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ABOSO
hammurabi
JOSÉ LUIS DEPALMA EDITOR
El delito de robo agravado por el uso de armas
GUSTAVO E. ABOSO
DOCTOR EN DERECHO, UNED, MADRID (ESPAÑA).
PROFESOR DE DERECHO PENAL,
UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES, UNIVERSIDAD AUSTRAL,
UNIVERSIDAD DE BELGRANO, UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA
Y UNIVERSIDAD DE AZUAY, CUENCA (ECUADOR).
DEFENSOR DE CÁMARA EN LO PENAL, CONTRAVENCIONALY DE FALTAS
DEL PODER JUDICIAL DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
DIRECTOR DEL SUPLEMENTO DE DERECHO PENAL Y PROCESAL PENAL DE ELDIAL.
GUSTAVO E. ABOSO
El delito de robo
agravado por el uso
de armas
DOBLE FUNDAMENTACIÓN DE LA AGRAVANTE. CONCEPTO DE ARMA.
CASUÍSTICA. ARMAS PROPIAS E IMPROPIAS. ANALOGÍA PROHIBIDA.
INSTRUCCIONES AL JURADO. CONCURSO DE DELITOS
TIPOS DELICTIVOS h,
Producción integral
concept design
de FERNANDO LUCAS DEPALMA
Tel.: 4382-2080 (líneas rotativas)
GUSTAVO E. ABOSO
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS
1” edición, Buenos Aires, Hammurabi, 2019
272 ps.,23x 16 cm.
Tipos delictivos; 1
ISBN: 978-950-741-960-7
1. Derecho penal
CDD 345
Fecha de catalogación: 25/2/2019
A MI QUERIDA FLORENCIAY MIS HERMOSOS HIJOS,
SANTINO, SERENA, JUSTINA, JOSEFINA Y LOURDES,
GRACIAS POR TODO EL AMOR RECIBIDO
PRESENTACIÓN
turaenelPoder
Judicial y Ministerios Públicosy, porsupuesto, lacolaboración
en ellas; y el vasto
y amplio mundo del abogado litigante.
Especial recuerdo, en este sentido, metraen las enseñanzas, criterios prag-
máticosy obras quetuve ocasión derecibirdepartededos “prácticos” enlaju-
dicatura, con quienes trabajé muchos años: Eduardo A. Valdovinos y Guiller-
moR. Navarro. Sirva este inicio de modesto homenaje ala memoria de ambos.
Yaen lo que refierea este primer volumen, cumple hacer referenciaa este
punto de partida.Sisepiensa enelconcepto de autor solvente en Derecho pe-
nal, estudioso, que tenga obra escrita permanente y profunda desde hace
más de veinte años, con un vasto ejercicio profesional que le permita detec-
tar los problemas que a diario se plantean en los tribunales, debe concluirse
que el mejor modo de comenzar la colección es con un texto de Gustavo Abo-
so. La amistad personal y las relaciones profesionales forjadas entre ambos
durante un cuarto de siglo en nada empañan la objetivad de la conclusión.
Hay en curso de redacción el abordaje de diversostipos delictivos: Javier de
la Fuentey Mariana Saldunatratarán los abusossexuales; Sergio Rodríguez, el
enriquecimiento ilícito de empleados y funcionarios públicos; Ignacio Mahí-
ques, las negociaciones incompatibles con la función pública; Gustavo Aboso
hará nuevamente lo propio, con el homicidio alevoso; el tráfico de influencias
y el homicidio en ocasión derobo serán desarrollados por quien suscribe;
en el
caso del segundo título aludido, en coautoría con Gustavo Goerner.
Finalmente, quiero agradecer muy especialmente a José Luis Depalma y a
Fernando Depalma por la confianza personal y profesional implícita en la ta-
rea que me queda encargada. José Luis ideó este proyecto hace casi quince
años. Distintas razones demoraron la concreción. Y aquí estamos, frente al
desafío de algo que comienza con un tema controvertido, siempre polémico
y en esta ocasión tratado con excelencia y rigor técnico. Son coprotagonistas
con la estética de un libro muy cuidado, grato de manipular y amigable a la
vista, detalles propios de esta Editorial. Y eso es bueno, porque en la forma
también está el mensaje que quiere hacerse llegar al lector.
SANDRO ABRALDES *
Buenos Aires, verano de 2019
Esta nueva obra me llena de orgullo y satisfacción por varios motivos. Uno
de ellosy para mí el más importante, es que mi gran amigoy director de esta
inédita colección denominada "Tipos delictivos”, el Dr. Sandro Abraldes, me
propuso publicar el primer númeroy me sugirió para ello un tema de la Parte
Especial, el delito de robo con armas, que, lejos de estar trillado, refleja con
toda crudeza los problemas interpretativos que viene arrastrando esa figura
penal alolargo de décadas pesea las numerosas reformas introducidas
en su
redacción con el objeto de dotar de autonomía normativa a una conducta
agravada de apoderamiento ilícito en función del empleo de armas. No pue-
do ocultar que el encargo solicitado abrigaba en igual medida una cuota de
responsabilidad profesional y un desafio frente a la interpretación de un de-
lito complejo que dio lugar a las más variadas acepciones, muchas de ellas a
contramano del sentido de justicia impuesto de manera inherente en la ob-
servancia incondicional del principio de legalidad.
Del estudio delos motivos que originaron la necesidad
de esa reforma sur-
ge de manera inequívoca que el uso de un arma de fuego operativa y carga-
da con municiones representa la idea más acabada de su génesis normativa,
ya que la criminalidad violenta en alza en todas partes del mundo ha obliga-
do a revisary reformar las leyes penales con el objeto de adecuar la ley penal
aesa realidad social.
Sin perjuicio del intento de la ley 25.882 de regular de un modo más preci-
so el elemento medial que aparece en el centro de la escena de esa forma
agravada de robo, es decir, el arma, la doctrina judicial no ha tenido prurito
alguno en muchos casos en aupar un concepto material de ese objeto que su-
peraholgadamente el umbral de lamateriade prohibiciónyseinternademo-
14 PALABRAS PREVIAS
PRESENTACIÓN
PALABRAS PREVIAS: === censorpcs 13
ABREVIATURAS 21
$1
EL PROBLEMA DE LA CRIMINALIDAD VIOLENTA
Y LOS DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD
23
—82—
BIEN JURÍDICO TUTELADO
39
—8$3—
84
DOBLE FUNDAMENTO DE LA CAUSAL DE AGRAVACIÓN
DEL DELITO DE ROBO CON ARMAS
49
—$5—
TIPICIDAD OBJETIVA
Acción típica 63
16 ÍNDICE GENERAL
—E5—
ÁMBITO DE EXTERIORIZACIÓN DE LA INTIMIDACIÓN
O LA VIOLENCIA ORIGINADA
POR EL USO DE ARMA EN EL DELITO DE ROBO
67
—87—
—$8—
MEDIOS UTILIZADOS PARA PERPETRAR EL ROBO
a) Armade fuegos A NS 91
b) Pistola de gas 93
c) Navaja 95
d) Cuchillo 96
E) KITA ces rr
f) Jeringa 100
g) Botella con contenido inflamable 102
h) Lápiz y birome 103
1) Animales 2222-22 2 oo 103
j) Arco
y flecha 104
k) Picahielo 105
A AA 105
IT. === A A 106
n) Destornillador 106
ñ) Gas lacrimógeno 108
o) Barrade hierro 109
p) Gaspimienta 2 110
q) Botella de vidrio , . 113
r) Piedras, palos y objetos contundentes 115
3 WMeraoalicate ===. noes capis oras 119
t) Arma de utilería y réplica de arma (arma de juguete) _ 121
u) Bufanda 124
v) Cinturón 125
WI Elva de giMadla:-=== === =-=osesrs sore 125
Xx) Bate de beisbol 126
ÍNDICE GENERAL 17
—89—
—810—
EXCLUSIÓN DEL CONCEPTO DE «ARMA DE FUEGO»
811—
EXCLUSIÓN DEL CONCEPTO DE ARMA
DEL USO IMPROPIO DE AUTOMOTOR
141
— EU
ARMA DE FUEGO DESCARGADA O SIN APTITUD
PARA EL DISPARO.
CALIFICACIÓN LEGAL CORRECTA
145
—813—
814
CAUSALES DE EXCLUSIÓN O ATENUACIÓN
DELA CAPACIDAD
DE CULPABILIDAD EN EL DELITO DE ROBO
155
815
AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN CRIMINAL.
COAUTORÍA FUNCIONAL
EN LA COMISIÓN DEL ROBO CON ARMAS DE FUEGO
167
18 ÍNDICE GENERAL
—8516—
17.
518
INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL.
ALCANCE DEL TÉRMINO «ARMA»
Y SU RELACIÓN CON EL ARMA DE FUEGO
Y LA NECESIDAD DE QUE SE ENCUENTRE CARGADA
183
819
DETERMINACIÓN PROBATORIA DEL USO DE ARMA
EN LA COMISIÓN DEL ROBO
Y SU EVALUACIÓN POR PARTE DEL SISTEMA DE JURADO
ss 487
820
TENTATIVA EN EL DELITO DE ROBO CON ARMAS
197
821
CONSUMACIÓN. TEORÍA DE LA DISPONIBILIDAD MATERIAL
SRA ey
—823—
824-
CONCURSO DE DELITO DE ROBO CON ARMAS
Y PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD
219
—$25—
—$26—
$27-
CONCURSO DE ROBO AGRAVADO CON ARMA
Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD
231
—828—
$29
RELACIÓN DEL DELITO DE ROBO AGRAVADO
POR USO DE ARMA DE FUEGO
COMO ANTECEDENTE DEL TIPO AGRAVADO
DE PORTACIÓN DE ARMAS (ART. 189 «BIS», PÁRR. 8%, CP)
239
20 ÍNDICE GENERAL
—8530—
Gp
—532—=
APLICACIÓN DEL ART. 41 «QUATER» DEL CP
AL DELITO DE ROBO CON ARMIA
251
— 833 —
ye a las armas de fuego operativas como a las simuladas, siendo en todo caso
necesario que el autor haya utilizado el arma para amenazara la víctima?.
Asu turno, la Firearms Act 1968 del Reino Unido regula la posesión de ar-
mas de fuego, sus clases y la autorización pública para su comercialización.
En los Estados Unidos, donde florece la cultura por las armas de fuego”,
existen distintas regulaciones estaduales sobre el concepto de armas letales
o instrumentos peligrosos. En el caso del Estado de Maryland, su Código Pe-
nal de 2010, en su Título 4, dedicado a los crimenes con armas (weapon cri-
me), en su Subtítulo 1, Sección 4-101, titulado “Armas peligrosas” (dange-
rous weapons), establece una clasificación que incluye al nunchaku, gas pi-
mienta, estrellas afiladas de cinco puntas y otras clases de elementos corto-
punzantes.
Por su parte, el Código Penal de Michigan regula los asaltos violentos me-
dianteelusodearmasenelámbito escolaren el Act 328 (1931), Section 750.82,
y recurre a la casuística para ejemplificar el concepto material de “arma” al
decir que esetérmino incluye a las armas de fuego, cuchillo, barras de hierro,
palos, manoplas, entre otros objetos.
