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“La dicha necesaria”

Acurrucado,
en sí mismo porque es ahí donde se acurruca uno.
La noche con su luna lampiña lo miran todo desde arriba
y simplemente conjeturan mi desolación.
El debate dura casi toda la madrugada y acaba enfriándose
como el espíritu logrado que pudo escaparse de mí en un estornudo.

Espíritu que conoció las noches del desierto


y quiso volver e introducirse por mi boca que tosía;
sin embargo no pudo.
Mi tos era un movimiento involuntario de mi cuerpo
para demostrar al espíritu quién está al mando.
Para demostrar que sus reflejos seguían erguidos después de muerto,
es decir, después de abandonado.
Y el maldito hervía de rabia en la noche fría
porque sabía que no era bienvenido
en esa soberbia representación de humanidad.

El amor se fue con ella y los perros quedaron allí,


esperando la llegada de su dueño muerto.

Haciendo guardia, quién sabe, esperando…

La memoria
a veces quiere ponernos de espaldas para voltearnos con el peso del tiempo
dejándonos ajados por los buenos recuerdos,
pero ella misma, no nos deja morir si no es de cara al sol.
“En honor al zoco de la buri buri”

Mi niñez de tiza va falleciendo

mientras escribe y se borra con la gotera del tiempo,

hasta que al final,

todo junto se levanta en una polvareda de pequeños recuerdos

ondeando en el viento.

Escondiéndose de la luz que los revela pálidos en los cuartos oscuros

de mi memoria,

(sombra atávica que nos ofrece una tusca superpoblada de coyuyos).

El viento es hondo en la siesta;

Hondo como el borde izquierdo del río

si se acostase uno en la arena con el mentón apuntando al sur.

Peligroso y profundo,

algo que te empuja y te tira a los tumbos por dentro.

Se me ha ido una pena

y tengo herido el honor

por saber de un tordo siestero mojado por el tiempo

y olvidado por el sol;

Tornasolado de herrumbre y fantasmas,

de desmonte y cañón.

Este bicho es mi pueblo, Santiago del Estero que sin esteros se ha queda‘o.
“perspectivas”

Ruido
y nada más que un viaje por la vida a ver si todo se aclara,
para domar la rutina en un verdadero mensaje bohemio y vanguardista.
Mejor dicho,
un ataque anarquista a la cabeza.

Hoy bajaron el telón del teatro negro,


y no desbordes en lágrimas cual cajón de recuerdos que se abre
con esfuerzo.
Has jugado el todo
por
el todo.
*
Arriesgado es vivir con el envión del viento,
también arriesgas esperándolo venir,
pero la felicidad es el resultado de la adrenalina de aventurarse
y que todo haya salido bien.

Miráte los pies,


están completamente sucios,
¿y tus manos?, todo ensangrentado.

¿Será el futuro el que te ha golpeado tanto?,


o ¿has caído desde un 5to piso a este presente hundido,
hundido en un hueco de la muela capitalista?

“No es solo soplar hacer botellas”


*
Las cosas cambian,
los amores pasan,
las canciones hablan y son soldados
para cuando uno
se siente una mosca upitera.
“decir por decir”

Esta vida incomprensible…

¿Siempre alegre vos no?, es una gran virtud ¿sabes?

tanto que uno se da cuenta cuando algo tramas

o si estás preocupada por ese algo y a uno, lo ensordecen las intrigas,

benditas intrigas de saber de tus sentimientos

que

a gritos sordos tratan de develar tu vida cuando

ni siquiera has insinuado el porqué de tu dolor, tristeza, seriedad o


incertidumbre...

“Ángel que Baila,

luz de luna incrédula

aparecida por costumbre e inquieta y sin noción de un quehacer,

bailarina del alba, la noche y los días.

¿Qué tan ponzoñosos podrán ser tus labios al maltratarme,

qué tan frías podrán ser aquellas dos letras

que someten a un loco a la penumbra de sus locuras?,

¿qué tan hermosa podrá ser la tentación

y qué tan fuerte es la paciencia, que con tanto esmero e incredulidad, él espera?

si la carroza de rosas chispeantes, azules, violetas nunca llega...”

Dolores y amores podrán mezclarse en una vida,


sentimientos confusos, amistades que se mienten solo por temor a quebrarse,
corazones que se enjaulan por temor a lo que habrá allá afuera...
¿Como conocer el amor, si jamás supiste de la locura?

En esta selva indomable, donde se porfían los porfiados,

condenados al naufragio de la vida y de amores infieles,

que al ver la luz de aquella luna inquieta,

lindando tu silueta, no logran ver mas

que una imagen de ti bailando,

como si estuvieses quieta.

Animando recuerdos de un ayer perdido en el tiempo…


“Monte y Tata”

Y en un santiamén, llegó.

