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5.

Las partes en el amparo

5.1. Concepto de parte.

Las partes en el juicio de amparo


La importancia en general del juicio de amparo se debe en que es un medio de
control constitucional para todos aquellos que se involucran en un determinado
conflicto legal, y que básicamente se encuentran frente el abuso, la arbitrariedad o
la omisión de ciertas autoridades; y por medio de este se pueden defender ante un
perjuicio hacia su persona por los actos de las autoridades de una ley.

Marco Jurídico de las partes


Para hablar de las Partes en el Juicio de Amparo, primero debemos de establecer
su fundamento legal en general, y observamos que se regula en el nueva Ley de
Amparo bajo los artículos constitucionales 103 y 107.
Artículo 5 de la nueva Ley de Amparo
¿Quiénes son partes en el juicio de amparo? De acuerdo con fundamento en la
nueva Ley de Amparo vigente y actualizada se indica en el artículo 5 señalando
que son: el quejoso, la autoridad responsable, el tercero interesado y el
Ministerio Público, y que a continuación explicaremos en detalle el rol que juegan
y su importancia.
Intervinientes en la tramitación de un juicio de amparo

En general, se debe de precisar que en los diversos conflictos judiciales siempre


interviene el juzgador o autoridad; el actor, responsable de llevar a cabo o
presentar una solicitud o demanda; y en ciertos casos interviene un tercero, quién
podría ser afectado por la decisión o determinación de la autoridad.

5.2. El quejoso.
El quejoso (victima u ofendido)
De acuerdo con el Manual del justiciable en materia de amparo de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el quejoso o también denominado el
agraviado puede ser tanto una persona física o una persona moral que ejerce
acción de amparo con el objeto de reclamar un acto de autoridad, en sentido
amplio, considera que sus garantías individuales o derechos humanos fueron
violentados; y que solicita en un juicio de amparo justicia federal (Pág. 60). Por
tanto, estamos frente aquella persona que presenta la demanda de amparo, por
haber sido lesionado sus derechos, por: Por su parte Pantoja (2010), menciona
que el agraviado es aquel sujeto que, en resumen, el quejoso, es quién alega que
la norma, omisión o acto violan sus derechos fundamentados en el artículo
primero de la nueva Ley de Amparo; y se refleja en una afectación real y actual a
su esfera jurídica su papel de gobernado.

5.2.2. Diferentes tipos de quejoso.

I. El quejoso, teniendo tal carácter quien aduce ser titular de un derecho


subjetivo o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue
que la norma, acto u omisión reclamados violan los derechos previstos en
el artículo 1 de la presente ley y con ello se produzca una afectación real y
actual a su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su
especial situación frente al orden jurídico.

El interés simple en ningún caso podrá invocarse como interés legítimo. La


autoridad no podrá invocar interés legítimo.

El juicio de amparo podrá promoverse conjuntamente por dos o más


quejosos cuando resientan una afectación común en sus derechos o
intereses, aún en el supuesto de que dicha afectación derive de actos
distintos, si éstos les causan un perjuicio análogo y provienen de las mismas
autoridades.
Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular de un
derecho subjetivo que se afecte de manera personal y directa.

La víctima u ofendido del delito podrán tener el carácter de quejosos en los


términos de esta ley.

II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de


su naturaleza formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto
que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y
obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad
responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que
afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén
determinadas por una norma general.

III. El tercero interesado, pudiendo tener tal carácter:

a) La persona que haya gestionado el acto reclamado o tenga interés


jurídico en que subsista;

b) La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio


o controversia del orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o
tratándose de persona extraña al procedimiento, la que tenga interés
contrario al del quejoso;

c) La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la reparación


del daño o a reclamar la responsabilidad civil, cuando el acto reclamado
emane de un juicio del orden penal y afecte de manera directa esa
reparación o responsabilidad;

d) El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio o


el desistimiento de la acción penal por el ministerio público;

e) El ministerio público que haya intervenido en el procedimiento penal


del cual derive el acto reclamado, siempre y cuando no tenga el carácter
de autoridad responsable.

