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Clínica de Coloproctología

Dr. Amador Covarrubias Pinedo


Raúl R. Montoya Robles
Caso clínico 10
Ficha clínica: mujer de 50 años de edad, casada, ama de casa, originaria y residente
de Chapala.
Motivo de consulta:
, con evacuaciones diarreicas acompañadas de moco y sangre, distensión abdominal y
dolor tipo cólico. Se trat , ciprofloxacina y loperamida, sin mejoría y con deterioro
progresivo. Ingresó al hospital con náusea, vómito, dolor abdominal, somnolencia,
confusión y dislalia.
Antecedentes: tabaquismo de dos cajetillas de cigarros por mes. Y alcoholismo de 30
años.
Interrogatorio por aparatos y sistemas: Sin datos relevantes.
Exploración física: FC de 101 lpm, FR de 22 RPM, TA 128/57 mmHg, temperatura
38.1°C, saturación 85%. A la exploración física se la encontró con palidez generalizada,
distensión abdominal, timpanismo y rebote positivo.
Exámenes de laboratorio: indicadores séricos de inflamación con 12.600 leucocitos,
neutrófilos 10.200, PCR 68.9 mg/L, anemia con hemoglobina 7.9 g/dL y hematocrito
22.8 %, trombocitosis con
155 mmol/L de Na, K 2.96 mmol/L y Cl 115 mmol/L.
En radiografía simple de abdomen se observó dilatación del colon a expensas de colon
ascendente y transverso con diámetro mayor de 7.7 cm y múltiples .

dilatación importante del colon en todos sus segmentos y engrosamiento de la pared.


áreas de eritema y úlceras aisladas con patrón vascular conservado se tomaron
biopsias que reportaron colitis crónica moderada sin actividad.

La evolución de la paciente fue satisfactoria con el tratamiento recibido y fue dada de


alta por mejoría clínica.
Megacolon Toxico
El megacolon tóxico es una dilatación aguda no obstructiva del colon, total o segmentaria,
acompañada de signos de toxicidad sistémica, que aparece como consecuencia de una
inflamación grave del colon.

Los datos epidemiológicos de que disponemos indican que el megacolon tóxico es más
frecuente en la colitis ulcerosa que en la enfermedad de Crohn, de modo que si en la
colitis ulcerosa incide en un 5–10%, en la enfermedad de Crohn sólo lo hace en un 2–4%.
Una posible explicación para esta diferente presentación podría residir en que la
enfermedad de Crohn, al cursar con engrosamiento y fibrosis de la pared, dificultaría el
desarrollo de la dilatación cólica.

El colon está muy distendido, con la pared muy fina y frágil, que se perfora al mínimo
contacto. La serosa tiene un aspecto congestivo y está recubierta de un exudado fibrinoso
o fibrinopurulento. Histológicamente, se reconoce una inflamación de todas las capas del
colon hasta la serosa

El megacolon se caracteriza por una disminución del tono de la capa muscular y la


aparición de una intensa inflamación en las capas musculares del colon. Ambos hallazgos
se interrelacionan por la existencia de mediadores del tono muscular liberados por los
macrófagos, como el óxido nítrico.

El megacolon tóxico se desarrolla en pacientes con formas graves de pancolitis y es


mucho menos habitual en casos de colitis segmentaria, independientemente de la edad o
el sexo del individuo. Con frecuencia, el megacolon complica formas poco evolucionadas
de la enfermedad, en general en los primeros meses de evolución de la colitis, lo que
puede, incluso, ser la manifestación inicial de la enfermedad. El cuadro clínico
característico es el de un paciente con colitis grave de unos días de evolución, que
presenta empeoramiento del dolor abdominal y diarrea sanguinolenta. Aparecen, además,
signos de toxicidad sistémica en forma de fiebre, hipotensión arterial, taquicardia,
deshidratación y deterioro del estado general. En ocasiones, el inicio del megacolon
coincide con una disminución del número y volumen de las deposiciones, por lo que ante
un paciente con brote grave de colitis que presenta inesperadamente una reducción de
las deposiciones, debe tenerse siempre en cuenta la posibilidad del desarrollo de un
megacolon.
Junto a los signos de toxicidad sistémica mencionados, debe evidenciarse dilatación del
colon, que puede observarse con una radiografía simple de abdomen El luminograma del
colon debe tener un diámetro superior a 6 cm y suele mostrar un patrón alterado con
haustras edematosas o ausentes y un contorno nodular con proyecciones
seudopolipodeas hacia la luz. En la radiografía simple de abdomen deben buscarse
siempre signos de perforación, que pueden ponerse de manifiesto en forma de aire libre
peritoneal o de retroneumoperitoneo. La tomografía computarizada abdominal es más
sensible para demostrar la presencia de perforación.

El tratamiento inicial del megacolon tóxico es médico intensivo pero con la colaboración
del cirujano, al que conviene comunicar el caso desde el principio, para realizar
colectomía urgente en caso de ausencia de respuesta en 2-3 días, empeoramiento del
estado general del paciente, progresión de la dilatación o aparición de complicaciones
locales, como perforación o hemorragia.

• Seguimiento intensivo
• Retirada de fármacos potencialmente desencadenantes
• Seguimiento con radiografía simple de abdomen y analítica
• Dieta absoluta
• Rehidratación por vía intravenosa
• Alimentación por vía parenteral
• Aspiración nasogástrica o intestinal
• Esteroides por vía intravenosa
• Antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa
• Tratamiento específico si se aísla algún germen desencadenante
• Transfusión de concentrados de hematíes si es necesario
• Prevención de tromboembolia pulmonar
• Prevención de lesiones gástricas agudas

Referencias
F. Casellas(2003). COLITIS ULCEROSA Megacolon tóxico. GH CONTINUADA. VOL. 2 N.o 6
https://www.elsevier.es/index.php?p=revista&pRevista=pdf-simple&pii=70000170&r=8

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