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Apuntes completos Derecho Civil Parte general

TEMA INTRODUCTORIO: EL ORDENAMIENTO


JURÍDICO
1.1. La norma jurídica
1.1.1. Concepto y características
Fruto del objetivo de evitar conflictos entre los integrantes de la sociedad de la que
formamos parte y organizar la vida en sociedad surgen lo que conocemos como normas
jurídicas.

De esta forma definimos las normas jurídicas como aquellas reglas de organización y
comportamiento social cuya observancia (cuyo cumplimento) puede ser impuesta
coactivamente por el poder público.

Las características de las mismas son:


• Obligatoriedad: contienen mandatos obligatorios, tanto afirmativos como
negativos.
• Coercibilidad: esta característica impone el cumplimiento de las normas, que
puede acarrear una sanción si no se respetan.
• Formulación: no se deciden sobre la marcha, se establecen para la generalidad.
• Abstracción: se formula de forma general y abstracta (no va dirigida a nadie en
concreto.
En el caso de que alguna norma no cumpla alguna de estas características se pasará a
considerar extrajurídica.

1.1.2. Estructura de la norma jurídica; norma y disposición


Las normas jurídicas se estructuran basándose en el silogismo. El silogismo jurídico está
compuesto por:
• El supuesto de hecho: la descripción de unos hechos.
• La consecuencia jurídica: como su propio nombre indica la consecuencia
jurídica ante el supuesto de hecho.
Es importante saber que el silogismo jurídico se puede recoger en varias disposiciones
normativas.

1.1.3. Principales clasificaciones de las normas jurídicas


Ø Generales o particulares
- Generales: Aplicables a todo un territorio, normalmente el estatal o nacional.
- Particulares: solo tienen vigencia en una parte del territorio.
Ø Comunes y especiales
- Comunes: regulan relaciones jurídicas que pueden ser protagonizadas por
cualquier persona, sin necesidad de requisito o condición especial. Ejemplo:
Derecho civil
- Especiales: regulan relaciones jurídicas en las que los sujetos que intervienen
deben presentar una determinada cualidad o condición. Ejemplo: derecho
mercantil.
Ø Normales y excepcionales
- Normales: regulan situaciones normales o habituales.
- Excepcionales: regulan situaciones extraordinarias.
Ø Prescriptivas y permisivas
- Prescriptivas:
- Permisivas:
Ø Imperativas y dispositivas
- Imperativas:
- Dispositivas:

1.2. El ordenamiento jurídico


1.2.1. Concepto y caracteres
Definimos el ordenamiento jurídico como el conjunto organizado y sistemático de normas
jurídicas que rigen para una determinada comunidad o sociedad en un momento
determinado.

Las características de ordenamiento jurídico son:


1) Criterio de pertenencia: este, permite determinar las normas jurídicas que lo
componen.
2) Complejidad y coherencia
3) Pleno y completo: no podemos afirmar que el ordenamiento es perfecto, sin
embargo, se debe buscar esa perfección.
4) Único: depende del punto de vista que se adopte (UE, C.C.A.A.)

1.2.2. Principios receptores del ordenamiento jurídico español


Para solventar la enorme complejidad del ordenamiento jurídico surgen una serie de
principios receptores con el objetivo de darle cierta coherencia al mismo. En el caso del
ordenamiento jurídico español, estos principios se encuentran en la Constitución de 1978.
Estos son:
1) Principio democrático: este principio tiene lugar en torno a la idea de que el poder
emana del pueblo y que este supone la razón de la existencia de las normas jurídicas.
Aunque en las normas jurídicas legales, este principio se percibe en que estas normas
son elaboradas por parlamentos democráticos.
2) Principio de legalidad: este principio garantizado en la CE expresando que tanto
los ciudadanos como los poderes públicos están sujetos al imperio del Derecho
(Constitución y ordenamiento jurídico).
3) Principio de seguridad jurídica: este principio vela porque las normas jurídicas
sean ciertas y no dudosas. Esto se concreta más en el art. 9.3 CE garantizando una
jerarquía normativa, publicidad de las normas, irretroactividad de las disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos y la prohibición de
arbitrariedad de los poderes públicos.
4) Principios materiales: libertad, igualdad y dignidad de la persona: fruto de este
principio no se admitirían normas que contraviniesen la dignidad de la persona, que
impidiesen el libre desarrollo de la personalidad, que no respetasen la igualdad por
motivo de raza, sexo, religión…
1.2.3. Sectores del ordenamiento: derecho público y privado
Debido a los diferentes tipos de realidades que intentan regular el ordenamiento jurídico
y su enorme extensión, este se divide en dos grandes sectores:
• Derecho público (verticales): son las normas que regulan la organización de los
poderes públicos y las relaciones de estos con los particulares (interés de la
comunidad o público).
• Derecho privado (horizontales): son las normas que regulan las relaciones entre
particulares, ya se consideren éstos individualmente o integrados en llamadas
organizaciones sociales (interés particular).
Dentro dos sectores del ordenamiento jurídico encontramos otros subsectores en los que
se dividen:
TEMA 1: EL DERECHO CIVIL Y SUS FUENTES
1. El derecho civil: concepto y contenidos
El derecho civil tiene como objeto la regulación de las relaciones sociales entre
particulares que protagoniza cualquier persona, de forma completamente independiente
de su concreta condición o de su profesión. Teniendo como referente el código civil.

El contenido de derecho civil se divide en:


• Derecho de la persona: estudia la condición de la persona como sujeto de las
relaciones jurídicas (muerte, nacimiento, capacidad de obrar…)
• Derecho patrimonial privado: regula las relaciones patrimoniales entre sujetos
privados.
• Derecho real: regula las relaciones entre las personas y las cosas.
• Derecho de la familia: estudia las relaciones familiares de las personas.
• Derecho de sucesiones: analiza el destino post mortem del patrimonio de los
sujetos.
El derecho civil también es conocido como “Derecho privado general” o “Derecho
común” respecto a otras ramas del derecho privado.

2. La formación y evolución del derecho civil español


2.1 La formación del derecho civil español
2.1.1 La formulación histórica del Derecho civil: la codificación
El Derecho civil es el fruto de una larga evolución histórica que comienza con el Derecho
Romano y el ius civile (“Derecho del ciudadano”) cuya influencia llega a través Corpus
iuris civilis justinianeo. La combinación del Derecho Romano con el Derecho canónico
y el Derecho feudal daría lugar al ius commune, donde se encuentran los fundamentos
del Derecho civil.

En España conviven el Derecho Romano enseñado en las universidades, con el Derecho


Real desarrollado por las monarquías y a esto se le suman los llamados Derechos forales.
Todo este conjunto de normativas acabaría generando una situación complicada.
Debido a un renacimiento del Derecho Romano junto a la construcción de un pensamiento
de corte iusracionalista (que propugna la reducción y simplificación de las leyes) dio lugar
a la apertura del proceso de codificación.

Codificación: proceso cultural, producido entre el siglo XVIII y XX, que tiene como
objetivo la simplificación de las leyes y su reducción a un solo libro denominado Código.
Los códigos se caracterizan por contener normas jurídicas, organizadas y sistematizadas
de forma coherente que pretenden regular de una manera segura, unitaria y exhaustiva
determinadas relaciones jurídicas privadas.

Todo este proceso de codificación en los Estados Liberales supone una innegable
estatazación del Derecho civil.
2.1.2 Código civil español
En el proceso codificador español se dan una serie de circunstancias político-económicas
y sociales que hace que fracasen varios intentos de codificación y que finalmente se
promulgara en el año 1889 el Código civil vigente.

La idea arranca con la Constitución de Cádiz de 1812, aunque el primer proyecto oficial
de importancia es el de 1851, mediante una comisión liderada por García Goyena. Este
primer proyectó fracasaría debido al tratamiento de los derechos forales (quería
suprimirlos) y del matrimonio (fuerte oposición de la Iglesia).

Sin embargo, tras este intento tuvo lugar un período de aprobación de diferentes leyes
especiales que eran necesarias para el progreso del país y para sentar las bases de los
postulados liberales en la sociedad.

El Decreto del 1 de febrero de 1880 constituyó un hito de gran importancia en la historia


de la codificación española por dos razones:
• “Apéndices” o memorias (solución material): invitando a un jurista representante
de las regiones con Derecho civil propio se elaboran los apéndices o memorias en las
que se deben hacer constatar las instituciones forales vigentes. Superando el obstáculo
de “la cuestión foral”.
• Ley de bases: gracias a la influencia de don Manuel Alonso Martínez las cortes
establecerían los principios o bases del Código civil que posteriormente desarrollaría
una Comisión Técnica.
Es importante saber, que el código civil fue publicado el 6 de octubre de 1888, pero las
Cortes ordenaron al Gobierno elaborar una segunda edición que se promulgaría el 24 de
julio de 1889.

El código civil que sigue la estructura romano-francés está formado por 1976 artículos,
estructurados en un título preliminar y cuatro libros. Estos libros se dividen en títulos,
estos en capítulos y estos en secciones.

2.1.3 Reformas del código civil


Debido a la dificultad que supuso la creación de este código civil, en lugar de ir creando
uno nuevo conforme cambiaba la sociedad, se fue actualizando mediante modificaciones
al mismo.

Son numerosas las modificaciones que han tenido lugar en el código civil. Cobran una
enorme importancia las que se tuvieron que realizar para adaptar su contenido a la
Constitución Española.

No es necesario saberse todas las modificaciones, sin embargo, cabe destacar que la
mayoría de las reformas presentas del siglo XXI han afectado al ámbito del Derecho de
la Persona y de Familia.
2.2 Evolución del Derecho civil
2.2.1 Descodificación y recodificación
El Código civil en un inicio asumió un papel central en le ordenamiento jurídico. Sin
embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX se da la irrupción de las leyes
especiales (para regular aspectos concretos de la realidad), lo que dio paso a un período
de “descodificación”. Perdiendo así protagonismo el código civil.

A pesar de todo esto, son muchas las ventajas de la codificación frente a la legislación
especial. Debido a esto, en los últimos años se ha tratado de establecer una nueva
“recodificación”.

2.2.2 Constitucionalización del Derecho civil


La constitución de 1978 ha dejado una huella innegable en el Derecho civil español. Los
efectos que esta ha dejado en él son principalmente:
• La modificación del sistema de fuentes del Derecho recogido en el artículo 1 del
código civil.
• En la constitución se regulan numerosos aspectos civiles como el matrimonio, la
filiación, el derecho de la propiedad… lo que ha llevado a que el código civil
sufriera una “recodificación constitucionalizadora” que lo ha modificado
profundamente, especialmente el Derecho de familia.
• Las instituciones y figuras jurídicas del Código civil deben ser construidas e
interpretadas basándose en los principios constitucionales. Interpretación
“secundum Constitutionem”
• Además, cabe la posibilidad de que los derechos fundamentales tengan eficacia
horizontal, en las relaciones jurídicas inter privatos.

