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INTEGRIDAD FAMILIAR

Bienvenidos a esta escuela para Padres que nació en el corazón de Dios. Es necesario y sumamente
importante entender la importancia que tiene para Dios y también para nosotros como su pueblo amado la
familia, para ello es menester que profundicemos un poco en el diseño original de la misma y que por medio
de la guía que nos puede dar el Espíritu Santo entendamos la voluntad y propósito de Dios respecto a este
tema. Estamos seguros que mediante este estudio tendremos las herramientas para poder hacer frente a
cualquier obstáculo que se presente en nuestra vida, logrando con éxito que familias completas tengan una
vida en plenitud con Dios.

Tristemente el pecado ha afectado el hogar de tal manera que nuestras familias no son lo que desde el
principio fue establecido por Dios en su diseño original; sin embargo, Dios está interesado en redimir y
bendecir a todas las familias. No hay familias demasiado descompuestas que Dios no pueda restaurar o que
no puedan ser alcanzadas por la gracia de Dios.

Los modelos de matrimonio y de familia que vemos hoy en día a través de la televisión y el cine son solo una
caricatura de lo que el Señor diseñó en un principio, sin embargo, estos modelos han logrado influir de forma
negativa en nuestra sociedad.

Entonces ¿a qué autoridad o fuente debemos recurrir para conocer el verdadero diseño y funcionamiento del
matrimonio y la familia?

En la palabra de Dios encontramos un modelo de familia y matrimonio invariable, trascendente y permanente


que tiene como centro al Señor Jesucristo. Porque todo fue creado en Él, por y para Él (Col 1:16) y todo tiene
en Él su explicación y su sentido.

EL PROYECTO DE DIOS

El matrimonio y la familia son dos de las principales áreas en las que se expresan las cosas eternas de Dios.
Por eso Dios les asigna un lugar tan especial y por eso Satanás, los ataca tan fuertemente. (1ª pedro 5:8)

• El modelo es Cristo y la Iglesia

El modelo del marido es Cristo, y el de la mujer es la iglesia. El marido ha de ver cómo Cristo amó a la
Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, cómo hoy la sustenta y la cuida. La mujer debe ver como la
Iglesia se debe a su Señor, cómo le obedece y le honra.

1ª Cor 11:3

“Porque quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y
Dios la cabeza de Cristo”

Este es el orden de Dios para la familia: Dios, Cristo, el hombre y la mujer. Cristo es la gloria de Dios, el
hombre es la gloria de Cristo y la mujer es la gloria del hombre. El hombre fue creado para que expresara
la gloria de Cristo y la mujer fue creada como expresión de la gloria del hombre.
• Los papeles en la relación matrimonial

Consecuentemente con todo lo anterior hay demandas para los miembros de la familia cuyo diseño
original es el de Dios. La demanda para el esposo, es amar a la esposa; para la esposa, es estar sujeta
y respetar a su esposo; para los padres, es disciplinar y amonestar a sus hijos; para los hijos es obedecer
a sus padres.

Siendo el varón la cabeza de la mujer, resulta para el esposo una demanda muy fuerte que ame a su
esposa, porque ello implica, además, una restricción a su rudeza natural. Por eso dice la Escritura “No
seáis ásperos con ellas” (Col. 3:18-21), y “dando honor a la mujer como a vaso más frágil” (1ª Pedro
3:7). El ser cabeza pone al hombre en una posición de autoridad, pero el mandamiento de amar a su
mujer le restringe hasta la delicadeza.

Por su parte, siendo la mujer de un carácter más vivaz, el estar sujeta es una restricción a su natural
forma de ser, por lo cual dice la Escritura: “La mujer respete a su marido” (Ef. 5:33b)

Esto es así para que no haya desavenencia en el matrimonio. Ambos son restringidos y a la vez honrados
por el otro. Cada uno según su forma natural de ser. Porque Dios sabe mejor que nosotros mismos cómo
somos, y por eso diseñó así el matrimonio. El marido representa la autoridad, pero siendo de un carácter
áspero debe amar con dulzura; la mujer es amada y honrada, pero siendo de naturaleza más inquieta,
debe sujetarse. Ante esta diferencia entre hombre y mujer. Dios siendo tan sabio y perfecto instruye
tanto el amor como la sujeción respectivamente y de esa manera el Señor se ve glorificado, puesto que
hace a la familia y al matrimonio estar en una total y perfecta armonía.

