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UNA JOYA PRECIOSA DE DIOS: LA SABIDURÍA

En esta vida no es suficiente tener conocimiento. Se necesita sabiduría para usar el


conocimiento correctamente. Hay algunas personas que son muy inteligentes, hasta
podríamos decir, que son brillantes. Sin embargo, no tienen sentido común. No
toman buenas decisiones.
Algunos son hasta “genios” en el campo en que se desempeñan, pero no pueden
manejar sus propias vidas.
Por eso Proverbios 4:7, nos exhorta,” En primer lugar, adquiere sabiduría; sobre
todas las cosas, adquiere inteligencia.
EMPECEMOS EN ORACION
Padre, danos sabiduría. Danos inteligencia para escuchar Tu Palabra, y aplicarla a
nuestras vidas. Queremos tener sentido común, para poder tomar buenas y sabias
decisiones, que te plazcan y te glorifiquen.
Señor, enséñanos verdades profundas que transformen nuestras vidas. Queremos
ser hijos dignos de buscar tu rostro. Siervos que reflejen tu belleza, el esplendor de
poder y sabiduría. Abre nuestros ojos espirituales para verte, y nuestros oídos para
escucharte, seguirte en todo momento y nunca apartarnos de ti.
En el nombre de Jesús, Amén.

Santiago 3: 13-18

13 ¿Quién de ustedes es sabio y entendido?


No es que Santiago estuviera buscando al sabio y al entendido. Simplemente estaba
diciendo, que, si alguien es sabio y entendido, DEMUESTRA SU SABIDURIA,
viviendo una vida recta y humilde.
Lo que amas determina como vives. Lo que te deleita, dirige tu vida. Tu amor y
deleite por Jesús se hace evidente por tus actitudes, tus palabras, y tu
comportamiento.
Lo que Santiago quiere es que los cristianos podamos, como Salomón, recibir del
Señor una sabiduría que nos ayude a vivir como Dios manda. Si tu corazón es puro,
tú vivirás una vida sin malicia. No cuestionarás las motivaciones de los que están a
tu alrededor. No pondrás en duda la veracidad de lo que otros dicen. No encontrarás
falta en otros.
Más bien, buscarás lo bueno en otros… encontrando lo que es digno de alabanza.
Por supuesto, que no serás ingenuos ni totos, pero buscarás lo bueno, en vez, de lo
malo. Si tu corazón es puro, tú verás, a otros, de la misma manera, como Dios, los
ve.
Ejemplo: mirar lo bueno por que siempre hay 2 caminos

Por eso, Santiago comienza su comparación con la pregunta: ¿Quién de ustedes es


sabio y entendido? Sabio habla de alguien experto, conocedor, cultivado, aprendido.
Es verdaderamente sabio en las cosas del diario vivir. Y Entendido habla de alguien
inteligente, lleno de experiencia, que tiene el conocimiento de un experto.
Para Santiago, el sabio no es un sabelotodo, que siempre tiene una respuesta para
todo. El sabio es aquel que comprende la esencia, y el propósito del saber.
De la misma forma, el entendido, no es aquel que tiene la capacidad de comprender
todas las cosas, sino aquel que comprende el “por qué” de las cosas, y es por eso,
que tiene la capacidad de enseñárselas a otros.
El sabio tiene una sabiduría que se ve en su conducta… en sus obras. No es una
“sabiduría” superficial. El sabio tiene una sabiduría humilde. Lo que una persona es
en su interior, se revela siempre en su exterior, a través de su conducta.
Son nuestros valores los que determinan, ¿cómo nos comportamos? Esos valores
invisibles, se hacen visibles, por la forma como actuamos.
En Mateo 7:16, Jesús dice, “Por sus frutos los conoceréis.”
Nuestro Señor Jesucristo, la encarnación de la verdadera sabiduría, no era orgulloso
ni arrogante. Más bien, era manso y humilde de corazón (Mt. 11:29). Por eso,
aquellos que son verdaderamente sabios, tienen la marca de una humildad genuina.