3. Los derechos civiles forales


3.1 Apéndices y Compilaciones
El fracaso que supuso el sistema de los Apéndices se materializó en el Decreto del 23 de
mayo de 1947 que establecía la necesidad de compilar los derechos forales existentes, y
que dio lugar a la aprobación sucesiva de la siguientes Compilaciones: Vizcaya y Álava,
Cataluña, Baleares, Galicia, Aragón y Navarra.

De esta forma el código civil se convertía en Derecho supletorio para cubrir las lagunas
de las Compilaciones de las que hemos hablado previamente.

3.2 El modelo plurilegislativo de la Constitución Española y los derechos


civiles formales.
La Constitución Española de 1978 consagra un Estado de Autonomías de carácter
plurilegislativo y reconoce en el artículo 149.1.8 competencias para legislar en materia
civil a las Comunidades Autónomas con Derecho civil foral o especial.

El ordenamiento civil español está compuesto por el Código civil y las legislaciones
autonómicas. Es importante saber acerca de la existencia de una reserva de competencia
a favor del Estado en materia civil, la concurrencia de competencia de los Parlamentos de
ciertas Comunidades Autónomas y la supletoriedad del Derecho del Estado.
La doctrina constitucional establece:
• La expresión “allí donde existan” incluye a las normas jurídicas compiladas y a
las consuetudinarias (que se rigen por costumbre).
• La competencia de las Comunidades Autónomas se refiere únicamente a su
respectivo Derecho civil foral (conservación, modificación y desarrollo).
• Se pueden regular materias o instituciones conexas.
• Las materias reservadas al Estado están excluidas de las competencias de los
Derechos civiles forales o especiales.
La mayoría de las comunidades autónomas han legislado en cuestiones relacionadas con
el Derecho civil, aún así es importante discernir entre los Derechos civiles forales y los
Derechos civiles autonómicos.

4. Las fuentes del derecho civil


4.1 Concepto y enumeración
La expresión “fuente” en el ámbito jurídico hace referencia principalmente al origen de
las normas, es decir, su autor y a los medios de exteriorización que utiliza.

En virtud del artículo 1.1 del código civil las fuentes del derecho (todo el derecho) son:
la ley, la costumbre y los principios generales del derecho.

A pesar de la claridad de este artículo debemos hacer una serie de puntualizaciones acerca
del mismo:
• Nuestra Constitución al ser una norma jurídica en sí misma, que se sitúa en lo alto
de la cúspide del ordenamiento, muchas de sus disposiciones son aplicables bien
directamente o como principios generales del Derecho.
• Con el Estados de Autonomías se puso fin al modelo de monopolio en la creación
de normas fruto de la cesión de competencias legislativas.
• Con la llegada de España a la Unión Europea se han introducido instrumentos
normativos dotados de distinta eficacia jurídica.
• La enumeración de fuentes del primer artículo previamente mencionado es
inexacta debido a que no todos son aplicados a todos los ámbitos del Derecho.
Por todo esto que hemos mencionado debemos decir que el artículo 1.1 del código civil
hace referencia a las fuentes del Derecho civil común y de carácter estatal.

4.2 La ley
La ley puede definirse como aquellas normas formuladas por escrito y que emanan del
poder legislativo que han de ser sancionadas, promulgadas y publicadas por el B.O.E. o
el medio de publicidad de cada Comunidad Autónoma.

En un sentido más amplio se añaden también las normas jurídicas escritas que provienen
de otros órganos como Ministerios o Consejerías.

Es importante saber que para dar una definición adecuada a este concepto debe recurrir a
otras doctrinas como la del Derecho constitucional o administrativo.
4.3 La costumbre
La costumbre aparece por la reiteración de conductas uniformes a lo largo del tiempo que
da lugar a la creación de una serie de normas jurídicas no escritas y susceptibles de ser
aplicadas con el fin de regular determinados conflictos de naturaleza esencialmente civil.
Se caracteriza por su carácter subsidiario, ya que actúa únicamente si no hay ley aplicable
y no puede ir en contra de la moral ni el orden público.
Los elementos para la identificación de esta son:
• Elemento externo o material: repetición continuada y constante de actos
uniformes a lo largo del tiempo.
• Elemento interno o espiritual: la conciencia social de que el acto reiterado tiene
que cumplirse de forma preceptiva y necesaria.
Cabe destacar que el ordenamiento jurídico no presume que le juez conozca la costumbre,
sino que tiene que ser probada.

En el artículo 1.3 del Código civil se introdujo una difusa categoría de los “usos jurídicos”
en la que se establecía que los que no sean meramente interpretativos de una declaración
de voluntad tendrán la consideración de costumbre.

4.4 Los principios generales del Derecho


Los principios generales del Derecho son los valores o criterios informadores de carácter
normalmente extralegal que reflejan las creencias y convicciones sociales. Estos
principios vienen determinados por el legislador o por la Jurisprudencia del Tribunal
Supremo.

Las principales funciones de estos principios generales son:


• Fuente del derecho: son fuentes subsidiarias y de segundo grado que permiten
cerrar el ordenamiento jurídico y cubrir las lagunas jurídicas existentes.
• Carácter informador del ordenamiento jurídico: estos principios se tienen en
cuenta a la hora de interpretar el resto de las normas jurídicas.

4.5 La jurisprudencia
La jurisprudencia hace referencia a las sentencias que emanan de la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo y que conforman una doctrina jurídica reiterada.
Para que existe jurisprudencia es necesario que se den una serie de requisitos concretos:
• Al menos dos o más sentencias que sean expresivas de un criterio uniformemente
reiterado. No obstante, cuando exista un cambio de criterio jurisprudencial bastará
solo una sola sentencia.
• Las sentencias deben resolver recursos de casación interpuestos al Tribunal
Supremo.
• La doctrina jurisprudencial debe emanar de la fundamentación jurídica que
sostiene el fallo judicial.
Es de enorme relevancia saber que la jurisprudencia no se contempla como fuente de
Derecho, simplemente complementa el ordenamiento jurídico con la doctrina que, de
modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la ley, la
costumbre y los principios generales del Derecho.
TEMA 2: LA PERSONA
1. La persona como eje del derecho civil. La condición jurídica
de la persona.
La calificación de persona, es decir, el reconocimiento de la personalidad, se le atribuye
a todo ser humano. Este reconocimiento es la atribución de la aptitud (capacidad) para ser
titular de derechos y obligaciones y, en consecuencia, la posibilidad de ser sujeto de
relaciones jurídicas.

Sin embargo, a lo largo de nuestra historia no siempre se ha recibido la calificación de


persona. Ejemplo de estas situaciones las encontramos en el Derecho romano con los
esclavos, en el Antiguo Régimen con los estamentos, en el Estado liberal con las mujeres
y otras razas distintas a la blanca…

Finalmente, hay que destacar que la Constitución de 1978 sitúa a la persona como
epicentro de todo el ordenamiento jurídico. Haciéndolo así titular de una serie de valores
y derechos inherentes a la persona que deben ser respetados por todo el pueblo y los
poderes que emanan del mismo, siguiendo el principio de igualdad.

2. Capacidad jurídica y capacidad de obrar


Un concepto clave cuando nos referimos a la persona es el de capacidad, que ha de ser
considerada en una doble vertiente:
• Capacidad jurídica: es la aptitud o disposición para ser titular de derechos y
también de obligaciones que corresponde a todas las personas.
• Capacidad de obrar: es la que otorga la posibilidad de ejercitar o disponer de
tales derechos, así como cumplir con las obligaciones, en definitiva, de realizar
actos o celebrar negocios jurídicos con plena eficacia jurídica. Esta capacidad se
adquiere de forma gradual, en función de la edad del sujeto. Por lo que la
capacidad completa se adquiere a la mayoría de edad y los menores tienen una
capacidad limitada.

Es importante remarcar la capacidad de obrar limitada del menor, pues conforme vaya
creciendo se le irá permitiendo participar en diferentes actos que afecten tanto su esfera
personal como patrimonial.

3. Los estados civiles de la persona


Los estados civiles son las determinadas situaciones en las que se puede encontrar la
persona que definen su situación jurídica en la sociedad, conformadores de ciertas
facultades o acciones y que, en algunos casos, afectan o condicionan su capacidad de
obrar.

Los estados civiles los podemos clasificar en:


• Personales
- Edad: mayoría o minoría de edad
- Incapacidad: capaz o incapaz
• Familia
- Filiación: tener hijos o no
- Matrimonio: soltero, casado, viudo y divorciado
• Comunidad
- Nacionalidad: nacional o extranjero
- Vecindad: código civil común o foral

4. El registro civil: nociones básicas


El registro civil es el encargado de actuar como mecanismo de publicidad de los estados
civiles y además es un medio de prueba de estos. Este se basa en un sistema de asientos
en que el se va completando cronológicamente conformen van acaeciendo los
acontecimientos.

En el año 2011 se aprobó una nueva ley para modificar el Registro civil que estaba
previsto que entrará completamente en vigor en 2020. El objetivo de esta nueva ley era el
de la modernización del Registro civil que debido a sus años de historia se encontraba ya
algo obsoleto.

5. Comienzo de la personalidad: nacimiento


El nacimiento del ser humano determina el comienzo de la capacidad jurídica
(personalidad). Más concretamente se produce en el momento del entero desprendimiento
del bebe del seno materno (cuando se corta el cordón umbilical), sin necesidad de esperar
el antiguo plazo de “vacatio legis”.

Una vez dado el nacimiento se inscribe en el Registro civil, lo que constituye prueba de
este.

A pesar de que el ordenamiento jurídico otorgue la personalidad a partir del nacimiento,


no significa que ignore la existencia de los aún no nacidos:

5.1 El nasciturus
Nasciturus es un término que se utiliza para designar al ser humano desde que es
concebido hasta su nacimiento.

En el artículo 29 del código civil se dispone que al concebido se le tienen por nacido para
todos los efectos que le sean favorable, siempre que llegue a nacer. Estos efectos de los
que habla este artículo no hacen referencia bajo ningún caso a la capacidad jurídica o
personalidad, sino a los derechos patrimoniales (normalmente de herencia y donaciones)
y de naturaleza más personal (filiación o adquisición de la nacionalidad).

