El reconocimiento de deuda, declaración de ciencia
Mencionado el sistema sustantivamente causal nos mencionan que este debe de aceptar al reconocimiento de deuda como una declaración de ciencia, en la que el deudor manifiesta la existencia de un crédito contra el y ocasiona efectos jurídico, tomando un breve análisis por el tiempo a finales del siglo XX se abandona el concepto de reconocimiento como contrato para traer en frente el de “negocio jurídico unilateral”, sin embargo el texto plantea que otro paso importante seria cambiar a la denominación de “declaración de ciencia productora de efectos jurídicos”. Esta calificación del reconocimiento de deuda como declaración de ciencia se dice que producirá efectos ex lege es decir de la ley también será un intermediario en la exteriorización de una voluntad confirmatoria de un contrato.
2.5. El reconocimiento, negocio informal
Este reconocimiento no tiene una forma establecida ya que puede ser de forma oral, también puede ser mediante aseveración por medio de testigos, pero lo que mas se recomienda es que sea escrito ya que así se obtiene una prueba directa del mismo. Aporte jurídico: Un equivalente al reconocimiento mencionado en la lectura lo encontramos en el articulo 1205° que expresamente nos menciona sobre las formas de efectuarse el reconocimiento, Si una obligación existe es porque ha nacido a través de un título constitutivo. Así, esa obligación no tendría necesidad de un posterior reconocimiento del deudor para existir, salvo que el acreedor no contara con los medios probatorios para acreditar su existencia. El reconocimiento de una obligación es un acto que realiza voluntariamente el deudor, a través del cual admite la existencia de su obligación para con el acreedor. Este articulo nos menciona dos formas de realizar este reconocimiento que vendría a ser: La primera, por acto mortis causa; la segunda, por acto inter vivos. Sobre el reconocimiento inter vivos, hay diferentes modos de realizarlo, entre otros, el reconocimiento por escritura pública, por carta notarial, por facsímil, por correo electrónico, e, incluso, el reconocimiento personal. Cabe resaltar que de la breve lista citada como ejemplo, el reconocimiento personal es el menos seguro, dado que no deja constancia alguna y, en consecuencia, es difícil, sino imposible, de probar. Esa dificultad probatoria otorga al deudor la posibilidad de arrepentirse y no sólo negar la existencia de la obligación, sino también la del reconocimiento que aduciría el acreedor. Por acto mortis causa, entonces, sólo podrá realizarse el reconocimiento a través de testamento, por el que el deudor admita la existencia de una obligación, vale decir de una deuda respecto de uno o de varios acreedores. Sobre esto debemos formular algunas precisiones. Si esta fuera la forma adoptada para reconocer la existencia de la obligación, resulta evidente que el reconocimiento no surtiría efectos para quien contrajo la obligación, sino para sus herederos o legatarios, dada la circunstancia de que solamente operará tal reconocimiento al producirse la muerte del causante. Resulta evidente, además, que si la obligación cuya existencia se reconoce reviste la característica de ser intuitu personae, su ejecución resultará imposible por los herederos o legatarios del causante, y se resolvería en una indemnización de daños y perjuicios, naturalmente si éstos se hubiesen producido. Sin embargo, estas no serían, necesariamente, las consecuencias en caso de que la obligación hubiera sido reconocida por la vía testamentaria. Podría ocurrir que se tratara de un testamento otorgado por escritura pública, cuya exhibición por el Notario se obtuviera. Se supone, en el caso propuesto, que el reconocimiento no necesita de formalidad alguna. En esta eventualidad, si bien es cierto que se trataría de un acto inter vivos, tal reconocimiento surtiría efectos y la obligación no tendría que ser cumplida necesariamente por los herederos o legatarios, sino por el propio deudor. Sin embargo, sobre este punto no existe unanimidad de criterios, ya que también se sostiene que un reconocimiento testamentario no podría jamás surtir efectos en vida del otorgante, pues los testamentos son actos de última voluntad, que sólo generan consecuencias a la muerte del causante. Es decir que en buena cuenta un reconocimiento testamentario, si se pretendiese su validez en vida del otorgante, haría que se desnaturalice la propia institución del testamento.
