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DICCIO N .

D EF IN ICIÓ N

En el latín es donde podemos encontrar el origen etimológico de la

palabra dicción que ahora nos ocupa. Más exactamente emana de “dictio”,

que es fruto de la suma de los siguientes componentes:

• El verbo “dicare”, que puede traducirse como “decir”.

• El sufijo “-ción”, que se usa para expresar “acción y efecto”.

La forma de expresarse que tiene una persona se conoce como dicción. Este

término está vinculado a la manera en que cada individuo emplea

las palabras y, por lo tanto, forma oraciones.

La dicción está dada por la forma de expresión.

Buena o mala dicción

Es posible calificar las distintas construcciones según lo acertadas que resulten

de acuerdo a las normas de la lengua. Cuando la construcción es correcta, se

habla de buena dicción. Lo contrario deriva en una mala dicción.

Es importante tener en cuenta que la calificación de la dicción como buena o

mala no tiene que ver con el significado que la persona quiere transmitir, ni con

los contenidos que pretende expresar.


La importancia de la pronunciación

La dicción, por otra parte, también se vincula a la manera en que

se pronuncian las palabras. Cuando un hombre pronuncia cada término de

manera clara, realiza la acentuación correctamente y utiliza las pausas

apropiadas dentro de cada oración, puede afirmarse que tiene buena dicción.

Dado que resulta fácil entender a quien se expresa de esta forma, también se

indica que la dicción es limpia o clara.

Hay profesionales que, en este sentido, es fundamental que cuenten con una

buena dicción para poder desempeñar sus trabajos.

Este sería el caso, por ejemplo, de profesores, de maestros o de políticos.

Y es que todos ellos necesitan expresarse de la mejor manera posible para ser

entendidos por quienes les escuchan y para conseguir que calen los mensajes

que transmiten.

La pronunciación de las palabras es clave en la dicción.

Cómo mejorar la dicción

A la hora de poder mejorar la dicción, hay que tener claro que eso es algo que

se puede hacer de muchas y diferentes maneras:

• Controlando la velocidad con la que se pronuncian las palabras. Eso supone

comenzar a practicar con un tono más pausado.


• Cuidando en todo momento la respiración, para evitar así que se produzcan

cansancios e incluso asfixia.

• Es importante considerar que tener una buena dicción no significa eliminar el

acento que se tenga. Los expertos en Logopedia dejan patente que el acento,

es riqueza cultural, y que él en absoluto menoscaba el que alguien pueda

conseguir la dicción perfecta que desea.

• Para poder practicar y trabajar la dicción, se puede recurrir a una gran

variedad de ejercicios y de técnicas. Entre ellas estaría repetir trabalenguas,

recitar poemas, participar en debates y contraposiciones de opiniones…

Los vicios del habla

La buena dicción, o la dicción limpia, no pueden albergar los llamados vicios o

defectos del habla. Por eso es imprescindible evitar expresiones

como “entiendanmen” (por “entiéndame”), “dotor” (por “doctor”)

o “infeción” (“infección”). Como se puede apreciar, la dicción no está vinculada

al entendimiento que se consigue en el oyente, ya que estas palabras fallidas

son fácilmente reconocibles, aun cuando la dicción esté lejos de ser perfecta.

Una cierta musicalización de las expresiones es otra característica que

compone a la dicción. La persona que se expresa con buena dicción logra

matizar los sonidos que emite para producir un efecto agradable, gracias a la

colocación de la voz, la posición de los labios y la respiración.


Muletillas

La Real Academia Española (RAE) la define como: Voz o frase que se repite mucho

por hábito. Dicho en otras palabras la muletilla o estribillo es un vicio del lenguaje

porque utiliza palabras, frases o expresiones innecesarias de manera constante. La

muletilla es una palabra o sonido que utilizamos de manera frecuente cuando

hablamos.
Como lo indica su definición, las muletillas no son más que palabras, frases o ideas que
sirven como “muletas”, es decir, soporte, apoyo o ayuda, dentro del discurso.

Aristóteles expreso en su libro la poética que “El habla es la representación de


la mente” lo que decimos cuando hablamos y como lo decimos representa el
fenómeno de nuestros pensamientos expresados en un contexto social que da
sentido a las palabras que utilizamos dada cierta tradición.

Ahora bien, los seres humanos somos seres sociales y, por lo


tanto, comunicadores natos, sin embargo, existen en el proceso de
comunicación factores que generan “ruido” o provocan que el mensaje emitido
no sea del todo claro para el que lo escucha.

La habilidad de comunicarnos de manera efectiva es fundamental en el


ámbito laboral y, en general, en cada aspecto de nuestra vida.

Un buen comunicador alcanzará más rápido sus objetivos en la vida si se


expresa de manera correcta,  ya que, al hablar de forma adecuada expresamos
nuestros pensamientos de manera que los demás puedan comprendernos y así
evitamos la barrera del malentendido.

Por otro lado, hay una relación intrínseca entre la comunicación que
generamos y nuestro proceso de pensamiento, es decir, la forma como
estructuramos nuestros pensamientos y los expresamos a los otros, por lo
tanto, es fundamental lograr una estructura conceptual en nuestros discursos.

Creemos que hablar como lo hacemos cotidianamente es la forma como se


debe hablar cuando estamos ante un público, sin embargo, esto no es del todo
correcto ya que cuando hablamos ante un público debemos tener cuidado de
las voces que salen de nuestro interior, existe una exigencia mayor.

