no.

45/$10

Besos pintados de carmín

AURORA VIERTGRÖSSTE
Rabia
ANDRÉS RIVAS
El juego del ángel
ABIGAIL SOMOSA
Amores que matan
GUILLERMINA FAUSTO
Responsabilidad social empresarial
HELENA SELBOR

gerardo laveaga
Hombres de Gobierno
CONTENIDO
ARTÍCULOS COMERCIAL

8 EL JUEGO DEL ÁNGEL 22 RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL 30 LOS MÁS VENDIDOS

ABIGAIL SOMOSA HELENA SELBOR 32 LETRAS Y AUTORES
10 AMORES QUE MATAN 24 ISABEL MOCTEZUMA 36 IMPORTACIONES
GUILLERMINA FAUSTO EUGENIO AGUIRRE 38 PARA VER Y OÍR
12 ENTREVISTA A GERARDO L AVEAGA 26 SEXO, RELIGIÓN Y DEMOCRACIA 40 AGENDA DE EVENTOS
VALERIA MARTIJA JOAQUÍN VELÁZQUEZ
18 R ABIA 28 BESOS PINTADOS DE CARMÍN
ANDRÉS RIVAS AURORA VIERTGROSSTE

Mesa de redacción: Alberto Achar, Alberto Castellanos, Valeria Martija, Constanza Massot, Alejandro Ramírez
Consejeros: Ary Kahan, Felipe Herszenborn, Salomón Levy mail: revista@gandhi.com.mx
El juego del ángel
La literatura como condena y salvación
Luego de siete años de ausencia, Carlos Ruiz Zafón vuelve a las li-
brerías con una extraordinaria novela en la que la literatura será
camino a la perdición y puerto seguro, a través de la soledad de un
hombre. Todo, ambientado en la Barcelona de principios de siglo.

Por Abigail Somosa
“
Si realmente quieres dedicarte a escribir, o al menos escri-
bir para que otros te lean, vas a tener que acostumbrarte
a que a veces te ignoren, te insulten, te desprecien y casi
siempre te muestren indiferencia. Es una de las ventajas de
este oficio”. El consejo es de David Martín, protagonista de la
nueva novela de Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, 1964) y refleja
una realidad que en nada se parece a la del escritor en los últi-
mos años. A partir de La sombra del viento, su nombre quedó
labrado en la gloria editorial como el de uno de los escritores
ibéricos de mayor convocatoria y fenómeno de ventas en el
mercado librero español.
El juego del ángel es la vuelta de Ruiz Zafón a las librerías
después de siete años y 10 millones de ejemplares vendidos
de La sombra del viento. Ahora, desde los cuernos de la luna
el escritor le manda compañía a su mítica novela. Para su lan-
zamiento en España, el 17 de abril pasado, Grupo Editorial
Planeta determinó un tiraje espectacular de un millón de li-
bros, de los cuales, en su fin de semana debut en la península,
se vendieron 230 mil copias.
Las abultadas cifras, sin embargo, no impresionan al es-
critor, quien pone el acento en el libro y no en el número de
ejemplares que se ponen en circulación. Serio hasta la inmovi-
lidad, Ruiz Zafón está convencido de que calidad y ventas no
son lo mismo y confía únicamente en el lector como verdadero
crítico de sus novelas.
El juego del ángel encuentra sus referentes de thriller negro
en el grand guignol —la escuela de teatro francesa “que vie-
ne a ser al drama lo que la sífilis es a las vergüenzas”, según
afirma uno de los personajes— y en Falling Angel, la novela
de William Hjortsberg. Además, forma parte de una tetralogía
protagonizada por la Barcelona de los preludios del siglo XX y
de la que La sombra del viento fue la primera entrega.
Aquí, Ruiz Zafón recibe al lector con una confesión mag-
nética. “Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta
unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca
olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad
en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su
falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner
techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo
que más anhela”.
Es la carta de presentación de un hombre que nació con el
siglo y a quien la vida lo obliga a dedicarse a la escritura, de la
historia de una traición y de un amor imposible que se le fue
desvaneciendo de las manos mientras de ellas salían relatos
policiales y crónicas noir. Y es también la maldición que per-
seguirá al protagonista a lo largo del relato.
Hacia 1900, luego de la guerra de Filipinas, un soldado
vuelve a Barcelona, encontrándose una ciudad que prefería
no reconocerlo y una esposa que lo había olvidado y que, a
dos años más tarde, decidió abandonarlos, a él y a su hijo, un
niño débil y enfermizo. El pequeño empieza una vida nueva
al lado de un padre analfabeto y violento, cuyas promesas
de que a partir de ese momento todo iría para mejor, se fue-
ron evaporando como el humo de las fábricas nacientes en el
puerto.
La romería de empleos erráticos del ex soldado termina
en las instalaciones de un periódico, La voz de la industria,
como vigilante nocturno. Tímido y febril, el niño se refugia en
los libros como sus únicos amigos —su lugar favorito en toda
la ciudad era la librería Sampere e Hijos—, contra la voluntad
de su padre.
literatura
La infancia de David Martín se ve disuelta entonces en un
mar de sangre —la de su padre, asesinado ante sus ojos de
niño bajo un aguacero de plomo— y sin darse cuenta ha inau-
gurado la vida adulta entre el escándalo de una imprenta de
La voz de la industria, que le abrirá las puertas a la escritura a
los 14 años.
Por una casualidad, Martín pasa de correveidile a escritor.
En una emergencia, el editor del diario le pide un relato para
9
ocupar la contraportada. Ese bautizo de tinta le dará entrada
a un efímero paraíso al escribir un texto semanal que anidó en
el gusto de los lectores, pero que al año siguiente fue retirado
por los dueños del diario.
Su corta fama llegó a oídos de un editor francés, quien
insistentemente le propondrá asociarse en un negocio de ju-
gosas ganancias y riesgos igualmente generosos. Al mismo
tiempo, un par de libreros de poca monta le ofrecen una suma
muy atractiva para sus condiciones por escribir novelas por
entregas, bajo pseudónimo. El contrato establece doscientas
páginas mecanografiadas al mes, páginas de las que deberán
desbordarse intrigas policiales, el horror de los bajos fondos y
un sinfín de mórbidas y seductoras tramas para el gran públi-
co. Martín acepta, sin saber que pronto le pondrá precio a su
alma y encontrará, para su desgracia, un comprador.
En tres actos, Ruiz Zafón narra la dolorosa ruptura de un
hombre con la vida, la tragedia de alguien que lleva lastimo-
samente la contabilidad de sus pérdidas en medio de un am-
biente sobrenatural y fantástico, creación maravillosa de un
autor que devuelve a sus lectores a la novela clásica, volumi-
nosa y sólida, contada sin prisas de ninguna clase.
Anterior en el tiempo narrativo, El juego del ángel no guar-
da con su predecesora más que tres elementos: el cementerio
de los libros olvidados —la peculiar interpretación que Ruiz
Zafón hace de la biblioteca de Borges—, la estirpe librera de
los Sempere y los grandes incendios como purificación o de-
bacle.
A diferencia de La sombra del viento, que era una historia
de redención en la que un joven ayuda a un hombre maduro y
maldito a recuperar el sentido de la vida, aquí el lector encon-
trará una dinámica literaria dictada por el narrador y protago-
nista, oscurecida por la negrura de una existencia, la suya, que
se ha dio quebrando conforme avanza, que empezó rota en
esos años de infancia, mientras esperaba a su padre leyendo
Grandes esperanzas, de
Dickens, y a quien ahora
el destino le presenta un
dilema al que responderá
de la misma manera en
cómo él ha sido tratado
por el mundo.
Novela negra con pe-
cas de humor mordaz, El
juego del ángel contiene
la tragedia de un hombre
sostenida por un pacto
que recuerda al del doc-
tor Fausto y alimentada
por la derrota. Ruiz Za-
fón ha escrito una mara-
villosa historia de dolor y
arrepentimiento sobre las
coordenadas de la intriga,
en la que la literatura es
condena y salvación.
“ Amores que matan se alimenta desde
las lecturas y vivencias de Beltrán para
recordarnos que la monstruosidad e in-
famia del Eros griego aún existe, a tra-
vés de la historia de la ilusionada mujer
que aspira a un mejor trabajo y termi-
na enfrentándose a la lasciva provoca-

ción de un superior, de la amante que

pacientemente espera a convertirse la
primera, de la madre agónica, del matri-
monio reseco, de la mujer que enfrenta
una disyuntiva más oculta en un vientre
que se abulta con los meses.