En el Estado de California se implementaron reformas para prevenir y san-
cionar el abuso de armas de fuego en relación con la comisión de delitos vio-
lentos. En general, la traza de la política criminal en materia de violencia ar-
mada ha sido constantemente orientada hacia la mayor represión de la por-
tación de armas de fuego y su conexión con la comisión de delitos violentos,
en especial, robos8.
Hacepocosañosatrás, una serie dehechoscriminalescometidoscon armas
de fuego azotaron al Estado de Washington, lo que motivó a las autoridades
públicasa reformarla ley penal mediantela llamada "Iniciativa 159” que pro-
puso una serie de agravantes porel uso de armas de fuego (Hard Time for Ar-
med Crime Acto” HTACA”). Ese paquete de reformas estuvo orientado hacia
3 Harlan Corning, Dead Wrong: Why Washington sDeadly Weapon Criminal Sen-
tencing EnhancementNeeds “Enhancement”, en "Seattle University Law Review”, vol,
35 (2012), p. 911 y ss.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 29
13 701F3d81(2012).
14 1,5.1305.Ct. 3020, 3026, 3042, 177 L. Ed. 2d894 (2010).
15 638F3d458, 475 (4th Cir. 2011).
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 31
13 Harlan Corning, Dead Wrong: Why Washington sDeadly Weapon Criminal Sen-
tencing Enhancement Needs “Enhancement”, en "Seattle University Law Review, p.
922yss.
20 Disponible en: https:/lwww.ussc.gov/sitesidefault/filesipdf/guidelines-manual!
2016/GLMFuI!. pdf.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 33
herir o dañar a la persona, v. gr., arma de fuego??, como cualquier otro objeto
que, sin tener esa aplicación, se ha transformado
en arma por su destino, al ser
empleado como medio contundente, por ejemplo, una botella de vidrio rota
para lograr
el desapoderamiento violento3%, La razón de la agravante de uso
de armasen el robo no es la intimidación que sufre la víctimasino el mayor po-
dervulnerante quecon el uso del arma (propia oimpropia)tiene el agente pa-
ralograr el apoderamiento de cosas muebles ajenas, pues con ello le provoca
al sujeto pasivo —independientemente de que este se sienta intimidado o
no—un mayor peligro para suvida o parasu integridad física?! o el medioin-
timidatorio empleado (cuchillo), denota el concepto de arma, que incluye to-
do objeto con suficiente capacidad vulnerante —aptitud de causar heridas
corporales capaces de ocasionarla muerte—, y que coloca a quien la esgrime
en situación de ventaja”,
El concepto de "arma de fuego” está definido, también en la jurispruden-
ciaextranjera, por la capacidad de lanzar proyectiles mediante lafuerza dela
explosión producida por la deflagración33.
Idénticos problemas de exégesis se plantean en otras latitudes normativas
al intentar conceptualizar términos como “instrumento peligroso” utilizado
en las leyes americanas, “armas u otros medios igualmente peligrosos” emple-
ado en la redacción del apartado tercero del art. 242 del CPespañol o Waffen
oder gefáhrlichen Gegenstánden en el 8 244, párrafo primero, numeral 1, yen
el $250, ambos del Código Penal alemán*. En este último caso, por ejemplo, la
35 Otto, Grundkurs Strafrecht. Die einzelnen Delikte, 7* ed., 2005, 841, n* m. 52.
36 Bundesgesetzblatt, Jlahrgang 1998, Teil l, n* 6, 30/6/98, p. 164 yss. En esesentido,
Satzger -Schmitt-Widmaier, Strafgesetzbuch Kommentar, 1*ed., comentario del 5244,
n*m.6.
37 BGHSt, 44, 103; 45, 92; 45, 249; BGH 4 StR 227/07 —sentencia del 6/9/07 (LG Bie-
lefeld).
38 Kúper, Verwirrungen um das neue,gefáhrliche Werkzeug” (852441 Nr. 1, 2501
Nr. 1a,!1Nr. 15tGB), JZ(1999), p. 188 yss.; Otto, Grundkurs Strafrecht. Die einzelnen De-
likte, 7*ed., 2005, 841, n*m.52.
32 Lanzrath-Fieberg, Waffenund (gefáhrliche) WerkzeugimStrafrecht, Jura, Heft
5/2009, p. 348 y ss.
40 Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, Acuerdo Plenario n* 5-
2015/CIJ-116, del 2/10/15, En nuestra doctrina judicial: ST Chaco, expte. n*40,734, «S.R,
R.», del 30/10/96.
82.
BIEN JURÍDICO TUTELADO
Laubicación sistemática de la figura en comentario en el Libro!l, Título VI,
denominado “Delitos contra la propiedad”, nos brinda la pauta hermenéu-
ticanecesariaparaafirmarqueel bienjurídico penalmentetuteladoesla pro-
piedad. Sin embargo, más allá de lo correcto de la premisa apuntada, lo cier-
to es que el delito de robo agravado por el uso de armas es una figura com-
pleja?, porque encierra en su materia de prohibición nosolo la afectación úl-
tima de la propiedad ajena, es decir, la relación de posesión que media entre
el titular o su representante con la cosa mueble objeto de la acción típica, si-
no también la afectación del ámbito de autodeterminación del afectado. En
este caso, el uso de intimidación o violencia que acompaña a la propia con-
ducta punible demanda que el autor haya utilizado el arma durante la fase
de ejecución del delito en comentario, vale decir, nilos actos preparatorios ni
los aportes postdelictivos alcanzan para cualificar la conducta típica del robo
con armas. La víctima, cuya cualidad podrá coincidircon la del titular del bien
jurídico, debe haber sufrido una lesión efectiva de su integridad psicofísica y
libertad de decisión y circulación que justifica con creces el mayor contenido
de lo injusto de esa modalidad de robo.
Entre la figura agravada de robo con armas y la prevista en el art. 164 del
Código Penal existe una relación de especialidad, es decir, nosetrata de figu-
ras autónomas entre sí, sino que los elementos constitutivos del delito de ro-
bo simple —acción de sustracción y violencia sobre las personas o fuerza físi-
ca irresistible sobre las cosas— deben concurrir
de igual modo en la configu-
1 Muñoz Conde, Derecho penal. Parte especial, 20* ed., 2015, p. 351.
42 GUSTAVO E. ABOSO
ración del robo con armas, salvo que en este último caso el uso de un arma in-
crementa de manera exponencial la violencia o la intimidación contra la víc-
tima y el peligro concreto para su integridad psicofísica que abarca la mo-
mentánea pérdida de libertad locomotriz.
En síntesis, el fundamento normativo de la agravación del delito de robo
a merced del uso de armas reside en el peligro al quese expone la vida o lain-
tegridad psicofísica del sujeto pasivo, aloque debe agregarse el mayor poder
vulnerante del empleo de arma en la facilitación de la acción de apodera-
miento.
8 3.
LA LEY 25.882 Y LA REFORMA DEL UNIVERSO
JURÍDICO DEL ROBO CON ARMAS
El tipo penal en comentario fue introducido en el actualinc. 2? del art. 166
del CP por obra de la ley 20.642, al regular el delito de robo con arma de ma-
nera autónoma en relación con otras circunstancias que también agravan su
comisión, nos referimos, al despoblado, pobladoy la banda?.
Antes de ingresar en el estudio de la ley 25.882 resulta necesario explicar
al lector el contexto sociopolítico que reinaba en los primeros años de este si-
gloy la presión ejercida por los medios de comunicación masivos ysectores de
la sociedad frente a la criminalidad urbana. A raíz de una retahíla de sucesos
criminales que colmaron las primeras páginas de los diarios, seguido de una
incesante y caudalosa difusión de información en los medios radiales y tele-
visivos que daban cuenta del aumento rampante de la criminalidad armada,
el gobierno deturnoseencontróen unasituación delicada que leimponía un
golpe detimón en el derrotero de la política criminal seguida hastaentonces,
en particular, respecto de la violencia armada.
En ese sentido, se impulsó un conjunto de reformas penales tendientes a
apaciguar losánimos caldeados de la población quese sentía desprotegida y
abandonada por las instituciones públicas frente al auge de la criminalidad
urbana. Entre las leyes que se dictaron durante esa crítica situación sociopo-
lítica se cuenta la referida ley 25.882 que vino asaldar el vacío legislativo que
existía en la ley penal frente al tratamiento del robo con armas de fuego en
todasu dimensión, sumado a los problemasinterpretativos originados por la
introducción del art. 41 bis al CP, que regula una causal de agravación de la
pena cuando el hecho delictivo haya sido cometido con armas de fuego.
Asimismo en muchos casos se registraban hechos criminales donde los au-
toresutilizaban armasde
fuego descargadas, ¡inidóneaso noaptas parael dis-
paroy réplicas de armas de fuego, lo que generaba una pronunciada dispari-
dad en las soluciones jurídicas aportadas por los tribunales, que se debatían
entre la sencilla aplicación de la figura básica de robo (art. 164, CP) obien for-
zaban la interpretación del concepto de “arma” utilizado en la anterior re-
dacción del art. 166 del CP, en cuyo caso, ambas posicioneseran merecedoras
de críticas por favorecer a la delincuencia armada o agravarla con una exé-
gesis analógica y prohibida de la ley penal.
En consecuencia, el legislador optó por una solución que lejos de ser más
equitativa, logró en los hechos crear nuevas figuras agravadas del delito de
robo sobre el cartabón de una relación de proporcionalidad punitiva que
adoptó como criterio rector la mayor represión sobre el uso de armas de fue-
go operativas, pasando por el uso de armas genéricas oi¡mpropias, y por últi-
morecalando enla otra orilla de la punición de roboscon armas de fuego des-
cargadas, de utilería o simples réplicas. En ese cuadro punitivo, lo que debía
quedar debidamente aclarado es que sobre el uso de un arma, más allá de su
operatividad, funcionamiento o condición, se cargaba las tintas del control
punitivo sobre cualquier tipo de conducta que vaya a atentar contra la pro-
piedad de manera violenta mediante el uso de armas en un sentido amplio.
Como surge de la propia versión taquigráfica de la sesión ordinaria cele-
bradaenla Cámara de Senadores dela Nación, el proyecto de reforma del art.
166 del CPtuvo su origen en el trabajo de la Comisión presidida por el Dr. Ars-
lanián a pedido del Poder Ejecutivo con el propósito de aumentar las penas
para la portación de armas de fuego en la Argentina (sic)?. La razón de la re-
forma impulsada porel Poder Ejecutivo sesitúaen lasituación de inseguridad
que se vivía en la Argentina, en particular respecto de los hechos violentos.
Obviamente que la solución de compromiso, es decir, meramente simbólica,
fue la de encarar una reforma parcial de la ley penal acudiendo al viejo re-
curso de la indexación punitiva, pero dejando a un lado o directamente omi-
tiendo la grave crisis socioeconómica que atravesaba el país en esos tiempos
(algo parecido a loque ocurre de maneracíclica en nuestros días, el eterno re-
3 Vismara, Nuevo régimen del delito de robo con armas, LL, 2004-D-1080; Tolnay,
Las nuevas figuras de robo con arma introducidas por la ley 25.882, LL, 2004-E-1520.
$8 4.