IV. El Ministerio Público Federal en todos los juicios, donde podrá


interponer los recursos que señala esta ley, y los existentes en amparos
penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales locales,
independientemente de las obligaciones que la misma ley le precisa para
procurar la pronta y expedita administración de justicia.

Sin embargo, en amparos indirectos en materias civil y mercantil, y con


exclusión de la materia familiar, donde sólo se afecten intereses
particulares, el Ministerio Público Federal podrá interponer los recursos
que esta ley señala, sólo cuando los quejosos hubieren impugnado la
constitucionalidad de normas generales y este aspecto se aborde en la
sentencia.

5.2.3. Las personas morales oficiales como quejosos.

El quejoso persona moral

La ley de amparo, en sus artículos 8 y 9, distingue entre personas morales


privadas y personas morales oficiales. Respecto de las primeras afirma que
éstas podrán interponer amparo por conducto de sus representantes
legales. En relación con las segundas, podrán ocurrir al amparo cuando la
Ley o acto que se reclamen afecten sus intereses patrimoniales.

5.3. La autoridad responsable.

La autoridad responsable es la parte contra la cual se demanda protección de la


Justicia Federal; es el órgano del Estado, que forma parte de su gobierno, de
quien proviene el acto que se reclama (ley o acto en sentido estricto), que se
impugna por estimar el quejoso que lesiona las garantías individuales o que
transgrede en su detrimento el campo de competencias que la Carta Magna
delimita a la Federación y a sus Estados miembros; esto es, que rebasa las
atribuciones que respecto de una y otros la Constitución ha precisado.

5.3.1. Ordenadora.

La autoridad responsable que dicta la ley reclamada en el amparo es una


autoridad que ha decidido el acto de autoridad reclamado en el amparo.

Se trata de una autoridad decisora u ordenadora.

A su vez, la autoridad responsable que dicta una orden o un mandato, que


toma una decisión basada o no en la Constitución o la ley, es una autoridad
ordenadora Cuando el Juez que conoció del juicio originario pronuncia la
sentencia definitiva en la que consuma totalmente la facultad y la obligación
que la ley le confiere de fallar el negocio en la primera instancia, si la
sentencia es impugnada mediante el recurso de apelación, se inicia la
segunda instancia bajo la competencia del tribunal revisor, en el cual no
existe reenvío, porque no se le puede devolver para que el inferior llene las
omisiones o corrija los errores en que pudiera haber incurrido en la
resolución apelada, sino que atenta la materia de los agravios debe corregir
las omisiones o errores cometidos, puesto que puede confirmar, modificar o
revocar la resolución impugnada. Entonces, el Juez natural es una autoridad
ordenadora ya que emite la sentencia de primera instancia, no obstante, al
no tener definitividad sus resoluciones y de haber sido impugnado dicho
fallo mediante el recurso de apelación, cesó su jurisdicción en relación con la
controversia de que se trata, ya que quedó sustituido en sus funciones y en
razón de la técnica que rige en el recurso de apelación, esto es, ante la
ausencia de reenvío, la sentencia mediante la cual se resolvió el recurso
sustituyó procesalmente a la resolución de primera instancia, por lo que es
inconcuso que la única sentencia que puede ser materia de estudio en el
juicio de amparo directo es la de segundo grado.

5.3.2. Ejecutora.

El objetivo del amparo es la protección de los derechos humanos. Una de las


consecuencias generales del proceso del amparo es la sentencia, la cual en el
supuesto de que se concediera el amparo restituye al agraviado el pleno goce de
la garantía individual, con dos posibles efectos.

El primero de ellos; en el caso de que los efectos sean de carácter positivo,


es volver las cosas al estado en que guardaban antes de la violación. El
segundo de ellos; en el caso de que de que los efectos sean de carácter negativo
u omisivo, la sentencia de amparo obligará a la autoridad a que obre en el
sentido de respetar el derecho humano y realizar lo que la propia sentencia
designe.

