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LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA
1
Cfr., en relación al aporte hermenéutico apuntado en el cuerpo, el funda-
mental estudio de gadamEr, Hans Georg, Verdad y Método. Fundamentos de una
hermenéutica filosófica (del alemán por A. Aparicio y R. de Agapito), Sígueme, Sala-
manca, 1996, passim. Cfr., asimismo, las sugerentes consideraciones de d’agostino,
Francesco, “Hermenéutica y derecho natural. Después de la crítica heideggeriana a
la metafísica”, en rabbi-baldi cabanillas, Renato (coord.), Las razones del derecho
natural. Perspectivas teóricas y metodológicas ante la crisis del positivismo jurídico,
2ª ed., Ábaco, Buenos Aires, 2008, ps. 345 a 356; ollEro, Andrés, ¿Tiene razón el
derecho? Entre método científico y voluntad política, Publicaciones del Congreso de
los Diputados, Madrid, 1996, ps. 234 y ss.; roblEs, Gregorio, Introducción a la teoría
del derecho, Debate, Madrid, 1988, esp. p. 142; rodríguEz molinEro, Marcelino,
“Hermenéutica y derecho. Orientaciones preliminares para un adecuado enfoque
del tema”, en AA.VV., Filosofía y Derecho. Homenaje al Prof. José Corts Grau,
Valencia, 1977, esp. p. 12; o viola, F., y zaccaria, G., Diritto e interpretazione.
Lineamenti di teoria ermeneutica del diritto, Laterza, Bari, 1999, esp. p. 254 (existe
versión castellana de G. Robles Morchón, bajo el título Derecho e interpretación,
Dykinson, Madrid, 2007).
2
wroblEwsKi, Jerzy, Constitución y teoría general de la interpretación jurí-
dica, Civitas, Madrid, 1984 (del inglés por Arantxa Azurza), p. 18.
3
Ibíd., respectivamente, ps. 22 y 18.
la intErprEtación Jurídica 337
4
gadamEr, Hans Georg, ob. cit. en nota 1, ps. 378, 379 y 380.
338 tEoría dEl dErEcho
5
Me he ocupado de este asunto –sobre el que preparo un trabajo de conjunto–
en Precomprensión y jurisprudencia, Rev. “Persona y Derecho”, n° 47, “Derecho,
historicidad, lenguaje. Estudios en honor de Arthur Kaufmann”, Pamplona, 2002,
ps. 391 a 416; La Hermenéutica filosófica y el dilema de las decisiones “objetiva-
mente correctas”, “Anuario de Filosofía Jurídica y Social”, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, n° 21, 2002, ps. 143 a 160; La teoría de la interpretación judicial en Cossio y
Betti: coincidencias y actualidad de dos perspectivas contemporáneas, LL, t. 2005-A,
ps. 1148 a 1168 (reproducido en “Revista Chilena de Derecho”, vol. 32, nº 1, 2005,
ps. 139 a 168); La determinación del derecho en Arthur Kaufmann, “Anuario de
Filosofía Jurídica y Social”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, n° 25, 2006, ps. 43 a 80;
“Enlace entre Hermenéutica filosófica y Derecho natural”, en AA.VV., Una filo-
sofía del derecho en acción. Homenaje al profesor Andrés Ollero, Congreso de los
Diputados-Universidad Juan Carlos I, Madrid, 2015, ps. 1473 a 1490; “Otra vez la
relación entre Hermenéutica y derecho natural: las lecciones de la jurisprudencia”,
LL, Buenos Aires, Suplemento Derecho Constitucional 2017 (mayo), 11/5/2017, LL,
t. 2017-C (reproducido en Diritto e Secularizzazione. Studi in onore di Francesco
D’ Agostino, Giappichelli, Torino, 2018, ps. 143 a 160); Interpretación jurídica.
Teoría y práctica jurisprudencial, Astrea, Buenos Aires, 2020, ps. 193 a 269, y en
la conferencia de ingreso a la Academia Nacional de Derecho de Córdoba, “Pers-
pectiva hermenéutica de la decisión judicial”, 29 de junio de 2015, todavía inédita.
la intErprEtación Jurídica 339
6
viEhwEg, Theodor, “Algunas consideraciones acerca del razonamiento jurídi-
co”, en Tópica y Filosofía del Derecho, Gedisa, Barcelona, 1991 (del alemán por R.
Zimmerling, con observación preliminar de E. Garzón Valdés), p. 118 (el destacado
corresponde al original).
340 tEoría dEl dErEcho
7
Kantarowicz, Hermann, “Las épocas en la ciencia del derecho”, en radbruch,
Gustav, Introducción a la filosofía del derecho, FCE, Madrid, 1974, ps. 96 y 97.
8
Ibíd., p. 97.
la intErprEtación Jurídica 341
9
Ibíd., ps. 97 y 98 (el énfasis corresponde al original).
10
Otra mirada histórica, igualmente sugerente, es la que ofrece el ya citado
estudio de guzmÁn brito (cfr. cap. IV, nota 17) y el de Rafael domingo, en la misma
obra, pero en el vol. 1, ps. 81 a 110.
11
Ibíd., p. 98. Cfr., en análogo sentido, con ejemplos, d’agostino, Francesco,
ob. cit., en nota 1, ps. 301 y 302.
342 tEoría dEl dErEcho
12
Cfr. villEY, Michel, Le droit Romain, PUF, Paris, 8ª ed., p. 6.
13
Kantarowicz, Hermann, ob. cit. en nota 7, p. 100.
14
Ibíd., ps. 100 y 101.
15
Ibíd., ps. 102 y 103.
la intErprEtación Jurídica 343
16
Ibíd., p. 103.
17
Ibíd., ps. 103 y 104 (el énfasis es del original).
18
Ibíd., ps. 105 y 106.
344 tEoría dEl dErEcho
19
Ibíd., ps. 107 y 108.
20
Ibíd., p. 109.
21
Cfr. mis ya citados estudios Über die Herkunft der Menschenrechtstheorie:
der Fall der “Relectio de Indis” des Francisco de Vitoria, en “Arbeitshefte des
Lateinamerika-Zentrums”, Universidad de Münster, Alemania, nº 10, 1994, ps. 2
a 22 y, más extensamente, Francisco de Vitoria en el origen de la modernidad,
“Publicaciones del Instituto de Estudios Iberoamericanos”, Buenos Aires, vol. XI,
1997, ps. 87 a 114.
la intErprEtación Jurídica 345
22
Kantarowicz, Hermann, ob. cit. en nota 7, p. 109.
23
Ibíd., ps. 111 y 112. Para una interpretación análoga a partir de Weber,
pero enseguida puntualizando certeramente las diferencias observables entre el
modelo weberiano de racionalización y el que sigue la Modernidad justamente
a partir del planteamiento de la teoría del derecho natural, cfr. aYmErich oJEa,
Ignacio, Sociología de los derechos humanos. Un modelo weberiano contrastado
con investigaciones empíricas, Tirant Lo Blanch, Valencia, 2001, ps. 93 a 104 y
143 a 157, para lo primero, y ps. 118, 316 y ss., para lo segundo. Como escribe
aYmErich en línea con lo que puntualiza Kantarowicz, por lo demás, contemporáneo
del autor de Economía y Sociedad, “lo que Weber trata de poner de manifiesto es
que sin la ideología racionalista de los siglos xvii y xviii no habría tenido lugar
un intento de legitimación del derecho basado en normas puramente racionales y
universales” (p. 94).
24
Ibíd., p. 111.
25
Ibíd., p. 112 (énfasis del original).
346 tEoría dEl dErEcho
26
Ibíd., loc. cit. Como es claro, nuestra Constitución nacional forma parte de
ese espíritu de época, tal y como surge del art. 18 por el que categóricamente se
dispone que “quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas,
toda especie de tormento y los azotes”.
27
hEgEl, G. W. F., Vorlesungen über die Philosophie der Geschichte, From-
mann, Stuttgart, 1961, p. 556.
28
Kantarowicz, Hermann, ob. cit. en nota 7, ps. 113 y 114 (el destacado es
del original).
