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Escritos I, Adolf Loos

Fuente.
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loos-escritos-1897-1909]

Historia de la Arquitectura Moderna I

Arquitectura y técnica en la cultura moderna: del Ancient Régime a los Estados-nación

ESCRITOS I
Adolf Loos
1897-1909.

Estudiantes: Dolores Abrazian, Ana Carlisle, Karen Kim

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Resumen
El libro Escritos I, está conformado por una recopilación de ensayos escritos por el austríaco Adolf Loos
(1860-1933), abarcando manifiestos desde 1897 a 1909. En cada uno de ellos expuso sus principales
ideas respecto a un arquitectura moderna funcional y a las cualidades de los nuevos materiales. Están
incluidas las obras “Nuestros jóvenes arquitectos”, “Los materiales de construcción”, “El principio de
revestimiento” y su más controversial “Ornamento y delito”. Al autor se lo reconocía por su fuerte
postura a favor de la desornamentación y de la ruptura con los estilos pertenecientes a la Antigüedad,
de manera que siempre fue considerado como uno de los pioneros en el pensamiento racionalista
arquitectónico.
Introducción
El movimiento moderno en la arquitectura y diseño industrial, que había nacido a principios
del siglo XX, fue el resultado tanto de los avances revolucionarios en el entorno de la
tecnología como de los cambios en la sociedad. Se trataba de un mundo nuevo rodeado de
máquinas y ciudades habitadas por artistas que se sentían obligados a cambiar la forma de
pensar el entorno en el que estaban; pronto se verían modificando sus maneras de actuar.
Las ideas modernistas estaban invadiendo todas las formas de diseño, desde los gráficos
hasta la arquitectura, además que habían sido una influencia clave en el arte, la literatura y
la música. Había innovadoras formas de expresar esa nueva visión del mundo, las
características del diseño moderno: un interés en explorar nuevos materiales, un rechazo de
precedentes históricos, y una simplificación de formas mediante la reducción del
ornamento.
Dentro del continente europeo fueron surgiendo progresivamente, en diferentes países,
grupos revolucionarios que se alejaban de las academias tradicionales para seguir su propio
camino con el único objetivo de obrar tal y como ellos quisiesen, sin verse obligados a tener
que seguir las ordenes de otros. La formación de la Secesión de Viena en 1897 marcó, con
bastante precisión, el comienzo formal del arte moderno en Austria, una nación en ese
momento conocida por su apego a una tradición altamente conservadora. Fue la unión del
primer movimiento de artistas y diseñadores que se comprometieron con una visión
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Escritos I
internacionalista e innovadora del mundo del arte. Liderados al principio por el famoso
artista Gustav Klimt, los Secesionistas fueron los pioneros en el arte contemporáneo
dedicado en la ciudad.
El trabajo de los Secesionistas proporcionó en gran parte las representaciones visuales del
nuevo origen intelectual y cultural de Viena alrededor de 1900, en campos tan diversos
como la medicina, la música y la filosofía. Incluso hoy, la Secesión sigue siendo un foro clave
en Austria para la promoción y el discurso en torno al arte contemporáneo.
Nuestros jóvenes arquitectos
Escrito en 1898, Adolf Loos planteaba que en el siglo XIX cualquier persona podía tomar el
rol de artista, fuese un pintor, un escultor, actor o compositor, sin importar el grado de
reconocimiento o magnificencia de sus obras. Esto mismo sucedía en la arquitectura que, a
lo largo del tiempo, se había ido desprestigiando. Por un lado, se acusaba al Estado como
causante ya que habían introducido las escuelas y academias de arte en donde se enseñaba
la arquitectura como si fuese posible adquirir la capacidad o el conocimiento directamente
desde libros u otras fuentes teóricas. Además, los exámenes estimulaban que el estudiante
percibiese una falsa inteligencia o talento al obtener un buen puntaje. Una vez alcanzado el
título, el reciente profesional era liberado en el mundo con la idea de que estaba
completamente preparado para empezar a practicar su vocación. Por otro lado, la nueva
generación de arquitectos se había ido desarrollando con una mentalidad donde el dinero y
la ambición por riquezas primaba por sobre todos los aspectos. La única finalidad que tenían
en mente era la de cumplir con las demandas de sus jefes o clientes sin tener en cuenta sus
propias ideologías o preferencias estilísticas. Llevaban a cabo proyectos cambiando los
estilos con la misma facilidad que uno tenía al cambiarse la prenda todos los días.
Los materiales de construcción
Este ensayo, escrito en 1898, hacía referencia al valor único que poseía cada material.
Ninguno podía igualar la función del otro, todos tenían el mismo grado de importancia, por

