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El idealismo y la realidad

El idealismo es la teoría de la realidad y del conocimiento, que sostiene que no existen


cosas reales, que sean independientes de la conciencia de los individuos.

De acuerdo con el idealismo, la realidad se deriva de la actividad de la propia mente. Al


actuar la mente, hace existir cosas que, de otro modo, no serían posibles como el arte, las
matemáticas o la ley.

En la actualidad, el idealismo reconoce, de manera habitual, la existencia del mundo


externo o natural a la conciencia, con lo cual evita el riesgo de afirmar que la realidad se
reduzca al mero hecho de pensar.

El idealismo ofrece un conjunto de planteamientos, que han venido nutriendo ampliamente


el espectro de la formación humana, en el campo de la educación.

Como primer punto, podemos señalar que, en el ámbito educativo, el idealismo busca unir
al educando con la realidad en la que se encuentra inmerso, de tal suerte que busca
propiciar un acercamiento mayor entre los educandos y la naturaleza.

Al partir de la idea de que el ser humano está dotado de libre albedrío, el idealismo lo
convierte en un ser espiritual que es responsable de sus propios actos.

En términos curriculares, el idealismo cree que el curriculo escolar debe centrarse en


conceptos ideales a los cuales deben aspirar los educandos; pues, de acuerdo con su
concepción, todos los sujetos deben ser formados con altos valores morales, mentales y
espirituales.

Este currículo debe enfatizar los estudios liberales (leyes, medicina, ingeniería) más que los
estudios vocacionales, siendo el método de enseñanza priorizado, el socrático o mayéutico;
es decir, el método en el que el profesor formula preguntas que obligan al educando a
analizar y dar respuestas cada vez más acabadas.

A nivel axiológico, el idealismo plantea que el educando debe vivir conforme con valores
permanentes que lo pongan en armonía con el conjunto espiritual al que pertenecen.

El bien y el mal se explican en función de la desorganización y/o de la organización, pues


acudiendo a los planteamientos de Platón y Hegel, enfatiza que la vida buena sólo es
posible en una sociedad organizada.

El aspecto de la disciplina, es manejado a través de la responsabilidad moral, pues cuando


un alumno o una alumna se convierte en un problema, el maestro o la maestra idealista se
debe esforzar en enseñarle el efecto que esa mala conducta tiene en el desarrollo del resto
de la clase, de esta manera se enfrenta al culpable con la totalidad, así el individuo tendrá
siempre presentes sus obligaciones como estudiante.
El ser humano se cumple a sí mismo, en tanto sea parte de una sociedad, pues todo cuanto
existe es real, en la medida en que participa en un todo mayor que él. En este sentido, y
debido a que el Estado es una entidad mayor a la de cualquier sujeto, el educando debe
aprender a respetar a su patria y a la comunidad en que ha nacido, y desarrollar un alto
sentido de lealtad para con su cultura y con su país.

En esta filosofía, al maestro o a la maestra se le concede toda la importancia, pues está


llamado a ser el modelo o la figura por imitar. Ellos tienen que ser capaces de despertar en
sus educandos, todas las capacidades, no como algo externo, sino como algo propio a ellos.

El maestro o la maestra idealista, debe orientar al educando hacia un proceso de aprendizaje


con el que lo que se aprenda no sea simple acumulación de conocimientos, sino
conocimientos que puedan servirle para su posterior incursión como ciudadano en la
sociedad, pues, al aprender, el educando debe relacionar la información que procede del
medio exterior, con sus experiencias previas, de manera que lo aprendido tenga algún
significado para él.

UN ACERCAMIENTO A LA DEFINICIÓN DE APRENDIZAJE

El aprendizaje lo podemos definir, tal como lo pide la escuela, la sociedad o como la hemos
concebido a lo largo de todos estos momentos de existencia que tenemos, sí; es válido
reconocer que en todo momento y en cualquier espacio o ámbito de la vida cotidiana
hacemos o tratamos de hacer algo y esto implica una relación consciente o inconsciente con
ese objeto de estudio, tomamos o adquirimos de ese objeto lo que más nos interese o llame
la atención, (ya sea su color, tamaño, forma, etcétera,) y esto pueda llevar a propiciar un
ajuste de las redes conceptuales proyectándolas de la manera en que a cada uno le parezca o
pudiera hacer, esto es, lo concebido como aprendizaje.

