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NOMENCLATURA : 1.

[40]Sentencia
JUZGADO : Juzgado de Letras de Puerto Varas
CAUSA ROL : C-2987-2019
CARATULADO : SOLÍS/cLINICA DE PUERTO VARAS SpA

Puerto Varas, veinticuatro de noviembre de dos mil veintidós.


VISTOS:
Que, con fecha 08 de octubre de 2019, rectificada con fecha 08 de octubre
de 2020, comparece don PABLO ALEJANDRO VALDÉS PÉREZ, Abogado, en
representación doña CAROLINA FRANCESCA PALMA SOLIS, cédula de
identidad número 17.200.466-0 y de doña MONICA CARALINA SOLIS SOLIS,
cédula de identidad número 8.879.538-5, todas domiciliadas para estos efectos en
calle Aconcagua 2182, de la comuna de Puerto Varas, quien viene en interponer
demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual en contra
de la CLÍNICA PUERTO VARAS SPA, en continuidad de giro de la FUNDACION
HOSPITAL SAN JOSÉ DE PUERTO VARAS, rol único tributario 82.204 400-k,
representada legalmente por don Jaime Bertolotto Honorato, cédula nacional de
identidad número 8.436.231-K, desconoce profesión u oficio, todos domiciliados
en calle Otto Bader Nº 810, comuna de Puerto Varas, Provincia de Llanquihue,
Región de Lo Lagos.
Señala que con fecha 04 de mayo de 2018, su representada ingresó al
servicio de urgencias de la Clínica Puerto Montt, por padecer de dolor abdominal y
diarrea con dos semanas de evolución. Indica que en dicho servicio le realizan un
TAC el cual tuvo como resultado “Pancolitis”, también conocida como “Colitis
Ulcerosa”.
Que al día siguiente, su representada al no tener respuesta efectiva por
parte del equipo médico de la Clínica Puerto Montt, toma la decisión de cambiar
de Clínica, dirigiéndose al servicio de Urgencias de la Clínica Puerto Varas,
haciendo ingreso a esta, teniendo como antecedente los resultados del TAC
realizado en la Clínica Puerto Montt.
Que frente al resultado del examen, sin considerar ni señalar a su
representada la posibilidad de realizarse uno nuevo, es diagnosticada con diarrea
y gastroenteritis de presunto origen infeccioso, dándole el alta de urgencia,
enviándola a su hogar con licencia médica por 5 días.
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Relata que con fecha 07 de mayo de 2018, doña Carolina Palma, tras llevar
dos días de licencia, hace ingreso nuevamente a la Urgencia de la Clínica Puerto
Varas, producto de las molestias constantes, circunstancia que motivó su
hospitalización. Que, tras efectuar exámenes de sangre, su representada
comienza con un tratamiento de antibióticos, lo cual demostrará en autos.
Continua relatando, que una vez hecho el ingreso, en la ficha clínica de su
representada se indica, y así lo indicó en su ingreso de fecha 05 de mayo de 2018,
padecer alergia al medicamente “Aspirina”, además de plasmarle un brazalete rojo
con aquella indicación.
Manifiesta que el Doctor Omar Ferrada, médico de la clínica Puerto Varas,
frente a los resultados ya señalados, indica como tratamiento el suministro de
antibióticos, los cuales dan un buen resultado, transitoriamente. Indica que dicho
profesional, sospechó que su representada, según sus antecedentes, padecía una
enfermedad inflamatoria intestinal, por lo cual le realizó un examen de
“endoscopía alta y baja”, con el fin de obtener de forma exacta lo que padecía
doña Carolina. Justifica dicho actuar, toda vez que entiende que los médicos hace
un par de años, indicaban todo tipo de exámenes para descartar enfermedades
posibles, frente a los antecedentes y síntomas que presente el paciente, pero
basado en el TAC efectuado en la Clínica Puerto Montt
Indica que la endoscopía baja dio como resultado que su representada
padecia una ulcera a nivel de unión ileocecal (también llamada unión iliocecal o
válvula de Bauhin). Que, con fecha 10 de mayo del mismo año, doña Carolina se
realiza una biopsia, esto mientras ella se encontraba hospitalizada en las
dependencias de la demandada, la cual se encuentra signada bajo el número B18-
47855.
Expresa que al día siguiente de la biopsia, con fecha 11 de mayo del 2018,
con diagnóstico clínico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal y sin tener el
resultado de la biopsia, su representada fue dada de alta, y se le indica por don
Omar Ferrada, que su tratamiento consistiría en la administración de Azulfidine
(sulfasalazina) oral 3 gr/día (2 comprimidos de 500 grs. cada 8 horas) y
omeprazol, y además pedir hora de consulta con médico especialista en
gastroenterología. Solicita, que se tenga presente el alta con fecha 11 de mayo del
2018, señalando que se produce el primer error en Diagnostico, y además en el
tratamiento que indica (tratamiento con Azulfidine, el cual es un medicamento
contraindicado para alérgicos a la aspirina, y vasculitis limitada a la piel).
Comenta que con fecha 15 de mayo del año 2018, su representada
comienza con el tratamiento de Azulfidine (Sulfasalazina) indicado en el alta, y
además agenda una hora de consulta para el día 6 de junio del mismo año, con el
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gastroenterólogo en la Clínica de la Universidad Católica en Santiago, el médico


don Roberto Candía. Que, Una semana después de iniciar el tratamiento
señalado, su representada se dio cuenta de la aparición una especie de manchas
minúsculas en su pecho, las cuales sólo se asimilaba a un grano, lo cual, por lo
pequeño y la falta de conocimiento de lo que podía estar pasándole, lo relacionó
con una simple picadura de un insecto, como un zancudo o similar.
Menciona que con fecha 23 de mayo del año 2018, su representa conoció
el resultado de la biopsia realizada con fecha de 10 de mayo ya indicada, el
informe elaborado por el médico OSCAR OROPEZA, dependiente de la
demandada, determinando el diagnóstico hispatológico siguiente: “MUESTRA 1:
MUCOSA DUODENAL CON ALTERACIONES LEVES E INESPECIFICAS.
MUESTRA; 2: COLITIS INTENSA, ULCERADA, ACTIVA O SIGNOS DE
REGENERACIÓN; MUESTRA 3: COLITIS ULCERADA, INTENSA, ACTIVA.
Señala que con dichos resultados, el día 25 de mayo del 2018, su
representada visito al médico tratante, don Omar Ferrada, el cual con los nuevos
antecedentes, concluye que el diagnóstico de doña Carolina Palma es Colitis
Ulcerosa, recomendando seguir con tratamiento de Azulfidine y deriva
nuevamente a un gastroenterólogo. Señala que en aquella visita al médico
Ferrada, su representada le comentó que se sentía débil y bastante decaída,
frente a lo cual, este le recetó administrar Bion 3, conocido suplemento alimentario
con probióticos, vitaminas y minerales.
Sostiene que su representada, transcurridos 4 días desde la muestra de los
resultados al médico, comienza a sufrir molestias oculares y la sensación de tener
agentes ajenos al cuerpo en los párpados superiores de ambos ojos. Debido a
esta situación anormal, su representada visita con fecha 31 de mayo del 2018 al
médico general Germán Quappe, quien le indica la administración del
medicamento de nombre “Brevex”, indicado en: “el tratamiento del dolor asociado
a espasmo muscular. Se utiliza también como coadyuvante a otras medidas
terapéuticas, tales como el reposo y la fisioterapia, para aliviar el dolor y el
espasmo muscular asociado a condiciones agudas y dolorosas músculo-
esqueléticas.”, lo que el mismo día en la noche su representada, posterior a
administrar un comprimido, los síntomas del dolor ocular desaparecieron.
Expresa que el día 1 de junio del 2018, su representada consumió la
segunda dosis de Brevex indicada en la noche, a las horas después, le apareció
una sensación de conjuntivitis en los ojos, y escozor en genitales y zona perianal.
Continúa relatando que el día 2 de junio del año 2018, su representada
amanece con mucho dolor en el cuerpo, y con ambos ojos, lengua, labios y
genitales inflamados. Por el temor a lo que le estaba ocurriendo, esta comenzó a
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averiguar en las plataformas de internet los compuestos de los medicamentos que


señala, estos son Brevex y Azulfidine, en los tratamientos por lo médicos ya
individualizados, encontrando para su sorpresa que Azulfidine tiene contradicción
para alérgicos a los salizatos (Aspirina y sus derivados), por lo que de inmediato
suspendió el uso de Azulfidine indicado por el médico Ferrada. Además, sostiene
que demostrará en autos, que la cantidad recetada diaria, supera el máximo que
puede indicarse a una persona que requiere tratamiento con dicho medicamento.

Relata que producto de los síntomas señalados, su representada se dirigió -


nuevamente- a la urgencia de Clínica Puerto Varas, siendo diagnosticada en esa
oportunidad con “Vasculitis limitada a la piel”, lo que considera que fue provocado
por la indicación y suministración del medicamento de nombre Brevex. Que, frente
a la Vasculitis limitada a la piel, le indican a su representada, que deben
administrarle corticoides, dándole de alta con un tratamiento con el medicamento
Plexus, tal como figura en epicrisis. Hace mención que ninguno de los médicos
emiten comentarios acerca de la contraindicación del Azulfidine con alérgicos a la
Aspirina.
Señala que un día después, el día 03 de junio del 2018, los síntomas de su
representada, empeoran y le comienzan a aparecer manchas diminutas en todo el
cuerpo, en especial en las palmas de manos, brazos, cuello y planta de pies.
Indica que ese mismo día, doña Carolina Palma fue nuevamente hospitalizada en
la Clínica Puerto Varas, por “Vasculitis limitada a la piel” y “conjuntivitis”
ocasionados por haber consumido el medicamento “Brevex”, sosteniendo que en
las fichas clínicas de aquella fecha, ningún médico ni profesional de la salud de la
demandada, hicieron comentarios acerca de la Sulfasalazina. Continúa
argumentando, que durante esa hospitalización, su representada fue tratada con
corticoides y clorfenamina, los cuales tenían como objeto bajar la inflamación, lo
cual ocurrió con la cara y los labios, pero no calma el picor de piel, palmas de
manos, planta de pies y genitales.
Argumenta que mientras su representada se mantenía hospitalizada, las
molestias continuaron, por lo que solicitó de forma insistente, la visita de su
médico tratante, el señor Portus, quién relata que no se presentó por estar
ocupado con otros pacientes y, que a través de las enfermeras que lo buscaban a
solicitud de su representada, recomienda suministrarle Ravotril, para que ella se
calme, buscando no ser requerido de forma insistente - dicha indicación dice
constar en la ficha clínica- Respecto a ello, sostiene que hay que tener presente
que dicho medicamento compuesto por Clonazepam, es un fármaco perteneciente
al grupo de las benzodiazepinas que actúa sobre el sistema nervioso central, con
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propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, miorrelajantes, sedantes, hipnóticas


y estabilizadoras del estado de ánimo. Señala que se utiliza como antiepiléptico, y
es particularmente útil en el tratamiento de crisis de ausencia y ausencias atípicas,
y altamente efectivo en cualquier desorden de ansiedad. Sostiene que hay que
tener presente que el clonazepam actúa de manera general como un depresor de
las funciones del sistema nervioso central. Paralelamente a su efecto
anticonvulsivo produce cansancio y debilidad no habituales, somnolencia,
relajación de la musculatura, sensación de mareo, trastornos del equilibrio,
inseguridad motriz y dificultades en la coordinación psicomotora, retardo en los
tiempos de reacción ante un estímulo y deterioro en las funciones cognitivas
principalmente amnesia anterógrada y dificultades de atención y concentración, lo
cual no tenía relación alguna con los síntomas y antecedentes de la consulta de
urgencia de su representada, ni con las causas de hospitalización, considera que
ello deja una evidencia falta de profesionalismo de los médicos tratantes, con el fin
de no realizar de forma ajustada su labor como prestadores de la salud. Continua
relatando que el día 3 de junio, el médico Portus, visita a su representada
señalando que sólo se puede seguir con clorfenamina, porque según sus dichos
“no se ha inventado nada más para eliminar el picor”, y nuevamente deja indicado
el fármaco Ravotril, para que descanse e insiste en el tratamiento en base a
Azulfidine en la misma dosis desde el alta del día 11 de mayo del 2018.
Frente a esto, señala que la pareja de doña Carolina, don Benjamín
Pinochet, le menciono que había sido suspendido de forma inmediata, ya que en
virtud de las contraindicaciones que acompañan los comprimidos y la información
que había sido consultada en internet, señala que el Azulfidine es similar a la
Aspirina y/o ácido acetilsalicilico, en más del 60% de su contenido, y a pesar de
ser alérgica su representada, condición que le fue informada en cada uno de los
ingresos al servicio de urgencias y de hospitalización en las dependencias de la
demandada, menciona que el medico Portus insiste en que si no lo retoma volverá
la diarrea. Que, su representada, por todo lo que había sufrido, decidió no tomar
nuevamente el medicamento.
Narra que posteriormente, el día 4 de junio del 2018, y debido a la
aplicación de corticoides, los síntomas de inflamación disminuyeron, pero
nuevamente no el picor, por lo que le entregan compresas de agua fría para
calmar dicha sensación de malestar. Ese mismo día, su representada fue dada de
alta durante la tarde con indicación de 20 mg de prednisona al día y gotas para la
conjuntivitis.
Corolario de esto, comenta que al día siguiente, su representada junto a su
madre, doña Mónica, viajan a la ciudad de Santiago para asistir a la hora de
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consulta con el médico Candía en Clínica de la Universidad Católica.