Ya que hemos visto la importancia de la familia, el matrimonio y el diseño original de Dios, es momento
de entrar al tema de integridad familiar.

Integridad deriva del adjetivo integer, que significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un
mal.
La integridad es la pureza original y sin contacto o sin contaminación con un mal o un daño, ya
sea físico o moral.

Entendiendo el concepto de integridad, no podemos evadir que es algo fundamental en nuestra vida
familiar y más viviendo como hijos de Dios. Una persona íntegra, no puede decirse íntegra si solo lo hace
fuera de casa y si en su familia no lo aplica, entonces, el hogar es el primer lugar en donde debemos
practicar la integridad, esa es una responsabilidad que implica compromiso, esfuerzo y constancia.
Cuando una persona dentro de su núcleo familiar refleja integridad, ineludiblemente causa impacto y
deseos de querer ser como ella. Entonces una familia que vive íntegramente delante de Dios, a su tiempo
producirá prosperidad.

Pero para que exista integridad familiar, primeramente, debe existir integridad personal. La biblia dice de
la siguiente manera:

1 júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová; no


vacilaré. 2 pruébame, oh Jehová, y examíname; escudriña mi mente y mi corazón. Salmos 26: 1-2

Siendo sinceros con nosotros mismos podemos concluir que de una u otra forma no hemos sido
totalmente íntegros, pero eso no nos debe generar condena o freno para tratar de hacer lo correcto de
ahora en adelante. Lo importante es reconocer nuestros pecados y fallas como individuos, como familia
y así corregir y arrepentirnos de corazón y generar un compromiso a futuro. La Palabra de Dios nos
ayuda en esto:

3 no pondré delante de mis ojos cosa indigna; aborrezco la obra de los que se desvían; nada de esto se
aferrará a mí. Salmos 101:3

Miremos la integridad desde el punto de vista familiar “Mi familia es íntegra cuando lo que mostramos
ante los demás, es lo que verdaderamente somos”. Entendiéndose entonces que debemos alejarnos de
cualquier tipo de corrupción tanto dentro como fuera de casa.

La integridad familiar es responsabilidad de todos los miembros que componen la misma, y se refleja de
la siguiente manera:

• Como padres tenemos la responsabilidad de instruir a nuestros hijos en su camino, para que no
se aparten de él, para que cuando se vayan de casa no se pierdan en el camino, y para eso
necesitamos que nuestros hijos vean en nosotros personas de integridad, personas que no
solamente hablan, sino que dan el ejemplo con su vida.
• No podemos exigir a nuestros hijos que no practiquen estilos de vida que ellos mismos ven que
nosotros practicamos aun dentro de nuestra propia casa, como vicios, haraganería,
irresponsabilidad, palabras ofensivas o vulgares, pornografía, sexo libre, etc.

“entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: 2 En la cátedra de Moisés se sientan los
escribas y los fariseos. 3 así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis
conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”. Mateo 23:1-3

Es imposible vivir de forma corrupta y esperar que nuestros hijos sean íntegros. Los hijos generalmente
siguen los pasos de sus padres, por esta razón debemos pensar muy bien nuestras decisiones, sabiendo
que afectaran de forma positiva o negativa en la vida de nuestras generaciones.

Una familia integra se caracteriza también por ser coherente entre sus actitudes y sus palabras, los
padres íntegros cumplen sus promesas, y los hijos íntegros, respetan, aman y obedecen a su padres,
sin resistencia alguna porque precisamente hay concordancia y coherencia entre su decir y su hacer.

Cuando un padre es incongruente, se genera una resistencia natural en el respeto, la honra y obediencia
que los hijos le deben. Demos gloria a Dios porque Él nos da la solución correcta por medio del siguiente
pasaje:

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-23 .

Como padres, muchas veces podemos cometer errores en la crianza de nuestros hijos derivado de la
falta de nuestro conocimiento de la palabra, la cultura y la educación que recibimos de nuestros padres,
así como la influencia del entorno en que fuimos formados. Como familia íntegra debemos reconocer
que también cometemos errores y que requerimos de la guía de Dios para poder dar una formación
eficiente a nuestros hijos.

En seguida enlistamos los errores más comunes que como padres cometemos:
1. Sobreprotección: Muchos padres cometen el error de dar la razón a sus hijos ante un profesor,
de intervenir siempre que se les plantea un problema o de hacerles los deberes más que
ayudarles. En definitiva, padres que tienden a organizar la vida a sus hijos para evitar que estos
se equivoquen. Este exceso de sobreprotección resulta muy negativo, pues favorece que los
niños se vuelvan dependientes, inseguros e incapaces de tomar decisiones por sí solos.

