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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

INTEGRANTES :
BAUTISTA SAAVEDRA MERCEDES
CARHUATOCTO SÁNCHEZ LUZ
MONTERO CHORRES PIERO
RUIZ SANDOVAL LUCÍA
VICENTE SANDOVAL JESSICA

TEMA :
ANÁLISIS DE SENTENCIA

CURSO :
DEONTOLOGÍA PROFESIONAL

DOCENTE :
ANITA MARÍA OLAYA JIMENEZ

PIURA, 2023
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don José Antonio Nicanor Silva
Vallejo contra la sentencia de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima, que declara infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 28 de octubre de 2004, el recurrente interpone demanda de amparo contra
el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima, a fin de que se deje sin
efecto la Resolución N.º 351-2003-DEP/CEP/CAL, mediante la que se le impone la
sanción de expulsión; y la Resolución de fecha 16 de julio de 2004, emitida por el
emplazado, que modifica la sanción por la de suspensión por un año en el ejercicio
de la profesión.
En consecuencia, solicita se ordene su inmediata reincorporación como miembro
activo de la orden, se deje sin efecto gremial alguno la medida disciplinaria de
suspensión por un año en el ejercicio de la profesión, y se deje sin efecto gremial ni
legal alguno lo dispuesto por el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de
Lima, en relación con lo establecido por el artículo 57° del Estatuto de la Orden, que
dispone que todas las sanciones serán anotadas en el Registro Especial y en el legajo
de la matrícula del colegiado, y publicadas en el Boletín de la Orden, en el Diario
Oficial El Peruano.
Menciona que la resolución emitida por el emplazado resulta inconstitucional, y
también, alega que la sanción impuesta por el demandado vulnera el principio non
bis in ídem, toda vez que ya ha sido sancionado, aunque irregularmente por el
Consejo Nacional de la Magistratura por los mismos hechos.
El Colegio de Abogados de Lima, manifiesta que el demandante, además de ostentar
la magistratura es abogado y al quebrantar los principios del Código de Ética de los
Colegios de Abogados del Perú, correspondía que se le aplique una sanción en
observancia de dicha normatividad y los Estatutos de la Orden, careciendo de
sustento técnico y legal lo alegado.
El Decimosegundo Juzgado Civil de Lima, declaró infundada la demanda por
considerar que es factible que la conducta asumida por el actor en el proceso que
conocía como Vocal de la máxima instancia judicial.
La recurrida confirmó la apelada por estimar que la conducta del actor, sancionada
por el Consejo Nacional de la Magistratura y el Colegio de Abogados de Lima,
afectó bienes jurídicos distintos, por lo que no existe vulneración de derecho
constitucional alguno.
FUNDAMENTOS
Petitorio de la demanda
Mediante la demanda de autos, el recurrente, invocando la vulneración del
principio non bis in ídem, y de sus derechos constitucionales a la tutela
jurisdiccional efectiva, al debido proceso, al honor y la buena reputación, y al
trabajo, persigue que este Tribunal:

a) Deje sin efecto la Resolución N.º 351-2003-DEP/CEP/CAL, de fecha 26 de


junio de 2003, emitida por el Consejo de Ética Profesional del Colegio de
Abogados de Lima, mediante la que se le impone la sanción de expulsión.
b) Deje sin efecto la Resolución de fecha 16 de julio de 2004, emitida por el
Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima que, revocando la
sanción de expulsión, le impone la de suspensión por un año para el ejercicio
de la profesión.
c) Ordene su inmediata reincorporación como miembro activo del Colegio de
Abogados de Lima.
d) Deje sin efecto gremial alguno la medida disciplinaria de suspensión por un
año en el ejercicio de la profesión.
e) Deje sin efecto gremial ni legal alguno lo dispuesto por el Tribunal de Honor
del Colegio de Abogados de Lima para que se aplique el artículo 57º del
Estatuto de la Orden, respecto de la anotación de la sanción en el Registro
Especial y en el Legajo de la matrícula del colegiado.
f) Ordene al Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima publique el
correspondiente desagravio en el Diario Oficial El Peruano.
Consideraciones previas
En el caso de autos, la medida disciplinaria de suspensión por un año en el ejercicio
de la profesión fue impuesta al actor con fecha 16 de julio del 2004.
Sin embargo, expuesto por el propio recurrente, en tanto solicita que, en aplicación
del artículo 1º del Código Procesal Constitucional, se emita sentencia que declare
fundada la demanda a fin de que el emplazado no vuelva a incurrir en la misma
infracción, el Tribunal Constitucional estima pertinente emitir un pronunciamiento
de fondo respecto de la pretensión de autos.
Los colegios profesionales: configuración constitucional, naturaleza jurídica,
autonomía y fines
Desde que nuestra Constitución otorga una cobertura constitucional a estas
entidades, su naturaleza jurídica adquiere una peculiaridad que la diferencia de otras
instituciones que pueden tener cierta afinidad, tales como las asociaciones y
fundaciones, por ejemplo. En efecto, a partir de la definición establecida en el
artículo 20º, su creación está sujeta a la decisión del legislador a través de una ley.
Así lo ha establecido también este Colegiado al señalar que “las personas de derecho
público nacen por mandato expreso de la ley y no por voluntad de las partes
mediante ley formal, crea personas jurídicas de derecho interno”.
La Constitución no sólo determina su naturaleza jurídica, sino que también reconoce
su autonomía, lo que significa que los colegios profesionales tienen su propio
ámbito de actuación y decisión. En este sentido, el carácter constitucional del
autogobierno de los colegios profesionales reconocido por nuestra ley suprema
radica en su capacidad para funcionar en el marco de la autonomía administrativa,
esto es, la capacidad de crear organizaciones internas; la autonomía económica, que
les permite determinar sus propios ingresos y destinos, y su autonomía normativa,
que se manifiesta en su capacidad para desarrollar y aprobar sus propias normas
dentro de los marcos constitucionales y legales establecidos. Sin embargo, dicha
autonomía no puede convertirse en una dictadura, por lo que se debe enfatizar que la
legitimidad de los sindicatos es posible, siempre y cuando sus actividades se
desarrollen en el marco de nuestro orden constitucional.
Los colegios profesionales, como instituciones con personalidad jurídica pública,
tienen autonomía en la formulación y organización de sus normas. En este sentido,
la Corte considera que estos órganos son órganos creados para proteger el interés
público con fines que están íntima o directamente relacionados con los intereses
profesionales de sus miembros. Su propósito principal (pero no el único) es
probablemente controlar las prácticas profesionales de sus miembros.
Así, su función como órgano de control, desde un punto de vista deontológico o
ético, es determinar los parámetros del ejercicio profesional de sus miembros con la
posibilidad de establecer procedimientos disciplinarios adecuados para las personas
sujetas a una conducta profesional. violación o conducta contraria a la ética
profesional ya los principios y fines por los cuales es una institución, y busca
sanciones contra los responsables. Por otro lado, cumple el papel de unidad
especializada cuyo objetivo es promover el desarrollo de la carrera de educación y
ciencia. La existencia de colegios profesionales ha facilitado mucho la supervisión
de la práctica profesional estatal en la educación superior, actuando como estructuras
independientes y supervisoras del desarrollo profesional.
En conclusión, quedó claro para el Tribunal Constitucional que si bien la actividad
del colegio profesional tiene por objeto promover los intereses legítimos de los
profesionales cualificados de los que es miembro, también trata esencialmente de
controlar la formación y las actividades de estas personas. que el ejercicio de la
profesión universitaria cumpla con los parámetros deontológicos y cualitativos
exigidos por la sociedad.
Debido proceso, instituciones de derecho público y non bis in ídem
Si el debido proceso y los derechos asociados se aplican a cualquier persona jurídica
