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Lo mágico convertido en vida diaria

Juan Carlos Botero*


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A manera de introducción
Desde 1967, cuando Gabriel García Márquez publicó ‘Cien años de soledad’, muchas veces se ha
hablado de la importancia de este gran escritor. Sin embargo, con el paso del tiempo, y a pesar de que
su fama se ha multiplicado como pocas veces antes en la historia de las letras, a veces parece que el
gran público pierde de vista la verdadera dimensión de este autor colosal, su trascendencia y el lugar
que de veras ocupa en la historia de la literatura universal.
En otras palabras, con frecuencia se desconoce el auténtico tamaño de su importancia. Y para
comprender a fondo en qué consiste esa importancia, aquello que lo separa de los demás novelistas en
castellano, tanto vivos como fallecidos, habría que mencionar un sinnúmero de virtudes y aspectos
fundamentales, pero ante todo hay que resaltar tres esenciales: el impacto cultural que la obra de García
Márquez ha tenido en el mundo, la singularidad histórica que representa este escritor en la tradición de
la novela en castellano, y un tercer aspecto que pocas veces se menciona: la riqueza estilística de su
producción, tema del cual se ocupa el presente artículo, y que hace parte de una conferencia que dictó
el autor en Miami, organizada por Books and Books y ‘Letra Urbana’, en 2015. (JCB)
Uno de los aspectos que quizás resultan más admirables del trabajo de García Márquez es uno que casi
nunca se menciona: su riqueza estilística. Este escritor es conocido en todo el mundo, más que nada,
por su forma genial de narrar, su famoso estilo denominado “realismo mágico”, aquel recurso literario
que resultó tan apropiado para describir la realidad latinoamericana y en donde lo mítico, lo fantástico
y lo cotidiano se parecen hilvanar con la maestría de un orfebre. No obstante, y aunque parezca
paradójico, lo cierto es que las obras que García Márquez escribió en ese estilo constituyen apenas una
fracción de su vasta producción narrativa. Son obras maestras, sin duda, pero son pocas, y no fueron las
únicas obras maestras que él escribió. El primer texto que García Márquez redactó bajo el dominio de
ese recurso es el relato “Los funerales de la Mamá Grande” (1962). Luego siguieron sus dos novelas
cumbres escritas en el mismo estilo inconfundible, pero con grandes diferencias desde el punto de vista
de los narradores: Cien años de soledad y El otoño del patriarca. Y entre una novela y la otra, publicó
en 1972 su hermoso libro de cuentos La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela
desalmada. Pero las cinco obras que García Márquez escribió antes de “Los funerales de la Mamá
Grande” (y que incluían su primera obra maestra, El coronel no tiene quien le escriba) fueron
redactadas en otro estilo, o, más precisamente, otros estilos.
En efecto, el proceso de formación narrativa de García Márquez comienza en 1947, una tarde precisa
después de leer La metamorfosis, de Franz Kafka (y cuya estremecedora lectura no solo permite que el
joven colombiano se descubra como escritor, sino que apenas se repone de la conmoción se sienta y
redacta su primer cuento, “La tercera resignación”, publicado en ese mismo año). Y durante los
siguientes 20 años García Márquez trabaja sin cesar, escribiendo periodismo y literatura a diario, hasta
que su larga fase de aprendizaje concluye en 1965, cuando inicia la creación de Cien años de soledad e
inaugura lo que posteriormente se conocerá como su etapa de madurez narrativa. En ese largo proceso
de formación, García Márquez tuvo tres grandes períodos, claros y delimitados, cada uno dominado por
la presencia de un maestro literario que marcó su prosa con hierros al rojo vivo e influyó en sus textos
de manera trascendental: Franz Kafka, William Faulkner y Ernest Hemingway. En ese tiempo, y
mientras luchaba a muerte con estos formidables precursores, tratando de asimilar sus fecundas e
instructivas —pero a la vez peligrosas y agobiantes— influencias en sus propios escritos, procurando
evitar su anulación como artista, García Márquez escribió cinco libros de incuestionable calidad, pero
redactados en estilos diferentes y con notorias deudas a cada uno de estos inmensos maestros. Me
refiero a la colección de sus primeros cuentos, los relatos de corte urbano y onírico, escritos a la sombra
de Kafka, y que luego fueron recogidos bajo el título Ojos de perro azul. Luego su primera novela, La
hojarasca, cuya deuda con Faulkner ha sido claramente iluminada por la crítica, pues por primera vez
aparece el trópico en su obra, el lenguaje barroco y hasta el humor, junto con los muchos otros
elementos aprendidos de su maestro del sur, el inolvidable creador del condado de Yoknapatawpha. Y
en seguida tres libros estupendos, en donde la prosa garciamarquiana cambia de manera drástica: la
exuberancia del lenguaje desaparece y su escritura es sometida al riguroso proceso de síntesis y
concisión que le enseñó Hemingway, y en donde surge, por primera vez, el héroe cuyo modelo
principal es el viejo Santiago de El viejo y el mar: el anciano humilde y digno, cuyo heroísmo se
manifiesta en su honestidad, en su resistencia estoica, en su paciencia, y en la grandeza con que soporta
y capotea la adversidad, y que Hemingway resumió en esa breve obra maestra con una frase perfecta:
«Un hombre puede ser destruido pero no derrotado». Los textos que García Márquez escribió en ese
entonces, bajo la influencia tutelar de Hemingway, incluyen varios cuentos magistrales, como “La
siesta del martes” (cuyo primer párrafo, dicho sea de paso, es casi una copia textual del primer párrafo
del relato de Hemingway, “A Canary for One), y los libros El coronel no tiene quien le escriba, La mala
hora y Relato de un naúfrago. En suma, como se puede ver, el estilo de cada uno de estos textos es
claramente diferente a lo que después se dio a conocer como realismo mágico.
De otro lado, todo lo que el autor escribió después de El otoño del patriarca y de la Cándida Eréndida,
lo hizo también en un estilo distinto. Claro: en cada obra de García Márquez predomina su imaginación
formidable, la belleza y la musicalidad de su prosa, las frases tan brillantes y el peso terrenal de su
pensamiento que siempre han hecho de este creador un verdadero gigante literario. Pero solo en las
cuatro piezas mencionadas encontramos aquel estilo genial denominado realismo mágico.
¿En qué consiste este estilo mundialmente famoso? Es una forma de narrar y de describir la vida diaria
del continente en donde las propiedades de la realidad están invertidas. Es decir, en donde lo fantástico
es descrito con absoluta normalidad, mientras que la normalidad es descrita con dimensiones
extraordinarias. Por esa razón, los muertos se pasean por la calle como si eso fuera algo natural, y una
muchacha se eleva y desaparece sin dificultad en el cielo del atardecer, y las esteras voladoras son
descritas como una miserable sobrecama, y una llovizna de minúsculas flores amarilla cae durante la
noche hasta que sofoca a los animales que duermen a la intemperie, mientras que el hielo posee la
rareza de un metal precioso, la olla del arroz se mueve sola en la mesa hasta desplomarse al suelo, el
olvido adquiere la dimensión de una peste medieval, un imán logra despertar el ánima de las cosas
hasta el punto de que los tornillos y los calderos se arrastran por la calle, y tras un balazo un hilo de
sangre sale de un cuarto y atraviesa el pueblo hasta llegar a otra casa en donde asusta a la madre del
muerto. Es la magia convertida en cotidianidad, en donde lo imposible y la fantasía y lo improbable
suceden con completa naturalidad, mientras que lo común y corriente es investido de elementos
fabulosas o sobrenaturales.
Eso es lo que diferencia las primeras obras anteriores que señalamos, y también las que se publicaron
después de El otoño del patriarca, pues en todas esas no se da lo imposible transformado en natural, lo
que resulta definitivo para poder hablar de realismo mágico. Por eso, cuando la crítica norteamericana
reseñó El amor en los tiempos del cólera y celebró el realismo mágico de la novela, se equivocó de
cabo a rabo. Sin duda, en esa obra también encontramos la belleza de la escritura garciamarquiana y la
imaginación desbordante del autor, junto con la estructura acertada y las imágenes conmovedoras, más
la gracia, la poesía, el humor y la melodía de la prosa que es tan envolvente y cautivante de principio a
fin, pero, ¿acaso ocurre lo imposible, lo inaudito y lo mágico convertido en vida diaria? ¿Hay estelas
voladoras, o silenciosas lloviznas de flores que caen del cielo, o muchachas que se elevan por los aires
en la luz del crepúsculo, o muertos que aparecen para conversar de asuntos domésticos con los vivos?
Quizás el único relumbre de esa característica, como un guiño sutil al final del libro, y es lo que le
proporciona una tremenda fuerza a la conclusión de la historia, es cuando el capitán del buque de vapor
le pregunta a Florentino Ariza, quien se encuentra por fin feliz en brazos de su amada, Fermina Daza,
hasta cuándo podrán navegar por el río Magdalena, en ese “ir y venir del carajo”; entonces Florentino
Ariza le responde, ecúanime y sereno, en pleno dominio de su voluntad inquebrantable: “Toda la vida”.
No obstante, como ya lo hemos dicho, esta novela tampoco está escrita en el famoso estilo conocido
como realismo mágico.
De la misma manera, este tipo de eco o de resonancia de aquella técnica narrativa no solo ocurre en El
amor en los tiempos del cólera. En otros libros siguientes de García Márquez (y que comprenden varias
obras maestras) también se distinguen algunas pinceladas de ese célebre estilo anterior, pero no pasan
de ser más que eso: pequeños guiños, atisbos y reminiscencias, mientras que la estructura general de
cada una de estas piezas está levantada sobre una forma de narración claramente distinta. Por ejemplo,
en Crónica de una muerte anunciada el narrador nos dice que a su madre le parece muy bien que
Bayardo San Román se case con Ángela Vicario, pero que ella se niega a saludar al padre del novio
porque aquel hombre “ordenó dispararle por la espalda a Gerineldo Márquez”, uno de los célebres
personajes de Cien años de soledad, el compañero de armas del coronel Aureliano Buendía. Igualmente
encontramos otro trazo de realismo mágico en una escena anterior: cuando el narrador nos advierte que
Santiago Nasar jamás dejaba sus armas cargadas en la casa desde aquella vez que la sirvienta sacudió la
almohada para quitarle la funda y la pistola se disparó por accidente al chocar contra el suelo, entonces
el balazo desbarató un armario, atravesó la pared y “convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño
natural en el altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza”. Una imagen, por supuesto, que nos
recuerda el misterioso pistoletazo que le causa la muerte a José Arcadio Buendía en Cien años de
soledad, cuando el hilo de sangre, como vimos, pasa por debajo de la puerta del dormitorio y emprende
un recorrido tortuoso hasta atravesar el pueblo y llegar a la cocina en donde Úrsula está a punto de
partir 36 huevos para el pan, y entonces exclama: “¡Ave María Purísima!” No obstante, la verdad es
que todos los títulos que García Márquez ha publicado después de El otoño del patriarca, y que
incluyen obras tan prodigiosas como Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del
cólera, La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile, El general en su laberinto, Noticia de un
secuestro, Vivir para contarla, Doce cuentos peregrinos, Del amor y otros demonios y Memorias de mis
putas tristes, más tantos volúmenes de sus artículos de prensa, todos están redactados en un estilo que
no se puede definir como realismo mágico.
Lo cual es admirable. Porque luego de aquel genial aporte literario, el brillante recurso que el cubano
Alejo Carpentier nombró, por primera vez en 1949, “lo real maravilloso” (en el prólogo de su
espléndida novela El reino de este mundo), habría sido perfectamente válido que García Márquez
siguiera escribiendo sus demás obras en ese mismo estilo, como Balzac que no alteró la forma de narrar
sus novelas, y tampoco lo hizo William Faulkner. Pero García Márquez prefirió dejar atrás esa manera
de escribir, y él mismo se encargó de cerrar la puerta después de haber fabricado esa técnica
extraordinaria. Lo cual significa que, cuando se analiza la totalidad de la admirable producción de
nuestro Premio Nobel, y se cuenta el número de títulos y la diversidad de estilos con que los escribió,
eso refleja una creatividad y una riqueza estilística que no se había visto antes en un novelista en
castellano.
En suma, en medio de la arrolladora avalancha de estupendos escritores que produjo el español durante
los siglos XIX y XX, sin duda García Márquez es el más leído, el más estudiado y el más traducido de
todos. Por supuesto, muchos otros han escrito novelas deslumbrantes en español, pero casi ninguno
desde Cervantes ha escrito tantas, pues la obra total de García Márquez es abrumadora, tanto en calidad
como en número de páginas. Se trata de un cuerpo de títulos asombroso, un legado de peso pesado y un
conjunto de publicaciones robusto y rebosante de sustancia. Mejor dicho, pocos autores en nuestra
lengua han creado una obra novelística que sospechamos más perdurable (con la posible excepción de
Juan Rulfo) y a la vez tan vasta y extensa. Pero, sobre todo, como ya lo hemos señalado, muy pocos
novelistas en nuestra lengua han ostentado un mayor alcance universal o han ejercido una influencia
cultural, a nivel mundial, que se pueda comparar con justicia a la de Gabriel García Márquez. En fin,
para resumirlo en términos caseros, son muy contados los novelistas en castellano, después del autor de
Don Quijote, que han escrito tantos y tan buenos libros como este famoso hijo del telegrafista de
Aracataca.

