la siguiente cosecha).
Los frutos civiles entienden producidos por días.
5.4.- Gastos de producción de los frutos.
El que recibe los frutos tienen la obligación de abonar los gastos efectuados por un tercero para su
producción, recolección y conservación.
6.- La relación jurídica. El derecho subjetivo.
6.1.- La relación jurídica.
6.1.1.- Concepto de relación jurídica.
Una relación jurídica supone la presencia de unos sujetos (2 como mínimo), un interés licito y tutelado y
una regla (en sentido genérico, o pueden ser varias) de derecho que la organice.
Toda relación jurídica implica un contenido positivo, facultades y poderes, y un contenido negativo, deberes.
Podemos definir la relación jurídica como la relación que se establece entre personas (sujetos) que tiene
como objeto intereses lícitos y considerados dignos de tutela por una regla de derecho, a cuyo fin atribuye
poderes y deberes correlativos.
6.1.2.- Sujetos de la relación jurídica.
La persona que tiene el derecho a algo se llama sujeto activo, en cuanto poner en marcha o en actividad la
situación de poder en que se encuentra. Por el contrario, quien se encuentra obligado a reconocer,
satisfacer o hacer efectivo el derecho de cualquier otra persona, merece la calificación de sujeto pasivo.
Puede haber cotitularidad de los dos, tanto sujeto activo, como sujeto pasivo.
6.1.3.- Objeto de la relación jurídica.
El objeto de la relación jurídica se identifica con el sector o ámbito de la realidad social que es acotado por
la relación.
6.1.4.- Contenido de la relación jurídica.
Se entiende como tal el entramado de derechos y deberes que vinculan a los sujetos o partes de la relación
jurídica, quienes, por principio, se sitúan bien en una posición de poder, o por el contrario, de deber.
- Situación poder: implica que una persona tiene autoridad suficiente para reclamar a cualesquiera otras
una posición de sumisión y respeto de dicho derecho.
- Situación de deber: implica que un determinado sujeto se encuentra vinculado a la realización de un
determinado comportamiento respetuoso del derecho ostentado por cualquier otra persona. La idea de
deber jurídico esta siempre acompañada por la responsabilidad (se entiende la necesidad de soportar las
consecuencias; sanción; que acarrea el incumplimiento del deber jurídico).
Una situación de poder, supone simultáneamente una posición correspectiva de deber.
- Facultades.
Con el término facultades se conocen las distintas posibilidades de actuación integradas en el derecho
subjetivo que, en muchas ocasiones, son susceptibles de distribución y utilización separada por parte de su
titular. Son posibilidades concretas de actuación que se atribuyen a la persona como contenido de un
derecho subjetivo más amplio.
6.2.3.- Estructura técnica del derecho subjetivo.
- Sujeto del derecho subjetivo.
En todo derecho subjetivo es necesaria la presencia de un sujeto, es decir, la persona a la que pertenece el
poder en el que consiste tal derecho subjetivo. El derecho subjetivo presupone la personalidad y se puede
atribuir tanto a personas físicas como personas jurídicas.
La cualidad de pertenencia del derecho subjetivo a una determinada persona se conoce como el nombre de
titularidad. Se pueden distinguir diferentes tipos de titularidad:
- Titularidades plenas. El derecho subjetivo se atribuye al sujeto para que éste lo ejercite en todo su
contenido y en su propio interés.
- Titularidades del disfrute. Se otorga al sujeto únicamente el goce del derecho, pero se reconoce la
titularidad dominical a otra persona.
- Titularidades representativas o de gestión. El derecho se atribuye a la persona para que gestione y
defienda el interés de otra.
- Titularidad plural o cotitularidad. Desde el punto de vista del número de personas que pueden ser sujetos
de derecho, cabe distinguir una titularidad única o singular (cuando el derecho pertenece a una sola
persona), y una titularidad múltiple o compartida (cuando el derecho pertenece simultáneamente a varias
personas).
Se ha discutido si pueden existir derechos subjetivos en sujeto, posibilidad que por otra parte es inexistente.
Otra cosa diferente es que, de manera transitoria el titular de ese derecho subjetivo se encuentre
indeterminado hasta que se haya que arbitrar la presencia al frente de un poder de un titular interino que
no puede quedar sustentado en el vacío.
- Objeto del derecho subjetivo.
El objeto del derecho subjetivo es la materia sobre la que recae al mismo, es decir, la realidad social acotada
sobre la que se despliega la situación del poder del titular del derecho.
Se ha planteado la hipótesis de si pueden existir derechos subjetivos sin objeto. Esta hipótesis es negativa.
El objeto de un derecho puede, sin lugar a dudas, ser otro derecho (usufructo de un derecho de crédito).
- Contenido del derecho subjetivo.
El contenido del derecho subjetivo está integrado por las denominadas facultades. Es el ámbito y
posibilidades de actuación que, en virtud de la titularidad de tal derecho, se confiere o reconoce al sujeto a
quien corresponda el objeto, interés o bien jurídico sobre el que recae.
6.2.4.- El deber jurídico.
La relaciones jurídicas originan deberes que implican la necesidad de observar una determinada conducta
(acción u omisión) que impone al sujeto el ordenamiento jurídico bajo la amenaza de una sanción. El deber
jurídico puede entenderse como la contrapartida del derecho, de tal modo que si derecho implica facultad o
atribución, deber significa necesidad o sujeción.
Entre derechos y deberes existen diferencias en lo que respecta a su régimen jurídico: los derechos, en
general son renunciables, los deberes no. Los derechos (por su contenido casi siempre patrimonial) pueden
transferirse a otras personas, las obligaciones o deberes bien son totalmente intransferibles, bien no
admiten sustitución si no es con el consentimiento del acreedor.