5.2 Nondum concepti


Nondum concepti es un concepto que designa a aquellas personas que aún no han sido
concebidas.

El ordenamiento jurídico al igual que con el nasciturus, plantea otra excepción en el caso
de los no concebidos. En estos casos, se parte de una atribución temporal de bienes, que
han de ser administrados o protegidos, con el objetivo de ser posteriormente transmitidos
a ciertas personas en caso de que llegasen hipotéticamente a existir.
5.3 Los embriones
El embrión al igual que las otras formas de vida antes del nacimiento que hemos visto
previamente carecen de personalidad jurídica y capacidad. Sin embargo, esto no significa
que haya que darles una categorización de objeto. Es más en la Convención para la
Protección de los Derechos Humanos y de la Dignidad del Ser Humano con respecto a
las aplicaciones de la Biología y la Medicina se establece que no podrá realizarse
intervención alguna sobre el genoma humano, si no es con fines preventivos, diagnósticos
o terapéuticos y a condición de que no tenga por objetivo modificar el genoma de la
descendencia.

Ante esta problemática se plantea el problema fundamental de cuál debe ser el destino de
los preembiones sobrantes de las técnicas de reproducción asistida. La respuesta del
Tribunal Constitucional ha sido que ni los preembriones no implantados, ni los simples
gametos son personas humanas.

6. Extinción de la personalidad: la muerte


Al igual que la personalidad comienza con el nacimiento, acaba con la muerte. Sin
embargo, la evolución de la sociedad y sus avances han hecho que determinar la muerte
algo complicado y difuso, respetando siempre la dignidad de la persona siguiendo los
siguientes principios:
• El respeto a la autonomía de la voluntad del paciente, de modo que participa
activamente en cuestiones que se puedan plantear en relación con su propia
muerte: como rechazar el tratamiento, protección del consentimiento informado y
se otorga valor jurídico al testamento vital.
• El derecho a recibir cuidados paliativos que atenúen, o en la medida de lo posible,
alivien el sufrimiento y traten el dolor del paciente en situación terminal.
• La limitación del esfuerzo terapéutico, que significa la buena práctica clínica de
poner fin a tratamientos que, careciendo de utilidad clínica y sin proporcionar
resultado alguno de mejora o curación, retrasan la muerte del paciente que carece
de expectativas razonables de mejoría o recuperación.

7. Los derechos de la personalidad


7.1 Concepto
Los derechos de la personalidad se pueden definir como derechos subjetivos que
reconocen y protegen manifestaciones concretas de la personalidad.

7.2 Relación entre los derechos fundamentales y los derechos de la


personalidad
Existe un gran debate entorno a la relación entre los derechos de la personalidad y los
derechos fundamentales que resolveremos a continuación:

Es cierto que, en las constituciones, también en la española, recogen una serie de derechos
inherentes a las personas que son manifestaciones propias de su dignidad y de su identidad
misma, de su esfera como sujetos de derechos, individuales y colectivos.
A pesar de esto, no todos los derechos de la personalidad son derechos fundamentales
(por ejemplo, el derecho al nombre), aunque podríamos decir que la regla contraría sí es
cierta: todos los derechos fundamentales, son derechos de la personalidad.

7.3 Lista de derechos de la personalidad


Los derechos de la personalidad son:
• Derecho a la vida
• Derecho a la integridad física
• Derecho a la libertad de expresión y libertad de información
• Derecho al honor, a la integridad y a la propia imagen.
• Derecho a la identidad

7.4 Tutela civil de los derechos de la personalidad


Estos derechos de los que estamos hablando se tutelan normalmente en tres ámbitos, que
son el constitucional, penal y civil. Aunque nosotros nos vamos a centrar en este último.

La tutela civil se lleva a cabo a través del resarcimiento de daños materiales y morales
causados (por ejemplo, cuando se conculca la intimidad de una persona).
TEMA 3: LA CAPACIDAD DE OBRAR
1. Mayoría de edad y plena capacidad para obrar
Como se refleja en el artículo 12 CE y el artículo 315.1º CC la mayoría de edad se alcanza
automáticamente a los 18 años. Más concretamente, para el derecho civil se considera
mayor de edad a un individuo a las 00:00 horas del día de sus 18 cumpleaños.

Una vez que llega la mayoría de edad se presupone una cierta madurez de la persona, ya
que sería prácticamente imposible examinar la madurez de cada individuo de forma
individual, por lo que se le habilita la plena capacidad de obrar, es decir, capacidad para
ejercer por sí misma con plena eficacia sus derechos y obligaciones (art. 322 CC).

Esta capacidad de obrar, a pesar de haber llegado a la mayoría de edad tiene todavía
ciertas limitaciones reflejadas en el CC como por ejemplo la capacidad de adoptar que
llega a los 25 años.

Cabe destacar, que al conseguir la (casi) plena capacidad de obrar se extingue por motivos
obvios la patria potestad, tutela o cualquier mecanismo de asistencia o guarda al que
estaba sujeto hasta entonces el menor de edad.

Por último, es importante saber que la única forma de limitar esta plena capacidad jurídica
es por medio de una resolución judicial en los supuestos de incapacitación o modificación
judicial de la capacidad, prodigalidad y concurso.

2. Minoría de edad
2.1 La capacidad de obrar del menor de edad
La minoría de edad es el período que abarca desde que la persona nace hasta que cumple
la mayor edad, y se caracteriza fundamentalmente por la sujeción del menor a la patria
potestad o, en su defecto, a la tutela.

Estas instituciones protectoras del menor (patria potestad o tutela), siempre deben tomar
decisiones con el objetivo de obtener el beneficio del menor y el respeto al libre desarrollo
de su personalidad. También será necesario escuchar su opinión en situaciones que le
afecten siempre y cuando tenga el suficiente juicio para hacerlo.

Por otra parte, los poderes públicos se encargan de proteger a los menores por medio del
artículo 39 CE. Además, en el caso de que los responsables del menor no actúen
correctamente, los órganos públicos podrían intervenir para la defensa del este.

Es de enorme relevancia conocer que el menor carece de la plena capacidad de obrar fruto
de la falta de madurez que se presupone, por este motivo como hemos dicho anteriormente
se encuentra representado o asistido por sus padres o tutores.

El menor cuenta con una capacidad de obrar limitada, sin embargo, cada vez son más las
normas que en el Código Civil e incluso en leyes especiales permiten a los menores actuar
por sí mismos en función de su edad o madurez dándoles así un mayor ámbito de
autonomía, tanto en la esfera personal como patrimonial. Algunos ejemplos de estas
normas son:
• Consentimiento para ser adoptado: 12 años (art. 177.1 CC)
• Obtener la nacionalidad española: 14 años (20.2 b CC)
• Otorgar testamento: 14 años (663.1º CC)

En cuanto a los actos que pueda realizar el menor en función de su madurez, debemos
destacar el artículo 162.1º CC en el que excluyen a los representantes legales para la toma
de decisiones entorno a los derechos de personalidad (derecho a la propia imagen, a la
intimidad…) del menor cuando este cuenta con cierta madurez o capacidad natural de
obrar para ello, y siempre y cuando no haya límites legales en la edad para el ejercicio
eficaz de los mismos.

De forma progresiva durante la minoría de edad, el menor va adquiriendo la capacidad


natural de obrar conforme va creciendo y va adquiriendo madurez, por lo que se le
permitirá celebrar contratos relativos a bienes y servicios de la vida corriente propios de
su edad de conformidad con los usos sociales (artículo 1263.1º).

2.2 La responsabilidad del menor


2.2.1 Responsabilidad contractual
La responsabilidad contractual es la que deriva por incumplimiento del contrato, que
viene regulada en los artículos 1101 y siguientes del CC.

Como hemos visto, el menor tiene una capacidad de obrar gradual que le permite realizar
determinados contratos. De esta forma, el menor deberá responder en caso de
incumplimiento aplicándosele la disciplina general (artículos 1101 y siguiente CC).

Cabe destacar que si el menor celebra un contrato sin la intervención de sus padres cuando
esta es necesaria, dicho contrato es anulable. Es decir, el contrato produce todos sus
efectos hasta que no se ejercite la acción oportuna por el representante legal o por el
propio menor cuando alcance la mayor edad. (artículos 1261.1º, 1263.1º, 1300 y 1302
CC), siendo el plazo para hacerlo de 4 años desde que el menor sale de la tutela o patria
potestad.

En el caso de que se ejerciese la anulabilidad y prosperase, el menor solo estaría obligado


a devolver aquello en cuanto se enriqueció con la cosa o precio que recibiera. Si la acción
no se ejerce y transcurre el plazo de cuatro años, el negocio quedará convalidado.

2.2.2 Responsabilidad extracontractual


La responsabilidad extracontractual es aquella que surge cuando, por acción u omisión,
se causa daño a otro, interviniendo por culpa o negligencia (artículo 1902 y siguientes
CC). En este caso la responsabilidad no es fruto de un incumplimiento de una obligación
previa, puesto que no existe contrato.

En este caso los que deberán responder por el menor serán los padres o tutores legales
(artículo 1903 CC). Aunque en este mismo artículo se marca una excepción para
exonerarse a los sujetos responsables del menor si demuestran que emplearon toda la
diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño. Es importante saber que esta
excepción no suele aplicarse de forma habitual.
3. La emancipación
3.1 Concepto y clases
La emancipación es la situación en la que puede encontrarse el menor de edad, que ha
salido de la patria potestad o de la tutela, y que tiene una capacidad de obrar similar al
mayor de edad del que, sin embargo, le separan algunas limitaciones que se le imponen
para diversas categorías de actos. Se le considera un estado intermedio entre la minoría y
la mayoría de edad que, a diferencia de éstos, no se produce necesariamente.

Dentro de este concepto de emancipación encontramos 3 tipos:

3.1.1 Emancipación por concesión de quienes ejercen la patria potestad.


Este tipo de emancipación atendiendo al artículo 317 CC, la pueden conceder los padres
de forma unilateral y discrecionalmente a su hijo menor. Los requisitos son:
• Que el menor haya cumplido los dieciséis años.
• Que el menor preste su consentimiento.
• Que la emancipación se otorgue en escritura pública o bien por comparecencia
ante el Juez encargado del Registro.

La concesión de la emancipación debe ser inscrita en el Registro Civil, para ser oponible
frente a terceros. Además, una vez concedida la emancipación ya no puede ser revocada.

3.1.2 Emancipación por concesión judicial.


Esta emancipación la concede el Juez y para ella es necesario que sea solicitada por un
mayor de 16 años y previa audiencia con los padres (artículo 320 CC).