Desde niños, hemos tenido necesidad de aprender una infinidad de cosas aparentemente
sencillas: mamar, tomar el biberón, caminar, distinguir objetos diferentes, reconocer a
nuestros padres, llamar por su nombre a cada objeto, a cada persona, a cada animal;
construir frases y largas oraciones. Si se reflexiona casi todo lo que se ha aprendido
proviene de la experiencia. Usted también ha aprendido a “gozar y a sufrir” a partir de una
multitud de experiencias alegres y tristes. Podrá darse cuenta también de que nadie es tan
ignorante que no sepa nada, todos tenemos nuestros propios referentes, nuestras propias
experiencias que nos permiten tener un determinado conocimiento sobre algo en particular
a partir de nuestras experiencias que van forjando nuestro propio camino del saber, del
conocimiento. La experiencia de ser en el mundo, de actuar en él, con otros, esta forma
concreta de caminar por la vida es simplemente, aprendizaje.

Pero el verdadero aprendizaje consiste precisamente en asimilar esas experiencias en


nuestras propias vidas. Sin embargo, el aprendizaje no consiste solamente en tener
experiencias, sino en vivirlas, de tal forma que éstas puedan ser asimiladas e incorporadas a
la vida. Por esto se dice que aprender es cambiar. En algunos casos, tendrás que
desaprender lo aprendido y corregir algunos aspectos de tu mal aprendizaje.
La reflexión realizada de manera honesta te llevará a darte cuenta de lo aprendido y de qué
forma lo has hecho sin olvidar que todo aprendizaje es un proceso de perfección
progresivo.

Constantemente debe estar actualizando los referentes que uno posee, debido a las
realidades cambiantes nuestros aprendizajes también deben serlo de acuerdo a las
circunstancias de los momentos sociales que se vivan. Por ejemplo: quien escribe a
máquina o en computadora con dos dedos y pretende aprender a escribir con los dedos de
ambas manos, para no ver el teclado, necesita modificar ciertos hábitos adquiridos y, en
cierta forma, desaprender lo aprendido, para adquirir nuevas habilidades y aptitudes.

En síntesis, aprendizaje es el proceso mediante el cual se obtienen nuevos conocimientos,


habilidades o actitudes, a través de experiencias vividas que producen algún cambio en
nuestro modo de ser o actuar. El aprender, pues, da la oportunidad de crecer, de asimilar la
realidad y la posibilidad de transformarla, de tal manera que logre una existencia más plena
y más profunda.

La enseñanza es comunicación en la medida en que responde a un proceso estructurado, en


el que se produce intercambio de información (mensajes entre profesores y alumnos), según
Zabalza (1990), mientras que Stenhouse (1991, 53) entiende por enseñanza las estrategias
que adopta la escuela para cumplir con su responsabilidad de planificar y organizar el
aprendizaje de los niños, y aclara, “enseñanza no equivale meramente a instrucción, sino a
la promoción sistemática del aprendizaje mediante varios medios”.

Para nosotros, la enseñanza es una actividad sociocomunicativa y cognitiva que dinamiza


los aprendizajes significativos en ambientes ricos y complejos (aula, aula virtual, aula
global o fuera del aula), síncrona o asíncronamente.

Con ella manifestamos que la enseñanza no tiene razón de ser si con ella no se produce un
aprendizaje, bien lo expresa Zabalza (1990), la enseñanza adquiere todo su sentido
didáctico a partir de su vinculación al aprendizaje; que no está confinada al aula ni ocurre
sólo por la interacción simultánea de dos personas.

En estos nuevos entornos de enseñanza-aprendizaje, se retoma la polémica sobre la utilidad


de las aportaciones de las diversas teorías de enseñanza-aprendizaje y se proponen nuevos
modelos integradores que incluyan entre sus postulados las ventajas de cada corriente. En
esta línea, De Pablos (1998) propone reflexionar sobre la incorporación de las nuevas
tecnologías al mundo educativo y que su incidencia no repercuta sólo en la eficiencia en
algunas tareas sino que lo haga en diversas dimensiones humanas pues la influencia de
estos medios de enseñanza no se dirige a estructuras cognitivas concretas sino a su
funcionamiento integral.

Desde estos modelos de enseñanza integrados, es posible que veamos al profesor tomando
decisiones, mientras reflexiona en la acción, sobre la manera de abordar las diversas
interacciones que ha de gestionar, organizándose al conocer la manera de motivar a sus
alumnos, tomando en cuenta no sólo los medios informáticos de que dispone sino sus
diferencias individuales, sin que eso signifique transformar su tarea educativa en una
actividad meramente operativa o que los recursos tecnológicos asuman el rol que a él le
corresponde, máxime si no cuenta con todo el apoyo de las NTIC.

