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Gabriel García Márquez, en Bogotá, donde trabajó como reportero en el periódico ‘El Espectador’, en
1953.
Realismo
El realismo es un movimiento y corriente artística, cultural, literaria y filosófica que surgió en Francia
en la primera mitad del siglo XIX. Su principal característica fue la representación objetiva de la
realidad; es decir, describirla tal cual es.
El movimiento realista surge como oposición al Romanticismo, pues trataba de trasladar la realidad
al arte representándola lo más fiel y objetivamente posible. Recordemos que el romanticismo defendía
la subjetividad por encima de la objetividad.
Realismo en la literatura:
El género literario más importante para el realismo fue la novela, pues permitía mayor y mejor
descripción de todo lo exterior, de la realidad de la sociedad y lugares que los autores habitaron.
“La pequeña ciudad de Verrières puede pasar por una de las más lindas del Franco Condado.
Sus casas, blancas como la nieve y techadas con teja roja, escalan la estribación de una colina,
cuyas sinuosidades más insignificantes dibujan las copas de vigorosos castaños. El Doubs se
desliza inquieto algunos centenares de pies por bajo de la base de las fortificaciones, edificadas
en otro tiempo por los españoles y hoy en ruinas.
Una montaña elevada defiende a Verrières por su lado Norte. Los picachos de la tal montaña,
llamada Verra, y que es una de las ramificaciones del Jura, se visten de nieve en los primeros
días de octubre. Un torrente, que desciende precipitado de la montaña, atraviesa a Verrières y
mueve una porción de sierras mecánicas, antes de verter en el Doubs su violento caudal”.
2. Fragmento de Papá Goriot de Balzac:
“La casa en la que se explota la pensión pertenece a la señora Vauquer. Está situada en la parte
baja de la calle Neuve-Sainte-Geneviève, en el lugar donde el terreno desciende hacia la calle de
la Arbalète, con una pendiente tan brusca que raras veces suben o bajan por ella los caballos.
Esta circunstancia es favorable al silencio que reina en esas calles apretadas, entre la cúpula del
Val-de-Gràce y la cúpula del Panteón, dos monumentos que cambian las condiciones de la
atmósfera, proyectando en ella tonos amarillos y volviéndolo todo sombrío con sus tonos
severos. Allí el suelo está seco, los arroyos no tienen agua ni barro, la hierba crece a lo largo de
los muros. El hombre más despreocupado se entristece allí lo mismo que todos los transeúntes,
el ruido de un carruaje se convierte en un acontecimiento, las casas son tétricas, las murallas
huelen a prisión. Un parisiense extraviado sólo vería allí pensiones o instituciones, miseria y
tedio, vejez que muere, fogosa juventud obligada a trabajar. Ningún barrio de París es más
horrible, y digámoslo también, más desconocido”.
3. Fragmento de Madame Bovary de Gustave Flaubert:
“La fachada de ladrillos se alineaba justo con la calle, o más bien con la carretera. Detrás de la
puerta estaban colgados un abrigo de esclavina, unas bridas de caballo, una gorra de visera de
cuero negro y en un rincón, en el suelo, un par de polainas todavía cubiertas de barro seco. A la
derecha estaba la sala, es decir, la pieza que servía de comedor y de sala de estar. Un papel
amarillo canario, orlado en la parte superior por una guirnalda de flores pálidas, temblaba todo
él sobre la tela poco tensa; unas cortinas de calicó blanco, ribeteadas de una trencilla roja, se
entrecruzaban a lo largo de las ventanas, y sobre la estrecha repisa de la chimenea resplandecía
un reloj con la cabeza de Hipócrates entre dos candelabros chapados de plata bajo unos fanales
de forma ovalada”.