Además, se necesitan las siguientes circunstancias:


• Quien ejerce la patria potestad contraiga matrimonio o conviva materialmente con
una persona distinta del otro progenitor.
• Los padres vivan separados.
• Concurra cualquier causa que entorpezca gravemente el ejercicio de la patria
potestad.

Cabe destacar, que esta es la única emancipación que puede solicitar el menor que se
encuentre bajo tutela. No se necesitaría ninguna circunstancia en especial y sería el Juez
el encargado de determinar si merece la pena la emancipación con ayuda del informe
previo del Ministerio Fiscal.

La emancipación otorgada por el Juez a lo menores sometidos a patria potestad o tutela


debe ser inscrita en el Registro Civil y es de carácter irrevocable.

3.1.3 Emancipación de hecho.


La emancipación de hecho es la que se produce cuando un mayor de 16 años con el
consentimiento de sus padres vive de forma independiente a estos (artículo 319 CC).

Los requisitos para esta emancipación son:


• Hijo mayor de 16 años.
• Que viva con independencia de los padres (tomar sus propias decisiones en el
aspecto material y patrimonial).
• Consentimiento de los padres, pudiendo ser revocado en cualquier momento.
Con esta emancipación la patria potestad queda suspendida, ya que como hemos dicho
anteriormente los padres pueden recuperarla en cualquier momento. Además, no es
necesario forma solemne o publicidad registral.

3.2 Efectos de la emancipación


La emancipación como hemos dicho al inicio habilita a la persona menor de edad para
regir su persona y bienes como si fuera mayor (artículo 323 CC). Al producirse la
extinción de la patria potestad o tutela, se da una ampliación de la capacidad de obrar del
menor con ciertas limitaciones en las que necesitará la asistencia de sus padres o curador.
Estas restricciones son:
• Tomar dinero a préstamo, es decir, ser prestatario, lo que no impide ser
prestamista.
• Gravar o enajenar bienes inmuebles o establecimientos mercantiles o industriales
u objetos de extraordinario valor.

Cabe destacar que, si el menor emancipado está casado, para poder realizar la segunda
restricción se debería:
• Recurrir al otro cónyuge si es mayor de edad, necesitando únicamente el
consentimiento de ambos.
• Si ambos son menores, se necesitará el permiso de los curadores o progenitores
de ambos.

4. Discapacidad e incapacitación
Podemos entender por persona discapacitada aquella que tiene deficiencias físicas,
mentales, intelectuales o sensoriales que pueden llegara impedir su participación plena y
efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones que los demás.

En un principio nuestro sistema siguió el modelo denominado médico o rehabilitador.


Este sistema consideraba la discapacidad como un problema de la persona causado por
una enfermedad que requiere la asistencia médica en forma de tratamiento
individualizado.

Posteriormente, se pasó a un modelo social que entendía que la integración social de estas
personas llegaba con la adaptación del entorno social a las capacidades de estas personas
para que pudieran gozar de las mismas oportunidades.

A pesar de estos modelos, el pasado 17 de julio de 2020 se presentó un nuevo proyecto


de ley entorno a esta problemática que traía las siguientes novedades:
1. “incapacitado” --------> “persona con discapacidad”. Ya no es un estado civil.
2. Tener capacidad jurídica = capacidad jurídica / ejercer la capacidad jurídica = capacidad
de obrar
3. “Apoyo” para ejercitar su capacidad jurídica por medio de un procedimiento judicial de
provisión de apoyos.
4. Resolución del juez que por medio de una dinámica de mesa redonda se determinan los
actos en los que necesitará apoyo o representación y en qué consistirá.
5. Se pone por encima la voluntad del discapacitado frente el interés superior que se tenía
en cuenta anteriormente, tratándolos de esta forma como niños.
6. Se produce un reforzamiento de las autodecisiones, pudiendo otorgar poderes preventivos
porque el que los ostenta se vaya a morir o puedes nombrar tu propio curador
(autocuratela) antes de perder tus facultades.
7. Personas de apoyo: Guarda de hecho (autorizaciones judiciales para determinadas
situaciones o actuaciones), Curador (en función de la necesidad asistencial o
representativo), Defensor judicial ( para realizar tareas puntuales por un período de
tiempo corto y provisional. Por ejemplo: me rompo la pierna y no puedo ir al banco a
sacar dinero)
8. En la legislación previa se estipulaba que cuando los menores discapacitados llegaban a
la mayoría de edad se producía el fenómeno de la patria potestad prorrogada. En esta
propuesta se plantea que dos años antes de llegar a la mayoría de edad se debe solicitar
la provisión de apoyos necesarios (algunas de las figuras que hemos visto anteriormente).
TEMA 4: DOMICILIO Y ASUENCIA
1. La localización de la persona: el domicilio
En primer lugar, debemos saber que el domicilio es un concepto que puede identificarse
como el centro o sede jurídica de la persona natural o jurídica que tiene como objetivo la
facilidad para la localización de la persona y su plena identificación a efectos jurídicos.

1.2 Clases de domicilio


En virtud de las previsiones legales, podemos determinar que existen varios tipos de
domicilios, aunque nosotros únicamente estudiaremos dos:
• Domicilio voluntario o real: es el elegido por cada persona para fijar su residencia en
ejercicio de su autonomía de la voluntad. Este tiene como único requisito la habitualidad,
es decir, la permanencia o estabilidad en la habitación de dicho espacio físico.
• Domicilio legal: es aquel que la Ley fija de forma imperativa para las personas que se
encuentren en determinadas circunstancias, con independencia de que se dé o no la nota
de habitualidad en la residencia. Algunos ejemplos de estos son: en el caso de las personas
casadas cuyo domicilio presume la ley que es aquel donde se encuentre la vivienda
familiar, los menores sometidos a patria potestad que será el de sus progenitores…

2. Las situaciones de ausencia


Las situaciones de ausencia son aquellos casos en los que una persona no se encuentra
localizable en su domicilio, sin que tenga noticias de su paradero.

De esta forma, el ordenamiento jurídico plantea una serie de mecanismos con el objetivo
de proteger y garantizar la continuidad de ciertas relaciones jurídicas del desaparecido.
En función de la duración de la situación de ausencia de la persona y de la incertidumbre
de subsistencia, el CC plantea tres fases legales que pueden darse de forma alternativa y
no necesariamente sucesiva:

2.1 La desaparición
Atendiendo al artículo 181 del CC se considera que una persona está desaparecida en el
momento que se ausenta de su domicilio o del lugar de su última residencia sin haberse
tenido más noticias de ella.

En el caso de que el desaparecido no haya dejado a ninguna persona para que lo


represente, el ordenamiento permite llevar a cabo ciertas medidas en favor de los intereses
del desaparecido cuyo atraso podrían causar un grave perjuicio al interesado.

La principal medida consiste en el nombramiento de un defensor del desaparecido por


medio de un procedimiento de jurisdicción voluntaria y por decisión del Secretario
Judicial. Esta figura se encargará de forma provisional y limitada de la representación del
ausente, en la que el Secretario Judicial establecerá las facultades necesarias de esta figura
para la conservación del patrimonio desaparecido. Ejemplos: personación en un juicio,
realización de actos jurídicos de carácter privado…

Cabe destacar que esta figura del defensor del desaparecido finalizará con su localización,
certeza de muerte o por la constitución de algunas de las fases legales de asusencia legal
o declaración de fallecimiento.
2.2 La ausencia legal
2.2.1 Concepto y requisitos
La declaración de ausencia legal es una de las herramientas con las que cuenta nuestro
ordenamiento jurídico que nos permite la toma de medidas de defensa y protección del
desaparecido más estables, que alcancen además de su ámbito patrimonial, su esfera
personal y familiar.

Este mecanismo se utiliza en las situaciones en las que la desaparición de la persona


persiste de forma prolongada, de forma que es posible empezar a dudar de su subsistencia.
Puede ser instada por un amplio colectivo de personas (cónyuges, parientes, Ministerio
Fiscal…), sustanciándose a través de un procedimiento de jurisdicción voluntaria ante el
Secretario judicial, sometido a rígidas exigencias de publicidad dirigidas a recabar
posibles noticias acerca de su paradero.

Los requisitos materiales para la declaración de ausencia material son:


• Que la desaparición y ausencia de noticias de la persona se prolongue durante un lapso
de tiempo que puede ser:
a) 1 año desde las últimas noticias o la desaparición de la persona de su
domicilio.
b) 3 años, si el desaparecido hubiere dejado encomendada la
administración de todos sus bienes de forma general a un mandatario.
• Que alguna de las personas legitimadas en el artículo 182 CC empiece el expediente
correspondiente de declaración judicial de ausencia legal.

2.2.2 El representante del ausente


Una vez que se ponga fin al proceso declarando la ausencia legal debe contener el
nombramiento de un representante del ausente que, en función de quien asuma este cargo
distinguimos entre:
• Representantes legítimos: cónyuge, descendientes y ascendentes son los representantes
legítimos privilegiados. Para poder desarrollar su cargo, tienen atribuidas las más amplias
facultades de administración, sin necesidad de rendir cuentas de su gestión.

Estos disfrutan de la posesión temporal de los bienes del ausente, pudiendo hacer
suyos los frutos líquidos del patrimonio en consideración a los gastos que requiera
la representación. Para ello requieren de la autorización del secretario judicial, que
le será concedida solo en caso de necesidad o utilidad evidente. Normalmente
cuando se plantea un acto de incompatibilidad entre actos de disposición
realizados por el representante y el propio ausente, sobre unos mismos bienes se
le da prioridad de los actos realizados por el representante.

Es importante saber que los hermanos del ausente pueden asumir la función de
representante, siendo entonces legítimos no privilegiados, con funciones y
facultades asimiladas a las del representante dativo.

• Representantes dativos: cualquier persona designada por el secretario judicial. Durante


su actuación debe someterse al control de la autoridad judicial, rindiendo cuenta al
Juzgado semestralmente, y pudiendo obtener una retribución por el desempeño, que será
concedida por el secretario judicial siempre y cuando lo permita el patrimonio del
ausente.
Atendiendo a los arts. 184 y 185 del CC, las funciones generales del representante del
ausente son:
• La representación del ausente.
• La pesquisa de su persona.
• El cumplimiento de sus obligaciones.
• La protección y administración de sus bienes.

