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porque supuestamente la había amenazado, pero al ser examinada la


acusada, se le preguntó si lo denunció, respondió que no.
Las defensas técnicas de las acusadas, han pretendido alegar una ausencia de
capacitación para ejercer sus funciones relacionadas con el STM. No es
creíble, porque la aceptación del cargo, es teniendo pleno conocimiento de las
capacidades y competencias con las que cuenta para realizar dichas
funciones. Los acusados son profesionales, con estudios superiores y en
algunos casos, con estudios de Posgrado.
Nos encontramos ante una conducta típica, porque se han desarrollado los
elementos normativos y descriptivos que exige el artículo 387 del código penal.
Conforme al Acuerdo Plenario 4-2005, los acusados han vulnerado los bienes
jurídicos protegidos por el tipo penal de peculado doloso, como es garantizar el
principio de no lesividad de los intereses patrimoniales de la administración
pública y evitar el abuso de poder de que se haya facultado al funcionario o
servidor público que quebranta los deberes funcionales de lealtad o probidad,
que guarda concordancia con el principio de lesividad.
Por lo que solicita se imponga a los acusados:
Jennifer Leonor Briceño Cortéz, Marcela Del Carmen Zapata Meoño, Malena
Lisset Álvarez Farfán, Sergio Pedro Vásquez Rodríguez, ocho años de pena
privativa de la libertad. La pena de inhabilitación de conformidad con el
artículo 36 incisos1) y 2) del Código penal por el mismo período de la pena
principal y el pago de 365 días multa, equivalente a s/.2,828.75 a cada uno.
Para Angelica María Sosa Jaime y Noelia Transita Chiscul Villasis, en calidad
de autoras del delito de peculado doloso por apropiación para sí en su tipo
base, cuatro años de pena privativa de la libertad, la pena de inhabilitación de
conformidad con el artículo 36 incisos1) y 2) del Código penal por el mismo
período de la pena principal, el pago de 180 días-multa, equivalente a
s/.1,395.00 a cada uno.

2.2. De la Procuraduría Pública Anticorrupción de Chiclayo


De acuerdo al artículo 1965 del código civil, aquel que causa un daño
ya sea de manera dolosa o no diligente, será responsable de resarcir o
indemnizar por sus actos. En el presente caso, con la prueba actuada en juicio
se ha podido determinar el daño en perjuicio al Estado, a través de la
apropiación de los caudales públicos por la cantidad total de s/.244,387.65.
El hecho ilícito consiste en la apropiación de los acusados (as) de los caudales
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públicos provenientes del cobro de la merced conductiva de los mercados de la