Dentro del deber jurídico se pueden ver los siguientes elementos:
- Un sujeto dotado de voluntad y capaz, distinto del sujeto del derecho.
- Sujeción o vinculo jurídico, esto es, la necesidad de observar una determinada conducta.
- El interés protegido
- La garantía o sanción.
6.2.5.- Clases de derechos subjetivos.
- Por la esfera de eficacia del poder jurídico y determinación del sujeto pasivo distinguimos:
* Derechos absolutos: Tienen eficacia frente a todos (erga omnes).
Garantizan al sujeto activo, con respecto a todo el mundo, un poder sobre un objeto que es, íntegra o
parcialmente, del titular. Pertenecen a esta categoría los derechos de la personalidad, los derechos reales,
los derechos sobre bienes inmateriales y el derecho hereditario.
* Derechos relativos: solo se dirigen contra personas determinadas de forma individual. Garantizan contra
una o varias personas determinadas, la potestad de exigir de ellas una cierta conducta (acción u omisión).
Pertenecen a este grupo los derechos de crédito.
- Por su adherencia al titular, los derechos pueden ser:
* Intransmisibles (personalísimos): no admiten la posibilidad de ser transferidos por su titular a otra
persona. Son intransmisible los derechos de la personalidad y los poderes familiares (patria potestad), así
como los derechos patrimoniales que van unidos a estos poderes.
* Transmisibles: admiten la posibilidad de que su titular los transfiere a otra persona. Pertenecen a este
grupo los derechos patrimoniales (reales o personales).
- Por la relación de unos derechos con otros:
* Derechos principales: existen por sí mismo, de un modo autónomo.
* Derechos accesorios: se hallan subordinados a otros por su misma naturaleza, de manera que no pueden
nacer sino en conexión con otro derecho principal. (derechos de garantía).
- Por la condición de los sujetos e intereses protegidos:
* Derechos públicos subjetivos: nacen de aquellas relaciones en las que participan los entes revestidos de
imperio como tales (tanto en la relaciones de los entes públicos entre sí, como en la relaciones de estos con
los particulares).
* Derechos privados subjetivos: nacen de aquellas relaciones que mantienen las personas individuales o
colectivas en tanto que particulares.
- Por el contenido:
* Derechos patrimoniales: forman parte del patrimonio de una persona, esto es, garantizan a su titular
bienes que sean estimables pecuniariamente (derechos de crédito).
* Derechos no patrimoniales: garantizan intereses, ideales, posiciones o estados no susceptibles de
estimación pecuniaria. A diferencia de lo que sucede con los derechos patrimoniales, los extrapatrimoniales
no son susceptibles de disposición, transmisión o prescripción. Pertenecen a esta categoría los derechos de
la personalidad.
* Derechos potestativos: conceden el poder de actuar en una situación jurídica preexistente provocando
una alteración de la misma. Por ejemplo el derecho a concluir un contrato mediante la aceptación de una
oferta.
6.3.- El derecho subjetivo: dinámica.
6.3.1.- Nacimiento y adquisición de los derechos.
El nacimiento de un derecho subjetivo se produce cuando surge en la vida jurídica ex novo, es decir por
primera vez.
El nacimiento del derecho es aquel momento en el que éste adquiere una existencia concreta porque
concurren todos los presupuestos a los que el ordenamiento jurídico lo condiciona. La adquisición es la
atribución del derecho subjetivo al sujeto, esto es, su entrada en la esfera jurídica.
La adquisición de un derecho reviste, en principio dos modalidades esenciales:
originaria y derivativa:
* La ampliación del objeto del derecho. La propiedad y los derechos reales sobre la cosa (usufructo,
enfiteusis) se extienden a los incrementos experimentados por el fundo por accesión.
* La reducción del objeto del derecho. Ocurre en todos los casos de pérdida parcial de las cosas sobre las
que el derecho recaía.
- Modificación del contenido: se da cuando mudan las facultades que integran el derecho, permaneciendo
el derecho en su identidad. Las facultades integrantes del derecho se pueden ampliar, reducir o suspender.
6.3.3.- Extinción y perdida de los derechos.
Por extinción entendemos la desaparición absoluta de un derecho que deja de existir para el titular y para
los demás. La destrucción de la cosa sobre la que se ejercitaba el derecho de propiedad.
Por pérdida se entiende la desaparición relativa o meramente subjetiva que tiene lugar por la separación
del derecho de su titular actual, a la que puede seguir la adquisición de otro, ya sea de forma derivativa
(mediante la transmisión por compraventa por ejemplo) ya originariamente (mediante la ocupación de una
cosa abandonada por ejemplo).
Pérdida y extinción pueden coincidir, pero no siempre tiene que suceder así.
6.3.4.- La renuncia de derechos.
La renuncia de un derecho supone un acto unilateral por el que el titular hace la dejación voluntaria del
mismo. La renuncia puede ser tácita, pero debe ser inequívoca. Como acto de la autonomía de la voluntad,
la renuncia está sujeta al límite del orden público. No cabe renuncia en el ámbito de lo no disponible. La
renuncia de derechos no puede perjudicar a terceros; es inoponible a terceros.
6.4.- El derecho subjetivo: ejercicio y limites.
6.4.1.- El ejercicio de los derechos subjetivos.
Ejercer un derecho es hacer uso del mismo, satisfacer los intereses de su titular.
