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MORADA
Original de Greymar Hernández
Personajes:
Susana: No hace más que llover estos días. Y, para colmo, estas idas de luz...(En
ese instante, Javier aleja el periódico de su rostro, suspira y se inclina hacia
adelante, en señal de molestia. Susana lo observa).
Susana: (Entre dientes) Con ese carácter, pareciera que fuiste tú quien se comió
al gatito.
Se hace una pausa tensa. Javier no dice nada, solo vuelve a abrir el
periódico.
Susana: Espero que no sea el virus que está dando. A la mamá de Osorio, el del
ocho, le agarró la semana pasada, y estuvo en cama con dolor de ojos, de huesos
¡y hasta colitis!
Susana: Ay, Javier, por favor ¡qué asco! ¿Por qué tienes que ser tan escatológico?
Susana: (Avergonzada) ¡Ah, tú hablabas de...! (Riendo sola) Ay, cielo, yo pensé
que hablabas de...
Susana: (Mirando a Javier con profundo amor) ¡Amor, hoy que es feriado, te
tengo una propuesta genial! Escúchame bien: vas a descansar, a liberar el estrés,
no vas a hacer ningún esfuerzo, vas a quedarte en casa, y ahora que llegó la luz,
puedes ver una película. Yo recuerdo aquella que nos gustaba tanto, con la actriz
esa...¿Cómo era su nombre? Eso sí no lo recuerdo...es la de... la de...¡esa que
tiene los labios así! (Hace un gesto con los labios).
Susana: (Apenada) Si...lo sé, fue una broma tonta, sin sentido...
Javier: ¡Roberto!
Susana: ¿Quién?
Javier, sin poner la más mínima atención en Susana, cierra el periódico, saca
su teléfono y marca.
Javier: ¡Beto! (Risas) ¡Sí, claro que sí! ¿Qué me dices de una partida con el
Pancho y el Mateo? (Escucha) No me jodas, ¿y eso por qué? (Hace una pausa)
Ah...si, saldrás con Beatriz (Inmediatamente se le borra la alegría del rostro) sí,
me imagino. Desde luego, es tu esposa...es lógico. Hablamos luego. Si, si, estoy
bien. Hablamos luego (Cuelga y permanece muy serio y sombrío).
Javier: ¡Mierda!
Susana, asustada pero resignada, respira, cierra los ojos, vuelve a abrirlos, y
se dispone a recoger el desastre, con sumisión. Por su parte, Javier respira
con dificultad, agitado por la ira. Poco a poco comienza a calmarse. Mira el
desastre.
Susana: Mi vida, bueno...son cosas que pasan. Fue un accidente. Ten un poco de
calma y...
Javier: (Recogiendo) Nunca debí permitirlo, Susana. Perdóname.
Javier: (Interrumpiéndole, pero sin verle) Desde el principio supiste que yo era
así. ¿O no? Todos tenemos defectos (Hace una pausa y piensa) Y, bueno, ahora
que lo pienso, yo también me aguanté tus cosas. ¿ O no?
Susana canta
Susana:
El amor es así
y al hacerlo tú y yo,
Susana: (Cada vez más mecánica) Luego se mezcla la taza de la harina de maíz
morado con una taza del líquido de piña hasta que esté bien diluido. Después, se
agrega la mezcla de las frutas licuadas y cernidas, el jugo de naranjilla, el líquido
de piña con especias y la harina morada diluida a una olla grande. Se cocina a
fuego medio, revolviendo constantemente para evitar que se pegue, hasta que
hierva. Después, se debe agregar cubitos de piña y cocinar a fuego lento durante
diez minutos más. Se retira del fuego, se agregan las rodajas de fresa y se sirve,
frío o caliente.
Pausa tensa.
Ambos:
y al hacerlo tú y yo
Y en él se nos da
y lo que no se ha escrito.
Un encuentro perfecto
en medida perfecta…
Javier: ¡Esta tos del demonio! Tiene que ser el virus que está dando…
Javier: A menudo las personas dicen y hacen tantas tonterías. “Es ese virus, el
que está dando, no es otro, sino el que está dando.” ¿No es obvio? ¡Si no
estuviera dando, no me daría!
Pausa.
Pausa larga.
Susana intenta aproximarse, pero Javier avanza hacia otro lugar distinto en
el escenario.
Susana:
Me guardé tanto amor, que ahora no sé qué hacer con todo el que me sobra.
Javier:
Suena el teléfono.
Javier: (Devastado, aún sollozando) Aló…Ah, hola Beatriz. Sí, estoy bien…sí,
estoy comiendo bien, bueno estoy arreglándomelas...no, no, no te preocupes,
no…no, muchas gracias, tengo que confesarte que nunca me gustó la colada
morada, pero, como a Susana le hacía ilusión...
Blackout.