Gabriel García Márquez, en Bogotá, donde trabajó como reportero en el periódico ‘El Espectador’, en
1953.

Realismo
El realismo es un movimiento y corriente artística, cultural, literaria y filosófica que surgió en Francia
en la primera mitad del siglo XIX. Su principal característica fue la representación objetiva de la
realidad; es decir, describirla tal cual es.

El movimiento realista surge como oposición al Romanticismo, pues trataba de trasladar la realidad
al arte representándola lo más fiel y objetivamente posible. Recordemos que el romanticismo defendía
la subjetividad por encima de la objetividad.

Características generales del Realismo:


• Representación de la realidad; de lo real y concreto, pero también se representaba toda una
ideología estética, filosófica y social del XIX.
• Las transformaciones sociales del siglo XIX. En las obras realistas se mostraban los
cambios y acontecimientos socioculturales de dicho siglo, en los cuales se comenzaba a mirar
hacia el progreso; las reformas, el estado liberal y la clase burguesa tienen gran importancia en
esa época.
• El ascenso de la burguesía. Eran personas dedicadas al comercio. Era una clase social que
logró un gran avance económico y social, convirtiéndose en la clase dominante de la segunda
mitad del XIX.
• Objetivación, observación y documentación. Con la influencia del positivismo, el cual es una
corriente del pensamiento que propone que solo es verdadero aquello que se puede observar y
comprobar o experimentar. El método principal, tanto científico como artístico fue la
observación.
• Tiene como base principios científicos. Los principales fundamentos son los que provenían de
las ciencias físicas, exactas y naturales.
Fundamentos o bases del Realismo:
La corriente realista de pensamiento e ideología surgió a mediados del siglo XIX, la cual tuvo como
base:
1. El positivismo (la experimentación).
2. Teorías psicológicas y sociológicas.
3. Teorías de la herencia, origen y evolución de las especies.
4. La filosofía racionalista.

Realismo en la literatura:
El género literario más importante para el realismo fue la novela, pues permitía mayor y mejor
descripción de todo lo exterior, de la realidad de la sociedad y lugares que los autores habitaron.

Las características principales del realismo literario son:


1. Hablar, describir, representar de manera fiel y precisa el mundo exterior, la realidad más
inmediata del autor. Por ejemplo, los cambios sociales, la crítica a la sociedad, etc.
2. La mayoría de los personajes son burgueses. Se tocan temas relacionados con sus
problemáticas, su carácter, pensamientos y actitudes.
3. Cada escritor utiliza el método de la observación y la documentación para poder tratar los temas
en sus novelas.
4. Las descripciones de lugares, paisajes, personas, etcétera, abunda en las obras realistas.
5. No hay ningún elemento fantástico o mágico, pues todo debe ser objetivamente representado.
6. Tienen un carácter histórico pues se centran en acontecimientos de la sociedad de la época del
XIX.
7. Representación puntual y exhaustiva de ambientes, costumbres y personalidades o psicologías
humanas.
8. Los temas pueden ser diversos como por ejemplo, labores, la vida conyugal, la vida en cada
pueblo o barrio, la economía y política de la sociedad, etc.
9. El lenguaje en las obras realistas puede ser formal o culto, pero también popular y vulgar.
10.La actitud crítica del autor al tratar los temas delicados de la sociedad. Se retoma la importancia
del arte, la utilidad del arte, pues la literatura y otras artes contribuyen en los cambios sociales.

Tipos de realismo literario:


1. Realismo mágico.- Se conoce como realismo mágico a una tendencia o corriente literaria
surgido a medios del siglo XX. La idea principal es presentar o narrar hechos insólitos,
situaciones ilógicas, fantásticas, que se explican desde la magia en un contexto realista. Los
personajes de las novelas o cuentos del realismo mágico saben que la fantasía o la magia sí
existen y es normal en su realidad.
2. Realismo sucio.- Esta corriente literaria se caracteriza por representar en las obras lo más crudo
y sucio de la realidad concreta en que se vive cotidianamente. Sus principales exponentes son:
John Fante, Chuck Palahniuk, Tobias Wolff, Raymond Carver y Charles Bukowski.
10 Ejemplos de Realismo

1. Fragmento de Rojo y negro de Stendhal:

“La pequeña ciudad de Verrières puede pasar por una de las más lindas del Franco Condado.
Sus casas, blancas como la nieve y techadas con teja roja, escalan la estribación de una colina,
cuyas sinuosidades más insignificantes dibujan las copas de vigorosos castaños. El Doubs se
desliza inquieto algunos centenares de pies por bajo de la base de las fortificaciones, edificadas
en otro tiempo por los españoles y hoy en ruinas.