29
Ibíd., p. 113.
la intErprEtación Jurídica 347
30
Cfr. al respecto, y entre una vasta bibliografía, rabbi-baldi cabanillas,
Renato, “Las revoluciones francesa y norteamericana ante los derechos huma-
nos. Un intento de armonización”, Humana Iura, Pamplona, vol. 1, 1991, ps. 299
a 314.
31
Ibíd., p. 114. Cfr., asimismo, castiglionE, Julio C., Filosofía jurídica,
Universidad Católica de Santiago del Estero, Santiago del Estero, 1995, ps. 295
a 297.
32
Ibíd., p. 114.
33
Ibíd., p. 115.
348 tEoría dEl dErEcho
34
Ibíd., loc. cit.
35
Ibíd., p. 116.
36
Ibíd., loc. cit. Cfr., en análogo sentido, d’agostino, Francesco, “Hermenéu-
tica y derecho natural . . .”, en rabbi-baldi cabanillas, Renato, Las razones . . .,
ob. cit. en nota 1, ps. 346 y 347.
37
Ibíd., ps. 116 y 117.
la intErprEtación Jurídica 349
38
Ibíd., p. 117.
39
Ibíd., p. 118.
40
Ibíd., loc. cit.
41
Tomo la cita del texto de Kantarowicz. El autor se refiere a la obra de
Ihering, Scherz und Ernst in der Jurisprudenz de 1880, traducida por Tomás A.
Banzhaf al castellano como Bromas y veras en la ciencia jurídica (Ridende dicere
Verum), Civitas, Madrid, 1987.
350 tEoría dEl dErEcho
42
Ibíd., p. 120.
43
Ibíd., ps. 121 y 122 (el destacado corresponde al original).
la intErprEtación Jurídica 351
44
vigo, Rodolfo L., Interpretación constitucional, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1993, ps. 205 y 206. Cfr. en análogo sentido, la lograda síntesis que expone
castiglionE, Julio C., ob. cit. en nota 31, ps. 289 a 295.
45
Ibíd., p. 205.
46
Ibid., ps. 206 y 207.
47
laclau, Martín, Interpretación del derecho e intuición en el pensamiento de
Savigny, en “Anuario de Derechos Humanos”, Nueva Época, n° 11, 2010, ps. 236
y 237.
352 tEoría dEl dErEcho
48
Cfr. montEsquiEu, De l’esprit de lois, Garnier-Flammarion, París, 1979
(presentación por V. Goldschmidt), XI, VI, p. 301. La misma idea puede leerse,
entre otros lugares, en VI, III, p. 203.
49
Cfr. al respecto vigo, Rodolfo L., ob. cit. en nota 44, p. 206.
50
Cfr., a ese respecto, Fallos, 258:75; 295:439; 297:218; 306:721; 307:518;
316:2624 y muchos otros.
51
Como escribe paradigmáticamente Kant en ¿Qué es la Ilustración? (según
la traducción de J. B. Llinales ya citada, Universitat de Valencia, Valencia, 1990,
p. 63), “Ilustración es la salida del ser humano de su minoría de edad, de la cual
él mismo es culpable. Minoría de edad es la incapacidad de servirse del propio
entendimiento sin dirección de otro. Él mismo es culpable de esta minoría de edad
porque la causa de la misma no radica en un defecto del entendimiento sino en la
falta de la decisión y del coraje de servirse del propio sin dirección de otro. ¡Sapere
la intErprEtación Jurídica 353
56
Fallos, 313:1007. Cfr., además, Fallos, 218:56; 299:167; 311:1042; 312:2078;
316:1247; 319:2617; 320:61; 320:1962; 321:434 o 322:385, voto del juez Bossert,
entre muchos otros. Para un ejemplo de esta directriz referido al alcance del
art. 438, Código Procesal Penal, cfr. CFed. Salta, in re, “Ortíz, Horacio F.-Burgos,
Miguel A.”, sent. del 29/8/2012.
57
d’agostino, Francesco, ob. cit. en nota 1, ps. 346 y 347.
58
Cfr. hart, H. L. A., El concepto de derecho, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,
1977 (del inglés por G. Carrió), ps. 159 y ss. Sobre este punto, cfr. también:
la intErprEtación Jurídica 355
61
Además de los recién mencionados y que tienen lugar, en sentido estricto,
ante la “imperfección” u “oscuridad” de las normas (dentro de lo cual cabe mencio-
nar, también, a los argumentos “económico” y “apagógico” o reductio ad absurdum),
debe añadirse los que acaecen ante el “silencio” normativo, aspecto inicialmente
difícil de aceptar para el positivismo clásico. Ejemplo de este último lo constituyen
las directrices “analógica”; “a fortiori” o “a contrario”. Cfr. respecto de esta clasi-
ficación mi estudio Sobre la fundamentación de las decisiones judiciales: el para-
digma de la “Dogmática Jurídica” según la jurisprudencia de la Corte Suprema,
JA, Buenos Aires, t. 2001-IV, ps. 1350 a 1364 y, de manera más detallada y con
un criterio clasificatorio no estrictamente coincidente, zulEta pucEiro, Enrique,
Interpretación de la ley. Casos y materiales para su estudio, La Ley, Buenos Aires,
2003, esp. ps. 49 a 58 y 65 a 67. Cfr., asimismo, el clásico estudio de ost, François,
y van dEr KErchovE, Michel, Entre la lettre el l’esprit. Les directives d’interpretation
en droit, Bruylant, Bruxelles, 1989, passim.
62
laclau, Martín, “Interpretación . . .”, ob. cit. en nota 47, p. 237.
la intErprEtación Jurídica 357
63
Ibíd., p. 238.
64
Cfr., al respecto, entre otros, el clásico estudio de capitant, Henri, Los
trabajos preparatorios y la interpretación de las leyes, reproducido en LL, Buenos
Aires, ejemplar del 1/7/2000, ps. 11 a 19.
65
Fallos, 315:790; 322:752 o 322:2321, entre muchos otros.
66
Fallos, 318:1012, sus citas y muchos otros.
67
Fallos, 313:1149; 321:2594 y muchos otros. El nuevo Código Civil y Co-
mercial parece abandonar esta perspectiva. En efecto: al fundamentar el art. 2º
358 tEoría dEl dErEcho
y de calvo, José, La justicia como relato. Ensayo de una semionarrativa sobre los
jueces, Hybris, Málaga, 2002, passim.
71
Fallos, 305:1847 y muchos otros (el énfasis es añadido).
72
Fallos, 306:1883 y muchos otros (el énfasis no pertenece al original).
73
Fallos, 149:137; 151:92; 155:42, entre muchos otros (el énfasis corresponde
al original).
360 tEoría dEl dErEcho
74
manassEro, María de los Ángeles, “El argumento consecuencialista en la
teoría de Neil MacCormick: su función y límites”, en AA.VV., Argumentación jurídi-
ca, Universidad del Litoral, Santa Fe, 2003, p. 46. Al respecto, la autora ejemplifica
con el caso de “una norma que regula la velocidad de los coches amarillos a 80 km
por hora y la de los de otro color a 110 km”. A su juicio, “ambas normas no son
contradictorias, no son inconsistentes, pero sí afectan a la coherencia del sistema,
puesto que no es posible abarcarlas en un principio general que guarde relación
con la regulación vehicular”. De ahí que concluya con la idea de Atienza, según la
cual “la coherencia normativa es un mecanismo de justificación, porque presupone
la idea de que el Derecho es una empresa racional” (loc. cit.).
la intErprEtación Jurídica 361
75
Cfr. sobre esto zulEta pucEiro, Enrique; rabbi-baldi cabanillas, Renato,
y manassEro, María de los Ángeles, Teoría y práctica de la interpretación en la
jurisprudencia económica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (1990-1998),
Universidad Católica de Santa Fe, 1999 (pro manuscrito), p. 51.
362 tEoría dEl dErEcho
76
Fallos, 308:283.
77
Fallos, 320:389, entre otros.
78
Fallos, 318:595, entre otros. El énfasis se ha añadido.
79
Fallos, 1:300; 190:571; 194:371; 211:1628; 320:1962, sus citas; 322:1699 y
muchos otros. Una aplicación de esta hermenéutica en la CFed. Salta se advierte,
entre otras, en “Rivera González, O. s/ incid.”, in re, sent. del 2/11/2009.
