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Cañón Dora
Historia de servicio
Operadores Alemania
Historia de producción
Fabricante Krupp
Especificaciones
1.350.000 Kg
Peso
Anchura 7,1 m
Altura 11,6 m
2.500
Alcance 25.000 m
efectivo
El cañón Dora fue un inmenso cañón de artillería de 800 mm, construido en Essen
(Alemania) y utilizado durante la Segunda Guerra Mundial contra las fortificaciones de
la ciudad de Sebastopol, en la península de Crimea. Hasta el día de hoy, es la pieza de
artillería más grande que se ha construido jamás.
Contenido
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1 Características y dotación
2 Historia
o 2.1 Construcción y objetivos
o 2.2 Papel del Dora en la península de Crimea
o 2.3 Retirada del servicio activo
3 Véase también
La cantidad de mano de obra necesaria para ensamblar el “Dora” era enorme. Cada uno
de los 80 cm K (E) tenía un destacamento completo de no menos de 1.420 hombres al
mando de un coronel. Este disponía de su propio cuartel general y personal de
planificación. La dotación principal era de alrededor de 500 hombres, la mayoría de
ellos necesarios para el complicado proceso de mantenimiento y manejo de la munición.
Una vez en acción, estos 500 hombres permanecerían junto al cañón, pero el resto del
personal estaba formado por varias unidades auxiliares, incluyendo una de inteligencia
para determinar qué objetivos debían bombardearse. Otro importante número de tropas
estaba destinado a los dos batallones de artillería antiaérea ligera, que siempre
acompañaban al cañón cuando viajaba y que se encargaban además de algunas tareas de
ensamblaje. Una vez que el cañón estaba en posición, estos batallones antiaéreos
procuraban que no se acercaran intrusos por el aire. Dos compañías de centinelas
patrullaban constantemente el perímetro de la posición (en una ocasión, estas compañías
fueron rumanas) y en todo momento había un pequeño grupo de ingenieros civiles de
Krupp que trataban los aspectos técnicos del monstruo e instruían a los soldados. Las
tropas ferroviarias y el personal administrativo de costumbre completaban la dotación.
Incluso usando este pequeño ejército, llevaba entre tres y seis semanas el ensamblar el
cañón con la ayuda de las dos grúas puente de 10 t que habían sido diseñadas
especialmente para la tarea. Sólo el situar correctamente el material necesario para el
ensamblaje ya era una tarea maestra de planificación ferroviaria, pero de alguna manera
se logró llevarla a cabo y a principios de 1942 el “Dora” estaba listo, junto con el resto
del dispositivo de asedio y toda la voluminosa cantidad de munición necesaria.
Historia [editar]
Durante siglos, el propósito de las maquinarias de asedio ha sido el bombardear una
fortaleza sitiada hasta rendirla o abrir una brecha para que pudieran penetrar las tropas
de asalto. Los alemanes estaban dispuestos a repetir este procedimiento a escala masiva.
Procedente de todos los rincones de Europa, el ejército alemán reunió un enorme parque
de artillería de todos los tipos, desde los cañones de campaña de pequeño calibre hasta
los obuses de gran calibre anteriores a la Primera Guerra Mundial. Algunos eran
alemanes originalmente, pero otros eran viejas piezas capturadas y a estas se añadieron
los adornos de los cohetes y la artillería superpesada. En esta categoría entraban los
morteros móviles de 60 cm conocidos como Karl-Gerät y el último golpe de propaganda
representado por el primer uso operacional del “Dora”.
El 80 cm K (E) fue arrastrado hasta Crimea por una vía ferroviaria reconstruida
especialmente para este propósito. Por delante de él, un pequeño ejército de trabajadores
comenzó a preparar la posición de tiro elegida en Bakhchisaray, un pequeño pueblo a
las afueras de Sebastopol. Más de 1.500 hombres bajo las órdenes de un ingeniero del
ejército alemán excavaron a través de una pequeña planicie para construir una ancha
doble vía férrea formando un arco. Los lados de esta vía fueron elevados para
proporcionar cobertura y protección para el cañón. En los accesos a esta obra, las tropas
ferroviarias trabajaban para reforzar las vías en sus puntos más débiles y permitir el
paso al “Dora”. Los trabajos en la posición de tiro alcanzaron tal proporción que la
playa de vías se extendía a lo largo de 1,2 Km. En esta área, los 25 vagones separados
que formaban el cañón y su impedimenta debían ser enganchados, empujados y
arrastrados hasta su posición correcta. En la retaguardia, lejos del cañón, estaban los
alojamientos donde debían vivir las numerosas tropas que formaban la dotación.