DOBLE FUNDAMENTO DE LA CAUSAL DE AGRAVACIÓN
DEL DELITO DE ROBO CON ARMAS
Está ampliamente admitido en la doctrina y la jurisprudencia el doble
fundamento de la agravación del robo con arma!. En primer término, el ar-
ma constituye un medio idóneo para doblegar la voluntad de resistencia de
la víctima en razón de su poder ofensivo osu naturaleza peligrosa. El segun-
do fundamento de esa causal de agravación consiste en el peligro objetivo
que corre la víctima para su integridad personal originada por el empleo de
un arma?,
En ese sentido, cabe recordar que esa cuestión fue debatida en el plenario
«Costa» de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
al decidir que el uso de un arma de fuego descargada no encuadraba en el
concepto de “arma” utilizado en el inc. 2? del art. 166 del CP. Del voto que li-
deró la opinión mayoritaria en ese acuerdo plenario surge de manera ¡ne-
quívoca que el mayor contenido de lo injusto de la figura de robo con armase
1 Soler, Derecho penal argentino, t. IV, p. 300; Fontán Balestra - Ledesma, Trata-
do de derecho penal. Parte especial, 2007, t.l, p. 598 y ss.: Buompadre, Tratado de de-
recho penal. Parte especial, 3? ed., 2009, p. 62 y ss.; Marum, en Código Penal y normas
complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, David Baigún y Eugenio R. Zaf-
faroni (dirs.) - Marco A. Terragni (coord.), 2009, t. 6, comentario del art. 166, inc. 2*, p.
217 yss.; Terragni, Tratado de derecho penal. Parte especial, 2012, t. Il, vol.l, p. 599; D'A-
lessio (dir.) - Divito (coord.), Código Pena! comentado y anotado. Parte especial, 2004,
p.410; Aboso, Código Penal de la República Argentina comentado, concordado con ju-
risprudencia, p. 937.
2 BGH,2StR 167/98, del 17/6/98 [BGHSt, 44, 103]; BGH4StR 227/07
- sentencia del
6/9/07 (LG Bielefeld).
52 GUSTAVO E. ABOSO
7 Fontán Balestra - Millán, Las reformas al Código Penal. Ley 17.567, 1968, p. 177;
Fontán Balestra - Ledesma, Tratado de derecho penal. Parte especial, t. 11, p. 605 y ss.
8 Otto, Grundkurs Strafrecht. Die einzelnen Delikte, 7* ed., 2005, 5 41,n* m. 54,
2 BGH4StR 322/17 —decisión del 11/10/17 (LG Bochum)—.
10 KÚHL, BGH, 8.4.2010 - 2 StR 17/10. Lebensgefáhrdung des Opfers nach fehl-
geschlagener ráuberischer Erpressung, JZ (2010), p. 1130 y ss.
54 GUSTAVO E. ABOSO
11 702N.E.2d643 (1998) 299111. App. 3d 766 23411. Dec. 303, del 4/11/98.
12 83111. 2d 58 (1980)
414 N.E.2d455, del 1/12/80.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 55
13 Zaczyk, BGH, 7. 3. 1985 -4StR 82/85. Zur schweren ráuberischen Erpressung bei
«Scheinbarer” Drohung gegenúber einem Dritten, 12 (1985), p. 1059 y ss.
14 Causa n? 23.904, del 14/5/04,
15 Causaresuelta el 2/5/02.
56 GUSTAVO E. ABOSO
“El arma esunelemento que, yasea por la peligrosidad que representa o por la
intimidación que provoca en la víctima, agrava la figura del robo, sin que pa-
rezca necesario exigir para la aplicación del tipo agravado que se den las dos
consecuencias de su empleo, bastando con que se produzca alguna de ellas, en
función de lo cual debe determinarse el contenido injusto de laconducta” ??.
16 SCBA, 7/9/94, «V., R. G.», expte. n” 82.241; 2/5/02, «M., M. F.», expte. n?59.812;
29/5/02, «V., C. M.», expte. n*60.439; 21/5/03, «Zayas», expte. n* 61.906; 21/5/03, «Man-
silla», expte. n*62.152.
17 TCPBA, Sala 2, 30/8/01, «C., R.E.», expte. n*713,
18 Causa n* 649, del 10/5/00.
19 Causan” 15.012, del 21/9/10.
20 Causan” 3505, del 12/12/06.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 57
*(...) el peligro que para la vida, la integridad o la salud del sujeto pasivo o de
los terceros supone la utilización de armas (posibilidad de daño o peligro con-
creto), evaluado ex post, sin tener en cuenta la real complejidad e intensidad
del ataque e ignorando los efectos psicológicos producto de la agresión, la es-
pecial posición intimidatoria del agente, el grado de indefensión a la libertad
que efectivamente sufre la víctima y la facilidad para la comisión del ilícito
y pa-
ra asegurar su impunidad”.
28 BGHSt, 38, 116. En ese sentido, Grasnick, Anmerkung von BGH, 12. 11, 1991 - 5
StR 477/91. Zum Begriff der Scheinwaffe, 12 (1993), p.267 yss.
29 BGHSt, 45, 249; BGH 2 StR 179/99 —sentencia del 2/6/99 (LG Darmstadt)—.
30 Fontán Balestra - Ledesma, Tratado de derecho penal. Parte especial, t.1l, p. 598
y ss.; Marum, en Código Penal y normas complementarias. Análisis doctrinal y jurispru-
dencial, 2009, t. 6, p.277yss.;Buompadre, Tratado de derecho penal. Parte especial, t. 11,
p.62; Terragni, Tratado de derecho penal. Parte especial, t.!l, vol. |, p. 599; Reinaldi, De-
lincuencia armada, p.44 y ss.; López Girón, Algunas reflexiones acerca del robo con ar-
ma, LLLitoral, 2002, p. 313 y ss.; Borinsky, Derecho penal y política criminal (A propósito
del robo con armas), LL, 1989-C-535 y ss.; Zarlenga, Robo agravado por el uso de arma:
La polémica continua, LL, 1997-3-800y ss.
$ 5.
TIPICIDAD OBJETIVA
— Acción típica
1 Hruschka, Anmerkung v. BGH, 10/8/82 - 1 StR 416/82 m.. Zum Beisichfúhren ei-
ner 5chuBwaffe beim Raub, JZ (1983), p. 216 yss.
64 GUSTAVO E. ABOSO
Adiferencia de la ley penal alemana, que distingue la portación del uso del
arma de fuego o el instrumento peligroso para cometer el robo, agravándo-
se la pena en el último caso?, el inc. 2? del art. 166 del CPsolo demanda reali-
zarel robo con arma, siendo innecesario su uso efectivo durante la ejecución
del delito.
Elconcepto deviolencia inherenteal contenido del desvalor de acto del de-
litoderobocon armasimportael ejercicio de violencia físicacomopsiquica de-
riva de la utilización del arma. La acción deemplearunarma de fuegoo un ele-
mento peligroso subsumible en el concepto genérico de “arma” para cualifi-
car esa figura de robo requiere el despliegue de un grado de violencia o inti-
midación suficiente para doblegar la voluntad de resistencia de la víctima.
En la intimidación originada en el uso del arma, la violencia psicológica
que sufre la víctima debe estar acompañada en el caso concreto con un peli-
gro objetivo haciasuintegridad psicofísica, es decir, el armautilizadaen el ro-
bo debe poseer la cualidad ofensiva propia de su naturaleza, ya que en caso
de que el autor haya utilizado un arma de juguete o réplica, la aplicación de
esta figura agravada de robo cede terreno frente a la modalidad más bené-
vola (prisión detresa diez años en lugar de prisión de cinco a quince años). La
razón de la atenuación de la amenaza de pena radica enesecaso en queel uso
de un arma idónea para crear un peligro concreto para la integridad psicofí-
sica de la víctima justifica la mayor represión punitiva, en consecuencia, pri-
vado ese elemento de su capacidad ofensiva, como ocurre en definitiva con
las réplicas de armas, subsiste aún la apreciación de una intimidación idónea
de la víctimay la mayor facilidad en el desapoderamiento típico que conlleva
su uso?.
ma, es decir un medio apto para dañar físicamente a otro; con poder intimi-
datorio; 2) Que tenga el propósito de intimidar con ese instrumento a otra
persona con fines de robosabiéndolo apto a ese fin; 3) Que ostensibilice ese
propósito frentea su víctima; 4) Que la víctima tenga la convicción frente al
instrumento utilizado que este es un arma (propia o impropia) lo que previsi-
blemente deteriorará apreciablemente sus defensas espontáneas o predis-
puestas..." 4.
4% SCBA, 8/7/97, «Villamayor», expte. n* 51.270, En ese sentido, Soler, Derecho pe-
nalargentino, t.IV, p. 300.
Laintimidación o la violencia derivada del uso de arma deben manifestar-
se durante la fase de ejecución del delito principal?. Para ello es menester es-
tablecer que el uso de arma debe tener por finalidad la de intimidar o violen-
tarala víctima para allanar la comisión del delito de robo. Esaintimidación o
violencia puede manifestarse de manera temporalmente anterior al apode-
ramiento, por ejemplo, en los casos más frecuentes, cuando el autor esgrime
el arma para fortalecer el desapoderamiento de la víctima (“Dame el dinero
ote mato”), o bien puede suceder que el arma sea empleada de manera pos-
terior al desapoderamiento y cuando la víctima ofrece resistencia o persigue
al autoralos fines de frustrarsu obra delictiva. En definitiva, el despliegue de
la intimidación o la violencia, o ambas, exteriorizada mediante el uso de ar-
ma en el delito de robo debe ocurrir desde la fase de tentativa hasta la con-
sumación material del delito que se alcanza cuando el autor pudo disponer
de manera material, aunque sea de manera temporalmente breve, de la co-
sa mueble ajena sustraída (teoría de la disponibilidad).
Como lo sostuvo la Sala | de la Cámara de Casación Penal de la Provincia de
Buenos Aires en el precedente «Y., F. A.»?, cometer el robo con armas no sig-
nificaforzosamente dispararlaso usarlas, sino emplearlas de algún modo du-
rante el «iter criminis», subrayando la intimidación o potenciando la fuerza
que el atracador desea emplear para llevar a cabo sus designios, o sea exhi-
biéndolas amenazadoramente o golpeando con ellas.
“La ley se refiere al arma en cuanto debe aparecer y exhibirse como un instru-
mento susceptible de producir daño físico, pero lo prioritario es el efecto inti-
midatorio que genera en la víctima la utilización de cualquier elemento de
aquellascaracteristicasque se presente idóneamente a tal efecto, estoes un ar-
ma m7
La praxis judicial refleja las mismas dudas que la doctrina. Algunos tribu-
nalesentienden que se debe usar, blandirel armaf, al sostener que “para que
el robo haya sido cometido con armas, estas deben haber sido utilizadas pa-
ra tal fin, actuando físicamente sobre la víctima o blandiéndolas como ame-
naza... La mera circunstancia de llevar, tenero portar armas, a diferencia de
lo que ocurre en otras legislaciones, como la alemana o la francesa, no es su-
ficiente para que la agravación funcione según nuestra ley”.
En ese sentido, el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba
ha sostenido:
"Hay consenso mayoritario en doctrina, en admitir que para que se aplique la
agravante del inc. 2? del art. 166 del CP, serequiere la utilización de unarma pa-
ra cometerel ilícito, sea físicamente o blandiéndolas como amenaza, loimpor-
tante es que exista relación entre el uso del arma como medio violento o inti-
midatorio y el apoderamiento como fin.