Por Guillermina Fausto
U
n demonio, un monstruo incontrolable y cruel cuya
maldad es la puerta hacia la perdición de la humanidad
entera. Tales eran las notas y cualidades del amor para
los griegos de la Antigüedad. Sus representaciones artísticas
—que, a pesar de ser grotescas, no reflejaban acabadamente
su vileza— tenían la misión pedagógica de advertir a los in-
cautos de graves consecuencias del amor e invitarlos a alejar-
se de él. Y fue bautizado como Eros, el peor de los dioses.
Los romanos, entonces defensores de la corrección polí-
tica en boga, consideraron que no era para tanto. En efecto
también detectaron en el amor una cierta amenaza para el es-
píritu humano, pero sin tanto drama como los recién conquis-
tados griegos. Entonces, cuando se disponían a asimilar su
cultura, decidieron que Eros era más bien un niño juguetón e
inmaduro que si actuaba de manera totalmente irresponsable,
no era por dolo. Pero ese instinto dañino prevaleció en su re-
presentación: el arco y la flecha con la que encantaba a los
enamorados.
El amor no ha dejado de entretener a los pensadores de la
humanidad. Y, aunque de san Agustín a Savater la dedicación
al tema ha sido mayúscula, nadie aún atina a explicar las razo-
nes del febril adolescente que prefiere faltar a clase únicamen-
te para complacer y ver feliz a su amada o la señora que no se
resiste a los golpes de su esposo porque lo ama.
Entonces, el coro de poetas alza su canto y copiosamen-
te se oye el rumor de Pascal citado por todos, “el corazón
tiene razones que la razón no entiende”. Y ahí están también
los patéticos mozalbetes Romeo y Julieta, sofocados por la
imposibilidad de realizar a plenitud su amor y abrazados por
la muerte en un garrafal error que hubieran evitado de no es-
tar perdidamente enamorado el uno de la otra. O el decrépito
doctor Fausto, en plena negociación con Mefistófeles tratan-
do de concretar un jugoso negocio en los mejores términos
posibles. Al final, el viejo cierra la transacción: mi alma por la
juventud que me abrirá las puertas al amor de la bella y en-
cantadora Gretchen.
Pero no sólo en la literatura anidan los arrebatos ardoro-
sos patrocinados por el amor. La vida diaria está plagada de
Faustos y Romeos y Julietas. Afortunadamente contamos con
Freud, quien explicó que todo encuentra sentido si se hurga
en el subconsciente y listo, el psicoanálisis se convierte en
la solución a cualquier lío amoroso. Pero nada, que todo se
complica todavía más.
Con justificada razón y su admirable altanería, José Ortega
y Gasset invitaba a controlar el corazón a raja tabla. “Reprima-
mos los gestos románticos y reconozcamos en el enamora-
miento —repito que no hablo del amor sensu stricto— un esta-
do inferior de espíritu, una especie de imbecilidad transitoria.
Sin anquilosamiento de la mente, sin reducción de nuestro
habitual mundo, no podríamos enamorarnos”. Y ante su apa-
rente fuerza incontenible, el filósofo español atajaba, “el amor,
más que un poder elemental, parece un género literario”. Una
especie de imbecilidad, anquilosamiento mental al que se ac-
cede a través de la literatura… sí, así es el amor, ¿o no?
Rosa Beltrán (ciudad de México, 1960) ha decidido reavi-
var Amores que matan, una reunión de cuentos editada por
primera vez en 2005, a la que ahora agrega dos relatos nue-
vos y donde recupera todos esos carices bestiarios del amor,
rostros que hoy muchos se empeñan en ocultar, prefiriendo la
cara angelical y chapeada de un beso infinito, de un corazón
ardiente que no se apaga.
novedad
Contra las formas aterciopeladas que rodean a la filiación,
la maternidad, la amistad y al sexo, Beltrán propone en estos
relatos figuras caóticas, asimétricas y catastróficas de lo que
da por llamarse amor y sus variantes. Amor conyugal, por las
letras, de madres, platónico, en la posmodernidad, el primero,
por la familia, filial, por el trabajo, por los viajes, por el ritual y
por los ideales. Una serie cubierta de una especial mordaci-
dad, que no ironía, desde la pluma privilegiada de Beltrán.
11
Aquí, la autora hace gala de su enorme talento y capacidad
para transmitir el hastío y la frustración latentes en el amor,
con incomparable crudeza. Botón de muestra es la primera
línea del cuento que inaugura el volumen: “Tengo un amante
24 años mayor que yo que me ha enseñado dos cosas. Una,
que no puede haber pasión verdadera si no se traspasa algún
límite, y dos, que un hombre mayor sólo puede darte dinero o
lástima”. Al igual que este, el peso narrativo de cada relato lo
lleva una voz femenina, un recurso que imprime un sarcasmo
elegantemente bien calibrado, para felicidad del lector inteli-
gente.
Y privilegiados los lectores, que acceden a un informe
cáustico y puntual sobre la pandemia que desde el principio
ha azotado a la humanidad y sus efectos, tan dolorosos siem-
pre. La escritora —profesora de Literatura comparada en la
UNAM— invita a contemplar el desastre provocado por el amor
a través de este catálogo de sus distintas facetas, marcadas
todas por la profunda soledad, la constante de este siglo.
Los personajes de estos catorce cuentos —qué mejor nú-
mero que el 14 para hablar de amor— se hunden en solitario,
desamparados. “Están signados —asegura la autora— por
una profunda soledad, por esa necesidad desesperada y casi
enferma de encontrar al otro o a los otros, a pesar de que
no existe la disposición de renunciar al narcisismo que nos
caracteriza, tampoco a la competitividad y al hedonismo de
una época”.
Estos Amores que matan se alimentan desde las lecturas
y vivencias de Beltrán para recordarnos que la monstruosidad
e infamia del Eros griego aún existe, a través de la historia de
la ilusionada mujer que aspira a un mejor trabajo y termina
enfrentándose a la lasciva provocación de un superior, de la
amante que pacientemente espera a convertirse la primera,
de la madre agónica, del matrimonio reseco, de la mujer que
enfrenta una disyuntiva más oculta en un vientre que se abulta
con los meses. Y así, de Shere-Sade a Liberación femenina,
pasando por esa pieza
magistral de narrativa y
creatividad que es Grafit-
ti, estos relatos de Beltrán
descubren el amor como
quien cortó el velo del
templo para mostrarlo tal
cual es.
Al final, en la con-
tratapa, los editores de
Seix Barral insisten en
la aberración que rodea
al tópico en un colofón
magnífico para un libro
igualmente genial. “Los
amores —dice con le-
tras rojas— consumen y
ahogan. A quien no huye
a tiempo, le arrebatan el
alma”.
Fotos: Guadalupe Velasco

DANTE ALIGHIERI

Gerardo Laveaga
 entrevista
Hombres de Gobierno 13

Hombre de profunda reflexión, Gerardo Laveaga (ciudad de México, 1963) no concibe el gobierno
sin ideas ni desprovisto de claridad mental. Tal vez de ahí su admiración a Inocencio III, el Papa
que dio forma a la Iglesia Católica hasta convertirla en uno de los ejes del mundo.
Hacia finales del 2005, publicó El sueño de Inocencio, novela histórica sobre el jerarca
católico más poderoso de la historia, que fue muy bien recibida, tanto por los lectores como por
la crítica.
Ahora, Laveaga presenta al público Hombres de Gobierno, una selección de los personajes
que han dado sentido al término “arte de gobernar”; perfiles críticos sobre los líderes que,
por alguna u otra razón, han cautivado al autor, desde el legislador griego Solón hasta Dag
Hammarsjöld, segundo Secretario general de la Organización de las Naciones Unidas.
Como el mismo autor explica, la intención ha sido “trazar una brevísima semblanza de algunos
de los hombres de gobierno que más han llamado mi atención en el curso de la historia” y agrega,
“todos compartieron tres virtudes: una visión a largo plazo, una energía descomunal para lograr
que esa visión cobrara vida y un valor a prueba de todo para soportar las consecuencias, no
siempre agradables, de su actuación”.
En efecto, el retrato de los hombres que aquí propone Laveaga muestra que si bien lograron
orientar el destino de sus gobernados y siguen siendo una referencia que sobrevive al tiempo,
también se reconocen en ellos sus desatinos y arbitrariedades, “todos lastimaron a aquellos que
no comulgaban con su propia visión”. Hombres de Gobierno, editado bajo el sello Aguilar,
no es un acta de canonización, sino el catálogo de una élite, la de los visionarios, la de quienes
“hicieron que gobernar resultara una de las actividades más fascinantes a la que puede aspirar
un ser humano”.
Y, aunque a simple vista el libro parece limitado a la biografía, no hay que ser demasiado
suspicaz para descubrir, página tras página, que Gerardo Laveaga ha introducido de contrabando
muchas de sus propias ideas sobre lo que significan la política y el gobierno en los umbrales
del siglo XXI. ¿O no resulta curioso que dirigentes como Richelieu, el marqués de Pombal o
Theodore Roosevelt hayan sido tan duros a la hora de combatir a los monopolios? ¿Es una
coincidencia que Alexander Hamilton y otros de estos hombres de gobierno hayan resultado tan
activos cuando de combatir la evasión fiscal se trataba?
En esta conversación, Laveaga nos acerca a los motivos que lo llevaron a elegir a unos y
desechar a otros en la integración de este libro. Sin embargo, queda en manos de cada lector
resolver qué nos quiso decir el autor con este libro que, por lo demás, no sólo está escrito con
el estilo ágil y ameno al que nos tiene acostumbrados, sino que constituye un magnífico ensayo
sobre gobernabilidad.
Por Valeria Martija
 ¿Qué te propusiste al escribir Hombres de Gobierno, Gerardo?
Primero, rendir homenaje a quienes considero los grandes artistas de la política
de todos los tiempos. A hombres como el emperador Trajano, al fundador de
la Iglesia Católica…

…¿Jesucristo?
No, el emperador Constantino; a Alfonso “el Sabio”; Eduardo I de Inglaterra…

…¿El villano de la película Corazón valiente?

Fue más que un villano de película, pero sí, el mismo… al rey Enrique IV de
Francia; a Mustafá Kemal, fundador de Turquía; a David Ben-Gurión, creador de
Israel y a Winston Churchill, entre otros.

¿Y luego?
Contribuir a dignificar la actividad política. Hay cada día más personas —en
México y en el mundo— desencantadas de la política y el gobierno. Hace falta
que alguien recuerde a aquellas figuras que, a lo largo de la historia, supieron
utilizar la política para mejorar el nivel de vida y las condiciones —materiales y
culturales— de sus pueblos.

¿Estos fueron tus dos únicos propósitos?

También quise que el libro fuera una suerte de introducción a la política: una
forma fácil de acercarse a ella a través de sus protagonistas más distinguidos.

En El sueño de Inocencio, ofreciste una novela que describe cómo el poder

religioso se convierte en poder político e invade todas las esferas de la
vida de las personas. En Hombres de Gobierno nos presentas los perfiles
de quienes, mediante sus acciones de gobierno, coadyuvaron a la crea-
ción de países y comunidades mejor organizadas. ¿Son el poder político y
el gobierno un matrimonio indisoluble?

“Las empresas multinacionales han intentado arrebatar a los gobiernos sus

facultades. Cuando lees que algunas de estas compañías facturan anualmen-
te cantidades superiores a las del PIB de muchos estados-nación, entiendes el
problema pero ¿sabes? las multinacionales no pueden, no podrían coexistir sin
el poder del Estado ¿quién, si no, garantizaría que cumplieran los acuerdos que
ellas hacen? ¿Quién podría limitar su afán de obtener beneficios económicos a
cualquier precio?”

No, no. El poder político se da libre, salvaje. El gobierno, en cambio, implica

estructuras, organización, cuadros administrativos. De hecho, la palabra gobier-
no proviene del griego kybernetes, que significa piloto, timonel. Gobernar exige
rumbo, capacidad de conducción, la decisión de echar mano de la fuerza cuando
ello sea necesario… Claro que, para gobernar con eficacia, se requiere poder
político.