4. Fragmento de Crimen y Castigo de Fedor Dostoievski:
“El calor era sofocante. El aire irrespirable, la multitud, la visión de los andamios, de la cal, de
los ladrillos esparcidos por todas partes, y ese hedor especial tan conocido por los
petersburgueses que no disponen de medios para alquilar una casa en el campo, todo esto
aumentaba la tensión de los nervios, ya bastante excitados, del joven. El insoportable olor de las
tabernas, abundantísimas en aquel barrio, y los borrachos que a cada paso se tropezaban a pesar
de ser día de trabajo, completaban el lastimoso y horrible cuadro. Una expresión de amargo
disgusto pasó por las finas facciones del joven. Era, dicho sea de paso, extraordinariamente bien
parecido, de una talla que rebasaba la media, delgado y bien formado. Tenía el cabello negro y
unos magníficos ojos oscuros. Pronto cayó en un profundo desvarío, o, mejor, en una especie de
embotamiento, y prosiguió su camino sin ver o, más exactamente, sin querer ver nada de lo que
le rodeaba”.
5. Fragmento de Ana Karenina de Tolstoi:
“En los tres años que llevaba ejerciendo su cargo en Moscú, Esteban Arkadievich había
conseguido, no sólo atraerse el afecto, sino el respeto de compañeros, subordinados, jefes y de
cuantos le trataban. Las principales cualidades que le hacían ser respetado en su oficina eran,
ante todo, su indulgencia con los demás, –basada en el reconocimiento de sus propios defectos–
y, después, su sincero liberalismo. No aquel liberalismo de que hablaban los periódicos, sino un
liberalismo que llevaba en la sangre, y que le hacía tratar siempre del mismo modo a todos, sin
distinción de posiciones y jerarquías, y finalmente –y era ésta la cualidad principal– la perfecta
indiferencia que le inspiraba su cargo, lo que le permitía no entusiasmarse demasiado con él ni
cometer errores”.
6. Fragmento de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez (Realismo mágico):
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces
una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas
que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos
prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para
mencionarlas había que señalarías con el dedo”.
7. Fragmento de La Regenta de Leopoldo Alas Clarín:
“La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes
blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el
rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en
arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas
que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de
pilluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas sobras de todo se juntaban en un montón,
parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose,
trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta los
carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y
arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un escaparate, agarrada a un
plomo”.
8. Fragmento de Los Miserables de Víctor Hugo:
“El hundimiento de la antigua sociedad francesa, la caída de su propia familia, los trágicos
espectáculos del 93, ¿hicieron germinar tal vez en su alma ideas de retiro y de soledad? Nadie
hubiera podido decirlo; sólo se sabía que a su vuelta de Italia era sacerdote. En 1804 el señor
Myriel se desempeñaba como cura de Brignolles. Era ya anciano y vivía en un profundo retiro.
Hacia la época de la coronación de Napoleón, un asunto de su parroquia lo llevó a París; y entre
otras personas poderosas cuyo amparo fue a solicitar en favor de sus feligreses, visitó al
cardenal Feschl”.
9. Fragmento de David Copperfield de Charles Dickens:
“Si soy yo el héroe de mi propia vida o si otro cualquiera me reemplazará, lo dirán estas
páginas. Para empezar mi historia desde el principio, diré que nací (según me han dicho y yo lo
creo) un viernes a las doce en punto de la noche. Y, cosa curiosa, el reloj empezó a sonar y yo a
gritar simultáneamente.”.
10.Fragmento de Moby Dick de Herman Melville:
“Pasead en torno a la ciudad en las primeras horas de una soñadora tarde de día sabático. Id
desde Corlears Hook a Coenties Slip, y desde allí, hacia el norte, por Whitehall. ¿Qué veis?
Apostados como silenciosos centinelas alrededor de toda la ciudad, hay millares y millares de
seres mortales absortos en ensueños oceánicos. Unos apoyados contra las empalizadas; otros
sentados en las cabezas de los atracaderos; otros mirando por encima de las amuradas de barcos
arribados de la China; algunos, en lo alto de los aparejos, como esforzándose por obtener una
visión aún mejor hacia la mar”.
