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Sistema de justicia y

litigación oral
m

Juicio de amparo en materia penal


Unidad 2. Juicio de amparo penal
Unidad 2. Juicio de amparo penal

Juicio de amparo

Partes en el juicio de amparo

La legislación de amparo es eminentemente procesal, pues su conteni-


do material se refiere a las reglas de sustanciación de un juicio. En este
sentido, es preciso partir de la premisa de que el “amparo” es un juicio,
ya que comparte los elementos característicos de dicha institución. En
consecuencia, es necesario retomar algunos conceptos de la teoría ge-
neral del proceso para aterrizarlos en nuestra materia.

De acuerdo con Ovalle (2012), la función jurisdiccional se caracteriza


por los siguientes elementos:

• Elementos subjetivos: en la función jurisdiccional, intervienen


tres sujetos principales: el juzgador, que es el titular de la función, y
las dos partes: la que pretende y aquella contra quien se pretende.
Una condición esencial para el ejercicio de la función jurisdiccional
es la independencia institucional del juzgador o, al menos, su auto-
nomía funcional. Asimismo, es indispensable que la parte actora o
acusadora ejerza la acción ante el juzgador.

• Elemento objetivo: el objeto sobre el cual se ejerce la jurisdicción


es un litigio o conflicto entre partes de trascendencia jurídica. Este
litigio normalmente se manifiesta por la pretensión de una de las
partes y la resistencia de la otra; pero también puede llegar a no
manifestarse, cuando el demandado no comparece a expresar su
resistencia. Sin embargo, aun en este último caso, el juzgador debe
ejercer su función partiendo del supuesto de la existencia del litigio.
• Elemento estructural: la función jurisdiccional sólo se puede de-
sarrollar a través del proceso.

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

• Cualidad del resultado: la sentencia que pronuncia el juzgador


en ejercicio de la función jurisdiccional, una vez concluidas o no
utilizadas oportunamente las impugnaciones, obtiene la autoridad
de cosa juzgada.

Cabe señalar que, en materia de amparo, los elementos subjetivos que se-
ñala Ovalle (2012) se materializan en el juez de amparo, el quejoso, la au-
toridad responsable, el tercero interesado y el Ministerio Público Federal.

Estos elementos corresponden a las denominadas “partes”, las cuales son


definidas por Burgoa (2015) como “todo sujeto que interviene en un pro-
cedimiento y a favor de quien o contra quien se pronuncia la dicción del
derecho en un conflicto jurídico, bien sea éste de carácter fundamental o
principal, o bien, de índole accesoria o incidental”.

Por exclusión, carecerá de dicho carácter toda persona que, a pesar de in-
tervenir en un procedimiento determinado, no sea sujeto de la controversia
que mediante él se dirima.

De acuerdo con el artículo 5 de la Ley de Amparo, Reglamentaria de


los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (en adelante Ley de Amparo), las partes en el juicio de amparo
son: el quejoso, la autoridad responsable, el tercero interesado y el Ministerio
Público Federal.

Quejoso

De acuerdo con Burgoa (2015), se denomina “quejoso” al titular de la


acción de amparo, de este modo, este concepto está constituido por
cualquier gobernado. Para el autor, la idea de “gobernado” hace alusión
al sujeto cuya esfera puede ser materia u objeto de algún acto de auto-
ridad, total o parcialmente.

Pueden ostentarse como gobernados tanto las personas físicas como las
personas morales de derecho privado y derecho social, así como los or-
ganismos descentralizados y las personas morales de derecho público.

La figura del quejoso se contempla en el artículo 5, fracción I, de la Ley


de Amparo (2016), el cual lo define de la siguiente manera:

…quien aduce ser titular de un derecho subjetivo o de un interés


legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que la norma,
acto u omisión reclamados violan los derechos previstos en el artículo
1o de la presente Ley y con ello se produzca una afectación real y
actual a su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su
especial situación frente al orden jurídico.

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

El interés simple, en ningún caso, podrá invocarse como interés legí-


timo. La autoridad pública no podrá invocar interés legítimo

El juicio de amparo podrá promoverse conjuntamente por dos o más


quejosos cuando resientan una afectación común en sus derechos o
intereses, aun en el supuesto de que dicha afectación derive de actos
distintos, si éstos les causan un perjuicio análogo y provienen de las
mismas autoridades

Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales ju-


diciales, administrativos, agrarios o del trabajo, el quejoso deberá
aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera
personal y directa.

La víctima u ofendido del delito podrán tener el carácter de quejosos


en los términos de esta Ley.