Siunodelosfundamentos para agravar la figura básica del robo —por el uso de
arma—, resideenlaintimidación de la victima de quien utiliza unarma para de-
linquir, bastará entonces que se la emplee en forma tal para que concurra la ca-
lificante. Por lo tanto, se requiere que el autor la emplee, exhiba o muestre de
algún modo, de manera que amedrente a la víctima a fin de lograrsu propósi-
to. Espor ello que nose advierte diferencia alguna entre quien extrae el arma
y quien la muestra en su cintura ose levanta la remera para hacerle ostensible
7 Del 22/4/97.
8 SCBA, 9/12/03, «B., C. J.», expte. n“62.086; TOCn?7, 14/10/93, «Henkel, C.J.».
72 GUSTAVO E. ABOSO
10. CNCP,Sala lll, 2/5/95; CNCC, Sala III, 2/5/93, «Ávalos», LL, 1996-C-293, cit. en Toz-
zini, ps. 309y 310.
11 TOCn*5 Capital Federal, 12/8/93, «Moreyra y otro», B., 1993, n?3, p. 99; CNCCC,
Sala 11, 29/11/16, «DMA», causa n* 18.723, Reg.n? 953/15; CNCC, Sala VII, 28/2/91, «Díaz
y otro», LL, 1994-4-86.
12 CNCP Sala !l, Reg. n* 7483.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 73
13 5T5 355/00, del 28/2/00. En ese sentido, SSTS 1927/87, del 17/3/87; 1014/89, del
14/2/89.
14 5T5458/09, del 13/4/09.
15 5T5869/98, del 24/6/98. En ese sentido, 5575 7131/92, del 24/9/92; 1927/87, del
17/3/87; 2382/86, del 12/5/86.
16 Desimoni, Exhibición del arma en el delito de robo, LL, 1996-C-292
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS ES
ción, abarcándose así su uso como medio para vencer la eventual resistencia
de la víctima o de terceros, como también para consumar el hecho”.
1 Gómez, Tratado de derecho penal, t. IV, p. 156; Fontán Balestra - Ledesma, Trata-
do de derecho penal. Parte especial, t.1l, p.599; Buompadre, Tratado de derecho penal.
Parte especial, t. 1l, p. 63; Marum, en Código Penal y normas complementarias. Análisis
doctrinal y jurisorudencial, 2009, t. 6, ps. 278 y 283; Terragni, Tratado de derecho penal.
Parte especial, t. 1, vol. |, p. 599;D'Alessio (dir.) - Divito (coord.), Código Penal comenta-
do y anotado, p.411; Aboso, Código Penal de la República Argentina comentado, con-
cordado con jurisprudencia, 5* ed., 2018, p. 938 y ss.
2 Kúper, Verwirrungen um das neue ,,gefáhrliche Werkzeug” ($5 244 Nr. 1, 250
Nr. Ta, 11Nr. 15tGB), J2(1999), p. 191.
82 GUSTAVO E. ABOSO
zada para la comisión del robo por parte del autor, pero cuya falta de peli-
grosidad fue descubierta por la víctima, no excluye la aplicación de esa figu-
ra agravada, ya que lo que debetenerse en cuentaes la perspectiva subjetiva
del autor y su relación con el empleo del arma simulada para ejercer la inti-
midación o la violencia típicas del robo agravado?. En otros términos, según
esta solución subjetiva es indiferente para la víctima si el arma era auténtica
o simulada, ya que ella reviste la misma cualidad intimidante, lo importante
essaber, entonces, cuál era laintención del autor?.
trina que posteriormente fue dejada a un lado por obra del plenario «Costa»
de ese mismo tribunal, pero en la década de los '80.
También en la década de los '80 campeaba esa interpretación subjetiva
que condicionaba la aplicación de la agravante del robo por su comisión con
armas a la perspectiva de la víctima y el mayor grado de intimidación sufrido
por ella, sin atender a su capacidad lesiva, por ejemplo, al considerar que un
arma de juguete era un elemento idóneo para incrementar la capacidad inti-
midatoria del autor. En algunos fallos, como el recaído en la causa «Dall Or-
so»?, los tribunales penales asimilaban el uso de arma de juguete como ins-
trumento idóneo para legitimar la mayor amenaza de pena, aunque esa pos-
turasubjetiva estaba controvertida?,
Una solución alternativa para esa hipótesis del uso de un arma simulada
desarrollada por la doctrina fue aplicar la figura simple de robo, pero agra-
vando la determinación judicial de la pena en razón del mayor poder vulne-
rador de la intimidación derivada de su uso para la víctima?
De acuerdoa la legislación alemana, cabía otra posibilidad de solución en
el caso del uso de un arma de fuego descargada o simulada que pasaba por
excluir la aplicación del robo con armas (8 250, párr. 2?, numeral primero, CP
alemán) y en su lugarsubsumirlo en las previsiones del 8 250, párr. 1, n*1,inc.
b, de ese mismo texto legal), cuando ese instrumento fue utilizado para le-
sionara la víctima??,
Otro grupo de autores sostienen un criterio objetivo que parte en el hecho
concreto de valorar si el autor llevó consigo el arma y la utilizó para ejercer
violencia o intimidación (interpretación objetiva)!*.
mento para consumar el robo debía ser calificado de robo con armas. En el
precedente «Corimayo»?”, el mencionadotribunal superior provincialsostu-
vo que el uso de un tenedor debía ser equiparado al “arma impropia” en el
marco de la discusión sobre la aplicación delinc. 2? del art. 166 del CP. En par-
ticular, se afirmó queel uso que le dio el acusado al citado instrumento califi-
caba el robo al haber incrementado su capacidad ofensiva para intimidara la
víctima, al mismo tiempo de disminuir su capacidad defensiva.
Al respecto, entendemos que esa equivalencia normativa resulta poco
convincente, ya que el tenedor no es en sí mismo un instrumento peligroso y
menos aún pueda predicarse que su empleo en el apoderamiento típico del
robo haya excedido el grado de intimidación propia del delito, entodo caso,
el uso del tenedor en el caso concreto no acrecentó de manera desproporcio-
nadala capacidad ofensiva del autor y menos aún disminuyó la capacidad de
reacción o defensa de la víctima.
La mencionada distinción del arma propia de la impropia descansa sobre
la concepción de que el primerconcepto abarca a las armas que han sido cre-
adas ex professo para ser utilizadas en la agresión o defensa de las personas,
mientras que el segundo concepto se integra con laidea del uso particularda-
do por el autor en el caso concreto?8.
Alrespecto, la doctrina italiana sostiene esa clasificación de armas propias
e impropias sobre la base de la legislación en materia de seguridad pública.
Las armas propias se definen conforme su destino natural, exclusivo o acu-
mulativo, de herira laspersonas, enumerándose en ese lote alasarmasdefue-
go o de disparo, o cualquier otra arma que utilice la energía para lanzar pro-
yectiles con peligro para terceros??.
En el ámbito de la legislación penal peruana, la Corte Suprema de Justicia
de ese país resolvió mediante acuerdo plenario que el concepto de “a mano
armada” empleado en el art. 189.3 del CP abarca las armas de fuego auténti-
cas y operativas como las armas de fuego inoperativas, las réplicas, juguetes o
cualquierotro elemento que por suapariencia osimilitudcon lasarmasde fue-
go produzcan los mismos efectos disuasivos de autodefensa en la víctima?0,
17 Causan?35.650/12,
del 13/11/13.
18 Molinario- Aguirre Obarrio, Los delitos, p. 273.
13 Manzini, Tratado de derecho penal, t.1X, p. 105.
20 Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, Acuerdo Plenario n* 5-
2015/C1J-116, del 2/10/15.
86 GUSTAVO E. ABOSO
posición objetiva y así evitar una interpretación extensiva y arbitraria del tér-
mino “arma peligrosa” receptada en su legislación estadual. Como se recor-
dará, en ese precedente se debatió si el uso de un arma de juguete utilizado
en la comisión del robo podía justificar la aplicación de la figura agravada,
dándose una respuesta negativa a esapropuesta al entender que eluso de un
arma de juguete no podía crear un peligro objetivo y concreto para la inte-
gridad personal de la víctima.
Enesecontexto, por ejemplo, enelprecedente “State v. Huntley” (1884)
de la Suprema Corte de Carolina del Norte se discutió el contenido material
del término «deadly weapon» en el marco de la imposición de una condena
al autor de haber infligido lesiones gravesa su mujer mediante el uso de una
vara de modestas proporciones. El autor le propinó alrededor de veinte lati-
gazos con esa vara en distintas partes del cuerpo de la víctima, lo que le pro-
dujo lesiones yescoriaciones, algunas de ellassangrantes. La defensa del acu-
sado cuestionó que el uso de una vara de madera, de la extensión dela palma
de la mano, no podía ser catalogado como “arma letal” o «deadly weapon»
como para agravar la agresión física sufrida por su esposa. El tribunal supe-
riorsostuvo que eltérmino «dead!ly weapon»se aplicaba a los objetos cuya fi-
nalidad principal consistía en servir como instrumentos de ataque o defensa
y ser capacesde causar la muerte. Sin embargo, matizó esa definición con un
agregado que luego se transformaría en una distinción habitual entre las ar-
mas propias eimpropias relativa al uso que le puede imprimirel agente al ob-
jeto. Si bien existen objetos que son porsu propia naturaleza peligrososy ap-
tos para causar la muerte, por ejemplo, un arma de fuego, cuchillos, hay otros
que en principio pueden ser inofensivos, pero el uso determinado que haga
el autor de ellos pueden transformarlos en instrumentos peligrosos.
El citado precedente fue invocado en fallos posteriores de ese mismo tri-
bunal, por ejemplo, en el caso «State v. Archbell»?, «State v. Cauley»??, en-
tre otros, para delimitar el alcance de la aplicación del concepto «deadly
weapon» en la comisión de hechos violentos.
Como corolario de ello, el margen de arbitrariedad judicial se extiende
de
manera imprevisible cuando bajo el concepto de armaimpropiase aglutinan
3 757 50.2d 1275 (2000), «Stanley v. State», District Court of Appeal of Florida,
Fourth District, del 31/5/00,
4 $T5887/2018, del 14/6/18.
3 BGHSt, 48, 197-BGH GSSt 2/02 —sentencia del 4/2/03 (LG Duisburg)—; BGH 2 StR
298/05 —sentencia del 12/10/05 (LG Frankfurt/Main)—.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 93
b. Pistola de gas
7 Enesesentido, «The People v. Burge», 626 N.E. 2d 343 (1993) 254 111. App. 3d 85
193 111, Dec. 310, del 30/12/93,
8 BGHSt, 45, 92; BGH 3 ARs 1/99 —sentencia del 26/2/99—; BGH 2 StR 342/99 —sen-
tencia del 4/8/99 (LG Bonn—); BGH 3 5tR 329/99 —sentencia del 13/10/99 (LG Hannover)—;
BGH 3 StR 533/00 —sentencia del 25/4/01 (LG Duisburg)—; BGH 3 StR 214/01 —sentencia
94 GUSTAVO E. ABOSO
el Tribunal Supremo alemán sostuvo que el uso de una pistola de gas estaba
abarcado por el concepto de “arma" previsto en el citado $ 250 del CP?, aun-
que esa interpretación fue matizada posteriormente con la reforma intro-
ducida porla6.StRG que amplió el concepto de arma ala de instrumentos pe-
ligrosos e introdujo una distinción de portar o llevar consigo un arma o ins-
trumento peligroso del de usarla efectivamente en la comisión del robo?',
En otra sentencia de ese mismo tribunal se afirmó que el uso de una pisto-
la de gas para la perpetración del robo no podía ser asimilado al concepto de
“arma”, ya que su empleo no representa un peligro objetivo para la integri-
dad de la víctima, siendo en consecuencia correcta su adecuada subsunción
en las previsiones de la figura básica de robo?”.