80
Fallos, 261:36 y sus citas; 308:647, consid. 8 y sus citas, entre muchos
otros. Cfr., en esta línea, CFed. Salta, entre otras, in re, “Fiscal Federal nº 2 de
Jujuy requiere orden de allanamiento”, sent. del 5/3/2010; “Ortiz, Benancia (en
rep. de su hija discapacitada) c/PAMI s/ amparo”, sent. del 26/12/2012. Sobre este
tópico cfr. mi estudio La Corte Suprema como “poder del Estado” y el desarrollo
de las garantías constitucionales, JA, t. 2003-IV, fasc. 9, esp. ps. 49 a 52. En la
actualidad, la aplicación de estos criterios observa un notable desarrollo a partir
de los estudios que, en la doctrina comparada, se conocen como “neoconstitucio-
nalismo”. Para un examen general de estas perspectivas, cfr, por todos, vigo,
Rodolfo Luis, Iusnaturalismo y neoconstitucionalismo. Coincidencias y diferencias,
EDUCA, Buenos Aires, 2015. Cfr. asimismo mi estudio “Argumentación jurídica y
Estado constitucional de derecho”, en roJas, Jorge A. (dir.), y morEno, Romina S.
(coord.), Derecho procesal y Teoría General del Derecho, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2015, ps. 239 y 252.
la intErprEtación Jurídica 363
81
Fallos, 255:293; 264:94; 272:231, entre muchos otros.
82
Fallos, 251:87, sus citas y muchos otros.
83
radbruch, Gustav, ob. cit. en nota 7, p. 122.
84
Ibíd., loc. cit.
364 tEoría dEl dErEcho
85
Ibíd., p. 123.
86
Ibíd., p. 124. El Anteproyecto de Reformas al Código Civil y Comercial
(decreto 182/2018) añade como criterio de interpretación de las leyes a “la equidad”,
otorgándole entonces una relevancia que, si bien no estuvo ausente en el Código de
Vélez ni en el actual, en ambos casos carece de la centralidad que ahora se propicia.
87
Ibíd., ps. 124 y 125 (el destacado se ha añadido).
la intErprEtación Jurídica 365
88
Ibíd., ps. 125 y 126.
89
Ibid., p. 126.
90
Ibíd., p. 126.
366 tEoría dEl dErEcho
91
Ibíd., loc. cit. Cfr., asimismo, p. 127.
92
Kaufmann, Arthur, “El renacimiento del derecho natural de la posguerra
y lo que fue de él”, en rabbi-baldi cabanillas, Renato (coord.), Las razones . . .,
ob. cit. en nota 1, p. 360.
la intErprEtación Jurídica 367
93
La famosa “fórmula de Radbruch” fue publicada por vez primera, nada
sugestivamente, en 1946, en un célebre trabajo “Gesetztliches Unrecht und über-
gesetzliches Recht”, Süddeutschen Juristen-Zeitung, ps. 105 a 108 y que traduzco
como “Injusto legal y derecho supralegal”. Para una síntesis en castellano de este
estudio, cfr. radbruch, Gustav, ob. cit. en nota 7, ps. 178 a 180 con las que se cierra
su obra. La tesis de este autor ha tenido una muy reciente revalorización a raíz
de los casos fallados por la justicia alemana respecto de graves ilícitos cometidos
bajo el régimen legal de la entonces República Democrática de Alemania, previo a
la reunificación de 1990 con la República Federal de Alemania. Para un estudio de
esos casos y la repercusión de dicha fórmula, cfr. los diversos trabajos publicados
bajo la coordinación de vigo, Rodolfo L., La injusticia extrema no es derecho (de
Radbruch a Alexy), La Ley, 2004, passim y el estudio de sodEro, Eduardo, “Alema-
nia: sobre el antipositivismo jurídico del Bundesverfassungsgericht”, en rabbi-baldi
cabanillas, Las razones . . ., ob. cit., nota 1, ps. 387 a 410. La cita transcripta en
el cuerpo la he tomado del trabajo de Robert alExY citado en la nota 13 del cap. I.
94
Sobre estos extremos cfr., por todos, vigo, Rodolfo L., Interpretación jurí-
dica (del modelo iuspositivista legalista decimonónico a las nuevas perspectivas),
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1999, esp. ps. 13 a 43.
95
Cfr. Kaufmann, Arthur, Analogía y naturaleza de la cosa. Hacia una teoría
de la comprensión jurídica, Jurídica de Chile, Santiago, 1976 (del alemán por E.
368 tEoría dEl dErEcho
Barros Bourie), ps. 56 y 57. Para un estudio de conjunto de este autor, cfr. rabbi-
baldi cabanillas, Renato, “La determinación del derecho en Arthur Kaufmann”,
Anuario de Filosofía Jurídica y Social, nº 25, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2005,
ps. 43 a 80.
96
Cfr., por todos, su último trabajo: Questions de Saint Thomas sur le droit et
la politique, PUF, París, 1987. Sobre este planteo, cfr. mi artículo: Una metodología
jurídica realista desde Tomás de Aquino, “Rivista Internazionale di Filosofia del
Diritto”, Milán, vol. LXVIII, nº 3, 1991, ps. 494 a 515 (reproducido en ED, Buenos
Aires, t. 144, ps. 771 a 781).
97
Cfr., por todos, La lógica jurídica y la nueva retórica, Civitas, Madrid, 1979
(del francés por L. Díez Picazo). Para un estudio de este autor, cfr. manassEro,
María de los Ángeles, De la argumentación al derecho razonable. La teoría de
la argumentación de Chaim Perelman y su repercusión en el Derecho, EUNSA,
Pamplona, 1995.
98
Su clásica obra es Topik und Jurisprudenz, Beck, 1952, con permanentes
reediciones. Este libro ha sido traducido al castellano por Luis Díez-Picazo bajo el
título Tópica y Jurisprudencia (Taurus, Madrid, 1964, con prólogo de E. García de
Enterría). A su vez, Jorge M. Seña tradujo (revisión de Ernesto Garzón Valdés y
Ruth Zimmerling) un importante conjunto de artículos del autor en relación a este
asunto y que recibió el título de Tópica y Filosofía del Derecho, Gedisa, Barcelona,
1991, con observación preliminar de E. Garzón Valdés. Para un estudio de conjunto
de la obra de este autor, cfr. mi trabajo: La ciencia del derecho como saber retórico-
tópico: el planteamiento de Theodor Viehweg, ED, t. 185, p. 1270.
la intErprEtación Jurídica 369
99
Digesto, 50, 17, 1, que traduzco como: “La esencia de la regla es enunciar
brevemente una cosa preexistente. El derecho no debe extraerse de la regla, sino
que del derecho que preexiste, debe extraerse la regla”.
100
Fallos, 244:548 (el énfasis es del original).
370 tEoría dEl dErEcho
101
CSJ 353/2020/CS1, “Fernández de Kirchner, Cristina en carácter de Pre-
sidenta del Honorable Senado de la Nación s/ acción declarativa de certeza”, sent.
del 24/4/2020, consid. 3°, voto de mayoría.
la intErprEtación Jurídica 371
texto romano como el dictum del juez Boffi Boggero procuran llamar
la atención acerca de que no es posible prescindir de esa realidad.
102
zulEta pucEiro, Enrique; rabbi-baldi cabanillas, Renato, y manassEro,
María de los Ángeles, ob. cit. en nota 74, p. 19.
372 tEoría dEl dErEcho
103
Kaufmann, Arthur, ob. cit. en nota 95, ps. 56 y 57 (el énfasis corresponde
al original).
la intErprEtación Jurídica 373
104
Ibíd., p. 84. Cfr., en análogo sentido, bEtti, Emilio, Interpretación de la ley
y de los actos jurídicos, Edersa, Madrid, 1975 (del italiano por J. L. de los Mozos),
ps. 48 y 77, entre otras.
105
Cfr., por todos, dworKin, Ronald, Taking rights seriously, Duckworth,
Londres, 5ª ed., 1987, ps. 81 a 130.