Tercero interesado

De acuerdo con el artículo 5, fracción III, de la Ley de Amparo (2016),


tendrá el carácter de “tercero interesado”:

a. La persona que haya gestionado el acto reclamado o tenga interés


jurídico en que subsista;
b. La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un
juicio o controversia del orden judicial, administrativo, agrario o del
trabajo; o tratándose de persona extraña al procedimiento, la que
tenga interés contrario al del quejoso;
c. La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la
reparación del daño o a reclamar la responsabilidad civil, cuando
el acto reclamado emane de un juicio del orden penal y afecte de
manera directa esa reparación o responsabilidad;
d. El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio
o el desistimiento de la acción penal por el Ministerio Público;
e. El Ministerio Público que haya intervenido en el procedimiento penal
del cual derive el acto reclamado, siempre y cuando no tenga el
carácter de autoridad responsable

Respecto a la figura del tercero interesado, la tesis 2a./J. 78/2003,


emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(2003), expresa lo siguiente:

De conformidad con el artículo 5o., fracción III, inciso a), de la Ley


de Amparo, la contraparte del agraviado tiene derecho a intervenir
en el juicio de garantías como tercero perjudicado cuando el acto
reclamado emane de un juicio distinto del orden penal, de lo cual se
entiende que se refiere a juicios del orden civil, administrativo o del
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Unidad 2. Juicio de amparo penal

trabajo, así como a quienes hayan ocupado una posición contraria


a la del promovente del amparo, sea actor o demandado, siempre
que éste haya sido emplazado al juicio respectivo. Sin embargo,
tal disposición no debe interpretarse en el sentido de que cuando
el promovente sea el actor en el juicio natural, únicamente tenga
derecho a intervenir como tercero perjudicado el demandado que
haya sido emplazado, pues la finalidad de la norma al prever en
los diferentes incisos de su fracción III los sujetos que pueden
ser terceros perjudicados en el juicio de garantías, fue poner de
manifiesto quiénes tienen derecho a intervenir con ese carácter
y no limitar esos supuestos a los sujetos procesales que pueden
participar en el juicio de amparo como tales, lo que se corrobora
con lo dispuesto en el inciso c) de esa fracción, que reconoce
ese derecho a cualquier persona que tenga interés directo en la
subsistencia del acto reclamado; y si bien esa disposición está dirigida
esencialmente a la materia administrativa, revela claramente la
intención del creador de la norma de no dejar fuera del concepto
de terceros perjudicados a los demandados no emplazados, ya que
tienen interés en la subsistencia del acto reclamado.

Autoridad responsable

De acuerdo con el artículo 5, fracción II, de la Ley de Amparo (2016),


tiene el carácter de autoridad responsable, con independencia de su
naturaleza formal, aquella que:

(…) dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea,


modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y
obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de


autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de
autoridad, que afecten derechos en los términos de esta fracción, y
cuyas funciones estén determinadas por una norma general.

Para comprender de mejor manera el concepto de autoridad respon-


sable, a continuación, brindaremos dos ejemplos: uno donde se puede
considerar al particular como autoridad responsable y otro donde no.

1. El ejemplo donde se puede considerar al particular como autoridad


responsable, lo encontramos en la tesis PC.I.A. J/79 A (10a.), emitida
por el Pleno de Circuito en Materia Administrativa del Primer Circuito
(2016), la cual señala lo siguiente:

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

Las funciones públicas de carácter administrativo delegadas a di-


chas asociaciones cuando actúan como agentes colaboradores del
Gobierno Federal (que se considera de utilidad pública), están de-
terminadas en una norma general que les confiere atribuciones para
actuar como autoridades del Estado, cuyo ejercicio tiene un margen
de discrecionalidad, en tanto pueden decidir si las ejercen o no y en
qué sentido. Además, las asociaciones deportivas nacionales son la
máxima instancia técnica de su disciplina y representan a un solo
deporte en todas sus modalidades y especialidades, de modo que
sus decisiones están revestidas de un grado de imperatividad; por
tanto, pueden dictar, ordenar, ejecutar o tratar de ejecutar algún
acto en forma unilateral y obligatoria, o bien, omitir actuar en de-
terminado sentido, lo que se traduce en que, con independencia de
que formalmente puedan estar constituidas como una asociación de
carácter civil, pueden realizar actos equivalentes a los de autoridad
en los que afecten derechos creando, modificando o extinguiendo
situaciones jurídicas; de manera que cuando actúan así u omiten
hacerlo, deben considerarse como particulares equiparados a una
autoridad responsable para efectos del juicio de amparo.

2. En cuanto al ejemplo donde no se puede considerar al particular como


autoridad responsable, lo encontramos en la tesis PC.XVIII. J/12 K (10a.),
emitida por el Pleno del Decimoctavo Circuito (2016), la cual expresa:

En términos de los artículos 77 de la Ley General de Hacienda, del


94 Bis al 94 Bis-12 -vigentes hasta el 6 de noviembre de 2013- y
del 119 al 125 de la Ley General de Hacienda Municipal, 27, 28,
49, 50 y 182 del Código Fiscal, 12 y 57 del Reglamento de la Ley
del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, así como 1o.,
2o., 31, fracción VII, y 73 de la Ley del Notariado, todos del Estado
de Morelos, el notario público es el particular que actúa como
fedatario de los actos y hechos que los interesados le someten para
su protocolización, constituyéndose en auxiliar de la administración
pública local en la recaudación tributaria, cuando con motivo de la
formalización de una escritura pública respectiva calcula, retiene
y entera los derechos por inscripción en el Registro Público de la
Propiedad y los impuestos sobre adquisición de bienes inmuebles y
adicionales. En tales circunstancias, el notario no tiene el carácter
de autoridad responsable ni realiza actos equivalentes a los de
autoridad para efectos del juicio de amparo, conforme al artículo
5o., fracción II, de la Ley de Amparo, porque su relación con los
contribuyentes no es de supra a subordinación, pues a pesar de que
sus funciones están determinadas por normas generales y actúa de
manera unilateral, no crea, modifica o extingue, por sí y ante sí,
situaciones jurídicas que afectan la esfera jurídica de aquéllos, al
precisar de la voluntad de éstos para llevar a cabo su intervención;
además, la actuación del notario carece de obligatoriedad, ya que
no tiene la posibilidad legal de vencer directamente cualquier