En general, la doctrina alemana sostiene queelconceptode arma debeser
interpretado enunsentidotécnico, enformacoincidenteconloafirmadopor
el Tribunal Supremo alemán en sucesivos fallos, es decir, el arma de fuego en
un sentido técnico es la que fue producida o creada con laintención de agre-
dir aterceros, conarreglo ala propia definición acuñadaen laley de armas de
ese país ($ 1 WaffG)*?,
En el caso «Acuña» 1, la Sala de Feria A de la Cámara Nacional de Apela-
ciones en lo Criminal y Correccional juzgó que el uso de una pistola de aire
comprimidocargadacon balinesconfiguraba un delitode robo conarmas, en
los términos empleados en el inciso segundo del art. 166 del CP, al incremen-
tar la capacidad ofensiva del autor.
del 11/7/01 (LG Dússeldorf)—; BGH 3 StR 172/04 —sentencia del 17/6/04 (LG Duisburg)—
BGH 35tR56/05—sentencia del 15/3/05 (LG Dusseldorf)— BGH45tR 517/08 —decisión del
2/12/08 (LG Saarbrúcken)—=; BGH 2 StR 100/10 —sentencia del 7/7/10 (LG Bonn)= BGH 3
StR 451/14 —sentencia del 11/11/14 (LG Mónchengladbach)—.
2 BGH, 4StR 283/89 —sentencia del 13/7/89, JZ (1989), p. 964—; BGH 2 StR 298/05
—sentencia del 12/10/05 (LG Frankfurt/Main)—.
10 BGH, 1StR 180/98 —sentencia del 23/4/98—; BGH, 1 StR 183/98 —sentencia del
1/7/98—; BGH 3 StR 516/98 —sentencia del 22/12/98 (LG Mónchengladbach)—; BGH 4
StR 143/13 —sentencia del 23/5/13 (LG Hagen)—; BGH 4 StR 380/98 —sentencia del
11/5/99 (LG Hagen)—.
11 BGH4StR 184/07 —sentencia del 5/6/07 (LG Magdeburg)—.
12 Satzger -Schmitt-Widmaier, StGB-K, comentario del $ 244, nm. 6.
13 Causa n” 219, del 14/1/03.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 95
c. Navaja
14 20550.3d843 (2016).
15 Causa n” 14.170, del 16/3/87, BJ, 1987, n* 1, enero-marzo, p. 318.
96 GUSTAVO E. ABOSO
d. Cuchillo
33 Rta. 28/2/90.
36 Causa n* 10.199, Reg. n*20.794.2, del 13/11/12.
100 GUSTAVO E. ABOSO
e. Katana
f. Jeringa
37 $T5341/2011,
del 5/5/11.
38 $5TS 869/1998, del 24/6/98; 659/2008, del 24/9/08.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 101
de robo con armas a los individuos que habían utilizado una jeringa y una ti-
jera para consumar el apoderamiento violento de los bienes ajenos, ya que
ambos elementos fueron sindicados como medios idóneos para poneren pe-
ligro la salud o la vida de la víctima.
Por su parte, el Tribunal Oral en lo Criminal n? 14, en el caso «Muñoz»*,
equiparó el uso de unajeringa que contenía sangre infectada con VIH al uso
de un arma impropia en la comisión del robo.
En cambio, una postura distinta adoptó la Sala V de la Cámara Nacional de
Apelacionesen lo Criminal y Correccional en el caso «C., C.S.»% al revocar la
resolución que había rechazado la excarcelación del acusado de utilizar una
jeringa en la comisión del robo. En ese interlocutorio se rechazó la califica-
ción legal más gravosa fijada en la instancia original y se sostuvo que el uso
de una jeringa no debía ser equiparado al uso de arma en la figura de robo
reseñada.
En síntesis, en los casos reseñados el uso de una jeringa con aguja cargada
de una sustancia peligrosa o tóxica puede ser equiparado al uso de un arma
impropia%, pero entendemos que esa calificación dependerá en todo caso
delacreación de un riesgo para la víctima derivado del contenido de la jerin-
ga. En caso de una jeringa vacía o conteniendo una sustancia inocua, el mero
uso de la jeringa como elemento propio del ejercicio de violencia no resulta
suficiente para cualificarel robo. El peligro para la vida o la integridad psico-
física de la víctima se origina en esos casos en el contenido letal o contagioso
de la jeringa, pero ese instrumento por sí solo no basta para agravar la mo-
dalidad del apoderamiento típico.
44 Rta. 24/2/94.
45 Rta.8/6/10.
46 Marum, en Código Penal y normas complementarias. Análisis doctrinal y juris-
prudencial, 2009, t. 6, p. 286.
47 6635.W.2d412 (1983), del 27/12/83.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 103
h. Lápiz
y birome
j. Animales
Enel caso «Peoplev. Marie Anne Nealis»* resuelto por la Corte de Apela-
ciones de California, se juzgó la violencia ejercida por la acusada contra dos
personas mediante el empleo de un perroentrenado (doberman pinscher). A
raízde la orden de ataqueimpartidaporla autora,el perrose abalanzó en dis-
tintas ocasiones contra las víctimas causándoles heridas de gravedad. El tri-
bunal hizo un repaso de la jurisprudencia sobre el uso de perros como instru-
mentos peligrosos y concluyó que su uso en el caso concreto significó el em-
pleo de un arma para lesionara las víctimas.
También la Corte Suprema de Justicia de Kansas equiparó el uso de perros
alconcepto de arma en el caso «Statev. Bowers»*!, El acusadolesordenó asus
perrosentrenados que atacasena los oficiales de policia que habían ido a de-
tenerlo. El tribunal consideró que el condenado había utilizado violencia
contra losfuncionarios públicos, algunos de loscualessufrieron lesiones, me-
diante el empleo de los perros entrenados para el ataque.
En igual sentido se expresó la Corte de Apelaciones de Michigan en el pre-
cedente «People v. Kay»*? en el caso del propietario de un perro entrenado
que le había dado la orden de ataque contra dos personas. El perro como ins-
trumento peligroso fue asimilado al concepto de arma letal y así su uso cuali-
ficó la agresión del autor contra las víctimas; mientras que en el caso «Micha-
el v. State»5 fallado por la Corte de Apelaciones de Georgia siguió el mismo
derrotero teórico al juzgar que el empleo como medio violento de un perro
entrenado debía ser abarcado en el concepto de arma.
Finalmente en la misma línea se orientan distintas sentencias sobre el uso
de un perro como medio peligroso*%,
j. Arco y flecha
k. Picahielo
L Zapatos
La posibilidad de apreciar que los zapatos puedan ser utilizados como ar-
mas o instrumentos peligrosos fue rechazado en el precedente «People v.
Graham and Shepard»””, donde la Corte Suprema de California revisó la sen-
tencia de pena de muerte de uno de los acusados por un delito de asesinato.
En particular, la Corte criticó lasinstruccionesbrindadasaljuradosobreelsen-
tido y el alcance del término «deadly weapon» en referencia al uso de los za-
patos para golpeara la víctima.
En consecuencia, el tribunal indicó que el zapato no puede ser empleado
como arma en sentido propio niimpropio, ya que el modo de uso de ese ob-
jeto para agredir a la víctima no disimula el hecho de que no debía ser califi-
cado de arma.
35 275Cal.App.2d517 (1969).
m. Tenedor
n. Destornillador
ñ. Gaslacrimógeno
67 Expte. n*2125,
del 2/5/07.
68 N*275T*IV
F* 242/244,
del 2/4/15.
62 Del 7/4/09.
o. Barra de hierro
p. Gaspimienta
84 702N.E. 2d 643 (1998) 299111. App. 3d 766 234.11. Dec. 303, del 4/11/98.
85 626N.E.2d 343 (1993) 254111. App. 3d85, del 30/12/93.
86 Enesesentido, «People v. Skelton», 83 III. 2d 58, 65, 46 (1980) III. Dec. 571.414
N.E. 2d 455; «People v. de la Fuente», 92 III. App. 3d 535-536 (1981), 47 III. Dec.239,414
N.E.2d 1355; «Peoplev. Dwyer», 324111, 363, 365(1927), 155 N.E.316; «People v. Burge»,
626N.E. 2d 343(1993) 254111. App. 3d85 193111. Dec. 310, del 30/12/93; «Peoplev. Flores»,
613 N.E. 2d 1372 (1993) 245 111. App. 3d 149 184111. Dec. 780, del 20/5/93.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 113
q. Botella de vidrio
Entre los instrumentos que han sido considerados como armas en un sen-
tido impropio se cuenta el uso de una botella de vidrio para intimidar o vio-
lentar a la víctima?!. En nuestra jurisprudencia, el empleo de una botella de
87 166F3d943 (1999).
88 «United States v. Bartolotta», 153 F3d 875 (1998).
82 Título 13A, Capítulo 6, Sección 13A-6-27.
% Título 4, Subtítulo
1, Sección 4-101.
31 Enelcaso «State of North Carolina v. Joyner», 243 S.E. 2d 367 (1978), del 8/5/78,
la Suprema Corte de Carolina del Norte calificó el robo por el uso de una botella para
agredirsexualmente a la víctima en razón de las graves lesiones provocadasa ella.
114 GUSTAVO E. ABOSO
vidrio como instrumento para la comisión del robo fue juzgado como arma
impropia por algunostribunales*?, mientras que otro sector de la praxis jurí-
dica descartó esa posibilidad de subsunción%.
En particular, los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal del Departa-
mento Judicial de San Martín en el precedente «R. D. C.»%, afirmaron que el
haber usado una botella de vidrio rota colocada contra el cuello de la víctima
durante la ejecución del robo calificaba el apoderamiento típico en los tér-
minos empleados en el inc. 2? del art. 166 del CP.
Por su parte, la Sala | de la Cámara Nacional de Apelaciones enlo Criminal
y Correccional manifestó ensu voto que conformó la mayoría en la causa «Ve-
lazco»? que el uso de un pico de botella empleado como medio para come-
ter el desapoderamiento ilícito constituía un robo con arma impropia.
Igual tesitura jurídica aplicó la Sala IV de esa misma Cámara de Apelacio-
nes en el caso «Tévez»%,
Asutiempo, los integrantes de la Sala VIl de la Cámara Nacional de Apela-
ciones en lo Criminal y Correccional en el caso «Barraza»?? consideraron que
el uso de un pico de botella de vidrio encuadraba en el concepto de arma im-
propia utilizado en el citado inc. 2 del art. 166 del CP, pero la falta de intima-
ción de ese modo comisivo tornaba imposible la modificación de la califica-
ción legal adoptada en la instancia de origen.
Los integrantes de la Sala II! de la Cámara Nacional de Casación Penal afir-
maron en la causa «Calderón»*% que el empleo de un trozo de botella de vi-
driocalificaba al hecho como un delito agravado de robo con arma impropia.
