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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

Escuela Profesional de Derecho

“ANALISIS DE SENTENCIA ”

CURSO: TALLER DE DESEMPEÑO PROFESIONAL Y LIDERAZGO

DOCENTE: Dr. Mario Miguel Delgado Montaño

PRESENTADO POR

Paola Ximena Baca Carrasco


Walter Castillo Rojas
Jenifer Jiménez Vargas
Saby Ordoñez Huerta
Reynaldo Rojas Gorvenia
1. ¿QUÉ DERECHOS SE VULNERARON SEGÚN LA DEMANDA?

• Derecho a la tutela jurisdiccional efectiva

• Derecho al debido proceso

• Derecho al honor

• Derecho al trabajo

Fundamenta que se vulnero su derecho a la tutela jurisdiccional efectiva: Porque se le


sanciono sin tener mención el principio de tipicidad pues las normas del Tribunal de Honor
y del Colegio de Abogados son normas descriptivas y no sancionables.

Al debido proceso: Porque siendo magistrado del Consejo Nacional de la Magistratura, este
ente debía ser el único que lo sancione por su calidad de magistrado al emplazado, sin
embargo fue sancionado por el Tribunal de Honor, y el Consejo de Ética profesional del
Abogado, por tanto se estaría violando también el principio non bis in idem.

El derecho al honor: Porque ya siendo sancionado por el ente regulador de su condición de


magistrado, fue sancionado por otros entes que carecían de competencia, imponiendo
sanciones distintas a la principal y publicándolo además en el diario El Peruano afectando
su honor al ser esta sanción de conocimiento público.

Derecho al trabajo: Dado que el Consejo de Ética Profesional sanciono al emplazado en


primer término por su expulsión, y posteriormente por la suspensión del ejercicio
profesional por un periodo de un ano, careciendo de competencia ya que era competente de
la sanción el Consejo Nacional de la Magistratura.

Todas las vulneraciones supuestas que planeta el agraviado serán desvirtuadas en la


sentencia.

2.- ¿POR QUÉ SE AFECTA EL PRINCIPIO DEL NON BIS IN ÍDEM EN EL


PRESENTE CASO? EXPLIQUE.

Como sabemos este es un principio que no permite que se imponga simultáneamente una
pena o sanción administrativa por el mismo hecho y fundamento a una persona, en este
caso el recurrente ya había sido sancionado por el Consejo Nacional de la Magistratura por
los mismos hechos.

Primero se le impone una sanción de expulsión el 26 de junio de 2003, emitida por el


Consejo de Ética Profesional del Colegio de Abogados de Lima y luego la Resolución de
fecha 16 de julio de 2004, emitida por el emplazado, que modifica la sanción por la de
suspensión por un año en el ejercicio de la profesión.
Es por los motivos anteriormente plasmados que el recurrente interpone demanda de
amparo contra el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima, a fin de que se deje
sin efecto la Resolución N° 351-2003-DEP/CEP/CAL, del 26 de junio de 2003, emitida por
el Consejo de Ética Profesional del Colegio de Abogados de Lima, además de solicitar su
inmediata reincorporación como miembro activo del Colegio de Abogados de Lima, entre
otros.

De modo accesorio el emplazado José Antonio Nicanor Silva Vallejo alega que la sanción
impuesta por el demandado vulnera el principio non bis in ídem, debido a que ya había sido
sancionado por el Consejo Nacional de la Magistratura por los mismos hechos.

Cabe mencionar que la sanción de destitución impuesta al recurrente por el Consejo


Nacional de la Magistratura en aplicación del inciso 2) del artículo 31º de su Ley Orgánica,
lo ha sido por infracción del inciso 4) del artículo 196º de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, esto es, por admitir o formular recomendaciones en procesos judiciales, en razón
de los hechos suscitados a raíz de una entrevista personal efectuada en el domicilio del
entonces Sr. Presidente de la República por un proceso judicial de filiación seguido en su
contra por doña Lucrecia Orozco, cuando era parte integrante del colegiado que tenía bajo
su competencia el trámite de dicha causa. Dicha sanción le fue impuesta por
responsabilidad funcional, que se anuda a su conducta en su calidad de magistrado, por
haber infringido los deberes de fidelidad y respeto de las formas establecidas por ley, de
imparcialidad, y de probidad e independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional
constitucionalmente prevista por el artículo 139.2º de la Norma Fundamental.