2.6. Distinción respecto a la novación y la transacción
La principal distinción que encontramos en estas dos figuras respecto al reconocimiento de una deuda radica en que ambas son figuras bilaterales contrariamente al reconocimiento que es una figura unilateral. Aporte jurídico: NATURALEZA JURÍDICA DE LA NOVACIÓN: En lo relativo a la naturaleza jurídica de la novación, precisa anotarse que -a diferencia de lo que ocurre con otras figuras o instituciones jurídicas- el tema tradicionalmente no ha suscitado controversias ni dificultades mayores. La novación entraña un contrato extintivo de obligaciones, salvo los casos de la novación subjetiva por cambio de deudor en la modalidad de expromisión y de la novación legal. Esta última tiene rasgos característicos singulares. Sin embargo, algunos autores consideran que esta figura importa una convención liberatoria. Así lo entienden Cazeaux y Trigo Represas, al anotar que para ciertos tratadistas, la novación es simplemente un contrato, por cuanto concomitantemente extingue una relación obligatoria y crea otra que la sustituye, pero consideran que es más exacto decir que se trata de una "convención liberatoria", o mejor aún, de un acto jurídico bilateral que tiene por fin inmediato extinguir y crear simultáneamente obligaciones. En opinión de Ospina Fernández, la novación es un acto jurídico híbrido o complejo que participa, a la vez, de la naturaleza de las convenciones extintivas, en cuanto soluciona, al igual que el pago puro y simple, una obligación preexistente, y de la naturaleza de los contratos, en cuanto da nacimiento a una obligación nueva. En tal orden de ideas, precisa señalarse que el Código Civil Peruano de 1984 legisla a la novación como un medio extintivo de obligaciones y, como tal, puede calificarse de la manera que enunciamos a continuación. Por su idoneidad, como un medio no ideal de extinción de obligaciones, por cuanto constituye una desviación en el destino natural de la relación obligatoria. Adviértase que esta figura jurídica -en cualquiera de sus modalidades- importa la sustitución de una obligación por otra. DEFINICIÓN DE TRANSACCIÓN: De las doctrinas expuestas podemos concebir a la transacción como aquel negocio jurídico bilateral a través del cual las partes, haciéndose concesiones recíprocas, impiden el surgimiento de un litigio o eliminan el que ya había comenzado. En el primer caso, evitan llegar a instancias judiciales o arbitrales y correr el riesgo de ser vencidos en alguna de las sedes mencionadas. En el segundo caso, reducen los “costos de transacción” (tiempo y dinero) eventuales en los que incurrirían o seguirían incurriendo. Las concesiones recíprocas implican que en ningún caso las partes verán satisfechos sus respectivos intereses al 100%. Características Acto formal De acuerdo al artículo 1304 del Código Civil (en adelante CC). La transacción debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición al juez que conoce el litigio. La transacción como negocio jurídico bilateral requiere para su validez la forma escrita bajo sanción de nulidad, es decir, si este negocio es celebrado sin respetar dicha forma impuesta por ley será reputado nulo. No cabiendo duda entonces de que se trata de un negocio jurídico cuya forma es ad solemnitatem. El Código Civil de 1936 prescribía que la transacción debía constar por escritura pública. El Código de 1984 eliminó este requisito porque se entendió que el mismo desalentaba su celebración, en la medida en que no todas las transacciones recaen sobre materias de importancia patrimonial. El legislador de 1984 comprendió que existen casos en los cuales los costos de celebrar la transacción por escritura pública superarían el monto que constituye materia de la propia transacción. De aquí que optara por exigir sólo que aquélla conste por escrito. (Osterling Parodi y Castillo Freyre, 2008, p. 785) 3. CLASES Y EFECTOS PROBATORIOS DEL RECONOCIMIENTO DE DEUDA: EL ARTÍCULO 1277 DEL CÓDIGO CIVIL En el texto hacen referencia al reconocimiento sin expresión de causa y este esta regulado en el código civil español y nos dice que, aunque la causa no se exprese en el contrato se presume que existe y que licita mientras el deudor no pruebe lo contrario, de lo anteriormente mencionado podemos presumir que así la causa no se exprese en el contrato esta misma servirá para condenar al autor del reconocimiento al pago de la deuda pendiente. En otro artículo de la constitución también expresan lo siguiente “la expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la nulidad, si no se probase que estaban fundados en otra verdadera y licita”.
4. EFICACIA INTERRUPTIVA DE LA PRESCRIPCIÓN
Esta misma hace referencia al segundo impuesto por la ley este taxativamente expresa “la prescripción de las acciones se interrumpe por su ejercicio ante los tribunales, por reclamación extrajudicial del acreedor y por cualquier acto de reconocimiento de la deuda por el deudor”, se ha declarado que esta misma se debe interpretar restrictivamente haciendo referencia a las declaraciones o actor que puedan conllevar tácitamente un reconocimiento de deuda que al acto expreso al que denominamos como reconocimiento de deuda. Por lo mismo que la esencia es declarativa sobre el reconocimiento, el nuevo plazo de prescripción que correrá será igual al anterior ya que este reconocimiento no cambia las obligaciones ni hace surgir una nueva.
5. EL RECONOCIMIENTO DE DEUDA PRESCRITA COMO FORMA DE
RENUNCIA A LA PRESCRIPCIÓN GANADA Se sabe que el reconocimiento de una deuda genera efectos legales expuestos, pero la incógnita también es si produce efectos negociales, se declara que si produce dichos efectos no impuestos por la ley sino que nacen de la voluntad del autor del reconocimiento, estos efectos negociales se encuentran divididos entre: la eficacia abdicativa de la prescripción, esto se da cuando el reconocimiento recae sobre una deuda prescrita y por otro lado tenemos al efecto confirmatorio del contrato anulable, y esto se da cuando el reconocimiento lo otorga la parte que puede impugnarlo. Aporte jurídico: Prescripción de una deuda Las deudas prescriben en Perú siempre que no haya pasado a una denuncia judicial. El tiempo promedio que tarda una deuda en judicializarse es de 10 años, pero puede ser más o menos en medida que la empresa que te prestó ya no pueda actuar mediante una demanda. En este punto el deudor ya no tiene obligaciones de pago, ya no existe el riesgo de ser demandado, aunque igual deberás cumplir con el pago, pues la SBS lo notificará a todas las entidades del sistema financiero.