Constituye, en fin, la actuación de su contenido. En función del derecho de que se trate, así serán los actos
de ejercicio que le corresponda. No es preceptivo que los derechos se ejerciten, o al menos que se ejerciten
de una manera determinada, aunque en los casos más extremos de falta de ejercicio se marcan límites
temporales. El ejercicio de un derecho no requiere la actuación de todas las facultades que éste atribuye a
su titular, basta, en principio, con cualquiera de ellas.
No es preciso que sea el propio titular quien ejercite sus derechos subjetivos, quien ostente la legitimación.
Cabe, por el contrario, que los derechos de una persona sean ejercitados materialmente por otra. Puede
suceder que el titular de un derecho encomiende su ejercicio a otra persona para que actúe en interés del
titular esto se llama ejercitar los derechos por mediación de un representante.
El ejercicio de los derechos puede hacerse judicial o extrajudicialmente.
- Judicial: cuando el titular del derecho se dirige a los órganos jurisdiccionales del Estado reclamando una
sentencia, una decisión o la adopción de medidas para la protección o satisfacción de su interés.
- Extrajudicial: cuando se realiza fuera de los tribunales y es, por consiguiente, un acto privado. Puede
realizarse mediante un comportamiento directo del titular sobre los bienes que son objeto de su poder
jurídico.
6.4.2.- Limites del derecho subjetivo.
El ejercicio de los derechos subjetivos debe llevarse a cabo de forma razonable y adecuada a la propia
función que desempeñan.
Para el caso de que se produzcan extralimitaciones en el ejercicio de los derechos, el legislador establece
mecanismos restauradores de la ordenada convivencia social.
- Limites extrínsecos.
Los derechos coexisten y, en consecuencia, pueden colisionar entre ellos en su ejercicio. Se habla de colisión
de derechos, en sentido estricto, cuando determinados derechos sustentados por diferente titular, tienen
un mismo objeto o un mismo contenido y, por consiguiente, su ejercicio simultáneo resulte imposible o, al
menos, parcialmente imposible en razón de la concurrencia.
* Por su objeto. Cuando hay un exceso o anormalidad en el ejercicio del derecho, y ello aunque no existe
intención de perjudicar.
* Por las circunstancias en que se realice. Cabe entender que el ejercicio de un derecho realizado en
determinadas circunstancias podría resultar abusivo y en otras no, independientemente de la intención de
su autor y del alcance objetivo de su ejercicio.
- Como resultado, la actuación presuntamente abusiva ha de producir un daño, material o moral, a un
tercero.
- Consecuencias del abuso:
* Indemnización, aplicándose las normas relativas al derecho de daños, y medidas tendentes a poner fin al
abuso, que puede ser judiciales y administrativas, y pueden solicitarse de manera conjunta o por separado
con la indemnización.
* Medidas judiciales (las mas normales). Condena a deshacer lo que está mal hecho, suspender la situación
abusiva, cabe también la adopción de medidas cautelares como puede ser secuestros y depósitos judiciales,
puestas en administración judicial, embargos preventivos, anotaciones preventivas y fianzas, entre otras.
* Medidas administrativas: las que puede adoptar la administración en el ámbito de su actuación
ordenadoras de las actividades privadas (sanciones, denegación o suspensión de licencias, prohibiciones,
expropiación forzosa, y en general, cuantas medidas, siendo propias del órgano que las acuerdan, sean
congruentes con las circunstancias del caso y con la finalizada que las justifica, que no es otra que la de
evitar la perpetuación o persistencia del abuso, o en algún caso prevenirlo).
6.5.- El derecho subjetivo: prescripción y caducidad.
6.5.1.- El transcurso del tiempo y las relaciones jurídicas.
El titular de un derecho tiene la posibilidad de ejercitar los poderes que su derecho le confiere, bien en un
momento concreto (término), bien a lo largo de un periodo de tiempo (plazo), que lo mismo puede haber
quedado determinado que indeterminado en la relación jurídica de que se trate.
Los derechos subjetivos son reconocidos u otorgados por el ordenamiento jurídico con la finalidad de que
sean ejercitados efectiva y concretamente, y dentro de un periodo razonable de tiempo. Con ello, se evita la
prolongación de situaciones de incertidumbre.
6.5.2.- El computo del tiempo.
Es natural que las leyes establezcan reglas acerca del cómputo del tiempo, pues la determinación del
momento del nacimiento, modificación o extinción de los derechos provoca una gran cantidad de
problemas en la práctica.
6.5.3.- La prescripción extintiva.
Constituye una manifestación de la incidencia del tiempo en la vigencia de los derechos, pues por el
transcurso del tiempo se puede llegar a adquirir o extinguir un derecho. Cuando el transcurso del tiempo
acarrea la pérdida o decadencia del ejercicio de los derechos para su titular entonces se habla
sencillamente de prescripción o de prescripción extintiva. La prescripción es una causa de extinción de los
derechos que afecta a todo tipo de derechos, tanto a los reales como los de crédito.
Cuando el transcurso del tiempo, junto con una situación de apariencia jurídica, provoca el nacimiento o la
consolidación de un derecho en favor de una persona, entonces se habla de prescripción adquisitiva o
preferiblemente de usucapión. La usucapión es un modo originario de adquirir que hace referencia
exclusivamente al dominio y a determinados derechos reales. Los presupuestos de aplicación de la
usucapión y de la prescripción son notablemente distintos dependiendo de si se trata de prescripción
adquisitiva (se requiere el hecho positivo de la posición) o prescripción extintiva (solo requiere el elemento
negativo de la inactividad del titular). Pese a las diferencias tienen cosas comunes:
- Exigen el transcurso del tiempo.