Por otra parte, la medida disciplinaria impuesta por el Tribunal de Honor, sustentada en los
artículos 50º y 77º de sus Estatutos, y en los artículos 1º, 2º, 3º, 5º y 48º del Código de Ética
de los Colegios de Abogados del Perú, se dirige a sancionar al actor en su calidad de
profesional de derecho integrante del Colegio de Abogados de Lima, institución que en su
calidad de ente fiscalizador del ejercicio de la profesión de abogado, ha considerado que su
actuación –por la que ha sido destituido por el Consejo Nacional de la Magistratura–
también ha afectado los fines que promueve como institución con personalidad de derecho
público, esto es, los parámetros deontológicos y éticos exigidos por la sociedad a la que
sirve, y a los principios y valores contenidos en sus estatutos.

Es en este sentido que dado que el elemento consistente en la igualdad de fundamento es la


clave que define el sentido del principio non bis in idem, es decir, no cabe la doble sanción
del mismo sujeto por un mismo hecho cuando la punición se fundamenta en un mismo
contenido injusto, es decir, en la lesión de un mismo bien jurídico o un mismo interés
protegido - tampoco considera el Tribunal que se haya vulnerado el principio non bis in
ídem - pues conforme a lo expuesto en los fundamentos 27 y 28, supra, no existe identidad
de fundamento en cuanto a las sanciones aplicadas por parte del Consejo Nacional de la
Magistratura y el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima, ya que, por un
lado, los bienes jurídicos resguardados por cada uno de ellos resultan distintos, y por otro,
ambas instituciones tienen diferentes ámbitos de control y sanciones diferenciadas.

Por último, Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú dispone en el
fundamento 23c), supra, el artículo 50º de dicho cuerpo normativo º que es de aplicación
para todos los abogados sin distinción alguna, si violan las normas éticas en el ejercicio de
la profesión, en la actividad pública o privada o cual fuere el cargo que desempeñen, así
éste provenga de elección popular o por designación, además en consecuencia, y conforme
a las disposiciones que con detalle, se ha reseñado, para el Tribunal Constitucional queda
claro que la conducta atribuida al actor constituía una prohibición regulada desde el
Estatuto del Colegio de Abogados de Lima y el Código de Ética de los Colegios de
Abogados del Perú a los que se encontraba –y se encuentra– sometido el recurrente,
declarando así infundada la demanda.

Por ende, el Tribunal Constitucional declaró infundada la demanda.

3.- ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD Y


LEGALIDAD?

El Tribunal Constitucional peruano se mueve en estos parámetros y confirma con claridad


dicha naturaleza jurídica administrativa. La sentencia de 11 de diciembre de 2006 (EXP. Nº
3954-2006-PA/TC) hace una correcta exposición de esta figura en varios de sus
considerandos. Por una parte, señala la primera distinción entre los Colegios Profesionales
y otras asociaciones o corporaciones de Derecho privado: su creación por ley.

Desde que nuestra Constitución otorga una cobertura constitucional a estas entidades, su
naturaleza jurídica adquiere una peculiaridad que la diferencia de otras instituciones que
pueden tener cierta afinidad, tales como las asociaciones y fundaciones, por ejemplo. En
efecto, a partir de la definición establecida en el artículo 20º, su creación está sujeta a la
decisión del legislador a través de una ley. Así lo ha establecido también este Colegiado al
señalar que «las personas de derecho público nacen por mandato expreso de la ley y no por
voluntad de las partes (...) mediante ley formal, crea personas jurídicas de derecho interno».

