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2.4.

El reconocimiento de deuda, declaración de ciencia


Mencionado el sistema sustantivamente causal nos mencionan que este debe de
aceptar al reconocimiento de deuda como una declaración de ciencia, en la que el
deudor manifiesta la existencia de un crédito contra el y ocasiona efectos jurídico,
tomando un breve análisis por el tiempo a finales del siglo XX se abandona el concepto
de reconocimiento como contrato para traer en frente el de “negocio jurídico
unilateral”, sin embargo el texto plantea que otro paso importante seria cambiar a la
denominación de “declaración de ciencia productora de efectos jurídicos”. Esta
calificación del reconocimiento de deuda como declaración de ciencia se dice que
producirá efectos ex lege es decir de la ley también será un intermediario en la
exteriorización de una voluntad confirmatoria de un contrato.

2.5. El reconocimiento, negocio informal


Este reconocimiento no tiene una forma establecida ya que puede ser de forma oral,
también puede ser mediante aseveración por medio de testigos, pero lo que mas se
recomienda es que sea escrito ya que así se obtiene una prueba directa del mismo.
Aporte jurídico:
Un equivalente al reconocimiento mencionado en la lectura lo encontramos en el
articulo 1205° que expresamente nos menciona sobre las formas de efectuarse el
reconocimiento, Si una obligación existe es porque ha nacido a través de un título
constitutivo. Así, esa obligación no tendría necesidad de un posterior reconocimiento
del deudor para existir, salvo que el acreedor no contara con los medios probatorios
para acreditar su existencia. El reconocimiento de una obligación es un acto que realiza
voluntariamente el deudor, a través del cual admite la existencia de su obligación para
con el acreedor. Este articulo nos menciona dos formas de realizar este
reconocimiento que vendría a ser: La primera, por acto mortis causa; la segunda, por
acto inter vivos.
Sobre el reconocimiento inter vivos, hay diferentes modos de realizarlo, entre otros, el
reconocimiento por escritura pública, por carta notarial, por facsímil, por correo
electrónico, e, incluso, el reconocimiento personal.
Cabe resaltar que de la breve lista citada como ejemplo, el reconocimiento personal es
el menos seguro, dado que no deja constancia alguna y, en consecuencia, es difícil,
sino imposible, de probar. Esa dificultad probatoria otorga al deudor la posibilidad de
arrepentirse y no sólo negar la existencia de la obligación, sino también la del
reconocimiento que aduciría el acreedor.
Por acto mortis causa, entonces, sólo podrá realizarse el reconocimiento a través de
testamento, por el que el deudor admita la existencia de una obligación, vale decir de
una deuda respecto de uno o de varios acreedores.
Sobre esto debemos formular algunas precisiones. Si esta fuera la forma adoptada
para reconocer la existencia de la obligación, resulta evidente que el reconocimiento
no surtiría efectos para quien contrajo la obligación, sino para sus herederos o
legatarios, dada la circunstancia de que solamente operará tal reconocimiento al
producirse la muerte del causante. Resulta evidente, además, que si la obligación cuya
existencia se reconoce reviste la característica de ser intuitu personae, su ejecución
resultará imposible por los herederos o legatarios del causante, y se resolvería en una
indemnización de daños y perjuicios, naturalmente si éstos se hubiesen producido.
Sin embargo, estas no serían, necesariamente, las consecuencias en caso de que la
obligación hubiera sido reconocida por la vía testamentaria. Podría ocurrir que se
tratara de un testamento otorgado por escritura pública, cuya exhibición por el
Notario se obtuviera. Se supone, en el caso propuesto, que el reconocimiento no
necesita de formalidad alguna. En esta eventualidad, si bien es cierto que se trataría de
un acto inter vivos, tal reconocimiento surtiría efectos y la obligación no tendría que
ser cumplida necesariamente por los herederos o legatarios, sino por el propio deudor.
Sin embargo, sobre este punto no existe unanimidad de criterios, ya que también se
sostiene que un reconocimiento testamentario no podría jamás surtir efectos en vida
del otorgante, pues los testamentos son actos de última voluntad, que sólo generan
consecuencias a la muerte del causante. Es decir que en buena cuenta un
reconocimiento testamentario, si se pretendiese su validez en vida del otorgante, haría
que se desnaturalice la propia institución del testamento.

