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UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO

VICERRECTORADO ACADÉMICO
DIRECCIÓN GENERAL DE LOS ESTUDIOS DE POSTGRADO
ÁREA DE DERECHO
POSTGRADO EN DERECHO ADMINISTRATIVO

PROYECTO DE TRABAJO ESPECIAL DE GRADO

El Debido Proceso del derecho administrativo sancionatorio de los funcionarios


policiales del cuerpo de investigaciones científicas, penales y criminalísticas en
el incumplimiento de los procedimientos administrativos

Presentado por:
Melangela Regina Osuna Rivas

Para optar al Título de


Especialista en Derecho Administrativo

Asesora
Ninoska Delvalle Guzmán Calzadilla

Caracas, Octubre 2020


CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

1.1. Formulación del Problema

El Derecho Administrativo tiene sus inicios desde que las personas están
organizadas en sociedad y su formalización se remonta durante la Revolución
Francesa donde se crea la manera de salvaguardar a los ciudadanos del poder del
Estado, creándose un régimen jurídico especial para reglamentar las relaciones
entre la administración y los ciudadanos, reconocimiento la necesidad de un régimen
jurídico especial para regular los asuntos propios de la administración del Estado.

De aquí, que nacen los fundamentos para la regularización de la actividad


administrativa, que fueron a lo largo del tiempo generando normas, procesos,
procedimientos, entre otros, para crear una eficiente funcionalidad a este régimen
jurídico, permitiendo la consolidación a esta rama del derecho. Por lo tanto, podemos
decir que el Derecho Administrativo existe cuando este conjunto de normas,
procesos y procedimientos son de obligatorio cumplimiento para los integrantes que
conforman un cuerpo coherente y sistemático dentro del Estado

Por consiguiente, esta formalización del Derecho Administrativo iniciado en


Francia, como un derecho especial y autónomo para la administración del Estado,
fue adoptado por los restantes países, que reconocieron la necesidad de
implementar esta rama jurídica en la concepción del Estado, adaptando a sus
requerimientos particulares la regulación que le corresponda.

En este sentido, el Derecho Administrativo es “aquella rama del Derecho que


regula a la Administración pública como complejo orgánico, su organización y
funcionamiento; que norma el ejercicio de la función administrativa por los órganos
del Estado; que regula la actividad administrativa del Estado, y que norma también
las relaciones jurídicas que se establecen entre la Administración pública y los
administrados, con motivo del ejercicio de la función administrativa o de alguna
actividad administrativa” (Brewer, 1983, p.686).

Desde los inicios del Derecho Administrativo hasta la actualidad, se han


realizado múltiples adaptaciones y cambios según los factores teóricos y prácticos
que han venido sucediendo a lo largo de la historia, con el fin de ajustar las
relaciones de la administración con los destinatarios de sus actividades y de estos
con los órganos nacionales correspondientes.

Por lo tanto, esta evolución ha permitido una amplificación del derecho


administrativo, más allá de la simple regulación del funcionamiento de la
administración pública, constituyendo su objeto, la organización administrativa, los
actos y los contratos, el régimen de la función pública, de los bienes del Estado, la
responsabilidad de los servidores públicos, los servicios públicos y la jurisdicción
particular de cuerpos militares y policiales.

En este sentido, es importante realizar la distinción entre relaciones jurídicas


de la Administración con los ciudadanos y de la Administración en relaciones de
sujeción especial, siendo esta según Brage (2004), la que hace alusión a aquellos
supuestos en los que la relación de sometimiento o sujeción del ciudadano respecto
de la Administración tiene una especial intensidad (funcionarios policiales, presos,
militares, entre otros), en cuanto al manejo directo de estas relaciones y de su
control.

Es por ello, que cuando tocamos el tema de las garantías jurídicas del
principio de legalidad sancionatorio-disciplinario, tienen un carácter normativo distinto
en las relaciones de sujeción especial, con las consideraciones del caso que aplique.
En este sentido, la Potestad Sancionadora de la Administración Pública “es el
poder de sancionar determinadas conductas que contraríen disposiciones de la Ley.
(…) esta potestad se establece tanto en relación a los funcionarios públicos, como en
relación a la actuación de los particulares” (Brewer, 1999, p.72). Es por ello, que la
potestad sancionadora es la encargada de asignar sanciones a través del
procedimiento administrativo, en donde las sanciones surgen como una
consecuencia por la infracción de una normativa.