106
Cfr., al respecto, atiEnza, Manuel, Sobre lo razonable en el derecho, “Re-
vista Española de Derecho Constitucional”, 9, 27, septiembre-diciembre 1989, ps. 93
a 110 y, del mismo autor, Los límites de la interpretación constitucional. De nuevo
sobre los casos trágicos, “Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad
Autónoma de Madrid”, Madrid, I, 1997, ps. 245 a 265.
107
Kaufmann, Arthur, ob. cit. en nota 95, ps. 84 y 85.
108
CSJN, causa “M.D.H. c/ M.B.M.F.”, sent. del 29/4/2008 (apart. V del dic-
tamen de la procuradora Marta Beiró de Gonçalvez, que el Tribunal hace suyo.
374 tEoría dEl dErEcho
112
No entraré aquí a la discusión acerca del acierto de aludir a un “conflicto”
entre principios o derechos, el que, a mi juicio, en ciertos supuestos es inevita-
ble. Acerca de la inconveniencia de tal planteo, cfr. sErna, Pedro, “Derechos fun-
damentales: el mito de los conflictos de derechos. Reflexiones teóricas a partir de
un supuesto jurisprudencial sobre intimidad e información”, Humana Iura, 4, 1994,
Pamplona, ps. 197 a 234, y tollEr, Fernando, “Propuestas para un nuevo modelo
de interpretación en la resolución de conflictos entre derechos constitucionales”,
Anuario de Derecho, Universidad Austral, vol. 4, 1998, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, ps. 225 a 252, y con posterioridad, sErna, Pedro, y tollEr, Fernando, La
interpretación constitucional de los derechos fundamentales. Una alternativa a los
conflictos de derechos, La Ley, Buenos Aires, 2000, passim.
113
zagrEbElsKi, Gustavo, ob. cit. en nota 110, p. 110.
114
Ibíd., p. 118.
115
Ibíd., p. 111.
376 tEoría dEl dErEcho
116
alExY, Robert, Ponderación, control de constitucionalidad y representación,
LL, t. 2008-F, p. 785 (del inglés por R. González de la Vega). Cfr., asimismo, de
este autor, Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica, Rev. “Doxa”, n° 5,
1988 (del alemán por M. Atienza), esp. p. 147.
117
alExY, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 2014 (2° edición en español, trad. y estudio introductorio
de Carlos Bernal Pulido), ps. 91, 92 y 94.
118
alExY, Robert, ob. cit. en nota 116, p. 785.
119
alExY, Robert, Sobre reglas y principios, LL, Suplemento Actualidad,
Buenos Aires, diario del 30/10/2008, p. 1 (del inglés por Pilar Zambrano).
120
alExY, Robert, ob. cit. en nota 116, p. 785. Una aplicación de estos sub-
principios puede encontrarse, entre muchos ejemplos, en la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en las ya mencionadas causas “Hooft” y
“Gottschau”, Fallos, 327:5118 y 329:2986, respectivamente, en las que se señala –a
propósito de la tensión entre el interés colectivo y el derecho de igualdad– que este
último debe alcanzarse por el “medio menos restrictivo y no solo uno de los medios
posibles para alcanzar dicha finalidad”. En análogo sentido, la Cámara Federal
la intErprEtación Jurídica 377
123
Una implementación de los criterios expuestos se advierte, v. gr., en la
Cámara Federal de Apelaciones de Salta, entre otras, en la causa “Incidente de
prisión domiciliaria de Sánchez”, sent. del 16/6/2016, en la que tras ponderar, de un
lado, “los fines del proceso y la actuación de la ley penal” y, de otro, “los derechos
y garantías del imputado” “a partir de un análisis integral de los elementos de
juicio”, tales como la edad del requirente (73 años); su precario estado de salud; la
detención por un lapso superior a tres años; la conducta evidenciada durante ese
período; su arraigo y contención socioambiental, dispuso su prisión domiciliaria en
los términos del Programa de Asistencia de Personas bajo Vigilancia Electrónica.
Por el contrario, en la causa “Incidente de prisión domiciliaria de Vargas Ríos,
Deisy”, sent. del 26/6/2015, tras considerar, por un lado, el principio de libertad
que rige en todo proceso y, por otro, el del “superior interés del niño”, denegó la
requerida prisión domiciliaria de la madre pues más allá de que formalmente re-
úne el requisito del art. 32, inc. f de la ley 24660, se considera que “existen serias
sospechas de riesgo hacia los menores que allí residen”, teniendo en cuenta que la
Sra. Vargas, procesada por un delito agravado “por servirse y cometerse en per-
juicio de menores”, había empleado la vivienda “como lugar para guardar droga,
incluso utilizando para ello a uno de sus hijos”. Asimismo, en la causa “Guzmán,
J. C./Guzmán, C. E”, sent. del 14/4/2015, dicho Tribunal mantuvo la excarcelación
concedida en primera instancia a quien gozaba de prisión domiciliaria con sus-
tento en que “los peligros procesales van disminuyendo con (. . .) el avance de la
instrucción, la que se encuentra con procesamiento firme”, sin que se adviertan
“medidas pendientes por realizar en las que la imputada pueda entorpecer su
producción”, máxime si acaba de dar a luz un hijo, posee domicilio fijo dentro de
la jurisdicción, arraigo y se mantuvo a derecho durante el cumplimiento de dicha
medida de coerción atenuada, por lo que la “presunción de elusión de la justicia”,
en las actuales circunstancias, “ha dejado de ser tal”.
124
dworKin, Ronald, ob. cit. en nota 105, p. 41.
380 tEoría dEl dErEcho
por los principios– nace el deber ser. Sobre esto –las connotaciones
objetivas de valor provenientes de una realidad de hecho, una vez
puesta en contacto con principios– puede trabajar la razón; sobre
esto puede haber un enfrentamiento mediante argumentos que no
sean meros disfraces de la voluntad, sino auténticos llamamientos
a una comunidad de razón”125.
125
zagrEbElsKi, Gustavo, ob. cit. en nota 110, p. 121. Como expresa priEto
sanchís, Luis, “El constitucionalismo de principios ¿entre el positivismo y el ius-
naturalismo? (A propósito de El derecho dúctil de Gustavo Zagrebelski)”, Anuario
de Filosofía del Derecho, XIII, 1996, p. 138 –y el ejemplo es válido para todo el
derecho constitucional comparado– “cuando la Constitución proclama la igualdad
no establece cuándo una determinada circunstancia fáctica puede ser tomada en
consideración para operar una diferenciación normativa; esto es algo que hace
el Tribunal Constitucional pero no con base en la Constitución, que nada dice
de forma concluyente, sino a partir de su propio razonamiento acerca de lo que
merece ser tratado de manera igual o desigual”. De ahí que, completa esta au-
tor, “lo importante es que se hace del razonamiento una exigencia constitucional
y, por ello, cabe decir que los valores, principios y derechos fundamentales
contribuyen a hacer más difíciles los casos más fáciles, esto es, obligan a un
planteamiento siempre más problemático de las soluciones sencillas basadas
en la subsunción”.
la intErprEtación Jurídica 381
126
aristótElEs, Ética a Nicómaco, 1137 b 15-25. Se ha seguido la traducción
francesa de J. Tricot, Vrin, París, 1983, p. 267 (énfasis añadido). La doctrina
ha ensayado diversas clasificaciones sobre la equidad a partir de sus distintas
funciones. Además de la que se presenta en estas páginas, y de la que me ocupé
in extenso en “La interpretación del derecho de acuerdo a ‘equidad’ en la reciente
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia argentina”, Persona y Derecho,
n° 40, Pamplona, 1999, cfr. vigo, Rodolfo Luis, Distintas concepciones de la equidad,
LL, t. 2015-C, p. 1314.
127
Ibíd., 1137 b 10.
128
Cfr. causas “Dalera, Juan Manuel” (CNCiv., Sala F, 17/8/1995 y su
remisión al dictamen del Fiscal ante la Cámara, Dr. Carlos R. Sanz), LL, t. 1997-E,
p. 569, o “T., J. A. s/ adop. plena” (CCiv. y Com. Santa Fe, 21/12/1995, confirmatoria
de la resolución del juez de primera instancia Carlos A. González), LL, t. 1997-F, p. 145.