El repertorio de personajes de tu libro abarca un amplio espectro. ¿Cuál fue

el criterio que utilizaste para incluir lo mismo a Solimán “el Magnífico” que a
Konrad Adenauer y dejar fuera a Thomas Jefferson o a Lincoln?
Mis simpatías personales. Jefferson, no me gusta. Fue excesivamente contra-
dictorio: decía una cosa y hacía otra. Prefiero a su gran rival, Alexander Hamilton
que, desde luego, figura en el libro. Lincoln tampoco me entusiasma. Fue un
hombre bueno, un hombre muy bueno, que acabó convertido en símbolo. Pero
no mucho más. Sus generales no obedecían sus órdenes, los miembros de su
gabinete lo despreciaban y, en más de una ocasión, su esposa acabó arrojándole
el plato de sopa a la cara…

En tu opinión, ¿cuáles son los atributos que debe tener todo hombre de
gobierno eficaz?
Una visión clara de lo que quiere, de hacia dónde va a conducir a su gente; una
capacidad de trabajo descomunal y el valor para afrontar las consecuencias de
sus decisiones, las cuales pueden acabar llevándolo al exilio
—como a Bismarck— o a la muerte, como a Antonio Cánovas
del Castillo. Gobernar supone conciliar sí, pero también en-
frentarse a los factores reales de poder, ya sea para sumarlos
a un proyecto o para quitarlos del camino.
En tu libro mencionas otra característica: dices que la
elección de los colaboradores constituye “la mejor prueba
del talento de un príncipe”…
Eso lo dijo Luis XIV, a quien cito. Pero, tienes razón: este es
otro rasgo que distingue a los mejores gobernantes de la his-
toria: saber rodearse de las personas más capaces a las que
tenga acceso.
¿Ser buen administrador podría ser otro rasgo de los gran-
des gobernantes?
Casi todos ellos fueron buenos administradores, pero no hay
que confundir: gobernar significa decir qué; administrar, sólo
cómo. Quien cree que gobernar es administrar, no ha enten-
dido su papel.
¿Tu libro es, pues, una receta para gobernar?
De ningún modo. Gobernar es un arte, no una ciencia. Por
tanto, no hay recetas, aunque esto le pese a los llamados ana-
listas políticos, científicos sociales y politólogos.
Veo que faltan mujeres en el libro, ¿por qué? ¿Acaso no
hubo mujeres eficaces en el gobierno a lo largo de la his-
toria?
Claro que las hubo. Y fueron espléndidas. Pensemos en la fa-
raona Hatsepsut, en Isabel “la Católica”, Isabel I de Inglaterra,
Catalina “la Grande” o María Teresa. Confieso, sin embargo,
que ellas me parecen más complejas. Más interesantes, inclu-
so. Pero me siento más cómodo hablando de los hombres en
el gobierno. Los conozco mejor.
Tampoco figuran mexicanos…
Ya escribiré largo sobre ellos.
¿Puedes decirme, al menos, quiénes son tus favoritos?
De pronto se me ocurren tres: Valentín Gómez Farías, Benito
Juárez y Plutarco Elías Calles.
Si pudieras tener una conversación larga con algunos de
los personajes que figuran en Hombres de Gobierno, ¿a
quién elegirías?
En primer lugar, al papa Inocencio III, a quien le dediqué mi re-
ciente novela; en segundo lugar a Franklin Delano Roosevelt y,
en tercero, a Robert Walpole, el “primer ministro” de Inglaterra
y uno de los más talentosos políticos que han pasado por la
historia de ese país. Ellos, más que otros, hicieron que gober-
nar resultara una de las actividades más fascinantes a la que
puede aspirar un ser humano.
Aunque, como tú mismo señalabas al principio de nuestro
diálogo, la actividad política y el gobierno están muy des-
prestigiados en esta época de la globalización…
Las empresas multinacionales han intentado arrebatar a los
gobiernos sus facultades. Cuando lees que algunas de estas
compañías facturan anualmente cantidades superiores a las
del PIB de muchos estados-nación, entiendes el problema
pero ¿sabes? las multinacionales no pueden, no podrían co-
existir sin el poder del Estado ¿quién, si no, garantizaría que
cumplieran los acuerdos que ellas hacen? ¿Quién podría li-
mitar su afán de obtener beneficios económicos a cualquier
precio?
Ahora que Estados Unidos ha padecido una recesión eco-
nómica, es interesante advertir cómo muchos de los altos eje-
cutivos de estas multinacionales que, hasta hace unos años,
clamaban por la desaparición del gobierno y del Estado mis-
mo, ahora claman por la intervención gubernamental.
Una última pregunta. En Hombres de gobierno figuran
políticos de todas las tendencias: hay reaccionarios de la
derecha, como Metternich; socialistas, como David Lloyd
George; musulmanes convencidos, como Akbar; católicos
piadosos, como el papa Juan XXIII. ¿Dónde te sitúas tú en
este espectro?
Soy un liberal y me parece que el gobierno de un Estado debe
inmiscuirse lo menos posible en la vida privada de los ciuda-
danos. Hay, no obstante, una serie de tareas —pocas, pero
relevantes— en las que el gobierno de un Estado se debe in-
volucrar. El Banco Mundial ha definido estas tareas y, por su-
puesto, ya hablo ampliamente de ellas en mi libro.
 Rabia
La vida en extrainnings
¿Cómo enfrentar la vida desde el vacío interior, desde el vértigo de la
soledad o, más patético, el monitor de una computadora? El protago-
nista de la opera prima de Jaime Mesa nos muestra cómo es esa vida
y el furioso mundo que habita

Por Andrés Rivas
A
compañado de un grupo de escritores jóvenes entre los
que figuran autores como Rafael Lemus o Tryno Maldo-
nado, a quienes nada distingue y se resisten a formar
parte de una generación —aunque ya han recibido su bautizo
como la Generación inexistente—, Jaime Mesa (Puebla, 1977)
alcanza las estanterías de todo el país con Rabia, su primera
novela.
Un primer apunte sobre la historia publicada por Alfaguara
debe presentarse a manera de advertencia, como uno de esos
letreros de cuidado con el perro o, mejor, piso mojado. So-
bre esta superficie Mesa ha derramado demasiados líquidos
—unos embriagadores, otros lodosos, algunos muy ácidos y
sangre— hasta hacerla casi intransitable. Afortunadamente
también dispuso convenientes asideros que harán posible la
caminata sobre un suelo tan resbaloso y, definitivamente, muy
atractivo, mientras el béisbol sirve de telón de fondo. Vayámo-
nos, entonces, con calma.
Hombre de su tiempo, Jaime Mesa crea un antihéroe que
entiende mejor el mundo a través de la pantalla de televisión
o la de una computadora, que de manera directa, sea en la
contemplación de un juego de beisbol en el estado o mientras
conversa con una mujer. Leopoldo —alias Foster por su fija-
ción a la cerveza Foster’s—, es un hombre que sospecha de la
realidad de manera innata y prefiere siempre la simulación.
En Foster hay, por supuesto, resonancias del borrachín
creado por Joseph Roth para La leyenda del santo bebedor,
ecos claros de Meursault, en El extranjero, de Camus y, más
recientemente, los protagonistas de cualquiera de las historias
de Michel Houllebeqc o Don DeLillo. Incluso, de Vernon God
Little, la extraña y subversiva novela de DBC Pierre.
Nota sobresaliente merece el estilo narrativo de Mesa,
quien consigue describir furiosas explosiones de ánimo con
un lenguaje que necesariamente remite a lo insípido y anodino.
La virtud de su opera prima es precisamente esa, la de llevar-
nos a contemplar a un hombre a quien el mundo apunta con
una mirada ensombrecida, secuestrado por su propio tedio,
asfixiado por las circunstancias, con una escritura pausada,
sin arrebatos, que coincide con el hartazgo del protagonista.
“Yo soy Foster —se lee en Rabia—, hombre solo, sin lazos
con nadie en este mundo. Mi conciencia está bien resguar-
dada. Nadie hará o volverá a hacer que mis acciones sean
distintas a lo que realmente quiero de mi vida. Las personas
grises han muerto para mí. Tengo la impresión de que todo el
mundo está formado por este tipo de gente sin alma y que yo
soy el único que tiene una”.
Una existencia a la que él mismo se ha evadido, que siem-
pre se ha resistido a enfrentar y de la que Mesa se vale para ex-
hibir la soledad de un mundo como el nuestro, perpetuamente
interconectado, pero aislado, donde la mayor aspiración es la
asepsia perfecta que nos recuerda un poco, también, al mun-
do feliz adelantado por Aldous Huxley. “Siempre he preferido
—dice Foster— ver cualquier espectáculo por televisión. Es un
asunto más limpio”.
Y esa vida enlatada, que transcurre entre un trabajo a su
medida, sin mayor compromiso de horarios ni el cumplimiento
de protocolo laboral alguno, y un matrimonio casi perfecto,
salpicado de infidelidades, eso sí, se ve bruscamente inte-
rrumpida por la vuelta de Foster a un mundo que había habita-
do en el pasado, donde había intentado construir una realidad
alejada de los espejismos que internet le ofrecía, junto con una
gama casi infinita de personalidades, desdoblamientos de la
novela
suya propia. Foster había iniciado una vida en código binario,
cobijado por la calidez del anonimato tras el monitor. Entre la
espesa bruma de nicknames y la multiplicación de sí mismo,
encontró que la satisfacción también cabía por la fibra óptica.
Con un estilo narrativo poco visto en las letras mexicanas
actuales, que media entre la franqueza y el desparpajo, Mesa
presenta al lector un escenario ocupado por la devastación
moral y una desesperante oquedad. Los personajes de Ra-
19
bia son insípidos, cierto, pero el autor logra darles notas muy
particulares hasta proveerles de un sabor intenso que, en con-
junto, arderá en el paladar del lector. De ellos, Foster encarna
una abulia angustiante que lo precipitará hacia el encuentro
consigo mismo mediante la violencia descarnada y, precisa-
mente, una rabia demoledora. La novela de Mesa es una ven-
tana hacia una vida llena de una ira contenida, tan indolente
como furiosa.
Será en las gradas de un estadio de besibol, en medio del
griterío de miles de fanáticos, donde la vida de Foster se cim-
brará desde lo más profundo para dar un vuelco radical. La
acidez estilística de Jaime Mesa es una afortunada constan-
te y sirve de agarradera al caminar por la superficie aceitosa
de su novela, como cuando Foster explica su iniciación en el
béisbol a instancias de su madre, a propósito de la invitación
de Emilia, su mujer. “La cuestión de mi desasosiego está aquí,
cuando mi madre decidió inclinarme un deporte escogió el
béisbol, tal vez por considerarlo poco violento”.
La fuerza que se imprime de golpe en el brazo del batea-
dor, cuando el palo choca con la pelota lanzada desde lo alto
del montículo, esa misma energía, esa rabia, es la que Mesa
ofrece al paso de las páginas. Una sensación de abatimien-
to y rendición reservada sólo a los grandes autores que nos
transporta a un universo mediatizado, donde los umbrales del
placer se extienden indefinidamente y al cual se accede por
una conexión a internet o una cámara de video. El resbaladizo
mundo de Rabia es un espacio confuso donde los recuerdos
infantiles y adultos del protagonista se han mezclado con el
paso del tiempo, un lugar donde nadie quisiera quedarse por
mucho tiempo y que es preferible mirar de lejos, preferible-
mente a través de una pantalla, la del estadio de béisbol, la de
una computadora o la de un aparato de televisión que emite
las noticias de la tarde.
Retrato de la inva-
sión, de la pérdida de la
intimidad y, sobre todo,
del desasosiego, Rabia
es el prefacio perfecto
de una época gober-
nada por la tiranía de
la imagen, una novela
que traspasa los límites
de la crudeza gracias a
un antihéroe que será
recordado por su lan-
guidez como uno de
los grandes personajes
literarios de la narrativa
mexicana del siglo XXI.
No es exagerado decir
que pocas novelas igua-
larán a Rabia como uno
de los mejores relatos
sobre el hastío humano
y su autodestrucción.
 Compromiso y
deber, la respon-
sabilidad social
está transfor-
mado el entor-
no empresarial

RESPONSABILIDAD
SOCIAL
EMPRESARIAL
mundial. Des-
cubra los moti-
vos que han lle-
vado a las gran-
des organiza-
ciones a darse
la mano entre
ellas para apo-
yar a la socie-
dad con mucho
más que simple
filantropía.