Estaremos propiciando acciones desde la comunidad científica para que estos nuevos
modelos repercutan en la calidad de la enseñanza, la cual supone una conciencia de las
implicaciones de la toma de decisiones y el empleo de la autoevaluación como medio para
reconducir la planificación de forma que se aproveche el potencial de las situaciones
docentes para así proporcionar a los alumnos experiencias de aprendizajes significativos.

Así lo esperamos porque las decisiones sobre enseñanza no pueden ser sólo técnicas, pues
llevan implícitas opciones de valor, bien lo expresa Ferreres (1999), cuando indica que los
procesos de enseñanza se encuentran penetrados por valores y por tanto hay que identificar
su calidad en los valores intrínsecos de la práctica educativa y no en los valores de los
productos pues ello supondría afirmar una injustificada relación causal entre enseñanza y
aprendizaje.

La imagen del profesor como técnico es insuficiente y los resultados de la investigación


proceso-producto no permiten dirigir ni resolver la variedad de problemas que se plantean
en la enseñanza.

Desde la perspectiva heurística, el profesor es un sujeto capaz de diagnosticar y detectar los


problemas prácticos que el diseño, desarrollo, implementación y evaluación del currículo
implica. Y en el enfoque socio-crítico, la acción comunicativa de los protagonistas del
hecho educativo no se opone a los valores ni a la interpretación de los acontecimientos, más
bien se genera en el seno del equipo, pertenece a “nosotros”, escucha a otros que descubren
ideas y sentimientos, quienes a su vez reciben los nuestros, nace del seno de la situación, la
interpreta y ofrece salidas a su problemática, a través del entendimiento y el acuerdo.

Es ésta apenas una de las variables, que inciden en el proceso de enseñanzaaprendizaje, que
estaremos revisando dentro de las teorías de las diversas escuelas psicológicas, con este
análisis queremos iniciar un camino hacia los modelos integradores capaces de armonizar el
mayor número de principios en cada una de ellas evitando turbulencias producidas de su
aplicación por separado.

Para finalizar queremos puntualizar que no depende de tecnologías sofisticadas las mejoras
en los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino de propuestas robustas pedagógicamente,
avaladas en modelos que las integren y que demuestren el mejor uso de las tecnologías a
nuestro alcance, para lograr la calidad en nuestra educación.

Educación emocional

Las emociones son un aspecto muy importante de nuestras vidas, llamamos educación
emocional o inteligencia emocional cuando aprendemos a controlarlas y gestionarlas de
manera eficiente.
Aprender a controlar las emociones nos permite afrontar de mejor manera situaciones a las
que nos vemos enfrentados todos los días, también es una habilidad que nos ayuda a
desenvolvernos mejor en la sociedad.

Por eso a los más pequeños debemos llevarlos por el camino de la educación emocional,
ayudarlos a que desarrollen la capacidad para aceptar la frustración, aceptar negativas y el
respeto al prójimo.

La educación emocional ayuda a:

• Percibir y expresar sus emociones

• Entender las emociones y sus consecuencias

• Regular las emociones propias y en los demás

4 Claves para la Educación Emocional en Niños

1. Primero es importante enseñarles a los niños cuáles son las emociones y que aprendan a
reconocerlas, lo ideal es que un niño de 5 años ya pueda identificar por qué se siente
contento o por qué se siente enojado o por qué siente miedo.

Que aprendan a reconocer las emociones propias también les ayuda a identificar las
emociones en las demás personas y así desarrollan empatía. A los más pequeños se les
puede ir enseñando cuáles son esas emociones por medio de dibujos

2. Una vez identificadas cuáles son las emociones lo siguiente es enfrentar al niño a estas
emociones, generalmente se van a sentir superados es cuando aparecen las rabietas y
pataletas, como padres NO debemos reforzar estas situaciones, pero cuando se calmen
debemos enseñarle la mejor forma de enfrentar sus emociones y es hablando, lo mejor es
que desde pequeños aprendan a expresar sus emociones.

3. Para lo anterior es importante fomentar el desarrollo en la comunicación de los niños,


desde pequeños debemos jugar, hacerles preguntas, enseñarles mediante el ejemplo a
dialogar, hacerles sentir que su opinión es muy importante, así van creando confianza en sí
mismos y no tendrán miedo a expresar lo que sienten.

4. Pero, así como hablar es importante, también lo es escuchar, enséñale a guardar silencio
mientras otra persona habla, esto es algo que se aprende con el ejemplo, cuando tu hijo te
hable préstale 100% atención, aprenderá que debe hacer lo mismo con otras personas.
También es importante que cuando les hables lo hagas de frente, mirándole a los ojos y
terminando con preguntas como: ¿has entendido? ¿Estás de acuerdo? ¿Qué opinas?

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