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➢ Efectos de la gonadotropina coriónica humana.

La gonadotropina coriónica humana provoca la persistencia del cuerpo lúteo y evita la


menstruación.
En general, la menstruación se produce en la mujer no gestante unos 14 días después de la ovulación y, en
ese momento, la mayor parte del endometrio se desprende de la pared del útero y se expulsa al exterior. Si
ello ocurriera después de haberse
implantado un óvulo fecundado, el
embarazo se interrumpiría. Sin embargo,
este desprendimiento no sucede porque
los nuevos tejidos embrionarios en
desarrollo secretan la gonadotropina
coriónica humana. Coincidiendo con el
desarrollo de las células trofoblásticas
formadas por el óvulo recién fecundado,
las células del sincitiotrofoblasto
secretan en los líquidos de la madre la
hormona gonadotropina coriónica
humana, como ilustra la figura 83-7. La
secreción de esta hormona se puede
medir en la sangre por primera vez a los
8-9 días tras la ovulación, poco tiempo
después del anidamiento del blastocisto
en el endometrio. Más tarde, el ritmo de
esta secreción se eleva con rapidez para
alcanzar su máximo valor a las 10 a 12 semanas de gestación y descender hasta producir concentraciones
mucho menores en la 16.ª a 20.ª semanas. La concentración se mantiene en estas últimas cifras durante el
resto del embarazo.
Función de la gonadotropina coriónica humana.
La gonadotropina coriónica humana es una glucoproteína con un peso molecular de alrededor de 39.000 y
cuya estructura molecular y función son las mismas que las de la hormona luteinizante secretada por la
hipófisis. La función más importante de la gonadotropina coriónica humana consiste, sobre todo, en
impedir la involución normal del cuerpo lúteo al final del ciclo sexual mensual femenino. Así, esta
hormona hace que el cuerpo lúteo secrete cantidades todavía mayores de hormonas sexuales,
progesterona y estrógenos, durante los meses siguientes. Estas hormonas sexuales impiden la
menstruación y sirven para que el endometrio siga creciendo y acumulando grandes cantidades de
nutrientes, en lugar de desprenderse. Como consecuencia de ello, las células de tipo decidual que se
desarrollan en el endometrio durante el ciclo sexual normal de la mujer se convierten de hecho en células
deciduales nutricias muy hinchadas hacia el momento en que el blastocisto se implanta. Bajo la influencia
de la gonadotropina coriónica humana, el cuerpo lúteo del ovario materno crece y alcanza alrededor del
doble de su tamaño inicial luego de aproximadamente 1 mes desde el comienzo de la gestación. Gracias a
su secreción continua de estrógenos y progesterona, el endometrio conserva su carácter decidual,
necesario para el desarrollo del feto en sus primeras fases. Cuando se elimina el cuerpo lúteo antes de la
7. a semana del embarazo y, a veces, hasta la 12. a semana, se produce casi siempre un aborto espontáneo.
Pasado este tiempo, la propia placenta secreta cantidades suficientes de progesterona y estrógenos para
mantener el embarazo durante el resto de la gestación. El cuerpo lúteo involuciona poco a poco a partir de
las semanas 13. a a 17. a del embarazo.
La gonadotropina coriónica humana estimula los testículos fetales para que produzcan
testosterona.
La gonadotropina coriónica humana ejerce también un efecto estimulante sobre las células
intersticiales del testículo fetal y eso hace que los fetos varones produzcan testosterona hasta el
momento de nacer. Esta pequeña secreción de testosterona durante la gestación es la que permite el
desarrollo de los órganos sexuales masculinos en lugar de los femeninos. Hacia el final del
embarazo, la testosterona secretada por los testículos fetales induce asimismo el descenso de los
testículos hasta ocupar su lugar en el escroto.

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