2.2.3 Efectos de la declaración de ausencia legal


A pesar de que la mayoría de los efectos se producen en el ámbito patrimonial, se
producen otros en las esferas personales y familiares:
• La situación jurídica respecto a los terceros se ve alterada, y con ello la posible validez
de los actos jurídicos que realice, al tener que relacionarse éstos (los terceros)
necesariamente, con el representante ausente.
• Si el desaparecido tiene hijos menores de edad sometidos a patria potestad, ésta será
ejercida exclusivamente por el otro progenitor, u otro tutor en el caso de que no exista el
progenitor o haya sido privado de la patria potestad.
• El cónyuge del ausente podrá solicitar la disolución de la sociedad de gananciales, y la
instauración del régimen de separación de bienes.
• El cónyuge podrá solicitar la separación o el divorcio del ausente, que en ningún caso
podrá acogerse a la modalidad de mutuo acuerdo, y siendo preceptiva la intervención del
Ministerio Fiscal en la sustanciación del proceso matrimonial.
• En caso de que el ausente sea llamado como sucesor a una herencia, el art. 190 CC permite
al representante adquirir los derechos sucesorios del ausente, siempre que pueda acreditar
que éste vivía en el momento del fallecimiento del causante.

Las causas que pueden poner fin a la situación de ausencia legal son:
• Aparición o noticias del ausente.
• Prueba de la muerte del desaparecido, supuesto que dará lugar a la apertura de su
sucesión.
• Declaración del fallecimiento.

2.3 La declaración del fallecimiento


La tercera y última etapa que prevé el ordenamiento jurídico para los supuestos de
desaparición de una persona, parte del aumento objetivo de las posibilidades de que la
persona que desaparezca haya fallecido.

Los supuestos que regula el Código civil en los arts. 193 y 194 para que pueda declararse
una persona como fallecida son:
• Declaración del fallecimiento por ausencia de noticias en 10 o 5 años, si pasado este plazo
el ausente hubiera cumplido setenta y cinco años.
• Declaración de fallecimiento por riesgo inminente de muerte: Violencia contra la vida o
siniestro natural, operaciones de campaña, naufragio o siniestro aéreo.

Para cada uno de estos supuestos en el artículo 194 se establece un plazo determinado
para poder declarar el fallecimiento. Una vez transcurridos los plazos señalados, los
interesados podrán solicitar la declaración de fallecimiento mediante un proceso de
jurisdicción voluntaria seguido ante el secretario judicial, que terminará con un auto que
declare a la persona como fallecida, dando lugar a los efectos consiguientes al
fallecimiento de la persona y a la desaparición de su esfera jurídica.
En esta declaración se deberá exponer de forma precisa la fecha a partir de la cual se
entiende la muerte de la persona, siguiendo las reglas de los arts. 193 y 194 en función de
cuál sea la causa de desaparición.

Es importante recalcar que, para llegar a alcanzar esta declaración, no es necesario pasar
por las fases anteriores.

La declaración del fallecimiento provoca los siguientes efectos legales:


• Apertura de la sucesión y reparto de la herencia del declarado fallecido. Sin embargo, el
reparto de la herencia del declarado debe seguir una serie de reglas particulares dictadas
en previsión de la posible reaparición de quien se declaró muerto. Por lo que se debe
realizar un inventario de los bienes muebles e inmuebles, prohibición a los herederos de
realizar actos de disposición a título gratuito con los bienes recibidos en herencia hasta
pasados 5 años y la posposición en la entrega de los legados hasta 5 años después desde
la declaración del fallecimiento.
• Disolución del matrimonio del fallecido.
• Cese de los cargos y medidas establecidas judicialmente en base a alguna de las anteriores
fases de desaparición.

Cabe destacar que la aparición o las noticias sobre la existencia de quien fue declarado
fallecido puede derivar en auto por el que dejará de ser efectiva la declaración del
fallecimiento.

En este caso, el ausente tendrá derecho a recuperar su patrimonio en el estado que se


encuentren los bienes, sin que puede reclamar frutos o beneficios ni exigir responsabilidad
a los herederos por la administración.
TEMA 5: LAS PERSONAS JURÍDICAS

1. La personalidad jurídica
Como hemos visto en temas anteriores las relaciones jurídicas que se llevan a
cabo pueden ser protagonizadas por personas físicas, es decir, seres humanos.
Pero pueden ser protagonizadas por otros entes, organizaciones…

Las personas jurídicas son fundamentalmente una creación del Derecho a partir
de la existencia de las organizaciones sociales. Y son también un sujeto de
derecho distinto de la persona física. Como tales pueden protagonizar relaciones
jurídicas y ostentar la titularidad de derechos y obligaciones.

Cabe destacar que este concepto que estamos manejando ya se utilizaba hace
muchos años atrás de forma similar en el Derecho Romano, en el Medievo con
el Derecho canónico, en los Estados liberales…

2. Clasificación de las personas jurídicas


Como es obvio no existe un único tipo de persona jurídica, la podemos clasificar
según 2 criterios: la tradicional división entre Derecho público y Derecho privado
y el interés público o general e interés particular.

2.1 Personas jurídicas de Derecho público


Cuando hablamos de personas jurídicas de Derecho público hacemos referencia
a las “corporaciones” de las que simplemente se nombra en el art. 35.1 CC sin
definirlas ni regularlas.

Dentro de esta categoría de personas jurídicas encontramos otras clases que


son las siguientes:
• Administraciones territoriales: con fundamento constitucional la mayoría, son
organizaciones dotadas de personalidad jurídica que toman como referencia el
territorio. Ejemplo: Estado, Comunidades Autónomas, Provincias…
• Administración Institucional: organizaciones con personalidad jurídica propia
que desarrollan actividades de ejecución o de gestión para las administraciones
territoriales.

Es importante saber que había una tercera clase en la que se encuentran un


conglomerado de organizaciones, aunque no de forma clara, aunque tienen
atribuidas algunas funciones públicas.
2.2 Personas jurídicas de Derecho privado e interés público o
general
En esta segunda categoría encontramos las asociaciones y las fundaciones que
son creadas por particulares o por poderes públicos que actúen como privados,
además de que son gestionadas y reguladas por estos según sus propias
normas, dentro de lo que el ordenamiento jurídico les permite.

Las asociaciones surgen cuando varios sujetos deciden unirse en pos de unos
fines comunes, organizándose para ello, siendo estos fines de interés público o
general. Estas vienen reguladas por la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo,
reguladora del Derecho de Asociación (LODA).

Las fundaciones presentan una base o un fundamento patrimonial. Se trata de


un patrimonio destinado de forma permanente y estable al cumplimiento de fines
de interés general.

2.3 Personas jurídicas de Derecho privado e interés particular


Las personas jurídicas de Derecho privado e interés particular son las
sociedades civiles o mercantiles. Cuando hablamos de interés particular se
considera sinónimo de “ánimo” o “fin de lucro”, aunque existen ciertas
sociedades de interés particular que no tienen como fin el lucro.

3. Régimen jurídico general de las personas jurídicas


Para las personas jurídicas existe un régimen general en el que se establecen
las reglas básicas por las que se rigen, aunque es importante saber que hay
determinadas personas jurídicas que tienen su propio régimen jurídico:

3.1 Atribución de la personalidad


En el caso de nuestro ordenamiento nos encontraríamos ante un sistema de
atribución genérica. De esta forma las corporaciones, las asociaciones y las
fundaciones obtendrían su personalidad desde el instante mismo en que con
arreglo a Derecho, hubiesen quedado válidamente constituidas

La administración a través de determinados mecanismos se limitaría a verificar


el cumplimiento de los requisitos constitutivos de cada persona jurídica.

3.2 Domicilio
En el caso de que no haya ninguna regla que lo especifique se entenderá que el
domicilio lo tienen en el lugar en que se halle establecida su representación legal
(donde se encuentre sus órganos de representación y gestión) o
subsidiariamente donde ejerzan las principales funciones de su instituto.
3.3 Nacionalidad y vecindad civil
La forma de conocer y establecer la nacionalidad será atendiendo al domicilio ya
que se encuentran directamente vinculados. La nacionalidad nos permitirá
conocer cual es el ordenamiento aplicable a estas personas jurídicas de las que
hablamos.

Para determinar la vecindad a pesar de que no aparezca nada reflejado en el CC


será el lugar de ejercicio principal de sus funciones y sus actividades. El motivo
por el que no se refleja esto en el CC es que en los derechos civiles forales a
excepción del Navarro no había legislación acerca de este tema.

3.4 Capacidad
La atribución de personalidad jurídica supone que las organizaciones que la
obtienen se convierten en sujetos, capaces de ser titulares de relaciones
jurídicas, derechos y deberes.

La limitación de esta capacidad vendrá dada por los estatutos y la ley.

Cabe destacar que las personas jurídicas tendrán la capacidad de adquirir y


poseer bienes, ser tutores (si no tienen financiación lucrativa y entre sus fines se
encuentra la protección del menor o incapacitado), responder ante los daños y
perjuicios causados por sus funcionarios o similares y por sus trabajadores
respectivamente.

3.5 Extinción
Para la extinción de las personas jurídicas se deben dar una serie de causas
voluntarias y legales que vienen determinadas en el art. 39 CC. Como
consecuencia de ésta se procedería necesariamente a la liquidación del
patrimonio existente en el momento de la misma.

4. Las asociaciones
Como hemos explicado anteriormente las asociaciones son un tipo de persona
jurídica, más concretamente de Derecho privado e interés público o general. A
continuación, veremos algunos de los aspectos más esenciales de las
asociaciones y el derecho de asociación.

4.1 ¿Cuál es la ley general que regula las asociaciones en la


actualidad?
En la actualidad la Ley general que se encarga de regular las asociaciones es la
Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación.

4.2 ¿Cuál es la ley autonómica que regula las asociaciones en


Andalucía?
La ley autonómica que se encarga de regular las asociaciones en Andalucía es
la Ley 4/2006, de 23 de junio, de Asociaciones de Andalucía.
4.3 ¿En qué consiste el dº fundamental de asociación?
El derecho fundamental de asociación consiste en la libertad de toda persona de
fundar y pertenecer a una asociación, así como la de no asociarse o dejar de
formar parte de una de ellas.

4.4 ¿Cuáles son los requisitos para crear una asociación?


Los requisitos o elementos de la asociación son tres y se deducen fácilmente del
concepto que hemos de ésta:
• Pluralidad de asociados: aunque dos sujetos ya constituyen una pluralidad, el
artículo 5.1 LODA exige la presencia de tres o más personas en el momento de
la constitución de la asociación. Con este número impar básico, parece que se
está garantizando la toma de decisiones (al poder alcanzar una mayoría).
• Fin: el fin ha de ser común a los asociados. Además, debe ser un fin lícito. La
licitud del fin no ha de medirse sólo desde el punto de vista penal sino que
pueden existir fines ilícitos no delictivos.