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

clase de resistencia de los contribuyentes para cumplir en forma


voluntaria las obligaciones fiscales a su cargo, lo cual propicia que
el sentido de afectación del acto en la esfera jurídica del gobernado
sea prácticamente inexistente. De ahí que, al no tratarse de un
acto de autoridad y al no estar obligado quien lo emite a fundarlo
y motivarlo, el contribuyente no puede promover juicio de amparo
contra la actuación del notario en la que se aplicaron las leyes
que se tildan de inconstitucionales; sin embargo, si en la escritura
pública correspondiente aparecen citados los fundamentos legales
de los conceptos de la retención, a partir de ese momento surge la
oportunidad para impugnar las leyes aplicadas y comienza a correr
el plazo a que se refiere la jurisprudencia 2a./J. 47/2013 (10a.), es
decir, el plazo de 15 días para promover el juicio de amparo.

Ministerio Público Federal

De acuerdo con el artículo 5, fracción IV, de la Ley de Amparo (2016),


el Ministerio Público Federal es parte del juicio de amparo, en el que
tendrá la facultad de:

(…) interponer los recursos que señala esta Ley, y los existentes
en amparos penales cuando se reclamen resoluciones de tribunales
locales, independientemente de las obligaciones que la misma ley
le precisa para procurar la pronta y expedita administración de
justicia.

Sin embargo, en amparos indirectos en materias civil y mercantil, y


con exclusión de la materia familiar, donde sólo se afecten intereses
particulares, el Ministerio Público Federal podrá interponer los
recursos que esta Ley señala, sólo cuando los quejosos hubieren
impugnado la constitucionalidad de normas generales y este aspecto
se aborde en la sentencia.

Actos de procedencia

De acuerdo con González (2004):

El juicio de amparo es un medio de control constitucional, puesto


que la Constitución es el objeto primordial y directo de tutela del
mismo. Es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
la fuente principal del amparo, de tal suerte que el juicio de amparo
es ante todo una Institución Constitucional (p. 21).

A partir de lo anterior, tenemos que el juicio de amparo procede contra


actos de autoridad que violenten o restrinjan garantías fundamentales
o derechos humanos reconocidos en el ordenamiento interno, así como

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

tratados internacionales suscritos y ratificados por el Estado mexicano,


lo que se contempla en el artículo 103 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos (en adelante CPEUM) y en el artículo 1º de la
Ley de Amparo.

Veamos lo que establece cada uno de estos artículos de manera textual:

• De acuerdo con el artículo 103 de la CPEUM (2017), los Tribunales


de la Federación resolverán toda controversia que se suscite:

I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que


violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas para su protección por esta Constitución, así
como por los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte;
II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que
vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o la
autonomía de la Ciudad de México, y
III. Por normas generales o actos de las autoridades de las
entidades federativas que invadan la esfera de competencia
de la autoridad federal.

• De forma similar, el artículo 1º de la Ley de Amparo (2016) señala


que el juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia
que se suscite:
I. Por normas generales, actos u omisiones de autoridad que
violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas para su protección por la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, así como por los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;
II. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad
federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados
o la esfera de competencias del Distrito Federal, siempre y
cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las
garantías otorgadas para su protección por la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; y
III. Por normas generales, actos u omisiones de las autoridades
de los Estados o del Distrito Federal, que invadan la esfera
de competencia de la autoridad federal, siempre y cuando
se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas por la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

El amparo protege a las personas frente a normas generales,


actos u omisiones por parte de los poderes públicos o de
particulares en los casos señalados en la presente Ley.

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

Para comprender de mejor manera lo establecido por estos dos artículos,


es necesario definir claramente el concepto de “autoridad”, ya que puede
entenderse en un sentido amplio o restringido.

De acuerdo con Burgoa (2015), la palabra “autoridad”, en un sentido


amplio, equivale a poder, potestad o actividad que es susceptible de
imponerse a algo. Mientras que, en un sentido restringido, se refiere
al Estado y equivale a la organización jurídica y política de la sociedad
humana, por lo que implica el poder con el que éste está investido,
el cual es superior a todos los que en él existan o puedan existir y se
despliega imperativamente, de tal forma que a nada ni a nadie le es
dable desobedecerlo o desacatarlo.