- Responden a la misma finalidad de asegurar certidumbre y la firmeza de la vida jurídica.
Los tribunales de justicia no pueden apreciar de oficio el transcurso del plazo de prescripción, pues esta ha
de ser rogada o solicitada por su beneficiario.
6.5.8.- Principales plazos de prescripción.
Las acciones personales que no tengan plazo especial prescriben a los 5 años desde que pueda exigirse el
cumplimiento de la obligación. El CC menciona una serie de plazos generales de prescripción como son:
- Los derechos reales sobre bienes inmuebles prescriben a los 30 años, salvo la acción hipotecaria que lo
hace a los 20.
- Los derechos reales sobre bienes muebles prescriben a los 6 años.
- Los derechos de crédito personales cuentan con el plazo general de prescripción de 5 años.
- El derecho a cobrar prestaciones periódicas pagaderas en plazos inferiores a un año prescribe a los 5 años.
- El derecho a cobrar los servicios profesionales y algunos otros derechos concretos, entre los que destaca la
deuda por adquisición de bienes a un comerciante, prescriben a los 3 años.
- Las acciones sumarias de tutela de la posesión, y asuntos muy importantes, el derecho a reclamar la
indemnización que nace de la responsabilidad civil extracontractual prescriben al año.
6.5.9.- Prescripción y caducidad.
La ley considera, en numerosas ocasiones, que el ejercicio de determinados derechos y facultades se debe
llevar a cabo necesaria e inexcusablemente dentro de un periodo temporal predeterminado. Una vez
transcurrido el plazo marcado, sin posibilidad alguna de interrupción o suspensión, el derecho que se trate
no podrá ya ser ejercitado por su titular. La agrupación de esta serie de casos se realiza con la institución de
la caducidad.
Podemos definir caducidad como la extinción de un derecho por su falta de ejercicio durante un plazo
temporal prefijado que no es susceptible de ser interrumpido. Se puede separar la caducidad de la
prescripción con estas diferencias dichas por la doctrina:
- Mientras que la prescripción puede ser objeto de interrupción, la caducidad constituye un término
preclusivo no susceptibles de tal interrupción.
- La caducidad responde de forma más acusada a un interés público, lo que se traduce en la apreciación de
oficio por el juez, sin necesidad de que sea alegada en vía de excepción, tal y como se exige para la
prescripción. Por este motivo no puede ser objeto de renuncia.
- La prescripción se aplica con carácter general a los derechos y acciones de naturaleza patrimonial.
Mientras que la caducidad rige solo para unas categorías concretas. Su ámbito excede el de la disciplina
patrimonial.
- La caducidad puede tener un origen convencional y la prescripción es siempre de origen legal.
ejercicio de la autonomía privada requiere disponibilidad de la propia libertad en el grado suficiente como
para poderla someter a reglas de limitación creadas por el propio sujeto para el futuro.
Las reglas autovinculantes solo tienen sentido cuando atribuyen facultades o imponen deberes al
sometido a ellas respecto de otra u otras personas. No tiene sentido considerar vinculante el modo en que
un titular de un derecho decide que va a ejercitar su poder, si tal decisión es irrelevante para terceros. En
estos casos,se entiende que el titular del poder regulador no está vinculado y, por ende, puede variar de
criterio cuantas veces quiera. La nota de la alteridad ha de estar presente para que adquiera relevancia
jurídica la regla creada por un particular. De ahí deriva que la autonomía privada permita configurar las
reglas que determinan qué efectos se producen en las relaciones jurídicas.
Se comprende bajo la autonomía privada el ejercicio de la libertad de autodeterminación de los
particulares, por virtud del cual están investidos del poder de crear reglas jurídicas voluntarias y vinculantes
en el ámbito respecto del cual gozan de libertad de decisión.
1.1.2.- Libertad de generación y de configuración de relaciones jurídicas.
Podemos enfocar la autonomía privada desde el punto de vista del ordenamiento jurídico. En este sentido
las normas jurídicas contentan que si sucede un determinado evento abro paréntesis supuesto de hecho
cierro paréntesis se generarán unos determinados efectos (consecuencia jurídica). La autonomía privada
consiste precisamente en la posibilidad de que los particulares determinen, con mayor o menor amplitud,
las consecuencias jurídicas mediante su decisión voluntaria.
En este sentido, la voluntad del particular es el supuesto de hecho del que se deriva la consecuencia jurídica
decidida por esa misma voluntad.
El testamento es una declaración de voluntad realizada por una persona que, en previsión de su muerte,
decide el destino de su patrimonio a favor de sus sucesores. Es un acto unilateral.
El contrato es autovinculante y su razón de obligar se basa en que ha sido querido por las partes
contratantes. El testamento crea reglas jurídicas que vinculan a terceras personas (los sucesores), siendo,
desde ese punto de vista, un acto de heteronomía más que de autonomía (atendiendo al sentido literal de
las palabras).
- El artículo 1276 CC sanciona también con la nulidad absoluta el negocio que se fundamenta en una causa
ilícita, aclarando que es ilícita la causa cuando se opone a las leyes o a la moral.
2.2.-La obligación moral como causa.
El cumplimiento de una obligación moral no es exigible ni coercible jurídicamente, pero si el deudor paga
voluntariamente, no le está permitido reclamar posteriormente la restitución de lo pagado bajo la alegación
de que no estaba obligado. Así, de acuerdo con el artículo 1901 CC, ante la petición del deudor, el acreedor
puede rechazar la demanda de restitución de lo cobrado, probando que la entrega se hizo a título de
liberalidad o por otra justa causa, expresión que hace referencia a la pura obligación moral.
