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ELIZABETH BISHOP TOM RAWORTH

Un arte LEÓN LEÓN


felices los cazadores están de regreso
El arte de perder se domina fácilmente; ansiosos por ser capturados, tener a alguien que desate el nudo
tantas cosas parecen decididas a extraviarse pero nadie puede comprender la escritura
que su pérdida no es ningún desastre. del libro que encontraron en el cubil del león
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
GEORGE OPPEN
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido: De ser muchos (9)
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre. Estamos apretados, apretados unos contra otros,
Se nos dirá de una vez
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
Lo que sea que sucede
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Y el descubrimiento del hecho estalla
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aún más: En un paroxismo de emoción
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente. Ahora como siempre. Crusoe
Los extraño, pero no fue un desastre.
Decimos que fue
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto ‘Rescatado’
que amo) no habré mentido. Es indudable Así hemos elegido.
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.
GONZALO ROJAS
CESAR VALLEJO ¿QUÉ SE AMA CUANDO SE AMA?
INTENSIDAD Y ALTURA
¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
Quiero escribir, pero me sale espuma, o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
quiero decir muchísimo y me atollo; es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas,
no hay cifra hablada que no sea suma, sus volcanes,
no hay pirámide escrita, sin cogollo. o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
Quiero escribir, pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo. ¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
No hay toz hablada, que no llegue a bruma, ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo. repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?
Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
carne de llanto, fruta de gemido, Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
nuestra alma melancólica en conserva. de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
Vámonos! Vámonos! Estoy herido; a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
Vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

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