RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Los Apóstoles se presentan como “testigos de la Resurrección de Cristo” (Act 1,22) son
elegidos para ser tales, es decir, para dar testimonio de que Cristo resucitó.
Esto es muy claro en la elección del reemplazante de Judas, que recayó finalmente sobre San
Matías: San Pedro dice que hay que buscar uno que no sólo haya sido compañero de ellos en el
período en que Jesús enseñaba y actuaba, sino que sobre todo pueda ser “testigo de su
resurrección”.
La Resurrección es el culmen de la Revelación. San Pablo dice al respecto algo muy fuerte: “Si no
resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación y vacía es también nuestra fe” (1 Cor 15,14). ¿Porque
sería Vacía nuestra fe sino resucitó Cristo? Dice San Pablo que si Cristo no hubiese resucitado
seríamos los más desgraciados del mundo. Unidos a un cadáver. Nos asemejaríamos a un hombre
muerto. En cambio, estamos unidos a uno que vive, a uno con el cuerpo Glorioso.
También porque, anunciamos la Salvación de Cristo, por medio de su Sacrificio que entrara de
una vez para siempre en el santuario del cielo, para presentarse con nuestra naturaleza redimida ante
el Padre, para que nosotros tengamos acceso al cielo. ¿Más si solo murió? y está en el seno de la
tierra, sin entrar al santuario para ofrecerse, una vez para siempre. Los Apóstoles son testigos de la
Resurrección de Cristo. Cristo Resucitó, y con su cuerpo glorioso entro en el santuario del cielo, para
presentarse con nuestra naturaleza redimida y no solo redimida sino también glorificada, así pues,
ahora no solo tenemos acceso al cielo, sino que también, con cuerpos gloriosos resucitaremos y
entraremos al santuario del cielo. Evidentemente, San Pablo ve en la resurrección el fundamento de
la fe cristiana y la clave de toda la vida cristiana.
dice Juan Pablo II, “Así, la resurrección ‘completa’ la manifestación del contenido de la
Encarnación. Por eso podemos decir que es también la plenitud de la Revelación” (Audiencia del 8
de marzo de 1989).

Cristo ha resucitado. Ha llegado a la tierra prometida. Es todo un programa de vida, para cada uno de
nosotros: Para vivir como Él, Encarnado, Practicando las Virtudes de la Encarnación, Sacrificio,
Humillación, Misericordioso, Renunciar a uno mismo, por la salvación de las almas. También para
vivir como Él, Resucitado. Practicando las Virtudes de la resurrección. ¿Cuáles son estas Virtudes del
resucitado para ponerlas en práctica? lo veremos mas adelante, primero debemos nosotros resucitar para
poderlas poner en práctica.
1. ¿ENTONCES CÓMO PODEMOS PRIMERO RESUCITAR?

Contemplando a Cristo resucitado, Pidiéndole que infunda en nuestras almas el gozo, la alegría
de la resurrección. Afiancémonos bien en estos días en Cristo resucitado, para que también
resucitemos. y esta resurrección nuestra puede ser doble: Corporal y espiritual; una y otra deducida
como consecuencia verdadera de la resurrección de Cristo.

En primer lugar, está segura nuestra resurrección corporal. “… no dudamos ni desconfiamos

(de nuestra resurrección). Empezamos a ver con los ojos de la fe las cosas futuras, alegrándonos de la
exaltación de nuestra naturaleza, que vamos a resucitar porque Cristo resucitó”
San Pablo diversas veces repitió esta garantía que acentúa con tanta energía que llega a decir:
“Si no hay resurrección de muertos tampoco Cristo ha resucitado”.

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 En Segundo lugar, esta nuestra resurrección espiritual, esta resurrección, es ahora, hoy,
en esta pascua de resurrección, al contemplar a Cristo resucitado. Esta ha de consistir en formar
en nosotros un hombre nuevo ha imagen de Cristo, resucitar con Él. (que se puede lograr, que ya lo
han logrado, haciendo ejercicios espirituales, uno sale hombre nuevo, formado ha imagen de Cristo,
por medio de una confesión, nueva creatura a imagen de Cristo). Así que llenemosno de Alegría por
este don de Dios. Así nos dice San Pablo: “Si resucitasteis con Cristo buscad ahora las cosas de
arriba, donde está sentado a la derecha de Dios; aspirad a las cosas de arriba no a las cosas de la
tierra”. Amor a las cosas del cielo, gusto por las cosas del cielo.

Ahora ya al resucitar Con Cristo, veamos cuales son las virtudes de Cristo resucitado que quiere
que también pongamos en Practica:
Hemos de ser Inmortales, no solo no volviendo a morir por el pecado, sino procurando que
nuestra alma no pueda vivir de las cosas muertas, sino solamente de la esperanza incorruptible de la
gloria.
Hemos de ser impasibles: no permitiendo jamás que nuestro amor se contagie con la corrupción
de las afecciones desordenadas que hemos destruido en estos Ejercicios, en una confesión.
Hemos de ser luminosos: interiormente en la claridad de nuestras ideas; exteriormente, en el
resplandor del buen ejemplo.
Hemos de tener el don de Ligereza: en estar libres de tropiezo en lo que atañe a la gloria de
Dios, y en la prontitud y facilidad en cumplir la voluntad de Dios.
Hemos de tener el don de sutileza: pasando por todas las cosas de la tierra sin contacto con ellas,
con aquella perfecta indiferencia, “Solo Dios”.

De ahí que la resurrección tiene una gracia especial, tenemos 8 días para entrar en una nueva
creación. Y asto es en una realidad.

Digna es de ser consagrada al Señor este dia, en que sacó a los hijos de Israel de la tierra de
Egipto; y deben celebrarla todos los hijos de Israel en adelante perpetuamente. Ex 12,42