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La realidad de los sistemas de pensiones

(2ª Parte)
Por Raúl R. Pérez
La nueva ley inició su vigencia el 1º de julio de 1997. Estableció como
requisito para la pensión tener 1,250 semanas cotizadas (24 años). Desde julio del
año pasado pudieron pensionarse los primeros trabajadores que se afiliaron
después del cambio legal (generación Afore).
Los problemas que se iban a generar eran tan graves que obligaron al
gobierno actual a introducir algunos cambios al modelo original (LSS-1997). La
cobertura se reducía drásticamente: el número de cotizaciones dejaba fuera a la
mayoría de los trabajadores (70%). La tasa de remplazo (porcentaje del salario
que se recibiría como pensión) era tan bajo que dejaría en total desamparo a miles
de trabajadores ancianos. La tasa de remplazo calculada era tan solo del 30%
aproximadamente. La OCDE considera aceptable una tasa de remplazo a partir
del 70%.
Estos fueron las principales modificaciones introducidas en diciembre de
2020: 1) reducción de semanas cotizadas, 2) incremento de aportaciones
patronales, 3) incremento y redistribución de la cuota social del gobierno, 4) modificación al
monto de pensión garantizada y 5) cambio en las comisiones que cobran las afores .
Semanas cotizadas. A partir del 1º de enero de 2021 se requerirán 750
semanas para la pensión. Cifra que aumentará 25 semanas cada año hasta llegar
a las 1000 en el año 2031. Busca que, en tiempos de pandemia, más trabajadores
se pensionen.
Incremento de las aportaciones patronales. Antes de la modificación de
2020 la aportación a la cuenta de la Afore era del 6.5% del salario base de
cotización: 5.15% aportado por el patrón, 1.125% por el trabajador y 0.225% por el
Gobierno. Con la modificación, a partir de 2023 las aportaciones se incrementarán
gradualmente hasta llegar al 15% en el 2030, por lo que la pensión será mayor.
Para lograrlo, la aportación patronal aumentará del 5.15% al 13.875%, mientras
que la aportación del trabajador se mantendrá en 1.125% y desaparecerá la
aportación gubernamental.[1]
Algunas opiniones interesadas destacan el aumento significativo de las
cuotas a cargo de los patrones; poco les falta para sugerir que los obreros acudan
a agradecer a los empresarios su buena disposición para aumentar sus
aportaciones; como ya lo hizo el presidente López Obrador. Hecho que merece
dos comentarios.
Primero: estos porcentajes aplicados a salarios tan bajos,
desgraciadamente, se traducirán en pensiones bajas. El mismo porcentaje
significa cantidades muy distintas para un trabajador que gana el salario mínimo
($172.87) que para otro que gana $1,000.00 diarios o más. Los porcentajes solo
representan una parte proporcional de una cantidad que tomamos como base, en
este caso: el salario. ¡Que aumenten sustancialmente los salarios y de manera
automática aumentarán las pensiones!
Segundo. ¿De dónde salen las cuotas que por ley deben enterar los
patrones?, naturalmente, de los trabajadores. Son ellos, los que con su trabajo
crean la riqueza social. Como se dice vulgarmente “del mismo cuero salen todas
las correas”. Y ese cuero no es otro que el trabajo, el esfuerzo, la vida misma de
los trabajadores. En todo caso, tan solo se les estará regresando una pequeña
parte de la riqueza creada por ellos. Sería a ellos a quienes habría que agradecer.
          ¿Qué las cuotas son muy altas, que van a frenar la inversión y la creación de
empleos? Lo que se aplica en la seguridad social es la mejor inversión, al atender
a la principal fuerza productiva: la mano de obra. El precursor de la seguridad
social a nivel internacional, el canciller alemán Otto Von Bismark, decía “Por caro
que parezca el seguro social resulta menos gravoso que los riesgos de una
revolución”. Y no se trataba de un humanista, sino de un gobernante burgués
realista que entendía mejor las cosas que los merolicos de la 4T.
La política de mantener salarios miserables —con el argumento de que
atraen inversión y son una fuente de empleo— ha resultado un rotundo fracaso en
nuestro país. Otros países han conseguido desarrollarse sin matar de hambre a
sus trabajadores. Se requiere corregir el rumbo: aplicar políticas públicas que
favorezcan el crecimiento económico y la generación de empleos formales. Este
gobierno no enmendará el camino a pesar de su evidente fracaso en materia
económica.
          Las medidas asistencialistas, a las que se reducen los programas sociales
del presidente de la república, pueden justificarse en los casos de extrema
pobreza. Son usadas discrecionalmente con fines electorales.   Pero, de acuerdo a
la experiencia de México y del mundo, no generan desarrollo económico y social.
Incremento y redistribución de la cuota social del gobierno. Para los
trabajadores que perciben entre un salario mínimo ($172.87) y hasta cuatro veces
la UMA ($96.22 x 4 veces = $384.88) habrá una cuota social; monto que se irá
incrementando progresivamente. Entre el 1º de enero de 2021 y el 31 de
diciembre de 2022, la cuota social será la vigente antes de la reforma (0.225% del
SBC). Entre el 1º de enero y el 31 de diciembre del 2023, la cuota será para los
trabajadores que perciban entre 4.01 y 7.09 veces la UMA (que actualmente es de
$96.22 y que se incrementa con la tasa de inflación de cada año).
Modificación al monto de pensión garantizada. La pensión garantizada
es aquella que el Estado otorga a las personas que cumplen con el requisito de
edad y el número de semanas cotizadas (señalado arriba), a quienes los recursos
no les alcancen para contratar una Renta Vitalicia o un Retiro Programado.
Con el objetivo de incrementar el monto mínimo único de pensión
garantizada se establecieron límites. El rango mínimo será de $2,622 y el máximo
de $8,241 mensuales.  El monto que le corresponderá a un trabajador dependerá
del salario promedio, la edad de pensión y las semanas cotizadas. Cuanto mayor
sean las tres variables, mayor será la pensión garantizada que pueda obtener.
Cambios en las comisiones que cobran las afores. Todas las
comisiones cobradas por las afores tendrán un tope máximo. Que será el
promedio de las comisiones que se cobran en los sistemas de Estados Unidos,
Chile y Colombia. Cuando el promedio de las comisiones de estos países baje, las
Afores deberán reducir sus comisiones para ajustarlos a esa cantidad.
Hagamos una comparación entre los diferentes esquemas de pensión: el
anterior (ley de 1973, aplicable únicamente a trabajadores que se registraron
antes del 1º de julio de 1997), el de la ley vigente de 1997 hasta el 2020, y el
actual, ya con las últimas modificaciones. Comparemos diferentes niveles de
ingreso de trabajadores que laboraron desde los 18 hasta los 65 años, siempre en
el sector formal de la economía.
 