privada, siempre que se reconozcan las facultades procesales de los miembros y las
sanciones asociadas, no hay razón para que las categorías anteriores no puedan
utilizarse en entidades con personalidad jurídica pública, como Lima. . Colegio de
Abogados para garantizar los derechos de los miembros, fortaleciendo su sistema
organizativo y, en última instancia, su objetivo principal: el control de las
actividades de los miembros, la coordinación de la práctica con los deberes
necesarios y los parámetros de calidad, así como los principios y objetivos
establecidos por la ley, que tienen como objetivo conseguir.
En cuanto al principio non bis in ídem, este Colegiado ha establecido que cuenta con
una doble dimensión: en su vertiente material garantiza el derecho a no ser
sancionado dos o más veces por la infracción de un mismo bien jurídico; mientras
que, en su vertiente procesal, garantiza el derecho a no ser sometido a juzgamiento
dos o más veces por un mismo hecho. 
En efecto, la dimensión material de este principio “impide que una persona sea
sancionada o castigada dos (o más) veces por una misma infracción cuando exista
identidad de sujeto, hecho y fundamento”; mientras que en su dimensión procesal se
ha establecido que “tiene conexión con los principios de legalidad y
proporcionalidad, ya que si la exigencia de lex praevia y lex certa que impone el
artículo 2°, inciso 24, literal d), de la Constitución obedece, entre otros motivos
como lo ha expresado este Tribunal en la STC N.º 0002-2001-AI/TC, fundamento 6
a la necesidad de garantizar a los ciudadanos un conocimiento anticipado del
contenido de la reacción punitiva o sancionadora del Estado ante la eventual
comisión de un hecho antijurídico, tal cometido garantista devendría inútil si ese
mismo hecho, y por igual fundamento, pudiese ser objeto de una nueva sanción, lo
que comportaría una punición desproporcionada de la conducta antijurídica.
Análisis del caso concreto
El Tribunal Constitucional estima pertinente emitir un pronunciamiento de fondo
respecto de la pretensión del recurrente.
La alegada usurpación de funciones del Tribunal de Honor del CAL
El recurrente manifiesta que el Tribunal está realizando funciones que no le
corresponden. Asimismo, establece que la entidad encargada de poder interponer
una medida disciplinaria de suspensión por un año en el ejercicio de la profesión es
el Consejo Nacional de la Magistratura, debido a ello se estaría transgrediendo el
Artículo 146.1º de la Constitución, conforme al cual el Estado garantiza su
independencia, pues sólo está sometido a la Constitución y la Ley.
Por lo tanto, toda sanción impuesta por órgano que no sea competente viola no sólo
el mandato constitucional, sino el debido proceso, conforme al artículo 139.3º de la
Carta Magna, es por ello que el recurrente establece que se estaría vulnerando y
afectando el debido proceso.
Es importante destacar que, las funciones y las conductas de los magistrados se
encuentran reguladas en La Ley Orgánica del Poder Judicial y la Constitución, y no
al Código de Ética Profesional del Colegio de Abogados de Lima, por lo que, Tanto
el Consejo de Ética como el Tribunal de Honor son absolutamente incompetentes
para evaluar, juzgar y sancionar a los magistrados judiciales en el ejercicio de sus
funciones.
Por otro lado, el Colegio de Abogados de Lima, posee autonomía propia y tiene la
facultad de poder supervisar el ejercicio de la profesión. Asimismo, nos consolida
que sus fines se orientan a la promoción del ejercicio profesional, además, de tener
el deber de poder investigar los actos contrarios a la ética profesional, y en caso los
operadores jurídicos no actúen conforme a ley podrán imponer las sanciones
correspondientes a los responsables. Por lo tanto, el papel que cumple el Colegio de
Abogados de Lima, es fundamental en el mundo jurídico, ya que cuenta con
autonomía administrativa disciplinaria interna destinada a resguardar los principios,
fines y valores estatutarios.
En definitiva, la finalidad de los colegios de abogados es supervisar, vigilar y
verificar que los operadores jurídicos puedan realizar sus acciones respetando los
parámetros deontológicos y de calidad exigidos por la sociedad.
En tal sentido y, con vista a los alegatos del demandante, el Tribunal Constitucional
discrepa de su posición, toda vez que:
 La Constitución dispone en su Artículo 147.4º establece los requisitos para
poder ser magistrados de la Corte Suprema. Así como, haber sido magistrado
de la Corte Superior o Fiscal Superior durante diez años, o haber ejercido la
abogacía o la cátedra universitaria en materia jurídica durante quince años.
 La Ley Orgánica del Poder Judicial en el Artículo 177.3º dispone como uno
de los requisitos comunes para ser magistrado, es poder tener título de
abogado expedido o revalidado conforme a ley.
 El Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú en el Artículo 50º
consolida que es de aplicación para todos los abogados sin distinción alguna,
sea que el acto violatorio de las normas éticas se haya cometido en el
ejercicio de la profesión, en la actividad pública o privada o cual fuere el
cargo que desempeñen.