Una montaña elevada defiende a Verrières por su lado Norte. Los picachos de la tal montaña,
llamada Verra, y que es una de las ramificaciones del Jura, se visten de nieve en los primeros
días de octubre. Un torrente, que desciende precipitado de la montaña, atraviesa a Verrières y
mueve una porción de sierras mecánicas, antes de verter en el Doubs su violento caudal”.
2. Fragmento de Papá Goriot de Balzac:

“La casa en la que se explota la pensión pertenece a la señora Vauquer. Está situada en la parte
baja de la calle Neuve-Sainte-Geneviève, en el lugar donde el terreno desciende hacia la calle de
la Arbalète, con una pendiente tan brusca que raras veces suben o bajan por ella los caballos.
Esta circunstancia es favorable al silencio que reina en esas calles apretadas, entre la cúpula del
Val-de-Gràce y la cúpula del Panteón, dos monumentos que cambian las condiciones de la
atmósfera, proyectando en ella tonos amarillos y volviéndolo todo sombrío con sus tonos
severos. Allí el suelo está seco, los arroyos no tienen agua ni barro, la hierba crece a lo largo de
los muros. El hombre más despreocupado se entristece allí lo mismo que todos los transeúntes,
el ruido de un carruaje se convierte en un acontecimiento, las casas son tétricas, las murallas
huelen a prisión. Un parisiense extraviado sólo vería allí pensiones o instituciones, miseria y
tedio, vejez que muere, fogosa juventud obligada a trabajar. Ningún barrio de París es más
horrible, y digámoslo también, más desconocido”.
3. Fragmento de Madame Bovary de Gustave Flaubert:

“La fachada de ladrillos se alineaba justo con la calle, o más bien con la carretera. Detrás de la
puerta estaban colgados un abrigo de esclavina, unas bridas de caballo, una gorra de visera de
cuero negro y en un rincón, en el suelo, un par de polainas todavía cubiertas de barro seco. A la
derecha estaba la sala, es decir, la pieza que servía de comedor y de sala de estar. Un papel
amarillo canario, orlado en la parte superior por una guirnalda de flores pálidas, temblaba todo
él sobre la tela poco tensa; unas cortinas de calicó blanco, ribeteadas de una trencilla roja, se
entrecruzaban a lo largo de las ventanas, y sobre la estrecha repisa de la chimenea resplandecía
un reloj con la cabeza de Hipócrates entre dos candelabros chapados de plata bajo unos fanales
de forma ovalada”.
4. Fragmento de Crimen y Castigo de Fedor Dostoievski:

“El calor era sofocante. El aire irrespirable, la multitud, la visión de los andamios, de la cal, de
los ladrillos esparcidos por todas partes, y ese hedor especial tan conocido por los
petersburgueses que no disponen de medios para alquilar una casa en el campo, todo esto
aumentaba la tensión de los nervios, ya bastante excitados, del joven. El insoportable olor de las
tabernas, abundantísimas en aquel barrio, y los borrachos que a cada paso se tropezaban a pesar
de ser día de trabajo, completaban el lastimoso y horrible cuadro. Una expresión de amargo
disgusto pasó por las finas facciones del joven. Era, dicho sea de paso, extraordinariamente bien
parecido, de una talla que rebasaba la media, delgado y bien formado. Tenía el cabello negro y
unos magníficos ojos oscuros. Pronto cayó en un profundo desvarío, o, mejor, en una especie de
embotamiento, y prosiguió su camino sin ver o, más exactamente, sin querer ver nada de lo que
le rodeaba”.
5. Fragmento de Ana Karenina de Tolstoi:

“En los tres años que llevaba ejerciendo su cargo en Moscú, Esteban Arkadievich había
conseguido, no sólo atraerse el afecto, sino el respeto de compañeros, subordinados, jefes y de
cuantos le trataban. Las principales cualidades que le hacían ser respetado en su oficina eran,
ante todo, su indulgencia con los demás, –basada en el reconocimiento de sus propios defectos–
y, después, su sincero liberalismo. No aquel liberalismo de que hablaban los periódicos, sino un
liberalismo que llevaba en la sangre, y que le hacía tratar siempre del mismo modo a todos, sin
distinción de posiciones y jerarquías, y finalmente –y era ésta la cualidad principal– la perfecta
indiferencia que le inspiraba su cargo, lo que le permitía no entusiasmarse demasiado con él ni
cometer errores”.
6. Fragmento de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez (Realismo mágico):

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces
una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas
que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos
prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para
mencionarlas había que señalarías con el dedo”.
7. Fragmento de La Regenta de Leopoldo Alas Clarín:

“La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes
blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el
rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en
arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas
que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de
pilluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas sobras de todo se juntaban en un montón,
parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose,
trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta los
carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y
arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un escaparate, agarrada a un
plomo”.
8. Fragmento de Los Miserables de Víctor Hugo:

“El hundimiento de la antigua sociedad francesa, la caída de su propia familia, los trágicos
espectáculos del 93, ¿hicieron germinar tal vez en su alma ideas de retiro y de soledad? Nadie
hubiera podido decirlo; sólo se sabía que a su vuelta de Italia era sacerdote. En 1804 el señor
Myriel se desempeñaba como cura de Brignolles. Era ya anciano y vivía en un profundo retiro.
Hacia la época de la coronación de Napoleón, un asunto de su parroquia lo llevó a París; y entre
otras personas poderosas cuyo amparo fue a solicitar en favor de sus feligreses, visitó al
cardenal Feschl”.
9. Fragmento de David Copperfield de Charles Dickens:

“Si soy yo el héroe de mi propia vida o si otro cualquiera me reemplazará, lo dirán estas
páginas. Para empezar mi historia desde el principio, diré que nací (según me han dicho y yo lo
creo) un viernes a las doce en punto de la noche. Y, cosa curiosa, el reloj empezó a sonar y yo a
gritar simultáneamente.”.
10.Fragmento de Moby Dick de Herman Melville:

“Pasead en torno a la ciudad en las primeras horas de una soñadora tarde de día sabático. Id
desde Corlears Hook a Coenties Slip, y desde allí, hacia el norte, por Whitehall. ¿Qué veis?
Apostados como silenciosos centinelas alrededor de toda la ciudad, hay millares y millares de
seres mortales absortos en ensueños oceánicos. Unos apoyados contra las empalizadas; otros
sentados en las cabezas de los atracaderos; otros mirando por encima de las amuradas de barcos
arribados de la China; algunos, en lo alto de los aparejos, como esforzándose por obtener una
visión aún mejor hacia la mar”.

Lista de algunos autores de Realismo y sus obras:


1. De Henrik Ibsen:
Casa de muñecas
Espectros
Un enemigo del pueblo
2. De Gustave Flaubert:
“Amor infinito”
“Montaña”
3. De Alexandre Dumas:
La Dama de las Camelias
4. De Stendhal:
Armancia
La Cartuja de Parma
5. De Henry James:
“La historia de un año”
Autores de Realismo sucio:
6. De Charles Bukowski:
Factótum
Pulp
7. De John Fante:
Llenos de vida
Un año pésimo
8. De Chuck Palahniuk:
El club de la pelea
Error humano

Autores de Realismo mágico:


9. De Isabel Allende:
Las casas de los espíritus
10.De Alejo Carpentier:
El reino de este mundo
Los pasos perdidos

8 ejemplos de realismo mágico en la novela Como agua para


chocolate
A continuación 8 ejemplos de realismo mágico en la novela Como agua para chocolate. Para saber más
sobre las características del realismo mágico, puedes leer mi artículo ¿Qué es realismo mágico?

1. Al comenzar la novela, Laura Esquivel nos narra que cuando Mamá


Elena se encontraba picando cebolla, Tita lloró con tal fuerza en su vientre que fue expulsada al mundo
por una gran cantidad de lágrimas. La criatura lloraba dentro de su madre por el efecto de la cebolla
pero probablemente también presentía su destino. El destino que no le permitiría casarse ni tener hijos.
De esta manera se presenta una realidad que se integra o describe como mágica. Un hecho tan natural
como romper fuente con el realismo mágico se transforma completamente sin que se justifique
lógicamente.
“Dicen que Tita era tan sensible a la cebolla que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela
(Mamá Elena) lloraba y lloraba cuando ésta picaba cebolla; su llanto era tan fuerte que Nacha, la
cocinera de la casa, que era medio sorda, la escuchaba sin esforzarse. Un día los sollozos fueron tan
fuertes que provocaron que el parto se adelantara. …Contaba Nacha que Tita fue literalmente
empujada a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas que se desbordaron sobre la mesa y
el piso de la cocina. En la tarde, ya cuando el susto había pasado y el agua, gracias a los efectos de
los rayos del sol, se había evaporado, Nacha barrió el residuo de las lágrimas que había quedado
sobre la loseta roja que cubría el piso. Con esta sal rellenó un costal de cinco kilos…”
2. Por la muerte de su esposo, a Mamá Elena se le secó la leche y no pudo alimentar más a su bebé. Por
tal razón Nacha le preparaba a Tita un té especial en la cocina, de esta forma la niña desarrolló un gran
amor por los guisos, el cual más adelante descubrirá al confeccionar sus recetas.