En igual sentido se explayaron en el caso «Benítez»??, al sostener que un tro-
22 CNCC, Sala VII, 21/10/02, «Barraza», causa n* 19.835; Sala de Feria, 18/7/18, «Me-
za», causa n* 38.164,
9 CFCP Salall, por mayoría, 7/5/14, «Lazarte», causa n* 1039/13, reg.n*687/14.En
esesentido, Nercellas, ¿Lasarmas impropias agravan
el delito derobo?, DJ, ejemplar del
18/6/14, p.5 yss.
94 Causa n” 1209, del 3/5/05.
95 Causan” 27.102, del 15/9/05.
2 Causan” 17.350, del 31/10/01.
97 Causa n” 19.835, del 21/10/02.
28 Causa n” 3832, Reg. n” 396, del 6/8/02.
92 Causa n" 67.784, Reg.n* 263/17, del 17/4/17.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 115
19% Reg.n*6322.1.
105 «T., H.W.», expte. n* 54.841, del 11/10/00.
106 Causa n* 25.345,
del 31/5/05.
107 Causa n* 26.003, del 10/2/05.
108 Causa
n* 39, del 7/7/05.
10% Causa n”26.498,
del 11/5/05.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 117
s. Tijera oalicate
121 Seghezzo - Rossi, El delito de robo agravado por su comisión con arma de fue-
go, en RDP, añolll, n*9, p. 143 yss.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 121
122 N*127/2014.
123 $T5 398/2012, del 4/4/12.
124 CNCC, SalaV, 20/11/96, «San Jines Vigo».
122 GUSTAVO E. ABOSO
130 Caballero, Sobreel delito derobo agravado poreluso dearmas, LL, 1981-A-774;
Chiappini, En defensa de un fallo. (El revólver de juguete y el delito de robo), LL, 1983-
A-820; Castelo, Robo conarmas, LL, 1984-B-886.
124 GUSTAVO E. ABOSO
u. Bufanda
Uncaso inédito fue el que se planteó en el precedente «Maujo» !32 del Tri-
bunal Superior de Justicia de Córdoba al tratar el recurso interpuesto por la
defensa de los acusados que habían sido condenados en calidad de coauto-
resdel delitode robo agravado por su comisión con armas.
El Tribunal Oralen
lo Criminal había considerado
que el uso de una bufanda para sujetara la víc-
131 R.N.n*2676—2012/Junin—.
132 Rta, el 5/7/02; LLC, 2002, p. 1021, LLC 2003 (julio), p. 658, con nota de Marcelo
Colombo, LL, 2002-F-33.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 125
v. Cinturón
w. Clava de gimnasia
133 En ese sentido, Colombo, A las armas las carga el diablo... ¿y a las bufandas
quién?(A propósito del concepto de arma impropia), LL, 2002-F-32.
134 Causa n* 26.104, del 31/3/05,
135 Causan” 114.
126 GUSTAVO E. ABOSO
x. Bate de beisbol
136 613N.E. 2d 1372(1993) 245 III. App. 3d 149, 184111. Dec. 780, del 20/5/93.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 127
y. Yuga
z. Nunchaku
140 CNCP, Sala IV, 5/8/11, «Martino», causa n* 12.931, Reg. n? 15.318; 5/8/11, «Váz-
quez», causa n* 11.395, Reg.n* 15.317.
141 Rta.21/10/91,
LL, 1992-B-493.
142 54 Md. App. 281 (1983)
458 A. 2d. 492, del 11/4/83.
143 184 Cal. App. 4th 1210 (2010) 109 Cal. Rptr. 3d 457, del 24/5/10.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 129
decir, excluyea priori la posibilidad de que el cuerpo del autor puede ser con-
sideradocomo un arma, másallá de lasdiferencias morfológicas, etarias, fun-
cionaleso de capacidades especiales entre el autor y su víctima.
8 10.
EXCLUSIÓN DEL CONCEPTO DE «ARMA DE FUEGO»
DE LAS ARMAS SIMULADAS O RÉPLICAS
Laactual redacción del inc. 2? del art. 166 del CPincluye un conjunto de ac-
cionescuya penalidadreviste unarelación decreciente en función delempleo
de un arma defuegoy sus características. Mientrasen el vértice superior de la
escala penal prevista se sitúael uso de un arma de fuego cargada y operativa,
sancionada con una pena de prisión de cinco a quince años, en el caso de ar-
mas, con exclusión de las armas de fuego operativas, esa escala penal se sitúa
entre los cinco años y diez años de prisión, siendo en su caso más benévola la
sanción prevista (prisión de tres años a diez años de prisión) cuando no pu-
diese acreditarse la aptitud para el disparo del arma de fuego o se tratase de
un arma de utilería.
Esa matización normativa obedece, como ya dijimos, al menor riesgo que
sufre la víctima respecto desu vida e integridad personal cuando el arma uti-
lizada no es de fuego o un instrumento peligroso, ya que en todo caso el em-
pleo de una réplica de arma de fuego o simulada carece de la aptitud para le-
sionar o hacer peligrar al bien jurídico conjuntamente tutelado en la norma
en comentario vinculado con la integridad personal de la víctima!.
1 Vismara, Nuevo régimen del delito de robo conarmas, LL, 2004-D-1080yss.; Tol-
nay, Las nuevas figurasderobo conarma introducidasporlaley 25.882, LL, 2004-E-1520,
2 ST Chubut, 3/3/98, «M., R.L.», causa n” 2, expte. n* 12.476. En ese sentido, Zar-
lenga, Robo agravado porel uso de arma: La polémica continua, LL, 1997-3-800.
148 GUSTAVO E. ABOSO
4 P.117, XXXVII,
del 4/11/03.
3 CNCC, Sala V, 15/6/12, «R. D., V. M.», causa n* 825/12 (por mayoría). Con anterio-
ridad a la reforma de la ley 25.882, un sector de la doctrina nacional adoptaba ese crite-
rio de calificar el robo por el uso de armas impropias, cfr. Castelo, Robo con armas, LL,
1984-B-886.
6 STTierra de Fuego, 19/6/08, «D., P.J.», causa n” 1069/08.
150 GUSTAVO E. ABOSO
7 CNCCC, Sala Il, 18/11/15, «Castañeda Chávez», causa n* 59.245, Reg. n* 670/15;
CNCC, 10/3/86, «Chávez»; 16/3/87, «Calabrese»; 9/5/89, «Cuña Madeira», los dos últimos
del voto del doctor Zaffaroni. En ese sentido, si bien acepta una interpretación teleoló-
gica del concepto “arma” que permitaincluirlas llamadas “impropias”, Marum, en Códi-
go Penal ynormascomplementarias. Análisisdoctrinal yjurisorudencial, 2009,t.6,p.285.
Crítico con una exégesis teleológica despojada de toda literalidad, Arocena, Elconcep-
to de armay la interpretación de la ley penal, en "Pensamiento Penaly Criminológico”,
añolV, n”7, 2003, p.327 yss.
8 BGHSt, 44, 103; 45, 249;BGH 4 StR 227/07 —sentencia del 6/9/07 (LG Bielefeld)—.
$8 13.
TIPICIDAD SUBJETIVA. DOLO DEL AUTOR
Esuna figura dolosa, conjugable únicamente con el dolo directo. El sujeto
activo debe conocery querer realizar la acción de apoderamiento con el uso
de arma. El desconocimiento de la existencia del arma en la ejecución del ro-
bo por parte de uno de los consortes del hecho podrá dar lugar ala aplicación
del exceso del coautor (art. 47, CP). Para valorar la presencia de error de tipo
deberán analizarse objetivamente las relacionespersonalesentre los partici-
pantes y el grado de conocimiento previo, todo elloconarreglo al plan crimi-
nal trazado.
El dolo típico de la figura de robo con arma se construye sobre la presen-
cia del conocimiento y voluntad del autor de usar un arma propia o impro-
piaenlaejecución del robo. En el caso del robo agravado poreluso de un ar-
ma de fuego cargada y operativa, el autor debe conocery querer utilizar un
arma de fuego en condiciones normales de disparo, lo que incluye necesa-
riamente la posibilidad de su uso efectivo para consumar el hecho. Queda,
entonces, fuera del ámbito del dolo típico de esa figura delictiva el uso del
arma para fines ajenosa la comisión del hecho relacionado necesariamente
con elempleo de esa arma para ejercer laintimidación o violencia típicas del
robo agravado.
"El dolo es la voluntad de realizar la acción descripta en el tipo penal, con co-
nocimiento actual de las circunstancias objetivas del hecho prohibido. Por lo
tanto, el agente que emprende la comisión de un robo con un arma que sabe
apta parael disparoy cargada, apela a un instrumento que aumenta la poten-
154 GUSTAVO E. ABOSO
cia ofensiva del medio violento y exhibe la consciencia del mayor riesgo para la
vida e integridad física del damnificado, que se reprime en laley”?.
tencia se pasa revista a los pronunciamientos de las salas que integran ese tribunal fe-
deral superior sobre el sentido
y el alcance de la valoración del grado de intoxicación al-
cohólica.
3 Soler, Derecho penal argentino, 5ed., 1992, t.!l, p.78. Este autor se expide afa-
vor de la tesis de lo injusto típico al considerar que el acto de ingerir alcohol para come-
ter un delito bajo un estado de ebriedad constituye principio de ejecución en términos
de tentativa. Desde el punto de vista de la causalidad, el acto de ingerir alcohol de ma-
nera preordenada constituye un principio de ejecución, cfr. Núñez, Tratado de derecho
penal. Parte general, 1988, t. Il, p. 27 y ss.
2. CSJN-Fallos, 178:251;214:631.
3 CSIN-Fallos, 211:340; 209:290; 217:1019;219:384.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 159
luntaria, sino que será necesario acreditar que el autor consumió alcohol de
manera excesiva para provocar la exclusión o disminución de sucapacidad de
culpabilidad para poder atribuirle una responsabilidad dolosa y la conse-
cuente imposición de una sanción, a la luz de la criticada y aquí rechazada fi-
gura de la actío libera in causa. De lo contrario, solo restará eximir de sanción
por ausencia de capacidad de culpabilidad en el caso de una ingesta de alco-
hol que haya superado loslimiteslegalesen una proporción, según la cual, de
modo clínico, pueda afirmarse una alcoholemia grave, o bien, en los demás
casos de menor cuantía, atemperar la sanción aplicable sobre la base de una
disminución de la capacidad de culpabilidad.
En esesentido, la comprobación de alta concentración de alcohol enel or-
ganismo del autor no conduce per se a la valoración de una causal de dismi-
nución de la capacidad de culpabilidad”.
Una cuestión vinculada con la ingesta de alcohol o de cualquier otra sus-
tancia idónea para alterar la capacidad de culpabilidad del autor se presenta
con la posibilidad de admitir la categoría jurídica de la actio libera in causa?.
El propósito de este instituto jurídico es precisamente abarcar los casos don-
de el autor genera con ese consumo una situación de excepción de responsa-
bilidad para favorecer la comisión de una infracción. En consecuencia, con-
viene recortar el horizonte normativo de los casos de influencia del alcohol u
otras sustancias sobre la persona, en especial, habremos de dejar a un lado el
caso de ebriedad absoluta o letárgica como causal de exclusión de la acción,
o bien en el de ebriedad provocada por un tercero, donde el beodo aparece
como un instrumento en manos del sujeto de detrás que provoca esa situa-
ción (autoría mediata). En adelante, como dijimos, nos habremos de referir
únicamente a la actio libera in causa en un sentido estricto desde la perspec-
tiva de la exclusión o disminución de la capacidad de imputabilidad.