Para finalizar, es errónea la interpretación del recurrente. Dado que, en principio, es


evidente, por un lado, que antes de ser magistrado, el señor es abogado, y por otro,
que la sanción impuesta por el Tribunal de Honor es consecuencia de su actuación
por no respetar los parámetros deontológicos que establece el Artículo 50º del
Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú.
La invocada afectación del principio non bis in ídem
El recurrente manifiesta que se le ha vulnerado el principio non bis in ídem, toda vez
que ha sido sancionado dos veces por la misma conducta. Sin embargo, puesto
que el elemento consistente en la igualdad de fundamento es la clave que define el
sentido del principio, el Tribunal tampoco considera que se haya vulnerado dicho
principio, ya que no existe identidad de fundamento en cuanto a las sanciones
aplicadas por parte del Consejo Nacional de la Magistratura y el Tribunal de Honor
del Colegio de Abogados de Lima, debido a que:
 Los bienes jurídicos resguardados por cada uno de ellos resultan distintos.
 Ambas instituciones tienen diferentes ámbitos de control y sanciones
diferenciadas.
Alegatos finales del actor: la alegada violación del principio de tipicidad
El recurrente también manifiesta que se habría vulnerado el principio de tipicidad en
virtud del cual, según lo estipulado en el artículo 230.4º de la Ley N.º 27444 de
Procedimiento Administrativo General, sólo constituyen conductas sancionables
administrativamente las infracciones previstas expresamente en normas con rango
de ley mediante su tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o
analógica.
El principio de legalidad y el subprincipio de taxatividad en el contexto del
derecho administrativo sancionador
Se puede decir que el principio de legalidad garantiza los derechos fundamentales de
los ciudadanos al establecer que nadie puede ser procesado o condenado por actos
que no estén claramente calificados como infracciones punibles por la ley.
Este principio implica que las conductas prohibidas deben estar precisamente
definidas en la ley, sin permitir la aplicación por analogía o el uso de términos
generales e indeterminados.
El subprincipio de taxatividad o tipicidad es una manifestación específica del
principio de legalidad, que requiere que las prohibiciones que definen las sanciones,
ya sean penales o administrativas, estén redactadas de manera precisa y
comprensible.
En el caso mencionado en el texto, se discute la aplicabilidad del Código de Ética de
los Colegios de Abogados del Perú a un magistrado, y se argumenta que dicho
código es aplicable a todos los abogados, sin importar su cargo.
Además, se afirma que la medida disciplinaria impuesta al individuo se basa en
disposiciones claras y específicas del Estatuto del Colegio de Abogados de Lima y el
Código de Ética, lo cual cumple con los principios de legalidad y taxatividad.
En resumen, se analiza la importancia de estos principios en el ámbito del derecho
administrativo sancionador, especialmente en relación con las conductas prohibidas
y las sanciones aplicadas a los abogados en el ejercicio de su profesión.
Por lo tanto, SE RESOLVIÓ declarar INFUNDADA la demanda.

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