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Portada > Noticias > Autores > Realismo mágico: definición y ejemplos
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Los Ejemplos de Realismo Mágico Esta tendencia maneja de alguna manera una realidad en la cual los
límites de la verdad y de lo fantástico se descoloran mucho naturalmente. Este estilo único para contar
un cuento se conoce como realismo mágico, y se define como técnica narrativa en la cual el autor
acentúa la calidad fantástica de acontecimientos extraordinarios.
En mi último año de la escuela secundaria, yo leí una de las obras más famosas de Gabriel García
Márquez, Cien años de soledad, en inglés. Este libro llegó a ser mi libro favorito. Desde entonces, he
leído Cien años de soledad cuatro veces, dos veces en inglés y dos veces en español. En el semestre
pasado, leí Como agua para chocolate para Español 4. Ambos los libros tienen buenos ejemplos del
realismo mágico .
En la novela, Cien años de soledad, García Márquez demuestra con éxito la técnica del realismo
mágico con una integración experta de la fantasía y de la realidad, y la descripción peculiar de los
acontecimientos y de los caracteres. Cien años de soledad nunca pierde su capacidad de sorprender y
de encantar. En cualquier tema que leemos en Cien años de soledad, nos damos cuenta rápidamente
que podemos contar con lo inesperado, el colorido, lo original -- a partir de momentos de la belleza
evocadora, como el rastro de las mariposas, lo satírico, como el sacerdote que se mantuvo en el aire por
levitación, la escena erótica del sexo indecente y prodigioso, como los caracteres que tienen un
problema de la flatulencia tan fuerte que matan a todas las flores en la casa, o el hombre que ejecuta a
través de la casa mientras balancea las botellas de cerveza en su pene. Es justo que la energía cómica
aquí sea tan famosa. Muchos de los personajes son de dos dimensiones, y podemos satisfacer a algunos
de ellos solamente por un poco de páginas, pero hay en medio de todo un sentido de la vitalidad y de la
maravilla en el mundo que hace de esta historia muy difícil de clasificar.
Buena parte de esta calidad viene del estilo, el realismo mágico, que pulsa nuestro sentido tradicional
de la ficción. Hay algo claramente mágico sobre el mundo de Macondo; es un estado de la mente tanto
como, o aún más que, un lugar geográfico verdadero (aprendemos muy poco sobre su disposición física
real, por ejemplo). Y una vez en él, debemos estar preparados para resolver lo que nos presenta la
imaginación del autor. El ambiente estable y normalizado en la novela asimila cosas maravillosas con
acontecimientos de la aldea y de la casa, y los convierte en los fenómenos aceptables que podemos
admitir fácilmente. Este ambiente se origina en las actividades domésticas familiares de Úrsula, que
crea un centro donde suceden los acontecimientos decisivos y otros germinan lentamente.
Como agua para chocolate usa la comida y el cocinar para mostrar el realismo mágico. Empieza al
principio cuando Tita hace la torta de la boda para su amante y su hermana. Ella ni puede expresar las
emociones ni a su madre ni a su hermana pero sus lágrimas derramadas en la masa transmitirán sus
emociones a todo aquel que la pruebe. El efecto del realismo mágico resulta expresado en la
enfermedad en toda la gente que la come; estos sienten el dolor y la tristeza igual que si acabasen de
perder a su amante. Otro ejemplo del realismo mágico ocurre cuando Rosaura está enferma y no puede
amamantar a su hijo. Rosaura no mejora, pero los pechos de Tita aumentan y puede producir la leche.
Es posible que Rosaura no represente a una madre cariñosa y así lo mágico no le permite cuidar a su
niño; por otro lado, Tita representa todo lo bueno, lo cariñoso y lo amoroso que se necesita, así pasa un
milagro.