El fundamento legal del cumplimiento de las ejecutorias de amparo se encuentra


en el artículo 192 al 198 de la ley de amparo vigente.

Procedimiento para el caso de que la autoridad no cumpla con la ejecutoria.

El órgano jurisdiccional competente, ya sea el juez de distrito, el tribunal unitario o


el colegiado de circuito notificará a las partes sin demora. Dicha sentencia debe
ser una ejecutoria de amparo; es decir, es una sentencia firme, que por regla
general en el amparo es la que no admite recurso o medio de defensa ordinario.
Una excepción la encontramos en materia penal, cuando se trata de asuntos no
graves, en el caso de un auto de aprensión o vinculación a proceso, ya que en
estos casos se puede ejecutar inmediatamente.

La notificación que se le realice a la autoridad debe contener el


requerimiento para que cumpla con la sentencia de amparo, en un plazo no
mayor a 3 días. En caso de que no cumpla se le impondrá una multa tanto a la
autoridad responsable, como al superior jerárquico. Multa que desde la propia
notificación debe estar señalada con toda precisión. Asimismo, el superior
jerárquico tiene la obligación de ordenar a la responsable de que cumpla con la
ejecutoria.
5.4. El tercero perjudicado.

¿Qué se entiende por tercero perjudicado y quiénes pueden tener


dicho carácter?

El tercero perjudicado es la persona que, sin ser actor o demandado participa en


el juicio de amparo, y a la que la propia Ley de Amparo le reconoce el carácter de
parte, por ser la persona que resulta beneficiada con el acto que el quejoso
impugna en el juicio de amparo y que, por ende, tiene interés en que aquél
subsista.

En consecuencia, persigue que se declare la constitucionalidad del acto


reclamado por así convenir a sus intereses particulares, los cuales, por regla
general, pueden estimarse coincidentes con los de las autoridades responsables.

Otros Aspectos de Tercero Perjudicado en el


Juicio de Amparo
En este tenor, el tercero perjudicado puede ser conceptuado como la
persona física o moral que, por disposición legal, puede contradecir las
pretensiones del quejoso y deducir sus derechos en el juicio de amparo,
participación que se le reconoce en virtud de que en el caso de que se
otorgue al quejoso la protección de la Justicia Federal sus intereses jurídicos
pueden verse afectados.

Así, de conformidad con el artículo 5o., fracción III, de la Ley de Amparo,


puede intervenir en el juicio de amparo como tercero perjudicado:

• La contraparte del agraviado, cuando el acto reclamado emane de un juicio


o controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las partes que
intervinieron en el juicio, si el promovente del amparo es una persona
extraña al procedimiento.
• El ofendido o las personas que, conforme a la ley, tengan derecho a la
reparación del daño o, en su caso, a exigir la responsabilidad civil
proveniente de la comisión de un delito, cuando se trate de juicios de
amparo promovidos contra actos judiciales del orden penal que puedan
afectar dicha reparación o responsabilidad.

• La persona o personas que hayan gestionado en su favor el acto contra el


que se promueve el amparo, cuando se trate de providencias dictadas por
autoridades distintas de la judicial o del trabajo; o que, sin haberlo
gestionado, tengan interés directo en la subsistencia del acto reclamado.

5.5. El fiscal general.

el amparo fiscal, despertó un interés sincero en llevar a cabo un estudio más


profundo sobre el tema, y como en la actualidad se pretende reformar el
juicio de amparo, pero solo en materia fiscal, me enfoque a la reforma que
aprobó la cámara de diputados, lo que dio como resultado que eligiera ese
tema para probar la inconstitucionalidad de la nueva reforma al juicio de
garantías.

Se hace mención del por qué es necesario realizar modificaciones a la ley,


esto es debido a la dinámica social por lo que es menester hacer reformas,
adiciones, derogaciones, incluso abrogaciones legales, para ir adecuando
las normas de derecho a las nuevas realidades del conglomerado humano.
Así poder preservar los derechos públicos subjetivos contenidos en la
constitución general de la república.