Por Helena Selbor
C
ada vez con mayor frecuencia los ciudadanos hemos
escuchado un término, el de responsabilidad social, y
casi al mismo ritmo, hemos sido bombardeados con
una petición: ayuda. Desde que el sol sale hasta muy entrada
la noche, mensajes de auxilio llegan a través de la televisión,
la radio, el periódico, al sacar dinero del cajero automático o
pagar la cuenta del supermercado. Es casi imposible sustraer-
se de esta, aparentemente, campaña masiva de demanda de
compasión.
La responsabilidad, así, a secas y sin adjetivos, es la capa-
cidad de dar cuentas por las acciones que uno ejecuta libre-
mente. Sé que la explicación podría parecerle ofensiva a más
de alguno, pero vale la pena recordar este significado primige-
nio antes de ocuparnos del nuevo libro de Mauricio González
Lara, Responsabilidad social empresarial, que recientemente
ha publicado Grupo Editorial Norma.
Pero, como es de suponerse, en el caso concreto de la
Responsabilidad social en la empresa (RSE), el concepto es
bastante más complejo y amplio. Suele pensarse que la RSE
se limita al altruismo o la fraternidad. “La Responsabilidad so-
cial —admite el libro— suena como algo perteneciente a un
universo de filantropía y caridad al que sólo tienen acceso los
potentados que controlan el destino de los grandes corpo-
rativos”. Es decir, una empresa es socialmente responsable
cuando dispone parte de sus ganancias a obras benéficas o
en los casos loables más extremos, cuando convoca a mag-
nas iniciativas que integran, no sólo la buena voluntad de la
organización, sino además la bonhomía colectiva que llega a
través de donaciones masivas de dinero, pero nada más. Es
decir, que la responsabilidad social de la empresa consiste en
acciones de misericordia y compasión por los menesterosos.
El libro de González Lara es un detenido análisis al res-
pecto para explicar el concepto de RSE, todas sus aristas, las
obligaciones que se desprenden de su significado y sus diver-
sas expresiones en México, Latinoamérica y el mundo. Para
el autor, “la Responsabilidad social empresarial es una cultura
de gestión que vincula a la empresa con el bienestar de la
sociedad mediante cuatro pilares básicos: promoción y desa-
rrollo de los integrantes de la organización, ayuda a la mejora
constante de la comunidad, ética en la toma de decisiones y
sustentabilidad ambiental”.
Es admisible, sin embargo, una pregunta, ¿estos fines le
competen a la institución empresarial como tal? Peter Drucker
ha advertido con claridad si esta competencia es o no válida.
“Una empresa —señala— que no muestra una utilidad que sea
siquiera igual a su costo de capital, es irresponsable porque
desperdicia los recursos de la sociedad. El buen desempeño
económico es la base sin la cual la empresa no puede cum-
plir con ninguna otra responsabilidad, no puede ser una buena
empleadora, una buena ciudadana, una buena vecina. Pero
el desempeño económico ya no es la única responsabilidad
de una empresa, así como el desempeño educativo no es la
única responsabilidad de una escuela o la atención a la salud
la única de un hospital”.
Efectivamente, es evidente que toda organización debe
asumir responsabilidad por el efecto que tiene sobre los em-
pleados, el medio ambiente, los clientes y todo lo que toque.
Pero eso sólo es el principio de la responsabilidad social. Por
eso debe recordarse que cada vez que la empresa ha olvi-
dado su finalidad real y ha olvidado las limitantes del des-
empeño económico para asumir responsabilidades sociales
empresa
insostenibles, se ha metido en graves problemas hasta con-
vertirse en un lastre para la comunidad, en lugar de contribuir
a mejorarla.
Según González Lara, las empresas están obligadas a en-
tender que el concepto de RSE atañe a la calidad de vida de
los empleados, al seguimiento y apoyo de los proveedores y
clientes, a la relación con las organizaciones no lucrativas, a
códigos de ética bien establecidos e implantados, al estable-
23
cimiento de un gobierno corporativo que asegure una admi-
nistración saludable.
Es importante detenerse en el caso emblemático de Grupo
Bimbo, al que González Lara dedica uno de los capítulos de
su libro y al que vale la pena hacer un breve acercamiento.
Para el autor es clara la enorme aportación de la panificadora
al entendimiento y ejecución del concepto de responsabilidad
social en la empresa, no sólo en México, sino en América La-
tina, al que ha hecho amplias contribuciones, sobre todo en el
aspecto de vinculación externa con los clientes y la sociedad.
González Lara explica que “uno de los objetivos mayús-
culos de Daniel Servitje, CEO de la compañía e hijo de Lo-
renzo, es precisamente moldear la personalidad cristiana de
esta empresa familiar, con todo y su encomiable sentido de
servir, a una sociedad moderna que, al tiempo en que exige un
mayor compromiso social de las corporaciones, también de-
manda de las empresas un menor protagonismo en el apoyo
de agendas políticas y causas que percibe como restrictivas
y antagónicas a las libertades individuales. Confiamos en que
Daniel Servitje, un ejecutivo moderno y eficaz, sabrá llevar a
buen puerto este enorme desafío”.
La amenidad del presente libro no está peleada con el ri-
gor de una investigación de altos vuelos sobre el particular. En
efecto, González Lara —periodista de carrera, especializado
en negocios y management, cinéfilo y melómano empederni-
do, según él mismo ha declarado— ha escrito una obra cuya
principal aportación es la organización y acotación de las ideas
que actualmente giran alrededor de un concepto que, al estar
tan de moda, podría desvirtuarse con el paso del tiempo y, con
ello, impedir su aislamiento del mundo empresarial.
Entrevistas, ejemplos concretos, estudios, cifras, indica-
dores y, sobre todo, un verdadero ejercicio científico, contri-
buyen a la correcta comprensión de la RSE que, necesaria-
mente, se traducirá en la adopción de políticas empresariales
más adecuadas y en el interés del lector en un tema de tanta
relevancia.
El trabajo de Mauricio
González Lara es un primer
paso hacia un verdadero en-
tendimiento de la cuestión,
hacia un ejercicio por definir
una realidad que ha alcanzado
todas las esferas del ámbito
humano, paso indispensable
para comprender que la RE no
se trata de un acto aislado de
filantropía o una estrategia de
mercadotecnia para mejorar
la imagen corporativa, sino de
una manera de pensar y ac-
tuar de un colectivo humano.
Empresario o no, todo aquel
interesado en la RSE deberá
explorar las páginas de este
interesante texto.
 COLUMNA INVITADA

Eugenio
Aguirre
Para Eugenio Aguirre la historia puede contarse mejor desde
la literatura, lo cual no quiere decir, por supuesto, que no exis-
tan rigor ni investigación. Todo lo contrario. “Hay que dedicarle
—ha dicho Aguirre— muchos años a la investigación, tratar de
leer la mayoría de las fuentes que sean accesibles, tanto en
libros como en archivos, tradiciones orales, visitas a lugares...
el escritor irá tejiendo la trama poco a poco”.
Narrador, ensayista, guionista de cine y editor, Aguirre con-
fiesa que es un trabajo difícil, que absorbe mucho tiempo en
términos intelectuales, pero también es un gran espacio emo-
cional, pues uno se entrega a las novelas,.
Actualmente, el escritor está trabajando, documentándose y
viajando en preparación de su próximo relato, una novela sobre
Miguel Hidalgo, que espera tener lista para finales del año y
que se sumará a Gonzalo Guerrero, Pasos de sangre, Victoria y
la más reciente, Isabel Moctezuma.