De una forma inexplicable los platillos que Tita cocinaba quedaban


impregnados de las emociones que sentía y de esta manera llegaban a quienes los ingerían. Si se
encontraba triste, como la ocasión en que por castigo Mamá Elena le ordenó hacer el banquete de bodas
de su hermana que se casaba con el hombre que ella amaba, o si se sentía feliz, como cuando Pedro le
regaló unas rosas, los que comieran también experimentaban los mismos sentimientos.
Los fenómenos del realismo mágico intervienen durante el relato. En la novela cada persona que
consumía lo que Tita preparaba era contagiado con sus sentimientos. Por supuesto, estos fenómenos
culinarios no eran explicados científicamente sino que se emplean los llamados “agentes
misteriosos”. Estos “agentes misteriosos” como a continuación se presentan son las lágrimas y la
sangre que derrama Tita al confeccionar sus recetas.
“Tita nunca la pudo convencer (a su madre) de que el único elemento extraño en él (bizcocho de
bodas) fueron las lágrimas que derramó al preparalo. …el llanto fue el primer síntoma de una
intoxicación rara que tenía algo que ver con una gran melancolía y frustración que hizo presa de
todos los invitados y los hizo terminar en el patio, los corrales y los baños añorando cada uno el amor
de su vida. …sólo algunos llegaron a tiempo a los baños; los que no, participaron de la vomitona
colectiva que se organizó en pleno patio.”
“Pedro, tratando de ayudarla a salir adelante (a Tita), pensó que sería un buen cumplido llevarle un
ramo de rosas… Mamá Elena, con sólo una mirada, le ordenó a Tita salir de la sala y deshacerse de
las rosas. Tita apretaba las rosas con tal fuerza contra su pecho que, cuando llegó a la cocina, las
rosas, que en un principio eran de color rosado, ya se habían vuelto rojas por la sangre de las manos y
el pecho… Lo único que tenía en ese momento eran codornices, así que decidió alterar ligeramente la
receta, con tal de utilizar las flores. …Tal parecía que en un extraño fenómeno de alquimia su ser se
había disuelto en la salsa de las rosas, en el cuerpo de las codornices, en el vino y en cada uno de los
olores de la comida. Parecía que habían descubierto un código nuevo de comunicación en el que Tita
era la emisora, Pedro el receptor y Gertrudis la afortunada en quien se sintetizaba esta singular
relación sexual, a través de la comida.”
Gertrudis, la otra hermana de Tita, al probar la receta que había preparado, sintió un calor inmenso que
la obligó a tomar una ducha. A la misma vez despedía un olor a rosas que hizo que un militar fuera a
buscarla y se la llevara desnuda mientras hacían el amor en el caballo. De esta forma Gertrudis
representa a la mujer “angelical e infernal”, pues su virginal cuerpo choca con la pasión del impulso.
También muestra el deseo frustrado entre Tita y Pedro, que por rectitud no hicieron lo mismo.
3. Cuando Rosaura dio a luz a su hijo, quedó sin leche al igual que su madre. La desesperación que Tita
sufría al ver que su sobrino no comía hizo que sus vírgenes pechos echaran leche. De esta forma y a
escondidas de su madre Tita alimentaba a Roberto.
“El niño se pescó del pezón con desesperación y succionó y succionó, con fuerza tan descomunal que
logró sacarle leche a Tita.”
Las recetas eran su forma de desahogarse, al igual que tejer su colcha en las noches de insomnio. Pues
las órdenes y el fuerte carácter de su madre no le permitían expresar lo que sentía. Siempre tenía que
lucir serena y no pudo llorar siquiera la muerte de su sobrino, Roberto. Esta muerte fue “la gota que
colmó la copa”. Desafiando las órdenes de su madre, Tita subió al palomar y ahí se quedó “como loca”.
El doctor John Brown, médico de la familia, se la llevó a su casa donde tiernamente la curó y le declaró
su amor.

4. Una de las características del realismo mágico es la que Fernando


Alegría nos indica. El autor chileno manifiesta que el realismo mágico se nutre de los sucesos
históricos. La novela se desarrolla en plena Revolución Mexicana (1910-1920), que mantiene en
tensión a nuestros protagonistas e influye en el desarrollo de la acción. A consecuencia de la
Revolución Pedro no puede llegar a tiempo con en el doctor Brown para atender el primer parto de
Rosaura, la nodriza que alimentaba al bebé muere de una bala perdida, muere Mamá Elena y en dos
ocasiones los revolucionarios saquean el rancho.
5. Tita regresó al rancho al enterarse que los revolucionarios habían violado a Chencha y golpearon a
Mamá Elena dejándola parapléjica. Con el tiempo Mamá Elena muere; por fin había desaparecido el
mayor obstáculo del amor entre Tita y Pedro. Pero anteriormente nuestra cocinera había aceptado
casarse con John y a pesar de la muerte de su madre deseaba continuar adelante con sus planes. La
misma noche en que el doctor Brown pidió la mano de Tita, esta fue sorprendida por Pedro en el cuarto
obscuro. Allí tuvieron un fogoso encuentro amoroso que Rosaura y Chencha confundieron con el
fantasma de Mamá Elena.
“Al cruzar por la ventana vio salir del cuarto obscuro un resplandor extraño. Volutas fosforescentes se
elevaban hacia el cielo como delicadas luces de bengala. «¡Pos de qué’a de ser, no ve que se trata del
fantasma de la dijunta! ¡La probe algo’a de andar pagando!»”
6. Extraños sucesos sobrenaturales seguían ocurriendo en el rancho y en esta ocasión la única testigo
era Tita. El haberse acostado con Pedro enfureció tanto a Mamá Elena que aunque estuviera muerta se
encontraba con Tita en varias ocasiones para reprocharla y maldecirla. Pero llegó un momento en que
Tita no aguantó más y con unas “palabras mágicas” hizo desvanecer por completo el fantasma de su
madre que tanto la molestaba.
“Mamá Elena entró furiosa a la habitación y le dijo:
-Pedro y tú son unos desvergonzados. Si no quieres que la sangre corra en esta casa, vete a donde no
puedas hacerle daño a nadie, antes de que sea demasiado tarde.
-La que se debería ir es usted.
-No lo voy a hacer hasta que te comportes como una mujer de bien, ¡o sea decentemente!
-¿Qué es comportarse decentemente? ¿Cómo usted lo hacía?
-Sí.
-¡Pues eso es lo que hago! ¿O no tuvo usted una hija ilícitamente?
-¡Te vas a condenar por hablarme así!
-¡No más de lo que usted está! …¡la odio, siempre la odié!
Tita pronunció las palabras mágicas para hacer desaparecer a Mamá Elena para siempre.”
7. La fe es uno de los elementos más importantes que componen la
literatura mágico realista. Como se menciona en el artículo anterior, la fe es la confianza que nos
permite creer. Tita tenía mucha fe en Nacha, la cocinera que la ayudaba dictándole consejos, recetas y
remedios caseros al oído aún después de muerta.
“Tita, arrodillada frente a Rosaura, con gran desesperación pidió a Nacha que la iluminara en estos
momentos. ¡Si era posible que le dictara algunas recetas de cocina, también era posible que le
ayudara en este difícil trance! …Después, siguiendo las instrucciones que Nacha le daba al oído, supo
perfectamente todos los pasos que tenía que seguir…”
En la situación anterior, Tita, como si fuera una nodriza de profesión, atiende el parto de su hermana
gracias a la fe que tiene en Nacha. Gracias ella pudo salvar a su hermana y la criatura recién nacida.

8. El mito juega un papel muy importante en esta novela de Laura


Esquivel. Tita aprende del doctor Brown un mito que su abuela, una india kikapú llamada “Luz del
amanecer”, compartió con él. Ella decía que cada persona nace con una caja de fósforos en su interior y
con la ayuda de la persona amada (detonador) poco a poco se enciende un fósforo. Pero había que tener
cuidado con las emociones fuertes porque podían causar la muerte como le ocurrió a Tita y a Pedro
cuando al fin pudieron estar a solas y realizar su amor sin temor al “¿qué dirán?”.
“«Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro
interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos
ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el
camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen
divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte»”
Desde que en 1989 se publicó Como agua para chocolate el mundo entero cuentan con un gran
pedazo de Latinoamérica. Pues Laura Esquivel ha sabido cómo transmitir parte de nuestra cultura a
través de su novela.
Es impresionante ver como cada personaje tiene una peculiaridad especial que lo distingue de los
demás representando un tema. Por ejemplo, Tita representa el amor, Rosaura la resistencia al cambio,
Gertrudis el valor y el doctor Brown la ternura.
Sin duda alguna Laura Esquivel es una maestra como escritora. Utiliza el realismo mágico y lo
enmarca en un cuadro culinario con tradiciones y remedios caseros. Emplea un vocabulario sencillo
que mantiene la atención del lector al igual que las interesantes historias de cada personaje. Algunas de
éstas son jocosas, tristes y hasta crueles.
Definitivamente Esquivel impregna su novela de las peculiaridades del realismo mágico desde la
primera hasta la última página. Sigue sus patrones y características aunque ella misma afirme que “no
lo veo como realismo mágico”.
Como agua para chocolate es una novela hecha para aprender, mejor que un libro de texto, por lo
peculiar de sus situaciones que encierran un pequeño misterio de lo que conocemos como realismo
mágico.
Este artículo concluye la primera serie de Spanish Friday. Pendientes a las próximas series de esta
iniciativa donde exploraremos la autobiografía de Esmeralda Santiago Cuando era puertorriqueña y la
tira cómica Mafalda.
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Portada > Noticias > Autores > Realismo mágico: definición y ejemplos

Realismo mágico: definición y ejemplos


Algunas claves sobre el boom latinoamericano.
03 de febrero de 2019. Estandarte
Qué: ¿Qué es el realismo mágico? ¿Cuáles son las características del realismo mágico? Autores:
Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo...
Tienen interés, para cualquier lector inquieto, unas pautas de lectura de un movimiento literario de
referencia: el realismo mágico.
Llamamos realismo mágico al que quizás es el movimiento literario más representativo de la
literatura en español de todo el siglo XX. Desarrollada a mediados de la centuria, iniciándose en
torno a la década de los cincuenta y estallando —nunca mejor dicho— con el boom de narradores
latinoamericanos de los sesenta, se guía por una expresión del escritor cubano Alejo Carpentier: lo
real maravilloso.
Con estas palabras introdujo Carpentier su novela El reino de este mundo (1949), una de las primeras
obras adscritas al realismo mágico. Los autores de este movimiento pretendieron mostrar lo irreal y lo
extraño como algo cotidiano; se trata de una actitud ante la realidad, de su forma de contar el mundo.
El primer estudioso en utilizar el término realismo mágico es el crítico de arte alemán Franz Roh; su
artículo se traduce al español en 1925, cuando es publicado por la Revista de Occidente. Después de su
utilización por parte de escritores surrealistas de la época, como María Luisa Bombal, el polifacético
intelectual venezolano Arturo Úslar Pietri recurre a él en El cuento venezolano (1947).
Si bien a finales de los cuarenta y durante los cincuenta algunos de los autores pioneros del realismo
mágico —como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier o el mexicano Juan Rulfo—,
la expansión del movimiento coincide con la mayor visibilidad de los escritores del boom
latinoamericano, vinculados en sus orígenes —con mayor o menos intensidad— al realismo mágico.
Todos ellos partieron de la experimentación para incorporar a ellas cierto carácter político.
En palabras del crítico literario Brett Levinson, de acuerdo con los mandatos del realismo mágico, las
cosas irreales son tratadas como realistas y las cosas mundanas como elementos irreales.
Object 3

Algunas características del realismo mágico


—Los elementos que sorprenden al lector por su carácter fantástico —y que, normales y
acostumbrados, no obedecen a nada— son percibidos por los personajes, en cambio, como parte de su
realidad cotidiana.
—Los sentidos cobran una importancia enorme al tejer la historia. Vemos y escuchamos lo que ocurre,
pero también lo olemos, lo saboreamos e incluso lo palpamos.
—La magia tiene que ver con la necesidad de huir, puesto que muchas de las historias del realismo
mágico suceden en espacios de pobreza y marginalidad.

