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Las Consecuencias Dela Cultura.
Las Consecuencias Dela Cultura.
Las obscenas relaciones feudales que se observan entre los patrones de fincas y
sus trabajadores encuentran su fiel reflejo en las relaciones entre las amas de casa
y sus sirvientas. A quien no está acostumbrado, causa pena y estupor ver la
nulidad en que se convierte una persona delante del patrón o la patrona. Y causa
indignación la actitud arrogante, siniestra y prepotente de patrones y patronas.
El patrón puede ser refinado, saber de vinos franceses, celebrar con champán y
ostras en sus mansiones estrepitosas. El peón se desnutre con frijoles y tortillas, y
en las fiestas, aguardiente y caldo de gallina, si mucho. La patrona dirige la cocina,
ordena picar, cortar, guisar una comida que la sirvienta prepara, pero a la que
tendrá acceso en calidad de sobras, y no será admitida en el comedor de la casa,
sino tendrá su silla de soledad en la cocina.
Eventos inesperados
El segundo parámetro, el “control de la incertidumbre”, es la forma que tiene una
sociedad de proveer a sus miembros de reacciones adecuadas delante de eventos
inesperados. Este rasgo está fuertemente relacionado con el autoritarismo y con la
“intolerancia de la ambigüedad”. Una sociedad autoritaria no tiene “eventos
inesperados”, excepto las catástrofes naturales. Una sociedad autoritaria se basa
en la “intolerancia de la ambigüedad”: prejuicio, rigidez, dogmatismo,
tradicionalismo, superstición, racismo y etnocentrismo.
Somos hijos de nuestra historia. La más antigua y la más reciente. El ultraje que
está en la base del nacimiento de la nación guatemalteca es la violencia de la
conquista española. Esa violencia se perpetuó en las reglas de dominación de los
españoles sobre los indígenas, y de los descendientes de los españoles sobre
toda la población a su servicio. La violencia, como eje de la cultura guatemalteca,
regula las relaciones entre quien tiene y quien no tiene. Entre quien tiene todo y
quien no tiene nada. Entre quien tiene algo y quien no tiene nada. Por oleadas, la
violencia ha sido el instrumento de confrontación entre los grupos sociales, y como
un derivado, el instrumento de confrontación entre los individuos. No fue violenta la
independencia de España porque no fue independencia. Los criollos siguieron
siendo los patrones, y los siervos siguieron siendo semiesclavos.
Bastaría con asistir a las prédicas evangélicas de los domingos, en algunas de las
iglesias en donde un exaltado pastor arrastra a sus fieles a una concepción de la fe
que deja espantado a un observador externo. No tanto por la degeneración de la fe
en la magia y la superstición, sino por la necesidad de la gente de tener una
autoridad a la cual aferrarse. Esa “lujuria de servilismo” que se observa en los
trances hipnóticos de los secuaces de los vendedores de la baratija espiritual.
Esa ansia de autoritarismo, esa puericia del alma, esa minoría de edad de la
voluntad, ese deseo de entregar las propias decisiones a otro, ese espantoso
miedo a la libertad.
El individuo y la colectividad
Las otras dos características interesantes son el “individualismo” y la
“masculinidad”. El individualismo, según Hofstede, “describe la relación dominante,
en una cultura, entre el individuo y la colectividad”. Los resultados de la encuesta
colocan en el primer lugar a los Estados Unidos, seguidos de Australia, Gran
Bretaña, Canadá y Holanda. ¿Y Guatemala? En el último lugar.
¿Quiénes tienen el poder real en Guatemala? La oligarquía no es más que una red
de familias que colectivamente se distribuyen la riqueza en Guatemala. Y, en el
fondo de la pirámide, son las comunidades indígenas las que están en la base de
la sociedad. ¿Qué responden los mareros cuando les preguntan el motivo de su
adhesión a la mara? “Porque me hacía falta una familia. La Mara es mi familia,
todos son mis hermanos”.
Que Guatemala sea un país con una muy marcada “distancia del poder”; que sea
un país cuya cultura mantiene un fuerte “control de la incertidumbre”; que
prevalezca, en la cultura, lo colectivo sobre lo individual y lo femenino sobre lo
masculino son datos no sólo interesantes, sino interrelacionados. Un rasgo existe
porque existen los demás, y todo forma una suerte de constelación lógica bastante
aceptable.
*Los subtitulares
son de la redacción de este documento.