Mordiéndose los labios como rumiando sus rencores,


rojo de rabia y sintiéndose herido;
*
Hay en mí un cardo seco y muy florido.
Así rara es la flor, que brota de un árbol muerto,
pero irreprochable ante el fogón la inexistencia de tal combustible vivo.
*
Quien había llegado,
lo había hecho arder con flor y con vestido.

El tronco, negro, hecho leña para saciar el frío de los que han quedado en vela
se ha quedado mirándome, y me ha quemado un poco el pecho.
Toda la noche han llorado sus flores,
o debería decir mis flores,
las convencionales flores que se le lleva a un muerto.
Han llorado en el fuego hasta dormirse.
Y ya no van a llorar más, pues ya se han ido;
las ha llevado en andas el viento.

Por suerte han cumplido con su ciclo.


*
Brotar para llorarle al ancestro que ha quedado seco,
iluminar la triste herida de aquel enamorado perro al que le han hurtado un beso
y perfumar al muerto hasta que el tiempo,
lo tape de polvo.
“como quien dice”

Ya está, lo he descubierto…

la intriga que hacía temblar mi pecho.

Estoy seguro de lo que siento,

en cambio vos,

tienes miedo a perder…

Todo aparece cuando dejas de buscarlo ¿no?


debo actuar con sencillez,
debería dejarme encontrar.

Pues el amor que queda libre y vuelve,

no se va jamás…

(Así dicen)

¿Y si no vuelve…?

Y si no vuelve lo puedo seguir amando

así como antes de darle libertad.


“Madre”

Alma del bosque, enamorada del aire,


eres canto que entonan los árboles cuando los vientos soplan,
es tu llanto el que para la savia cuando un hacha impía algún árbol corta
y es tu mirada,
santa mirada que me embriaga en pétalos de rosas,
violetas, blancas y otras flores hermosas...

locura,
cordura
y el aleteo de las mariposas,
Naturaleza,
rebelión oscura de un cruce de fuerzas...
y entre el haz de luz que separa lo real con la apariencia
hay un cabello de oro azul que, ¡quién sabe cuándo se hará polvo!
y dejará a mi locura cruzarse con tu esencia
para darle chispa a la nueva era...

la era de la conciencia...
(o eso parece)
“juventud”

No olvidaré más,

esas horas de espejo tan mágicas


que trazaban tu contorno hasta con los ojos cerrados.

Las conversaciones conmigo mismo,


las observaciones de mi reflejo,
y tu imagen siempre mi lado.

Los besos al techo, o al infinito.

Años de amores secretos,


que al fin y al cabo…
por ellos brindo.

Se cruzaron tardes eternas,


de fabulosos soles rojos cuando te miraba en silencio,
terriblemente escondido estaba yo,
de tus cromados ojos.

Padrinos calvos, amores tintos:

Las mentiras piadosas en mi vida, son los mitos.

Pero solo aprendí que en este mundo,


y por ahora,
hasta las vidas tienen precio,
y esa idea aterradora
proviene de un corazón abominablemente frío.

Hablaba de eutopías desiertas,


paisajes divinos de fe represora.
Solo da la sospecha de que donde hay mentiras,
hay traidores…

“¡Adiós Silla, buen día portazo!”


Odio que me encandilen.

Y eso hacía la luz del punto rojo

Que sobre aquel oscuro plexo solar se mecía;

Era la misma que, a priori de la sumisión de ese hostil copo de acero,

filtrado, por así decirlo, como un dedo en una torta,

se regocijaba al igual que yo con ese banquete de prohibiciones

y planificaba mi encuentro con vosotros.

“Bien vestidos señores:

Estamos en el Infierno.

Quien ose encender una llama

Morirá vomitando las flores que se marchitaron en mi corazón

Cuando el temor se sobrepuso al instinto,

Y es que el instinto engaña

pero el miedo es aún peor.”


He descubierto que la poesía
no sirve para nada, en lo absoluto.
Pues el que la lee no la vive
Y he aquí su burda inoperancia.

¿De qué sirve que te diga


que si bebes el fuego tus entrañas negras quedarán?.
Si de todas formas me vas a desobedecer
y tus cenizas yo he de limpiar.

¿De qué sirve que te diga que el mundo gira sin cesar?.
Pues seguro estoy de tu soberbia
Y sin apresar la esfera desde adentro la vas a frenar.

¿qué tipo de sangre corre por tus venas?


¿no crees que en algún momento se cansará
y sus secuelas, como costras te van a revestir
y con una lima devastarán todas tus huellas?

Nunca olvides que las costras salen a uñazos,


que la sangre para, otorga y tierra se vuelve.
Pero tú y tu cajón de oro hermetizado
Al infierno aclaman y de allí no saldrá tu alma;
Pero resucitarás encerrado y conocer la verdad de los parásitos
Será tu menor desagrado.
“Poderosos”

Depredadores de sueños.