En efecto (…) se dice que las autoridades están investidas


con facultades de decisión y ejecución, es decir, que se reputa
autoridad a aquel órgano de gobierno del Estado que es susceptible
jurídicamente de producir una alteración, creación o extinción
en una o varias situaciones, concretes o abstractas, particulares
o generales, públicas o privadas, que puedan presentarse dentro
del Estado, alteración, creación o extinción que se lleva a cabo
imperativamente, bien por una decisión aisladamente considerada,
por la ejecución de esa decisión, o bien por ambas conjunta o
separadamente (Burgoa, 2015, p. 188).

Ahora bien, con relación a los “actos de autoridad”, debemos advertir que,
para poder ser considerados dentro de esta categoría, deben reunir tres
atributos, los cuales son: unilateralidad, imperatividad y coercitividad.
A continuación, expondremos cada uno de estos atributos, a partir de lo
expuesto por Burgoa (2015):

1. Unilateralidad. Se dice que el acto es unilateral porque no requiere,


para su existencia y eficacia jurídicas, el concurso de la voluntad del
particular frente a quien se ejercita, como sucede con los impuestos, las
órdenes de aprehensión, las sentencias, entre otros.

2. Imperatividad. Se dice que el acto es imperativo porque la voluntad


del particular se encuentra necesariamente supeditada a la voluntad del
Estado externada a través del propio acto, de tal suerte que el gobernado
frente a quien se desempeña éste, tiene la obligación inexorable de
acatarlo, sin perjuicio de que contra él entable los recursos legales
procedentes.

3. Coercitividad. Se dice que el acto es coercible porque implica la


capacidad que tiene todo acto de autoridad del Estado para hacerse

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respetar y ejecutar coactivamente por diferentes medios y a través


de distintos aspectos, aun en contra de la voluntad del gobernado, sin
necesidad de que se recurra a la jurisdicción para que el propio acto se
realice cabalmente por el propio órgano estatal a quien se impute.

A partir de lo anterior, podemos concluir que un acto de autoridad es


“cualquier hecho voluntario e intencional, negativo o positivo, imputable
a un órgano del Estado, consistente en una decisión o en una ejecución, o
en ambas conjuntamente, que produzcan una afectación en situaciones
jurídicas o fácticas dadas, y que se interpongan imperativa, unilateral o
coercitivamente” (p. 206).

Ahora bien, otro concepto de suma importancia para la procedencia


constitucional del juicio de amparo es el de “acto reclamado”, toda
vez que su existencia es el requisito indispensable de la procedencia de
nuestro medio de control.

El concepto de acto reclamado está relacionado con el de acto de autoridad


y es definido por Burgoa (2015) como “aquel que se imputa por el
afectado o quejoso a las autoridades contraventoras de la Constitución
en las diversas hipótesis contenidas en el artículo 103” (p. 207).

Con el fin de ahondar en el concepto de “acto reclamado”, revisemos


lo expuesto por la tesis I. 3o. A. J/26, de rubro: “ACTO RECLAMADO Y
CONCEPTO DE VIOLACION”, emitida por el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito (1991), la cual señala:

Si conforme a su definición el acto que se impugna se refiere a


una conducta (activa o pasiva), que se atribuye a una autoridad, el
correcto señalamiento de él para los efectos del amparo consistirá
en describirla. Los calificativos que a esa descripción se adjunten
y los argumentos que se expresen para destacar sus aspectos
circunstanciales no participan de la naturaleza propia del acto,
sino que constituyen el examen de la conducta, es decir, los
razonamientos que se formulen en relación con ella para alcanzar
una conclusión respecto de su juridicidad. Por esa razón en el estudio
del acto reclamado, tanto para delimitarlo como para establecer
su certeza, debe prescindirse de todos los elementos ajenos a
él. Así, por ejemplo, cuando se señala como acto reclamado “las
órdenes de comisión o de visita, en virtud de que jamás me fueron
mostradas y mucho menos se nos dio copia, dejándonos en estado
de indefensión”, aparece en claro que los actos reclamados los
constituyen “las órdenes de comisión o de visita”, nada más. Lo
relativo a si fueron mostradas y si se entregó copia de ellas o no, son
cuestiones ajenas al dictado de esas órdenes, constituyen aspectos
propios de otro acto: la ejecución del mandato. La conducta de las
autoridades introduce a la realidad otros elementos que son la for-
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Unidad 2. Juicio de amparo penal

mulación de las órdenes y su ejecución. Por ende, la manera en que


ésta última se haya desarrollado (la exhibición y entrega de las ór-
denes) no constituye el acto reclamado sino apreciaciones sobre él
y, en el supuesto examinado, se trata de incipientes conceptos de
violación. La distinción entre el acto reclamado y el agravio es más
patente cuando se advierte que para apreciar la certeza del acto
basta examinar el informe rendido, en su caso, y las pruebas exis-
tentes en autos cuando se trata de los que están sujetos a prueba
o no son notorios; mientras que para determinar la exactitud de
los calificativos y conceptos de violación se requiere de un proceso
posterior que, subsumiendo la hipótesis legal al asunto concreto,
viene a dilucidar la controversia.

Improcedencia y sobreseimiento

Para el desarrollo de este apartado, es importante distinguir claramente


entre estas dos instituciones jurídicas, ya que frecuentemente son
confundidas; sin embargo, ambas poseen características particulares
que las diferencian la una de la otra.