lo tanto, no asumían la capacidad de ser la réplica exacta de otros. Un aspecto vital era la
diferenciación entre el valor del material por sí sólo, recién obtenido de la naturaleza, sin
moldear, y, la calidad de trabajo humano que se precisaba para que la modificación de aquel
material cumpliese con su propósito. Los factores que definían el valor de un material, según
Loos, incluían el tiempo y la dedicación del hombre al transformar la materia prima, desde
su adquisición, transporte y manipulación, hasta su pulido y últimos retoques que eran
considerados de igual significancia ya que consumían tiempo y dinero. Sin embargo, con el
surgimiento de réplicas e imitaciones, el reconocimiento de estos valores parecía ser
imposible, razón por la cual las manualidades continuaban siendo menospreciadas, al igual
que en el pasado. Esto se refleja en el texto de Loos, cuando escribe que “en otro tiempo, la
calidad del trabajo se valoraba más que hoy en día […] Pero en el presente no domina el
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artista sino el jornalero, no domina la idea creadora sino el tiempo de trabajo” . Asimismo, el
autor manifestaba que, aquel culpable de este fenómeno y de haber fomentado tanto los
excesos en los artistas como en la manera de visualizar el arte, había sido la máquina.
Creadora de la imitación perfecta, originaba productos que pasaban por desapercibido,
aparentando no sólo su aspecto, sino que también fingiendo tiempo de trabajo que hubiese
equivalido el esfuerzo de un grupo de personas. Este impulsaba la falsificación de los
materiales; por fuera parecían ser una cosa cuando en realidad eran únicamente un retrato.
Al no poder costear los materiales “caros” o valiosos, el público utilizaba el método de la
imitación de aquellos siendo la opción más viable. Así, gradualmente, “la imitación ha
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dominado todo el campo de la construcción” .
El principio del revestimiento
Ya había explicado Adolf Loos, en el capítulo anterior, que “todos los materiales son igual de
3 que es la propiedad que tiene la madera. Era fundamental que toda persona reconociera
valiosos” pero que cada uno servía a un único propósito y nunca se los debía confundir
entre ellos según su función es el aspecto en el cual se centró para desarrollar este
manifiesto. Era vital reconocer la finalidad del edificio, el destino que llevaría a cabo antes
de su planificación porque de esta manera no había forma de cometer errores a la hora de
1 LOOS, Adolf, “Los materiales de construcción” Viena, 1898. Página149
2 LOOS, Adolf, “Los materiales de construcción” Viena, 1898. Página149
3 LOOS, Adolf, “El principio del revestimiento” Viena, 1898. Página151
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Escritos I
seleccionar el material con el que se iba a construir la obra. El principal rol del arquitecto era
que tenía la capacidad de realizar esta distinción. Loos recordó que de este mismo modo se
obraba en los principios de la humanidad. El hombre sedentario que estaba en búsqueda de
protegerse de la naturaleza, de los fenómenos naturales que podrían haberlo afectado
físicamente, había recogido la manta hecha de pieles para cubrirse del frio y de los vientos.
En esa misma instancia fue cuando surgió el revestimiento. Lo que empezó como una simple
cubierta ganó mayor dimensión al tener que incluir a la familia entera, hecho que causó que
se levantaran cuatro muros alrededor. No obstante, el autor hizo referencia a los arquitectos
que lo hacían al revés, es decir, que ya de entrada tenían en mente los espacios a crear y,
partir de esa decisión tomada, “[elegían] después de alguna forma de revestimiento que les
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[parecía] adecuada” . Por el contrario, Loos expresó su favoritismo por el primer
procedimiento mencionado, esto es, buscar la intención o la meta de la obra y una vez
determinada optar por el material más adecuado. A lo largo del capítulo, Loos hizo énfasis
en que “cada material tiene su propia forma de expresión, y ningún material puede tomar
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para sí la forma de otro material” y ante esto, alude a que, en su momento, en la
arquitectura dominaba la imitación. Denota que la mayoría de las veces, las personas
optaban por este tipo de arte, el de reproducir lo ya existente. Esto sucedía específicamente
con los revestimientos. Se mostraba fuertemente en contra de la copia, que algún material
finja ser otra y reemplazar el papel de algo que no es. Era incluso más grave que el público
no se daba cuenta de esta falsificación y, en caso de que lo hacían, lo aceptaban como de
por hecho. Por consiguiente, era hora de levantar una regla que prohibiría esta acción y por
ende surgió la ley del revestimiento. Impedía a toda costa que el muro a cubrir sea tapado
por una capa con la misma apariencia que éste. Para comunicar mejor sus ideas, usó el
ejemplo de un muro de madera que podría ser pintado de cualquier color menos el marrón,
que “el principio de revestimiento prohíbe que mediante una pintura se imite el material que
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hay debajo”
4LOOS, Adolf, “El principio del revestimiento” Viena, 1898. Página152
5 LOOS, Adolf, “El principio del revestimiento” Viena, 1898. Página152
6 LOOS, Adolf, “El principio del revestimiento” Viena, 1898. Página156