localidad de Chiclayo, ello conforme se determinó en el informe de la CGR 078-
2015 donde se explica de manera pormenorizada las modalidades empleadas
en la apropiación de los caudales i) dinero cobrado y no reportado, ii) dinero
cobrado, pero reportado parcialmente y iii) dinero cobrado, reportado y dado
de baja.
La prueba del hecho ilícito descansa sobre dos medios de prueba, esto
es: la carpeta de control 078-2015, que ha sido explicada de manera
pormenorizada por sus autores durante el plenario, el cual contiene un
análisis técnico del área informática, legal y contable y la pericia contable,
sometida a examen en el plenario. El daño que se ha causado al Estado en la
cantidad antes indicada, se encuentra justificado con la cantidad de recibos
físicos (anexos de la pericia contable) y los informes de los auditores, respecto
del cruce de información de los recibos físicos con lo descargado en el sistema
informático. Este perjuicio vincula a los acusados Jennifer Leonor Briceño
Cortés, Marcela Del Carmen Zapata Meoño, Malena Lisset Álvarez Farfán,
desempeñaron el cargo de jefe de la unidad de otros ingresos; Sergio Pedro
Vásquez Rodríguez, en calidad de técnico recaudador; Angélica María Sosa
Jaime, en condición de supervisor de cobranzas y Noelia Transita Chiscul
Villacis, en su condición de fiscalizadora de mercados. Los recibos cobrados
fueron manipulados en el sistema, ya sea para descargar en una menor
cantidad, para dar de baja o incluso para no ingresarlos y los vincula no solo
por las firmas que aparecen en los documentos, sino también por el uso de
calves y usuarios, el cual es de uso personal y responsabilidad personal de su
titular.
Cuando las defensas técnicas de los acusados, pretenden hacer ver que
ellos entregaron sus usuarios a otros trabajadores, por la falta de máquinas,
por descuido u otros, son argumentos de mala justificación, que no los eximen
de responsabilidad, porque existe un perjuicio al erario público, por lo que el
daño las vincula con las funciones y deberes que se establecen en la
reglamentación o en los documentos internos de la entidad. El accionar de los
acusados ha sido doloso, porque han hecho uso de una herramienta de
trabajo como el STM, el cual ha sido manipulado para beneficio propio y
obtener una ventaja económica en detrimento de los intereses de la entidad y
de la ciudadanía. Es por ello, que cada uno deberá responder, conforme a la
relación que tienen y que se ha individualizado la participación en la relación
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de causalidad con los recibos, que los vincular con el accionar en los
momentos de su participación.
Momentos que han sido de manera individual, tomando en cuenta cada
período de labores efectuado. Los fundamentos de la reparación civil son el
daño económico probado en juicio con los medios de prueba antes señalado
por el monto de s/.244,387.65 que constituye el daño patrimonial o daño
emergente. Para determinar el lucro cesante, se debe tener en cuenta que el
Satch, tiene como misión gestionar la administración contable, a través de su
mejora continua para brindar servicio de calidad a los ciudadanos. Es decir,
tiene como función específica la recaudación de la tributación con la finalidad
que permitan mejorar la calidad de vida del ciudadano, ayuda a proyectar las
mejoras de la colectividad relacionada con la mejora del cual deriva el rubro
recaudado, mercados de abastos, lugar donde se adquieren los productos de la
canasta básica, debe encontrarse en óptimas condiciones. Sin embargo,
debido a casos como estos el mercado no reúne las condiciones saludables
para llevar a cabo la prestación del servicio de mercados, que pone en riesgo a
los comerciante y ciudadanos que acuden a realizar su venta y compras a ese
establecimiento. Esto es lo que fundamenta el daño emergente. Se ha causado
un perjuicio a la persona jurídica, debido a que la MPCH depositó la confianza
en los funcionarios con la finalidad de recaudar, administrar los caudales del
estado para dar cuenta del dinero recaudado y que sea depositado a las arcas
de los bancos que trabajaban con la MPCH. Al no haber dado cuenta de ese
depósito, le ha causado perjuicio a la MPCH, y estos defraudaron a sus
expectativas.
Razón por la cual, se reafirma en su solicitud de reparación civil en los
montos contra Jennifer Leonor Briceño Cortés, Marcela Del Carmen Zapata
Meoño, Malena Lisset Álvarez Farfán, Sergio Pedro Vásquez Rodríguez, como
autores del delito de peculado dolo agravado para quienes la Procuraduría
solicita: Jennifer Leonor Briceño Cortés, una reparación civil de s/.80,022.75,
de acuerdo a los recibos detallados en la pericia contable. Es por ello que
solicita que pague la cantidad de s/.130,022.75, de los cuales s/.80,022.35
corresponden al conto restitutorio. Para Sergio Pedro Vásquez Rodríguez, se
solicita se le imponga el pago de s/.53,973.65 más s/.30,000.00 por
indemnización, que hace un total de s/.83,973.65. Para Marcela Del Carmen
Zapata Meoño, se solicita el pago de s/.48,967.80, que representa el monto
restitutorio y una indemnización de s/.35,000.00; lo que hace un total de
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s/.83,967.80. Para Malena Lisset Álvarez Farfán, se solicita s/.54,992.35, más


restitución del montó, más s/.50,000.00; lo que hace un total de
s/.104,992.35. Para Angélica María Sosa Jaime se solicita 6,161.20 por
restitución y s/.3,000.00 por indemnización, que hace un total de s/.9,161.20
y finalmente para Noelia Tránsita Chiscul Villasís, solicita se imponga el pago
de s/.437.90 por concepto de restitución y s/.3,000.00 por concepto de
indemnización, que hace un total de s/.3,437.90.