En general las muletillas, son palabras o frases que son repetidas con frecuencia por el
interlocutor quien intenta plantear una idea para la cual no encuentra o no tiene las
palabras necesarias o acertadas.
Es considerado por muchos estudiosos que, las muletillas usadas repetitivamente,
empobrecen el idioma y la comunicación, ya que son expresiones innecesarias que no
llevan implícito ningún valor o contenido informativo.
Estas frases suelen ser vacía y sin sentido ya que se emplean solo por hábito, aunque la
muletilla sea una palabra con un significado esta es empleada en lugares donde no
aportan nada.
Cuando una persona hace uso de muletillas, da la impresión contraria a la que desea.
Una palabra mal colocada puede dar una información errónea.
Una muletilla produce distracción nerviosismo e incluso llega a ser lo único por lo cual
el orador sea recordado y no por el sermón que ha expresado.
Las muletillas suelen, dejar en evidencia el nerviosismo, la poca o falta de preparación
del locutor sobre el tema que va a desarrollar, o la falta de confianza y seguridad en el
mensaje que trasmite
Muletillas que usamos a diario en nuestra iteración con los demás.
y eso – “Fui a la escuela y estudié matemáticas, inglés, física y eso…”
y todo eso – “Compré los libros, los lápices y… y todo eso…”
a eso de la(s)– “Voy a tu casa a eso de las 8.” (Voy a tu casa a las 8.)
estooo … / esteee …– “Juan… esteeee… ¿crees me puedas dar… esteeee… el libro de
texto?
… y tal – “Necesitamos comprar pan, leche, … y tal…” – (Se asume que necesitan
comprar otros víveres para el desayuno)
bueno …- “Bueno… necesito unos bolígrafos… bueno… y unas carpetas.”
…, digo yo, vamos …– “Vamos a salir temprano para no llegar tarde… digo yo…
vamos.”
y demás  – “Elena quería limpiar, cocinar y demás.”
¿estamos? – “Vamos a salir ahora mismo, ¿estamos?”
mira – “Mira, chica… es importante que tomes las medicinas para mejorarte.”
¿no?– “Vamos a llevar a Elisa a la escuela. ¿No?”
pues – “Voy a estudiar en la biblioteca. Te espero allí, pues.
¿verdad? – “Trajiste los libros… ¿verdad?”
¿o qué? – “¿Trabajamos en el proyecto ahora? ¿O qué?”
Las muletillas y los comodines varían según factores emocionales,

Esto lo solemos ver en personas que se sienten superados por el entorno, ya sea que
supero la expectativa en la cantidad de receptores a quienes se dirige, o el efecto que esa
causando su mensaje. (Muy frecuente en los círculos evangélicos).
¿Trastorno?
La ecolalia es un trastorno del habla que consiste en la repetición involuntaria e
inconsciente de palabras, frases, trozos de conversación, canciones que el
paciente ecolalico ha escuchado de personas cercanas, radio y/o televisión.
La palabra Ecolalia proviene del latín: “ lalia: hablar, Eco: repetir.

Consejos para eliminar las muletillas

Algunos ejercicios para eliminar las muletillas de forma eficaz:

Crearnos consciencia de su  uso: Todos las utilizamos, y al hablar en cada


ámbito de la vida, por lo general, no nos damos cuenta de ello. En promedio
usamos 5 muletillas por minuto.

Entender y aceptar que el uso de una muletilla es un hábito y, como tal, pasa
desapercibido  la mayor parte del tiempo, por lo tanto, lo primero que debemos
hacer es crear conciencia de su uso y detectar qué muletilla o muletillas
estamos utilizando.

Estructura tu mensaje: La mejor forma de concentrarte en lo que se dice es


saber lo que se quiere decir, esto implica un trabajo previo de estructura de tu
mensaje. Da una apertura a tu discurso una introducción, un desarrollo y por
último un cierre.

Leer mucho: Tener un amplio vocabulario ayuda a evitar muletillas, esto


sucede ya que la función de una muletilla es de conector de ideas y la
utilizamos para hacer tiempo cuando no encontramos la palabra que estamos
buscando, si tenemos el hábito de la lectura ampliaremos nuestro vocabulario y
la cantidad de palabras que manejamos, esto nos ayudará al momento de estar
hablando frente a una audiencia a tener más variedad de palabras.

incorporando una nueva palabra cada día: Derivado del punto anterior, leer
te da más vocabulario, ahora llévalo a la práctica y trata de usar una palabra
nueva cada día, trata de crear el contexto y la oportunidad para utilizarla. En el
lenguaje castellano existen más de 88,000 palabras.

Aprender el valor de las pausas: Mucha gente tiene miedo a los silencios,


pensando que estos no son buenos en el discurso y tratan de evitarlos a toda
costa, sin embargo, un buen manejo de los silencios da a nuestro discurso
más dramatismo y profundidad. Tomate un tiempo prudencial para pensar la
palabra que estás buscando.

Las muletillas son un vicio muy común al momento de hablar, todos en


algún momento las hemos utilizado, algunas personas han hecho un hábito de
ellas, un excesivo uso de las muletillas quita contundencia y eficiencia al
discurso, denota falta de preparación y nerviosismo al momento de hablar, lo
más recomendable es hacerse consciente de qué muletillas son las que
usamos y trabajar constantemente para eliminarlas.
En la vida laboral, como en la mayoría de los aspectos de la vida debemos
estar constantemente preparándonos y mejorándonos como individuos.

tomemos conciencia de la importancia de la forma en como comunicamos


nuestros pensamiento e ideas.

Recordemos “La forma altera el contenido”.

Por lo tanto, es a través de una buena comunicación que podemos


conectarnos, de manera más efectiva, con los demás y con nuestro entorno.

Si entendemos que los momentos que pasamos fuera del estrado o pulpito, son
más y deben ser aprovechados para corregir nuestro modo de comunicar nos
daremos cuenta cuan efectivo podemos ser luego al ocupar dichos lugares.

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