La vieja nos cuenta un cuento que sirve como predicción de la escena más mágica de todos. Dice que
todos tenemos un fuego dentro de nosotros. Si no lo encendemos, perdemos la chispa y no cumplimos
los deseos. Si los encendemos tan rápidamente, todo se quema y muere. Al final cuando Tita y Pedro
hacen el amor por primera vez, encienden todos los fósforos al mismo tiempo; el resultado es la muerte
de Pedro. Tita no puede sobrevivir sin él, así que come los fósforos y muere. Como dice la vieja, hay un
fuego muy iluminador y el alma regresa al cielo divino. Los vemos bailando en el cielo divino donde
viven juntos para siempre. El edificio se quema y todo lo que deja es su libro de cocina con los secretos
de cocinar y vivir.
Aunque los dos libros usan realismo mágico de manera diferente, el uso tiene el mismo efecto en
ambos. La mezcla de lo fantástico y de lo efectivo a través de las novelas nos mantiene siempre en el
borde, siempre en un estado de anticipación imaginativa de los esquemas y de las acciones que son la
fuente constante de la diversión, la novedad, y el placer.
/ ABC Color
Su producción literaria se inicia con la novela La hojarasca, publicada en 1955. En ella aparece por
primera vez la ciudad imaginaria Macondo, en la que transcurren la mayoría de sus relatos. Continúa su
labor literaria con obras como El Coronel no tiene quien le escriba, Los funerales de la Mamá
grande, La mala hora, Cien años de soledad, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte
anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El General en su laberinto, Doce cuentos
peregrinos, Del amor y otros demonios, Noticia de un secuestro, entre otras. Su última obra
conocida es Historia de mis putas tristes.
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una
aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se
precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo
era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el
dedo.
Iniciamos el análisis de la obra con el breve estudio de la vida del autor y el movimiento literario al
cual pertenece para entender mejor el significado de la novela y el objetivo de García Márquez al
escribirla. Insistimos en el episodio de su vida familiar porque es la médula de Cien años de soledad.
El padre de Gabriel García Márquez fue Gabriel Eligio García, uno de los numerosos inmigrantes que
llegaron a Aracataca motivados con la fiebre del banano en la primera década del siglo XX. Su madre
Luisa Santiaga Márquez pertenecía a una de las familias del lugar. Los padres de ella, el coronel
Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, no estuvieron de acuerdo con los amores de su hija con uno de
los aventureros de la hojarasca, como se llamaba despectivamente a los inmigrantes.
A pesar de múltiples dificultades, Gabriel Eligio y Luisa Santiaga consiguieron casarse, pero se
alejaron de la familia y se instalaron en Riohacha. Regresaron a Aracataca cuando iba a nacer su primer
hijo y a partir de entonces Gabriel García Márquez se quedó con sus abuelos hasta que murió uno de
ellos: Nicolás Márquez.
El Realismo Mágico de García Márquez es mágico precisamente porque es real. Él mismo ha dicho:
Es muy difícil encontrar en mis novelas algo que no tenga un anclaje en la realidad.
Paralelismo entre Cien años de soledad y su historia familiar: al igual que su abuelo, en la novela se
nos cuenta que José Arcadio, uno de los personajes principales, abandona su pueblo al verse
continuamente perseguido por el fantasma de Prudencio Aguilar, al que se vio obligado a matar por un
problema de honor.
Nicolás Márquez, sobreviviente de las dos últimas guerras civiles, tenía varios hijos concebidos durante
las guerras que se alojaban en su casa cuando estaban de paso por el pueblo y que su esposa recibía
como propios. Muy similar a este caso, en la novela, el coronel Aureliano Buendía, promovió treinta y
dos guerras y las perdió todas. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisietes mujeres distintas, que fueron
exterminados en una sola noche. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón
de fusilamiento.