2.3. La abstracción de la causa. Negocios jurídicos abstractos. Simulación de la causa.
Según DIEZ PICAZO, se entiende por negocio jurídico abstracto aquel que produce efectos desvinculado de
su causa, o lo que es lo mismo, que prescinde de la causa para su operatividad. En nuestro ordenamiento
jurídico no se admiten los negocios jurídicos abstractos. Problema distinto es el de la ausencia de expresión
de la causa o el de la manifestación de una causa distinta a la real.
Ejemplo a): Negocio sin causa: yo firmo un documento donde reconozco adeudar 1.000.000 de pesetas a
Pedro, sin expresar el título de la deuda.
1) El ordenamiento jurídico, de acuerdo con el artículo 1277 CC, presume, aunque no se exprese, que ésta
existe y que es lícita. En principio, la reclamación de Pedro prosperaría.
2) Ahora bien, al ser increpado de pago por Pedro, yo puedo alegar, si tengo pruebas para ello, también, de
acuerdo con el artículo 1277 CC, que la deuda era de juego (causa ilícita). Entonces, a pesar de haber
efectuado un reconocimiento de deuda, la reclamación no prosperaría.
Ejemplo b): Negocio con causa falsa o simulada: yo vendo a mi hijo un piso por un precio simbólico (por ej.
por razones fiscales). Con posterioridad, un acreedor, que lo es por una deuda que he contraído dos años
después de la venta del piso, pretende que se declare la nulidad de la venta por ausencia o ilicitud de la
causa, para que el piso vuelva nuevamente a mi patrimonio.
En tal supuesto, a pesar de que la causa expresada no era real, de acuerdo con el artículo 1275 CC, es
evidente que el negocio tenía causa la cual era gratuita y por ello fue ocultada, ya que le era aplicable un
tipo impositivo más alto.
Al ser planteada la cuestión de la anulación de la venta por el tercer acreedor ante los Tribunales, las
soluciones dadas por la jurisprudencia han sido distintas:
La más estricta niega la validez de la donación disimulada, ya que en ella falta la existencia de una
escritura pública de donación en la que conste la aceptación por parte del donatario, la cual no se puede
suplir por la escritura de compraventa (STS de 20 de octubre de 1992).
Otro corriente jurisprudencial admite que, una vez declarada la nulidad de la compraventa simulada, la
misma aceptación formulada en la escritura vale como aceptación de la donación, ya que ambas partes, en
definitiva, acudieron al notario con la intención de efectuar una donación y no una compraventa (STSde 30
de septiembre de 1995). Esta solución no se admite, por supuesto, cuando la donación disimulada se ha
efectuado en fraude de acreedores. Ahora bien, también es cierto que, en todo caso, el Juez estaría
facultado para acordar deducir testimonio de particulares y remitirlos a la Delegación de Hacienda para que
se incoase el correspondiente expediente sancionador por la falta de pago del Impuesto sobre Donaciones.
3.- Vicios de la voluntad.
3.1-. Las divergencias entre la voluntad y su declaración.
Como ya hemos adelantado, el negocio jurídico implica la volición de unos determinados efectos jurídicos,
la consecución de los cuales se instrumenta a través de una determinada declaración de voluntad. Como
consecuencia de lo anterior, es posible efectuar una distinción entre a) el sentido de nuestra voluntad y b) la
declaración efectuada.
A raíz de ello, se deben estudiar por separado dos problemas distintos:
La simulación, el error obstativo, la reserva mental y la declaración no hecha seriamente, que se
caracterizan por ser supuestos de divergencia entre lo internamente y lo que es manifestado o declarado.
Los vicios de la voluntad negocial, que únicamente hacen referencia a la correcta formación de la voluntad
negocial o contenido volitivo. A este problema nos referiremos más adelante.
La divergencia entre voluntad y declaración es consciente en los supuestos de declaración no hecha
seriamente, reserva mental y simulación. Es inconsciente en el caso del error obstativo. Pasamos a estudiar
los distintos supuestos:
DIVERGENCIA CONSCIENTE:
La declaración no hecha seriamente: dentro de este apartado podemos incluir todas aquellas
declaraciones que se hacen sin que exista una verdadera voluntad negocial (por ej. enseñanzas didácticas,
representaciones teatrales o de broma). Es evidente que estas declaraciones se realizan en situaciones que
no ofrecen duda sobre la ausencia de voluntad. Ahora bien, en ocasiones, pueden existir supuestos
dudosos, y como consecuencia de la actitud deliberadamente equívoca del emisor, el destinatario puede
haber creído en la validez de la declaración. En tales supuestos, podría plantearse la posibilidad de solicitar
una indemnización de daños y perjuicios ex artículo 1902 CC.
Reserva mental: supone la expresión de una declaración vacía de voluntad y la ocultación voluntaria de
la verdadera voluntad, la cual permanece interna y no trasciende en ningún momento. Según ALBALADEJO,
como consecuencia de la absoluta falta de exteriorización de la voluntad interna, el receptor de la
declaración no ha podido tener ningún indicio, lo que conlleva la irrelevancia jurídica de la reserva mental y
la validez del negocio celebrado.