Volviendo al juicio de amparo en un hecho indispensable para los proyectos


de vida social que se ha ido transformando con el paso del tiempo.

Así pues, la situación política y económica en nuestro país en los últimos


años ha sufrido un deterioro álgido, sobre todo en los procesos legislativos
en materia de aprobación de reformas e instauraciones de leyes; sobre todo
en materia fiscal que es de donde el gobierno obtiene el ingreso para el
erario.
al reformar el amparo en materia fiscal, se deja en estado de indefensión al
ciudadano mexicano y a empresas frente a excesivos o ilegales cobros de
impuestos, lo cual agravara la situación desventajosa que enfrentan
principalmente los comerciantes, industriales y prestadores de servicios en
general, en el contexto de la actual crisis financiera y económica,
cometiéndose una inconstitucionalidad.

6. Capacidad, legitimación y personalidad en el


amparo.

6.1. Nociones generales acerca de la capacidad, legitimación y


personalidad.

La capacidad es la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones y ejercerlos,


por ende, la capacidad es de dos tipos, a saber: a) Capacidad de goce. Es la que
cualquier persona tiene por el sólo hecho de serlo; se expresa como la aptitud de
ser titular de derechos y obligaciones, y b) La capacidad de ejercicio. No todas las
personas la tienen, ya que sé entiende como la aptitud para ejercitar por sí mismo
los derechos y las obligaciones de las que se es titular. Procesalmente hablando,
se infiere por capacidad, como la aptitud o facultad para comparecer en juicio por
sí mismo o en representación de otro; aunque estas aseveraciones un tanto
presuntiva, pues existen algunas excepciones en las leyes respectivas.
Podemos afirmar entonces que la capacidad procesal, es una especie de
capacidad de ejercicio. Por las consideraciones precedentes, es posible
inferir que tratándose del juicio de amparo; toda persona que se considere
conculcada en sus derechos humanos reconocidos o en sus garantías
individuales, por un acto de autoridad, en términos de loque establece el
artículo 103 Constitucional; está facultada con plena capacidad de ejercicio
para hacer valer la acción de amparo, por ende, se encuentra en disposición de
comparecer por sí misma a ejercitar sus derechos en los tribunales competentes.
Alberto del Castillo del Valle, define a la legitimación, como la figura jurídica,
merced a la cual una persona tiene la posibilidad de intervinieren un juicio en
defensa de sus derechos, que están en juego dentro de ese proceso. La
legitimación, es una calidad específica en un determinado juicio, pues ello
constituye que el que ejercite la acción, debe tener y demostrar su calidad de
sujeto en dicha relación, esto es, debe tener un interés, en que la autoridad
judicial, declare o constituyan derecho, si no tiene o demuestra ese
interés, carecerá relegitimación. Existen dos tipos de legitimación, activa y
pasiva; la primera es la que se reconoce a favor del actor y la segunda, por ende,
el demandado es el titular de ella. En materia de amparo, todos los gobernados,
tendrán el derecho de legitimarse jurídicamente en amparo, para que el juicio sea
procedente tendrá que promoverlo la persona qué ha sido agraviado por el
acto de autoridad que se considera inconstitucional; en otras palabras, quien
tenga el interés jurídico y así lo demuestre, de lo contrario el amparo no
prosperará. La legitimación, es una figura de carácter eminentemente procesal, y
se entiende como la calidad de ser parte en un juicio determinado.
PERSONALIDAD La personalidad, es la cualidad reconocida que hace el
Órgano Jurisdiccional, a favor de quienes intervienen por sí, o en representación
de otro en un juico, para que puedan actuar eficazmente en el mismo. Tener
personalidad en un juicio; implica, estar en condiciones de realizar cualquier
conducta procesal, dentro del juicio. La doctrina señala dos tipos de personalidad,
a saber: la originaria o la derivada; la primera de ellas es cuando el sujeto por sí
mismo desempeña su capacidad de ejercicio en el juicio, por lo que la derivada,
como su acepción lo indica, es en la que se actúa por medio de algún
representante, legalmente hablando. En materia de amparo, tendrán personalidad,
quienes sean reconocidos por los órganos de amparo, para efectos procesales
que implique la acción de amparo, así mismo se imputa la personalidad a las
diversas partes del juicio de amparo, que señala la propia ley de la materia
en su artículo 5.