Bestias sin sangre, como caminos sin huellas.

Ponen sus ojos negros de violáceo cristalino cuando quieren llorar

para delatar lo intravenoso

y rondan centinelas estas bestias en espera de mi somnolencia.

Faros buscando…

Chispazos que dan comienzo

a luces sin brillo que van a mansalva


sobre cualquier cuerpo nocturno en movimiento de fuga

y que vuelve al mundo nefasto.

Indecoroso el mural que ha dejado

detrás de su cabeza reventada que rápidamente envejece

aquella balacera que hoy

solo se recuerda como la película muda de un barco sin velas

en un río sin peces.

Sobran mareas que abruman la espuma y recuerdan en el viento,

la silueta desnuda de tu canto al coral.

¡Oh, Anís Noflá,

tan cruda es la pobreza ubicua que sin sal

ha dejado al mar!.

Pero no llores.

Ya no llores más.

“Noche descripta de tantas noches raquíticas”

Son las 3 de la mañana y no me he dormido aún.

Estoy esperando

a ver si alguno de los diablos que andan perdidos en la noche,


pueda entrar en mí para desinflar mi cabeza.

Donde haya dolor habrá canciones.

Demasiada presión agota a la lengua que supura y quiere hablar,


o tal vez, besarte.
¿¡Dónde, donde estas!?

Recuerdo bufón y violento de los tiempos de paz;


sigues haciéndome babear como a un hambriento,

y es que un hambriento es lo que soy,

y miro sin piedad a todo lo que causa el redoble de mis costillas.

Cuando hablo de mis costillas,


hablo de mis huesos más frágiles,
los que están más cerca de mi corazón y mis plegarias.

No puedo dormirme, y las estrellas más turban que empalagan.

Y si ayer las admiraba, hoy las maldigo porque existe un complot

entre el insomnio, titiritero que reside en mis sueños,


y el sueño de la ciudad.

Y se masturban en mi cara

como el erotismo erario de las retenciones sobre los hombres

que lamen del suelo leche tibia derramada.

Donde irán a morir las aves no importa.

Muertas en un descuido del tiempo

o muertas en pleno vuelo por un piedrazo sepulcrero de una niñez ventosa;

En fin,

muertos en libertad y agujereados por la balacera,

pero ni una gota de sangre de evidencia.

La realidad se la llevo el viento.


Y no consigo dormir.

Arrodillado en el suelo,

con el abdomen atravesando perpendicularmente la cama

y con las ideas bajo un foco que no intenta siquiera parpadear;

te olvido,

pero para olvidarte necesito tu recuerdo

y lamento no saber rezar para que vos no me olvides;

o me recuerdes, da igual.

Ahora me duermo.

Duermo y sueño,

y cuando sueño despierto

porque sueño con encarar la realidad en su desolado campo de batalla,

con el ejército de los esperanzados a mi lado,

y solo pensar en eso me despabila.

4:15 A.M.;

nada de diablos,

nada de esperanzas para matar el desvelo.

¡Basta de sueños!

Quiero pesadillas que rebanen cuentos

y espinas

que desinflamen el hueso en el que se ha posado mi espectro.


A.R.T.O.

Una araña patona teje sus trampas entre mis sueños y mis suaves almohadas
mientras silva un contrapunto con el miedo,
y él resalta a contraluz en el oleaje turbio de mis oscilaciones.

Encuentro siempre tus ojos bajo mis párpados


y en mi corazón vas hilvanando canciones.

Ya está bien hundido ese puñal y esa seca incrustación no va a sanarse jamás,
porque de ahí no va a salir lo que has sembrado en mi piedra;
es esa semilla que crece muriendo
y que germina absorbiendo ideas.

Ideas que chupabas porque no podías tragar,


que vomitabas por culpa de ese maldito hueso acabado, cóncavo
y abrigador de esa impía ración divina que te impedía digerir tus versos,
así lo diría Artaud.

Pero el germen del mal, florece ya hacia adentro de tu piedra


y ese desagradable placer que has llegado a sentir junto con el sabor de tu bilis,
ha comenzado a empalagarte.

“Rencor y recuerdo”

Las hojas verdes de mi cálido pasado

ventilan la caja negra de los pensamientos

y reencaminan los caminos que no tomé.

¿será que nuevamente metí la pata?

Los amores encarnados en el tiempo,

verdugos que me seguirán por siempre,

serán los asuntos pendientes

por lo cual mi alma no se irá de este lugar.


Ya ni sé si existirá algún astro que te haga brillar, luna mía,

espero que si.

Mi amor

Ama al dejarte ir,

mi amor

Ama por quererte feliz;

y aunque este amor ciego, perro y olvidado

jamás probó el néctar de su aparición.

Será este amor

el que embriagará tu conciencia

cuando tú…

Sientas el silencio
de mi ausencia.

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