La simulación: en tal supuesto ambas partes participan en la ausencia de correspondencia entre
voluntad y declaración. La simulación consiste en una declaración querida únicamente por su formulación
externa, sin intención de que se produzcan los efectos jurídicos que comporta. La finalidad de esta
declaración aparente es el engaño a terceras personas, lo cual no implica que la simulación deba ser
siempre ilícita o comporte un fraude, aunque sí en muchos casos (por ej. a través de una compraventa se
realiza una donación). Es posible distinguir entre simulación absoluta, la cual tiene lugar cuando la misma
únicamente comporta una apariencia de negocio jurídico, la cual es nula por no concurrir en ella los
requisitos del artículo 1261 CC; y la simulación relativa, que tiene lugar en los supuestos en los que el
negocio aparente oculta otro, realmente querido. En tal caso, deberíamos distinguir entre el negocio
simulado y el disimulado y el acuerdo simulatorio. El ejemplo más frecuente de simulación relativa es el de
la simulación en la causa del negocio: para ocultar un negocio a título gratuito (donación) por razones
fiscales, se simula realizar uno a título oneroso (compraventa). Dicho supuesto se analiza en el apartado 4.-
de esta guía de estudio.
DIVERGENCIA INCONSCIENTE
El error obstativo: de acuerdo con el artículo 1262.1 CC, existirá cuando falta el concurso de la oferta y la
aceptación sobre la misma cosa o causa, lo cual lleva a la inexistencia de negocio jurídico por ausencia de
uno de los elementos esenciales. El error obstativo puede recaer: 1) en el negocio: una parte entiende que
celebra una compraventa, mientras que la otra entiende que celebra un comodato; 2) en el objeto: una
parte cree que vende la finca A, mientras la otra cree que adquiere la finca B; y, 3) sobre la identidad de la
otra parte: de acuerdo con el artículo 773 del CC, el error en el nombre, apellidos o cualidades del heredero,
no vicia la institución cuando se puede saber de otro modo cuál es la persona designada.
3.2.-Los vicios de la voluntad.
A diferencia de los supuestos que acabamos de ver, cuando estudiamos el problema de los vicios de la
voluntad, no debemos plantearnos la discordancia entre lo querido y lo declarado, sino la concurrencia de
una serie de circunstancias anómalas que han influido en la formación de la voluntad negocial. Dichas
circunstancias son:
La violencia y la intimidación. De acuerdo con el artículo 1267 CC, existe violencia cuando para arrancar
el consentimiento se utiliza una fuerza irresistible. Hay intimidación cuando se inspira a uno de los
contratantes un temor racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona o bienes, o en la
persona o bienes de su cónyuge, descendientes o ascendientes.
Para calificar la intimidación debe atenderse a la edad y a la condición de la persona. El temor a desagradar
a las personas a las cuales se debe sumisión y respeto no anulará el contrato.
El error como vicio del consentimiento. El error como vicio del consentimiento es aquel que se genera de
forma espontánea en el ánimo del sujeto declarante como consecuencia de una apreciación equivocada de
la realidad, lo cual redunda en una incorrecta formación de la misma. De acuerdo con el artículo 1.266 del
CC, para que el error invalide el consentimiento, deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que fue objeto
del contrato o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiesen dado motivo a
celebrarlo. El error sobre la persona solo invalidará el contrato cuando la consideración a ella hubiese sido la
causa principal del mismo. El simple error de cuenta tan solo dará lugar a su corrección.
El dolo. De acuerdo con el artículo 1269 CC, “hay dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas
de parte de una de los contratantes, es inducido el otro a celebrar un contrato que sin ellas no hubiera
hecho”. En lo relativo a los requisitos, el artículo 1270 CC establece que para que el dolo produzca la nulidad
de los contratos, deberá ser grave y no haber sido empleado por las dos partes contratantes. El dolo
incidental sólo obliga al que lo empleó a indemnizar daños y perjuicios.
Aunque el artículo 1265 CC diga que será nulo el consentimiento prestado por error, violencia, intimidación
o dolo, como veremos más adelante, en realidad, el tipo de ineficacia que produce la concurrencia de vicios
de la voluntad es la anulabilidad.
4.- La ineficacia del negocio jurídico.
En un sentido general, según DIEZ PICAZO, la ineficacia del negocio jurídico consiste en la no producción de
los efectos que le son propios, es decir, en la ausencia de los efectos típicos, aunque sí puede producir
otros, como, por ejemplo, la indemnización de daños y perjuicios. Ahora bien, la ineficacia del contrato
puede venir determinada por causas diversas:
En el supuesto en que al negocio jurídico le falte alguno de sus elementos esenciales para su formación,
el negocio no puede llegar a nacer, por lo cual se habla de INEXISTENCIA.
Cuando el negocio jurídico se celebra violando un mandato o una prohibición legal, el vicio que se
origina es el de la NULIDAD DE PLENO DERECHO.
Cuando el problema deriva de la falta de capacidad del sujeto o de la existencia de un vicio del
consentimiento, el vicio que se origina es de NULIDAD RELATIVA o ANULABILIDAD.
Cuando lo que tiene lugar, a raíz de la celebración del negocio, es un perjuicio para las partes o terceros,
lo que tiene lugar es la acción de RESCISIÓN.
Por último, la ineficacia puede derivar de otras causas derivadas del acto o sobrevenidas con
posterioridad. En tales supuestos, lo que se origina es la RESOLUCIÓN O LA REVOCACIÓN.
4.1-. La inexistencia.
El negocio jurídico es inexistente cuando carece de alguno de los elementos esenciales para su perfección:
consentimiento, objeto, causa y forma si es un contrato formal. El Derecho considera el acto inexistente,
como si no se hubiese realizado; y si produce algún efecto, éste no será el del negocio jurídico en cuanto tal,
sino una mera consecuencia de los hechos puestos en juego al concluir el acto nulo. En nuestro Código Civil
no aparece el término inexistencia, pues sólo se habla de actos nulos; pero no cabe duda de que diversos
artículos (1261 y 1310 CC) reconocen implícitamente la distinción entre la inexistencia y anulabilidad. De
otra parte, la jurisprudencia la admite sin vacilación.