$ Enestesentido, Soler, Derecho penal argentino, 5*ed., 1992, t.Il, p. 79, predica
queenloscasosde ebriedad voluntaria simple(nopreordenada) deberecurrirsea la res-
ponsabilidad imprudente, en caso de que ella se encuentra legamente prevista, de lo
contrario, la conducta delictiva cometida bajo estado de ebriedad debería serimpune.
Por su parte, Oderigo, Código Penalanotado, 1942, p.37 yss., considera que la ebriedad
absoluta e involuntaria es causal de inimputabilidad. En este sentido, CNCC, Sala VII,
9/3/90, ED, 139-762.
2 BGHSt?7, 325 (4Z, 1956, ps. 124y 125). Al respecto, Kindháuser, Strafrecht. Allge-
meiner Teil, 22ed, 2006, $ 23, n? m. 3. Este autor se inclina por la atribución de responsa-
bilidad por un delito doloso consumado.
1% Kúhl, Strafrecht. Allgemeiner Teil, 8%ed., 2017.
11 Rudolphi, Fálle zum Strafrecht. Allgemeiner Teil, 4%ed., 1996, p.51;JoshiJubert,
La doctrina de la “actío libera in causa” en derecho penal (Ausencia de acción o inimpu-
tabilidad provocadas por el sujeto), 1992, ps. 108 y ss., 409 y ss. En este aspecto, por ra-
zones de espacio, debemossintetizar de manera grosera las dos posiciones reinantesen
la doctrina, pero debe agregarse que los partidarios del modelo de excepción recurren
en apoyo de fundamentos históricos y normológicos basado en la existencia de meta
normas (Obliegenheíten), cuya traducción más común es la de “obligaciones”, pero
también se utiliza la de “incumbencias” para conceptualizar una exclusión de la irres-
ponsabilidad provocada. Al respecto, Kindháuser, Strafrecht. AT, $ 23, n* m. 6 y ss.; Mu-
ñoz Conde, Derecho penal. Parte especial, 20%ed., 2015, p. 646.En nuestro paísse enro-
la enel modelo de excepción, Donna, Derecho penal. Parte general, 2009, t. IV, p. 443 y
ss. En especial, ha sido Jescheck - Weigend, Lehrbuch des Strafrechts, Allgemeiner Teil,
5% ed., 1996, p. 445, el que justificó esta figura como una excepción basada en la cos-
tumbre del principio de culpabilidad. Esta afirmación hasidocriticada, Streng, Derneue
Streitum die ,actio libera in causa,, JZ (1994), p.711. En particular, la objeción principal
consiste en que la costumbre no es fuente del Derecho penal, y menos aún para exten-
derla legitimación de la intervención penal.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 161
La actio libera in causa también se ha admitido para los casos, como el pre-
sente, donde el autor consume alcohol para lograr una situación de incapaci-
dad relativa de su propia organización !?. En relación con la aplicación del $21
del StGB (culpabilidad disminuida), la jurisorudencia alemana ha aceptado la
concurrencia de esta categoría jurídica con la ingesta preordenada de alcohol!
para la comisión de una infracción, incluso cuando el autor no ha tenido la in-
tención de excluir su responsabilidad penal mediante esa intoxicación alco-
hólica excesiva, pero aceptó tal posibilidad y así obró en consecuencia?3,
Enrealidad, esa construcción jurídica de la actio libera in causa pretende
sortear lasituación de complejidad quese presenta, porlogeneral, enlosca-
sos de embriaguez voluntaria o preordenada para la comisión de infraccio-
nes. Unodelos problemas más significativos se refierea la violación del prin-
cipio de culpabilidad!?, De acuerdo a la regulación seguida por nuestro Có-
digo Penal en materia de regulación de la inimputabilidady sus efectos jurí-
dicos (art. 34, inc. 19), siguiendo la ley contravencional los mismos linea-
mientos (art. 11, inc. 2%, la situación de inimputabilidad debe tomarse en
cuenta al momento de la realización del hecho, ergo, cuando el conductor
se encuentra transitando una incapacidad relativa por consumo de alcohol
u otra sustancia que influye también y necesariamente en su capacidad de
manejo, debería declararse la ausencia de capacidad de culpabilidad y así
absolverse al acusado?”.
16 Carrara, Programa de derecho criminal, 1977, vol.l, $343. Explica este autor que
“si la embriaguez fue preordenada al delito, o, como se dice, estudiada, con razón po-
drá castigarse al culpable por lo que realizó en estado mental sano, cuando con lúcida
previsión yfirmevoluntadse convirtióa símismoen futuro instrumento del delito a que
tendía. La imputación en contra suya se hace radicar en tal instante, lo que ocurre des-
pués es consecuencia desu acto doloso; no seimputa lo que hizo el ebrio, sino lo que hi-
zoel hombreen sus cabales, al cual, como a causa Única, es atribuibleel delito” [la cursi-
va pertenece al texto].
17 Hettinger, Die ,actio libera in causa” Strafbarkeit wegen Begehungstat trotz
Schuldunfáhigkeit?, Schriften zum Strafrecht, Heft 76, 1988, ps. 437 y ss.; ps. 462 y Ss.;
Heintschel-Heinegg, 5tGB-K, 8 20, n* m. 71.1; Paeffgen, NomosKommentar-Strafge-
setzbuch, Bd. 2, 2? ed., Kindháuser - Neumann - Paeffgen (dirs.), 2005, vor 5 323a, n*m.
6 [en adelante cit. NK-StGB-Paeffgen); Jescheck-Weigend, Tratado de derecho penal.
Parte general, p. 479, nota 66; Roxin, Hóchstrichterliche Rechtsprechung zum Allge-
meinen Teil des Strafrechts, 100 Entscheidungen fúr Studium und Examen, 1998, p. 52 y
ss.;Streng, Derneue Streitum die,,actío liberaincausa,enJZ (1994), n?14, p.710;Gropp,
Strafrecht. Allgemeiner Teil, 3? ed., 2005, $ 7, n* m. 58; Freund, Strafrecht. Allgemeiner
Teil, Personale Straftatlehre, 1998, 8 4, n* m. 34; Kindháuser, Strafrecht. AT, 8 23, n*m.
17; Kudlich, Strafrecht, 2006, p. 115; Hirsch, Acerca de la actio libera in causa, en "Revis-
taPenal”, n*7 (2001), p. 67 y ss. En este sentido, Zaffaroni - Alagia - Slokar, Derecho pe-
nal, Parte general, 2” ed,, 2002, p. 704y ss. En la jurisprudencia alemana, BGHSt 42, 235
(1Z, 1997, p.50yss.).
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 163
18 Maurach- Zipf, Derecho penal. Parte general, 1994, t. 1, $36, Il, n* m. 66. Sobre
sucompatibilidad con el principio constitucional de culpabilidad, Lagodny, Strafrecht
vorden Schranken derGrundrechte, 1996, p. 409; Lackner-Kúhl, Strafgesetzbuch Kom-
mentar, 28” ed., 2014, 5323a,n*m. 13.
12. NK-StGB-PAEFFGEN, 5 323a, n*m. 1.
20 Crítico, Cramer, Verschuldete Zurechnungsunfáhigkeit—actio libera in causa—
$330a StGB, J]Z (1971), p.766 y ss.; Dencker, $ 323 StGB- Tatbestand oder Schuldform?,
12 (1984), p. 453 y ss.
21 BGH, sentencia del 18/8/83 — 4 StR 142/82—, con cita de los precedentes BGHSt
1,275;1,327;9, 390,
22 Hettinger, Die , actio libera in causa” Strafbarkeit wegen Begehungstat trotz
Schuldunfáhigkelt?, p. 321 y ss.
23 Kuúhl, Strafrecht.
AT, 2017,8 11,n9m.16.
164 GUSTAVO E. ABOSO
integra con el contenido de lo ilícito típico del delito de robo que exige en su
estructura nuclearel empleo de violencia o intimidación sobre la víctima. Así
lo ha entendido, entre otras, la sentencia n” 6262/1994, del 4 de octubre de
1994, dictada por el Tribunal Supremo español.
El delito de robo agravado por el uso de armas puede ser cometido en co-
autoría. En general, la coautoría en la ejecución de la acción de sustracción
violenta o intimidante requiere la presencia de los elementos configurado-
resde la coautoría funcional, a saber, el acuerdo común entre los intervinien-
tes, la división de funciones o tareas durante la fase de ejecución del hecho y
el aporte esencial de cada uno de ellos. Esta es la postura seguida por la juris-
prudencia extranjera?.
Lacoautoría funcional es una forma de autoría quese caracteriza por la re-
alización de un injusto colectivo en el cual cada uno de los intervinientes po-
see el dominio del hecho respecto de la configuración del delito basado enel
principio de imputación recíproca, es decir, si bien cada uno de ellos tiene un
dominiosobresu propia acción durante lafase de ejecucióndel hecho, lotras-
cendente acá es que ese dominio parcial se inserta en un cuadro más amplio
constituido por la obra en su conjunto. La fundamentación de la responsabi-
lidad del coautor no descansa en ese aporte individual al hecho, sino en sure-
alización conjunta como expresión de una obra colectiva. El análisis de los
aportes individuales al hecho colectivo solo puede explicar una parte de su
configuración privada de todo sentido de pertenencia colectiva.
Al respecto, el Tribunal Supremo español ha referido en la sentencia n*
1499/1986, del 24 de marzo de 1986, sobre los presupuestos normativos de la
coautoría:
La doctrina de esta Sala viene entendiendoque la participación en el deli-
to atítulo de autoría viene representada por quien realiza el núcleo del tipo
penal, en tanto que quien realiza tan solo conductas periféricas puede inte-
grarse en las restantes formas de cooperación, habiéndose cargado el acen-
to, cuando de coautoríasetrata, en la conjunción de una común y unitaria re-
solución de todos para llevar a cabo el delito, con exigencia indeclinable de
unelementosubjetivo representado por la concordancia de voluntades para
la ejecución y desarrollo del plan y que ha de estar unida a otro elemento ob-
jetivo cual es la contribución de una actividad por cada uno de los concerta-
dostendentes al logro del fin perseguido (sentenciasde 14 deenero, 18defe-
2 5T5 265/2018,
del 31/5/18.
3 SSTS 2866/1991, del 5/10/91; 4387/1981, del 20/11/81; 8922/1986, del 3/7/86;
6635/1989, del 10/2/92.
4 $TS3518/1992,
del 2/7/94.
172 GUSTAVO E. ABOSO
1 «State of North Carolina v. Britton», 183 S.E, 2d 540 (1971), 279 N.C. 447, del
13/10/71.
2 Harlan Corning, Dead Wrong: Why Washington sDeadly Weapon Criminal Sen-
tencing EnhancementNeeds “Enhancement”, en "Seattle University Law Review”, vol,
35(2012), p. 928.
3 «State of North Carolina v. Cauley», 94 S.E. 2d 915 (1956), 244 N.C. 701, del
7/11/56.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 191
4 «People v. Wims», 10 Cal. 4th 293 (1995), 895P.2d77, 41 Cal. Rptr. 2d 241.