Autores principales del realismo mágico


—Miguel Ángel Asturias (Ciudad de Guatemala, Guatemala, 1899 — Madrid, España, 1974). Escritor,
periodista y diplomático. En su obra literaria dio voz a las culturas indígenas. Durante su primera
estancia de juventud en París entró en contacto con dos de las disciplinas que marcarían su escritura: la
antropología y el surrealismo. Entre otros títulos, publicó Leyendas de Guatemala (1930), El Señor
Presidente (1946), Hombres de maíz (1949), La trilogía bananera (1950-1960) y Mulata de tal (1963).
Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1967.
—Alejo Carpentier (Lausana, Suiza, 1904 - París, Francia, 1980). Periodista, musicólogo y narrador,
considerado referencia del boom latinoamericano por sus integrantes. Sus distintos orígenes —nacido
en Suiza, hijo de francés y rusa, criado en La Habana— configuraron la diversidad de sus influencias.
Entre sus novelas destacaron El reino de este mundo (1949), Los pasos perdidos (1953), El siglo de las
luces (1962) y El recurso del método (1962). Galardonado con el Premio Miguel de Cervantes en 1977.
—Juan Rulfo (Apulco, México, 1917 — Ciudad de México, México, 1986). Dos títulos le bastaron
para considerársele uno de los mejores escritores latinoamericanos del siglo: los relatos de El Llano en
llamas (1953) y la novela Pedro Páramo (1955). Escritor, guionista y fotógrafo, en la vertiente
fantástica de su literatura se intuye una intención política —Pedro Páramo enlaza con la novela
revolucionaria mexicana— que interesó a los escritores del boom latinoamericano. Entre sus
reconocimientos, el Premio Príncipe de Asturias en 1983.
—Gabriel García Márquez (Arataca, Colombia, 1927 — Ciudad de México, México, 2014). Escritor,
guionista, editor, periodista... Muchos de los sucesos de su vida, muchas de sus realidades, inspiraron
su escritura. La traducción que Jorge Luis Borges realizó de La metamorfosis de Franz Kafka guió sus
primeras obras. La aldea de Macondo es el lugar de invenciones como El coronel no tiene quien le
escriba (1961), Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975) o Crónica de una muerte
anunciada (1981). Premio Nobel de Literatura en 1982.

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Libros fundamentales del realismo mágico


—El reino de este mundo (1949), de Alejo Carpentier. Las peripecias del esclavo negro Ti Noel nos
permiten conocer las tensiones entre las tradiciones africana y europea que chocan en un territorio
americano: Haití.
—Hombres de maíz (1949), de Miguel Ángel Asturias. Extrae su título de uno de los mitos del Popol
Vuh, uno de los libros sagrados de la cultura maya. Contrapone las costumbres tradicionales con
aquellas que el colonialismo pretendía imponer.
—Pedro Páramo (1955), de Juan Rulfo. Juan Preciado regresa a Comala para cumplir la promesa que
realizó a su madre moribunda: reclamar a su padre, Pedro Páramo, lo que les pertenece. La historia del
viaje —y la historia de la relación con su madre— se entremezcla con la vida de aquellos a quienes
conoce.
—Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez. Narra la historia de siete generaciones de
la familia Buendía, residentes en el pueblo ficticio de Macondo. Una historia de guerras, revoluciones y
desgracias, en la que García Márquez desarrolla su reflexión sobre la condena de la soledad y la
salvación que ofrece la ficción.

Los Ejemplos de Realismo Mágico


escrito por: Juan Pope

Los Ejemplos de Realismo Mágico Esta tendencia maneja de alguna manera una realidad en la cual los
límites de la verdad y de lo fantástico se descoloran mucho naturalmente. Este estilo único para contar
un cuento se conoce como realismo mágico, y se define como técnica narrativa en la cual el autor
acentúa la calidad fantástica de acontecimientos extraordinarios.

En mi último año de la escuela secundaria, yo leí una de las obras más famosas de Gabriel García
Márquez, Cien años de soledad, en inglés. Este libro llegó a ser mi libro favorito. Desde entonces, he
leído Cien años de soledad cuatro veces, dos veces en inglés y dos veces en español. En el semestre
pasado, leí Como agua para chocolate para Español 4. Ambos los libros tienen buenos ejemplos del
realismo mágico .

En la novela, Cien años de soledad, García Márquez demuestra con éxito la técnica del realismo
mágico con una integración experta de la fantasía y de la realidad, y la descripción peculiar de los
acontecimientos y de los caracteres. Cien años de soledad nunca pierde su capacidad de sorprender y
de encantar. En cualquier tema que leemos en Cien años de soledad, nos damos cuenta rápidamente
que podemos contar con lo inesperado, el colorido, lo original -- a partir de momentos de la belleza
evocadora, como el rastro de las mariposas, lo satírico, como el sacerdote que se mantuvo en el aire por
levitación, la escena erótica del sexo indecente y prodigioso, como los caracteres que tienen un
problema de la flatulencia tan fuerte que matan a todas las flores en la casa, o el hombre que ejecuta a
través de la casa mientras balancea las botellas de cerveza en su pene. Es justo que la energía cómica
aquí sea tan famosa. Muchos de los personajes son de dos dimensiones, y podemos satisfacer a algunos
de ellos solamente por un poco de páginas, pero hay en medio de todo un sentido de la vitalidad y de la
maravilla en el mundo que hace de esta historia muy difícil de clasificar.

Buena parte de esta calidad viene del estilo, el realismo mágico, que pulsa nuestro sentido tradicional
de la ficción. Hay algo claramente mágico sobre el mundo de Macondo; es un estado de la mente tanto
como, o aún más que, un lugar geográfico verdadero (aprendemos muy poco sobre su disposición física
real, por ejemplo). Y una vez en él, debemos estar preparados para resolver lo que nos presenta la
imaginación del autor. El ambiente estable y normalizado en la novela asimila cosas maravillosas con
acontecimientos de la aldea y de la casa, y los convierte en los fenómenos aceptables que podemos
admitir fácilmente. Este ambiente se origina en las actividades domésticas familiares de Úrsula, que
crea un centro donde suceden los acontecimientos decisivos y otros germinan lentamente.

Como agua para chocolate usa la comida y el cocinar para mostrar el realismo mágico. Empieza al
principio cuando Tita hace la torta de la boda para su amante y su hermana. Ella ni puede expresar las
emociones ni a su madre ni a su hermana pero sus lágrimas derramadas en la masa transmitirán sus
emociones a todo aquel que la pruebe. El efecto del realismo mágico resulta expresado en la
enfermedad en toda la gente que la come; estos sienten el dolor y la tristeza igual que si acabasen de
perder a su amante. Otro ejemplo del realismo mágico ocurre cuando Rosaura está enferma y no puede
amamantar a su hijo. Rosaura no mejora, pero los pechos de Tita aumentan y puede producir la leche.
Es posible que Rosaura no represente a una madre cariñosa y así lo mágico no le permite cuidar a su
niño; por otro lado, Tita representa todo lo bueno, lo cariñoso y lo amoroso que se necesita, así pasa un
milagro.

La vieja nos cuenta un cuento que sirve como predicción de la escena más mágica de todos. Dice que
todos tenemos un fuego dentro de nosotros. Si no lo encendemos, perdemos la chispa y no cumplimos
los deseos. Si los encendemos tan rápidamente, todo se quema y muere. Al final cuando Tita y Pedro
hacen el amor por primera vez, encienden todos los fósforos al mismo tiempo; el resultado es la muerte
de Pedro. Tita no puede sobrevivir sin él, así que come los fósforos y muere. Como dice la vieja, hay un
fuego muy iluminador y el alma regresa al cielo divino. Los vemos bailando en el cielo divino donde
viven juntos para siempre. El edificio se quema y todo lo que deja es su libro de cocina con los secretos
de cocinar y vivir.

Aunque los dos libros usan realismo mágico de manera diferente, el uso tiene el mismo efecto en
ambos. La mezcla de lo fantástico y de lo efectivo a través de las novelas nos mantiene siempre en el
borde, siempre en un estado de anticipación imaginativa de los esquemas y de las acciones que son la
fuente constante de la diversión, la novedad, y el placer.

