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Consecuencias de la nulidad.
La restitución.
Dado que el negocio jurídico no produce efectos, las consecuencias de la
declaración judicial de nulidad tienden a dejar las cosas en el estado inmediatamente
anterior a la celebración del supuesto negocio jurídico, lo que técnicamente se denomina
restitución.
El Código Civil establece que declarada la nulidad los contratantes deben
restituir recíprocamente las cosas que hubiesen sido materia del contrato, con sus frutos
y el precio con sus intereses.
La restitución ha de tener lugar, en principio, en forma específica o in natura
(devolviéndose las partes precisamente las cosas que fueron transmitidas en base la
negocio jurídico nulo). No siendo ello posible, conforme a las reglas generales,
procederá la restitución (recíproca o no) del equivalente pecuniario, en dinero. En tal
sentido el Código Civil establece que “siempre que el obligado por la declaración de
nulidad a la devolución de la cosa, no pueda devolverla por haberse perdido, deberá
restituir los frutos percibidos y el valor que tenía la cosa cuando se perdió, con los
intereses desde la misma fecha”.
Los supuestos de ilicitud.
La regla restitutoria no ha parecido históricamente conveniente a los supuestos
de ilicitud, ¿se satisfarían los intereses generales si el ordenamiento jurídico permitiese
que las consecuencias de vender por ejemplo, un bien de dominio público, se limitasen
a una restitución entre los contratantes?. En el Código Civil tampoco resulta aplicable
la restitución en los supuestos en que el objeto del contrato o la causa del negocio sean
ilícitos, contrarios al ordenamiento jurídico en su conjunto.
En tales casos han de aplicarse las reglas que determinan diferentes
consecuencias según que la ilicitud (civil) del objeto y de la causa constituya o no,
simultáneamente, un ilícito penal propiamente dicho (esto es delito o falta tipificado por
el Código Penal):
1)En el caso de ilícito penal se dispone que las partes carecerán de toda acción
entre sí, y se procederá contra ellos, dándose, además, a las cosas o precio que hubiesen
sido materia del contrato, la aplicación prevista en el Código Penal respecto de los
efectos o instrumentos del delito o falta. Esta disposición es aplicable al caso en que
sólo hubiese delito o falta por parte de uno de los contratantes, pero el no culpado podrá
reclamar lo que hubiese dado y no estará obligado a cumplir lo que hubiese prometido.
Noelia María Barrameda García Página 4
19.3 La anulabilidad
Un negocio jurídico anulable será aquel que puede ser impugnado o, por el
contrario, seguir produciendo efectos (incluso frente al Derecho) en caso de que su
efectiva anulación tenga lugar.
Causas de anulabilidad.
Las razones o causas de anulabilidad, de menor gravedad que las propias de la
nulidad, pueden identificarse en las siguientes:
1)Todos los vicios de la voluntad o, en su caso, del consentimiento: error,
violencia (no absoluta), intimidación y dolo.
2)Inexistencia de plena capacidad de obrar en alguno de los sujetos del negocio,
y en su caso, de las partes contratantes, tal y como ocurre en los siguientes casos: Los
menores no emancipados. Las personas sometidas a tutela conforme a sentencia de
incapacitación. Las personas sometidas a curatela (sin la presencia del curador). Los
emancipados respecto de los negocios jurídicos contemplados en el artículo 323.
3)Inexistencia de consentimiento marital o uxorio (esto es, del otro cónyuge)
respecto de los actos o negocios jurídicos onerosos realizados por el otro cónyuge,
cuando legalmente se requiere el consentimiento de ambos.
La acción de anulabilidad.
La menor gravedad o esencialidad de las carencias o vicios del negocio jurídico
anulable, en relación con el nulo, hace que la acción de anulabilidad tenga un alcance
mucho más limitado que la de nulidad.
El Código Civil denomina a la acción de anulabilidad ahora considerada “acción
de nulidad”, por ello, algunos autores consideran preferible hablar de “nulidad absoluta”
y “nulidad relativa” para referirse, respectivamente, a la nulidad y a la anulabilidad.
a) Plazo de ejercicio:
La acción de anulabilidad sólo durará cuatro años. Se trata de un plazo de
caducidad, que ha de computarse de forma diversa, según la naturaleza de la causa de
nulidad:
1)El punto inicial del cómputo es la “consumación del contrato” (expresión que
ha de asimilarse a perfección del mismo o a la celebración del negocio jurídico de que
se trate) sólo en los casos de error o dolo.
2)Por el contrario, en las demás causas de anulabilidad, el cómputo inicial queda
retrasado a un momento posterior a la celebración del negocio jurídico anulable:
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