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Medios naturales y sobrenaturales.

Naturales

-Dirección espiritual y consejería.

La dirección, sin ser absolutamente necesaria para la santificación de las almas, es para
ellas el medio normal para adelantar en el espíritu. Así lo demuestran juntamente la
autoridad y la razón, fundadas en la experiencia.

“A los incipientes háceles saber que, cuantos quisieren salir de Egipto, y domeñar sus
pasiones desordenadas, han menester de un Moisés que les sirva de guía. Para los
proficientes declara que, para seguir a Jesucristo, y gozar de la santa libertad de hijos de
Dios, es menester confiar humildemente el cuidado de la propia alma a un hombre que sea
representante del divino Maestro, y escogerle bien, porque habrá de obedecérsele con
sencillez, a pesar de los defectillos que en él notemos, porque lo único que debemos temer,
es seguir el parecer propio”. (Scala Paradisi, San Juan Clímaco Grad. I, IV ; P.G .,
LXXXVII1, 636, 680-681.)

“Tanto quiere Dios que el hombre se someta a la dirección de otro hombre, que ni aun
quiere que demos plena fe a las verdades sobrenaturales que él mismo nos manifiesta, si no
pasaren primeramente por el canal de una boca humana ” (Sentencias y avisos espirituales,
San Juan de la Cruz. n. 229.)

-Amistad.

“Cuanto más excelentes sean las virtudes que entren en esta comunicación, tanto más
perfecta será tu amistad. Será ciertamente muy laudable si comunicas acerca de las
ciencias; mucho más si comunicas acerca de las virtudes, prudencia, templanza, fortaleza y
justicia; pero si esta mutua y recíproca comunicación fuese acerca de la caridad, devoción y
perfección cristiana, ¡oh Dios mío, qué amistad tan preciosa! Será excelente porque viene
de Dios, excelente porque va a Dios, excelente porque su vínculo es Dios, excelente porque
durará para siempre en Dios. ¡Qué bueno es amar en la tierra como se ama en el cielo, y
aprender a amarse mutuamente en este mundo como nos amaremos eternamente en el
otro!”

-Objetivos realizables.

No hagas promesas como: "Nunca volveré a ver pornografía". Comienza con: "Hoy no veré
pornografía". Debes dejar de pensar en la libertad sexual como un destino y comenzar a
pensar en ella como una decisión diaria.

-Ofrecer las fracasos.

Un revés no significa que no hayas logrado tu objetivo, significa que debes intentarlo
nuevamente.

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Ciertos objetivos pueden ser difíciles de lograr cuando implican cambios importantes en el
estilo de vida. Los viejos hábitos tardan en morir y podemos pasar rápidamente a la rutina a
la que estamos acostumbrados. Pero solo porque los cambios en el estilo de vida y los
hábitos de ruptura pueden ser un desafío, no significa que cambiar sea imposible.

"Alégrate cuando no puedas hacerlo solo, porque cuando recurrimos a Dios en busca de
ayuda, reconociendo alegremente la derrota, derrotamos la derrota". (Alice Von
Hildebrand).

“Siempre que te sientas culpable, incluso si es porque has cometido un pecado


conscientemente, un pecado grave, algo que has seguido haciendo muchas, muchas veces,
nunca dejes que el diablo te engañe al permitir que te desanime. Siempre que te sientas
culpable, ofrece toda tu culpa a la Inmaculada, sin analizarla o examinarla, como algo que
le pertenece ...

Mis amados, que cada caída, incluso si es un pecado grave y habitual, siempre se convierta
para nosotros en un pequeño paso hacia un mayor grado de perfección.

De hecho, la única razón por la que la Inmaculada nos permite caer es para curarnos de
nuestro engreimiento, de nuestro orgullo, para hacernos humildes y así hacernos dóciles a
las gracias divinas.

El diablo, en cambio, trata de inyectarnos desánimo y depresión interna en esas


circunstancias, que, de hecho, no es más que nuestro orgullo que vuelve a surgir.

Si supiéramos la profundidad de nuestra pobreza, nuestras caídas no nos sorprenderían en


absoluto, sino que nos sorprenderían, y agradeceríamos a Dios, después de pecar, por no
permitirnos caer aún más profundo y con mayor frecuencia ”. (San Maximiliano María
Kolbe).