Isabel Moctezuma. La cruel gestación de un mestizaje

I
sabel Moctezuma es una novela histórica rica en información, documentada
con rigor en innumerables fuentes, que se lee con placer y pasión desde
la primera hasta la última página, y que deja plenamente satisfechos a los
lectores más exigentes. Dejemos que él mismo hable de ella.
En ella, el autor relata, por primera vez y en voz de la protagonista, la visión
femenina acerca de la conquista —por Hernán Cortés, sus huestes y aliados
(1519-1521)— de la Gran Tenochtitlan, los desgarradores acontecimientos
durante la guerra y el posterior avasallamiento del pueblo mexica (tenochca-
tlaltelolca), detentador de una de las culturas más asombrosas del Nuevo
mundo. Dejemos que él mismo nos hable de ella.
L
a novela sobre esta mujer noble y principal, hija predi-
lecta de Moctezuma Xocoyotzin, Tecuichpotzin —bauti-
zada por Hernán Cortés con el nombre de Isabel— hace
una minuciosa relación de cómo era la existencia de las muje-
res aztecas y de los pormenores de su vida cotidiana antes de
la llegada de los españoles. Los detalles sobre su educación,
tanto en el calmecac como en los centros ceremoniales dedi-
cados a sus múltiples deidades, la confección de su vestuario
y de las joyas que usaban las mujeres pertenecientes a la no-
bleza, el arte plumario, el cultivo de flores y plantas, tanto de
ornato como medicinales, así como el riguroso protocolo de
las ceremonias y festividades, muchas de ellas acompañadas
de sacrificios humanos, son descritas con plenitud y belleza,
al grado de que el lector puede compenetrarse en ellas como
si las estuviese admirando a través de una película.
Asimismo, Isabel nos cuenta acerca de la violencia y la
crueldad de los encuentros entre los ejércitos enemigos, las
intrigas palaciegas, las alianzas y traiciones que se dieron en-
tre los protagonistas. Las torturas a que fueron sometidos los
vencidos, las múltiples enfermedades y el hambre que pade-
cieron cuando fueron despojados de
sus hogares, y, en especial, sobre el
papel que desempeñaron las muje-
res en la defensa de su pueblo.
Isabel Moctezuma tuvo una vida
por demás azarosa, llena de vici-
situdes, presagios y asombros. En
su papel de hija predilecta del Huey
Tlatoani de los mexicanos, fue testi-
go presencial de la grandeza del Se-
ñorío de Moctezuma (hombre al que
su pueblo veía como una deidad, a
quien nadie podía hablar directa-
mente y menos ver a los ojos) y de la
decadencia anímica y emocional de
éste, que se fue dando gradualmente
en la medida en que se presentaron
en el Valle del Anáhuac una serie de
presagios funestos que lo llevaron al
convencimiento del regreso de Que-
tzalcóatl y lo indujeron a entregar su
imperio a los españoles y sus aliados
tlaxcaltecas y huejotcincas, entre
otros, sin ofrecer resistencia.
Isabel nos descubre con sobre-
cogedora crudeza muchos hechos
que fueron desvirtuados, a su conve-
niencia, por los cronistas españoles,
cuyas versiones falseadas aún se
mantienen vigentes, tales como la condición infame a que
fueron sometidos los Señores Principales de las naciones
que conformaron la Triple Alianza —Tenochtitlan, Texcoco y
Tacuba— durante su cautiverio, hasta el cruel martirio de su
padre a manos de Pedro de Alvarado, llamado por los mexi-
cas Tonatiuh, quien asesinó a Moctezuma “metiéndole la es-
pada siete veces por el ano”, dato que contradice la versión
oficialista que sostiene que el Señor de los tenochcas murió a
consecuencia del golpe de una piedra arrojada por su propia
gente.
Isabel, cuya hermosura fue celebrada por propios y extra-
ños, entre ellos Bernal Díaz del Castillo, casó cinco veces y
procreó siete hijos. Su primer marido fue Cuitláhuac, herma-
no carnal de Moctezuma, Señor de Ixtapalapa, y vencedor de
los invasores, a quienes expulsó de Tenochtitlan durante los
célebres acontecimientos conocidos como La noche triste.
Cuitláhuac murió al poco tiempo, contagiado de viruela, en
los momentos más cruentos de la guerra, y se decidió ele-
var al cargo de Huey Tlatoani a un joven príncipe tlaltelolca
que se había distinguido por sus dotes personales y su valor
como caudillo de los batallones de Caballeros Águila y Caba-
lleros Tigre: Cuauhtémoc.
Con la finalidad de unir los linajes tenochca y tlaltelolca,
Isabel contrajo matrimonio con Cuauhtémoc, a quien acom-
pañó durante la contienda, en la que participó como mujer-
guerrero, hasta que fue derrotado y hecho prisionero por Her-
nán Cortés.
Isabel fue confinada, junto con algunas de sus hermanas
y otras doncellas, a la casa de Coyoacán del Conquistador
y pasó a formar parte del serrallo del extremeño, quien se
distinguió, en sus apetencias sexuales, por no hacer distin-
ción entre mujeres casadas, solteras, viejas, maduras o niñas,
indígenas o españolas: se echaba sobre la que estuviese a
mano.
Fue después de que Cortés ase-
sinara a Cuauhtémoc, durante la
infausta expedición a Las Hibueras,
cuando el Conquistador violó a Isa-
bel en la casa de Coyoacán. Fruto
de esta violación fue la primera hija
de Isabel, a quien bautizaron con el
nombre de Leonor Cortés Moctezu-
ma. A fin de ocultar el embarazo de
Isabel, que podía resultarle gravoso,
dado que la lujuria de Cortés se ha-
bía convertido en un problema de
orden público que la Corona espa-
ñola repudiaba, éste decidió casar
a Isabel con uno de sus paniagua-
dos llamado Alonso de Grado, quien
se prestó de buena gana debido a
que la mujer había sido dotada, a
manera de arras y para cumplir con
una promesa hecha a Moctezuma,
con el Señorío de Tacuba (ciento
veinte casas y una población consi-
derable de súbditos) y, por lo tanto,
su riqueza era muy apetecible. Alon-
so de Grado sobrevivió sólo un año,
tiempo suficiente para que naciera
Leonor, y Cortés que ya no deseaba
trato carnal con ella, la casó con el
capitán Pedro Gallego de Andrada, con el que tuvo un hijo
varón y convivió solamente un año, pues el capitán murió de
manera inopinada.
Un año le duraban los maridos a Isabel —la revelación de
este misterio nutre parcialmente la intriga que encierra la no-
vela— hasta que, por fin, se casó con un español duradero,
don Juan Cano de Saavedra, con quien procreó cinco hijos y
vivió hasta su muerte.
Creo que la novela está colmada con hechos dramáticos,
escrita con amenidad para ser leída con interés y sobre todo
con deleite, ojalá lleve a los lectores a conocer los estadios
profundos de la civilización azteca y la gestación del mestiza-
je fruto del encuentro de dos mundos.
 SEXO,
RELIGIÓN Y
DEMOCRACIA
El libro del investigador y analista Roberto
Blancarte reflexiona detenidamente en los
retos que la actual sociedad mexicana,
sumergida en una intensa democracia,
plantea a las distintas iglesias establecidas
en el país. Un libro que se pregunta sobre
los límites de la fe ante los derechos
ciudadanos.

Por Joaquín Velázquez
E
n México la llegada o nacimiento de religiones distintas
a la católica no es una novedad. La sociedad mexicana,
es evidente, ya no profesa un mismo credo y los estan-
dartes religiosos forman hoy un paisaje plural.
El papel y objetivos de las distintas religiones se ha ido
adaptando con los cambios y transformaciones sociales. Al
mismo ritmo con el que se mueven las comunidades en las
que están insertadas, los distintos credos, en mayor o menor
medida, con más o menos apertura, han modificado sus for-
mas de expresión y, en algunos casos, adaptado principios y
normas. De hecho, el surgimiento de nuevas creencias obe-
dece en parte a las necesidades de grupos sociales concretos
que no encuentran su lugar en las religiones existentes.
A la par de esta evolución social, vale la pena preguntar-
se hasta dónde llega el campo de acción legitimo —moral y
constitucionalmente— de las distintas Iglesias con presencia
en México y, también, el límite de la intervención del Estado
encaminada a la regulación de esa operación. ¿Cuál es el es-
pacio en el que deben actuar las agrupaciones religiosas y
hasta qué punto es necesaria la intervención del Estado para
regular sus alcances? Dicho de otro modo, ¿les corresponde
o no a las diversas instituciones religiosas pronunciarse y to-
mar decisiones sobre los derechos civiles de los miembros de
la sociedad o es competencia exclusiva del Estado, al margen
de cualquier creencia?
De entre esos derechos, los relacionados con la sexuali-
dad parecen ocupar buena parte de la discusión entre las igle-
sias y los analistas. El investigador Roberto Blancarte aborda
la cuestión en Sexo, religión y democracia, su más reciente
libro, que aporta reflexiones indispensables para debatir la in-
jerencia de las creencias religiosas en la forma en cómo sus
miembros entienden y ejercen la sexualidad, en un marco
—además— de evidente democratización social, política y
cultural, que ha ido modificando las conductas ciudadanas en
México y el mundo.
La creciente democracia, explica el autor, “ha llevado a
una revisión de nuestra manera de gobernar y ser goberna-
dos, civil y eclesiásticamente”. En este sentido, la actualidad
mexicana es más compleja de lo que parece. Tan sólo por su
poder de convocatoria, la Iglesia católica ha sido puesta en el
ojo del huracán recientemente por casos de muy diversa ín-
dole, desde el asenso al poder de gobernantes conservadores
que no saben cómo equilibrar sus creencias personales con
el puesto que ocupan, hasta casos de mucho mayor escán-
dalo.
En el caso particular de la Iglesia católica, “queda claro
—explica Blancarte— que lo que dicen y quieren los católicos
no es siempre lo que dicen y quieren los obispos. No pocos
políticos mexicanos hasta ahora han pensado que el episco-
pado es representativo del sentir y pensar de los católicos, por
lo menos en este tipo de temas. Queda claro que no es así.
Los obispos tienden a pensar que la Iglesia no es una demo-
cracia y que, por lo tanto, no se trata de lo que quiera o piense
la feligresía. Pero en una sociedad cada vez más democrática
será difícil que puedan convertirse en verdaderos pastores, si
no escuchan en forma mínima a su rebaño”.
Sexo, religión y democracia es un compendio de los textos
que Roberto Blancarte ha ido publicando en la prensa mexica-
na y en los que ha analizado detenidamente la interacción de
los ciudadanos como creyentes y los dictados de las iglesias
—mayoritariamente la católica— a las que pertenecen.
reflexión
Se trata de un detenido estudio de la actualidad católica
aprovechando la coyuntura de algunos eventos en torno a la
defensa de la vida, las nuevas plataformas legales que han
permitido las uniones entre personas del mismo sexo, las ac-
ciones para hacer respetar los derechos humanos de pacientes
con VIH/SIDA, el marco constitucional del poder de decisión
de las mujeres sobre su embarazo y, en fin, el contexto que ha
rodeado a los diversos credos durante los años recientes.
27
Los artículos de Blancarte fueron publicados entre 2006 y
2007, una etapa en la se puso especial atención, por parte de
los medios de comunicación y la sociedad civil, al catolicismo
en México. De ahí que pudiera parecer que el libro se concen-
tra exclusivamente en el caso católico. No es así. Cada uno
de los textos fue sometido a la rigurosa revisión del autor para
separar los asuntos meramente noticiosos del verdadero inte-
rés del libro, que podría plantearse sobre tres objetivos princi-
pales: 1) contribuir a la discusión sobre la religión y su relación
con la sexualidad en un contexto cada vez más democrático y
un entorno político que debe defender siempre las libertades
fundamentales de los ciudadanos, dentro y fuera de la Iglesia,
y 2) analizar la cuestión para encontrar soluciones a un proble-
ma que se agrava con el paso del tiempo.
No se trata, entonces, de una acalorada diatriba en contra
de la institución romana. El libro de Roberto Blancarte tiene
como objetivo analizar la manera en cómo están imbricados
los mandatos religiosos con el ejercicio de los derechos civiles
en una sociedad cada vez más informada y que ha aprendido
a cuestionar a la autoridad.
El libro, incluido en la colección Temas de hoy del Grupo
Editorial Planeta, está dividido en tres partes en las que Blan-
carte analiza lo religioso y su regulación social dentro del mar-
co de la ley, la Iglesia como organización dentro de la comuni-
dad y la relación de la institución romana con una sociedad en
pleno ejercicio de sus libertades, no solamente sexuales, sino
culturales e intelectuales.
La petición de Blancarte se une a la de cientos de intelec-
tuales y políticos en México: laicidad. La laicidad o laicismo,
según el autor, no es una persecución en contra de las iglesias,
o una posición antirreligiosa, sino, por el contrario, es la mejor
garantía para las libertades religiosas sin ningún privilegio para
alguna de ellas. “En la
historia no hay ninguna
libertad religiosa que se
haya podido garantizar
hasta la existencia de
un Estado que nosotros
llamamos laico”.
Roberto Blancarte
aporta ideas encami-
nadas al entendimiento
de una nueva sociedad
mexicana, que vive un
momento inédito, cuan-
do los derechos civiles
alrededor de la sexuali-
dad han cobrado espe-
cial importancia. Sexo,
religión y democracia
es un libro necesario
para enriquecer el de-
bate entre lo privado y
lo público.
Besos pintados de carmín
Celos de ultratumba