6.2. La capacidad del quejoso y del tercero perjudicado.

Es un principio general que todo gobernado que se vea afectado por cualquier
contravención prevista en el artículo 103 constitucional, puede intentar la acción
de amparo, y, por tanto, comparecer por sí mismo ante las autoridades respectivas
y figurar en el juicio correspondiente como quejoso, lo que está corroborado
tácitamente por el artículo 4 de la Ley de Amparo. Artículo 4. - El juicio de amparo
únicamente puede promoverse por la parte a quien perjudique la ley, el tratado
internacional, el reglamentó o cualquier otro acto que se reclame,
pudiendo hacerlo por sí, por su representante, por su defensor si se tratade un
acto que corresponda a una causa criminal, por medio de algún pariente o
persona extraña en los casos en que esta ley lo permita expresamente; y
sólo podrá seguirse por el agraviado, por su representante legal o por su
defensor.
El artículo 5o., fracción III, de la Ley de Amparo establece de manera
enunciativa y no limitativa, algunos de los supuestos en que se tiene el
carácter de tercero interesado, es decir, no contempla todos aquellos
casos en que una persona puede tener dicha calidad. De manera
específica, el inciso b) prevé que cuando el acto reclamado derive de un
juicio o una controversia del orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo,
puede tener el carácter de tercero interesado la contraparte del quejoso. Ahora
bien, la interpretación que debe darse a esa porción normativa es en el
sentido de que quien busque atribuirse la calidad de tercero interesado, debe tener
una posición contraria a la del quejoso, esto es, que su actitud procesal esté
confrontada con la postura que asume éste, sin que constituya un obstáculo que
ambas partes hayan fungido como demandadas en el juicio de origen, pues lo
relevante es que sus pretensiones sean opuestas, en virtud de que
ante el otorgamiento de la protección de la Justicia de la Unión, la parte tercero
interesada verá afectada su esfera jurídica. Dicha interpretación es
congruente con la parte final del precepto aludido, en la que se
establece que también tiene el carácter de tercero interesado la persona extraña al
procedimiento que tenga un interés contrario al del quejoso. Por tanto, el que
se permita que alguien ajeno al juicio acuda a la instancia constitucional
con esa calidad, corrobora el hecho de que es irrelevante el carácter con el que se
comparezca al procedimiento, pues lo importante es que se tenga un interés
contrario al del quejoso

6.3. La legitimación del quejoso, autoridad responsable, tercero


perjudicado y fiscal general.

LEGITIMACIÓN DEL QUEJOSO El quejoso se legitima, en el juicio de


amparo, acudiendo ante los tribunales de la Federación y entablando su acción
constitucional por considerar que una ley o acto de autoridad le viola sus garantías
individuales, y la autoridad de amparo le admite su demanda.
LEGITIMACIÓN DE LA AUTORIDAD RESPONSABLE La autoridad responsable
se legitima en el momento en que el agraviadora señala como tal, por encontrarse
entre los supuestos que establece el art. 11de la Ley de Amparo, y la autoridad
que conozca del juicio le reconoce tal calidad, solicitándoles un informe con
justificación y lo rinde.
LEGITIMACIÓN DEL TERCERO PERJUDICADO Él tercero perjudicado se
legitima en el juicio de amparo, cuando en la demanda de garantías se le otorga
ese carácter por disposición de la ley, y la autoridad de amparo le reconoce el
mismo.
LEGITIMACIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO FEDERAL Deviene directamente de
lo establecido en el art. 107, frac. XV de la Constitución federal, al prevenir que el
Ministerio Público federal es parte en todos los juicios de amparo.