2. Pérdida de constancia: Suele ocurrir que los padres tienden a educar según su estado de
ánimo. Es importante tener en cuenta que los padres han de ser constantes y saber que la
educación de los hijos no funciona por etapas, sino que es un proceso continuo y en el que es
fundamental ser constantes.

3. Falta de consenso entre los Padres: Es frecuente encontrarse con padres que se quitan la
razón el uno al otro delante del niño. Este hecho genera confusión entre los más pequeños y
dificulta en gran medida el proceso de aprendizaje, ya que el niño percibe desunión. Ante todo,
los padres tienen que ser un bloque a la hora de tomar decisiones.

4. Castigar incorrectamente: Muchos padres ante un momento de enfado pueden imponer


castigos desproporcionales e inalcanzables que muchas veces no llegan a aplicarse. Si estas
penalizaciones no se aplican los padres pierden autoridad. Por ello, es mejor utilizar el concepto
de responsabilidad derivada de un acto, que conlleve actuaciones proporcionales y moderadas,
cuyo cumplimiento sea factible.

5. Prometer y no llevar a la práctica: Supone un error prometer a tus hijos un premio o una
recompensa y luego no dársela, pues el niño pierde motivación y se entristece. Es importante
fijar condiciones específicas: "si sacas un notable en matemáticas, te compro un celular". Sin
embargo, dar premios sin haber cumplido lo pactado supone un error aún mayor.

6. Tratar a tus hijos como amigos: Los padres han de tener en cuenta que son un símbolo de
autoridad para sus hijos y que la relación con ellos no puede ser de igual a igual. Hay aspectos
de la vida de los hijos que como ir al colegio, hacer los deberes o la hora de dormir, debemos
mantener nuestra autoridad.

7. Establecer comparaciones con los hermanos: Comparar a un niño con su hermano no supone
ningún efecto positivo, pues aunque surgen deseos de superación, pueden generarse celos que
rompan el espíritu familiar. Las comparaciones continuadas entre hermanos suscitan celos,
envidias y dañan. Los padres saben que sus hijos no son iguales, por lo que a la hora de
educarlos también tienen que tener en cuenta cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada
uno y no exigirles por igual.

8. Exceso de negatividad: Los niños con unos padres negativos y pesimistas tienden a tener un
carácter más lastimero y ofensivo, verán la vida como una crítica y no sabrán valorar los aspectos
positivos y las cualidades que poseen.

9. Ser permisivo con las nuevas tecnologías: Las tecnologías ofrecen muchas ventajas, pero un
mal uso conlleva efectos muy negativos. Muchos niños pasan horas pegados a las pantallas de
sus teléfonos móviles. Es frecuente que incluso durante las comidas estén utilizando los
smartphone de modo que se rompe la comunicación en la familia. Ante esto, los padres deben
imponerse y no dejar que esta práctica se convierta en un hábito.

10. Gritar y etiquetar: Es importante que los padres aprendan a no perder los papeles cuando su
hijo ha hecho algo malo. Frases como "eres tonto", "ya sabía yo que lo ibas a romper" o "no
sirves para nada" causan mucho daño en los niños. Los padres tienen que asumir, ante todo, su
papel de personas adultas y no comportarse como niños entrando en dinámicas como "si él no
me habla, yo tampoco".

Todos los padres intentamos educar con la mejor de nuestras intenciones. Habitualmente, nos
surgen dudas como: ¿habré sido demasiado duro con él? ¿tengo que castigarle? ¿lo estaré haciendo
bien? Y en no pocas ocasiones nos equivocamos. Saber reconocer nuestros errores es el primer
paso para intentar hacerlo mejor, es decir, para ser mejores padres.

COMUNICACIÓN ACERTIVA

Parte del éxito de una familia es la comunicación; la comunicación es el centro para una buena
relación entre padres, hijos y esposos. Aunque parece complicado, es más fácil de lo que se piensa
encontrar este equilibrio en la familia y la comunicación asertiva es el secreto.

La comunicación asertiva en la familia es la virtud de expresarse en libertad y honestidad dentro del


ambiente familiar respetando los derechos personales de todos sus miembros sin buscar herir o
intimidar, es decir, actuando desde un estado interior de confianza.