Por Aurora Viertgrösste
P
udo haber sido hace más o menos veinte años. Eso sí,
ocurrió, sin duda, una mañana, no muy temprano. El
teléfono de Sealtiel Alatriste (ciudad de México, 1946)
repiqueteó un par de veces. Del otro lado de la bocina, su pa-
dre le extendía una petición a la que no podía objetar pretexto
alguno. “Acompáñame al cementerio. Tuve un sueño horrible
y tengo que ver a tu madre”. Apenas colgó, el escritor pudo
haber tomado las llaves del auto. Eso sí, al poco rato estaba
en casa de su padre y, un poco más tarde, iba con él rumbo
al panteón.
Una vez ahí, luego de caminar un trecho breve, su padre
—quien contaba tan sólo con dos o tres meses de viudo— se
tomó el tiempo de explicarle lo abrupto de la visita, empujada
también por razones oníricas. Días antes había soñado con
su compadre Gregorio, muerto también relativamente hacía
poco, algo que lo dejó bastante inquieto. ¿De dónde la inquie-
tud? Pues el padre de Alatriste conocía muy bien a su compa-
dre, sabía de sus francachelas y liviandades y, a pesar de estar
tres metros bajo tierra, no confiaba nadita en él. Así las cosas,
y esto era en verdad el motivo de la inquietud, entreveía la
posibilidad de que, en el más allá, su compadre Gregorio em-
pezara a cortejar a su esposa. “Me quedé frío y no supe que
decirle —ha admitido el escritor en una entrevista—. Papá se
estaba muriendo de celos, y es más, quería morirse para evitar
que mi padrino, su ex socio, cortejara a mi mamá. Aquella ma-
ñana, tuve la impronta de enojarme con él, decirle que cómo
era posible que tuviera celos de mi madre. Hay que dejar que
los muertos duerman en paz, iba a comentarle, pero preferí
escuchar sus angustias, y hora y media después estábamos
en el panteón conversando junto a la tumba donde habíamos
enterrado a mamá”.
A partir de entonces, un rumor empezó a perseguir obse-
sivamente al escritor, el murmullo constante provocado por la
pequeña anécdota de los celos paternos, al que debe agre-
garse su predilección por el melodrama familiar al momento
de contar historias. Más de dos décadas después, luego de
una reposada maduración, Sealtiel Alatriste entrega Besos
pintados de carmín, una novela que arranca del relato pater-
no y de unos celos así, como los de su padre, unos celos de
ultratumba.
La historia familiar es el punto de apoyo desde donde Ala-
triste remueve la realidad y del que se sirve para construir una
novela fantástica en toda la extensión del término, con ele-
mentos variopintos de humor negro y una trama inusitada. El
relato lo protagonizan Cástulo Batalla y Edelmira Pajares —un
poco, recreación de sus padres y, otro tanto, pura ficción—.
Ambos son un matrimonio sólido o, al menos, eso parece. En
sus casi cincuenta años de casados, tuvieron, como todos,
que librar escollos y obstáculos.
En una de las páginas de Besos pintados de carmín, se ex-
plica el vínculo que unía férreamente a la pareja: “Pese a las
muchas dificultades que tuvieron, Cástulo Batalla y Edelmira
Pajares formaron un matrimonio feliz que duró más de cuaren-
ta años. Se hicieron novios muy jóvenes, y B. sostenía que la
pasión que los había unido era un milagro sin precedentes en el
registro sentimental de la Universidad Nacional. Mientras él era
el galán de su grupo, competía en todos los deportes pero dis-
taba de ser un buen alumno, Edelmira era una niña prodigio que
había sido admitida en la carrera de Biología porque gracias a
sus excelentes calificaciones pudo sustentar exámenes a título
de suficiencia que le ahorraron la escuela preparatoria”.
narrativa
Pero la muerte los alcanzó y, al final, los separó defini-
tivamente, como habían establecido en el rito matrimonial
que habían celebrado hacía años. Sin embargo, los celos de
Cástulo transgredieron la frontera de los muertos. Y ahora,
en esta fiesta narrativa, Sealtiel Alatriste echa por la ventana
su creatividad y estilo literarios con una singular sentido del
humor y una historia destemplada.
Es cierto que el autor de Besos pintados de carmín inter-
29
viene la realidad —a partir de cierta parte de la suya— con una
historia de amor que se debate entre la fábula más encumbra-
da, el pensamiento intempestivo y una escritura espléndida.
Y en efecto, el mérito de la novela radica, precisamente, en el
planteamiento de un mundo en el que se intercalan las pasio-
nes y deseos de los vivos, con la experiencia y la mesura de
los muertos, en medio de una atmósfera claramente onírica
pero en la que todo encaja con una lógica rigurosa, donde
nada es absurdo.
Esta imbricación queda expresada en la novela con los
siguientes términos: “como no podemos descuidar las secre-
tas simetrías de este relato, deberíamos saber que antes de
descubrir los besos de carmín que provocaron la pelea con
su marido, Edelmira había empezado a trabajar como ven-
dedora free lance para varias firmas de cosméticos, y recibió
la escena de reconciliación —con su rémora de sexo y amor
desesperado— como un ventarrón de libertad que partía de
las imágenes que un sueño ominoso había forjado en su ima-
ginario emocional”.
Claramente, en la novela de Alatriste aterrizan sus obse-
siones, desde un par de películas, por ejemplo —Alfie, de
1966, protagonizada por Michael Cane, y Alcie, la cinta de
Woody Allen en la que Mia Farrow entra en contacto con los
muertos gracias a un té— hasta el relato negro, salpicado de
humor y, por supuesto, el melodrama familiar al que Alatriste
ha devuelto la estatura arrebatada por las telenovelas o los
pasquines rosas, plagados de sentimentalismos absurdos.
A través de Besos pintados de carmín asistimos al des-
enfrenado mundo gobernado por el amor, por el violento em-
puje que nace en los celos y conduce al amante por caminos
desconocidos que nunca hubiese querido transitar. Sealtiel
Alatriste propone una realidad paralela a la nuestra, donde
los fantasmas sirven de
reflejo y que la misma
novela define con pre-
cisión: “Era imposible
atrapar la multitud de
ideas que flotaban en su
cabeza y su cuerpo caía
en un pozo negro sin que
tuviera la menor posibi-
lidad de salir a la super-
ficie. El silencio quedó
flotando mientras él caía
en un sueño aciago don-
de las bujas de Macbeth
confirmaban que la vida
era un cuento narrado
por un idiota. Él se re-
belaba ante la profecía
y huía por un bosque en
movimiento”. Este es, sin
duda, un relato extraor-
dinario; no pierda tiempo
para descubrir por qué.
 EL JUEGO DEL ANGEL
1 7
Carlos Ruiz Zafón
Planeta
La novela de Ruiz Zafón nos de-
vuelve al cementerio de los libros
olvidados y a la estirpe Sempe-
re, que conocimos en La sombra
del viento, con la historia de un
periodista-escritor en busca de
su gran obra.
2
LA DÉCADA PERDIDA
8
Carlos Salinas de Gortari
Debate
El repaso del pulso de México
entre 1995 y 2006, y el entorno
internacional, cuando la econo-
mía mundial vivía su mejor mo-
mento, escrito por uno de los
personajes más polémicos de la
vida política del país.
3 9
CHIQUITA
Antonio Orlando Rodríguez
Alfaguara
Premio Alfaguara de novela 2008,
esta fascinante historia de amor,
los más vendidos
lucha y pasión, es protagonizada
por una mujer inquietante y llena
de vida. Una fábula-documental
que conmoverá al lector.
4 10
LA LADRONA DE LIBROS
Markus Zusak
Grijalbo Mondadori
Fenómeno editorial por todo
el mundo, esta novela sobre
4 Gabriel garcía Márquez
el extraordinario poder de las
palabras y la libertad cuenta la
historia de quienes se negaron
a apoyar a Hitler en la Alemania
nazi.
5 11
CREPÚSCULO
Stephenie Meyer
Alfaguara
La novela de Meyer ha roto to-
das las marcas de venta alrede-
dor del mundo. Esta historia de
un amor imposible protagoniza-
da por vampiros atrapará a los
lectores desde la primera pági-
na.
6 12
UN MUNDO SIN FIN
Ken Follet
Plaza&Janés
La monumental historia sobre un
pueblo en la que su autor explora
magistralmente los sentimientos
y pasiones del género humano,
enmarcada en una época de cla-
roscuros llena de conquistas y
sinsabores.y sinsabores.
30
LA SOMBRA DEL VIENTO
Carlos Ruiz Zafón
Planeta
Tramas y enigmas se entrelazan
en un inolvidable relato sobre los
secretos del corazón y el embrujo
de los libros, manteniendo la intriga
hasta la última página.
LOS PILARES DE LA TIERRA
Ken Follet
De Bolsillo
Épica e imponente, la novela de Ken
Follet nos transporta en el tiempo
para narrar las desventuras y obs-
táculos de un pueblo y sus ideales
de libertad, en un mundo goberna-
do por la oscuridad y el odio.
ESPEJOS
Eduardo Galeano
Siglo XXI
Una confrontación entre el Sur y el
Oriente del mundo, entre la pobreza
y los privilegios que nos dividen, un
gran esfuerzo por mostrarnos todos
los rostros de la historia de la hu-
manidad.
CIEN AÑOS DE SOLEDAD
Alfaguara
La cúspide en castellano de la narra-
tiva tiene su mejor expresión en esta
novela. Una celebración del lengua-
je que ahora nos llega en su edición
conmemorativa, revisada por el mis-
mo Gabriel García Márquez.
UN DÍA DE CÓLERA
Arturo Pérez-Reverte
Alfaguara
El 2 de mayo de 1808 marcó la vida
de los madrileños. Pérez-Reverte
retoma los acontecimientos del le-
vantamiento de Madrid contra la
ocupación francesa en una novela
inquietante.
LUNA NUEVA
Stephenie Meyer
Alfaguara
Tras el éxito de su primera novela
en castellano, llega Luna nueva, la
continuación de la saga de vampi-
ros creada por Meyer, que causará
adicción en los amantes de un gé-
nero que se ha renovado.
 letras y autores
ANSIEDAD POR AGRADAR
James Rapson y Craig English
Diana
N adie cuestiona la importancia que
para cada uno, en menor o mayor
medida, tiene lo que los otros opinen
de uno mismo. La preocupación por el
qué dirán es, hasta cierto punto, inevi-
table para el ser humano. Pero qué pasa
cuando se convierte en una obsesión,
en una lucha constante por agradar a los
demás.
James Rapson —experimentado
terapeuta— y Craig English —experto
en el pensamiento oriental— revelan en
este libro los motivos psicológicos que
detonan la ansiedad por agradar.
Se trata de una aflicción silenciosa
que hoy, tan sólo en Estados Unidos, pa-
decen más de 30 millones de personas y
que el presente libro denomina epidemia
de gente amable, aquella que está des-
esperada por la aprobación de quienes
la rodean, incapaz de advertir los defec-
tos en los demás, excesivamente pre-
ocupada por el rechazo, dependiente en
exceso y ajena por completo al enojo.
Los autores proponen siete prácticas
encaminadas a fortalecer la autoestima
y construir la conducta sobre principios
de solidez afectiva y del propio recono-
cimiento para tener una vida sana, tran-
quila y feliz, optimismo realista en los
proyectos futuros, relaciones satisfacto-
rias, abiertas y plenas.
Ansiedad por agradar es un libro
práctico y revelador, que le ayudará a de-
tectar un padecimiento invisible que sin
saberlo podría estar dañando su vida.
32
EL RETABLO DEL CONDE EROS
Eliseo Alberto
Planeta
P ara no variar, una de las notas so-
bresalientes de la nueva novela de
“Lichi” —como se le llama cariñosa-
mente a Eliseo Alberto— es su lengua-