El mismo día, aproximadamente a las 11:00 horas de la mañana, vuelven
los malestares de forma abrupta, comenzando con la inflamación de lengua,
mejillas internamente, ambos ojos, manos, cara y pies, imposibilitando a su
representada a comer, a desplazarse por sí sola, debiendo hacer uso de silla de
ruedas para subir al avión con destino a la ciudad de Santiago.
Continua señalando que siendo las 8:00 horas de la tarde del mismo día,
los síntomas que se presentaron fueron aún más graves, su representada no
podía comunicarse de forma verbal, esto debido a la inflamación de la boca, al
mismo tiempo debió usar lentes de sol por hipersensibilidad a la luz, a pesar de la
hora del día, ya encontrándose casi de noche.
Refiere a que de forma abrupta, los labios de su representada comienzan a
descamarse, provocando heridas inmediatas, y secretando líquido amarillo (pus).
Frente a esto, señala que doña Carolina, toma una dosis de 20 mg de prednisona
(corticoides) y se dirigió al Servicio de Urgencia del Hospital Clínico de la
Universidad Católica con su madre, doña Mónica Solís.
Que, la madrugada del día 6 de junio, a las 2:30 horas de la madrugada, su
representada fue atendida en la Urgencia, siendo examinada por el médico Javier
Ignacio Carvajal Solé, emitiendo una hipótesis de diagnóstico y comienza a tratar
de forma inmediata por Síndrome de Steven Johnson (necrólisis epidérmica
tóxica-es un trastorno grave y extraño de la piel y de las membranas mucosas. Por
lo general, es una reacción a un medicamento o una infección). Que ese mismo
día, a las 8:00 horas de la mañana, su representada fue ingresada a la Unidad de
Tratamiento Intensivo con 43 pulsaciones por minuto, lo que obliga de forma
inmediata la consulta de cardiólogo para descartar consecuencias en el
funcionamiento normal del corazón. Además, sostiene que no se puede dejar de
lado, las visitas realizadas por grupos de especialistas de dermatología (por las
lesiones en la piel), oftalmología (por las lesiones en ambos ojos) y ginecología
(por las lesiones en la zona genital), tomando muestras de sangre, biopsias de piel
y radiografías para descartar enfermedades autoinmunes mientras los síntomas
son controlados.
Señala que la inflamación de la cara, boca en su interior, genitales y ojos no
bajaron. Frente a eso, le indican a su representada la administración de gotas
cada 2 horas día y noche, y enjuague con colutorio 4 veces al día, clobetazol en
boca y genitales y prilocaina para calmar dolor al orinar y defecar; sin ingesta de
alimentos, desde el 4 de junio y solo alimentándose a través de suero y la
indicación de aseo genital cada 3 horas.
Que, cuatro días después, la inflamación de cara de su representada,
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disminuye y le proponen alimentación por sonda nasal en caso de no ingerir


alimentos por la boca. Indica que doña Carolina, para evitar sonda nasal intento
alimentarse con papillas aguantando el dolor interior del tejido dañado de la boca.
Destaca que las yemas de los dedos de los pies y manos de su
representada se desprendieron, atendido a que la piel que las cubre presentaba
una necrosis cutánea, provocada por la alteración del funcionamiento normal del
cuerpo de su representada, como consecuencia de la ingesta de los
medicamentos y fármacos señalados anteriormente. Además, manifiesta que sus
labios sufrieron descamación diaria quedando a “carne viva” por 2 semanas.
Continua relatando que el día 18 de junio, su representada logra realizar la
consulta con el especialista gastroenterólogo para evaluar según los antecedentes
y exámenes obtenidos en la Clínica de la ciudad de Puerto Varas, los cuales eran,
el diagnóstico de colitis ulcerosa, TAC, informe de endoscopía y colonoscopía, y
además el informe de la biopsia, sumado a los resultados obtenidos en la
hospitalización en el Hospital Clínico de la Universidad Católica.
Indica que el médico Roberto Candía hace estricta mención a que su
representada fue mal diagnosticada, porque en la primera hospitalización en la
Clinica Puerto Varas, la diarrea no continuo con la indicación de antibióticos, y el
tratamiento con Azulfidine fue comenzado 6 días después sin eventos de diarrea
durante ese período. Para dicho especialista, quien sostiene que es destacado en
enfermedades inflamatorias intestinales, hubo una mala lectura de los exámenes
obtenidos por los médicos de la Clínica Puerto Varas, los cuales muestran un
colon ulcerado resultado de una infección grave controlada con los antibióticos y
no por una enfermedad crónica.
Continúa señalando que los síntomas se mantuvieron hasta el 23 de junio,
día en que labios de su representada se volvieron a regenerar, por lo que el
equipo de dermatólogos da el alta de acuerdo a la disminución de lesiones en la
piel, indicando controles oftalmológicos y ginecológicos.
Aduce que en definitiva, el médico don Omar Ferrada, el dependiente y/o
prestador de servicios de la Clínica Puerto Varas, erróneamente diagnosticó una
enfermedad crónica que no tenía su representada e indicó un tratamiento en base
a un medicamento contraindicado para alérgicos a la aspirina, además no realizó
exámenes de sangre cada dos semanas, y tampoco le informó a su representada,
ni a su madre ni a su pareja, sobre los efectos adversos del uso del medicamento,
indicándole 3 gramos diarios en 3 dosis, siendo una dosis muy alta desde el
principio, siendo que los estudios farmacológicos especializados señalan que el
máximo que puede indicarse son 2 gramos diarios.
En el mismo sentido, el dependiente y/o prestador de servicios de la Clínica
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Puerto Varas, el médico don Rene Hernán Portus Valdivia, diagnosticó una
vasculitis limitada a la piel y conjuntivitis provocada por el uso del antinflamatorio
Brevex, sin considerar que se trataba de un Síndrome de Steven Johnson,
enfermedad con alta tasa de mortalidad y secuelas graves y que fue provocado
por el uso de Sulfasalazina, insistiendo en que su representada debía continuar
con dicho tratamiento.
Indica que los diagnósticos y los tratamientos indicados por los médicos ya
individualizados en autos, hicieron que su representada comenzara un tratamiento
para una enfermedad crónica mal diagnosticada, desencadenando durante los 19
días de suministro de medicamento reacción alérgica ocasionando una Necrolisis
epidérmica tóxica, lo que le ha provocado graves y permanentes perjuicios, y que
si no fuese por la oportuna intervención de los médicos del Hospital Clínico de la
Universidad Católica, hubiese fallecido por un shock anafiláctico.
Concluye que los hechos relatados le han provocado daños graves y
permanentes, los cuales han derivado en daños físicos y psicológicos, ambos en
tratamiento permanente. Que esos daños permanentes, han influido en la vida de
su representada, en el ámbito personal y laboral, afectando su integridad física y
especialmente psicológica, siendo esta última extendida a su madre, y a su pareja.
Indica que los errores en el diagnóstico y tratamientos, han influenciado de
forma directa en el desempeño laboral de su representada, toda vez que su fuente
de trabajo de la época cuando ocurrieron los hechos descritos, no es la misma, ya
que tuvo la obligación de renunciar por la incapacidad para poder realizar las
actividades que desarrollaba, por no poder cumplir con las estipulaciones del
contrato que mantenía con Salmones Camanchaca, debido a los daños
producidos por los hechos ya expuesto.
Que actualmente, doña Carolina, trabaja para otra Salmonera con
actividades en terreno que no exigen uso de pantallas y con un horario flexible de
acuerdo a sus necesidades de Salud, sin embargo, señala que las actividades en
terreno involucran viajes en avión los que últimamente están afectando
progresivamente la situación de sus ojos, malestar producido, por ejemplo, el aire
acondicionado, que aumenta la sequedad y provoca más daños en las corneas.
Hace presente que su representada a pesar de sus limitaciones, ha hecho
el esfuerzo para mantenerse activa en el mundo laboral, sin embargo, a medida
que transcurre el tiempo, se va haciendo más difícil para ella mantenerse
cumpliendo funciones, ya que el malestar ocular, a pesar de los tratamientos a los
cuales se encuentra sujeta, y que son permanentes en el tiempo, aumentan de
forma significativa. Debido a esto, el desarrollo de su profesión se ha visto
impedido de forma normal, perdiendo la oportunidad de desenvolverse de la forma
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querida como Ingeniero Comercial.


Aduce que a raíz de lo anteriormente señalado, y como consecuencia de
los errores cometidos por los médicos dependientes y/o prestadores de servicios
de la Clínica Puerto Varas, algunos de los daños provocados a su representada,
son: a. Heridas en corneas, permanente en el tiempo. b. Inflamación genital. c.
Presencia de hongos por efecto secundario del uso de corticoides durante la
remisión del Síndrome Steven Johnson. d. Depresión post traumática,
psicoterapias y tratamiento con Rise para control de crisis de ansiedad,
permanente en el tiempo. e. Licencia médica total 4 meses. f. Imposibilidad de
trabajar por daño a corneas, permanente en el tiempo. g. Inestabilidad emocional,
permanente en el tiempo. h. Interrupción de actividad sexual, permanente en el
tiempo. i. Problemas de pareja, permanente en el tiempo. j. Imposibilidad de
realizar labores domésticas y necesidad de contratar asesora del hogar,
permanente en el tiempo. k. Riesgo a reaccionar gravemente con cualquier
medicamento, permanente en el tiempo. l. Hipersensibilidad a la Luz, dificultad
para conducir y otras actividades (deportes al aire libre), permanente en el tiempo.
m. Hipersensibilidad piel, permanente en el tiempo. n. Pérdida de peso. o. Daño
emocional familiares, permanente en el tiempo. p. Pérdida de memoria, eventos
previos al Steven Johnson. q. Blefaritis crónica en párpados, que obliga a hacer
limpiezas diarias en ojos y dormir con ojos vendados para evitar la evaporación de
lágrimas
Explica la rutina diaria que debe someterse su representada producto de lo
relatado, incluido los medicamentos que debe ingerir, rutina que es de por vida
para garantizar el buen funcionamiento de los ojos, dado que el daño es
irreparable.
En conclusión, señala que las conductas negligentes y errores cometidos
por los médicos ya individualizados, al tratar y diagnosticar a su representada, ,
provocaron un gran daño irreversible en ella, teniendo que vivir día a día con
incapacidades físicas, las cuales, se hubiesen podido evitar, si los profesionales
de la salud hubiesen realizado cada una de las obligaciones de medio que les
exige la lex artis en su actuar, con el fin de poder cumplir con la prestación de los
servicios de salud requeridos.
Refiere que una vez hecho el reclamo ante la demandada, el director de
dicha institución señalo que “en su caso es tipo idiosincrática, por lo que es difícil
de prever y se maneja con al suspensión de medicamentos”, lo cual considera
impresentable en todo aspecto, ya que se excusan del error, atribuyendo las
consecuencias a las caracterizas biológicas de su representada.
Alega que el derecho aplicable al supuesto que generó la acción en contra
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de la Clínica Puerto Varas SpA, encuentra aplicación de la normativa que gobierna


el régimen de la responsabilidad contractual, debiendo concurrir copulativamente
las siguientes condiciones o requisitos: (i) Existencia de una obligación de carácter
contractual; (ii) incumplimiento culpable por parte del deudor de lo prometido en el
contrato; (iii) existencia de daños y perjuicios; (iv) relación de causalidad entre la
conducta y el daño; y (v) que el deudor se encuentre en mora. En consecuencia, si
en estos autos se verifica la existencia de estos requisitos se debe imputar al
deudor Clínica De Puerto Varas SpA la obligación de reparar los daños
patrimoniales como extrapatrimoniales que el incumplimiento de sus obligaciones
contractuales le causó a sus representadas.
Indica que existió una relación contractual entre las partes, desde que su
representada fue hospitalizada con el objeto de enfrentar la enfermedad sufrida,
prestación médica a la que se obligaron los dependientes de la demandada de
autos, ejecutando bajo sus dependencias su actuaciones.
Explica las características del contrato médico, de carácter consensual,
estimando que frente la aceptación del paciente a la oferta de servicios médicos,
se configura una relación contractual, citando jurisprudencia al respecto.
Que respecto al juicio de culpabilidad, alude a la existencia de la lex artis,
esto es, fijar cual es la conducta medica esperable, tomando como referencia un
parámetro ideal (el buen profesional de la salud) y si las acciones de la
demandada se encuentra por debajo de los exigidos por la lex artis, estimando
que la sola magnitud del daño, permite presumir con alta probabilidad de certeza
que la conducta del equipo médico dependiente de la Clínica de Puerto Varas SpA
fue negligente.
Se refiere a la deficiencia en el diagnóstico y omisión en la realización de
examines médicos pertinentes a la luz de los síntomas que presentaba la
paciente, su representada, en orden a verificar o comprobar la sintomatología de
su representada con exámenes médicos que correspondían a lo que le estaba
pasando realmente.
Alude también a la deficiencia del tratamiento indicado, siendo
consecuencia del mal diagnóstico, lo que ha provocado los daños irreparables en
la integridad física de su representada y sicológica, teniendo presente que a su
corta edad, además de las molestias físicas cotidianas perdió el desarrollo integro
de su profesión y su estabilidad laboral.
Que respecto al daño, señala que el caso de trata de un típico ejemplo de
daño corporal, de aquel perjuicio integridad física y psíquica de la persona. Este
tipo de daño, aunque conforma una categoría propia, no escapa de la clásica
distinción entre daños patrimoniales y extrapatrimoniales, si no que se caracteriza
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porque produce perjuicios en ambos ámbitos.