129
Cfr., entre muchos otros, Fallos, 302:1284; 316:1025 o 318:371.
la intErprEtación Jurídica 383
ii.
directriz deL controL de constitucionaLidad de Las Le-
yes. La función mediante la que se declara la inconstitucionalidad
de las leyes constituye una de las dimensiones más relevantes –si
no la de mayor trascendencia– del Poder Judicial. Al contrario de
lo que sucede con la epikeia, en la que, como se dijo, se corrige el
tenor literal de la ley para que abarque ciertos hechos no contem-
plados por esta, en este caso se la declara inviable para resolver el
supuesto bajo estudio, aunque mediante la remisión a otra norma,
de rango superior, que, obviamente, comprende a aquel. A este
respecto, si bien se advierte una inaplicación del texto examinado,
esta no se realiza en virtud de una valoración de factores “extra-
normativos”, sino a partir de una “puesta en correspondencia” entre
aquella norma y un texto constitucional, naturalmente, siempre
en conexión con las circunstancias de la causa. De ahí que tanto
en esta directriz como en la anterior se está en un horizonte ne-
tamente “intranormativo”, a diferencia de lo que más adelante se
384 tEoría dEl dErEcho
130
“Iachemet, María Luisa c/Armada Argentina”, sent. del 29/4/1993 (Fallos,
316:779).
la intErprEtación Jurídica 385
131
Así, rodríguEz molinEro, Marcelino, ob. cit. en nota 58, p. 230. Para un
estudio específico de esta directriz, la que es vinculada de modo original con diver-
sas propuestas teóricas, cfr. pachEco barassi, Leandro T., La directriz teleológica
en la interpretación jurídica, en prensa, Ábaco, Buenos Aires, 2021.
132
Cfr. solEr, Sebastián, La interpretación de la ley, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1962, p. 123, y radbruch, Gustav, ob. cit. en nota 7, p. 122.
386 tEoría dEl dErEcho
133
Cfr. Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, causa “Mc Culloch
v. Maryland”, 4 Wheat 314, 407.
134
rodríguEz molinEro, Marcelino, ob. cit. en nota 58, ps. 230 y 231.
135
Fallos, 312:112 y sus citas; 321:1124; 330:2093 y muchos otros. Cfr.,
asimismo, la causa “Ortiz, Benancia”, citada en la nota 80.
136
Fallos, 322:1699, su cita y muchos otros.
la intErprEtación Jurídica 387
137
Fallos, 307:696 y otros. Cfr., asimismo, Fallos, 307:871 y su cita; 315:929
y su cita; 315:942, su cita y muchos otros. En análogo sentido, la Cámara Federal
de Apelaciones de Salta, in re, “Villafañe, Mónica L. (en repr. de su hijo) c/ OSMIT”,
sent. del 1/12/2011, expresa que si bien el certificado de discapacidad previsto por
el art. 3° de la ley 22431 (ref. por ley 25504) no prevé la “indicación de transporte
especial”, sí alude a las “posibilidades de rehabilitación del afectado”, por lo que
aquel se impone si se tienen en cuenta la “patología del menor”, la “solicitud” de
la médica, el anterior certificado y el “superior interés del niño”. De igual modo,
dicho Tribunal, en “Segovia, Guillermo D. s/ incidente de prisión domiciliaria”, in re,
sent. del 12/5/2016, concedió la prisión domiciliaria prevista por el inc. f del art. 32
de la ley 24660 al hijo de una persona discapacitada al considerar que reducir el
beneficio exclusivamente a la “madre” o, en definitiva, a la “mujer”, conduciría a
una conclusión contradictoria con lo estatuido por el estándar de igualdad que
dimana de la Constitución Federal, tratados internacionales y los principios pro
homine e in bonam partem, puestos en correspondencia con las circunstancias
del caso, de las que surgía que la mujer del detenido, por razones laborales y de
deberes hacia sus hijos, hallaba dificultad en ocuparse de su suegro. Semejante fue
la respuesta de la Cámara Federal de Casación Penal, Sala III, causa “Bagnato,
Adolfo H. s /recurso de cas.”, sent. del 15/9/2009. Asimismo, en la causa “Cruz,
Reina c/ ANSeS s/ reajustes varios”, sent. del 11/5/2015, la citada Cámara salteña,
al ponderar que las leyes 24476 y 25994 posibilitaron a quienes hubieran alcanzado
la edad para acceder a una jubilación pero carecieran de los pertinentes aportes
que la obtuvieran a través de un plan de pago, dejó sin efecto la resol. ANSeS
884/06 por la que obliga a que aquellos que gocen de otro beneficio, en orden a
obtener el peticionado, deban proceder “a la cancelación total de la deuda”, pues
“ello significa, en los hechos, una denegación definitiva, pues es difícil pensar que
con la suma que percibe por el otro beneficio pueda hacer frente a las cuotas de
la moratoria y obtener en el corto plazo [se trataba de una persona de 78 años] el
haber jubilatorio pretendido”.
138
Fallos, 307:862 y otros.
388 tEoría dEl dErEcho
139
Fallos, 241:291, entre otros.
140
viEhwEg, Theodor, ob. cit. en nota 98, p. 67.
141
Ibíd., loc. cit.
la intErprEtación Jurídica 389
142
Cfr. Fallos, 186:170; 205:614; 320:619 y su cita; 329:1092, sus citas y otros.
143
Cfr., entre otros, Fallos, 186:170; 205:614 y muchos otros.
144
Cfr. Fallos, 323:2256, entre otros.
145
Cfr., entre otros, Fallos, 205:614; 247:646 y sus citas; 324:5 y muchos otros.
146
Así, Fallos, 33:162. Cfr., asimismo, Fallos, 313:1513; 329:1092, sus citas
y muchos otros.
147
Cfr., entre otras, causa “Ekmekdjián”, Fallos, 315:1492, consid. 21 voto de
la mayoría, criterio reiterado en las causas “Giroldi” (1995), Fallos, 318:514; “Acosta,
Beatriz” (1998), Fallos, 321:3555, voto de los jueces Boggiano y Bossert; “Napoli”
(1998), Fallos, 321:3630, voto de mayoría y voto del juez Fayt, consid. 8°; “Alianza
Frente para la Unidad” (2001), Fallos, 324:3143, voto de mayoría, consid. 8°, 4° párr.;
voto concurrente de los jueces Fayt y Vázquez (consid. 12); voto concurrente de los
jueces Belluscio y Bossert, consids. 8°, 4° párr. y voto del juez Boggiano, consid. 18,
o “Aparicio, Ana Beatriz y otros c/ EN –CSJN Consejo de la Magistratura-art. 110
s/ empleo público”, sent. del 21/4/2015, Fallos, 333:234.
148
Cfr., entre muchas, causas “Mazzeo”, Fallos, 330:3248, voto de la mayo-
ría (jueces Lorenzetti, Highton, Maqueda y Zaffaroni); “Videla”, Fallos, 333:1657
y, más recientemente, “Espíndola, Juan G.”, consid. 19, Fallos, 342:584, en el
que considera que “los estándares fijados por la Corte IDH (. . .) constituyen una
imprescindible pauta hermenéutica (. . .) que han de servir de guía para la inter-
pretación de los preceptos contenidos en ella”. Tal y como procuré mostrarlo en
diversos trabajos a partir del examen tanto de la jurisprudencia del Alto Tribunal
como de la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos (cfr. nota 191 del
cap. I), contrariamente a lo que considera un importante sector de la doctrina –cfr.,
por todos, sagüés, Néstor P., Los conjueces de la Corte Suprema de Justicia de la
390 tEoría dEl dErEcho
Nación (A propósito del caso “Aparicio, Ana Beatriz”), LL, t. 2015-B, p. 1113, AR/
DOC/1422/2015– no advierto diferencias conceptuales en la consideración del Alto
Tribunal de la jurisprudencia interamericana, según se trate de una “guía” o de
una “insoslayable pauta” de interpretación, por lo que no cabe inferir que de este
último giro se siga, como afirma el autor citado, la obligatoriedad erga omnes de
las decisiones del tribunal interamericano en los países en los que se ha aceptado
su jurisdicción.