También el fin ha de ser, como ya hemos señalado, no lucrativo, es decir,


no puede consistir en la obtención de ganancias o beneficio económico
por parte de la asociación.

Por último, el fin en la asociación es de interés general o de interés


particular.
• Organización: quienes deciden asociarse para la consecución de determinados
fines han de dotarse de una organización, es decir, de los mecanismos
necesarios para que el ente creado funcione mínimamente. La organización
comprende aspectos como el sistema de adopción de acuerdos en el seno de la
asociación y, sobre todo, los órganos con los que se articula propiamente el
funcionamiento de ésta.

Las asociaciones operan con dos órganos básicamente. De un lado, la


asamblea general, que es el órgano supremo de gobierno de la asociación
y del que forman parte todos los asociados. La LODA prevé expresamente
que debe adoptar sus acuerdos por el principio mayoritario de democracia
interna y que habrá que reunirse al menos una vez al año.

Junto a esté, por razones evidentemente operativas, suele existir un


segundo órgano, formado por un menor número de socios, con funciones
ejecutivas y directivas. Es habitual que reciba el nombre de “junta
directiva” y quienes lo integren realicen distintas funciones, identificados
con diversos nombres (presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y
vocales).

4.5 ¿Qué son los Estatutos de una asociación?


Los Estatutos de una asociación son las reglas fundamentales del
funcionamiento de una asociación y, pese a no poseer el carácter de norma
jurídica, son vinculantes para los socios, pues se sometieron a ellos de forma
voluntaria al ingresar en la asociación.
5. Las fundaciones
Como hemos explicado anteriormente las asociaciones son un tipo de persona
jurídica, más concretamente de Derecho privado e interés público o general. A
continuación, veremos algunos de los aspectos más esenciales de las
asociaciones y el derecho de asociación.

5.1 ¿Cuál es la Ley general que regula las fundaciones en la


actualidad?
En la actualidad la Ley general que regula las fundaciones es la Ley 50/2002, de
26 de diciembre, de Fundaciones.

5.2 ¿Cuál es la Ley autonómica que regulas las fundaciones de


Andalucía?
La ley autonómica que se encarga de regular las fundaciones de Andalucía es la
Ley 10/2005 de 31 de mayo de fundaciones de la Comunidad Autónoma de
Andalucía.

5.3 ¿En qué consiste el dº de fundación?


El derecho de fundación es el derecho a destinar un patrimonio económico a la
consecución de un fin mediante una organización dotada de personalidad
jurídica.

5.4 ¿Cuáles son los requisitos para crear una fundación?


Los elementos que caracterizan toda fundación son:
• Patrimonio: la fundación es por encima de todo un patrimonio, o dicho de otra
forma, puede considerarse el desencadenante principal de la fundación. El
patrimonio, en el momento de puntual del nacimiento de la fundación, está
representado por la dotación, que debe constar expresamente en el negocio
jurídico fundacional. Sin embargo, el patrimonio es algo más que la dotación, si
bien existe ese momento inicial en el que ambos suelen coincidir exactamente.
• Fin: el fin de la fundación ha de ser necesariamente el interés general. Este fin
debe tener relevancia social. Cabe destacar que el interés general viene definido
por los beneficiarios, es decir, por los destinatarios de las actividades
desplegadas por la fundación que deben ser “colectividades genéricas de
personas”, sin establecer ningún tipo de discriminación entre los beneficiarios.
• Organización: el funcionamiento de las fundaciones se articula a través de un
órgano de gobierno y de representación pensando específicamente para ello,
que recibe el nombre de “Patronato”. Este órgano se encarga de cumplir con los
fines fundacionales y administrar con diligencia los bienes y derechos que
integran el patronato de la fundación, manteniendo el rendimiento y utilidad de
los mismos. Los miembros del Patronato deberán ser al menos 3, cada uno con
sus respectivas funciones y se llaman patronos. También existe el Protectorado
que es una función de control de las funciones ejercidas por la administración.

5.6 ¿Qué son los Estatutos de una fundación?


Los estatutos son los reglamentos internos que rigen cómo se gobernará y sus
estructuras básicas, estos se encargan de crear un marco de referencia para el
funcionamiento de la entidad y ayudan a imponer orden en sus procedimientos
y toma de decisiones.
TEMA 6: RELACIÓN JURÍDICA, DERECHOS
SUBJETIVOS Y AUTONOMÍA PRIVADA

1. La relación jurídica
1.1 Concepto de relación jurídica
La relación jurídica es aquella relación entre personas que tiene como objeto
intereses lícitos y considerados dignos de tutela por el Derecho, de forma que
para la consecución de los mismos se atribuyen poderes y correlativos deberes.

De esta forma, se deriva que se atribuya a unos sujetos una situación de poder
para logar satisfacer sus intereses (parte activa) y a otros una correlativa
situación de deber o sujeción (parte pasiva).

1.2 Clases de relaciones jurídicas


Aunque podemos hacer múltiples clasificaciones de las relaciones jurídicas,
haremos referencia solo a las más importantes:
• Relaciones jurídicas de Derecho público y relaciones jurídicas de Derecho
privado: las primeras se caracterizan porque persiguen intereses que afectan
fundamentalmente a la comunidad de ciudadanos mientras que en las relaciones
de Derecho privado se persiguen intereses de carácter particular. No obstante,
su naturaleza particular no impide que las relaciones entre los individuos posea
una transcendencia social.
• Relaciones jurídicas simples y relaciones jurídicas complejas: en las
primeras existe un solo vínculo entre los sujetos uno de los cuales tiene la
facultad o el poder y el otro la sujeción o el deber. Por el contrario, lo
característico de las relaciones jurídicas complejas es que cada uno de los
sujetos que está presente en la relación es titular de un derecho, pero al mismo
asume un deber frente a la otra parte.

1.3 Estructura de la relación jurídica


Los elementos que integran la relación jurídica son:
• Los sujetos de la relación jurídica: se corresponde con las personas entre las
que se establece ésta. Uno de ellos ocupa la posición del poder, al que
denominamos sujeto activo, y otro la posición de deber jurídico, que es el sujeto
pasivo. Es decir, el sujeto activo es titular de la posición de poder y el sujeto
pasivo es titular de la posición de deber jurídico.
• El objeto de la relación jurídica: es la materia sobre la que convergen el poder
del sujeto activo y del deber del sujeto pasivo. E objeto pueden ser conductas o
comportamientos de otra u otras personas en cuanto puedan ser valiosas para
el sujeto activo.
• El contenido de la relación jurídica: el contenido de la relación jurídica está
formado está formado por la posición jurídica de los sujetos que se encuentra
compuesta por situaciones de poder que llamaremos lado activo de la relación
jurídica y situaciones de deber que constituyen el lado pasivo de esa relación.

A pesar de esto, debemos saber que poder y deber son situaciones


genéricas, dentro de las cuales se agrupan figuras diversas. Por ejemplo,
en la situación de poder encontramos la potestad.
2. La autonomía privada
Como ya se ha dicho, la relación jurídica es una relación social a la que el
Derecho le da un significado jurídico consistente en reconocer a un sujeto
determinadas situaciones de poder (sujeto activo) y a otro una correlativa
situación de deber (sujeto pasivo). Las personas tienen la posibilidad de crear,
modificar o extinguir una relación jurídica; pero, en términos generales, además
pueden dictar las reglas que van a regular.

Se de nomina autonomía privada a la facultad de los sujetos de regular sus


propios intereses desplazando las normas jurídicas dispositivas. Dicho principio
se manifiesta fundamentalmente en la libertad de poder constituir relaciones
jurídicas modificarlas, extinguirlas, y regular el contenido de las relaciones así
creadas.

2.1 Límites de la autonomía privada


La autonomía privada como facultad de autorregulación de intereses particulares
no es ilimitada. Tres son pues los límites que el legislador impone a la autonomía
privada:
• Ley: El límite a la autonomía privada que suponen las leyes se refiere
lógicamente a las leyes imperativas que puede tener un alcance muy variado;
así pueden regular en todo o en parte el contenido de determinados contratos;
pueden excluir un determinado contenido del acto de autonomía; pueden
imponer la validez de un acto de autonomía que éste se haga observando unas
formalidades específicas.
• Moral: Respecto a que ha de entenderse por moral, debe rechazarse su
identificación con una creencia religiosa determinada o con las convicciones
morales de un individuo concreto. Dicho límite de la autonomía privada hace
referencia a las convicciones éticas imperantes en una sociedad en un momento
histórico; equivale a un comportamiento honesto.
• Orden público: Este concepto no guarda relación con su acepción vulgar de
situación de tranquilidad o no generar disturbios. El orden público son los
principios que informan las instituciones jurídicas y tutelan intereses superiores
a los individuales, de forma que no pueden ser objeto de disposición de
particulares. En muchas ocasiones se configura como un límite residual y sólo
se acude a él cuando las leyes imperativas no establecen ese límite que afecta
a la autonomía privada.

3. El derecho subjetivo
El derecho subjetivo es la situación de poder reconocida y garantizada a una
persona por el ordenamiento jurídico. En todo derecho subjetivo es necesaria la
presencia de un sujeto que es la persona a la que corresponde esa situación de
poder.

3.1 Objeto de derecho subjetivo


Son todas aquellas realidades que pueden quedar sometidas al poder del titular;
en especial la conducta o el comportamiento de otra persona en la medida que
para la satisfacción de mis intereses necesito la cooperación de otro sujeto y los
bienes.
3.2 Contenido del derecho subjetivo: las facultades
El derecho subjetivo está integrado por unas posibilidades de actuación que se
le reconocen o conceden a su titular. Por ejemplo, el propietario de una casa
tiene la posibilidad de vivir en ella o arrendarla y percibir la renta; también la
posibilidad de venderla, o de constituir una hipoteca sobre la misma. Estas
posibilidades de actuación se llaman facultades y su característica principal es
la situación de dependencia respecto del derecho subjetivo, en el sentido de que
no funcionan de un modo autónomo. Por tanto, si se transmite el derecho
subjetivo se transmiten las facultades. En el ejemplo anterior, si el propietario
vende la casa, será el nuevo dueño el que tenga la facultad de vivir en ella o
arrendarla, o constituir una hipoteca. A veces esas facultades se separan del
derecho subjetivo del que formaban parte constituyendo entonces un nuevo y
distinto derecho. Así, cuando las facultades de uso y disfrute de una cosa que
normalmente se integran en el derecho subjetivo de propiedad se atribuyen a
otro sujeto distinto del propietario, nace un nuevo derecho subjetivo que recibe
el nombre de usufructo.