je. Artesano del idioma, el cubano pone
especial cuidado al momento de escri-
bir, cuando elige las palabras que van
componiendo su obra.
El retablo del Conde Eros podría de-
finirse —si es que una novela de Alberto
permite ser constreñida en una defini-
ción— como una deliciosa aventura, un
gozo para el lector, una novela que no
respeta la norma. Afortunadamente.
Un actor vuelve a La Habana des-
pués de 25 años y su regreso obedece
a una promesa hecha a su hijo y estre-
nar una obra de teatro. El rostro de Juan
Dalmau, el protagonista, ha sido bom-
bardeado por la viruela. Él es gordo, con
el físico idóneo para papeles secunda-
rios, perfecto para Sancho, pero no para
Don Quijote. Un rostro que le duele y
que exhibe mucho más que las marcas
de una enfermedad. Pero la vida de Dal-
mau dará un giro y nada será como lo
había planeado cuando decidió volver.
Lo más difícil para el lector será se-
pararse de las páginas de El retablo del
Conde Eros una vez abierto el libro. Eli-
seo Alberto muestra en esta novela todo
su poderío como narrador original, su
frescura y energía literarias con una his-
toria sorprendente, tanto como la vida
misma, que nadie deberá perderse.
EL PARAÍSO QUE FUIMOS
Rosa Beltrán
Punto de lectura
P ublicada originalmente hace seis
años, El paraíso que fuimos regresa
gracias a la edición de Punto de lectu-
ra. En su momento, la novela de Rosa
Beltrán fue oportunamente elogiada. La
Jornada semanal la calificó por aquel en-
tonces como un relato de la decadencia
que “ofrece una radiografía descarna-
da de un mundo que se derrumba, ese
momento de ruptura que los mexicanos
conocemos muy bien pero, sobre todo,
de un momento de desesperanza que se
alimentó tanto de la vida íntima, familiar,
privada, como de la social”.
Cierto. Provocadora como siempre,
incendiaria, Rosa Beltrán nos regala una
historia, la de Tobías, original pero con
las señas de identidad propias de la es-
critora: ironía, humor negro e inteligen-
cia, elementos que hacen imposible en
ella la chabacanería, el lugar común y la
aburrición.
En sus manos, la familia tradicional
mexicana se vuelve un laboratorio de
equívocos donde cualquier oportunidad
es buena para exhibir nuestros comple-
jos y mostrar las enrevesadas notas de
nuestra sensibilidad.
Una galería de horror de la que la au-
tora se sirve para desacralizar el concep-
to de familia que en muchas latitudes se
tiene y para hacernos reflexionar, entre
sabrosas carcajadas, sobre nuestra rea-
lidad social. Una novela en la que, segu-
ramente, nos reconoceremos.
 CANTAR DE CIEGOS
Carlos Fuentes
Alfaguara
I mposible entender la vida intelectual
del México moderno sin la mirada de
Carlos Fuentes (Panamá, 1928). Por la
agudeza argumental de sus ensayos,
por la riqueza creativa de sus novelas y,
en suma, por su enorme claridad mental,
su obra es indispensable para compren-
dernos como país en el mundo, como
cultura en la globalización.
En Cantar de ciegos —un compen-
dio de siete relatos— también se dan
cita estas notas de Fuentes: su agudeza,
creatividad y claridad. A ellas, claro, hay
que agregar el modo tan especial que
el autor de La región más transparente
tiene para mirar al género humano.
Los cuentos —“La muñeca reina”,
“A la víbora de la mar”, “El costo de la
vida”, “Fortuna lo ha querido” y “Vieja
inmoralidad”— son todos estremecedo-
res. Pero quizá dos merezcan mención
aparte. “Las dos Elenas” —que abre la
colección y está dedicado a José Luis
Cuevas— por su historia descarnada
y fuerza narrativa. “Un alma pura”, por
su enorme vigencia y recursos literarios
para contar la desgracia y el egoísmo.
Son cuentos que develan el alma
para mostrar su frágil composición y
esencia vacilante; al mismo tiempo, de-
jan ver la complejidad del espíritu huma-
no a través de historias límite, entre el
adulterio y el deseo, entre la perversión
y el amor. Sin duda, una obra fundamen-
tal de las letras mexicanas.
SEPULTADO CON SUS HUESOS
Jennifer Lee Carrell
Umbriel
E n la mejor reinterpretación del dra-
maturgo de Stratford upon Avon,
Jennifer Lee Carrell ofrece en su nueva
novela intriga, suspenso y acción, una
historia que reúne todos los elementos
del buen thriller y, para fortuna de los
lectores, la imaginación desbordada de
una autora que conoce a Shakespeare a
la perfección.
Cauteloso, el editor de Sepultado
con sus huesos —que ha impactado a
millones de lectores y roto las marcas
de venta en Europa y Estados Uni-
dos— ha puesto una nota importante en
las páginas del libro. “Las manchas que
aparecen en el libro —advierte—, en la
carta que le mandan a la señora Folger
son intencionadas y, en ningún caso, se
trata de un error de impresión”.
¿Qué se oculta tras los manuscritos
de Shakespeare que una académica es-
pecializada en la obra del bardo ha reci-
bido de manos de su tutora, aparecida
muerta apenas entregárselos? ¿Hasta
dónde puede llegar la codicia humana?
¿Cuál es el límite de la ambición?
Un asesinato, historia, una conspi-
ración tras un jugoso botín, pistas que
recrean alguno de los crímenes shakes-
perianos, una búsqueda que parece
interminable y un recorrido que va de
las oscuras bibliotecas de Londres has-
ta los ardientes desiertos de Arizona…
todo en Sepultado con sus huesos, una
novela extraordinaria.
EL SABOR DE LAS PALABRAS
Anina Jimeno Jaén
Aguilar
D os comentarios al respecto del
nuevo libro de Anina Jimeno Jaén
(Madrid, 1959), que ahora lanza el sello
Aguilar.
Uno. No es un libro sobre gramática
ni ortografía. Se trata de un compendio
de curiosidades gastronómicas, ordena-
das, sí, alfabéticamente, pero que nada
tiene qué ver con un manual de gramáti-
ca o algo por el estilo.
Es decir, es un catálogo de con-
ceptos, no de palabras; un recorrido,
accesible para cualquiera, por el origen
de algunos elementos de la cultura cu-
linaria —desde los abarrotes hasta el
zumaque—, apoyado en la pasión de la
autora por la cocina y en una bibliografía
que, afortunadamente, se ha incluido en
el presente volumen.
Dos. Como la misma Jimeno Jaén
advierte, tampoco es este un libro de
cocina ni una enciclopedia de gastro-
nomía, sino una relación de historias.
Quien lo abra pensando que está ante
un diccionario de cocina se llevará un
chasco al no encontrar cómo se blan-
quean unas verduras o cuál es el cuchi-
llo medialuna. Pero el curioso descubri-
rá gustoso el origen del ron, las virtudes
literarias de los duelos y quebrantos.
Pieza de filigrana, El sabor de las pa-
labras ofrece detalles de la cocina nunca
antes reunidos, dispersos en la historia
de la humanidad e, incluso, en la mente
de la autora.
 DIRIGIR VENDEDORES ES MUCHO MÁS
Cosimo Chiesa de Negri
Empresa Activa
U n libro dirigido a quienes dirigen a
una fuerza de ventas a través de
cuarenta consejos encaminados a for-
mar vendedores consultores, como el
mismo autor los llama, y que encuentra
su referente y continuación lógica de su
título anterior, Vender es mucho más.
Así como en su primer libro, Chie-
sa de Nigri analizó el papel de los pro-
fesionales de la venta, ahora, en Dirigir
vendedores es mucho más le habla a
quienes encabezan el trabajo de esos
vendedores y contiene las claves para
que el director comercial de la empresa
alcance el éxito.
Fiel al método del caso, el libro recu-
rre a Pedro —el joven vendedor que pro-
tagonizó Vender es mucho más— para
aterrizar las dudas más frecuentes y las
analiza de cara a enriquecer la labor de
dirección de ventas a través de ejemplos
concretos y una invitación al análisis.
Gracias a Dirigir vendedores es mu-
cho más el lector descubrirá cómo de-
finir una estrategia comercial y la mejor
manera de medir resultados, pero, lo
más importante a motivar, recompensar
y comunicarse con todos los vendedo-
res-consultores (como los llama el autor)
hasta que logren ser indispensables para
sus clientes.
Profesor de IESE, Cosimo Chiesa de
Nigri también es presidente de Barna
Consulting Group y con este título pone
su experiencia al servicio de quienes aún
tienen en la venta un reto por alcanzar.
34
EL TIEMPO DE NAPOLEÓN
Alistair Home
Debate
L a gran pregunta es cómo un hombre
que ni siquiera había nacido en tie-
rra propiamente francesa, claramente
sin aptitudes para el ejercicio del poder
y con expectativas limitadas a todas
luces, llegara a ser la mente transfor-
madora que gestó los cambios más
importantes para Francia y la política
occidental moderna. ¿Cómo?
Sir Alistar Horne (Londres, 1925) una
de las máximas autoridades en cuanto
a historia francesa se refiere, ofrece en
El tiempo de Napoleón un acercamiento
al periodo que abarca de 1795, cuando
el joven general obtuvo el primer cargo
que suponía un importante poder polí-
tico, a 1820, en el momento de mayor
influencia de Napoleón, aunque lleva-
ba ausente de la escena pública cinco
años.
Aunque no es precisamente una
biografía, El tiempo de Napoleón es un
acercamiento a la vida del León corso,
a sus pensamientos y a su legado. Hor-
ne explora a la sociedad francesa en
todos sus estratos, sus costumbres y
estilos de vida durante este cuarto de
siglo, claro, y el efecto que en ella iban
teniendo los cambios que Napoleón or-
questaba.
El libro forma parte de la colección
Breve historia universal, del sello De-
bate, y es una oportunidad inmejorable
para quienes desean conocer más acer-
ca de una época que definió el rumbo
de Occidente.
EL ESTADO LAICO Y SUS MALQUERIENTES
Carlos Monsiváis
Debate.UNAM
Es impensable un régimen demo-
crático confesional. Es decir, no es po-
sible una democracia real si el Estado
profesa, como institución, tal o cual cre-
do religioso. Sea desde la crónica pe-
riodística, el ensayo o la oralidad, Car-
los Monsiváis (ciudad de México, 1938)
ha defendido los valores emanados del
laicismo, sin exageraciones de ningún
tipo y, siempre, apoyado en su agudeza
mental y claridad argumentativa.
El Estado laico y sus malquerientes
es un magnífico ensayo —crónica-an-
tología, como lo define el autor— en el
que Monsiváis muestra cómo el con-
cepto de laicidad ha ido tomando forma
en distintas etapas del México moder-
no, desde las Leyes de Reforma libera-
les (1857-1860) hasta los primeros años
del siglo XXI; desde sus primeros avan-
ces, pasando por sus retrocesos, hasta
su condición actual.
Monsiváis argumenta a favor de una
definición de Estado laico que no sea
letra muerta ni admita interpretaciones
subjetivas, interpretaciones que echan
raíces en radicalismos de muy diversa
índole.
Se trata de una pieza de la mejor en-
sayística de Carlos Monsiváis que toma
tonalidades variadas, como la del diver-
tido anecdotario, la crónica detallada, el
análisis y la crítica. Un libro, como todos
los de su autor, que permite entender un
poco más la idiosincrasia mexicana y su
contexto.
 IMPORTACIONES
EXCLUSIVAS
MONSTRUOS
Eduardo Angulo
451 Editores
Escrito por un científico
de pura cepa, este texto
nos lleva a conocer a los
monstruos más célebres y
maravillosos de la cultura
popular, desde el habitante
del lago Ness hasta Pie
grande. Una mirada
científica a los seres más
buscados.