Siguiendo a DE CASTRO, podemos admitir los siguientes supuestos de inexistencia:
Contratos defectuosos: son aquellos a los que les falta algún elemento esencial (consentimiento, objeto
o causa).
Contratos aparentes: la apariencia del contrato no se corresponde con la realidad jurídica, faltando en
ésta un elemento esencial; es el caso de la simulación absoluta.
Contrato en formación: no ha llegado a reunir los elementos esenciales.
Contrato por representación sin poder.
4.2.- La nulidad.
La nulidad de pleno Derecho o nulidad tiene lugar cuando un acto se ha realizado en contra de lo dispuesto
en las normas de carácter imperativo. A esta especie de nulidad se refieren principalmente los artículos 6.3
del CC, que dispone que “los actos contrarios a las normas prohibitivas e imperativas son nulos de pleno
derecho salvo que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de contravención”; el artículo 1255
CC, que restringe la autonomía de la voluntad estableciendo como límite los pactos contrarios a la Ley, a la
moral o al orden público; y el artículo 1271 CC, referente a los pactos sobre sucesión futura, así como las
convenciones usurarias.
La nulidad se produce ipso iure, sin necesidad de declaración judicial, y es apreciable de oficio. Ahora bien,
como un negocio nulo puede ocasionar una apariencia de negocio, en ocasiones, será necesario entablar un
procedimiento para que se declare la nulidad. Para el mismo, estará legitimada cualquier persona, y ello sin
que exista límite temporal para el ejercicio de la acción, por ser imprescriptible.
Tampoco puede ser objeto de confirmación.
No engendra, ni modifica, ni extingue la relación obligacional a que el contrato nulo se refería. Ahora bien, si
se hubiese ejecutado en todo o en parte el contrato, procede la reposición de las cosas al estado que se
encontraban antes de su celebración. Deben aplicarse las disposiciones contenidas en el artículo 1303 CC,
según el cual “declarada la nulidad de una obligación, los contratantes deben restituirse recíprocamente las
cosas que hubieran sido materia del contrato con sus frutos y el precio con sus intereses”. En los artículos
1305 y 1306 CC, se establecen normas especiales para el supuesto de que la nulidad del contrato derive de
la ilicitud de la causa.
En general, la conversión del negocio jurídico nulo es el medio jurídico para evitar su ineficacia cuando el
mismo contiene los requisitos para ser estimado como un negocio válido de tipo diferente. El CC no
contiene normas sobre la conversión; pero es admisible a la luz del principio general de conservación del
negocio jurídico, regulado en el art. 1258 del CC.
Ej. de conversión: Puede que un testamento cerrado sea nulo por infringir algún precepto sobre forma.
Ahora bien, es posible que el mismo reúna los requisitos del testamento ológrafo. Entonces, tendría lugar,
en vistas a dar relevancia a la voluntad del testador, la consideración del testamento que originariamente
debía ser cerrado como testamento ológrafo, el cual, por ejemplo, deberá ser objeto de protocolización.
4.3.- La anulabilidad.
La anulabilidad o nulidad relativa tiene lugar cuando un negocio jurídico se encuentra adolecido de un vicio
que lo invalida, de acuerdo con la Ley. Nos encontramos con un contrato que reúne todos los elementos
esenciales y, además, no va contra las normas imperativas, pero que adolece de un vicio o defecto
susceptible de motivar su anulación mediante el ejercicio de la acción de impugnación, que si tieneéxito
produce la destrucción del negocio con fuerza retroactiva. El contrato produce efectos jurídicos hasta que se
anula, dicha eficacia provisional desaparecerá si es anulado o se mantendrá definitivamente si es
confirmado.
Son causas de anulabilidad:
Los defectos en la capacidad, que no impliquen ausencia de consentimiento (por ej. los negocios
celebrados por menores), siempre que el defecto no sea total y absoluto, de tal modo que llegue a producir
la ausencia de consentimiento, lo cual implicaría la inexistencia.
Vicios el consentimiento, como la violencia, intimidación, error y el dolo. No obstante, como dice DE
BUEN, el error obstativo y la violencia material, más que viciar el consentimiento determinan su
inexistencia.
A diferencia de la nulidad radical, que se produce ipso iure y en la que predomina el interés general, la
anulabilidad se establece exclusivamente como una medida de protección de los intereses de la parte
contratante, que ha sido víctima de inexperiencia o de error, de violencia o de dolo.
Por ello, la acción de nulidad sólo puede ser entablada por aquellas personas en cuya protección es
acordada y el acto anulable es susceptible de quedar subsanado por la confirmación o por la prescripción.
Según el artículo 1301 del CC, “la acción de nulidad (anulabilidad) durará cuatro años. Este tiempo
empezará a correr en los casos de intimidación o violencia, desde el día en que éstas hubiesen cesado. En
los de error, dolo o falsedad en la causa, desde la consumación del contrato. Cuando la acción se refiera a
los contratos celebrados por menores o incapacitados, desde que salieron de la tutela...”. La legitimación
pasiva corresponde a las personas que hubiesen sido parte en el contrato o a sus causahabientes.
La confirmación es el medio para subsanar los contratos anulables mediante la renuncia de la acción de
nulidad, hecha por quien pueda invocar el vicio o defecto de aquél. De acuerdo con el artículo 1310CC, sólo
son confirmables los contratos que reúnan los requisitos del artículo 1261 CC. La confirmación es un
negocio jurídico unilateral a través del cual el afectado por el vicio del consentimiento manifiesta la
voluntad de convalidar los efectos jurídicos del negocio viciado. Los requisitos de la confirmación son los
siguientes:
Que la realice el sujeto activamente legitimado para entablar la acción de anulación.