-Conocer las causas.

Es necesario conocer la motivación psicológica profunda que lleva a cada persona a buscar
el placer por estos caminos desordenados (los distintos laberintos sexuales). Si
desconocemos estos móviles psicológicos profundos sólo podremos solucionar los
problemas sexuales más leves y difícilmente nuestros remedios sirvan para quienes tienen
enraizados sus actos de lujuria en desórdenes serios de la afectividad.

-Disciplina de los sentidos.

Para tener a raya a nuestro cuerpo hemos de comenzar por guardar bien las reglas de la
modestia y de los buenos modales :hay aquí abundante materia de mortifica ción. El
principio que ha de servirnos de regla es aquel de S. Pablo : “ ¿No sabéis que vuestros cuer
pos son miembros de Cristo? ¿Por ventura no sabéis que vuestros cuerpos son templos del

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Espíritu Santo que habita en vosotros? Nescitis quoniam corpora vestra membra sunt
Christi?... Membra vestra templum sunt Spiritús Sancti ”

Hemos de respetar nuestro cuerpo como un templo santo, como un miembro de Cristo;
nada, pues, de vestirle con vestidos poco decentes que no se idearon sino para incitar la
curiosidad y el regalo. Que cada cual vista según su condición, sencilla y modestamente,
pero siempre con lim pieza y decencia.

No hay cosa más atinada que los consejos de S. Francisco de Sales sobre esta materia 2 : “
Has de andar aseada, Filo- tea, sin llevar pingajos ni desgarrones...; pero huye de toda
afectación, vanidad, primor y locura; arrímate cuanto puedas a la sencillez y modestia, que
es, ciertamente, el mayor orna mento de la belleza y el mejor dismulo de la fealdad... las
mujeres vanas son tenidas por poco firmes en la castidad, pues, si la tienen, a lo menos no
lo manifiestan con tantos adornos y bagatelas... En pocas palabras dice S. Luis que cada
uno se ha de vestir según su estado; de tal manera, que los buenos y prudentes no puedan
decir que hay exceso, ni los jóvenes puedan notar que hay falta”.

Modestia de los ojos: Hay miradas gravemente pecaminosas, que hieren, no sola mente el
pudor, sino también la castidad 2, y de las cuales no hay que decir que hemos de
abstenernos. Otras hay que son peligrosas, cuando, sin razón para ello, fijamos la vista en
personas u objetos que de suyo pueden mover a tentación;por eso nos advierte la Sagrada
Escritura que no debemos parar los ojos en ninguna doncella, para que su belleza no sea
para nosotros motivo de escándalo : “ Virginem ne conspicias, ne forte scandalizeris in
decore illius ” x. Y, ahora, cuando la licencia en las exhibiciones, la inmodestia en el vestir,
la procacidad de las repre sentaciones teatrales, y de algunos salones, nos cercan por todas
partes de peligros, ¿qué recato no habremos de tener para no caer en pecado?

Por eso, el cristiano de verdad, que quiere salvar su alma cueste lo que costare, va
mucho más allá, y para estar seguro de no rendirse al deleite sensual, mortifica la
curiosidad de sus ojos, evitando, por ejemplo, el asomarse a la ventana para ver a los
que pasan, llevando los ojos modestamente bajos, sin afectación, por la calle y en el
paseo. Gusta, por el contrario, de pararlos sobre algún objeto, imagen piadosa,
campanario, cruz, o estatua, para moverse al amor de Dios y de los Santos.

Mortificación del oído y de la lengua: Pide que no se diga ni se oiga cosa alguna contraria a
la caridad, a la pureza, a la humildad o a alguna otra virtud; porque, como dice S. Pablo, las
malas conversaciones corrompen las buenas costumbres, “ corrumpunt mores bonos
colloquia prava” 2. ¿Cuántas almas no se han perdido por haber escuchado conversaciones
deshonestas o contrarias a la caridad? Las palabras desvergonzadas excitan una curiosidad
morbosa, despiertan las pasiones, encienden el deseo e incitan al pecado. Las palabras poco
caritativas producen disensiones, aún dentro de las familias, desconfianzas, enemistades y
rencores. Es menester tener mucho cuidado con nuestra lengua para evitar esos escándalos,

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y cerrar los oídos a todo lo que pudiere mancillar la pureza, la caridad y la paz. (Compendio
de Teología Ascética y Mística, Tanquerey. III, 513).