Que respecto al daño emergente, referida a disminuciones patrimoniales,
este daño está conformado por los desembolsos realizados por mis representadas
productos de los daños físicos en Carolina y corresponden a la realización de
exámenes, urgencias, consultas con especialistas médicos, hospitalizaciones,
tratamientos médicos, entre otros, demandando la suma de $7.839.350, lo cual
corresponde al monto no cubierto por la Isapre. Cabe señalar que el monto total
de las prestaciones pagadas corresponde a $20.411.182, de los cuales, la Isapre
de su representada efectuó aporte por la suma de $12.601.832.
Que respecto al daño moral, se refiere a la angustia, frustración y depresión
causado a su representada, quien se ha visto imposibilitada, por todo este tiempo,
y algunas de estas irreversibles en el tiempo, desarrollar una vida normal. Que el
concepto de daño moral como pretium doloris se ha ampliado hasta incluir todo
tipo de perjuicios sobre intereses extramatrimoniales, como el perjuicio de agrado
y el perjuicio estético. (No aplica este último a estos autos).
Añade que por el desarrollo jurisprudencial a partir del año 1994, y con toda
certeza desde el año 2012, se ha ampliado la indemnización del daño moral en
materias contractuales, citando jurisprudencia al respecto.
Afirma que doña Carolina Palma ha tenido consultas psicológicas por estrés
post traumático tratado con psicoterapias y siquiatra para control de ataques de
pánico. A su vez, doña Mónica Solis ha tenido consultas por depresión y ansiedad
tratada con medicamentos, posterior a hacerse cargo de cuidados producto de la
enfermedad de su hija, a quien también se le ha ocasionado un profundo y
permanente dolor, sufrimiento, frustración, alteración de las condiciones normales
de vida.
Avalúa el daño moral en $300.000.000 considerando todo lo anterior, y en
especial atención a la edad de su representada, que tendrá que vivir con estas
consecuencias por el resto de su vida, y respecto de doña Mónica Solís, el daño
moral es avaluado por esta parte en $60.000.000.
Entiende que se configura la relación de causalidad entre la conducta del
equipo médico de la demandada de autos y el daño sufrido por su representada, y
que se cumple el requisito de que el deudor se encuentre en mora, esto es, el
incumplimiento de la obligación unido a la interpelación realizada por el acreedor.
Concluye solicitando, previa citas legales, se tenga por interpuesta
demanda de indemnización de perjuicios por incumplimiento contractual en contra
de la demandada, CLÍNICA DE PUERTO VARAS SPA, y en definitiva sea
condenada al pago de $372.601.832, de los cuales $12.601.832 corresponden a
daño patrimonial, por concepto de daño moral de doña Carolina Palma la
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suma de $300.000.000, y en cuanto a doña Mónica Solís Solís por concepto de


daño moral la suma de $60.000.000, o la suma que se estime pertinente conforme
a derecho, más los intereses y reajustes correspondientes, con expresa condena
en costas.
Que al primer otrosí de su presentación, interpone demanda subsidiaria de
indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual en contra de la
demandada, ya individualizada.
Se funda en las mismas consideraciones de hechos expuestas respecto de
su demanda principal, los cuales se dan por expresamente reproducidos por
economía procesal.
Que en cuanto al derecho, explica que se configura un caso de cúmulo de
responsabilidades, reconociéndose en jurisprudencia reciente el derecho de
opción, especialmente en casos de responsabilidad médica y contratos de
transporte.
Presenta los requisitos necesarios para que concurra la responsabilidad
extracontractual, la que se fundamenta en el principio general del derecho de no
dañar a otro, implicando un deber jurídico de carácter genérico y omisivo, siendo
del caso que la demandada ha creado un peligro jurídicamente desaprobado,
actuando en forma negligente.
En cuanto al daño pretendido, solicita la suma de $7.839.350 lo cual
corresponde al monto no cubierto por la Isapre. Y en cuanto al daño moral, es
avaluado por esta parte en $300.000.000, considerando todo lo anterior, y en
especial atención a la edad de su representada, que tendrá que vivir con estas
consecuencias por el resto de su vida, y respecto de doña Mónica Solís, el daño
moral es avaluado por esta parte en $60.000.000.
Manifiesta que la responsabilidad de la Clínica de Puerto Varas SpA se
fundamenta en la responsabilidad por el hecho ajeno, según el artículo 2320 del
Código Civil.
Concluye solicitando, previa citas legales, se tenga por interpuesta
demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual en
contra de la demandada, CLÍNICA DE PUERTO VARAS SPA, y en definitiva sea
condenada al pago de $372.601.832, de los cuales $12.601.832 corresponden a
daño patrimonial, por concepto de daño moral de doña Carolina Palma la suma de
$300.000.000, Y cuanto a doña Mónica Solís Solís por concepto de daño moral la
suma de $60.000.000, o la suma que se estime pertinente conforme a derecho,
más los intereses y reajustes correspondientes, con costas.
Que con fecha 03 de junio de 2020 consta notificación personal de la
SGHVXCPMXHL

demandada, por medio de su representante legal.


Que con fecha 23 de octubre de 2020, comparece don MAURICIO
DORFMAN LIBERMAN, GABRIEL PUMPIN VALCK IGNACIO LOPETEGUI
RAMIREZ, abogados, en representación de CLÍNICA PUERTO VARAS SPA,
quien contestó la demanda, solicitando su rechazo, con costas.
Reconoce que efectivamente la demandante con posterioridad de haber
concurrido a la Clínica Puerto Montt, con fecha 07 de mayo de 2018, ingresó a la
clínica demandada a las 14:46 horas, suspendiéndole los antibióticos, además de
otorgarle indicaciones generales, tales como: Reposo asistido, régimen cero, S.
glucosado al 5% 2000cc ev, Sf 1000 cc ev, Ceftriaxona 2 gr c/24 horas,
Metronidazol 500 mg ev cada 8 horas, Paracetamol 1 gr ev cada 8 horas, CSV
cada 6 horas y dar aviso al Dr. Ferrada de resultado de exámenes.
Indica que no es efectivo lo señalado por la demandante, ya que a la Sra.
Solís se le realizaron 9 exámenes, derivándole el caso al Dr. Ferrada. Que
posteriormente indica que se le da el alta médica con diagnóstico de “Otras colitis
y gastroenteritis no infecciosas especificadas”, sin perjuicio de señalar, que se
sugirió hospitalización para un mejor manejo.
Indica que en los días posteriores la demandante demuestra una mejoría en
su cuadro clínico, y que el día 10 de mayo de 2018 se procede a realizarle una
endoscopía digestiva alta, colonoscopía y biopsia, las cuales concluyen lo
siguiente: La Endoscopía Digestiva Alta concluye “Panendoscopia digestiva alta
normal”. Por su parte la Endoscopía Digestiva Baja arroja “úlcera de la válvula
ileocecal, colitis congestiva difusa y sugiere la posibilidad de enfermedad
inflamatoria intestinal”. Que finalmente, con fecha 23 de mayo de 2018, el Informe
de Biopsia concluye no encontrar elementos de malignidad y los hallazgos
morfológicos encontrados son sugerentes de enfermedad inflamatoria intestinal
que favorecen a colitis ulcerosa activa. Debido a esto, indica que inician un
tratamiento con Azulfidine oral, el cual señala que es un medicamento indicado en
todas las guías clínicas internacionales como primera línea de tratamiento en su
enfermedad, dándola de alta médica a la demandante con indicación de control
con gastroenteróloga.
Sostiene que con fecha 25 de mayo de 2018, la demandante concurre a
consulta con el Dr. Ferrada para mostrar su biopsia, la cual confirma diagnóstico
de colitis ulcerosa, no presentando signo alguno de alergia y se le indica control
con gastroenteróloga.
Explica que la reacción adversa descrita para Sulfasalazina se clasifican
como idiosincráticas, tales como reacciones cutáneas y en algunas ocasiones
necrólisis epidérmica toxica y Síndrome Stevens Johnson, y efectos secundarios
SGHVXCPMXHL

relacionados con la dosis. Argumenta que el caso de la demandante, se trataría de


una reacción adversa descrita como, idiosincrática, por lo que es difícil de prever y
se maneja con la suspensión del medicamento. Que, en ese sentido, sostiene que
la definición de reacción idiosincrática a drogas (IDR) es una clasificación validada
en toda literatura disponible relacionada a Hipersensibilidad a drogas, se refiere a
una reacción impredecible que se observa en un cierto porcentaje de la población
en respuesta a un tratamiento o medicamento. Las reacciones farmacológicas
idiosincráticas, indica que son una causa importante de morbilidad y mortalidad
para los pacientes; también aumentan notablemente la incertidumbre del
desarrollo de fármacos. Indica que los objetivos principales son la piel, el hígado y
la médula ósea, y que las características clínicas sugieren que están mediadas por
el sistema inmune, y existe evidencia sustancial de que la mayoría, pero no todas,
son causadas por especies químicamente reactivas.
Continua relatando que la demandante, como bien señala en su libelo, es
tratada por otros especialistas de otros centros médicos y que exceden de lo que
su representada puede tener conocimiento y control respecto a cualquier tipo de
indicación y/o intervención que la actora pudiere haber recibido.
Señala que a la demandante se le realizaron todos los exámenes de
acuerdo al protocolo médico respecto de este tipo de enfermedades o
sintomatología. La demandada y médicos tratantes, dependientes de su
representada, cumplieron en todo momento con la lex artis, y que cualquier
circunstancia o hecho señalado en la demanda, y que sean distintos a los
descritos precedentemente, son controvertidos expresamente.
Manifiesta que el actor elude que no puede deducir en forma autónoma
demanda de indemnización de perjuicios, sin que se ejerza previa o
conjuntamente la acción de resolución o cumplimiento, conforme lo dispuesto en el
artículo 1489 del Código Civil, con la especial aplicación del artículo 1553 del
ramo, negando que se trate de una obligación de hacer.
Considera que para poder establecerse una eventual indemnización, es
condición sine qua non discutir si existió o no contrato entre las partes, la
naturaleza de la obligación supuestamente contraída, la forma como se habría
incumplido ésta, los perjuicios previstos y previsibles al momento de contratar, su
existencia y monto, todo sólo si se acredita la existencia del contrato entre las
partes.
Que en subsidio de lo anterior, alega la inexistencia de responsabilidad
contractual de la demandada, quien habría actuado de forma diligente, sin que
pueda establecerse una relación de causalidad entre la acción y los supuestos
perjuicios sufridos por el demandante, cumpliéndose todos los protocolos médicos,
SGHVXCPMXHL

reglamentarios y legales existentes.