Que se efectúe con conocimiento de la causa de anulabilidad.
Que la causa de anulabilidad haya desaparecido.
La confirmación extingue la acción de anulabilidad y convalida el contrato anulable retroactivamente.
4.4.- La rescisión.
Según DE CASTRO, la rescisión es un remedio in extremis arbitrado para evitarle al protegido un perjuicio
resultante del juego normal de la Ley, pero que se estima especialmente injusto. Son presupuestos para
poder declarar la rescisión a) la existencia de un contrato válido inicial, y b) la lesión o perjuicio patrimonial
en los casos previstos en los artículos 1291 y 1292 CC.
Son supuestos de rescisión:
Art. 1291.1 CC. Los contratos que pudieran celebrar los tutores sin autorización judicial, cuando el
tutelado haya sufrido lesión en más de la cuarta parte del valor de las cosas objeto de contrato.
Art. 1291.2 CC. Los celebrados en representación de los ausentes, siempre que éstos hayan sufrido la
misma lesión y siempre que no se hayan celebrado con autorización judicial (art. 1296 CC).
Art. 1291.3 CC. Los celebrados en fraude de acreedores cuando éstos no puedan de otro modo cobrar lo
que se les deba.
Art. 1291.4 CC. Los contratos que se refieran a cosas litigiosas cuando hubiesen sido celebrados por el
demandado sin conocimiento y aprobación de las partes litigantes o de la autoridad judicial.
Art. 1292 CC. Los pagos hechos en estado de insolvencia por cuenta de obligaciones a cuyo
cumplimiento no podía ser obligado el deudor al tiempo de hacerlos.
El artículo 1291.5 CC menciona como rescindibles cualesquiera otros contratos en que especialmente lo
determine la Ley. Así, la partición de la herencia (arts. 1073 y ss. CC) y la división de la cosa común (art. 406
CC). Las condiciones de ejercicio de la acción rescisoria son:
Carecer de otro mecanismo legal para restablecer la situación (art. 1294 CC).
Que el perjudicado puede devolver aquello a que por su parte estuviese obligado.
Que las cosas no estuvieren en poder de tercero de buena fe (art. 1295 CC).
La acción de rescisión tiene un plazo de ejercicio de 4 años (art. 1299 CC) y la estimación de la misma
produce efectos retroactivos ex tunc, esto es, al momento de perfección del contrato. En consecuencia, las
partes deben restituirse las prestaciones o en su defecto su equivalente económico.
4.5.- La resolución.
La resolución de un contrato significa que éste deviene ineficaz con efecto retroactivo, en virtud de una
causa que no sea una invalidez inicial. La relación inicial desaparece y las partes deben volver a la situación
jurídica anterior a la perfección del contrato, reintegrándose las prestaciones que hubiesen recibido.
Supuestos:
Resolución como consecuencia del cumplimiento de una condición resolutoria.
Resolución por incumplimiento de las obligaciones de una de las partes en un contrato bilateral (artículo
1124 del CC), según el cual “ la facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas
para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe).
Resolución por pacto expreso por incumplimiento de las obligaciones de una de las partes en contrato
bilateral.
5.- La representación.
La representación no se encuentra específicamente regulada en nuestro Código Civil; aunque, de la lectura
de la regulación del contrato de mandato (arts. 1709 y ss. CC), sí se infieren gran número de prescripciones
que, en realidad, hacen referencia al fenómeno representativo, que de ordinario tiene lugar en los
supuestos de mandato.
El negocio jurídico que confiere legitimación a otra persona para actuar eficazmente sobre intereses propios
es el negocio de apoderamiento. Se lleva a cabo entre representante y representado; y la actuación que
este lleva a cabo en virtud de la representación, se llama negocio representativo.
Las características más destacadas del negocio jurídico representativo son las siguientes:
La representación confiere una autorización a una persona para que actúe por cuenta de otra. Por sí sola
la representación únicamente faculta para actuar, pero no obliga. La obligación, en su caso, derivará del
contrato en cuyo marco se confiere la representación. Por ej. el mandato, en el cual una persona se obliga a
realizar una determinada conducta. Por ello, el negocio de apoderamiento es: unilateral y revocable.
La representación implica una actuación en nombre y por cuenta de otro. Si es así, la doctrina habla de
representación directa. Pero, es posible plantear la viabilidad de la representación indirecta, que es la que
tendría lugar cuando el representante actúa en interés ajeno, pero en nombre propio. La representación
INDIRECTA se encuentra regulada en el artículo 1717 del CC, en los siguientes términos: “cuando el
mandatario obra en su propio nombre, el mandante no tiene acción contra las personas con quienes el
mandatario ha contratado, ni estas tampoco contra el mandante. En este caso el mandatario es el obligado
directamente a favor de la persona con quien ha contratado, como si el asunto fuera personal suyo. Se
exceptúa el caso de que se trate de cosas propias del mandante”.
La capacidad para otorgar poder es la general para obligarse. Por dicho motivo, el menor emancipado
puede otorgarlo, excepto para la realización de las actividades que le vienen vedadas por el artículo 323 CC.
Un negocio realizado por una persona en nombre de otra sin poder, no produce efecto alguno para el
representado. Sería inexistente por ausencia total de consentimiento, a no ser que, de acuerdo con el
artículo 1259 del CC, sea ratificado por éste.