Está en la página 1de 4

Greg Smith/GSmithImages

por Peter Imle | traducido por Ana Milutinovic


30 Diciembre, 2020

Peter Imle. Agricultor de patatas, soja y arroz salvaje en Pine Lake Wild Rice
Farms, Minnesota (EE. UU.)

La gran mayoría de las variedades de patata que se cultivan en la actualidad tienen


entre 50 años y 100 años de antigüedad, un hecho que dice mucho sobre la industria
de la patata y la dificultad de conseguir nuevas variedades. Aquí, cultivamos
estrictamente patata roja, principalmente para los restaurantes de la costa este de EE.
UU. y Florida (EE. UU.). El factor que más nos ayuda a venderlas es el bonito color rojo
brillante de su piel, sin manchas.

Somos una granja de semillas de patata, lo que significa que no compramos ningún
material fuera de nuestra granja. Comenzamos con brotes muy pequeños, que
cultivamos en tubos de ensayo antes de pasarlos a un invernadero, donde se
convertirán en plantas que crearán pequeños tubérculos. Como todo el sistema está
controlado, los tubérculos no contraen ninguna enfermedad transmitida por el
suelo o por insectos. Esto también nos da la oportunidad de recolectar nuevas
variedades experimentales a través del mismo sistema, junto con nuestro producto
tradicional, por lo que cada año analizamos algún nuevo producto. Realizamos nuestros
propios ensayos de variedades y experimentamos internamente.

Soy optimista por naturaleza y siempre creo que lo próximo que encontremos sustituirá
algunas de nuestras variedades antiguas. Pero, en los 15 años que llevo
intentándolo, todavía no he encontrado una variedad así.
Personalmente, siempre hago pruebas para que intentar que la patata sea aún más
roja. Realmente pensé que estábamos muy cerca de conseguirlo con dos líneas
experimentales con las que estuvimos trabajando en los últimos tres o cuatro años,
pero la primavera pasada íbamos a plantarlas y el material había adquirido bastante
podredumbre de semillas en el transcurso del invierno. Nuestros usuarios finales
estaban muy contentos con la variedad, pero lamentablemente, parece que no puedo
almacenarla.

El mayor obstáculo para lograr mejores variedades de patata es que las patatas
comerciales son tetraploides, lo que significa que tienen cuatro juegos de
cromosomas. (Muchos otros cultivos importantes, como el tomate y el maíz, son
diploides, con dos conjuntos de cromosomas). La razón por la que esto tiene tanta
importancia es que cuando se cruzan dos patatas tetraploides de cualquier tipo, hay
tanta variación genética en el fruto que se pueden esconder varias mutaciones poco
útiles. Así que, los programas tradicionales de cultivo de patata, que funcionan mediante
prueba y error, descartan una gran cantidad de los frutos, aproximadamente el 90 %. No
es un proceso muy eficiente.

Hace 50 años, cuando casi todas las universidades con terrenos cedidos en EE. UU.
tenían un programa de cultivo de patata, la gente hacía muchos más cruces y analizaba
bastante más material. En la actualidad, cuando solo quedan unos pocos cultivadores
de patatas en el país, no se están realizando suficientes cruces y ni se analiza lo
suficiente para que ese método tenga éxito, en mi opinión. El Departamento de
Agricultura de EE. UU. financió recientemente una gran subvención para que se unieran
varios criadores y trataran de pasar del cultivo comercial de la patata de tetraploide a
diploide. (Soy uno de los asesores de esa subvención).

Hay varios tipos naturales de patatas diploides. Pero, da la casualidad de que, durante
un tiempo, las líneas más productivas en América del Norte fueron las
tetraploides, y se han convertido en la mayor parte de la patata que todavía
consumimos hoy en día. Y las líneas diploides que existen en la naturaleza son el punto
de partida para esta investigación.

Trasladar el cultivo de la patata a especímenes diploides reduciría drásticamente el


tiempo necesario para crear nuevas variedades de patata. Cruzar diploides significa
que los genes defectuosos tendrían menos espacio para esconderse, por así decirlo. Su
fruto es mucho más predecible, por lo que realmente podríamos seleccionar las
propiedades deseables. Y también podríamos plantarlos como semillas de verdad, en
vez de cultivos de tejidos. Los tetraploides se reproducen asexualmente, con tubérculos
replantados, mientras que los diploides se pueden reproducir sexualmente, con semillas
polinizadas, y es que las semillas son mucho más fáciles de escalar para una nueva
variedad.

Muchos cultivos importantes, como el maíz, ya utilizan el mejoramiento híbrido diploide,


y tenemos bastante conocimiento sobre los cultivos "padres" involucrados en cualquier
cruce. El uso de padres específicos puede producir un resultado más
específico, que puede ser cualquier característica que le gustaría al productor:
rendimiento, apariencia, mejor vida útil, etcétera.

Todo esto crea expectativas a largo plazo; espero que suceda en algún momento de mi
carrera. Tendría un gran impacto en las patatas de siembra, que actualmente tardan
unos cinco o seis años en convertirse en líneas comerciales. Si tiene éxito, pondría a
disposición una gran cantidad de herramientas genómicas que otros cultivos llevan
mucho tiempo utilizando para intentar realizar una reproducción más selectiva.
No me refiero a los transgénicos ni a CRISPR ni nada por el estilo, sino a las
herramientas moleculares básicas utilizadas para la mayoría de los otros
cultivos en la actualidad, como la selección asistida por marcadores, que implica el uso
de marcadores genéticos para identificar ubicaciones concretas en el genoma de la
patata que podrían estar correlacionadas con algunas propiedades específicas, y luego
usarlas para identificar rápidamente a los padres y / o los progenitores que tienen estas
características. (Esto resulta mucho más rápido que cultivar varias generaciones de
producto solo para identificar si las propiedades están presentes o no).

Básicamente, estamos intentando llevar el cultivo de la patata al siglo XXI. Estamos


estancados en el pasado debido a nuestra dependencia de las complicadas líneas
tetraploides y al declive de nuestros programas de investigación agrícola. No tratamos
de cambiar el sabor básico o la textura de las patatas. Pero estas nuevas técnicas
genómicas, que sí cambiarían la naturaleza básica del cultivo de la patata, serán
necesarias para satisfacer la creciente demanda de las variedades que son más
eficientes en cuanto el uso del agua, con menos fertilizantes, más resistentes a las
enfermedades, que necesitan menos pesticidas, y se pueden almacenar a temperaturas
más frías.

*Este artículo forma parte de una serie sobre cómo las innovaciones ocultas
producen los alimentos que comemos al precio que pagamos.

https://www.technologyreview.es/s/13011/el-hombre-que-intenta-llevar-el-cultivo-de-la-
patata-al-siglo-xxi

También podría gustarte