• En cuanto a la improcedencia del juicio de amparo, ésta se con-


templa en el artículo 61 de la Ley de Amparo (2016), el cual estable-
ce que el juicio de amparo es improcedente en los siguientes casos:

I. Contra adiciones o reformas a la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos;
II. Contra actos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación;
III. Contra actos del Consejo de la Judicatura Federal;
IV. Contra resoluciones dictadas por el Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación;
V. Contra actos del Congreso de la Unión, su Comisión
Permanente o cualquiera de sus cámaras en procedimiento
de colaboración con los otros poderes que objeten o
no ratifiquen nombramientos o designaciones para
ocupar cargos, empleos o comisiones en entidades o
dependencias de la Administración Pública Federal,
centralizada o descentralizada, órganos dotados de
autonomía constitucional u órganos jurisdiccionales de
cualquier naturaleza;
VI. Contra resoluciones de los tribunales colegiados de
circuito;
VII. Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso
Federal o de las Cámaras que lo constituyen, de las
Legislaturas de los Estados o de sus respectivas Comisio-

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

nes o Diputaciones Permanentes, en declaración de pro-


cedencia y en juicio político, así como en elección, sus-
pensión o remoción de funcionarios en los casos en que
las Constituciones correspondientes les confieran la facul-
tad de resolver soberana o discrecionalmente;
VIII. Contra normas generales respecto de las cuales la Supre-
ma Corte de Justicia de la Nación haya emitido una decla-
ratoria general de inconstitucionalidad en términos de lo
dispuesto por el Capítulo VI del Título Cuarto de esta Ley,
o en términos de lo dispuesto por la Ley Reglamentaria
de las Fracciones I y II del Artículo 105 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos;
IX. Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o
en ejecución de las mismas;
X. Contra normas generales o actos que sean materia de otro
juicio de amparo pendiente de resolución promovido por
el mismo quejoso, contra las mismas autoridades y por
el propio acto reclamado, aunque las violaciones consti-
tucionales sean diversas, salvo que se trate de normas
generales impugnadas con motivo de actos de aplicación
distintos. En este último caso, solamente se actualizará
esta causal cuando se dicte sentencia firme en alguno de
los juicios en la que se analice la constitucionalidad de las
normas generales; si se declara la constitucionalidad de
la norma general, esta causal no se actualiza respecto de
los actos de aplicación, si fueron impugnados por vicios
propios;
XI. Contra normas generales o actos que hayan sido materia
de una ejecutoria en otro juicio de amparo, en los térmi-
nos de la fracción anterior;
XII. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos o legí-
timos del quejoso, en los términos establecidos en la frac-
ción I del artículo 5o de la presente Ley, y contra normas
generales que requieran de un acto de aplicación poste-
rior al inicio de su vigencia;
XIII. Contra actos consentidos expresamente o por manifesta-
ciones de voluntad que entrañen ese consentimiento;
XIV. Contra normas generales o actos consentidos tácitamen-
te, entendiéndose por tales aquéllos contra los que no se
promueva el juicio de amparo dentro de los plazos previstos.
No se entenderá consentida una norma general, a pesar
de que siendo impugnable en amparo desde el momento
de la iniciación de su vigencia no se haya reclamado, sino
sólo en el caso de que tampoco se haya promovido amparo
contra el primer acto de su aplicación en perjuicio del quejoso.

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún


recurso o medio de defensa legal por virtud del cual pueda
ser modificado, revocado o nulificado, será optativo para el
interesado hacerlo valer o impugnar desde luego la norma
general en juicio de amparo. En el primer caso, sólo se
entenderá consentida la norma general si no se promueve
contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a partir del
día siguiente de aquél al en que surta sus efectos la notificación
de la resolución recaída al recurso o medio de defensa, si no
existieran medios de defensa ordinarios en contra de dicha
resolución, o de la última resolución recaída al medio de defensa
ordinario previsto en ley contra la resolución del recurso,
aun cuando para fundarlo se hayan aducido exclusivamente
motivos de ilegalidad.

Si en contra de dicha resolución procede amparo directo,


deberá estarse a lo dispuesto en el capítulo respectivo a ese
procedimiento;

XV. Contra las resoluciones o declaraciones de las autoridades


competentes en materia electoral;
XVI. Contra actos consumados de modo irreparable;
XVII. Contra actos emanados de un procedimiento judicial o
de un procedimiento administrativo seguido en forma de
juicio, cuando por virtud del cambio de situación jurídica
en el mismo deban considerarse consumadas irrepara-
blemente las violaciones reclamadas en el procedimiento
respectivo, por no poder decidirse en tal procedimiento
sin afectar la nueva situación jurídica.
Cuando en amparo indirecto se reclamen violaciones a los
artículos 19 ó 20 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, solamente la sentencia de primera instancia
hará que se consideren irreparablemente consumadas las
violaciones para los efectos de la improcedencia. La autoridad
judicial que conozca del proceso penal, suspenderá en estos
casos el procedimiento en lo que corresponda al quejoso, una
vez concluida la etapa intermedia y hasta que sea notificada
de la resolución que recaiga en el juicio de amparo pendiente;
XVIII. Contra las resoluciones de tribunales judiciales, adminis-
trativos o del trabajo, respecto de las cuales conceda la
ley ordinaria algún recurso o medio de defensa, dentro
del procedimiento, por virtud del cual puedan ser modifi-
cadas, revocadas o nulificadas.