Que en subsidio de lo anterior, para el evento que se determine que a su
representada le cabe algún tipo de responsabilidad, solicita se rechace el daño
emergente y moral o se rebaje prudencialmente, el que debe ser acreditado por
los medios legales de prueba, citando doctrina al efecto, estimando que no puede
el juez presumir el perjuicio moral, conforme lo dispuesto en el artículo 160 del
Código de Procedimiento Civil.
Alega que la actora no ha proporcionado antecedente alguno, mucho
menos documentos suficientes para acreditar el daño emergente alegado, ni en
cuanto a su procedencia, ni en cuanto al monto, no señala de qué manera logra
efectuar el cálculo y llegar a dicha cantidad de dinero, haciendo referencia
únicamente a un monto único y total $12.601.832, careciendo la suma demandada
en forma absoluta de la certidumbre necesaria, por lo cual resulta completamente
improcedente. Que en subsidio, solicita la rebaja prudencial por cuanto la suma es
artificiosa y excesiva.
Continúa citando doctrina, manifestando que la cantidad reclamada es
exagerada para el daño alegado, en relación con la práctica jurisprudencial, dado
que la responsabilidad civil no puede ser fuente de enriquecimiento sino una
estricta indemnización satisfactoria de los perjuicios causados, reemplazando
mediante el dinero el bien o valor destruido.
Que en cuanto a reajustes e intereses, expresa deben aplicarse desde la
fecha que se constituya el derecho a favor del demandante por fallo ejecutoriado,
desde que antes es una mera expectativa que no puede generar reajustes e
intereses, ya que de lo contrario, el sólo hecho de defenderse frente a
pretensiones desmedidas obraría en contra del demandado al durar más el
proceso, solicitando igualmente que no se condene en costas, ya que hay motivo
más que plausible para litigar y exigir al actor que acredite todo lo que ha
sostenido, en especial el daño alegado.
Concluye solicitando se tenga por contestada la demanda de autos,
solicitando su total rechazo por no haberse solicitado la resolución o el
cumplimiento forzado del contrato como requisito previo o al menos conjuntamente
para demandar indemnización; en subsidio, se rechace por inexistencia de
responsabilidad contractual; en subsidio de lo anterior, se rechace el daño
patrimonial y moral o se rebaje prudencialmente, se niegue lugar a las costas de la
causa y que para el evento de disponer alguna indemnización, se apliquen
reajustes e intereses sólo desde que el fallo quede ejecutoriado.
Que al otrosí de su presentación contestó la demanda subsidiaria de
indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual, solicitando su
SGHVXCPMXHL

rechazo, con costas.


Reitera los hechos expuestos en su contestación principal, agregando que
existe incompatibilidad en las acciones ejercidas, sin que se exprese con claridad
cuál es la relación jurídica o fáctica que existiría entre las partes.
Hace presente la regulación de la responsabilidad extracontractual en el
título XXXV del Código Civil, presentándose la responsabilidad solidaria en el caso
del articulo 2317 sólo si se cumplen ciertos requisitos, debiendo existir una acción
u omisión de dos o más personas, existiendo una relación de causalidad entre la
acción u omisión y el daño, con las excepciones de los artículos 2322 y 2328, o
sea, tratándose de hechos donde exista responsabilidad por el hecho propio.
Destaca que el Código Civil establece varias formas de responsabilidad,
propia y personal, de un tercero ajeno al responsable pero dependientes, y de
cosas, sin que el demandante señale que tipo de responsabilidad extracontractual
reclama y ejerce acciones que son distintas e incompatibles entre sí.
Que en subsidio alega la inexistencia de responsabilidad extracontractual
del demandado y de nexo causal, quien actuó de manera diligente, cumpliendo
con todos los protocolos médicos, reglamentarios y legales existentes, cumpliendo
a cabalidad la lex artis.
Que en subsidio de lo anterior, solicita se rechace el daño patrimonial y
moral o se rebaje prudencialmente, fundado en que este daño debe acreditarse
con los medios legales de prueba consagrados en el ordenamiento jurídico, sin
que pueda presumirse, citando doctrina al efecto. Considera que la cantidad
reclama es exagerada para el daño alegado en relación a la práctica
jurisprudencial.
Que en cuanto a reajustes e intereses, expresa deben aplicarse desde la
fecha que se constituya el derecho a favor del demandante por fallo ejecutoriado,
desde que antes es una mera expectativa que no puede generar reajustes e
intereses, ya que de lo contrario, el sólo hecho de defenderse frente a
pretensiones desmedidas obraría en contra del demandado al durar más el
proceso, solicitando igualmente que no se condene en costas, ya que hay motivo
más que plausible para litigar y exigir al actor que acredite todo lo que ha
sostenido, en especial el daño alegado.
Concluye solicitando se tenga por contestada la demanda subsidiaria,
solicitando su total rechazo por haberse ejercido acciones incompatibles entre sí;
en subsidio, se rechace por inexistencia de responsabilidad extracontractual; en
subsidio de lo anterior, se rechace el daño moral o se rebaje prudencialmente, se
SGHVXCPMXHL

niegue lugar a las costas de la causa y que para el evento de disponer alguna
indemnización, se apliquen reajustes e intereses sólo desde que el fallo quede
ejecutoriado, con costas.
Que con fecha 02 de noviembre de 2020, la parte demandante evacuó el
traslado de la réplica de la demanda por responsabilidad contractual, ratificando
sus hechos expuestos en su demanda principal y subsidiaria.
Sostiene que la narración de la demandada es vaga y absolutamente
insuficiente para sustentar la opuesta. Indica que no se hace cargo la demandada
de explicar las decisiones asistenciales que se tomaron en la atención de doña
Carolina; tampoco contienen antecedente ni razón alguna acerca de su
oportunidad; no se desarrolla ningún argumento ni científico ni lógico que permita
justificar la conducta desplegada por el equipo médico que la atendió y de quienes
estuvieron a cargo de su atención y vigilancia. Se afirma que la atención fue
diligente y oportuna, pero no señalan porqué, pese a confesar tener “vasta
experiencia” en el tratamiento de la patología que afectó a la demandante.
La contraria señala haber actuado de conformidad con los “procedimientos
actualmente vigentes” o “lex artis” sin siquiera señalar cuáles son dichos
procedimientos, sólo una serie de exámenes, copiando y pegando lo que consta
en la ficha clínica de su representada.
Hace presente que la demanda reconoce que se indicó tratamiento con un
medicamento al cual tiene reacción alérgica severa, situación que fue indicada por
su representada al llenar los formularios de ingreso a la urgencia y al momento de
hospitalizarse.
Indica no ser efectivo que la reacción adversa de su representada fuese
debido a idiosincrásicas, toda vez que estas se producen cuando no se tiene
conocimiento de una posible reacción, sin embargo, desde el primer día de
ingreso de mi representada a las dependencias de la demandada se indicó las
alergias, dentro de las cuales se encuentran las sulfas, lo cual es imposible que
sea dicha reacción sea por condiciones de mi representada, si no que por un error
del equipo médico, el cual debiese conocer e identificar de forma correcta los
fármacos a suministrar frente a una situación de un paciente.
Refiere que si su parte no hubiese concurrido a una clínica privada de
Santiago, hubiese provocado más consecuencias adversas en la integridad física
y sicológica de mi representada o la muerte, por lo que no puede la contraria
excusarse en que por el hecho que su representada se dirigió a otro centro
médico, el equipo de “especialistas” de la Clínica Puerto Varas no es responsable
de las consecuencias provocadas en la integridad física y sicológica de su
representada de por vida.
SGHVXCPMXHL

Que en cuanto al derecho invocad, sostiene que es imposible pedir la


resolución o el cumplimiento forzado del contrato, dado que la contraria al hacerlo
no resolvería nada a estas alturas. Que el cumplimiento forzado de la naturaleza
de estos contratos, implicarían volver el tiempo atrás, lo cual por lo menos esta
parte desconoce cómo hacerlo, más si se trata de la vida de una persona.
Destaca que el shock alérgico que provocó las consecuencias en la
integridad física y sicológica de su representada, fue provocado sólo y
absolutamente por la negligencia del equipo médico de la demandada.
Que en cuanto a los daños demandados, refiere que se probaran
oportunamente al contar con la prueba suficiente para poder acreditarlo, reiterando
cada uno de los perjuicios demandados y sus montos.
Sostiene que no podemos olvidar que su vida cambio por siempre,
dejándola sin posibilidad de desarrollarse como profesional y como persona
normal en su cotidianidad, por lo que es bastante irresponsable por parte de la
contraria señalar una acusación sobre enriquecimiento en estos autos.
Que a otrosí de su presentación evacúa la réplica de la demanda de
indemnización por responsabilidad extracontractual, reiterando su demanda en
todas sus partes.
Afirma que la contraria no se hace cargo de explicar las decisiones
asistenciales que se tomaron en la atención de doña Carolina, las que solo se
describen parcialmente, no se contienen antecedentes ni razón alguna de acerca
de su oportunidad; no se desarrolla ningún argumento ni científico ni lógico que
permita justificar la conducta desplegada por el equipo médico que la atendió y de
quienes estuvieron a cargo de su atención y vigilancia, reiterando las mismas
alegaciones presentadas a lo principal de su escrito.
Agrega que no existe incompatibilidad en las acciones opuestas, lo cual
dependerá de lo que se resuelva según los antecedentes que se cuente al
momento oportuno en autos de resolver por una u otra.
Que con fecha 10 de noviembre de 2020, la parte demandada evacúa la
dúplica de su contestación de la demanda de indemnización de perjuicios por
responsabilidad contractual, solicitando se tengan por reproducidas todas las
alegaciones y defensas de hecho y de derecho presentadas en su contestación.
Niega y controvierte las circunstancias que el demandante, pretende a
través de su réplica, dar por acreditadas, sin tener en consideración que aquello
es precisamente materia de prueba en la oportunidad procesal correspondiente.
Manifiesta que todas las circunstancias que se indican en el primer párrafo
de la réplica, constituyen más bien aspectos netamente correspondientes al
período de prueba, donde efectivamente su representada acreditará lo que
SGHVXCPMXHL

legalmente le corresponda acreditar, limitándose el escrito de contestación a


enmarcar la defensa esgrimida y los aspectos que serán materia de controversia.
Alega que su representada en todo momento efectuó los procedimientos
que correspondían, de los cuales sí efectivamente se ha desarrollado en la
contestación. En todas las intervenciones y atenciones se ha dado cumplimiento a
la lex artis, todo lo cual se acreditará en su oportunidad.
Indica que no ha sido su intención excusarse o desviar la atención como
esboza la demandante, sino que todos los argumentos tienen por objeto dejar en
claro la verdad de lo ocurrido y esclarecer los hechos.
Reitera que la demandante procedió a tratarse con una diversidad de
especialistas de otros centros médicos, y que exceden de lo que su representada
puede tener conocimiento y control respecto a cualquier tipo de indicación y/o
intervención que la actora pudiere haber recibido.
Considera que existe una imposibilidad material de crear un vínculo causal
con los hechos materia de autos. El nexo es imposible y no tiene asidero ni
fundamento, ni en los hechos, ni en el Derecho, y que de acogerse la acción
traería como consecuencia la instauración de una responsabilidad sin culpa que la
ley no contempla.
Que en cuanto al daño, argumenta que constan efectivamente las
circunstancias alegadas y la demandante se limita a reiterar que su vida cambió
por siempre, todo lo cual necesariamente será materia de prueba.
Que al otrosí de su presentación, la parte demandada evacúa la dúplica de
su contestación de la demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad
extracontractual, solicitando se tengan por reproducidas todas las alegaciones y
defensas de hecho y de derecho presentadas en su contestación, reiterando sus
mismo planteamientos esgrimidos a lo principal de su escrito.
Que con fecha 18 de mayo de 2021 se efectuó el llamado a conciliación, sin
que prosperara.
Que con fecha 17 de agosto de 2021 se recibió la causa a prueba.
Que con fecha 01 de agosto de 2022 se citó a las partes a oír sentencia.
CONSIDERANDO:
I.- En cuanto a la tacha del testigo don Juan Pablo Hidalgo Hidalgo:
PRIMERO: Que en audiencia de fecha 11 de mayo de 2022, la parte
demandada tacho al testigo don Juan Pablo Hidalgo Hidalgo, por la causal del
artículo 358 N° 7 del Código de Procedimiento Civil, en consideración que el
testigo declaró ser la actual pareja de la demandante Carolina Palma, y a su juicio,
se cumplen los presupuestos de íntima amistad de la persona que lo presenta a
SGHVXCPMXHL