La intriga, el romance y el
misterio aumentan ahora, cuando la
pareja tenga que enfrentar peligros
insospechados para defender su
amor contra todo. La acción llega a su
límite cuando ambos se encuentran
con la vampiresa Victora, quien aún
desea vengarse por la muerte de su CONTRA LA PERFECCIÓN
ECLIPSE pareja.
Bella ha cumplido 18 años, está
Michael Sandel
Marbot
Stephenie Meyer Stephenie
a punto de graduarse y deberá
prepararse para la elección más
Profesor de Harvard, el
doctor Sandel analiza en
Little Brown Meyer nació
en Connecticut
importante de su vida. No sólo
tendrá que luchar para salvarse,
este libro imprescindible
los dilemas morales
en 1973 y sino enfrentar a su propio corazón y planteados por los avances
saltó a la fama aclarar las dudas que Jacob Black, de la ingeniería genética y
hace unos su inseparable amigo, ha despertado advierte de los riesgos al

L
a versión original en inglés de años cuando en ella, y preguntarse qué es lo que separar ciencia y ética.
Eclipse está en México para se publicó verdaderamente siente por Edward,
quienes quedaron atrapados con Crepúsculo, rival natural de Jacob.
la historia de amor imposible entre una su primera La novela contiene el dinamismo
joven humana y un galante vampiro. novela e inicio que Meyer ha sabido explotar a
Crepúsculo y Luna nueva. Se trata de la de la serie lo largo de los títulos anteriores,
tercera entrega de la saga creada por la protagonizada un elemento que hace imposible
norteamericana Stephenie Meyer, que por Bella y separarse de Eclipse hasta que el
tan buen recibimiento ha tenido entre Edward. Es lector descubra en cada capítulo el
los lectores de todo el mundo. graduada secreto oculto por la autora.
Destellante, la historia de vampiros, en Literatura Excitante, amena, conmovedora, AQUEL SOL NEGRO AZULADO
amor y suspenso creada por Meyer en inglesa por la pero sobre todo adictiva, Eclipse Joao Santana
un principio sólo para los jóvenes, ha Universidad rebasará las expectativas de Biblos
saltado la valla de la edad y ha seducido Brigham Young, los seguidores de la saga y La vida de una
exitosamente al público adulto. de Utha y está sorprendiéndolos de principio a pareja transcurre con
Eclipse aclarará las interrogantes preparando fin. ¿Hace falta acercarse a los tranquilidad hasta que
abiertas en Luna nueva. En Seattle, dos títulos más títulos anteriores? Sería muy bueno. Mila conoce a otro
Bella Swan y Edward Cullen —la pareja de la saga, Sin embargo, la nueva novela de hombre. Mezcla de
de enamorados que protagonizan la Rompiendo Stephenie Meyer atrapará lo mismo humor ácido y delirio,
serie— contemplan el horror provocado el amanecer al lector experto como al que la novela de Santana es
por una cadena de asesinatos y y Sol de por primera vez se adentra a sus una fascinante historia de
crímenes sin resolver. medianoche. páginas. amor, política y poesía.
36
36
 A TRAVÉS DEL CAMINO A GUAN- GÁNGSTER
UNIVERSO TÁNAMO AMERICANO
Julie Taymor Michael Winterbo- Ridley Scott
Sony Picture ttom Universal Pictures
Quality Films
A principios de los
La afamada di- La amistad de cuatro setenta, Frank Lucas
rectora de Frida musulmanes britá- cimbró la justicia de
regresa con una nicos será puesta a Nueva York y cons-
magnífica historia prueba cuando via- truyó ahí un imperio
de amor, en medio jen a Pakistán. Una como el mayor narco-
del revuelto mundo de la década de los dramática aventura iniciará al momento traficante de heroína. Esta es la interpre-
sesenta, teniendo como eje los inolvi- de ser tomados prisioneros por las fuer- tación de Ridley Scott de su historia.
dables temas de los Beatles. zas armadas estadounidenses.

LEONES POR TORO SALVAJE JANO

CORDEROS Martin Scorsese Jason Reitman
Robert Redford 20th Century Fox Paramount
20th Century Fox
Nominada a cuatro
Cuando la guerra Un clásico del cine premios Oscar, de
en Afganistán por norteamericano llega los que conquistó el
fin termina, la vida en una nueva edición de Mejor Guión ori-
de tres personajes para DVD. La actua- ginal, esta película
se entrelaza a tra- ción de Robert de cuenta como la vida
vés de la lente de Niro interpretando a de una adolescente
para ver y oír

Redford, quien en esta película retrata Jake LaMotta, joven promesa del boxeo, dará un giro al quedar embarazada. Una
los ideales de libertad recién extraordi- y su ocaso como pugilista, es magnífica. cinta sobre el amor inesperado y sus con-
nariamente. secuencias.

PORTISHEAD LUIS MIGUEL MANÁ

Third Cómplices Arde el cielo
Universal Music WEA WEA

Tuvo que pasar El Sol regresa con La banda mexicana

más de una dé-
cada para disfrutar
de nueva cuenta una producción de
una de las agrupaciones inglesas más
originales. Se trata de un álbum que
agradecen sus fanáticos y que atrapará
nuevos seguidores del trip-hop.
un disco que con-
firma por qué se ha
mantenido como dueño de la escena
musical. Su estilo inconfundible y los
temas inéditos de Manuel Alejandro
confirman el éxito de esta nueva pro-
ducción.
más importante de
los años recientes
ofrece esta antología con lo mejor de
sus presentaciones en Europa, una re-
unión que refleja su calidad musical y
poder de convocatoria en el Viejo con-
tinente.

RIHANNA ZOÉ
VARIOS Good Girl Gone Bad 281107
Tikitiklip EMI Music EMI Music
EMI Music

Cuando se habla del

El fenómeno de la
televisión infantil
debe buena parte de su éxito indiscutible
a los temas musicales de la serie. Este
disco reúne lo mejor del programa chileno
para beneplácito de chicos y grandes.
Con tan sólo 20 años
de edad, Rihanna se ha convertido en el
fenómeno musical del momento. Hace
tres años asombró al mundo con su pri-
mer álbum y ahora consolida su éxito
con este disco que se ha mantenido en
los primeros lugares de ventas.
nuevo rock mexi-
cano necesariamente debe mencionar-
se la calidad de Zoé. Esta es una de sus
presentaciones en las que abarrotaron el
Palacio de los Deportes de la ciudad de
México.

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