El realismo mágico en la novela “cien años de soledad” (I)


Gabriel García Márquez: Gran escritor y fecundo novelista colombiano. La tradición popular, su
inspiración humorística y la atmósfera de sus relatos desembocan en un estilo original, lo convierten en
un notable prosista del Realismo Mágico iberoamericano y de las letras universales.

/ ABC Color

Estudió Derecho y Periodismo en las universidades de Bogotá y Cartagena de Indias. Se desempeñó


primero como periodista, corresponsal del diario “El Espectador” en Europa. Trabajó para la agencia
cubana de noticias “Prensa Latina” en Colombia, La Habana y Nueva York. En México, además de sus
actividades periodísticas, trabajó como guionista. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de
Colombia en 1963.

Su producción literaria se inicia con la novela “La hojarasca”, publicada en 1955. En ella aparece por
primera vez la ciudad imaginaria Macondo, en la que transcurren la mayoría de sus relatos. Continúa su
labor literaria con obras como “El Coronel no tiene quien le escriba”, “Los funerales de la Mamá
grande”, “La mala hora”, “Cien años de soledad”, “El otoño del patriarca”, “Crónica de una muerte
anunciada”, “El amor en los tiempos del cólera”, “El General en su laberinto”, “Doce cuentos
peregrinos”, “Del amor y otros demonios”, “Noticia de un secuestro”, entre otras. Su última obra
conocida es “Historia de mis putas tristes”.

“ CIEN AÑOS DE SOLEDAD”

La celebérrima novela de García Márquez comienza de la siguiente manera:

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una
aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se
precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo
era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el
dedo”.

Iniciamos el análisis de la obra con el breve estudio de la vida del autor y el movimiento literario al
cual pertenece para entender mejor el significado de la novela y el objetivo de García Márquez al
escribirla. Insistimos en el episodio de su vida familiar porque es la médula de “Cien años de soledad”.

El padre de Gabriel García Márquez fue Gabriel Eligio García, uno de los numerosos inmigrantes que
llegaron a Aracataca motivados con la “fiebre del banano” en la primera década del siglo XX. Su madre
Luisa Santiaga Márquez pertenecía a una de las familias del lugar. Los padres de ella, el coronel
Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, no estuvieron de acuerdo con los amores de su hija con uno de
los “aventureros” de la “hojarasca”, como se llamaba despectivamente a los inmigrantes.

A pesar de múltiples dificultades, Gabriel Eligio y Luisa Santiaga consiguieron casarse, pero se
alejaron de la familia y se instalaron en Riohacha. Regresaron a Aracataca cuando iba a nacer su primer
hijo y a partir de entonces Gabriel García Márquez se quedó con sus abuelos hasta que murió uno de
ellos: Nicolás Márquez.

El Realismo Mágico de García Márquez es mágico precisamente porque es real. Él mismo ha dicho:
“Es muy difícil encontrar en mis novelas algo que no tenga un anclaje en la realidad”.

Paralelismo entre “Cien años de soledad” y su historia familiar: al igual que su abuelo, en la novela se
nos cuenta que José Arcadio, uno de los personajes principales, abandona su pueblo al verse
continuamente perseguido por el fantasma de Prudencio Aguilar, al que se vio obligado a matar por un
problema de honor.

Nicolás Márquez, sobreviviente de las dos últimas guerras civiles, tenía varios hijos concebidos durante
las guerras que se alojaban en su casa cuando estaban de paso por el pueblo y que su esposa recibía
como propios. Muy similar a este caso, en la novela, el coronel Aureliano Buendía, “promovió treinta y
dos guerras y las perdió todas. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisietes mujeres distintas, que fueron
exterminados en una sola noche. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón
de fusilamiento”.

De Tranquilina Iguarán presta su apellido a Úrsula Iguarán y se inspira en ella hasta el punto de que
este personaje muere ciega y loca como su abuela. La casa de los abuelos también aparece recreada en
“sólidas y tristes mansiones” de su narración. Macondo, el pueblo imaginario creado por Márquez, era
el nombre de una de las fincas bananeras de Aracataca. También hace referencia a Riohacha: José
Arcadio Buendía y su mujer -al igual que sus padres- vivían allí hasta antes del remordimiento de la
muerte de Prudencio Aguilar.

EJEMPLOS DE REALISMO MÁGICO EN LA OBRA

El diálogo entre los vivos y los muertos: “Una noche en que no podía dormir, Úrsula salió a tomar agua
al patio y vio a Prudencio Aguilar junto a la tinaja. Estaba lívido, con una expresión muy triste, tratando
de cegar con un tampón de esparto el hueco de su garganta. (...) -Vete al carajo- le grito José Arcadio
Buendía. Cuantas veces regreses volveré a matarte (...) Una noche en que lo encontró lavándose las
heridas en su propio cuarto, José Arcadio Buendía no pudo resistir más. -Está bien, Prudencio- le dijo.
Nos iremos de este pueblo, lo más lejos que podamos, y no regresaremos jamás. Ahora vete tranquilo”.

La cruz: “El miércoles de ceniza, antes de que volvieran a dispararse en el litoral, Amaranta consiguió
que se pusieran ropas dominicales y la acompañara a la iglesia. (à) el padre Antonio Isabel les puso en
la frente la cruz de ceniza. De regreso a casa, cuando el menor quiso limpiarse la frente, descubrió que
la mancha era indeleble, y que lo eran también la de sus hermanos. Probaron con agua y jabón, con
tierra y estropajo, y por último con piedra pómez y lejía, y no consiguieron borrarse la cruz. En cambio,
Amaranta y los demás que fueron a misa se la quitaron sin dificultad”.

Desapariciones: “Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de
agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios la bella, empezaba a elevarse. (à)
decía adiós con la mano...”.

El diluvio que duró más de cuatro años: “Llovió cuatro años, once meses y dos días”.

Los años que vivió Úrsula: “La última vez que le habían ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los
tiempos de la compañía bananera, la había calculado entre ciento quince y los ciento veintidós años”.

La lluvia de flores: “Poco después cuando el carpintero tomaba las medidas para el ataúd, vieron a
través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas”.

El nacimiento del último miembro de la familia con cola de cerdo: “Sólo cuando lo voltearon boca
abajo se dieron cuenta de que tenía algo más que el resto de los hombres, y se inclinaron para
examinarlo. Era una cola de cerdo”.

Cuando al último integrante de la familia Buendía lo comen las hormigas: “Y entonces vio al niño. Era
un pellejo hinchado y reseco, que todas las hormigas del mundo iban arrastrando trabajosamente hacia
sus madrigueras por el sendero de piedras del jardín”.

Enfermedades imaginarias, como la peste del insomnio con la cual los que se enferman dejan de dormir
y olvidan el nombre de las cosas, personas y de su propia identidad.

Cuando José Arcadio Buendía enloquece por el recuerdo de todos los que habían muertos, y sus
familiares lo dejaron atado a un castaño.

1. 1. Realismo mágico Sra. Elsie J. Soriano Ruiz Español-Superior


2. 2. Orígenes • Tendencia internacional que surge primeramente en la pintura, en 1918. • Acuñado
en 1925 por el crítico alemán, Franz Roh, quien lo utilizó para a un grupo de pintores de
postguerra.
3. 3. • Surgió entre 1960 y 1970, cuando las dictaduras políticas surgieron y los escritores usaron
la palabra como herramienta para denunciar injusticias y malos gobiernos. • Sus narraciones
tienen origen en la cultura hispanoamericana que interpretaron los europeos durante la
colonización. (Ciudades ocultas, animales fantásticos, fuentes de la juventud, etc.).
4. 4. Realismo Mágico • Se clasifica bajo el género de ficción. • Preocupación estilística e interés
por presentar lo irreal o extraño como algo común y cotidiano. • No es una expresión literaria
mágica, su finalidad no es suscitar emociones sino más bien expresarlas.
5. 5. • El escritor crea un clima sobrenatural sin apartarse de lo real, deformando la percepción de
las cosas, los personajes y los acontecimientos. • No trata de presentar “la magia como si fuera
real”, sino “la realidad como si fuera mágica”.
6. 6. Características • Contiene elementos mágicos/fantásticos tomados como normales por los
personajes. • Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad. • Se
distorsiona el tiempo, para que el presente se repita o se parezca al pasado.
7. 7. • Transforma lo común y cotidiano en una vivencia que incluye experiencias “sobrenaturales”
o “fantásticas”. • El fenómeno de la muerte es tomado en cuenta, los personajes pueden morir y
luego volver vivir. • Rompe las fronteras de lo real y lo irreal, ubicando cada uno en el lugar del
otro.
8. 8. Lo Real Maravilloso • Tiene sus raíces en las culturas de ciertas zonas de América Latina,
raíces indígenas y africanas. • Resalta los elementos extraordinarios de nuestra cultura, haciendo
natural lo que en otras culturas sería mágico, sobrenatural o inverosímil.
9. 9. • Entre sus máximos exponentes se encuentra el escritor cubano, Alejo Carpentier, quien es
considerado precursor del realismo mágico y lo real maravilloso en Latinoamérica.
10.10. Diferencias Realismo Mágico Real Maravilloso • Es una tendencia regional, • Es una
tendencia pues se origina: en ciertas internacional. zonas de América Latina y • Relata un
mundo real en tiene raíces indígenas y el cual de repente africanas. sucede algo inverosímil. •
Prosa: clara y precisa. • Sus personajes (indios o esclavos) creen en aspectos • Ejemplos: “Pedro
mitológicos, espirituales o Páramo” y “Cien años de supersticiosos de su cultura. Soledad”. •
Prosa súper adornada • Ejemplo: “Chac Mool” – Carlos Fuentes
11.11. Máximos Exponentes • Alejo Carpentier, “El reino de este mundo”. • Horacio Quiroga, “La
gallina degollada”. • Miguel Ángel Asturias, “El hombre de maíz”. • Juan Rulfo, “Pedro
Páramo”. • Mario Vargas Llosa, “La fiesta del chivo”. • Isabel Allende, “La casa de los
espíritus”. • Gabriel García Marques, “Cien años de soledad”, “Crónicas de una muerte
anunciada”
12.12. ¡Gracias por su atención!
13.13. Referencias Alejo Carpentier. (s.f.) Recuperado el 22 de enero de 2008 de:
http://www.cubaliteraria.com/autor/alejo_carpent ier/biogra.htm Moreno, H. (2000). Realismo
mágico. Recuperado el 22 de enero de 2008 de http://www.mujeresdeempresa.com/arte_cultura/
000806-origenes-realismo-magico.shtml Realismo mágico. (s.f.) Recuperado el 22 de enero de
2008 de http://es.wikipedia.org/wiki/Realismo_m %C3%A1gico