declarar. Que más allá que no se encuentren casados, el testigo ha señalado que
vive con la demandante y se cumple el presupuesto de relación y amistad íntima.
SEGUNDO: Que la parte demandante evacuó el traslado conferido,
señalando que si bien el testigo ha señalado ser pareja de Carolina, para los
efectos estratégicos de la probanza del daño moral resulta indispensable su
declaración, toda vez que es persona que mejor conoce del último periodo de la
afectación moral y patrimonial a los que se refieren los puntos de prueba.
TERCERO: Que teniendo en consideración que el Tribunal debe velar por
la búsqueda de, al menos, una verdad procesal, y los argumentos expuestos por
la parte demandante, rechazará la tacha y aceptara la declaración del testigo, sin
perjuicio del valor probatorio que se le asigne en su oportunidad.
II.- En cuanto al fondo del asunto:
CUARTO: Que, con fecha 08 de octubre de 2019, rectificada con fecha 08
de octubre de 2020, comparece don PABLO ALEJANDRO VALDÉS PÉREZ,
abogado, en representación doña CAROLINA FRANCESCA PALMA SOLIS,
cédula de identidad número 17.200.466-0 y de doña MONICA CARALINA SOLIS
SOLIS, cédula de identidad número 8.879.538-5, quien viene en interponer
demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual en contra
de la CLÍNICA PUERTO VARAS SPA, en continuidad de giro de la FUNDACION
HOSPITAL SAN JOSÉ DE PUERTO VARAS, solicitando que en definitiva sea
condenada al pago de $372.601.832, de los cuales $12.601.832 corresponden a
daño patrimonial, por concepto de daño moral de doña Carolina Palma la suma de
$300.000.000, y en cuanto a doña Mónica Solís Solís por concepto de daño moral
la suma de $60.000.000, o la suma que se estime pertinente conforme a derecho,
más los intereses y reajustes correspondientes, con expresa condena en costas,
fundado en los argumentos anotados en la parte expositiva de este fallo que se
dan por reproducidos.
Que al primer otrosí de su presentación, interpone demanda subsidiaria de
indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual en contra de la
demandada, ya individualizada. y en definitiva sea condenada al pago de
$372.601.832, de los cuales $12.601.832 corresponden a daño patrimonial, por
concepto de daño moral de doña Carolina Palma la suma de $300.000.000, Y
cuanto a doña Mónica Solís Solís por concepto de daño moral la suma de
$60.000.000, o la suma que se estime pertinente conforme a derecho, más los
intereses y reajustes correspondientes, con costas, fundado en los argumentos
anotados en la parte expositiva de este fallo que se dan por reproducidos.
QUINTO: Que la parte demandada contestó las demandas de
SGHVXCPMXHL

indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual, y subsidiaria de


indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual, solicitando su
rechazo, con costas, fundado en los argumentos anotados en la parte expositiva
de este fallo que se dan por reproducidos.
SEXTO: Que las partes evacuaron los traslados de la réplica y duplica, en
los términos anotados en la parte expositiva de este fallo.
SÉPTIMO: Que no habiéndose logrado conciliación, se recibió la causa a
prueba, fijándose como hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, los
siguientes: I. En cuanto a la demanda principal de responsabilidad contractual: 1.-
Efectividad de haberse celebrado un contrato médico entre doña Carolina
Francesca Palma Solid y la demandada de autos, en los términos que indica el
libelo. En la afirmativa, fecha, cláusulas, y obligaciones de cada una de las partes.
2. En la afirmativa, efectividad de haber incumplido el demandado con las
estipulaciones y condiciones del contrato celebrado, en especial, efectividad de
haber diagnosticado la demandada erróneamente una enfermedad crónica a la
demandante, y haberle indicado un tratamiento con medicamentos
contraindicados. Hechos y circunstancias que configuran el incumplimiento. 3.-
Efectividad de haber tomado conocimiento la demandada acerca de la alergia de
doña Carolina Francesca Palma Solís al medicamento aspirina. 4.- Efectividad de
haberse producido perjuicios por daño emergente y daño moral a las
demandantes, por el incumplimiento de la demandada, su monto y nexo causal.
II.- Respecto a la demanda subsidiaria de responsabilidad extracontractual: 5.-
Efectividad de haber diagnosticado la demandada erróneamente una enfermedad
crónica a la demandante, y haberle indicado un tratamiento con medicamentos
contraindicados. 6.- Efectividad de haber tomado conocimiento la demandada
acerca de la alergia de doña Carolina Francesca Palma Solís al medicamento
aspirina. 7.- Efectividad de haber actuado la demandada conforme a la lex artis
aplicable al caso concreto, en los términos aludidos en su contestación 8.-
Efectividad de haberse producido perjuicios a las demandantes, por daño
emergente y daño moral, derivados de los hechos enunciados en el punto N° 5, su
monto y nexo causal.
OCTAVO: Que la parte demandante acompaño la siguiente prueba:
I.- Documental: 1. Receta dato médico de urgencia número 799 de fecha 4
de mayo de 2018 de la Clinica Puerto Montt. (Pág 1-3) 2. Bono de atención
número 83086399 de fecha 4 de mayo de 2018 y comprobante pago (pág 4-5) 3.
Bono de atención número 83086397 y 83086398 de fechas 4 de mayo de 2018 y
comprobantes de pago (pág 6-8) 4. Informe e imágenes de examen tomografía
SGHVXCPMXHL

computada abdomen pelvis de fecha 4 de mayo de 2018 (pág 9-12) 5. Dato


Médico de Urgencia de fecha 5 de mayo de 2018 (pág 13-14) 6. Comprobante de
licencia médica, copia de solicitud de hospitalización y/o tratamiento número
3496086, licencia médica número 3 019890154-7, de fecha 5 de mayo de 2018
(Pág 15-17) 7. Boleta electronica número 76930 (pág 18) 8. Detalle cuenta
paciente urgencia número 22765 de fecha 5 de mayo de 2018 (pág 19-20) 9. Bono
de atención ambulatoria número 83094619 de fecha 5 de mayo de 2018 (pág 21)
10. Boleta electronica número 76924 (pág 22) 11. Registro de admisión número
862099 de fecha 7 de mayo de 2018 (pág 23-26) 12. Hoja de enfermería “Centro
de estudio enfermedades digestivas” de Clinica Puerto Varas de fecha 10 de mayo
de 2018 (Pág 27) 13. Ingreso de enfermería de Clínica Puerto Varas de fecha 7 de
mayo de 2018 (pág 28) 14. Historia y evolución clínica de Clínica Puerto Varas de
fechas 7, 8 y 11 de mayo de 2018 (pág 29-30) 15. Registro clínico de enfermería e
indicaciones médicas de Clínica Puerto Varas de fechas 7, 8, 9 y 10 de mayo de
2018 (pág 31-38) 16. Consentimiento informado endoscopia digestiva alta de
fecha 10 de mayo de 2018 de la Clínica Puerto Varas (pág 39-40) 17. Informe de
endoscopía digestiva alta de fecha 10 de mayo de 2018 emitido de la Clínica
Puerto Varas (pág 41-42) 18. Registro clínico de enfermería e indicaciones
médicas de Clínica Puerto Varas de fecha11 e mayo de 2018 (pág 43-44); 19.
Devolución efectos personales al alta de fecha 11 de mayo de 2018 (pág 45) 20.
Información alimentos prohibidos e indicación de régimen liviano de la Clínica
Puerto Varas (pág 46-49) 21. Epicrisis y carné de alta de fecha 11 de mayo de
2018 (pág 50) 22. Copia de Receta Salcobrand y boleta electrónica número
350873928 de fecha 15 de mayo de 2018 (pág 51) 23. Receta emitida por médico
Ferrada de fecha 11 de mayo de 2018 con indicación de medicamos permanentes
omeprazol y azulfidine (pág 52) 24. Bono de atención ambulatoria número
83114993 (pág 53) 25. Receta médica médico Quappe de fecha 31 de mayo de
2018 (pág 54) 26. Resultado exámenes de fecha 1 de junio de 2018 de BioNet
(pág 55-59) 27. Dato medico de urgencia de fecha 2 de junio de 2018 (pág 60-63)
28. Boleta salcobrand de fecha 2 de junio del año 2018 (pág 64) 29. Detalle de
cuenta paciente urgencia número 11501 (pág 65) 30. Boleta electrónica número
80461 de Clinica de Puerto Varas de fecha 2 de junio de 2018 y comprobante de
pago (pág 66) 31. Bono de atención ambulatoria número 83647490 y comprobante
de pago (pág 67-68) 32. Boleta electronica número 80451 (pág 69) 33. Dato
medico de urgencia de fecha 3 de junio del año 2018 (pág 70-72) 34. Licencia
médica número 56405505 de fecha 3 de junio de 2018 (pág 73) 35. Resultados
exámenes laboratorio clínico de Clínica de Puerto Varas (pág 74-76) 36. Registro
de admisión número 862467 (pág 77) 37. Certificado de opción de Modalidad de
SGHVXCPMXHL

Atención para pacientes Isapre de fecha 3 de junio de 2018 (pág 78) 38. Ingreso
de enfermería de fecha 3 de junio de 2018 (79-80) 39. Resultados exámenes
laboratorio clínico de Clínica de Puerto Varas (pág 81-84) 40. Historia y evolución
clínica de Clínica Puerto Varas de fechas 3 y 4 de junio de 2018 (pág 85-87 ) 41.
Registro clínico de enfermería e indicaciones de fecha 3 y 4 de junio de 2018 (pág
88-91) 42. Epicrisis y carné de alta de fecha 4 de junio de 2018 (pág 92-93) 43.
Receta médica de la Clinica Puerto Varas emitida por Rene Portus (pág 94) 44.
Devolución efectos personales al alta de fecha 4 de junio de 2018 (pág 95) 45.
Detalle cuenta admisión número 862467 de fecha 15 de junio de 2018 (pág 96-97)
46. Comprobante pago a la Clinica de Puerto Varas y solicitud de hospitalización
y/o tratamiento número 3680216 de fecha 15 de junio de 2018 (pág 98) 47.
Formulario de solicitud de ficha clínica de fecha 15 de junio de 2018 (pág 99) 48.
Cadena de correos entre mi representada y y Waldo Gutiérrez Torres, químico
farmacéutico de fecha 13 de junio de 2018 (101-102) 49. Folleto de información al
profesional del fármaco Azulfidine registro ISP N° F-10714/06 (103-110) 50.
Formulario FDA Azulfidine emitido por Pfizer (pág 111-131) 51. Abstrac reacciones
medicamentos severas- Steven Johnson efectuado por Dr. Mauricio Torres
Pradilla: Dermatólogo Hospital de San José. (pág 132-138); 52. Licencia médica
número 3 021301871-k (pág 139-140) 53. Bono de atención ambulatoria número
84616476 y comprobante de pago (pág 141-142) 54. Resultado examenes
laboratorio Biomed de fecha 8 de enero de 2019 (pág 143-153) 55. Informe
Biopsia del Instituto de Patología Austral Puerto Montt de fecha 23 de mayo de
2018 (pág 154) 56. Epicrisis de fecha 13 de junio de 2018 emitido por médico Juan
Carlos Rodríguez Tapia, Hospital Clínico Universidad Catolica, Santiago, Red de
salud UC-Christus (pág 155-158) 57. Informe Biopsia número 721764 Hospital
Clínico Universidad Catolica, Santiago, Red de salud UC-Christus (pág 159) 58.
Epicrisis y carné de alta de fecha 11 de mayo de 2018 (pág 160) 59. Informe de
endoscopia digestiva baja y alta de fecha 10 de mayo de 2018 en Clinica Puerto
Varas (pág 161-162) 60. Examen laboratorio clínico Red de Salud Uc-Christus de
fecha 6 de junio de 2018 (pág 162-163) 61. Formulario de denuncio de siniestros
número 1806200606 Banco Estado de fecha 20 de junio de 2018 (pág 165), todos
digitalizados a folio 51; 62. Boleta Salcobrand de fecha 6 de septiembre de 2018
(pág 1). 63. Tarjeta de Embarque de fecha 5 de junio de 2018 de empresa Jet
Smart (pág 2). 64. Solicitud de hospitalización e informe de examen físico de
Hospital Clínico Universidad Católica, Santiago, Red de salud UC-Christus de
fecha 6 de junio de 2018 (pág 3-6). 65. Informe Biopsia número 721764 de fecha 7
de junio de 2018 (pág 7). 66. Cuidados posteriores al alta (epicrisis adulto) de
Hospital Clínico Universidad Católica, Santiago, Red de salud UC-Christus de
SGHVXCPMXHL