De esta forma, los Colegios de Abogados son Entidades fiscalizadoras de la actividad


profesional de sus colegiados que cumplen una función de auxilio al Estado: es el Estado,
en definitiva, el responsable del correcto ejercicio de las actividades profesionales, para lo
que crea una persona jurídica instrumental para que le facilite dicha supervisión (cdo 9º):

«Así, en su rol de ente fiscalizador, tiene la función de establecer, desde un punto de vista
deontológico o ético, los parámetros del ejercicio profesional de sus agremiados (…). En
buena cuenta, la existencia de los colegios profesionales facilita al Estado la supervisión de
la práctica profesional como consecuencia de la culminación de la educación universitaria,
constituyéndose en entes autónomos y vigilantes del desarrollo de la profesión»

PRINCIPIO DE LEGALIDAD

Const. Art. 2º.24.d): “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo
de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca,
como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley”.

Se exige:

 Que por ley se establezcan los delitos.

 Que las conductas prohibidas estén claramente delimitadas por la ley.

Se prohíbe:

 La aplicación por analogía.

 El uso de cláusulas generales e indeterminadas en la tipificación de las


prohibiciones.

JURISPRUDENCIA TC

Exp. Nº 2050-2002-AA/TC: “(...) los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre


otros, constituyen principios básicos del derecho sancionador, que no sólo se aplican en el
ámbito del derecho penal, sino también en el del derecho administrativo sancionador (…)”.
(Fund. 8).

DIFERENCIA CON EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD

Sólo constituyen conductas sancionables, aquellas previstas expresamente en normas con


rango de ley mediante su tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o
analogía. Las disposiciones reglamentarias pueden especificar o graduarlas para identificar
las conductas o determinar sanciones, sin constituir nuevas conductas, salvo que la ley lo
permita.

 El principio de tipicidad es un sub principio del principio de legalidad (no


confundirlos).

 El principio de legalidad se satisface cuando se cumple con la previsión de las


infracciones y sanciones en la ley.

 El principio de tipicidad constituye la precisa definición de la conducta que la ley


considera como infracción. (colaboración reglamentaria)
El principio de tipicidad en virtud del cual sólo constituye conductas sancionables
administrativamente las infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley
mediante su tipificación como tales, sin administrar interpretación extensiva o analóga.
Ahora bien, el sub principio de tipicidad o taxatividad constituye una de las
manifestaciones o concreciones del principio de legalidad respecto de los límites que se
imponen al legislador penal o administrativo, a efectos de que las prohibiciones que definen
sanciones, sean éstas penales o administrativas, estén redactadas con un nivel de precisión
suficiente que permita comprender sin dificultad lo que se está proscribiendo bajo amenaza
de sanción en una determinada disposición legal.

4.- UBIQUE EN EL CÓDIGO DE ÉTICA DE LOS COLEGIOS DE ABOGADOS


DEL PERÚ, TANTO LA INFRACCIÓN O INFRACCIONES COMETIDAS, ASÍ
COMO LA SANCIÓN O SANCIONES IMPUESTAS.

LA INFRACCIÓN.-

Es, por admitir o formular recomendaciones en procesos judiciales, en razón de los hechos
suscitados a raíz de una entrevista personal efectuada en el domicilio del entonces Sr.
Presidente de la República por un proceso judicial de filiación seguido en su contra por
doña Lucrecia Orozco, cuando era parte integrante del colegiado que tenía bajo su
competencia el trámite de dicha causa y que constituye infracción del inciso 4) del artículo
196º de la Ley Orgánica del Poder Judicial y que Consejo Nacional de la Magistratura
realiza en aplicación del inciso 2) del artículo 31º de su Ley Orgánica.