De Tranquilina Iguarán presta su apellido a Úrsula Iguarán y se inspira en ella hasta el punto de que
este personaje muere ciega y loca como su abuela. La casa de los abuelos también aparece recreada en
sólidas y tristes mansiones de su narración. Macondo, el pueblo imaginario creado por Márquez, era
el nombre de una de las fincas bananeras de Aracataca. También hace referencia a Riohacha: José
Arcadio Buendía y su mujer -al igual que sus padres- vivían allí hasta antes del remordimiento de la
muerte de Prudencio Aguilar.
El diálogo entre los vivos y los muertos: Una noche en que no podía dormir, Úrsula salió a tomar agua
al patio y vio a Prudencio Aguilar junto a la tinaja. Estaba lívido, con una expresión muy triste, tratando
de cegar con un tampón de esparto el hueco de su garganta. (...) -Vete al carajo- le grito José Arcadio
Buendía. Cuantas veces regreses volveré a matarte (...) Una noche en que lo encontró lavándose las
heridas en su propio cuarto, José Arcadio Buendía no pudo resistir más. -Está bien, Prudencio- le dijo.
Nos iremos de este pueblo, lo más lejos que podamos, y no regresaremos jamás. Ahora vete tranquilo.
La cruz: El miércoles de ceniza, antes de que volvieran a dispararse en el litoral, Amaranta consiguió
que se pusieran ropas dominicales y la acompañara a la iglesia. (à) el padre Antonio Isabel les puso en
la frente la cruz de ceniza. De regreso a casa, cuando el menor quiso limpiarse la frente, descubrió que
la mancha era indeleble, y que lo eran también la de sus hermanos. Probaron con agua y jabón, con
tierra y estropajo, y por último con piedra pómez y lejía, y no consiguieron borrarse la cruz. En cambio,
Amaranta y los demás que fueron a misa se la quitaron sin dificultad.
Desapariciones: Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de
agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios la bella, empezaba a elevarse. (à)
decía adiós con la mano....
El diluvio que duró más de cuatro años: Llovió cuatro años, once meses y dos días.
Los años que vivió Úrsula: La última vez que le habían ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los
tiempos de la compañía bananera, la había calculado entre ciento quince y los ciento veintidós años.
La lluvia de flores: Poco después cuando el carpintero tomaba las medidas para el ataúd, vieron a
través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas.
El nacimiento del último miembro de la familia con cola de cerdo: Sólo cuando lo voltearon boca
abajo se dieron cuenta de que tenía algo más que el resto de los hombres, y se inclinaron para
examinarlo. Era una cola de cerdo.
Cuando al último integrante de la familia Buendía lo comen las hormigas: Y entonces vio al niño. Era
un pellejo hinchado y reseco, que todas las hormigas del mundo iban arrastrando trabajosamente hacia
sus madrigueras por el sendero de piedras del jardín.
Enfermedades imaginarias, como la peste del insomnio con la cual los que se enferman dejan de dormir
y olvidan el nombre de las cosas, personas y de su propia identidad.
Cuando José Arcadio Buendía enloquece por el recuerdo de todos los que habían muertos, y sus
familiares lo dejaron atado a un castaño.
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Portada » Diferencia entre realismo mágico y real maravilloso (y otros formas de lo inverosímil en la
literatura)
Diferencia entre realismo mágico y real
maravilloso (y otros formas de lo inverosímil en
la literatura)
¿Cuál es la diferencia entre realismo mágico y real maravilloso? Hay quienes ven claras las
divergencias, mientras que otros opinan que se trata del mismo género literario. Para hablar de ello, he
invitado a Daniel Centeno, un escritor mexicano cuya literatura le ha llevado a interesarse por los
límites entre los géneros que introducen elementos inverosímiles en la narración. Os dejo con él y con
sus interesantes reflexiones y ejemplos.
Daniel Centeno
Apuntes finales
En México, Alberto Chimal y otros autores de lo inverosímil hablan de «Literatura de imaginación».