-Fortalecer la voluntad.

“La voluntad es en el hombre la potencia dominadora, la reina de todas las otras potencias y
facultades, y la que las gobierna; es la que, por ser libre, comunica, no solamente a sus
actos propios (o elicitos), sino también a los actos de las demás potencias que ordena (actos
imperados), la libertad, el mérito y el demérito. Ordenada bien la voluntad, ordenado queda
el hombre entero. Mas, para que la voluntad esté bien ordenada, ha de ser fuerte para
mandar a las potencias inferiores, y dócil para obedecer a Dios : éstas han de ser sus dos
cualidades.” (Compendio de Teología Ascética y Mística, Tanquerey. II, 811).

-Calma.

“Sentir la tentación no significa consentir a ella”. Hay que tener una conciencia clara al
respecto; en nada ayuda una conciencia escrupulosa, así como tampoco ayuda una
conciencia sorda a la voz divina que resuena en el corazón de toda persona. Junto con esto
hay que tener la seguridad de que toda tentación puede vencerse.” (P. Miguel Ángel
Fuentes. Castidad… ¿posible?)

-Ocupación y deporte.

Equilibrio general: mantener una buena higiene física, una alimentación equilibrada,
ejercicio físico (deporte), descanso y buenas amistades. (P. Miguel Ángel Fuentes.
Castidad… ¿posible?)

-Huir de las tentaciones.

Uno de los consejos más sabios que nos han legado los santos es que “es más fácil superar
las seducciones de las pasiones huyendo de ellas que combatiéndolas de frente”. “Huyo
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para no ser vencido”, decía San Jerónimo . ¿En qué consiste esta huida? En evitar
diligentemente la ocasión de pecar, y principalmente en levantar el alma a las cosas divinas
durante las tentaciones, fijando la vista en Cristo virgen. Es verdad que no podemos “salir
del mundo” físicamente. Pero no debemos estar en él con el corazón y los sentidos. Nadie
puede mantener la pureza si no comienza por evitar las miradas, conversaciones,
pensamientos, no sólo impuros sino, incluso, turbios. ¿Por qué? Por- que está escrito: El
que ama el peligro, perecerá en él (Sir 3,26). Y San Agustín: “No me digas que tienes el
alma pura, si tienes los ojos impuros; porque el ojo impuro es mensajero de un corazón
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impuro” . En este sentido hay que recordar la necedad de quienes quieren (o dicen
querer) vivir la pureza y concurren a algunos lugares de baile en que abunda la sensualidad,
el desenfreno, la impureza e incluso el alcohol y la droga; o los que pasan horas en los
“ciber-cafés”, en medio de video juegos o navegando por Internet o rodeado de personas
que allí buscan pornografía, excitación sexual, etc. (P. Miguel Ángel Fuentes. Castidad…
¿posible?)

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-Pudor.

Fundamental en este trabajo es cultivar el pudor, del que ya hemos tratado aparte, puesto
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que éste es, como lo llamó Pío XII, “la prudencia de la castidad” ; y está escrito en el
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Catecismo: “la pureza exige el pudor” . (P. Miguel Ángel Fuentes. Castidad…
¿posible?)

Sobrenaturales

-Eucaristía.
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Fue llamada, en este sentido, “remedio contra la sensualidad” . La Eucaristía, recibida
con las debidas disposiciones, hace puros los corazones, porque se recibe al Autor de toda
Pureza.

-Adoración al Santísimo.

-Devoción a María.

Un medio excelente para conservar la castidad (o recuperarla cuando se ha perdido) es la


sólida devoción a la Virgen Madre de Dios. “En cierta manera, decía Pío XII, esta devoción
contiene en sí todos los demás medios; pues quien sincera y profundamente la vive, se tiene
que sentir impulsado a velar, a orar, a acercarse al tribunal de la Penitencia y al Banquete
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Eucarístico” . María Santísima es Virgen de las vírgenes y “maestra de virginidad”,
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como dice San Ambrosio . San Agustín escribió que “por la Madre de Dios comenzó la
dignidad virginal”181. Y San Jerónimo ha asegurado: “Para mí la virginidad es una
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consagración en María y en Cristo” . Por eso quien quiera ser virgen debe seguir el
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consejo de San Bernardo: “Busquemos la gracia, y busquémosla por María” .