2.3. De la defensa técnica de la acusada JENNIFER LEONOR BRICEÑO


CORTÉS.
El representante del Ministerio Público ha prometido al inicio del
presente juicio acreditar la responsabilidad penal de su patrocinada, la cual
no ha sido cumplida en los términos del artículo IV del TP del NCPP.
Se le imputa a su patrocinada el presunto delito de peculado doloso por
apropiación de caudales, tipificado en el artículo 387 del código penal y para
ello le atribuye tres hechos supuestamente relevantes: El haberse apropiado
de s/.14,826.65 del SATCH, mediante 63 recibos de ingresos, como
consecuencia de haber realizado la cobranza en efectivo a los conductores de
puestos de mercado por concepto de merced conductiva, durante los períodos
de julio de 2013 a octubre de 2014. El segundo hecho, es que existirían 255
recibos de ingresos de la serie OIV-013, por el monto de s/.25,569.60 que
correspondería el cobro de merced conductiva a conductores de puestos de
mercado, recaudado durante el tiempo de gestión de su patrocinada, los
cuales no han sido ingresados a la caja de la entidad agraviada. Y que
conforme a la carpeta de control 078-2015 y la pericia contable, su
patrocinada utilizando el usuario Jbriceño, sin fundamentación alguna
manipuló el STM y efectuó la baja de 453 recibos por la suma de
s/.39,623.50, correspondiente al período marzo de 2011 a julio de 2014.
Para la configuración del tipo penal del delito de peculado doloso por
apropiación, es relevante el verbo rector “apropiarse” y ello se da cuando el
servidor o funcionario público hace suyo los caudales del Estado, en razón de
la función pública que ejerce, en otras palabras, cuando se atribuye los bienes
que debió custodiar o administrar.
Su patrocinada, en el ejercicio de sus funciones, establecidas
taxativamente en el MOF, no tiene alguna función por la que tenga que recibir
dinero o caudales, bienes para custodiar, por cuanto el contacto directo con el
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dinero lo tenía los técnicos recaudadores, eran quienes realizaban las


cobranzas directas a los conductores de puestos de mercado para luego, bajo
responsabilidad depositar lo recaudado en la cuenta de ahorro del Satch. Por
eso la defensa postula que los hechos imputados, no se subsumen en los
elementos objetivos, ni subjetivos que requiere el tipo penal para la
configuración del delito.
Las funciones específicas de su patrocinada eran las de organizar
supervisar, ejecutar la recaudación de los tributos municipales. Se debe
entender, por organizar a planificar, coordinar con las demás jefaturas la
implementación de acciones para incrementar la recaudación; por ejecutar, se
hace referencia a la gestión del cumplimiento de las ordenanzas municipales,
en razón de amnistías de pago y otras actividades administrativas de pago y
por supervisar el desarrollo de las actividades del área.
A pesar que, su patrocinada no se encuentra en la obligación de probar
la no comisión de los hechos imputados, por cuanto la carga de la prueba la
lleva sobre sí, el representante del Ministerio Público, conforme al artículo IV
del TP del NCPP. La defensa cumple con la promesa formulada en el alegato de
apertura, en los términos que, a continuación, expone:
El Ministerio Público, no ha logrado acreditar que su patrocinada se
haya apropiado de la suma de s/.14,826.65 del SATCH, mediante 63 recibos
de ingresos; por cuanto ha demostrado que su patrocinada en su condición de
jefa del área de otros ingresos, no tenía como función específica realizar cobros
de merced conductiva de manera directa, pues esta función era de los técnicos
recaudadores, quienes eran responsables de planificar, coordinar, ejecutar la
cobranza de valores o especies valoradas, emitidas a cada contribuyente y
depositar el efectivo, producto de cobranza diaria, conforme se detallan en las
funciones específicas en los acápites a y b de la pág. 105 del MOF. Ha
quedado acreditado con el examen realizado al perito Segundo Vásquez Nepo,
quien elaboró la pericia contable, señaló que desconoce que los 453 recibos
hayan sido firmados por su patrocinada y que no existe pericia grafo técnica
que corrobore lo contrario.
Respecto de la segunda imputación, relacionada con el hecho de que existirían
255 recibos de ingresos de la serie OIV-013, por el monto de s/.25,569.60. La
defensa técnica ha acreditado que su patrocinada no tenía funciones de
registrar cobranzas en el STM, esta función le correspondía a los técnicos
recaudadores, conforme las declaraciones de los testigos y además, se debe

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