Este estilo es el más sano y recomendable, porque involucra diálogo, respeto y negociación. Ayuda
a fortificar las relaciones familiares y refuerza la autoestima.

• Beneficios de la comunicación asertiva en el núcleo familiar


Alcanzar una comunicación asertiva en la familia repercutirá de manera óptima en la salud emocional
y mental, así como también fortalecerá las relaciones entre los miembros familiares y permitirá ver
la realidad claramente. Algunos beneficios o consecuencias positivas son:

 Disminución del estrés.


 Perfeccionamiento de habilidades sociales y personales.
 Reducción de conflictos.
 Sentimiento de pertenencia y buen trabajo en equipo
 Manejo de los impulsos y enojo.
 Autoestima sana.
 Prepara a los niños sanamente para la adultez.
 Comprensión profunda de las emociones.
 Mayor respeto por uno mismo y los demás.
 Mejora en la toma de decisiones.
 Mayor satisfacción personal.

7 Secretos para integrar la comunicación asertiva en la familia

La asertividad es una habilidad grupal de gran valor para la familia, y como toda habilidad, requiere
ser reforzada para un mejor aprendizaje grupal. A continuación, una guía breve para este proceso:

1. Realizar tareas Concretas: Es básico comunicar a los hijos qué normas y responsabilidades se
deben cumplir en casa. Estas tareas deben ser asignadas por los padres según la edad y
desenvolvimiento del hijo. Hay que ser exigentes y comprensivos con los niños.

2. Tomar decisiones como familia: Se recomienda tomar decisiones de forma consensuada con
todos los miembros de la familia. Para esto una lluvia de ideas o brainstorming es muy útil porque
permite la comunicación horizontal entre hijos y papás. Cada familiar evalúa una posible decisión, y
menciona tanto los pros como los contras según su perspectiva.

Se solicita la opinión de cada miembro de la familia, y se les pide evaluar la decisión, señalando sus
pros y contras de manera activa.

3. Pedir consejos y sugerencias entre familiares: Un ambiente de respeto permite que los
integrantes de la familia se expresen libremente, que se sientan acogidos. Por eso, al dar un consejo,
hacer un pedido o brindar sugerencias, se debe realizar con un trato muy humano y empático.

4. Cuidar el lenguaje no verbal: Las palabras precisas no son suficientes para comunicar los
pensamientos con asertividad, también se necesita del correcto tono de voz y la postura corporal al
momento de hablar. De esta forma, se evitará la ambigüedad en el mensaje.

5. Mostrarse coherentes en palabras y actos: Toda actitud y decisión tomada por la familia debe
ir de la mano con lo que se expresa verbalmente. Si se comunica una cosa y se termina haciendo
otra cosa, se resta valor a las palabras y eso podría dañar la confianza entre familiares.
6. Ser empáticos: La empatía es el ingrediente que permite conectar con los deseos de los otros
miembros de la familia. Contrario a lo que algunos piensan, la empatía no se trata de estar de
acuerdo con todo lo que el otro piensa o con renunciar a los propios ideales, más bien se trata de
ponerse en los zapatos de los otros familiares y entender su opinión o pensamiento aunque no se
comulgue con este, sin juzgar o expresar crítica. Así se logra mostrar interés y hacer sentir valorado
a los demás en la familia.

7. Reconocer con humildad los errores: Aceptar con humildad los propios errores, y al
reconocerlos, los hijos también aprender a sobreponerse a la adversidad. Tener en cuenta que nadie
es perfecto, todos cometemos errores y aprender a reconocerlos enseña a los hijos a sobreponerse
a la adversidad. Es de suma importancia mostrarse tal cual uno es, con los defectos y virtudes, de
esta forma los hijos aprenden estrategias para reducir el estrés y mejoran en su tolerancia a la
frustración.

Tarea: Establecer tiempos de juego, platica o convivencia cada día, en donde toda la familia esté
involucrada, esto dará sentido de pertenencia y de importancia a cada integrante de la misma.
Podemos salir de casa para ir al parque, jugar juegos de mesa, hacer una caminata por la tarde,
compartir las tareas del hogar, y para los padres también es importante que pasen un tiempo como
esposos. Así mismo diariamente designar un tiempo para leer la palabra en familia, reflexionar en
ella y adorar a Dios, de esta manera guiamos a nuestros hijos y les enseñamos la importancia de
acercarnos a Dios cada día.

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