En donde, el procedimiento administrativo “es la parte del derecho administrativo


que estudia las reglas y principios que rigen la intervención de los interesados en la
preparación e impugnación de la voluntad administrativa” (Gordillo, 2013, p.458). Por lo
tanto, contempla la garantía de protección al ciudadano, ante una posible actuación
discrecional de la Administración en el seguimiento de las normas previamente
establecidas.

Es por ello, que no se concibe la imposición de una sanción administrativa sin la


previa sustanciación de un procedimiento administrativo y su formalización se realiza
mediante un acto administrativo, para cuya formación es necesaria la sustanciación
previa de un procedimiento sancionatorio. De aquí que podemos decir que el
procedimiento sancionatorio es, entonces, el conjunto concatenado de actos que deben
seguirse para imponer una sanción administrativa.

Adicionalmente, la cobertura de este régimen jurídico aplica en los servidores


públicos, que no escapan a las sanciones en caso de incumplimiento de sus deberes y
funciones en la Administración Pública determinando sus responsabilidades a través de
los procedimientos administrativos sancionatorios correspondientes.

En el caso de nuestro país, en la constitución de 1961 se garantizaba el acceso


a la administración de justicia, mediante su artículo 68 indicaba “Todos pueden utilizar
los órganos de la administración de justicia para la defensa de sus derechos e
intereses, en los términos y condiciones establecidos por la ley, la cual fijará normas
que aseguren el ejercicio de este derecho a quienes no dispongan de medios
suficientes. La defensa es derecho inviolable en todo estado y grado del proceso”

Sin embargo, no se contemplaba que la Administración ejerciera protección, ya


que esta solo estaba establecida en los procesos judiciales, lo que implicaba que los
administrados no podían acudir ante alguna instancia jurisdiccional. A lo largo de los
años, se adoptan interpretaciones consultivas y decisiones de la Corte correspondiente,
para establecer alcances similares en los procesos judiciales y en los procedimientos
administrativos.

Por lo tanto, se adoptaron practicas estándares aplicadas en los restantes


países del mundo, donde jurisprudencialmente se desarrolló de manera especial la
Corte Primera de lo Contencioso-Administrativo y la Sala Político Administrativa de la
Corte Suprema de Justicia.

En este sentido, en la nueva Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela se contempla de acuerdo a la obligación adquirida por el Estado para la
garantía de los derechos humanos en su artículo 19, en correspondencia con la
Declaración de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, establece en su artículo 49, que el debido proceso se aplicará a todas las
actuaciones judiciales y administrativas.

En consecuencia, se incluye entonces en la Carta Magna los derechos de los


administrados jurisdiccionalmente hablando, en donde todos los administrados le
corresponden derechos en el cumplimiento del debido proceso, es decir, tienen
derecho a la notificación correspondiente, al acceso a las pruebas y a optar por un
tiempo prudencialmente legal para su defensa ante el tribunal competente.

Por lo cual, los procedimientos administrativos siguen una norma


procedimental, que la administración pública debe perseguir para emitir y aplicar el
acto administrativo, y en otro plano anularlo, revocarlo o modificarlo, sí el emitido
hubiera resultado jurídicamente incorrecto.

De aquí que la creación de la Ley Orgánica de Procedimiento Administrativo,


sin duda, es el cuerpo normativo de rango legal de mayor importancia en nuestro
país, que reafirma y desarrolla el principio de la legalidad administrativa y de la
sumisión de la Administración Pública a la Legalidad.

En consecuencia, contempla que los particulares que intervienen como


interesados en el procedimiento administrativo, tengan los siguientes derechos:
derecho de defensa, derecho a la información, derecho a la actuación y derecho a la
interposición de recursos.

Adicionalmente, cuando hablamos de la impugnación de procedimientos


administrativos estos son normados bajo esta misma ley, siendo tramitados y
resueltos por los órganos de la Administración activa, con la posibilidad de que su
resolución tenga acceso a la jurisdicción contencioso administrativa.

Por otra parte, en el caso de procedimientos administrativos sancionatorios, no


debe existir la emisión de un acto sancionatorio sin cumplir el procedimiento
respectivo, y fundamentalmente, sin garantizar la participación activa del interesado.

