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EDUCACIÓN POR LA ACCIÓN

Una verdadera educación no consiste sólo en enseñar al alumno, sino que es


necesario hacerlo aprender por él mismo, procurando activar sus mecanismos
de resolución de problemas y haciendo que se enfrente a dificultades. Así
podremos obtener una educación activa, basada en la acción y en la actividad
del discente.
Las claves de esta forma de aprendizaje son, entre otras, la manipulación y la
exploración. Educar y enseñar mediante la acción es uno de los principios
pedagógicos sobre los que se basa el juego como metodología educativa. La
acción directa que mantienen los niños sobre los objetos y las situaciones
aumenta la probabilidad de generar aprendizajes por descubrimiento y
aprendizajes más duraderos y consistentes en el tiempo. Así pues, las
metodologías activas potencian un proceso cíclico de aprendizaje y
descubrimiento que acaba siendo la esencia del proceso educativo:
experimentación - acción - descubrimiento - aprendizaje - conocimiento.
En estas suposiciones reside la importancia de trabajar con los niños en un
entorno lúdico y creativo, con recursos que faciliten los descubrimientos y
favorezcan las situaciones de exploración. Ellos son los protagonistas de su
propio aprendizaje y por medio de sus labores de observación, manipulación y
experimentación comprenden la realidad del mundo que les rodea,
incrementando su desarrollo cognitivo de forma considerable y generando
nuevos patrones de conocimiento.
 LA OBSERVACIÓN:
Es una actividad cognitiva básica, pues es la primera operación a realizar
para poder aprehender la realidad. La observación es una tendencia
espontánea del niño que ya desde sus primeros días y meses de vida,
constituye la actividad exploratoria dominante. Considerando la observación
en toda su magnitud podemos distinguir dos tipos:
1. Observación espontánea: Este tipo de observación es la que
sucede de forma natural, en los actos cotidianos del niño,
presentándose de forma no dirigida.
2. Observación sistemática: Es un tipo de observación dirigida, por
parte del adulto o el docente, quien plantea determinadas
observaciones a los niños, sugiriéndoles los objetos o los
espacios sobre los cuales dirigir su atención y observación.

 LA EXPLORACIÓN:
Es una actividad que permite el descubrimiento y el desarrollo de diversas
posibilidades en relación con el medio y gracias a la actividad y acciones del
cuerpo. Los niños no solamente observan lo que les rodea, sino que
intervienen sobre aquello que perciben explorándolo con todos sus
sentidos. La exploración será tanto más rica cuantos más sentidos
intervengan.
La observación y la exploración son los pasos previos para la experimentación
y el desarrollo del espíritu científico, y la curiosidad y el interés innato que
sienten los niños por todo lo que los rodea constituye la fuerza motivadora en
torno a la cual los docentes han de proyectar propuestas de exploración y
experimentación. Dentro del entorno lúdico que se proporcione al niño habrá
cabida tanto para el juego individual como para el grupal, y en ambos se
deberá considerar la posibilidad de observación y exploración para que se
produzca el aprendizaje.

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