3.3 Ejercicio y límites del derecho subjetivo


Hemos definido el derecho subjetivo como una situación de poder reconocida
por el ordenamiento jurídico. Sin embargo, el ejercicio de estos derechos no
puede ser ilimitado. En tal sentido cabe afirmar que a los derechos subjetivos les
afectan límites extrínsecos e intrínsecos.

3.3.1 Los límites extrínsecos


Son los derivados de la colisión de un derecho con otro, de distinto titular, referido
al mismo objeto.

Las hipótesis ante las que nos podemos encontrar son:


• Colisión entre derechos que tienen distinto rango: en esta hipótesis se
refiere al de mayor rango, sacrificando al de rango menor que puede quedar
insatisfecho. A veces esta diferencia de rango se refiere a la propia naturaleza
del derecho, las garantías que acompañan a un derecho…
• Colisión de derechos del mismo rango: cuando se produce una colisión entre
derechos de igual rango es posible que o bien prevalezca el que se ejercita
antes, o bien que haya un sacrificio parcial y proporcional entre todos ellos.

3.3.2 Los límites intrínsecos


Los límites intrínsecos surgen de la existencia impuesta por el ordenamiento
jurídico de que el titular del derecho lo ejercite de acuerdo con las reglas que la
conciencia social impone en el tráfico jurídico, vetando su ejercicio de forma
desorbitada más allá de la función que le es propia, o de un modo contrario a la
lealtad o a la ética impuesta por la conciencia social.

LA BUENA FE
Cuando se dice que los derechos deben ejercitarse conforme a las exigencias
de la buena fe significa que los derechos que se atribuyen a los sujetos deben
ejercitarse de acuerdo con un modelo de conducta que el ordenamiento jurídico
considera justo, leal y honesto, de modo que infringe la buena fe quien ejercita
el derecho de una manera o circunstancias que lo hacen desleal, de acuerdo con
los principios éticos que la conciencia social impone al tráfico.
El juicio respecto de si una actuación resulta contraria a la buena fe es jurídico.
No existe una lista concreta de los derechos derivados de la buena fe,
dependiendo de cada acto y situación.

A pesar de todo esto, son dos los supuestos que se encuentran calificados
específicamente como actos contrarios a la buena fe:
• La doctrina de los actos propias: exigencia de un comportamiento coherente, lo
cual significa que cuando una persona, dentro de una relación jurídica, ha
suscitado en otra con su comportamiento una confianza fundada en una
determinada conducta futura, no debe defraudar la confianza suscitada, siendo
inadmisible toda actuación incompatible con aquélla.
• El retraso desleal: hablamos de que un derecho subjetivo o una pretensión no
puede ejercitarse cuando su titular no sólo ha permanecido inactivo durante
mucho tiempo, sino que además dicha conducta omisiva ha despertado la
confianza fundada de que el derecho ya no se ejercitará.

EL ABUSO DE DERECHO
Actualmente, la figura del abuso del derecho está contemplada en el artículo 7.2
CC el cual dispone que “La ley no ampara el abuso de derecho o el ejercicio
antisocial del mismo. Todo acto u omisión que por la intención de su autor, por
su objeto o por las circunstancias en que se realice sobrepase manifiestamente
los límites normales del ejercicio de un derecho, con daño para tercero, dará
lugar a la correspondiente indemnización y a la adopción de las medidas
judiciales o administrativas necesarias que impidan la persistencia del abuso”.

Los requisitos para que se produzca este fenómeno son:


1. Una actuación en el ejercicio de un derecho reconocido por la ley que puede
consistir tanto en una conducta positiva como en una abstención.
2. Dicho ejercicio ha de realizarse sobrepasando manifiestamente los límites
normales.
3. La actuación puede ser abusiva por tres razones: intención del autor, objeto
(finalidad perseguida por el acto) y las circunstancias en las que se realice (de
tiempo, lugar, ocasión).
4. Finalmente, dicha actuación debe causar un daño a tercero. El daño ha de ser
a un interés que carece de una específica protección.

Las consecuencias que prevé el legislador ante este comportamiento son:


• Indemnización del daño sufrido
• Adopción de medidas judiciales o administrativas que impidan la presencia del
abuso.
3.3.3 Límites temporales
Dentro de los límites temporales encontramos:
• La prescripción extintiva: provoca la extinción de un derecho real o de crédito
por la inactividad de su titular durante el tiempo fijado por la ley, en el CC está
regulada junto a la usucapión.
• La caducidad: se configura como un plazo para el ejercicio de un derecho,
potestad, facultad o acción que, una vez transcurrido, provoca su extinción.

La prescripción es susceptible de interrupción, la caducidad no. La caducidad es


apreciable de oficio por el juez, la prescripción tiene que ser alegada por la parte
a quien interese. La caducidad no puede ser objeto de renuncia, la prescripción
sí.
TEMA 7: LA REPRESENTACIÓN

1. Concepto y clases de representación


Es bastante común que en el desarrollo de la vida ordinaria o del tráfico jurídico,
una persona realice actos o negocios de su interés y en su propio nombre. Sin
embargo, en algunas ocasiones debido a determinadas circunstancias
(actuación dificultosa, pérdida de tiempo, o no es posible), se recurre a una
tercera persona para que despliegue aquella actividad.

Esta figura de la que estamos hablando se conoce como representación. Se


puede definir como un fenómeno jurídico, en cuya virtud una persona gestiona
asuntos ajenos, actuando en nombre propio o en el del representado, pero
siempre en interés de éste, autorizado para ello por el interesado o en su caso
la ley, de forma que los efectos jurídicos de dicha actuación se producen directa
o indirectamente en la esfera del representado.

Es importante saber que para actuar en nombre de otro es necesario estar


investido de legitimación, es decir, ha de estarse facultado para ello. En función
del origen de esta investidura se podrá determinar distintos tipos:
• Representación voluntaria: cuando la investidura puede tener su origen en la
voluntad privada del titular de dicho derecho subjetivo y conforme a las
facultades concedidas por el mismo.
• Representación legal: cuando la habilitación tiene su origen o viene impuesta
por la ley.
• Representación orgánica: cuando se actúa en nombre de una persona jurídica
por un órgano de la misma.

Cabe destacar por su enorme relevancia que los actos personalísimos quedan
excluidos del ámbito de la representación, ya sea en el campo estrictamente civil
o en actuaciones procesales.

Debido a que en nuestro ordenamiento jurídico no se encuentra ninguna


regulación concreta entorno a la representación, se suele recurrir a los artículos
1709 y siguientes CC y 1259 CC.

2. Estructura de la representación
La estructura que conforma la representación está integrada por:
• Representado (Dominus): es la persona física o jurídica que se somete a la
representación.
• Representante: es la persona que ejercer las tareas de representación del
representado.
• Tercero: es la persona ante la actúa el representante.
3. La representación voluntaria
La representación voluntaria es un instrumento típico del ámbito de la autonomía
privada, basado en la voluntad del representado (o dominus negotii) que autoriza
la actuación del representante en su propia esfera jurídica. Dicha voluntad se
puede manifestar antes de la actuación del representante en su propia esfera
jurídica (apoderamiento), o después de dicha actuación (ratificación).

El negocio de apoderamiento consiste en una declaración unilateral de voluntad


de carácter recepticio, por la que un sujeto (el poderdante) habilita al otro (el
apoderado) para actuar como un representante ante un tercero: se trata de una
simple autorización (legitimación) para que se lleve a cabo actos jurídicos en su
nombre.

El poder solo habilita (no obliga) para actuar y señala los límites de la actuación
autorizada. Para que quede obligado a actuar el representante es necesario que
exista el contrato de mandato. Este negocio jurídico de mandato es un contrato
bilateral, en virtud del cual yo le encargo algo a alguien y esta se compromete a
hacerlo.

2.1 La representación directa


La representación directa se produce cuando el representante actúa en nombre
e interés del representado, y los efectos se producen directa e inmediatamente
en la esfera jurídica del último.

2.2 La representación indirecta


La representación indirecta se produce cuando el representante actúa de cara al
tercero en nombre propio (“agere proprio nomine”) ocultando que lo hace en
interés de otra persona.

La vinculación se produce entre el tercero y el representante, sin perjuicio de las


obligaciones que el representante haya asumido frente al representado. Se
producen, pues, dos tipos de vinculaciones: una entre mandante y mandatario,
y otra entre mandatario y tercero. La doctrina se divide a la hora de valorar la
eficiencia de este sistema de relaciones:
• Un sector mantiene que entre el mandante y el tercero el aislamiento es absoluto
y, por ende, los efectos de la actuación del mandatario frente al tercero
contratante terminan en éste, habiendo de repercutirlos sobre el mandante
mediante un nuevo negocio; y viceversa, la relación del mandato no se propaga
desde el mandatario al tercero. Así se colige del art. 1717 CC.
• La doctrina más moderna admite que puede haber excepciones al sentido del
art. 1717 CC, empezando por considerar como salvedad a la regla del
aislamiento del mandante, la propia referencia de dicho precepto (“Exceptúase
el caso en que se trate de cosa propias del demandante”). La jurisprudencia en
este caso entiende como “cosas propias del demandante”: a) los casos en que
el mandante provee de fondos al mandatario para que adquiera un bien de
tercero (mandato de adquirir). B) los casos en que el mandante encarga al
mandatario para que adquiera un bien de tercero (mandato para adquirir).
Cabe destacar que se pueden dar casos en los que una persona que no está
legitimada para ello represente a una persona (falsus procurator). Ante esto se
pueden dar las siguientes opciones:
• Puedes asumir las acciones emprendidas por el falsus procurator, ratificando
estos negocios. La ratificación consiste en una declaración de voluntad del
representado, unilateral y recepticia —porque su destinatario es el tercero
contratante—, expresa o tácita —porque así lo recoge el 1727 CC), que
perfecciona, completa y sanea a posteriori y con efectos retroactivos la carencia
de autorización, al amparo del artículo 1259.2º CC.
• Oponerte a los contratos celebrados en su nombre, en virtud del art. 1259.2 CC

4. La representación legal
La representación legal es aquella actuación en nombre de otro con efectos para
éste con base no en su autorización sino en la ley que unas veces la permite y
otras las ordena. Se presenta en nuestro ordenamiento como un mecanismo de
protección de determinadas personas y como instrumento para compensar la
limitación de la capacidad de obrar de la persona sometida a la representación.