2.6. Distinción respecto a la novación y la transacción


La principal distinción que encontramos en estas dos figuras respecto al
reconocimiento de una deuda radica en que ambas son figuras bilaterales
contrariamente al reconocimiento que es una figura unilateral.
Aporte jurídico:
NATURALEZA JURÍDICA DE LA NOVACIÓN:
En lo relativo a la naturaleza jurídica de la novación, precisa anotarse que -a diferencia
de lo que ocurre con otras figuras o instituciones jurídicas- el tema tradicionalmente
no ha suscitado controversias ni dificultades mayores.
La novación entraña un contrato extintivo de obligaciones, salvo los casos de la
novación subjetiva por cambio de deudor en la modalidad de expromisión y de la
novación legal. Esta última tiene rasgos característicos singulares.
Sin embargo, algunos autores consideran que esta figura importa una convención
liberatoria.
Así lo entienden Cazeaux y Trigo Represas, al anotar que para ciertos tratadistas, la
novación es simplemente un contrato, por cuanto concomitantemente extingue una
relación obligatoria y crea otra que la sustituye, pero consideran que es más exacto
decir que se trata de una "convención liberatoria", o mejor aún, de un acto jurídico
bilateral que tiene por fin inmediato extinguir y crear simultáneamente obligaciones.
En opinión de Ospina Fernández, la novación es un acto jurídico híbrido o complejo
que participa, a la vez, de la naturaleza de las convenciones extintivas, en cuanto
soluciona, al igual que el pago puro y simple, una obligación preexistente, y de la
naturaleza de los contratos, en cuanto da nacimiento a una obligación nueva.
En tal orden de ideas, precisa señalarse que el Código Civil Peruano de 1984 legisla a la
novación como un medio extintivo de obligaciones y, como tal, puede calificarse de la
manera que enunciamos a continuación.
Por su idoneidad, como un medio no ideal de extinción de obligaciones, por cuanto
constituye una desviación en el destino natural de la relación obligatoria. Adviértase
que esta figura jurídica -en cualquiera de sus modalidades- importa la sustitución de
una obligación por otra.
DEFINICIÓN DE TRANSACCIÓN:
De las doctrinas expuestas podemos concebir a la transacción como aquel negocio
jurídico bilateral a través del cual las partes, haciéndose concesiones recíprocas,
impiden el surgimiento de un litigio o eliminan el que ya había comenzado. En el
primer caso, evitan llegar a instancias judiciales o arbitrales y correr el riesgo de ser
vencidos en alguna de las sedes mencionadas. En el segundo caso, reducen los “costos
de transacción” (tiempo y dinero) eventuales en los que incurrirían o seguirían
incurriendo. Las concesiones recíprocas implican que en ningún caso las partes verán
satisfechos sus respectivos intereses al 100%.
Características
Acto formal
De acuerdo al artículo 1304 del Código Civil (en adelante CC).
La transacción debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición
al juez que conoce el litigio.
La transacción como negocio jurídico bilateral requiere para su validez la forma escrita
bajo sanción de nulidad, es decir, si este negocio es celebrado sin respetar dicha forma
impuesta por ley será reputado nulo. No cabiendo duda entonces de que se trata de
un negocio jurídico cuya forma es ad solemnitatem.
El Código Civil de 1936 prescribía que la transacción debía constar por escritura
pública. El Código de 1984 eliminó este requisito porque se entendió que el mismo
desalentaba su celebración, en la medida en que no todas las transacciones recaen
sobre materias de importancia patrimonial. El legislador de 1984 comprendió que
existen casos en los cuales los costos de celebrar la transacción por escritura pública
superarían el monto que constituye materia de la propia transacción. De aquí que
optara por exigir sólo que aquélla conste por escrito. (Osterling Parodi y Castillo Freyre,
2008, p. 785)
3. CLASES Y EFECTOS PROBATORIOS DEL RECONOCIMIENTO DE DEUDA:
EL ARTÍCULO 1277 DEL CÓDIGO CIVIL
En el texto hacen referencia al reconocimiento sin expresión de causa y este esta
regulado en el código civil español y nos dice que, aunque la causa no se exprese en el
contrato se presume que existe y que licita mientras el deudor no pruebe lo contrario,
de lo anteriormente mencionado podemos presumir que así la causa no se exprese en
el contrato esta misma servirá para condenar al autor del reconocimiento al pago de la
deuda pendiente. En otro artículo de la constitución también expresan lo siguiente “la
expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la nulidad, si no se probase
que estaban fundados en otra verdadera y licita”.

4. EFICACIA INTERRUPTIVA DE LA PRESCRIPCIÓN


Esta misma hace referencia al segundo impuesto por la ley este taxativamente expresa
“la prescripción de las acciones se interrumpe por su ejercicio ante los tribunales, por
reclamación extrajudicial del acreedor y por cualquier acto de reconocimiento de la
deuda por el deudor”, se ha declarado que esta misma se debe interpretar
restrictivamente haciendo referencia a las declaraciones o actor que puedan conllevar
tácitamente un reconocimiento de deuda que al acto expreso al que denominamos
como reconocimiento de deuda.
Por lo mismo que la esencia es declarativa sobre el reconocimiento, el nuevo plazo de
prescripción que correrá será igual al anterior ya que este reconocimiento no cambia
las obligaciones ni hace surgir una nueva.

5. EL RECONOCIMIENTO DE DEUDA PRESCRITA COMO FORMA DE


RENUNCIA A LA PRESCRIPCIÓN GANADA
Se sabe que el reconocimiento de una deuda genera efectos legales expuestos, pero la
incógnita también es si produce efectos negociales, se declara que si produce dichos
efectos no impuestos por la ley sino que nacen de la voluntad del autor del
reconocimiento, estos efectos negociales se encuentran divididos entre: la eficacia
abdicativa de la prescripción, esto se da cuando el reconocimiento recae sobre una
deuda prescrita y por otro lado tenemos al efecto confirmatorio del contrato anulable,
y esto se da cuando el reconocimiento lo otorga la parte que puede impugnarlo.
Aporte jurídico:
Prescripción de una deuda
Las deudas prescriben en Perú siempre que no haya pasado a una denuncia judicial. El
tiempo promedio que tarda una deuda en judicializarse es de 10 años, pero puede ser
más o menos en medida que la empresa que te prestó ya no pueda actuar mediante
una demanda. En este punto el deudor ya no tiene obligaciones de pago, ya no existe
el riesgo de ser demandado, aunque igual deberás cumplir con el pago, pues la SBS lo
notificará a todas las entidades del sistema financiero.

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