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Autorregulación Emocional
-Modo introductorio
La autorregulación es la habilidad de gestionar las emociones y puede mejorarse
con el tiempo, entonces, al ser una actividad que se puede aprender, todos podemos
practicarla. Los seres humanos sentimos mucho y, con frecuencia, nuestras
emociones pueden desbordarse. Cuando esto ocurre, se aceleran los latidos del
corazón, la sudoración y la falta de oxígeno en el cerebro hace que tomemos
decisiones que no tomaríamos en un estado más normal o tranquilo.
La autorregulación se define como la capacidad de gestión sobre los
pensamientos, acciones y emociones mediante una serie de técnicas personales. Es
importante saber que, tener habilidades de autorregulación nos permite analizar
nuestro entorno, responder y modular la respuesta emocional que tenemos, todo
con el fin de adaptarnos al medio.
Estas habilidades que tiene la persona para regular la propia conducta se entienden
también como funciones ejecutivas, es decir, son las capacidades cognitivas
necesarias que tiene el ser humano de gestionarse a sí mismo para alcanzar
determinados objetivos.
Esta habilidad comienza a desarrollarse desde la infancia, por eso, los niños hacen
rabietas y berrinches, rompen a llorar sin algún sentido o llegan, incluso, a ser
violentos e impulsivos. Sin embargo, este tipo de comportamientos deberían
desaparecer con el tiempo.
Las personas que tienen dificultades para la autorregulación tienden a tener
problemas en sus relaciones interpersonales y son más propensas al abuso de
sustancias, trastornos emocionales y a tener conductas impulsivas o agresivas. Y
todo por saber regular sus emociones.
Reevaluación cognitiva
Consiste en cambiar tus patrones de pensamiento, evaluar una situación desde otra
perspectiva para cambiar la respuesta que estamos teniendo.
Imagina que llegas a casa después de una larga y estresante jornada laboral y
esperas que tu pareja haga la cena, pero no lo hace. En lugar de pensar «Qué
egoísta es, seguro está esperando que la haga yo, como siempre. ¡No soporto más
esto!», y estallar desde la ira, es necesario analizar si realmente todos esos
pensamientos son ciertos. Incluso, hay que sopesar la posibilidad de que tu pareja
también tuvo un mal día, que ni siquiera se dio cuenta de tu agotamiento o de que
ya era la hora de preparar la comida.
Supresión de pensamientos
Aquellos pensamientos y emociones que nos generan malestar son suprimidos de
alguna manera con la finalidad de cambiar nuestro estado emocional.
En este caso, podríamos relacionarlo como cuando tenemos que dar alguna
presentación ante un público y nos sentimos nerviosos o juzgados, una manera de
suprimir (eliminar) estos pensamientos es imaginar que la audiencia es un público
conocido o inexperto que está muy interesado en escucharnos hablar. De esta
manera suprimimos los nervios y miedos y cambiamos nuestro estado emocional.
Distanciamiento cognitivo
Tomar una perspectiva independiente y neutral ante una situación para disminuir el
efecto emocional que tiene sobre nosotros.
A mi interpretación y en un lenguaje dominicano yo diría que esta estrategia quiere
decir que nos HAGAMOS LOS CHIVOS LOCOS, que significa no prestar
atención a algo.
Beneficios del desarrollo de la autorregulación
Desarrollar la autorregulación como una habilidad que podemos aprender y
podemos practicar cada día para hacernos mejor en ella, nos ofrece una serie de
beneficios: la pregunta
Para concluir con esta parte de la autorregulación, debe quedar claro que quienes
poseen dificultades de autorregulación a largo plazo tienden a tener poca confianza
en sí mismas, les cuesta poder interactuar con las demás personas, no manejan bien
el estrés o la frustración y, comúnmente, tienen manifestaciones de ira o ansiedad.
Les insto a que cuando nos encontremos ante una situación contraria a la que
esperamos, recordemos que tener mayor capacidad de regulación emocional,
aumenta nuestro bienestar y obtenemos mejores habilidades para atravesar las
situaciones difíciles de la vida.
Auto liderazgo.
Por supuesto, esto no quiere decir que una persona autolíder sea egoísta o que no
tenga en cuenta la opinión de los demás. De hecho, se trata de todo lo contrario, ya
que sabe escuchar y valorar todo lo que dicen los de su alrededor, pero toma sus
propias decisiones y asume las consecuencias de sus actos.
De esta manera, desarrollar la capacidad del autoliderazgo contribuye a que las
personas puedan conocerse más a sí mismas, puedan aumentar su confianza y sean
conscientes de sus pensamientos, valores, conductas y emociones. Asimismo,
genera la fuerza necesaria para ser persistente, mantener la motivación y la
disciplina. En definitiva, permite que te conviertas en el tipo de líder que puede
influenciar de manera positiva a otras personas, tanto en el plano laboral como en
el personal.
1. Autoconocimiento
El autoconocimiento es sin duda la base del autoliderazgo. Se trata de una
habilidad que te permite ser consciente y conocer tus puntos fuertes y debilidades,
así como tus principales motivaciones. Asimismo, te ayuda a identificar qué
emociones sientes en cada momento y a aceptarlas con el fin de reaccionar ante
ellas de forma adecuada para no dejarte llevar por tus impulsos más primitivos.
2. Autoestima
La autoestima es una consecuencia directa del autoconocimiento, ya que consiste
en la capacidad de valorarse y respetarse a uno mismo. Las personas con alta
autoestima son aquellas que se sienten bien consigo mismas, independientemente
de sus logros o fracasos. Esto les permite afrontar con seguridad y confianza los
retos que se presentan en su camino, así como ser resilientes ante las adversidades.
Una persona con baja autoestima, por el contrario, tiene una imagen negativa de sí
misma y se siente incapaz de afrontar los problemas o las dificultades. Esto, a
menudo, se traduce en conductas pasivas e inseguras, lo que hace que sea más
difícil alcanzar los objetivos.
Por esta razón, aceptarte, cuidarte y respetarte es vital a la hora de llegar a ser tu
mejor versión.
3. Autonomía
La autonomía es la característica que permite a uno ser independiente y tomar
decisiones sin necesidad de depender de nadie más.
Asimismo, ser autónomo significa ser capaz de asumir las consecuencias buenas y
malas de nuestros actos.
4. Autogestión
La autogestión, también conocido como autoliderazgo emocional, es la capacidad
de regular tus propios recursos, emociones y conductas.
5. Automotivación
Por último, la automotivación es la capacidad de influir de manera positiva en tu
estado de ánimo para salir adelante, incluso en las circunstancias más adversas.