149
Causa “Llerena” (2005), Fallos, 328:1491 (el énfasis no corresponde al
original). Cfr., también, entre otras, la causa “Microómnibus Barrancas de Belgrano
S.A.” (Fallos, 312:2490).
la intErprEtación Jurídica 391
150
Causa “Carranza Latrubesse, Gustavo c/ Estado Nacional”, sent. del
6/8/2013, Fallos, 336:1024. Semejante es el criterio de quienes conformaron la mino-
ría, los jueces Argibay (consids. 8 y siguientes) y Highton y Lorenzetti (consid. 7°).
Comparte mi percepción del voto de los ministros en esta causa trucco, Marcelo,
“Efectos de las recomendaciones de la CIDH”, LL, t. 2014-B, p. 73.
151
dE los mozos, José L., “Derecho y equidad”, en Metodología y ciencia en
el derecho privado, Edersa, Madrid, 1977, p. 327.
152
d’ors, Álvaro, Derecho privado romano, Eunsa, Pamplona, 1986, p. 43.
153
Cfr., entre muchos otros, Fallos, 307:862; 311:767; 312:659; 313:946;
315:2980; 316:1025; 318:369; 320:2330, voto del juez Vázquez; 320:2829, entre
otras. Cfr. asimismo, el voto en disidencia de los jueces Barra y Cavagna Martínez
en Fallos, 316:729.
154
Fallos, 316:1972.
392 tEoría dEl dErEcho
155
La Cámara Federal de Apelaciones de Salta exhibe diversos ejemplos de
esta directriz. Cfr., entre otros, in re, “Ríos, Ricardo y ot. c/ Ejército Argentino s/
ordinario”, sent. del 22/5/2012; “Montes, Norberto c/ Estado Nacional”, sent. del
31/7/2012, en las que, en lo relativo a las costas, se lee que “en razón de la compleji-
dad de la cuestión; su naturaleza alimentaria y la existencia de resoluciones encon-
tradas a nivel nacional (. . .) se juzga equitativo imponerlas por su orden”. También
sobre esta materia –aunque vinculado a las contiendas por daños y perjuicios–,
cfr. in re “García, Liliana c/ UNJu s/ daños y perjuicios”, sent. del 26/9/2011. De
igual modo, en relación con el concepto de astreintes –con cita de jurisprudencia
nacional–, cfr, in re, “Glorioso, María O. c/ Estado Nacional s/ medida cautelar”,
sent. del 26/12/2012. En otro ámbito (in re “Tabes S.A. s/ infracción ley 19511”,
sent. del 17/5/2012, ya citada) se señala que “si bien ha quedado reconocida la falta
y el monto de la sanción está dentro de los límites vigentes al de su comisión, éste
se presenta como excesivo”, pues “la firma no tiene antecedentes”, ni se “vislumbra
un perjuicio concreto” por lo que se torna “equitativa” su reducción. Por el contrario,
en la también mencionada causa “Egam S.R.L. s/ infracción ley 19511”, sent. del
15/10/2009, se consideró que “resulta equitativa” la multa impuesta “si se pondera
que para la determinación de la sanción se ha tomado un monto en cierta manera
bajo dentro de lo permitido por el art. 33 de la ley 19511”. Cfr., respecto de otros
la intErprEtación Jurídica 393
tribunales, entre tantos ejemplos, CNCiv., Sala B, “Silvestri, Hilda R.”, sent. del
28/6/2011, LL, t. 2011-E, p. 177, con nota de urE, Carlos Ernesto, Honorarios del
abogado. Mínimos de equidad; CNCiv., Sala G, “G., M. E. c/ P., R. P. y ot. s/ daños
y perjuicios”, sent. del 23/6/2014, LL, t. 2014-E, p. 584, con nota de fidElibus, José
María, Equidad: primer parámetro para el juez del Estado de Derecho.
156
Cfr. por todos, dE los mozos, José L., ob. cit. en nota 151, p. 324, y d’ors,
Álvaro, ob. cit. en nota 152, ps. 96 y 97.
157
Cfr. d’ors, Álvaro, ob. cit. en nota 152, p. 97.
158
hErvada, Javier, Introducción crítica al derecho natural, Eunsa, Pam-
plona, 6ª ed., p. 70 (el énfasis es mío). Cfr. del mismo autor, más sintéticamente,
394 tEoría dEl dErEcho
de el autor que existen otros casos en los que “no siendo posible
satisfacer el derecho, la equidad lo acomoda a las circunstancias
particulares, dándose una cierta satisfacción, que cancela la deuda
correctiva. Aquí la deuda no es atemperada, porque la deuda de
estricta justicia queda de suyo en suspenso por la imposibilidad de
satisfacer el derecho (nadie está obligado a hacer lo imposible). Lo
que ocurre es que siendo insatisfecho el derecho en sí, se le da una
satisfacción equitativa, de modo que deja viva la deuda, de suyo
suspendida por la imposibilidad de satisfacción”159.
El Alto Tribunal de nuestro país registra un suficiente empleo
de esta acepción de la voz “equidad”160. De esta familia de preceden-
Lecciones propedéuticas de Filosofía del Derecho, Eunsa, Pamplona, 1992, ps. 248 a
250. Otro ejemplo clásico de esta atemperación lo constituye, por directa aplicación
de la virtud de la solidaridad para con los habitantes de escasos recursos econó-
micos, el denominado “beneficio de litigar sin gastos”, para quienes demuestren
fehaciente la imposibilidad de abonar la tasa judicial que, como se anticipó en el
cap. III (§ 16, b, 1), constituye el precio que se ha de abonar por el acceso de todo
ciudadano a la prestación del servicio de justicia.
159
Ibíd., p. 71. El autor ilustra el punto con el siguiente ejemplo: “quien
mata injustamente a un hombre produce un daño a la esposa e hijos de la víctima
(la privación del esposo y padre); pero este daño no es, de ningún modo, evaluable
en dinero (. . .); sin embargo, no cabe duda de que se ha cometido una injusticia
con la esposa y con los hijos –además, claro está, de la cometida con la víctima–
al privarles de un bien (. . .) y esa injusticia clama reparación. La imposible
reparación justa es sustituible por una compensación equitativa: la compensación
económica. Esta compensación es sólo equitativa, pero, en las circunstancias del
caso, cancela la deuda de justicia. Obsérvese que la deuda de justicia no ha sido
anulada por la equidad, sino al contrario. Por justicia no hay ningún deber de
compensación económica por la incapacidad de evaluación; la equidad sustituye
esa incapacidad, dando al deber un cauce de cumplimiento, que de otra manera
quedaba cegado. En estos casos la equidad mira al derecho –no a la deuda–
buscando su satisfacción en lo que es posible; la solidaridad tiene en este caso por
objeto de mira al titular del derecho” (ibíd., ps. 71 y 72. El destacado me pertenece).
160
Esta apelación hunde sus raíces prácticamente en los inicios mismos
del funcionamiento de la Corte, pues ya se observa en la causa de Fallos, 5:459,
precedente al que el Alto Tribunal se remite en no pocas ocasiones. Cfr. de modo
más reciente: Fallos, 314:1881; 315:2984; 316:3156; 319:1496 o 331:2520 y su
cita. Una interesante –y a mi juicio acertada– aplicación de este sentido de la
voz “equidad” es el voto en disidencia de los jueces Fayt y Moliné O’Connor en
Fallos, 319:2446. Asimismo, cfr. la disidencia de los jueces Fayt, Petracchi y
Barra en Fallos, 314:110 y, más recientemente, “Iñigo, D. G. y otros s/ privación
ilegítima de libertad”, sent. del 26/2/19, LL, t. 2019-B, p. 73. Para un estudio en
relación con el informalismo en materia recursiva penal, cfr. crocioni, Francisco
J., Presentaciones ‘pauperis forma’ en el proceso penal, Jurisprudencia de la Corte
Suprema, LL, supl. “Actualidad”, diario del 10/7/2014, ps. 1 a 4, cita online AR/
DOC/2308/2014. Cfr., a partir del anterior art. 1069 del Cód. Civil, el trabajo de