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

Se exceptúa de lo anterior:

a. Cuando sean actos que importen peligro de pri-


vación de la vida, ataques a la libertad personal
fuera de procedimiento, incomunicación, deporta-
ción o expulsión, proscripción o destierro, extra-
dición, desaparición forzada de personas o alguno
de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitu-
ción Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como la incorporación forzosa al Ejército, Armada
o Fuerza Aérea nacionales;
b. Cuando el acto reclamado consista en órdenes
de aprehensión o reaprehensión, autos que es-
tablezcan providencias precautorias o impongan
medidas cautelares restrictivas de la libertad, re-
solución que niegue la libertad bajo caución o que
establezca los requisitos para su disfrute, reso-
lución que decida sobre el incidente de desvane-
cimiento de datos, orden de arresto o cualquier
otro que afecte la libertad personal del quejoso,
siempre que no se trate de sentencia definitiva en
el proceso penal;

c. Cuando se trate de persona extraña al procedimiento.


d. Cuando se trate del auto de vinculación a proceso.

Cuando la procedencia del recurso o medio de defensa se


sujete a interpretación adicional o su fundamento legal sea
insuficiente para determinarla, el quejoso quedará en libertad
de interponer dicho recurso o acudir al juicio de amparo;

XIX. Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios


algún recurso o medio de defensa legal propuesto por el
quejoso que pueda tener por efecto modificar, revocar o
nulificar el acto reclamado;
XX. Contra actos de autoridades distintas de los tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo, que deban ser
revisados de oficio, conforme a las leyes que los rijan,
o proceda contra ellos algún juicio, recurso o medio de
defensa legal por virtud del cual puedan ser modifica-
dos, revocados o nulificados, siempre que conforme a las
mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos
de oficio o mediante la interposición del juicio, recurso o
medio de defensa legal que haga valer el quejoso, con los
mismos alcances que los que prevé esta Ley y sin exigir
mayores requisitos que los que la misma consigna para

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

conceder la suspensión definitiva, ni plazo mayor que


el que establece para el otorgamiento de la suspensión
provisional, independientemente de que el acto en sí
mismo considerado sea o no susceptible de ser suspendido
de acuerdo con esta Ley.

No existe obligación de agotar tales recursos o medios de


defensa, si el acto reclamado carece de fundamentación,
cuando sólo se aleguen violaciones directas a la Constitu-
ción o cuando el recurso o medio de defensa se encuentre
previsto en un reglamento sin que la ley aplicable con-
temple su existencia.

Si en el informe justificado la autoridad responsable se-


ñala la fundamentación y motivación del acto reclamado,
operará la excepción al principio de definitividad conteni-
da en el párrafo anterior;

XXI. Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado;


XXII. Cuando subsista el acto reclamado, pero no pueda surtir
efecto legal o material alguno por haber dejado de existir
el objeto o la materia del mismo; y
XXIII. En los demás casos en que la improcedencia resulte de al-
guna disposición de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, o de esta Ley.

• Respecto al sobreseimiento, éste es un término meramente proce-


sal que se aplica en cualquier juicio y que indica que el juez no en-
trará al fondo del asunto por sobrevenir una causa que así lo impida.
El sobreseimiento es una consecuencia procesal en virtud de la cual
el juicio termina sin dictarse una sentencia de fondo.

Las causas del sobreseimiento se contemplan en el artículo 63 de la


Ley de Amparo (2016), el cual establece que el sobreseimiento en
el juicio de amparo procede cuando:

I. El quejoso desista de la demanda o no la ratifique en los


casos en que la ley establezca requerimiento. En caso de
desistimiento se notificará personalmente al quejoso para
que ratifique su escrito en un plazo de tres días, apercibido
que, de no hacerlo, se le tendrá por no desistido y se
continuará el juicio.
(…)
II. El quejoso no acredite sin causa razonable a juicio del
órgano jurisdiccional de amparo haber entregado los
edictos para su publicación en términos del artículo 27
de esta Ley una vez que se compruebe que se hizo el
requerimiento al órgano que los decretó;
15
Unidad 2. Juicio de amparo penal

III. El quejoso muera durante el juicio, si el acto reclamado


sólo afecta a su persona;
IV. De las constancias de autos apareciere claramente
demostrado que no existe el acto reclamado, o cuando no
se probare su existencia en la audiencia constitucional; y
V. Durante el juicio se advierta o sobrevenga alguna de las
causales de improcedencia a que se refiere el capítulo
anterior.

Tramitación

En el presente apartado, expondremos el proceso de tramitación del


juicio de amparo directo e indirecto.