fecha 13 de junio de 2018 (pág 10). 67. Licencia médica número 38365752 de
fecha 8 de junio de 2018 (pág 11). 68. Epicrisis de de Hospital Clínico Universidad
Catolica, Santiago, Red de salud UC-Christus de fecha 13 de junio de 2018 (pág
12-15). 69. Recetas médicas y boletas de los fármacos indicados de Salcobrand y
Knop de fecha 8, 11, 13 y 15 de junio de 2018 (pág 16-23). 70. Comprobante de
reserva hora medica oftalmológica de fecha 11 de junio de 2018 (pág 24). 71.
Bono de atención ambulatoria número 83935503, detalle de cuenta y comprobante
de caja 0002537661 y comprobante de pago (pág 25-27). 72. Orden médica
emitida por medico Grau Diez (pág 28). 73. Comprobante de reserva hora medica
dermatología de fecha 21 de junio de 2018 (pág 29). 74. Comprobante y licencia
médica electrónica número 3020642691-8 de fecha 23 de junio de 2018 (pág 30-
31). 75. Comprobantes de pago efectuados a Isapre Colmena Puerto Montt fecha
11 de julio de 2018 (pág 32-35). 76. Boleta Pontificia Universidad Catolica de Chile
número 7142061 de fecha 9 de julio de 2018 y comprobante de pago (pág 37-38).
77. Comprobante de solicitud de reembolso de gastos médicos Isapre Colmena
número 7816112 y 8139630 de fecha 11 de julio de 2018 (pág 39). 78. Orden
médica emitida por medico Roberto Candia de Hospital Clínico Universidad
Católica, Santiago, Red de salud UC-Christus (pág 40). 79. Orden médica emitida
por medico Arturo Grau de Hospital Clínico Universidad Católica, Santiago, Red de
salud UC-Christus de fecha 9 de julio de 2018 y boletas por medicamentos
indicados (pág 41-43). 80. Comprobante de solicitud de reembolso de gastos
médicos Isapre Colmena número 84417561 de fecha 11 de julio de 2018 (pág 44)
81. Solicitud de reembolso de gastos médicos número 30953220 Vida Security de
fecha 5 de junio de 2018 y epiciris ya indicada, pero fue documento anexo de
dicha solicitud (pág 45-49). 82. Resumen y detalle de Prefectura de Hospital
Clínico Universidad Católica, Santiago, Red de salud UC-Christus (pág 50-57). 83.
Solicitud de tratamiento Isapre Colmena número 3339609 (pág 58). 84. Boleta
electrónica número 542259 e informe de cuenta al paciente de Asomeduc (pág 59-
61). 85. Solicitud de reembolso gastos médicos Vida Security número 8139630
(pág 62-64). 86. Copia Evolución Médica de Hospital Clínico Universidad Catolica,
Santiago, Red de salud UC-Christus de la demandante (pág 65-135), todos
digitalizados a folio 52; 87. Informe Oftalmología de Carolina Palma de fecha 28
de octubre de 2019. 88. Informe psiquiatría de Carolina Palma de fecha 15 de
marzo de 2021. 89. Certificado Acupuntura de Carolina Palma de fecha 11 de julio
de 2021. 90. Informe Médico de Monica Solís de fecha 16 de agosto de 2021. 91.
Certificado psiquiatría de Carolina Palma de fecha 3 de octubre de 2021. 92.
Certificado psiquiatría de Carolina Palma de fecha 13 de septiembre de 2021. 93.
Informe Psicológico de Carolina Palma de fecha 31 de mayo de 2021. 94.
SGHVXCPMXHL

Renuncia voluntaria de Carolina Palma de fecha 3 de septiembre de 2018, todos


digitalizados a folio 53.
II.- Testimonial: Que con fecha 11 de mayo de 2022 se recibió la
declaración de los siguientes testigos: 1.- Rodolfo Esteban Cabezas Pérez, Run.
17.035.027-8; 2.- Escarlett Romina Igor Vargas, Run. 18.734.462-k; 3.- Betsy
Lorena Dazarola Ortiz, Run. 16.632.270-7; 4.- Juan Pablo Hidalgo Hidalgo, Run.
25.398.780-4; 5.- Lizbeth Alejandro Burgos Villarroel, Run., 17.299.041-k.
NOVENO: Que la parte demandada acompaño la siguiente prueba:
I.- Documental: 1. Ficha Clínica correspondiente a Carolina Francesca
Palma Solis. 2. Reclamo N°2202, efectuado por Carolina Francesca Palma Solis,
con fecha 4 de junio de 2018. 3. Respuesta Reclamo N°2202, de 22 de junio de
2018, efectuada por el Dr. Ricardo Villarroel Raggi, digitalizados a folio 59.
DÉCIMO: Que corresponde pronunciarse sobre la demanda de
indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual, para lo cual habrá
que decir que se advierte del escrito de contestación de la demanda, que la parte
demandada no controvierte sustancialmente la ocurrencia de los hechos
invocados en el libelo, en relación a las atenciones brindadas a la demandante
doña Carolina Palma Solis, sino que más bien encamina sus defensas en explicar
la ritualidad de los procedimientos aplicados y que no se configuraría
responsabilidad en su actuar.
UNDÉCIMO: Que teniendo en consideración lo anterior, y en mérito de la
documental acompañada por ambas partes, no objetada, se pueden establecer los
siguientes hechos de relevancia para efectos de resolver la presente causa:
1.- Que el día 05 de mayo de 2018, doña Carolina Palma Solis, de 29 años
de edad, ingresó al servicio de urgencias de la Clínica Puerto Varas por dolor
abdominal y diarrea, siendo diagnosticada con “diarrea y gastroenteritis de
presunto origen infeccioso”, siendo dada de alta el mismo día con una licencia de
5 días.
Que desde su ingreso a la clínica, doña Carolina Palma Solis informó que
presentaba alergia al medicamento aspirina, como consta en el siguiente
SGHVXCPMXHL
documento acompañado por la parte demandante:

2.- Que el día 07 de mayo de 2018, doña Carolina Palma Solis reingresa al
servicio de urgencias de la Clínica Puerto Varas, presentando taquicardia, pálida y
lengua saburral, siendo hospitalizada.
Que el Dr. Omar Ferrada, dependiente de la aludida clínica, ordenó realizar
una endoscopía digestiva alta, colonoscopía y biopsia.
Que durante la hospitalización, Clínica Puerto Varas siempre estuvo en
conocimiento de que doña Carolina Palma Solis tenía alergia al medicamento
aspirina, como consta en el documento “dato médico de urgencia” y “hoja de
enfermería” de la ficha clínica:
SGHVXCPMXHL
3.- Que siendo diagnosticada de una enfermedad inflamatoria intestinal,
“COLITIS ULCEROSA”, doña Carolina Palma Solis es dada de alta el 11 de mayo
de 2018, ordenándose por el Dr. Omar Ferrada el suministro de medicamento
Azulfidine (sulfasalazina) oral 2 comprimidos de 500 grs cada 8 horas, y
Omeprazol, como consta en epicrisis y carné de alta que forma parte de la ficha
clínica:

SGHVXCPMXHL
4.- Que con fecha 31 de mayo de 2018, doña Carolina Palma Solis visita al
Dr. Germán Quappe por molestias oculares y cuerpos ajenos en los parpados
superiores de ambos ojos, quien le ordena el suministro del medicamente Brevex
5.- Que con fecha 02 de junio de 2018, doña Carolina Palma Solis reingresa
al servicio de urgencias de la Clínica Puerto Varas por dolor en el cuerpo, y con
ambos ojos inflamados, siendo diagnosticada con “RAM” (reacción alérgica
medicamento), siendo dada de alta el mismo día.
En esta oportunidad se mantiene el conocimiento de la Clínica, en cuanto a
la alergia de doña Carolina Palma Solis al medicamento aspirina, como consta del
SGHVXCPMXHL

documento “dato médico de urgencia” acompañado por la actora:


SGHVXCPMXHL
6.- Que el día 03 de junio de 2018, doña Carolina Palma Solis reingresa al
servicio de urgencias de la Clínica Puerto Varas por mantener sus dolencias,
consistentes en paladar con múltiples lesiones ulcerosas, labios con aumento de
volumen, lesiones papulares dispersas en abdomen, dorso y extremidades, y
algunas lesiones purpusicas, siendo hospitalizada por “Vasculitis limitada a la piel”.
Que al ser ingresada al servicio, la anamnesis consiga lo siguiente:
Paciente con antecedente de vasculitis a los 4 años secundario a uso de aspirina.
Hace 2 semanas inicio azulfidine por diagnóstico de colitis ulcerosa. Paciente
evoluciono con lesiones en piel. Hace 48 hrs tomo Brevex (2 comprimidos, 1por
SGHVXCPMXHL

noche) y ayer consulto por aumento de lesiones en piel, como consta en el


documento “dato médico de urgencia”:
En esta oportunidad es atendida por el Médico Dr. Rene Hernán Valdivia
Portus, dependiente de la clínica Puerto Varas, quien consigna la siguiente
evolución de la paciente: “cursando cuadro de RAM con papulas edemalabial y
mucositis, además conjuntivitis purpulenta. Cedio a tto corticoideayer. Ex con
edema labial-lesiones mucosa oral con eulceras. Cardiopulmonar normal sin
sibilancias. Lesiones papulares pequeñas diseminadas”, como consta del mismo
documento antes aludido:
SGHVXCPMXHL
Fue dada de alta al día siguiente con 5 días de licencia médica.
7.- Que el día 05 de junio de 2018, doña Carolina Palma Solis ingresa al
servicio de urgencias del Hospital Clínico de la Universidad Católica de Santiago,
presentando los siguientes síntomas: labios eritematosos, descamados, mucosa
oral y encías inflamadas, con lesiones blanquecinas/descamadas. En la piel,
lesiones petequiales confluentes difusas.
Que siendo atendida en la madrigada del día 06 de junio de 2018, se le
hospitalizada por diagnóstico de colitis ulcerosa y síndrome de Steven Johnson
(RAM), como consta en escrito “solicitud de hospitalización” acompañado por la
actora:
SGHVXCPMXHL
Que debido al estado de doña Carolina Palma Solis, se le ingresa a la
unidad de tratamiento intensivo, ordenándose una biopsia de piel, y sometiéndose
en los días siguientes a consultas de cardiólogo, dermatólogo y oftalmólogo,
Los resultados de esta biopsia constan en informe N° 721764 de fecha 07
de junio de 2018, dando los siguientes resultados:

8.- Que de acuerdo a documental emitida por la Clínica de la Universidad


Católica, no objetada, se desprende que el tratamiento indicado a doña Carolina
Palma Solis durante su hospitalización obedeció a un diagnóstico de reacción
advera a fármaco, específicamente al medicamento “Sulfan”, como consta a
continuación:
SGHVXCPMXHL
9.- Que doña Carolina Palma Solis fue dada de alta el 13 de junio de 2018,
explicándose en la epicrisis la siguiente evolución, medicamentos, terapia y
diagnóstico de egreso:

SGHVXCPMXHL
Además, se ordenó la suspensión indefinida del fármaco Azulfidine,
como consta en el mismo documento:

DUODÉCIMO: Que en cuanto a la existencia contractual entre la


demandante doña Carolina Palma Solis y la clínica demandada, habrá que señalar
que las partes en sus respectivos escritos de la etapa de discusión estuvieron de
acuerdo en fijar la controversia en sede contractual (ya que la demandada alega
la inexistencia de responsabilidad de su parte, señalando que actuó de forma
diligente, sin que pueda establecerse una relación de causalidad entre la acción y
los supuestos perjuicios sufridos por el demandante.) Lo que en consecuencia
determinará la pertinencia y los requisitos de fondo aplicables a la acción
planteada, así como en su caso el onus probandi y plazos para hacer valer la
pretensión. Cabe consignar, además, que el contrato de prestación de servicios
médicos no requiere formalidades legales, siendo de naturaleza consensual como
en la generalidad de los contratos que admite el Derecho, bastando así, para que
se forme y produzca sus efectos, la existencia de un acuerdo entre el prestador y
el receptor de dichos servicios, el cual se prueba además, del ya aludido Dato
Médico de Urgencia.
Que respecto de la demandada doña Mónica Solis Solis, en su libelo no se
refiere a ningún vínculo contractual en relación a ella, lo cual consta, además,
conforme al mérito de la prueba rendida. En dicha virtud, esta acción impetrada no
puede aplicarse respecto de ella, por cuanto no reúne el vínculo contractual
necesario para con la demandada, por lo que se rechazará desde ya su pretensión
indemnizatoria en esta sede, como se dirá en lo resolutivo.
DÉCIMO TERCERO: Dicho lo anterior, es necesario resolver aquella
alegación de la demandada, en cuanto a que la actora no puede deducir en forma
autónoma demanda de indemnización de perjuicios, sin que se ejerza previa o
conjuntamente la acción de resolución o cumplimiento, conforme lo dispuesto en el
artículo 1489 del Código Civil.
Que al efecto, el Tribunal hará suyas las argumentaciones que se
encuentran en la réplica en esta materia, por cuanto tanto la doctrina como la
actual jurisprudencia de los Tribunales están contestes en que los demandantes
con la finalidad de pretender satisfacer los daños ocasionados por un supuesto
SGHVXCPMXHL

incumplimiento, pueden utilizar este remedio contractual en forma independiente,


máxime si este caso no resulta inaplicable una resolución o cumplimiento forzado.
Que en este sentido, la Excma. Corte Suprema ha declarado respecto a la
independencia de una acción indemnizatoria en sede contractual, que “ante la
entidad independiente que la ley prevé en general, no existen razones para
vincularla de manera determinante con cada una de aquellas acciones de
resolución y cumplimiento, como tampoco para entenderla accesoria a las
mismas. Y es que no debemos olvidar que en la responsabilidad contractual, la
indemnización cumple la función de colocar al acreedor en la misma posición
económica que tendría de haberse cumplido el contrato y es así como cobra
sentido la mención al "cumplimiento por equivalencia"…” (Rol N° 8596-2018,
consd. 11°)
DÉCIMO CUARTO: Que a su turno, quedará asentado que los médicos don
Omar Ferrada y don Rene Hernan Portus Valdivia, efectuaron atenciones médicas
a la demandante Carolina Palma Solis en su calidad de dependientes de la
demandada Clínica Puerto Varas, desde que tal aspecto no fue controvertido en la
contestación de la demanda, y no se observa de la prueba rendida un vínculo
jurídico distinto.
DÉCIMO QUINTO: Que con los hechos asentados, resulta necesario
precisar el incumplimiento culpable que se le imputa a la clínica por parte del
demandante, aludiendo literalmente la actora que:
“El médico don Omar Ferrada, el dependiente y/o prestador de servicios de
la Clínica Puerto Varas, erróneamente diagnosticó una enfermedad crónica que no
tenía mi representada e indico un tratamiento en base a un medicamento
contraindicado para alérgicos a la aspirina, no realizó exámenes de sangre cada
dos semanas, y tampoco informó a mi representada, ni a su madre ni a su pareja,
sobre los efectos adversos del uso del medicamento, indicando 3 gramos diarios
en 3 dosis, siendo una dosis muy alta desde el principio, siendo que los estudios
farmacológicos especializados señalan que el máximo que puede indicarse son 2
gramos diarios, tal como se demostrara en autos.
En el mismo sentido, el dependiente y/o prestador de servicios de la Clínica
Puerto Varas, el médico don Rene Hernan Portus Valdivia, diagnosticó una
vasculitis limitada a la piel y conjuntivitis provocada por el uso del antinflamatorio
Brevex, sin considerar que se trataba de un Síndrome de Steven Johnson,
enfermedad con alta tasa de mortalidad y secuelas graves y que fue provocado
por el uso de Sulfasalazina, insistiendo en que mi representada debía continuar
con dicho tratamiento.”
SGHVXCPMXHL

Que para analizar la efectividad de los hechos imputados a la demandada,


debe traerse a colación que es un hecho indubitado, como quedara asentado en el
considerando 11° de este fallo, que la propia paciente informó desde su primera
atención en las dependencias de la demandada, que presentaba alergia al
medicamento Aspirina.
DÉCIMO SEXTO: Que establecida la relación contractual entre doña
Carolina Palma Solis y la clínica Puerto Varas, debe determinarse el contenido de
dicho vínculo, para lo cual se tendrá presente la opinión vertida por el profesor don
Carlos Pizarro Wilson, en el libro “ Responsabilidad Civil Médica”, Editorial
Thomson Reuters, año 2017, página 25,26: “El contenido de la relación médico-
paciente, queda determinado por el legislador, mediante la introducción de
deberes específicos a cargo del médico y por otra, por la obligación de sujetarse a
la lex artis, recipiente fundamental de las obligaciones y deberes a cargo de los
médicos”. Pág 27, En el ámbito del contrato médico, o tratándose de prestaciones
médicas, la seguridad del paciente constituye un elemento especial de interés. Se
refiere el artículo 4° (Ley 20.584) a los protocolos establecidos en materia de
seguridad del paciente y calidad de la atención de salud. Aquí es interesante
referirse a la irrupción de la obligación de seguridad”.
Sigue el mismo autor declarando que “Si hay un desajuste entre el actuar y
lo que se esperase deba ejecutar, habrá culpa, y por ende, si hubiese daño, se
desencadena la responsabilidad. Aun mas, hemos propuesto que, al igual que en
todas las obligaciones contractuales, el acreedor, en este caso, el paciente, debe
acreditar la relación médico-paciente y alegar el incumplimiento, siendo el médico-
deudor- quien conforme al artículo 1547 inciso 3° debe desplegar el esfuerzo
probatorio para acreditar que se ajustó a la lex artis o que cumplió el deber
imperativo del legislador, lo que conlleva la prueba del cumplimiento de la
obligación y, por ende, a la ausencia de responsabilidad.” (Ídem, p 75).
Que entonces, procede determinar si las conductas desplegadas por la
demandada (a través de sus médicos dependientes) pueden ser calificadas como
contrarias a lo que podría esperarse razonablemente de un profesional médico, en
las mismas condiciones experimentadas por la actora.
DÉCIMO SÉPTIMO: Que como se dijera previamente, dentro de las
obligaciones que debe cumplir el profesional médico se encuentra el contenido
imperativo que contempla el legislador, y en este caso, las normas de la Ley N°
20.584 que regula los derechos y deberes que tienen las personas en relación
acciones vinculadas a su atención de salud. Dicha normativa establece en su
artículo 4, la denominada “obligación de seguridad” para el prestador de salud, con
el correlativo derecho de todo paciente a recibir una atención que cumpla con las
SGHVXCPMXHL

normas vigentes en el país, y con los protocolos establecidos , en materia de


seguridad del paciente y calidad de la atención de salud, referentes a materias
tales como infecciones intrahospitalarias, identificación y accidentabilidad de los
pacientes, errores en la atención de salud y, en general, todos aquellos eventos
adversos evitables según las prácticas comúnmente aceptadas.
Que en la misma línea, La norma N° 1 denominada “Establece protocolos y
normas sobre seguridad del paciente y calidad de la atención para ser aplicados
por los prestador institucionales públicos y privados”, refiere que “la seguridad de
la atención en salud es un proceso que se centra en el conocimiento de los
riesgos de eventos adversos tanto del prestador institucional, prestador individual
y del usuario, la eliminación de los innecesarios y la prevención de aquellos que
son evitables a través de intervenciones basadas en evidencia científica con
demostrada efectividad”.
Que conforme los hechos de la causa, no hay prueba idónea que permita
configurar el cumplimiento de su obligación por parte de la institución demandada,
quien al asumir el ejercicio de una actividad que por su sola naturaleza deviene en
riesgosa, comprometiendo la vida e integridad física y psíquica de las personas, se
obliga a adoptar cualquier medida que elimine, o al menos, contenga o minimice,
los factores de riesgo propios de la actividad médica, dentro de un parámetro de
evitabilidad según las prácticas comúnmente aceptadas, de acuerdo al propio
texto legal.
DÉCIMO OCTAVO: Que además, resulta de sentido común que no se le
puede suministrar a una persona un medicamento del cual es alérgico, siendo
totalmente esperable que un profesional médico conozca las contraindicaciones
que pueden presentarse en una persona, que como se dijo anteriormente, desde
un principio informó su alergia, en este caso, al medicamente aspirina, sin que se
haya controvertido por la contraria que el medicamento recetado a la actora,
denominado “Azulfidine”, tenga compuestos coincidentes con la aspirina, cuestión
que se demuestra por lo demás del documento acompañado por la actora no
objetado, denominado “folleto de información al profesional”.
Que siguiendo esta línea argumentativa, pierden sustento las alegaciones
de la demandada, en cuanto a que no podía prever los efectos adversos por la
ingesta del componente Sulfasalazina (Azulfidine). En primer lugar, dado que a
todas luces, no es extraño que un médico, al recetar un medicamente, debe a lo
menos observar las indicaciones contenidas en la ficha clínica del paciente, o
derechamente consultar a la misma sobre posibles alergias o contraindicaciones
con ciertos componentes farmacéuticos. En segundo lugar, el profesional médico,
en su calidad de tal, debe necesariamente conocer los efectos adversos de un
SGHVXCPMXHL

medicamento en base a la posible reacción alérgica que puede presentar el


paciente. Y en tercer lugar, que habiéndose detectado en las atenciones de
urgencia de fecha 02 y 03 de junio de 2018 reacciones alérgicas a medicamento,
el profesional médico estuvo en condiciones de poder prever y evitar las ulteriores
perniciosas consecuencias que podían desarrollarse en la actora, cuestión que no
se cumplió, considerando que como quedara asentado en el considerando 11°, fue
necesario que concurra hasta otra institución médica en la ciudad de Santiago
para poder recibir un diagnóstico certero, en base a los graves síntomas que venía
desarrollando, consistente en un “Síndrome de Steven Johnson”, y poder recibir el
tratamiento adecuado para poder frenar los efectos adversos al medicamente
ordenado, sin que la parte demandada haya presentado prueba idónea para
desvirtuar lo antes asentado.
DÉCIMO NOVENO: Que así establecida la conducta culposa de la parte
demandada, corresponde resolver si se han configurado lo daños que alega la
actora en su libelo. Y en primer lugar, solicita una indemnización por daño
emergente, en razón de los gastos incurrido por exámenes, urgencias, consultas
con especialistas médicas, hospitalizaciones y tratamientos médicos, daño que
encuentra sustento en los documentos N° 7, 9, 10, 22, 24, 28, 29, 30, 31, 32, 46,
53, 62, 63, 69, 70, 73, 75, 76, 79, 82 y 84 individualizados en los escritos de folio
51 a 53, no objetada, la cual da cuenta de los distintos pagos que debió efectuar la
actora, con motivo de sus atenciones médicas desde el 05 de mayo de 2018 en la
Clínica Puerto Varas y desde el 05 de junio de 2018 en el Hospital Clínico de la
Universidad Católica de Santiago, sumados a medicamentos que debió costear en
farmacias Salcobrand y Knop para poder contrarrestar los eventos adversos
derivados del síndrome Stevens Johnson que le fuere detectado solamente en la
ciudad de Santiago. La suma de los valores consignados en dichos documentos
alcanza la suma de $7.498.752, por lo cual se accederá a esta indemnización sólo
por dicha suma y no aquella pedida en el libelo, como se dirá en lo resolutivo.
Eso último, dado que se descartará la indemnización de los pagos
asociados a la atención médica recibida por la actora en la Clínica Puerto Montt el
04 de mayo de 2018, puesto que a su respecto no se configura la necesaria
causalidad con las obligaciones incumplidas por la demandada Clínica Puerto
Varas, que como se dijera, comenzaron al día siguiente, ni tampoco se cumple el
requisitos de certidumbre.
VIGÉSIMO: Que respecto al daño moral demandado, la actora lo hace
consistir en el pretium doloris y el perjuicio de agrado ocasionado por los efectos
adversos derivados de la atención médica recibida en el recinto de la demandada.
En este sentido, debe tenerse en consideración que la actora inició su atención
SGHVXCPMXHL

médica en la clínica Puerto Varas el 05 de mayo de 2018, recibiendo el


tratamiento errado con Azulfidine desde el 11 de mayo de 2018 hasta el 02 de
junio de 2022 (dejando constancia que interrumpió la ingesta del medicamento por
propia voluntad y no por indicación médica). De ahí en más, presenta constantes
malestares que cada vez fueron aumentando en gravedad, tomando la decisión de
visitar un especialista en la ciudad de Santiago, debiendo en dicho contexto
ingresar de urgencia en el Hospital Clínico de la Universidad Católica de Santiago
el 05 de junio de 2018, siendo diagnosticada con un síndrome de Steven Johnson
por una reacción alérgica al medicamente Azulfidine.
Que debido a la reacción alérgica en comento, el Hospital Clínico de la
Universidad Católica de Santiago detectó en la actora las siguientes lesiones
dermatológicas: “signo de Nicolsky (desprendimiento de capas superficiales de la
piel por fricción), necrosis extensa de la epidermis y dermis con ampolla
subepidermica extensa (según el diccionario de la Real Academia Española:
degeneración de un tejido por muerte de sus células), e infiltrado perivascular
superficial compuesto por linfocitos y escasos neutrófilos, síntomas que son
coincidentes con aquellos que presenta el denominado síndrome de Steven
Johnson, como consta en el documento “Epicrisis” del Hospital Clínico de la
Universidad Católica de Santiago:

