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Maestría en Educación
Pensamiento Pedagógico Clásico y Contemporáneo
Dra. Ivonne Verdugo
A pesar de esta situación tenemos la ventaja de que han surgido otros paradigmas
como el cognitivista que deja de ver al alumno como un ente pasivo, dócil, bien
portado que solo esta para adquirir hábitos socialmente aceptables obtenidos en
ambientes ajustables y lo convierte en un sujeto activo que procesa información,
resuelve problemas, adquiere nuevas habilidades y desarrolla su aprendizaje a
través de representaciones mentales. La similitud entre ambos paradigmas es que
depositan información en los alumnos para que la adquiera, con la diferencia que
la parte cognitiva busca que recupere los conocimientos previos y los procese con
los nuevos para crear un aprendizaje más grande.
En el caso del cognitivismo, deja de ser una mera repetición de lo que se observa
y entra en juego el papel la cognición o el conocer acumulado en la memoria a
corto y largo plazo, estudiando procesos cognitivos a través de la atención y la
percepción, donde la primera es importante para que los niños capten la mayor
cantidad de información que se le proporciona cuando están atentos, mientras que
la percepción transmite por medio de los sentidos lo inmediato a las experiencias
vividas.
Con esta interacción se van construyendo esquemas o estructuras, que las llaman
andamios o el andamiaje, donde se van construyendo unas sobre otras hasta
generar un nuevo esquema o estructura mas elaborado, que siempre va a tener
como base los conocimientos previos, siempre llevado lo observado de lo inter o
externo a lo intra o interno, teniendo en consideración que estos andamios no son
fijos sino temporales porque se van reconstruyendo hasta que se desechan
porque ya generaron un esquema mas solido que da pie a otros.
Otra diferencia notable para mí, aun cuando las teorías de ambos pertenecen al
constructivismo es los estadios de Piaget contra las zonas de Vigotsky, no puedo
decir que “estoy de acuerdo” con alguno de ellos porque no soy un investigador
activo, sin embargo, me apego más a la idea de las zonas de desarrollo, porque
en ocasiones las edades como se maneja en los estadios no son una
determinante para que los niños logren obtener un nuevo conocimiento o no; sin
embargo, en la zona de desarrollo real en la que se encuentra, se puede lograr
que llegue a esa zona de desarrollo próximo con una buena instrucción de un
profesor guía o un sujeto par o de la misma edad que haya tenido interacción
previa con lo que desea conocer el otro sujeto con el que está interactuando,
llevando a que logre un desarrollo potencial conforme van interactuando los
sujetos con el objeto de conocimiento y los medios culturales o herramientas a las
que tengan acceso.
La evaluación de este paradigma creía que resultaría muy difícil en grupos tan
poblados como con el que trabajo actualmente, ya que se encarga de evaluar los
procesos mas que un producto final, donde se volvía complicado escuchar la
participación de todos, observar el avance general, pero, si se van tomando
muestras de la población y a través de la observación se ajustan las rubricas,
listas de cotejo o las herramientas o instrumentos pertinentes para llevar a cabo el
registro de la meta, propósito o logro del o de los aprendizajes esperados.
El paradigma humanista ofrece la visión de ver a la persona como un ser total que
se va desarrollando con base a sus propias decisiones, ya que el individuo debe
ser mas como si mismo y menos como los demás, esta individualidad hace que se
genera una auto conciencia que le permite construir sus propios aprendizajes
primero desde él y después de la interacción con los otros. Esto nos lleva a que
nuestros alumnos desde este paradigma sean sujetos con iniciativa propia,
capaces de desarrollar sus propias competencias, destrezas y habilidades, claro
que permitiendo la socialización y beneficio de sus compañeros porque facilitaría
el aprendizaje con el ejemplo.
Es por eso que el papel del docente es más que dictar una lección, dirigir las
actividades que ayuden a propiciar un ambiente que permita el desarrollo de las
potencialidades individuales de sus alumnos, pero en una colaboración entre ellos,
donde se puedan aprovechar cada una de esas competencias, siempre con
respeto en beneficio de la salud emocional, con una escucha activa que lleve al
autoaprendizaje. Debe ser comprensivo, autentico, genuino, que genere confianza
para que los alumnos comprendan que va a estar ahí para ellos cuando sea
necesario. Muy marcado me quedó que el docente también debe tomar en cuenta
los cuatro acuerdos de don Miguel Ruiz: “sé impecable con tus palabras; no tomes
nada como personal; no adivines ni supongas y haz siempre lo mejor que puedas”.
Para finalizar, he utilizado algunas técnicas humanistas como las tutorías entre
compañeros, buscando siempre que un compañero mas apto apoye a otro que
muestra dificultades para desarrollar sus actividades, ayudando mas no
resolviéndole los problemas que se presentan con respeto y solidaridad;
interesante será utilizar los “contratos”, donde cada uno de ellos determine que
puede hacer para obtener mejores resultados durante el ciclo escolar, y la auto
evaluación para que se observen y comprometan a encontrar la forma de ser más
capaces y felices en el proceso.