Ornamento y delito
En 1908, momento en el cual estaba construyendo su primera obra en Michaelerplat, Viena,
Loos escribió el ensayo conocido como “Ornamento y Delito”. Este fue dirigido a los artistas
y arquitectos tradicionalistas que estaban creando una estética moderna a través del uso
excesivo de los ornamentos que, para el autor, era inapropiado. Con el texto, Loos quería
confrontar a estos artistas, que eran reconocidos como espíritus negros e inmodernos, para
demostrarles la razón por la cual sus prácticas eran erróneas; quería causar controversia, no
menospreciando un estilo específico, sino que el uso del ornamento en su totalidad. Su
argumento se basaba en el simple hecho de que la ornamentación afectaba tanto la salud de
la gente como los bienes nacionales y su economía; no sólo era considerado un
impedimento al desarrollo cultural moderno sino que también contribuía a la explotación de
trabajadores mal remunerados. También presentaba al ornamento como un objeto que iba
cambiando con el correr de los años, éste generaba sensaciones diferentes en las personas,
cuanto más tiempo pasaba más se aburrían de él, más iban cambiando los gustos y
preferencias de la sociedad, hecho que llevaba a la desvalorización veloz del mismo,
obligándolos a gastar dinero y tiempo para cambiarlo y crear uno nuevo. Es decir, la
dedicación, el tiempo y el dinero utilizado en el diseño y construcción de ornamentos, desde
el punto de vista de Loos, hubiese sido utilizado de manera más eficaz y provechosamente
en el avance de otras innovaciones. Como bien escribe en su ensayo, “Lack of
ornamentation is a sign of intellectual strength. Modern man uses the ornaments of earlier
or foreign cultures as he likes and as he sees fit. He concentrates his own inventive power on
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other things.” El ornamento representaba a una sociedad atrasada; aquella persona que se
incluía en esa sociedad era vista como un criminal, un degenerado. Se justificaba
ejemplificando con un caso hipotético en el cual dos personas, una del siglo dieciocho y otra
del siglo veinte, que tenían los mismos gastos en cuanto a renta, se diferenciarían ya que el
primero se vería afectado económicamente por la necesidad de adquirir más elementos y
decoraciones para llevar a cabo cosas que le gusten, mientras que el segundo se haría más
rico; el hombre moderno necesitaba menos para conformarse.
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LOOS, Adolf, “Ornamento y Delito” Viena, 1906. Página 355
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Escritos I
Por otro lado, el autor creía que el desarrollo del ornamento estaba intrínsecamente
relacionado con la evolución cultural y que, así como había surgido, iba a ir gradualmente
desapareciendo como parte de un proceso natural. “The lower the cultural level, the greater
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the degree of ornamentation. Ornament is something that must be overcome…” Loos
resaltó que, para ese entonces, la ornamentación ya no tenía ningún propósito o fin
específico, la reinvención de ésta para resucitar algo que ya había desaparecido parecía ser
innecesario. El desarrollo cultural de la época había permitido dejar atrás el uso del
ornamento; sin embargo, los artistas y arquitectos Vieneses habían comenzado a reproducir
formas antiguas ajenas, como por ejemplo el griego o el romano, para crear un estilo que
retratase a su ciudad, hecho que enfurecía a Loos ya que quería que éste estilo sea lo más
tradicional posible para representar a Viena tal cual era. Además, sostenía que la superación
venía acompañada o sucedía como consecuencia de una falta de sensación o sentimiento
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frente a un ornamento, “[…] el ornamento no me estimuló la alegría vital.” .
Varias de las ideas presentadas por Loos en su texto no fueron totalmente originales, sino
más bien una recopilación y desarrollo de ideologías de otros autores en las que se inspiró;
uno de ellos, Cesare Lombroso, criminólogo italiano, quien sostenía la conexión existente
entre los tatuajes y el crimen. Reconoció que las únicas personas que se tatuaban la piel
eran los criminales y los humanos en su estado más primitivo. Como por ejemplo, en África
varias comunidades se pintaban la cara y el cuerpo, se tatuaban, como parte de un acto
cultural innato que se había convertido en una tradición; era el resultado de un instinto
natural. Estos tipos de ornamentos llevados a cabo por tribus primitivas eran la excepción
para Loos, no eran considerados delitos ya que cumplían con un fin en específico, y poseían