Estas lesiones coinciden con los síntomas que comúnmente presenta esta
enfermedad, según la información proporcionada en el documento “reacciones
medicamentosas severas, síndrome Stevens Johnson y síndrome DRESS” que
acompaño la actora, no objetada, y sólo a modo de ejemplo, se ponderan las
fotografías que se encuentran en la misma literatura médica acompañada:
SGHVXCPMXHL
Siguiendo con las dolencias sufridas por la actora, también presentó
lesiones en sus genitales y ojos, siendo en este último caso de efectos
permanentes, como alude el informe del Dr. Arturo Grau Diez, donde consta que la
actora tuvo problemas crónicos de ojo seco secundario al síndrome de Stevens
SGHVXCPMXHL

Johnson, provocando limitaciones en su vida diaria y una tolerancia de tiempos


prolongados frente a pantallas, que el uso de pantallas provoca mayores síntomas
debido a que se suma un ojo seco evaporativo secundario al uso de computador, y
que presenta blefaritis, debiendo someterse constantemente a tratamiento de
limpieza y uso de medicamentos. Estos antecedentes se ven corroborados por la
declaración de los testigos de la parte demandante, especialmente de doña
Lizbeth Burgos Villarroel, quien declaró que vivía en Santiago y recibió a la actora
en el tiempo de sus atenciones, que la vio con los ojos irritados, labios hinchados,
descamados hasta con sangre, con ronchas, un deterioro bastante avanzado, que
le provocaba estrés al no poder estar constantemente en su trabajo ya que se le
activaban los síntomas al estar mucho tiempo en una pantalla, además del aire
acondicionado de las oficinas o del avión cuando viajaba. Agregó que por su
enfermedad no podía mantenerse mucho tiempo en las pantallas de Excel y no
podía terminar sus trabajos a tiempo y debía retirarse antes de la hora,
circunstancias que la llevaron a renunciar a su trabajo en la empresa Salmones
Camanchaca S.A., como consta del documento denominado “renuncia voluntaria”
de fecha 03 de septiembre de 2018, donde se hace expresa alusión a la
incompatibilidad de su estado de salud con las actividades relacionadas al cargo.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que los antecedentes que se vienen describiendo
permiten establecer una clara afectación física en la persona de la actora, que
deviene en ostensibles dolores, aflicciones y/o sufrimientos por los padecimientos
sufridos. En efecto, las graves lesiones físicas que fue presentando la actora de
manera progresiva, sin obtener un tratamiento acorde a los síntomas presentados,
sino hasta más de un mes después en la ciudad de Santiago, hacen presumir la
angustia sufrida, máxime que la actora sufrió un cambio de condiciones de vida,
debiendo renunciar a su trabajo y debiendo someterse constantemente a
tratamientos médicos. Lo anterior se corrobora de los informes acompañados por
la actora, emitidos por profesionales psiquiatras (Dra. Jessica Mendoza Intriago y
Dr. Feliz Bacigalupo Izquierdo) y por la profesional psicóloga María Josefina Hott,
los cuales dan cuenta de atenciones por trastornos depresivos y estrés
postraumáticos, síntomas que igualmente fueron observados por los testigos
deponentes, quienes fueron contestes en declarar sobre el cambio de ánimo que
sufrió la actora por los eventos adversos sufridos.
Que tampoco puede obviarse que la actora vivió esta situación a la edad
de 29 años, teniendo un título profesional de ingeniera comercial y un trabajo
estable, siendo plausible estimar que en dicho contexto, toda persona esperaría
seguir desarrollándose en el ámbito profesional y académico, proyecto que
claramente se ve mermado con las secuelas provocadas, debiendo ahora la
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actora condicionar su diario vivir a los tratamientos y reacciones que se han venido
describiendo.
Todo lo expuesto permite tener por configurado el daño moral pretendido,
debiendo ser indemnizado en una suma acorde a la gravedad de las lesiones y de
las secuelas presentadas, sumado a los cambios en las condiciones de vida y de
trabajo de la demandante a su joven edad, circunstancias que permiten fijar una
indemnización prudencial por la suma de $80.000.000, como se dirá en lo
resolutivo.
VIGÉSIMO SEGUNDO: Que habiéndose acogido la demanda principal
respecto de la demandante Carolina Palma Solis, resta pronunciarse sobre la
demanda subsidiaria de responsabilidad bajo el estatuto extracontractual
interpuesta por la actora Mónica Solis Solis, la cual se funda en los mismos
hechos expuestos respecto de la demanda principal.
Que en primer lugar cabe descartar las alegaciones de la parte demandada,
en cuanto a una supuesta incompatibilidad en las acciones ejercidas por las
demandantes, desde que como bien refiere el libelo, su teoría del caso se
construye sobre la existencia de una relación contractual entre las partes, la cual
como se dijera, solo se tuvo por configurada entre doña Carolina Palma Solis y la
demandada, cuestión que no descarta la posibilidad de reconocer la existencia de
un hecho ilícito generador de responsabilidad para con la otra demandante doña
Mónica Solís Solis, cuestión que motivó justamente la interposición de la presente
demanda subsidiaria bajo el estatuto de responsabilidad extracontractual, como
faculta el artículo 17 del Código de Procedimiento Civil.
Que además, el tenor del libelo es claro en imputar a la demandada
responsabilidad por el hecho ajeno de sus dependientes, de acuerdo al artículo
2320 del Código Civil, por lo que igualmente cabe rechazar sus alegaciones sobre
una supuesta falta de claridad en el título de imputación que se le intenta
reconocer.
VIGÉSIMO TERCERO: Que seguidamente, también quedará asentado que
como se dijera en el considerando 14° de este fallo, es un hecho de la causa que
las atenciones brindadas por los médicos don Omar Ferrada y don Rene Hernan
Portus Valdivia, a la demandante Carolina Palma Solis, lo fue en su calidad de
dependientes de la demandada Clínica Puerto Varas.
VIGÉSIMO CUARTO: Que con las aclaraciones precedentes, habrá que
decir que se tendrá por reproducidos los hechos asentados en el considerando 11°
de este fallo, con lo cual se tendrá por acreditada la existencia de un hecho
culposo de la parte demandada, consistente en la errónea administración del
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fármaco Azulfidine, estando en conocimiento desde un principio de la alergia que


presentaba doña Carolina Palma al medicamento, y no detectar a tiempo ni
contrarrestar el síndrome de Stevens Johnson que padeció la misma, producto de
la reacción alérgica al mismo medicamento.
En este sentido, debe establecerse que no existe incompatibilidad en
calificar unos mismos hechos como incumplimiento contractual (respecto de la
demanda principal), y como un hecho ilícito culposo (respecto a la demanda
subsidiaria), desde que aquella figura se enmarca en el denominado cúmulo de
responsabilidades, siendo la Excma. Corte Suprema quien ha reconocido “que
tratándose de la responsabilidad civil médica, la regulación en los términos
expuestos, debilita la tajante distinción que tradicionalmente se ha hecho en
nuestro ordenamiento jurídico, respecto de la responsabilidad contractual y la
extracontractual, pues el contenido normativo no es tan diverso y en ambos
estatutos existe un ilícito civil, dado por el incumplimiento al contrato o a las
obligaciones que emanan de la ley…. que es una realidad innegable que los daños
causados al paciente con ocasión de una intervención quirúrgica pueden revestir
simultáneamente las características propias de una infracción contractual (al
contrato de hospitalización y /o asistencia sanitaria) y, al mismo tiempo, de un
delito o cuasidelito civil (la violación del deber general de actuar con diligencia y no
causar daño a otro). En otras palabras, la negligencia médica y hospitalaria con
daños al paciente puede incluirse indistintamente en el supuesto de hecho de la
normativa contractual (artículos 1547 y siguientes del Código Civil) y de la
extracontractual (artículos. 2314 y siguientes del Código Civil. Cuando se trata de
un daño que se causa a la vida, a la integridad física o a la salud del paciente no
es fácil determinar con claridad si la obligación infringida por el demandado es
contractual o simplemente se trata de la infracción de un deber general de no
causar daño a otro. (Zelaya Etchegaray, Pedro, Responsabilidad Civil de
Hospitales y Clínicas (Modernas Tendencias Jurisprudenciales, Revista de
Derecho Universidad de Concepción número 201, año LXV, Enero- Junio 1997, p.
25 y 26).” (Rol 31.061-2014, consd. 7°)
VIGÉSIMO QUINTO: Que ahora bien, asentada la existencia de un hecho
culposo, corresponde resolver si dicho acto ha generado los daños morales que
reclama doña Mónica Solis Solis, madre de la paciente doña Carolina Palma Solis.
Que al respecto cabe tener en consideración que la prueba documental
acompañada por la actora, no objetada, consistente en tarjeta de embarque y
epicrisis del Hospital Clínico de la Universidad Católica de Santiago, permiten
tener por acreditado que doña Mónica Solis viajo junto a su hija a la ciudad de
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Santiago el 05 de junio de 2018, época en la que su hija mostró los síntomas más
graves de la reacción alérgica que venía desarrollando, y que la llevaron a
ingresar de urgencias en la mencionada institución donde tuvo que ser
hospitalizada. Este aspecto es determinante para configurar el dolor, aflicción o
angustia de la actora Mónica Solis, al ser parte del complicado proceso de
tratamiento y recuperación que tuvo que vivir su hija, cuestión que reconoce la
testigo Betsy Lorena Dazarola Ortiz al declarar que “ha tenido un costo emocional
considerable al ver la situación de su hija, en las condiciones que quedó, al saber
que estuvo en riesgo su vida, que si no es porque salió de la Clínica pudo haber
perdido a su hija”.
Cabe advertir que bajo un criterio de normalidad, y de acuerdo a la prueba
rendida, resulta plausible presumir un efecto emocional negativo en una persona
que presencia una delicada situación de salud de una hija, con los graves
síntomas que se describieron anteriormente, máxime si esta situación se origina
por actos imputables a una institución de salud conocida dentro de la ciudad de
Puerto Varas, con lo cual se accederá a la indemnización del daño sufrido, el cual
se fijará prudencialmente en la suma de $10.000.0000, como se dirá en lo
resolutivo.
En mérito de los razonamientos anteriores, y lo previsto en los artículos
160, 170, 346, 358, 383, 384, 426 y demás pertinentes del Código de
Procedimiento Civil, y artículos 44, 1437, 1545, 1546, , 1547, 1487, 1556, 1698, y
siguientes del Código Civil, Ley 20.584, RESUELVO:
I.- Que se rechaza la tacha del testigo don Juan Pablo Hidalgo Hidalgo.
II.- Que se acoge la demanda principal de indemnización de perjuicios
planteada, por responsabilidad médica contractual interpuesta por Carolina Palma
Solis en contra de Clínica Puerto Varas SPA, y en consecuencia, se condena a
ésta última a pagar una indemnización de $7.498.752 por concepto de daño
emergente, y de $80.000.000 a título de daño moral, con reajustes e intereses
legales desde la que presente sentencia se encuentre firme y ejecutoriada.
III.- Que se rechaza la demanda principal de indemnización de perjuicios
planteada, por responsabilidad médica contractual interpuesta por Mónica Solis
Solis en contra de Clínica Puerto Varas SPA
IV- Que se acoge la demanda subsidiaria de indemnización de perjuicios
planteada, por responsabilidad médica extracontractual interpuesta por Mónica
Solis Solis en contra de Clínica Puerto Varas SPA, y en consecuencia, se condena
a ésta última a pagar una indemnización de $10.000.000 a título de daño moral,
con reajustes e intereses legales desde la que presente sentencia se encuentre
firme y ejecutoriada.
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V.- Que de acuerdo a lo resuelto en el numeral I, se rechaza la demanda


subsidiaria de indemnización de perjuicios planteada, por responsabilidad médica
extracontractual interpuesta por Carolina Palma Solis en contra de Clínica Puerto
Varas SPA.
VI.- Que se condena en costas a la parte demandada, por resultar
completamente vencida.
Notifíquese a las partes por cédula, anótese, regístrese y archívese en su
oportunidad.
Rol N° 2987-2019.

Dictó doña Lorena Lemunao Aguilar, Jueza Titular del Juzgado de Letras
de Puerto Varas.

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final


del art. 162 del C.P.C. en Puerto Varas, veinticuatro de Noviembre de dos mil
veintidós

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Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
A contar del 11 de septiembre de 2022, la hora visualizada
corresponde al horario de verano establecido en Chile
Lorena Nancy Lemunao Aguilar Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e
Fecha: 24/11/2022 18:03:48 Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más información
consulte http://www.horaoficial.cl

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