En este sentido, según Rondón (1983), la potestad sancionatoria es aquella en


virtud de la cual la Administración establece una consecuencia negativa al
administrado cuya conducta ha sido violatoria de una norma de contenido
administrativo, o de un proveimiento.

Esto implica que el ejercicio de la potestad sancionatoria existe en una relación


de vinculación entre un particular y una organización, en forma tal, que los
incumplimientos de la norma pueden encontrarse en preceptos legales o
reglamentarios, así como reglamentos internos.
En cuanto, a particularidades se encuentran algunos organismos
administrativos susceptibles de tener un procedimiento propio, por su naturaleza y
funcionalidad, encontrándose entre estos las Instituciones de Defensa Publica
(militares y funcionarios policiales)

Por lo tanto, en nuestro país, los Procedimientos Administrativos Disciplinarios,


están reflejados en diversos instrumentos legales, de los cuales podemos citar la Ley
del Estatuto de la Función Pública mediante la cual se rige el sistema de dirección y
gestión, el sistema de administración del personal, el régimen disciplinario y el
sistema de reconocimientos, dentro de la Administración Pública Nacional.

En cuanto, a los funcionarios y funcionarias al servicio del Poder Judicial no se


rigen por la Ley del Estatuto de la Función Pública, así como se establece en su
artículo 1, estipulándose normativas legales especiales en el ordenamiento jurídico a
este sector de la administración pública.

En particular, en el caso del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y


Criminalísticas, sus funcionarios policiales se rigen por: la Ley Orgánica del Servicio
de Policía de investigación, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas y el servicio nacional de medicina y ciencias forenses; la Ley del
Estatuto de la Función de la Policía de Investigación, el Reglamento Orgánico del
Cuerpo de investigaciones científicas, penales y criminalísticas y el Régimen
Disciplinario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.

Para abordar el problema, debemos partir de la premisa que, la imposición de


cualquier tipo de sanción por parte de algún órgano del Poder Público, debe ser el
producto de la aplicación de un procedimiento administrativo previo, en el cual el
sancionado ha tenido la oportunidad de defender su posición ante las autoridades
competentes.
En este sentido, al existir varias normas que regulen los procedimientos
sancionatorios para los servidores públicos en las distintas instituciones del estado,
cada una con sus particularidades, es preciso determinar su adecuada aplicación y
regulación de los procesos teniendo en cuenta los diferentes principios y garantías
procesales necesarias.

Para ello, es necesario que los procedimientos de impugnación de las sanciones


impartidas tienen por objeto, refutar el acto administrativo ya existente, para ser
reformado, anulado, rectificado o de cualquier otra manera modificado. Actualmente el
acto de impugnación se encuentra albergado en las leyes de procedimiento
administrativo, siendo tramitados y resueltos con la posibilidad de que su resolución se
realice mediante la jurisdicción contencioso administrativa.

Es de acotar que el procedimiento administrativo no constituye solamente una


garantía para la protección de los derechos e intereses de los administrados o
funcionarios públicos, sino que está destinado a asegurar la regularidad de los actos
administrativos, en cumplimiento del principio de legalidad.

Es por ello que podemos definir nuestro problema ….. FALTA COMPLETAR
ESTE PARRAFO

Para ello, se analizarán las diferentes sanciones disciplinarias y sus respectivos


procesos administrativos a los cuales se encuentran sometidos los funcionarios
policiales del cuerpo de investigaciones científicas, penales y criminalísticas, sujetos de
interposición de acciones ante los Tribunales de lo Contencioso Administrativo.

1.2. Objetivos de la Investigación

1.2.1. Objetivo General


Analizar el cumplimiento del debido proceso en el incumplimiento de los
procedimientos administrativos por parte de los funcionarios policiales del cuerpo de
investigaciones científicas, penales y criminalísticas, sujetos de interposición de
acciones ante los Tribunales de lo Contencioso Administrativo.

1.2.2. Objetivos Específicos

 Estudiar el marco normativo aplicable a los procesos administrativos


sancionatorios, así como los alcances y parámetros de derecho al debido
proceso.
 Analizar el debido cumplimiento de la Ley del Estatuto de la Función de la
Policía de Investigación y su régimen disciplinario
 Analizar el debido proceso en el incumplimiento de los procedimientos
administrativos por parte de los funcionarios policiales del cuerpo de
investigaciones científicas, penales y criminalísticas, sujetos de interposición
de acciones ante los Tribunales de lo Contencioso Administrativo.

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