SANCIONES IMPUESTAS.-

La medida disciplinaria impuesta por el Tribunal de Honor, sustentada en los artículos 50º
y 77º de sus Estatutos, y en la SECCIÓN PRIMERA DISPOSICIONES GENERALES los
artículos 1º, 2º, 3º, 5º y 48º del Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú, se
dirige a sancionar al actor en su calidad de profesional de derecho integrante del Colegio de
Abogados de Lima, institución que en su calidad de ente fiscalizador del ejercicio de la
profesión de abogado y se dirige a sancionar al actor en su calidad de profesional de
derecho integrante del Colegio de Abogados de Lima, institución que en su calidad de ente
fiscalizador del ejercicio de la profesión de abogado, ha considerado que su actuación por
la que ha sido destituido por el Consejo Nacional de la Magistratura también ha afectado
los fines que promueve como institución con personalidad de derecho público, esto es, los
parámetros deontológicos y éticos exigidos por la sociedad a la que sirve, y a los principios
y valores contenidos en sus estatutos
5. ANALISIS DE SENTENCIA

Jose Antonio Silva Vallejo interpone demanda de amparo contra el Tribunal de Honor del
Colegio de Abogados de Lima (CAL) a fin de que se deje sin efectos las resoluciones
emitidas por el CAL, mediante las cuales se le sanciona disciplinariamente y se le suspende
temporalmente del ejercicio profesional. El recurrente considera que se ha vulnerado el
principio del ne bis in idem, así como sus derechos constitucionales al debido proceso, al
honor y al trabajo. El Tribunal Constitucional falla declarando infundada la demanda, tras
establecer que las medidas adoptadas por el CAL se encuentran plenamente dentro de sus
competencias.

5.1 Según los Antecedentes

Jose Antonio Silva Vallejo interpone demanda de amparo contra el Tribunal de Honor del
Colegio de Abogados de Lima (CAL) a fin de que se deje sin efectos las resoluciones
emitidas por el CAL, mediante las cuales se le sanciona disciplinariamente y se le suspende
temporalmente del ejercicio profesional. El recurrente considera que se ha vulnerado el
principio del ne bis in idem, así como sus derechos constitucionales al debido proceso, al
honor y al trabajo. El Tribunal Constitucional falla declarando infundada la demanda, tras
establecer que las medidas adoptadas por el CAL se encuentran plenamente dentro de sus
competencias.

En fecha 28 de octubre de 2004, José Antonio Nicanor Silva Vallejo interpone demanda de
amparo contra el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima, a fin de que se deje
sin efecto la Resolución N.º 351-2003-DEP/CEP/CAL (emitida por el Consejo de Ética
Profesional del Colegio de Abogados de Lima) en la cual se impone sanción de expulsión;
y la Resolución de fecha, que modifica la sanción por la de suspensión por un año en el
ejercicio de la profesión. Solicitando así que se ordene su inmediata reincorporación como
miembro activo de la orden, se deje sin efecto gremial alguno la medida disciplinaria de
suspensión por un año en el ejercicio de la profesión, y se deje sin efecto gremial ni legal
alguno lo dispuesto por el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados de Lima, en
relación con lo establecido por el artículo 57° del Estatuto de la Orden, que dispone que
todas las sanciones serán anotadas en el Registro Especial y en el legajo de la matrícula del
colegiado, y publicadas en el Boletín de la Orden, en el Diario Oficial El Peruano y además
se pondrá en conocimiento de los Colegios Profesionales y Cortes Superiores. Finalmente
solicita que el Tribunal de Honor publique el correspondiente desagravio en el Diario
Oficial El Peruano y en los diferentes medios de comunicación social. Acusa la vulneración
de sus derechos a la tutela jurisdiccional efectiva, al debido proceso, al honor y al trabajo.

Por otra parte el Colegio de Abogados de Lima propone la excepción de falta de


legitimidad para obrar de los demandados y contesta la demanda negándola y
contradiciéndola en todos sus extremos. Manifiesta que el demandante, además de ostentar
la magistratura es abogado y al quebrantar los principios del Código de Ética de los
Colegios de Abogados del Perú, correspondía que se le aplique una sanción en observancia
de dicha normatividad y los Estatutos de la Orden, careciendo de sustento técnico y legal lo
alegado, toda vez que las sanciones disciplinarias aplicables por parte del Poder Judicial o
el Consejo Nacional de la Magistratura son de carácter jurisdiccional, cuyas funciones son
distintas a las de los órganos deontológicos que poseen funciones administrativas, de modo
que no se ha vulnerado derecho alguno.