• Amparo indirecto
Dentro del juicio de amparo indirecto, existen dos grandes momen-
tos procesales: uno donde se genera la fase expositiva, con la
presentación de la demanda y del informe justificado; y otro donde
se desarrollan las fases probatoria, pre-resolutiva y resoluto-
ria en la audiencia constitucional. Analicemos con mayor detalle
cada una de estas fases:

A. Fase expositiva. Inicia con la presentación de la demanda de


amparo, la cual debe satisfacer los requisitos previstos en el
artículo 108 de la Ley de Amparo (2016), el cual establece que
la demanda de amparo indirecto deberá formularse por escrito
o por medios electrónicos en los casos que la ley lo autorice, en
la que se expresará:

I. El nombre y domicilio del quejoso y del que promueve en


su nombre, quien deberá acreditar su representación;
II. El nombre y domicilio del tercero interesado, y si no los
conoce, manifestarlo así bajo protesta de decir verdad;
III. La autoridad o autoridades responsables. En caso de
que se impugnen normas generales, el quejoso deberá
señalar a los titulares de los órganos de Estado a los que
la ley encomiende su promulgación. En el caso de las
autoridades que hubieren intervenido en el refrendo del
decreto promulgatorio de la ley o en su publicación, el
quejoso deberá señalarlas con el carácter de autoridades
responsables, únicamente cuando impugne sus actos por
vicios propios;
IV. La norma general, acto u omisión que de cada autoridad
se reclame;

16
Unidad 2. Juicio de amparo penal

V. Bajo protesta de decir verdad, los hechos o abstenciones


que constituyan los antecedentes del acto reclamado o
que sirvan de fundamento a los conceptos de violación;
VI. Los preceptos que, conforme al artículo 1o de esta Ley,
contengan los derechos humanos y las garantías cuya
violación se reclame;
VII. Si el amparo se promueve con fundamento en la fracción
II del artículo 1o de esta Ley, deberá precisarse la facultad
reservada a los estados u otorgada al Distrito Federal que
haya sido invadida por la autoridad federal; si el amparo
se promueve con apoyo en la fracción III de dicho artículo,
se señalará el precepto de la Constitución General de la
República que contenga la facultad de la autoridad federal
que haya sido vulnerada o restringida; y
VIII. Los conceptos de violación.

Cabe mencionar que, según el artículo 109 de la Ley de Amparo


(2016), cuando se promueva el amparo en los términos del artículo
15 de esta Ley, bastará con que se exprese lo siguiente para que se
dé trámite a la demanda:

I. El acto reclamado;
II. La autoridad que lo hubiere ordenado, si fuere posible;
III. La autoridad que ejecute o trate de ejecutar el acto; y
IV. En su caso, el lugar en que se encuentre el quejoso.
En estos supuestos, la demanda podrá formularse por
escrito, por comparecencia o por medios electrónicos. En
este último caso no se requerirá de firma electrónica.

Para el caso de que no exista prevención o ésta sea cumplida, el


artículo 115 de Ley de Amparo (2016) señala lo siguiente:

De no existir prevención, o cumplida ésta, el órgano juris-


diccional admitirá la demanda; señalará día y hora para
la audiencia constitucional, que se celebrará dentro de
los treinta días siguientes; pedirá informe con justifica-
ción a las autoridades responsables, apercibiéndolas de
las consecuencias que implica su falta en términos del
artículo 117 de esta Ley; ordenará correr traslado al ter-
cero interesado; y, en su caso, tramitará el incidente de
suspensión.

Respecto al informe con justificación, el artículo 116 de esta misma


ley dispone lo siguiente:
17
Unidad 2. Juicio de amparo penal

Al pedirse el informe con justificación a la autoridad


responsable, se le remitirá copia de la demanda, si no se
hubiese enviado al requerir el informe previo.

Al tercero interesado se le entregará copia de la demanda


al notificársele del juicio. Si reside fuera de la jurisdicción
del órgano que conoce del amparo se le notificará por
medio de exhorto o despacho que podrán ser enviados y
recibidos haciendo uso de la Firma Electrónica o, en caso
de residir en zona conurbada, podrá hacerse por conducto
del actuario.

Para cerrar la fase expositiva, la autoridad responsable deberá


remitir su informe con justificación bajo los requisitos establecidos
en el artículo 117 de la Ley de Amparo (2016), los cuales son:

• Lo hará por escrito o por medios magnéticos, en el término de


15 días posteriores a su legal notificación.
• Se expondrán las razones y fundamentos que se estimen
pertinentes para sostener la improcedencia del juicio y la
constitucionalidad o legalidad del acto reclamado.
• Se acompañará, en su caso, copia certificada de las constancias
necesarias para apoyarlo.

B. Fases probatorias, pre-resolutiva y resolutiva. Estas fases


se dan en un solo momento procesal, que es la audiencia
constitucional, la cual es pública. De acuerdo con el artículo
124 de la Ley de Amparo (2016), una vez abierta la audiencia, se
procederá a:

• La relación de constancias, videograbaciones analizadas íntegra-


mente y pruebas desahogadas, y se recibirán, por su orden, las
que falten por desahogarse (fase probatoria).
• Se recibirán los alegatos por escrito que formulen las partes (fase
pre-resolutiva)
• Acto continuo, se dictará el fallo que corresponda (fase resolutiva).