PENSIÓN MENSUAL ESTIMADA

Salario mensual Ley de 1973 Ley 1997 Reforma 2020

Mínimo ($4,200 mes) $4,200.00 $3,289.00 $3,746.00

3 veces UMA ($7,819 mes) $7,819.00 $3,289.00 $3,746.00


5 veces UMA ($13,032 mes) $4,144.00 $4,144.00 $8,241.00

10 veces UMA ($26,064 mes) $26,064.00 $7,555.00 $10,426.00


Fuente: tranferencia.tec.mx
Tabla tomada del artículo de Flor Talavera. De 26 de mayo del 2021.
 
TASA DE REMPLAZO ESTIMADA
Salario Ley de 1973 Ley de 1997 Reforma 2020
Mínimo ($4,200 mes) 114% 89% 101%
3 veces UMA ($7,819 mes) 100% 42% 77%
5 veces UMA ($13,032 mes) 100% 32% 63%
10 veces UMA ($26,064 mes) 100% 29% 40%
Fuente: tranferencia.tec.mx
Tabla tomada del artículo de Flor Talavera. De 26 de mayo del 2021.
 
Los datos claramente nos indican que las mejores pensiones se obtienen
con la ley anterior. La reforma privatizadora fue un retroceso en la seguridad social
mexicana impuesto por el neoliberalismo adoptado a partir del consenso de
Washington[2].
Las modificaciones introducidas en diciembre de 2020 pretenden atemperar
las consecuencias más graves del modelo privatizador. Al incrementar las cuotas
obrero-patronales se obtiene una moderada mejora en el monto de las pensiones.
Las pensiones siguen dependiendo del ahorro individual, de los rendimientos que
obtengan los fondos administrados por empresas privadas y para los salarios más
bajos del apoyo gubernamental. Hasta el momento, 18 países han revertido, total
o parcialmente, el proceso de privatización, como lo recomienda la Organización
del Trabajo. En nuestro país solo se introducen algunos cambios para que
funcione mejor el modelo privatizador.
Los graves problemas de desempleo, trabajo informal y bajos salarios,
impiden que el sistema de pensiones sea una garantía de una vejez digna para los
trabajadores. Problemas que no tienen solución si no crece la economía.
 
 
[1] Las empresas tuvieron dos años de gracia previos al incremento de las cuotas. Quedando así: hasta 2022 la
cuota será de 5.15%; para 2023, 6.24%; para 2024, 7.32%; para 2025, 8.42%; para 2026, 9.51%; para 2027,
10.60%; para 2028, 11.69%; para 2029, 12.78%; para 2030, 13.875%. Cuota definitiva a futuro.
[2] Se conoce como Consenso de Washington a un conjunto de diez recomendaciones de política económica
formuladas en 1989, que pretendían sacar a los países de la crisis. El Consenso de Washington estaba formado
por el Fondo Monetario Internacional, por el Banco Mundial y por el Tesoro de los Estados Unidos, las tres
instituciones con sede en Washington. Las recomendaciones pretendían conseguir aspectos como liberalizar el
comercio exterior y el sistema financiero, reformar la intervención del Estado y atraer capital extranjero a los
países.

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