A esta refiere toda aquella literatura que permite comprender el mundo de lo posible a través del
extraño, del improbable o del imposible. Dice Chimal que hablar de Literatura de imaginación es una
respuesta creativa a la ola de literatura fantástica que solo habla de lo mismo: de elfos y orcos, de
distopías juveniles, de eso que es tan rígido en sí mismo que invita a todo menos a imaginar (esto
último, una opinión de su servidor).
Ejemplos
Antes de concluir, vale la pena ejemplificar lo expuesto hasta ahora: supongamos que contamos con un
muñeco sin rostro y una persona ansiosa.
Un cuento fantástico podría hablar de cómo la persona sufre cada vez más ansiedad conforme pasa
más tiempo con el muñeco en su bolsillo, y pese a que intenta deshacerse de él, el muñeco siempre
reaparece, matándole de angustia.
Un cuento extraño concluiría en la exposición de un médico, digamos, que le dice al hombre ansioso
que se ha sugestionado: el muñeco está donde lo dejó la primera vez. Ha alucinado, presa de su
ansiedad, la compañía de ese ser que hasta entonces creía sobrenatural.
Un cuento maravilloso, por su parte, expondría que el muñeco estaba en todos lados donde la persona
se deshizo de él, esperando, replicándose como la angustia del hombre, sin fin.
Un cuento de realismo mágico asumiría que es perfectamente normal que un muñeco cause angustia,
como un atributo tan normal como su peso o su color. Él habría comprado el muñeco para sí mismo,
esperando tener la ansiedad necesaria para ponerse a trabajar, pero se le iría de las manos. Lo
verdaderamente extraño sería la exigencia del mundo por hacerlo trabajar, por estar siempre activo; es
decir, lo inverosímil sería lo real: el modo de vida de los asalariados que se autoexigen hasta llegar al
burnout.
Un cuento real maravilloso podría hablar de la cultura vudú, de cómo la ansiedad del hombre se debe
a encantamientos propios de una cultura que él no entiende o no cree, durante el cuento, y cómo al final
descubre gracias a una epifanía como algo cierto. Algo en lo que necesitaba creer.
Lo «inverosímil» también es literatura
Como nota final, habría que añadir que en la actualidad los límites de unos y otros géneros no
siempre se mantienen separados. Para ejemplo Samanta Schweblin, cuyos cuentos extraños no
acaban de resolver nunca cierto aire fantástico.
Incluso si no eres un escritor de lo inverosímil, si nunca te ha interesado hablar de cosas que «no
existen», nunca está de más saber que hay formas de trastocar lo que se da por hecho; colapsar la
realidad debería ser una meta para cualquiera que intente imaginar un mundo posible, un
mundo distinto.
Muchas gracias, Daniel, por tus explicaciones y, sobre todo, por los ejemplos, que nos ayudan a ver
mejor la diferencia entre realismo mágico y real maravilloso y entre el cuento extraño, el maravilloso y
el fantástico. Como bien dices, lo inverosímil también es literatura y, para mí, la más evocadora: porque
nos ayuda a reinterpretar el mundo en el que vivimos y a ver más allá de
Un asombroso movimiento
En definitiva, se trata de un increíble sector de la literatura y el arte que ha logrado unir dos increíbles
sectores de la misma. Logró que, tanto escritores, como pintores se establecieran bajo el mismo
movimiento. Es por ello, que resulta tan importante conocer cómo funciona el Realismo Mágico, pues
tiene una relevancia cultural impresionante. Además, se destaca en la educación porque en él se
oculta una historia asombrosa.
Es increíble como durante tanto tiempo se pensó en este como uno de los movimientos más
innovadores de la historia y hoy en día lo sigue siendo. Ha adoptado un puesto realmente importante en
muchos aspectos. Ahora que conoces un poco sobre cómo funciona el Realismo Mágico te será mucho
más sencillo ponerlo en práctica. No dejes de conocer más sobre estos interesantes puntos de la
literatura y el arte.