Analicemos con mayor detalle cada una de estas fases:

–– Fase probatoria. De acuerdo con el artículo 123 de la Ley de


Amparo (2016):

Las pruebas se desahogarán en la audiencia constitucio-


nal, salvo aquéllas que a juicio del órgano jurisdiccional
puedan recibirse con anterioridad o las que deban des-
ahogarse fuera de la residencia del órgano jurisdiccional
que conoce del amparo, vía exhorto, despacho, requisi-
toria o en cualquier otra forma legal, que podrán ser en-
viados y recibidos haciendo uso de la Firma Electrónica.
18
Unidad 2. Juicio de amparo penal

–– Fase pre-resolutiva. De acuerdo con el artículo 124 de la Ley


de Amparo (2016), los alegatos se formulan en la audiencia
constitucional.
–– Fase resolutiva. Se verificará al concluir la audiencia consti-
tucional (artículo 124, Ley de Amparo), o dentro de los 10 días
siguientes al cierre de la audiencia (artículo 347, Código Federal
de Procedimientos Civiles).

• Amparo directo
Como señalamos en la primera unidad, el amparo directo es un jui-
cio especial porque se verifica ante un tribunal (Colegiado de Circui-
to), en el que no existe actividad probatoria a cargo de las partes,
ya que siempre se constriñe a una prueba documental, que es el
propio acto de autoridad, el cual necesariamente es escrito, toda
vez que emana de un procedimiento en forma de juicio.

Las fases procesales del amparo directo son las siguientes:

• Fase expositiva. Inicia con la presentación por escrito de la


demanda de amparo ante la autoridad responsable (artículo 176,
Ley de Amparo). Ante su recepción, se certificará el momento de
su presentación, así como los días que mediaron entre ello y se
correrá traslado al tercero interesado.

Para cerrar esta fase, la autoridad responsable deberá rendir su


informe justificado y acompañar los autos del juicio de origen,
así como los anexos formados (artículo 178, fracción III, Ley de
Amparo).

De acuerdo con el artículo 179 de la Ley de Amparo (2016), en


el desarrollo de esta etapa expositiva, “el presidente del tribunal
colegiado de circuito deberá resolver en el plazo de tres días si
admite la demanda, previene al quejoso para su regularización,
o la desecha por encontrar motivo manifiesto e indudable de
improcedencia”.

• Fase probatoria. Esta fase no existe en el amparo directo, así


lo estipula el artículo 75 de la Ley de Amparo (2016), el cual
señala:

En las sentencias que se dicten en los juicios de amparo,


el acto reclamado se apreciará tal y como aparezca pro-
bado ante la autoridad responsable. No se admitirán ni se
tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen
rendido ante dicha autoridad

19
Unidad 2. Juicio de amparo penal

• Fase pre-resolutiva. De acuerdo con el artículo 181 de la Ley de


Amparo (2016), los alegatos se presentarán 15 días posteriores
a la admisión del amparo directo.

• Fase resolutiva. Se integra en diversos momentos:

–– Después de agotarse el plazo para emitir alegatos o, en su


caso, promover el amparo adhesivo; esto es, 15 días después
de la radicación. Cuando culmine este plazo, se dictará un
auto para que en los siguientes tres días se turne al magis-
trado ponente para formular el proyecto de resolución en los
siguientes 90 días (Artículo 183, Ley de Amparo).

–– Se listará el asunto 3 días antes de la fecha de la audiencia en


donde se discutan los asuntos (Artículo 184, Ley de Amparo).

–– El día señalado para la sesión, que se celebrará con la presen-


cia del secretario, quien dará fe, el magistrado ponente dará
cuenta de los proyectos de resolución; el presidente pondrá a
discusión cada asunto; se dará lectura a las constancias que
señalen los magistrados y, estando suficientemente debatido,
se procederá a la votación; acto continuo, el presidente hará
la declaración que corresponda y el secretario publicará la lis-
ta en los estrados del tribunal (Artículo 185, Ley de Amparo).

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Unidad 2. Juicio de amparo penal

Referencias:

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• González, M. A. (2004). Manual sobre el juicio de amparo. Méxi-


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• Pleno del Decimoctavo Circuito. (2016). Tesis PC.XVIII. J/12 K


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Y ENTERA LOS DERECHOS POR INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO
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SICIÓN DE BIENES INMUEBLES Y ADICIONALES, CON MOTIVO
DE LA FORMALIZACIÓN DE UNA ESCRITURA PÚBLICA (LEGIS-
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Unidad 2. Juicio de amparo penal

Referencias:

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AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO CUANDO
EJERCEN LA POTESTAD DISCIPLINARIA, PORQUE SON LA MÁXIMA
INSTANCIA TÉCNICA DE SU DISCIPLINA Y REPRESENTAN A UN
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EN EL AMPARO PROMOVIDO POR QUIEN ES ACTOR EN UN JUICIO
DISTINTO DEL ORDEN PENAL. TIENE AQUEL CARÁCTER EL
DEMANDADO, PUES AUNQUE NO HAYA SIDO EMPLAZADO, TIENE
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Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
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