El Decimosegundo Juzgado Civil de Lima, con fecha 7 de abril de 2005, desestimó la


excepción propuesta y declaró infundada la demanda por considerar que es factible que la
conducta asumida por el actor en el proceso que conocía como Vocal de la máxima
instancia judicial, pueda ser conocida por el Colegio de Abogados debido a que no
interfiere con la labor y el control del Consejo Nacional de la Magistratura, ya que ambas
instituciones tienen diferentes ámbitos de control y sanciones diferenciadas.

El presente caso nos llevó a plantearnos si realmente obligatorio el Código de Ética del
Abogado en el Perú

El TC ha señalado, respecto de los colegios profesionales, que “se trata de entidades


creadas para tutelar intereses públicos, cuyos fines guardan estrecha relación, o están
directamente conectados, con los intereses profesionales propios de sus integrantes. Puede
afirmarse entonces que su finalidad esencial, pero no la única, es el control del ejercicio
profesional de sus miembros. En síntesis, para el Tribunal Constitucional queda claro que,
si bien la actividad de los colegios profesionales persigue la promoción de los legítimos
intereses de los profesionales titulados que las componen, también busca, esencialmente,
controlar la formación y actividad de aquellos para que la práctica de la profesión colegiada
responda a los parámetros deontológicos y de calidad exigidos por la sociedad a la que
sirven”. (Énfasis agregado) Cfr. Fundamentos 8 y 12 de la sentencia recaída en el
Expediente No. 3954-2006-PA/TC.

La autonomía que la Constitución garantiza al Colegio de Abogads de Lima se es la


potestad de aprobar el Código de Ética y el Reglamento. Si bien es así que para aprobar
dichas normas actuaría como Administración Pública. Sobre este asunto, nos remitimos a lo
que afirma el Código de Ética y el Reglamento como normas jurídicas “consideramos que
las normas contenidas en el Código de Ética y el Reglamento son verdaderas normas
jurídicas, ya que cumplen con los requisitos de validez de estas: generalidad, origen
público, estructura normativa, son mandatos de conductas y respaldo en la fuerza del
Estado. A continuación, desarrollamos brevemente las características de dichas normas:
a) Son mandatos generales (no tienen un destinatario específico) y abstractos (no se
refieren a acciones concretas): Ello, sin perjuicio, de que su ámbito de aplicación personal
está circunscrito a los abogados que se colegian en el CAL, ya que este no tiene facultades
para crear normas que vinculen a terceros.

b) Tienen su origen en los poderes públicos otorgados por la Constitución al CAL: La


finalidad esencial del CAL, en tanto colegio de abogados, es el control del ejercicio
profesional de sus miembros.[16] Al derivar del ejercicio de potestades públicas, estas
normas no tendrían origen en la autonomía privada ni buscarían tutelar meros intereses
privados.”

El TC interpreta las sanciones impuestas por los colegios de abogados a sus agremiados
por el incumplimiento de las normas que regulan su conducta están sujetas al control de la
jurisdicción contencioso administrativa, así como al de la jurisdicción constitucional ante la
cual cabe recurrir ante la vulneración de derechos o principios constitucionales con motivo
de la actuación de los colegios de abogados (como, por ejemplo, la adecuada motivación de
las resoluciones) más no así para cuestionar el fondo de una controversia. 

Llegamos al análisis que esta también podrían existir diversas interpretaciones, nos
inclinamos a pensar que es una especie de código disciplinario, entonces ¿el código de
ética y el reglamento tiene rango normativo?

El Código de ética y el Reglamento tienen origen en el Colegio de Abogados de Lima que


actúa como administración pública corporativa .

Finalmente el TC llegó a la conclusión que la autonomía normativa de los colegios de


abogados se materializa en su capacidad para elaborar y aprobar sus propios estatutos,
evidentemente, dentro del marco constitucional y legal establecido, aclarando que se refiere
a la autonomía administrativa, normativa y económica.

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