6.4. La personalidad del quejoso, tercero perjudicado, autoridad


responsable y fiscal general.
PERSONALIDAD DEL QUEJOSO El quejoso, teniendo tal carácter quien aduce
ser titular de un derecho subjetivo o de un interés legítimo individual o colectivo,
siempre que alegué que la norma, acto u omisión reclamados violan los derechos
previstos en el artículo 1o de la presente Ley y con ello se produzca una
afectación real y actual a su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud
de su especial situación frente al orden jurídico. El interés simple, en ningún caso,
podrá invocarse como interés legítimo. La autoridad no podrá invocar interés
legítimo. El juicio de amparo podrá promoverse conjuntamente por dos o más
quejosos cuando resientan una afectación común en sus derechos o
intereses, aun en el supuesto de que dicha afectación derive de actos distintos, si
éstos les causan un perjuicio análogo y provienen de las mismas autoridades.
Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales,
administrativos, agrarios o del trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular
de un derecho subjetivo que se afecte de manera personal y directa.
El tercero interesado, pudiendo tener tal carácter: A. La persona que haya
gestionado el acto reclamado o tenga interés jurídico en que subsista. La
contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio o
controversia del orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose
de persona extraña al procedimiento, la que tenga interés contrario al del quejoso
C. La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la
reparación del daño o a reclamar la responsabilidad civil, cuando el acto
reclamado emane de un juicio del orden penal y afecte de manera directa esa
reparación o responsabilidad. El indiciado o procesado cuando el acto
reclamado sea el no ejercicio o el desistimiento de la acción penal por el
Ministerio Público; E. El Ministerio Público que haya intervenido en el
procedimiento penal del cual derive el acto reclamado, siempre y cuando
no tenga el carácter de autoridad responsable.
PERSONALIDAD DE LA AUTORIDAD RESPONSABLE La autoridad responsable,
teniendo tal carácter, con independencia de su naturaleza formal, la que dicta,
ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue
situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto
que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.
Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de
autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de
autoridad, que afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas
funciones estén determinadas por una norma general.
PERSONALIDAD DEL MINISTERIO PÚBLICO El Ministerio Público Federal en
todos los juicios, donde podrá interponerlos recursos que señala esta Ley, y los
existentes en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de
tribunales locales, independientemente de las obligaciones que la misma
ley le precisa para procurar la pronta y expedita administración de justicia.
6.5. Efectos jurídico-procesales de la falta de capacidad,
legitimación y personalidad en el amparo.

EFECTOS JURÍDICO-PROCESALES DE LA FALTA DEPERSONALIDAD Y


CAPACIDAD Las consecuencias de la falta de capacidad procesal es que tales
actos serán nulos, no susceptibles de convalidación.
La falta de legitimación no impedirá una sentencia sobre el fondo, si bien esta será
desestimatoria de la pretensión.” Si desarrollamos esta idea, la diferencia la
podemos derivar si estas figuras las observamos en función de la sentencia. Y de
allí tenemos lo siguiente:
1º Si no se tiene capacidad procesal ni capacidad para ser parte, el juez estará
impedido para entrar al fondo del negocio ya que éstos son
presupuestos de un proceso válido;
2º Si hay capacidad procesal y capacidad para ser parte, el juez podrá entrar al
fondo del negocio, y si además se tiene legitimación en la causa y el
demandante acredita el derecho material el juez deberá condenar, sin
que haya excepción eficaz que lo destruya, el juez deberá condenar.
3º Si hay capacidad procesal y capacidad para ser parte, el juez podrá entrar al
fondo del negocio, y si además se tiene legitimación en la causa, pero por
negligencia o descuido procesal no se acreditan algunos elementos esenciales de
la acción ejercitada, o el demandado opone excepción eficaz, el juez deberá
absolver desestimando por tanto la pretensión del actor.

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