-Santo Rosario.

“Tenemos que redescubrir la profundidad mística encerrada en la sencillez de esta oración.”

-Ayuno.

-Sagrada Escritura.

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"¿Señor, donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y
sabemos que tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 68-69).

-Confesión.

Hay que añadir la confesión frecuente, que es medicina espiritual que purifica y sana.

-Fe.

"Purificó sus corazones con la fe." (Hechos 15, 9).

La fe es la única posibilidad que tenemos para entrar en contacto con Cristo. "Toca
a Cristo dice san Agustín- quien cree en Cristo."10 Si nos preguntamos cómo puede
la experiencia de Dios, hecha por un hombre que ha vivido hace dos mil años en un
punto limitado del tiempo y del espacio, superar el tiempo y el espacio y
comunicarse a cada hombre, volviéndose su experiencia y su santidad, la res puesta
está en la fe. De parte de Cristo que comunica una tal santidad, esto se vuelve
posible por el hecho de que Él es Dios y hombre; es el mediador; que la salvación
obrada por Él se ha realizado dentro de la humanidad, que ha sido pensada y querida
para todos los hombres y, por tanto, está destinada a ellos y es por esto, en un
cierto sentido, de ellos por derecho. Pero de par te de quien le es comunicada esta
santidad, es decir, del hombre, esto es posible sólo por la fe. Es por la fe -dice san
Pablo- que Cristo habita en nuestros corazones (cf. Ef 3, 17). También los
sacramentos, sin la fe, son válidos, pero ineficaces; son obrados, pero inoperantes.

-Oración en el Espíritu.

-Examen de conciencia.

Mira tu conducta con detenimiento. Verás que estás lleno de errores, que te hacen daño a ti
y quizá también a los que te rodean. –Recuerda, hijo, que no son menos importantes los
microbios que las fieras.

Y tú cultivas esos errores, esas equivocaciones –como se cultivan los microbios en el


laboratorio–, con tu falta de humildad, con tu falta de oración, con tu falta de cumplimiento
del deber, con tu falta de propio conocimiento... Y, después, esos focos infectan el
ambiente. –Necesitas un buen examen de conciencia diario, que te lleve a propósitos
concretos de mejora, porque sientas verdadero dolor de tus faltas, de tus omisiones y
pecados. (Forja, 481)

-Comunión de los Santos.

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“Comunión de los Santos. —¿Cómo te lo diría? —¿Ves lo que son las transfusiones de
sangre para el cuerpo? Pues así viene a ser la Comunión de los Santos para el alma.”
(Camino, 544. San Josemaría Escrivá).

"Cuando somos miembros del Cuerpo Místico, tenemos a todos a nuestra disposición para
amar, comprender y servir a Dios: desde la Virgen María en el Cielo, hasta el pobre leproso
de África quien, con una campana en su mano, susurra las respuestas de la Misa a través de
su boca herida por la lepra. Toda la creación, visible e invisible, toda la historia, el pasado,
el presente y el futuro, todos los tesoros de los santos multiplicados por la gracia' todo lo
que está a nuestra disposición como si fuera una extensión de nosotros mismos, es un
instrumento poderoso.Todos los santos y los ángeles nos pertenecen. Podemos usar la
inteligencia de santo Tomás o el brazo derecho de san Miguel Arcángel, los corazones de
Juana de Arco y de Catalina de Siena, y una gran variedad de recursos espirituales que
esperan a que los tomemos en cuenta para entrar en acción. Todo lo bueno, lo grande y lo
hermoso: todo lo que irradia santidad. Todo eso puede funcionar como si fuera fruto de
nuestro propio desempeño. El heroísmo de los misioneros, la inspiración de los doctores de
la Iglesia, la generosidad de los mártires, el genio de los artistas, las súplicas ardientes de
las Hermanas Clarisas y de las Hermanas Carmelitas: es como si nosotros fuéramos
justamente todo eso." -Paul Claudel.

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