la intErprEtación Jurídica 395
fricK, Pablo D., Indemnizaciones atenuadas por razones de seguridad (art. 1069,
C. Civ.), JA, t. 2010-I, fas. N° 1, ps. 6 a 12.
En relación con otros tribunales, cfr. el pronunciamiento de la Cámara Civil
y Comercial de Lomas de Zamora (Sala I), del 12/2/2008, en la causa “Lehocky”,
en la que se determinó una indemnización de equidad en los términos del art. 907
del Código Civil, norma ésta que, a mi juicio, corresponde al presente concep-
to. Este fallo ha sido transcripto en LL, t. 2008-F, p. 119, junto a los comentarios
de saux, Edgardo, La equidad como factor de atribución (LL, t. 2008-F, p. 125) y
de trigo rEprEsas, Félix A., El resarcimiento de equidad en el acto involuntario
(LL, t. 2008-F, p. 118). Cfr., también, el interesante fallo del TS La Rioja, “Estado
Provincial”, sent. del 31/8/2010, “Rev. de Responsabilidad Civil y Seguros”, t. 2010-
XII, p. 140 y LL Gran Cuyo, t. 2010 (diciembre), p. 1085 y el de la Sala A de la
Cámara Nacional en lo Civil, “D., A. R. y otros c/ Die, Christian Adrián y otros”,
LL, t. 2008-F, p. 197, con nota de Jorge Mario galdós, que rechazó –por ausencia
de prueba respaldatoria– el pedido de “reducción equitativa del monto de condena
peticionada en los términos del art. 1069 del Código Civil” (otra norma que, según
mi criterio expuesto en el artículo recién citado, pertenece a esta conceptualización
de la equidad).
161
Causa “Scillingo, Adolfo F.”, sent. del 6/5/1997 (Fallos, 320:854).
396 tEoría dEl dErEcho
162
manassEro, María de los Ángeles, ob. cit. en nota 74, p. 47.
163
pErElman, Chaim, y olbrEchts-tYtEca, Lucien, Tratado de la argumen-
tación. La nueva retórica, Gredos, Madrid, 1989, p. 409.
la intErprEtación Jurídica 397
164
pErElman, Chaim, La lógica jurídica y la nueva retórica (del francés por
Luis Díez-Picazo), Civitas, Madrid, 1988, ps. 167 y 168.
165
Fallos, 322:2780.
166
gadamEr, Hans Georg, ob. cit. en nota 1, p. 399.
167
vigo, Rodolfo, ob. cit. en nota 44, p. 152.
168
holmEs, Oliver W., The path of the law, “Harvard Law Review”, vol. 10,
p. 457, citado en Fallos, 313:1232.
398 tEoría dEl dErEcho
169
vigo, Rodolfo, ob. cit. en nota 44, p. 158.
170
manassEro, María de los Á., ob. cit. en nota 74, ps. 47 y 48.
171
dEhEsa dÁvila, Gerardo, Introducción a la retórica y a la argumentación,
4ª ed., Editorial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, 2007, p. 538.
172
Ibid., ps. 538 a 541. Un ejemplo de la aplicación de las consecuencias enla-
zado con el principio pro actione puede hallarse en CFed. Salta, “Fiscal Federal de
Orán interpone recurso de queja en la causa P.697/07”, in re, sent. del 17/11/2009, en
la que se hizo lugar al recurso interpuesto respecto de la excarcelación dispuesta en
la intErprEtación Jurídica 399
175
Fallos, 315:158, entre muchos otros. De modo semejante, en Fallos,
310:267 expresa que “uno de los índices más seguros para verificar la razonabilidad
de la inteligencia de una norma y su congruencia con el resto del sistema del que
forma parte, es la consideración de sus consecuencias”.
176
Fallos, 314:1764, y muchos otros.
177
Cfr. rabbi-baldi cabanillas, Renato, “Estudio introductorio a la segunda
edición”, en ídem (coord.), Las razones . . ., ob. cit. en nota 1, p. 25.
la intErprEtación Jurídica 401
178
Cfr., respectivamente, BallEstEros, Jesús, Sobre el sentido del derecho,
Tecnos, Madrid, 1984, p. 106, y cotta, Sergio, ¿Qué es el derecho?, Rialp, Madrid,
1993, p. 54 (trad. del italiano por J. J. Blasco).
179
tarEllo, Giovanni, Interpretazione della Legge, Giuffrè, Milano, 1980,
p. 378 (existe traducción castellana de Diego Dei Vecchi, prólogo de R. Guastini,
La interpretación de la ley, Palestra, Lima, 2013).
402 tEoría dEl dErEcho
180
La enunciación remite, genéricamente hablando, al ya citado dworKin,
Ronald, ob. cit. en nota 105, esp. ps. 22 a 24. Sobre la diversa interpretación que
estos criterios o estándares han merecido a los comentadores del antiguo profesor
la intErprEtación Jurídica 403
de Oxford, me remito, sin entrar ex profeso en la discusión, a los autores y las tesis
defendidas en la nota 61 del capítulo V.
181
CNCiv., Sala I, “R. R. s/ medidas precautorias”, sent. del 3/12/1999, ED,
t. 185, ps. 407 y siguientes (el énfasis se ha añadido). Cfr. respecto de este tópico
lo que se expone en el cap. I, § 7, c, 1, i, ii.
182
El mencionado Anteproyecto de reformas al Código Civil y Comercial
propicia modificar los citados arts. 765 y 766, a mi juicio y fundamentalmente
para garantizar el tráfico de moneda extranjera en los actos jurídicos, sin que ello
suponga –que es lo que aquí interesa– que resulte alterado el equilibrio objetivo de
aquellos. Al fundamentar el cambio, la Comisión añade, en línea con lo expuesto,
que “Se propone, al mismo tiempo, derogar los artículos 7, 10 y 11 de la ley 23928,
lo cual permite a nuestro sistema salir de un régimen de nominalismo absoluto
(absolutamente insostenible y de muy dudosa constitucionalidad en la hora actual),
y pasar a otro de nominalismo relativo, que admite la validez de las cláusulas de
estabilización y luce más acorde con la realidad económica”.
Precisamente en función de dicha realidad es interesante lo dispuesto por
la CNCiv., Sala H, “C., M. A. c/ F. G. S. s/ alimentos”, sent. del 30/6/2017, LL, t.
217-E, p. 671, que, al ordenar la actualización semestral de la cuota alimentaria
en favor del hijo de las partes con sustento en la “situación económica vigente”
y la “mayor edad de aquel”, todo lo cual consulta “el interés superior del niño”,
expresa (con inocultable incomodidad, que es lo que la reforma procura evitar) que
ello “no implica contrariar la prohibición” de la ley 23928 de actualizar la moneda e
indexar precios “sino tan solo comprender estimativamente las reales necesidades
del menor de acuerdo con cada época y reconocer el efecto inflacionario que padeció
y aún padece el país”.
404 tEoría dEl dErEcho
183
zulEta pucEiro, Enrique; rabbi-baldi cabanillas, Renato, y manassEro,
María de los Ángeles, ob. cit. en nota 75, p. 55, a partir de lo expuesto por el citado
tarEllo, ob. cit. en nota 179, esp. p. 382.
184
La Corte Suprema, en la ya mencionada causa de Fallos, 331:942 (cfr.
supra, nota 108), parece asumir ambas facetas del argumento de los principios a
propósito de la citada directriz del “interés superior del niño”. Sobre el particular,
tras considerar que la sentencia de la anterior instancia es arbitraria por disponer
la tenencia provisoria de una niña –que venía ejerciendo el padre– a favor de su
madre sin razones respaldatorias, afirmó, a propósito de la exégesis del anterior
art. 206, 2º párr., 1º parte del Cód. Civil, que “los textos positivos deben contrastarse
con los antecedentes de hecho, máxime en estos asuntos en los que, tal como lo
apunta la doctrina, el interés del niño –de rango superior–, opera imperativamente
en un papel integrador, que llena los eventuales vacíos de la ley y prevalece sobre
los preceptos cuya implementación se revele contraria a los derechos de aquél” (el
destacado me pertenece).