192 GUSTAVO E. ABOSO
19 74 Wash.App.111,872P.2d53
(1994).
11 N*61.048-1-1,
del 17/11/08.
EL DELITO DE ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 195
4 55T5 1346/1998,
del 5/11/98; 1791/1999, del 20/12/99.
3 Muñoz Conde, Derecho penal. Parte especial, 20” ed., 2015, p. 354.
6 S$TS 234/2017, del 4/4/17.
7 $T51791/1999, del 20/12/99.
EL DELITO DEROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS 201
8 BGH, 25tR 17/10 —sentencia del 8/4/10 (LG Aachen)—. KÚHL, BGH, 8.4.2010-2
StR 17/10, Lebensgefáhrdung des Opfers nach fehlgeschlagener ráuberischer Erpres-
sung, en "Juristenzeitung”, 65 (2010), n*22,p.1131 yss.
202 GUSTAVO E. ABOSO
1 CSIN-Fallos, 331:1332.
2 CNCP Salall, causa n* 4350, «Malatine», del 29/5/03; Sala IV, causa n*6533, «Mo-
lina», del 27/5/05; CNCC, Sala VI, causa n? 29.094, «Pour Pour», del 23/2/06 (por mayo-
ría); Sala VII, causa n* 29,064, «Garcia», del 17/4/06.
3 TCPBA, Sala |, causa n* 10.990 y 10.991, «M., M, y C., E.», del 6/11/07 (por mayo-
ría).
210 GUSTAVO E. ABOSO
1 CNCC, Sala IV, 16/8/18, «Cabral», causa n” 42.218. En igual sentido, CNCC, Sala
VI, 21/8/18, «P.P., Z. A.», causan?” 14,729,
2 TCPBA, Sala, 22/9/09, «G. ).», causa n* 6626 (por mayoría).
214 GUSTAVO E. ABOSO
En la doctrina nacional las posiciones respecto a este tema han sido las si-
guientes:
a) Las que ubican dentro del art. 165 solo los homicidios producidos por
conductas preterintencionales y culposas.
b) Las que, en cambio, lo configuran con conductas tanto dolosas, rema-
nentes de las tipificadas en la figura de homicidio criminis causae, co-
mo culposas, entre las que algún intérprete llega a incluir la culpa in-
consciente.
c) Las que únicamente admiten las conductas homicidas dolosas, rema-
nentes del art.80, inc. 7”, pudiendosolucionarse el caso del roboen cu-
yo recurso se produce un homicidio imprudente, por lasreglas del con-
curso real de delitos?.
Se afirma que los homicidios del art. 165 revisten carácter de resultados
preterintencionales de la actividad del agente, es decir que la responsabili-
dad del autor del robo con referencia a la muerte tendría queser de carácter
culposo. La doctrina distingueel homicidio en ocasión del robo delhomicidio
criminiscausa en que el art. 80, inc. 7”, serefiereal homicidio cometido por un
sujeto en cuya mente, en el momento de matar, existe el propósito de prepa-
rar, facilitar, consumar u ocultar, mediante la muerte, otro delito; por lo cual
es una figura que contiene un elemento subjetivo consistente precisamente
en otro delito propuesto. Hay un desdoblamiento intencional, en la concien-
cia del autor, referido
al fin y al medio. El art. 165, en cambio, considera el ho-
micidio quecon motivooen ocasión del roboresultare, verbo quedenota que
la relación subjetiva no es de medio a fin. Y además de referirse tan solo a la
conexión ocasional y no a la final, funda su agravación en el hecho de que re-
sultare un homicidio, expresión propia de las figuras calificadas porel resul-
tado y preterintencionales. Las agravantes contenidas en esas figuras no se
fundan en una conexión subjetiva dolosa, con relación al resultado ulterior,
sino, porel contrario, cuando el resultado agravante es directamente doloso,
tales figuras son desplazadas por otras. Con ello se evidencia que la ley, al em-
pleareltérmino “resultare” enelrobo, haqueridoincluirunasituación de ese
tipo, que puede presentarse en el caso en que varios sujetos participen en el
mismo hecho, sin que pueda afirmarse que la víctima haya sido muerta por
determinado
sujeto y a designiocomún. Aquíirán a parar, entonces, todoslos
casos en los cuales no sea posible afirmar que el autor de la muerte, en el mo-
mento de inferirla, tenía subjetivamente por delante la preparación, consu-
mación u ocultación de otro delito. La muerte debe estar conectada, comoen
todos los delitos preterintencionales, bajo la forma de culpa. Se incluyen, en-
tonces, los casos de las víctimas muertas como consecuencia del terror pro-
ducido por la violencia, pues el ladrón cuenta con el terror y debe contar con
las consecuencias de estef.
Otro sector de la doctrina sostiene que en el homicidio criminis causae el
autor debe actuar con dolo directo, es decir, de manera intencional”,
Algún autor ha entendido que el art. 165 trata de un delito complejo, en
cuya composición entran como hecho principal, portratarse de un delito con-
tra la propiedad, la ofensa a esta o su tentativa, y, como resultado, la consu-
mación de la ofensa a la persona. La consumación del delito exige la concu-
rrencia de dos hechos, como son el apoderamiento, osu tentativa, y la muer-
13 CNCP Salal, 27/9/02, «R.,).C.», causan? 5353; CFCP Sala IV, 18/2/14, «Ardiles, C.»,
causa n” 14,958, reg. n* 91/14; 30/4/15, «Bais, K. y otro», causan” 1621/13, reg.n*”781/15,
14 TCPBA, Sala ll, 4/9/07, «Borre, N. F.», causa n* 11.383.
15 TSde Córdoba, Sala Penal, 14/3/02, «A., L.A.».
16 STChubut, 14/9/99, «S., D.;N.,J.».
17 Causan?*66.291/14,
del 13/4/18.
218 GUSTAVO E. ABOSO
porel accionar doloso del autor, pero sin tener en miras esa conexión ideoló-
gica con el delito conexo.
También se ha admitido la aplicación de esta forma agravada de robo por
el resultado muerte a losintervinientes de unrobo por la muerte acaecida de
uno de ellos en el ejercicio de la legítima defensa propia y ajena de los fun-
cionarios policialesqueconcurrieronal lugar del hecho paraimpedir el hecho
delictivo?8,
La consumación del delito exige la concurrencia
de los dos hechos: apode-
ramiento, o su tentativa, y el homicidio. La tentativa no es posible porque la
tentativa de apoderamiento con resultado mortal ya constituye el tipo del
art. 165, pues este no exige la consumación del apoderamiento??”,
Igualmente se ha pronunciado la jurisporudencia nacional al decir que la
tentativa es incompatible con las características del robo con homicidio, ya
que a pesar de ser la principal la ofensa contra la propiedad, la consumación
del delito norequieresiempre la del apoderamiento de lacosaajena, porque,
con arregloal art. 165, también el homicidio resulta con motivo u ocasión de
robo, si proviene de las violencias tendientesa facilitarlo?0,
2 Enesesentido, CNCP, Sala !Il, 10/11/08, «Concha», causa n* 7585 (por mayoría);
TCPBA, Sala 111, 18/11/08, «A., J. C.», causan? 7913.
3 Causan” 15.677, del 1/10/12.
8 27.
CONCURSO DE ROBO AGRAVADO CON ARMA
Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD
Entre las figuras de robo agravado con arma y resistencia a la autoridad
puede existirun concurso material cuando el autor intentó apoderarse de los
bienes de la víctima, hecho que no pudo ser consumado por la pronta inter-
vención de la autoridad policial presente en las inmediaciones, ofreciendo
aquel resistencia ante suarresto?.
1 Molinario- Aguirre Obarrio, Losdelítos, 1996, p. 271; Tozzini, Los delitos de hur-
to yrobo, 1995, p. 266 y ss.
2 Resuelto el 30/11/49.
238 GUSTAVO E. ABOSO
1 CSIN-Fallos, 336:52.
2 CSJN-Fallos, 336:63.
8 30.
COMPETENCIA DE LA CONDUCTA DE SUPRESIÓN
DE NUMERACIÓN DE ARMA DE FUEGO USADA
EN EL ROBO
En el precedente «Arguello», la Corte Suprema de Justicia de la Nación se-
ñaló que a partir de la reforma operada por la ley 25.886 ante el delito de su-
presión de numeración de un arma de fuego corresponde la intervención de
lajusticia federal para su investigación?.
1 CSIN-Fallos, 331:427.
8 31.
DETERMINACIÓN JUDICIAL DE LA PENA
En la figura de robo con armalafijación dela penaen concreto sobre la ba-
se del juicio de culpabilidad personal no se debe incluir entre los baremos pa-
ra la agravación de la pena el peligro concreto que ha sufrido la víctima o la
peligrosidad del medio empleado, ya que ambas circunstancias integran los
elementos constitutivos de lo injusto material de ese delito. Al haberse cuali-
ficado en el contenido de lo injusto el uso de armas y su relación funcional con
el incremento de la capacidad ofensiva derivada en su uso, sumado al peligro
objetivo que sufre la víctima, el juez no debe volver a valorar al momento de
la determinación de la pena esas condiciones típicas calificadoras, de lo con-
trariose estaria violando la prohibición de la doble valoración del mismo he-
cho one bis in ídem!.
Porlo general, lostribunalesdeben ajustarla determinación del monto de
la pena aplicable alas pautas mensurativas previstasenlos arts. 40 y 41 del CP.
Si bien afirmamos que el uso de un arma de fuego o arma impropia no debe-
ríacalificar doblementeelhechoyatarifadocomo una figuraagravadadero-
bo, lo cierto es que pueden darse ciertas hipótesis donde ese uso de un arma
de fuego operativa podría incrementar el monto de la pena aplicable.
En el caso de los Estados Unidos, el Código Penal federal prevé un incre-
mento de la pena cuando el arma de fuego utilizada en la comisión del robo
es disparada. Así pues, el 18 U.S.C. 8 924 (c)(1)(A)(11), (111), agrava la pena pre-
vista para el delito cuando el arma de fuego fue blandida ose efectuaron dis-
1 BGH, 1 StR 475/89 — 12/9/89—; BGH, 1 StR 584/89 — sentencia del 21/12/89—,;
BGH, 45StR 538/01 — sentencia del 1 1/4/02 (LG Bochum)—.
250 GUSTAVO E. ABOSO
1 CSJN-Fallos, 314:333.
CONCLUSIONES
Luego del estudio sobre el delito de robo con armas regulado en el inc. 2?
del art. 166 del CP podemos arribar a las siguientes observaciones:
mente ciertos conceptos como el de “arma de fuego cuya aptitud para el dis-
paro no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada” o “con un arma de
utilería” al de armas de juguete, armas defuegoperitadasyno operativas, in-
cluso el arma de fuego sin munición, están condenados al fracaso, salvo que
se quiera soslayar el principio de legalidad en su expresión de máxima taxati-
vidad penal al recurrir a la prohibida aplicación analógica in malam partem
dela ley penal, en desmedro de un adecuadoservicio de justicia, limitando las
libertades delos ciudadanos, bajo la premisa de un Derecho penal precaute-
larysimbólico ajeno alos principios que imperan en un Estado socialy demo-
crático de Derecho.
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