La representación legal implica la sustitución del representado por el


representante, cuya voluntad tiene su ámbito de actuación delimitado por la ley
(o la decisión judicial). La ley determina el ámbito en el que puede ejercitarse la
representación y, en su caso, los requisitos y autorizaciones exigidos por ciertos
actos.

Los supuestos más relevantes en los que se plantea este tipo de representación
son:
• Patria potestad sobre hijos menores no emancipados (o sobre hijos mayores con
capacidad modificada judicialmente arts. 154 y siguientes CC)
• Tutela sobre menores o personas con capacidad modificada judicialmente (arts.
222 y siguientes CC)
• Defensor del desaparecido y representante del ausente (arts: 181 y ss. CC)
• Del concebido y no nacido (art. 627)
• Herencia en administración (arts. 801 y 1026 CC)

5. La representación orgánica
La representación orgánica o “estatutaria” es aquella que en virtud de la cual se
actúa en nombre de la persona jurídica por un órgano de la misma: se dice que
“se presta la voz al órgano” (p. ej., asociación, o comunidad de propietarios).
Aunque se hable de representación, realmente no existe dualidad entre
representante y representado; la voluntad del órgano se identifica con la persona
jurídica, y por tanto no hay realmente una voluntad autónoma de aquél.
TEMA 8: EL PATRIMONIO Y LOS ELEMENTOS
PATRIMONIALES

1. El patrimonio
1.1 Concepto
De la necesidad de reglamentar determinadas situaciones de contenido económico surge
el concepto de patrimonio. Un concepto abstracto e ideal que sirve a la ciencia jurídica
para contemplar todos los bienes y deudas de una persona en su conjunto.

De esta forma, podemos definir el patrimonio como el conjunto de bienes, derechos y


obligaciones que conforman una unidad destinada a dar respuesta a las necesidades e
intereses de su titular, y que el Derecho toma en consideración para resolver determinados
conflictos.

Las características fundamentales del patrimonio son:


• El patrimonio en sí mismo no puede ser objeto de un derecho subjetivo. Son sólo los
elementos del patrimonio los que pueden ser el objeto de las relaciones establecidas por
el titular.
• El patrimonio es siempre de alguien, es decir, que requiere siempre un sujeto que sirva
de denominador común a las titularidades que lo componen y las deudas que lo gravan.
Asimismo, podemos afirmar que todo el mundo tiene un patrimonio.

Por último, debemos saber que los elementos que conforman el patrimonio (derechos,
bienes y obligaciones) son siempre de naturaleza económica quedando fuera de este
concepto los derechos de naturaleza personal.

1.2 Clases de patrimonio


La clasificación de los patrimonios se divide en dos grandes grupos que son:
• Patrimonio personal: es el general de cada persona ya sea esta jurídica (empresa) o física
(persona). Como hemos dicho anteriormente todo el mundo tiene un patrimonio.
• Los patrimonios autónomos: estos son una masa de bienes pertenecientes a una o más
personas que es tomada en consideración por el ordenamiento jurídico de forma
independiente al patrimonio personal. Por ello, estos patrimonios tienen cierta autonomía.
Algunos ejemplos de estos patrimonios autónomos son:
- Los patrimonios separados: se dan cuando una persona recibe otro patrimonio
que conserva independientemente del suyo. Podemos encontrar en esta
categoría el patrimonio protegido de las personas con discapacidad.
- Los patrimonios colectivos: pertenecen a dos o más personas, sin llegar a
constituir una persona jurídica, sirven a determinados fines y responden de
determinadas clases de deudas. Ejemplo: comunidad de bienes gananciales
entre los cónyuges y herencia cuando aún no se ha llevado a cabo la partición.

1.3 Los elementos del patrimonio


El patrimonio está compuesto por un conjunto de elementos que conforman el activo y el
pasivo. El activo está conformado por los bienes y derechos, en cambio, el pasivo está
formado por las deudas.

Activo = bienes y derechos


Pasivo = deudas
2. Bien y cosa en sentido jurídico; clasificación de los bienes
Para el Derecho, un bien es un ente material o intelectual sobre el que una persona puede
ejercer un poder jurídico. Como en esta definición hemos dicho, existen dos tipos de
bienes que son:
• Bienes inmateriales: toda realidad jurídicamente protegida que carece de una existencia
física o material. Ejemplos: obras artísticas, patentes, creación de una novela.
• Bienes materiales: toda entidad material que se encuentre localizada y limitada
espacialmente. Los bienes son cosas en sentido jurídico. Ejemplos: coche, caballo,
finca…

3. La distinción entre bienes muebles e inmuebles


3.1 Fundamento de la distinción y perspectiva actual
En virtud del artículo 333 del CC todas las cosas que son o pueden ser objeto de
apropiación se consideran como bienes muebles o inmuebles.

El sentido de esta diferenciación ha tenido un fundamento esencialmente económico,


tratándole de dar más importancia a los bienes inmuebles con un régimen jurídico más
estricto debido a su coste superior frente a los bienes muebles. A pesar de que en la
actualidad ya no sucede esto y hay bienes muebles que son más caros que muchos bienes
inmuebles, siguen teniendo esa función social y esa relevancia los bienes inmuebles.

3.2 Los bienes inmuebles


Atendiendo al artículo 334 del CC los bienes inmuebles son los siguientes, y se dividen
en las siguientes categorías:
• Inmuebles por naturaleza: una porción delimitada de la superficie terreste. Más
concretamente: tierras y minas, canteras y escoriales, mientras su materia permanece
unida al yacimiento y las aguas vivas o estancadas.
• Inmuebles por incorporación: son bienes inmuebles que se incorporan al suelo y están
unidos a este de forma permanente y fija. Más concretamente: edificios, caminos y
construcciones de todo género adheridas al suelo, los árboles y plantas y los frutos
pendientes, mientras estuvieren unidos a la tierra o formaren parte integra del inmueble,
diques…
• Inmuebles por destino: son bienes inmuebles que debido a su relación de accesoriedad
y de servicio con un bien inmueble, ha querido el legislador incorporarlo a esta
clasificación, de tal forma que sigan al bien inmueble al que se encuentran unido.
Ejemplos: estatuas, relieves, pinturas…
• Inmuebles por analogía: son las concesiones administrativas de obras públicas y las
servidumbres y demás derechos reales sobre bienes inmuebles.

3.3 Los bienes inmuebles


En virtud del artículo 335 del CC se determina que los bienes muebles son los que son
susceptibles de apropiación no comprendidos en el capítulo anterior, y en general todos
los que se pueden transportar de un punto a otro sin menoscabo de la cosa inmueble a que
estuvieran unidos.

Algunos ejemplos son: móviles, bolígrafo…


4. La distinción de las cosas por razón de sus cualidades
Además de la clasificación de los bienes en inmuebles y muebles, en el CC se clasifican
los bienes en función sus cualidades, aunque, algunas de ellas no tienen una relevancia
jurídica real.
• Cosas consumibles y no consumibles. Son consumibles las que con su uso se pierden o
desaparecen (comida, dinero, ladrillos, cemento). Son no consumibles los que pueden
proporcionar una utilidad durante un tiempo más o menos definido (reloj, libro, coche…)
• Cosas fungibles y no fungibles. Hace referencia a la posibilidad de su sustitución por
otra, es decir, que sea única o no. Por ejemplo, es fungible un móvil, una lavadora, el
dinero… no son fungibles un traje hecho a medida, un cuadro pintado por un artista…
• Cosas divisibles e indivisibles. Esta categoría hace referencia a las cosas que se pueden
separar o delimitar de las que no. Ejemplos: divisible (una finca, una pieza de tela),
indivisible (coche, libro). La indivisibilidad desde un punto de vista jurídico hace
referencia a los casos en los que es el propio ordenamiento jurídico el que prohíbe, por
razones de política jurídica, la división de una cosa que funcionalmente es divisible.

5. Las relaciones entre las cosas: las universalidades


En muchas ocasiones, es necesario considerar un conjunto de cosas como una unidad
pues, como tal conjunto, puede ser un objeto de derecho. A tales conjuntos se les
denomina universalidades. Algunos ejemplos de esto pueden ser: las empresas, rebaños,
colecciones, bibliotecas…

Las características fundamentales de estas universalidades son:


• Pluralidad de bienes y no una cosa unitaria.
• Los bienes que componen dicha universalidad tienen, como conjunto, un destino unitario.
• La universalidad subsiste como un conjunto, aunque cambien o se pierdan algunas de las
cosas lo componen.

Cabe destacar, que estas universalidades pueden ser creadas por propia voluntad del
dueño, o bien, creadas artificialmente por el ordenamiento jurídico.
6. Los frutos y los gastos
6.1 Los bienes productivos. Los frutos
Los frutos son todo aquel rendimiento o producto que genera un bien.

Atendiendo al Código Civil, más concretamente al artículo 354, se dividen en tres tipos
que son los siguientes:
• Frutos naturales: son las producciones espontáneas de la tierra, y de las crías y demás
productos de los animales.
• Frutos industriales: los que producen los predios (Finca, tierra o posesión inmueble) de
cualquier especie a beneficio del cultivo o del trabajo.
• Frutos civiles: el alquiler de edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el importe
de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas.

Es importante mencionar, que distinción entre naturales e industriales carece de


importancia, ya que como es bien sabido, hoy día son todos industriales.

También debemos saber que con respecto a los frutos civiles, el Código civil no ofrece
una noción de los mismos, sino que se limita a enumerar algunos de los ejemplos. A pesar
de esto, los podemos definir como aquellos que se obtienen mediante la cesión del uso o
goce de una cosa.
6.2 Los gastos
Cuando hablamos de gastos nos referimos a las inversiones hechas sobre una cosa con
diferentes fines como el mantenimiento, aumento de producción de la misma o adorno.

La importancia de este concepto se concentra de forma fundamental en determinar quién


tiene derecho a realizarlos y quién debe asumir sus costes económicos. Por ello, el
régimen de gastos depende de la concreta relación jurídica que se haya establecido entre
el poseedor y el propietario de la cosa sobre la que se realización los cambios.

Los gastos como concepto los podemos dividir en 3 categorías que son:
• Gastos necesarios: son aquellos imprescindibles para el mantenimiento o conservación
de la cosa.
• Gastos útiles: son aquellos que, sin ser necesarios, aumentan la producción o la
capacidad de rendimiento de una cosa.
• Gastos suntuarios: son los que sirven para el ornato (adornos que embellecen),
embellecimiento o simple comodidad, no aumentando su productividad, pero si pudiendo
aumentar su valor.

Como podemos observar, las definiciones son muy generales, por ello en última estancia
se tendrá que acudir al caso concreto para determinar de que tipo de gasto se trata.

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