Una variada aplicación de la faceta “interpretativa” la ofrece la CFed. Sal-
ta. Así, in re, “Lenis, Ana M. s/ prisión domiciliaria”, sent. del 27/6/2011 y “Pichotti,
Josefina S. –inc. prisión domiciliaria–”, sent. del 21/6/2011, donde señala que “si
bien es cierto que la causante acreditó ser madre de una niña menor a cinco años de
edad [con lo que le correspondería la detención domiciliaria, ley 24660, art. 32, inc
“f”], también se observa (. . .) que el domicilio fijado es justamente el lugar donde se
comprobó la persecución del delito” y en el cual venía desempeñando la “detención
morigerada”, por lo que sumado a los “fuertes indicios que la vinculan con la comer-
cialización del material tóxico”, se concluye que emergen “circunstancias que obstan
la concesión del beneficio en función de los ‘mejores intereses del niño’”, máxime si
éstos se encuentran al cuidado de familiares directos. Por el contrario, al mediar
circunstancias fácticas opuestas, in re, “Inc. prisión dom, Carrizo, Liliana”, sent.
del 8/5/2019, dicho tribunal hizo lugar a la detención domiciliaria de la madre con
sustento en el referido criterio estándar del “superior interés del niño”. Asimismo,
en la causa “Gerónimo, Sandra y Miranda, Ramón en rep. c/ Programa Federal
Incluir Salud s/ amparo”, sent. del 6/8/2015, a propósito de menores discapacitados,
se señala que dicha directriz “viene tanto a orientar como a condicionar la decisión
la intErprEtación Jurídica 405
de los jueces”, con cita de Fallos, 322:2701; 324:122 y 327:2413. De igual modo,
en relación con el principio de “buena fe”, en su antes mencionada resolución, in
re, “García, Liliana c/ UNJu s/ daños y perjuicios”, sent. del 26/9/2011, se lee, con
cita de jurisprudencia y doctrina nacionales, que “la buena fe cumple una función
‘integradora’, al crear al lado de las obligaciones expresamente asumidas por las
partes, los ‘deberes de protección’, contemplando el plexo contractual con aquellas
conductas que son necesarias para que el acreedor pueda alcanzar las expectativas
tenidas en mira al contratar”, por lo que, citando a Marcelo Salerno, se concluye
que “la buena fe instaura la honestidad en el terreno jurídico”. Sobre tales bases,
cfr. lo expuesto por dicha Cámara, entre otras, en la causa, in re, “López Sáenz,
Patricia c/ Administración de Parques Nacionales s/ contencioso administrativo”,
sent. del 18/11/2014.
185
Cfr. en relación a este punto, lorEnzEtti, Ricardo L., El juez y las sen-
tencias difíciles. Colisión de derechos, principios y valores, LL, t. 1998-A, p. 1039,
quien con diversas alternativas teóricas y abundantes ejemplos proporciona dis-
tintas fórmulas a fin de evitar la aporía de la colisión. Cfr., asimismo, entre una
bibliografía cada vez más extensa, los sugerentes estudios de martínEz puJaltE,
Antonio-Luis, La garantía del contenido esencial de los derechos fundamentales,
Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1997, passim; cianciardo, Juan, El
conflictivismo en los derechos fundamentales, Eunsa, Pamplona, 2000, passim y,
del mismo autor, El principio de razonabilidad. Del debido proceso sustantivo al
moderno juicio de proporcionalidad, Ábaco, Buenos Aires, 2004, passim, además
del ya citado estudio de sErna y tollEr de la nota 112.
406 tEoría dEl dErEcho
186
Cfr., en análogo sentido, causa “S., V. c/ M., D. A.” (Fallos, 324:975),
en que se invocaron los derechos a la libertad de información, de un lado, y a la
intimidad, de otro, procediendo el Tribunal a precisar el alcance de cada uno de
ellos en la concreta situación en la que se hallaban, garantizando “en la mayor
medida posible” cada uno de los derechos en disputa. Otro ejemplo lo proporciona
el caso “Gualtieri Rugnone de Prieto” (Fallos, 332:1867), en el que se halla en
juego “derechos igualmente legítimos de dos categorías de sujetos pasivos: los de la
supuesta víctima secuestrada”, quien “tiene derecho a que se respete su autonomía
personal” y el de “sus supuestos parientes biológicos”, quienes “reclaman con
legitimidad que termine la continuidad del delito” (consid. 17 del voto de mayoría,
suscrito por los jueces Lorenzetti y Zaffaroni). A juicio de dichos magistrados, la
solución a la que se arriba (cfr. consid. 22), sin ser la ideal, es la “menos lesiva de
los derechos de todas las víctimas” y la “más respetuosa de la dignidad humana
de todas ellas” (consid. 25). Sobre este último caso, cfr. mi estudio “El principio de
proporcionalidad, la dignidad humana y la jurisprudencia de la Corte Suprema.
Un análisis desde la perspectiva de Robert Alexy”, en alExY, Robert; alonso,
Juan Pablo y rabbi-baldi cabanillas, Renato (coords.), Argumentación, derechos
humanos y justicia, Astrea/AAFD, Buenos Aires, 2017, ps. 231 a 253.
187
Cfr. atiEnza, Manuel, “Sobre lo razonable . . .”, ob. cit. en nota 106, ps. 99
a 101.
la intErprEtación Jurídica 407
188
Ibíd., p. 101.
189
Cfr., en análogo sentido, la citada causa “F.A.L.” (Fallos, 335:197) en la que
los votos concurrentes de los jueces Argibay y Petracchi –no así, según estimo, el de
mayoría– dan cuenta que, entre el derecho de la persona por nacer y el de la madre
embarazada como consecuencia de una violación, “se está en presencia de un severo
conflicto de intereses (. . .) que el legislador consideró no evitable de otro modo que
afectando los derechos del nasciturus” (consids. 13 y 14, 1° y último párrs. del voto
de la jueza Argibay y 9° y 10 del voto del juez Petracchi). Con prescindencia del
acierto o no de la exégesis dada a la norma aplicable (cfr., al respecto, mi citado
estudio El aborto no punible en la Argentina: consideraciones sobre el sentido de
la norma permisiva y prospectivas desde una filosofía del derecho constitucional,
a partir del caso ‘F.’ de la Corte Suprema, “Pensar en Derecho”, núm. 0, año 1,
2012, Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires), es interesante apuntar
que la precedente proposición (que ubica al caso en el horizonte de los “trágicos”),
no es conclusiva, ya que ambos votos reprochan a la parte recurrente –defensora
de la vida del feto– que “omitiera desarrollar (y a ello la obligaba su propia cons-
trucción argumental) un análisis exhaustivo tendiente a determinar si someterla
a continuar forzosamente el embarazo (. . .) no pudiera derivar en un perjuicio de
una severidad” mayor que la de evitarlo a través de “medidas alternativas” que
aquella parte había propuesto (v. gr., asistencia psicológica a la niña y su entorno
familiar) (consid. 13, últ. párr. y 11, respectivamente). A contrario, tal proposición
entraña reconocer que si dicha “construcción argumental” hubiera sido conducente
o persuasiva la interrupción del embarazo podría haberse evitado, transformando
408 tEoría dEl dErEcho
de tal modo el caso en “difícil”, lo que implica satisfacer los aspectos cuanto menos
esenciales de ambos derechos.
Otros posibles ejemplos de casos “trágicos” los constituyen las citadas causas
“Bahamondez” (Fallos, 316:479) y “Albarracini” (Fallos, 335:799), en las que se
hallaban en juego los derechos a la “vida” y a la “libertad religiosa” de los nom-
brados, miembros del grupo religioso “Testigos de Jehová”. En ambas, la opción
del Tribunal de resguardar la libertad religiosa y, en definitiva, el modo de vida
escogido por una persona en ejercicio de su autonomía de la voluntad, puede con-
llevar, inexorablemente, la cancelación de la vida de la persona, con lo que uno de
los derechos en juego no puede ser siquiera mínimamente salvaguardado.
190
Fallos, 317:779; 318:1887; 319:1131, entre muchos otros (el destacado no
pertenece al original).
la intErprEtación Jurídica 409
191
Fallos, 312:2382; 318:1894, entre otros.