1. 1. REALISMO MÁGICO Y LOREAL MARAVILLOSO<br />


2. 2. Según la R.A.E<br />Magia: La que por medios naturales obra efectos que parecen
sobrenaturales.<br />Maravilla: Suceso o cosa extraordinarios que causan admiración.<br />
3. 3. Definición de ambos movimientos o géneros:<br />Realismo mágico: Movimiento literario
que se caracteriza por insertar elementos inesperados, improbables y asombrosos, pero creíbles
y que no alteran el mundo real de la obra.<br />Real maravilloso: Movimiento literario propio
de América que se caracteriza por exaltarla e idealizarla a través de fenómenos extraordinarios
que alteran la realidad de la obra. <br />
4. 4. REALISMO MÁGICO<br />Ejemplo<br />
5. 5. (...)Los poderes mentales de Clara no molestaban a nadie y no producían mayor desorden; se
manifestaban casi siempre en asuntos de poca importancia y en la estricta intimidad del hogar.
Algunas veces, a la hora de la comida, cuando estaban todos reunidos en el gran comedor de la
casa, sentados en estricto orden de dignidad y gobierno, el salero comenzaba a vibrar y de
pronto se desplazaba por la mesa entre las copas y platos, sin que mediara ninguna fuente de
energía conocida ni truco de ilusionista. Nívea daba un tirón a las trenzas de Clara y con ese
sistema conseguía que su hija abandonara su distracción lunática y devolviera la normalidad al
salero, que al punto recuperaba su inmovilidad. Los hermanos se habían organizado para que,
en el caso de que hubiera visitas, el que estaba más cerca detenía de un manotazo lo que se
estaba moviendo sobre la mesa, antes que los extraños se dieran cuenta y sufrieran un
sobresalto. La familia continuaba comiendo sin comentarios. También se habían habituado a los
presagios de la<br />
6. 6. hermana menor. Ella anunciaba los temblores con alguna anticipación, lo que resultaba muy
conveniente en ese país de catástrofes, porque daba tiempo de poner a salvo la vajilla y dejar al
alcance de la mano las pantuflas para salir arrancando en la noche. A los seis años Clara predijo
que el caballo iba a voltear a Luis, pero éste se negó a escucharla y desde entonces tenía una
cadera desviada. Con el tiempo se le acortó la pierna izquierda y tuvo que usar un zapato
especial con una gran plataforma que él mismo se fabricaba. En esa ocasión Nívea se inquietó,
pero la Nana le devolvió la tranquilidad diciendo que hay muchos niños que vuelan como las
moscas, que adivinan los sueños y hablan con las ánimas, pero a todos se les pasa cuando
pierden la inocencia. -Ninguno llega a grande en ese estado -explicó-. Espere que a la niña le
venga la demostración y va a ver que se le quita la maña de andar moviendo los muebles y
anunciando desgracias.<br />La Casa de los espíritus, Isabel Allende.<br />
7. 7. REAL MARAVILLOSO<br />Ejemplo<br />
8. 8. (…)Mackandal mostraba a la MamánLoi las hojas, las yerbas, los hongos, los simples que
traía en la bolsa. Ella los examinaba cuidadosamente, apretando y oliendo unos, arrojando otros.
A veces, se hablaba de animales egregios que habían tenido descendencia humana. Y también
de hombre que ciertos ensalmos dotaban de poderes licantrópicos. Se sabía de mujeres violadas
do. por grandes felinos que habían trocado, en la noche, la palabra por el rugido. Cierta vez, la
MamánLoi enmudeció de extraña manera cuando se iba llegando a lo mejor de un relato.
Respondiendo a una orden misteriosa, corrió a la cocina, hundiendo los brazos en una olla llena
de aceite hirviente. Ti Noel observó que su cara reflejaba una tersa indiferencia y, lo que era
más raro, que sus brazos, al ser sacados del aceite, no tenían ampollas ni huellas de quemaduras,
a pesar del horroroso sonido de fritura que se había escuchado un poco antes. Como Mackandal
parecía aceptar el hecho con la más absoluta calma, Ti Noel hizo esfuerzos por ocultar su
asombro. Y la conversación siguió plácidamente entre el mandinga y la bruja, con grandes
pausas para mirar a lo lejos.<br />El reino de este mundo. Alejo Carpentier.<br />
9. 9. Ejercitación:1. Identifica en los siguientes ejemplos características magicorrealistas o real
maravillosas:<br /> Una virgen que llora lágrimas de sangre<br />Un familiar fallecido que se
aparece en el umbral de la puerta <br />Presagio de temblores<br />Un hombre poseído por un
demonio<br />Los sueños premonitorios<br />Personas que recuperan la visión por efecto
milagroso<br />
10.10. 2. Haz una lista de hechos o creencias que se relacionen tanto con lo real- mágico como con
lo real maravilloso.<br /> <br />Real- mágico Real maravilloso <br /> <br />
11.11. 3. Diferencia entre Realismo Mágico y Real Maravilloso en los siguientes fragmentos
extraídos de las obras “Cien años de soledad” y “El reino de este mundo”. Anota lo que te
resulte más representativo de ambos géneros.<br /> Todos sabían que la iguana verde, la
mariposa nocturna, el perro desconocido, el alcatraz inverosímil, no eran sino simples disfraces.
Dotado del poder de transformarse en animal de pezuñas, en ave, pez o insecto, Mackandal
visitaba continuamente las haciendas de la llanura para vigilar a sus fieles y saber si todavía
confiaban en su regreso. <br />Alejo Carpentier. El Reino de este mundo.<br />
12.12. Entonces entraron al cuarto de José Arcadio Buendía, lo sacudieron con todas sus fuerzas, le
gritaron al oído, le pusieron un espejo frente a las fosas nasales, pero no pudieron despertarlo.
Poco después, cuando el carpintero le tomaba las medidas para el ataúd, vieron a través de la
ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas. Cayeron toda la noche
sobre el pueblo en una tormenta silenciosa, y cubrieron los techos y atascaron las puertas, y
sofocaron a los animales que durmieron a la intemperie. Tantas flores cayeron del cielo, que las
calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarías con palas y
rastrillos para que pudiera pasar el entierro.<br /> Gabriel García Márquez. Cien años de
soledad.<br />
13.13. III. Aplicación<br />1. Redacta un texto real- mágico o real maravilloso y pide a tu
compañero que reconozca el género que utilizaste en tu escrito.<br />

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Portada » Diferencia entre realismo mágico y real maravilloso (y otros formas de lo inverosímil en la
literatura)
Diferencia entre realismo mágico y real
maravilloso (y otros formas de lo inverosímil en
la literatura)
¿Cuál es la diferencia entre realismo mágico y real maravilloso? Hay quienes ven claras las
divergencias, mientras que otros opinan que se trata del mismo género literario. Para hablar de ello, he
invitado a Daniel Centeno, un escritor mexicano cuya literatura le ha llevado a interesarse por los
límites entre los géneros que introducen elementos inverosímiles en la narración. Os dejo con él y con
sus interesantes reflexiones y ejemplos.

Biografía de Daniel Centeno


Daniel Centeno. Los Mochis, Sinaloa (1991). Licenciado en Psicología por la Universidad de
Guadalajara. Autor de Puerta cerrada (Editorial Paraíso Perdido, 2017). Mención honorífica en el XVI
Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola con la obra Merecemos algo mejor. Becario del Fondo
Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) 2017-2018 en la categoría de cuento. Ganador de una
mención especial en el II Certamen Literario Internacional de la Fundación SOMOS. Publicado en la
revista literaria La cigarra y la antología El arte del microrrelato (Ediciones Contrabando); de manera
virtual, en Rojo Siena, Editorial Paraíso Perdido, Subtrama y Contrasentido.

Daniel Centeno

Las formas de lo inverosímil, por Daniel Centeno


Recuerdo con horror mi primer encuentro con la crítica literaria: en un concurso, un jurado dijo que mi
cuento era «inverosímil». Yo no entendí a qué se refería y le pedí que hiciera el favor de explicármelo.
De mala gana y aclarando que es algo que no solían hacer, afirmó que los hechos en mi historia no
podían pasar, eran improbables, imposibles.
Me preocupé de que eso fuera algo malo. Me dije: ¿Por qué eres tan mal escritor, eh? Luego del
autodesprecio, le hablé a una amiga, gran lectora. Ella me preguntó si mi cuento no era fantástico, si no
era como un cuento de Borges. Entonces caí en la cuenta de que no conocía hasta dónde llegaba lo
«inverosímil» en la literatura.
Me recuerdo leyendo textos de crítica, reseñas, opiniones de escritores (lo que llaman «su cuentística»,
«su poética», etcétera). Entonces pasé por mucha confusión, y luego por sobreingesta de teorías y
distinciones entre géneros.
¿Cuáles son las formas de lo «inverosímil»? Intentaré no indigestar a nadie con mi explicación.