un significado cultural que, para él, removerlos hubiera sido erróneo. Es por esto que el
autor concluyó que muchas de las acciones consideradas como crímenes en la sociedad
civilizada, eran vistas como prácticas cotidianas en las razas primitivas.
El mensaje que Loos dejaba con su texto, “Ornamento y Delito”, no era precisamente
proponer un estilo ni intentar crear una arquitectura sugiriendo reglas nuevas, sino que
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Discurso de Adolf Loos, Viena, 1898
LOOS, Adolf, “Ornamento y Delito” Viena, 1906. Página 349
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imaginaba una estética liberada del ornamento y de aquellas figuras que distraían y Por lo demás, Loos argumentaba que el diseño y creación de nuevos estilos era una pérdida
opacaban el propósito original de la obra. En lugar de perder la fe en el ornamento en sí, de energía y tiempo que podía ser aprovechada de otra manera.
sucedió en la capacidad de crear y usar nuevos ornamentos; la manera en la que estaban
siendo utilizados hizo que disminuyera su relevancia en la arquitectura y el diseño moderno.
Esta es la razón por la cual los trabajos de Loos poseían un grado de abstracción; se
enfocaba en la representación pura, removiendo todos los elementos innecesarios, con el
objetivo de representar únicamente lo esencial y lo ineludible en la arquitectura. Aquellas
obras y diseños que demostraban explícitamente su propósito o función eran los edificios
verdaderamente legítimos para Loos. Una figura importante en este desarrollo es el primer
gran arquitecto moderno estadounidense Louis Sullivan (1856-1924), quien originó la frase
"la forma sigue a la función". Para Sullivan, el funcionalismo significaba la eliminación del
ornamento, al igual que Loos, por lo que el edificio expresaba claramente su propósito y el
principio llevó a la idea de diseñar edificios desde adentro hacia afuera, dejando que la
estructura esencial dictara la forma y, por lo tanto, su apariencia externa. Su principio se
manifestaba claramente en su ensayo, escrito en 1892, llamado “Ornament in Architecture”,
donde escribió “I shall say that it would be greatly for our esthetic good if we should refrain
entirely from the use of ornament for a period of years, in order that our thought might
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concentrate acutely upon the production of buildings well formed and comely in the nude."
Imagen 2. El Pabellón
Este ensayo fue una de las fuentes de inspiración en el trabajo de Loos. de la Secesión
Vienesa y detalle del
uso de
A pesar de que las obras de Loos se diferenciaban considerablemente de las producidas por ornamentación.
la Secesion (Ver Imagen 2), ya que estas contradecían sus principios con respecto al uso Construido en 1898.
excesivo de ornamentación, algunos de sus propios edificios no demostraban su postura. La
Looshaus, también conocida como el edificio de Goldman and Salatsch, en Michaelerplatz,
Viena, era un claro ejemplo que demostraba cómo Loos había utilizado elementos de
ornamentación clásica, más específicamente, columnas dóricas (Ver Imagen 3). Su
justificación fue que éstos eran válidos ya que poseían significado, cumplían un propósito
específico. El orden clásico del ornamento se debía a la relación cultural existente en el
ámbito urbano y la sociedad. Sostenía que, de todos losmexistentes, el clásico era el más
adecuado; el arquitecto no debería hacer cambios drásticos al menos que fuesen benéficos.

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 Escritos I

Imagen 3. Looshaus, Michaelerplatz, Viena, 1909-1911. Detalles del contraste del ornamento en
la planta baja y las superiores.

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 Escritos I
LONG, Christopher. The Origins and Contect of Adolf Loos’s “Ornament and Crime” [Fecha de
consulta: 27 de Octubre del año 2017]. Disponible en:
[http://www.jstor.otg/stable/10.1525/jsah.2009.68.2.200]
Bibliografía
LEATHERBARROW, David. Interpretation and Abstraction in the Architecture of Adolf Loos.
“Nuestros jóvenes arquitectos”, “Los materiales de construcción”, “El principio del [Fecha de consulta: 27 de Octubre del año 2017]. Disponible en:
revestimiento”, “Ornamento y delito” En: LOOS, Adolf. Escritos I (1897-1909) 2da Edición. [http://www.jstor.org/stable/1424868]
Madrid, España, La Croquis Editorial, 2004.
“Adolf Loos and the search for truth” [Fecha de consulta: 2 de Noviembre del año 2017].
Disponible en: [http://max-carr.blogspot.com.ar/2010/08/spoken-into-void-adolf-loos-and-
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