El fuego comenzó el 5 de junio de 1942. El “Dora” fue una más de las voces del enorme
coro que anunciaba una de los mayores y más pesados bombardeos de artillería de todos
los tiempos. Cuando se rindió Sebastopol a principios de julio de 1942, se calcula que
habían caído en el puerto no menos de 562.944 proyectiles de artillería, la mayoría de
ellos procedentes de los obuses y cañones de gran calibre. Y este total no incluye las
ruidosas tormentas de cohetes y el añadido de la artillería de campaña de pequeño
calibre. Cómo sobrevivieron los civiles de Sebastopol tiene fácil explicación.
Simplemente se metieron bajo tierra. La ciudad sabía que iba a ser bombardeada, ya que
no sólo habían sido advertidos por sus propias autoridades civiles y políticas, sino que
los alemanes les lanzaban constantemente mensajes radiados y propaganda variada
sobre el destino que les tenían preparado. Para cuando el bombardeo real comenzó,
habían cavado profundos refugios bajo la superficie y en las laderas de canteras y
colinas y allí vivieron y permanecieron durante semanas. Un sorprendente número de
ellos sobrevivió.
El “Dora” no fue utilizado contra objetivos civiles. Sus primeros objetivos fueron
algunas baterías costeras, que fueron bombardeadas a una distancia de alrededor de 25
km, y todos los disparos fueron observados por un Fieseler Fi 256 Storch de la
Luftwaffe asignado especialmente al cañón. Se requirieron solamente 8 disparos para
demoler estos objetivos. Más tarde, aquel mismo día, se hicieron 6 disparos más contra
la construcción de hormigón conocida como Fuerte Stalin. Al finalizar la jornada era
también una ruina y se hicieron los preparativos para el día siguiente. Podría pensarse
que 14 disparos al día era un ritmo más bien lento, pero de hecho es más que bueno para
un cañón de 80 cm. La mejor cadencia de disparo que se podía conseguir era de 1 cada
15 min. y muy a menudo este intervalo era notablemente mayor. La preparación de cada
proyectil y la carga era una tarea considerable y debía ser llevada a cabo en varias
etapas, incluyendo la toma de temperatura de cada carga, cálculo preciso de la
temperatura del aire y velocidad del viento según la altitud y colocación de la carga en
la recámara. El proyectil y la carga debían ser ensambladas de forma precisa y el tubo
elevado en el ángulo correcto. Todo esto llevaba su tiempo.
El día siguiente, 7 de junio, fue el turno de un objetivo conocido por los alemanes como
el Südwestspitze, una fortaleza aislada que iba a ser objeto de un ataque de infantería.
Tras 7 disparos, el objetivo quedó listo para recibir las atenciones de la infantería, y la
dotación del cañón quedó libre para realizar algunas tareas de mantenimiento necesarias
en un corto periodo de descanso hasta el 11 de junio. Ese día, el Fuerte Siberia fue el
receptor de otros 5 proyectiles de calibre 800 mm y luego vino otro periodo de tregua
para la dotación hasta el 17 de junio, cuando lanzaron sus últimos 5 proyectiles contra el
Fuerte Máximo Gorki y su correspondiente batería de costa. Entonces terminó el trabajo
para el “Dora”.
Una vez caída Sebastopol en julio, el dispositivo de asedio fue llevado a Leningrado,
donde realizó unos cuantos disparos. Tras esa acción, la cual fue la ultima, “Dora” fue
llevado aparte y arrastrado a Alemania para que se le efectuara una revisión completa y
un cambio del cañón. Incluyendo los 48 disparados en Crimea, el “Dora” había lanzado
alrededor de 300 proyectiles en total, incluyendo pruebas, entrenamiento y
demostraciones. El antiguo tubo fue llevado de nuevo a Essen para su rectificación.
No hubo nada más que hacer para el “Dora”. Pasó algún tiempo en el campo de tiro de
Rugenwalde disparando ocasionalmente proyectiles de demostración y siendo utilizado
para las pruebas de algunos nuevos proyectiles anti-fortificación, y en un momento dado
se habló de cambiarle el tubo de 80 cm por otro de 52 cm para aumentar su alcance.
Este proyecto no se llevó a cabo, como tampoco otro para montar el tubo de 80 cm en
un soporte autopropulsado con orugas que pudiera utilizarse en batallas urbanas. Se
invirtió un esfuerzo considerable en la planificación de esta estrafalaria idea antes de
abandonarla, aunque no era más impracticable que el proyecto original del 80 cm K (E),
que absorbió una inmensa cantidad de hombres y material de todo tipo, todo para
disparar 48 proyectiles sobre las anticuadas fortalezas de Crimea.
En mayo de 1945, los componentes del “Dora” estaban dispersos por toda Europa
Central. Los transportes ferroviarios cuidadosamente planeados habían sido atacados
constantemente por aviones aliados y las partes que todavía estaban de una pieza fueron
destruidas por sus propias dotaciones y abandonadas para el asombro de los aliados.
Hoy, todo lo que queda del “Dora” son algunos proyectiles en los museos.