La humildad no significa despreciarnos a nosotras mismos, ¡Todo lo contrario! La


humildad significa apreciar a nuestro Dios. Alguien puede engañar a muchos
mostrando bellas virtudes, como la esperanza, el amor, y la fe, pero es muy difícil,
falsificar la verdadera humildad.

ASI QUE… DESPUES DE VER LAS CARACTERISTICAS DEL SABIO Y EL


ENTENDIDO, COMENCEMOS CON NUESTO PRIMER TIPO DE SABIDURIA…
I. La Sabiduría Terrenal (Santiago 3:14-16)

Esta sabiduría terrenal, NO VIENE DE DIOS. Se genera en el propio corazón del


hombre o de la mujer.
¿Y de dónde viene esta sabiduría terrenal? De la amargura, las envidias y
rivalidades. De la jactancia y del engaño.
La sabiduría celestial,… la sabiduría de Dios, obra de forma muy diferente a la
sabiduría que es “terrenal, humana, y diabólica”

ASI QUE… ¿Cuáles son las evidencias de la sabiduría terrenal?


Miremos primero a la “Amargura” o a los “Celos Amargos” – Las personas llenas de
amargura, celos y ambición egoísta, piensan que ellas tienen que ser las primeras
en todo. No soportan cuando otra persona es el centro de atención. No permiten que
NADIE empañe lo que están haciendo.
La sabiduría del mundo te dice: “Promueve tu propia causa. ¡No hay nadie como tú.”
Es muy fácil dejarse llevar por el egoísmo, disfrazándolo de celo espiritual. Los
fariseos usaban sus religiosidades para que la gente los alabara .
Claro que debemos tener celo por las cosas del Señor, pero debemos de estar
seguras, de que nuestra motivación es pura.

La sabiduría de este mundo ACLAMA AL HOMBRE, PERO EMPAÑA LA GLORIA


DE DIOS. En 1 Corintios 1:17–21, Pablo dice “Que nadie se jacte en la presencia de
Dios” Y termina exhortándolos: “El que se gloría, que se gloríe en el Señor.” (v. 31).

Cuando la sabiduría de Dios obra, hay un sentido de humildad y sumisión, y un


anhelo de que Dios reciba toda la gloria. No hay el deseo de compararse con otros
creyentes, porque su mirada está puesta en Cristo. Y ADEMAS, comparadas con
Jesús, tenemos mucho terreno por recorrer.

Y finalmente, viene El Engaño. Si tu corazón está manchado, deshonrado, todo


aquello en lo que estás involucrada, te parecerá también pervertido. Asumirás que
las motivaciones de otros son malas, porque tú sabes lo que tú hubieras hecho en
dichas circunstancias.
II. La Sabiduría Celestial (Santiago 3:17-18)

El Nuevo Testamento nos enseña que el fruto de la sabiduría es ser como Cristo– es
paz, humildad y amor. Y LA RAIZ DE ESTO, es fe en Cristo, quien es la sabiduría de
Dios manifestada.
* Características
¿A dónde podemos encontrar la sabiduría celestial? Santiago dice que esta
sabiduría viene del cielo. Carlos Spurgeon escribió: “La sabiduría de Dios es la
belleza de la vida, que solo puede ser producida por la “mano de obra de Dios”
en nosotros.”

De vez en cuando, es bueno preguntarte, “¿Estoy creciendo en sabiduría?” Después


de todo, la vida es una dinámica que no para.
Nunca es muy tarde para comenzar a crecer en sabiduría. Dios nos ama con un
amor ardiente e intenso, que nos puede librar de nuestra necedad, si nos
sometemos a Él. Su amor puede convertir, el temperamento más difícil, en un
milagro de belleza asombrosa.
Puede que duela un poco, y puede que tome de tiempo, pero Dios busca siempre
nuestra transformación. Cuando se la pedimos, Su sabiduría comenzará a crecer en
nosotras, y se derramará sobre otros.

Tenemos esta promesa en Santiago 1:5, “Si alguno de ustedes requiere de


sabiduría, PIDASELA A DIOS, y Él se la da a todos en abundancia y sin hacer
ningún reproche.” La verdadera sabiduría comienza y termina con Dios.

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Job 28:28

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