Cuando lo inverosímil irrumpe en la normalidad como algo anómalo: diferencia


entre cuento extraño y cuento maravilloso
En su Introducción a la literatura fantástica (1981), Todorov nos dice que lo extraño, lo maravilloso y
lo fantástico están emparentados. Lo fantástico es la vacilación, el no saber, la incredulidad. Ante
cualquier hecho narrado, el texto fantástico no acaba de aclararnos su naturaleza: ¿esto podría pasar?
Si la respuesta a la pregunta es un «Sí, pero qué raro que haya ocurrido de ese modo. Qué peculiar»; es
decir, cuando la razón puede explicar la historia, pese a lo difícil que resulte, estamos hablando de un
cuento extraño.
Si la respuesta fuese un «No, eso es imposible. No podría ocurrir a menos que…», y a ello le sigue un
cambio: en la naturaleza, en el tiempo, en las leyes universales… entonces estamos hablando de un
cuento maravilloso.
En cualquiera de los casos, lo inverosímil se presenta como una irrupción notable en la realidad. Es
algo anómalo, fuera por completo de lo común.

Cuando lo inverosímil es parte de la normalidad: diferencia entre realismo mágico


y real maravilloso
Otras formas de entender lo inverosímil son el realismo mágico y lo real maravilloso, ambos
anclados en la historia de la literatura latinoamericana.
El realismo mágico (del que Gabriel García Márquez es eterno partícipe) es la narración naturalizada
de lo fantástico, la introducción realista de un elemento inverosímil, sin que su inverosimilitud cause
extrañeza alguna. Incluso, cabe señalar, lo «normal», lo verdadero, lo real, suele ser mostrado como lo
extraño, es decir: el elemento inverosímil funciona como una lente a través de la cual es posible
observar algo que no funciona en una realidad tangible.
Contrario a los géneros anteriores, no es lo inverosímil lo que causa la irrupción. Así, por ejemplo,
podría extrañar que una escoba esté de mal humor y que quiera hacer una huelga junto a otras escobas,
sería criticable el sindicalismo de estas, porque las escobas suelen hacer bien su trabajo sin quejarse y
sin oponer resistencia, pero no que la escoba de pronto tenga emociones.
En cambio, lo real maravilloso (Alejo Carpentier fue quien propuso el término) es la aceptación de
que en la realidad existen cosas maravillosas, inexplicables, que conviven dentro de una cultura sin
explicación y para las que, en cierta forma, es requerida la «fe».
De ahí que, mientras en el realismo mágico la irrupción de lo inverosímil es un acto de total
invención literaria, lo real maravilloso es la recuperación de ciertos elementos propios de la
cultura (decía Carpentier que, sobre todo, de las latinoamericanas) y su traslado a una ficción que
muestra justamente su esplendor mágico.

Apuntes finales
En México, Alberto Chimal y otros autores de lo inverosímil hablan de «Literatura de imaginación».
A esta refiere toda aquella literatura que permite comprender el mundo de lo posible a través del
extraño, del improbable o del imposible. Dice Chimal que hablar de Literatura de imaginación es una
respuesta creativa a la ola de literatura fantástica que solo habla de lo mismo: de elfos y orcos, de
distopías juveniles, de eso que es tan rígido en sí mismo que invita a todo menos a imaginar (esto
último, una opinión de su servidor).

Ejemplos
Antes de concluir, vale la pena ejemplificar lo expuesto hasta ahora: supongamos que contamos con un
muñeco sin rostro y una persona ansiosa.
Un cuento fantástico podría hablar de cómo la persona sufre cada vez más ansiedad conforme pasa
más tiempo con el muñeco en su bolsillo, y pese a que intenta deshacerse de él, el muñeco siempre
reaparece, matándole de angustia.
Un cuento extraño concluiría en la exposición de un médico, digamos, que le dice al hombre ansioso
que se ha sugestionado: el muñeco está donde lo dejó la primera vez. Ha alucinado, presa de su
ansiedad, la compañía de ese ser que hasta entonces creía sobrenatural.
Un cuento maravilloso, por su parte, expondría que el muñeco estaba en todos lados donde la persona
se deshizo de él, esperando, replicándose como la angustia del hombre, sin fin.
Un cuento de realismo mágico asumiría que es perfectamente normal que un muñeco cause angustia,
como un atributo tan normal como su peso o su color. Él habría comprado el muñeco para sí mismo,
esperando tener la ansiedad necesaria para ponerse a trabajar, pero se le iría de las manos. Lo
verdaderamente extraño sería la exigencia del mundo por hacerlo trabajar, por estar siempre activo; es
decir, lo inverosímil sería lo real: el modo de vida de los asalariados que se autoexigen hasta llegar al
burnout.
Un cuento real maravilloso podría hablar de la cultura vudú, de cómo la ansiedad del hombre se debe
a encantamientos propios de una cultura que él no entiende o no cree, durante el cuento, y cómo al final
descubre gracias a una epifanía como algo cierto. Algo en lo que necesitaba creer.
Lo «inverosímil» también es literatura
Como nota final, habría que añadir que en la actualidad los límites de unos y otros géneros no
siempre se mantienen separados. Para ejemplo Samanta Schweblin, cuyos cuentos extraños no
acaban de resolver nunca cierto aire fantástico.
Incluso si no eres un escritor de lo inverosímil, si nunca te ha interesado hablar de cosas que «no
existen», nunca está de más saber que hay formas de trastocar lo que se da por hecho; colapsar la
realidad debería ser una meta para cualquiera que intente imaginar un mundo posible, un
mundo distinto.

Muchas gracias, Daniel, por tus explicaciones y, sobre todo, por los ejemplos, que nos ayudan a ver
mejor la diferencia entre realismo mágico y real maravilloso y entre el cuento extraño, el maravilloso y
el fantástico. Como bien dices, lo inverosímil también es literatura y, para mí, la más evocadora: porque
nos ayuda a reinterpretar el mundo en el que vivimos y a ver más allá de

¿Cómo funciona el Realismo Mágico?


En el mundo y la historia existen diferentes movimientos literarios que se caracterizan por
determinados detalles que los diferencian de los demás. Es importante conocerlos, pues muchas
obras literarias se enfocan en uno e incluso en dos de ellos. En esta oportunidad, te informaremos
un poco acerca de cómo funciona el Realismo Mágico en la literatura y por qué ha tenido tanta
importancia. En definitiva, es un tema que tiene relevancia.
Índice de contenidos
• 1 ¿Qué es el Realismo Mágico?
• 2 ¿Cómo funciona el Realismo Mágico?
• 3 Un asombroso movimiento

¿Qué es el Realismo Mágico?


Saber cómo funciona el Realismo Mágico es realmente esencial, pues no solo es un movimiento en el
sector de la literatura, sino también en el tema de las pinturas. Se trata de un movimiento que se
dio a conocer principalmente porque era empleado en muchas obras artísticas, como los óleos sobre
lienzo. Sin embargo, tras la llegada de algunas obras literarias se pudo ver reflejado también en el
sector de las letras. Es algo hermoso.
Este se basa principalmente en tener una tendencia hacia lo estético, pero de una forma bastante
singular. Básicamente, este quiere mostrar lo irreal o ficticio como algo completamente normal que se
puede ver en lo cotidiano. Es bastante impresionante, pues la forma que emplean los pintores y
escritores para lograrlo resulta realmente ingenioso. Sin lugar a dudas se trata de un movimiento
bastante entretenido y hermoso.
¿Cómo funciona el Realismo Mágico?

Esta es un movimiento que no está dirigido específicamente a la literatura. Sin embargo, es un


elemento que utilizaron muchos escritores. El mayor exponente de esta fue Gabriel García Márquez en
su libro Cien Años de Soledad, donde se ve reflejado con exactitud cómo funciona el Realismo Mágico
y cuáles son las herramientas adecuadas que se emplean para utilizarlo de una buena manera. Es un
excelente ejemplo de ella.
Sin embargo, este también tuvo grandes exponentes en el sector de la pintura, como la tan
reconocido Fridha Khalo, quién se dedicó mucho tiempo de su vida a darle un interesante giro.
También podemos presenciarlo en las obras del uruguayo Horacio Quiroga, quién puso en práctica
todo lo que se necesita para hacer funcionar a una obra alrededor del movimiento del Realismo
Mágico. Una interesante forma de verlo.

Un asombroso movimiento
En definitiva, se trata de un increíble sector de la literatura y el arte que ha logrado unir dos increíbles
sectores de la misma. Logró que, tanto escritores, como pintores se establecieran bajo el mismo
movimiento. Es por ello, que resulta tan importante conocer cómo funciona el Realismo Mágico, pues
tiene una relevancia cultural impresionante. Además, se destaca en la educación porque en él se
oculta una historia asombrosa.
Es increíble como durante tanto tiempo se pensó en este como uno de los movimientos más
innovadores de la historia y hoy en día lo sigue siendo. Ha adoptado un puesto realmente importante en
muchos aspectos. Ahora que conoces un poco sobre cómo funciona el Realismo Mágico te será mucho
más sencillo ponerlo en práctica. No dejes de conocer más sobre estos interesantes puntos de la
literatura y el arte.

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